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Parálisis Cerebral Infantil

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PARÁLISIS CEREBRAL INFANTIL

1. DEFINICION

La parálisis cerebral infantil (PCI) es un grupo de trastornos que afectan la capacidad de


una persona para moverse y mantener el equilibrio y la postura. Es la discapacidad
motora más frecuente en la niñez.

Cerebral significa que tiene relación con el cerebro. Parálisis (palsy, en inglés) significa
debilidad o problemas con el uso de los músculos. La parálisis cerebral infantil
(también abreviada parálisis cerebral) es causada por el desarrollo anormal del cerebro
o por daño al cerebro en desarrollo que afecta la capacidad de la persona para
controlar los músculos.

Los síntomas varían de una persona a otra. Puede que las personas con esta afección
necesiten usar un equipo especial para poder caminar o que no puedan caminar para
nada y necesiten cuidados de por vida. Las que tienen un caso leve, en cambio, podrían
caminar con dificultad, pero no necesitar ningún tipo de ayuda especial. La parálisis
cerebral no empeora con el tiempo, pero los síntomas exactos pueden ir cambiando a
lo largo de la vida de la persona.

Todas las personas con parálisis cerebral tienen problemas con el movimiento y la
postura. Muchas también tienen afecciones relacionadas como discapacidad
intelectual; convulsiones; problemas de la vista, el oído o el habla; cambios en la
columna vertebral (como escoliosis) o problemas en las articulaciones (como
contracturas).

La parálisis cerebral infantil es la causa más frecuente de discapacidad física en la edad


pediátrica. La prevalencia en países desarrollados se mantiene alrededor de 2 casos
por cada 1.000 recién nacidos vivos.

2. TIPOS DE PARÁLISIS CEREBRAL INFANTIL

Los médicos clasifican la parálisis cerebral infantil según el tipo principal de trastorno
del movimiento involucrado. Según las áreas del cerebro afectadas, pueden producirse
uno o más de los siguientes trastornos del movimiento:

 Rigidez muscular (espasticidad)


 Movimientos involuntarios (discinesia)
 Falta de equilibrio y de coordinación (ataxia)

La siguiente ilustración muestra los distintos síndromes asociados a la parálisis cerebral


espástica y atetoide

3. PARÁLISIS CEREBRAL INFANTIL ATÁXICA

La parálisis cerebral afecta al movimiento y al control de los músculos. Las personas


con parálisis cerebral tienen esta afección durante toda la vida.
La parálisis cerebral atáxica es un tipo de parálisis cerebral. Los niños con este tipo de
parálisis cerebral tienen problemas de equilibrio y coordinación. Pueden caminar con
las piernas bastante más separadas entre sí que los demás niños y lo pasan mal con
actividades que implican usar pequeños movimientos de las manos, como la escritura.
Algunos pacientes también tienen problemas para percibir la profundidad. Es decir, no
son capaces de valorar con exactitud lo cerca o lo lejos que están las cosas.

Hay otros tipos de parálisis cerebral que pueden generar rigidez muscular (parálisis
cerebral espástica) o movimientos de retorcimiento (parálisis cerebral atetoide [o
discinética]). Hay niños que tienen más de un tipo de parálisis cerebral, lo que se
conoce como "patrón combinado de parálisis cerebral" Y, a veces, el tipo de parálisis
cerebral que tiene un niño puede cambiar a lo largo del tiempo.

4. CAUSAS DE LA PARÁLISIS CEREBRAL ATAXICA

La parálisis cerebral se suele deber a un problema cerebral o a una lesión cerebral. En


la parálisis cerebral atáxica, la lesión o el problema cerebral se encuentra en una parte
del cerebro llamada el cerebelo. El cerebelo controla el equilibrio y coordina los
movimientos.

Un niño puede nacer con una parálisis cerebral o bien desarrollarla más adelante. El
problema o la lesión cerebral no empeora con el tiempo, pero una persona con
parálisis cerebral puede tener necesidades diferentes a lo largo de la vida.

La parálisis cerebral puede estar causada por:


 infecciones u otros problemas médicos durante el embarazo de la madre
 accidente cerebro-vascular mientras el bebé estaba dentro del vientre materno
o después del nacimiento
 una ictericia no tratada (tonalidad amarillenta en la piel y el blanco de los ojos)
 trastornos genéticos
 un problema durante el parto
 ser sacudido o agitado durante la lactancia (síndrome del bebé sacudido)
 una lesión en la primera infancia (como las provocadas por un accidente de
coche)

Los bebés prematuros (que nacen antes de tiempo) tienen un riesgo más alto de tener
parálisis cerebral que los bebés nacidos a término. Ocurre lo mismo con los bebés de
bajo peso natal (aunque hayan nacido a término) y con los hijos de partos múltiples,
como los mellizos y los trillizos.

5. DIAGNOSTICO DE LA PARÁLISIS CEREBRAL ATÁXICA

La mayoría de los niños con parálisis cerebral atáxica recibe el diagnóstico en los dos
primeros años de vida. Si un bebé es prematuro o presenta otro problema de salud
que puede estar relacionado con la parálisis cerebral, esto alertará a sus cuidadores
para que se empiecen a fijar en los signos propios de la parálisis cerebral.

No existe una prueba aislada que permita diagnosticar la parálisis cerebral atáxica. Por
lo tanto, los profesionales de la salud se fijarán en muchas cosas, como las siguientes:

 el desarrollo
 el crecimiento
 los reflejos
 el movimiento
 el tono muscular

Las pruebas que se hacen para poder diagnosticar esta afección son las siguientes:
 resonancia magnética cerebral (RM), tomografía computada (TC), o ecografía
 análisis de sangre y de orina (pis) para evaluar otras afecciones médicas,
incluyendo las de origen genético
 electroencefalografía (EEG) para estudiar la actividad eléctrica cerebral
 electromiografía (EMG) para evaluar la debilidad muscular
 evaluar cómo anda y cómo se mueve el niño
 pruebas relacionadas con el habla, la vista y el oído

6. TRATAMIENTO DE LA PARÁLISIS CEREBRAL ATÁXICA

La parálisis cerebral no tiene cura. Pero existen recursos y tratamientos que pueden
ayudar a los niños que la padecen a crecer y a desarrollar su mayor potencial. El plan
de tratamiento puede incluir:

 fisioterapia, terapia ocupacional, y logopedia


 férulas u otros aparatos ortopédicos para las piernas, un andador y/o una silla
de ruedas
 medicamentos para el dolor o para la rigidez muscular
 nutrición especial para ayudar al niño a crecer
 cirugía para mejorar el movimiento de piernas, tobillos, pies, caderas, muñecas
y brazos

6.1.CUIDADO DE UN NIÑO CON PARÁLISIS CEREBRAL: DESDE EL NACIMIENTO HASTA LOS


5 AÑOS

Hay muchos recursos y servicios de apoyo disponibles que lo pueden ayudar.

Primer paso: Contacte con profesionales en intervención precoz


Los niños con retrasos o con discapacidades reciben apoyo adicional para alcanzar los
hitos evolutivos (como andar, hablar y alimentarse solos) a través de programas de
intervención precoz.

La intervención precoz ofrece servicios terapéuticos gratuitos a bebés y niños de hasta


tres años de edad. Los tratamientos se pueden recibir en casa o en centros externos.
Los niños pueden recibir servicios de:

 fisioterapia para mejorar la motricidad gruesa (como sentarse o andar)


 terapia ocupacional para ayudar en la motricidad fina (como coger objetos
pequeños)
 logopedia para mejorar el habla y la comunicación.

Segundo paso: Considere la ayuda para cuidar de su hijo


Algunos niños con parálisis cerebral tienen dificultades para comer y tragar, crisis
convulsivas y/o necesitan tomar medicamentos a horas fijas. Considere la posibilidad
que alguien vaya a su casa para ayudarlo a cuidar de su hijo. Las opciones incluyen:

Un enfermero o ayudante domiciliario. Estos profesionales lo pueden ayudar a bañar,


vestir, dar medicamentos y dar de comer a su hijo. Puede pedirle al médico de su hijo
que le haga una receta y una derivación para recibir ayuda en casa. Los cuidados
médicos se suelen organizar a través del equipo de gestión del hospital de su localidad,
un grupo formado por enfermeros y trabajadores sociales. Comuníquese con su
compañía de seguros para saber si tiene cobertura para este tipo de cuidados.

Cuidadores de respiro familiar. Estos cuidadores lo pueden ayudar a tomarse un


respiro. Los servicios de respiro familiar pueden durar solo unas pocas horas o más
tiempo. Pueden ser en su propia casa o a través de programas presenciales en
instalaciones externas, y pueden incluir el cuidado nocturno cuando sea necesario.
Consulte la base de datos RCH de la Red Nacional de Respiro familiar u otros servicios
de este tipo. La mayoría de los estados cuentan con fondos para pagar este tipo de
servicios, pero los fondos son limitados y suele haber listas de espera.

Amigos y parientes. Los amigos y los parientes suelen querer ayudar, pero no saben
cómo hacerlo. Haga un listado de cosas que puedan hacer otras personas por usted
(desde pasarles a recoger con el coche hasta hacer recados) y deje que ellos escojan las
tareas. Una herramienta en línea lo puede ayudar a tener las cosas organizadas.

Tercer paso: Busque una guardería o jardín de infancia, si lo necesita


Si está buscando una guardería o un jardín de infancia para su hijo, asegúrese de que la
que escoge cuenta con las habilidades y el entorno necesarios para satisfacer con
seguridad las necesidades de su hijo. Por ley, las guarderías y los jardines de infancia no
pueden discriminar a niños con discapacidades o necesidades sanitarias especiales.

En muchos casos, el organismo estatal encargado de gestionar la intervención precoz


puede facilitarle referencias de profesionales de la salud adecuados para cuidar de su
hijo.

Cuarto paso: Organice reuniones para que su hijo juegue y reuniones para padres
A todos los niños les va bien jugar y tener amistades. He aquí algunas ideas:

Organice reuniones para que su hijo juegue con niños con y sin parálisis cerebral.
Explique a los demás cómo la parálisis cerebral afecta a su hijo; mencione los intereses
que comparte su hijo con otros niños.

Inscriba a su hijo en un programa de la comunidad que esté relacionado con las artes
plásticas, la música o el deporte.

Considere también la posibilidad de unirse a un grupo de apoyo o a un grupo social


para padres de niños con discapacidades. Los amigos que haga en este tipo de grupos
entenderán perfectamente las cosas por las que usted está pasando y le ofrecerán
consejos. Pregunte al equipo médico que lleva a su hijo dónde puede contactar con
otras familias que vivan cerca de usted.

Quinto paso: Prepárese para que su hijo vaya a la escuela


A los tres años, su hijo podrá recibir servicios educativos a través de su distrito escolar.
Obtenga más información, consultando el documento sobre los años de enseñanza
primaria.

Setimo paso: Encuentre tiempo para "usted"


La vida con un niño pequeño puede ser agotadora para sus padres, y todavía más
cuando el niño tiene discapacidades o necesidades sanitarias especiales. O sea que
recuerde tener tiempo para relajarse y recargar pilas: dese un paseo, lea un libro, haga
ejercicio o practique su afición favorita.

Llegue a acuerdos con su pareja para tener tiempo para sí mismos, o pida ayuda a un
amigo o pariente. Después de un descaso reparador, usted será capaz de disfrutar
mucho más del tiempo que pase con su familia.

6.2.CUIDADO DE UN HIJO CON PARÁLISIS CEREBRAL: 6 A 12 AÑOS DE EDAD

Cuando su hijo con parálisis cerebral esté listo para ir a la escuela, prepárense para un
nuevo mundo de oportunidades. Desde prepararse académicamente y adquirir
habilidades hasta orientarse en el mundo de las amistades y las situaciones sociales,
tendrá mucho por aprender. Un plan educativo adecuado puede ayudar a su hijo a
alcanzar todo su potencial.
Primer paso: Investigue sobre la posibilidad de un IEP
Muchos niños con parálisis cerebral se pueden beneficiar de programas educativos
individualizados (IEP en inglés). Si su hijo se beneficia de servicios educativos
especiales, es posible que ya le estén aplicando un IEP. En caso contrario, hable con su
escuela para saber cómo se lo pueden aplicar, si lo necesita.

El equipo del IEP decidirá si su hijo necesita la ayuda de un auxiliar docente,


fisioterapia, logopedia o terapia ocupacional. Aunque usted no puede insistir en que su
hijo reciba ciertos servicios, puede recurrir el IEP si considera que no satisface las
necesidades de su hijo.

Si su hijo no cumple los requisitos para beneficiarse de un IEP, un plan 504 también lo
puede ayudar en su proceso de aprendizaje. Estos planes dan recomendaciones y
hacen adaptaciones para mejorar la experiencia de aprendizaje de cada niño. Pueden
incluir pautas como sentarse en las primeras filas del aula o disponer de más tiempo
para hacer los exámenes.

Segundo paso: Aproveche los dispositivos asistenciales


La tecnología puede ayudar a los niños con parálisis cerebral a realizar tareas y alcanzar
metas que sería muy duro que alcanzaran por sí solos. A un niño que tiene problemas
para caminar de forma independiente, le puede ayudar usar muletas, aparatos
ortopédicos, un andador o una silla de ruedas. Para aquellos niños que tengan
problemas para hablar, hay dispositivos electrónicos y programas informáticos que
permiten vocalizar los pensamientos.

Los profesionales en fisioterapia, terapia ocupacional o logopedia lo pueden ayudar a


identificar qué dispositivos asistenciales ayudarán más a su hijo. También pueden
ayudarlo a averiguar cómo adquirir estos dispositivos.

Tercer paso: Planifique actividades y reuniones para que su hijo juegue


Las actividades sociales son tan importantes para un niño con parálisis cerebral como
para cualquier otro niño. Existen muchos programas deportivos, como las Olimpíadas
especiales, la Little League Challenger Division y TOPSoccer, que pueden ayudar a su
hijo a estar físicamente activo y a hacer nuevos amigos que afrontan desafíos similares.
La equinoterapia y la terapia acuática también son excelentes maneras de mantener
activos a los niños.

Proporcione a su hijo oportunidades para forjar amistades con otros niños con o sin
parálisis cerebral. Las amistades ayudan a todos los niños a desarrollar aptitudes
sociales importantes y los hacen más sensibles a las necesidades de los demás.

Cuarto paso: Busque apoyo


Afrontar los retos del día a día asociados a cuidar de un niño con parálisis cerebral
puede ser agotador y abrumador. Contar con una fuerte red de apoyo social le puede
dar energía para superar hasta los días más duros. He aquí algunas ideas:
Conecte con otros padres que comprendan su situación. Busque un grupo de apoyo
local o participe en la sede local de la United Cerebral Palsy affiliate. Si no existe sede
en su localidad, busque apoyo en línea.

Busque un servicio de respiro familiar. Unas pocas horas a la semana pueden darle el
tiempo que usted necesita para recargar pilas. La red ARCH (National Respite Network)
dispone de una base de datos sobre servicios de respiro familiar.
Reclute a parientes y amigos. Suelen querer ayudar, pero no saben cómo hacerlo. Haga
un listado de cosas que otras personas puedan hacer por usted (desde pasarles a
recoger con el coche hasta hacer recados) y deje que ellos escojan las tareas.

Sexto paso: Aborde las necesidades emocionales de su hijo


A veces, los niños con discapacidades se sienten diferentes a los demás niños, y esto
puede hacer que estén tristes o enfadados. Pueden sentir que se les deja de lado, se
pueden sentir intimidados o acosados. Esté atento a los indicadores de que su hijo
recibe acoso escolar o bullying:

 no querer ir a la escuela
 comer menos de lo habitual
 tener problemas para dormir
 llorar sin motivo aparente

Si están acosando a su hijo, hable cuanto antes con la dirección de su escuela. En casa,
hable con su hijo sobre el acoso escolar y hagan representaciones de roles para que
aprenda a ignorar a los acosadores, a mantener la calma y a alejarse de las situaciones
de acoso escolar de inmediato. Dígale a su hijo que informe sobre el acoso a sus
amigos y profesores de confianza.

Ayude a su hijo a ganar confianza y seguridad en sí mismo encontrando actividades con


las que disfrute.

Séptimo paso: Prepárese para la pubertad


La pubertad es el período en que el cuerpo madura y cambia, dejando de ser el de un
niño para convertirse en el de un adulto. Hable con el médico de su hijo sobre qué es
normal que ocurra durante esta etapa del desarrollo para saber qué esperar y para
preparar a su hijo al respecto. Es normal que tanto los niños como las niñas:

 tengan más vello corporal, les huela más el cuerpo, tengan acné (de ser
necesario, un ayudante domiciliario pude ayudar a bañar a su hijo y echarle
una mano en otros tipos de cuidados personales)
 necesiten tener más intimidad; tengan altibajos emocionales
 tengan interés por el sexo, algo que es normal y saludable. Hable abiertamente
con su hijo sobre estos sentimientos. Explique a si hijo la diferencia entre el
contacto apropiado y el contacto inapropiado e insista en que le informe de
inmediato cuando alguien cruce ese límite.

Es recomendable tranquilizar a los niños diciéndoles que las erecciones y las


poluciones nocturnas son normales. Las niñas tendrán el período menstrual
(coloquialmente conocido como "la regla") y deberán aprender nuevos hábitos
higiénicos. A algunas de ellas, la menstruación les puede resultar muy confusa y
molesta. A veces, se puede dar medicación para detener los períodos menstruales.
Hable con el equipo médico que lleva a su hija sobre qué es lo más adecuado para su
caso.

6.3.CUIDADO DE UN NIÑO ADOLESCENTE CON PARÁLISIS CEREBRAL: A PARTIR DE LOS 13


AÑOS

Si su hijo en edad adolescente tiene parálisis cerebral, planificar su futuro implica


mucho más que escoger una universidad, una escuela de artes y oficios o seguir
cualquier otra senda formativa.

Primer paso: Inicie el IEP de transición


Algunas escuelas empiezan a planificar el futuro de los adolescentes cuando estos
tienen 13 o 14 años, se debe iniciar un programa educativo individualizado (IEP) de
transición cuando su hijo tenga unos 16 años. El IEP de transición indica si su hijo
puede completar los requisitos educativos necesarios para obtener el diploma de
secundaria. Si su hijo no puede obtener este diploma, averigüe qué necesita para
obtener el certificado de que ha completado la asistencia.

También deberán hablar sobre cuáles son las metas de su hijo de cara al futuro. Los
adultos jóvenes con parálisis cerebral pueden ir a la escuela hasta que cumplen 21
años de edad. Pero solo pueden seguir yendo hasta que se gradúan. Por lo tanto, si a
los 18 años su hijo ya cumple los requisitos para obtener el diploma, tal vez usted
prefiera hablar con su centro de estudios para que lo posterguen hasta cumpla 21
años.

Tercer paso: Explore la educación para adultos jóvenes


Después de acabar los estudios obligatorios, los adolescentes pueden ir a la
universidad, hacer formación profesional, encontrar trabajo o hacer trabajo de
voluntariado. Muchas comunidades disponen de programas educativos para adultos
jóvenes, que enseñan habilidades necesarias para la vida, como cocinar, limpiar la casa,
buscar empleo y nociones financieras básicas. Para saber qué programas se imparten
en su área, hable con el orientador escolar del centro de estudios de su hijo o con un
miembro de la Oficina de Rehabilitación Vocacional.

Cuando sepa cuáles serán los próximos pasos que seguirá su hijo, asegúrese de añadir
esta información a su IEP de transición.

Cuarto paso: Infórmese sobre maneras de vivir


Ahora ha llegado el momento de empezar a pensar en cómo vivirá su hijo después de
graduarse. ¿Dónde vivirá? Algunas personas con parálisis cerebral siguen viviendo en la
casa de sus padres, mientras que hay otras que viven:

 de manera independiente
 en una casa compartida con asistentes
 en una casa compartida con tareas compartidas
Analice estas opciones con mucho tiempo de antelación, tan pronto como cuando su
hijo tenga 13 años, porque las listas de espera pueden ser largas. El IEP de transición lo
puede ayudar a planificar cómo vivirá su hijo, incluyendo aspectos educativos
orientados a ese objetivo. Por ejemplo, los adolescentes que vivirán fuera de la casa de
sus padres pueden recibir formación en las habilidades necesarias para la vida, como
tomar autobuses públicos, gestionar el dinero y cocinar platos saludables.

Quinto paso: Aborde el tema de la sexualidad


El cuerpo de su hijo en edad adolescente está madurando y convirtiéndose en el de un
adulto. Esto significa que puede (y tal vez desee) mantener relaciones sexuales. Si su
hijo puede hacerlo, haga que hable con su médico sobre los métodos anticonceptivos
para evitar los embarazos no deseados y las enfermedades de transmisión sexual (ETS).

Las personas con discapacidades del desarrollo tienen más probabilidades de ser
víctimas de abusos y agresiones sexuales. Por lo tanto, asegúrese de que habla con su
hijo sobre las diferencias entre el contacto apropiado y el contacto inapropiado. Hágale
saber que acuda a usted si alguna vez se siente incómodo o asustado o si recibe
cualquier tipo de agresión.

Sexto paso: Busque nuevos médicos para su hijo


Es posible que haya confiado en el mismo equipo de médicos y terapeutas durante
toda la vida de su hijo. Pero la mayoría de los profesionales de la salud que tratan a
niños le indicarán que su hijo haga la transición a la medicina para adultos cuando
cumpla los 21 años de edad.

Cuando su hijo cumpla 15 años, empiece a busca a médicos y terapeutas que tratan a
adultos con parálisis cerebral. En primer lugar, pida referencias a los profesionales de la
salud que han llevado a su hijo hasta ahora. Hable con amigos suyos que tengan hijos
mayores con parálisis cerebral para saber si ellos pueden recomendarle a algún
profesional de la salud para que atienda a su hijo.

Abordando las necesidades y los deseos de su hijo de cara al futuro, y planificando las
cosas lo mejor que pueda, ambos estarán preparados para la próxima y emocionante
etapa de la vida.

7. TERAPIAS

Una variedad de terapias juega un papel importante en el tratamiento de la parálisis


cerebral:

Fisioterapia
El entrenamiento muscular y los ejercicios pueden contribuir a la fuerza, la flexibilidad,
el equilibrio, el desarrollo motor y la movilidad de tu hijo. También aprenderás a cuidar
con seguridad de las necesidades diarias de tu hijo en casa, como bañarlo y
alimentarlo. El terapeuta puede orientarte para que continúes con el entrenamiento
muscular y el ejercicio en casa, entre una cita de terapia y la otra.
Durante los primeros 1 o 2 años después del nacimiento, tanto los fisioterapeutas
como los terapeutas ocupacionales brindan apoyo en temas como controlar la cabeza y
el tronco, rodar y agarrarse. Más tarde, ambos tipos de terapeutas participan en las
evaluaciones para sillas de ruedas.

Se pueden recomendar dispositivos ortopédicos, como férulas u otros dispositivos de


apoyo, para ayudar a tu hijo con actividades como caminar mejor y estirar los músculos
rígidos.

Terapia ocupacional.

Los terapeutas ocupacionales trabajan para ayudar a tu hijo a adquirir independencia


en las actividades y rutinas diarias en el hogar, la escuela y la comunidad. El equipo de
adaptación recomendado para tu hijo puede incluir andadores, bastones con base de
cuatro patas, sistemas para sentarse y para ponerse de pie, o sillas de ruedas
eléctricas.
Terapia del habla y del lenguaje.

Los patólogos del habla y el lenguaje pueden ayudar a mejorar la capacidad de tu hijo
para hablar con claridad o para comunicarse mediante el lenguaje de señas. También
pueden enseñar el uso de dispositivos de comunicación, como una computadora y un
sintetizador de voz, si la comunicación es difícil. Los terapeutas del habla también
pueden tratar las dificultades para comer y tragar.

Terapia recreativa.
Algunos niños se benefician de hacer deportes recreativos o competitivos regulares o
de adaptación, como la equitación terapéutica o el esquí. Este tipo de terapia puede
ayudar a mejorar las habilidades motoras, el habla y el bienestar emocional de tu hijo.
El ejercicio y la actividad física regular pueden promover la salud general y ayudar
tanto a los adultos como a los niños a estar en forma.

8. CONCLUSIONES

El diagnóstico temprano y el tratamiento terapéutico de la parálisis cerebral son dos


tareas complejas. De forma independiente del abordaje adecuado, el pronóstico del
paciente puede ser desfavorable en el 30-40% de los casos por la discapacidad que
origina la propia enfermedad, por su mortalidad temprana o por la comorbilidad
referida.

Las mejoras en el control terapéutico del recién nacido prematuro, los avances
farmacológicos y la calidad de la atención pluridisciplinaria son los factores de los que
depende el presente y futuro de estos niños.

Las terapias son la mejor forma de mejorar en el tratamiento de la parálisis cerebral


atáxica, que ayudara a mejorar la motricidad y aprehensión del conocimiento.

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