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F Del Lenguaje I

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Tema 1. Lenguaje y Filosofía del Lenguaje.

1. El objeto de la Filosofía del lenguaje. Hipótesis inicial.


a) Objeto de la Filosofía del lenguaje y objeto de la asignatura de Filosofía del
lenguaje como objetos distintos.
La primera duda que nos asalta al intentar analizar el objeto de la FL es que no existía
esta disciplina antes del s. XX, con la publicación de la Conceptografía de Frege (1879) por lo
que nos asaltan varias preguntas: ¿es necesaria? ¿Cómo se justifica su objeto?
La respuesta es la siguiente: hay problemas de la FL (es una argumentación evidencial).
Ya existían los problemas, ya se estaban tratando por autores anteriores al s. XX, por ejemplo,
Platón (Crátilo), Aristóteles (Categorías, Analíticos, Tópicos…), los estoicos, la semántica
medieval (De gramático), Locke, Descartes, Leibniz… Lo que ocurría es que estos problemas
se trataban en otras disciplinas, como la Teoría del Conocimiento, Lógica, Metafísica,
Antropología, Filosofía de la Mente o Teoría de la Acción.
¿Qué es lo que ocurre en el s. XX para que la FL se constituya como disciplina
independiente? El Giro Lingüístico, de la mano de Frege (Conceptografía, 1879), de Russell
(Los principios de la Metafísica, 1903) y del primer Wittgenstein (Tractatus logico-
philosophicus, 1921).

b) Hipótesis inicial: Faktum lingüístico y ser del lenguaje como tema común de
los problemas de la Filosofía del Lenguaje. El problema de la intencionalidad intrínseca
o derivada del lenguaje.
El segundo problema que encontramos es cómo lo distinguimos de la Lingüística. Para
ello, primero debemos analizar qué es el lenguaje. El lenguaje es un conjunto reglado de signos
(o “entidades particulares”) que nos sirven para referirnos a las cosas y para comunicarnos.
Observamos 3 componentes, para los que Lingüística sigue siendo suficiente:
1. “Conjunto de signos”: Semiótica. “Conjunto de signos reglados”: Sintaxis.
2. “que nos sirven para referirnos a las cosas”: Semántica.
3. “y para comunicarnos”: Pragmática.
Según este esquema, no parece que la FL tenga su objeto justificado. Por ello, lo que
surge es la idea de que, quizá, lo que se debe poner en el centro no es tanto la parte de “…del
lenguaje”, sino a “Filosofía de…”. La Filosofía es el ser de algo, su “intencionalidad”
(aboutness), su “hacia qué”, “acerca de qué”, “sobre qué”, a dónde nos lleva la palabra/los
signos. Podemos hablar de una intencionalidad directa (la palabra lleva a la cosa) o derivada (la
palabra llega a la cosa a través del concepto).

“Hay FL”, el argumento es doble: (1) Aunque no sepamos cuál es su objeto, hay objeto
de la FL; (2) podemos ofrecer una hipótesis de lo que es el objeto de la FL y 5 razones de
conveniencia de esta hipótesis.

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El argumento (extraído de la introducción a la compilación de Valdés) es el siguiente:
Si yo tengo criterios para reconocer qué casos caen bajo una palabra, tengo también criterios
para reconocer el concepto, aunque no sepa exactamente qué es. Tenemos capacidad para
corregir nuestros juicios. Se puede decir que hay objeto de la FL porque somos capaces de
reconocer que un problema es objeto de la FL, aunque no sepamos definir la generalidad de su
objeto.
La hipótesis propuesta por María Cerezo es la siguiente: “El objeto de la FL es dar
cuenta de las condiciones de posibilidad del Faktum lingüístico, esto es, del hecho de que hay
lenguaje”. Hay que dar cuenta de qué es lo que hace posible que haya comunicación por medio
de signos, cuáles son las condiciones de posibilidad del lenguaje. Partimos de un argumento
transcendental: la condición de posibilidad de la comunicación es que el PNC exista, porque hay
posibilidad de llegar a acuerdos y a desacuerdos, por lo que admitimos cierto sentido en las
palabras.

2. Constitución contemporánea de la Filosofía del lenguaje como


disciplina. El giro lingüístico.
a) Fuentes históricas del interés actual por la Filosofía del lenguaje.
En la historia pasan 3 cosas que derivarán en el giro lingüístico:
a. Empieza a haber una primacía de la lógica simbólica para analizar el lenguaje.
b. Hay una primacía de la ciencia.
c. Recurso al análisis del lenguaje ordinario para resolver problemas filosóficos
(Wittgenstein).

b) Giro lingüístico: el análisis del lenguaje como ruta para analizar el


pensamiento.
Antes de Kant, el ser de las cosas determinaba cómo las conocemos, con él se da el giro
cognoscitivo (o giro copernicano), esto es, cómo conocemos la realidad determina cómo es la
realidad. El giro lingüístico lo que hace es poner de manifiesto que al conocimiento llegamos a
través del lenguaje, por lo que debemos mirar lo que podemos decir del mundo para saber cómo
podemos conocerlo.
Así, podemos definir el giro lingüístico como el análisis del lenguaje como ruta para
alcanzar el pensamiento.

c) Formas de análisis del lenguaje: análisis clásico y análisis contemporáneo.


El análisis clásico es el que se da en el origen (con Frege, Russell y Wittgenstein, 1879-
1930). Analizar se entiende como un tipo de traducción, lo que significa que lo traducido y la
traducción son equivalentes. Hay una equivalencia entre la expresión analizada y su análisis.
Por ejemplo: “hombre” es lo mismo que “animal racional”, que es lo mismo que “ser vivo con
percepción y movimiento que es racional” y esto, a su vez, es lo mismo que “hombre”. No es
una aproximación, se está definiendo, es exactamente lo mismo.
La Filosofía sería la disciplina que analiza el lenguaje hasta que se encontrara con una
definición del mundo cristalino, a través del que conocerlo. Para esto debería haber una lógica
formal. Sin embargo, parece que el lenguaje se resiste a ser capturado por las formas lógicas.
Por ejemplo, cuando decimos “Suspendí y me emborraché” no parece que queramos decir lo
mismo que si decimos “Me emborraché y suspendí”. Formalmente deberían ser equivalentes,
pero significan, connotan, cosas distintas. Esto lleva a los autores a decir que, al traducir, no se
analiza, sino que se aproxima.
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El análisis contemporáneo engloba dos concepciones:
a. Análisis constructivo. Se recurre a lenguajes formales para aproximarnos a la
forma lógica. No hay esta traducción clásica. El mayor representante es
Montague.
b. Análisis terapéutico o descripción lingüística. No hay una traducción de ningún
tipo, sino contextos de uso del lenguaje. El mayor representante es el segundo
Wittgenstein.

d) Actitudes ante el giro lingüístico. ¿Filosofía del lenguaje como filosofía


primera?
Ante el giro lingüístico se pueden adoptar varias actitudes:
A. Rechazarlo.
a. Rechazar también el giro kantiano. Entenderían que la realidad prima sobre el
conocimiento. Es pre-kantiano.
b. Rechazarlo y aceptar el giro kantiano. Es post-kantiano pero pre-wittgensteniano.
A. Aceptarlo de manera:
a. Moderada. No se abandona la relación hablante-acción (la teoría de la acción), la
práctica lingüística.
b. Estándar. Se acepta el análisis del lenguaje.
c. Radical. Se da tanta importancia al lenguaje que dicen que lo que se hace es Filosofía de
la Lingüística, se abandona la FL, la MF o la TdC. Segundo giro lingüístico.
Según la postura moderada, se establece el llamado círculo significado-creencia
(belief). El significado es lo más importante, pero no se puede renunciar por completo a las
creencias, no se puede dar cuenta del significado sin ellas. Se crea un círculo, porque a la
creencia sólo se puede acceder a través de las palabras.

3. Filosofía del lenguaje y Lingüística. Sintaxis, Semántica y


Pragmática.
a) Lingüística como ciencia empírica del lenguaje. El segundo giro lingüístico.
Quine y Katz.
En la Filosofía de la mente nos preguntamos qué es la mente, por lo que hay varias
corrientes, como la conductivista (correlación con el estado mental) o la teoría computacional
(la mente es al pensamiento lo que un hardware a un software). Searle demuestra que esta idea
es errónea con el argumento de La habitación China, que dice así: imaginémonos que estamos
en una habitación con dos puertas y no tengamos ninguna idea de hablar chino. Hay dos
carpetas colgantes con dos hojas cada una, y por una puerta nos pasan otra hoja. Supongamos
que el de detrás de la puerta sepa chino y nos está haciendo preguntas en esta lengua. Nosotros,
buscando una correspondencia con los símbolos, le pasamos la hoja que corresponda con ellos,
y al hacerlo, estamos respondiendo algo con sentido, por lo que el de detrás de la puerta pensará
que sabemos chino porque entiende lo que estamos enseñándole. La idea es que los ordenadores
hacen esta correspondencia sintáctica, combinan y manipulan símbolos, pero el hombre realiza
una correspondencia con la realidad, le da sentido gracias a la habilidad semántica. La
Lingüística, entonces, se ocuparía de ambas cosas.
La Lingüística: tiene por objeto el lenguaje como objeto empírico, por lo que es un
estudio a posteriori. La FL, sin embargo, es una reflexión acerca del ser del lenguaje, es, por
tanto, un estudio a priori.
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El segundo giro lingüístico tiene que ver con la reducción de la FL a Filosofía de la
Lingüística, dadas las crecientes interconexiones que se han dado entre ambas disciplinas. Así,
los que defienden esta tesis, defienden que la FL se reduce a la Filosofía de la Ciencia, en
concreto, de la Lingüística. Como contraposición, encontramos a los que defienden la FL como
disciplina independiente de la Filosofía de la Ciencia.

b) Sintaxis. Conductismo, estructuralismo y cognitivismo. Chomsky.


El punto de partida es doble: la estructura sujeto-predicativa de todos los lenguajes (es
una estructura universal) y el aprendizaje del lenguaje, ya que todos los niños, cuando aprenden
a hablar, en un tiempo muy corto son capaces de dominarlo, pero en otras actividades cada uno
tiene una capacidad distinta. Se da una paradoja: la actividad más compleja del ser humano es lo
que más fácil y rápido aprendemos.
Chomsky formula una doble hipótesis, utilizando la inferencia a la mejor explicación:
1. Hay estructuras universales cognitivas que subyacen a todo el lenguaje.
2. Son innatas: hay un innatismo del lenguaje.
Esto nos lleva a pensar que nacemos “programados” para hablar.

c) Semántica. Carnap, Montague, Kripke.


Kripke aporta la teoría de los mundos posibles o futuros contingentes, que dice que lo
único que es verdad es aquello que, cambiando las propiedades de las cosas, se da
necesariamente en todos los mundos imaginables.
Montague aportará a la semántica formal, y Carnap al verificacionismo.

d) Pragmática. Wittgenstein, Austin, Grice.


Grice nos hablará de implicaturas conversacionales, esto es, depende del contexto que el
significado de lo dicho sea distinto, o lo que es lo mismo, los usos del lenguaje dependiendo del
usuario, lo que nos recuerda a los juegos del lenguaje del segundo Wittgenstein.

e) Filosofía del lenguaje y Filosofía de la lingüística.


La diferencia entre estos ámbitos tiene que ver con el carácter a
priori/a posteriori. Cuando hablamos de un conocimiento a priori
implicamos que no hay una observación, una comprobación del lenguaje. A
la FL le interesa el método a priori, al lingüista, el a posteriori. Como al
físico o al biólogo, el estudio del lenguaje les lleva a teorizar, rozando la FL,
pero eso no significa que el objeto de la FL sea abarcado en su totalidad por
la Filosofía de la Lingüística.
4. Relación de la Filosofía del lenguaje con otras
disciplinas. Lo que no es la Filosofía del lenguaje.
a) Filosofía del lenguaje y Lógica: lenguajes artificiales y lenguajes naturales.
El objeto de la FL es el lenguaje, mientras que el de la lógica es la relación de la
consecuencia lógica, o el razonamiento. Se parecen en que la consecuencia lógica expresa el
lenguaje, pero se diferencian en que con el lenguaje se hacen muchas más cosas que inferencias
lógicas.

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b) Filosofía del lenguaje y Psicología. Psicología del lenguaje y ciencias
cognitivas.
El lenguaje lo usamos los sujetos particulares a partir del pensamiento. Por su parte, la
psicología del lenguaje estudia los procesos (en sujetos particulares) que se producen en la
cabeza del hablante, por lo que es una aproximación particular, mientras que la FL es universal.
Además, nos encontraremos con muchas anomalías, porque también trata el qué ocurre en la
cabeza de un hablante que no usa bien el lenguaje.

5. Filosofía del lenguaje y Filosofía analítica.


a) Características de la Filosofía analítica.
La Filosofía analítica propone que, para atender a los problemas filosóficos, se atienda a
los problemas de la expresión de esos problemas en el lenguaje. Hay una atención a los
problemas lógicos, una admiración y priorización de la formalización en lenguajes lógicos y una
admiración de los lenguajes naturales. El rigor y la claridad caracterizan mucho al analítico.

b) Cuadro de distribución geográfica, metodológica y temática de la filosofía


analítica y la filosofía continental.
Dónde (lugar) Qué (temas) Cómo Quiénes
(método)
Filosofía UK-EEUU- Lenguaje/lógica. Rigor, claridad, Russell, Moore.
analítica Australia (países análisis del
anglosajones), lenguaje,
países nórdicos. análisis de
conceptos.

Filosofía Centro Europa, Metafísica, Fenomenología Heidegger,


continental sobre todo ética, arte. (Husserl), Nietzsche,
Alemania y dialéctica… Hegel.
Francia.
Depende del
tema y el autor.

c) Refutación del cuadro.


El cuadro viene a identificar la FL con la Filosofía analítica. Varias refutaciones:
a. Hay Filosofía analítica en Francia y Alemania, y Filosofía continental en UK,
EEUU…
b. Hay Metafísica analítica, hay ética analítica, hay estética analítica… Porque el
analítico hace referencia al método usado. Y también habrá FL en la Filosofía
continental (por ejemplo, con Derrida).
El defecto de la Filosofía continental es que sus argumentos son oscuros, no están
claros. En cambio, los de la Filosofía analítica son superficiales, se fijan tanto en cómo se dice
que olvidan qué se dice.

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6. Revisión de la hipótesis inicial. Los problemas de la filosofía del
lenguaje: las relaciones entre pensamiento, lenguaje y mundo.
a) El triángulo Mente-Lenguaje-Mundo.
En el libro The meaning of meaning, de Ogden y Richards se propone el siguiente
triángulo:

b) Valor del cuadro para ilustrar los problemas de que se ocupa la Filosofía del
lenguaje.
 La relación Sujeto ↔ Lenguaje atiende a las teorías del significado.
 La relación Lenguaje ↔ Mundo atiende a la verdad y condiciones de verdad.
 La relación Sujeto ↔ Mundo atiende a la intencionalidad, a las teorías de la acción
lingüística (pragmática y actos del habla), teorías de la mente, teorías condicional-
veritativas del significado…

c) Propuesta de un nuevo cuadro.


Hay varios problemas en este triángulo:
a. Se tiende a reducir el lenguaje, su significado, a una relación, un vértice, a costa del
contrario.
b. Hay oraciones problemáticas que, al no ser verdaderas ni falsas, reducen el
significado según las teorías de la verdad (como preguntas, futuros…).
c. El triángulo considera los vértices como iguales, sin resaltar ninguno de sus lados,
pero en la FL partimos del lenguaje para explicar el mundo a través de un sujeto. Es
problemático que se ponga al mismo nivel el Faktum y sus condiciones de
posibilidad.
d. El triángulo, como figura geométrica tiene lados y vértices, pero los lados sólo
relacionan 2 vértices, tenemos tres relaciones binarias, lo que es limitante, porque
muchas explicaciones de la FL se dan de forma ternaria o trinomia.
Una propuesta de un triángulo más acertado sería esta:

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 En la relación Sujeto ↔ Mundo el Lenguaje también está implicado (tesis del
relativismo lingüístico), pues determina cómo conocemos el Mundo.
 En la relación Sujeto ↔ Lenguaje ambas son parte del Mundo, al usar el
Lenguaje, ya lo estamos implicando, pero también, al hablar de condiciones,
estamos refiriéndonos a la situación en el Mundo.
 En la relación Mundo ↔ Lenguaje, para hacer uso de este Lenguaje, para
conocer, se necesita un Sujeto.

7. Qué es el lenguaje: dimensiones expresiva y comunicativa del


lenguaje.
a) Lenguaje como conjunto de signos que expresan y que sirven para
comunicar.
El lenguaje tiene dos dimensiones, cada una con unos rasgos esenciales y unos
derivados de la significatividad del lenguaje. Así, la dimensión expresiva es aquella que nos
permite expresar algo, y la comunicativa con la que transmitimos ese algo.
Según la teoría de la traducción, el significado de las cosas es aquel que tiene en común,
lo que no se pierde, al traducir esta misma palabra a todas las demás lenguas. Quine criticará
que haya una buena traducción por esto mismo.
b) Rasgos del lenguaje como conjuntos de signos, comunes a la dimensión
expresiva y comunicativa del lenguaje.
Hay varios rasgos comunes entre las dos dimensiones, y hacer referencia a los signos:
1. Senso-perceptibilidad del lenguaje: si no pudiéramos percibir algo sensorialmente,
no podríamos usar el lenguaje. Esta característica entraña la materialidad del
lenguaje.
2. Convencionalidad del lenguaje: para usar el lenguaje, previamente nos hemos
puesto de acuerdo sobre un trozo de materia. Esto da lugar a muchos lenguajes, que
son traducibles, o deben poder serlo.
3. Gramaticalidad del lenguaje: tiene un carácter reglado. Una de las razones por las
que esto está así es que solo podemos recordar un conjunto finito de signos, pero
con los que poder expresar o designar un conjunto infinito de cosas.

c) Dimensión expresiva del lenguaje: los rasgos fundamentales.

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Los rasgos fundamentales de la dimensión expresiva del lenguaje son dos: la
significatividad, esto es, hablar con sentido, el lenguaje dice algo del mundo; y la veracidad o
falsedad, que se deduce de la correspondencia con el mundo.

d) Dimensión expresiva: los rasgos derivados de la significatividad del lenguaje.


De los rasgos esenciales se derivan otros rasgos, que son:
1. Inmediatez, rareza. Entendemos una frase enseguida, por muy rara y nueva que sea,
de manera inconsciente. Entendemos inmediatamente y sin esfuerzo oraciones largas,
infrecuentes y nuevas, por lo que tanto las partes como el conjunto tienen significado.
2. Cada oración significa algo en particular.
3. Las partes tienen significado, pero en conjunto no lo tiene. De esto se deriva que el
significado del todo no puede derivarse del significado de las partes. El significado del todo
depende del de las partes, pero no es una suma de ello, influye el modo de composición, es
decir, de la acción del Principio de Composicionalidad del Significado.
El PCS implica que cada oración significativa tiene partes significativas, y el
significado del todo depende del significado de las partes y el modo de composición de las
mismas. Este principio será muy importante en Frege, en Russel y en el verificacionismo.
Explica el rasgo de la inmediatez, de la novedad y de la infrecuencia, ya que al tener el
significado de las partes y atender a este principio se explica que entendamos oraciones nuevas,
infrecuentes, de manera inmediata, y que del mismo modo podamos crear oraciones.
4. Distintas expresiones pueden tener el mismo significado, que hay una equivalencia.
5. Una expresión también puede tener más de un significado, hay una ambigüedad.
6. Habrá casos de implicación, en los que el significado de una expresión puede estar
contenido en el de otra.

e) Dimensión comunicativa del lenguaje: los rasgos fundamentales.


Los rasgos esenciales de la dimensión comunicativa del lenguaje son dos: la
comunicación intersubjetiva, esto es, dado que nos comunicamos mediante el lenguaje, pone de
manifiesto una intención del hablante; y la relación entre lenguaje y acción, esto es, con el
lenguaje podemos hacer cosas distintas a decir cómo es el mundo, hablamos de actos del habla.

f) Dimensión comunicativa del lenguaje: los rasgos derivados.


Los rasgos derivados de la dimensión comunicativa también son dos: la
interpretabilidad del lenguaje, que dará lugar a la hermenéutica; y la relación entre lenguaje y
cultura, o lenguaje y arte, que nos permite crear obras.

8. Presentación de las teorías del significado.


a) Teorías referencialistas (o entitativas) del significado.
Son teorías asociativas, esto es, se asocia una palabra a una idea y a un significado, que
a su vez están asociadas entre sí. Estas entidades pueden ser ideas u objetos del mundo.
Los autores se alejan de estas teorías porque las ideas están solo en la mente del
hablante, atribuimos significados distintos a los conceptos, no compartimos los significados. Se
podría solucionar yendo al mundo y poniéndonos de acuerdo sobre los significados, pero esto
produciría otros problemas, porque no todos observamos o tenemos experiencia de lo mismo.
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Cuando hablamos del significado de las cosas, hablamos de algo que caracteriza a las cosas, no
de la idea o de la cosa concreta, sino de lo que tienen en común todos los objetos que recaen
bajo ese concepto. Esto produce aún otro problema, y es que hablamos de una potencia
cognoscitiva, no tanto del lenguaje.

b) Teorías del significado como uso.


Vienen a decir que el significado de las palabras viene definido por cómo pueden ser
usadas en el lenguaje, en los juegos del lenguaje.

c) Teorías verificacionsitas del significado. Carnap.


Entienden el significado en términos de veracidad, esto es, qué circunstancias se tienen
que dar en la experiencia para que podamos hacernos cargo de la verdad. Se nos muestra la
verdad a los sujetos. Por el contrario, las condiciones de verdad son aquellas que deberían darse
en el mundo para que una oración sea verdad.

d) Teorías psicologistas del significado. Grice.


Reducen el significado a las intenciones comunicativas del hablante. Estas tienen
siempre dos fases: la primera es dar cuenta del significado ocasional del hablante, y la segunda
es dar cuenta del significado de las oraciones. Se define lo segundo en términos de lo primero.
El problema es que podemos entender una oración sin saber quién la ha dicho ni cuáles fueron
sus intenciones.

e) Teorías del significado como condiciones de verdad.


Tarski: “La nieve es blanca” es verdadera si la nieve es blanca. Este es el esquema T, en
el que la oración entre comillas habla del lenguaje (metalenguaje) y la segunda oración habla
del mundo (lenguaje objeto).
Davidson: para entender el significado hay que entender el esquema T, pues habla de las
condiciones de verdad.
Kripke: hablará de la semántica intensional. Los modos de ser de las cosas pueden ser
necesarias, contingentes, etc. Frente a las teorías en las que se intenta definir el mundo como
únicamente hechos, Kripke trata de demostrar que, en algunos casos, decir “necesariamente”
añade algo al significado de las cosas. Para explicar esto construye la idea de “los mundos
posibles”, en el que cambia las propiedades de las cosas, de manera que una oración es
“necesaria” cuando es verdad en todo mundo posible, cuando no se pueda pensar un mundo en
el que la oración sea falsa. La contingencia, pues, es la posibilidad de ser V o F. Se remite a las
condiciones de posibilidad, pero en los mundos posibles.

9. Conceptos y distinciones básicas.


a) Signos-tipo y signos-ejemplar.
Quieren distinguir el universal de un signo (signo-tipo o type) y las instancias
particulares de ese signo en el tiempo y el espacio (signo-ejemplar o token).
S-T: “perro”. S-E: (2) “perro”, (3) “perro” (4) una persona emitiendo la palabra “perro”.
“Juan” y “Juan” son la misma palabra, si es type será V, pero será F si es token.

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“Juan es alto” tiene tres palabras, pero es V tanto para type como para token. Nunca hay
dos signos ejemplares iguales, pero siempre hablaremos del mismo signo tipo.

b) Las acciones lingüísticas: oraciones y proferencias.


Una expresión lingüística es una concatenación de tipos básicos; la expresión tiene
significado o contribuye al significado de otras expresiones. Normalmente aludimos a palabras
(“mesa”, “la”, “esta”), que contribuyen al significado de la palabra, pero por sí solas no tienen
significado. “La sobre a”, aunque sea una concatenación de signos básicos, no tienen
significado ni por sí ni en conjunto, por lo tanto, no es una expresión.
Oración del lenguaje son las expresiones lingüísticas que se emiten para hacer acciones
lingüísticas (definición pragmática). Una acción lingüística no es la simple emisión de palabras,
sino decir algo, expresar cosas del mundo (no decir “ventana”, sino “la ventana está sucia”).
La acción lingüística es la acción del hablante, por medio de la cual hace algo con el
lenguaje. Se puede objetar el problema de que, para explicar este concepto, se debe aludir al
entendimiento del sujeto. Otra definición sería cualquier porción del discurso antes o después
del cual hay un silencio por parte del emisor. Respondería al problema de usar cierta parte de lo
definido en la definición, al no tener que recurrir al entendimiento del sujeto, pero hace
depender de poder distinguir dichos silencios, hay que tener consciencia de estar realizando tal
acción lingüística.
Proferencia o emisión: puede ser los sonidos o “grafos”, o la acción lingüística misma.
Los sonidos o grafos serían el resultado de la acción lingüística. Emisión a veces se refiere al
resultado de la acción, pero otras, al significado de la acción, ya que una misma acción puede
tener dos resultados distintos.

c) Enunciados y proposiciones. Fuerza ilocucionaria.


El enunciado es una oración declarativa, que expresa una determinada acción lingüística
que es la de afirmar. Por tanto, son aquellas susceptibles de V/F. Habrá que determinar cuáles
oraciones son declarativas, pues hay algunos enunciados que no está claro que tengan valor de
V/F. Podría definirse de otra manera: oración/enunciado es aquella que pretende una verdad,
decir algo del mundo, describir los hechos. Habrá que ver, con los autores, qué entenderán por
afirmar.
La distinción entre enunciado y proposición: la proposición es lo que dice la oración,
así, dos enunciados distintos pueden ser una misma proposición (“Matt está escribiendo”, y “yo
estoy escribiendo”). Problema: ¿a qué atribuimos la verdad, quién la porta? ¿A las
proposiciones o a los enunciados?
Los componentes de la proferencias son dos: el contenido proposicional y la fuerza
ilocucionaria. El contenido proposicional es aquello común entre las oraciones; la fuerza
locucionaria es lo que las distingue (“Matt estudia” y “¡Matt, estudia!”). Fuerza ilocucionaria es
lo que acompaña a las oraciones que la convierte en uno u otro acto de habla.

d) Uso y mención de los signos. Lenguaje-objeto y metalenguaje. Operación de


entrecomillado.
“Roma” tiene 4 letras, refiere a la propia palabra, al lenguaje. Roma es una ciudad,
refiere al concepto del mundo.
La operación del entrecomillado consiste en poner una expresión entre comillas. El
resultado es una expresión nueva, nos permite ampliar el lenguaje. Esta nueva expresión
funciona sintácticamente como nombre (sintagma nominal) y semánticamente, su
denotación/significado es la expresión que aparece entre comillas. Se habla de uso y mención de
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los signos. En el uso del lenguaje no se entrecomilla, por lo que el signo remite a su significado
habitual. Al mencionar un signo sí se entrecomilla, refiriéndose al propio signo (lenguaje).
El lenguaje-objeto es el lenguaje sobre el que trata nuestro discurso.
Metalenguaje es el lenguaje mediante el que hablamos de otro lenguaje.

Tema 2. Las doctrinas semánticas de G. Frege.

1. Introducción: el proyecto fregeano y el logicismo. La


Conceptografía.
a) Origen y motivación del pensamiento fregeano: La crítica al psicologismo. La
fundamentación del conocimiento científico.
La preocupación fundamental de Frege es el objeto del matemático, la filosofía de la
matemática, de la que acabará por nacer su filosofía del lenguaje. Le preocupa la corriente
psicologista, que trata de definir los números, las palabras, como operaciones de la mente. Sin
embargo, parece que hay “fugas” en esta corriente, como la dificultad para dar cuenta
psicológicamente de algunas entidades (por ejemplo, el infinito, el 0, los números negativos…);
y otra más grave, que es que, si entendiéramos psicológicamente estas entidades, las
entendamos subjetivamente.
A Frege todo esto le preocupa porque busca la objetividad de la ciencia, ver cómo
fundamentarla fuera de hechos psicológicos. Así, fundamentará la matemática en la lógica,

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introduciendo el logicismo, que consiste en derivar las verdades matemáticas de las verdades
lógicas, definir conceptos matemáticos en términos de conceptos lógicos. Al afirmar el
logicismo, decimos que la matemática es analítica, a priori y necesaria.
Frege distingue entre dos tipos de pruebas: las analíticas (lógicas) y las empíricas. Dirá
que la matemática sólo estará bien fundamentada si se prueba de manera analítica. Querrá crear
un lenguaje formal o conceptográfico para derivar las verdades matemáticas de las verdades
lógicas. En este lenguaje conceptográfico habrá ciertas novedades, que afectarán a la manera en
que entendemos el lenguaje, generando problemas con la Filosofía del lenguaje.
También distingue entre cómo conocemos algo (cuestiones de génesis) y cómo lo
justificamos/fundamentamos. Le importará que la matemática esté bien fundamentada, así que
el problema se encontrará en cómo probarla. Las pruebas pueden ser lógicas (que no derivan de
la experiencia) o empíricas (que proceden de la experiencia); las que necesita la matemática son
las pruebas lógicas. Al hacer pruebas lógicas, a veces, el lenguaje es engañoso, debido a la
ambigüedad, la vaguedad y el hecho de que haya aspectos en el lenguaje que no son relevantes
para la prueba lógica (a lo que llama coloración o pigmentación del lenguaje, esto es, cómo
afecta la subjetividad al lenguaje). Todo esto hace que el lenguaje ordinario no sea apto para
definir los conceptos matemáticos/lógicos, y por ello creará su lenguaje formal o
conceptográfico.

b) Origen de la idea de la Conceptografía: necesidad de un lenguaje ideal.


Para derivar la matemática de la lógica, Frege necesita una buena forma de hacer
inferencias lógicas y principios lógicos que sirvan como punto de partida. La Conceptografía
trata de instituir unos nuevos conceptos formales o puros y de definir estas inferencias lógicas y
leyes del pensamiento puro (o principios). Estas leyes del pensamiento puro estarán definidas en
términos de leyes universales, usando el para todo…, los condicionales, las negaciones…
Hay una noción fundamental, el contenido conceptual, que es todo aquello que expresa
el signo y que es relevante para la inferencia. La coloración o el tono sería el matiz subjetivo,
que no es relevante para la inferencia. El esquema en Frege sería, pues, tal que: signo →
contenido.

c) Características del lenguaje conceptográfico.


En la Conceptografía, Frege desarrolla su logicismo. Debe construir un lenguaje nuevo
derivado de los principios de la lógica y que se articule mediante inferencias lógicas. Para esto
define la inferencia lógica y los principios lógicos o puntos de partida (“leyes del pensamiento
puro”).
Como la inferencia lógica es lo más importante, hay que tener en cuenta una noción
fundamental: contenido conceptual. Es aquello que expresa el signo y que es relevante para la
inferencia lógica. Como es lo que afecta a la inferencia, es lo que afecta a la verdad. En el signo
hay contenido conceptual y coloración (o sentido, pero no entendido a la manera de Sentido y
referencia). Puede haber expresiones con el mismo contenido conceptual.

d) Innovaciones fundamentales: sustitución de la estructura sujeto-predicado por


la estructura función-argumento.
La innovación de Frege responde a la sustitución del esquema clásico de sujeto-
predicado por el de función-argumento. Lo que le parece interesante es poder introducir la
generalidad (el “para todo…”). Al vaciar una expresión (“( ) conquistó las Galias”; “César
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conquistó ( )”; “( ) conquistó ( )” se puede usar la generalidad: para todo ( ) → conquistó las
Galias, de manera que se pueda establecer el valor veritativo de las oraciones. Se define el
concepto en términos de función. Se vacía de contenido para poder definir los conceptos de
manera que se corresponda con las leyes universales (verdaderos para todo caso).
En términos de funciones, “todo (x) [(x) es hombre, entonces (x) es animal]”.

La función es la constante, el argumento es lo variable. “Función de un argumento cuyo


valor es veritativo”, sería la definición de concepto. La extensión de un concepto será todo aquel
objeto para el que el valor es V.
Frege distingue entre lo saturado (objetos propios) y lo insaturado (funciones). Al
rellenar la función obtenemos otro objeto, que también será saturado.
Todo proyecto teórico tiene un cuerpo de oraciones generales, a partir de las cuales
explicar el mundo (necesario para toda ciencia). Dado que Frege quiere describir general y
universalmente todo comportamiento aritmético, necesita generalizar, de manera que se pueda
explicar para todo cuerpo. Al crear una función, estamos estableciendo una ley.
Ejemplo: Para todo (x) que es cobre → (x) conduce electricidad.
Para todo (x) que es H2O → (x) hierve a 100ºC.
- Sea lo que sea (x): si es cobre, conduce electricidad; si es H 2O, hierve a 100ºC.
- Si es verdadero, entonces, es ley.

e) Contenido y modo de determinación del contenido.


Frege pretende que para cada signo haya un único contenido (S 1 → C1; S2→ C2; S3
→ C3…). Esto implica que no haya ni una homonimia, ni una sinonimia, aunque se verá
obligado a aceptar cierto grado de esta última. Crea un signo que sea equivalente a una
expresión, que relaciona otro signo que tiene el mismo contenido (PV = País Vasco).
Cuando afirmamos igualdad de contenido, decimos que un signo tiene el mismo contenido
que otro, no que ambos sean iguales. Sin embargo, si no hubiera algo de distinto entre
ambos signos, se usaría sólo uno. Frege usa el concepto/idea de “modo de determinación”.
El modo de determinación del contenido está del lado del lenguaje, no del mundo.

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f) La multiplicidad de análisis en función y argumento. La perspectiva como
determinante del análisis.
Se pueden ofrecer 3 análisis en términos de función (si no más):
(x) conquistó las Galias
César conquistó (x)
(x) conquistó (y)

g) La sustantivación del análisis función-argumento.

h) La justificación de la Conceptografía. Las etapas de las doctrinas semánticas


fregeanas.

2. Justificación de la Conceptografía. Función y concepto.


a) Las identidades aritméticas: contenido y función.
En la Conceptografía, Frege entiende que la identidad es una relación entre nombres o
signos de objetos (a la referencia, más que a lo referido). En la relación “a = b”, “a” y “b” se
refieren a lo mismo, se afirma la relación, pero solo en la medida en que estos signos designan
algo, y esta relación se deriva de la conexión de ambos signos con la cosa designada.

b) Función, argumento y valor.

c) Extensión de la noción de función.


- Conceptos: función de un argumento cuyo valor es un valor de verdad.
- Identidad: función de dos argumentos cuyo valor es un valor de verdad.
- Constantes lógicas: funciones de verdad.
- Funciones de segundo orden. Generalidad.
- Funciones de múltiples argumentos.

3. La referencia y sentido de las expresiones. Sobre sentido y


referencia.
a) El problema del valor cognoscitivo de los juicios de identidad.
Frege comienza Sobre sentido y referencia preguntándose qué tipo de cosa es lo que
relaciona la identidad. Si es una relación entre objetos, no hace más que afirmar la identidad de
un objeto consigo mismo. En la Conceptografía, desarrolla la idea de que la igualdad es entre
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signos, pero esto lleva aparejado otro problema: la relación de identidad entonces sería
meramente lingüística, no ampliaría nuestro conocimiento del mundo. Para resolver esto
introduce la noción de contenido, como modo de presentar los objetos. Los signos eran modos
de designar.
Problema 1: si “a = a” y “a = b” fuera una relación entre objetos, lo único que estarían
afirmando es la identidad de un objeto consigo mismo. El contenido de “a” es igual al contenido
de “a”, y el contenido de “a” es igual al contenido de “b”, pero lo determina de distinta manera.
“a = a” no amplía el conocimiento, el valor cognoscitivo es no ampliativo, es una proposición a
priori, necesaria (analítica). “a = b” amplía el conocimiento (es sintética), es a posteriori, con
determinado valor cognoscitivo (por tanto, ampliativo).
La diferencia de signos se da en el modo de determinación, pero la identidad lo que nos
dice es que el signo “a” tiene el mismo contenido que el signo “b”. Habría conocimiento de las
designaciones, pero son arbitrarias. Si fuera así, no habría conocimiento genuino del mundo,
ofrecería un conocimiento únicamente lingüístico, esto es, sobre el lenguaje. Por esto, no puede
ser una relación entre signos, debería volver a ser una relación entre conceptos, pero así
volvemos al mismo problema de antes, y para solucionar este introduce el concepto de
“sentido”.
*Crítica de María Cerezo a la tesis de Frege en Sobre sentido y referencia: esta tesis
sería un nuevo modo de determinación. “El rey de España” y “The king of Spain” son dos
signos, pero también tienen distintos sentidos porque uno se asocia al castellano y el segundo al
inglés.
En este texto, lo que se dice es que el objeto que designa “a” es el mismo que el
designado por “b”, pero se presenta de distinta manera. El modo de determinación se asocia al
signo, pero también habla del modo de presentación, que se asocia a la relación de los objetos.

b) Sentido y referencia como solución del puzle.


Para resolver el puzle de la identidad y dar cuenta de cómo es posible que “el lucero
vespertino” y “el lucero matutino” designen lo mismo y haya entre ambas identidad y, a la vez,
amplíen nuestro conocimiento, Frege propone la escisión del signo en sentido y referencia.
El signo “a” puede tener el mismo contenido que el signo “b”, pero lo determina de
distinta manera.

c) Diferencia entre: sentido y modo de designación; sentido e idea o


representación.
Sentido: El sentido es un modo de presentar la referencia, pero forma parte tanto del
signo (porque es expresado por él) como de la referencia (porque la presenta). Logra así salvar
la objetividad y no caer en el subjetivismo, porque el sentido es parte del mundo, no únicamente
del sujeto.
El modo de designación del contenido, es decir, el sentido, va a medio camino entre la
referencia designada por el signo y el signo mismo, que lo expresa.
Idea o Representación: Asociada a un sentido, pero no del lado de la referencia sino
del sujeto. Es la imagen interna formada a partir de los datos de los sentidos, los recuerdos, las
experiencias que asocia el sujeto que recibe la impresión sensible que causa el signo. Es
subjetiva y puede haber multiplicidad de representaciones asociadas a un mismo signo. Depende
del momento, del lugar…

d) Sentido y referencia de nombres propios.

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La referencia de los nombres propios es el objeto determinado que designan. Su sentido
es la manera de presentarlos.
Ejemplo: “Lucero vespertino”, cuya referencia es Venus (el planeta) y cuyo sentido es
el modo en que Venus se presenta. Es la definición o descripción que asociamos.

e) Relaciones entre sentido y referencia.


El signo expresa un sentido.
El sentido presenta una referencia.
El signo designa una referencia.

f) Principio de composicionalidad (PC) y principio de sustitubilidad de


expresiones correferenciales (PSEC).
Si cambiamos una expresión por otra con la misma referencia, se mantiene el valor
veritativo. Cuando distinguimos entre la parte y el todo, y del todo extraemos una parte, la otra
parte queda determinada. Pero cuando hablamos de lo V como el todo, la referencia no
determina todas sus partes (de “el rey de España” no se extrae “es alto”, y no sólo se extraería
esto, porque hay infinidad de pensamientos acerca de él). Esto es a lo que llamamos Principio
de Composicionalidad. La referencia del todo depende de la referencia de las partes, y su modo
de composición; y el sentido del todo depende del sentido de las partes y de su modo de
determinación.
El PSEC, lo que viene a presentarnos es que, si en una expresión se sustituye una parte
por otra expresión con la misma referencia, la referencia del todo no debe cambiar.

g) La presuposición de referencia en el lenguaje científico.


Hay que presuponer referencia en el lenguaje científico, que tendría referencia y
sentido. Y este se contrasta con el lenguaje poético, que solo tendría sentido. El sentido sería el
modo de presentación de la referencia, pero esta no la tenemos. Frege afirma que el lenguaje
poético no tiene valor veritativo.

h) Sentido y referencia de las oraciones.


Las oraciones son signos; y tienen un sentido, que es el pensamiento, y una referencia,
que es el valor veritativo.
Frege parte de una premisa que no argumenta: una oración asertiva completa tiene un
pensamiento. El pensamiento, como es contenido de la oración, puede ser su sentido (B) o su
referencia (A). Supongamos que el pensamiento es la referencia → el argumento demuestra que
no lo es → no es la referencia, luego es el sentido. (A o B → No A, luego B). La referencia de
una parte no debería cambiar la referencia del todo (por la premisa del PSEC). Como el
pensamiento cambia al sustituir la expresión, y el pensamiento no puede cambiar, se demuestra
que el pensamiento no es la referencia.
Ahora, ¿cómo demostramos/argumentamos que el valor veritativo es la referencia de las
oraciones? Partimos de una conjetura (o hipótesis) y s argumenta con la contrastación de la
hipótesis gracias al PSEC. La conjetura es esta: si aspiramos a la verdad, exigimos una
referencia a las partes. Hace un contraste del lenguaje poético con el lenguaje científico, pues en
el primero no se busca la veracidad de las oraciones, pero en el segundo sí. La conjetura,
entonces, es que el valor veritativo es la referencia de las oraciones. La contrastación se da por

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el PSEC: al cambiar una parte de la oración por otra expresión con la misma referencia no
cambia la referencia del todo. Por ejemplo: “Felipe IV es alto” y “El rey de España es alto”
tienen la misma referencia (V o F).

Los problemas que plantean los lenguajes naturales son dos, principalmente: que se
puede atribuir más de un sentido a un signo y que a veces usamos signos que no tienen
referencia.

i) Estudio de contraejemplos y la extensión de la teoría a casos en que hay


cláusulas subordinadas. (Ejemplos del texto).
En la oración “Ana cree que Federer es el mejor tenista de la historia”, tenemos una
oración dentro de otra oración, cuyo sentido es un pensamiento y su referencia es V/F (al
menos, fuera de contexto). En su contexto, la referencia del pensamiento es su sentido habitual
(el objeto en caso de que estemos ante un nombre propio y el valor veritativo si hablamos de
oraciones). Si consideramos que la segunda oración se puede sustituir por otra con la misma
referencia, la nueva oración tendrá la misma referencia, esto es, V o F, pero esto no puede
mantenerse al insertarse en un todo, porque se contiene en un contexto epistémico. Entonces,
¿cuál es el sentido de la expresión en su contexto? El ámbito del sentido objetiviza el
pensamiento, dejando entonces, que el sentido sea “el pensamiento expresado por “Federer es el
mejor tenista de la historia”.”. Y el sentido de “Federer” sería el sentido expresado por “el mejor
tenista de la historia”. El sentido es objetivo, y no es equivalente a la representación, que sería
subjetiva.
4. Los problemas de la doctrina sobre sentido y referencia.
a) Los límites del PC: la multiplicidad de análisis del sentido de las expresiones.
Dada la posibilidad diversa de análisis de la oración, por ejemplo, “César conquistó las
Galias”, que puede analizarse como: “(x) conquistó las Galias”, “César conquistó (x)” y “(x)
conquistó (y)”. Dado que el contenido del todo depende del contenido de las partes, a la hora de
analizar el contenido del todo, dependerá de la forma en que analicemos una oración en
términos de los componentes. Siendo que (x) es un objeto y lo demás es la función: en algunos
casos “César” es un objeto y en otras, forma parte de la función. Al haber múltiples maneras de
analizar las partes del contenido de acuerdo a cómo analicemos la oración, entonces no se
entiende qué expresa el PC, por el que las partes deberían determinar el todo.

b) La problematicidad del sentido de los nombres propios.


Primer problema: La variedad de los sentidos que se pueden asociar al nombre propio.
Por ejemplo: Aristóteles puede ser entendido como “discípulo de Platón”, como “autor
de la Metafísica”, como “tutor de Alejandro Magno”, o como “el filósofo más importante de la
Antigüedad”.
Muchas veces, ocurre que, al conocer el sentido de los nombres propios, lo que
conocemos es la asociación con su referencia. Frege presenta el problema como que los
nombres propios tienen diferentes sentidos en diferentes sujetos. Es un problema a nivel
conceptográfico: el nombre propio nombra, esto es, significa que tiene una referencia, y una
oración expresa un pensamiento. Esta es la distinción previa a Frege (la llamada “versión
ingenua”). Para esta corriente, la oración solo tiene referencia, no sentido. En cambio, en la
17
versión fregeana/russelliana, el significado (sentido) de los nombres se asocia al modo de
presentación. Para Kripke, los nombres solo nombran objetos, es decir, solo tienen referencia,
pero también tenemos descripciones, que son modos de identificar objetos.
Crítica de María Cerezo: si podemos asociar varios sentidos a un nombre propio, ¿en
qué sentido podemos asociar sentidos a los nombres propios?

Segundo problema: La circularidad.


Aristóteles es el discípulo de Platón, que es el maestro de Aristóteles. Por tanto,
Aristóteles es el discípulo del maestro de Aristóteles. El problema radica en intentar hacer un
análisis basándonos en dar fuerza al sentido, apartando la referencia.

c) Las expresiones con sentido y sin referencia. El lenguaje poético.


En el lenguaje poético no nos preocupa la verdad. El lenguaje poético no tiene
referencias, solo sentidos. Sería de desear que tuviéramos una denominación específica para los
signos que solo tienen sentido, los que se dan en el mundo del arte, para evitar equívocos. Solo
tienen sentido porque no existen en la realidad, es decir, no tienen referencia, pero esto no nos
preocupa porque de ellos no queremos la verdad, no buscamos ampliar nuestro conocimiento,
sino un goce distinto, el propio del arte.

d) Las dificultades de la aplicación de la distinción sentido/referencia en las


oraciones.
1. La primera dificultad es que Frege entiende las oraciones al modo de nombres.
La oración va a expresar un pensamiento (sentido) y ello presentará un valor veritativo
(referencia). Pero, mientras que en el nombre la referencia era el objeto del mundo, en las
oraciones la referencia va a ser un valor veritativo, lo cual es muy problemático. Parece lógico
pensar que un nombre tiene una relación con la realidad distinta a la que tiene una oración, pero
para Frege no es así. Para hacernos una idea, Aristóteles diría que una oración predica, que nos
permite hablar de relación entre objetos del mundo, pero no tiene un objeto propio al que hace
referencia, como si tuviera una referencia particular más allá de aquello que nombra con los
nombres propios.
2. Por otro lado, es contraintuitivo pensar que lo verdadero y lo falso (referencia de la
oración) son objetos del mundo como lo son, por ejemplo, “Bisbal” o “Felipe VI”. Tanto que
nos lleva a cuestionarnos la teoría del sentido y la referencia.
3. Por último, la aplicación de esto a las oraciones subordinadas es problemática.

e) Los problemas ontológicos.


- La distinción función/objeto como distinción ontológica.
Es también la distinción entre saturado e insaturado, que Frege defiende como existente
realmente, en el mundo. Diría que en el mundo hay funciones insaturadas y también hay
referencias de dichas funciones. Es como un hiperrealista de los universales, acaba defendiendo
un nominalismo que hace violencia al sentido común.
- Los valores de verdad considerados como objetos.
Comentado en el apartado anterior. Es tan contraintuitivo pensar que “lo verdadero”,
por ejemplo, sea un objeto del mundo de la misma manera en que lo son las referencias de los
nombres propios, que lleva a cuestionarse si habrá que abandonar la teoría de base.
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- Tercer reino.
Como el sentido ha pasado a ser una parte del mundo porque no depende únicamente
del sujeto, no es subjetivo, de algún modo estamos objetivando el pensamiento. Pero, estos
pensamientos, ¿dónde están? Frege postula la existencia de un tercer mundo, el tercer reino: el
de los pensamientos. Necesario para salvar la objetividad del signo, pero con unos compromisos
tan fuertes que, de nuevo, parece que la razón nos compele a abandonar la teoría del sentido y la
referencia.

5. La objetivación del sentido. El pensamiento.


Frege: “Por pensamiento no entiendo la actividad subjetiva del pensar, sino su
contenido objetivo, que es apto para ser propiedad común de muchos.” [Sobre sentido y
referencia].
a) El ámbito del sentido. Verdad y falsedad como propiedad de los
pensamientos.
Tras lo defendido en la Conceptografía, Frege cambia un poco su posición y abandona
la idea de que lo verdadero y lo falso sean objetos del mundo. Defenderá ahora que son
propiedades de los pensamientos. Estos pensamientos, como hemos visto, están en el tercer
reino, porque para que puedan ser compartidos por muchos, como objetivos, deben ser
independientes de los sujetos particulares, es decir, deben estar en el mundo con independencia
de los sujetos. Finalmente, hemos visto que para explicar cómo esto puede ser así, Frege se ve
obligado a postular un tercer mundo en el que habiten estos pensamientos objetivos.
Si lo verdadero y lo falso son propiedades de los pensamientos, conocer el mundo
consistirá en captar pensamientos verdaderos, los que corresponden con hechos del mundo. La
ciencia consiste en hacernos con estos pensamientos, pero la correspondencia no está explicada,
simplemente ocurre. Es como si la verdad y la falsedad estuvieran en igualdad de condiciones,
como si tuvieran el mismo estatuto ontológico. Hay pensamientos, verdaderos y falsos,
simplemente ocurre que algunos son verdaderos porque corresponden con el mundo.
No deja de ser gracioso que Frege empiece con el logicismo para hacer frente al
psicologismo en la Matemática y que termine ontologizando el mundo del pensamiento.

b) Nuevos problemas:
- Problemas epistemológicos: la noción de captar el pensamiento.
Los pensamientos existen con independencia del sujeto que los piensa. Es como si se
dijera “La ciencia existe. Cáptala”.
- La falta de fundamento de la verdad como propiedad de algunos pensamientos.

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Tema 3. Términos, descripciones y proposiciones en Russell.

1. Introducción.
a) La importancia de Russell: ruptura entre expresión y estructura.
Russell es un empirista convencido, por lo que le preocupa cómo conocemos hechos del
pasado, por ejemplo, que no pueden contrastarse con la realidad, o cómo podemos conocer la
mente de otro sujeto. Hay otro conocimiento que no es empírico, que no es por percepción: el
conocimiento por descripción. Este es el conocimiento que nos proporciona el lenguaje.
Desarrolla la Teoría de las descripciones definidas:
El análisis de la expresión no siempre corresponde con el análisis del contenido o
estructura. En Frege las partes del signo llevan a las partes del contenido. Russell propone
romper esta correspondencia. Ruptura entre signo - contenido en cuanto al análisis de ambos.
(El texto de Strawson trata sobre esto).

b) Obras.
Es un autor muy prolífico, pero vamos a centrarnos en dos obras fundamentales
- Principios de la Matemática (1903). Sigue a Frege y sus ideas de la
Conceptografía. Etapa “prehistórica”.
- Sobre la denotación (1905). Cambio radical de opinión. Etapa “importante”.

2. La explicación del significado en términos de referencia.


a) La referencia inmediata.

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Russell es un gran referencialista. La referencia de un signo es su significado y está
asociada inmediatamente a él. No hay mediaciones. Para Frege el sentido mediaba entre el signo
y el contenido. El signo a la vez expresa y presenta.

b) Dificultades primordiales de la teoría de la referencia inmediata.


 Expresiones que no refieren a un objeto.
Como: “de”, “menoscabo”, “nadie”, etc. Estas expresiones no refieren a nada.

 Carácter gramatical de las oraciones.


El orden: sujeto y predicado. En la oración ya hay algo, no solo las referencias de
sus partes. ¿Cómo se distinguen oraciones con los mismos objetos, la misma
relación, etc.? “Juan ama a Marta” y “Marta ama a Juan” serían indistinguibles,
pero claramente no dicen lo mismo.

 La no sinonimia de las expresiones correferenciales.


Es el problema que lleva a Frege a introducir el sentido. El problema de que,
aunque dos signos se asocien a la misma entidad no signifiquen lo mismo (lo que
pasa con el ejemplo de “Lucero matutino” y “Lucero vespertino”).
3. Los puzles clásicos de la teoría de la referencia.
a) El puzle de los enunciados de identidad o puzle de Frege. (Puzle-1).
“El lucero matutino es el lucero vespertino”.

b) El puzle de los enunciados existenciales singulares negativos. (Puzle-2).


“El rey de Francia no existe”.

c) El puzle de los términos singulares no denotativos. (Puzle-3).


“El rey de Francia es sabio”.

d) El puzle de los contextos epistémicos opacos. (Puzle-4).


“Juan cree que Federer es el mejor tenista del mundo”.

4. Doctrinas semánticas de los Principios de la Matemática .


Indicación y denotación.
a) La indicación como relación directa entre expresión lingüística y término.
Según la teoría referencialista, la relación que hay en lenguaje → mundo es una relación
de indicación. Hay palabras que indican “términos” (para Russell, es lo indicado por la palabra).
Las oraciones indican una combinación de términos (“proposición”). Tenemos dos tipos de
términos en el mundo: las cosas (que son indicadas por nombres propios) y los conceptos (que
son indicadas por adjetivos y verbos).
* Los términos son entidades del mundo. Esto sería una
concepción simple, bastante naive.

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b) Expresiones denotativas.
Russell empieza a pensar en proposiciones como “Juan vio un hombre” (en el que
tenemos la misma estructura presentada antes, pero “hombre” sería “( ) concepto”, y cuya
relación de indicación no quedaría exactamente clara). Con la teoría de que las palabras indican
ello a lo que se refieren, esto no termina de explicarse bien. Otro ejemplo: “Todos los hombres
son bípedos”, donde “todos los hombres” es un concepto, pero “son bípedos” no se atribuye al
concepto de “hombre”, sino a las cosas que caen bajo ese concepto.
El problema en el que nos encontramos al aceptar lo anterior es el que sigue: tenemos
expresiones que indican algo que no es aquello sobre lo que la oración habla. La solución sería
que “Juan vio a un hombre” se podría analizar tal que: “Juan” = cosa, nombre propio; “vio” =
concepto, “( ) ver ( )”; “un hombre” tiene que indicar algo que me derive al hombre que vio
Juan, a lo denotado, aquello de lo que la oración realmente habla. Tenemos, por tanto, una
nueva relación semántica en los términos, que son los complejos denotativos (indicados por
expresiones denotativas), cuya esencia es denotar términos.

c) La relación de denotar y las expresiones denotativas.


Hay dos relaciones semánticas:
1. Indicar: relaciona las palabras del lenguaje con los términos; el lenguaje con el
mundo.
2. Denotar: relaciona expresiones denotativas (relación de términos) con los términos; el
mundo con el mundo.

d) El caso peculiar de las expresiones denotativas que se forman con artículo


determinado y expresión de concepto.
Una palabra especial (“un”, “todos”, “algún”, “cada”, “cualquier” y “el”) + un concepto
clase (hombre) = expresiones denotativas, que indican complejos denotativos, que a su vez
llevan a cosas. Lo único que sabemos de los complejos denotativos es que deben caer bajo un
concepto, es una composición de términos, que nos remite, de una manera particular, a otra
cosa.
e) Comparación entre la doctrina fregeana del sentido y la referencia y la
russelliana de indicación y denotación.
El complejo denotativo es como el sentido (fregeano) que nos permite remitirnos a
aquello de lo que el lenguaje habla.
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Aquí encontramos un paralelismo entre el signo/expresión y el contenido/estructura. No
se rompe la idea de que el contenido expresa el signo.
La solución será la ruptura de que la forma gramatical expresa la forma lógica
(¿propuesta de Strawson?). Esta relación es entre lenguaje y mundo, pero el complejo
denotativo relaciona mundo-mundo.

5. La transformación de la teoría de la denotación en On Denoting.


La teoría de las descripciones definidas.
a) El problema de la falta de referencia (puzles 2 y 3).
Para Russel, si al analizar una descripción definida nos encontramos con la falta de
referencia, entiende que se hace una aserción F (por ejemplo, “El rey de Francia es sabio”, no
hay rey de Francia, por lo que la oración es F).
El análisis siguiente podría ser una posible solución al problema de la falta de
referencia:
Por ejemplo: “Nadie ha venido” se analizaría como “no existe un objeto tal que ese
sujeto ha venido”. [x (Vx)].

b) La separación de expresión y estructura.

c) Las funciones proposicionales como constituyentes de la proposición.


Las funciones proposicionales se expresan como “F(x)”. Es una función que da lugar a
proposiciones cuando se completa la (x).
Habrá veces en que la oración es satisfecha por uno de los valores de la variable. Si una
variable no satisface la oración, entonces será F.

d) Existencia, unicidad y satisfacción.


De la forma gramatical “El asesino de Diana Quer está en la cárcel”, podemos extraer,
según la forma lógica u oración existencial:
(1) “Hay un asesino de Diana Quer”: supone la Existencia.
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(2) “No hay más que un asesino de Diana Quer”: supone la Unicidad.
(3) “No hay nada que sea asesino de Diana Quer y no esté en la cárcel”: supone la
Satisfacción o la Predicación.
Russel analiza el sujeto gramatical con la forma lógica existencial. Así:
x [Ax  y (Ay →x=y)  Cx].
“Existe un objeto tal que ese objeto es asesino de Diana Quer (existencia) y para todo
objeto, si también es asesino de Diana Quer, entonces es igual al primero (unicidad), y (ese
objeto está en la cárcel (predicación)”.
Este análisis tiene solo un contenido lógico, carece de referencia, de contenido material.
Estamos en el plano de los conceptos, no de las cosas.

6. La solución russelliana a los puzles.


Como hemos visto, nos encontramos ante cuatro puzles, frente a los que Russell
propondrá varias soluciones.
Puzle 1, de la identidad (vista en Frege). Lo que dice es que tenemos dos descripciones,
el problema es que, si somos referencialistas, no podemos dar cuenta del valor cognoscitivo de
dos descripciones que tienen la misma referencia. Russel, en su teoría de las descripciones
definidas, lo resuelve así:
x y [Lx  z (Lz → x=z)  (Vy  w (Vw → y=w))  x=y].
Existe una cosa “x” que es lucero matutino, que es única, y existe una cosa “y” que es
lucero vespertino, que es única, y son la misma (“xy”).
La descripción media para alcanzar el objeto de distintas maneras, es análoga al sentido
de Frege. Tenemos funciones proposicionales que quedan satisfechas por el mismo objeto (a lo
que Frege llama el “modo de presentación”, por el que el objeto “se presenta en distintos
sentidos”).

Puzle 3, sobre las oraciones existenciales negativas. Russell dice que se puede analizar
la forma lógica de dos maneras:
1.- x [Rx  y (Ry → x=y)   (Rx)]
“Existe una cosa tal que es rey de Francia, y que es única, y no existe una cosa tal que es
rey de Francia”. Pero esto es una contradicción.
Solución a la contradicción:
2.-  [Rx  y (Ry → x=y)].
No existe una cosa tal que sea rey de Francia y que sea única.
Conclusión: Se cambia la negación al principio. No es que haya una cosa que es rey de
Francia y no existe, sino que no hay una cosa que es rey de Francia. No hay contradicción, la
negación se saca de la forma lógica.

Puzle 4, sobre los verbos epistémicos. Para resolver la insustitubilidad de expresiones


Russell dirá que las expresiones transmiten creencias (refiriéndonos al contenido de estas)
distintas, y por eso son insustituibles. Por ejemplo, en las expresiones “Juan cree que el mejor
tenista es balear” y “Juan cree que el marido de Xisca Perelló es balear”:
Juan cree que x [Tx  y (Ty → x=y)  Bx].
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Juan cree que x [Mx  y (My → x=y)  Bx].
“Juan cree que existe un objeto “x” tal que es tenista, que es único y que es balear” y
“Juan cree que existe un objeto “x” que es marido de Xisca Perelló, que es único y que es
balear”.
Son creencias distintas, por lo que no puedo aplicar el principio de sustitución de
expresiones correferenciales. No puedo porque se perdería el valor de verdad, ya que creer lo
primero no tiene por qué implicar creer lo segundo y viceversa.

7. La noción de referencia semántica como cualquier objeto (si lo


hay) que satisface de manera única la descripción.
El problema que se plantea es cómo dar cuenta del significado de la oración (por
ejemplo, “El rey de Francia es sabio”) si no refiere a nada. La solución se encuentra en el
análisis de la forma existencial de esta oración: “Existe un objeto “x” que es rey de Francia, que
es único y que es sabio”. Dado que implica la existencia, y esta no la hay, la oración es F,
aunque tenga sentido.
La oración es falsa porque la existencia no se da, pero el análisis permite dar cuenta de
casos en que el sujeto no denota. La oración tiene sentido, pero es falsa. Podría ser verdadera
(“El rey de España es alto”: “Existe un objeto que es rey, que es único y que es alto”). Hay un
objeto que satisface las funciones proposicionales de la oración. El x tal que satisface las
funciones proposicionales y por tanto hace que la oración sea verdadera: referencia semántica.
Si existe referencia semántica la oración es verdadera. Sin referencia semántica, la oración
existencial tiene significado, pero no es verdadera. Esta noción de referencia semántica es la que
usa Russell para diferenciar las oraciones existenciales verdaderas de las que tienen significado.

8. Objeciones a la teoría de las descripciones definidas.


a) Strawson: si el sujeto no tiene referencia, la oración no es verdadera ni falsa,
no hay afirmación.
Cuando decimos que “el rey de España es bajo”, decimos que es F en un sentido muy
distinto a cuando hablamos de que “el rey de Francia es sabio” es F. Al escuchar esto último, no
pensamos si se ha dicho algo falso o verdadero, sino si se ha dicho algo en absoluto.

b) Strawson: la existencia del sujeto no es parte de lo que se está afirmando


cuando se predica algo del sujeto.
Se presupone, pero no se incluye la afirmación de la existencia.

c) Strawson: hay descripciones que por sí solas no determinan un objeto, sino


que dependen del contexto.
Necesitamos recurrir al contexto de emisión para analizar una expresión.

d) Donnellan: las descripciones definidas a veces se usan sólo como nombres


para referir a objetos, y no atribuyendo propiedades.
Hay veces en las que las descripciones consiguen referir a un objeto, identificarlo,
aunque se incurra en un error epistémico, dotándolas de atributos falsos. El objeto no satisface
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la descripción, pero consigue identificarlo por el contexto epistémico. A veces, las descripciones
definidas actúan sólo como nombres. No todo “x” al que hace referencia la descripción satisface
la descripción. Las descripciones definidas pueden tener usos puramente referenciales y no usos
atributivos, como defiende Russell.

9. Referir y uso de expresiones de referencia única.


a) Referir como modo de usar expresiones.
Una cosa es el significado (las reglas de uso) de una oración, y otra es cómo se usa para
referir a cosas distintas según el contexto en el que se emita.

b) Clases de expresiones de referencia única.


Es el uso referencial singularizador. Hay muchas, unas puramente referenciales, otras
más atributivas, etc.

c) La interpretación de Strawson de la teoría de Russell de las descripciones


definidas.
La postura de Strawson es la siguiente: hay oraciones sujeto-predicativas significativas
cuyos sujetos no son como dice Russell.

d) Oración y expresión. Entidad lingüística, uso y emisión.

10. Noción de presuposición.


a) Noción de implicación.
A implica B si, y solo si, no es posible que A sea V y B sea F.
Si y solo si A es V, necesariamente B es V.

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Es la relación lógica básica. Se da también entre las premisas de un argumento y su
conclusión. Modus ponens.

b) Presuposición.
A presupone B si y solo si A es V o F solo si B es V.
*En A.- “El rey de Francia es sabio”; B.- “Existe un rey de Francia”, Russell diría que
hay implicación, mientras que Strawson diría que hay presuposición.
 Russell: si “el rey de Francia es alto” es verdadero necesariamente se afirma que hay un
rey de Francia. Lo implica. 
 Strawson: para que “el rey de Francia es alto” tenga valor veritativo, tiene que existir un
rey de Francia. Que exista, que sea verdad que hay un rey de Francia, condición necesa-
ria para que el rey de Francia es alto tenga valor veritativo. Presupone.

c) Argumento pragmático pro presuposición.


Si emitiésemos una oración sin referencia, no diríamos que es V o F, sino que, o falla el
contexto o no se dice nada. Pragmáticamente, pensamos que el hablante se equivoca.

d) Presuposición y negación.
Si A presupone B, no-A también presupone B.

e) Carácter no-cancelable de la presuposición.


Si A presupone B, lo presupone necesariamente. No es posible añadir algo para
cancelar la presuposición. Cancelable puede ser la implicatura conversacional (“Ahí está la
puerta” puede implicar que se está pidiendo a alguien que se vaya, pero también, al cancelar la
implicatura, sólo se pretende indicar dónde está la puerta). Podemos decir una cosa que sugiere
otra y cancelar la sugerencia. Esto no ocurre con las proposiciones, donde hay una
presuposición necesaria. En la presuposición semántica no cabe la cancelación.

11. Distinción entre referir y atribuir.


a) Diferencias. Requisito contextual del uso referencial.
En el uso referencial importa el contexto; la cosa a la que se refiere la expresión tiene
que estar en cierta relación con el hablante-contexto.
En el uso atributivo, se atribuye una expresión (predicativa) a una cosa; la cosa debe ser
de un tipo determinado.
Por ejemplo:
(1) “Ese es el asesino de Diana Quer”, donde “el asesino de Diana Quer” es función
atributiva, ya que el uso es para hacer referencia a aquello a lo que se le atribuye algo. 
(2) “El asesino de Diana Quer está en la cárcel”, donde el asesino de Diana Quer” es
función referencial pues se usa para hacer referencia en base a atribuirse a la oración.

b) Diferencias entre expresiones de uso referencial.


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(De mayor a menor importancia).
1. Dependencia del contexto: “yo”, “esto”, nombres propios, descripciones.
2. Grado de significado descriptivo: descripciones, “él”, “yo” (para cualquier contexto,
“yo” siempre hace referencia al hablante), nombres propios (ya que siempre necesitan de un
contexto).
3. Regulado por:
a) Reglas generales (independientes del contexto, por lo que tienen mayor
significado descriptivo): “el”, descripciones.
b) Reglas particulares para cada caso (siempre dependen del contexto):
“Juan…”.

c) Otras dificultades de los usos referenciales.


 Referencias indefinidas.
 Enunciados de identificación
 Sujeto plural.

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Tema 4. La proposición como figura de los hechos. El Tractatus
Logico-philosophicus.

1. Introducción.
a) El objeto del Tractatus.
En Wittgenstein observamos varias etapas: la del Tractatus Logico-philosophicus
(1921-1922), una etapa de transición (1921-1929) y la de las Investigaciones filosóficas (1956).
En el Tractatus coge toda la doctrina de Frege y Russell y las lleva a sus últimas
consecuencias. En las Investigaciones propone una nueva doctrina original.
Hay múltiples interpretaciones del Tractatus: una empirista (desde el Círculo de Viena),
otra existencialista (Schopenhauer), otra genética (Kenny, Anscombe) …
Obras pre-tractarianas: Notes on logic (1913), Notes dictated to Moore in Norway
(1914), Notebooks (1914-1917), Prototractatus (1918). Todas estas obras son en las que se
“pelea” con los problemas que tratará en el Tractatus.
La estructura del Tractatus es la siguiente:
1-2.063 → Ontología tractariana.
2.1-2.225 → Teoría general de la figuración.
3-3.5 → Aplicación de la teoría de la figuración al signo y al pensamiento.
4-4.53 → Teoría del sentido.
5-5.641→ Teoría de las funciones de verdad.
6-6.54 → Aplicación: lógica, matemática, ciencia… (no a la ética ni a la filosofía).
7 → Silencio.

b) La noción de proposición.
“Todo aquello que puede ser dicho, puede decirse con claridad; y de lo que no se puede
hablar, mejor es callarse” → todo el libro trata de todo aquello que puede ser dicho. Una teoría
que abarque todo lo que puede ser dicho, es todo aquello que puede ser pensado. El objeto del
Tractatus es expresar los límites del sentido, dar cuenta de todo lo que puede ser dicho o
expresado. Para analizar esto, da dos teorías de la proposición: la teoría de la figuración
(pictórica/pintura) y teoría de las proposiciones de verdad.
El lenguaje solo puede hablar de los hechos, no de un valor, del deber ser, de la ética.
Con las expresiones lingüísticas se simulan las relaciones en el mundo, el lenguaje genera
posibilidades de las cosas en el mundo (y con esto se resuelve el problema de las oraciones
falsas). Se introduce el elemento de la posibilidad, la figuración de cómo pueden relacionarse
los objetos en el mundo. La gramática del lenguaje da la posibilidad de captar posibilidades,
dado que se pueden combinar los términos de distintas maneras, de forma que podemos
formular oraciones falsas. La veracidad corresponde a cuando el lenguaje señala el mundo (si
proponemos una oración falsa, no tenemos este señalamiento).
El problema es que con el lenguaje no se puede hablar del deber ser, que es de lo que
tratan los problemas importantes, ya que solo puede describir los hechos, hablar de cómo es el
mundo.
2. La teoría de la proposición como función de verdad.
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a) La revisión wittgensteiniana de los análisis de la proposición de Frege y
Russell.

Tres argumentos de Wittgenstein en contra de la tesis de Frege y Russell:


1.- Eliminabilidad o desaparición de las constantes lógicas.
“No es el caso de que no llueva” = “Llueve”. Si las conectivas se pueden intercambiar,
no son constituyentes de la oración.
La negación nos habla de un estado del mundo, no sobre él. Si podemos decir las cosas
de muchas maneras, entonces las partes de la estructura de la expresión no se proyectan sobre el
contenido. Cuando usamos el lenguaje, no estamos hablando de su estructura.
2.- Interdefinibilidad. Como podemos definir (p → q) en términos de (p  q), entonces
las conectivas no son parte de la estructura.
3.- Cualquier proposición es equivalente a la conjunción de esa proposición con
cualquier conjunto de tautologías. Las partes de la expresión no indican parte del contenido.
[P  (q  q)  (r  r)  (w  w)] = P
Conclusión: el análisis del signo no sirve para analizar el contenido (“el lenguaje
disfraza el pensamiento”). Los signos tienen una estructura y el contenido no tiene que tener
necesariamente estos constituyentes.

b) Análisis expresional. Las constantes lógicas como operaciones de verdad.


Entonces, ¿qué expresan las constantes lógicas? Operaciones de verdad. De igual forma
que en 3 + 4 = 7 o 7/1 = 7. Son operaciones que, al aplicarse, dan otra cosa, se transforman en
un resultado.
Las operaciones veritativas son maneras o modos de transformar unas proposiciones
(bases) en otras (resultado). Expresan relaciones entre proposiciones (entre el resultado y las
bases). En (p, q), que actúa como base, al aplicar →, el resultado es (p → q).

c) La naturaleza funcional-veritativa de la proposición.

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“Una proposición es una función de verdad de proposiciones elementales; una
proposición de verdad es una función de verdad por sí misma” (Wittgenstein, Tractatus, 5).
Cualquier combinación de valores veritativos es admisible en las proposiciones
elementales (p, q). Todo esto lo construyó Wittgenstein de manera lógica, no miró nunca el
mundo. Independencia lógica de las proposiciones. En el mundo encontramos siempre que unos
estados de cosas provocan otros, es decir, que hay dependencia entre las cosas que se dan:
causalidad, relaciones… Si las proposiciones elementales son lógicamente independientes, ¿qué
expresan? En términos ontológicos, si “p” (proposición elemental) representa algo del mundo y
“q” (proposición elemental) también, no hay conexiones necesarias entre los estados del mundo.
No hay relaciones causales, tampoco hay relaciones de exclusión. Es un compromiso fortísimo.

d) Proposiciones elementales lógicamente independientes.


Podemos entender que el lenguaje tiene unas bases (proposiciones elementales) y unas
funciones de verdad y esto se construye de manera meramente combinatoria, no miramos el
mundo para ello. Esto es a lo que llamamos independencia lógica de las proposiciones. Esto
significa que la veracidad de una de las proposiciones no implica un valor veritativo concreto de
la otra.
A nivel ontológico, si (p, q) fueran estados del mundo, esto implicaría decir que no hay
causalidad, que no hay relaciones causales o excluyentes o de implicación.
Supone que no hay relaciones de implicación.
La independencia lógica de las proposiciones
implica la independencia ontológica de los estados del
mundo de esas proposiciones.
Es un requisito de Wittgenstein para poder
completar la totalidad de combinaciones de la tabla de
verdad. No lo hemos encontrado en el mundo.

3. La teoría de la figuración: condiciones de posibilidad de la


significatividad.
a) Frege y Russell sobre el significado: supuestos y problemas.
Los supuestos heredados de Frege y Russell son los siguientes:
1.- Principio de análisis: idea de que el análisis del significado de una proposición viene
dado por el análisis del significado de sus partes.
2.- Principio de referencialidad: el significado de una expresión ha de entenderse, en
último término, como una relación de la expresión con una entidad del mundo que asociamos a
la expresión.
Los problemas heredados de Frege y Russell son los siguientes:
1.- Falta de referencia.
2.- Oraciones falsas: no sabemos de qué parte del mundo estamos hablando, ya que el
significado de la oración depende de su veracidad.
b) Análisis estructural. Deducción transcendental de la existencia de los objetos
simples.
Las soluciones que propone Wittgenstein a los problemas planteados suponen la
deducción de la existencia de objetos simples.

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1.- Al problema de la falta de referencia: propone analizar la proposición hasta alcanzar
constituyentes de la proposición semánticamente simples y ahí postular objetos ontológicamente
simples como referencia de los constituyentes. Simple significa que no se puede analizar más.
2.- Al problema de las oraciones falsas: introduce una novedad, la posibilidad (forma).
A veces, con las proposiciones no decimos cómo están relacionados los objetos, sino cómo
pueden estar relacionados. Las oraciones falsas presentan posibles estados de cosas, como
cualquier proposición. Cuando es V, hablamos de un estado de cosas que se da en el mundo,
cuando es F, el estado de cosas no está en el mundo.
Se habla de figuración (bild en inglés) porque son formas de pintar, figurar, las cosas en
el mundo, es un retrato, como pintar una figura que está por una cosa del mundo y las relaciones
entre ellas.
Se habla de “deducción trascendental” porque se entiende que los objetos y los nombres
son la condición de posibilidad de la significatividad. Tengo cosas, me pregunto por sus
condiciones de su posibilidad. Los objetos son condición de posibilidad del significado si soy
referencialista. En realidad, es un postulado.

c) Ontología tractariana.
¿Cómo sabemos las posibilidades que hay?
- Hay cosas que son imposibles para los sujetos, pero no para los objetos. Hay
combinaciones que son posibles y otras que no. La forma son posibilidades
combinatorias de un objeto con otro.
- Los objetos se combinan en posibles estados de cosas. La combinación de objetos
es la forma, que es la posibilidad de esa estructura (modos de combinación de
objetos, y viene determinada por la esencia/naturaleza de las cosas, el principio de
las operaciones).
- Hay combinaciones de objetos que se dan efectivamente, los hechos (a lo que
llamamos mundo, en palabras de Wittgenstein: “el mundo es todo lo que es el
caso”) y otras que no se dan efectivamente.
Lo que define los objetos tractarianos es con qué se pueden combinar, su “esencia”
viene dada por la posibilidad combinatoria con otros objetos. Ahora bien, hemos alcanzado una
noción de simplicidad inalcanzable, absoluta. Podemos entenderla en el lenguaje como
simplicidad semántica, que es indefinible, y en el mundo, simplicidad, que es indivisibilidad. A
los simples indefinibles en el lenguaje Wittgenstein los llama “nombres”, y a los simples
indivisibles en el mundo, “objetos”.
* “Los objetos solo pueden decirse, llamados, solo podemos hablar sobre ellos”.

*Comparación con la filosofía clásica: 

(Aristóteles) Sustancias y accidentes. Cosas y propiedades. Algunas son accidentales,


otras son necesarias. Naturaleza: principio de operaciones. Según como soy yo puedo actuar u
operar de distinta manera. Mi esencia es mi principio de operaciones. 

Para Wittgenstein en cambio no hay esencia. Lo que define el objeto simple es con qué
objeto se puede combinar para dar lugar a posibles estados de cosas. Alcanza una noción de
simplicidad absoluta. En el lenguaje se puede entender como simplicidad semántica, es
inanalizable. Indefinibilidad en el lenguaje, simplicidad ontológica en el mundo. No puedo
descomponer ese objeto. A los simples en el lenguaje se les llama “nombres”; en el mundo,
objetos. El concepto de “nombre” en este caso es un concepto tractariano. Signo primitivo, los

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llama Wttg también. No hay ejemplos en el Tractatus. Si el mundo fuera solo datos de los
sentidos, un objeto sería un punto en el espacio.

d) Isomorfismo y relación figurativa.


Para cada objeto hay un nombre, y para cada nombre hay una relación con otros
nombres, que es idéntica a la que se da en el mundo, esto es, al estado de cosas. Los nombres
admiten posibles combinaciones de la misma manera en que lo hacen los objetos. Se admiten
unas oraciones/proposiciones en el lenguaje en posibles combinaciones, de la misma manera
que los objetos se relacionan en las posibles combinaciones de las cosas.
El isomorfismo es la tesis de identidad de forma entre dos redes de objetos y posibles
combinaciones, de manera que una red será representante de otra red. El isomorfismo es una
condición necesaria pero no suficiente para la constitución del lenguaje.
“El rey de Francia es sabio” es F porque los constituyentes no son hechos. Es una
expresión compuesta por complejos, que se constituyen por objetos simples, que siempre
existen, pero en su combinación pueden darse efectivamente o no, lo que distingue los hechos
de las posibilidades.
La verdad es la correspondencia entre el lenguaje y el mundo, que hayan hechos.
Mientras que el significado es la muestra de que hay posibilidades, pues el lenguaje refleja las
posibilidades del mundo.
Los límites de las posibilidades vienen dados por la naturaleza del mundo. ¿Cómo se
puede dar cuenta del tiempo? Los objetos son inmutables, lo que es mutable son las relaciones.
El problema de la incapacidad de predecir el futuro o de conocer objetos nuevos es un problema
epistémico. El mundo “es así”, está combinado, lo que pasa es que no lo conocemos.
La relación figurativa: como hay una identidad de forma entre lenguaje y mundo,
podemos establecer una conexión entre los objetos de dos redes isomorfas, precisamente por
esta identidad.
Conclusión, dos características esenciales: identidad de forma entre lenguaje y mundo y
en el mundo los objetos simples se dan ya combinados, pero lo que permanece siempre, antes de
que se den y también cuando ya no se dan, es la posibilidad de que se den.
Tres problemas (bastante gordos):
1.- ¿Por qué el isomorfismo es condición necesaria pero no suficiente? Como los
objetos son completamente simples, no los constituye un nombre, sino un posible nombre (a ↔
a’). Hay una relación simétrica que no determina la relación semántica. La identidad isomórfica
es sobre las posibles combinaciones en lenguaje ↔ mundo. Si podemos distinguir b de b’ (por
ejemplo, porque una tiene características propias del lenguaje), entonces no hay isomorfismo.
Hay tres razones por las que el isomorfismo es necesario, pero no suficiente:
(1) No es suficiente para dar cuenta del sentido del lenguaje porque la relación
isomórfica es simétrica. Existen dos redes en el mundo, que son idénticas y paralelas
(simétricas), ahora se trata de dar cuenta de cuál representa a cuál (“quién es el “original” y
quién el “doble””).
(2) Cuando usamos el lenguaje (fuera del lenguaje poético), necesitamos cuatro cosas:
a. Que haga referencia al mundo. Es el análisis, los objetos simétricos.
b. Representar una posibilidad. La forma, el isomorfismo.
c. Decir que esa posibilidad representa realmente cómo es el mundo (si es
asertivo, afirmativo, si tiene pretensión de verdad…). Es la combinación de
la proyección y el sentido.

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d. Que tenga el carácter de verdad.
Pero el lenguaje, al presentar un posible estado del mundo, no representa cómo es
efectivamente, no se explica el carácter asertivo de las proposiciones.
(3) Cuando presentamos un estado de cosas decimos que “se da así”, pero, ¿qué pasa
cuando negamos? Decimos cómo no están combinados los objetos. No figuramos cosas
negativas, sino posibilidades en el mundo, pero a menudo, al hablar del mundo, usamos la
negación.

2.- El segundo problema es el del carácter asertivo del lenguaje. Tenemos que tener en
cuenta que los objetos pueden relacionarse, pero debemos ver cuáles se relacionan. Las
proposiciones, en cuanto se profieren, se “convierten” en hechos. Esto supone que la
combinación efectiva (ya no solo posible) en el lenguaje, supone la combinación efectiva en el
mundo. Cuando la oración que se propone no se correlaciona efectivamente con la combinación
en el mundo, entonces hablamos de oraciones F.
Los hechos lingüísticos (esto es, oraciones proferidas) pueden afirmar cómo es el
mundo. Con el lenguaje “jugamos” con las posibilidades combinatorias del mundo, pero el
hecho lingüístico puede asertar cosas que no son hechos ontológicos (el mundo). El carácter
fáctico, entonces, es el que da cuenta del carácter asertivo del lenguaje. Una cosa es la relación
de nombrar y otra es la relación de decir. Decir es presentar la combinación de nombres como si
en el mundo los objetos se combinaran así; nombrar es la relación del nombre con su objeto.

3.- El tercer problema es que en la teoría de la figuración no se puede dar cuenta de las
proposiciones negativas. Se puede decir que un objeto hace “x”, pero eso no refleja, no figura,
que no hace “y”, aunque lo implique.

4. La teoría de la figuración: proyección y sentido.


Varias puntualizaciones:
- El pensamiento es la figura lógica de los hechos.
- El signo proposicional es la combinación efectiva de nombres.
- Una proposición es una posibilidad de combinación de nombres.
- Sólo los hechos pueden expresar un sentido, los nombres no.
- Las proposiciones no tienen referencia, solo sentido, y nos representan la forma en
que se relaciona el mundo.

Para resolver los problemas que se plantean, Wittgenstein dice que hay una proyección
de una de las redes sobre la otra, por lo que se rompe la simetría. Sería el sujeto metafísico el
que posibilita que haya esta proyección, pues es algo fuera de las dos redes que da sentido, a la
proyección y que no es mundo. La correlación entre los objetos de las dos redes es la relación
figurativa, y esta está posibilitada por el isomorfismo. Ahora se trata de ver en qué dirección,
esto es, cómo tenemos que romper la simetría y decir cosas. Para ello, se da una dirección, y con
ello, se da una proyección.
En la teoría de la figuración decimos que hay una bipolaridad de la proposición, esto
es, que una proposición puede ser V o F, por lo que estamos aludiendo a la teoría de las
funciones de verdad. Las proposiciones son tanto una figura de los hechos como una función de
verdad. Ahora, ¿cómo se combinan estas dos teorías?:

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- Las proposiciones elementales son aquellas que están totalmente analizadas (son
simples), presentan realmente posibilidades combinatorias de nombres simples, ya
que se ha dado un análisis estructural completo.
- Las combinaciones de funciones de verdad son no elementales, es decir, signos
proposicionales no analizados.
- La tabla de verdad representa las posibles combinaciones de valor de proposiciones
elementales, que presentan varios mundos posibles. Al decir que determinada
proposición se da, hablaremos de que el mundo real será uno representado por las
combinaciones (en los mundos posibles) en los que esa proposición que se da sea V,
y, al contrario, si decimos que no se da, en aquel mundo en el que sea F.
- Esto implica que, para dar cuenta de la veracidad o falsedad de la proposición
debemos mirar cuál de todos los mundos posibles es el real.

5. El abandono del Tractatus.


Wittgenstein, en su obra posterior al Tractatus hace algunas observaciones acerca de la
forma lógica, lo que le llevará a modificar algunas tesis propuestas en su obra principal.
Algunas de ellas son:
a. Las proposiciones atómicas no pueden ser independientes entre sí. Se abandona la
idea de que el mundo es absolutamente contingente, pues hay estados de cosas que se excluyen.
Para mostrar esto pone el ejemplo de las proposiciones de grado, que son atómicas y son
excluyentes entre sí. Así, supongamos que algo tiene dos grados de brillo [E (2b)] → Eb  Eb,
lo que sería idéntico (según la ley de potencia) a decir Eb. Para evitar caer en esto, propone otro
modo de analizar: E (2b) → Eb’  Eb”, pero esto tampoco sirve, porque al hablar de grados no
podemos hacerlo en clave de una ordenación numérica, no pueden analizarse en términos de
unidad. Se demuestra que las proposiciones de grado son atómicas y que no puede darse una
proposición de grado de manera que se dé también otra proposición de grado en el mismo
sentido. Esto supone admitir que hay relaciones necesarias, y no puramente contingentes que era
lo que se proponía en el Tractatus.
b. Las proposiciones de grado, en el Tractatus aún son analizables, sin embargo, en el
texto de Algunas observaciones sobre la forma lógica se entienden como proposiciones
atómicas.
c. En el Tractatus llega a las proposiciones elementales desde un análisis a priori,
estrictamente lógico. En Algunas observaciones sobre la forma lógica, Wittgenstein dice que
hay que mirar el mundo, analizar los fenómenos reales, se propone un análisis a posteriori. Las
proposiciones atómicas se alcanzan a través de este análisis a posteriori de los fenómenos
reales.

Vista de pájaro del texto de la práctica:

 Para entenderlo en su contexto, el artículo viene motivado por su filosofía anterior, la


que defendía en el Tractatus. Mantiene la tesis de las proyecciones del lenguaje-mundo.
Expresión/Estructura/Forma lógica (lo abandonará en las Investigaciones filosóficas,
pero por ahora lo conserva). Mantiene también las proposiciones atómicas. En definiti-
va, el lenguaje se entiende como se entiende en el Tractatus. 
 Conflicto: en la tesis de la independencia lógica de las proposiciones elementales. 

Tesis: “Todas las proposiciones elementales son lógicamente independientes entre sí”.
Generalización: Para todo objeto, si es proposición elemental, va a tener la propiedad de
ser independiente lógicamente.

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Contraejemplo: Hay que encontrar algo que sea proposición elemental pero no sea inde-
pendiente lógicamente – Proposiciones de grado.
Prueba:
a. Que las proposiciones de grado son atómicas: No pueden analizarse más o se perdería la
capacidad de distinguir un grado de otro. Inanalizable = atómica. 
b. Que se excluyen: para entender la exclusión, tiene que introducir los números. 

            Conclusión del texto: Además de haber necesidad lógica en las proposiciones compues-
tas (por los conectivos que usamos), hay necesidad en el mundo. Cabe la causalidad. Cambia su
concepción del mundo.

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