Srvicio Vespertino Yom Kipur
Srvicio Vespertino Yom Kipur
Srvicio Vespertino Yom Kipur
SERVICIO
VESPERTINO
KOL NIDRÉ
ENSÉÑANOS EL VALOR DEL VERBO
Al escuchar la melancólica y conmovedora melodía del
Kol Nidré, Oh Dios, ayúdanos a medir nuestras
palabras y encontrar el coraje de ser fiel a nuestras
promesas.
Danos la fuerza de acercar más nuestras realizaciones
a nuestros propósitos durante este año entrante.
Durante este Día del Perdón ayúdanos a analizar lo
más profundo de nuestro ser, para comprender más la
verdad de nuestra existencia, y poder perfeccionarla.
Dios nuestro y Dios de nuestros antepasados, cuando
la noche tiende su manto sobre la tierra para
acercarnos al día más solemne del año, nos reunimos
con nuestros hermanos judíos de todo el mundo en
plegaria y meditación. Apartamos de nuestras mentes
los pensamientos mezquinos y los deseos vanidosos.
¿Qué es nuestra vida y qué vale nuestra fuerza? ¿Para
qué sirven nuestras riquezas, y para qué nuestro
poder? Elevamos nuestros ojos a Ti, oh Señor,
añorando Tu luz y Tu inspiración. En esta noche de Kol
Nidré, santificada por recuerdos sagrados, unidos con
las generaciones pasadas y rememorando la piedad y
la devoción ancestral, nos hallamos en Tu presencia,
libres de toda pretensión y confesando nuestras
debilidades; Tú, que lo ves todo, Tú que sabes de toda
nuestra fragilidad. Aspiramos llegar a las grandes
metas, pero la tentación nos invade. Tropezamos y
caemos, argüimos y dudamos. Oh, Señor, fortifícanos
en nuestra debilidad y guía nuestros pasos. Habla a
nuestros corazones con la voz quieta y sabia de Tu
espíritu, para que podamos encontrar nuestro camino
del encuentro contigo. En medio de las incertidumbres
y tragedias de la vida necesitamos Tu santa presencia.
En medio de los arduos problemas con que tropezamos
en nuestra evolución, ayúdanos, oh Dios, para
encontrar el camino justo. Ayúdanos a comprender
que nuestros hábitos de hoy decidirán la esencia de lo
que seremos mañana. En esta noche sagrada, abre
nuestros oídos para que en nuestros corazones se
arraiguen las palabras del profeta: ¡Arroja tus pecados
para que sean purificados! Con este espíritu,
levantémonos para Kol Nidré.
Oficiante
En nombre del Tribunal celestial, y en nombre de esta
corte terrena, invocando Divina sanción y con la
anuencia de esta sagrada congregación declaramos:
Nos es lícito orar junto a los transgresores de la
voluntad divina.
KOL NIDRÉ
Nos arrepentimos por el incumplimiento de todos los
votos que formulamos de las obligaciones rituales que
contrajimos, de los anatemas en los cuales incurrimos
y de los juramentos que prestamos ante Dios, desde
este Día del Perdón hasta el próximo Día del Perdón que
nos llegue para el bien. De todos ellos nos
arrepentimos. Sean todos ellos absueltos, nulos, y sin
valor, sin efecto, y sin carácter de obligación. Nuestros
votos que no sean considerados como tal, tampoco
nuestras obligaciones, ni los juramentos que
prestamos ante Dios.
Oficiante y Congregación
NÚMEROS 15:26
“Y le será perdonado a toda la congregación de los hijos
de Israel así como al extranjero que reside entre ellos
ya que todo el pueblo pecó por omisión.”
Oficiante
NÚMEROS 14:19
“Absuelve, pues, la iniquidad de este pueblo, con Tu
magna misericordia, tal como has perdonado a este
pueblo, desde Egipto y hasta ahora.”
Congregación
NÚMEROS 14:20
“Y dijo Adonai: He perdonado, como lo has pedido ...”
Oficiante
Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, Rey del
Universo, que nos concediste la vida, nos sostuviste y
nos hiciste presenciar este momento.
LA BENDICIÓN PATERNA
“Quiera Dios bendecirte como a Efraim y a Menashé”.
Sea la voluntad de nuestro Padre que está en los cielos,
implantar Su amor y la reverencia a Él en tu corazón,
para que puedas venerar a Dios todos los días de tu
vida, así te alejarás del error y desearás con
vehemencia la Torá y sus preceptos. Quiera Dios que
siempre tus ojos miren hacia adelante, que tu boca
pronuncie palabras sabias y que tu corazón medite en
la veneración a Dios. Que tus manos estén empeñadas
en el cumplimiento de los preceptos y que tus piernas
corran siempre en pos de las acciones que son la
voluntad de tu Padre que está en el cielo. Que Dios te
bendiga, con hijos e hijas que sigan la senda de la
justicia y que se dediquen a buenas acciones, durante
esta, su vida terrena. Sea tu fuente bendecida y que
Dios te proporcione tu sustento por medio de rectitud y
con quietud. Quiera Él abrirte Su mano pródiga para
que no dependas de la caridad de los seres humanos.
Que tus ocupaciones te permitan dedicarte al servicio
de Dios; y que seas inscripto y rubricado para una
larga vida de bien, junto a todos los hombres justos del
pueblo de Israel. Amén.
En Shabat
EL TRIUNFO DE LA RECTITUD
SALMO 921
Cántico para el día Sábado
Cuán agradable es orar para Ti, Dios,
Y cantar a Tu nombre, oh Altísimo;
Celebrando Tu bondad al amanecer,
Afirmando Tu fe al anochecer.
Con el tañido de la lira y la flauta,
Con el tono armonioso del arpa.
Tu creación, oh Señor, es motivo de mi regocijo,
Quiero celebrar la perfección de Tu obra.
Cuán grandes son Tus obras, oh Dios,
Infinitamente profundos Tus pensamientos.
El hombre necio no comprende,
Ni el insensato puede entender:
Los impíos brotan como la hierba,
Los malvados florecen efímeramente.
Mas ellos, desaparecerán para siempre.
Pero Tú, oh Dios, serás eternamente exaltado.
Tus enemigos, oh Señor, perecerán,
Los que obran iniquidad, desaparecerán.
Elevaste mi honor y fortaleza
Me ungiste con fragante aceite.
Mis ojos contemplarán el ocaso de mis adversarios.
Mis oídos oirán su decepción.
El justo, como la palma florecerá,
Como el cedro del Líbano crecerá.
Plantados en la morada del Señor,
En los atrios de nuestro Dios florecerán.
Aún en la vejez prosperarán,
Frondosos y lozanos permanecerán.
Para proclamar que el Señor es justo,
Mi roca, en quien no hay injusticia.
En Shabat
LA MAGNIFICENCIA DE DIOS
SALMO 93
El Señor reina, rodéase de magnificencia,
La gloria circunda a nuestro Dios.
Afirmó también el mundo,
El Universo no será conmovido.
Tu trono es eterno,
Tú precedes a la Creación.
Elevaron los ríos su estruendo,
Los mares su rugido.
Más que las ondas del mar,
Más que el estruendo de las olas,
Tú oh Dios, eres poderoso.
Tu ley es suprema verdad,
La santidad, oh Dios, residirá en Tu morada
Hasta la eternidad.
Oficiante
Bendecid a Dios pues Él es digno de alabanza.
Congregación y Oficiante
Baruj Adonai hamevoraj leolam vaed.
“Bendito sea Dios hasta la eternidad.”
Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, Rey del Universo,
que con Tu mandato haces descender crepúsculo
Con Tu sabiduría abres las puertas de los cielos, con Tu
Providencia las estaciones se suceden.
Estableces la armonía celeste, según Tu voluntad. Por
Tu mandato la noche sucede al día, y la luz disipa la
oscuridad. El día se extingue, la noche desciende sobre
Tu Creación. Porque Tú, Señor, riges la naturaleza y
eternamente reinarás sobre nosotros. Bendito eres, oh
Dios, Creador del tiempo. Con amor eterno amaste a Tu
pueblo, la congregación de Israel. Nos enseñaste Tu
ley, Tus mandamientos, Tus preceptos, y Tu justicia.
Por eso, Dios nuestro, meditamos en Tu enseñanza de
día y de noche. Tu Torá nos regocija, Tus preceptos son
la fuente de nuestra vida. Por eso Tu Torá
estudiaremos durante nuestra existencia. Señor, no
nos prives jamás de Tu amor.
Bendito eres, oh Dios, que amas a Tu pueblo Israel.
(Nos ponemos de pie)
Barjú
Oficiante: Barjú Et-Adonái Ha-Mevoráj:
Congregación: Barúj Adonái Ha-Mevoráj Leolám
Vaéd:
Oficiante: Barúj Adonái Ha-Mevoráj Leolám Vaéd:
Umaavír Iom Umevi Laila Umavdíl Bein Iom Ubein
Laila. Adonái Tzevaót Shemó. El Jai Vekaiám Tamíd
Imlój Aleinu Leolám Vaéd.
Barúj Atá Adonái (Barúj Hú Ubarúj Shemó) Ha-
Maarív Aravím: (Amén)
DEUTERONOMIO 6:4-9
OYE, OH ISRAEL, ADONAI ES NUESTRO DIOS,
ADONAI ES ÚNICO
Oficiante
Adonái Eloheijém Emét.
Congregación
Emét.
En Shabat
ÉXODO 31:16-17
Observarán los hijos de Israel el Shabat a través de los
tiempos. Será entre Mí y los hijos de Israel una alianza
eterna. Testimonio de la creación del mundo en seis días.
Más en el séptimo día culminó Dios su obra y descansó.
LEVÍTICO 16:30
Pues en este día Él os perdonará purificándonos de todos
vuestros errores; delante de Adonai habréis de purificaros.
Oficiante
El mundo que Dios ha creado según Su voluntad, tribute
gloria y santificación al nombre del Eterno. Que Su reino sea
proclamado prontamente, en vuestros días, y en vida de
toda la congregación de Israel. Amén.
Congregación y Oficiante
Sea Su glorioso nombre bendecido eternamente.
Oficiante
Exaltado, venerado y alabado sea el nombre del Santo
Bendito Él. Su gloria es inefable e infinita. Su magnificencia
es superior a toda expresión humana. Amén.
Ufrós Aleinu
Ufrós Aleinu Sucát Sheloméja. Barúj Atá Adonái (Barúj Hú
Ubarúj Shemó) Ha-Porés Sucát Shalom Aleinu Veal Kol-Amó
Israel Veal Yerushalaim (Amén).
GENESIS 2:1-3
Y se concluyó la creación del cielo y la tierra y todo lo que
contienen. Habiendo concluido su obra, Dios cesó en Su
creación y reposó. Y bendijo Dios al día séptimo y lo
santificó ya que en él concluyó Su obra y Su creación.
Oficiante
Bendito eres Tú Adonai, Dios nuestro, y de nuestros
patriarcas, Dios de Ahraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.
Tú eres exaltado y reverenciado. Tu reino está en los cielos, la
creación es obra de Tus manos.
Congregación y Oficiante
La palabra de Dios reconfortó a nuestros padres. El Verbo de
Dios concede la vida eterna a los muertos. Dios santo e
incomparable, con Su amor concedió el reposo sabático a su
pueblo. Por eso reverenciamos Su nombre, diariamente. A Él
dirigimos oraciones y alabanzas. Nuestra gratitud Te
expresamos, oh Dios, Hacedor de la paz.Tú santificaste el
Shabat y bendijiste nuestro reposo. Haznos descansar y
deleitamos en este día, testimonio de Tu obra y de Tu
creación.
Oficiante
Oh, Dios nuestro y de nuestros padres, acepta nuestro
reposo, santificanos con Tus sabios preceptos, despierta
nuestro interés por Tu Torá, cólmanos de felicidad,
regocíjanos con Tu salvación y purifica nuestro corazón
para servirte con sinceridad. Con Tu amor, oh Dios, haz que
gocemos de Tu Santo Shabat y que todo Tu pueblo goce en él,
en paz. Bendito eres Tú, Adonai, que santificas el Shabat.
Oficiante y Congregación
Oye nuestras invocaciones, Adonai, extiende sobre nosotros
Tu clemencia y compasión, y acepta con Tu benevolencia
nuestra oración. Haznos volver hacia Ti, oh Dios, y
retornaremos; renueva nuestros días como antaño. Escucha
nuestras invocaciones, oh Adonai.
Oye nuestros gemidos. Acepta nuestras palabras y la
meditación de nuestro corazón, Adonai nuestro protector y
nuestro Redentor.
No nos alejes de Tu presencia, no nos prives del espíritu de
Tu Santidad. No nos desampares a la hora de la vejez,
cuando nuestras fuerzas empiecen a desfallecer; no nos
abandones.
No nos abandones, Adonai Dios nuestro, no Te alejes de
nosotros. Manifiéstanos Tu bondad, y que lo vean nuestros
adversarios y se confundan, pues Tú Adonai, nos ayudas y
reconfortas.
Pues sólo en Ti depositamos nuestra esperanza,
respóndenos oh Adonai Dios nuestro. Dios nuestro y de
nuestros padres: No nos abandones ni desampares. No nos
hagas objeto de vergüenza.
No anules Tu Pacto que concertaste con nosotros.
Acércanos a Tu Torá, enséñanos Tus preceptos, indícanos la
senda que habremos de seguir. Inclina nuestro corazón
hacia la veneración de Tu nombre y sensibilízalo para que
Te amemos con sinceridad. Así habremos de retornar hacia
Ti con toda nuestra integridad –y en verdad.
Hazlo por la magnitud de Tu nombre, perdona nuestra
iniquidad, pues así reza en Tus Sagradas Escrituras:
“Perdona, oh Dios, mi error, pues reconozco su magnitud”.
Dios nuestro y de nuestros padres, perdónanos, purifícanos
y absuélvenos, Pues nosotros somos Tu pueblo, y Tú eres
nuestro Dios.
Congregación y Oficiante
Hemos incurrido en faltas y en perfidias; hemos hurtado,
hemos calumniado. Nos desviamos de Tu camino; hemos
sido arrogantes y soberbios; hemos sido falsos y violentos.
Hemos proporcionado malos consejos, mentimos; Hemos
sido cínicos y rebeldes. Te hemos blasfemado. Nos
rebelamos, cometimos iniquidades y transgresiones, hemos
sido impulsivos y obstinados.
Actuamos con maldad, fuimos destructivos, aborrecimos la
verdad, incurrimos en error e indujimos a nuestros
prójimos a él. Nos alejamos de Tus mandamientos y de Tus
leyes de bien, mas de nada nos ha servido.
Pero Tú, oh Dios, eres justo en Tu retribución, pues Tu
justicia es la verdad, y nosotros cometimos el mal.
Indujimos al mal y lo cometimos, por ello no encontramos la
salvación.
Indúcenos, oh Dios, a abandonar la senda del mal, acude
pronto y sálvanos de nuestros impulsos, pues así está dicho:
“Abandone el impío su camino y el malvado sus
pensamientos y vuélvase a Adonai que lo acogerá con
misericordia; y retorne a nuestro Dios, que le prodigará el
perdón.”
Dios nuestro y de nuestros padres:
Perdona y absuelve nuestras iniquidades en este día (de
Shabat y en este día) del Perdón. Responde a nuestras
oraciones, disipa nuestros pecados de ante Tu justicia.
Doblega nuestras pasiones ante nuestros deberes hacia Ti.
Somete nuestra obstinación para que retornemos hacia Ti.
Haznos tomar una renovada e íntima decisión de
observancia de Tus preceptos. Abre nuestro corazón para
que podamos amar y venerar Tu nombre, como reza en Tu
Torá: “Y abrirá Adonai tu corazón y el corazón de tus
descendientes para que puedas amar a Adonai, tu Dios, con
todo tu corazón y con todo tu ser, para que vivas”.
Tú conoces todas nuestras acciones, las conscientes e
inconscientes, ninguna se oculta ante Tu justicia.
¿Qué somos, qué es nuestra vida, nuestra bondad, nuestra
virtud, nuestro poder, nuestra fuerza, nuestro heroísmo?
¿Qué podemos invocar ante Ti, oh Dios nuestro y de nuestros
padres?
Pues los héroes son insignificantes ante Ti; los hombres
célebres como si no existiesen; los sabios parecen
desprovistos de su ciencia, los inteligentes parecen carecer
de razonamiento.
La mayoría de sus acciones carecen de significado ante Ti,
sus vidas son efímeras. La preeminencia del hombre sobre el
reino animal es nula pues todo es vanidad.
¿Qué podemos argüir ante Ti, oh Altísimo?
¿Qué podemos decir ante Ti, Tú que resides en el
firmamento? Tú conoces todas nuestras acciones, las
manifiestas como las ocultas.
Tú conoces los misterios del Universo, y los ocultos secretos
de todo ser viviente. Tú inquieres y conoces la intimidad
de nuestro ser, escudriñas nuestro corazón.
Nada se oculta ante Ti, nada escapa a Tu omnisciencia. Por
lo tanto, sea Tu voluntad, oh Dios nuestro y de nuestros
padres, absolvernos de nuestros errores, y borrar todas
nuestras iniquidades y perdonar todas nuestras
transgresiones.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por compulsión o por voluntad.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
endureciendo nuestro corazón.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por ignorancia.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de palabras inconscientes.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por carencia de moral sexual.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
tanto en público como en oculto.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
a sabiendas y con astucia.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de la palabra.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
engañando a nuestro semejante.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de ocultos designios de nuestro corazón.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
incurriendo en prostitución.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de la insinceridad.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
despreciando nuestros padres y maestros.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
con premeditación o por error.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por el uso de la violencia.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por la profanación de Tu nombre.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
mancillando con nuestras palabras.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de palabras necias.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
dejándonos dominar por nuestras bajas pasiones.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por error o a conciencia.
Todos estos errores, oh Dios clemente, absuélvelos, bórralos,
perdónanos.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio del incumplimiento y de la mentira.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio del soborno.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de burla y mofa.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de la calumnia.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
en nuestras relaciones comerciales.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de nuestra comida y bebida.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de la usura.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
con orgullo y palabras pretenciosas.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de la murmuración.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de mirada codiciosa.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de miradas altivas.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
al incurrir en insolencia.
Todos estos errores, oh Dios clemente, absuélvelos, bórralos,
perdónanos.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio del ateísmo.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio del prejuicio.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
al enredar a nuestros semejantes.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio de la envidia.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
al incurrir en irresponsabilidad.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
al incurrir en obstinación.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
cuando presurosos nos encaminamos hacia el mal.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
sembrando la cizaña y el chisme.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio del perjurio.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por medio del odio infundado.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
al tornarnos en falsos custodios.
Por el error que hemos cometido frente a Ti,
por confusión de nuestra mente.
Todos estos errores, oh Dios clemente, absuélvelos, bórralos,
perdónanos
Perdónanos, oh Dios, por los errores, cuya expiación era el
holocausto y el sacrificio por el pecado. Absuelve los errores
cuya expiación era el sacrificio proporcional. Por los errores
certeros o dudosos que cometimos. Expía los errores que nos
hacían pasibles de castigo y de flagelación. Absuelve los
errores que se expían sólo cuando Tú nos retiras la vida.
Perdona los errores que truncan nuestra vida y
descendencia.
Todos estos errores, oh Dios clemente, absuélvelos, bórralos,
perdónanos. Perdónanos, oh Dios, por los errores que nos
hacían pasibles de una de las cuatro penas capitales.
Absuelve nuestros errores al no cumplir Tus preceptos, o al
violar Tus mandamientos, por acción o por abstención.
Perdona los errores tanto manifiestos como los ocultos a
nuestra conciencia.
Los errores manifiestos ya Te los expusimos y reconocimos
nuestro desacierto.
Mas los ocultos a nuestra conciencia, Tú los conoces, oh
Dios, pues así está escrito en la Torá: “Las cosas ocultas, son
manifiestas ante Adonai, nuestro Dios, mas las acciones
manifiestas, aceptamos nosotros y nuestros hijos por
siempre jamás, para que cumplamos todas las palabras de
esta Torá”.
Tú eres clemente, oh Dios, aceptas el arrepentimiento de
aquellos que retornan a ti. Tú nos aseguraste aceptar
nuestro arrepentimiento, pues por eso depositamos nuestra
esperanza en el arrepentimiento que Tú estableciste.
David Ungido en nombre de Tu justicia, dijo: “¿Puede el
hombre comprender sus errores? Perdona mi culpa e
ignorancia”.
Purifícanos, oh Dios, de todos nuestros errores, purifícanos
de toda nuestra impureza. Rocíanos con aguas puras y
purifícanos, como está escrito: “Y os rociaré con aguas puras
y os purificaré de toda vuestra impureza y de toda vuestra
idolatría”.
Mijá Tu profeta proclamó ante Ti: “¿Quién Te iguala, oh
Dios?”.
Tú perdonas la iniquidad y omites la rebeldía del remanente
de Tu pueblo. Su ira es efímera, pues Él ama la misericordia.
Él volverá a tener piedad de nosotros, hollará nuestras
Iniquidades.
Y arrojará a las profundidades del mar todos nuestros
pecados.
Todos los errores de Tu pueblo Israel, habrás de arrojar a
lugar remoto y recóndito, para que sean olvidados para
siempre.
“Concederás Tu verdad a Jacob, Tu merced a Abraham.
Así lo prometiste a nuestros padres en días pretéritos.”
Daniel, hombre por Ti bienamado, oró ante Ti diciendo:
“Dios mío, oye mi oración. Mira la desolación de la ciudad
que ostenta Tu nombre.”
No invocamos nuestra rectitud, sólo a Tu clemencia
apelamos.
Adonai, oye y perdónanos. Acepta nuestras plegarias,
acelera el plazo de nuestra liberación. Hazlo por Tu causa y
por el pueblo y la ciudad que invocan Tu nombre.
Ezra, el escriba, proclamó ante Ti: “Dios mío, estoy confuso
y avergonzado; Dios mío, no me atrevo a erguir el rostro
ante Ti, porque nuestras iniquidades sobrepasan nuestras
cabezas, y nuestra culpa llega hasta los cielos”.
Pero Tú eres Dios clemente e indulgente, tardo en la ira y
magnánimo, por eso no los abandonaste. No nos abandones
Padre nuestro, no nos desampares, ¡oh Creador!, ni nos
rechaces. No nos retribuyas de acuerdo a nuestros errores.
Cumple la promesa que nos formulaste por medio de
Jeremías Tu profeta: “En aquellos días, y en esa época, dice
Adonai, serán buscados los pecados de Israel y los errores de
Judá, mas no serán encontrados, pues Yo perdonaré a los
que habré dejado como remanente de Mi pueblo”.
Tu pueblo y Tu heredad, están hambrientos de Tu bondad;
sedientos de Tu merced; ellos anhelan Tu salvación.
Hazlos saber que Tuyos son, oh Dios nuestro, la misericordia
y el perdón.
Adon olam,
asher malaj,
beterem kol ietzir nivra.
Leet naasá bejeftzo kol,
azai melej shemó nikrá.
Veajare kijlot hakol,
levadó imloj norá,
Vehu haiá, vehu hové
vehu ihié betifará.
Vehu ejad, Veéin shení
lehamshil lo lehajbirá,
Beli reshit, beli tajlit,
velo haoz vehamisrá.
Vehu eli, vejai goalí,
vetzur jevlí beet tzará,
Vehu nisí, umanos li,
menat kosí beiom ekrá.
Beiado afkid rují,
beet ishan, veaira,
Veim rují gueviati,
Adonai li ve lo irá.