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Liturgia. Santa Laura Montoya

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LAUDES

(Oración de la mañana)

INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)

V. Señor abre mis labios


R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. Venid, adoremos al Cordero, al Esposo acompañado por el cortejo de vírgenes. 

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,


demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,


soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,


bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:


«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años


aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Venid, adoremos al Cordero, al Esposo acompañado por el cortejo de vírgenes.

Himno:

Ya despierta la aurora radiante,


adornada con velos de rosa;
y el lucero del alba brillante
en su frente de nácar se posa.

Ya los copos de nieve perdidos;


con los besos del alba se doran
y las negras montañas dormidas,
sus inmensos perfiles coloran.

Brilla el astro con luz ardorosa,


que a mi ansiosa mirada responde
y una niebla sutil vaporosa…
va subiendo… lo cubre… lo esconde.

Y aquel astro de luz diamantina


por aquella neblina velado
se me antoja la imagen divina
en el alma infeliz que ha pecado.

¿Qué es la estrella? ¡La luz, la alegría!


¿Qué es la niebla? La sombre, la nada.
¿Cómo puede la estrella del día
por la niebla quedar eclipsada?

¡Hay misterios de luz y de sombra!


¿Quién al vicio tal fuerza le ha dado?
Un eclipse de Dios que me asombra,
¡Lo realiza tan solo un pecado!

SALMODIA

Ant 1. Jesús, tengo sed de saciar la tuya. Sequía tengo de lo eterno.

SALMO 62, 2-9 – EL ALMA SEDIENTA DE DIOS

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,


mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.

¡Cómo te contemplaba en el santuario


viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.

Toda mi vida te bendeciré


y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.

En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant 1. Jesús, tengo sed de saciar la tuya. Sequía tengo de lo eterno.

Ant 2. ¡Cuando todas las creaciones materiales e inmateriales de Dios se hubieren


consumido en un solo acto de amor, qué dolor tan inconmensurable, no tener nada más que
ofrecer al Dios de quien sólo sé dejarme amar!

Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR – Dn 3, 57-88. 56

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,


ensalzadlo con himnos por los siglos.

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;


cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;


ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;


astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;


vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;


témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;


noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;


rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,


ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;


cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;


mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;


aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,


ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;


bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;


siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;


santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,


ensalzadlo con himnos por los siglos.

Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,


ensalcémoslo con himnos por los siglos.

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,


alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

No se dice Gloria al Padre.


Ant 2. ¡Cuando todas las creaciones materiales e inmateriales de Dios se hubieren
consumido en un solo acto de amor, qué dolor tan inconmensurable, no tener nada más que
ofrecer al Dios de quien sólo sé dejarme amar!

Ant 3. Dios que es fuego que consume, merece ser servido con amor.

Salmo 149 – ALEGRÍA DE LOS SANTOS

Cantad al Señor un cántico nuevo, 


resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,


cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria


y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:

para tomar venganza de los pueblos


y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada


es un honor para todos sus fieles.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant 3. Dios que es fuego que consume, merece ser servido con amor.

LECTURA BREVE   Ct 8, 7

Las aguas torrenciales no podrían apagar el amor, ni anegarlo los ríos. Si alguien quisiera
comprar el amor con todas las riquezas de su casa, se haría despreciable.

RESPONSORIO BREVE

V. Oigo en mi corazón: buscad mi rostro.


R. Oigo en mi corazón: buscad mi rostro.
V. Tu rostro buscaré, Señor.
R. Buscad mi rostro.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


R. Oigo en mi corazón: buscad mi rostro.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Todo en ti, Dios mío, es luz y todas tus obras fulguran en resplandores de sabiduría.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,


porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos


y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,


arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,


porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,


nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Todo en ti, Dios mío, es luz y todas tus obras fulguran en resplandores de sabiduría.

PRECES

Glorifiquemos a Cristo, esposo y corona de las vírgenes, y supliquémosle, diciendo:

Jesús, corona de las vírgenes, escúchanos.

Señor Jesucristo, a quien las vírgenes amaron como a su único esposo,


concédenos que nada nos aparte de tu amor.

Tú que coronaste a María como reina de las vírgenes, 


por su intercesión concédenos recibirte siempre con pureza de corazón.

Por intercesión de las santas vírgenes que te sirvieron siempre con fidelidad, consagradas a
ti en cuerpo y alma,
ayúdanos, Señor, a que los bienes de este mundo que pasa no nos separen de tu amor
eterno.

Señor Jesús, esposo que has de venir y a quien las vírgenes prudentes esperaban,
concédenos que aguardemos tu retorno glorioso con una esperanza activa.

Por intercesión de santa Laura Montoya, que fue virgen sensata y una de las prudentes,
concédenos, Señor, la verdadera sabiduría y la pureza de costumbres.

Se pueden añadir algunas intenciones libres 

Con sencillez y humildad digamos la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro…

ORACIÓN

Dios de poder y misericordia,


Que elegiste a Santa Laura Montoya, virgen,
para propagar la fe entre los más débiles y alejados,
concédenos, por su ejemplo,
que, contemplando el rostro de Cristo,
ganemos para Él, con la caridad, muchos hermanos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén. 
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio


R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno:

En la paz,
en la paz de mi alma, Señor,
sólo sé,
sólo sé yo decirte que si,
este si
es presagio de vida sin fin,
que enciende de amor
un volcán sobre mí.

Cada vez,
cada vez, yo quisiera, mi Dios,
palpitar,
palpitar solamente por ti,
gritaré,
gritaré, mi Señor, siempre sí,
diciendo feliz
sin temor, siempre sí. Amén.

SALMODIA

Ant 1. ¡Oh Señor! No tengo otro gusto que hacer tu voluntad.

Salmo 121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN

¡Qué alegría cuando me dijeron:


«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.

Jerusalén está fundada


como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia
en el palacio de David.

Desead la paz a Jerusalén:


«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.»

Por mis hermanos y compañeros,


voy a decir: «La paz contigo.»
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant 1. ¡Oh Señor! No tengo otro gusto que hacer tu voluntad.

Ant 2. Jesucristo es el gran sembrador de la divina semilla.

Salmo 126 – EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.

Si el Señor no construye la casa,


en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.

Es inútil que madruguéis,


que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

La herencia que da el Señor son los hijos;


una recompensa es el fruto de las entrañas:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.

Dichoso el hombre que llena


con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant 2. Jesucristo es el gran sembrador de la divina semilla.

Ant 3. Mi alma se siente firme, está cimentada en Cristo, el Señor.

EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN – Ef 1, 3-10

Bendito sea Dios,


Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

El nos eligió en la persona de Cristo,


antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,


por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,


hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant 3. Mi alma se siente firme, está cimentada en Cristo, el Señor.

LECTURA BREVE 1Co 7, 32. 34


El soltero se preocupa de los asuntos del Señor, buscando contentar al Señor; la mujer sin
marido y la soltera se preocupan de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos en cuerpo
y alma.

RESPONSORIO BREVE

V. Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría.


R. Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría.

V. Van entrando en el palacio real.


R. Las traen entre alegría.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


R. Llevan ante el Rey al séquito de vírgenes, las traen entre alegría.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. Ven, esposa de Cristo, recibe la corona eterna que el Señor te tiene preparada.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,


se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,


porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:


dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,


acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.


Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ven, esposa de Cristo, recibe la corona eterna que el Señor te tiene preparada.

PRECES

Alabemos con gozo a Cristo, que elogió a los que permanecen vírgenes a causa del reino de
Dios, y supliquémosle, diciendo:

Jesús, rey de las vírgenes, escúchanos.

Señor Jesucristo, tú que como esposo amante colocaste junto a ti a la Iglesia sin mancha ni
arruga,
haz que sea siempre santa e inmaculada.

Señor Jesucristo, a cuyo encuentro salieron las vírgenes santas con sus lámparas
encendidas,
no permitas que falte nunca el óleo de la fidelidad en las lámparas de las vírgenes que se
han consagrado a ti.

Señor Jesucristo, a quien la Iglesia virgen guardó siempre fidelidad intacta,


concede a todos los cristianos la integridad y la pureza de la fe.

Tú que concedes hoy a tu pueblo alegrarse por la fiesta de santa Laura Montoya, virgen,
concédele también gozar siempre de su valiosa intercesión.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Tú que recibiste en el banquete de tus bodas a las vírgenes santas,


admite también a nuestros hermanos difuntos en el convite festivo de tu reino.

Oremos con Jesús, diciendo a nuestro Padre: Padre nuestro…

ORACIÓN

Dios de poder y misericordia,


Que elegiste a Santa Laura Montoya, virgen,
para propagar la fe entre los más débiles y alejados,
concédenos, por su ejemplo,
que, contemplando el rostro de Cristo,
ganemos para Él, con la caridad, muchos hermanos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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