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Srvicio Vespertino Yom Kipur

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5784

SERVICIO
VESPERTINO
KOL NIDRÉ
ENSÉÑANOS EL VALOR DEL VERBO
Al escuchar la melancólica y conmovedora melodía del
Kol Nidré, Oh Dios, ayúdanos a medir nuestras
palabras y encontrar el coraje de ser fiel a nuestras
promesas.
Danos la fuerza de acercar más nuestras realizaciones
a nuestros propósitos durante este año entrante.
Durante este Día del Perdón ayúdanos a analizar lo
más profundo de nuestro ser, para comprender más la
verdad de nuestra existencia, y poder perfeccionarla.
Dios nuestro y Dios de nuestros antepasados, cuando
la noche tiende su manto sobre la tierra para
acercarnos al día más solemne del año, nos reunimos
con nuestros hermanos judíos de todo el mundo en
plegaria y meditación. Apartamos de nuestras mentes
los pensamientos mezquinos y los deseos vanidosos.
¿Qué es nuestra vida y qué vale nuestra fuerza? ¿Para
qué sirven nuestras riquezas, y para qué nuestro
poder? Elevamos nuestros ojos a Ti, oh Señor,
añorando Tu luz y Tu inspiración. En esta noche de Kol
Nidré, santificada por recuerdos sagrados, unidos con
las generaciones pasadas y rememorando la piedad y
la devoción ancestral, nos hallamos en Tu presencia,
libres de toda pretensión y confesando nuestras
debilidades; Tú, que lo ves todo, Tú que sabes de toda
nuestra fragilidad. Aspiramos llegar a las grandes
metas, pero la tentación nos invade. Tropezamos y
caemos, argüimos y dudamos. Oh, Señor, fortifícanos
en nuestra debilidad y guía nuestros pasos. Habla a
nuestros corazones con la voz quieta y sabia de Tu
espíritu, para que podamos encontrar nuestro camino
del encuentro contigo. En medio de las incertidumbres
y tragedias de la vida necesitamos Tu santa presencia.
En medio de los arduos problemas con que tropezamos
en nuestra evolución, ayúdanos, oh Dios, para
encontrar el camino justo. Ayúdanos a comprender
que nuestros hábitos de hoy decidirán la esencia de lo
que seremos mañana. En esta noche sagrada, abre
nuestros oídos para que en nuestros corazones se
arraiguen las palabras del profeta: ¡Arroja tus pecados
para que sean purificados! Con este espíritu,
levantémonos para Kol Nidré.
Oficiante
En nombre del Tribunal celestial, y en nombre de esta
corte terrena, invocando Divina sanción y con la
anuencia de esta sagrada congregación declaramos:
Nos es lícito orar junto a los transgresores de la
voluntad divina.
KOL NIDRÉ
Nos arrepentimos por el incumplimiento de todos los
votos que formulamos de las obligaciones rituales que
contrajimos, de los anatemas en los cuales incurrimos
y de los juramentos que prestamos ante Dios, desde
este Día del Perdón hasta el próximo Día del Perdón que
nos llegue para el bien. De todos ellos nos
arrepentimos. Sean todos ellos absueltos, nulos, y sin
valor, sin efecto, y sin carácter de obligación. Nuestros
votos que no sean considerados como tal, tampoco
nuestras obligaciones, ni los juramentos que
prestamos ante Dios.
Oficiante y Congregación
NÚMEROS 15:26
“Y le será perdonado a toda la congregación de los hijos
de Israel así como al extranjero que reside entre ellos
ya que todo el pueblo pecó por omisión.”
Oficiante
NÚMEROS 14:19
“Absuelve, pues, la iniquidad de este pueblo, con Tu
magna misericordia, tal como has perdonado a este
pueblo, desde Egipto y hasta ahora.”
Congregación
NÚMEROS 14:20
“Y dijo Adonai: He perdonado, como lo has pedido ...”
Oficiante
Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, Rey del
Universo, que nos concediste la vida, nos sostuviste y
nos hiciste presenciar este momento.
LA BENDICIÓN PATERNA
“Quiera Dios bendecirte como a Efraim y a Menashé”.
Sea la voluntad de nuestro Padre que está en los cielos,
implantar Su amor y la reverencia a Él en tu corazón,
para que puedas venerar a Dios todos los días de tu
vida, así te alejarás del error y desearás con
vehemencia la Torá y sus preceptos. Quiera Dios que
siempre tus ojos miren hacia adelante, que tu boca
pronuncie palabras sabias y que tu corazón medite en
la veneración a Dios. Que tus manos estén empeñadas
en el cumplimiento de los preceptos y que tus piernas
corran siempre en pos de las acciones que son la
voluntad de tu Padre que está en el cielo. Que Dios te
bendiga, con hijos e hijas que sigan la senda de la
justicia y que se dediquen a buenas acciones, durante
esta, su vida terrena. Sea tu fuente bendecida y que
Dios te proporcione tu sustento por medio de rectitud y
con quietud. Quiera Él abrirte Su mano pródiga para
que no dependas de la caridad de los seres humanos.
Que tus ocupaciones te permitan dedicarte al servicio
de Dios; y que seas inscripto y rubricado para una
larga vida de bien, junto a todos los hombres justos del
pueblo de Israel. Amén.
En Shabat
EL TRIUNFO DE LA RECTITUD
SALMO 921
Cántico para el día Sábado
Cuán agradable es orar para Ti, Dios,
Y cantar a Tu nombre, oh Altísimo;
Celebrando Tu bondad al amanecer,
Afirmando Tu fe al anochecer.
Con el tañido de la lira y la flauta,
Con el tono armonioso del arpa.
Tu creación, oh Señor, es motivo de mi regocijo,
Quiero celebrar la perfección de Tu obra.
Cuán grandes son Tus obras, oh Dios,
Infinitamente profundos Tus pensamientos.
El hombre necio no comprende,
Ni el insensato puede entender:
Los impíos brotan como la hierba,
Los malvados florecen efímeramente.
Mas ellos, desaparecerán para siempre.
Pero Tú, oh Dios, serás eternamente exaltado.
Tus enemigos, oh Señor, perecerán,
Los que obran iniquidad, desaparecerán.
Elevaste mi honor y fortaleza
Me ungiste con fragante aceite.
Mis ojos contemplarán el ocaso de mis adversarios.
Mis oídos oirán su decepción.
El justo, como la palma florecerá,
Como el cedro del Líbano crecerá.
Plantados en la morada del Señor,
En los atrios de nuestro Dios florecerán.
Aún en la vejez prosperarán,
Frondosos y lozanos permanecerán.
Para proclamar que el Señor es justo,
Mi roca, en quien no hay injusticia.
En Shabat
LA MAGNIFICENCIA DE DIOS
SALMO 93
El Señor reina, rodéase de magnificencia,
La gloria circunda a nuestro Dios.
Afirmó también el mundo,
El Universo no será conmovido.
Tu trono es eterno,
Tú precedes a la Creación.
Elevaron los ríos su estruendo,
Los mares su rugido.
Más que las ondas del mar,
Más que el estruendo de las olas,
Tú oh Dios, eres poderoso.
Tu ley es suprema verdad,
La santidad, oh Dios, residirá en Tu morada
Hasta la eternidad.
Oficiante
Bendecid a Dios pues Él es digno de alabanza.
Congregación y Oficiante
Baruj Adonai hamevoraj leolam vaed.
“Bendito sea Dios hasta la eternidad.”
Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, Rey del Universo,
que con Tu mandato haces descender crepúsculo
Con Tu sabiduría abres las puertas de los cielos, con Tu
Providencia las estaciones se suceden.
Estableces la armonía celeste, según Tu voluntad. Por
Tu mandato la noche sucede al día, y la luz disipa la
oscuridad. El día se extingue, la noche desciende sobre
Tu Creación. Porque Tú, Señor, riges la naturaleza y
eternamente reinarás sobre nosotros. Bendito eres, oh
Dios, Creador del tiempo. Con amor eterno amaste a Tu
pueblo, la congregación de Israel. Nos enseñaste Tu
ley, Tus mandamientos, Tus preceptos, y Tu justicia.
Por eso, Dios nuestro, meditamos en Tu enseñanza de
día y de noche. Tu Torá nos regocija, Tus preceptos son
la fuente de nuestra vida. Por eso Tu Torá
estudiaremos durante nuestra existencia. Señor, no
nos prives jamás de Tu amor.
Bendito eres, oh Dios, que amas a Tu pueblo Israel.
(Nos ponemos de pie)
Barjú
Oficiante: Barjú Et-Adonái Ha-Mevoráj:
Congregación: Barúj Adonái Ha-Mevoráj Leolám
Vaéd:
Oficiante: Barúj Adonái Ha-Mevoráj Leolám Vaéd:
Umaavír Iom Umevi Laila Umavdíl Bein Iom Ubein
Laila. Adonái Tzevaót Shemó. El Jai Vekaiám Tamíd
Imlój Aleinu Leolám Vaéd.
Barúj Atá Adonái (Barúj Hú Ubarúj Shemó) Ha-
Maarív Aravím: (Amén)

Ahavát Olám Beit Israel Amjá Ahavtá. Torá Umitzvót


Jukím Umishpatím Otánu Limádta. Al-Kén Adonái
Eloheinú Beshojbenú Uvekumenú Nasíaj Bejukeja.
Venismaj Bedivréi Torátejá Uvemitzvotejá Leolám
Vaéd. Ki Hem Jaieinú Veoréj Iamenú Ubahém Nehgué
Iomám Valaila. Veahavatjá Al Tasír Miménu
Leolámím. Barúj Atá Adonái Ohév Amó Israel:

DEUTERONOMIO 6:4-9
OYE, OH ISRAEL, ADONAI ES NUESTRO DIOS,
ADONAI ES ÚNICO

Bendito sea Su glorioso reino por siempre jamás.


Ama a Tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y
con todas tus fuerzas. Las leyes que te prescribo hoy,
grabarás en tu corazón. Las explicarás a tus hijos,
meditarás en ellas en toda ocasión, al amanecer y al
anochecer. Átalas por signo sobre tu brazo, ponlas por
señales sobre tu frente y escribirlas has, en las
entradas de tu casa y de tus ciudades.
DEUTERONOMIO 11:13-21
Y será que si obedeciéreis a Mis mandamientos,
amando a vuestro Dios con todo vuestro corazón y con
todo vuestro ser, la Providencia Divina bendecirá
vuestra tierra y recogeréis el fruto de vuestro trabajo.
Los prados florecerán, la hartura colmará vuestro país.
Mas, si la senda de Dios abandonareis, adorando
vanidades, la Providencia se tornará contra vosotros,
los cielos no darán su lluvia, ni la tierra sus frutos, y
vuestro hermoso país, heredad de Dios, quedará
despoblado.
Grabad Mis palabras, estas, sobre vuestro corazón.
Preservadlas con todo vuestro ser, atadlas por signo
sobre vuestro brazo, ponedlas por señales sobre
vuestra frente. Explicadlas a vuestros hijos, meditad
en ellas en toda ocasión, al amanecer y al anochecer.
Escribirlas has, en la entrada de tu casa y de tus
ciudades. Para que se multipliquen vuestros días y los
días de vuestros hijos en la tierra que Dios prometió a
vuestros patriarcas, tanto como los días de los cielos
sobre la Tierra.
NÚMEROS 15:37-41
Y habló Dios a Moisés diciendo: Habla a los hijos de
Israel y diles que se hagan franjas sobre los bordes de
sus ropas, por sus generaciones y que se pongan sobre las
franjas un hilo cárdeno. Y cuando viereis estas franjas
recordaréis los preceptos de Dios y los cumpliréis y no os
desviaréis en pos de vuestros impulsos. Recordad, pues,
todos Mis preceptos, cumplidlos y santos seréis delante de
vuestro Dios. Yo soy el Señor que os redimió de Egipto, para
ser vuestro Dios. Yo soy Adonai, vuestro Dios.

Oficiante
Adonái Eloheijém Emét.
Congregación
Emét.

Creemos firmemente que el Señor,


Dios de Israel, es único.
Él nos ha redimido de la opresión.
Y nos ha liberado de la tiranía.
Su justicia hemos presenciado,
Sus maravillas son innumerables.
Él ha preservado nuestra existencia,
Nos sostuvo en nuestro desfallecimiento.
Entre la adversidad de los pueblos nos mantuvo,
Nuestra causa hará triunfar.
Nos liberó maravillosamente de la tierra de Egipto,
Redimió a Su pueblo Israel de la esclavitud.
Hizo pasar a Sus hijos a través del Mar Rojo,
Los condujo hacia la tierra de la libertad.
Sus hijos presenciaron Su poder,
Alabaron y aclamaron Su nombre.
Su soberanía aceptaron entonando himnos.
Moisés y el pueblo de Israel hacia Ti clamaron diciendo:
¿Quién Te iguala, oh Señor?
¿Quién iguala Tu Santidad y magnificencia?
Digno de alabanzas, hacedor de maravillas.
Cuando rescataste a Tus hijos del ímpetu del mar,
Éste es mi Dios, ellos exclamaron diciendo:
Adonai reinará eternamente.
Y está dicho: Dios redimió a Israel,
Y lo liberó de la opresión.
Bendito seas, oh Dios, redentor de Israel.

Umaljutó Beratzón Kiblú Aleihém. Moshé Uvenei Israel Lejá


Anú Shirá Besimjá Rabá Veamrú Julám.
Mi-Jamoja
Mi-Jamoja Baelím Adonái Mi Kamoja Needár Bakodesh
Norá Tehilót Osé Felé:
Maljutejá Raú Vanejá Bokea Iam Lifnéi Moshé Ze Elí Anú
Veamrú. Adonái Imlój Leolám Vaéd
Veneemár Ki-Fadá Adonái Et-Yaakov Uguealó Miiad Jazák
Miménu. Barúj Atá Adonái (Barúj Hú Ubarúj Shemó) Gaál
Israel (Amén).
Haznos dormir en paz, oh Dios, Y
levantarnos con vida.
Extiende sobre nosotros Tu protección,
Oriéntanos con Tus sabios consejos.
Sálvanos para que cantemos Tu gloria
Protégenos contra todo mal y tentación.
Haz desaparecer de nuestra existencia:
La enemistad, la enfermedad, la guerra, el hambre y la
angustia,
Pues Tú eres nuestro Protector y salvador.
Con Tu misericordia guía nuestros pasos,
Concédenos la vida y la paz, ahora y siempre.
Otórganos Tu amor.
Bendito seas, oh Dios, que extiendes Tu manto de paz,
Sobre nosotros, sobre Tu pueblo Israel, y sobre Jerusalem.

En Shabat
ÉXODO 31:16-17
Observarán los hijos de Israel el Shabat a través de los
tiempos. Será entre Mí y los hijos de Israel una alianza
eterna. Testimonio de la creación del mundo en seis días.
Más en el séptimo día culminó Dios su obra y descansó.

LEVÍTICO 16:30
Pues en este día Él os perdonará purificándonos de todos
vuestros errores; delante de Adonai habréis de purificaros.
Oficiante
El mundo que Dios ha creado según Su voluntad, tribute
gloria y santificación al nombre del Eterno. Que Su reino sea
proclamado prontamente, en vuestros días, y en vida de
toda la congregación de Israel. Amén.
Congregación y Oficiante
Sea Su glorioso nombre bendecido eternamente.
Oficiante
Exaltado, venerado y alabado sea el nombre del Santo
Bendito Él. Su gloria es inefable e infinita. Su magnificencia
es superior a toda expresión humana. Amén.

Ufrós Aleinu
Ufrós Aleinu Sucát Sheloméja. Barúj Atá Adonái (Barúj Hú
Ubarúj Shemó) Ha-Porés Sucát Shalom Aleinu Veal Kol-Amó
Israel Veal Yerushalaim (Amén).

(Nos ponemos de pie) En Shabat Veshamrú


Veshamrú Venéi-Israel Et-Ha-Shabát. Laasót Et-Ha-Shabat
Ledorotám Brít Olám Beiní Uvein Benéi Israel Ot Hi Leolám.
Ki- Shéshet Iamím Asá Adonái Et-Ha-Shamáim Veet-Ha-
Aretz Uvaiom Ha-Shevií Shabat Vainafásh:
LA AMIDÁ
Esta oración se pronuncia de pie y en silenciosa devoción:

Señor, abre mis labios y mi boca anunciará Tus loores.


Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro y de nuestros
patriarcas, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.
Dios magno, exaltado y venerado. Dios Altísimo, Tú
prodigas Tu benevolencia a toda Tu creación. Recordar has,
el amor de nuestros patriarcas y redimir has, a sus
descendientes, por Tu nombre y por Tu amor a Tu pueblo.
Oh Dios, fuente de toda vida, concédenos la vida, inscríbenos
en el Libro de la Vida, por Tu nombre Dios Eterno. Tú, Rey
nuestro, nos ayudas, salvas y proteges, Bendito eres Tú
Adonai, protector de Abraham. La fuerza Te pertenece, Tú
traerás a los difuntos a la vida
eterna, con Tu magnanimidad. Tu misericordia sustenta a
los vivientes, traes a los difuntos a la vida eterna; alientas a
los débiles, curas a los enfermos. Tú liberas a los cautivos y
cumples Tu promesa a los que yacen en la tierra. ¿Quién Te
iguala, Dios sublime? Tú concedes la vida y decretas la
muerte, oh Dios, fuente de redención. ¿Quién Te iguala Padre
piadoso, que con Tu amor concedes la vida a Tus creaturas?
Por lo tanto, Adonai, Dios nuestro, manifiesta Tu temor
sobre toda Tu creación, y Tu reverencia sobre todo lo que has
creado; para que Te venere toda la creación y todos los
creados se prosternen ante Ti, uniéndose así toda la
humanidad, para cumplir con Tu voluntad, con integridad.
Pues sabemos, oh Dios, que el dominio a Ti pertenece, que en
Tu mano está la fuerza, que Tu diestra infunde valor y que
Tu nombre es venerado por todo lo que has creado.
Por lo tanto, oh Dios, concede dignidad a Tu pueblo, y gloria
a aquellos que Te veneran; alienta la esperanza de los que Te
buscan, para que sean válidas las palabras de los que en Ti
están esperanzados.
Que la alegría circunde Tu tierra y el regocijo a Tu ciudad,
otorga renovada fuerza a David a Tu servidor. Haznos ver la
resplandeciente luz mesiánica de Tu Ungido de la dinastía
de Ishai, prontamente, en nuestros días. Así pues, los justos
lo verán y se regocijarán, y los piadosos entonarán cánticos
de alegría. La voz de la iniquidad se extinguirá, y toda
maldad se esfumará cual humo, cuando hagas desaparecer
de la tierra el imperio de la arrogancia. Entonces reinarás
tan solo Tú, Adonai, sobre toda Tu creación en el Monte
Sión, morada de Tu gloria, y en Jerusalem ciudad de Tu
Santuario, pues así está dicho en Tus Sagradas Escrituras:
“Adonai reinará hasta la eternidad, Tu Dios, oh Sión, a
través de las generaciones. Alabad a Adonai”. Santo eres Tú
y venerado es Tu nombre, no hay otra divinidad excepto Tú,
pues así está escrito : “Es a través de la justicia que el Señor
de las huestes es exaltado, y es con la rectitud que Su nombre
es santificado. Bendito eres Tú Adonai Rey Santo”. Nos
elegiste entre los pueblos, nos concediste Tu amor. Nos
elevaste entre las naciones, nos santificaste con Tus
preceptos y nos acercaste al culto de Tu venerado nombre.

Con Tu amor nos concediste este día (de Shabat para


santidad y para quietud y este día) del Perdón, para la
absolución y perdón de todos nuestros delitos (nos
concediste con amor) como día de sagrada convocación, en
recuerdo de nuestra liberación de Egipto.
Oh Dios nuestro y de nuestros padres, llegue hacia Ti
nuestro recuerdo y el de nuestros patriarcas, Recuerda el
Mesías de la dinastía de David. Recuerda a Jerusalem, la
ciudad de Tu morada. Recuerda a todos los componentes de
Tu pueblo y concédenos con Tu amor: la salvación, la vida y
la paz, en este día del Perdón.
Recuérdanos y bendícenos en este día con la vida. Ten
compasión de nosotros y redímenos, porque hacia Ti
elevamos nuestros ojos, Señor misericordioso.
Dios nuestro y de nuestros padres, perdona nuestros errores
en este día (de Shabat y en este día) del Perdón, borra y
disipa nuestros errores y transgresiones que hemos
cometido frente a Ti, pues así está dicho: “Yo soy el que
disipa tus transgresiones y tus errores no recuerdo más». Y
está dicho: “Yo he disipado como nube tus pecados y como
niebla tus errores, vuelve a Mí, pues Yo te he redimido”.
“Pues en este día Él os perdonará purificándonos de todos
vuestros errores; delante de Adonai habréis de purificaros”.
Dios nuestro y de nuestros padres (acepta nuestro reposo)
santifícanos con Tus preceptos, inícianos en Tu Torá,
haznos merecedores de Tu bondad, y regocíjanos con Tu
salvación. (Con Tu amor haz que gocemos de Tu santo
Shabat y que todo Tu pueblo goce en él, en paz.)
Purifica nuestros corazones para servirte con sinceridad.
Porque Tú, absuelves a Tu pueblo Israel y perdonas a las
tribus de Ieshurun en cada generación, excepto Tú no
tenemos rey alguno que perdona y absuelve. Bendito eres Tú
Adonai, Rey que perdona y absuelve nuestras
transgresiones y los errores de Su pueblo, la Congregación de
Israel, haciendo disipar nuestras culpas año tras año, Tú
Rey de toda la tierra que santificas (el Shabat) Israel y el día
del Perdón. Dios nuestro, ama a Tu pueblo Israel y acepta
sus oraciones. Restaura el culto en Tu Santuario, y recibe
con amor las plegarias de la congregación de Israel. Y
lleguen a Ti las plegarias de Tu pueblo Israel. Haz que
nuestros ojos presencien Tu retorno a Sión. Bendito eres Tú
Adonai, que restauras Tu gloria en Sión.
Reconocemos, oh Señor, que Tú eres nuestro Dios y Dios de
nuestros padres, hasta la eternidad. Tú cuidas nuestra
existencia y proteges nuestra vida a través de los tiempos.
Por eso Te agradecemos y oramos hacia Ti. Nuestras vidas
están en Tus manos, encomendamos nuestras almas a Tu
bondad divina. Tu Providencia guía nuestros pasos al
anochecer y al amanecer. Tú eres nuestra única esperanza,
porque Tu misericordia es infinita. Por todo esto, Tu
nombre, oh Rey nuestro, será bendecido por nosotros
eternamente. Inscribe para una vida feliz a todos Tus hijos.
Todos los seres vivientes rendirán homenaje a Tu nombre
con sinceridad. Te agradecerán, oh Dios, artífice de nuestra
salvación y nuestra ayuda. Bendito eres Tú Adonai, nuestro
benefactor. Haz reinar la paz sobre Tu pueblo Israel, porque
Tú concedes la paz a Tu creación. Plázcate, oh Dios, bendecir
a Israel con Tu paz por la eternidad.
En el Libro de la Vida, Bendición, Paz y Sustento, seamos
inscriptos y recordados junto con todo Tu pueblo Israel,
Bendito eres Tú Adonai, Hacedor de la paz. Dios nuestro y de
nuestros padres, lleguen a Ti nuestras oraciones, y no Te
ocultes ante nuestras plegarias. No somos insolentes ni
arrogantes para alegar ante Ti, Adonai Dios nuestro y de
nuestros padres, “somos justos y no hemos errado” porque
ciertamente hemos errado.
Hemos cometido faltas, fuimos desleales, usurpamos lo
ajeno, proferimos ofensas, inducimos a la perversidad y al
mal, con soberbia y violencia divulgamos falacias.
Proporcionamos malos consejos, emitimos palabras
dolosas. Hemos sido cínicos e indóciles. Cometimos ultrajes,
fuimos rebeldes, cometimos iniquidades y transgresiones,
hemos sido impulsivos y obstinados. Actuamos con
maldad, prevaricamos, aborrecimos lo correcto. Erramos e
indujimos al error. Nos alejamos de Tus mandamientos y de
Tus leyes de bien, mas de nada nos ha servido. Pero Tú, oh
Dios, eres justo en Tu retribución, pues Tu justicia es la
verdad y nosotros cometimos el mal.
¿Qué podemos argüir ante Ti, oh Altísimo? ¿Qué podemos
decir ante Ti, Tú que resides en el firmamento? Tú conoces
todas nuestras acciones, las manifiestas como las ocultas.
Tú conoces los misterios del Universo, y los ocultos secretos
de todo ser viviente. Tú inquieres y conoces la intimidad de
nuestro ser, escudriñas nuestro corazón. Nada se oculta
ante Ti, nada escapa a Tu omnisciencia. Por lo tanto, sea Tu
voluntad, oh Dios nuestro y de nuestros padres, absolvernos
de nuestros errores, y borrar todas nuestras iniquidades y
perdonar todas nuestras transgresiones.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por compulsión o por voluntad.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
endureciendo nuestro corazón.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por ignorancia.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de palabras inconscientes.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por carencia de moral sexual.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
tanto en público como en oculto.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
a sabiendas y con astucia.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de la palabra.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
engañando a nuestro semejante.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de ocultos designios de nuestro corazón.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
incurriendo en prostitución.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de la insinceridad.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
despreciando nuestros padres y maestros.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
con premeditación o por error.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por el uso de la violencia.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por la profanación de Tu nombre.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
mancillando con nuestras palabras.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de palabras necias.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
dejándonos dominar por nuestras bajas pasiones.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por error o a conciencia.
Todos estos errores, oh Dios clemente, absuélvelos,
bórralos, perdónanos

Por el error que hemos cometido frente a Ti.


por medio del incumplimiento y de la mentira.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio del soborno.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de la burla y mofa.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de la calumnia.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
en nuestras relaciones comerciales.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de nuestra comida y bebida.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de la usura.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
con orgullo y palabras pretensiosas.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de la murmuración.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de mirada codiciosa.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de miradas altivas.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
al incurrir en insolencia.
Todos estos errores, oh Dios clemente, absuélvelos,
bórralos, perdónanos.

Por el error que hemos cometido frente a Ti,


por medio del ateísmo.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio del prejuicio.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
al enredar a nuestros semejantes.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de la envidia.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
al incurrir en irresponsabilidad.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
al incurrir en obstinación.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
cuando presurosos nos encaminamos hacia el mal.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
sembrando la cizaña y el chisme.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio del perjurio.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio del odio infundado.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
al tornarnos en falsos custodios.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por confusión de nuestra mente.

Todos estos errores, oh Dios clemente, absuélvelos, bórralos,


perdónanos

Perdónanos, oh Dios, por los errores, cuya expiación era el


holocausto y el sacrificio por el pecado. Absuelve los errores
cuya expiación era el sacrificio proporcional. Por los errores
certeros o dudosos que cometimos.
Expía los errores que nos hacían pasibles de castigo y de
flagelación. Absuelve los errores que se expían sólo cuando
Tú nos retiras la vida. Perdona los errores que truncan
nuestra vida y descendencia.
Todos estos errores, oh Dios clemente, absuélvelos, bórralos,
perdónanos.

Perdónanos, oh Dios, por los errores que nos hacían pasibles


de una de las cuatro penas capitales. Absuelve nuestros
errores al no cumplir Tus preceptos, o al violar Tus
mandamientos, por acción o por abstención.Perdona los
errores tanto manifiestos como los ocultos a nuestra
conciencia. Los errores manifiestos ya Te los expusimos y
reconocimos nuestro desacierto. Mas los ocultos a nuestra
conciencia, Tú los conoces, oh Dios, pues así está escrito en
la Torá: “Las cosas ocultas, son manifiestas ante Adonai,
nuestro Dios, mas las acciones manifiestas, aceptamos
nosotros y nuestros hijos por siempre jamás, para que
cumplamos todas las palabras de esta Torá”. Pues Tú
absuelves a Tu pueblo Israel, y perdonas a las tribus de
Ieshurún en cada generación, excepto Tú no tenemos Rey
alguno que perdona y absuelve.
Dios mío, antes que yo fuese creado no era nada, y ahora que
ya me creaste percibo mi fragilidad. Al polvo me asemejo
durante mi vida, ¿qué seré después del fin de mis días? Me
siento ante Ti, oh Dios, cual frágil vasija recubierto de rubor
y confusión. Sea Tu voluntad, oh Dios mío y de mis padres,
que evite los errores durante esta mi vida terrena. Con Tu
inmensa misericordia, purifícame de mis errores pretéritos.
Mas no me hagas víctima de enfermedades ni sufrimientos.
Dios mío, preserva mi lengua de la calumnia y mis labios de
la mentira. Hazme insensible a la ofensa y humilde ante mi
prójimo. Hazme comprender Tu Torá y cumplir con Tus
preceptos. Disipa las malas intenciones de mis enemigos,
frustra sus malos pensamientos. Hazlo por Tu nombre, por
Tu Gloria, por Tu Santidad, por Tu Torá. Sálvame con Tu
poder, respóndeme en mi angustia y libera a los que Te
aman. Acepta mis palabras y la meditación de mi corazón,
Adonai, mi Protector y mi Redentor. El que establece la
armonía en Sus alturas, nos conceda la paz a nosotros, a
todo Israel, y a toda la humanidad. Amén.
Oh Dios, restaura Tu santuario, reconstruye Tu morada
prontamente, haznos estudiosos de Tu Torá, y en Tu
santuario Te serviremos como en tiempos pasados.

GENESIS 2:1-3
Y se concluyó la creación del cielo y la tierra y todo lo que
contienen. Habiendo concluido su obra, Dios cesó en Su
creación y reposó. Y bendijo Dios al día séptimo y lo
santificó ya que en él concluyó Su obra y Su creación.
Oficiante
Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, y de nuestros
patriarcas, Dios de Ahraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.
Tú eres exaltado y reverenciado. Tu reino está en los cielos, la
creación es obra de Tus manos.
Congregación y Oficiante
La palabra de Dios reconfortó a nuestros padres. El Verbo de
Dios concede la vida eterna a los muertos. Dios santo e
incomparable, con Su amor concedió el reposo sabático a su
pueblo. Por eso reverenciamos Su nombre, diariamente. A Él
dirigimos oraciones y alabanzas. Nuestra gratitud Te
expresamos, oh Dios, Hacedor de la paz.Tú santificaste el
Shabat y bendijiste nuestro reposo. Haznos descansar y
deleitamos en este día, testimonio de Tu obra y de Tu
creación.
Oficiante
Oh, Dios nuestro y de nuestros padres, acepta nuestro
reposo, santificanos con Tus sabios preceptos, despierta
nuestro interés por Tu Torá, cólmanos de felicidad,
regocíjanos con Tu salvación y purifica nuestro corazón
para servirte con sinceridad. Con Tu amor, oh Dios, haz que
gocemos de Tu Santo Shabat y que todo Tu pueblo goce en él,
en paz. Bendito eres Tú, Adonai, que santificas el Shabat.

Oh Dios; Ascienda hasta Ti nuestra plegaria al anochecer,


llegue nuestro clamor hasta Ti desde el amanecer.
Acepta nuestras preces cuando el día se extingue.
Ascienda hasta Ti nuestra voz en oración al anochecer,
Llegue nuestra rectitud hasta Ti, desde el amanecer,
Haznos ver nuestra redención, cuando el día se extingue.
Ascienda hasta Ti nuestra aflicción, al anochecer,
Concédenos nuestro perdón, al amanecer,
Acepta nuestro gemido, cuando el día se extingue,
Ascienda hasta Ti nuestra esperanza que en Ti
depositamos, al anochecer,
Concédenos el perdón, hazlo por Tu nombre, al amanecer,
Haznos ver nuestra absolución cuando el día se extingue.
Brote nuestra salvación al anochecer,
Llegue nuestra purificación de toda culpa, al amanecer,
Manifiéstanos Tu gracia, cuando el día se extingue.
Ascienda nuestro recuerdo hasta Ti, al anochecer,
Lleguen las preces de nuestras congregaciones hasta Ti, al
amanecer, Manifiéstanos Tu esplendor, cuando el día se
extingue. Asciendan hacia Ti nuestros llamados a Tu
indulgencia, al anochecer, Concédenos el júbilo y el regocijo,
al amanecer,
Acepta nuestras rogativas, cuando el día se extingue.
Asciendan hasta Ti nuestras plegarias, al anochecer,
Lleguen hasta Tu presencia, al amanecer,
Manifiéstanos Tu misericordia, cuando el día se extingue.

Iaalé Tajanunénu Meérev.


Veiavó Shavaténu Mibóker.
Veieráe Rinunénu Ad Arév:
Iaalé Kolénu Meérev.
Veiavó Tzidkaténu Mibóker.
Veieráe Pidionénu Ad Arév.
Iaalé InuieinuMeérev.
Veiavó Slijatenu Mibóker.
Veieráe Naakatenu Ad Arév.
Iaalé Menusenu Meérev.
Veiavó Lemaanó Mibóker.
Veieráe Kipurenu Ad Arév.
Iaalé Ishenu Meérev.
Veiavó Tohorenu Mibóker.
Veieráe Jinunenu Ad Arév.
Iaalé Zijronenu Meérev.
Veiavó Viudenu Mibóker.
Veieráe Hadratenu Ad Arév.
Iaalé Dofkénu Meérev.
Veiavó Gilénu Mibóker.
Veieráe Bakashaténu Ad Arév.
Iaalé Enkaténu Meérev.
Veiavó Eléja Mibóker.
Veieráe Eléinu Ad Arév.

Todas las creaturas vendrán ante Ti oh Dios, pues Tú oyes


sus oraciones y plegarias. Todas las creaturas vendrán y se
prosternarán, ante Ti, Adonai, atribuirán gloria a Tu
nombre. Venid, prosternáos ante Él, arrodillémonos ante
Dios, nuestroHacedor.
Atravesad Sus pórticos en agradecimiento, venid a Sus
atrios y proclamad Sus loores, profesadle agradecimiento y
bendecid Su nombre.
Bendecid a Adonai, vosotros servidores de Él.
Vosotros que estáis en los atrios del Señor, por las noches,
alzad vuestras manos en el Santuario y bendecid a Adonai,
vayamos hacia Sus moradas, prosternémonos ante la
Residencia de Su Gloria.
Exaltad a Adonai, nuestro Dios, y aceptad sus venerados
mandamientos pues Santo es Él.
Exaltad a Adonai, nuestro Dios y prosternaos en la montaña
de Su Santuario, pues Santo es Adonai, nuestro Dios.
Adorad a Dios con la belleza de la santidad, reverenciad a
Dios, todos los habitantes de la tierra.
Mas nosotros, confiando en Tu inmensa misericordia,
entramos en Tu casa, nos prosternamos ante Tu Santuario
con reverencia.
Nos prosternamos ante Tu Santuario y loamos Tu nombre
Por Tu misericordia y por Tu Verdad, pues Tu Verbo es
excelso como Tu nombre.
¿Quién Te iguala, Adonai Tsebaot, quién iguala Tu poder?
Toda la creación atestigua Tu verdad.
¿Quién en los cielos puede emularte, quién entre los ángeles
puede igualarte? Pues Tú eres magno, Tu creación es
maravillosa, Tú solo eres Dios.
Tu merced es proclamada en los cielos, Tu Verdad llega hasta
el firmamento. Magno es Adonai y excelso, Su grandeza es
inescrutable.
Porque grande es Dios y digno de alabanzas, Venerado es,
más que todas las divinidades.
Porque grande es el Señor. Con Su grandeza reina sobre
todas las divinidades.
Pues ¿Qué Dios hay, ni en los cielos ni en la tierra, que emule
las obras de Tu poder? ¿Quién no Te venerará, oh Rey de
naciones? Pues a Ti se Te venera.
Pues nadie se iguala a Ti entre todos los sabios de los pueblos
y entre todos sus reinos: Nadie Te iguala, oh Adonai, Tú eres
magno y Tu nombre excelso.
Tuyo es el poder, Tuya es la fuerza. Tuyo es el vigor, Tu
diestra es el poder.
Tuyo es el día, Tuya la noche. Tú estableciste la luna y el sol.
Él tiene en Su mano los profundos abismos de la tierra, las
cimas de las montañas a Él pertenecen.
¿Quién podrá relatar el poder Divino? ¿Quién podrá
proclamar todos Sus loores? Tuyos son, oh Dios, la grandeza
y el poder, la gloria, la victoria y el resplandor; pues todo lo
que hay en los cielos y en la tierra es Tuyo.
Tuyo es el reino, Tú eres exaltado y Supremo sobre todos.
Tuyos son los cielos, Tuya la tierra, el Universo y todo
cuanto lo llena, Tú lo afirmaste.
Tú fijaste los límites de la tierra, Tú estableciste el verano y
el invierno.
Tú hiciste brotar fuentes y arroyos. Secaste ríos correntosos.
Tú dominas la soberbia del mar; Sus embravecidas olas, Tú
aquietas.
Magno es Dios, objeto de grandes loores en la ciudad de
nuestro Dios, en Su Sagrado Monte.
Adonai Tzebaot, Dios de Israel, entonado por Tus celestiales
huestes, Tú Adonai eres Único.
Oh Dios, Tú eres loado por asambleas angelicales. Tú eres
venerado por todos los que Te circundan.
Los cielos testifican Tus maravillas, oh Dios. Las huestes
angelicales proclaman Tu verdad.
Glorifiquemos al Señor con nuestras canciones. Aclamemos
la Roca de nuestra salvación.
Entremos en Su presencia con acciones de gracias,
entonemos himnos en Su honor. La justicia y el derecho son
el asiento de Tu trono. La merced y la verdad son Tus
heraldos.
En armonía pronunciamos dulces loores. A la casa de Dios
nos encaminamos entre las multitudes. Suyo es el mar pues
Él lo hizo. La tierra firme es obra de Sus manos. En Sus
manos está la vida de todo ser viviente, y el hálito de vida de
todos los seres humanos.
Tuya es el alma, el cuerpo es Tu obra, apiádate, oh Dios,
de Tu creación. Tuya es el alma, el cuerpo es Tu obra, Adonai,
hazlo por la Gloria de Tu nombre. Venimos a Ti amparados
en Tu Nombre. Adonai, hazlo por la gloria de Tu Nombre
Pues, Dios clemente y misericordioso es Tu nombre.
Hazlo por Tu nombre, oh Adonai. Perdona nuestro pecado,
pues es grande nuestro error.
Oficiante y Congregación
Tú, Dios nuestro, eres indulgente para con los impíos así
como para: los hombres bondadosos, pues esta es Tu senda y
Tu gloria. Hazlo por Ti oh Dios, mas no por nosotros; pues
comparecemos ante Ti carentes de acciones meritorias.
Proporciona remedio, oh Dios, al ser humano que erra sin
rumbo como una hoja al viento. Ten compasión de Tus
creaturas, pues son insignificantes como el polvo de la
tierra.
Apiádate de Tu creación, y aleja nuestros errores. Hazlo por
Tu bondad, pues ¿quién es hombre justo, para interceder
ante Ti? Manifiéstanos Tu merced.
Escucha, oh Adonai, nuestra oración, la voz de nuestras
plegarias habrás de oír. Oye nuestro clamor, Dios nuestro y
Rey nuestro, pues a Ti dirigimos nuestras preces. Considera
y oye pues, la oración de Tus servidores, Tu pueblo Israel.
Escucha desde el cielo, desde el lugar de Tu residencia sus
oraciones y plegarias, vindica su causa, absuelve a Tu
pueblo que erró ante Ti. Cual padre piadoso que ama a sus
hijos, así compadécete de nosotros, oh Dios. De Ti emana la
salvación, extiende Tu bendición sobre Tu pueblo. El Señor
de las huestes está con nosotros, protégenos, oh Dios, de
Jacob. Oh Adonai, bienaventurado es el hombre que confía
en Ti, Adonai, sálvanos, respóndenos, Rey nuestro, en el día
que Te invoquemos. Perdona, oh Dios, la iniquidad de este
pueblo con la magnitud de Tu misericordia, como lo has
hecho desde Egipto y hasta ahora.
Y Dios dijo: “He perdonado, tal, como me lo has pedido”.
Dios mío, oye mi oración. Mira la desolación de la ciudad
que ostenta Tu nombre.
No invocamos nuestra rectitud, sólo a Tu clemencia
apelamos.
Adonai, oye y perdónanos. Acepta nuestras plegarias,
acelera el plazo de nuestra liberación.
Hazlo nor Tu causa y por el pueblo, y la ciudad que invoca Tu
nombre.
Oh Dios nuestro y de nuestros padres.
Absuelve las transgresiones y culpas de Tu pueblo, perdona
sus errores, no desates Tu ira, pues son Tus hijos.
Absuelve sus acciones indignas, concédeles la vida, Oh
Dios fuente de toda vida.
Perdona el error de los que portan Tu estandarte, Sé
indulgente, Tú lo has prometido. Absuélvelos por amor a Tu
nombre, pues ellos reconocen su desacierto, perdónalos,
pues dóciles a Tu mandamiento renuncian a sus actos.
Absuelve la maldad y las omisiones, del pueblo creado para
cantar Tu gloria, purifícalos de sus pecados, cual lluvia
generosa que revive la tierra. Perdona las insensatas
aberraciones de los impíos de Tu pueblo. Borra todo rastro de
los errores de Tus hijos bienamados, pues Tú lo prometiste.
Perdona la hipocresía de los que se inclinan y prosternan
ante Ti. Absuelve el error de Tus elegidos, con Tu bondad y
Tu gracia.
Perdona la rebeldía, de los que en Ti esperan y Tu Unicidad
proclaman en el mundo. Absuelve el error de Tu pueblo
disperso, reconstruye Tu Santuario.
Perdona la desviación de Tus hijos, protégelos con Tu manto
de paz, cancela el error de Tus servidores, borra sus errores
de ante Tu presencia.
Perdónalos, oh Dios, no les retribuyas de acuerdo a sus
acciones.
Olvida el error del pueblo por Ti guiado, pues esa es Tu
grandeza y Tu gloria.
Perdona su confusión, apiádate de ellos desde Tus alturas,
absuelve el error de Tus amados, rescátalos de los rigores de
Tu justicia.
Perdona, oh Dios, el desacierto, la infamia, de Tus hijos
bienamados, absuelve con la magnitud de Tu misericordia,
el error de Tus creyentes.
Oh Dios, no nos sometas a juicio, pues ningún ser viviente
saldría airoso ante Tu justicia. ¿Podemos lamentamos de
nuestras acciones?
¿Existe justificación para nuestra conducta? Oh Dios, nos
avergonzamos de nuestros actos, muchos errores nos
confunden.
Oh Dios, nos avergonzamos y no podemos presentarnos
ante Tu justicia.
Reconocemos que hemos pecado ¿quién asumirá nuestra
defensa? Tu magno nombre habrá de protegernos en horas
aciagas. Cual padre piadoso que ama a sus hijos, así
compadécete de nosotros, oh Dios. De Ti emana la salvación,
extiende Tu bendición sobre Tu pueblo.
El Señor de las huestes está con nosotros, protégenos, oh
Dios de Jacob. Oh Adonai, bienaventurado es el hombre que
confía en Ti, Adonai sálvanos, respóndenos, Rey nuestro, en
el dia que Te invoquemos.
No invocamos nuestra rectitud, sólo a Tu clemencia
apelamos.
Adonai oye y perdónanos. Acepta nuestras plegarias,
acelera el plazo de nuestra liberación. Hazlo por Tu causa y
por el pueblo y la ciudad que invocan Tu nombre.

Oh Dios nuestro y de nuestros padres: Reconocemos que


somos presa de malas pasiones, pero Tú, oh Dios de la
justicia, puedes liberarnos, Respóndenos diciendo: ¡He
perdonado!
Aleja de nosotros, oh Dios, el instinto del mal, Haznos oír
Tu voz proclamando con cariño: ¡He perdonado! Silencia las
voces acusadoras, surjan ante Ti nuestras acciones
meritorias. Presta Tu apoyo, oh Dios, favorece nuestra
causa diciendo: ¡He perdonado! Haznos merecedores del
mérito del patriarca Abraham. Favorece a Israel, disipa sus
errores proclamando desde los cielos: ¡He perdonado!
Tú, oh Dios, benévolo e indulgente, perdona nuestras culpas.
Oh Dios, escucha nuestras plegarias respóndenos desde Tus
alturas, diciendo: ¡He perdonado!
Proporciona remedio a nuestras dolencias, sumerge en las
profundidades mis transgresiones. A Ti Te loaremos,
cuando Tu verbo diga: Por Mí mismo ¡He perdonado!
Disipa los errores y también la iniquidad del pueblo de Tu
Pacto, con Tu misericordia manifiesta Tu gloria al
remanente de Tu pueblo diciendo: ¡He perdonado!
Escucha mis súplicas, acepta mis meditaciones, oh Dios,
clemente, hazlo por la causa de Tu nombre y proclama: ¡He
perdonado! Mira mi angustia, olvida mis pecados, omite
mis desaciertos, haz oír Tus nuevas, a los que en Ti se
cobijan, diciendo: ¡He perdonado!
Oye mis invocaciones, observa mis lágrimas, vindica mi
causa, acepta mi plegaria y respóndeme: ¡He perdonado!
Llegue nuestra absolución, cual nube transportada por alas
de los vientos. Disipa el error de Tu pueblo Israel, libéralo
diciendo: ¡He perdonado!

Cual barro en manos del alfarero, quien a su voluntad lo


moldea y lo forma, así estamos en Tus manos, oh Dios
misericordioso.
Recuerda pues, nuestro Pacto, omite nuestros malos
impulsos.
Cual piedra inerte en manos del esculpidor, quien a su
voluntad la pule, así estamos en Tus manos, Tú oh Dios que
concedes la vida y decretas la muerte.
Recuerda pues, nuestro Pacto, omite nuestros malos
impulsos.
Cual hierro dúctil en manos del forjador, quien a su
voluntad lo forja, o lo funde, así estamos en Tus manos, mas
Tú oh Dios, sostienes al necesitado y afligido.
Recuerda pues, nuestro Pacto, omite nuestros malos
impulsos.
Cual timón en manos del navegante, quien a su voluntad
imprime rumbo a su nave, así estamos en Tus manos, oh
Dios clemente y benévolo.
Recuerda pues, nuestro Pacto, omite nuestros malos
impulsos.
Cual vidrio en manos del vidriero, quien a su voluntad
lo diseña o lo funde, así estamos en Tus manos, oh Dios
clemente y misericordioso.
Recuerda pues, nuestro Pacto, omite nuestros malos
impulsos.
Cual lienzo en manos del bordador, quien a su voluntad
lo ornamenta o lo distorsiona, así estamos en Tus manos,
oh Dios de la justicia y el amor.
Recuerda pues, nuestro Pacto, omite nuestros malos
impulsos.
Cual plata en manos del orfebre, quien a su voluntad la
adultera o la purifica, así estamos en Tus manos, Tú que
proporcionas remedio a nuestras dolencias.
Recuerda pues, nuestro Pacto, omite nuestros malos
impulsos.
Pues cual barro en manos del alfarero, quien a su voluntad
lo moldea y lo forma, así estamos en Tus manos, oh Dios
misericordioso.
Recuerda pues, nuestro Pacto, omite nuestros malos
impulsos.
Oh Dios, Rey entronado en el trono de la piedad, rige al
mundo con Su benevolencia. Él perdona las transgresiones
de Su pueblo, lo absuelve de sus errores, borrándolos uno a
uno. Él prodiga el perdón a los pecadores, y la absolución a
los transgresores. Él hace justicia a todo ser viviente, mas no
les retribuye acorde a sus malas acciones.
Oh Dios, Tú nos enseñaste a invocar los trece atributos de
Tu esencia. Rememora en nuestro favor el Pacto que
concertaste, tal como se lo revelaste antaño a Moisés, Tu
humilde servidor; pues así está escrito: “Adonai se reveló
circundado por las nubes, y poniéndose allí junto a Él,
invocó el nombre de Adonai. Y pasó Adonai delante de él y
exclamó: Adonai, Adonai, Dios misericordioso y clemente,
tardo en la ira, magnánimo en la misericordia y en la
verdad. Mantiene la merced para miles de generaciones,
perdona la iniquidad, la rebeldía y el error y absuelve.
Oh Dios, perdona nuestras iniquidades y errores, y tómanos
por heredad Tuya. Padre nuestro, perdona nuestros errores,
absuélvenos de nuestras iniquidades, oh Rey nuestro.
Pues Tú Adonai eres benevolente, prodigas Tu misericordia
a todos los que Te invocan.
Adonái Adonái El Rájum Vejánun.
Erej Apáim Veráv-Jésed Veemét:
Notzér Jésed Laalafim. Nosé Avón Vafésha Vejatáa Venaké.
VesalájtaLaavonéinu Ulejatoténu Unejaltánu.

Recuerda, oh Adonai, Tu misericordia y Tu merced, pues ello


perduran desde la eternidad. Recuérdanos, oh Adonai, con
benevolencia hacia Tu pueblo, favorécenos con Tu salvación.
Recuerda a Tu pueblo, que antaño redimiste, cuando
liberaste a las tribus de Tu heredad, y al Monte Sión,
Santuario de Tu residencia. Recuerda, oh Dios, Tu afecto por
Jerusalem. No olvides por nunca jamás Tu amor por Sión.
Recuerda, oh Adonai, a los edomitas el día de la caída de
Jerusalem, cuando decían: “Destruidla, destruidla hasta los
cimientos”. Tú surgirás, tendrás compasión de Sión. Porque
tiempo es de agraciarla, llegó el plazo de su liberación.
Acuérdate de Abraham, Isaac y Jacob, Tus servidores, a los
cuales, jurando por Tu nombre, dijiste: “Yo multiplicaré
vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y toda la
tierra esta que os he prometido, se la daré a vuestros
descendientes, y la poseerán eternamente”. Acuérdate de
Tus servidores Abraham, Isaac y Jacob; no mires a la dureza
de este pueblo, a su maldad y a su error.
Oh Dios, no eches sobre nosotros el peso de nuestro error.
Ya que neciamente hemos errado.
Hemos pecado, oh Protector, perdónanos, ¡oh Creador!
Él absolverá los errores cometidos por ignorancia, “ya que
todo el pueblo pecó por omisión”.
Hemos pecado, oh Protector, perdónanos, ¡oh Creador!
Recuerda el Pacto que concertaste con nuestros patriarcas,
como prometiste: “Y Yo entonces Me acordaré de Mi Pacto,
con Jacob, Isaac y con Abraham, y a la tierra recordaré.
Recuerda Tu Pacto que concertaste con nuestros antecesores
tal como lo prometiste. Recordaré a su favor, Mi Pacto de
antaño, cuando los saqué de la tierra de Egipto, a los ojos de
las naciones, para ser su Dios, Yo soy Adonai”.
Cumple con nosotros Tu promesa, cuando dijiste: “Pero
aún con todo esto, cuando estén en tierra de sus adversarios,
Yo no los aborreceré porque Yo soy Adonai, Su Dios”.
Apiádate de nosotros, no nos destruyas, pues así está escrito
en Tu Torá: “Pues Dios clemente es Adonai Tu Dios, no te
abandonará ni te destruirá, y no olvidará el Pacto que
concertó con tus patriarcas ni Sus promesas para con ellos”.
Sensibiliza nuestros corazones, para que amemos y
veneremos Tu nombre, como está escrito en Tu Torá: “Y
purificará Adonai Tu Dios, tu corazón, y el corazón de tus
descendientes, para que ames a Adonai tu Dios con todo tu
corazón y con todo tu ser, para que vivas”. Haz retornar a
nuestros cautivos con tu misericordia como está escrito:
“Y Adonai hará retornar a los cautivos y se apiadará de ti, y
volverá a reunirte de entre todos los pueblos donde te
esparció Adonai, tu Dios”. Reúne a nuestros dispersos, como
está escrito: “Aunque se hallasen tus dispersos en los
confines del cielo, de allí te reunirá Adonai tu Dios y de allí te
traerá”.
Escucha nuestras oraciones cuando Te invoquemos, pues
así está escrito: “Y buscaréis desde allí a Adonai Tu Dios y lo
encontrarás, cuando lo busques con todo tu corazón y con
todo tu ser”.
Borra nuestras transgresiones, por amor a Ti, como lo
prometiste:
“Soy Yo que por amor de Mí, disipo tus transgresiones y no
Me acuerdo más de tus errores”. Haz que nuestros errores y
rebeldía se esfumen cual nubes pasajeras, pues así lo
prometiste: “Yo he disipado como nube tus transgresiones,
y como niebla tus errores, vuelve a Mí, pues Yo te he
redimido”.
Purifícanos de nuestros errores y pecados, como está escrito:
“Aún si fuesen vuestros errores rojos como la grana; como la
nieve quedarán blancos. Aunque fuesen rojos como la
púrpura, se tornarán como la lana blanca”. Rocíanos con
aguas puras, y purifícanos, como está escrito: “Y os rociaré
con aguas puras, y os purificaré de toda vuestra impureza y
de toda vuestra idolatría”. Condúcenos, oh Dios, al Monte de
Tu Santuario, y regocíjanos en Tu casa de oración, como
está escrito: “Y los conduciré al Monte de Mi Santuario, y los
regocijaré en Mi casa de oración. Sus holocaustos y
sacrificios serán gratos en Mi altar, porque Mi casa será
llamada casa de oración para todos los pueblos”.

Oficiante y Congregación
Oye nuestras invocaciones, Adonai, extiende sobre nosotros
Tu clemencia y compasión, y acepta con Tu benevolencia
nuestra oración. Haznos volver hacia Ti, oh Dios, y
retornaremos; renueva nuestros días como antaño. Escucha
nuestras invocaciones, oh Adonai.
Oye nuestros gemidos. Acepta nuestras palabras y la
meditación de nuestro corazón, Adonai nuestro protector y
nuestro Redentor.
No nos alejes de Tu presencia, no nos prives del espíritu de
Tu Santidad. No nos desampares a la hora de la vejez,
cuando nuestras fuerzas empiecen a desfallecer; no nos
abandones.
No nos abandones, Adonai Dios nuestro, no Te alejes de
nosotros. Manifiéstanos Tu bondad, y que lo vean nuestros
adversarios y se confundan, pues Tú Adonai, nos ayudas y
reconfortas.
Pues sólo en Ti depositamos nuestra esperanza,
respóndenos oh Adonai Dios nuestro. Dios nuestro y de
nuestros padres: No nos abandones ni desampares. No nos
hagas objeto de vergüenza.
No anules Tu Pacto que concertaste con nosotros.
Acércanos a Tu Torá, enséñanos Tus preceptos, indícanos la
senda que habremos de seguir. Inclina nuestro corazón
hacia la veneración de Tu nombre y sensibilízalo para que
Te amemos con sinceridad. Así habremos de retornar hacia
Ti con toda nuestra integridad –y en verdad.
Hazlo por la magnitud de Tu nombre, perdona nuestra
iniquidad, pues así reza en Tus Sagradas Escrituras:
“Perdona, oh Dios, mi error, pues reconozco su magnitud”.
Dios nuestro y de nuestros padres, perdónanos, purifícanos
y absuélvenos, Pues nosotros somos Tu pueblo, y Tú eres
nuestro Dios.

Nosotros somos Tus hijos, y Tú eres nuestro Padre.


Nosotros somos Tus servidores, y Tú eres nuestro Señor.
Nosotros somos Tu Congregación, y Tú eres nuestra
Creencia.
Nosotros somos Tu heredad, Tú eres nuestro Destino.
Nosotros somos Tus hijos, Tú eres nuestro Pastor.
Nosotros somos Tu vid, Tú eres nuestro Protector.
Nosotros somos Tu creación, Tú eres nuestro Creador.
Nosotros somos Tus creyentes, Tú eres nuestro Amado.
Nosotros somos Tus elegidos, Tú eres nuestra Providencia.
Nosotros somos Tu pueblo, Tú eres nuestro Rey.
Nosotros proclamamos Tu gloria, Tú proclamas nuestra
gloria.
Oficiante
Nosotros somos insolentes, Tú eres clemente y
misericordioso.
Nosotros incurrimos en iniquidades, mas Tu misericordia
es infinita. Nuestra vida es fugaz y efímera, mas Tú eres
Eterno.
Dios nuestro y de nuestros padres, lleguen a Ti nuestras
oraciones, y no Te ocultes ante nuestras plegarias. No somos
insolentes ni arrogantes para alegar ante Ti, Adonai Dios
nuestro y de nuestros padres, “somos justos y no hemos
errado”, porque ciertamente hemos errado.

Congregación y Oficiante
Hemos incurrido en faltas y en perfidias; hemos hurtado,
hemos calumniado. Nos desviamos de Tu camino; hemos
sido arrogantes y soberbios; hemos sido falsos y violentos.
Hemos proporcionado malos consejos, mentimos; Hemos
sido cínicos y rebeldes. Te hemos blasfemado. Nos
rebelamos, cometimos iniquidades y transgresiones, hemos
sido impulsivos y obstinados.
Actuamos con maldad, fuimos destructivos, aborrecimos la
verdad, incurrimos en error e indujimos a nuestros
prójimos a él. Nos alejamos de Tus mandamientos y de Tus
leyes de bien, mas de nada nos ha servido.
Pero Tú, oh Dios, eres justo en Tu retribución, pues Tu
justicia es la verdad, y nosotros cometimos el mal.
Indujimos al mal y lo cometimos, por ello no encontramos la
salvación.
Indúcenos, oh Dios, a abandonar la senda del mal, acude
pronto y sálvanos de nuestros impulsos, pues así está dicho:
“Abandone el impío su camino y el malvado sus
pensamientos y vuélvase a Adonai que lo acogerá con
misericordia; y retorne a nuestro Dios, que le prodigará el
perdón.”
Dios nuestro y de nuestros padres:
Perdona y absuelve nuestras iniquidades en este día (de
Shabat y en este día) del Perdón. Responde a nuestras
oraciones, disipa nuestros pecados de ante Tu justicia.
Doblega nuestras pasiones ante nuestros deberes hacia Ti.
Somete nuestra obstinación para que retornemos hacia Ti.
Haznos tomar una renovada e íntima decisión de
observancia de Tus preceptos. Abre nuestro corazón para
que podamos amar y venerar Tu nombre, como reza en Tu
Torá: “Y abrirá Adonai tu corazón y el corazón de tus
descendientes para que puedas amar a Adonai, tu Dios, con
todo tu corazón y con todo tu ser, para que vivas”.
Tú conoces todas nuestras acciones, las conscientes e
inconscientes, ninguna se oculta ante Tu justicia.
¿Qué somos, qué es nuestra vida, nuestra bondad, nuestra
virtud, nuestro poder, nuestra fuerza, nuestro heroísmo?
¿Qué podemos invocar ante Ti, oh Dios nuestro y de nuestros
padres?
Pues los héroes son insignificantes ante Ti; los hombres
célebres como si no existiesen; los sabios parecen
desprovistos de su ciencia, los inteligentes parecen carecer
de razonamiento.
La mayoría de sus acciones carecen de significado ante Ti,
sus vidas son efímeras. La preeminencia del hombre sobre el
reino animal es nula pues todo es vanidad.
¿Qué podemos argüir ante Ti, oh Altísimo?
¿Qué podemos decir ante Ti, Tú que resides en el
firmamento? Tú conoces todas nuestras acciones, las
manifiestas como las ocultas.
Tú conoces los misterios del Universo, y los ocultos secretos
de todo ser viviente. Tú inquieres y conoces la intimidad
de nuestro ser, escudriñas nuestro corazón.
Nada se oculta ante Ti, nada escapa a Tu omnisciencia. Por
lo tanto, sea Tu voluntad, oh Dios nuestro y de nuestros
padres, absolvernos de nuestros errores, y borrar todas
nuestras iniquidades y perdonar todas nuestras
transgresiones.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por compulsión o por voluntad.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
endureciendo nuestro corazón.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por ignorancia.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de palabras inconscientes.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por carencia de moral sexual.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
tanto en público como en oculto.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
a sabiendas y con astucia.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de la palabra.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
engañando a nuestro semejante.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de ocultos designios de nuestro corazón.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
incurriendo en prostitución.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de la insinceridad.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
despreciando nuestros padres y maestros.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
con premeditación o por error.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por el uso de la violencia.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por la profanación de Tu nombre.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
mancillando con nuestras palabras.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de palabras necias.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
dejándonos dominar por nuestras bajas pasiones.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por error o a conciencia.
Todos estos errores, oh Dios clemente, absuélvelos, bórralos,
perdónanos.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio del incumplimiento y de la mentira.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio del soborno.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de burla y mofa.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de la calumnia.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
en nuestras relaciones comerciales.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de nuestra comida y bebida.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de la usura.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
con orgullo y palabras pretenciosas.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de la murmuración.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de mirada codiciosa.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de miradas altivas.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
al incurrir en insolencia.
Todos estos errores, oh Dios clemente, absuélvelos, bórralos,
perdónanos.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio del ateísmo.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio del prejuicio.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
al enredar a nuestros semejantes.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de la envidia.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
al incurrir en irresponsabilidad.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
al incurrir en obstinación.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
cuando presurosos nos encaminamos hacia el mal.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
sembrando la cizaña y el chisme.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio del perjurio.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio del odio infundado.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
al tornarnos en falsos custodios.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por confusión de nuestra mente.
Todos estos errores, oh Dios clemente, absuélvelos, bórralos,
perdónanos
Perdónanos, oh Dios, por los errores, cuya expiación era el
holocausto y el sacrificio por el pecado. Absuelve los errores
cuya expiación era el sacrificio proporcional. Por los errores
certeros o dudosos que cometimos. Expía los errores que nos
hacían pasibles de castigo y de flagelación. Absuelve los
errores que se expían sólo cuando Tú nos retiras la vida.
Perdona los errores que truncan nuestra vida y
descendencia.
Todos estos errores, oh Dios clemente, absuélvelos, bórralos,
perdónanos. Perdónanos, oh Dios, por los errores que nos
hacían pasibles de una de las cuatro penas capitales.
Absuelve nuestros errores al no cumplir Tus preceptos, o al
violar Tus mandamientos, por acción o por abstención.
Perdona los errores tanto manifiestos como los ocultos a
nuestra conciencia.
Los errores manifiestos ya Te los expusimos y reconocimos
nuestro desacierto.
Mas los ocultos a nuestra conciencia, Tú los conoces, oh
Dios, pues así está escrito en la Torá: “Las cosas ocultas, son
manifiestas ante Adonai, nuestro Dios, mas las acciones
manifiestas, aceptamos nosotros y nuestros hijos por
siempre jamás, para que cumplamos todas las palabras de
esta Torá”.
Tú eres clemente, oh Dios, aceptas el arrepentimiento de
aquellos que retornan a ti. Tú nos aseguraste aceptar
nuestro arrepentimiento, pues por eso depositamos nuestra
esperanza en el arrepentimiento que Tú estableciste.
David Ungido en nombre de Tu justicia, dijo: “¿Puede el
hombre comprender sus errores? Perdona mi culpa e
ignorancia”.
Purifícanos, oh Dios, de todos nuestros errores, purifícanos
de toda nuestra impureza. Rocíanos con aguas puras y
purifícanos, como está escrito: “Y os rociaré con aguas puras
y os purificaré de toda vuestra impureza y de toda vuestra
idolatría”.
Mijá Tu profeta proclamó ante Ti: “¿Quién Te iguala, oh
Dios?”.
Tú perdonas la iniquidad y omites la rebeldía del remanente
de Tu pueblo. Su ira es efímera, pues Él ama la misericordia.
Él volverá a tener piedad de nosotros, hollará nuestras
Iniquidades.
Y arrojará a las profundidades del mar todos nuestros
pecados.
Todos los errores de Tu pueblo Israel, habrás de arrojar a
lugar remoto y recóndito, para que sean olvidados para
siempre.
“Concederás Tu verdad a Jacob, Tu merced a Abraham.
Así lo prometiste a nuestros padres en días pretéritos.”
Daniel, hombre por Ti bienamado, oró ante Ti diciendo:
“Dios mío, oye mi oración. Mira la desolación de la ciudad
que ostenta Tu nombre.”
No invocamos nuestra rectitud, sólo a Tu clemencia
apelamos.
Adonai, oye y perdónanos. Acepta nuestras plegarias,
acelera el plazo de nuestra liberación. Hazlo por Tu causa y
por el pueblo y la ciudad que invocan Tu nombre.
Ezra, el escriba, proclamó ante Ti: “Dios mío, estoy confuso
y avergonzado; Dios mío, no me atrevo a erguir el rostro
ante Ti, porque nuestras iniquidades sobrepasan nuestras
cabezas, y nuestra culpa llega hasta los cielos”.
Pero Tú eres Dios clemente e indulgente, tardo en la ira y
magnánimo, por eso no los abandonaste. No nos abandones
Padre nuestro, no nos desampares, ¡oh Creador!, ni nos
rechaces. No nos retribuyas de acuerdo a nuestros errores.
Cumple la promesa que nos formulaste por medio de
Jeremías Tu profeta: “En aquellos días, y en esa época, dice
Adonai, serán buscados los pecados de Israel y los errores de
Judá, mas no serán encontrados, pues Yo perdonaré a los
que habré dejado como remanente de Mi pueblo”.
Tu pueblo y Tu heredad, están hambrientos de Tu bondad;
sedientos de Tu merced; ellos anhelan Tu salvación.
Hazlos saber que Tuyos son, oh Dios nuestro, la misericordia
y el perdón.

Kadish del Oficiante


El mundo que Dios ha creado según Su voluntad, tribute
gloria y santificación al nombre del Eterno. Que Su reino sea
proclamado prontamente, en vuestros días y en vida de
toda la congregación de Israel. Amén.
Sea Su glorioso nombre bendecido eternamente. Exaltado,
venerado y alabado, sea el nombre del Santo Bendito Él. Su
gloria es inefable e infinita. Su magnificencia es superior a
toda expresión humana. Amén.
Padre nuestro desde Tu morada celestial, acepta las
oraciones y plegarias de la congregación de Israel. Amén.
Otórganos la paz y la vida, a nosotros y a todo Tu pueblo
Israel. Amén.
El que establece la armonía en Sus alturas conceda la paz a
nosotros y a todo Israel. Amén.
Kadish Titkabél (Kadish Del Oficiante)
Oficiante
Itgadál Veitkadásh Shemé Rabá. Amén. Bealmá Di-Verá
Jiruté. Veiamlíj Maljuté Bejaieijón Uviomeijón Uvejaiei
Dejól-Beit Israel Baagalá Uvizmán Karív. Veimrú Amen:
Congregación y Oficiante
Iehé Shemé Rabá Mevaráj Lealám Uleolmei Almaiá:
Oficiante
Itbaráj Veishtabáj Ve Itpaár Veitromám Veitnasé Veithadár
Veitalé Veithalál Shemé Dekudeshá. Brij Hu. Leelá Uleelá
Min-Kol-Birjatá
Veshiratá Tushbejatá Venejematá Daamirán Bealmá.
Veimrú Amén.
Titkabel Tzelothón Uvauthón Dejol Israel Kodam Avuhón
Di-Vishmáia. Veimrú Amén.
Iehé Shelamá Rabá Min-Shemaiá Vejaím Aleinu Veal-Kol-
Israel. Veimrú Amén.
Osé Shalom Bimromáv Hu Iaasé Shalom Aleinu Veal Kol
Israel. Veimrú Amén.

Afirmamos nuestra fe en Dios, Creador del Universo.


Agradecemos a nuestro Señor el habernos distinguido de los
pueblos idólatras, acercándonos a Su Verdad. Nosotros,
reverenciamos y agradecemos
al Soberano del Universo, el Santo Bendito Él. Él creó los
cielos, y la tierra es Su obra. El trono de Su gloria está en los
cielos y Su magnificencia en las alturas celestiales. Él sólo es
nuestro Dios, Él es la suprema verdad; y así, está escrito en
Su Torá: “Reconoce hoy y grábalo en Tu corazón, que el
Eterno es Dios y reina en los cielos y sobre la tierra, Él es
Único”.
Por lo tanto, confiamos en la pronta manifestación de Tu
gloria que hará desaparecer los falsos valores de la tierra y
destruirá toda suerte de idolatría. Confiamos en un mundo
mejor, orientado por nuestra fe en Ti. Entonces la
humanidad Te invocará y todos los impíos tornarán hacia
Ti. Todo el Universo reconocerá Tu supremacía,
todos los hombres pondrán en Ti su esperanza. Tú serás la
creencia de todos los seres humanos. Tú reinarás sobre el
Universo por siempre jamás, pues así, está escrito en Tu
Torá: “El Eterno reinará por siempre jamás, Dios reinará
eternamente, entonces el Eterno será Único y Su nombre
Único.
(Nos Ponemos De Pié)
Aleinu Leshabéaj
Aléinu Leshabéaj Laadón Ha-Kol Latét Guedulá Leiotzér
Bereshít Sheló Asánu Kegoiéi Ha-Aratzót Veló Samánu
Kemishpejót Ha-Adamá Sheló Sam Jelkénu Kahém
Vegoralénu Kejól Hamonám: Vaanajnu Korím
Umishtajavím Umodím Lifnei Mélej Maljéi Hamlajím
Hakadósh Barúj Hu.
Shehú Noté Shamaim Veiosed Aretz Umosháv Iekaró
Bashamaim Mimaál Ushjinát Uzó Begovhéi Meromím: Hu
Elohéinu Ein Od. Emét Malkenu Efes Zulató Kakatúv
Betorátó Veiadáta Ha-Iom Vahashevota El Levavejá Ki
Adonái Hu Ha-Elohím Bashamaim Mimaal Veal-Ha-Aretz
Mitajat Ein Od:*Veneemár Vehaiá Adonái LeMélej Al-Kol-
Ha-Aretz Baiom Ha-Hu Ihié Adonái Ejád Ushemó Ejád.
IGDAL
Sea alabado el Dios viviente,
Su existencia es eterna.
Él es Único, Su Unicidad es incomparable,
Misterio de infinita unicidad.
Es incorpóreo y no tiene imagen,
Su Santidad es inconmensurable.
Él precede a toda la creación.
Él es primero y Su primacía absoluta.
Él es el Creador de todo lo existente,
Su grandeza es manifiesta.
Reveló Su palabra a los hombres de Su predilección.
Su profecía a los seres de Su elección.
No surgió en Israel otro profeta como Moisés.
Quien la presencia de Dios contempló.
La Torá que es verídica, entregó Dios a Su pueblo,
Por intermedio de Su profeta, Su predilecto.
La Torá es inmutable y no será alterada,
Su origen es divino y no será reemplazada.
Nada se oculta ante Él,
Prevé el fin de las cosas desde su comienzo.
Recompensa al hombre piadoso según sus acciones,
Castiga al malvado conforme a su maldad.
Enviará en el fin de los días al Mesías,
Para redimir a Israel, esperanzado en Su salvación.
Con Su misericordia revivirá a los muertos,
Bendito sea Su nombre por toda la eternidad.
SOBERANO DEL UNIVERSO
Creador del mundo, Rey Supremo,
Su reino precedió a la creación.
Cuando todo se creó según Su voluntad,
Toda la Creación Lo proclamó Soberano.
Y cuando todo deje de existir,
Él reinará, con Su majestad.
Él fue, Él es, y Él será,
Eternamente glorioso.
Él es único e incomparable,
Su gloria es infinita.
No tiene comienzo ni tiene fin,
El poder y la magnificencia Le pertenecen.
El Eterno es mi redentor,
Mi protección en mis días de angustia.
Él es mi estandarte y mi refugio,
Mi única salvación cuando Le invoco.
A Su misericordia confío mi alma,
Cuando duermo y cuando despierto.
Él protege con amor mi alma y mi cuerpo,
El Señor está conmigo, nada temo.
ADÓN OLAM

Adon olam,
asher malaj,
beterem kol ietzir nivra.
Leet naasá bejeftzo kol,
azai melej shemó nikrá.
Veajare kijlot hakol,
levadó imloj norá,
Vehu haiá, vehu hové
vehu ihié betifará.
Vehu ejad, Veéin shení
lehamshil lo lehajbirá,
Beli reshit, beli tajlit,
velo haoz vehamisrá.
Vehu eli, vejai goalí,
vetzur jevlí beet tzará,
Vehu nisí, umanos li,
menat kosí beiom ekrá.
Beiado afkid rují,
beet ishan, veaira,
Veim rují gueviati,
Adonai li ve lo irá.

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