Paul The Apostle">
Nothing Special   »   [go: up one dir, main page]

Epístola A Filemón

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 3

Epístola a Filemón

Ir a la navegaciónIr a la búsqueda

Imagen del Papiro 87 (en la numeración Gregory-Aland), con un fragmento de los versículos 13-15 de la Epístola a Filemón. Data del año

250.

La Epístola de Pablo a Filemón, conocida simplemente como Filemón, es uno de los


libros del Nuevo Testamento cristiano. Es una carta escrita por el apóstol Pablo,
mientras se encontraba prisionero, junto con Timoteo, y dirigida a Filemón, figura
importante de la iglesia de Colosas. La carta trata de los temas del perdón y la
reconciliación. Pablo no se identifica a sí mismo como un apóstol con autoridad, sino
como «prisionero de Jesucristo», llamando a Timoteo «nuestro hermano», y tratando a
Filemón como «colaborador» y «hermano».1 Onésimo, un esclavo que se había apartado
de su amo Filemón, regresaba con esta epístola donde Pablo rogaba a Filemón que lo
reciba como un «querido hermano».2
Filemón era un cristiano acomodado, (Pablo lo llama "nuestro querido amigo y
colaborador" en Filemón 1:1) de su ciudad, Colosas.3 Esta carta es la más corta de las
atribuidas a Pablo, consta sólo de 445 palabras y 25 versículos.4

Índice

 1Autenticidad y significado
 2El problema de la esclavitud
 3Referencias
 4Enlaces externos

Autenticidad y significado[editar]
"Todos somos sus Onésimos", dice Lutero en su traducción de la Biblia al alemán. Fragmento de la edición de 1541

Sobre su autenticidad, según el orientalista francés, Ernest Renan, aunque existen sobre


ella "objeciones serias", la Carta a Filemón pertenece al conjunto de las epístolas
"probables", lo mismo que la Epístola a los colosenses, de la que se considera un
apéndice. A su juicio, si la Epístola a los colosenses es falsa, también la misiva a
Filemón lo es, aunque esta última sea calificada por él como "una pequeña obra
maestra". Según Renan, "pocas páginas tienen un acento de sinceridad tan
pronunciada".5
La mayoría de estudiosos no comparten las sospechas de Renan y consideran la Epístola
a Filemón dentro de las siete cartas indudablemente escritas por san Pablo.6
Martín Lutero, en su traducción de la Biblia al alemán (1534), señala el amor cristiano
como el tema fundamental de la Carta a Filemón y así lo explica en su introducción:
Esta epístola nos da un ejemplo magistral y tierno del amor cristiano. Vemos cómo san Pablo toma partido por el pobre Onésimo y, con su
mejor habilidad, defiende su causa ante su amo. (...) Lo que Cristo hizo por nosotros ante Dios Padre, lo hace san Pablo por Onésimo ante
Filemón. Porque Cristo se despojó a sí mismo de sus derechos y logró conmover al Padre con amor y humildad, y así el Padre descartó
imponer sus derechos y su ira, y nos recibirá en su seno gracias al favor de Cristo, que defendió nuestra causa y tomó partido por nosotros
completamente. Todos somos sus Onésimos si creemos.7
Martín Lutero

El problema de la esclavitud[editar]
Durante los primeros cuatro siglos de la era cristiana se creyó que Pablo había escrito
esa carta a Filemón para rogarle que fuera clemente con su esclavo evadido, Onésimo,
que volvía a su casa. Esa lectura parece parcial, ya que lo que hace realmente san Pablo,
con habilidad y delicadeza, es rogarle a Filemón que le deje quedarse con él:
Yo querría retenerlo a mi lado para que me ayudase en tu lugar en mi prisión por el Evangelio; pero nada he querido hacer sin tu
consentimiento.
Carta a Filemón, 1:13

Tampoco hay en la carta ninguna pista que induzca a pensar que Filemón fuera un amo
severo que necesitara ser aplacado.8Ni siquiera dice explícitamente que Onésimo se
hubiera escapado. En algunas traducciones se menciona que "se separó"9 o "se apartó".10
Históricamente, sin embargo, siempre se creyó que se escapó de Filemón y así lo cuenta
Gabriel Pérez, de la Universidad Pontificia de Salamanca, en sus comentarios a la carta:
Se escapó de la casa de su señor, habiéndole robado alguna cosa. Huyendo de la justicia, llega a Roma, donde tuvo la suerte de encontrarse
con Pablo, que le convierte a Cristo. (...) Pablo ruega en nombre de los más delicados sentimientos cristianos a Filemón que lo reciba de
nuevo con toda la amabilidad.11

La imprecisión del texto ha propiciado todo tipo de comentarios por parte de


los exégetas cristianos. El teólogo protestante suizo Jean-Fréderic Ostervald destaca el
buen proceder de san Pablo al devolver lo que no es suyo (un esclavo), y añade que
"aunque la Religión Cristiana no abole las diferentes relaciones que hay entre los
hombres, y permite que subsistan estas condiciones, ella [la Religión] los vuelve a todos
iguales ante Dios y respecto a la salvación".12
Este tipo de interpretación ha llevado a profesores como Diarmaid MacCulloch, de
la Universidad de Oxford, a considerar la Epístola a Filemón como "un documento
cristiano fundacional de la justificación de la esclavitud".13
Existe, sin embargo, la interpretación contraria. Así la explica Peter T. O'Brien, del
Moore Theological College de Sídney, Australia: "Si (nótese el quizás10) el propósito de
Dios está detrás de todo esto, entonces la intención divina era que Filemón debería
recibir a Onésimo en una nueva relación (como un hermano cristiano) para siempre
libre".14
Debido a su ambigüedad, durante el siglo XIX la epístola fue esgrimida en el debate
sobre la abolición de la esclavitud, primero en el Reino Unido y luego en Estados
Unidos. Ambas posturas, la esclavista y la abolicionista, utilizaron la Epístola a
Filemón como prueba.
Según algunos estudiosos, el versículo fundamental de la carta es el 16, cuando san
Pablo pide a Filemón que no reciba a Onésimo como un esclavo:
y no como esclavo, sino como algo mejor que un esclavo: como un hermano querido, que, siéndolo mucho para mí, ¡cuánto más lo será para
ti, no sólo como amo, sino también en el Señor!
Filemón 1:16

A juicio de Pérez, este pasaje "encierra la solución que el Evangelio trae al problema de
la esclavitud. Pablo no podía suprimirla, pero da el principio que contiene el germen de
su abolición: en Cristo no hay esclavo y libre, siervo y señor. Somos todos hijos de un
mismo padre, hermanos todos de Jesucristo".11
El papa Benedicto XVI se refirió a esta epístola en su segunda encíclica, Spe salvi,
haciendo hincapié en el poder del cristianismo como poder transformador de la
sociedad:
Los hombres que, según su estado civil se relacionan entre sí como dueños y esclavos, en cuanto miembros de la única Iglesia
se han convertido en hermanos y hermanas unos de otros: así se llamaban mutuamente los cristianos. Habían sido
regenerados por el Bautismo, colmados del mismo Espíritu y recibían juntos, unos al lado de otros, el Cuerpo del Señor.
Aunque las estructuras externas permanecieran igual, esto cambiaba la sociedad desde dentro. 15

También podría gustarte