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Perdón y Restauración

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Perdón y restauración

Escrito por Pilar Herrera en 18 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Introducción (Filemón)

Esta carta fue escrita por Pablo cuando estaba preso en Roma, estando en su
propia casa alquilada, y predicaba el evangelio regularmente a los que le
visitaban.

Era muy común empezar las cartas con el nombre de la persona que escribía,
ya que eran pergaminos enrollados y si querías saber el autor de ella tenías que
esperar al final para saberlo. Por ello, era común que el nombre del emisor
estuviera en el comienzo de la carta y no al final.

Parece ser que esta carta fue escrita y enviada por la misma persona que la
epístola a los Colosenses, ya que estaban con el apóstol las mismas personas al
tiempo de escribir ambas cartas (Filemón 23-24; Colosenses 4:10-14).

Filemón era colosense, ya que su siervo Onésimo era uno de los colosenses
(Colosenses 4:9).

Saludos y receptores de la carta (1-3)

Pablo se presenta como prisionero de Jesucristo, porque la causa de sus


prisiones no era por algún delito contra nadie, sino por predicar el evangelio de
Jesucristo. En ningún momento se avergüenza de sus cadenas, sino todo lo
contrario, era un privilegio sufrir por Cristo. También se unió a esta carta el
hermano Timoteo, que estaba con Pablo en la casa donde se encontraba
encarcelado en Roma, el cual era bien conocido por Filemón.

Hay tres receptores en esta carta:

- Filemón: Filemón era un hombre que se convirtió a través del ministerio de


Pablo, aunque Pablo nunca estuvo en Colosas Pero Pablo cuando estuvo en
Éfeso se quedó allí durante tres años y el evangelio se extendió por todo Asia
Menor. Pablo lo llama colaborador nuestro, implicando que Filemón estuvo de
alguna manera ayudando a Pablo y al equipo que iba con él en la obra del
Señor. No nos dice a qué se dedicaba pero quizás era un hombre de negocios.
Lo que sí podemos afirmar es que era un hombre rico para aquellos tiempos,
porque tenía esclavos y una casa grande, donde la iglesia se reunía (2). Pablo
habla de él de una manera afectuosa y amigable, llamándole “amado”.
- Apia: no se sabe mucho más de esta mujer Apia, sino que era una creyente y
amada por Pablo como hermana en la fe. Al mencionarla justo después de
Filemón se piensa que puede ser su esposa, y la mayoría de los comentaristas
así lo afirman.

- Arquipo: Ya que lo nombra el último, parece que era el hijo de Filemón y Apia,
y al llamarlo Pablo “compañero de milicia”, era como el líder espiritual o el
pastor de la iglesia en Colosas (Colosenses 4:17).

Por lo tanto vemos a una pequeña familia de creyentes formada por un


matrimonio que ofrecen y abren su casa para que se reúna la iglesia y, un hijo
en el ministerio. Pablo los tenía a los tres en gran estima.

- A la iglesia que se reunía en su casa: Pablo quiere que la carta sea leída en la
iglesia para hacerla partícipe de todos y que Filemón rinda cuentas a la iglesia, y
a la vez, la iglesia pueda aprender la lección del perdón.

Pablo saluda como en la mayoría de sus cartas deseando gracia y paz de Dios y
de parte de su Hijo Jesucristo.

Filemón, hombre de fe genuina (4-7)

Pablo era un hombre de oración y a menudo daba gracias a Dios por las iglesias
y los creyentes, pero al mismo tiempo oraba por ellos. Así debemos hacer
nosotros.

Pablo alaba la fe y el amor de Filemón, tiene un buen testimonio y los que le


conocen hablan así de él. La fe genuina tiene que producir amor hacia los
hermanos en primer lugar y hacia los perdidos. En estos cuatro versículos Pablo
reconoce el carácter cristiano de Filemón, cómo muchos creyentes han sido
confortados por él. Somos salvos por la fe, pero para buenas obras. ¿Has
confortado últimamente a algún hermano o hermana? ¿Qué es confortar? Dar
alivio, consuelo y fortaleza a los necesitados. Cuando los demás hablan contigo,
¿se van más aliviados, consolados y fortalecidos? Que el Señor nos use para
aliviar las cargas de los demás.

Antes inútil, ahora útil (8-14)

¿Cuál es la historia? ¿Qué había pasado? Onésimo, siervo de Filemón, había


robado a su amo y se había escapado de la casa y huyó a Roma. Quizás
pensando que en la capital del Imperio con tanta gente pasaría más
desapercibido y nadie le reconocería. En Roma de alguna manera, aunque no
sepamos cómo, está en contacto con Pablo y bajo su predicación y ministerio,
Onésimo se convierte y tal es el cambio en su vida que aun Pablo quisiera
retenerlo con él para servirle (13), pero lo devuelve a Filemón. Esta carta es
enviada por la misma mano de Onésimo, y Pablo ruega a Filemón que reciba a
Onésimo no ya como un siervo, sino un hermano en la fe, y es más, Pablo se
atreve a decirle que lo reciba como si fuera él mismo.

Onésimo, como esclavo fugitivo su situación era muy grave, en aquellos


tiempos si pillaban a un esclavo huido lo castigaban cruelmente y a muchos le
quitaban la vida. A otros, los marcaban con una F de “fugitivo” en fuego, en la
cabeza.

Onésimo había sido transformado por completo, pero Pablo sabía que no tenía
muy buena relación con Filemón, y ahora como creyente, Onésimo tiene que
pedir perdón y restaurar esa relación, cueste lo que cueste. Quizás habían
pasado años desde que ocurrió, pero Onésimo era un fugitivo y un ladrón.
Sabía que tenía que volver a Filemón y pedir perdón y arreglar la relación. Que
mejor oportunidad que esta, Pablo había escrito cartas para los colosenses y
efesios, e iba a mandar Tíquico para llevarlas, así enviaría también a Onésimo
con él (Colosenses 4:7-9).

¿Hubieras tú perdonado a Onésimo? Aquí hay un gran principio, si Cristo ha


perdonado a alguien, nosotros también debemos perdonarle. Seguro que no
fue fácil para Filemón, pero aunque no tenemos el siguiente capítulo de la
historia, seguro que lo hizo, y le perdonó.

¡Es una historia fascinante! Vamos a desgranar un poco cada versículo. Pablo
intercede por Onésimo ante Filemón, y aunque es un deber de todo cristiano
perdonar a los que se arrepienten, Pablo con todo derecho podría haber usado
su autoridad para así mandárselo a Filemón, pero no. Pablo le ruega por amor,
esa debe ser la verdadera motivación para todo perdón y buena obra, el amor a
Dios, a los hermanos y a los demás. Habla de Onésimo como su hijo que
engendró en las prisiones, no solo por el afecto que le tenía sino porque era su
padre espiritual, se convirtió bajo su predicación.

En el pasado Onésimo fue inútil para Filemón, un mal siervo, rebelde, pero
ahora, después de su conversión a Cristo, es útil a Pablo y a Filemón. Aquí el
apóstol hace un juego de palabras porque Onésimo significa útil, y antes no
hacía honor a su nombre, pero después de ser redimido, perdonado y
transformado, era útil para todos.

Pablo pide que Filemón lo reciba como si fuera a él mismo, con todo el amor y
respeto. Si hubiera sido por él, lo hubiera retenido, pero Pablo no quería hacer
nada sin consultarle a él primero. Qué humildad está mostrando Pablo aquí, no
impone su autoridad, aunque podría hacerlo, deja que sea Filemón el que
decida si quiere retener consigo a Onésimo o devolverlo a servir a Pablo, pero
que se haga voluntariamente y no por obligación.

Ponlo a mi cuenta (15-25)

En el versículo 15 vemos la providencia de Dios en todo este asunto. Pablo


quiere mostrar a Filemón que si Onésimo no se hubiera escapado de su casa,
ahora no volvería cambiado y perdonado.

Aquí tenemos una gran lección que aprender, a primera vista cualquier
problema o aflicción que podamos estar sufriendo no escapa a la buena
providencia de Dios. Dios estaba llevando a cabo su soberana voluntad en
salvar a Onésimo, aunque de hecho, todo fue muy desagradable.

Pablo le pide a Filemón que reciba a Onésimo no ya solo como un siervo, que lo
era, sino como a un hermano, e incluso va más allá, y le pide que le reciba como
a él mismo. Filemón tiene que perdonarle y recibirle como a un verdadero
creyente.

Fijémonos en el v.17, es el puro evangelio, Pablo se atreve a pedir a Filemón que


si Onésimo le dañó y le robó en algo que lo ponga a su cuenta, que él se lo
devolvería, “cárgamelo a mí”. ¿No es esto lo que ha hecho Dios con nosotros a
través de su Hijo Jesús? Todos nosotros somos pecadores y hemos ofendido a
Dios de miles de maneras, nuestra cuenta en el banco está en números rojos.
Nosotros no podemos hacer nada para devolver la deuda a Dios, aunque
tuviéramos mil vidas. Pero viene Cristo y todos nuestros pecados y deudas para
con Dios, Él los paga en la cruz por nosotros, y así el Padre queda satisfecho con
la paga de su Hijo, Él dice “Cárgamelo a mí, a mi cuenta” (Isaías 53:3-6). Él cargó
con nuestros pecados para que a nosotros no se nos imputen.

Pablo le dice a Filemón que si Onésimo le debe algo materialmente, el mismo


Filemón le debe la vida a Pablo.

Si Filemón quiere darle gozo a Pablo, lo que tiene que hacer es recibir a
Onésimo como a su hermano en la fe y perdonarle todo, porque Dios ya le ha
perdonado a él.

Esta es la actitud que todo creyente debe de tener, no solo hacer las cosas por
deber u obligación sino por amor a Cristo y a su iglesia.

Pablo tiene la confianza de pedirle que le prepare alojamiento porque espera


que pronto fuera puesto en libertad y pudiera visitarles. Pablo se despide
dando saludos de los que estaban allí con él. Desea que la gracia, el favor y
bendición del Señor Jesucristo esté con él.

Concusión y aplicación

Vivimos en una sociedad donde el perdón brilla por su ausencia. Es más me


atrevo a pensar que se ensalza “el no perdonar”. Pero para un cristiano esto es
impensable, nuestra vida cristiana está basada en el perdón, empezando por
nuestros propios pecados. Dios nos ha perdonado en su Hijo, ahora nosotros
debemos perdonar a los demás, como Él lo ha hecho con nosotros.

Si no perdonamos las ofensas de los demás, como consecuencia habrá


amargura en nuestros corazones, y siempre estará el recuerdo de traer a la
memoria las ofensas que nos han hecho. La amargura es un pecado que puede
infectar todo nuestro ser. Necesitamos perdonar y pedir perdón, y cuando uno
perdona, se olvida de la ofensa y no la vuelve a traer más a la luz. Así es como
Dios nos trata (Miqueas 7:18-19).

Daniel 2
Escrito por Pilar Serna en 20 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres

La importancia en Babilonia de los sueños y un mal sueño era un mal presagio. Por eso
quizás Nabucodonosor insistía en conocer la interpretación de sus sueños v. 7. No se
sabe si realmente no recordaba el sueño o quería probar a los astrólogos.
Los astrólogos y consejeros bien decían en verdad sólo Dios puede hacer lo que el rey
pedía. Decir el sueño e interpretarlo v.11 y quizá porque otras veces estos sabios
habían decepcionado al rey les amenaza con el castigo v.5.
Leer v. 12. El rey con ira mandó matar a todos los sabios y v.13 buscaron a Daniel para
matarlo.
Daniel pregunta la razón para que se les quite la vida si ni siquiera a él le habían
preguntado o convocado, pero vemos que Daniel debe tener una buena reputación ante
el rey pues pide tiempo y se le concede.
La actitud de Daniel es de sabiduría y valor, sabiduría porque intenta poner una solución
a esa muerte absurda y valor porque ante un rey así podía haber sido el primero en
morir. Pero sobretodo, lo primero que hace es poner en conocimiento del resto del
grupo “sus amigos también exiliados” la situación para pedir a Dios su misericordia y no
morir junto con los otros sabios.
Vemos que Dios escucha y responde favorablemente a su petición pues le revela el
sueño y la interpretación y lo importante es que Daniel lo primero que hace es una
oración de gratitud por su respuesta y de alabanza ante Dios.
Leemos la oración de Daniel v.19-23
¿Qué veis en esta oración?
- Alabanza a Dios
- Reconoce quién es Dios, todopoderoso, sabio, nada escapa a él, “con él mora la luz”
- Revela sus propósitos cuando él así lo determina a los hombres.
- Oración de gratitud = Reconocimiento de lo concedido, que muchas veces olvidamos.
- Muestra humildad y no se pone por encima de los otros “nos has dado a conocer el
asunto del rey”
- La oración se centra en Dios y luego pasa al aspecto particular
- Daniel reconoce en esta oración que cualquier capacidad que poseyera venía de Dios
y esto lo admite ante el rey en v.30.
Leemos 2:25-28
Está desarrollando en tema de las capacidades ¿Tu puedes? Daniel reconoce su
incapacidad y da la gloria a Dios, podía haber dicho “pues sí, rey, yo sé lo que significa
y cuando te lo diga tendrás que acabar con el resto de los astrólogos y magos que
tienes en tu corte” pero tras reconocer que solo Dios conoce y revela las cosas le
cuenta el sueño al rey.
Leemos 2:36-49
Hay comentarios acerca de qué representa en la historia esta figura. Nos hablan de una
figura con:
Cabeza de oro que representa a Babilonia, según los comentaristas por el esplendor de
sus construcciones con el uso de oro mostrando su esplendor.
Pecho de plata que representa el imperio medo-persa, parece ser que este imperio se
caracterizaba por el uso de la plata, incluso, la recaudación de sus impuestos, eran
obligatorios que fuesen en plata
Vientre y muslos de bronce que representa a Grecia, los historiadores confirman el
hecho de que los griegos eran conocidos por el uso que hacía del bronce, incluso en
sus corazas de guerra.
Piernas de hierro que representa al Imperio Romano, por la fuerza de desarrollaron y su
extensión invadiendo con esa misma fuerza, la fuerza del hierro, se aplica este
simbolismo al imperio romano.
Pies de hierro y barro que representa el final de Roma hasta nuestros días.
Cabeza de oro - 606 a 539 a.c.
Pecho de plata - 539 a 331 A.C. Medo-persa
Vientre y muslos de bronce - 331 a 168 a.c. Grecia
Piernas Hierro - 168 a 476 D.C Imperio Romano
Pies hierro y barro - 476 D.C hasta nuestros días
A nosotros nos puede parecer interesante desde nuestra perspectiva mirando hacia
atrás, esta estatua encaja en el pasado, pero, quizá lo importante es que revela a un rey
lo que es “le dice tú eres rey porque Dios te ha dado reino”, No es que Nabucodonosor
sea fuerte por sí mismo. Dios ha permitido que así sea, no lo comprendemos, pero así
la Biblia lo manifiesta.
Jeremías 27:5-6 “yo hice la tierra, el hombre y las bestias que están sobre la faz de la
tierra, con mi gran poder y con mi brazo extendido, y la di a quien yo quise. Y ahora yo
he puesto todas estas cosas en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y
aun las bestias del campo le he dado para que le sirvan.”
También los reyes son instrumentos de Dios y aunque escapa de nuestra comprensión
tenemos que respetarlo. También vemos en esta estatua que representan reinos
temporales, uno sucede al otro y al final todo termina desecho, hay un reino de hierro y
barro, no hay consistencia y se desmorona, son los reinos de este mundo, pero que
anuncia “el Dios del cielo, levantará un reino que no será destruido”.
El Señor enseño a los judíos que el reino de Dios había llegado y que estaba entre
ellos, ellos esperaban un reino físico, pero es un Reino espiritual, poderoso, real y
eterno.
Lo vemos en versículos como Mateo 3:2, en el mensaje de Juan el Bautista
“arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”.
También vemos lo que se dice de Jesús en su anunciación Lucas 1:22, 23: “Este será
grande y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su
padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.”
Volviendo al texto v.47 a Nabucodonosor no le quedó otra que humillarse y declarar que
solamente el Dios de Daniel es Dios y Señor y que conoce todas las cosas y las revela
si él quiere, y engrandeció a Daniel sobre el resto de sus súbditos y sabios, con un
puesto importante. Daniel lo aceptó y no solo para él sino también para sus amigos,
quizá como estrategia ante un futuro en un reino con un rey tan prepotente e
inconstante, pero él pidió lo que le parecía justo.
Lecciones:
Ante la adversidad, la primera de nuestras acciones “orar a Dios”.

Compartir los motivos de oración que se puedan compartir.


No darnos la gloria a nosotros mismos, cualquier cosa que hagamos es porque Dios ha
permitido que actuemos conforme a los dones que él no da.

Dios es el Dios de la historia, pone y quita reinos, según su voluntad, pero lo importante
es el reino de Dios que trae Jesucristo y pertenecer al reino de Dios.

El afán y la ansiedad
Escrito por Pilar Herrera en 29 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Mateo 6:25-34

Introducción

Estamos viviendo un tiempo de mucha ansiedad, no solo por la crisis económica


que estamos sufriendo a nivel mundial, sino por la inestabilidad social, moral,
política etc. La gente hoy día no confía en nada ni en nadie. Nos prometen
muchas cosas y no cumplen con su palabra.

Hay una seria situación de paro en muchos hogares. Estoy segura, bueno lo sé,
que hoy aquí en esta tarde hay personas que habrán perdido su trabajo,
estarán en paro, e incluso algunos sin poder cobrar el paro.

Esto trae ansiedad a la persona y a la familia.

Yo creo que todo el mundo por causa de nuestro pecado tenemos temores,
ansiedades, luchas internas, preocupaciones, afanes etc. Yo misma lo he
experimentado y muchas veces todos estos afanes y ansiedades por diferentes
razones.

Todos nos afanamos y nos angustiamos, pero quiero que veamos un pasaje en
esta tarde que nos habla precisamente de este asunto.
Necesitamos una palabra del Señor esta tarde para recordarnos que Él quiere
que vivamos no con ansiedad o afán, sino en paz y reposo. Leer el pasaje Mateo
6:25-34.

El punto principal

Podemos ver que el punto principal del texto es que los discípulos estaban
afanados por muchas cosas: por la vida, comida, bebida, cuerpo, ropa etc. (vv.
25, 31, 34).

¿Qué es afanarse? Entregarse al trabajo con actitud congojosa: desmayo, fatiga,


angustia y aflicción de ánimo.

Vamos a mirar algunas razones de por qué no debemos tener esta actitud de
afán y angustia por todas estas cosas:

1) La vida es más que comida y vestido (v. 25)

¿Qué quiere decir esto? ¿Por qué tendemos a afanarnos por la comida y por el
vestido? Porque hay tres cosas que perderíamos:

 Perderíamos algunos placeres. La comida es un placer físico.


 Perderíamos la alabanza humana y admiración si no llevamos ropa bonita
o de moda.
 Perderíamos una vida larga si no tenemos comida o ropa para cubrirnos,
nos moriríamos.

Y Jesús responde si estás afanado por estas cosas: has perdido la vista de la
grandeza de la vida. La vida no fue dada en primer lugar para los placeres
físicos, sino para algo más grande: el disfrutar y gozar de Dios. La vida no fue
dada para que tengamos la aprobación de la gente: sino para algo más grande,
la aprobación de Dios. La vida no fue dada en primero para la extensión en esta
tierra sino para algo más grande: la eternidad con Dios.

2) Los pájaros no trabajan pero Dios los tiene en cuenta (v.26)

Es Dios quien los alimenta. Cuando miramos a los pájaros, son criaturas que no
actúan como si Dios los alimentara hoy pero no mañana. ¡Cuánto más nosotros
que valemos más que los pájaros para Dios!

3) La ansiedad no te lleva a ningún lugar (v. 27)

El tercer argumento es muy pragmático: la ansiedad no te hace ningún bien.


Cualquier problema que te esté causando afán, puedes estar segura que no
disminuirá el problema por estar afanada. Lo único que hará es que estés
deprimida, triste etc. mientras tratas con el problema. Por lo tanto no te afanes,
es inútil.

4) Dios se deleita en adornar cosas (vv. 28-30)

Cuando miramos los lirios que no trabajan y sin embargo están adornados con
una forma y colores tan bonitos, debemos sacar una conclusión si crees en
Dios: que Dios se deleita en adornar cosas. Él podría haber hecho todo en
blanco y negro y con la misma forma, pero lo ha hecho así, es un artista. Si Él se
deleita en adornar la hierba, entonces su deleite estará en adornar a sus hijos
con ropa.

5) Los no creyentes se afanan por la comida y la ropa (v. 32)

Si estamos afanosos por la comida y la ropa, nos ponemos al mismo nivel con el
mundo de los no creyentes. Muestra que estamos como el mundo y pensamos
y actuamos como ellos. No debe ser así con un verdadero creyente.

6) Tu Padre celestial conoce tus necesidades (v. 32)

Si nos afanamos por estas cosas también estamos mostrando que no creemos
que nuestro Padre celestial conozca nuestras necesidades. El afán muestra que
estamos demasiado cercanos al
mundo y demasiado lejos de Dios. Por lo tanto no te afanes.

7) Dios llevará tus cargas si tú buscas primero su Reino  (v. 33)

Esto es una promesa de Dios. Cuando buscamos primero el Reino de Dios, Él


obra de tal manera por ti y proveerá todas tus necesidades.

Dios quiere que tengamos nuestras prioridades bien puestas. Él quiere por
encima de todas las cosas materiales, le busquemos a Él y a su reino.

Vamos a analizar este versículo porque es crucial. Lo primero que tenemos que
hacer es buscar para encontrar. Y si tenemos que buscar es porque no lo
tenemos. Buscar implica pensar, meditar, razonar, investigar etc.

Primeramente implica que es lo más importante en nuestra vida, no lo comida o


la ropa sino el reino de Dios y su justicia. Es como si tenemos un accidente para
ir al trabajo y estamos en el coche con las piernas rotas, y aún así decimos: pero
tengo que ir a trabajar, es mi responsabilidad. Sí, está muy bien, pero es de
locos. Lo mismo pasa a nivel espiritual, la comida y la ropa está muy bien que
las busquemos, pero lo más crucial, lo primero de todo lo urgente es buscar el
reino de Dios.
¿Qué es el reino de Dios y su justicia? No podemos tener un reino sin un rey.
Tenemos que buscar al rey y ese rey es el Señor Jesucristo. Tenemos que
buscarle con todo nuestro corazón (Jer. 29:13). El es el rey, Jesús quiere la
preeminencia en tu vida no solo un lugar en tu vida. Jesús quiere ser el rey en el
trono de tu corazón, no el vicepresidente, sino el rey.

Cuando vino Jesús a este mundo él predicaba que el reino de Dios se había
acercado (Mat. 4:17; 10:7).

Ahora bien ¿dónde buscar este reino y a este rey? No en ningún lugar terrenal,
porque Jesús dijo que su reino no era de este mundo (Jn. 18:36), entonces
¿dónde? En su Palabra. El nos ha revelado cómo llegar a conocerle a través de la
Biblia. Allí nos dice cómo es este rey, cómo tener relación con él y cómo
conocerle de manera personal.

Reconociendo nuestro pecado y creyendo en su obra en la cruz por nosotros


(Jn. 3:16-18). Así Él llega a ser el rey de tu vida de tu corazón. El quiere que
vayamos con fe a la cruz y tengamos perdón de pecados.

Conclusión: Cada día tiene suficiente adversidad por sí mismo sin anticiparnos


a los problemas de mañana (v. 34). Por lo tanto yo te animo a través de la
Palabra que no te afanes por nada en este mundo sino que busques a Dios, su
reino, sus asuntos y todo lo demás nos será añadido.

He aquí el cordero que quita el


pecado del mundo
Escrito por Pilar Herrera en 29 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres
(Juan 1:29)

Me gustaría analizar solamente un versículo, el 19. Aquí quien está hablando es


Juan el Bautista, el que tuvo un encuentro con Jesús y lo bautizó. En cuanto lo
vio, le señaló y pronunció estas palabras a todos sus oyentes.

¿Por qué le llama cordero?

Todos los judíos presentes lo entenderían muy bien. Ellos sabían de dónde
venía este nombre o este título. Tenemos que retroceder mucho en la historia, a
Éxodo 12. Leer el pasaje y comentarlo. Explicar qué era la Pascua.

En Éxodo 38-39, Moisés mandó de parte de Dios ofrecer un cordero por el


pueblo, uno por la mañana y otro por la tarde como una ofrenda quemada por
el pecado. Esto era una sombra de lo que había de venir, era la sombra de
Cristo, no era un sacrificio perfecto.

También los judíos sabían que Isaías 53 era una profecía de que vendría un
cordero para ser muerto por nuestros pecados. Aquí por primera vez sabemos
que el cordero iba a ser una persona, un hombre. Tenía que ser un cordero sin
mancha (1 Pedro 1:19).

Los judíos querían un profeta y Dios les dio un Cordero. Los judíos querían un
rey y Dios les dio un Cordero.

Juan dice de Cristo: “Aquí está ese Cordero, el Cordero de Dios, el sacrificio
final”. El autor de Hebreos dice que su sacrificio fue el último, ya no se necesitan
más sacrificios de corderos, murió una vez para siempre (He. 9:23-28; 10:12).

¿Con qué propósito vino?


Para quitar el pecado del mundo, no dice pecados sino pecado, porque no quita
solamente los síntomas, sino la enfermedad.

¿Cómo lo hizo?

No nos podemos relacionar con Dios si hay pecado por medio. Y Dios tuvo que
enviar un sacrificio para quitar el pecado y así poder estar en comunión con Él.
Es así de sencillo, hasta que no te des cuenta del sacrificio de Cristo por tu
pecado, no puede haber una relación con Dios. Y por eso Dios se humilló y se
hizo un Cordero para morir en la cruz, porque tenía que ser un Cordero antes
que rey.

De la única manera que se podía hacer, muriendo en una cruz. El pecado


implica culpa, condenación.

En Egipto, tuvieron que matar un cordero para cada familia. En Éxodo 38-39,
cuando Moisés da la ley, es un cordero para el pueblo.

Llegamos a Juan y el Cordero es para todo el mundo, judíos y gentiles, de toda


raza y color y lugar.

En Apocalipsis 7:14, el Cordero es para el cielo. Han lavado sus ropas en la


sangre del Cordero. En Apocalipsis 5:13, vendrá un día que de todo lugar que
Dios ha creado, se oirán voces de alabanza al Cordero, adorándole por
habernos redimido.

Aplicación

El Cordero nos rescata y nos libera de la esclavitud de Egipto. En cada casa hubo
llanto y muerte, pero hubo otras en que no, ¿qué las salvó? La sangre del
cordero, la señal de la sangre en los dinteles.

De la misma manera tú y yo estamos completamente salvados, si estamos bajo


la sangre del Cordero, nada nos puede apartar de Él.

En Apocalipsis 21:23 estaremos siempre con el Cordero y Él nos iluminará.

Jesús siempre será el Cordero tanto para los que creen en él como para los que
se pierdan. Todos veremos al Cordero, pero algunos recibirán la ira del Cordero
(Ap. 6:15-17).

El Cordero se te presenta como el que quita tu pecado, no lo rechaces, ve a él,


recíbele.
“He aquí” implica admiración, implica llamar la atención y que miremos a Cristo,
que le miremos con fe y le sigamos.

La Pascua de los israelitas es el evangelio antes del evangelio. En 1 Corintios 5:7,
Cristo es nuestra Pascua. Fue un acto de fe y de confesión. Aceptaron los
medios divinos de salvación. Cristo es nuestra Pascua y por su sangre en la cruz,
derramada en nuestras conciencias y corazones, hace lo mismo que hizo la
Pascua de una manera externa, pero Cristo lo hace una realidad espiritual en
nuestros corazones.

¿No ves cuánto te ama el Señor que ha dado a su Hijo unigénito para morir
como un Cordero indefenso para que un día puedas estar con Él para toda la
eternidad? ¡No lo rechaces y cree!

Hulda, la profetisa
Escrito por Pilar Herrera en 29 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Contexto histórico.

No se habla mucho de esta mujer, Hulda, sólo se la menciona aquí en este


pasaje y en su pasaje paralelo en Crónicas 34:22.

Esta mujer vivió en tiempos del rey Josías. ¿Quién era este rey? Su abuelo
Manasés fue un rey malo ante los ojos de Jehová (2 R. 21:2). Hizo una seria de
abominaciones en toda la nación que estaban prohibidas por Dios. Edificó los
lugares altos, levantó altares a Baal y Asera, los ídolos. Adoró a todo el ejército
del cielo, edificó altares en el templo de Dios. Pasó a su hijo por fuego,
siguiendo costumbres paganas, consultó a agoreros y adivinos. Incitó al pueblo
a pecar y hacer lo malo delante de
Dios (2 R. 21:9). Sin embargo Dios le dio oportunidad de arrepentirse y cuando
fue llevado prisionero por los asirios, se humilló delante de Dios y se arrepintió
(2 Cr. 33:12-13). Aún así el pueblo siguió adorando a los ídolos.

Después de su muerte reinó su hijo Amón, y aunque su reinado fue corto, solo
dos años en el trono, hizo lo malo delante de Dios, sirviendo a los ídolos y
dejando a Dios. Murió traicionado por sus siervos que conspiraron contra él y lo
mataron en su casa.

Aquí es donde entra en escena Josías, el hijo de Amón. Era solo un niño de 8
años cuando subió al trono (2 R. 22:1-2). Esto nos enseña que no debemos
despreciar a los niños, y que Dios también obra en ellos y por medio de ellos.
Vemos que fue un buen rey delante de Dios y que no se apartó de él en toda su
vida.

En 2 Cr. 34:3, se nos dice que a los 16 años empezó a buscar a Dios y es cuando
se convirtió. Que importante es buscar a Dios cuando uno es joven, pero aún
así hay esperanza para todos, sea la edad que se tenga.

Reformas del templo y hallazgo del libro de la ley.

A los 26 años, Josías, envía a reparar el templo que estaba medio abandonado y
necesitaba reparaciones. Recogió todas las ofrendas voluntarias del pueblo y lo
dio a los trabajadores para reparar lo que se necesitara en el templo. Había
carpinteros, albañiles, necesitaban materiales, y lo pagaban de las ofrendas.
Eran hombres fieles y honrados (v.7). Cuanto necesitamos personas así en los
trabajos. Que den un buen testimonio, que sean de confianza y honrados. Es
una buena lección que aprendemos de aquí.

Este verano en el campamento familiar, una de las predicaciones, aunque no de


este pasaje, fue el de reparar las grietas de la casa de Dios. Se nos exhortó a
coger el palustre y a ponernos manos a la obra, tapando grietas y reparando lo
necesario en nuestro propio corazón en primer lugar y en la casa de Dios. ¿Eres
tú de las que cogen el palustre y tapan
grietas? O ¿eres más bien de las que abren grietas, en vez de tapar? Creo que es
un buen pensamiento y que empecemos a ponerlo por práctica.

Durante las reparaciones encuentran ¿el qué? El libro de la ley de Dios, el


Pentateuco, era la copia de los cinco primeros libros de la Biblia, y estaba al lado
del arca (Dt. 31:25-26).
¡Qué victoria Satanás tuvo manteniendo la ley escondida! No la puede destruir,
pero la puede esconder. ¿Le ayudas a mantenerla escondida? Creo que nuestro
problema hoy día es lo contrario ¡Demasiadas Biblias! Me pregunto cuanta
gente usa la Biblia de domingo.

¿Qué ocurrió cuando hallaron el libro? Lo trajeron delante del rey y lo leyeron.
Tal fue el impacto que hizo la ley en el rey que rasgó sus vestidos. Esto era señal
de dolor, sufrimiento y llanto. Seguro que leyeron parte de Deuteronomio 28,
que habla de las consecuencias de la desobediencia a Dios. Por eso Josías está
tan preocupado. Él reconoce su pecado y el pecado de su pueblo de la nación y
sabe que Dios está airado por ello y que los puede castigar. Por eso quiere
saber cómo de mala es la situación, y envía un grupo de hombres para
consultar a Dios (v. 13).

Antes de seguir adelante quiero que pensemos un poco en el impacto que hizo
la Palabra de Dios sobre Josías. ¿Lo hace sobre ti? ¿Cómo la lees, cómo la
escuchas? ¿Produce algo en ti o la oyes como si nada? Santiago nos anima a que
la pongamos en prácticaSantiago 1:22. La palabra de Dios no nos puede dejar
igual, o nos endurecemos más o nos humilla. O nos aleja de Dios o nos acerca
más a Él. No podemos ser indiferentes. El problema es que cuantas veces, sí
que somos indiferentes. No dejes que así sea en tu corazón (Is. 66:2).

Hulda la profetisa.

¿A quién van para consultar la palabra de Dios? A Hulda (v. 14). ¿Qué es una
profetisa? Una mujer que Dios la usa para traer un mensaje de su parte, sea
futuro o presente. No es la única mujer a la que Dios ha hablado, tenemos a
Miriam (Ex. 15) y Débora (Jue. 5). ¿Por qué no fueron a consultar a Jeremías o a
Sofonías, que eran profetas en esa época? (Jer. 1:2; Sof. 1:1). No lo sabemos.
Quizás porque sus ministerios no estaban completamente establecidos. Quizás
porque estaban en otra ciudad. Lo que sí podemos decir es que Hulda tenía una
buena reputación y era conocida por todos. No sabemos mucho más de ella,
solo el nombre de su marido y que se dedicaba a guardar las vestimentas del
rey.

Dios, también puede hablar a través de las mujeres. Felipe tenía 4 hijas que
profetizaban (He. 21:9; Joel 2:28). Por supuesto hoy tenemos más luz y
enseñanza sobre la mujer en la iglesia, no puede ser pastora ni ejercer dominio
sobre el hombre (1 Ti. 2:12).

El mensaje de Dios a través de Hulda.


Dios iba a traer juicio sobre la nación vv. 15-17. Pero porque Josías oyó la
palabra, se enterneció, se humilló y lloró delante de Dios, no traería Dios el
castigo en su tiempo, sino después de su muerte. Y así se cumplió, el primer
ataque de Nabucodonosor, el rey de Babilonia fue cuatro años después de la
muerte de Josías.

¿Qué lección aprendemos aquí? ¡El evangelio! Dios está airado por nuestro
pecado, todos pecamos y somos pecadores. Por ello merecemos un castigo, su
ira. Pero nos ama tanto que envió a su hijo Jesucristo a pagar ese pecado, esa
deuda, que tenemos con Él. Cristo recibió la ira de su padre cuando estaba en la
cruz, en nuestro lugar. Ahora solo nos queda
dolernos por nuestro pecado, huir de la ira de Dios y escondernos en Cristo.
Arrepentirnos de nuestro pecado, que nos duela, como le dolió a Josías y buscar
el perdón clamando a Dios. Si así hacemos de todo corazón Dios nos perdona y
nos recibe como a hijas, y quita de nosotros el castigo que merecemos, como
también hizo con Josías.

¿Has experimentado esto en tu vida? ¿A que esperas? ¿Acaso no ves tu pecado,


acaso no te das cuenta de las consecuencias que te vendrán si no estás a bien
con Dios? Jn. 3:16. Arrepiéntete y busca a Dios, que tenga de ti misericordia.

El pacto de Josías y las reformas.

Leer 23:1-3, Josías mandó llamar a todo el pueblo a la casa de Dios y leyó la ley
de Dios e hicieron un pacto con Dios, que le seguirían y obedecerían su palabra
siempre.

Si ya eres creyente renueva este pacto con Dios, pídele que te ayude a seguirle
siempre y a obedecer su palabra todos los días de tu vida.

Si no eres creyente, arrepiéntete ahora y busca el perdón de Dios, no siempre


vas a tener la oportunidad, pero ahora si puedes. Ve a Él y Él te recibirá.

Empezó un tiempo de reformas en el templo y en todo el país. Fue un tiempo


de despertar espiritual y de buscar a Dios, un tiempo de avivamiento. Hulda fue
una mujer fiel a Dios y que no temía a los hombres, muy valiente por darle ese
mensaje a Josías. Que Dios nos ayude a ser como ella en su fidelidad y en su
valentía.

Atalía y Josaba
Escrito por Pilar Herrera en 29 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres
La reina Atalía se burló de los
hombres por siete años, pudo derribar el templo en parte, mató a muchos
inocentes, convirtió las cosas sagradas en ídolos, pero no pudo burlarse
indefinidamente de Dios.

Quién era Atalía.

En tiempos de Salomón, el reino de Israel se dividió en dos. La parte del norte se


llamaba Israel, y la parte del sur Judá.

Los reyes de Israel en tiempos de Elías el profeta eran Acab y Jezabel. Estos tuvieron
una hija que se llamaba Atalía. Sus padres como eran muy astutos y políticos,
quisieron unir el reino mediante un casamiento entre su hija Atalía y el hijo de los
reyes de Judá, que se llamaba Joram. Tuvo varios hijos, pero el mayor fue Ocozías.

Su influencia.

Conociendo a sus padres, que eran muy impíos, ella también fue una mujer muy
malvada.

Tuvo una influencia muy mala sobre su marido (2 Cr. 21:1-7). Ella siguió a los ídolos
de Baal y no al Dios de Israel, de Elías. Ella había oído y visto muchos milagros
portentosos con Elías, pero decidió seguir el mal camino de sus padres, y arrastró a
su marido en su impiedad.

Hizo lugares altos para que el pueblo adorara a los ídolos y fornicara (2 Cr. 21:11).

Atalía con sus hijos destruyó parte del Templo de Dios y con los utensilios los fundió
e hizo ídolos, (2 Cr. 24:7).

Cuando su hizo Ocozías subió al trono, ella en vez de ser una buena madre
influyente sobre su hijo, fue todo lo contrario, le influyó para obrar impíamente, (2
Cr. 22:3-4).
Cuando murió su hijo Ocozías, Atalía vio su oportunidad de subir al trono. Con
suma sangre fría mató a toda la descendencia real, o sea a sus nietos, a su propia
familia. Aquí vemos que el diablo la está usando, porque si hubiera destruido a
todos, el Mesías no hubiera nacido de la descendencia o línea de David, como así se
había prometido.

El rescate de Joás.

Mientras la matanza de todos los descendientes de Ocozías, había una buena mujer
creyente, que casi no sabemos mucho de ella. Se llamaba Josaba o Josabet, era
hermana de Ocozías, por tanto su madre o madrastra era Atalía. Esta estaba casada
con el sacerdote Jopada, y vivían en el templo de Dios y lo cuidaban. Serían de los
pocos creyentes que había en esa época. Tuvieron un papel importantísimo en los
planes de Dios. ¿Por qué?

A través de su coraje y valentía, preservaron la línea real de David, a través del cual
el Mesías vendría. Porque escondieron al hijo de Ocozías, Joás en el templo, y lo
rescataron de haber muerto a manos de Atalía.

Están ahí como un ejemplo de matrimonio piadoso que permanecieron por la


verdad. La iglesia necesita matrimonios como estos hoy en día. Modelos de piedad
y verdad.

Salvan al niño y lo educan en los caminos del Señor, porque más tarde veremos
todas las reformas que hace el rey Joás en el templo y la adoración a Dios.

El castigo de Atalía.

Durante seis años, esta perversa mujer pudo gobernar a su antojo sin que nadie le
disputara su autoridad. Ella no sabía que le esperaba un castigo por sus horrendos
crímenes, y por su maldad e idolatría.

Al séptimo año de su reinado, Jopada el sacerdote y su mujer Josaba, planean un


plan para proclamar rey al niño Joás. Prepararon a las tropas en los lugares
estratégicos para hacer frente a cualquier problema y sacaron al niño y lo
proclamaron rey, (v.12).

Atalía corrió al templo al oír tanto alboroto y al ver al rey clamó, traición, traición. La
apresaron y la mataron fuera del templo.

El sacerdote hizo pacto con Jehová, el rey y el pueblo, (v.17). Creo que esto es
precioso, comprometernos con el Señor y su iglesia en servirle y vivir para él. ¿Lo
has hecho tú?
La reina Atalía se burló de los hombres por siete años, pudo derribar el templo en
parte, mató a muchos inocentes, convirtió las cosas sagradas en ídolos, pero no
pudo burlarse indefinidamente de Dios.

Aparentemente, hoy día pasa lo mismo, los malvados e impíos parecen que se
pueden burlar de todo y de Dios, y parece que prosperan, pero ¿es así? A nuestros
ojos parece que es así, pero no escaparán del juicio de Dios (Sal. 73).

Conclusión.

Aquí tenemos la historia de dos mujeres, Atalía y Josaba. Atalía usó todas sus
fuerzas para hacer el mal y para hacer pecar a muchos, pero tuvo su castigo.

Por otro lado tenemos a la casi anónima Josaba, una mujer piadosa, valiente, sabia,
que supo enfrentarse a la reina, a expensas de perder su vida. Un ejemplo de
enseñar y vivir la verdad. Enseñó a su sobrino la palabra de Dios y lo vemos cuando
le hacen rey, le dan no solo la corona, sino el testimonio (v.12). ¿A qué se refiere el
testimonio? (Dt. 17:18-20).

Que aprendamos de estas dos mujeres y sigamos el ejemplo de la piadosa Josaba y


tengamos cuidado en no caer en las obras impías de Atalía.

El dilema y la decisión de Ester


Escrito por Pilar Herrera en 30 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres

(Ester 4)

Reacción de Mardoqueo y de todos los judíos.

En los versículos del 1 al 3 vemos la tristeza y dolor tan grande de Mardoqueo y


de todos los judíos.
¿Cómo reaccionaron? Mardoqueo rasgó sus vestidos y se vistió de cilicio y
ceniza. Estas señales externas de rasgar sus vestidos eran habituales en Israel
en tiempos de muerte, calamidad política, catástrofe natural o desastre militar,
pero también era común entre otros pueblos incluidos los persas. Exteriorizan
su gran dolor, lo contrario de nosotros que lo interiorizamos y lo escondemos.

Vestirse de cilicio era vestirse de saco, tela oscura y áspera que se usaba para
demostrar pesadumbre. Ejemplos: Dan.9:3; cuando Tamar fue violada (2 S.
13:19); Acab ante las denuncias de Elías (1 R. 21:27).

Mardoqueo no sufrió en silencio o en intimidad en su casa, salió por toda la


ciudad sin esconder su dolor.

Toda la comunidad hebrea en el imperio reaccionó de la misma manera,


además se incluye un nuevo aspecto, el ayuno.

En las Escrituras, el ayuno sólo tiene sentido como vehículo de una auténtica
expresión de humillación delante de Dios (Esd. 8:21;Joel 2:12). El ayuno y la
oración van siempre unidos.

Comunicación entre Mardoqueo y Ester.

V.4: Al enterarse Ester se angustió en gran manera. Ella como reina no podía
manifestar de esa manera su dolor, sin embargo yo creo que no sabía muy bien
todas las noticias acerca de matar a todos los judíos. Solo le dolía la condición
de Mardoqueo.

Le envía ropas a Mardoqueo para que se quite el cilicio, pero él no lo aceptó.


Quizás Ester lo que quería era facilitarle a Mardoqueo la entrada al recinto de
palacio y poder comunicarse con él como antes.

V.5: Ya que no puede hablar con Mardoqueo envía a un siervo fiel y confidente
para preguntarle a Mardoqueo y para que le informe de todo lo que le pasa.

V.6: Esta conversación no se celebró en privado sino en la plaza de la ciudad un


lugar muy público.

Vv.7-8: Mardoqueo le da toda la información de lo que ha pasado. También le


da una copia exacta del decreto para que Ester sepa toda la verdad y no solo
rumores de palacio.

Pero hay algo más, una petición de que interceda al rey por su pueblo. Al decir
Mardoqueo que interceda por su pueblo, está descubriendo la identidad de
Ester ante el siervo, pero se ve que Hatac demostraba ser un hombre de
confianza.

Respuesta de Ester.

La reina confía plenamente en Hatac y le vuelve a enviar con una respuesta a su


primo. La primera respuesta de Ester es poner objeciones a su plan. No se
niega por completo pero si le sugiere que le está poniendo en una grave
posición ante la ley y el rey. Podría perder su vida (v. 11).

Nadie podía entrar en los aposentos interiores del rey sin que él lo pidiera. Era
una manera de protegerle y de que no le molestaran con problemas de
cualquier índole. Sólo había una esperanza de que conservase la vida: que el rey
al verla, le concediera misericordia por medio de un gesto convencional de
extenderle el cetro real de oro. Ester tiene miedo.

Vuelve a responderle Mardoqueo.

Mardoqueo le responde a Ester con varios argumentos:

Intenta hacerle ver que va a ser inútil permanecer en el anonimato,


escondiendo su identidad nacional. Ella era judía y aunque esté en el palacio
también le afectará a ella. No podía escapar aunque fuera reina. Por lo tanto
Ester no tiene nada que perder: si se presenta ante el rey quizás muera, si no,
morirá con toda seguridad.

El segundo argumento descansa en las promesas de Dios (v.14). Mardoqueo


tiene plena confianza en la intervención de Dios para liberar a los judíos. El sabe
que vendría un Mesías por la línea judía y no puede ser exterminado el pueblo
judío. Mardoqueo quiere hacerle ver a Ester que si ella no actúa, la liberación
vendrá de otra manera. Dios tiene infinitas maneras de llevar a cabo su
voluntad. Tú y yo le podemos fallar, pero eso no impedirá que se cumpla su
voluntad. Él levantará a otro, o lo hará de otra manera. Nadie frustrará sus
planes, nadie es imprescindible. La soberanía de Dios no anula la
responsabilidad del ser humano. Pero el siervo infiel tendrá que atenerse a las
consecuencias de su infidelidad.

El tercer argumento, vuelve a la providencia divina, puede que Dios ha


permitido y guiado a Ester el llegar a ser reina para ese preciso momento, para
salvar a su pueblo. Ester debe tener coraje y fe para llevar a cabo este plan.
Ester está en una encrucijada y tiene que decidir si ser valiente o esconderse en
el palacio.
Este principio también se aplica a nosotros. Dios nos pone en el lugar o posición
que el quiere, porque hay una razón y debemos de encontrar esa razón y andar
en ella.

Ester no lo tiene fácil, no le queda más opción que confiar en Dios, armarse de
valor e ir al rey. ¿No es así también en nuestra experiencia? Muchas veces
seríamos cobardes en nuestro testimonio si no fuera porque el Señor, por
medio de nuestras circunstancias o de nuestros compañeros, casi nos obligara
a ejercer nuestra fe y hablar como debemos.

En estos argumentos se demuestra que Mardoqueo era un hombre de fe, creía


en la providencia divina, en las promesas de Dios y que Dios dirige toda la
historia para bien de su pueblo.

La valentía de Ester.

Ester reconoce los argumentos de Mardoqueo y asume su papel. Su respuesta


manifiesta su espíritu abnegado y su compromiso como creyente. Por un lado
es valiente y ha decidido ir ante el rey, pero por otro ve su propia debilidad y
necesita de la ayuda de los demás. Por eso pide ayuno y oración por ella. Ester
reconoce que necesita la asistencia divina
para presentarse ante el rey. Los judíos tienen que apoyar a Ester con oración e
intercesión.

El ayuno era intenso:

Todos los judíos en Susa. Que dure tres días. Que se mantenga durante la
noche también. Que sea un ayuno de bebida también, no solo de comida. No
solo ella iba a ayunar sino sus doncellas. Todo esto indica la seriedad del ayuno,
porque la situación era urgente y muy grave.

Ester termina su contestación con las palabras tan valientes de:”Y si perezco
que perezca”. Me recuerdan a los amigos de Daniel (Dn. 3:17-18).

Aquí también tenemos un principio en cuanto a nuestra obediencia a las leyes y


autoridades civiles, siempre estará supeditada a la lealtad a Dios. Por lo tanto
habrá momentos en que tengamos como creyentes por causa de la conciencia
o del testimonio, que tomar decisiones o medidas que no sean conforme a la
ley. Pero tenemos que atenernos a las
consecuencias legales, como iba a hacer Ester. Iba a correr un alto riesgo.

A veces estaremos puestos en una encrucijada que tendremos que elegir, o


estar cómodos o cumplir con la voluntad de Dios cueste lo que cueste.
Jesús nos exhorta a tener la misma actitud (Mt. 10:28 “No temáis...”)

Ahora es Mardoqueo quien obedece las órdenes de Ester. Es una relación


hermosa con un espíritu de sumisión y respeto mutuo.

La vida es una mezcla de luces y sombras, momentos de aflicción y otros

de gozo. Sabemos que nuestro peregrinaje atraviesa lugares hermosos y

otros duros y costosos. Sin embargo proseguimos en el camino, creyendo

que un día, por la gracia de Dios, llegaremos a la Miss Persia


Escrito por Pilar Herrera en 30 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres

(Ester 2:1-23)

Anuncio del concurso de belleza (vv.1-4).

Pasaron varios años desde el primer capítulo hasta el segundo. El rey Asuero
había estado ocupado en batallas que por cierto perdió. Sus criados le animan a
buscar a otra mujer en lugar de Vasti, y se anuncia un concurso de belleza. No
es muy claro pero parece ser que casi todas las vírgenes jóvenes del reino eran
llevadas a palacio para este concurso de belleza (vv.2-3).

Los únicos requisitos eran: ser vírgenes, jóvenes y guapas. Vaya manera de
elegir a una futura esposa y reina.

Al rey le agradó la idea y así se hizo.

Preparación de la concursante Esther (vv.5-11).


¿Qué sabemos de Ester?:

Su familia: era huérfana, judía, de los transportados de Jerusalén. Mardoqueo,


su primo la adoptó y la crió como si fuera su hija cuando quedó huérfana.
Su nombre: Hadasa (mirto, un árbol con flores aromáticos) era su nombre
hebreo, y Ester (estrella) el persa.
Su aspecto: de hermosa figura y buen parecer.
Su carácter: poco se nos dice de su carácter, pero por lo que vemos en la
historia, era obediente a su primo Mardoqueo y muy prudente. Sabía callar, una
cualidad que nos falta a las mujeres. ¿Por qué? No declaró que era judía, como
le mandó Mardoqueo. Quizás tenía miedo de que si lo descubrían la echarían e
incluso la matarían.
Esther agradó al eunuco que cuidaba de las mujeres y le dio 7 doncellas
especiales para su cuidado y la mejor casa, le proveyó de perfumes.

Mardoqueo se preocupaba por ella y cada día se acercaba al patio de la casa


para saber cómo le iba a Esther.

Comienzo del concurso (vv.12-15).

Las concursantes tenían que estar durante un año preparándose antes de venir
ante el rey. Seis meses con aceite de mirra y otros seis con perfumes. Una de las
razones para estar tanto tiempo preparándose, es para saber si alguna mujer
estaba embarazada y así no engañar al rey creyendo que su hijo era de él.

Las mujeres eran traídas delante del rey, pero no para bailar y cenar sino para
tener relaciones con el rey, y a la mañana siguiente eran llevadas a otro harem
(v.14). Si la doncella agradaba al rey, la llamaba otra vez y si no, tendría una vida
solitaria en cuanto a hombres se refiere, ya no podían salir de allí ni casarse con
otros hombres.

Ester ganó el favor de todos los que la veían (v.15). No procuró adornarse con
extras, confió en su belleza natural y el eunuco le dio algunos consejos de cómo
comportarse ante el rey.

Y la ganadora es… ¡Ester! (vv.16-18).

Llegó el turno para Ester, según el v.16 fue llevada en el 7º año del reinado de
Asuero, y las fiestas del primer capítulo las hizo en su tercer año de reinado
(1:3); por lo tanto habían pasado 4 años desde que dejó a Vasti.

Ester ganó el corazón de Asuero, y la amó más que a las demás mujeres. La
eligió reina y en su honor hizo un gran banquete.
Conspiración contra el rey (v.19-23).

Las vírgenes fueron reunidas por 2ª vez. Aunque el rey se casó con Ester, aún
seguía teniendo su harem de mujeres.

Ester seguía sin revelar su identidad como judía. Si lo hubiera hecho hubiera
sido descalificada en el concurso para ser reina.

También tenía oculto su relación con Mardoqueo, y por eso él no tenía acceso
directo con la reina.

Mardoqueo se entera de una conspiración para matar al rey estando a la puerta


de palacio. Informa a Ester y se descubre a los malvados y son castigados, pero
lo único que consiguió Mardoqueo fue que este caso se escribiera en las
crónicas del rey. Por supuesto veremos que este incidente si que tuvo su
importancia después.

Quizás Mardoqueo informó de este asunto a Ester por el hecho de que estaba
preocupado por ella. Quizás cuando mataran al rey, ella podría estar con él y
también podrían matarla.

Conclusiones.

1. Parece todo muy bonito como en un cuento que todo acaba bien pero,
¿hicieron bien Mardoqueo y Ester? Va a un concurso de belleza, cuando
sabemos que Dios mira el corazón y no lo externo (1 S. 16:7; Pr. 31:10, 30). El
medio de ganar es acostarse con el rey, o sea, fornicar, se casa con un pagano,
cuando para el pueblo de Dios eso no estaba bien a los ojos de Dios. ¿Qué
decimos a todo esto? No sabemos si Ester fue llevada a la fuerza o no. Quizás si
fue llevada a la fuerza esto tiene más excusa que si fuera voluntariamente.
También nos muestra que incluso cuando somos infieles y desobedientes a
Dios, Dios permanece fiel en su palabra y sus promesas. Como veremos al final
fue gracias a Ester que el pueblo de Israel no fue exterminado, y por lo tanto
pudo venir el Mesías, el Salvador.
2. El libro de Ester es acerca del providencial cuidado de Dios a pesar de los
pecados de su pueblo.
3. Todo lo que le pasó a Ester ¿era azar, casualidad? No, Dios tenía un plan y
Ester era parte de el. De la misma manera todo lo que nos pasa es porque
tenemos un lugar en el plan de Dios, sea para un propósito pequeño o grande,
pero Dios tiene una razón. Y para llevar a cabo su plan Dios puede usar la
maldad del hombre Gén.50:20.

gloriosa tierra celestial.


Maaca, la reina madre
Escrito por Pilar Herrera en 30 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres

(1 Reyes
15:1-8;  9-15;  2 Crónicas 15:16)

INTRODUCCIÓN:

Pocos versículos dedica la Biblia a esta mujer, pero los pocos versículos no son
muy halagüeños.

¿QUIÉN ERA ESTA MUJER?:

David entre sus hijos tuvo dos, Salomón y Absalón. Salomón tuvo un hijo
Roboam, y Absalón tuvo una hija Maaca. Roboam y Maaca eran primos y se
unieron en matrimonio. Tuvieron un hijo, Abiam = Abías, y este tuvo un hijo
llamado Asa.

Explicar un poco la vida de Absalón, como quiso quitarle el trono a su padre


David, y se rebeló contra él. En una revuelta se quedó enganchado por los pelos
en un árbol y lo mataron. Vemos por lo tanto el trasfondo familiar de Maaca,
cómo era su padre.

¿QUÉ CLASE DE MUJER ERA?:

Era una idólatra, que por su posición de reina y de reina madre, hizo un ídolo de
Asera: era un objeto cúltico que representaba la presencia de la diosa cananea
Asera. (Ex. 34:13) Dios ordenó derribarlas. Era de madera (Jue. 6:25-26). Los
cananeos creían que Asera gobernaba el mar, era la madre de todos los dioses.
Diosa de la fecundidad.

Perdió su posición política y de privilegios por ser una idólatra. No hay mucho
más que contar de esta mujer.

¿QUÉ APRENDEMOS DE ELLA?:

Por un lado mientras fue la reina (1 Reyes)


 

Ester (Ester 5-10)


Escrito por Pilar Herrera en 30 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Introducción:

Hacer un resumen de los cuatro capítulos anteriores. Nos quedamos en la


decisión de Ester de presentarse ante el rey Asuero para interceder por su
pueblo.

Ester invita al rey y a Amán a un banquete (Ester 5):

Si alguien se presentaba ante el rey sin ser llamado, moriría. Sin embargo
vemos en los vv. 1-4 como Ester halló gracia delante del rey. Él extendió el cetro
de oro para que se acercara, y no sólo eso sino que le ofreció la mitad del reino.
Sin embargo ella esperó al mejor momento y le invitó a un banquete con Amán.
Aún en el banquete él le dijo que cuál era su petición y ella no lo veía todavía
oportuno el pedírselo. Lo invitó a otro banquete al día siguiente con Amán.

Creo que muchas veces nos precipitamos a la hora de tomar decisiones y


somos muy impulsivas. Aquí tenemos un ejemplo de esperar al mejor
momento, sin prisas.

En los vv. 9-14 vemos como Amán a pesar de tenerlo todo no estaba contento
por la actitud de Mardoqueo. Este seguía sin postrarse ante él. Al llegar a su
casa llama a sus amigos y su mujer y alardeaba de todo lo que tenía, 10 hijos,
riquezas y de cómo la reina lo había invitado solo a él. Nunca estaba contento,
siempre quería más. Mardoqueo era como una espina.

Aquí aparece otra mujer, la mujer de Amán, Zeres, y sus amigos. Estos le
aconsejan que no espere a la fecha para matar a todos los judíos, sino que haga
una horca y mate a Mardoqueo. Y así lo hizo.

Fijaros lo poco que se habla de Zeres y ese poco es un mal consejo. Las mujeres
tenemos muchas responsabilidades en cuanto a nuestros maridos. Podemos
influenciarles o para bien o para mal. Seamos sabias.

Amán se ve obligado a honrar a Mardoqueo (Ester 6). En el v. 1 vemos que el rey


no pudo dormir aquella noche. Encontramos una serie de coincidencias, que
podemos ver una clara intervención de la providencia de Dios.

La primera que tuvo insomnio, no podía dormir. La segunda, mandó que le


leyeran el libro de las Memorias. La tercera es que sus lectores escogieran
precisamente aquella parte sobre la intervención de Mardoqueo para salvar la
vida al rey.

Son tres aparentes coincidencias, pero sabemos que las coincidencias no


existen y que todo era el plan providencial de Dios.

El rey preguntó si se le había hecho algo a Mardoqueo como paras premiarle,


pero contestaron que no. Quería recompensarle.

Y ahora llegamos a la mayor coincidencia de todas. Amán se presenta por el


patio, era muy temprano por la mañana, quizás él tampoco durmió esa noche
preparando la horca para Mardoqueo.

El rey lo manda llamar y antes de que Amán hiciera su petición el rey le


pregunta (vv. 6-9). Que ironía, Amán ha hecho planes para destruir a
Mardoqueo, y Asuero le manda que sea el instrumento de su exaltación.
Amán es tan egocéntrico que piensa que solo él puede ser esa persona. Amán
cae en sus propias redes y es humillado públicamente. Amán va a palacio con la
intención de ahorcar a su enemigo y sale con la obligación de honrarle. Que
amargura le produciría todo esto.

Después de su humillación no quiere ver a nadie ni que nadie le vea, solo quiere
esconderse, se cubre el rostro y corre a su casa avergonzado (1 S. 2:7-10).

Amán es ahorcado (Ester 7):

En los vv. 1-4 ya están otra vez en el banquete y el rey le pregunta a Ester por su
petición. Ester ve que es el momento adecuado y le cuenta su petición. El rey se
enfada tanto que pregunta quién es ese malvado v.6.

El rey se levanta y se va al huerto a pensar y Amán se deja dominar por el


terror, se postra ante la reina Ester y ruega por su vida. Se postró ante el diván
donde estaba la reina y el rey pasa en ese instante. Se piensa que quiere abusar
de la reina y manda que lo maten.

Amán cayó en su propia trampa (Sal. 9:15-16) Fue ahorcado en la horca que
había preparado para Mardoqueo.

Tengamos cuidado con buscar el mal de los demás. El injusto será juzgado por
la justicia humana y si se escapa, será juzgado por la justicia Divina.

Decreto de Asuero a favor de los judíos (Ester 8). Ahora el rey sabe que el
hombre que acaba de honrar es el padre
adoptivo de su esposa.

Mardoqueo vino a ser el primer ministro del imperio, el segundo en el reino.


¡Hay que ver cómo invierte Dios las posiciones de los soberbios y de los
humildes! Eso pasará cuando venga el Señor Jesucristo.

Ahora bien el decreto de matar a los judíos seguía en pie, por lo tanto Ester
sigue intercediendo por ellos al rey (vv. 5-6). Ester revela su inteligencia
presentando argumentos persuasivos y mostrando sus sentimientos.

El rey le da permiso a Mardoqueo y a Ester para que escriban cartas a todas las
provincias con otro decreto del rey. Porque un edicto del rey no se puede
revocar (v. 8). Ya habían pasado dos meses y diez días desde que Amán mandó
su primer decreto.

La carta que escribió Mardoqueo no era para anular la primera porque no se


podía, sino para reunirse como asamblea con el fin de organizarse para su
defensa. Notemos que los judíos no son los que van a tomar la iniciativa, sino
que van a defenderse contra aquellos que les ataquen. Se trata de una justa
autodefensa, no de una venganza arbitraria.

Las cartas salieron rápidamente a todas las provincias del imperio y en todos
los idiomas. Como consecuencia la ciudad de Susa se alegró y se regocijó (vv.
15-17).

Incluso algunos se hicieron judíos, quizás para salvar su vida, pero también al
ver la protección de Dios por su pueblo y el testimonio de muchos.

Los judíos destruyen a sus enemigos (Ester 9:1-15):

En estos versículos se narra cómo los judíos mataron a todos sus enemigos
incluidos los 10 hijos de Amán. La reina pidió al rey un día más para defenderse
y acabar con todos sus enemigos y se lo concedió.

Vemos algo muy curioso, los judíos no tocaron los bienes de sus enemigos.

No tenemos que buscar la venganza, pero sí la autodefensa. Los judíos se


hicieron una piña, se unieron, la fuerza está en la unidad y la solidaridad.

La fiesta del Purim (Ester 9:16-32):

Los judíos que estaban en otras ciudades mataron a sus enemigos el día 13 de
Adar, y el 14 lo hicieron fiesta. Pero los de la ciudad de Susa tuvieron dos días
de defenderse y al 15 lo hicieron fiesta. Por lo tanto Mardoqueo escribió cartas
a todos los judíos para que se celebraran los dos días el 14 y el 15. En su
celebración se añade otro detalle, regalos de comida, el envío de porciones de
comida sobre todo para los más pobres (v. 22).

Esta festividad se convertirá en una celebración anual, para que nunca se olvide
la gran liberación que los judíos habían experimentado. Mardoqueo era un
hombre generoso y práctico, que se acordó de los pobres (Sal. 41:1-2).

Esos días de fiesta son llamados Purim, por el nombre de Pur. Era una piedra
que Amán echó para la suerte. Él pensaba en la destrucción de los judíos y Dios
en su providencia lo cambió todo para la salvación de su pueblo y le muerte de
sus enemigos.

El libro de Ester empieza con un rey que gobernaba a base de ostentación y del
capricho, pero termina con un gobernante temeroso de Dios, y por tanto justo y
recto, que procuró el bienestar de su pueblo y habló paz para con todos.

Conclusión:
¿Qué podemos aprender de Ester? Fue una mujer muy valiente, paciente,
inteligente, con sentido común, dispuesta a interceder y luchar con todos los
medios lícitos a su alcance. Una mujer de oración y temerosa de Dios.

Es difícil imaginarse el curso de la historia sin esta mujer. Desde el punto de


vista humano, si no hubiese habido una reina Ester, no hubiera existido una
nación judía, sin la nación no habría existido el Mesías. Sin el Mesías, el mundo
estaría perdido.

Ester preparó el camino, para ella desconocido, de la venida de Cristo. Y a su


vez nosotros nos beneficiamos por la obra de Cristo en la cruz. Sin su obra no
tendríamos esperanza ni salvación.

Por lo tanto demos gracias a Dios por mujeres como Ester, pero sobre todo por
su Hijo que murió en la cruz y compró nuestra salvación y perdón de pecados.

Las dos conspiraciones


Escrito por Pilar Herrera en 30 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres

(ESTER 2:19-23; 3:1-15)

1) La conspiración contra el rey (2:19-23)

Las vírgenes fueron reunidas por segunda vez. Aunque el rey se casó con Ester,
aún seguía teniendo su harem de mujeres.

Ester seguía sin revelar su identidad como judía. Silo hubiera hecho hubiera
sido descalificada para ser reina.
También tenía oculto su relación con Mardoqueo, y por eso él no tenía acceso
directo con la reina.

Mardoqueo se entera de una conspiración para matar al rey estando a la puerta


de palacio. Informa a Ester y se descubre a los malvados y son castigados, pero
lo único que consiguió Mardoqueo fue que este caso se escribiera en las
crónicas del rey. Por supuesto veremos que este incidente si que tuvo su
importancia después.

Quizás Mardoqueo informó de este asunto a Ester por el hecho de que estaba
preocupado por ella. Quizás cuando mataran al rey, ella podría estar con él y
también podrían matarla. De cualquier modo todo salió bien.

2) La conspiración contra Mardoqueo y todos los judíos (3:1-15)

V.1: El rey Asuero nombra a Amán como su primer ministro, por encima de
todos los príncipes. Pero, Amán sale de ningún sitio y llega a ser el 2º más
poderoso del imperio Persa.

¿Quién era Amán? Era agagueo, y agagueo viene de Agag, que era nombre
común de los príncipes de Amalec. Ahora bien enÉxodo 17:16 y
en Deuteronomio 25:17, vemos que Amalec era un enemigo del pueblo de Dios,
de los judíos. Amalec era nieto de Esaú, y por lo tanto vemos que a través de la
Biblia, Amalec, Agag y los descendientes de Esaú, se nos
muestran como enemigos del pueblo de Dios. Y en este pasaje lo vamos a ver
muy claramente una vez más.

V.2: Todos los siervos se arrodillaban y se inclinaban ante Amán, pero


Mardoqueo no. ¿Por qué? Él pensaba que esa actitud de profunda reverencia
solo se le debe dar a Dios (Ap. 22:8-9) Solo hay que postrarse y adorar a Dios, ni
siquiera a un ángel. Si hubiera sido un gesto de respeto civil, no habría
problema, pero era más bien un tipo de adoración, los
consideraban como divinidades.

Creo que es muy importante que como creyentes tengamos esto muy claro y no
nos postremos ante nadie para adorar (Lucas 4:8).

Vv.3-4: Los siervos del rey y a la vez compañeros de Mardoqueo le insisten


en que se postre ante Amán. Como este no cede, ellos se chivan a Amán. ¿Por
qué? Para probarle, para ver si se mantenía en su dicho.

Vv.5-6: Amán se llenó de ira y quiso destruir no solo a Mardoqueo sino a


todos los judíos. ¿A que os suena esto? A la II Guerra Mundial y el exterminio
de los judíos por los nazis. Hasta que punto puede llegar el ser humano a su
maldad.

Tenemos que tener cuidado con nuestra ira y nuestro enojo, nos pueden llevar
a hacer cosas horrorosas y malvadas, como destruir la fama y honra de alguna
persona (Efesios 4:26).

V.7: Amán quiso consultar a los astrólogos y estar satisfecho con lo que iba
a hacer. Era un hombre supersticioso. Todo tipo de superstición es una forma
de temor, y el temor es enemigo de la fe. El temor es lo opuesto a la fe. ¿Qué
nos dice la Biblia de todo esto? (Dt. 18:9-11; Lv. 19:31) Hoy día es muy común
darse a estas cosas pero son abominables delante de Dios (2 R. 23:5).

Amán esperó el tiempo oportuno, quería estar seguro del momento adecuado
para llevar a cabo su venganza. Esto lo decidía tirando los dados. La suerte cayó
sobre el último mes, el doceavo, el mes de Adar y el día 15 del mes. Merecía la
pena esperar porque la suerte estaba con Amán.

En la providencia de Dios, este retraso dio tiempo para que el decreto del rey
cambiara.

Vv.8-9: Amán no va con la verdad al rey. Se acerca al rey de manera astuta, no


mencionó a los judíos por nombre, pero se aseguró el permiso del rey para
destruirlos. Amán puso dos incentivos ante el rey:

 Se quitaría del medio a un pueblo rebelde.


 Su generosa contribución al tesoro del rey con la confiscación de las
posesiones de los judíos (unos 3.000.000 euros). Amán usó de medias mentiras
y exageraciones. Representó al pueblo judío como rebelde y peligroso (Jer.
29:7). Decir que no obedecían las leyes del rey era pervertir los hechos... Amán
abusó de su poder, era un hombre arrogante.

Tengamos cuidado con las exageraciones y como contamos los hechos de las
cosas. La mayoría de las veces añadimos o quitamos según nos conviene. Que
seamos veraces en lo que decimos.

Vv.10-11: El rey dándole el anillo a Amán le da vía libre de hacer lo que


quiera con los judíos. Es una pena que no hubiera investigado el caso. Confió
plenamente en él y no pidió más explicaciones.

En todos los asuntos de conflicto siempre hay dos partes y hay que escuchar a
las dos partes para saber y entender bien el problema antes de buscar
soluciones. Es muy fácil cuando alguien nos cuenta algo que nos cae bien y le
creemos a pies juntillas, sin escuchar la otra versión.

Vv.12-14: Se escriben los comunicados reales a todos los sitios del reino
persa. Se escriben cartas a todos los gobernantes y príncipes, comunicándoles
la noticia de matar a todos los judíos. No tuvo misericordia, a todos hombres,
mujeres y niños. Era una barbaridad.

Lo que esto significa es que el pueblo entero tenía que matar a cualquier amigo,
vecino o conocido judío que tuviera. Su maldad la extendió a todo el pueblo.

Cuidado que en nuestra maldad no arrastremos a otros a actuar de la misma


manera impía como nosotros.

V.15: ¡Qué imagen tan grotesca! Tenemos al rey y a Amán bebiendo vino en el


palacio y mientras tanto toda la ciudad de Susa estaba conmovida. No podían
creer lo que estaban oyendo. Estaban como trastornados, conmovidos:
perturbación violenta del ánimo o del cuerpo.

Conclusión:

Todo este capítulo no ha salido Ester en ningún momento, pero saldrá en el que
viene. Ahora bien, ¿qué podemos aprender nosotras? Que la maldad del
hombre es grande y que no hacemos las mismas o peores cosas porque Dios
mismo nos frena, pero no porque no seamos capaces.

El creyente tiene que ser diferente del no creyente. Tenemos que mostrar el
fruto del Espíritu en nuestra vida. Se tiene que ver que Jesús ha muerto por
nosotros, que nos ha perdonado y salvado para vivir vidas santas y justas. Si no
es así, tenemos que preguntarnos si realmente somos salvos.

El verdadero creyente solo se va a apoyar en la Palabra de Dios como única

y perfecta guía. Necesitamos la ayuda del Espíritu par vivir en este mundo

tan frívolo y tan pecaminoso, que a Vasti, la reina que


perdió el trono
Escrito por Pilar Herrera en 30 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres
(Ester 1:1-22)

Introducción:

Algunos personajes bíblicos son como los cometas que se acercan a la Tierra,
son visibles por un breve tiempo, y luego desaparecen para no volver jamás.
¿De dónde vienen, adónde van? Nadie lo sabe. Así ocurre con nuestro personaje
de hoy, la reina Vasti. No sabemos mucho de ella, pero el único acontecimiento
que tenemos de ella, nos revela una persona íntegra y valiente. Se nos narra su
historia en el libro de Ester.

El libro de Ester es una historia verídica, real. Ha habido gente que han querido
quitar este libro de la Biblia porque curiosamente no se menciona el nombre de
Dios en ninguna parte, ni se habla de la salvación propiamente dicha, ni del
cielo ni del infierno etc. Pero eso no quita que en el libro se vea la mano
invisible de Dios controlando las circunstancias de la historia y, protegiendo a su
pueblo del exterminio total.

Después de que los israelitas fueron llevados en cautiverio a Babilonia, ésta fue
conquistada por Persia y muchos judíos fueron dispersados por el mundo. Ester
era una de las israelitas llevadas en cautiverio a Persia. Sin embargo el libro de
Ester no empieza con ella, sino con la historia de Vasti.

Las fiestas v.1-9:

El rey Asuero (Jerjes) era rey de Persia y su mujer, la reina, era Vasti. Este Asuero
era hijo de Darío y nieto de Ciro, el persa, los dos se mencionan en la Biblia.
Asuero era el monarca más poderoso de su tiempo, reinaba sobre 137
provincias. Persia fue un poder mundial hasta el año 330 a.c., fecha en la que
fue conquistada por Alejandro Magno.

En este ambiente de riqueza y esplendor, Asuero hizo un banquete para los


príncipes y nobles de sus provincias. ¡La fiesta duró seis meses! durante la cual
mostró las riquezas de su reino, toda la gloria y poder de su reinado.

Para finalizar este espléndido banquete, hizo otro por siete días en el patio del
huerto del palacio real. Esta vez era para todos los habitantes de la capital del
imperio, la ciudad de Susa. Había comida y bebida para todos y sin límites. ¡Qué
derroche!

También la reina Vasti por su cuenta hizo otro banquete para las mujeres. No
era de etiqueta que estuvieran juntos los hombres con las mujeres, por eso
Vasti estaba en el palacio pero en los aposentos para las mujeres. Ni siquiera
podía estar con su marido el rey hasta que él no la llamara.

Así que, se celebraron tres fiestas en el palacio del rey, mostrando su esplendor,
gloria y riquezas. Hasta los vasos y las copas eran de oro y de plata.

Hoy día podemos aplicar esto a cómo gastamos nuestros bienes y posesiones.
Qué actitud tenemos cuando mostramos nuestras posesiones y hablamos de
ellas. Debemos tener una actitud humilde y de agradecimiento a Dios, porque
todo lo que tenemos viene de Él.

La petición del rey v.10-12:

El último día de la fiesta como guinda al pastel, mandó a sus eunucos (hombres
castrados, con la obligación de cuidar al harén de mujeres del rey) que le
trajeran a la reina Vasti con la corona, para mostrar la gran belleza de su mujer.
Fue una petición necia y como consecuencia de mucho vino. Tenemos que
tener cuidado con la bebida, ha destruido muchas vidas y hogares (Pr. 20:1; Efe.
5:18; Gá. 5:21).

Si el rey no hubiera estado bebido seguro que no le hubiera pedido eso a la


reina. Era cosa muy vergonzosa para una mujer aparecer sin velo ante cualquier
otro hombre que no fuese su marido. Era una humillación para Vasti y ella se
sentía como que la estaba exhibiendo como otra de sus posesiones.

La negativa de Vasti:

Hasta donde sabemos, Vasti no adoraba a Dios y por lo tanto era unareina
pagana. Sin embargo su firma convicción y su modestia pueden avergonzar a
muchos cristianos hoy día. Vasti tomó una rápida decisión. Defendió su honor
como mujer y como reina. Rebajarse para exhibirse como una vulgar mujer, no
era digno de ella. Pese a las consecuencias, prefirió arriesgarlo todo antes de
torcer su concepto de rectitud y pureza. Por lo tanto se negó a obedecer al rey.

¡Qué lección aprendemos aquí! Hay veces como creyentes que aunque
perdamos cosas materiales o posición, tenemos que ser fieles a nuestros
principios cristianos, aunque el coste a veces sea muy caro, algunos incluso lo
han pagado con su propia vida. Tenemos que ser fieles hasta la muerte.
Tenemos que aprender a decir que “no” a muchas cosas, tener las ideas y
convicciones firmes. Tenemos ejemplos como José, Moisés etc.

Las consecuencias de su negativa v.13-22:

Buscando consejo de los sabios, el rey decide destituir a Vasti de la corona y los
sabios le aconsejan hacer un decreto, una ley, que se de a conocer por todo el
reino para que no haya una revolución femenina con respecto a sus esposos. El
rey lo acepta y lo da a conocer al pueblo. De un solo golpe a Vasti se la despojó
de sus honores como reina, echada del palacio y relegada a una celda en el
harén real. Su negativa le costó todo, pero pudo conservar su honor y virtud.

Alguien podía decir que ¿no es cierto que la Biblia enseñe que las mujeres
tienen que someterse a sus esposos? ¿No es esto una contradicción? La
obediencia está limitada siempre por la Palabra de Dios (Hch. 4:19).

Debemos tener suficiente valor para ir contra corriente y saber decir “no”. Ojalá
haya muchas Vastis modernas que se negó a tal petición y que estemos
dispuestas a pagar cualquier precio por mantener la verdad y las virtudes
cristianas. Vasti, aun siendo pagana, es un buen ejemplo para nosotras.

lo bueno llaman malo y a lo malo bueno.

Pasó la siega, terminó el verano


Escrito por Pilar Herrera en 30 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres
Jeremías 8:20

“Pasó la siega, terminó el verano, y nosotros no hemos sido salvos”.

Quiero que nos centremos en este versículo en concreto, vino a mi mente


porque ya acabó la siega, ya va acabar el verano, y quizás algunas tengan que
decir esta declaración: “Pasó…”

El contexto del versículo es cuando el pueblo de Israel pecó grandemente


contra Dios, y Dios a través del profeta Jeremías le envía un mensaje. Vendrían
unos pueblos enemigos del norte y se los llevarían cautivos a Babilonia, durante
70 años estarían allí. El pueblo no se lo creía, vivía muy bien y pensaban que
nunca les vendría este castigo. Cuando llegó el ejército de Nabucodonosor, sitió
la ciudad de Jerusalén durante dos años y no pudieron aguantar más. Por eso
viene ese clamor de
Jeremías, “Pasó…”

El pueblo de Israel fue rebelde a la palabra de Dios, se le amonestaba una y otra


vez, y no querían escuchar. Eran rebeldes. Habían abandonado a Dios y
pecaban desenfrenadamente:

 Jer. 5:2-3
 Jer. 6:7-8; 16-17
 Jer. 7:23-24
 Jer. 9:4-6; 13-14

Hoy día podemos vernos reflejados en esta misma situación como creyentes o
como no creyentes.

El tiempo va pasando, los días, las semanas, los meses, las estaciones, los años,
y ¡tú no has sido salva!
Tú conoces el camino de la salvación, está en la Biblia, has oído de él en la
iglesia, desde el púlpito, aquí en reuniones de mujeres, quizás a través de algún
creyente, y sin embargo, lo has rechazado, “Pasó… ¡y no eres salva!”

El pueblo de Israel no tenía excusa delante de Dios por su pecado, se le dieron


tantas oportunidades, Jeremías 9:7. Contigo pasará lo mismo, Dios te ha
hablado tanto y de tantas maneras, y qué le vas a decir.

Dios les habló a ellos muchas veces a través de los profetas y a través de
Jeremías. El Espíritu Santo te ha hablado muchas veces, te ha bendecido
escuchando su Palabra, y sin embargo todavía no tienes a Cristo, ¡no eres salva!
¿Qué más se puede hacer por ti?

¿Te has preguntado alguna vez si serás salva algún día? Podrás pensar que no
ha llegado el momento conveniente, pero ¿llegará? ¿cuándo? ¿habrá alguna
estación que te convenga para que creas en Cristo? “¡Pasó …. Y tú no has sido
salva!

El pueblo que vivía en Jerusalén pensaba que nunca llegaría el día del castigo,
vivían muy cómodamente, pero cuando menos esperaban, ese día llegó, vino el
ejército enemigo y se los llevó cautivos.

Imagina que mueres sin ser salva ¿qué será de ti? Serás castigada en el infierno,
separada de los creyentes y de la gloria de Dios, ¿quiéres eso para ti? ¡Espero
que no!

Sé sabia y busca la salvación. ¿Quién la tiene y te la puede dar? (Jer.


17:14; 24:7; 29:10-13); Dios hará un pacto nuevo con su pueblo y contigo (Jer.
31:33-34).

Busca Al Señor con todo tu corazón, arrepiéntete de tu pecado, humíllate ante


Dios, que no pase otra estación sin que seas salva. “Pasó… y yo no he sido
salva”.

Ahora, ahora y hoy es el día de la salvación, por lo tanto, no endurezcáis


vuestros corazones, ¡cree y vive!

Que puedas decir: “¡Pasó la siega, terminó el verano, y yo si he sido salva”!

La puerta estrecha
Escrito por Pilar Herrera en 30 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres
(Mateo 7:13-14)

Introducción.

Cada día tenemos que hacer decisiones, la vida llega a ser un asunto de tomar
decisiones constantemente. Decidimos sobre a qué hora nos levantamos, qué
nos vamos a poner, qué vamos a comer, dónde vamos o qué haremos.

Vamos a leer dos versículos en los que Jesús después de casi acabar el sermón
del monte, llega al punto de que quiere que hagamos una decisión. De todas las
decisiones que hacemos en la vida, inevitablemente, hay una decisión final que
debemos tomar ¿dónde pasaremos la eternidad? De esto van los dos versículos,
de la elección más importante que tenemos que hacer.

Dios siempre ha ofrecido esta decisión de elegir:

1. Con Moisés: (Dt. 30:19)


2. Josué: (Jos. 24:15)
3. Jeremías: (Jer. 21:8)
4. Elías: (1 R. 18:21)

La decisión radica en elegir la vida o la muerte. La elección es clara. En estos dos


versículos se nos habla de que solo hay dos caminos: el estrecho y el ancho. No
hay alternativas.

Hay gente que piensa que el camino estrecho son los buenos, los religiosos y el
ancho los malos, los pecadores. Pero no es así.

El ancho son los que quieren llegar al cielo por sus propios medios, obras,
esfuerzos, sacrificios. Y el estrecho es el que se da cuenta que por sus propios
méritos no puede y confía en la gracia y los méritos de Cristo. Jesús quiere
mostrar a los fariseos, a los religiosos que son incapaces de salvarse a sí
mismos. Que su pecado les condena delante de Dios. Que tienen que
replantearse su decisión y volver a elegir el camino estrecho.

Hay dos puertas, dos caminos y dos destinos. Hay dos tipos de caminantes, los
pocos y los muchos. En los pasajes siguientes se ve también muy claro que hay
dos tipos de árboles, bueno y malo. Hay dos tipos de frutos, buenos y malos.
Hay dos constructores, sabios y necios. Hay dos cimientos, la roca y la arena.
Hay dos casas, la que resistió y la que se cayó.

Jesús al final de su sermón quiere una respuesta de la gente, quiere que


decidan.

HAY DOS PUERTAS:

1) LA PUERTA ESTRECHA.

Hay dos puertas antes de entrar en los caminos. Jesús nos manda casi con
urgencia que entremos por la puerta estrecha. Demanda acción: “Entrad”.
Ahora es el tiempo, Dios nos está llamando, “entrad”.

Nos compara esta puerta estrecha con la ancha, pero no nos dice que entremos
por la ancha sino por la estrecha.

En otros lugares de la Escritura, nos dice que Cristo es la puerta,


metafóricamente, claro está (Jn. 10:7-9). Cristo también es el único camino de
salvación. No hay más alternativas (Jn. 14:6; He. 4:12; 1 Ti. 2:5).

¿Por qué? Porque Cristo cargó con nuestros pecados en la cruz y si confiamos
en Él y nos arrepentimos de nuestros pecados, Él nos perdona y nos salva. Por
eso no hay otro, porque nadie ha podido hacer el sacrificio que Él hizo. Entrar es
difícil (Lc. 13:24) “esforzaos”, implica agonizar. Hay gente que después de
encontrar la puerta, no quiere entrar. Uno se tiene que humillar y reconocer su
pecado e incapacidad para salvarse.

Cuando uno entra por la puerta que es Cristo, se convierte en una nueva
persona. Hay una transformación completa en tu vida. No quieres pecar,
querrás obedecer la Palabra de Dios y amarás a los creyentes.

2) LA PUERTA ANCHA.

El contraste es obvio. Son muchos los que entran. Es fácil entrar. Puedes ir con
tus pecados o religiosidad. No se necesita fe ni arrepentimiento.

HAY DOS CAMINOS:


1) EL CAMINO ANCHO.

Es fácil de andar por él. Sigue la corriente, lo que hace la mayoría. No hay
normas, puedes llevar todos tus pecados. No requiere nada de ti.

2) EL CAMINO ESTRECHO.

Literalmente es como un camino estrecho al lado de un precipicio. Es duro, es


difícil, vas contracorriente (Mt. 11:30), la dureza del camino la llevó Cristo
mismo. Dios mismo nos dará la gracia y fortaleza para andar por el camino
estrecho.

HAY DOS DESTINOS:

1) LA PERDICIÓN: El camino ancho nos lleva a la perdición, se refiere al estado


último, al juicio eterno del infierno.

2) LA VIDA ETERNA: El camino estrecho nos lleva a la vida eterna de gozo con
Dios.

CONCLUSIÓN:

La decisión es tuya. Considera el destino que quieres: cielo o infierno. Elige bien
porque lo que te juegas es tu alma, no te vayas a sorprender el día del juicio y te
quedes fuera. El no tomar una decisión, significa que ya la has hecho.

Cámbiate de camino, vuelve a entrar pero por la puerta estrecha que es Cristo.
Te está llamando, “Entrad, venid” y vivid.

La sunamita
Escrito por Pilar Herrera en 30 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres
2 Reyes 4:8-37; 8:1-6

Su espíritu hospitalario (4:8-11).

Eliseo por su trabajo de profeta tenía que viajar mucho, ya fuera para ministrar
a las personas o a enseñar en escuelas de profetas. Él tenía su casa en el monte
Carmelo (v.25).

Sunem era una ciudad de Isacar, estaba a unos 30 ó 35 Km. del monte Carmelo.

Allí vivía una mujer importante, una gran mujer en riquezas, benevolencia,
piedad, hospitalaria. Esto era lo que le hacía ser una mujer importante o
grande. Estaba casada pero no tenía hijos y su marido era más viejo que ella
(v.14).

Lo que más destaca en estos primeros versículos es su hospitalidad: ¿qué es ser


hospitalarios? Es mostrar amistad a los extraños, no a los conocidos. Ya sabéis
que en el Nuevo Testamento se nos exhorta a ser hospitalarios. ¿Lo eres? ¿O
tienes tu casa como si fuera un castillo, que no puede pasar nadie? Tenemos
que tener hogares abiertos al servicio del
Señor.

¿En qué se muestra que era hospitalaria? Invitaba a Eliseo insistentemente:


insistir, importunar con repetición y tenacidad por el logro de algo. Le invitaba a
comer y a quedarse cuando pasara por allí. Ella con el tiempo y conforme iba
conociendo a Eliseo, se dio cuenta que era “un varón santo de Dios”. Era un
hombre que se veía y se mostraba con su comportamiento y sus palabras que
era santo, apartado para Dios y su servicio. Ella quería ir un paso más allá, y le
sugirió a su marido hacerle una habitación para que se quedara cuando y
cuanto quisiera. Es muy bueno tener una habitación de invitados, con lo más
básico. Ella tomó la iniciativa y se lo contó a su marido, y así lo hicieron.

Su espíritu de contentamiento (4:12-13).

De alguna manera Eliseo quería agradecer y recompensar a esta mujer por su


hospitalidad y generosidad, y le ofrece hablar al rey o al general, a gente de
influencia por si necesita algo. La respuesta de ella fue directa y sencilla. Estaba
feliz y contenta con lo que tenía y no quería favores de nadie. ¡Qué lección
tenemos aquí! El contentamiento (1 Timoteo 6:6-10), darse por contento
cualquiera que sea la situación.

¿Tenemos esta actitud de contentarnos, o estamos siempre con quejas por el


trabajo, la salud, la familia et.?

Su recompensa por su servicio (4:14-17).

El criado de Eliseo, Giezi, le dice que no tiene hijos y que su marido es viejo,
quizás las posibilidades de quedarse embarazada eran prácticamente nulas. Por
lo tanto, Eliseo quiere agradecerle su hospitalidad con hechos concretos y lo
hace prometiéndole un hijo para el año que viene (v.16). Ella casi no se lo cree,
se piensa que se burla de ella.

Creo que podemos sacar otra lección de esto. ¿Cómo expresamos nuestra
gratitud a Dios y a las personas? Que digan ideas. Acordaros de los 10 leprosos
sanados por el Señor, sólo uno volvió a darle las gracias.

Su prueba durísima (4:18-21).

Al hijo de la sunamita, que tendría 6 ó 7 años, le dio una insolación y se murió.


Tuvo que ser un shock. ¿Cómo podía ocurrir eso? ¿No fue Dios quién le dio la
promesa de tener un hijo? ¿Por qué se lo quita ahora? ¿Qué podía hacer en ese
trance tan duro? Buscar a Dios a través del profeta. Ella sabía que Dios es
todopoderoso, y que haría algo.

Su gran paz y dominio propio (4:22-27).

No pensó ni por un momento en los arreglos para el entierro de su hijo, sino


que su fe era tan grande y su confianza tan firme en que Dios haría algo que ni
siquiera se lo dijo a su marido, sino que fue directamente en busca de Eliseo.

El carácter verdadero de una persona se revela en tiempos de crisis y a través


de esta prueba se manifestó el temple de carácter de la sunamita. Muchas se
hubieran derretido en lágrimas, otras hubieran perdido su fe, pero ella
conservó su dominio propio y fue a buscar al varón de Dios y su fe se fortaleció
más y más.

El (v.23) nos muestra que había tiempos especiales cuando era costumbre
visitar al profeta por ser tiempo de sacrificios o cosas parecidas.

Seguro que le llevó bastante tiempo llegar al monte Carmelo donde vivía Eliseo.
Cuando lo vio se postró a sus pies y Giezi quiso quitarla, pero él la dejó. Sabía
que necesitaba llorar y expresar lo que le pasaba y sentía. Muchas veces
queremos guardar tanto el protocolo que no dejamos que las personas
expresen sus emociones y sentimientos. A veces en situaciones de pérdida es
mejor no decir nada y escuchar, estar ala lado del que sufre en silencio, que dar
un sermón, porque en esos momentos las palabras sobran.

Su gran esperanza (4:28-37).

Ella sabía que Dios estaba en control de todo y que lo podía levantar de los
muertos (He. 11:35).

Eliseo mandó a Giezi primero con su báculo para tocar al niño, pero no resultó.
Delegar es algo bueno que hay que hacer, y hay muchas cosas que necesitamos
delegar a otros para que nos ayuden. Pero hay veces que delegar no es lo
correcto y tenemos que hacer nosotros el trabajo.

Por lo tanto ante la insistencia de la sunamita, Eliseo fue a su casa y oró por el
niño. Se postró sobre él, le dio su calor y volvió a orar. El niño estornudó siete
veces y recobró la vida. Después llamó a su madre y se lo dio. Se echó a sus pies
para agradecerle lo que había hecho, y después tomó al niño.

Ella tenía una gran esperanza en que su hijo resucitara. Contar un ejemplo: Un
pastor estaba de viaje en un avión y se sentó a su lado un joven. Empezaron a
hablar del evangelio. El chico le dijo quetenía un problema con la resurrección,
porque médicamente es imposible. El pastor le dijo: “No, tú no tienes un
problema con la resurrección, tú tienes un problema con el concepto de Dios.

Una vez que admitas la posibilidad de que hay un Dios, entonces el problema
de la resurrección desaparece, porque Dios tiene la habilidad de hacer cosas
supernaturales e inesperadas. Si hay un Dios, puede levantar a los muertos, si
no hay un
Dios, no hay resurrección de muertos.”

¿Tienes tú esa esperanza de que un día resucitarás? Confía, porque para Dios
no hay nada imposible.
Su pronta obediencia (8:1-2).

Eliseo sabiendo que iba a ver una hambruna durante 7 años, avisa a la
sunamita, y le aconseja que deje su casa y posesiones y se vaya a otro país para
que no sufran las consecuencias del hambre. Ella sin dudarla obedece
inmediatamente a la voz del profeta, y se va a tierra de los filisteos.

Su protección divina (8:3-6).

Al pasar los 7 años vuelven a su ciudad y a su casa. Pero susposesiones habían


sido quitadas y como mujer activa y emprendedora, va a ver al rey para
gestionar que se le devuelva sus posesiones, conforme a la ley.

En esos momentos que ella visita al rey, allí estaba y no sabemos por qué, Giezi,
hablando al rey de los milagros de Eliseo. Cuando le comentó sobre la
resurrección del hijo de la sunamita, ella misma entra por la puerta con su hijo.
Ni un minuto antes ni un minuto después. ¿Coincidencia o plan divino?

Este hecho no es una coincidencia: dos cosas o acontecimientos ocurren a un


mismo tiempo, sino un plan. Ha sido planeado de antemano por la mano
escondida de la providencia de Dios.

Justo cuando Giezi estaba hablando de la mujer y el milagro, aparecen, ¡vaya


coincidencia! No era coincidencia, era Dios dirigiendo los sucesos para que
ocurrieran en el momento exacto.

Ahora bien, ¿por qué Dios incluye esta historia en la Biblia? No fue un milagro
espectacular, ni siquiera está presente Eliseo. ¿Por qué están estos pocos
versículos en la Biblia? Para mostrarnos que los milagros ocurren cada día, bajo
lo que muchas veces llamamos coincidencia. Bajo esta pequeña historia, está
una gran doctrina: la doctrina de la providencia personal: Dios en su gracia
dirige incidentes y sucesos aparentemente al azar en nuestras vidas, a una serie
de milagros diarios, que juntándolos cumplen en nosotros su planeada y
preciosa voluntad.

Hay un Dios que gobierna el mundo, por lo tanto las cosas no pasan por
casualidad, ni el más mínimo suceso, sino todo sucede por una dirección divina.

Nuestras vidas llegan a ser una serie de pequeños milagros diarios, y Su


cuidado se ve en lo que llamamos coincidencias que ocurren cada día. Ejemplo:
Gedeones. John Nocholson fue a un hotel en 1898 en Wisconsin, a las 9´00h.
Tuvo que compartir su habitación con otro hombre Samuel Hill. Se puso a leer
la Biblia y estuvieron orando y hablando de las
necesidades de los cristianos que viajan. Decidieron formar los Gedeones, que
reparten 1 millón de copias de la biblia en todo el mundo cada 6 días. ¿Fue
coincidencia? Yo creo que no.

Este es todo lo que nos dice la Biblia de esta mujer anónima, la sunamita, pero
que es un ejemplo de carácter y fe cristianos. Que el Señor nos use como usó a
esta gran mujer.

La viuda anónima
Escrito por Pilar Herrera en 30 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres

(2º Reyes 4:1-7)

Introducción:

Cuándo estamos al límite, por ejemplo:

 Cuando tienes problemas con tus hijos.


 Cuando tu matrimonio hace aguas.
 Cuando tus problemas en el trabajo parece que no hay salida.
 Cuando no te llega el dinero a fin de mes.
 Cuando pierdes a un ser querido y no puedes escapar del dolor y la pena.

¿Qué hacemos en estas situaciones? Creo que este pasaje nos será de ayuda.

Dios conoce nuestros problemas y circunstancias: v.1

Fijémonos en la situación de esta mujer:

 Había desesperación en su familia: la palabra “clamó” significa: llorar


incontrolablemente. Es en sonido de un corazón roto. Ella busca al varón de
Dios en los momentos más bajos de su vida, está desesperada. ¿Has estado
alguna vez así?
 Había muerte en su familia: estaba casada con un hijo de profeta: eran
hombres que se preparaban en escuelas de profetas y predicadores bajo la
supervisión de Eliseo en Israel. Su marido había muerto y ella está rota. ¿Has
estado alguna vez así?
 Había deudas en su familia: desde que murió su marido no podía pagar lo
que debía. Como consecuencia sus acreedores quieren llevarse a dos de sus
hijos a cambio para ser sus siervos (Lv. 25:39). Había perdido a su marido y
ahora iba a perder a sus hijos. ¿Has estado así alguna vez?
 Había devoción en su familia: su marido era temeroso de Dios y ella
también. A pesar de sus problemas se mantiene firme en la fe. Ella necesita
ayuda, pero no va pidiendo dinero prestado, o yendo a su familia. En su
desesperación ve en busca del profeta Eliseo, era su mejor esperanza, busca a
Dios a través de él. Ella no ve solución a su problema, pero sabe que Dios si lo
ve, y hará algo para su situación.

Cada persona aquí presente va a llegar a ese punto tan bajo en su vida, será en
el futuro, algunas ya han pasado por él y podéis dar testimonio de ello. Otras
quizás lo están pasando ahora mismo. Todas tendremos nuestros días de
problemas (Job 14:1; Jn. 16:33).

Cuando llegues a ese punto, la gente, el mundo y el diablo, te dirán que a Dios
no le importas, que no se preocupa de ti. De hecho, es todo lo contrario (Pr.
15:3; 2 Cr. 16:9). Él ve todo lo que te pasa, nada está escondido y se preocupa
(He. 4:15; 1 P. 5:7).

Estos versículos nos enseñan que nuestros problemas, aunque parezcan como
montañas a nuestros ojos, si buscamos al Señor pidiendo su ayuda, Él nos
cuida, Él es capaz y Él obrará.

Dios quiere aumentar su fe: vv.2-4

Hubiera sido fácil para Eliseo haber dicho:”Está bien, hermana, vete a tu casa, ya
has sufrido demasiado, y espera que Dios obre”. En vez de eso Dios quiere
involucrar a la viuda en su milagro. Dios nos ayudo contando con lo poco que
tenemos. Con la pregunta: ¿qué tienes en tu casa? Ella ve la pequeñez de sus
recursos, necesitaba mucho y tenía poco.
Dios quiere que seamos colaboradores de Él.
Recordemos el dicho del misionero Guillermo Carey:”Pidamos grandes cosas a
Dios y emprendamos grandes cosas para Dios”. Él quiere usar lo poco que
tengamos, es una manera de levantar y aumentar nuestra fe. ¿Cómo lo hizo?:

V.3: Aumentó su fe públicamente:

Se le manda que tome prestado de sus vecinos todas las vasijas vacías que
pueda. ¡Qué mandato más extraño! ¿Cómo lo explicaría a sus vecinos? Esto lo
usó Dios para que hablara a sus vecinos. Nuestro testimonio es mucho mayor
de lo que nosotros nos suponemos. Cuando pasamos por problemas y
dificultades, el cómo respondemos a ellas, hablará a aquellos que nos observan.

Vv.4-5: Aumentó su fe personal y privadamente:

La viuda obedeció al Señor, pidió prestadas vasijas y ella y sus hijos se


encerraron en casa y, confiaron en que Dios haría lo que había prometido.

Pensar en la imagen, la viuda con sus hijos y todas las vasijas vacías. Los niños
preguntando y ella contestando que no sabía, pero que confiaba en que Dios
iba a hacer algo grande.

Allí iban a aprender una lección, que Dios es todopoderoso e iba a suplir sus
necesidades.

Dios hizo un milagro en la privacidad de su casa, que sería hecho público.

Vv.5-7: La grandeza de la provisión de Dios:

La lección de la provisión de Dios: Dios hará lo que ha prometido. Eliseo


prometió que el Señor llenaría sus vasijas, y lo hizo. Dios cumplirá todas sus
promesas contigo también.

El aceite fluyó hasta que se gastaron las vasijas. No hubo límite en la cantidad
de aceite. Dios dio hasta que todas las vasijas se llenaron, paró cuando ya no
había más vasijas que llenar.

Muchas veces el Señor no nos da más porque no le damos vasijas vacías para
llenar. Quizás nos llena una o dos y ya estamos satisfechos. Deberíamos estar
siempre con hambre y sed del Señor, que nos bendiga más.

Cuando acabó todo, había aceite suficiente para pagar a sus acreedores y
además para vivir con sus hijos. ¡Había mucho más de lo que necesitaba! Dios
hizo más de lo que la viuda se podía imaginar.
La viuda al vender el aceite le daría oportunidad de dar testimonio a la gente, ya
que los vecinos sabían de su pobreza. Pudo glorificar a Dios contando el milagro
que hizo. Así nosotros podemos contar a la gente las grandes bendiciones que
Dios nos envía.

Eliseo lo primero que le pide a la viuda es que pague sus deudas, así nosotros
tenemos que estar prontos en pagar todo lo que debemos y no relajarnos en
ello.

Conclusión:

¿Estás al límite? ¿Ya no puedes más? Que sepas que Dios cuida de ti y se

preocupa por todos tus asuntos. Trae tus vasijas y deja que Él te llene y te

sorprenda con lo que puede hacer en Fuera disfrazes


Escrito por Pilar Herrera en 30 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres

(1ª Reyes 14:1-18)

INTRODUCCIÓN:

Para hablar de esta mujer tenemos primero que hablar de su marido Jeroboam.

Cuando Salomón era rey de Israel se fijó en un joven esforzado y le dio un


puesto de responsabilidad, 1 Reyes 11:28.

Un día Jeroboam se encontró con el profeta Ahías y le dijo a Jeroboam que el


reino de Israel sería roto y que 10 de las tribus serían dadas a Jeroboam, para
que él fuera el rey. Dios estaría con él, pero la promesa era condicional (1 R.
11:38; 29-40).

Salomón quiso matarlo y huyó a Egipto hasta su muerte. Cuando murió


Salomón subió al trono su hijo Roboam, pero por ser duro con el pueblo,
Jeroboam se reveló contra Roboam y todo el pueblo le seguía. Solamente la
tribu del sur, Judá se quedó con Roboam y el reino del norte con las diez tribus,
llamado Israel, siguió a Jeroboam. Así se cumplió la palabra del profeta.

Puesto que Jerusalén estaba en el reino del sur y allí se encontraba el templo,
temiendo que la gente fuera a Jerusalén a adorar y aceptaran a Roboam como
rey, Jeroboam levantó dos becerros de oro en Dan y Betel (1 R. 12:28-30).
Levantó altares para los ídolos y nombró sacerdotes que no eran de la tribu de
Leví. Fue el primer rey que indujo al pueblo a idolatrar a nivel nacional.

Un profeta le exhortó a apartarse de su pecado y mal camino, pero no lo hizo


(1ª R. 13:33).

LA HISTORIA:

Leer 1ª Reyes 14:1-20.

Jeroboam y su mujer tuvieron dos hijos. Uno de ellos Abías cayó enfermo y sus
padres necesitaron un socorro que solo podía proceder del Señor. Pero
Jeroboam entendió que su pecado le había apartado de Jehová y que no tenía
derecho de pedir ayuda al Señor.

Sin embargo, le pidió a su mujer que se disfrazara para ir a consultar al profeta


Ahías para ver si le declaraba algo bueno sobre la enfermedad de su hijo.

Ahías era ya viejo y no podía ver, pero Dios le avisó de que iba a visitarle la
mujer de Jeroboam. Le dio una revelación contra Jeroboam (1 R. 14:7-16). Esta
profecía se cumplió (1 R. 15:29).

En cuanto al niño enfermo, le dijo que moriría vv.12-13. Solo este niño sería
sepultado, dando a entender que los demás no serían sepultados, y que serían
comidos por perros o por aves (v.11).

Ahora bien, es una historia triste, ¿qué podemos aprender de ella?:

1) Es inútil tratar de engañar a Dios:

¡Querían engañar al profeta de Dios con un disfraz! Querer hacer esto era como
querer mofarse de Dios. Ellos pensaban que con un disfraz de campesina o de
lo que fuera, le engañarían y le arrancarían una bendición. ¡Qué locura! Pero,
cuidado, examinémonos para ver si no caemos en el mismo error.

2) Hoy día, ¿cómo pueden algunos “disfrazarse” ante el Señor?:

Creo que de muchas maneras. Poniendo excusas para no ir a las reuniones,


estoy enfermo, no me encuentro bien, sabiendo que si fuera para otra cosa nos
tomaríamos una pastilla e iríamos.

Ponernos un disfraz de santidad. Venir a las reuniones, aparentar ser creyente o


ser muy piadosa, pero nuestro corazón está muy apartado de Dios, o hay odio,
rencor, envidias, etc.

El de la generosidad (Ananías y Safira).

El del amor fingido (Ro. 12:9).

La lista podría ser mucho más larga. Pero, ¿pensamos que podemos engañar a
Dios? El no es corto de vista. El puede leer lo que hay en lo más profundo de
nuestro corazón (Mt. 15:8).

Esos disfraces un día serán quitados y se verá cara a cara (1 Co. 4:5). La palabra
“hipócrita”, significa literalmente: esconder bajo una máscara.

Tiene su origen en el teatro griego cuando un actor se disfrazaba para


representar a un personaje distinto de lo que era él en realidad. La mujer de
Jeroboam es un vivo ejemplo de la locura de querer engañar a Dios.

3) No hay que buscar a Dios como recurso de emergencia:

Jeroboam adoraba por conveniencia, que no por convicción a otros dioses, pero
cuando hubo un problema serio en su familia, comprendió, que el mejor
recurso era dirigirse al verdadero Dios de Israel.

Esta conducta es la de muchas personas, solo se dirigen a Dios cuando tienen


un gran problema, pero le buscan sin arrepentirse, solo para que les ayude. No
podemos comprar ni sobornar a Dios, Él hará su voluntad en nuestras vidas nos
guste o no.

4) No podemos comprar ni sobornar a Dios:

Jeroboam pensó que trayendo panes, tartas y miel, induciría al profeta a


pronunciar una buena profecía a favor de su hijo.
Así mucha gente quiere comprar los favores de Dios, ofrendando más dinero, o
tiempo, etc. No podemos sobornar a Dios, Él hará su voluntad en nuestras
vidas, nos guste o no.

5) La Palabra de Dios siempre se cumple:

De vuelta a casa, la mujer quizás pensara “tal vez se ha equivocado el profeta.


Puede que mi hijo viva todavía”. Pero la Palabra de Dios se cumple
inexorablemente. Su hijo murió.

Dios nos ha dado muchas advertencias, ya desde Adán el diablo pone en duda
la Palabra de Dios:” ¿con que Dios os ha dicho…?”. El negarse a aceptar las
advertencias de Dios no impedirá su cumplimiento.

Esta lección le cuesta aprenderla a la gente. Hay un Dios, un juicio, una vida
eterna y una condenación eterna, ¿estamos convencidos de todo esto?

6) Reflexión ante la muerte:

La enfermedad y la muerte de su hijo deberían haber tenido por resultado el de


llevar a Jeroboam y su mujer al Señor, a un arrepentimiento verdadero, pero no
fue así, estaban ya tan apegados al pecado. Que la muerte nos haga pensar
seriamente en el destino de nuestra propia alma.

7) Dios nos conoce y no podemos andar cerca de Él con disfraces:

La mujer de Jeroboam obedeció a su marido cumpliendo las reglas y


costumbres sociales de aquel tiempo, pero podía muy bien hacer lo que hizo la
prudente Abigail. Podía haber ido al profeta y quitarse el disfraz y abrirle su
corazón, diciéndole: “mi marido me ha ordenado esto, pero yo entiendo que él
está en un camino equivocado sirviendo a los dioses falsos y apartando al
pueblo del verdadero Dios”.

Quizá, de haber procedido con esta integridad de corazón, el profeta hubiera


pronunciado maldiciones en cuanto al rey culpable e hipócrita, pero
bendiciones para ella y su hijo. Ninguna lealtad humana debe anteponerse a la
sinceridad ante Dios, pero la mujer de Jeroboam fue débil y tan ciega como su
marido.

CONCLUSIÓN:

Mira tu corazón, ¿tienes disfraces? ¿Tratas de aparentar ante los hombres


algunas virtudes? Recuerda que los hombres miran lo que tienen delante de sus
ojos, pero Dios mira el corazón (1 S. 16:7). No trates de engañar a Dios.
tu situación.

Las particulas interrogativas de la


Navidad
Escrito por Pilar Herrera en 30 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres

“LUCAS 2:1-20”

Introducción:

¿Alguien sabe lo que son las partículas interrogativas? Son unas palabras que
usamos casi siempre para hacer preguntas como, ¿qué? ¿cuándo? ¿dónde?
¿quién? ¿por qué? ¿cómo?

Bien vamos a ver el mensaje de la Navidad bajo el punto de vista de lo que estas
partículas nos indican. Así contestaremos de una manera más profunda a lo
que la Navidad significa, y llegaremos a la conclusión de que
la Navidad de hecho cambia todas las cosas.

Mucha gente se pone más sensible o sentimental durante estas fechas,


quedándose en un nivel muy superficial, perdiendo de vista la magnitud y lo
que pasó aquella noche.

El qué de la Navidad:

El ángel aparece a los pastores y estos tuvieron gran temor. Es normal, cuando
aparecen estos ángeles la gente se sobrecoge de temor. Cuando apareció a
Zacarías Lucas 1:12, cuando Gabriel aparece a María, Lucas 1:29-30. La
presencia de estos seres crean temor por su pureza y gloria, ¿Cuánto más no
será cuando veamos a nuestro Señor?

El ángel le anuncia el qué de la Navidad: “os doy nuevas de gran gozo”. El qué de
la Navidad son buenas noticias. ¡Cuánto necesitamos oír buenas noticias!
Estamos hartos de las malas. Esta frase es anunciar el evangelio, de ahí viene
esta palabra evangelio, de buenas noticias.

En medio de un mundo lleno de hechos tan malos, Dios está preparado para
revelarnos buenas noticias. Fijaos que dice “de gran gozo”. La palabra gran en
griego es “mega”, mega gozo, enorme, grandioso. Estas buenas noticias son no
solo para los pastores, sino v.10 “para todo el pueblo”. Ahí estás incluida tú y yo.

El qué de la Navidad son buenas noticias de Dios, que son de gozo para todo el
mundo.

El cuándo de la Navidad:

El v.11 nos dice que “hoy”. El nacimiento de ese niño había tenido lugar ese
mismo día, y ahora el ángel estaba anunciando su llegada, su nacimiento.
En Gálatas 4:4 dice: “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a
su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley”. Todo estaba preparado por Dios,
cuando Él quiso envió a su Hijo al mundo. Dios no tenía prisa, cuando fue el
tiempo adecuado y para que se cumpliesen las profecías, Dios actuó.

En cuanto al tiempo vemos la soberanía de Dios detrás de la decisión del


emperador romano de hacer un censo en ese tiempo. Esto requería que todos
los residentes del Imperio fueran a sus lugares de nacimiento. Así fue cómo José
y María fueron a Belén para que se cumpliera la profecía que ahora veremos.

Realmente no tenemos una fecha exacta, pero sí sabemos que ocurrió, que fue
un tiempo específico en la historia.

Por lo tanto el cuándo de la Navidad es ¡hoy! Es cuando tú dejes que ese niño
nazca en tu vida, en tu corazón, y puede ser hoy.

El dónde de la Navidad.

El dónde de la Navidad es “en la ciudad de David”. Esta es una referencia a


Belén. Este pequeño pueblo se llamaba la ciudad de David porque su bisabuelo
Booz y su padre, Isaí eran de allí, y también donde David se crió.

No fue un accidente que el bebé Jesús naciera allí, en Belén. Tenía que ser así
para que se cumpliera la profecía de Miqueas 5:2, hace 700 años que decía:”
Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me
saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los
días de la eternidad”.

Recordar que en Mateo 2 vinieron unos magos de oriente preguntando dónde


estaba el rey de los judíos. Herodes se turbó y preguntó a los sacerdotes y
escribas del pueblo dónde había de nacer el Cristo. Fijaros que rápido
contestaron Mateo 2:5, en Belén de Judea. No tenía que investigar o consultar
libros. Todos estos líderes religiosos lo tenían claro en sus cabezas, pero no en
sus corazones. Es posible estar tan cerca a la Navidad y sin embargo estar muy
lejos de su mensaje e impacto. No es solo saber sino lo que haces con lo que
sabes lo que hace la diferencia.

El quién de la Navidad.

En Lucas 2:11 leemos: “Que os ha nacido hoy Salvador, Cristo, Señor”. Cuando


Lucas escribió estas palabras no usó ningún artículo delante. Cada uno de estos
títulos tiene una importancia extrema.

Salvador, esta palabra significa “rescatador”. Jesús vino a salvarnos del pecado y
del dominio de Satanás. Su rol como Salvador lo dice claramente en Mateo 1:21.

Necesitamos un Salvador porque somos pecadores 1ª Timoteo 1:15. Si alguien


no borra nuestros pecados estamos perdidos y condenados, por eso tuvo que
venir Jesús. Él y solamente Él puede ser nuestro Salvador porque es el único que
no ha pecado y el único que cargó con nuestros pecados en la cruz 1ª Pedro
2:24.

Cristo, esta es la palabra en griego para Mesías, que significa “El ungido”, y se
usa 500 veces en la Biblia. La nación de Israel siempre miraba al futuro
esperando al ungido de Dios, que les traería salvación. Pedro mismo le dijo
en Mateo 16:16, “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo”.

Señor, este título se reserva en el Antiguo Testamento para Dios solamente.


Jesús no solo viene de Dios, sino que es Dios mismo. ¡Dios se ha hecho hombre!
Y como Señor, él es amo y dueño de todo. Él está en control y por lo tanto
debemos doblar nuestras rodillas ante Él (Filipenses 2:9-11). ¿Es Él tu Señor?

El por qué de la Navidad.

¿Te has preguntado alguna vez, el por qué de la Navidad? ¿Por qué tenemos
que celebrar o recordar este nacimiento? Porque este hecho del nacimiento de
Jesús y de su muerte en la cruz, lo hizo por nosotros. Mirad el v.11, “os ha”, ¿qué
quiere decir eso? ¿a quién se refiere? ¡A todos los hombres y mujeres! ¡A ti y a
mí!

Los pastores no estaban haciendo nada especial, estaban cumpliendo con su


trabajo. Fue la gracia de Dios que les anunció estas buenas noticias que
cambiarían sus vidas. Cuando oyeron que un Salvador os ha nacido,
inmediatamente actúan v.16. El anuncio de los ángeles fue a sus oídos, luego a
su corazón donde lo hicieron personal, y luego respondieron en fe y fueron a
ver al niño.

Mirad, el Señor no os va a salvar a no ser que claméis a él con todo el corazón.


Podemos saber toda la historia de la Navidad de memoria y estar muy lejos de
Dios, y de este Salvador. Tenemos que llegar a decir que él es mi Señor y mi
Salvador.

El cómo de la Navidad.

Después de que un ángel apareció a los pastores, de repente una multitud de


ángeles v.13 aparecieron alabando a Dios, diciendo:”Gloria a Dios en las
alturas…” no podían hacer otra cosa que adora y alabar a Dios por el nacimiento
del Señor Jesús. Proclaman paz a los hombres, pero ¿cómo podemos conseguir
esa paz? Romanos 5:1, por lo que hizo Jesús en la
cruz, tú y yo podemos tener paz para con Dios. Colosenses 1:20, Jesús
reconcilió, solo se reconcilian los que están enemistados, y nosotros estamos
enemistados con Dios por nuestros pecados.

No merecemos esta paz con Dios, pero Dios nos ama tanto que quiere que nos
reconciliemos con Él. Romanos 5:10; 2º Corintios 5:18?20. Si todavía no estás
reconciliado con Dios, hazlo ahora, no esperes y ponte en paz con él por medio
de Jesús.

Por lo tanto el cómo de la Navidad es con adoración y alabanza a Dios. Esa debe
ser la actitud como hicieron los pastores Lucas 2:20.

Conclusión.

Vamos a resumir:

 El qué de la Navidad es “buenas nuevas de gran gozo”.


 El cuándo de la Navidad es “hoy”.
 El dónde de la Navidad es “en la ciudad de David”.
 El quién de la Navidad es “Salvador, Cristo, Señor”.
 El por qué de la Navidad es “por ti”.
 El cómo de la Navidad es “gloria a Dios… y paz a los hombres”.

Quiero acabar con unas preguntas para ti, ¿es Jesús tu Salvador, tu Cristo, tu
Señor? Este bebé que nació en Belén era el Hijo de Dios, y vino a cambiar el
mundo, pero, ¿ha cambiado tu mundo? Pregúntate si la Navidad son buenas
noticias para ti, y si produce una alabanza y un querer glorificar a Dios con toda
tu vida. Que así sea.

Gomer, la infiel
Escrito por Pilar Herrera en 30 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres

“OSEAS 1-3”

Introducción:

Oseas tuvo su misión de profeta durante muchos años, durante el reinado de


diferentes reyes. Debió de haber profetizado por más de 60 años.

El pueblo de Israel estaba dividido en las diez tribus de Israel en el norte y, la


tribu de Judá en el sur. En pasajes como Oseas 4 y 7, se describe la situación tan
terrible que estaba viviendo Israel espiritualmente hablando. Habían caído en
todos los pecados que podemos imaginar, por eso Dios se enfada con ellos y
después de muchas amonestaciones por
medio de sus profetas, al final los deja y permite que los Asirios tomen no solo
la capital Samaria que estuvo sitiada 3 años, sino que se llevó cautivo a las 10
tribus y los dispersó.

Mensaje de Dios:
Oseas tuvo un mensaje directo de Dios y este mensaje seguro que no fue cosa
fácil para Oseas. ¿Qué tenía que hacer? Tomar una mujer fornicaria.

¡Se le mandó que se casara con una prostituta! ¡Qué petición! Su vida iba a
servir como una ilustración al pueblo, Dios quería que Oseas fuera un vivo
ejemplo. Dios quería mostrar al pueblo cómo era su propia idolatría y rebelión
contra Él.

El matrimonio de Oseas con Gomer:

En Oseas 1:3-9, aparece Gomer, la prostituta y la mujer que Oseas tomó. Tuvo
que ser muy difícil para Oseas pero obedeció a Dios sin rechistar. A veces Dios
nos hace pasar por circunstancias difíciles y ¿cómo reaccionamos? ¿aceptamos
su voluntad o nos quejamos?

En cuanto a Gomer ella saldría ganando, quitándose de esa vida de prostitución


y casándose con un hombre de Dios, un profeta, que la trataría con amor y
respeto.

Tuvieron tres hijos:

 Jezreel: ¿Por qué? Jezreel era el nombre del distrito donde estaba Samaria
en la nación de Israel. Jezreel era el lugar donde Acab, el rey, robó la viña de
Nabot y era el área donde Elías el profeta proclamó: “De Jezabel también ha
hablado Jehová, diciendo: Los perros comerán a Jezabel en el muro de Jezreel”
(1ª Reyes 21:23). En 2ª Reyes 10:11, se nos dice que Jehú mató a toda la familia
de Acaz, a los príncipes y sacerdotes de Baal, pero él mismo se mantuvo en la
idolatría y fue un rey malo ante los ojos de Dios. Dios por eso mandó a Oseas
que llamase a su hijo Jezreel, para recordar a su pueblo de los crímenes y
pecados de los cuales no se habían arrepentido.
 La segunda hija la llamó Lo-Ruama: que significa, no compadecida. Nos
ilustra que Dios ya no iba a compadecerse de Israel, su pueblo rebelde.
 Gomer tuvo otro hijo Lo-ammi, que significa “no pueblo mío”. Por
generaciones el pueblo de Israel había abandonado a Dios, y ahora era Dios
quien los abandonaba.

La fidelidad de Dios:

Oseas 1:10-2:1, aquí vemos que aunque Dios iba a abandonar y a juzgar a su
pueblo, no los abandonaría completamente. Aquí Dios promete que un día
serían restaurados, multiplicados y bendecidos. En un futuro Israel y
Judá estarán unidos. También quitándole el prefijo a los nombre de los hijos de
Gomer Ruama y Ammi, tenemos “pueblo mío” y “compadecida”.

Tu madre la adultera:

Leer Oseas 2:2-13. Dios habla a Oseas diciéndole que su madre, la nación de


Israel, es como su esposa. Es una adultera contra su marido. Gomer se fue de
casa en busca de otros hombres. Dejó a su esposo buscando los placeres y
beneficios que sus amantes le daban. ¿Cómo se sentiría Oseas? Humillado,
avergonzado y triste. Sería terrible para él.

Pero así es como se siente Dios cuando su pueblo, sus hijos le dejan y van en
busca de placeres, riquezas, etc.

Pero Dios a su vez hace que nuestras riquezas y placeres sean temporales y que
no nos satisfagan. Es como la historia del hijo pródigo en Lucas 15.

Dios nos llama a que nos volvamos a Él. Dios trajo juicio y castigo sobre la
idólatra e inmoral Israel, pero sabía que Israel tarde o temprano volvería a Él,
cuando se diera cuenta que todo lo bueno viene de Dios.

El gran amor de Dios por su pueblo:

Leer Oseas 2:14-23. Estos versículos son preciosos porque nos muestran que
Dios a pesar del castigo a su pueblo por adulterio espiritual y rebeldía contra Él,
Dios nos ama tanto y es fiel a sus promesas que los hará volver de nuevo. Los
restaurará a Él, y será su esposo para siempre v.19 y tendrá misericordia de
ellos.

Estos versículos son como un poema de amor entre un esposo y su esposa. De


igual manera le ocurrió a Oseas con su esposa gomer. Le abandonó, adulteró y
sin embargo Oseas la amaba y quería que ella regresara al hogar.

Comprada por precio:

Leer Oseas 3:1-5. Gomer ya no solo estaba en la prostitución, sino que estaba


en condición de esclava, sin libertad, humillada y vejada. Pero el amor de Oseas
era mucho más grande de lo que ella podía esperar. Fue a buscarla, aun sin
merecerlo por su parte, para traerla de nuevo a casa.

Pero esta vez Oseas tuvo que pagar un precio por ella, era una esclava. Dios
tuvo que hacer lo mismo con nosotras. Estábamos apartadas de él viviendo en
nuestros pecados e idolatrías y Cristo pagó con su sangre en la cruz nuestro
precio. Nos compró, nos redimió para llevarnos a Él y a su reino, al hogar
celestial (1ª Corintios 6:20; 1ª Pedro 1:18-19)
Oseas pidió fidelidad a Gomer v.3 y Dios nos pide fidelidad y santidad.

Conclusión:

Dios te llama a ser su hija si todavía no lo eres Romanos 9:23-26. Jesús ya pagó


el precio de tu rescate, no tienen que hacer nada solo creer y aceptar ese
rescate por ti.

Y si eres ya hija de Dios, no adulteres, no seas rebelde y sujétate a tu marido, el


Señor, el que te compró y se fiel hasta la muerte.

Elisabet
Escrito por Pilar Herrera en 30 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Mujer íntegra.

Leer Lucas 1:5-25. De este pasaje se desprende que Elisabet era del linaje de
Aarón, de estirpe sacerdotal, casada también con un sacerdote. Había sido
instruida en la fe y en la Palabra de Dios.

Su marido era el sacerdote Zacarías y se dice de los dos que eran ambos justos,
v.6, delante de Dios y no solo en apariencia como en el caso de los fariseos, sino
de corazón, sinceros. Eran irreprensibles en todos los mandatos de Dios, no
solo sabían y conocían la Palabra de Dios, sino que andaban en ella, la
obedecían. ¿Eres tú así, o solamente eres conocedora de la letra pero no
hacedora de ella?

El problema.
El v.7 nos descubre que a pesar de su piedad, Elisabet ya entrada en años era
esteril y no tenían hijos. Ya sabemos que para una mujer israelita era muy
importante la descendencia y poder ser madre. Aquí nos muestra la
imposibilidad humana de los acontecimientos que iban a ocurrir. Nadie
sospechaba de los planes que el Señor tenía para ella.

Una visita divina.

Encontramos a Zacarías como cualquier otro día de su servicio en el templo,


atendiendo al abastecimiento y quema del incienso. Entró en una habitación del
templo donde estaba el candelabro, la mesa del pan y el altar con el incienso.
En el altar estaba el fuego sagrado, y se echaba incienso sobre el fuego. Olía
muy bien (Éxodo 30:34-38).

Le tocó por suerte, pero era la providencia de Dios que Zacarías fuera escogido
para quemar el incienso, porque este ministerio le tocaba a un hombre una sola
vez en su vida. Había muchos sacerdotes y estaban divididos en 24 secciones.
Durante el año, excepto las fiestas principales, cada sección servía una semana
cada vez, dos veces al año. Los sacerdotes que amaban su trabajo deseaban
que llegara su semana de servicio sobre todas las cosas.

Antes del sacrificio de la mañana y después del sacrificio por la tarde, se


quemaba incienso en el altar, como por así decirlo, los sacrificios subían
envueltos en un olor de incienso fragante Éxodo 30:7-8.

Zacarías mientras cumple su deber con el incienso le aparece un ángel y le


anuncia que su oración ha sido oída y que tendrá un hijo y llamará su nombre
Juan, que significa “Jehová ha tenido gracia o misericordia). Zacarías y Elisabet
creían en la oración y aunque eran mayores y ella estéril, todavía seguían
orando por un hijo. Este hijo sería grande delante de Dios, no de los hombres.
Esto lo necesitamos mucho, no preocuparnos tanto por ser algo en este mundo
sino delante de Dios. Este niño tendrá el privilegio de presentar al Mesías al
mundo, iría delante de él.

Incredulidad de Zacarías y fe de Elisabet.

Es curioso que Zacarías tenía la fe de continuar orando, pero cuando llega la


respuesta no tiene fe para aceptarla. Mira a sus limitaciones en vez de mirar al
gran poder de Dios v.18.

Su incredulidad produce silencio. ¿Quieres una señal? Te daré una señal, no vas
a poder hablar, Lucas 1:62 implica que no podía oír tampoco.
Sin embargo Elisabet recibió la promesa con fe como muestra el v.25. y alaba al
Señor por lo que ha hecho con ella. ¡Qué honor para Elisabet ser la madre del
mayor de los profetas! Lucas 7:28. Se retira a un pueblecito en la serranía de
Judá con su mudo esposo.

María visita a su prima Elisabet (Lucas 1:39-45).

Al cabo de seis meses Elisabet recibe una visita inesperada de María. Ella
también tuvo una visita de un ángel anunciándole que sería la madre del
Mesías, de Jesús v.34-37. No es de extrañar que María tuviera el deseo ferviente
de visitar a Elisabet que acababa de tener una experiencia parecida, fue de prisa
a la montaña.

En cuanto María pasó el umbral de la casa y saludó a Elisabet, el niño de


Elisabet saltó de gozo y ella fue llena del Espíritu Santo.

Aquí vemos también la humildad de Elisabet que aun siendo mucho mayor en
edad que María y era ella la que debería ser honrada y bendita por María,
reconoce en la joven virgen que ella sería la madre del Salvador y por lo tanto la
más bendita entre las mujeres v. 42-43.

Las dos creyeron el mensaje de los ángeles y las dos disfrutaron de comunión
juntas durante tres meses. Seguro que hablarían y compartirían de las
Escrituras. Que bueno es cuando las hermanas podemos juntarnos y compartir
las bendiciones de Dios y hablar de sus promesas y de la Palabra de Dios.
Cuantas veces las conversaciones que tenemos son mundanas y superficiales,
por no decir muchas veces pecaminosas y chismosas. Huyamos de esas
frivolidades y compartamos más de las obras de Dios.

La promesa cumplida del nacimiento de Juan.

Cumplido su tiempo el gozo de Elisabet se colma con el nacimiento de su hijo. A


los 8 días como era la costumbre lo llevan al templo a circuncidarle y era
costumbre que allí le pusieran el nombre delante de los familiares y amigos.

También era costumbre que llamaran a los hijos con el nombre de su padre, así
que algunos ya le llamaban Zacarías, pero Elisabet se opuso. E insistió en
llamarle Juan. Los familiares no lo entendían y por señas le preguntaron a
Zacarías y él escribió para sorpresa de muchos que “Juan es su nombre”. Al
instante fue abierta su boca, después de 9 meses de silencio, y empezó a
bendecir a Dios con lo que conocemos como el “Benedictus”.

Bajo el cuidad de su madre, el niño crecía y se fortalecía en espíritu v.80.


Conclusión.

Qué ejemplo de mujer piadosa, íntegra y de fe. Elisabet se la ha conocido


siempre como la madre del mayor de los hombres (Mateo 11:11). Pero lo más
importante es la segunda parte del versículo, “que el más pequeño en el reino
de los cielos, es mayor que él”.

¿Cómo es tu relación con el Señor? ¿Cómo es tu vida? ¿Eres una creyente de


labios solamente? ¿Eres íntegra en cada poro de tu piel? ¿Eres una mujer de fe?
Quiera el Señor en su misericordia darnos estas virtudes y vivir como vivió
Elisabet.

María la bienaventurada I
Escrito por Pilar Herrera en 30 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Introducción.

A parte de Jesús mismo, creo que no hay ningún personaje en la Biblia que se
haya tan malinterpretado que la persona de María, la madre de Jesús. A lo largo
de toda la historia ha habido mucha confusión sobre lo que la gente cree sobre
María y lo que las Escrituras nos enseñan.

Cuando hablamos con católicos casi siempre nos dicen que nosotros como
evangélicos no creemos en María. Y tenemos que estar explicando una y otra
vez, que sí creemos en María pero solamente lo que la Biblia nos enseña de ella
sin añadir y sin quitar.

Vamos a estudiar a esta mujer bajo una perspectiva bíblica y de una manera
cronológica. Así veremos a vista de pájaro todo lo que Dios quería que
supiéramos y creyésemos de María.
Después, haremos un estudio de lo que la Iglesia Católica piensa y cree sobre
ella, para que podamos entender mejor lo que creen y poder responder
fielmente con la Palabra de Dios. No es un debate de haber quién gana o quién
tiene más argumentos. Nosotros no tenemos que caer en eso, sino exponer
clara y fielmente la enseñanza de las Escrituras, y que sean ellas las que hablen
por sí solas.

María en el Antiguo Testamento.

Génesis 3:15:

¿Dónde se menciona por primera vez a María? No voy a ser dogmática en este
punto pero en Génesis 3:15, cuando dice:”Y pondré enemistad entre ti y la
mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le
herirás en el calcañar”. Aquí vemos a Dios en su infinita misericordia
proveyendo de un remedio para el pecado, ya dejó la señal de un remedio para
la muerte espiritual, anunció la venida de un Mesías, su hijo Jesucristo. ¿Cómo
sería esto? A través de la semilla de la mujer. Aquí podemos decir que aunque
se refiere a Eva como representante de todas las mujeres, también de manera
más concisa y concreta se refiere a María, de la cual vendría el Mesías. Aquí
tenemos el protoevangelio (antes del evangelio), que un día el Mesías vendrá y
aunque la serpiente (Satanás) le heriría en el calcañar y esto se cumplió cuando
Jesús murió en la cruz, allí parecía que le estaba venciendo pero no, le pisó en el
calcañar. Sin embargo, fue él, Jesús, la simiente de la mujer, quien le heriría en
la cabeza. Una herida en la cabeza es mortal, y así lo hizo con el diablo.

Isaías 7:14:

“Por tanto el Señor mismo os dará señal: He aquí que una virgen concebirá, y
dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel”. Esta profecía se cumplió
cuando María se quedó embarazada de Jesús (Mateo 1:23).

María en el Nuevo Testamento.

Lucas 1:26-38:

Anuncio del nacimiento de Jesús. En este pasaje vemos cómo el ángel Gabriel,
se aparece a María y le anuncia que será la madre de Jesús. En ese momento
era virgen, estaba desposada con José pero todavía no casada. Era bendita
entre las mujeres, dichosa, bienaventurada.

Al principio se sorprende de las palabras del ángel y luego se sorprende por el


mensaje que le da. ¡Ella sería la elegida por Dios para llevar en su seno al
Mesías! ¡Qué privilegio! Todas las vírgenes de Israel en su tiempo se
preguntarían si serían ellas las elegidas.

Era humilde, no pensó en ella misma ni en las consecuencias que le traería el


ser la madre de Jesús, sino que respondió como una verdadera discípula y
creyente a Dios v.38 “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu
palabra”. Se llama sí misma sierva, criada. Pensar que en ese tiempo si una
virgen antes de casarse se hallaba en cinta, sería castigada con la muerte por
lapidación. Arriesgaba mucho, su propia vida, pero estuvo dispuesta a que se
cumpliera la palabra de Dios en ella.

¿Oramos así al Señor? Hágase conmigo conforme a tu palabra.

Lucas 1:39-56:

María visita a su prima Elisabeth. Aquí en este encuentro con su prima podemos
destacar que Elisabeth la llama v. 42 “bendita tú entre las mujeres”,
bienaventurada sería entre todas las mujeres por haber sido la escogida por
Dios.

En el v.45, encontramos como María al contrario de Zacarías que no creyó al


ángel, ella sí creyó el mensaje de Gabriel. Era una verdadera creyente, no solo
de palabra sino de hecho y de fe, aceptando la palabra del Señor para su propia
vida. ¿Creemos nosotros como ella? ¿Es tu fe solo de boquilla o de entrega total?

Aquí vemos a Dios tratando con dos mujeres humildes y sencillas, una estéril y
mayor y otra joven y virgen. Y María conmovida y movida por la visión y la
grandeza de Dios, el que ama a los humildes, rompe con una canción de
alabanza y adoración a Dios, lo que ha llegado a nosotros como el Magníficat.

En 1ª Samuel 2, Ana canta una canción de alabanza a Dios también que es muy
similar.

Se pueden distinguir tres secciones muy claras:

 v.46-47 expresa lo que ella siente en su corazón, gozo.


 v. 48-49 expresa lo que ha hecho Dios en ella.
 v. 50-55 describe a Dios de una manera general en su trato con los
hombres y con su pueblo Israel.

Conclusión.
En todos estos pasajes que hemos analizado, vemos a María como la más
bendita entre las mujeres por haber sido la privilegiada de ser la madre del
Señor Jesucristo.

Debe ser un ejemplo de humildad, de obediencia a Dios y a su palabra, de fiel


creyente, pero nada más. La Biblia no nos da pies a rendirle culto o a adorarla o
a orarle y pedirle nada. Aprendamos a ser como ella fue, y como muchas otras
santas mujeres de la Biblia que amaban y adoraban a Dios y creían en Jesús
como su único Salvador.

María la bienaventurada II
Escrito por Pilar Herrera en 30 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Introducción.

En el último estudio estuvimos viendo la persona de María en la Biblia,


específicamente todo lo que la Biblia enseña de ella antes del nacimiento de
Jesús. Vimos como en el Antiguo Testamento ya estaba profetizado acerca de
ella y se cumplió todo conforme las profecías señalaban.

En este segundo estudio de la persona de María quiero que nos centremos en


todos los pasajes bíblicos que hablan de ella en el nacimiento y después del
nacimiento de Jesús. Por último, como ya os dije anteriormente, haremos un
estudio de lo que la Iglesia Católica piensa y cree sobre María, para poder
entender y responder mejor a los que nos pregunten. Que lo hagamos siempre
con un espíritu humilde y de fidelidad a las Escrituras, que son nuestras normas
de fe.
Mateo 1:18-25: José se entera.

José se entera que María está embarazada y se siente engañado y traicionado,


pero como era justo no quería armar ningún escándalo público y la deja en
secreto. Pero un ángel se le aparece y le explica que no le ha engañado y que lo
que en ella es engendrado es obra del Espíritu Santo.

Aquí él la recibe como su mujer y se casa con ella, viviendo juntos bajo el mismo
techo pero sin tener relaciones todavía v. 25: “pero no la conoció hasta que dio
a luz a su hijo primogénito”. Esto implica que sí la conoció después y que sí
tuvieron relaciones después que ella diera a luz a Jesús.

Es interesante que mencione a Jesús como su hijo “primogénito”, lo que quiere


decir que si fue su primogénito es que tuvo más hijos después de Jesús. Este
tema lo veremos con más detalle en otra reunión.

Nacimiento de Jesús: Lucas 2:1-7.

María y José ya vivían juntos como un matrimonio normal y corriente. Por causa
de tener que apuntarse al censo, tuvieron que ir de Nazaret a Belén porque José
era de Belén. Cuando estaban allí, le llegó la hora de dar a luz y de tanta gente
que había por causa del censo, no encontraron una posada u otro lugar mejor
para refugiarse y tuvo que dar a luz en el lugar donde guardaban a los
animales.

En ningún momento vemos a María quejándose a José o a las circunstancias


que le tocó vivir. Lo difícil y doloroso que es dar a luz y ella lo hizo en unas
circunstancias más difíciles y penosas que podamos imaginar. Tuvo que poner a
su bebé en un pesebre, donde comían los animales.

Pero, ¿por qué ocurrió todo esto? Para que se cumpliera la profecía de Miqueas
5:2, que de Belén, un pueblecito insignificante, saldría el Señor.

Visita de los pastores: Lucas 2:8-20.

No vamos a ver todo el pasaje entero, sino que nos centraremos en el v.19.
Había unos pastores guardando sus rebaños y se le aparecieron unos ángeles
dándoles las buenas noticias de que el Salvador había nacido. Rápidamente
fueron a verle v.16 y María al escuchar lo que los pastores le contaron de los
ángeles dice que “guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón”.
También se puede traducir como que María atesoraba. Quizás me gusta más
este verbo, atesoraba, que guardaba. ¿Qué era lo que atesoraba? Todo lo que
vio, oyó, y experimentó lo atesoraba, con mucho interés, atesorar es guardar
algo como un tesoro muy valioso.
¿Hacemos nosotras lo mismo con la Palabra de Dios? ¿Con todo lo que hemos
visto, oído y experimentado en nuestras vidas viendo la mano de Dios?
Debemos parar y reflexionar y meditar y atesorar todo lo que viene del Señor y
gozarnos en ello.

Presentación de Jesús en el templo: Lucas 2:33-35.

A la semana de nacer Jesús, lo llevan a Jerusalén, al templo para circuncidarle y


presentarlo delante del Señor. Allí encuentran a un hombre Simeón, justo y
piadoso v. 25. Este al ver al niño por revelación divina reconoció que era el
Ungido del Señor, lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios profetizando lo que
aquel niño haría y sería para Israel y para los gentiles.

Es en este contexto que José y María estaban maravillados. Simeón se dirigió a


María y le dijo v. 34-35. Nos fijaremos solo en lo referente a María. Simeón le
dice que una espada traspasará su alma. ¿Qué quiere decir esto? Que María iba
a sufrir mucho por todo lo que le iba a ocurrir a Jesús. Y en verdad que así se
cumplió y así fue. María sufrió mucho la incomprensión de la gente al no creer
ni confiar en Jesús, pero el climas de su sufrimiento fue en la mismo cruz,
cuando lo crucificaron.

Huida a Egipto: Mateo 2:12-15.

Al poco tiempo después un ángel avisó a José para que huyeran a Egipto porque
Herodes quería matar al niño. Así que vemos como María que estaría deseando
de volver a su pueblo Nazaret y con sus familiares y amigos, tuvo que
resignarse y aceptar la huida a Egipto para salvar a su hijo.

Aquí ya vemos como aun siendo Jesús un bebé tuvo que sufrir María por él
sabiendo que era inocente y que no había hecho nada. Tuvieron que emigrar, ir
a otro país con otro idioma, costumbres, y empezar desde cero. No tuvo que ser
fácil para ella, pero por amor a su hijo así lo hicieron. ¿Cuántos sacrificios
hacemos por nuestros hijos? ¿Y por el Señor? ¿Y por el pueblo de Dios? Hoy día
no está muy moda hablar de tener un espíritu de sacrificio, pero en la Biblia sí
que se nos enseña claramente, y aquí tenemos un ejemplo vivo en María.

El niño Jesús en el templo: Lucas 2:41-52.

Después de que muriera Herodes, volvieron a su ciudad de Nazaret. Pasaron los


años de manera tranquila y sosegada. María se deleitaba viendo a su hijo crecer
en sabiduría y como la gracia de Dios se manifestaba sobre él.

Todos los años sus padres iban a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Por once
años habían hecho esto sin ningún incidente desagradable. Cuando Jesús tenía
12 años fueron como de costumbre a Jerusalén. De vuelta a casa por la tarde,
sus padres se dispusieron a pasar la noche en un pueblecito. Buscaron a Jesús
entre los familiares y conocidos y no lo hallaron. Estarían muy sorprendidos y
preocupados. Sus padres estuvieron durante tres días buscándole y no lo
encontraron. Tuvo que ser una angustia terrible para sus padres.

Al final sus padres lo encontraron en el templo hablando y oyendo a los


doctores de la Ley. María al verle le dijo v.48 “Hijo, ¿por qué nos has hecho así?
He aquí tu padre y yo te hemos buscado con angustia”. La respuesta de Jesús
mostraba ser otra estocada de la espada para María “¿Por qué me buscabais?
¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? Hay una
mezcla de represión y cariño. Esta respuesta muestra la conciencia que él tenía
de su propia naturaleza y misión en la tierra.

Ni María ni José entendieron nada. Pero volvió a Nazaret con ellos y se sujetó a
ellos. Jesús se sometió a la dirección y educación de María. María como en otras
ocasiones guardaba todas estas cosas en su corazón.

María en las bodas de Caná: Juan 2:1-12.

Quizás José ya había muerto. Jesús tenía 30 años y comienza su ministerio


público. Están en una boda con los discípulos de Jesús. A los anfitriones les falta
vino y María se lo dice a Jesús para ver si puede hacer algo al respecto.

Imagina la sorpresa de María cuando le contestó: “¿qué tienes conmigo, mujer?


Aún no ha venido mi hora. Más literalmente la traducción sería: ¿Qué nos
importa a ti y a mí? Jesús quería mostrar a su madre que él haría los milagros
cuando su Padre le mostrara no cuando ella le dijera.

Vemos que María acepta la reprensión con humildad, ya no es su hijo pequeño


que se tiene que sujetar a ella, sino ella a él. Sin embargo confiada en que Jesús
hará algo para solucionar el problema, les dice a los criados que hagan lo que él
les diga.

De aquí la Iglesia Católica saca la idea de que María es mediadora y que si


oramos a ella, ella rogará a su hijo y él contestará la oración porque no le puede
negar nada a su madre. Si eso fuera así, creo que todos en la Biblia que pidieron
algo a Jesús y Jesús se lo concedió, deberían ser mediadores. Es un argumento
que cae por su propio peso.

Conclusión.

Seguimos viendo a una María que todavía no entiendo todo lo que está
sucediendo con su hijo, pero lo guarda todo en su corazón para meditar en ello.
Nosotras podemos identificarnos con ella porque pasamos por muchas
experiencias que no entendemos, pero debemos meditar en ellas y guardarlas,
porque siempre hay un propósito bueno y perfecto de parte de Dios para
nosotras.

Vemos a una María como madre, educando y enseñando a su hijo en los


caminos de Dios. Vemos a una María sujeta a su marido José y sujeta a los
mensajes de Dios por parte de los ángeles. Obediente a toda palabra de Dios
aunque le cueste mucho sacrificio. Vemos a una María que va descubriendo y
deslumbrando quién es su hijo en realidad.

María la bienaventurada III


Escrito por Pilar Herrera en 30 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Introducción.

En los dos estudios anteriores de María ya vimos todo lo referente a ella en el


Antiguo Testamento y antes del nacimiento de Jesús. En el segundo estudio nos
centramos más en la persona de María en el nacimiento de Jesús hasta el
comienzo de su ministerio público, con las bodas de Caná.

En este tercer estudio acabaremos examinando todos los pasajes bíblicos que
hablan de María y sacaremos algunas conclusiones prácticas para nuestras
vidas.

María tuvo más hijos: Mateo 13:55-56; Marcos 6:3; Juan 7:3-5.

Aquí se mencionan claramente los nombres de los hermanos y hermanas de


Jesús. Antes de la muerte de Jesús ni sus hermanos creían en él.
Por aquel entonces se supone que José ya ha muerto y Jesús, el hijo mayor lleva
la responsabilidad del sustento familiar. Ya no le llaman el hijo del carpintero,
sino el carpintero (Marcos 6:3).

En 1º de Corintios 9:5, se menciona que los hermanos de Jesús estaban casados.

En Gálatas 1:19, vemos que Jacobo era hermano de Jesús.

María estuvo muy ocupada criando y educando a sus hijos y enseñándoles el


camino del Señor. Es una pena que aun conviviendo con el Señor que era un
hermano y un hijo perfecto, sus hermanos no creían en él. Quizás podemos
entender por celos o envidia, pero después de la resurrección, Jacobo llegó a
ser el pastor de la iglesia en Jerusalén (Hechos 15)

María con la multitud: Mateo 12:46-50; Marcos 3:31-35; Lucas 8:19-21; Lucas


11:27-28.

María y sobre todo los hermanos de Jesús que no creían en él, pensaban que
quizás su hermano había perdido la cabeza. Se dirigieron donde él estaba
enseñando a la gente con el fin de llevarlo a casa con ellos y cuidarle. Oyeron a
algunos de los escribas que decían que Jesús era un endemoniado (Marcos
3:22). Es en ese momento que vienen a por él.

Ante la noticia de que su madre y sus hermanos estaban fuera buscándole, él


contestó mirando a los que estaban sentados alrededor de él: “He aquí mi
madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es
mi hermano, y mi hermana, y mi madre” (Marcos 3:33-35).

Es bien claro que Jesús mismo antepone la relación espiritual a la carnal. Quizás
esa fue otra estocada para el corazón de María. Claro que Jesús la quería, pero
era más importante para él aquellos que creen en él y le siguen que su propia
familia. Quizás a ella le costaba entender que esa era la voluntad de Dios para
su hijo, pero lo tuvo que aprender.

En Lucas 11:27-28, alguien quiere darle preeminencia o importancia a María, la


madre de Jesús, por haberle amamantado, pero de nuevo Jesús da un giro al
comentario v. 28 “Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la
guardan”.

María junto a la cruz: Juan 19:25-27.

A María le quedaba lo peor por pasar. Cuando llegó el momento de la muerte y


crucifixión de Jesús, sería el momento más doloroso y desgarrador para ella con
el corazón roto de ver a su hijo, insultado, maltratado, burlado y crucificado en
una cruz injustamente. Se sentiría muy impotente al no poder socorrerle o
aliviar en lo más mínimo sus sufrimientos. Su hijo mayor, el Prometido de Dios
estaba agonizando en una cruz delante de sus ojos.

Jesús en medio de la agonía tiene unas palabras para su madre, y quiso


consolarla: “Mujer, he ahí tu hijo. Después le dice a Juan: He ahí tu madre” Y
desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.

¿Por qué le dijo eso Jesús a María si Juan no era su hijo y además como hemos
visto María tenía más hijos? Es claro que los hermanos de Jesús no creían en él y
quería que su madre estuviera con alguien que fuera creyente para cuidarla.
Vemos otra vez como Jesús antepone la relación espiritual a la carnal.

Para María sería un alivio y consuelo el ser cuidada por Juan hasta su muerte. Y
Juan se hace cargo de sus necesidades y la acoge en su casa al instante como
obediencia a su Señor, sin dilación.

María en el aposento alto: Hechos 1:14.

Este es el último versículo en toda la Biblia que se menciona o nos habla de


María. Aquí la vemos después de la resurrección de Jesús y de su ascensión a
los cielos. Ella está con el resto de los 120 creyentes orando con los apóstoles y
los hermanos de Jesús, que se ve que después de resucitar creyeron en él. Ora
como uno más de los creyentes y vive vida de iglesia como cualquier creyente.
No se le da más importancia ni preeminencia por ser la madre de Jesús.

Conclusión y aplicación.

Aquí desaparece María con su sencillez y fidelidad a las enseñanzas de su hijo.


Ella fue testigo de Pentecostés, de la venida del Espíritu Santo y de la
predicación de Pedro y la conversión de 300 personas en Jerusalén. María se
dedica de nuevo a Dios, y lo hace sin pretensiones de ninguna clase;
simplemente toma su lugar entre otros que oran y buscan servir al Señor.

Fue una mujer de fe, que como dije en los estudios anteriores para nosotras
debe de ser un ejemplo de esposa fiel, madre buena y sobre todo fiel creyente y
temerosa de Dios. Ha demostrado en su vida lo que dijo cuando le fue
anunciada la venida del Masías: “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo
conforme a tu palabra” (Lucas 1:38).

Pero, a la luz de todos los pasajes y versículos que hemos estudiado, ninguno
nos da pie para pensar o tratarla de manera especial ni ponerla en una posición
que ni su hijo, ni los apóstoles, ni la iglesia primitiva la pusieron.
También hay mucha gente que piensa en lo bueno que hubiera sido ser la
madre del Salvador y poder disfrutar del gozo de tener a Jesús cerca. Pero ese
gozo se puede disfrutar de igual manera, porque recordar las palabras de Jesús
cuando dijo a la multitud: “¿Quién es mi madre y mis hermanos? Y mirando a
los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He aquí mi madre y mis
hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano,
y mi hermana, y mi madre” (Marcos 3:33-35).

Si tú quieres ser de la familia de Jesús, cree en él, acepta su sacrificio en la cruz


por ti, porque “En ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el
cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos  4:12).

María a la luz de la Biblia


Escrito por Pilar Herrera en 30 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres

La Iglesia Católica enseña:

1. El dogma de la Inmaculada Concepción: María fue protegida de toda


mancha de pecado original desde el primer instante de su concepción en el
vientre de su madre. Fue declarado dogma por Pío IX en el año1854 (Leer el
“Dogma católico” pág. 104).

2. María, “la Santísima”, vivió una vida inmaculada perfecta. Esto viene


como consecuencia de la Inmaculada Concepción.

3. La virginidad perpetua de María. María fue virgen antes, durante y


después del nacimiento de Cristo. La iglesia católica enseña: “Si alguno no
confiesa, conforme a la doctrina de los Santos Padres, que la santa e
Inmaculada Madre de Dios, concibió virginalmente por operación del Espíritu
Santo y engendró de modo incorruptible, conservando la virginidad aún
después del parto, sea anatema (Concilio de Letrán en el año 553).

4. María es la madre de Dios porque es madre de Jesucristo, quien es


hombre perfecto y Dios perfecto.

5. María es la Madre de la iglesia.

6. La corredención de María. María es la corredentora porque participó con


Cristo en el doloroso acto de la redención. María está de pie en la cruz como
sacerdote cuando ofrece el holocausto. María sufrió tanto en la cruz que
colaboró en la redención. Ella ofreció a Cristo al Padre en la cruz, y no solo lo
ofreció sino que permaneció ante la cruz para sufrir con Cristo. Por eso la iglesia
la llama la cooperadora de en la redención del hombre, nuestra corredentora.

7. Al final de su vida, María fue llevada en cuerpo y alma al cielo (La doctrina
de la Asunción de María). Poco después de su muerte María resucitó y su
cuerpo no sufrió descomposición. Este dogma fue declarado en 1950 por el
Papa Pío XII el 1 de noviembre.

8. María es, junto con Cristo, la mediadora a quien podemos confiar todos
nuestros cuidados y nuestras peticiones.

9. María mediadora universal de todas las gracias. María ha sido


predestinada por su Hijo Jesús, como dispensadora de todas las gracias que
habrá de conceder a los hombres. De tal forma que ninguna gracia baja a la
tierra sin saberlo y quererlo ella.

10. El culto a María. Dios exaltó a María en la gloria celestial como Reina
del Cielo y de la Tierra. Debe ser alabada con devoción especial. La iglesia
distingue entre tres clases de culto: A) Latría: adoración a Dios. B) Hiperdulía:
veneración a María. C) Dulía: culto a los santos. La gente no sabe ni diferencia
entre estos tipos de culto o adoración y muchas veces anteponen la adoración a
María en vez de a Jesucristo.

Pero la Biblia enseña:

1. María al ser descendiente de Adán, nació en pecado (Romanos 5:12; 3:10-


12; 23).

2. María era pecadora; solo Dios es santo (Lucas 18:19; Romanos


3:23; Apocalipsis 15:4).
3. María fue virgen hasta el nacimiento de Cristo (Mateo 1:25). Después tuvo
otros hijos (Mateo 13:55ss.; Marcos 6:3ss). Los hermanos de Jesús no creyeron
en vida del mismo (Juan 7:5; Hechos 1:14). En el Nuevo Testamento no se
encuentra el empleo de “hermanos” por primos. Lucas distingue bien entre
hermanos “adelphos” (Lucas 8:21; 16:28) y pariente “synquenis” (Lucas
1:36;Hechos 23:16).

4. María es la madre terrenal de Jesús (Juan 2:1; Lucas 1:26ss; 2ss.; Hechos


1:14). La Biblia jamás llama a María madre de Dios, sino la madre de Jesús.

5. María es un miembro de la iglesia (Hechos 1:14; 1º Corintios


12:13, 27; Efesios 4:15-16).

6. Solo Cristo es Redentor porque solo Él sufrió y murió por el pecado. Hay


un solo Redentor y no dos (1º Pedro 1:18-19; 3:18;Romanos 3:24; Colosenses
1:13-14; Apocalipsis 1:5). María no ofreció a Cristo sino que Jesús mismo se
ofreció voluntariamente (Hebreos 9:14). Solo Cristo merece el título de
Redentor.

7. Después de muerta, el cuerpo de María regresó al polvo (Génesis 3:19).


¡La Biblia no dice absolutamente nada de esto!

8. Cristo Jesús es nuestro único mediador entre Dios y los hombres, en


quien podemos confiar todos nuestros cuidados y nuestras peticiones (1º
Timoteo 2:5; Juan 14:13-14; 1Pedro 5:7).

9. Toda bendición y don viene de Dios y a él hay que orar y no a


María (Santiago 1:17-18; Juan 14:13).

10. La Palabra de Dios enseña: no distingue entre culto de latría y de dulía,


sino que prohíbe adorar y arrodillarse ante nada ni nadie que no sea el
mismo Dios (Éxodo 20:3-5; Deuteronomio 5:7-9; 6:3; Mateo 4:10; Lucas
4:8; Juan 9:38; Hechos 10:25-26; 14:11-15; Apocalipsis 22:8-9).Solo Dios y el
Señor Jesucristo deben ser alabados y adorados en el cielo y en la tierra
(Salmo148:13;Apocalipsis 4:8-11).

Conclusión:

A la luz de todo lo que hemos visto, tenemos que decir en conclusión que la
María que enseña la Iglesia Católica no es la sencilla María que nos muestran las
Escrituras. Se ha distorsionado su persona grandemente y se le ha puesto en un
lugar y posición que solo Cristo merece.
Por lo tanto nuestra confianza para la eternidad tiene que estar puesta en
Cristo, nuestro Salvador, Redentor, Rey, y Señor y no en criaturas humanas. Que
el Señor nos ayude a seguir contemplando a María como la “bienaventurada
entre todas las mujeres”, y un ejemplo de humildad y obediencia en la fe, pero
nada más. Ella murió y está con su Señor como todos los demás creyentes que
han partido de este mundo.

Cristo es nuestra única esperanza y al cual debemos adorar y rendir culto.


¡A Él sea la gloria!

La mujer y la suegra de Pedro


Escrito por Pilar Herrera en 31 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres

“Mateo 8:14-18; Marcos
1:29-34; Lucas 4:38-41”

La esposa de Pedro.

Hoy vamos a hablar en primer lugar de una mujer que es una incógnita. No se
sabe mucho de ella ni siquiera su nombre. ¿Quién es? La esposa de Pedro. En
los tres pasajes que hemos leído se nos menciona a la suegra de Pedro y como
el Señor la sanó, esto lo veremos con más detalle más adelante. Si Pedro tenía
una suegra es porque estaba casado. ¿Qué sabemos de esta mujer?:

- Del apóstol Pablo aprendemos que la esposa de Pedro la acompañaba en


algunos de los viajes misioneros, ayudándole (1 Corintios 9:5). No tenemos
mucha información de ella, pero vemos que era una fiel compañera de Pedro y
verdadera creyente, ya que le acompaña en sus viajes misioneros. Si no tuviera
la misma fe y deseo de dar a conocer el evangelio se quedaría en su casa.
- Cuando el apóstol Pedro escribió sus dos epístolas y describió el ideal de
mujer y de esposa (1 Pedro 3:1-8), ¿se inspiró en el ejemplo de su esposa? Le
daba más importancia al espíritu afable y apacible, en lugar de un vestuario
lujoso. Quizás por estos versículos y por no hablar mucho de ella, podemos
decir que era una mujer que estaba entre cortinas, en secreto, ayudando y
apoyando a su marido y siendo ejemplo a otras mujeres en las iglesias que
visitaban, o quizás enseñando a las más jóvenes.

- La tradición dice que Pedro y su esposa murieron mártires en Roma y que ella
murió primera, y cuando la sacaban para morir, Pedro la consolaba con estas
palabras:”acuérdate del Señor”. Y cuando le llegó a Pedro su turno de morir, les
suplicó a los verdugos que lo crucificaran bocabajo porque se sentía indigno de
morir como su Señor.

La suegra de Pedro.

Ahora ya sí vamos a indagar un poco más sobre la suegra de Pedro, que al igual
que su hija no sabemos cómo se llamaba.

Vamos a ver un poco el contexto de la situación. Jesús con Pedro, Andrés, Juan y
Jacobo habían ido a la sinagoga un día de reposo. ¿Qué era la sinagoga? Era el
lugar donde los judíos iban a adorar a Dios y a escuchar su Palabra. El día de
reposo era el día de descanso para los judíos en el Antiguo Testamento, que era
el sábado, no el domingo. La reunión en la sinagoga acababa a mediodía como
nosotros con los cultos los domingos, acaban a mediodía y vamos a comer a
casa toda la familia y muchas veces con hermanos en comunión.

Pedro invita a Jesús y a los demás a su casa a comer. Acababan de presenciar


un milagro en la sinagoga, y al invitarle a su casa a comer le ruegan por la
suegra de Pedro. Lucas que era médico nos dice que tenía una fiebre muy
severa, muy alta, y cuando hay fiebre es que hay una infección que la produce.
Ellos quieren que Jesús haga algo, reconociendo el poder que tenía y que
acababan de presenciar en la sinagoga.

Los judíos y los fariseos se levantaban cada día y decían: “Te doy las gracias Dios
porque no soy un esclavo, ni gentil ni una mujer”. Tenían una opinión de la
mujer muy baja, pero Jesús con su acción muestra que no hay diferencia entre
hombre y mujer delante de Él.

Se inclinó hacia ella, tocó su mano y reprendió a la fiebre. Es muy curioso que
este término se usa casi exclusivamente para la gente, pero aquí Jesús lo usa o
lo identifica con una enfermedad o fiebre. Él tiene poder sobre lo que debilita al
cuerpo. No hay medicina, ni tratamiento médico. Lo único que hay es un poder
sobrenatural y soberano sobre la infección.

Como resultado enseguida la fiebre la dejó. Este milagro de sanidad fue:

- Con solo una palabra o un toque de Jesús.

- Sanó al instante.

- Sanó totalmente, no hay recuperación o rehabilitación.

La respuesta: el servicio

Como respuesta de gratitud al Señor, ¿qué hizo ella? : levantándose ella al


instante les servía. No perdió tiempo, fue una actitud no nueva sino que sugiere
su práctica por la hospitalidad y su hábito de servir.

Aplicación

Vemos en estos pasajes que Jesús tiene poder sobre nuestros cuerpos,
enfermedades, incluso endemoniados. Nos dice seguidamente que por la tarde
noche muchos endemoniados y enfermos fueron curados por Jesús. No hay
duda que Él es Dios.

Dejadme que espiritualice este pasaje. Hay una mayor enfermedad que la
fiebre alta o cualquier infección, ¿sabéis cuál es? El pecado. Sí, el pecado que
nos tiene pillados y está extendido por todo nuestro ser. Necesitamos que
alguien nos sane de las consecuencias del pecado, que el la muerte espiritual, o
sea la condenación (Romanos 6:23). Ese médico solo puede ser Jesús, muriendo
en la cruz por nosotros, en nuestro lugar.

Por lo tanto si Él te toca y se acerca a ti, serás sano, salvo de tu condenación. Al


igual que Él tiene poder sobre la naturaleza, nuestro cuerpo, también lo tiene
sobre nuestras almas. Él vino a sanar y salvar lo que se había perdido. Es un
regalo, no podemos hacer nada, Él ya lo hizo todo por nosotros. Como con la
suegra de Pedro, ella no hizo nada, estaba muy enferma y fue Jesús el que se
acercó a ella y la tocó y la sanó.

Así hace Dios con cada uno de nosotros si somos creyentes pero si no lo eres,
acércate a Él, clama para que te sane y te salve.

La suegra de Pedro lo tenía muy claro lo que tenía que hacer, servir. Si tú has
visto la mano de Dios salvando tu vida, ¡cuanto más no deberíamos servirle!
Uno puede decir que ya no tenemos a Jesús para cocinarle y servirle de
cualquier manera, pero lo que hagamos a uno de los creyentes lo estamos
haciendo a Él. Luego sirviendo a la iglesia, al pueblo de Dios, le estamos
sirviendo a Él. Sigamos su ejemplo en todo.

Gracias demos a Dios por estas mujeres anónimas e insignificantes, que ni


siquiera conocemos sus nombres, pero Dios quiso que estuvieran en su Palabra
para nuestro bien, y para aprender de ellas. Que así sea.

La mujer que tocó el manto de


Jesús y la hija de Jairo
Escrito por Pilar Herrera en 31 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres

(Mateo 9:18-26; Marcos
5:21-43; Lucas 8:40-56)

Introducción

Vamos a ver dos acontecimientos en la vida de dos personas, una adulta y otra
en una jovencita. No sabemos sus nombres pero sabemos mucho de ellas y sus
circunstancias, que es lo que realmente nos interesa.

Este pasaje es una historia dentro de otra historia, un milagro dentro de un


milagro. Estas dos historias nos muestran las consecuencias del pecado, que
son terribles en el mundo y en el ser humano en general. Se manifiesta en la
corrupción del corazón, en enfermedades, en mucho sufrimiento, en muerte, y
finalmente en muerte eterna.

Ahora bien ¿hay algún remedio para todo esto? ¡Por supuesto que sí!, la Biblia
nos lo dice. El remedio, el Rescatador, el Salvador, no es otro que Jesús el Hijo
de Dios. Este es el propósito de los cuatro evangelios, Juan 20:31, mostrar que
Cristo es el que destruye toda enfermedad y sufrimiento, la muerte, y el que
nos da vida eterna.

Jairo

Antes de estos dos milagros, Jesús había estado en la tierra de los gadaneros, y
allí hizo un milagro de sanar a un endemoniado (Marcos 5:1-20). Después de
sanar a este hombre, la gente de allí en vez de recibirle le insisten que se
marche de su tierra y Él nuevamente coge la barca y vuelve a Galilea. Allí ya le
estaban esperando multitud de personas en la misma orilla.

En esa multitud aparece un hombre llamado Jairo, que era principal de la


sinagoga. No era sacerdote, pero era responsable de los cultos de adoración, y
de la sinagoga en sí, de que todo estuviera en orden y dispuesto para los cultos
a Dios. Era un hombre respetado en su comunidad, y conocido por muchos. Era
un hombre temeroso de Dios y dedicado a servirle. Al acercarse a Jesús se
humilla delante de Él y se postra a sus pies. Tenía una petición muy urgente v.23
su hija estaba agonizando y sabía que Jesús podía salvarla, tenía fe en el poder
de Jesús. Había oído de los milagros que ya había hecho por todos los sitios
donde iba y por eso tenía la certeza de que si ponía sus manos sobre ella,
sanaría.

Aquí vemos también la disponibilidad y la pronta respuesta de Jesús hacia esta


súplica de Jairo y fue con él en dirección a su casa.

La mujer que tocó el manto de Jesús

Cuando va de camino a la casa de Jairo, hay una interrupción, un paréntesis en


la historia. Aparece otro personaje, una mujer. ¿Qué sabemos de ella? v. 25-26:

- Tenía una enfermedad incurable, padecía hemorragias de sangre.

- Llevaba 12 años sufriendo esta enfermedad.

- Perdió todo su dinero en muchos médicos.

- Su situación era peor que al principio.

Como consecuencia de esta terrible enfermedad, esta mujer tenía una vida
terrible, nunca pudo estar limpia según las leyes del Antiguo Testamento
en Levítico 15:19-27. Esto en práctica significaba que nunca podía ir a la
sinagoga o al templo, si tocaba a su marido (no sabemos si estaba casada), este
era inmundo, si tocaba a sus hijos, amigos o extraños, estos eran inmundos. Era
una excluida socialmente. ¿Qué tipo de vida era esta? Sería una mujer muy
solitaria y muy triste.

Ella quería pasar desapercibida por su condición de inmunda, quizás había


venido de una larga distancia porque aparentemente en la multitud nadie la
reconoció.

Esta mujer estuvo buscando un remedio en todos los sitios, y con todo el
mundo, pero no lo halló. Su situación es una buena ilustración de tanta gente
que busca remedio para su alma en religiones, filosofías, obras, sacrificios, pero
no encuentran nada. Necesitan ir a Cristo, volverse a Él. Él es el único que puede
traer salvación a tu vida.

La mujer lo único que quiere es “tocar el manto de Jesús” v.27-28. Quería tocar
en secreto, su condición era muy embarazosa y como era impura la
condenarían por tocar a Jesús. No había ninguna magia en el manto de Jesús,
sino que tenía fe en Él para sanarla, y Jesús honró la de de esta mujer. Porque
¿qué ocurrió?

La mujer es sanada y salva

Ella pensó si tan solo tacara el borde de su manto seré sana. Puedo gatear,
inclinarme y tocarle. Y así fue, tocó su manto por detrás entre la multitud v.27 y
fue sanada al instante v.29. Es muy interesante que fue sanada sin la
participación consciente de Jesús, ¡Tal era el poder que tenía!

Jesús a su vez percibió que había salido poder de Él y preguntó ¿quién le había
tocado el manto? v.30. Los discípulos le contestan que era imposible saberlo,
todos le oprimían y todos le tocaban. Pero este toque era diferente, con fe, y Él
lo sabía porque salió poder de sí mismo. Él miraba alrededor entre la multitud
para descubrir a la persona de fe.

La mujer nos dice el evangelista v.33 se postró ante Él y le dijo toda la verdad.
Confesó toda su historia, su miseria y su fe en Él.

Jesús le contesta con palabras llenas de sensibilidad y compasión espiritual.


Este es el único lugar en los evangelios donde Jesús llama a alguien “hija”. La fe
de la mujer en Jesús fue el medio para obtener la ayuda de Jesús v.34. Jesús con
estas palabras le asegura que su sanidad era completa y permanente. “Tu fe te
ha salvado” es la misma palabra para salvación, no solo sanidad. Por lo tanto
esta mujer no solo fue sanada de sus hemorragias sino de su pecado, fue salva.

Según la ley del Antiguo Testamento, si la mujer tocaba a Jesús le hacía


inmundo, pero no fue así con Jesús, al revés, ella fue sanada y salvada. Lo
mismo ocurre cuando venimos a Jesús con nuestro pecado y lo ponemos sobre
Él, no le hace a Él pecador, sino que nos limpia. ¿Has sido salvada y limpiada por
Él? Solo tienes que ir a Él con fe como hizo esta mujer.

Ahora ya podía disfrutar de una vida normal y social, ya que era una persona
limpia.

La hija de Jairo es resucitada

Volvemos a Jairo y su desesperación por la situación tan grave de su hija. Segura


que Jairo estaría mientras tanto muy impaciente, pero Jesús ¿no te das cuenta
de que mi hija está agonizando? Por favor no te entretengas con nadie ni con
nada. Dios nunca se entretiene, y aunque parece que lo hace para el que sufre.

Mientras ocurría todo esto con la mujer le dan la mala noticia a Jairo de que su
hija ya ha muerto v.35. ¿Cómo se sentiría cuando le dieron la noticia? Quizás
pensó “Ves Señor, si no te hubieras entretenido con esa mujer, mi hija viviría”.
Los que le dieron la noticia creían que Jesús solo podía ayudar o curar a los
vivos, por eso le dijeron a Jairo que no molestara más a Jesús.

Jesús le dijo a Jairo que no temiera, sino que creyera v.36. Jesús sabía que el
temor y la fe no van juntos. “Cree solamente” ¿qué se supone que Jairo tenía
que creer? Su hija había muerto, ya no había esperanza. Pero lo único que tenía
que creer es la Palabra de Jesús, porque es lo único que trae esperanza.

Tenemos tendencia de agarrarnos a la esperanza mientras podemos ver una


puerta abierta. Pero eso es una esperanza del mundo. Eso es andar por vista y
no por fe. Jesús le dijo “No temas, cree solamente”. Cuando todo lo que
tenemos es fe, cuando sabemos que no hay solución, ni por suerte, ni por
circunstancia, es cuando andamos por fe y crecemos en ella. La fe crece durante
esas ocasiones cuando Dios es el que interviene sabiendo que no hay ninguna
salida.

Para nosotras hoy día es igual, tenemos que creer y confiar en la Palabra de
Dios, es como si Dios mismo nos hablara aquí delante. Su Palabra sigue
teniendo autoridad, la misma que en aquel entonces.

Jesús se dirigió a la casa de Jairo como era su propósito en un principio y no


permitió que la multitud le siguiera, excepto tres de sus discípulos, Pedro,
Jacobo y Juan.

Deja una multitud y al llegar a la casa se encontró con otra multitud v.37-38. Allí
estaban las plañideras (Jeremías 9:17). Era costumbre pagar a personas que
lloraran y tocaran la flauta como señal de pérdida y de tristeza. Había mucho
alboroto en la casa. Jesús les dijo a toda esta gente que la niña no estaba
muerta sino que dormía, de forma figurada (Juan 11:11-14). La gente se burló
de Él. Jesús los excluyó a todos y los echó. Solo permitió a los que Él quiso que
fueran testigos del milagro. A sus tres discípulos y a los padres de la niña.

Jesús tomó la mano de la niña y le dijo “Talita cumi” que quiere decir: niña, a ti te
digo, levántate. Y la niña se levantó y andaba v.41-42. La gente al verla se
espantó, literalmente “estaban fuera de sus mentes con gran asombro”. Jesús
no quería publicidad, quería continuar con su ministerio con máxima libertad
de movimiento.

Conclusión

Vemos que Jesús obra de manera diferente y a la vez igual con cada persona. Él
puede tocar nuestras necesidades de la misma manera:

- La hija de Jairo tenía 12 años de alegría que se iban apagando. La mujer tuvo
12 años de agonía que parecían sin esperanza.

- Jairo fue un hombre importante, líder se la sinagoga. La mujer no era nadie


para el mundo, ni siquiera sabemos su nombre.

- Jairo probablemente era un hombre rico, porque era un hombre importante.


La mujer era pobre porque gastó todo lo que tenía en médicos.

- Jairo vino públicamente a Jesús, la mujer en secreto.

- Jairo pensó que Jesús tenía que hacer mucho para sanar a su hija. La mujer
pensó que todo lo que necesitaba era tocar la túnica de Jesús.

- Jesús respondió a la mujer inmediatamente, y sin embargo respondió a la hija


de Jairo después de un retraso.

- La hija de Jairo fue sanada en secreto, la mujer públicamente.

Jesús las rescató a las dos de la muerte. Este doble milagro enseñó a los
discípulos que Jesús tenía y tiene poder y control sobre toda enfermedad y
muerte. Ahora bien, ¿lo tiene sobre tu vida?

La mujer que se conformó con las


migajas
Escrito por Pilar Herrera en 31 Julio 2016. Publicado en Reunión de mujeres
(MATEO 15:21-28; MARCOS
7:24-30)

Introducción

Jesús había estado muy ocupado ministrando a la gente y haciendo muchos


milagros. Había mucha presión sobre él desde muchos frentes. Algunos querían
hacerle rey, luego estaba Herodes el que mató a Juan que también quería coger
a Jesús para matarle. Estaban los escribas y fariseos (Mateo 15:1-20), que
intentan pillarle en cualquier error de doctrina. Luego están las multitudes que
le seguían y no le dejaban descansar. Quiso apartarse e ir al otro lado del mar
de Galilea (14:22), subió a un monte (14:23), después fue a Genesaret y otra
multitud le siguió. Se encontraba cansado y quería apartarse a un lugar
tranquilo con sus apóstoles por eso fue a la región de Tiro y Sidón, así que dejó
la tierra de Israel para ir a tierra de gentiles. En Marcos 7:24 nos dice que Jesús
no quería que nadie supiese que estaba allí Él no fue allí a ministrar porque
como ya veremos más adelante, su misión era a las ovejas perdidas de la casa
de Israel.

Sin embargo la gente de Tiro y Sidón habían oído de Él y muchos vinieron a que
les sanara (Marcos 3:8). Creo que muchas de estas personas creyeron en él.
En Mateo 11:21 dice que si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros
que hizo en Israel, se hubieran arrepentido mucho antes que ellos.

La mujer sirofenicia y su problema

Aquí es donde aparece una mujer cananea, sirofenicia, una griega, Marcos dice
que era extranjera. Este término se usaba para diferenciar a los gentiles de los
judíos. Ella era gentil. Los habitantes de Tiro y Sidón eran dados a la idolatría y
no se llevaban muy bien con los judíos. No sabemos ni su nombre ni el de su
marido ni el de su hija.
Aparece como una madre que sufre por la aflicción de tener una hija poseída
por un demonio. Seguro que tenía cierto conocimiento de Jesús por como se
dirige hacia Él v.22, “Señor, Hijo de David”. Le pide misericordia porque estaba
atormentada y apenada por el problema de su hija.

La gran fe de la mujer

Este pasaje es una ilustración de una fe que salva. En Mateo 8:5-13, Jesús por
primera vez le dice a alguien, a un centurión romano que tenía mucha fe. Y aquí
a la mujer también le dice que su fe es grande. Es interesante que los dos, tanto
el centurión como la mujer ninguno son judíos, sino gentiles.

Esta mujer no está en el pacto, es una pecadora pagana. Ella viene sin derechos
ni privilegios, lo contrario de los judíos, somos hijos de Abraham, hijos del
pacto.

Está desilusionada de sus ídolos, no son capaces de ayudarla en su necesidad,


por lo tanto viene a Jesús creyendo en su corazón que Él sí puede ayudarla.
Jesús le dice que su fe era grande ¿por qué?

1) Su fe era grande porque tenía tan poco sobre lo cual podía


construirla. En otras palabras, era pagana, fuera del pacto, de la ley, de las
Escrituras, y en una región fuera de Israel. Por lo tanto basada en la cantidad de
información que tenía, su fe era grande. No como los judíos que tenían todo, las
promesas, la Palabra de Dios, los profetas, etc. Sin embargo, o no tenían fe o su
fe era muy pequeña para toda la información que tenían.

Aquí hay mujeres con mucho conocimiento de la Palabra y otras con muy poco,
os quiero preguntar ¿cómo es tu fe? Cuanto más conocimiento tengas, mayor
debería ser tu fe, pero ¿es así? O sigues con una fe débil y fluctuante.

Esta mujer puso su fe en la persona correcta, esta es la primera característica


de la gran fe. Puso su fe en el objeto correcto.

2) En esa grande fe hay un elemento de arrepentimiento. En 1ª


Tesalonicenses 1:9, Pablo les dice “os convertisteis de los ídolos a Dios”, es dar
un giro de dirección. Es volverse del pecado a Dios. Ella gritaba “Ten
misericordia de mí”, ¿qué significa misericordia? Estoy aquí a pesar de que no
merezco nada. El que busca misericordia tiene un sentido de indignidad. Ella no
demanda nada, al revés, viene buscando misericordia, no lo merece.

Spurgeon dijo que “el arrepentimiento es el acompañante inseparable de la fe.


No hay un verdadero arrepentimiento que no venga de una fe en Cristo, y no
hay una fe verdadera en Cristo que no esté teñida con arrepentimiento”. La fe y
el arrepentimiento van juntos de la mano.

La mujer tiene una gran fe, que implica arrepentimiento también. “No soy
digna, ten misericordia de mi”. Le llama y le reconoce como el rey y le trata
como tal con reverencia.

Nosotros los cristianos tenemos que cuidarnos de cómo tratamos el nombre de


Jesús o Dios. A veces lo hacemos irreverentemente, cuidado con no tomar su
nombre en vano.

Los impedimentos de Jesús

Jesús puso algunas barreras a esta mujer. Jesús que jamás rechazó a nadie ante
una petición de misericordia, no le responde, ni una palabra v.23. ¿Es que acaso
Jesús no entendía? ¡Claro que sí! ¿Es que acaso Jesús no veía la fe de esta mujer?
¡Pues claro que sí! ¡Jesús es Dios! Él sabía el dolor y la fe de esta mujer. Jesús
está probando a la mujer.

La mujer ni siquiera ha traído a su hija. Ella sabe que Jesús tiene poder para
sanar aún en la distancia, Sin embargo Él permanece en silencio. ¿Por qué no
dijo nada?

Jesús estaba cansado de tanta superficialidad, de tanta fe falsa, de que la gente


consiguiera lo que quería en cuanto a milagros y luego marcharse. Él quería
probar y fortalecer la fe de esta mujer. Recordar lo que dice en Lucas 13:24; que
la puerta es estrecha y muchos se esfuerzan por entrar”. Jesús quiere
demostrar en esta mujer lo que es una fe verdadera.

Pero la mujer seguía tras ellos gritando misericordia y los discípulos no


aguantan más. Le dicen al Señor v. 23 que hiciera algo rápido porque les
molesta. La respuesta del Señor revela una de las razones de su silencio v. 24,
hay un orden en mi ministerio, primero debo ir a las ovejas perdidas de Israel,
¿quiénes eran? Los judíos, el pueblo de Israel. Por lo tanto primero a los judíos y
luego al mundo gentil. Es como si le dijera a la mujer “Lo siento, señora, tú no
eres judía. Vete no nos importan tus necesidades”. Pero el Señor nunca actuó
así con nadie antes, ¡qué afirmación más extraña!

¿Qué quería decir? Él está diciendo en primer lugar que su plan está todavía
cumpliéndose. No ha rechazado a Israel todavía, a pesar de su dureza de
corazón, todavía les llama al arrepentimiento. Mi tiempo para los gentiles
todavía no ha llegado, tengo que ir primero a Israel, a las ovejas perdidas.
Jesús quería que sus apóstoles supieran esto y lo tuvieran claro, pero para la
mujer fue una bofetada. Para algunos esto hubiera sido suficiente para irse y
buscarse otro dios, pero para la mujer no, tenía gran fe, y perseveró.

Ella reaccionó con adoración y humildad v. 25, se postró ante Él, literalmente se
postró al suelo con el rostro tocando el suelo, en señal de adoración y
humildad. No se da por vencida y le suplica ayuda para su hija.

Esto es una búsqueda sincera y verdadera, cuando nos humillamos ante Él


suplicando, ella no discute con Él, solo se humilla, no hay orgullo en su corazón.
Hay una dependencia absoluta de él, eso es otra característica de la gran fe.

Ahora Jesús le pone otra barrera, v.26, “Deja que los hijos coman primero. No
está bien quitarles el pan a los hijos y echárselo a los perros”, le está llamando
¡perro! ¿Está Jesús en verdad intentando ayudar a esta mujer o no? ¡Por
supuesto que sí! La palabra que usa para perro no es despectiva, sino familiar,
se refiere a un perrito, como una mascota familiar.

Él está probando su fe. Ella es inteligente, no se hunde, sino que le contesta v.


27, “Sí, Señor; pero hasta los perros comen migajas que caen de la mesa de su
amos”, es persistente. Esta es otra de las características de la gran fe, es
persistente, no se desanima a la primera de cambio. Está decidida a no aceptar
un ¡no! Por respuesta.

Ella no discute, acepta ese orden, primero los judíos, pero después los gentiles
como ella. Por eso admite que puede comer las migajas que caen de la mesa.
Las promesas y el plan de salvación hechas a Israel, tienen una aplicación sobre
los gentiles.

Esta mujer no había pedido una barra entera de pan, solo las migajas que caían
al suelo. Jesús vio el ahínco y la fe de esta mujer.

La petición respondida

Jesús al ver esa fe tan grande, esa perseverancia, esa paciencia, le dijo “hágase
contigo como quieras”. Es como si Jesús hubiera dicho “me has conquistado”. Y
desde aquella misma hora su hija sanó. Jesús no necesita estar presente con los
enfermos, o tacar al enfermo, no. Con su sola palabra ya tiene el poder para
hacer los milagros.

La prueba resultó en triunfo. Esta mujer se abrió paso a todos los


impedimentos que Jesús mismo le puso. Al regresar a su casa vio a su hija sana
y totalmente cuerda.
Los discípulos empezaron a entender que la piedad y misericordia divina es
más grande que las fronteras raciales y que la salvación de Cristo es para todos.

Aprendamos también de esta mujer a perseverar en la oración e interceder por


aquellos que lo necesitan, sea físicamente por alguna dolencia o enfermedad o
espiritualmente.

¿Cómo es tu fe? Quiera el Señor que cuando estemos en su presencia nos


reconozca como a esta mujer por ser creyentes que tienen una gran fe.

La mujer cristiana en el hogar


Escrito por Pilar Herrera en 01 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

INTRODUCCIÓN

Es un tema muy amplio y no quiero ni centrarme en un aspecto únicamente ni


generalizar tanto que todo quede muy vago.

Así que, con la ayuda del Señor espero tratar el tema lo más claro y profundo
que me sea posible.

Puesto que hay muchas áreas de la mujer cristiana en el hogar, he intentado


clasificarlas en diferentes bloques por orden de prioridad a la luz de la Biblia.

En primer lugar y para centrarnos en el tema me gustaría que leyéramos un


pasaje de la Biblia que nos habla y nos ilustra cómo debe ser la mujer cristiana
en todos sus aspectos, y el pasaje por excelencia es Proverbios 31:10-31, nos
iremos refiriendo a él de manera regular.
Los hogares hoy día están muy perdidos y desestructurados. Muchos de ellos
son meras pensiones. Las relaciones de pareja son muy inestables y los hijos
sufren las consecuencias de toda esta inestabilidad. Por lo tanto necesitamos
hogares cristianos, que se note la diferencia con el mundo. Que no nos engañe
la sociedad con el modelo de hogar que nos quieren imponer, hoy día todo vale,
pero como vamos a ver para el Señor no todo vale, y Él nos ha dejado su
voluntad de cómo quiere que sean nuestros hogares, y el modelo de familia
que le agrada.

LA MUJER Y SU SEÑOR

Si el tema es “la mujer cristiana en el hogar” entonces tenemos que empezar


por nosotras mismas, porque nuestro hogar será un reflejo de lo que somos en
realidad.

Es necesario establecer lo que la mujer es, o debe de ser, antes de hablar acerca
de lo que hace, porque lo que hacemos procede de lo que somos. De ahí la
importancia de tener bien claro lo que somos y, sobre todo, como creyentes,
quiénes somos en Cristo. Somos mujeres redimidas para ser libres y completas,
mujeres en el sentido más pleno de la palabra. Hemos sido perdonadas y
cambiadas por el Espíritu Santo, y seguimos siendo transformadas a la imagen
de nuestro Señor Jesucristo.

Por lo tanto la primera prioridad de la mujer cristiana en el hogar es su Señor y


su relación con Él. No podemos formar un hogar cristiano si nosotros no
estamos bien con el Señor. Jesús nos dijo:”Amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”. No importa si tienes familia, si
eres soltera o viuda o divorciada, tu prioridad en tu vida es Dios mismo y si tu
amor hacia Él es con todo tu ser.

Ahora bien ¿cómo mantener y fomentar esa relación con el Señor? Lo sabemos
todas de memoria ¿verdad? Debemos cuidar esa devoción a Dios cada día de
nuestra vida ¿cómo?:

1. Debemos leer la Biblia cada día.

2. Debemos orar y estar en comunión con el Señor cada día.

No me cansaré de insistir en este tema, si no tienes un tiempo a solas con tu


Señor diariamente, tu vida espiritual va a decaer y flaquear. No estoy hablando
ahora de si oras con tu marido o con tus hijos, estoy hablando de ti misma a
solas con tu Señor. Debemos derramar nuestro corazón al Señor, quizás hay
cosas o tentaciones que ni siquiera puedes compartir con tu marido, pero sí con
el Señor. Debemos buscar esa devoción a Dios y ser conscientes de su
presencia en nuestra vida.

Sé que vivimos una vida moderna muy agitada, con prisas, con stress, a veces
no nos alcanzan las 24 horas del día. Se entra se sale, se batalla con los hijos, se
come, se ve la televisión, ir al trabajo (quien trabaje fuera de casa), hay fiestas y
actividades que realizar, deportes, salidas etc. Y miles de cosas más que no
dejan tiempo absolutamente para nada.

Bueno, pues si es así tienes que sacar tiempo para lo más importante, para que
el motor de tu hogar siga funcionando y para que el día lo empieces poniéndolo
delante del Señor y poniendo tu vida y tu corazón en sus manos. Si tienes que
levantarte antes, pues te levantas, pero no seas negligente en tu devoción a
Dios. Muchas veces si lo dejas por la noche, estarás muy cansada y lo dejarás
para mañana y quizás mañana nunca llega.

Hay algunos cristianos que dicen que ellos solo oran cuando lo sienten, ¡qué
engaño del diablo! Si es así seguro que nunca oraríamos. Acordaros de Daniel
que tenía como costumbre orar tres veces al día, era una buena costumbre. Las
costumbres no tienen por que ser malas, al revés, hay costumbres que son
buenísimas y debiéramos practicarlas, como el tiempo devocional diario.

Fallamos mucho en esto por culpa del diablo, pero no nos engañemos también
es por nuestro propio pecado y por nuestra negligencia. Fijaros que una de las
cualidades de la mujer de Proverbios es que teme a Jehová, ese temor viene de
su relación con Él y del conocimiento de su Palabra. En el v. 26 dice que “Abre su
boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua”, ¿cómo puede ser
esto? Porque el principio de la sabiduría es el temor a Jehová, y ¿cómo puede
tener la ley de clemencia en su lengua?, porque la lee, indaga en la Palabra de
Dios y la memoriza y la guarda en su corazón. Para ello se necesita disciplina,
tiempo y constancia.

LA MUJER Y SU MARIDO

La prioridad de la mujer después del Señor es su marido y no sus hijos. Dios ha


hecho del matrimonio la relación que más une (Génesis 2:24) “Por tanto, dejará
el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola
carne”. Dios hizo a la mujer con el propósito de ser “ayuda idónea para él”
(Génesis 2:18). La Biblia deja claro que este propósito divino en la creación de la
mujer en ninguna manera la hace a ella ser un ser inferior. La mujer cristiana
debe ser una ayuda a su marido físicamente, emocionalmente, mentalmente y
espiritualmente. Ella es el complemento del hombre. Ella debe ser su ánimo y la
que le conforta. Cuidado porque la mujer puede hacer o deshacer al hombre:
“La mujer virtuosa es corona de su marido; mas la mala, como carcoma en sus
huesos” (Proverbios 12:4).

Según la mujer virtuosa de Proverbios 31 “el corazón de su marido está en


ella confiado” v.11, “Le da ella bien y no mal todos los días de su
vida” v.12, “su marido también la alaba” v.28.

Vemos aquí una mujer que ama a su marido, que le es fiel, que busca su bien, le
hace sentir importante. Ahora bien cómo se pone todo esto en práctica:

1. Respetándole y bendiciéndole.

2. No le critiques ni le ridiculices.

3. Sé agradecida.

4. Dile lo que admiras de él y dile que le amas. Estamos muy equivocadas


cuando pensamos que los hombres no necesitan oír que les queremos.

5. Pon atención a los pequeños detalles, algún regalo inesperado, alguna


cena sorpresa etc.

6. Arréglate para él, no descuides tu aspecto físico.

7. Busca tiempo para estar a solas con él. Cuando vienen los niños intenta
pasar tiempo con él en intimidad. Hemos de invertir tiempo en nuestra pareja a
lo largo de la vida, en todas las etapas del matrimonio, desde el principio. Si nos
volcamos en nuestros hijos como lo más importante de nuestra casa, lo
pasaremos mal cuando llegue el tiempo del nido vacío, por eso debemos lograr
una unidad y acoplamiento para poder disfrutar de la convivencia en la
madurez. Tenemos toda una vida para trabajar la relación, para disfrutar de
nuestra pareja a lo largo del matrimonio hasta que los dos seamos viejecitos.
Una de las imágenes más hermosas para mí es ver a una pareja de ancianos
paseando cogidos de la mano.

8. Y por último y no por eso lo menos importante, porque justamente para mí
es lo más importante, ora por él y con él. Leamos en Efesios 4:26: “Airaos, pero
no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo”. Mirad, yo siempre pongo
este ejemplo, si hay alguna discusión o pelea, que las hay entre la pareja,
seamos sinceras, ¿cómo se solucionan? Me diréis que aplicando el versículo que
acabamos de leer, pero ¿cómo, si estamos enfadados? En mi propia vida la
mejor manera es tener la costumbre de orar los dos juntos y así a la fuerza
tenemos que hacer las paces o hablar el asunto y arreglarlo antes de orar. Nos
ha funcionado y es una de las costumbres que más han influido en mi vida y en
mi matrimonio para que funcione. Yo sé que es difícil empezar si no tienes esa
costumbre, pero sería bueno que lo hablaras con tu pareja y buscarais un
tiempo de leer la Biblia y orar juntos cada día. Nosotros antes de casarnos
cuando ya estábamos comprometidos y estábamos en el colegio bíblico
decidimos empezar a orar juntos y comenzar cada día poniendo al Señor
primero y encomendando nuestras vidas y las de nuestras hijas e iglesia en
manos de Dios. ¡No tiene precio! Descubrimos la Palabra de Dios juntos,
comentamos las obras de Dios y oramos a Dios por los asuntos o problemas
familiares o de iglesia. Sería muy bueno tener un directorio de iglesia, no solo
por tener las direcciones y teléfonos de los hermanos que es muy práctico, sino
por orar por ellos de manera regular y así no se nos olvida nadie. Estamos
construyendo nuestro hogar sobre la roca, que es Cristo y su Palabra.

Me gustaría también mencionar el tema de la “sumisión”, leemos en Efesios


5:22:”Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor” “Casadas,
estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor” (Colosenses 3:18);
“Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que
también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la
conducta de sus esposas” (1ª Pedro 3:1).

Sé que no es un tema muy bien recibido hoy día en la sociedad, y que cuando lo
tratamos con gente inconversa se sorprende de que todavía sigamos creyendo
este tipo de conducta. Pero para nosotras, mujeres cristianas, este es el
mandato del Señor. Sé que es un tema complicado, pero hay que ponerlo en
práctica. También pienso que muchas veces se ha malinterpretado y muchos
hombres han sido machistas o déspotas con sus mujeres usando este principio
como excusa. Quiero dejar claro que sumisión no es subyugación. Es un asunto
que tiene que ver con los diferentes roles dados por Dios al hombre y a la
mujer. El hombre es nuestra cabeza como Cristo es la cabeza de la iglesia, y por
lo tanto, este asunto de la sumisión tiene que darse cuando hay una situación
difícil, donde después de hablar y orar los dos juntos, aun así no se llega a un
acuerdo, y por lo tanto, la mujer por obediencia al Señor se somete
voluntariamente a la decisión de su marido.

Otro tema que es crucial y quizás necesitaríamos un sábado entero para


tratarlo, son las relaciones sexuales con nuestro marido. El objetivo principal del
matrimonio instituido por Dios en un principio era para darse compañía, ayuda
idónea, y que los dos fueran una sola carne, no era la de tener hijos, eso era el
fruto. Muchas mujeres con el paso de los años se piensan que esta área no es
tan importante, y es verdad, no lo es, ¡es crucial! No solo eres la ayuda idónea,
su compañera, su mejor amiga, sino que debes ser su amante. Tu cuerpo no te
pertenece, le pertenece a él. Leamos 1º Corintios 7:3-5:”El marido cumpla con la
mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. La mujer no tiene
potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido
potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os neguéis el uno al otro, a
no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos
sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente
Satanás a causa de vuestra incontinencia”. Muchos matrimonios se han roto por
no cuidar la relación sexual, y muchos han caído en adulterio por descuidar esta
área. Por lo tanto cuidar y disfrutar de la relación sexual. Es una bendición
cuando sentimos que después de años de matrimonio los dos nos seguimos
deseando, ¡a pesar de nuestros kilos de más y de nuestras arrugas!

LA MUJER Y SUS HIJOS

¿Qué son los hijos? Salmo 127:3 “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa
de estima, el fruto del vientre”. Los hijos son una bendición, no los conviertas en
una molestia. Oigo muchas veces comentarios de madres sobre sus hijos tales
como:”Ya me tiene harta, si no hubiera nacido”, “¿Y ahora que hago con él? Me
ha destrozado mi vida y mi futuro”, “¡Qué asco de vacaciones, ahora tengo que
cargar con él y aguantarlo todo el verano!”. Creo que sobran las explicaciones.

Los hijos son herencia de Dios, son una bendición aunque nos den muchos
problemas. Deben ser muy preciosos e importantes para ti, y por lo tanto si eso
es así entonces:

1. Edúcalos y disciplínalos según nos enseña la Palabra de Dios. Ser madre


es algo maravilloso. No hay gozo como el de tener a un bebé en brazos que ha
salido de tus entrañas, darle el pecho, cuidarle etc. Es un gozo educarle en los
caminos del Señor, ver cómo va aprendiendo y como va razonando.
Disfrutamos en el parque con nuestros hijos cuando juegan con otros niños.
Cuando cumplen años y la casa se nos llena de niños. Estamos contentas
cuando van a la iglesia y a campamentos cristianos etc. Nos sentimos orgullosas
de ser madres. En esta área de los hijos, la madre es la que está íntimamente
involucrada en el cuidado de los hijos.

2. Pasa tiempo con ellos. Nosotras las que seamos madres, necesitamos pasar
todo el tiempo posible con nuestros hijos antes de que tengan 7 años cuando
sus caracteres ya están formados. Son años preciosos para poner el
fundamento de sus vidas antes de que el mundo los invada. Por supuesto cada
etapa de nuestros hijos es importante y tiene sus necesidades concretas, que
tenemos que ser conscientes a la hora de tratarlos. No es lo mismo una
disciplina o castigo a los tres años que a los 16 años. Tenemos que pasar
tiempo con ellos, en intimidad, sentarnos a la mesa a la hora de comer sin
prisas, sin televisión y conversar, compartir el día, qué tal el colegio, con sus
amigos etc. Hoy día muchas madres trabajan fuera de casa y los niños llegan a
casa del colegio y no hay nadie, les llaman los niños llave y pasan muchas horas
solos sin relación y sin control. Intenta dentro de lo posible que no sea así con
tus hijos.

3. Es muy importante controlar lo que hacen y lo que ven. Muchas veces si


estamos muy ocupadas los ponemos delante del televisor para que no nos
molesten, pero no sabemos ni lo que ven ni lo que escuchan. Hoy día quizás sea
el ordenador, pasan mucho tiempo frente a él y no sabemos dónde se meten y
lo que hacen. Siéntate con ellos y elige los programas que quieren ver, y si se
ponen al ordenador no los dejes solos, que el ordenador nunca esté en su
cuarto, sino en el salón donde puedas ir y ver y controlar lo que hacen y dónde
se meten.

4. Sé ejemplo. No nos podemos imaginar el impacto que deja el buen o mal


ejemplo en los hijos. Se puede hablar mucho y dialogar, pero si el ejemplo no
concuerda con lo que confesamos, veremos como nuestro hogar se convierte
en ruinas. ¡Qué triste es ver a padres que saben mucho de la Escritura, saben
mucho de cómo actuar, pero su vida y su ejemplo es la peor influencia para los
demás miembros de la familia! ¡Qué Dios nos libre de ser así!

5. Déjalos marchar. Debemos instruir a nuestros hijos y equiparlos de modo


que cuando hayan crecido puedan dejar nuestros hogares para llevar vidas
productivas y piadosas propias. Sabéis del síndrome del nido vacío, que
mencioné anteriormente, y los problemas que esto ha acarreado a muchas
mujeres, pero no vivimos para nuestros hijos, vivimos para glorificar a Dios.
Dios nos los ha prestado durante algunos años para que los instruyamos, pero
tienen que irse y dejar el hogar tarde o temprano para formar ellos mismos su
propio hogar. Si hemos idolatrado a nuestros hijos y los hemos hecho el centro
de nuestras vidas, entonces cuando se vayan quedaremos sin objeto y vacías de
propósito. Si hemos hecho nuestros deberes fielmente al criarlos, no
tendremos miedo de verlos madurar y de que dejen nuestro nido. Hay que
aprender a soltarlos y dejarlos ir, con todas las consecuencias. En Proverbios a
la mujer virtuosa, sus hijos la llaman bienaventurada, es de los mejores piropos
que nos puedan decir nuestros hijos.

6. Por último, me gusta dejar para el final lo más importante. Enséñales lo más


importante para sus vidas. La Biblia nos enseña claramente que los padres
son los responsables de la educación espiritual de sus hijos (Efesios
6:4; Deuteronomio 6:6-7):”Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros
hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” “Y estas palabras
que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y
hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y
cuando te levantes”. Lee la Palabra de Dios con ellos, ora con ellos, ora por sus
necesidades, cuando tienen exámenes, cuando se han enfado con algún
amigo/a, cuando tienen miedos o temores por algo. Consuélales con la Palabra
de Dios y muéstrales la maravilla del evangelio y del amor de Dios por ellos. El
hogar debe ser el lugar donde la fe puede nacer y ser alimentada, donde la
genuina fe puede pasarse de una generación a otra. Cuando leemos biografías
de grandes hombres o mujeres de Dios, vemos la influencia que tuvieron sus
madres sobre ellos, enseñándoles la Palabra y orando con ellos y por ellos
diariamente. Acordaros de Timoteo como su madre Eunice y su abuela Loida le
enseñaron las Sagradas Escrituras desde la niñez:”Trayendo a la memoria la fe
no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu
madre Eunice, y estoy seguro que en ti también” “Pero persiste tú en lo que has
aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la
niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para
la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (2º Timoteo 1:5; 3:14-15). Nunca es
pronto para empezar, ya desde la barriguita podéis contarle y hablarle del
Señor, cantarle canciones y orar por ellos. Hace ya algunos años, en una
reunión de pastores, salió el tema de tener un tiempo devocional o de
enseñanza o como lo queráis llamar, con los hijos, y para sorpresa y tristeza a la
vez, de unos 12 ó 15 pastores que había, solo 2 ó 3 tenían este tiempo
devocional con sus hijos! ¿Qué nos está pasando? Si los propios pastores no
dan ejemplo en esto a sus congregaciones ¿qué esperamos de los demás? Si no
estáis enseñando a vuestros hijos la Palabra de Dios, Dios os va a pedir cuentas
y estáis perdiendo los años más preciosos de ellos, y luego ya no hay marcha
atrás. ¡Orad con vuestros hijos! Es la mejor manera en que podemos pasar
tiempo con ellos y enseñarles a orar. ¡Que Dios nos ayude en esta tarea!

LA MUJER Y SU CASA

La Palabra de Dios nos habla de que las mujeres deben ser “cuidadosas de su
casa” (Tito 2:4-5), pero en el original se puede traducir como “amadoras del
hogar”. La mujer no solo vive en una casa con su familia, la mujer “hace hogar”.
Podemos tener la idea de que las cosas de la casa no tienen nada que ver con la
fe, pero es en el marco hogareño donde ocurren las relaciones verdaderamente
espirituales en la vida. La influencia más duradera en la vida de las futuras
generaciones procede del hogar y de las madres. En Proverbios dice que la
mujer sabia edifica su casa; mas la necia con sus manos la derriba (Proverbios
14:1).

Nuestro hogar debería ser:

1. Un hogar placentero. Un hogar placentero debería estar lleno de alegría y


hermosura, la hermosura de la santidad. Nuestro hogar debe reflejar la bondad
y la gloria de Dios. Hay casas que por fuera son hermosas, pero están llenas de
personas infelices ¿es tu hogar un lugar agradable para la familia? ¿hay un
ambiente de paz? ¿o por el contrario hay peleas, reproches, críticas, irritabilidad
etc.? Debemos comprender que las mujeres ejercemos un gran impacto sobre
nuestros hogares para bien o para mal (Proverbios 15:16-17; 21:19):”Mejor es lo
poco con el temor de Jehová, que el gran tesoro donde hay turbación. Mejor es
la comida de legumbres donde hay amor, que de buey engordado donde hay
odio” “Mejor es morar en tierra desierta que con la mujer rencillosa e iracunda”.
La mayor parte de las disputas o riñas son fruto de la amargura y de un espíritu
crítico. Cuando va gente a tu casa ¿se sienten a gusto, relajados, confortados o
por el contrario, están deseando de irse?

2. Un hogar limpio y ordenado. Un hogar limpio y ordenado desde luego


contribuye a una vida agradable. Nos encanta ver la ropa planchada y colgada
en el armario. Pero un hogar limpio en exceso de meticulosidad no es
placentero. Si entras y parece que no puedes pisar o tocar nada, está bien lejos
de ser un lugar relajante y en el que se pueda disfrutar. Los hogares no son
museos, sino que son para disfrutarlos. No hagas de la limpieza una tortura
para la familia.

A las mujeres nos encantan las plantas y las flores. Disfrutamos cuando vemos
la mesa bien puesta, y cuando vemos a nuestra familia o amigos comer con
gusto lo que hemos cocinado. Nos encanta conversar y sentarnos con alguna
amiga o amigas con una buena taza de café.

Tal vez te acuerdas de aquellos tiempos en que tu madre hacía pan casero ¡qué
olor tan bueno llenaba la cocina y toda la casa! Hoy día la gente lo prefiere
hecho en fábrica o congelado. Hasta no hace mucho tiempo casi todo era
casero, se cosía la ropa en casa, se hacían comidas caseras y no precocinadas,
se hacían mermeladas, bizcochos, pasteles etc. Ahora quedan muy pocas cosas
caseras. Todo se hace en serie, en grandes cantidades y con muchos
conservantes. Creo que en esta área hemos perdido muchas cosas buenas que
deberíamos de retomar (Proverbios 31:15):”Se levanta aun de noche y da
comida a su familia y ración a sus criadas”.
3. Un hogar hospitalario. En 1ª Timoteo 5:10:”… que tenga testimonio de
buenas obras; si ha criado hijos; si ha practicado la hospitalidad; si ha lavado los
pies de los santos; si ha socorrido a los afligidos; si ha practicado toda buena
obra”, las viudas lavaron los pies de los santos. Eso es hospitalidad, “buena
acogida y recibimiento que se hace a los extranjeros o visitantes”, en otras
palabras tener tu casa abierta y dispuesta a recibir a quien lo necesite. Es un
área sin precio para practicar el amor y el testimonio cristiano. Mucha gente
piensa que el ser hospitalarios es tener que preparar grandes comidas o
banquetes, pero no es así, es dedicar tiempo y recibir en nuestro hogar a un
hermano o hermana, o alguna persona que ni siquiera conocemos para hablar,
consolar, testificar. Es muy triste ver cómo hay mujeres que nunca ofrecen su
casa para reuniones o para recibir a alguien. Creo que casi todos los domingos
en mi casa hay alguien a comer, y siempre que hemos tenido hermanos que se
han quedado en casa a dormir hemos sido bendecidos. Creo que es un
privilegio tener nuestros hogares dispuestos para ayudar a los demás
(Proverbios 31:20):”Alarga su mano al pobre, y extiende sus manos al
menesteroso”.

CONCLUSIÓN

Tenemos que ser mujeres sabias que edificamos nuestras casas (Proverbios
14:1). El ministerio de la mujer ha de centrarse en primer lugar en su hogar.
Todo el pasaje de Proverbios 31:10-31, nos habla del equilibrio en la vida de la
mujer. Dios nos ha hecho maravillosas, polifacéticas, prácticas, soñadoras,
hábiles etc. Estos versículos forman un poema acróstico. La primera letra de
cada versículo corresponde a las letras del alfabeto hebreo.

¡Mujer virtuosa! Contemplemos la personalidad de esta mujer. Es activa,


voluntariosa, habilidosa y artista, generosa, caritativa, previsora, emprendedora,
cuidadosa de su aspecto, sabia y misericordiosa. Pero la cualidad más
maravillosa que tiene es que teme a Jehová, y ese es el principio de la sabiduría.
Esta mujer virtuosa tiene todo un abanico de cualidades.

No quiero que nos deprimamos al ver que no tenemos las mismas cualidades
que esta mujer. El Señor te ha creado como eres y eso no lo podemos cambiar,
pero sí podemos poner los cimientos de nuestro carácter que es el temor a
Jehová. Dios no se preocupa tanto de lo de afuera sino de tu espíritu interior. Lo
que Dios valora en una mujer es un carácter afable y apacible (1ª Pedro 3:1-4).
Fijaros que aquí Pedro está enseñando que la mujer tiene que ser decorosa,
casta y respetuosa en su conducta, y modesta en su adorno. Dios mira el
corazón y lo que realmente interesa es que reflejemos el carácter de Cristo.
Pedro no describe la moda. La moda va cambiando, pero cada una sabe lo que
es modesto o no. Quizás nunca hemos reflexionado en este asunto de la ropa, o
no se habla mucho en las iglesias, pero incluso Dios se preocupa de cómo
quiere que nos vistamos. Por lo tanto no le demos tanta importancia a lo
externo sino al espíritu interno.

Según el diccionario “el carácter es el conjunto de cualidades psíquicas y


afectivas, heredadas o adquiridas, que condicionan la conducta de cada ser
humano distinguiéndole de los demás”. El carácter es lo que somos, los rasgos
que definen nuestra personalidad. Lo que hacemos procede de lo que somos,
es decir, actuamos de acuerdo a la clase de persona que somos.

A los ojos de Dios, nuestro carácter, nuestra estatura espiritual, es mucho más
importante que las grandes cosas que podamos hacer. El carácter cristiano es
humilde, manso, justo, misericordioso y limpio de corazón. El carácter básico de
la mujer es entrega, sacrificio, ternura, comprensión y compasión.

Ahora bien, y para acabar ¿cómo se forma un carácter cristiano en la mujer?


Buscando a Dios cada día, y obedeciéndole. No hay recetas mágicas, ni hay
nada nuevo que se haya descubierto en el mundo cristiano, sigue siendo como
siempre ha sido. Orad y velad, leer las Escrituras, aprenderlas, derramar vuestro
corazón al Señor cada día y esa es la escuela mejor (la de las rodillas) para que
el Señor obre y siga obrando en nuestras vidas.

Salomé, la madre ambiciosa y fiel


Escrito por Pilar Herrera en 01 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Su nombre y familia
En ninguno de estos dos pasajes en Mateo y Marcos se menciona el nombre de
esta mujer. Solo nos dice que era la madre de los hijos de Zebedeo v. 20. Sus
hijos eran Jacobo y Juan. Entonces ¿por qué digo que se llamaba Salomé?
Porque leyendo los evangelios nos da la clave y nos descubre su nombre.
Leamos en Mateo 27:56, aquí nos dice que estaban junto a Jesús en su muerte
María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de
Zebedeo. En Marcos 15:40-41 nos dice que estaban María Magdalena, María la
madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé. En Marcos 16:1 en la
resurrección, las mujeres fueron a ungir a Jesús con especias aromáticas, y se
mencionan a: María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé. En Juan
19:25 se mencionan a María la madre de Jesús, la hermana de su madre, María
mujer de Cleofás (que es la madre de Jacobo el menor y de José) y María
Magdalena. Luego comparando a todas estas mujeres parece ser que Salomé
era la hermana de María la madre de Jesús y la mujer de Zebedeo y la madre de
Jacobo y Juan. Como consecuencia era la tía de Jesús y, Jacobo y Juan eran los
primos de Jesús.

Salomé era esposa de Zebedeo, un pescador. Parece que el hombre era


acomodado porque tenía jornaleros trabajando para él (Mateo 4:21; Marcos
1:19-20). Era un hombre que compartía la fe de su esposa porque si no, no
hubiera dejado que sus hijos dejaran el trabajo y siguieran a Jesús sin poner
ningún impedimento.

Su ambición

Toda madre desea lo mejor para sus hijos ¿verdad?, y si es una madre creyente,
que mejor cosa que desear sino que sus hijos estén cerca del Señor.

Hay ambiciones (desear ardientemente algo) que pueden ser buenas si son la
voluntad de Dios, pero hay ambiciones que son por motivos egoístas, y pueden
hacer mucho mal cuando no vienen de una fe verdadera.

Salomé era una buena discípula de Jesús, sus hijos eran apóstoles de Jesús, toda
su familia amaba y servía a su Señor. Y viene ante Jesús con una petición muy
clara v.21. Quería que sus hijos se sentaran uno a la derecha y el otro a la
izquierda de Cristo cuando estén en su reino.

Quiero que miremos el contexto, en el capítulo 19 cuando habla con el joven


rico, al final del pasaje v. 27-30. En estos versículos tenemos la promesa de que
Jesús le dará un trono a cada uno de los apóstoles. Luego Salomé no iba tan
descabellada en hacer su petición para sus hijos. Siguiendo en el capítulo 20:17-
19, Jesús subió a Jerusalén con los discípulos y empezó a explicarles que tenía
que sufrir y morir en la cruz, pero que al tercer día resucitaría. Y justo después
de esta conversación tan profunda y triste, aparentemente, donde Jesús les está
hablando de sus sufrimientos, Salomé se le acerca y le hace esta petición. ¡Qué
fuera de lugar estaba! ¡Qué poco acertada fue su petición! ¡Qué inoportuna!
Podría haber esperado a otro momento más idóneo, pero no, podía más su
ambición para sus hijos.

Su petición venía de un celo o amor maternal que no era sano ni bueno.


Aparentemente ella pide algo muy bueno, quiere que sus hijos estén lo más
cerca del Señor que sea posible, y seguro que esa era su intención. Es como si
pensara que después del Señor las personas más espirituales y dignas de estar
a la derecha y a la izquierda del Señor sean sus propios hijos.

Vivimos en una sociedad donde lo que prevalece es la autoestima, el


promocionarse, ir ascendiendo en el trabajo, en los negocios etc. Y esta
tendencia está entrando en las iglesias. Muchos cristianos piensan que Dios
quiere que estemos sanos, seamos ricos, prósperos, felices, realizados, etc.
Pero poco se habla del sacrificio, poco sabemos del dolor y el sufrimiento. Le
hemos dado lugar al orgullo, a realizarse uno mismo, a autopromocionarse, y
hemos olvidado todo lo que tiene que ver con la humildad. Se ha hecho una
virtud del orgullo y de la humildad una debilidad. Pero la Biblia es clara en
cuanto al orgullo (Prov. 21:4; 16:15; 1º Tim. 3:6; 6:3), por lo tanto el orgullo es
pecado.

Sin embargo la humildad es una virtud (Miqueas 6:8; Prov. 15:33). Este es un


principio, si quieres honor y gloria de parte de Dios, viene a través del camino
de la humildad. Tenemos que aprender este camino de la humildad, y los
apóstoles y los discípulos de Jesús también tuvieron que aprenderlo. Esta es la
enseñanza de este pasaje 20:20-28.

Volviendo a Salomé, a veces nosotras también podemos caer en este error,


amamos tanto a nuestros hijos que no somos objetivas y quizás queremos que
estén en posiciones que no les corresponden. Con la excusa de servir al Señor,
los incitamos, e incluso presionamos a que hagan cosas que ni son de fe ni es la
voluntad de Dios. Tenemos que dejar que sea Dios mismo, si Él quiere, el que
ponga a cualquier persona en alguna responsabilidad o liderazgo, pero no
forzar la situación. “El amor es ciego, y el de una madre más”.

El camino del servicio

Salomé no sabía lo que realmente le estaba pidiendo v.22. Ella quería puestos
de honor para sus hijos, pero Jesús le enseña su error y no la reprende. Mujer
no tienes ni idea de lo que estás pidiendo. Estás pidiendo gloria y no te das
cuenta que la gloria es sufrimiento. ¿Eres capaz de beber de la copa que yo
beba? ¿Eres capaz de sufrir al mismo grado que yo? Es la copa y el bautismo del
sufrimiento v.22.

Santiago y Juan contestaron con mucha rapidez y ligereza, “podemos” v.22.


Había excesiva confianza, Jesús confirmó que probarían la copa y la probaron,
no como Él, pero la probaron. En Hechos 12:2, se nos narra como Santiago
murió, fue el primer mártir entre los apóstoles. Juan fue el único apóstol que no
murió como mártir pero tuvo que pasar por muchas pruebas, fue exiliado a la
isla de Patmos, donde escribió el Apocalipsis.

El estar cerca de Jesús no dependía de Él, sino de su Padre, de Dios. Jesús les
muestra que el que quiera ser grande entre ellos, debe ser el servidor v. 26-27.
Esto es totalmente contrario a la mentalidad del mundo. En el mundo es al
revés v.25, pero Jesús hace la diferencia, los poderosos actúan así, mas entre
vosotros no será así v. 26.

Los demás apóstoles estaban enfadados con los dos hermanos v.24, pero ¿por
qué? Porque ellos también querían lo mismo.

Jesús como siervo

Con Jesús no eran solo palabras, sino que Él mismo fue el ejemplo supremo de
lo que significaba ser siervo y servir v. 28.

¿Qué es servir? Servir implica darnos por entero a los demás, es hacernos más
pequeños que los demás. Es servir las mesas, remangarnos a trabajar, ayudar a
los demás, entregarnos con coste y sacrificio. Por eso Jesús vino a servir dando
su vida por muchos v.28.

La pregunta crucial aquí es ¿ha dado su vida en rescate por ti? Tú no puedes
hacer nada por tu rescate, por tu salvación, está todo hecho, Jesús lo hizo todo
por ti. Ha dado su vida por ti, ha derramado hasta su última gota de sangre por
ti, ¿no te das cuenta? ¡Todo por ti! No le rechaces, no desprecies su muerte, su
sangre, acéptale en tu corazón hoy mismo, no esperes a mañana, arrepiéntete
de tu pecado y ve a Él.

Su amor y servicio al Señor

Salomé parece haber sido una discípula de Jesús desde el comienzo de su


ministerio público (Mateo 27:55-56; Marcos 15:40-41). Era una de las mujeres
que siguieron a Jesús desde Galilea hasta Jerusalén y le servía. Es un viaje de
más de 100 km. que seguramente lo hizo andando y en condiciones muy
difíciles. Salomé y su esposo prepararon a sus hijos para seguir a Jesús. Ellos
tuvieron una influencia e instrucción en el hogar, que se ve por la devoción que
tenían a Jesús y los dos llegaron a ser apóstoles.

Salomé estuvo presente en la muerte de Jesús. Cuando todos los apóstoles


(menos Juan) le abandonaron en la crucifixión, Salomé junto con otras mujeres
permaneció al lado de su Señor, viendo el sufrimiento y el dolor que Jesús
estaba experimentando por amor a ellos (Marcos 15:40-41).

En la resurrección

Salomé también estuvo con las mujeres cuando vinieron a la tumba de Jesús
para ungir su cuerpo con especias aromáticas, como era la costumbre (Marcos
16:1). Allí recibieron por medio de ángeles la noticia de que Jesús había
resucitado ¡Su Señor estaba vivo! ¡Qué privilegio recibió! Fueron las primeras en
saber la buena noticia y salieron gozosas de la tumba para compartir la verdad
de la resurrección.

Aplicación

¿Quiéres honor y poder? Sirve.

¿Quiéres estar cerca del Señor? Sirve.

¿Quiéres ser la primera? Sirve.

Que nuestra ambición sea la de servicio y entrega, sin quejas ni


murmuraciones, sin pensar “yo hago mucho y otras no hacen nada”. No te
importe lo poco o mucho que hacen las demás, tú sirve, entrégate como se
entregó tu Señor, y deja el resultado a Él. Hazlo por motivaciones correctas, no
para alcanzar posiciones en la iglesia o para que te reconozcan, sino con
humildad y por amor al Señor.

Comparémonos con esta mujer, Salomé ¿Qué hemos dejado atrás? ¿Qué hemos
sacrificado? ¿Hasta dónde hemos seguido al Señor? ¿Hasta dónde llega nuestro
compromiso? ¿Qué hemos hecho nosotras o estamos haciendo para servirle?
¿Cuánto amamos a nuestro Señor? Cuanto más le amemos, más le serviremos.

¿Entrarás en el reino de los


cielos?
Escrito por Pilar Herrera en 01 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres
(Mateo 7:21-23)

Introducción

He escogido este pasaje porque quiero que nos examinemos cada una a la luz
de lo que dice. Son unos versículos muy solemnes y que incluso asustan ¡Habrá
mucha gente que piensan estar en el cielo y que se quedarán fuera! “Muchos”
v.22.

Hace varias semanas, una persona de la iglesia después de oír la predicación,


me comentó que quizás ella no era una verdadera creyente. Y yo enseguida le
dije que sí, que claro que sí era. Lleva muchos años en la iglesia, es bautizada,
muy fiel etc. Pero creo que mi primera reacción fue muy precipitada, y
recapacitando, cambié de dirección y en vez de asegurarle de que sí que era
una verdadera creyente, le presenté de nuevo el evangelio y la confronté con lo
que implica ser un verdadero creyente.

Esto puede ser un peligro, tener una falsa seguridad de tu propia salvación.
Fijaros el contexto de estos pocos versículos. Los versículos anteriores hablan
de entrar por la puerta estrecha y que son pocos los que la hallan. También nos
alerta de los falsos profetas, que tienen apariencia de cristianos y santos, pero
son lobos y por sus frutos se conocerán. Los versículos siguientes de nuestro
pasaje nos describen a dos hombres que construyeron su casa, o sea, su vida,
sobre diferentes fundamentos, la roca y la arena. Aparentemente son iguales,
quizás construyeron con los mismos materiales las casas, pero sus cimientos
eran totalmente diferentes.

Por lo tanto, muchos llamados cristianos, que están con los cristianos
verdaderos, que conviven con ellos, hablan como ellos, y tienen sus Biblias y las
leen, van a la iglesia, y todos parecen igual, pero muchos, no entrarán en el
reino de los cielos.
Quiero que no vivamos engañados y que analicemos dónde está basada
nuestra casa, si en verdad estoy construyendo sobre la roca. Apliquemos estos
versículos a nuestra propia vida. Las personas a las que se dirige nuestro Señor,
no eran ateos, o personas que abiertamente no querían saber nada de Dios, ni
de su reino. Al contrario, eran personas que aparentemente creían en Dios,
confiaban en Él. Habían crecido con el trigo, parecían trigo, pero en realidad
eran cizaña, “Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”.

Vamos a ver varias características de estas personas:

1) Eran personas que tenían una buena doctrina.

Hay muchas personas que tienen un conocimiento de la Palabra muy grande.


Tienen una fe muy ortodoxa, v.21. Saben quién es Dios y su Hijo Jesús. Creen
que Jesús es el salvador del mundo, pero ellos mismos no son salvos. ¿Cómo
puede ser esto? (Santiago 2:19) “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También
los demonios creen, y tiemblan”. Los demonios conocen la Biblia mejor que tú,
creen más que tú, pero tiemblan, no son salvos.

Otro ejemplo lo tenemos con el endemoniado gadareno (Marcos 5:7). El


endemoniado reconocía que Jesús era el Hijo del Dios Altísimo, ¡cuánta doctrina,
que buena teología!, pero la teología y el conocimiento no te salva. No estoy
diciendo que la teología y el conocimiento sean malos, al contrario, deberíamos
estudiar más teología y doctrina, pero eso no te llevará al cielo. Lo que te salva
no es saber de Dios o de Jesús sino conocerle, o mejor dicho que seas conocido
por Dios (Mateo 7:23) “Nunca os conocí”.

2) Eran personas que tenían muchas emociones espirituales.

Estas personas religiosas se emocionaban y se llenaba su boca con el nombre


del Señor. Mirad que le llaman dos veces “Señor, Señor” v. 21-22. Hay algunos
ejemplos en la Biblia cuando Dios mismo llama a personas mencionando su
nombre dos veces. Cuando Abraham va a sacrificar a su hijo Isaac (Génesis
23:11), Moisés en la zarza (Éxodo 3:4), cuando Jesús habla con Marta (Lucas
10:41) porque está muy afanada, y el ejemplo supremo está en la cruz, cuando
Jesús mismo llama a su Padre (Mateo 27:46) “Elí, Elí, Dios mío, Dios mío”. Todos
estos ejemplos nos hablan de tener una relación con Dios muy íntima, estrecha.
Tuvieron experiencias y emociones con Dios muy importantes, que jamás
olvidarían.

Los sentimientos son muy importantes, debemos sentir la vida cristiana. Pero
no debemos basar nuestra fe y relación con Dios en los sentimientos y
emociones, sino en Cristo. Pensar que allá donde hay muchos sentimientos, no
quiere decir que allí está el Espíritu Santo. Por ejemplo, si vamos a un concierto
de música, las emociones y los sentimientos están a tope, afloran al máximo,
pero eso no quiere decir que allí está el Espíritu Santo.

Las personas que basan su fe como estas, en sus emociones, ¿qué pasa cuando
no sienten nada? ¿Han perdido la salvación? Cuando dicen “El culto no me
emociona, el Espíritu Santo no está aquí, ya no siento a Dios como antes, etc.”.
Las emociones nunca están satisfechas, siempre quieren más. No
confundamos, el Espíritu Santo te mueve a emociones, pero no todas las
emociones son del Espíritu Santo. El Espíritu Santo te va a hablar por la Palabra
de Dios, Él va a actuar a través de ella, pero no a través de las emociones.

Muchos decían “Señor, Señor”, pero Jesús les dijo, “nunca os conocí”.

3) Eran personas que hicieron muchos milagros y señales.

Fijaros en el v. 22, si lo sacáramos fuera del contexto, diríamos que está


hablando de un apóstol o un verdadero creyente ¿verdad? “¿No profetizamos
en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre
hicimos muchos milagros? ¿Cómo no vamos a ser salvos, si hemos hecho todas
estas cosas, y además en tu nombre? ¡No nos engañemos, claro que puedes
tener todo esto y no ser salvo al final! Las señales y los milagros no son muestra
de que somos salvos.

Veamos algunos ejemplos de la Escritura: Los hechiceros de Egipto con Moisés


también convirtieron el bastón en una serpiente (Éxodo 7:11-12). En la plaga de
sangre, los hechiceros de faraón también convirtieron el agua en sangre (Éxodo
7:22). Judas, el traidor también fue con los doce predicando el evangelio y
haciendo milagros y señales (Lucas 9:1,6). Cuando regresan los 70 que envió el
Señor a predicar de dos en dos, se gozaron de que los demonios se les
sujetaban, sin embargo Jesús les dijo que no se regocijaran por eso sino de que
sus nombres están escritos en los cielos (Lucas 10:17-20).

Por lo tanto tu confianza, tu fe, tiene que estar basada no en los milagros y
señales que pudieras hacer, sino en Cristo, que es nuestra roca.

Todas estas personas tenían buena doctrina, buenas emociones espirituales y


hasta incluso hacían milagros, pero estos no entrarán en el reino de los cielos.
Todo esto lo hacían por vanagloria de sí mismos.

No le digas al Señor, “Señor, Señor” y luego no le reconoces en tu vida ni en tus


caminos. “Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí”
(Mateo 15:8). Debemos guardar su Palabra (1º Juan 2:3-6).
Conclusión y aplicación

Visto lo visto, solo nos queda preguntarnos, entonces ¿quién entrará en el reino
de los cielos? El versículo 21 nos lo dice: El que hace la voluntad de mi Padre
que está en los cielos (Juan 6:37-40). La voluntad del Padre es que creamos en
su Hijo, en su sacrificio en la cruz, no en doctrinas, emociones o milagros, sino
en Él como nuestro único fundamento de nuestra salvación.

Las personas del pasaje que estamos estudiando mostraban piedad, eran muy
religiosas, imaginando que eran salvos, aunque su corazón no estaba allí. No
tienen vida, no tienen gracia, lo que dicen son palabras vacías que vienen de
corazones vacíos. Profesan creer en Cristo y viven vidas de pecado y
contradicción.

En 2º Corintios 13:5, Pablo nos exhorta a examinarnos a nosotros mismos, para
ver si estamos en la fe. Por lo tanto yo te reto en esta tarde a que examines tu
corazón, porque lo que está en juego no es ni más ni menos que tu propia
salvación o condenación, si irás al cielo o al infierno, si estarás dentro del reino
o fuera. Lo único que te hace aceptable delante de Dios es una obediencia a su
Palabra, que es el resultado de un arrepentimiento y fe genuina en Jesucristo.

En los versículos siguientes a nuestro pasaje, la única manera de saber qué casa
tenía verdaderos cimientos, no es hasta que llega la tormenta. La tormenta
manifiesta la verdad del corazón. Entonces sabremos quién es el sabio y el
necio. Es como el trigo y la cizaña, solo se sabrá quién es quién en el tiempo de
la cosecha, de la siega, y ese será el día del juicio. Allí se hará la separación.
¿Cuándo se enteraron estas personas tan religiosas que no entrarían en el reino
de los cielos? El día del juicio, no antes (Mateo 25:32)

Se enorgullecen de su ortodoxia, pero no tienen amor por la Palabra ni por


obedecerla. Si le llamas Señor, debes someterte a Él y obedecerle. Examina tu
corazón con mucho cuidado.

Si eres un verdadero creyente, por los frutos se verá. Debe haber un amor por
el Señor no solo de palabra sino de hechos. Debe haber santidad en tu vida y
crecimiento. Solo entonces Dios podrá decirte:”Venid, benditos de mi Padre,
heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”
(Mateo 25:34).

Marta, la anfitriona
Escrito por Pilar Herrera en 01 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres
(Lucas 10:38-42; Juan 11:1-
44; Juan 12:1-2)

Introducción

Casi siempre, se estudian a estas dos hermanas juntas, Marta y María. Y casi
siempre se analiza una en oposición a la otra, viendo las diferencias que tenían
una con la otra, y sacando conclusiones, a veces erróneas, de que una era más
espiritual o mejor que la otra. En estas comparaciones, Marta siempre sale
perdiendo, y creo que no es justo. Por ello, quiero que estudiemos a Marta y
María separadamente y que veamos a cada una de manera objetiva y aprender
de las dos. Empezaremos con Marta.

Quién es Marta

La Biblia no nos dice mucho de la historia de Marta, solo que era la hermana de
María y Lázaro y que vivían los tres juntos en Betania, un pueblecito a 4
kilómetros de Jerusalén.

Algunos estudiosos asocian a Marta como la mujer o viuda de Simón el leproso,


por los siguientes textos (Mateo 26:6; Marcos 14:3; Juan 12:1-2) y que después
de morir Simón le dejó la casa a Marta, siendo ella la propietaria de la
propiedad según Lucas 10:38:”y una mujer llamada Marta le recibió en su casa”.
 

Vamos a ver los tres pasajes que nos hablan de Marta: una comida, una muerte
y un banquete.

I. La cena en casa de Marta (Lucas 10:38-42)


En primer lugar me gustaría destacar la gran hospitalidad de Marta en el v. 38.
Marta recibió, acogió, abrió las puertas de su casa a Jesús y sus doce apóstoles,
sin contar quizás con las mujeres que le seguían. Aquí vemos a una mujer que
sin avisar, aparecen en su casa un grupo de 13 personas como mínimo y los
acoge sin dudar. Seguramente no solo tuvo que darles de comer sino preparar
habitaciones y camas para que durmieran.

Marta es un hermoso ejemplo de una mujer hospitalaria, que disponía de su


hogar y sus bienes para el servicio del Señor. Ahora bien, déjame que te
pregunte, ¿cómo reaccionarías tú si vinieran 13 personas a tu casa buscando
comida y alojamiento y sin avisar? ¿con quejas o excusas, de no puedo, no estoy
preparada etc.? La Biblia nos habla de que debemos estar dispuestas a ser
hospitalarias cuando se nos ofrezca la oportunidad. ¿Es tu casa una casa abierta
a los hermanos? ¿Es tu casa una casa donde la gente se siente cómoda y a
gusto? Nuestro hogar no debe ser una fortaleza que a la gente le cueste llegar y
entrar, sino un lugar accesible y apacible, donde los santos con necesidad
encuentren cobijo.

La actitud de Marta

Marta tenía un gran corazón y era una mujer muy generosa al recibir al Señor y
sus discípulos, pero tenía un problema. Estaba muy ocupada preparando la
comida o la cena para sus invitados, estaba tan afanada y tan turbada, que se
enfadó cuando vio que María su hermana se sentó a los pies de Jesús para
escucharle y no le ayudó en la cocina. No es el servicio de Marta lo que está mal,
sino su actitud en el servicio. Marta no hacía nada malo en servir a los invitados,
había que preparar comida para ellos, pero su actitud en el servicio era
incorrecta.

Marta se enfada con su hermana porque no la ayuda y se queja a Jesús de que


no se preocupa por ella, y se lo dice públicamente y con enojo v.40.

Jesús no le contestó con enfado, al contrario, su respuesta fue amable y llena de


gracia. Mostró compasión por ella. La llama dos veces “Marta, Marta”, es a la
única mujer que Jesús la llama así, mostrando paciencia y cariño. Jesús le quiso
hacer entender que aunque era necesario preparar comida para los invitados,
su enfado era injustificado, y defendió la decisión de María como la mejor
elección v. 42. La amonestó de estar demasiado ocupada con las cosas externas
v. 41, ya que esa actitud puede ser un estorbo para no estar en comunión con el
Señor.
Por lo tanto, déjame que te pregunte ¿estás tan ocupada con la casa, el marido,
los hijos, el trabajo, incluso con actividades de la iglesia, que no tienes tiempo
para orar y estar en comunión con Dios? Si todo esto te impide acercarte más al
Señor es que no has escogido la buena parte. Debemos saber priorizar en
nuestra vida. A veces tenemos que elegir, no entre lo bueno y lo malo, eso es
fácil de distinguir, sino entre lo bueno y lo mejor. Que el Señor nos de sabiduría.

II. La fe de Marta (Juan 11:1-44)

Hubo un episodio muy triste en la vida de Marta. Su hermano Lázaro murió por
una enfermedad y ella antes de que muriera Lázaro envió a buscar a Jesús para
que viniera a sanarlo, que se encontraba en otra ciudad. Jesús en vez de ir, se
retrasó a propósito dos días más. Jesús quería mostrar la gloria de Dios, por
medio de esta enfermedad v. 4. Al final Jesús con sus discípulos, fueron a casa
de Marta.
Cuando Marta oyó que Jesús venía salió a su encuentro y le dijo v. 21:”Señor, si
hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto”. Parece que hay como un
poco de regañina hacia Jesús. Pero a la vez, vemos la fe de Marta al decirle a
Jesús “Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará” v. 22.
Vemos como Marta muestra su total confianza y fe en el poder de Jesús. Pero
sigue su conversación con él v. 23-27.

Jesús le dice que su hermano resucitará, y ella lo entiende como una promesa
futura v. 24., no como una realidad presente, pero manifiesta su fe “yo sé”. En
esta conversación Marta recibe una de las palabras y promesas más hermosas
de la Biblia “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté
muerto, vivirá”. ¡Cuánto consuelo han traído estas palabras a tantas personas
cuando han perdido a algún ser querido!

¿Qué quiere decir este versículo? Que Jesús mismo es la vida, de él procede
todo, él es el único que puede dar vida eterna a todos los que se acercan a él
por medio de la fe. Él es la resurrección, la muerte no pudo con él, se levantó de
los muertos y así un día también nosotros lo haremos, en un abrir y cerrar de
ojos. Nuestros cuerpos se levantarán de las tumbas y se unirán a nuestras
almas para toda la eternidad.
Vemos como Jesús le pregunta directamente a Marta ¿crees esto? Y ella confiesa
con su boca y con su corazón v. 27:”Sí Señor; yo he creído que tú eres el Cristo,
el Hijo de Dios, que has venido al mundo”.

Déjame que te haga la misma pregunta ¿crees esto? Tu respuesta a esta


pregunta dependerá de si has aceptado a Cristo como su Salvador y Señor en tu
vida. ¿Quieres tener vida eterna? Pues cree en él, arrepiéntete y acepta la obra
de Cristo en la cruz en tu lugar.

Después ya sabéis todas lo que ocurrió. Jesús manifestó su poder y gloria


resucitando a Lázaro de los muertos, después de estar cuatro días muerto v. 43-
44.

III Un banquete para Jesús (Juan 12:1-2)

El siguiente pasaje que vemos es el tercer y último donde se menciona a Marta.


Se nos dice que es seis días antes de la pascua, o sea, seis días antes de que
Jesús muriera en la cruz. Me llama la atención que Jesús no volvía a su casa con
su madre y hermanos para descansar, sino que casi siempre lo vemos en casa
de Marta, María y Lázaro. Allí él encuentro reposo, sosiego, comunión. Allí es
recibido y querido. Eso nos dice mucho del hogar de Marta, sería tan acogedor
que el Señor lo eligió para descansar de su mucho trabajo, y pasar unos días
antes de su propia muerte.

Aprendamos a que nuestro hogar sea un lugar donde los hermanos puedan ir a
desahogarse, a descansar de sus cargas, que sea un lugar de acogida a los
demás.

En el versículo 2, vemos a Marta de nuevo sirviendo, pero hay otra actitud, ya no


hay esa queja contra su hermana, se respira paz y tranquilidad.

La valentía de Marta

Puede pasar desapercibido, pero Marta es una mujer valiente porque si leemos
en Juan 11:57 “Y los principales sacerdotes y los fariseos habían dado orden de
que si alguno supiese dónde estaba, lo manifestase, para que le prendiesen”. En
esta orden por los fariseos Marta se está jugando su propia vida porque está
acogiendo en su casa a una persona que lo busca la ley para matarle (Juan
11:53). Hay que ser muy valiente para abrir tu casa y de manera abierta (Juan
12:9-11) a una persona perseguida por la ley, pero ella lo hizo con todo su amor
y con todas las consecuencias.

¿Eres tú valiente? ¿En qué circunstancias peligrosas podemos mostrar nuestro


amor y servicio al Señor?

Aplicación

Creo que son muchas las lecciones que nos da Marta con su vida y que no
debemos pasar por alto:
1) Era una mujer muy hospitalaria, que abrió su casa a Jesús. ¿Cómo
puedes tú abrir tu casa para Jesús?

2) No debemos darle demasiada importancia a las cosas secundarias, que


nos quiten de vista lo más importante. Cuidado con el peligro de estar
demasiado ocupadas como le pasó a Marta, que descuidemos lo más
importante. Buscar un equilibrio entre el servicio a Dios y nuestra relación con
él. Da ejemplos prácticos de cómo hacer esto.

3) Fue una mujer de fe y muy valiente aun en tiempos de peligro. ¿Cómo es


tu fe? ¿Solo son palabras o se muestra en situaciones difíciles? Que el Señor nos
ayude a aprender de Marta todo lo bueno y a corregirnos como ella lo hizo de
todo lo que tenía incorrecto en su vida. Demos muchas gracias a Dios también
por las muchas Martas que existen en las iglesias, y que nos son de tanto ánimo
y apoyo.

María, la que siempre estaba a


los pies de Jesús
Escrito por Pilar Herrera en 01 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Introducción

En la última reunión vimos el personaje de Marta, hermana de María, y dijimos


que veríamos a cada una por separado, para no estar todo el tiempo
comparándolas, ya que siempre una salía perdiendo. Vimos el carácter y actitud
de Marta. Ahora veremos el de María.
En primer lugar me gustaría dejar claro que no debemos confundir a María de
Betania con la mujer pecadora de Lucas 7:36-50. Es verdad que las dos
derramaron permufe en los pies de Jesús y los secaron con sus cabellos, pero
son acontecimientos diferentes y de mujeres diferentes. Una es conocida como
la mujer pecadora, otra como María de Betania. En el primer caso, Jesús no
conocía a la mujer, en el caso de María de Betania, Jesús sabe quién es. En el
primer caso la mujer todavía no era creyente, según el v. 50: “Tu fe te he
salvado, ve en paz”; en el segundo caso, María ya era creyente y tenía una
relación espiritual con el Señor.

María era la hermana pequeña de Marta y Lázaro, y vivían los tres juntos en
Betania, un pueblo cerca de Jerusalén. Los tres amaban al Señor y a Jesús le
encantaba estar y posar en su casa para descansar, eran sus amigos.

Vamos a ver los tres acontecimientos en los que aparece María.

María a los pies de Jesús para aprender (Lucas 10:38-42)

En este pasaje vemos a María sentada a los pies de Jesús, oyendo su palabra.
¿Dónde mejor podía estar que en esa situación? Antiguamente los rabinos o
maestros, se sentaban en una silla alta y los estudiantes en el suelo para
aprender de la sabiduría de los maestros. Aquí vemos a María con esa actitud
de humildad y tranquilidad a los pies de su Maestro por excelencia. No estaba
oyendo palabras o conversaciones ligeras o superficiales, Jesús siempre que
hablaba, sus palabras eran palabras de Dios mismo, eran dignas de ser
escuchadas y guardadas en el corazón, como lo hacía María.

Muchas veces se le recrimina a María que no ayudó a su hermana y la dejó con


todo el trabajo, pero si así hubiera sido, el Señor mismo la hubiera reprendido o
mandado con su hermana mayor, pero no fue así. El Señor mismo la alaba en el
v.42 por haber escogido la buena parte: “Pero solo una cosa es necesaria; y
María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada”.

Jesús está priorizando la cosa más necesaria, lo más importante en nuestras


vidas, y hay que saber escoger. María, con todo el jaleo que había de visitas, de
preparativos, ella tenía hambre de escuchar a Jesús, su palabra, su enseñanza,
de beber de la fuente de la vida, llenarse de Él.

Hoy día ¿cuál es esa buena parte para nosotras? Es la misma que para María, la
buena parte es el tiempo que pasamos leyendo la Palabra de Dios y orando con
tranquilidad. La buena parte es lo que Jesús nos enseña a través de su Palabra,
las verdades espirituales aprendidas a los pies del Maestro y que no nos serán
quitadas. Nadie podrá arrebatar de nosotras esta Palabra de Dios, y la
atesoraremos en nuestros corazones para vivir conforme nos marca.

¿Te sientas tú a los pies de Jesús? ¿Oyes su palabra, le oras? ¿Has escogido la
buena parte? Debemos al igual que María comprender la importancia de
sentarnos a los pies de Jesús y recibir de Él.

María a los pies de Jesús llorando (Juan 11:28-37)

Vemos otro episodio en la vida de María. Este es un episodio de tristeza y de


muerte. Ya vimos con Marta que su hermano Lázaro había muerto y las dos
hermanas estaban muy tristes. En cuanto Marta le dice a María que Jesús
estaba allí y que la llamaba, sale disparada como un trueno a buscarle. Ella sabe
que Él entenderá su dolor, la consolará. Cuando ve a Jesús, ¿en qué posición la
vemos? v.32:”María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus
pies, diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano”.
Le dice lo mismo que su hermana Marta v.21. Pero esta aparente queja está
acompañada de lágrimas v.33, se sentía profundamente triste por la muerte de
su hermano y la vemos a los pies de Jesús, sin exigirle nada, en posición de
humildad y adoración.

Vemos como Jesús al verla llorar se estremeció en espíritu y se conmovió v.33.


Fue movido a misericordia y a actuar por las lágrimas y el dolor de María y por
supuesto de Marta. Jesús las amaba a las dos y vio los resultados tan horribles
que trae el pecado en el mundo, como es la muerte y la separación de los seres
queridos.

Había muchos judíos que habían venido a consolar a Marta y María v.19, 31 y,
siguieron a María pensando que iba al sepulcro a llorar. Pero tuvieron el
privilegio de presenciar el milagro de la resurrección de Lázaro y creyeron en
Jesús v.45. Luego, por su testimonio y su hogar abierto aun en tiempos de dolor
y tristeza, muchos judíos pudieron ver el milagro y creer en Jesús.

¿Cómo actuamos en medio de las tribulaciones, problemas, muerte, tristezas,


pérdidas etc.? Aun en medio de esas circunstancias, tenemos que dar
testimonio de nuestra fe, porque es ahí donde la gente verá la diferencia de
nuestra fe y relación con el Señor.

María a los pies de Jesús para agradecer (Juan 12:1-8; Mateo 26:6-13; Marcos


14:3-9)

Estos tres pasajes nos narran el mismo acontecimiento, cuando en casa de


Simón el leproso, le hacen una cena al Señor con sus discípulos. Aquí vemos de
nuevo a Marta sirviendo pero ya de una manera diferente, toda su perspectiva
había cambiado, ya no estaba afanada. Hay más invitados aunque no se
mencionen sus nombres.

De repente María en silencio como ella acostumbra acercarse al Señor Jesús,


tomó un frasco de alabastro (frasco hecho de piedra blanca, a veces translúcida,
de apariencia marmórea) que contenía una libra (327´5 gr.) de perfume de
nardo(es una flor blanca muy olorosa) puro, sin mezclas; y lo derramó sobre los
pies de Jesús, en Mateo también dice sobre la cabeza. Después enjugó los pies
con sus cabellos y toda la casa se llenó del perfume de nardo.

¿Por qué hizo esto María? Puede haber muchas respuestas, pero la principal es
porque quería agradecer al Señor por haberla salvado y perdonado, por
enseñarle tantas verdades divinas, por haber resucitado a su hermano Lázaro
de entre los muertos. El Señor había hecho mucho por ella, ella quería
agradecerle y mostrar su amor por Él.

María le dio lo mejor, lo más costoso que tenía, y en el mejor momento.


Analicemos cada parte. Le dio lo mejor, ese perfume era muy costoso, casi el
jornal de un año de un obrero. Jesús no se merecía menos, pensaría María. Y
aplicándolo a nosotras ¿qué no se merece el que murió por nosotras en la cruz?
¿Hay miseria y poca generosidad cuando ofrendamos al Señor? Demos lo mejor
al Señor y no lo que nos sobra.

Sin embargo a Judas Iscariote, el que más tarde traicionaría a Jesús, no le


agrado el hecho del perfume v.4-5. Es curioso como aparentemente lo que dice
tiene buen argumento, con toda esa cantidad de dinero se podría ayudar a
mucha gente pobre. Pero su intención era otra v.6, lo que quería era robar de la
bolsa.

Jesús, que sabe las intenciones del corazón, la defiende delante de todos y la
alaba por la “buena obra que ha hecho con él” (Mateo 26:10).

En cuanto al versículo 7 “Para el día de mi sepultura ha guardado esto”, lo que


quiere decir es que en aquel tiempo era costumbre de cubrir el cuerpo de la
persona muerta con especias aromáticas para que no oliera al ir
descomponiéndose. Y María había derramado este perfume en el mejor
momento. A Jesús le quedaban pocos días para morir, y era una señal de su
muerte y preparación.

Es interesante que María no dice nada, por lo menos no se menciona, pero sí


que demuestra por su hechos el gran amor que tenía por el Señor. María ofrece
su amor en silencio, pero al final es manifestado públicamente, y no solo allí en
aquella cena, sino en todo el mundo, para memoria de ella (Mateo
26:13; Marcos 14:9): “De cierto os digo que donde quiera que se predique este
evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para
memoria de ella”. Su acto de adoración a los pies de Jesús, motivado por su
gran amor, nunca será olvidado.

¿Cómo le mostramos al Señor que le amamos? Nuestra vida entera debe estar
llena de aquel olor de santidad que haga radiantes nuestras vidas en cualquier
lugar donde nos hallemos. Por último decir que es un privilegio servir a uno que
puede distinguir los motivos del corazón. Las personas con frecuencia pueden
interpretar mal nuestras acciones, pero gracias a Dios, que en el corazón de
María no había, orgullo, vanagloria u ostentación, sino un corazón puro y
agradecido. Ojalá, que cuando el Señor mire nuestro corazón halle lo mismo
que en María, y pueda decir de nosotras: “Esta ha hecho lo que podía” (Marcos
14:8).

Cuerpos consagrados y mentes


transformadas
Escrito por Pilar Herrera en 01 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

ROMANOS 12.1-2

Introducción

Leamos Romanos 12:1-2:”Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de


Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios,
que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos
por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis
cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.

El apóstol Pablo empieza este capítulo con un ruego, no es meramente un


mandato, sino una petición, una exhortación. Os ruego, en base a lo que se ha
dicho en los 11 capítulos anteriores. Ahora os llamo a vivir una vida que está
construida sobre algo. Tiene raíces, está construida en los capítulos 1 al 11. El
resumen de los capítulos 1 al 11 es “las misericordias de Dios”. Dios ha sido
misericordioso con nosotros a través de la muerte y resurrección de Cristo. Por
causa de Jesucristo, aquellos que creen en Él, son justificados por Él,
reconciliados con Dios, y tienen esperanza eterna, no hay condenación para los
que están en Cristo Jesús.

Por lo tanto, este nexo “así que”, entre los capítulos del 1 al 11 y del 12 al 15,
marcan una diferencia. Como consecuencia, después de haber visto en los
capítulos anteriores todo lo que Dios ha hecho con y por nosotros, ahora nos
describe cómo tiene que ser la vida cristiana. Anteriormente hemos visto la
doctrina, ahora veremos la práctica de esa doctrina, la consecuencia de todo lo
que Dios en su misericordia nos ha dado. Esa es la razón, por las misericordias
de Dios, por eso tenemos que vivir la vida de esta manera, porque Cristo ha
hecho todo por nosotros.

Por lo tanto, hermanos, Pablo se dirige a los creyentes, los llama hermanos, no
importa si son judíos o griegos, todo aquel que se arrepiente y cree en la obra
de Cristo en la cruz para perdón de sus pecados, entonces, será salvo, sea de la
raza que sea. ¿Eres tú salva en esta tarde? ¿Has creído en aquel que murió para
salvar a los pecadores? Porque si todavía no eres salva, este mensaje no es para
ti. Tienes que haber hecho tuyo el mensaje de los primeros 11 capítulos de
Romanos. Pero estás a tiempo, ahora mismo puedes orar en silencio y pedirle a
Dios que te perdone y que te haga una nueva criatura en base a los méritos de
Cristo.

Y si eres creyente, estos dos versículos son para ti, para que vivas la vida
cristiana basada en este fundamento.

Cuerpos consagrados

En estos cuatro capítulos del 12 al 15, Pablo describe una nueva vida en Cristo,
pero antes, describe una vida de adoración a Dios: “… que presentéis vuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto
racional”.
Antes de darnos a los demás y de mostrar nuestra misericordia a los demás,
debemos darnos a Dios en adoración. Presentad vuestros cuerpos como un
sacrificio a Dios, este lenguaje de sacrificio es un lenguaje del Antiguo
Testamento. El adorador por causa de su pecado traía un cordero o palomo y lo
sacrificaba en el altar como una ofrenda a Dios.

Pero los creyentes del Antiguo Testamento, sabían que la sangre de los
animales no quitaban el pecado (Hebreos 10:4), señalaban al sacrificio final,
Cristo como nuestro cordero, que fue sacrificado por nosotros.

Por lo tanto Pablo, no está diciendo que tenemos que morir por nuestro
pecado, ni encerrarnos en un convento, como si no tuviéramos vida, entonces
¿qué significa?

Lo que significa es que tu cuerpo y todos tus miembros, todo tu ser pertenece a
Dios. Todo lo que haces con tu cuerpo importa. No depende de cómo es
nuestro cuerpo externamente, sino de nuestro comportamiento, lo que
hacemos con él, de la manera que se comporta. Dios demanda nuestro cuerpo,
porque quiere una evidencia visible y corporal de que nuestras vidas están
consagradas a Él.

Mirar, hay mucha gente que dice que cree en Dios, pero su vida no ha
cambiado. Siguen con los mismos pecados, siguen con los mismos vicios, con
las costumbres de este mundo y de la falsa religión, no cortan con el pecado,
pecan con sus miembros, lo que ven, lo que oyen, lo que hablan, sus relaciones
inmorales. Qué contradicción, Cristo es el Señor, pero no me someto a su
voluntad. Cristo es mi vida, pero no tengo tiempo para él, entonces ¿cómo
pueden decir que conocen a Dios si no hay un cambio de vida? ¿Cómo es tu
vida? ¿Has cambiado, eres una nueva criatura?

Pablo quiere que ofrezcamos nuestros cuerpos como sacrificios a Dios. ¿Pero
qué tipo de sacrificio es este?:

- Vivo: es un sacrificio vivo y no muerto como el de los animales en el Antiguo


Testamento. Lo que Pablo tiene en mente es un estilo de vida. Tu propia vida en
cada situación tiene que ser un acto de adoración a Dios y una demostración de
que le perteneces.

- Santo: una buena explicación de lo que significa este término con respecto al


cuerpo santo está en Romanos 6:13. Lo que significa e implica es que tenemos
que dar nuestros miembros: tus ojos, tu lengua, tus manos, tus pies, dar tu
cuerpo para hacer justicia y no pecado. Un cuerpo es santo no por la apariencia,
sino por lo que hace.
- Agradable a Dios: que vivamos de tal manera que todo lo que hagamos suba
como un olor grato ante la presencia de Dios. Que Dios mire nuestra vida y la
acepte y se agrade con ella.

Pablo continúa diciendo “…que es vuestro culto racional”. O sea, que el


presentar nuestro cuerpo en sacrificio a Dios es, nuestro culto racional. ¿Qué
quiere decir esto? Pablo está pensando en la acción de adorar, es consagrar
todo nuestro ser, corazón, mente, voluntad y hechos a Dios.

La palabra “culto” puede traducirse como adoración, y algunas versiones así lo


traducen. Y el término “racional” también se puede traducir como lógico o
razonable. Aquellos que han sido receptores de la gracia y salvación de Dios,
deben ofrecer su cuerpo como sacrificio a Dios, que es una adoración lógica y
razonable, o sea con inteligencia.

Este término también tiene otro sentido, como podemos ver en 1ª Pedro 2:2,
significa espiritual. Por lo tanto, podemos traducirlo así: “... que es vuestra
adoración espiritual”.

Para resumir, el apóstol lo que está diciendo es que después de ver y


experimentar la misericordia de Dios, como respuesta voluntaria y de gratitud,
ofrecemos una vida de dedicación total, y esa debe ser nuestra adoración
espiritual a Dios.

¿Has ofrecido así tu cuerpo y ser entero? ¿Es tu vida una consagración total a
Dios, que tanto ha hecho por ti?

Mentes transformadas

El versículo uno se relaciona con la presentación del cuerpo a Dios, el segundo


se relaciona con nuestra transformación de conformidad con su voluntad.

En este versículo Pablo nos muestra lo que debemos evitar y lo que debemos
de hacer.

“No os conforméis a este siglo”, lo que quiere decir es que no debemos ser
hechos del mismo molde que el mundo. Tenemos que estar en el mundo, pero
no ser del mundo (Juan 17:15-16). Esto es lo que debemos evitar. Cuando el
pueblo de Israel llegó a la tierra prometida, Dios les dijo que no tenían que
imitar las costumbres de Canaán, sino obedecer sus preceptos. No debemos ser
llevados por la corriente de este mundo, porque el príncipe de este mundo es el
diablo (Efesios 2:1-3).
Las filosofías, los pensamientos, las políticas, las modas etc. de este tiempo que
vivimos, van todas en contra de Dios, y cambian cuando les interesan. Por eso,
no debemos seguir esta corriente de pensamiento y de vida contraria a Dios,
que se manifiesta con lo que vemos en televisión o Internet, las costumbres
mundanas, lo que leemos, las conversaciones insanas etc. Al final todo es un
engaño y es vano (1ª Juan 2:17). Entonces ¿qué?

Ahora viene la segunda parte, lo que sí debemos de hacer, transformaos por


medio de la renovación de vuestro entendimiento. Fijaros en el contraste: “no
moldeados … sino transformados”. Pablo no está diciendo que sustituyan una
forma exterior por otra, sino una exterior por otra interior, es una
transformación desde dentro, un cambio interior, la renovación de la mente,
pero no solo del pensamiento sino del interior del corazón.

Tenemos que renovar la mente con la Palabra de Dios, tenemos que leer y
estudiar la Palabra. Las personas más espirituales que conozco tienen dos
cosas en común: saturan sus vidas con la Palabra de Dios y son personas de
oración.

Por lo tanto, tenemos que eliminar toda la basura de nuestra vida que nos hace
daño. Quizás eso sea muy difícil para ti, puede que tengas problemas por
hacerlo, pero si quieres renovar tu entendimiento tienes que quitar todo lo que
no se conforma a la Palabra de Dios.

Por el lado positivo, tenemos que transformarnos. Quiero que nos fijemos en el
tiempo del verbo:

- Está en tiempo presente y continuo. Quiere decir que esa transformación


no es un acontecimiento concreto que ocurre una vez en la vida, sino que de
manera continua debe haber esa transformación.

- El verbo está en voz pasiva, no dice “Transformaos”, sino “Dejaos


transformar”. No depende de nosotros sino que es una obra del Espíritu
Santo, es el proceso de santificación.

- El verbo tiene también el modo imperativo, el verdadero cristiano no está


totalmente pasivo. Debe permitir que el Espíritu Santo haga su obra en
nuestros corazones y mentes.

¿Estás siendo transformada? ¿Estás dejando que el Espíritu haga su obra en ti y


renovando tu entendimiento con la Palabra de Dios?

El resultado
El resultado glorioso de esa continua transformación es “para que comprobéis
cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Para poder discernir y
apreciar la voluntad de Dios. Cuanto más leamos y aprendamos de la Palabra
de Dios y el Espíritu la aplique en nuestra mente y corazón, entonces podremos
saber cuál es la voluntad de Dios, que siempre es buena, agradable y perfecta.

Dios quiere lo mejor para nosotros y nos mostrará a través de su palabra


revelada qué es lo que Él quiere de nosotros y cómo quiere que vivamos.

Después de los versículos 1 y 2, hasta el capítulo 15, Pablo nos dará


instrucciones de cómo deberían ser nuestras relaciones los unos con los otros,
con Dios, con uno mismo, con los enemigos, con los gobernantes, con la ley, con
los más débiles etc.

Por lo tanto, si quieres vivir una vida que agrade a Dios, empieza con reconocer
sus misericordias en tu vida, su salvación, su perdón, y entonces podrás
presentar tu cuerpo como sacrificio a Dios, a la vez que no te conformas a este
mundo, sino que transformas tu mente continuamente por medio de la Palabra
de Dios y del Espíritu Santo, para discernir la buena y perfecta voluntad de Dios.

¡Que así sea!

La ofrenda de la viuda
Escrito por Pilar Herrera en 01 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

(Marcos 12:41-44; Lucas
21:1-4)
Introducción

Creo que este pasaje es uno de los más sencillos, profundos y preciosos de la
Escritura. Trata de una viuda muy pobre que ni siquiera sabemos su nombre,
pero que en todo amante de la Palabra es muy bien conocida.

Solamente se nos relata este pasaje en dos de los evangelios, Marcos y Lucas.

Hay muchos cristianos que piensan erróneamente en que Dios no tiene interés
en nuestro dinero o posesiones. Que eso son temas demasiado mundanos
como para que Dios se preocupe de ellos. Pero desde la primera familia que
existió, siempre ha habido una estrecha relación entre el hombre, sus
posesiones y su Dios. Somos mayordomos de todo lo que Dios nos da. ¿Qué es
eso de mayordomos? Es una persona a quien se le ha confiado la
administración de la propiedad de otro:”Todo es de Dios y de lo recibido de tu
mano te damos” (1ª Crónicas 29:14).

Veamos el contexto del pasaje. En los versículos anteriores vemos a Jesús en el


templo enseñando a la gente, pero a la vez se le acercaban los sacerdotes,
escribas y ancianos (Marcos 11:27), después fueron enviados fariseos y
herodianos (Marcos 12:13), después uno de los escribas (Marcos 12:28). Todos
ellos no tenían deseo realmente de conocer a Jesús, sino de pillarle en algún
pecado o contradicción, pero por supuesto no pudieron. Jesús enseñaba a sus
discípulos que se guardasen de la hipocresía de los escribas y fariseos (Marcos
12:38-40).

Quizás como contraste de que estos devoran las casas de las viudas, aparece
esta pobre viuda echando su ofrenda en el templo.

La ofrenda de la viuda

¿Dónde estaba Jesús? Sentado delante del arca de la ofrenda. Este nombre del
arca de la ofrenda era dado por los rabinos a 13 arcas o cajas de bronce, en las
cuales la gente echaba sus ofrendas. Estas “arcas” se llamaban “trompetas”
porque tenían forma de trompeta, con una boca grande en la parte de arriba.
Así cuando la gente echaba sus monedas, sonaban al caer, y por ellos se podía
saber más o menos cuánto echaban, por el ruido de las monedas.

Cada caja tenía una inscripción con el nombre para lo cual se iba a destinar el
dinero de esa ofrenda en el templo: leña, animales, utensilios, incienso,
sacrificios, etc.

¿Qué hacía Jesús? Estaba mirando cómo la gente echaba su dinero en el arca.
No simplemente una mirada casual, sino observando con atención v.41. Jesús
vio el contraste de muchos ricos y su ofrenda, con la ofrenda de una pobre
viuda. Esta pobre mujer solo echó dos blancas o un cuadrante que es lo mismo.
Significa una moneda muy pequeña, quizás la más pequeña en circulación en
ese momento. Marcos explica el término griego, blancas, por uno en latín, el
cuadrante, que equivalía a la cuarta parte de un “as” romano, que era a su vez la
décima parte de un denario. Su ofrenda era casi nada, de lo más pequeño a los
ojos de los hombres, aunque para Jesús fue digno de mencionar, porque llamó
a sus discípulos para enseñarles que lo importante no es la cantidad sino el
coste y el sacrificio que implica esa ofrenda.

Quiero que notemos que Jesús no habló con la viuda, quizás ella ni se dio
cuenta que Jesús la miraba, pero Él, siendo Dios como era, sabía sin hablar con
ella que era viuda y sabía que echó solo dos moneditas. Ella no fue diciendo que
era todo lo que tenía, pero Jesús que conoce todo, y digo todo, conocía que era
todo lo que tenía la viuda. No nos engañemos, nos podemos engañar los unos a
los otros, pero a Dios, no! Él sabe lo más íntimo o secreto de nuestros
corazones. Él sabe nuestras motivaciones y nuestras acciones por pequeñas
que sean. Él te conoce al 100%.

Todos los ricos echaron de lo que les sobraba mucho dinero, pero no les
costaba, no hubo sacrificio alguno, sin embargo la viuda echo muy poco en
cantidad, pero echó TODO lo que tenía, que comparado con lo de los ricos era
todo su capital para poder mantenerse.

Esta viuda era muy pobre, pero era rica para con Dios. Jesús nos muestra dos
tipos de riquezas en su Palabra: “No os hagáis tesoros en la tierra …, sino
haceos tesoros en el cielo” (Mateo 6:19-20). Esta viuda echó su ofrenda por fe.
Ella sabía que Dios proveería para ella de todo lo necesario, ella antepuso su
bienestar espiritual al material.

Ahora bien, ¿Está aquí enseñando Jesús que tenemos que darlo todo y
quedarnos sin nada? No, no dice que esté mal ganar o ahorrar dinero, ya que
otros pasajes de la Palabra de Dios nos enseñan que debemos de hacerlo, sino
que este pasaje nos enseña que no debemos mirar la cantidad que ofrendamos
a Dios sino la actitud y la motivación del corazón.

¿Por qué debemos dar?

- Porque nosotros mismos con todo lo que tenemos, pertenecemos a Dios.

- Porque Dios lo manda. No es un asunto de preferencia o propia voluntad,


Dios lo ordena (1ª Corintios 16:2).
- Porque Dios nos dio a su Hijo (2ª Corintios 8:9).

¿Quiénes deben dar?

Todo el pueblo de Dios. En el Antiguo Testamento el pueblo de Israel estaba


obligado a dar, y en nuestro tiempo son los verdaderos creyentes los que han
de ofrendar.

¿A quién debemos dar?

- Al Señor en primer lugar (2ª Corintios 8:5).

- A los que predican el evangelio. Sin medios económicos es imposible


evangelizar el mundo. Si creemos en la salvación de las almas, tenemos que
proveer para ello (1ª Corintios 9:9, 14).

- Para el mantenimiento de la iglesia local, al igual que en el Antiguo


Testamento lo hacían para mantener el templo.

- Para los necesitados (Deuteronomio 15:7-11) y las viudas que en verdad lo


son. A esto Pablo se refería a las que de verdad no tienen familiares o hijos que
las puedan socorrer, porque si tienen familia la familia es responsable de
mantenerles para no cargar a la iglesia (1ª Timoteo 5:16, 8).

¿Cuánto debemos dar?

- En el Antiguo Testamento, bajo la Ley de Moisés: el pueblo de Israel estaba


obligado a dar el diezmo, o sea, la décima parte de lo que uno tenía (Levítico
27:30-32). También había otras ofrendas que eran voluntarias, para el
Tabernáculo, su construcción (Éxodo 25:2). La idea del diezmo está incluso
mucho antes que la Ley de Moisés. Ya Abraham dio sus diezmos a Melquisedec,
sacerdote de Dios (Génesis 14:18-20).

- En el Nuevo Testamento, bajo la Ley de Cristo: Con la venida de Cristo su


muerte y su resurrección, con el comienzo de la iglesia primitiva ¿qué
encontramos? Que cada uno dé cómo propuso en su corazón (2ª Corintios
9:7; 1ª Corintios 16:2), y cada uno de vosotros ponga algo aparte. En ningún
lugar se menciona el diezmo en el Nuevo Testamento, pero si bajo la ley se
daba el diezmo, ahora que estamos bajo la gracia ¿vamos a dar menos que eso?
De gracia recibisteis, dad de gracia (Mateo 10:8). Si Dios ha dado a lo más
precioso que era su propio Hijo por ti, ¿cuánto más no le vamos a dar nosotros
como agradecimiento? Creo que el verdadero creyente debe dar más del
diezmo.
El bien conocido Juan Wesley dijo:”Obtén todo cuanto puedas, ahorra todo
cuanto puedas, da todo lo que puedas”.

No debemos preguntarnos ¿cuál es el mínimo? Sino ¿cuánto más puedo dar?

- Debemos ofrendar según Dios nos haya bendecido y según nuestra


posibilidad (Deuteronomio 16:17), según pueda (Levítico 14:30) y conforme a
lo que tenía (Hechos 11:29; 1ª Corintios 16:2).

- Debemos ofrendar nada menos que lo mejor (Malaquías 1:7,8,14).

- Los israelitas fueron bendecidos cuando daban sus diezmos y


ofrendas. También se le puede robar a Dios (Malaquías 3:8-10).

- El ofrendar no es solo una responsabilidad, es un gran privilegio.

- Frecuentemente, la fidelidad en la mayordomía acarrea bendiciones de


muchas clases (Proverbios 3:9-10; Salmos 41:1;Malaquías 3:10).

¿Cómo debemos dar?

Para terminar, veamos los motivos para ofrendar, que al final es lo que a Dios le
interesa, tu corazón, tu motivación al ofrendar. Las Escrituras ponen un gran
énfasis sobre la manera, la forma en la que damos:

- Alegremente (2ª Corintios 8:2-3; 9:7), no a regañadientes ni por obligación.

- Sacrificadamente (2ª Corintios 8:2-3). Tenemos un ejemplo muy bueno en


nuestro pasaje de la viuda pobre, porque dio todo lo que tenía, aunque en
cantidad era insignificante, no lo era en costo. Mucha gente piensa que ya daré
al Señor cuando sea rica, cuando tenga un extra, cuando me vayan bien los
negocios etc. Es un error, si no empiezas ya, en la condición en la que estés,
nunca lo harás.

- Con prontitud, sin dilaciones (2ª Corintios 8:10-11).

- Generosamente (2ª Corintios 9:5-6), no seamos tacaños a la hora de ofrendar.

- Voluntariamente de corazón (Éxodo 25:2; 1º Crónicas 29:9)

- Secretamente (Mateo 6:2-4) Cuanta gente da para que le digan que bueno o


generoso es. Aquí está la clave, cuando des algo, que tu izquierda no sepa lo
que hace tu derecha y viceversa, porque si no, estamos actuando como los
fariseos y los hipócritas.

Pensamiento final
Si todos los creyentes en el mundo dieran de acuerdo a la Palabra de Dios, la
obra de Dios se multiplicaría. Habría más pastores en iglesias que no tienen,
enviaríamos a más misioneros a otros países, habría más locales de iglesias,
más grandes y mejor acondicionadas, tendríamos más Biblias para repartir,
habría menos necesitados en las congregaciones, y habría más almas salvadas!

Que el Señor nos de el gozo de poner en práctica esta enseñanza tan


importante en la iglesia.

Si quieres cosechar abundantemente, debes de sembrar primero


abundantemente. Recuerda que “Más bienaventurado es dar que recibir”.

Lot, Abraham, ¿A quién


parecernos? ¿En qué?
Escrito por Pilar Serna en 01 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Quisiera hacer un estudio


de la vida de dos creyentes. Se nos habla de ellos en la Biblia, pero uno mostró
más espiritualidad que el otro.

Leeremos pasajes en la Biblia donde se habla de los dos o de situaciones en las


que se vieron envueltos.

Leemos Génesis 13:1-13.

¿Qué vemos en este pasaje? --- Aquí aparecen dos problemas: primero no había
sitio para los dos su ganado era muy extenso y tienen que tomar una decisión,
la separación, y segundo también había problemas con los pastores.
Abram era mayor que Lot y le correspondía a él elegir pero le cedió el derecho a
Lot. Actúa de forma desinteresada y entonces ¿qué elige Lot? --- v.10, leemos,
escogió lo que a sus ojos era la mejor tierra, tierra de riego. No era tan
desinteresado como Abram.

Sin embargo ¿qué hace Dios con Abram en esta situación? Vamos a leer los
versículos 14 y 15, obtiene una gran promesa de parte de Dios, le va a dar
mucho más que a Lot.

1ª Lección, no seamos interesados y egoístas y ofrezcamos a los demás


para que elijan.

Genesis 14:1-16. Leimos en el v.12 del anterior capítulo “Lot habitó en las
ciudades de la llanura y fue poniendo sus tiendas hacia Sodoma. Mas los
hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Dios en gran manera”

Como el pasaje es largo y algo complicado con nombres de reyes y naciones,


leeremos v.8-16, vamos a resumirlo. Lot se fue acercando hacia Sodoma y lo
que ocurrió es que hubo una coalición de reyes que se enfrentaron a los reyes
de Sodoma, Gomorra y otras ciudades y pasó que Lot fue llevado prisionero,
pues vivía en Sodoma, entonces Abram fue informado de su situación y cogió a
sus criados y se fue para rescatar a Lot, esto no era como coger un par de
amigos y dar una paliza al malo, en el v.14, habla de 318 criados, se quedarían
todavía bastantes cuidando de sus posesiones y fue al buscar a Lot, y dice que
atacó a los que habían cogido a Lot y los persiguió desde Dan hasta Hoba al
norte de Damasco, no he podido ver la distancia pero calculando sobre un
mapa bíblico habría más de 100Km. y recobró los bienes, a Lot a las mujeres y
demás gente.

Una mala decisión de Lot, su acercamiento a una tierra pagana le traerá una
consecuencia y la actuación de Abram, que podía haber dicho “Lot se lo ha
buscado, escogió las mejores tierras y se fue a vivir con esa gente ¡pues que
sufra con ellos!, pero esa aunque podría ser nuestra actitud, no es la actitud que
Dios espera de nosotros, sino que ayudemos al hermano que ha tenido ese
tropiezo y le auxiliemos.

2º Lección, ayudemos según nuestras fuerzas, a los que nos


necesitan. Gálatas 6:9-10. No nos cansemos pues, de hacer bien, porque a su
tiempo segaremos si no desmayamos. Así pues, según tengamos oportunidad,
hagamos bien a todos y mayormente a los de la familia de la fe.

(Col.3:12-13, 23-24)
Génesis 19:1-26. Vamos a leer del 1-3 y 12-26, para acortarlo un poco.

Lot no había escarmentado, como suele decirse: “el hombre es el único animal
que tropieza dos veces en la misma piedra”.

Los habitantes de la ciudad eran malvados pero él siguió viviendo entre ellos, ya
no habitaba en tiendas, vivía en una casa, y no consiguió influenciarlos para
bien, pues vemos en un versículo que hablan de él como “este extraño”, ni
siquiera hablaban de él como el seguidor de Jehová o el que nos habla de
Jehová. Dice también el pasaje que sus yernos ni le creyeron cuando les dijo que
tenían que salir pues la ciudad iba a ser destruida. El testimonio de Lot parece
nulo en este lugar.

Vamos a leer v. 15 y 16. O no era consciente de lo que iba a pasar o como


decimos por aquí “no tenía sangre en las venas”. Lot parece arraigado a ese
lugar de forma que los ángeles lo tienen que sacar a rastras, Dios salva de la
destrucción a Lot y su familia aunque la mujer de Lot tenía su corazón puesto
en Sodoma y murió. Tenemos que cuidarnos de nuestros arraigos a las cosas y
a las personas.

¿Qué hacía Abraham en esta historia? Leemos Génesis 19:27-29. (Gn.17:5 es


Abraham)

Abraham había estado intercediendo ante Dios por esa ciudad en el capítulo 18
(50,45,30,30), pidiendo si había 10 justos en esa ciudad que fuese perdonada y
que Dios no la destruyera, había llegado a un pacto con Dios. Gn. 18:32 “no la
destruiré por amor a los diez”, como ni siquiera se hallaron los diez, Dios
destruye la ciudad pero qué dice el v.29 “Dios se acordó de Abraham” por eso
salvó a Lot.

3º.Nuestra misión es orar por nuestros hermanos y sobretodo por aquellos


que vemos en peligro o que están apartados pues lo necesitan y Dios
puede acordarse de nuestra petición como lo hizo con Abraham y libro a
Lot de la destrucción.

Qué podemos sacar como conclusión sobre Lot,--- si juzgamos con nuestro
entendimiento muchas veces carnal, pensaríamos que Lot no era creyente, era
egoísta, escogía lo mejor para él, se fue a vivir a una ciudad pagana, Dios lo
tiene que sacar casi a rastras de la ciudad para no destruirlo a él con toda la
ciudad, realmente podíamos pensar ¿qué clase de creyente era? O ¿era
creyente?

2º Pedro 2:5-9
Tres veces se le dice a Lot “el justo”, sorprendente. Cuando miramos la vida de
los demás creyentes, no vemos su interior, quizá está teniendo una gran lucha
interior y su pecado lo está arrastrando como a Lot a quedarse en la ciudad,
pero Dios está actuando para sacarlo de su situación.

Una lección que podemos aprender en esta situación es que todos los
creyentes hemos recibido “misericordia” de parte de Dios, que en su iglesia
habrá los que se parecen a Lot y los que se parecen a Abraham, mucho mejor
que nos parezcamos a Abraham, seamos generosas, intercedamos por nuestros
hermanos ante Dios y salvémosles de situaciones difíciles si llega el caso.
También Abraham tuvo sus errores y caídas, pero mejor parezcámonos a
Abraham.

Y como mayor que Abraham, tenemos un más alto ejemplo, ¡ a Jesús mismo!

No buscó su propia gloria sino que dejó su Gloria en los cielos y quiso elegir la
peor parte, por amor.

Luchó mucho más que Abraham y sus criados, contra la muerte y el diablo por
salvarnos, de un secuestro mayor que el de Lot, que era temporal.

Y sigue intercediendo por nosotros. Hebreos 7:24,25, “mas este por cuanto


permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede
también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo
siempre para interceder por ellos”.

La viuda de Naín
Escrito por Pilar Herrera en 01 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres
LUCAS 7:11-17

Introducción

En los evangelios se nos narra la resurrección de tres personas por el poder de


Jesucristo y de manera directa: la resurrección del hijo de la viuda de Naín, la
hija de jairo y Lázaro. Parece ser que cronológicamente, este milagro de traer a
la vida a la hija de la viuda de Naín fue la primera resurrección que Jesús realizó.
Es curioso que este milagro solo lo narra Lucas en su evangelio.

El v. 11 comienza “Aconteció después, que Él iba a la ciudad que se llama Naín”.


Después ¿de qué? Después de sanar al siervo del centurión Lucas 7:1-10. Los
discípulos que estaban con Él ya le habían visto hacer milagros, pero nunca
resucitar a nadie.

Este lugar, Naín, no se menciona en ningún otro pasaje de la Escritura. Era una
pequeña ciudad en la ladera norte del monte de Hermón, a unos 30 Km. de
Capernaún, de la que quedan las ruinas. A la ciudad de Naín se llegaba por una
subida muy pronunciada que tenía cuevas para enterrar a cada lado del
camino. Se enterraban a los muertos a las afueras de las ciudades, no como
ahora que en muchos sitios se entierran las los jardines de las iglesias o dentro
de las ciudades. También lo podemos ver en muchos pueblos de nuestra
provincia, el cementerio está en las afueras del pueblo, así era en aquel
entonces.

Las dos multitudes

Vemos en los v. 11-12 que hay dos grupos de personas totalmente distintas en
actitud y esperanza. En primer lugar observamos una gran multitud con Jesús
además de muchos discípulos que iban a entrar por la puerta de la ciudad.
Todos ellos irían hablando y gozándose de estar con Jesús, el Maestro. Luego en
contraste, vemos otra gran multitud pero llorando y con una gran tristeza, que
salían de la ciudad. Seguro que estarían las plañideras, llorando y chillando de
manera profesional, vemos a una madre que va a enterrar a su joven hijo, iría
con las ropas desgarradas para mostrar el dolor y la tristeza que la inundaba, y
una gran multitud en cortejo fúnebre, llevando a enterrar a este joven fuera de
la ciudad. Unos iban a entrar y otros iban a salir de la ciudad, ¿era casualidad?
Ya lo veremos.

¡Qué contraste las dos multitudes! Una rebosando de vida y esperanza, otra de
muerte y tristeza. Donde el Señor está presente hay esperanza, donde está
ausente hay desesperación y muerte.

Aquí vemos muy claramente las consecuencias del pecado, que es muerte,
tanto física como espiritual. Y vemos las consecuencias de estar, creer, y seguir
a Jesús, que es vida, vida gozosa y plena en Él y vida eterna.

Jesús es movido a misericordia

Todos los funerales son tristes, pero es difícil imaginar un funeral más triste que
el que se describe aquí. Es el funeral de un joven, un hombre joven, además era
el único hijo de su madre y por si no fuera poco, ella era viuda.

Cuando Jesús vio a la mujer llorando y en desesperación, fue movido a


misericordia. ¿Qué quiere decir esto? Son sentimientos muy profundos que
vienen de muy dentro. No fue solo una idea fría, sino que sintió el dolor tan
grande que estaba sufriendo esa viuda por su hijo.

Aquí vemos como nuestro Señor entiende a la mujer. Sabe por lo que está
pasando. De igual modo Él sabe cada una de tus circunstancias, te conoce por
nombre y conoce tus problemas, tus dolores, tus soledades, tus tristezas. Él
sabe aun sin que tú se le digas. Él es Dios. Él se compadece de ti y muestra su
misericordia para con los pecadores como nosotros.

Jesús, sin que le llamen, sin que clamen a Él, sin buscarle, se acerca a la viuda
madre y le dice:”No llores” (v.13) Quiere consolarla y aliviar su gran dolor y
tristeza. Quiere mostrarle y decirle: “Mírame a mí, yo puedo quitar la causa de
tus lágrimas”

Pero nuestro Señor no cambia, “Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos”
(Hebreos 13:8). Su compasión para los que sufren sigue siendo igual de grande.
No olvides esto y busquemos el consuelo en nuestro Señor. Él nunca nos fallará,
nunca nos decepcionará, siempre se interesa por nuestras preocupaciones,
sean las que sean, “Venid a mi todos los que estáis trabajados y cansados que
yo os haré descansar”. Que mejor que descansar en los brazos de nuestro
Salvador.

No había nada en esta mujer que mereciera el resucitar a su hijo. Ella no buscó
nada, ni le pidió nada a Jesús. Tampoco había ningún mérito en el joven muerto,
que le hiciera resucitar. Fue Jesús quien se acercó a ellos, fue Él el que tomó la
iniciativa, fue Él el que quiso hacer ese milagro, su pura misericordia y voluntad.

De igual manera actúa con nosotros. Nosotros no le buscamos, y si había algo


de interés en buscarle, es porque Él puso ese interés en nosotros. “Así que no
depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia”
(Romanos 9:16). Nadie lo merece, ni por obras ni por esfuerzo, todo depende de
la compasión y voluntad de Dios. “Aun estando nosotros muertos en pecados,
nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos) (Efesios 2:5).

La resurrección del joven

Cristo realizó sus milagros de manera muy variada, pero es muy significativo
que cuando resucita a los muertos utiliza “su palabra”, los llama a la vida. A la
hija de Jairo le dijo “Talita cumi; que traducido es: Niña a ti te digo, levántate”. A
Lázaro le dijo:”¡Lázaro, ven fuera!; y a este joven le dijo:”Joven, a ti te digo,
levántate”. En los tres casos, utiliza el poder de su Palabra.

Hay un gran poder en la Palabra de Dios. Por su Palabra hizo el universo y todo
lo que hay, el mismo centurión del pasaje anterior le dice a Jesús que diga la
palabra y su siervo sanará (Lucas 7:7).

La Escritura nos muestra que la Palabra de Dios tiene gran poder: “ Porque la
Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y
penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y
discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12). Leer
también Isaías 55:10-11.

De igual manera, la palabra de Dios nos habla a nosotros con poder. El joven
estaba muerto, pero por la palabra de Jesús resucitó, fue vuelto a la vida. Jesús
se dirigió a él personalmente, e incluso tocó el féretro, que para un judío tocar
algo relacionado con un muerto, le hacía inmundo, pero no así con Jesús. De
igual modo, también Jesús nos habla de manera personal a cada uno, y nos
puede traer a la vida espiritual, aunque estemos muertos en nuestros pecados.
Tenemos que llevar a la gente a la Palabra de Dios, que la lean por ellos
mismos. Animar a los niños y los jóvenes que la lean y Dios les hablará
personalmente. Es la palabra de esperanza y de vida.

Gaylord Kambarami, fue el secretario general de la sociedad bíblica de


Zimbawe. Un día le ofreció a un hombre un Nuevo Testamento y el hombre le
dijo: “Si me lo quedo, voy a usar sus páginas para liar mis cigarrillos” Gaylord le
respondió: “Por lo menos hazme la promesa de que antes de fumar leerás la
página”, y el hombre aceptó. Después de 15 años, Gaylord fue a una convención
cristiana y estaba hablando un hombre, que le señaló con el dedo y dijo: “quizás
este hombre no me reconozca, pero hace 15 años me dio un Nuevo Testamento
y le prometí que leería cada página antes de liar mis cigarrillos. Me fumé Mateo,
Marcos y Lucas, pero al llegar a Juan 3:16, dejé de fumar y mi vida cambió por
completo”. Llegó a ser un evangelista a tiempo completo.

Hay una enorme diferencia entre una persona viva o muerta. La consecuencia
del poder de Jesús es que el joven volvió a la vida. Pasó de muerte a vida. Eso es
lo que hace Jesús con nosotros a nivel espiritual, nos da la vida que no
merecemos. Pasamos del reino de las tinieblas al reino de la luz y de la vida
eterna. Él tiene poder sobre la misma muerte, porque la venció en la cruz y al
resucitarse a sí mismo.

Fijaros qué expresión tan tierna “Y lo dio a su madre”. Lo restituyó a su madre,


las lágrimas de tristeza se convertirían en lágrimas de gozo.

Efectos poderosos en la multitud

Este milagro tuvo efectos también en los que lo vieron, en la multitud. En el v.


16 dice que “todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios”. Reconocieron la mano
de Dios obrando a través de Jesús al reconocerle como un gran profeta,
leer Lucas 1:68.

Cuando uno se convierte y pasa de muerte espiritual a vida eterna, tiene que
verse el cambio. Quizás la gente no entienda muy bien qué ha pasado, pero se
tiene que ver la transformación en la persona. No basta con decir que ahora
estamos vivos, sino que se tiene que ver, y lo tienen que notar los demás.

No solo la multitud temieron y reconocieron que Jesús era un gran profeta, que
lo era, sino que glorificaban a Dios. Es lo más natural, al principio de ver la
resurrección quedarían atemorizados y perplejos, pero después de darse
cuenta de la maravilla que había ocurrido, no pudieron sino glorificar a Dios por
ello.
Así también nosotros debemos vivir de tal manera que la gente a través de
nuestras vidas glorifiquen a Dios nuestro Padre (Mateo 5:14-16).

Las noticias se extendieron por toda Judea, y por toda la región. Era normal, una
noticia así, no podía quedarse en secreto.

De igual manera, cada vez que predicamos el evangelio o le hablamos a alguien


del Señor o regalamos una Biblia o un folleto, no sabemos las consecuencias
que puede tener.

Conclusión

Estemos siempre a la expectativa de que Dios puede usarnos en cualquier


momento y con cualquier persona. No desaprovechemos las oportunidades
que aparentemente pueden ser casualidad pero que no lo son. ¡Son los planes
de Dios!

Jesús pasaba por allí e iba a entrar a la ciudad de Naín, y a la misma vez un
cortejo fúnebre salía de la ciudad para enterrar a un joven. ¿Casualidad? ¡Por
supuesto que no! Jesús sabía que tenía que pasar por allí para resucitar a este
joven y dárselo a su madre. En ningún otro sitio se vuelva a hablar de esta
viuda, pero no será olvidada entre aquellos que aman la Palabra de Dios.

Quizás haya alguien hoy aquí que está muerto en sus pecados pero que el
Señor le está hablando a través de su Palabra y que te está diciendo: ¡Levántate
de los muertos y vive! Ve a Él, clama por vida eterna y Él no te rechazará.

El Tabernáculo
Escrito por Pilar Herrera en 01 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

INTRODUCCIÓN

He elegido este tema porque siempre me ha fascinado y nunca lo había


estudiado en profundidad. Tampoco he escuchado sermones sobre él, solo de
pasada o mencionarlo por encima. En mis lecturas devocionales he topado con
él, en Éxodo y Levítico, y me he propuesto estudiarlo en profundidad. El año
pasado también hice un taller para los adolescentes en el campamento de
verano. Pero desde entonces he cambiado y añadido mucho más.

Así que, quizás nos lleve varias reuniones, pero no quiero correr porque hay
muchísima enseñanza para nosotros.
Tengo que decir que he descubierto muchas enseñanzas y que he disfrutado
muchísimo preparando estos estudios. Me ha hecho mucho bien estudiarlo en
profundidad y doy muchas gracias a Dios por ello, y espero que vosotros
también aprendáis y disfrutéis con el tema.

QUÉ ES EL TABERNÁCULO

La palabra tabernáculo en hebreo “miskán”, significa “morada”, otra palabra que


se traduce para tabernáculo es “miqdás” que significa “santuario, lugar de
santidad” y por último encontramos la palabra “ohel”, que es el término general
para “tienda”. Por lo tanto tabernáculo era la tienda, el santuario, el lugar divino
donde moraba Dios (Éxodo 25:8).

Después de que el pueblo de Israel saliera de Egipto, mientras iban por el


desierto hacia la tierra prometida, Canaán, los israelitas adoraban a Dios en una
gran tienda, llamada “tabernáculo”. Dios mismo ordenó construirlo y dio las
medidas exactas de cada cosa, de cada mueble y de cada utensilio (Éxodo 25:9).
El énfasis no está tanto en los materiales o en la construcción del templo sino
en quién iba a morar ahí. Era el lugar donde el Señor haría patente su
presencia, por el día con una columna de nube y por la noche en una columna
de fuego (Éxodo 40:34-38).

Los israelitas tenían que ofrendar voluntariamente de todos los materiales que
se necesitaban para construirlo, como, oro, plata, cobre, azul, púrpura, carmesí,
lino fino y diferentes pieles de animales (Éxodo 25:1-9).

Del tabernáculo podemos leer en Éxodo, Levítico y Números, y hay ciertas


verdades que tenemos que tener siempre en mente cuando lo estudiemos, que
son:
1. Todo lo que hay en el Antiguo Testamento es relevante para nosotros. El
Nuevo Testamento es el Antiguo Testamento revelado. . “Porque las cosas que
se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron …” (Romanos 15:4).

2. Nos enseña el camino para acercarnos a Dios, pero no de cualquier


manera o según nosotros creamos, sino según el criterio de Dios.

3. El tabernáculo es figura o sombra de Cristo. Vamos a ir viendo que el


tabernáculo nos habla de Cristo. En el Antiguo Testamento hay muchas
ilustraciones, sombras y tipos de Cristo. Luego el tabernáculo era una sombra
de lo que había de venir. De la sombra te mueves a la sustancia. La sombra no
es la sustancia, pero si la sigues, llegas a la sustancia.

Moisés no se levantó un día y dijo que se le había ocurrido construir un


tabernáculo. ¡No!, no fue así. Fue idea de Dios, Él quería habitar en medio de su
pueblo (Éxodo 25:8).

Fijaos que la intención de Dios es morar en medio de su pueblo. En el Nuevo


Testamento la intención de Dios sigue siendo la misma, y Jesús, que es Dios,
hace su tabernáculo (su morada) entre nosotros (Juan 1:14). Los verdaderos
creyentes somos el templo del Espíritu Santo (1ª Corintios 6:19).

Recordemos que cuando el pueblo de Israel iba por el desierto, habría más de
un millón de personas, y Dios ordena que la posición del tabernáculo sea
central, porque indica que la presencia de Dios era el eje alrededor del cual
giraba la vida del pueblo. Los hijos de Israel acamparán … alrededor del
tabernáculo (Números 2:2).

Es precioso ver como cuando los israelitas se levantaban por la mañana, lo


primero que veían eran el tabernáculo, la presencia de Dios con ellos.

Inauguraron el tabernáculo el primer día del año (Éxodo 40:2). Yo no creo que
fuese por casualidad, significa un nuevo comienzo para el pueblo con su Dios.

Seguiremos un guión, recorreremos el tabernáculo desde que entramos por la


puerta y lo que nos vamos encontrando conforme andamos hacia el mismo
corazón y centro del mismo. Por lo tanto el bosquejo quedaría así:
1. El Atrio:

1.1. La puerta de entrada

2. El Altar de Bronce

3. La fuente

4. Otros utensilios

5. El tabernáculo:

5.1. La estructura

5.2. La cubiertas (las cortinas)

5.3. La puerta del tabernáculo

5.4. El Lugar Santo:

5.4.1. El candelabro
5.4.2. La mesa de los panes

5.4.3. El Altar del incienso

5.4.4. Otros utensilios

5.5. El Lugar Santísimo:

5.5.1. El Velo

5.5.2. El Arca del Pacto

5.5.3. El propiciatorio
 

1. El Atrio

Éxodo 27:9-19

El Atrio era lo que rodeaba el tabernáculo o la tienda. Era como un patio


cerrado por cortinas. Sus medidas eran de unos 50 metros de largo por 25 de
ancho.

Estaba formado por una valla hecha de cortinas de lino fino, sostenidas por 60
columnas de bronce y fijadas al suelo mediante estacas y cuerdas. La columnas
estaban hechas de dos materiales, bronce y plata y las cortinas de lino fino, que
según Apocalipsis 19:8, nos transmite excelencia y justicia. Estamos ante un
lugar majestuoso y glorioso.
1.1. La puerta de entrada

“Y para la puerta del atrio habrá una cortina de veinte codos, de azul, púrpura y
carmesí, y lino torcido, de obra de recamador; sus columnas cuatro, con sus
cuatro basas” (Éxodo 27:16).

Solo había una entrada o puerta a ese Atrio o patio, que medía alrededor de 9
´20 metros de ancho. Los materiales con los que estaba hecha esta entrada
eran cuatro:

- azul: que nos habla del cielo, de las cosas celestiales, de arriba.

- púrpura: era el color de la realeza.

- carmesí: color rojo de la sangre.

- lino torcido: el color blanco de la pureza.

El conseguir estos materiales era muy costoso y sobre todo en el desierto.


También nos dice la Biblia que era obra primorosa, muy artesanal y elaborada.

Todo esto nos recuerda y señala a Cristo como la puerta al Padre, solo hay una
entrada y no muchas (Efesios 2:18). “Yo soy la puerta; el que por mí entrare,
será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos” (Juan 10:9).
2. El Altar de bronce

Leer Éxodo 27:1-8.

Se le llamaba Altar de Bronce o altar de los holocaustos, pera diferenciarlo del


Altar del incienso que estaba en el Lugar Santo.

Sus medidas eran 2´5 x 2´5 x 1 metros. Era como un cajón cuadrado de
madera de acacia cubierto de bronce. Tenía 4 cuernos, uno en cada esquina.
También tenía 4 anillos o aros, para meter varas para poder moverlo y
transportarlo cuando iban por el desierto. Siempre debía haber fuego continuo
(Levítico 6:13) en él, no podía apagarse y los sacerdotes debían de mantenerlo
vivo con leña.

¿Para qué servía el altar? La única función del Altar era, sacrificar el animal.
Estaba situado nada más entrar por la puerta del Atrio, por lo tanto era lo
primero que se veía al pasar. Esto nos indica que nada más comenzar a dar
pasos hacia la presencia de Dios, tenemos un problema, nuestro pecado. Pero a
la vez el altar nos da la solución a ese pecado. La sangre de la víctima era en
parte derramada alrededor del altar y la otra parte en los cuernos del mismo
(Levítico 4:7,18, 25, 30). En el altar es donde se hace expiación (borrar las culpas)
por el pecado, ya que moría un animal inocente en nuestro lugar, siendo
nosotros culpables. “Sin derramamiento de 
sangre, no hay remisión (perdonar, alzar la pena) de pecados” (Hebreos
9:22).Este lugar nos señala a Cristo, Él es el verdadero Altar y la víctima, el
Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. En la cruz Él derramó su
sangre por nosotros. Por lo tanto cualquier persona que quiera acercarse a Dios
tiene que hacerlo a través de Jesucristo y de su obra en la cruz, si quiere recibir
perdón de pecados.

En ese altar se efectúa el juicio de Dios sobre el pecado, la paga del pecado es
muerte, y eso es lo que ocurre en ese altar, hay muerte y derramamiento de
sangre. Pero en Cristo, Dios nos muestra no solo su justicia, sino su gracia,
porque nos da a Cristo como sustituto en nuestro lugar, para que nosotros no
tengamos que morir. Su justicia y su gracia van juntas, no se pueden separar.

3. La fuente

Éxodo 30:17-21

La fuente estaba situada en el atrio entre el


altar y la morada o el tabernáculo. La fuente de bronce fue hecha con los
espejos que tenían las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo (Éxodo
38:8). Esas mujeres donaron sus espejos que en aquel entonces no eran de
vidrio. Es un acto generoso que estas mujeres piadosas se desprendieron de
sus objetos (espejos) donde ellas mismas se miraban y se arreglaban, para
dedicarlo a Dios.
La función de la fuente era contener agua para que los sacerdotes se lavaran las
manos y los pies, pero también para reflejar la imagen, ya que era de bronce.

De igual manera la Palabra de Dios tiene estas dos mismas funciones: es como
un espejo mostrando nuestro pecado y a la vez, es el remedio para limpiarnos
de él (Juan 15:3).

Los sacerdotes por su trabajo con los sacrificios, la sangre, la leña, las cenizas
etc. se manchaban constantemente y tenían que lavarse antes de ofrecer los
servicios sagrados.

Esto nos habla también de nuestra santificación, de estar lavándonos


continuamente. Aunque Cristo nos ha lavado por completo, cada día pecamos y
tenemos que limpiarnos de nuevo en la sangre de Cristo y a través de su
Palabra (Efesios 5:25-27). Es la Palabra aplicada

a  nuestros corazones.

4. Otros utensilios

Éxodo 27:3, 19, 35:18.

Para poder llevar a cabo todas estas tareas del altar con los sacrificios, es obvio
que se necesitara de algunos utensilios más pequeños, pero imprescindibles.
Los garfios para trinchar la carne, los calderos y las paletas para recoger las
cenizas etc. Las estacas igualmente, aunque algo pequeño, eran imprescindibles
para sujetar las cubiertas del tabernáculo y las cortinas del atrio, atadas con
cuerdas. En Números 4:14, 32, se menciona como tenían que transportarlas con
el mismo cuidado que los demás muebles y objetos del tabernáculo.
¿Qué podemos aprender de estos pequeños utensilios? La gran lección de que
las pequeñas cosas tienen una gran importancia. Hoy día vivimos para dar
importancia a lo grande, a lo visible, a lo majestuoso, y se desprecia muchas
veces lo aparentemente pequeño e insignificante (Mateo 10:42). Que no sea así
con nosotros.

1. El Tabernáculo

La morada (mishkan) es el
recinto cubierto que estaba compuesto por dos habitaciones llamadas, el Lugar
Santo y el Lugar Santísimo. Sus medidas eran de 15 m. de largo por 6 de ancho.

Se le llama tabernáculo de reunión (Éxodo 33:7-11) o tabernáculo del testimonio


(Números 9:15; 17:7,8). Dios quiere reunirse y encontrarse, comunicarse con su
pueblo desde este lugar.

Cristo es nuestro tabernáculo, habitó en una tienda en este mundo “Y aquel


Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como
del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad (Juan 1:14). La palabra
“habitó entre nosotros”, es la palabra tabernáculo.

1.1. La estructura del tabernáculo

Éxodo 26: 15-29

La estructura, era el armazón que contenía y limitaba el Lugar Santo y el Lugar


Santísimo. Estaba formada por 48 tablas de madera de acacia, cubiertas de oro,
apoyadas en 96 basas de plata. Estaban colocadas 20 a un lado, otras 20 al otro
y 8 a lo ancho, pero solo por un lado, atravesadas por 5 barras de madera de
acacia cubiertas de oro y una barra era interior.
Las cinco barras daban consistencia y unidad
a todo el conjunto de tablas. De esta manera formaban un armazón fuerte para
soportar todo el tabernáculo.

De igual manera los creyentes debemos estar unidos a Dios (vertical) y a los
hermanos (horizontal). Si permanecemos unidos, la iglesia será fuerte y Dios
morará dentro y en medio de ella. Todos a la vez unidos a las basas de plata
que simbolizan a Cristo. Una tabla no puede estar aislada del resto, así un
verdadero creyente tiene que estar unido a Cristo y a los demás creyentes.

El otro lado que no tenía tablas de madera, tenía una puerta, formada por 5
columnas de madera de acacia cubiertas de oro, con basas de bronce. En esta
puerta había una cortina tejida con los mismos materiales que la puerta de
entrada al Atrio.

1.2. La cubiertas (las cortinas)

Éxodo 26:1-14

El tabernáculo estaba cubierto con 4 cortinas


una encima de la otra, y muy diferentes entre sí:

1ª) La cubierta con querubines.

La más interior estaba hecha con los mismos tejidos que la cortina del Atrio,
excepto con una diferencia. Esta tenía bordados querubines, seres celestiales
(Éxodo 26:1-6).
Esta cubierta solo se podía ver desde dentro del tabernáculo y medía
aproximadamente 18 m. de longitud para cubrir el tabernáculo que medía 15
m. y 12´6 de ancho, para el ancho del tabernáculo que medía 6 m. Quedaba
colgando por los lados y la parte de atrás, pero sin tocar el suelo. Eran 10 piezas
de 12´6 m. de largo por 1´8 m. de ancho, y unidas por 50 corchetes de oro. Era
preciosa y la más majestuosa de las cuatro. Los colores con los que estaba
hecha representan grandeza, realeza y pureza, al igual que Cristo. Los
querubines, son los que están en el cielo rodeando a Dios, sirviéndole y
adorándole todo el tiempo. Si en el cielo está rodeado de ellos, en la tierra sería
de igual manera. Dios rodeado de sus criaturas celestiales y morando en medio
de su pueblo en toda su gloria y majestad.

2ª) La cubierta de pelo de cabra.

Éxodo 26:7-13.

Era más grande que la anterior, medía casi 20 m. de longitud y 13´5 m. de


anchura, cubría completamente la cubierta de los querubines. Eran 11 piezas de
13,5 m. de largo por 1,8 m. de ancho, unidas por 50 corchetes de bronce.

Esta cubierta era de un color blanco sucio o marrón, y algunos quieren ver
nuestra condición de pecado, y que no podemos ir directamente a Dios y la
cortina de querubines nos lo impide, como en Génesis 3, cuando Dios echa a
Adán y Eva del paraíso y pone a querubines para que no vuelvan a pasar
(Génesis 3:24).

3ª) La cubierta de pieles de carnero teñidas de rojo.


Éxodo 26:14

Esta cubierta representa el sacrificio de Cristo. Él es el cordero que muere y


derrama su sangre por salvarnos. De ahí la piel del carnero teñida de rojo. Si no
es por Cristo, nuestro pecado seguiría impidiéndonos entrar en el Lugar
Santísimo donde mora Dios mismo.

4ª) La cubierta de pieles de tejones.

Éxodo 26:14.

Esta cubierta era la última y por lo tanto la visible desde fuera. Cuando se
desarmaba el tabernáculo todo el mobiliario se cubría con esta cubierta
(Números 4:5-14).

En cuanto a belleza, no era la cubierta más bonita, pero era práctica. La piel de
tejones es impermeable y es fuerte y resistente contra las inclemencias del
tiempo. Imaginad en el desierto con el viento, las tempestades de arena etc.,
esta cubierta protegía todo el tabernáculo.

Al ser la menos atractiva también nos enseña


que lo bello no es lo externo de una persona, sino su interior, lo que hay en el
corazón. Debemos proteger nuestro corazón e interior contra todas las
asechanzas del maligno.

De Cristo también se nos dice que le veremos pero sin atractivo para que le
deseemos (Isaías 53:2).
1.3. La puerta del Tabernáculo

Éxodo 26:36-37.

La puerta estaba formada por 5 columnas de madera de acacia forradas de oro


y con basas de bronce. Estaba tejida con los mismos materiales que la puerta
de entrada al atrio, pero con una diferencia, al atrio podía entrar cualquier
israelita, pero por esta puerta al tabernáculo, solo los sacerdotes. Los
sacerdotes representaban al pueblo y en la persona del sacerdote, el pueblo
entraba en la presencia de Dios. En el Nuevo Testamento, Cristo es nuestro
representante ante Dios (Hebreos 9:24), y a la vez, somos sacerdotes y tenemos
acceso directo a Dios.

Esta cortina también representa a Cristo, a


través del cual ministramos como sacerdotes a Dios (1º Pedro 2:5).

Los colores azul y púrpura con los que estaba hecha o tejida la cortina, se
obtenían de las secreciones de ciertos moluscos abundantes en el
Mediterráneo oriental, especialmente en las costas de Sidón y Tiro.

El color carmesí procedía de las hembras de ciertos insectos, siendo este tinte
altamente apreciado y muy difícil de conseguir.

El lino fino era de Egipto, formando parte de los regalos que los egipcios dieron
a los israelitas al salir del país (Éxodo 12:35)

5.4 El Lugar Santo

En cuanto pasabas por la entrada, te encontrabas con el Lugar Santo que medía
9x6 metros. En él había tres objetos, a la derecha la
mesa  de los panes de la proposición, a la
izquierda y enfrente de la mesa, el candelabro y, justo delante del velo, el altar
del incienso. También existían una variedad de utensilios que ayudaban a usar
los tres objetos que se encontraban en el Lugar Santo.

Cada día los sacerdotes por la mañana y al atardecer, quemaban incienso en el


altar y mantenían el candelabro encendido. Cada sábado renovaban el pan de
la mesa después de consumir los anteriores.

5.4.1. El candelabro

Éxodo 25:31-40; Números 8:1-4

El candelabro estaba hecho de una sola pieza y era de oro puro. Su peso era de
unos 30 kilos. Al ser de oro, este metal nos habla de lo imperecedero,
incorruptible. Este objeto era una pieza única y labrada a mano, a martillo, sin
moldes. Se piensa que medía 1´5 m. de alto y 1 m. de ancho.

El tabernáculo, al no tener ventanas, esta era


la única luz que alumbraba y era figura de Cristo como nuestra luz. Él mismo
dijo:”Yo soy la luz del mundo” (Juan 8:12).

Estaba formado por siete brazos que culminaban en siete lámparas que debían
estar ardiendo desde la tarde hasta la mañana (Éxodo 27:21), siendo tarea del
sacerdote su encendido, su suministro, realizado con aceite puro de olivas
machacadas (Éxodo 27:2), y su limpieza (Levítico 24:4).
A la iglesia local se la describe en Apocalipsis 1:20 como a un candelabro que
alumbra en medio de la oscuridad. Pero para ello necesita el combustible para
seguir ardiendo que no es otro que el aceite del Espíritu Santo, un aceite puro, y
continuamente limpiar y purificar de toda suciedad que impida alumbrar. Esta
idea aparece en Zacarías 4:2,6.

También en el Nuevo Testamento se nos llama a los creyentes a ser luz del
mundo (Mateo 5:14).

5.4.2. La mesa de los panes

Éxodo 25:23-30; Levítico 24:5-9

La mesa de los panes se encontraba a la derecha del Lugar Santo conforme


entrabas. Era un objeto que medía 90x45x70 cm. de madera de acacia,
recubierto de oro. Su función era tener los 12 panes de la proposición que cada
sábado se cambiaban por otros recién hechos. Tenía varas para ser
transportado. La frase “pan de la proposición”, significa literalmente “pan de la
presencia”. No se cocinaban con levadura, y se echaba un poco de incienso
encima para que oliera bien.

Dios espera de nosotros que seamos íntegros, sin mezcla ni levadura que nos
contamine.

Había doce panes que representaban a las 12 tribus de Israel, pero en unidad,
así ahora la iglesia, aunque formada por personas muy diferentes unas de
otras, somos uno en Cristo.
Pero ¿qué significan estos panes? El pan es un
sustento básico en la Biblia. Representaba la provisión de Dios para las
necesidades de su pueblo, Él era la fuente de toda provisión, 12 panes, uno
para cada tribu de Israel.

Ese pan nos lleva a Cristo en el Nuevo Testamento “Yo soy el pan de vida” (Juan
6:48). Es el pan que debemos comer espiritualmente hablando, creer en
nuestros corazones (Juan 6:57-58). Cristo como nuestro pan fue ofrecido a Dios
en la cruz y lo recordamos cuando celebramos la cena del Señor y tomamos del
pan que representa su cuerpo roto por nosotros.

5.4.3. El Altar del incienso

Éxodo 30:1-10; 34-38

Este altar era diferente al altar de bronce que se encontraba en el atrio nada
más entrar por la puerta del atrio. Sus medidas eran 45x45x90 cm. y su función
era la de quemar incienso al amanecer y al atardecer sobre él, y era tarea de los
sacerdotes.

El incienso que se quemaba era una mezcla


de especias descritas en Éxodo 30:34-38, y estaba totalmente prohibido usarlo
para otro fin. Era algo santísimo Éxodo 30:36. Era muy aromático y agradable a
Dios.

Era de madera de acacia, recubierto de oro con 4 cuernos, uno en cada esquina.
El incienso en la Biblia simboliza la oración (Lucas 1:10; Apocalipsis 5:8; 8:3-
4; Salmo 141:2).

Al estar situado justo delante del Lugar Santísimo, delante del velo, nos revela la
importancia de la oración, justo al lado de la presencia de Dios.

El aroma del incienso es el aroma de la oración, cuya fragancia llega hasta la


presencia de Dios. Se realizaba este ministerio por la mañana y por la tarde, lo
que nos indica que la oración debe ser diaria y constante.

Este objeto también nos señala a Cristo como sacerdote que ora e intercede por
los suyos (Romanos 8:34; Hebreos 7:25) y como vemos en su oración sacerdotal
por su pueblo en Juan 17.

Como dice Wenceslao Calvo:”Aunque el altar


de bronce y el del incienso son diferentes, hay una relación estrecha entre
ambos, ya que el segundo tenía que ser expiado mediante la sangre expiatoria
vertida en el primero. Cuando el sacerdote había pecado y traía su ofrenda al
altar, era imprescindible que rociara con esa sangre los cuernos del altar del
incienso (Levítico 4:18) pues de otra manera su ministerio de oración quedaría
invalidado. Es decir, el ministerio del sacerdote se fundamenta en la expiación
que a su favor ha realizado una víctima vicaria. Se trata de una permanente
lección para nosotros, que necesitamos la sangre expiatoria de Cristo como
base y sostenimiento para que nuestra oración sea agradable a Dios (1ª Pedro
2:5).”

5.4.4. Otros utensilios

Éxodo 25:29; 25:38; Números 4:7,9

Aparte de los muebles grandes, había una serie de utensilios muy pequeños e
insignificantes, que podrían pasar desapercibidos, pero que sin ellos, era
imposible que los demás objetos grandes realizaran su función. Por lo tanto los
objetos más grandes, podrían ser inutilizados sin los pequeños.
Aquí tenemos una gran lección, Dios tiene en
cuenta lo pequeño al igual que lo grande. Por ello tengamos cuidado de no
seleccionar a las personas de la iglesia como grandes y pequeñas, porque Dios
no hace acepción de personas, todos somos necesarios en la obra de Dios y
unos sin los otros no harían nada.

5.5 El Lugar Santísimo

Éxodo 26:31-34

El tabernáculo se dividía en dos cámaras o habitaciones, el Lugar Santo, que ya


hemos visto y el Lugar Santísimo, que era la habitación del fondo. Era el lugar
más importante de todos, de tal manera que sin el Lugar Santísimo el resto del
tabernáculo, no tendría sentido.

Estaba separado del Lugar Santo por un velo que medía 6x6 metros.

Dentro del Lugar Santísimo se encontraba el arca, aunque según Hebreos 9:4,


también había un incensario de oro, que era el que usaba

el  sumo sacerdote el día de la expiación


(Levítico 16:12).

En el Lugar Santo, los sacerdotes ministraban diariamente, pero en el Lugar


Santísimo, solamente una vez al año, el día de la expiación el sumo sacerdote
entraba para realizar la ceremonia más importante de todas. Era un lugar
santísimo en gran manera, donde la presencia de Dios estaría en medio de su
pueblo, su gloria y santidad eran manifiestas en ese lugar.

Al Lugar Santísimo no puede entrar cualquiera ni de cualquier modo, porque el


que habita allí, es Santo por excelencia.

5.5.1. El Velo

Éxodo 26:31- 36

El velo que separaba el Lugar Santo del Lugar


Santísimo, colgaba de cuatro columnas de madera de acacia, cubiertas de oro
con basas de plata. Las cortinas a la entrada del atrio y a la entrada al Lugar
Santo eran para pasar, sin embargo, esta cortina o velo no servía para pasar
sino de barrera, y los querubines tejidos en él, avisaban de que tras ellos estaba
la presencia de Dios.

Estaba hecho de azul, púrpura, carmesí y lino torcido con querubines bordados.

Solamente el sumo sacerdote podía pasar este velo para entrar una vez al año
al Lugar Santísimo con la sangre de un carnero. Medía 4 pulgadas de grosor, si
una pulgada es 23mm., entonces su grosor total era de 9´2 cm.

El mismo velo era la carne de Cristo que fue rota por nosotros, y a través de su
muerte y sangre derramada, tenemos acceso a la misma presencia de Dios, o
sea al Lugar Santísimo (Hebreos 10:19-22). Cuando Cristo murió el velo del
templo se rasgó de arriba abajo (Mateo 27:51). Esto, humanamente hablando es
imposible, las cortinas se rompen de abajo arriba, pero no al revés, y con ese
grosor que tenía era casi imposible que se rompieran solas si alguien no las
corta con mucho esfuerzo.

¿De qué nos habla todo esto? Esto nos habla de que Dios aceptó el sacrificio de
su Hijo y que ahora tenemos entrada directa a la
misma  presencia de Dios. Antes no
podíamos, ahora sí, esto es una maravilla.

5.5.2. El Arca del Pacto

Éxodo 25:10-16

Dentro del Lugar Santísimo solo había un objeto, el Arca del Pacto (Números
10:33) o el Arca del Testimonio (Éxodo 25:22) como se le podía llamar. Era una
especie de caja o baúl rectangular.

Estaba hecha de madera de acacia forrada de oro y sus medidas eran


115x70x70 cm. Tenía cuatro anillos para meter las varas y poder ser
transportada, las varas siempre estaban puestas para que nadie tocara el arca.

Dentro del arca contenía las dos tablas de la Ley, o sea, los 10 mandamientos, y
más tarde añadieron el maná y la vara de Aarón que reverdeció (Hebreos 9:4).
En tiempo de Salomón solo estaba las dos tablas de la ley, ningún otro objeto
(1º Reyes 8:9).

Los 10 mandamientos nos hablan de la


justicia de Dios, lo que Dios demanda de cada uno de nosotros, su santidad y
perfección.

En cuanto a la urna de oro con el maná, nos recuerda que Cristo mismo es
nuestro pan del cielo (Juan 6:47-51). El maná era una especie de pan, o cosa
blanca, que cada día caía del cielo para que comieran los israelitas mientras
estaban en el desierto. Si comían de este pan, al día siguiente tenían que coger
más y así hasta que se morían, pero con Cristo no es así, el que le come, o sea
cree en Él, tiene vida eterna, no muere eternamente.

La vara de Aarón que reverdeció y produjo flores y almendras nos habla de la


gracia de Dios y de la resurrección, de algo seco, Dios produce vida y fruto. Así
con Cristo, cuando muere y parece que todo es perdido, se levanta de los
muertos y vence a la misma muerte.

5.5.3. El propiciatorio

Éxodo 25:17-22

El propiciatorio era el objeto que estaba encima del arca como una especie de
tapa, que la cubría.

Estaba hecho de oro puro y labrado a martillo, lo que le hacía una pieza única.

Era una plancha o tapa en cuyos extremos había una figura de un querubín,
que estaban de frente uno con el otro y a su vez mirando el propiciatorio. Es el
trono donde Dios se sienta.

Este lugar era el más sagrado y santo de todo el tabernáculo. Allí Dios hablaría y
se mostraría a Moisés (Éxodo 25:22; 30:6).

Vemos como el arca con la Ley, Dios está manifestando su justicia, pero con el
propiciatorio, Dios muestra su gracia, es el asiento de misericordia. La ley y la
gracia tienen que ir juntas. Significa que Dios no puede pasar por alto el pecado
y que tiene que ser pagado por alguien. El significado de la palabra
“propiciatorio”, es cubrir, tapar. De hecho eso es lo que hace Cristo con
su  sangre, nos cubre con ella y nos limpia de
todo pecado.

Wenceslao Calvo lo expone muy claramente:”Una vez al año (el día de la


expiación) el sumo sacerdote entraba en el Lugar Santísimo y esparcía la sangre
del macho cabrío sacrificado sobre el propiciatorio (Levítico 16:15). Como la ley
(los 10 mandamientos) que estaba debajo del propiciatorio reclamaba muerte
por el pecado, era necesario que la sangre (señal de muerte) satisficiera las
demandas de tal ley. Entonces, una vez satisfecha la justicia de Dios, éste podía
ser propicio (favorable) hacia los pecadores”.

Cristo es el propiciatorio desde donde Dios es propicio (favorable) al pecador


(Romanos 3:24-25). La justicia de Dios tiene que ser plenamente satisfecha y eso
se lleva a cabo gracias a Cristo que es una víctima inocente. Esto se realiza
mediante la introducción de la sangre en el Lugar Santísimo y su esparcimiento
sobre el propiciatorio, que de ser un trono de juicio y condenación, se convierte
en trono de gracia.

Cristo carga con la culpa y el castigo del


pecador. La idea de sustitución está presente en Isaías 53, donde se describe a
Cristo llevando nuestros pecados y rebeliones. Sin derramamiento de sangre no
hay expiación por el pecado. Para que la expiación llegue al pecador, debe
haber un verdadero arrepentimiento (Levítico 16:29,31).
Otra vez más vemos como el día de la expiación nos señala a Cristo. Todo el
libro de Hebreos nos explica la diferencia y el cumplimiento de Cristo como
nuestro sacerdote y víctima a la vez. Es una víctima vicaria, sustituye al pecador.
Un animal por muy perfecto que fuera nunca podría haber sustituido a una
persona, se queda corto.

Vamos a ver las diferencias de la expiación del pecado en el Antiguo


Testamento y el cumplimiento en Cristo, según lo expresa Wenceslao Calvo:

Por lo tanto, viendo lo que el Señor Jesucristo ha hecho por nosotros, se nos
exhorta a ir a Dios a través de él (Hebreos 10:19-25).

CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN

Vemos en todo este recorrido del tabernáculo, el maravillo plan de Dios para la
salvación. Todo en él tenía su razón de ser. Dios no hace las cosas por
casualidad o capricho, sino con un propósito y sentido. En Apocalipsis 21:22,
nos habla de que Cristo el Señor es nuestro templo, no terrenal sino celestial.
Ya no necesitamos el tabernáculo del Antiguo Testamento, porque como nos
explica Hebreos 10, Cristo es el cordero, la sangre, el altar, el sumo sacerdote, el
pan, la luz, el templo, ¡Él es todo!

Por lo tanto yo te invito ahora a que aceptes a Cristo como lo que es, nuestro
templo, nuestro camino al Padre, nuestro cordero que murió para salvarnos,
nuestro mediador como sumo sacerdote, nuestro todo. Es imposible que haya
alguien como Él. Él es Dios hecho hombre, y ahora está en los cielos esperando
a que vayamos a Él. Confía en Él, lo ha cumplido todo, y eso nos tiene que dar
una confianza tremenda en su obra y persona. ¡No lo rechaces!

Y si ya eres creyente, vive para su gloria una vida que no le avergüence. Vive en
santidad y en luz.
 

Daniel
Escrito por Pilar Serna en 02 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

DANIEL 1:1-21

Un bosquejo sobre la situación política, 4 países o imperios, Asiria, Egipto,


Babilonia e Israel.

Estamos en el año 609 A.C. en esa época, Asiria que había sido un gran imperio
estaba decayendo. Israel se había dividido en el reino del norte y el sur, por otra
parte estaba Egipto, también intentando restablecer su poder, pero el imperio
que estaba emergiendo era Babilonia.

Egipto se intentaba aliar con Asiria para luchar contra el grande Babilonia. Entre
medias se mete el rey de Judá, Josías, pero luchando contra los egipcios pierden
y el faraón pone tras la muerte de Josías en batalla, como rey a Joacim v.1 y éste
es el rey que reinaba en tiempos de Daniel 1.1 Era un monarca malvado e
impío 2ª Reyes 23:37 “E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a todas
las cosas que sus padres habían hecho”.

Leer v.2, vamos también a leer 2º Reyes 24:1-4 “y el Señor entregó a Joacim rey
de Judá” vemos que se está cumpliendo los mandatos de Dios, aunque fuese
contra su pueblo.

Hay dos verdades que se ven en el libro de Daniel

1) En medio de esta crisis mundial Daniel tiene claro que Dios es el Dios de
la historia. Todo lo que sucede está bajo su plan y usará para llevar a cabo su
plan a los dirigentes que quiera. Leemos Jeremías 25:8-11, usará a
Nabucodonosor como elemento castigador de su pueblo, pero luego también lo
destruirá

2) Dios es el Dios de Su historia. Es el Dios que lleva a Daniel a Babilonia, que


le hace caer en gracia ante el jefe de los eunucos, que le ayuda a prepararse, y
que le va a dar la solución de las visiones y sueños del rey.

Daniel significa “Dios es mi juez” y a lo largo del libro de Daniel se ve que él está
más preocupado por lo que Dios le puede hacer si no es un buen creyente que
por lo que le pueda hacer el rey.

Leemos 3 y 4.

Nabucodonosor se lleva el tesoro físico. Los utensilios del templo.

Se habían llevado los objetos sagrados que veíamos que estaban en el


tabernáculo y luego pasaron al templo y no sólo eso sino que se los habían
llevado para colocarlos en los templos paganos o como en Daniel 5:3, para uso
del rey y sus concubinas, esto era un sacrilegio. Para que veamos que no hay
nada fuera del control de Dios leemos en 2ª Reyes 20:16 –18, Ezequías era el
bisabuelo de Josías y ya en ese momento Dios le dice lo que va a ocurrir. El Dios
de la historia.
Pero Nabucodonosor además del tesoro físico, se lleva el tesoro personal. Los
que algún día habrían de ser los dirigentes de Israel, la inteligencia del Israel.
“Enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento”.

Babilonia era más inteligente que Egipto, que convirtió a Israel en esclavos y en
un ambiente de esclavitud es más probable que un pueblo se revele. Babilonia
es mas inteligente porque se lleva a los israelitas para adoctrinarlos, para que
los hebreos dejen de ser hebreos, les da una nueva cultura, nueva religión,
nuevos pensamientos, nueva lengua, lo que quiere es convertirlos en
babilonios.

Vemos a estos jóvenes que de repente se encontraron a miles de kms


desarraigados, colocados en un ambiente pagano, rodeados de una cultura
ajena, dioses e ídolos, y otra lengua, debió de ser horrible

Babilonia quería aislaros y podemos ver que eso es lo que vivimos en la


actualidad y siempre, el mundo nos quiere adoctrinar, que vivamos según sus
formas, somos como muchas veces hemos oído Ciudadanos del reino de los
cielos, pero vivimos en Babilonia. Estamos en una cultura hostil que nos quiere
cambiar. Hay dos cosas que el diablo querrá hacer o destruirnos o convertirnos
en ciudadanos del mundo en que vivimos.

Leemos v. 3 al 6.

Pero ¿qué hacen Daniel y sus compañeros? Daniel no propone una rebelión, no
propone aislarse o enfrentarse al Rey, continúa en palacio, vivirán en Babilonia
pero no se convertirá en babilonios, hablarán caldeo pero no serán caldeos,
estudiarán la religión de babilonia pero no creerán en los dioses de Babilonia.
Darán testimonio en el contexto en que Dios les ha puesto.

Es curioso que vemos que dijeron tres veces “si” antes de decir “no”.

1º Dijeron “si” a una educación pagana. La civilización mesopotámica era una


de las más importantes del mundo. Hicieron grandes avances en literatura,
matemáticas, es interesantísimo que las tablas que se han descubierto y los
avances matemáticos que se ven en ellas, no usaban el sistema decimal como
nosotros, pero si un sistema sexagesimal y la forma que tenemos de dividir los
días, y las horas en sesenta minutos viene de ellos. Tenían grandes
conocimientos de astronomía pero estaba mezclado con prácticas de magia y
astrología. Todo eso lo tiene que estudiar Daniel y sus amigos, pero no
creyeron. Una cosa es conocer y otra creer.
Una gran lección que podemos ver en esto es la preparación de Daniel y sus
amigos, pero me refiero a su primera preparación, eran adolescentes, quizá 18
años, y el fundamento de la fe que había tenido fue tan fuerte como para
soportar la gran Universidad de Babilonia, aprender todo lo que les enseñaban
pero viéndolo desde el punto de vista que no afectase a su fe.

Hay creyentes que no quieren que sus hijos vayan a colegios seculares y buscan
o bien un colegio evangélico, lo cual es difícil en España o enseñan a sus niños
en su casa, ellos piensan que es lo correcto. Pero vemos en este ejemplo que lo
importante es tener una buena base, en la que fundamentar a los niños,
enseñándoles lo que la Biblia dice y creemos. Que los niños sepan vencer las
dificultades que tarde o temprano el mundo que nos rodea les va a plantear. La
labor es fuerte por parte de los padres y de la iglesia.

2º Si a una carrera política.

Se los llevaron para prepararlos para servir en el gobierno de ese país. De


hecho es Daniel quien pedirá que sus compañeros estuvieran sobre los
negocios del país y él estaba en la corte del rey 2:49. Una nación pagana, con
idolatría que los había secuestrado y que iba a destruir a Jerusalén. Estuvieron
dispuestos a considerar el gobierno como un servicio para Dios. Le dijeron a
Nabucodonosor “He aquí nuestro Dios a quien servimos”. Dios los puso en esa
carrera y nosotros tenemos que poneros también a su servicio donde nos
ponga, incluso en los lugares de importancia ayuntamientos, comunidades, o
gobiernos (difícil pero se podrían cambiar las cosas).

3º Si a un cambio de nombre. Leemos v.7

El nombre para los israelitas era muy importante Daniel= Dios es mi juez, lo
renombran ahora Beltsasar = Favorecido de Baal

Ananías significaba “el Señor es misericordioso” los renombran ahora Sacrac


=mandato de Aku (Aku era un dios sumerio).

Azarías significa “el Señor ayuda” lo renombran Abed negó =siervo del dios
Nego, que era una variante de Nebo otro dios. Por tanto era un ultraje que
también pudieron soportar.

Pero hay un “NO” Leemos v. 8 al 18.

¿Había algo malo en la comida de palacio? ¿No sería la mejor comida del país,
era la comida preparada para el rey? ¿Qué tenía de malo?
El hecho de comer una u otra comida, pienso que no nos va a hacer más
espirituales. Los judíos tenían restricciones alimentarias en cuanto a los
animales puros e impuros, en el A. Testamento, aunque vemos en el N.
Testamento que Dios le dice a Pedro que de todos los animales que ve podrá
comer. El problema era de orden ceremonial y tiene que ver con el testimonio.

La comida que iba destinada a palacio, era sacrificada con un ritual, ritual
pagano por el que la carne era consagrada a alguna divinidad. Era como
participar con el dios al que había sido consagrada. El comer la comida era
como “servir a otros dioses” en público. Por tanto Daniel con actitud de
humildad, amabilidad y prudencia se dirige a su cuidador o responsable y le
propone ese “te ruego”, que podía haberse interpretado como un desaire al rey
pero él lo trata como su deseo de permanecer fiel a Dios y a si mismo como
creyente. Y el resultado fue satisfactorio para todos Lección podemos ser
personas con principios claros pero también tenemos que ser amables y
llegaremos más lejos así.

Resultados Leemos v.17-21

Dios prosperó a Daniel y sus amigos. Les dio conocimiento, inteligencia y


entendimiento.

La capacidad para distinguir entre la verdad y el error. Inteligencia, la capacidad


para aprender de las materias que se presentan por delante y a Daniel el
entendimiento de visiones y sueños, que después le pondrían delante de
Nabucodonosor, dando testimonio de quien es el Dios verdadero lejos de
convertirse a ellos a la mentalidad pagana, los jóvenes se sirvieron de ello para
glorificar a Dios.

Leemos v.21. Dios es soberano en la historia. Ciro era el rey de Persia que
derrotó a Babilonia. Daniel y su gente y su Dios sobrevivieron al imperio
babilonio.

Lecciones:

1º No mirarnos a nosotros mismos. Daniel no se miró a si mismo, no tiene


sentimiento de ser inferior a los babilonios.

2º Confiar en el Señor, mirar el poder de Dios.

3º No aislarnos del mundo, vivir en el mundo sin ser del mundo.


4º No convertirnos en “babilonios” como los demás de este mundo. La
fama, el dinero, la popularidad “no os conforméis a este siglo” No rendirnos a
los dioses de este siglo. Saber vivir en el exilio como Daniel y sus amigos

5º Intentar educar a los niños de manera que sepan defenderse en los medios
en los que se encuentran, el cole, los amigos, etc.

6º Atrevernos a ser un Daniel, acercarnos al mundo de la cultura para ser


Luz y Sal.

7º Reconocer que si no somos como Daniel, necesitamos de Aquel que es


mayor que Daniel. El Señor Jesucristo tuvo que venir a este mundo dejando
los cielos y compartir este mundo con los hombres, vivió en el exilio, sufrió una
gran oposición pero también como Daniel, un mundo lleno de idolatría, Roma y
sus dioses, pero él era Dios encarnado con la misión de salvar a su pueblo, a los
que iban a creer en él, en su sacrificio.

La mujer a la que se le perdonó


mucho
Escrito por Pilar Herrera en 02 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

LUCAS 7:36-50

Introducción

Antes de profundizar en esta mujer, dejar claro que no es la misma mujer que
se nos narra en Mateo 26:6-13; Marcos 14:3-9 o en Juan 12:1-7. La mujer que se
nos habla en estos tres evangelios era María de Betania, la hermana de Marta y
Lázaro, pero la que se menciona en este único pasaje en Lucas no es la misma,
por diferentes motivos.

En primer lugar María de Betania no era conocida como una mujer pecadora en
la ciudad. Segundo, cuando Jesús fue ungido por María, estaba ya muy cerca su
muerte, y este acontecimiento en Lucas es mucho más anterior en el ministerio
de Jesús. La casa en la que María ungió al Señor era de un tal Simón el leproso,
quiere decir que fue leproso y ya no lo era, seguro que Cristo lo sanó. En el
relato que nos concierne, el anfitrión se llamaba también Simón, que era un
nombre muy común, pero era fariseo. María fue juzgada por los mismos
discípulos, por el perfume tan costoso que derramó sobre Jesús, y aquí esta
mujer es juzgada por su condición de pecadora y por el mismo anfitrión.

Por lo tanto creo y afirmo que no es la misma mujer ni el mismo


acontecimiento. Este hecho solo es narrado por Lucas.

Tampoco sabemos la población donde tuvo lugar este hecho. Pudiérase que
fuera Naín, por los acontecimientos anteriores, leerLucas 7:11, 18, 36, pero no
es seguro.

Su trasfondo

Vemos como Lucas quizás por discreción y amabilidad hacia la mujer, no dice su
nombre, habla de ella pero sin mencionar su nombre, como para protegerla.

Aunque no tengamos su nombre sí sabemos que era una mujer pecadora y de


la ciudad, pues todo el mundo la conocía (Lucas 7:39). La mayoría de los
comentaristas dicen que al ser llamada “pecadora” quiere decir que era una
prostituta, y por eso sus pecados eran públicos y su vida conocida por todos.
Pero también puede ser que aun siendo conocida como mujer pecadora, como
una persona especialmente mala, no por eso quiere decir que fuera una
prostituta.

Quiero que nos veamos todas aquí reflejadas en esta mujer pecadora, ¿o acaso
no lo somos? Todas, de una u otra manera somos pecadoras delante de Dios,
quizás no con los mismos pecados o vida pública pecadora como ella, pero qué
más da si nuestros pecados son públicos o privados, ante Dios tenemos esa
condición.

Actitud de la mujer pecadora

Jesús había sido invitado a comer a casa de un tal Simón fariseo v.36. Quiero
que veamos cómo Jesús se mezclaba con los pecadores y los religiosos de su
tiempo para presentarles su necesidad de arrepentimiento y el perdón de
pecados. Nosotros tenemos que estar en este mundo sin ser de él en su frenesí
de pecado, pero en medio de los pecadores para ser luz y sal en medio de ellos,
si no ¿cómo van a creer?

Estando sentado Jesús a la mesa, más bien reclinado, en esa época no se


sentaban a la mesa como nosotros hoy día, sino que se tumbaban en unos
reclinatorios, apoyándose en el lado izquierdo y con la mano derecha libre para
comer. Las piernas las doblaban hacia atrás y por ello los pies quedaban hacia
atrás.

Esta mujer pecadora se enteró que Jesús iba a comer en casa de Simón el
fariseo, y ¿qué hizo? (Lucas 7:37-38). Su deseo era mostrarle amor y gratitud a
Jesús. Tuvo que ser muy valiente para colarse en esa comida, aunque era
costumbre que gente no invitada a la casa, viniera y estuviera detrás viendo y
escuchando la conversación de los invitados, incluso uniéndose a veces a la
conversación.

Al ver a Jesús empezó a llorar, pero de gozo, de gratitud, por sentirse


perdonada. Esto no estaba preparado, quizás lo del perfume sí, pero las
lágrimas no. Fluyeron de tal manera que podía regar los pies de Jesús, y los
enjugó con sus cabellos. A la par derramó ese perfume costoso sobre los pies y
los besaba. El jarro de alabastro era un frasco de yeso blanco fino (o quizás de
un color delicadamente teñido). Tenía cuello largo, y para derramar su
contenido tenía que romperse ese cuello. Ella, lo único que quería era expresar
abiertamente el amor a Jesús y no le importaban lo que dijeran. Estas muestras
eran el resultado de un corazón arrepentido y perdonado por su vida de pecado
y lleno de gratitud.

¿Cómo mostramos nosotras ahora el amor al Señor? ¡A través de los hermanos


y a través del servicio! El amor produce servicio y adoración. ¿Estás adorando a
Dios y sirviendo a los hermanos? ¡Ahí se verá tu amor!.

Actitud de Simón

La reacción de Simón muestra un contraste de actitudes totalmente opuestas.


Se escandalizaba de cómo es que Jesús siendo como era, permitía que esa
mujer pecadora le tocara y besara los pies. No lo podía comprender, porque él
mismo no había experimentado el arrepentimiento de sus pecados. Dijo para sí
mismo:”Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le
toca, que es pecadora” v.39.

¡Cómo mira con desprecio a la mujer juzgándola, y cómo se justifica a sí mismo!


¿Cómo reaccionamos ante cualquier persona pecadora que se acerca a
nosotros o a la iglesia? ¿La recibimos con amor y compasión, o la juzgamos en
nuestro corazón como hizo Simón? Qué fácil es hacer acepción de personas
(Santiago 2:1-4). Tenemos que tener cuidado de no caer en estos pecados. Hay
creyentes que ni siquiera le darían la mano o un abrazo a una persona
abiertamente homosexual. ¡Tenemos mucho que aprender todavía! Seamos
misericordiosos con todos.

Actitud de Jesús

Aquí tenemos otra muestra maravillosa de que Jesús es Dios, puede y conoce
nuestros pensamientos v. 40. Jesús, conociendo el corazón y los pensamientos
de Simón, le contó una historia para ilustrarle sobre el amor y el perdón: “Un
acreedor tenía dos deudores: el uno le debía 500 denarios, y el otro 50; y no
teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Dí, pues, ¿cuál de ellos le
amará más?” (Lucas 7:41-42).

La respuesta es obvia, pero Jesús, le pregunta directamente a Simón. Él, con un


tono casi de indiferencia, le dice que “aquel a quien perdonó más”. Todavía no
entendía el por qué de esa pregunta y Jesús vuelto de inmediato a la mujer, que
estaba escondida a sus pies, le dice (Lucas 7:44-47).

El contraste entre la actitud de Simón y de esta mujer a la hora de recibirle es


impresionante. Simón se mostró frío y muy poco amoroso, sin embargo la
mujer derramó todo su amor con lo que hizo. Una de las primeras cosas que se
hacían entonces a los invitados era lavar los pies polvorientos al entrar en la
casa, Simón no lo hizo, pero la mujer los lavó con sus lágrimas. El beso se usaba
como un emblema de amor, reverencia religiosa, sujeción y súplica. Simón no
besó a Jesús, pero la mujer no dejó de besar los pies de Jesús. Ungir la cabeza
con aceite era común entre los judíos, pero Simón no lo hizo con Jesús, sin
embargo la mujer ungió sus pies con el perfume. ¿Puede haber mayor
contraste?

Esto nos enseña también cómo las formas externas de relacionarnos y tratar a
las personas, nos muestran cómo está nuestro corazón. Si nuestro corazón está
frío, seremos fríos en nuestro trato a los demás. Cuidemos de no caer en esta
falta de amor y demostración del mismo.

No solo Jesús tuvo palabras para Simón, sino que se dirigió a la mujer misma:
“Tus pecados te son perdonados” v. 48. Cualquier duda que tuviera de ser
perdonada, se desvanecía en aquel momento. Tiene la confirmación del Señor
mismo de que ha sido perdonada, sus pecados borrados por completo. ¡Qué
declaración tan solemne!

El fin de toda persona radica en esta declaración, en si Dios a través de Jesús


nos perdona. No hablamos de ningún hombre, por mucha autoridad que tenga,
que nunca tendrá la autoridad de perdonar pecados, hablamos de Dios mismo,
reconociendo nuestro estado de “perdonado”. ¿Has sido perdonada? Sólo Dios
lo puede hacer v.49. Los mismos invitados estaban sorprendidos de que Jesús
pronunciara estas palabras, porque ellos sabían que solo Dios puede perdonar
los pecados, pero Jesús es Dios.

Las últimas palabras que Jesús le dice a la mujer son: “Tu fe te ha salvado. Ve en
paz”. Una vez más le confirma que ha sido perdonada y salvada. Tenemos que
entender que no fue salvada porque amó mucho, sino al revés, porque fue
perdonada por medio de la fe en la obra de Cristo en la cruz, por eso, amó
mucho. Su amor y adoración fueron los frutos de verse perdonada.

Las palabras “ve en paz”, no solo eran un saludo, sino que implicaban una vida
nueva para esa mujer (2ª Corintios 5:17). Es curioso ver cómo no se dice nada
de que la mujer hablara con Jesús audiblemente, pero no hacía falta. Su ofrenda
al Señor lo decía todo sin lugar a dudas.

Conclusión y aplicación

Tal vea al igual que esa mujer pecadora, ves tu necesidad de ser perdonada,
bueno, la solución está ahí, a tu alcance. Jesús es el único que puede perdonarte
si hay un verdadero arrepentimiento y fe en su obra. La mujer confió, y fue
perdonada, tú también lo puedes ser ahora mismo. Acércate a Él y pídele
perdón y salvación. Jamás rechazó a nadie.

Quizás te veas más reflejada en Simón. Puede que seas una religiosa, alguien
que te consideras buena persona, que ayudas a los demás, cumples con tus
ritos religiosos etc. sin embargo, no has entendido todavía lo que es el perdón
divino. Humíllate ante Dios y arrepiéntete de tu corazón orgulloso, no confíes
en tus buenas obras, porque no pueden salvarte.

Cualquiera que sea tu situación, hay esperanza para un corazón arrepentido y


con fe en Aquel que dio su vida por nosotros.

Si ya eres creyente, cuidado de no tener prejuicios con nadie, todos hemos sido
perdonados, no hay unos mejores que otros. Jesús dijo en una ocasión: “De
cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino
de Dios” (Mateo 21:31). Y a la vez, derramemos nuestros perfumes, nuestras
ofrendas, nuestras vidas para Cristo. Que seamos como esas lágrimas y ese
perfume derramado para Jesús. Si has sido perdonada, mucho debes de amar
al Maestro.

Qué Dios como tú


Escrito por Pilar Herrera en 02 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

MIQUEAS 7:18-19

Introducción

Aunque hemos leído todo el capítulo 7, me gustaría centrarme en los versículos


18 y 19: “¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del
remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita
en misericordia. Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras
iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados”.

No me gustaría sacar de contexto estos dos versículos, por eso permitidme que
los contextualice en la historia del pueblo de Israel.

El autor de este libro es Miqueas, que su nombre significa “¿Quién como


Jehová?”. Fue un profeta de origen campesino de Moreshet (Miqueas 1:14), una
pequeña aldea a 30km. suroeste de Jerusalén. Era contemporáneo de los
profetas Isaías (1:1), Oseas (1:1) y Amós (1:1), aunque Isaías desarrolló su
ministerio unos años antes que Miqueas.
En el capítulo 1:1, nos señala el tiempo en que Miqueas vivió, y en el cual Dios le
dio sus mensajes para Samaria y Jerusalén. Su ministerio puede que durara
entre unos 30 o 35 años, ya que se mencionan tres reyes: Jotam, que reinó 16
años, luego le siguió Acaz que reinó 19 años y por último Ezequías que reinó 29
años. Si empezó cuando Jotam ya estaba en el trono, su ministerio fue largo en
verdad.

Ejerció su actividad en Judá, pero dirigió sus mensajes a Israel, el reino del
norte. El libro de Miqueas consta de tres partes: capítulos 1-3, 4-5 y 6-7. Cada
mensaje comienza con la amonestación a “oír” (1:2; 3:1; 6:1).

El mensaje de Miqueas fue para ambos pueblos, Israel y Judá, y se dirigía


principalmente a sus capitales, Samaria y Jerusalén. En cada mensaje pasa por
el castigo del pueblo a causa de su pecado a la esperanza por el pacto que hizo
Dios a Abraham y a Jacob.

Miqueas se refirió a Jerusalén como “lugar alto”, nombre común que se le daba
al lugar de adoración a dioses paganos (1:5), predicando así, que el juicio que
cayó sobre el Reino del Norte caería ahora sobre Judá por causa de su
desobediencia a Dios.

No todo el libro de Miqueas es juicio y castigo. Miqueas ve una luz en las


tinieblas, ve a Dios que gobierna sobre todo acontecimiento, que castigó a su
pueblo solo para purificarlo y restaurarlo.

Predice la venida de Jesús, el Mesías, que vendrá a salvar a Israel (7:8). Miqueas
vio cómo aceptar y sobrellevar la ira divina. La ira de Dios pasa, pero su
benignidad es eterna. Aun en su ira hay compasión.

Miqueas proclama juicio y misericordia

Dios envía profetas para mostrar a las personas sus pecados, y con su pecado,
los profetas proclamaron juicio y misericordia. Así es como lo encontramos en
toda la Biblia: juicio y misericordia. Dios es santo y justo, y envía su juicio a los
pecadores, pero también es un Dios misericordioso y paciente y rescata de su
juicio a los pecadores (4:10).

Dios enviará a su pueblo a Babilonia en juicio, y les traerá de vuelta a su tierra


en misericordia.

Situación espiritual y moral de Israel

Veamos cómo era la situación del pueblo en tiempos de Miqueas. Vamos a ir


mirando desde el capítulo 7 versículo 1:
V.1-2: Miqueas no pudo encontrar ni un hombre justo ni misericordioso.

v.3: Los poderosos, príncipes y jueces juzgan por dinero y recompensa.

v.4: El mejor de ellos es como el espino o el zarzal, pero su castigo vendrá, y


será juzgado rectamente por lo que es y ha hecho.

v.5: Esos tiempos serán tan malvados, que no podías fiarte ni confiar en nadie,
ni en el que dice ser tu amigo ni en tu mujer misma.

v.6: Los enemigos serán los de tu propia casa, por causa del evangelio.

v.7: Miqueas confiará y esperará solo en el Dios de su salvación. Él es el único


en el que se puede confiar, no nos fallará.

v.8: El pueblo cayó y moraban en tinieblas.

v.9: El mismo Miqueas confiesa su pecado “porque pequé contra él”, “Hasta que
juzgue mi causa” y “Haga justicia”, estamos en manos de Dios, Él hace a su
tiempo y Él nos justificará.

v.14: Habían estado por mucho tiempo sin pastor o sin líder espiritual.

Todo esto os es familiar, parece como si estuviera describiendo nuestra


sociedad y situación.

Después Miqueas dice que vendrán los babilonios y se llevarán al pueblo


cautivo, pero que Dios los volverá a traer a su tierra y a restaurarlos.

¿Qué Dios como tú?

Cuando Miqueas escribió todo esto, el futuro parecía sin esperanza; sin
embargo, él acaba su profecía con esperanza, porque conocía a Dios, conocía su
carácter y confiaba en Él completamente.

Creo que podemos decir que la situación hoy día es muy parecida a la que
estaba viviendo el pueblo de Israel y Miqueas. Hay mucha maldad y pecado en
nuestra sociedad, y lo más triste es que la iglesia, el pueblo de Dios está
cayendo en esos pecados también.

Ahora bien, no importa lo oscuro que sea el día, la luz de las promesas de Dios
todavía están brillando. No importa qué confusas y temerosas sean nuestras
circunstancias, el carácter de Dios permanece igual. Tenemos todas las razones
para confiar en Él.
El profeta exclama aquí en los versículos 18 y 19 que Dios debe ser glorificado
especialmente por esto, que Él es misericordioso con su pueblo, ¿qué Dios
como tú? No quiere decir que haya otros dioses, sino que muestra que el único
y verdadero Dios puede ser distinguido de todos los ídolos por esta
característica: que de pura gracia perdona el pecado e iniquidad de su pueblo
(Éxodo 15:11; Salmo 103:8-12; Isaías 43:25).

Dios no es solo un Dios misericordioso, sino que se deleita en misericordia. Hay


personas que se deleitan con la música o en el arte, y disfrutan oyendo, viendo
y practicando. ¡Qué Dios tenemos que se deleita en misericordia! Disfruta y se
goza cuando extiende su mano al culpable pecador y le dice: “Ven a mi, y
vivirás”. Se deleita en misericordia.

Que Dios se deleita en misericordia, es claro, por el hecho de que a menudo


después de que su ira se ha encendido por el pecado del hombre, luego lo ha
perdonado cuando se arrepiente.

Veamos algunos ejemplos en la Palabra de Dios: Cuando Dios quiso destruir en


el desierto al pueblo de Israel por su pecado, y Moisés oró e intercedió por ellos,
y fue movido a misericordia y no lo hizo, y los perdonó.

Cuando incluso el rey malvado Acab se humilló ante Dios, le dijo a Elías: “¿No
has visto cómo Acab se ha humillado delante de mí?” y no lo destruyó ni a su
casa, por su misericordia.

Y la gran ciudad de Nínive, por su maldad, Dios dijo que en 40 días sería
destruida, pero cuando la ciudad entera se humilló ante Dios, ayunaron y se
arrepintieron, Dios no destruyó la ciudad, sino que la perdonó. Jonás mismo
sabía que no la destruiría “porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso,
tardo en enojarte, y de grande misericordia, que te arrepientes del mal” (Jonás
4:2).

Incluso guardó su hacha para cortar el árbol, y quiso dejarlo un año más. ¿Por
qué todo esto? Porque se deleita en misericordia.

Algunas objeciones

Si Dios se deleita en misericordia ¿por qué hay algunos que se pierden? Dios no
es siempre misericordioso. Mira cuando tragó la tierra a Acán y su familia, la
destrucción de Sodoma y Gomorra. Si estas maldades no se hubieran frenado,
el pecado se habría extendido y sería mucho peor.

Hay misericordia en el cirujano que ve veneno en la mano y la tiene que cortar


para que no se extienda por todo el cuerpo, y esto es lo que hizo Dios con
Sodoma y Gomorra. Muchas de esas cosas que vemos como castigos o juicios
severos, son solo misericordias disfrazadas, como dijo Spurgeon.

Algunas personas dirán: “Como Dios es tan misericordioso, no importa si


pecamos, al final nos salvará”. Si piensas así es que no has entendido el
evangelio. Es verdad que Dios perdona la maldad y el pecado, pero lo hizo en su
Hijo Jesucristo, cada pecado nuestro es lo que le llevó a la cruz. Si realmente
conocemos a Dios nos dolería mucho y en lo más profundo cada pecado que
cometemos.

Otros dice:”Bueno, cuando llegue el día de mi muerte como Dios es


misericordioso, oraré y clamaré a Él y me perdonará”. Ahora bien, ¿cómo sabes
que tendrás un lecho de muerte, y una oportunidad de arrepentirte? Puede que
mueras en un accidente de tráfico, o de un infarto en la calle o el trabajo. No
sabemos cómo ni cuando. Solo en la Biblia se nos señala un caso de alguien que
pudo clamar al Señor en su muerte, el ladrón en la cruz. Como un famoso
predicador comentó, Dios nos dejó este acontecimiento para que no
desesperáramos, pero solo uno para que no confiemos en ello.

Hoy es el día de ponerse a cuenta con el Señor, no hay que endurecer nuestro
corazón. El que Dios se deleite en misericordia no quiere decir que tengas que
despreciar a Cristo y su obra. Ese perdón, ese olvido de nuestro pecado, ese
echarlo en el fondo del mar, todo es por medio de Jesús. No hay otra manera, ni
otro camino, ni otro nombre. Solo en Egipto los que tenían los dinteles de las
puertas pintadas con la sangre del cordero eran salvos, los que no, no.

Aplicación

Si Dios se deleita en misericordia y no en sacrificio, entonces hablemos a la


gente de este gran Dios para que también lo conozcan.

Si nosotras somos sus hijas, también debemos deleitarnos en misericordia, se


como Él, y deja que la misericordia sea tu deleite. Se misericordioso con todos,
los que conocen al Señor y los que no, con los pobres, los ignorantes, con los
culpables incluso. No seas el primero en tirar la piedra porque el Maestro no la
condenó.

Sé misericordioso como el Señor lo ha sido contigo. Nunca digas que no


perdonarás a alguien, porque si es así tus oraciones y ofrendas son una
abominación a Dios. Si tienes algo contra tu hermano, antes de ir a dormir hoy
ponte a bien y en paz.
Si nuestro Dios se deleita en misericordia, nosotros también debemos
deleitarnos en misericordia.

Solo podemos asombrarnos y maravillarnos del gran Dios que tenemos, por
eso decimos con el profeta “¿Qué Dios como tú?”. A Él sea la gloria.

La mujer adúltera
Escrito por Pilar Herrera en 02 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Juan 8:1-11

Introducción

Jesús era conocido como “amigo de publicanos y pecadores” porque Él vino a


buscar y salvar lo que se había perdido. No tenía problemas con juntarse con
ellos. Que sepamos en los evangelios Jesús trató con tres mujeres que eran
culpables de adulterio: la mujer samaritana, la mujer que vino a Él en casa de
Simón y ahora la mujer adúltera de este pasaje que acabamos de leer.

Vamos a profundizar en esta mujer, pero veamos primero el contexto. Es


interesante observar en primer lugar como el último versículo del capítulo 7
dice que “Cada uno se fue a su casa” y el versículo 1 del capítulo 8 empieza
diciendo “y Jesús se fue al monte de los Olivos”. Mientras que cada uno se fue a
su casa, Jesús no tenía casa (Mateo 8:20). El que era rico por nosotros se hizo
pobre.

Por la mañana volvió al templo y todo el pueblo vino a Él, no quiere decir que
todos y absolutamente cada persona vino, sino que todo tipo y clase de
personas, jóvenes y mayores, de diferentes clases sociales etc. Vinieron y Él
sentado les enseñaba. Se puso a su nivel, se hizo uno de ellos para acercarse a
ellos y enseñarles.

Los acusadores

v.3 Ya que los fariseos y los escribas no pudieron prenderle el día anterior (Juan
7:45), buscan otra táctica para tentarle y pillarle en algo contra la ley de Moisés.

Los escribas se dedicaban a escribir las Escrituras con una escrupulosidad


extrema, cada punto y cada como, nada se les pasaba, eran conocedores de las
Escrituras. Los fariseos eran los líderes religiosos, tan legalistas y tan hipócritas,
que en nombre de la ley de Dios hacían barbaridades, solo les importaba su
apariencia santurrona, pero por dentro eran sepulcros blanqueados.

Le llevaron a esta mujer pillada en el mismo acto de adulterio, pero no estaban


preocupados por la conducta de ella, ni siquiera porque la Ley de Dios había
sido rota. El objeto era usar el pecado de esta mujer para llevar a cabo sus
maldades contra Jesús. Estaban deseando desacreditarle delante de la gente.
No esperaron a preguntarle en privado sino que lo interrumpieron cuando
estaba enseñando.

Es curioso que si la mujer adulteró, no lo hizo sola ¿dónde estaba el hombre?


Quizás todo fue una trampa utilizando al hombre también para poder tentar a
Jesús.

La mujer adúltera

Imaginad cómo llegaría la mujer a la presencia de Jesús. Quizás no le dio tiempo


ni a vestirse correctamente y la llevarían a rastras. Fue humillada públicamente
y su pecado se hizo público y abierto. Estaría aterrorizada porque sabía lo que
le esperaba, una muerte por lapidación. Sin lugar a dudas era culpable. Leamos
lo que decía la Ley sobre este asunto (Levítico 20:10,Deuteronomio 22:22).
Todos la mirarían con ojos condenatorios, todos menos uno, el Señor Jesús.

Todos somos culpables de este pecado, si no físicamente, sí en nuestro corazón


y mente. Nuestro problema es que no lo admitimos. El pecado es algo
vergonzoso y aunque lo escondamos de los hombres, no podemos esconderlo
de Dios, todo se revelará un día.

Como hemos mencionado antes, el problema no era la mujer sino pillar a Jesús.
Querían ponerle entre la espada y la pared con la pregunta “Tú, pues, ¿qué
dices?”
Un día también nuestro pecado se revelará.

El dilema

Los acusadores de Jesús estaban en lo correcto, con respecto a la ley, debería


morir.

Nadie escapará de su pecado, la sentencia vendrá un día tarde o temprano


“Porque la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23; Ezequiel 18:4).

A Jesús le hicieron la pregunta trampa. Si decía que la dejaran ir libremente, le


acusarían de ir contra la ley de Moisés, y si decía apedreadla ¿dónde quedaba
su amor por los publicanos y pecadores como era su enseñanza?

Lo habían puesto entre la espada y la pared. Los fariseos sabían que dijera lo
que dijera, estaba pillado.

Estos hombres son como muchos legalistas religiosos, que no les importa la
santidad ni Dios mismo, sino su propia justicia entre los hombres y su
apariencia de piedad ante los demás para ser alabados. Eran estrictos en
cuanto a la letra de la ley pero sin vida ni misericordia.

Tengamos cuidado con señalar la mota en el ojo ajeno y no veamos la viga que
tenemos nosotros. Aquellos que con frecuencia condenan a otros y los señalan
con el dedo, casi siempre son ellos los más culpables.

La ley demanda justicia y castigo del transgresor. Dios es un Dios santo al igual
que justo. Esta mujer era pecadora, adúltera, no hay que negar su pecado o
justificarlo, y su sola esperanza estaba en Jesús.

Los fariseos pensaban que no había salida a este dilema, pero se equivocaban,
Jesús tenía la respuesta.

Su malvado plan podría haber tenido éxito con cualquier otro hombre, pero
estaban tratando con Jesús, y ¡Él no iba a seguirles este juego!

La respuesta de Jesús

A Jesús no se le puede engañar, Él lee los corazones, Él sabía cómo responder


sabiamente. Fijaos cómo actuó:

- v.6: Se inclinó al suelo y escribió en la tierra con el dedo. No es la primera vez


que escribe con el dedo, las dos tablas de la ley, los 10 mandamientos se
escribieron con el dedo de Dios (Éxodo 31:18), también Belsasar cuando vio la
mano que venía de Dios escribiendo en la pared y mostrándole el juicio que
vendría sobre él y el reino (Daniel 5:5).

Durante más de 2000 años grandes estudiosos de las Escrituras han intentado
descubrir qué fue lo que escribió Jesús, pero no han descubierto este misterio.
Yo os voy a dar una respuesta teológica muy profunda: “¡No se sabe! Lo que sí
sabemos es que lo que fuera que escribiera les llamó la atención de seguro.

Sin embargo sus enemigos al ver el silencio de Jesús, pensando que le habían
pillado, insistieron en que les contestase v.7.

¿Qué hacía mientras la mujer? Nada, estaría postrada en el suelo esperando su


sentencia de muerte. No abrió su boca para defenderse porque realmente no
podía negar lo que había hecho.

Jesús se enderezó y les dijo:”El que de vosotros esté sin pecado sea el primero
en arrojar la piedra contra ella”. Jesús les descubre y les expone su propia
hipocresía y pecado. El dador de la ley quería que sus acusadores se dieran
cuenta de que no eran los más dignos de forzar y reclamar la sentencia sobre la
mujer. Él era el único que podía tirar la primera piedra porque era sin pecado,
pero no lo hizo.

Es muy curioso que Cristo no da más explicaciones y vuelve a escribir en tierra


v.8.

La reacción de los acusadores

“Acusados por su conciencia”, ¿qué quiere decir esto? Que delante de Dios cada
uno pudo ver lo que había realmente en su corazón. Su propio adulterio y su
pecaminosidad. Con una simple frase de parte de Jesús trajo convicción de
pecado a estos hombres, tuvieron que callarse y todo lo que se oyó fue el ruido
de las piedras cayendo al suelo y el paso de las sandalias yéndose.

Empezando por los más viejos porque tienen más pecados escondidos, hasta
los más jóvenes. Se vieron tal como eran, pecadores y quizás fue muy doloroso.

Una de las cosas más duras es enfrentarse cara a cara con tu pecado, pero a la
vez es cuando realmente puedes hacer algo. Aquí tenemos una alarma para
todos, fueron “acusados por su conciencia” a causa de sus pecados. ¡Sin
embargo, en vez de llevarles a caer a los pies de Jesús, lo que hicieron fue
dejarle y marcharse! Tengamos cuidado de que nos quedemos a medias, el
reconocer nuestro pecado no nos hace ser salvos ni perdonados, tenemos que
ir a Jesús a buscar perdón y salvación.
Perdonada y no castigada

v. 10-11 Cuando Jesús se levantó solo vio a la mujer. La ley requería de 2 o 3


testigos para acusar a alguien (Deuteronomio 19:15), y esos testigos eran los
primeros en ejecutar la sentencia (Deuteronomio 17:7), pero ahora no había ni
un solo testigo contra la mujer. Por lo tanto, la ley no tenía poder para tocarla.
Ahora Cristo podía actuar con gracia para con ella. Jesús está cara a cara con
ella.

Ahora, la pregunta que todos nos hacemos es ¿fue esta mujer salva cuando se
marchó? Creo que sí, porque no dejó a Cristo cuando tuvo oportunidad de irse
cuando se marcharon los fariseos. También se dirige a Él como “Señor” y no
como “Maestro” como le llamaban los fariseos, y porque Jesús mismo le dijo “Ni
yo te condeno; vete y no peques más”. Son las mismas palabras que nos dice a
aquellos que hemos sido salvos por gracia. El orden es importante, “ni yo te
condeno, vete y no peques más”, no al revés.

Llegó en momento para ella, a solas con el Señor. Siempre ocurre esto en una
conversión. Tarde o temprano, en algún sitio concreto, algún día, tienes que
estar cara a cara con Jesús. Seguro que has tenido muchas oportunidades de
venir a Él, ¿qué has hecho con ellas? Mira, o tienes ese encuentro con Jesús
ahora o lo tendrás en el día del juicio. ¡Y lo que decidas ahora determinará
dónde pases la eternidad!

Jesús la perdonó por completo, y lo hizo en base a la gracia de Dios y por medio
de la fe en la sangre y obra de Jesús en la cruz (Juan 6:37). Cuando un pecador
es perdonado recibe absoluta liberación de la condenación (Romanos 8:1)

Jesús no excusó su pecado, pero al perdonarla, cambió su vida, ya era una


criatura nueva, sus ataduras al pecado habían sido rotas. Ya no había lugar para
una vida de pecado, fue totalmente transformada. Jesús es un especialista en
tomar vidas rotas y destruidas y salvarlas y restaurarlas. Con la salvación viene
una nueva vida (Romanos 6:14).

Conclusión y aplicación

Quizás tu vida está arruinada por el pecado, o quizás te sientas como uno de
esos fariseos que por fuera guarda mucho su religiosidad pero que no conoce a
Dios personalmente. Sea cual sea tu situación, ven a Cristo, solo Él puede
perdonarte y salvarte. Él se complace en salvar vidas y lo hizo por puro amor,
derramando su sangre.
Si no has sido salvado estás en terrible estado, estás condenado delante de
Dios (Juan 3:18) y destinado al infierno, pero hay perdón en Cristo. El mismo
que intervino en esta mujer, puede intervenir en tu vida.

La oración pública
Escrito por Pilar Herrera en 02 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Introducción

Cuando una persona se convierte sinceramente a Dios y pasa de muerte a vida


espiritual, desde ese momento que hay vida, hay oración. Igual que el niño
cuando nace, su primer signo de vida es respirar, así el primer acto del hombre
cuando nace de nuevo es orar “Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se
llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque
he aquí, él ora” (Hechos 9:11).

Orar se describe en la Biblia como:

- Elevar el alma

- Elevar el corazón

- Invocar el nombre del Señor

- Llamar a Dios

- Clamar al cielo

- Suplicar al Señor

- Buscar a Dios
- Buscar el rostro del Señor

Una de las definiciones que de manera más clara y completa expresa lo qué es
la oración, la he encontrado en el libro Juan Bunyan titulado “La oración” y que
lo recomiendo encarecidamente. Dice así: “Orar es derramar de modo sincero,
consciente y afectuoso el corazón o alma ante Dios, por medio de Cristo, en el
poder y ayuda del Espíritu Santo, buscando las cosas que Dios ha prometido, o
conforme a su Palabra, con fiel sumisión a su voluntad”.

La Biblia nos enseña y exhorta a orar sin cesar (1ª Tesalonicenses


5:17; Romanos 12:12). Jesús mismo como nuestro ejemplo pasaba tiempo en
oración “Levantándose muy de mañana, siendo aun muy oscuro, salió y se fue a
un lugar desierto, y allí oraba” (Marcos 1:35). Si la oración era tan importante
para el Hijo de Dios, que era santo, ¿cuánto más importante será para nosotros
perseverar en ella? Debemos orar siempre “…orando en todo tiempo con toda
oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y
súplica por todos los santos” (Efesios 6:18).

Dos maneras de oración

Cuando leemos la Escritura vemos que hay dos maneras de oración: la oración
privada, personal y la pública. En esta ocasión vamos a centrarnos en la oración
pública.

¿Qué es la oración pública?

Es reunirse un grupo de creyentes y orar juntos “Otra vez os digo, que si dos de
vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que
pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. Porque donde
están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”
(Mateo 18:19-20).

Desde el comienzo de Hechos de los Apóstoles vemos el lugar tan importante


que ocupaban las reuniones de oración entre los creyentes “Todos estos
perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la
madre de Jesús, y con sus hermanos” (Hechos 1:14), unos 120 reunidos en el
aposento alto.

La iglesia primitiva perseveraba en las oraciones públicas como iglesia “Y


perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros,
en el partimiento del pan y en las oraciones” (Hechos 2:42).
La siguiente reunión de oración que se menciona en Hechos es cuando Pedro y
Juan son soltados y los principales sacerdotes les amenazaron de que no
podían predicar el nombre del Señor Jesús (Hechos 4:23-31).

¿Por qué es esencial?

- Porque Dios nos lo dice en su Palabra.

- Porque es una promesa de Cristo. En Mateo 18:19 aunque el contexto es la


disciplina de iglesia, también se puede aplicar a “cualquier cosa que pidieren”.
Hay un poder especial en la oración del pueblo de Dios cuando este se reúne.
Peter Masters, en su librito “El poder de las reuniones de oración” lo explica
muy claramente: “¿Qué significa la expresión ponerse de acuerdo? La palabra
griega sumphoneo significa literalmente: sonar al unísono.

El Señor dijo:”… si dos de vosotros sonáis al unísono…”. “Estar de acuerdo” es


una palabra que se utiliza para describir instrumentos que suenan juntos en
armonía. No es una oportunidad para que los individuos toquen su propio
tambor o promuevan causas que puedan no ajustarse a los intereses de toda la
reunión de oración. Debemos tener deseos en común y orar unánimemente
por esas cosas, el acuerdo será el principio que controle la ocasión.

- Porque Dios bendice cuando su pueblo ora (Hechos 4:33), da poder


espiritual. Cuántas veces hemos ido a una reunión de oración tristes o
desanimados y al orar y al escuchar las oraciones de nuestros hermanos/as
hemos salido animados, confortados y llenos del Señor.

- Al igual que el creyente no crece sin oración privada, también podemos decir
que las reuniones de oración son una necesidad vital para la iglesia.

- Si la oración es el termómetro espiritual del creyente, la oración pública


es el termómetro espiritual de la iglesia.

Problemas y excusas para no orar

Hay mucha indiferencia y frialdad en el pueblo de Dios a nivel general. Si de


veras creyéramos en la importancia y las bendiciones de la oración pública,
oraríamos más. Nos perdemos muchas bendiciones por falta de oración como
iglesia.

Muchos creyentes se conforman con ir a los cultos y cumplir. Para mí, la


reunión de oración de iglesia después de los cultos el domingo, es la más
importante, mucho más que las mujeres, matrimonios, jóvenes etc. Deberíamos
exhortarnos y animarnos a venir a orar juntos.

Algunos creyentes están demasiado ocupados, y no estoy hablando de los que


literalmente están trabajando en las horas y días que se hace la reunión de
oración. Llenan sus vidas con tantas cosas y actividades quizás muy lícitas, pero
que podrían hacerlas en otro momento y venir a orar. Siempre va a ver cosas
que hacer, entonces deberíamos programar este tiempo y apartarlo como si
tuviéramos una cita con Dios.

Uno de los motivos por los que algunos creyentes no oran es que dicen que se
sienten demasiado fríos espiritualmente, y que si oran se sienten unos
hipócritas. Creo que este es el mayor engaño del diablo para con el pueblo de
Dios. Cuanto más frío te encuentres, más necesidad de orar deberías de tener, y
no posponer la oración.

Algunos consejos prácticos para ayudarnos

- Pon en orden tus prioridades. La reunión de oración de iglesia es de las más


importantes, organiza tus deberes alrededor de ella y no al revés.

- Si estás demasiado ocupado para asistir a la reunión de oración,


entonces, estás demasiado ocupado (a no ser que sea por un trabajo).
Precisamente si tu agenda está tan ocupada, necesitas parar y recibir del Señor
y pedirle que te renueve y llenarte de Él.

- Los padres con niños pequeños ponen la excusa de que se acaba tarde, o
que hacen ruido etc. y por eso no vienen. Una solución a ese problema es
turnarse, cada semana uno de los padres se queda en casa con los niños y el
otro viene. Cuando los niños pueden venir siempre hay una habitación en la
iglesia donde pueden jugar o leer, e incluso quedarse en la reunión de oración.

- Algunos creyentes hacen oraciones demasiado largas, y otros no oran


nada. Es fácil criticar una reunión de oración, pero pregúntate si tú has hecho
alguna contribución para ayudar a la reunión. Debemos cuidar de no ser
demasiado largos en nuestras oraciones para que la gente no se canse,
cuidemos mucho este aspecto.

- Quizás seas demasiado tímido/a, persevera, no dejes de ir, asiste para


orar. Proponte orar de una manera sencilla y corta, puedes dar gracias a Dios
por la salvación, por su Hijo o por haberte cuidado y bendecido ese día.
Empieza poco a poco como los bebés cuando aprenden a hablar. Es mejor orar
una oración breve que no orar. La oración más larga del Nuevo Testamento es
la del Señor en Juan 17 y se puede leer en tres minutos. No temas si
tartamudeas, Dios te entiende, como una madre entiende los primeros
balbuceos de su hijo. En una reunión de oración deberían orar de forma audible
el mayor número de personas posible

- Orar no es predicar. Algunos creyentes utilizan sus oraciones para predicar o


traer enseñanza que le gustaría que los demás supieran, no es el lugar.

- Deberíamos hacer oraciones concretas y definidas. Muchas veces


queremos abarcar tantos asuntos en la oración quedivagamos o no dejamos
nada para los demás. Organiza tu mente y corazón y piensa en algunos asuntos
más concretos y si ves que al final nadie ora por algo que tienes en tu corazón,
entonces ora tú por segunda vez, pero da opción a tu hermano/a. Debemos
cuidar nuestras oraciones, no divagar ni dejar que haya silencios largos entre
oración y oración, sino aprovechar bien el tiempo que tenemos juntos.

- En Lucas 11:1, los discípulos le piden al Señor que les enseñe a


orar “Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de
sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus
discípulos”. No nacemos aprendidos en este tema, tenemos que aprender a
orar. Para ello busca modelos y ejemplos, pero búscalos bien. Analiza cómo
oran hermanos maduros en la fe, mira su actitud, su pasión y su fervor. No
quiere decir que tengas que usar las mismas palabras, pero sí su modelo de
oración. La oración unida debe ser instructiva y educativa.

- Me temo que hoy día confundimos lo que es oración privada con la


oración pública. Nuestras oraciones tienen que estar centradas en Dios y no
en nosotros mismos, ni en cómo nos sentimos ni en nuestras emociones.
Muchos creyentes son tan egocéntricos a la hora de orar que solo oran por
ellos, sus familias y todo lo que le concierne a nivel personal. No digo que no
haya que hacerlo, pero eso es más para la oración privada en casa. En la
oración pública debemos buscar lo que está en relación con el pueblo de Dios
en general y en concreto con la iglesia local. Debe haber adoración, confesión,
acciones de gracias, intercesión y petición.

- Creo que es muy importante decir “amén”, que significa “así sea, estoy de
acuerdo” a la oración de tu hermano, como apoyo a su petición. Para el Señor
no hace falta decirlo en voz alta, pero sí para el hermano.

Exhortación

Si no oras públicamente, anímate y empieza a hacerlo, tú serás la primera en


sorprenderte. Pablo dice:”Orad sin cesar, dando gracias a Dios en todo”. Nos
llama a hacerlo comprobando las promesas de Dios para su iglesia. Ojalá que
seamos fieles y oremos sin desmayar, porque así Dios nos lo manda.

Sanada en el día de reposo


Escrito por Pilar Herrera en 02 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Lucas 13:10-17

Introducción

Comienza nuestro texto con Jesús enseñando en una sinagoga en el día de


reposo. Las sinagogas no eran el templo, eran grupos de judíos que se reunían
a leer y escuchar la Palabra de Dios expuesta y explicada. Allí no se hacían
sacrificios de animales, era un lugar de instrucción. Los hombres se sentaban
en un lado de la sinagoga y las mujeres en el otro, separados. Había uno o
varios líderes que organizaban todas las reuniones y enseñanzas que se tenían
en las sinagogas.

Cuando iba algún líder judío, lo invitaban a leer y traer la enseñanza de la


Palabra de Dios, y así hicieron con Jesús, le reconocían como a un maestro, rabí,
pero no creo que lo veían como el verdadero Maestro, el Salvador.

Los judíos se reunían especialmente los días de reposo que eran los sábados. Es
curioso mencionar que Jesús mismo guardaba el día de reposo e iba a las
sinagogas a enseñar y a adorar a su Padre.
Este acontecimiento solo lo narra Lucas, no se encuentra en ningún otro
evangelio. Quizás Lucas como era médico, sintió más interés y observación ante
esta mujer que estaba sufriendo de una enfermedad durante 18 años.

La mujer encorvada

Aquí aparece nuestro personaje, es una mujer que estaba en el lugar de


adoración en el momento correcto. Si alguien tenía una excusa para estar
ausente, era ella. ¿Qué le ocurría? Sufría de una enfermedad que la mantenía
encorvada, no podía erguirse. Jesús mismo dice en el v.16 que esta enfermedad
era por causa de Satanás. Satanás la había afligido como afligió a Job. No todas
ni muchas enfermedades físicas son causadas por espíritus malignos, pero
algunas sí. Los demonios no pueden poseer a los creyentes, pero pueden
afligirnos de varias maneras. Pablo le atribuye a Satanás su aguijón en la carne,
que fue enviado por Dios para humillarle (2º Corintios 12:7). A veces Dios
permite que los demonios actúen en los cuerpos de las personas. El estar
encorvada fue una situación dolorosa y humillante, su mirada era
constantemente al suelo y sufría esta enfermedad desde hacía 18 años.

Pensad las muchas excusas que podía haber tenido la mujer para no ir a la
sinagoga:

• Su belleza se había desfigurado.

• Probablemente experimentaba dolores constantes que la distraerían de


concentrarse en las reuniones.

• Sería difícil caminar la distancia a la sinagoga.

• No podía mirar al frente para ver lo que pasaba.

Pero a pesar de estas y muchas otras excusas potenciales, allí estaba adorando
a Dios.

A menudo los más enfermos, son los más fieles ¡lo que se hubiera perdido si no
hubiera estado en la sinagoga ese día! Debemos animarnos y obedecer el
mandamiento de guardar el día de reposo para santificarlo. Hay una
enfermedad que alguien ha llamado “Enfermedad de domingo”, te ataca a
ciertas horas el domingo, sobre todo a la hora de los cultos, pero la
recuperación es rápida. Generalmente se llama “indisposición para ir a la
iglesia”, ¡pero esta mujer no sufría de esta enfermedad!

Jesús mismo la llama hija de Abraham, describiéndola como una verdadera


israelita, una mujer con fe, y lo mostraba estando en la casa del Señor el día de
reposo. Seguro que le costaría llegar allí andando, pero su enfermedad no le
impedía ir a adorar a Dios. Aprendamos de su ejemplo y no pongamos excusas
para no venir a escuchar y adorar a nuestro Dios.

El libertador de su enfermedad

Nada ni nadie se escapa a la mirada de nuestro Señor. Al verla en la sinagoga


con su forma lisiada, fue movido a misericordia. Él actuó, tomó la iniciativa para
sanarla. Ella probablemente no podía verle, porque su cara estaba hacia el
suelo, pero ”Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu
enfermedad” (Lucas 13:12) y puso las manos sobre ella y se enderezó. Ese
“luego” del v.13, es inmediatamente, al instante. No necesitó rehabilitación de
ningún tipo, Jesús la sanó instantánea, perfecta, completa, pública y
permanentemente.

Imaginad a la mujer pudiéndose poner derecha, recta, sin su curvatura de la


espalda, poder mirar al frente y ver el rostro de su libertador ¡tuvo que ser una
escena preciosa!

Este milagro físico es un ejemplo del milagro espiritual que puede hacer el
Señor en nuestras vidas. Las vidas de los inconversos están torcidas, desviadas,
apartadas de Dios por causa del pecado y del dueño que los tiene esclavizados,
Satanás. Pero al igual que Jesús hizo con esta mujer lo puede hacer con
cualquiera. Él toma la iniciativa, te ve, te llama, te toca espiritualmente hablando
y te rescata de la esclavitud del pecado. Pone tu vida recta delante de Él, te da
perdón de pecados en su nombre, Él es el Salvador, Él es el que murió en la cruz
para salvarte y sanarte. Solo Él puede hacer este milagro en tu vida y en la mía.

Reacciones contrarias

La mujer

Ante el mismo milagro hubo reacciones totalmente contrarias. En el v.13 nos


dice que la mujer después de ser sanada, glorificaba a Dios. Su corazón y labios
rebosaban de gratitud y así lo manifestó.

Esa es la reacción genuina de un verdadero creyente que ha visto la mano de


Dios salvándole y perdonándole sus pecados; lo único que puede hacer es
glorificar a Dios por lo que ha hecho en su vida ¿lo haces?

El principal de la sinagoga

El principal de la sinagoga en vez de alegrarse y hacerle reflexionar, se indigna y


se enoja contra Jesús. ¡Qué reacción! (v.14). Fue un cobarde porque no habló
directamente a Jesús, ni le preguntó, sino que se dirigió a la gente en general,
regañándoles: “Hay seis días para trabajar, ven y serás sano”. Ahora bien, si
hubiera ido el lunes ¿hubiera sanado a la mujer? ¡Qué hipócrita!

Jesús condena su actitud y lo llama hipócrita, pretende tener celo por la gloria
de Dios cuando lo que verdaderamente tiene es un corazón malicioso y
envidioso. Pone como excusa que es día de reposo, de descanso y no debe
hacerse ninguna obra en él. ¡Qué manera de distorsionar las Escrituras! Los
fariseos habían añadido tantas normas y leyes, sobre todo al día de reposo de
lo que se podía y lo que no se podía hacer. Estaban más interesados en el
cumplimiento de los normas externas que en el verdadero sentido del día de
reposo (Isaías 58:13-14). Jesús mismo le confronta diciéndole: “¿No desatas a tu
asno y buey para beber en el día de reposo? ¿Cómo no dejar que una hija de
Abraham, de tu propia raza, del pueblo de Dios, una verdadera israelita no
fuera librada de su enfermedad en el día de reposo? El sabbat ¿no fue instituido
para beneficio del hombre?

Este hombre había caído en liturgias y tradiciones, que perdió de vista a la


gente. Fue un hipócrita porque trataba a los animales mejor que a las personas
¿se le iba a negar a ella un favor que les concedía a sus animales?

Una de las armas más efectivas que Satanás usa para mantener a la gente
alejada de una relación personal con el Dios vivo, es tener una religión muerta.
Nuestro Señor cuando estuvo en la tierra, sus batallas más importantes no las
tuvo con los malvados paganos sino con los religiosos. ¡Satanás y los hipócritas
van a la iglesia!

La religión muerta no tiene compasión por los que sufren, pero una realidad
con el Señor trae como consecuencia la compasión. El líder de la sinagoga no
era compasivo, solo se preocupó de que la sanación fue en el día de reposo, y
¿qué mejor día para librarla?

La religión muerta es hipócrita, pero una relación con el Señor es verdadera y


genuina. Examina tu corazón y ve si en verdad estás viviendo una religión
muerta o una verdadera relación con Dios, hay una gran diferencia.

El pueblo

Por último, la reacción de los adversarios no fue de verdadero arrepentimiento,


se avergonzaron, pero esto no los llevó a los pies de Jesús. Sin embargo todo el
pueblo se regocijaba por las cosas gloriosas hechas por Jesús. Una gran
multitud reconoció el poder de Jesús, y al igual que la mujer cuando sanó
glorificaba a Dios, así muchos lo hacían.
Es curioso como un milagro así, puede producir reacciones tan dispares en las
personas. Cuidemos de nuestros corazones, que no caigamos en una religión
fría y sin compasión por los que sufren.

Conclusión y aplicación

Este pasaje es una ilustración de millones que asisten a reuniones religiosas


durante años, pero viven esclavizados al pecado y al príncipe de las tinieblas.
Son sinceros y lo que necesitan es un encuentro personal con el Señor Jesús.

Aunque la salvación no siempre trae una liberación instantánea de los


problemas, siempre resulta en un cambio de corazón que viene ni más ni
menos que por el poder sobrenatural de Dios. La conversión significa que un
pecador muerto en sus pecados recibe nueva vida en Cristo.

Esta mujer anónima es un ejemplo de la obra de gracia que Dios realiza en la


salvación. Él llama a los que están doblados por su pecado y los sana y los pone
derechos, y los convierte en verdaderos adoradores.

Cuanta gente dice que si viera un milagro, creería. Los milagros no producen fe.
Este texto es un ejemplo, cuántos vieron hacer el milagro y no creyeron. La fe es
confianza en lo que alguien te dice sin verlo. Así tenemos que venir a Dios, con
confianza, creyendo todo lo que nos dice en su Palabra.

Que mejor día para ser salva que hoy, ve a Jesús y pídele que te perdone, que
te de una nueva vida en Cristo. Si ya eres suya, glorifícale y vive en obediencia a
su Palabra.

La viuda persistente
Escrito por Pilar Herrera en 02 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres
(Lucas 18:1-8)

Introducción

Antes de que nos centremos en la parábola y especialmente en la viuda, que es


nuestro personaje a estudiar, debemos de ver el pasaje en su contexto para
poder entenderlo mejor.

En el pasaje que le precede (Lucas 17:20) algunos fariseos le preguntan cuándo


había de venir el reino de Dios, y Jesús les contesta que el reino de Dios está
entre vosotros, ya ha llegado (v.21). Todos verán la segunda venida de Jesús,
pero antes de que venga tienen que acontecer varias cosas como nos lo dice el
v.25.

Luego, Jesús compara la segunda venida con los tiempos de Noé, que comían,
bebían, se casaban; y con los tiempos de Lot, que comían, bebían, compraban,
vendían, plantaban, edificaban. Vivían su vida de manera normal y corriente,
hasta que viene el Señor como ladrón en la noche. Jesús les quiere recordar que
aunque haya dos personas tan unidas como un matrimonio, uno será tomado y
el otro será dejado, o dos compañeros de trabajo muy unidos, uno será tomado
y el otro dejado. Nos advierte que no seamos como la mujer de Lot, que se
convirtió en estatua de sal.

Luego en Lucas 18:8, les hace una pregunta:”Pero cuando venga el Hijo del
Hombre, ¿hallará fe en la tierra? Entre medias, Jesús les cuenta esta parábola de
la viuda y el juez injusto, ¿por qué? ¿qué tiene que ver esto con la segunda
venida de Jesús?

Creo que una pregunta que les vendría a los discípulos es ¿cómo
perseveraremos hasta el fin, cómo estar seguros que no somos como los del
tiempo de Noé ni como la mujer de Lot? Es muy curioso que las cosas que
menciona que la gente hacía en tiempo de Noé y de Lot no son listas de
pecados horribles, eran cosas tan triviales y normales como las que podemos
hacer nosotros (Lucas v.27-28). ¿Hay algo malo en hacer estas cosas? En sí
mismas no son malas ni pecaminosas, pero está la tentación de enredarnos
tanto en esta vida, en la casa, los negocios, poner todo nuestro énfasis en las
cosas de aquí, que podemos apagar nuestra relación con Dios y nuestro
verdadero objetivo.

Por esta causa nos preguntamos ¿cómo perseverar? ¿cómo permanecer fiel
hasta el fin? Y aquí es donde nuestro Señor cuenta esta parábola, para
contestar a estas preguntas.

La respuesta a cómo perseverar hasta el fin, es ¡orando!, orando sin desmayar.

La viuda

Ahora bien, para ilustrar y explicar lo que significa orad siempre y sin desmayar
(Lucas 18:1), Jesús cuenta esta parábola.

Es una parábola sencilla de entender. Había una viuda que tenía problemas con
su adversario, pero no nos dice en detalle cuál era el problema, aunque sí
sabemos que ella era la inocente y se le debía hacer justicia. Va a un juez injusto
y quiere que este use de su autoridad y le haga justicia. Ella es una pobre viuda,
sin marido y sin hijos para que la defiendan. No tenía ningún hombre en su vida
porque las cortes eran para los hombres, si alguna mujer iba era porque estaba
absolutamente sola.

La viuda somos nosotros, nos está representando. Ella busca ayuda en el juez,
el único que la puede ayudar, y nosotros la buscamos en Dios. No nos debe
preocupar que en la parábola a Dios se le compare con un juez injusto. No
quiere decir que Dios es injusto, es como cuando se nos dice que Jesús vendrá
como ladrón en la noche (1ª Tesalonicenses 5:2). No lo está comparando a un
ladrón sino que vendrá sin avisar, ese es el punto.

El juez injusto

El leer estas dos palabras juntas ya nos trae problemas. Es una contradicción
que haya jueces injustos. Se supone que los jueces están para administrar
justicia y buscar el bien de las víctimas. Pero en nuestra parábola tenemos a un
juez no solo injusto sino que no temía a Dios ni respetaba a los hombres (v.2).
Incluso él mismo lo reconocía (v.4). ¿Qué quiere decir esto? Era un hombre
horrible y malvado. No temía a Dios, no reconocía que hay otro juez mayor que
él, al que le tiene que dar cuentas. No tenía ningún respeto ni interés por las
personas, le daba igual la injusticia que estaban sufriendo las personas. ¡Qué
descripción tan horrorosa de una persona!

Se supone que un juez de corazón, lo que le mueve a ser juez es impartir


justicia, porque le preocupan las personas que sufren por otros engañadores o
malvados. A este hombre no le importaba en absoluto esta viuda, y
voluntariamente no quiso atenderla ni ayudarla. Era su deber y su trabajo hacer
justicia a esta mujer, pero la ignoró por completo.

Dios es totalmente diferente a este juez injusto. Dios es justo, con un corazón
amante y misericordioso, que ayuda a los que claman a Él. El juez no tenía
ningún interés en la viuda, pero Dios claro que sí tiene interés en nosotros, sus
elegidos.

Perseverancia de la viuda y contestación del juez

¿Pensáis que la viuda se conformó con un no? ¡Claro que no! Ella insistió y
perseveró. Cada día iba a ver al juez injusto a pedirle que le hiciera justicia, llegó
a ser pesada, como diríamos hoy día. Ella vuelve y vuelve cada día al juez a pedir
protección legal y justicia.

El juez injusto, que ni temía a Dios ni respetada a hombre, al final ayuda a la


viuda aunque por motivos erróneos. Ya que la mujer le estaba molestando e
irritando, cambia de opinión y le ayuda para que le deje tranquilo.

“Me agote la paciencia” es un término del boxeo y significa dar un golpe en el


ojo, dejarte el ojo morado. Esta mujer no solo es molesta y problemática, sino
dolorosa. Así el poderoso juez es vencido por la débil viuda y por su
perseverancia.

Dios como nuestro juez

Jesús al contar la parábola compara a este juez injusto con Dios Padre diciendo:
”¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a Él día y noche? ¿Se
tardará en responderles?” (v.7).

¿Dios tiene interés en nosotros, es indiferente a nuestras necesidades? Este


versículo 7 da la respuesta. Jesús argumenta, si un juez injusto es movido por
las peticiones insistentes a ayudar a una extraña, a alguien que no respeta,
¿cuánto más Dios ayudará a sus escogidos que claman a Él día y noche?

Los verdaderos creyentes no somos extraños para Dios, sino que somos sus
elegidos. Nos ha elegido desde antes de la fundación del mundo, y somos sus
hijos por medio de la sangre derramada de Cristo Jesús. Nos ha perdonado, nos
ha salvado por pura gracia y misericordia. Si ha dado a lo más precioso que
tenía que era su Hijo para morir en la cruz por sus elegidos, ¿cómo no nos va a
responder y hacer justicia? ¡Lo hará!

La tardanza de Dios

Uno de los aspectos más difíciles de la oración es cuando parece que Dios no
responde o tarda en responder. ¿No parece contradecir esto con la primera
parte del versículo 8?

Cuántas oraciones habremos hecho y sin embargo parece que Dios no


responde. A la luz de esto podemos desanimarnos y perder la esperanza y
como consecuencia dejar de orar. Sin embargo, el Señor sabe de nuestra
debilidad y por eso nos dejó esta parábola para animarnos y enseñarnos a orar
siempre y no desmayar (1ª Tesalonicenses 5.17). La oración es una necesidad,
no es opcional, es reconocer que dependemos totalmente de Dios.

Muchas veces nos desanimamos por la tardanza en las respuestas de Dios.


¿Cuántos años han pasado desde alguna petición? Y todavía no tenemos
respuesta de parte de Dios. Debemos entender que:

- Dios nunca tarda en responder por falta de cuidado o falta de


poder (Salmo 103:13; Isaías 49:14-16)

- La tardanza de Dios siempre es para nuestro bien, incluso si no


conocemos las razones de por qué.

- Debemos de entenderlo desde el calendario de Dios y no el nuestro. Mil


años para Dios es como un día. Noé tuvo que esperar 100 años desde que Dios
le dijo que habría un diluvio. A Abraham Dios le prometió un hijo con Sara su
mujer, y tuvieron que esperar 25 años. Dios prometió que enviaría al Mesías,
pero su pueblo tuvo que esperar 400 años desde el último profeta para
cumplirse la promesa (Gálatas 4:4).

- Debemos de entender que “pronto” en el calendario de Dios, no es


“pronto” en el nuestro.

Conclusión

Hasta que venga el Señor de nuevo, la responsabilidad de todo creyente es orar


y no desmayar. No sabemos cuándo vendrá, pero nos tiene que hallar velando y
orando para que no entremos en tentación y para que halle fe en la tierra.
Tenemos que perseverar como esa viuda insistente y no tirar la toalla al mínimo
contratiempo. Dios nos ama y hará justicia a sus escogidos, a su tiempo, y no al
nuestro. Confiemos pues en nuestro Padre celestial amante.

Sanada para servir (María


Magdalena)
Escrito por Pilar Herrera en 02 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Quién era María


Magdalena

María era un nombre muy común entre los judíos, y esta María se llama
Magdalena por el lugar de donde procedía, Magdala, al igual que a Jesús se le
llamaba nazareno porque era de Nazaret.

Antes de mirar a fondo a esta mujer, me gustaría aclarar la mala fama que se le
ha dado y se le da. Se cree generalmente que María Magdalena fue una
prostituta, una mujer “pecadora”, inmoral. Pero sería injusto no defenderla, ya
que en ningún lugar de las Escrituras nos dice nada de su vida inmoral. Lo único
que se menciona es que era una mujer que había sido atormentada por 7
demonios, y que el Señor la sanó (Lucas 8:2). El que estuviera poseída no la
hace ser una prostituta. El problema está en que mucha gente quiere unir el
pasaje anterior de Lucas 7:36-50, la mujer pecadora que Jesús perdonó en casa
de Simón el fariseo, con María Magdalena, pero no hay ningún argumento para
ello. Lo que María fuera antes de ser sanada y cambiada por el Señor, no lo
sabemos.
Sí podemos decir que fue una mujer que sufrió mucho por causa de los 7
demonios que la poseían. No sabemos cómo le afectaría a su vida diaria, con
enfermedades físicas o mentales o ambas, pero tuvo que ser un tormento para
ella.

No sabemos ni su edad, ni si tenía familia, marido e hijos. Lo único que


sabemos era que era de Magdala, una pequeña ciudad cerca de Capernaún, de
Galilela.

Tenemos que tener cuidado cuando hablamos de los demás con no añadir
cosas que no sabemos. A veces podemos sacar falsas conclusiones sobre la vida
de las personas, y eso es una calumnia. Con cuanta facilidad y lengua suelta
hablamos y aumentamos los pecados de los demás, sin tener la seguridad de lo
que decimos. Se puede hacer mucho daño colgándole un mote o un “San
Benito” a alguien que lo puede arrastrar durante toda su vida y no ser cierto.

María es sanada y cambiada

Vemos en todos los relatos de los evangelios, la horrible condición en la que se


encuentran las personas que están poseídas por demonios. No subestimemos
el poder de Satanás y su ejército de demonios. Actúan en las personas para
pecar contra Dios y alejarlas de Él, e incluso se atreven a poseerlas y tomar
dominio de sus vidas, mentes y corazones atormentándolas.

El caso de María tuvo que ser horrible. No tenemos detalles pero podemos
imaginar. Tampoco sabemos cómo Jesús la sano, pero sí tenemos relatos de
cómo Jesús echó fuera demonios de muchas personas y de diferentes maneras.
Los mismos demonios le obedecen y el cambio que se produce en las personas
es radical. Podemos imaginar a una María atormentada y desvariando, y al
tener el encuentro con Jesús, podemos verla sana, en su sano juicio, sosegada y
tranquila siguiendo a su Salvador.

Quizás tú pienses que como no estás endemoniada, no necesitas ningún


cambio en tu vida, pero te engañas. Porque por naturaleza todos somos
pecadores y estamos alejados de Dios. Tu vida por muy respetable que sea, si
no has tenido un encuentro con Jesucristo de manera personal, estás en una
condición terrible, estás perdida y en condenación. Tienes que ir a Dios y pedirle
que te cambie y te de un corazón nuevo. Necesitas a Cristo como tu único y solo
salvador.

Cambiada para servir


¿Qué se nos dice de María Magdalena en cuanto fue sanada? Servía a Jesús con
sus bienes junto con otras muchas mujeres (Lucas 8:3). Podemos decir que era
una mujer que tenía una situación acomodada, ya que usaba de su dinero para
servir al Señor y a sus 12 apóstoles. Jesús no iba solo, siempre iba acompañado
de los suyos.

Jesús iba viajando por las ciudades y pueblos predicando el evangelio. María
Magdalena se hizo una discípula suya. Dejó su casa, sus comodidades, y siguió a
su Salvador. No le importó estar de viaje constantemente y muchas veces
dormir en sitios no muy adecuados para una mujer. Pero allí estaba en el grupo
y compañía de los que seguían a Jesús. Durante el ministerio de Jesús, María no
quería perderse nada de lo que enseñaba o hacía su maestro. Fue una discípula
ejemplar. Estaba tan agradecida por la libertad de espíritu que Jesús le había
dado, que quiso seguirle y servirle.

Cuando alguien es cambiado y transformado por el Señor, somos llamados a


ser sus discípulos, sus seguidores. No podemos mantenernos igual, se tiene
que ver el cambio en nuestras vidas y el deseo de aprender y seguir a Cristo
durante toda nuestra vida.

También cuando somos perdonados, Dios da a cada creyente unos dones. A


unos les da uno y a otros les da varios, pero no importa la cantidad, lo
importante es qué hacemos con ellos (Romanos 12:3-8; 1 Corintios 12:4-
31; Efesios 4:7-12). No es un deber, es un privilegio el servir al Señor por amor y
agradecimiento.

María encontró su lugar y área de servicio al Señor. Lo servía con sus propios
bienes. No leemos en ningún momento que Jesús o sus apóstoles pidieran
dinero a alguien, pero con sus viajes era necesario el dinero para llevar a cabo
su ministerio. Y estas mujeres les servían con su dinero, para que pudieran
dedicarse a la predicación del Reino de los cielos.

Quizás tú no tengas mucho dinero, pero tienes dones que Dios te ha dado por
gracia ¿los estás usando para servir al Señor? ¿Qué haces en la iglesia? ¿Te
conformas con venir y calentar la silla? ¿Te conformas con darle las migajas al
Señor? Debiéramos de servirle con todo nuestro amor, nuestros dones, nuestro
tiempo, nuestro esfuerzo, nuestros bienes.

La valiente María ante la cruz (Mateo 27:55-56; Marcos 15:40-41; Lucas


23:49; Juan 19:25)

María Magdalena estuvo presente con María la madre de Jesús y otras mujeres
cuando crucificaron a Jesús. Es curioso como los discípulos salieron huyendo,
excepto Juan, cuando cogieron preso a Jesús. Ninguno le acompañó hasta su
muerte, pero María Magdalena junto con otras mujeres fue muy valiente y
siguió a Jesús por todo su calvario, hasta llegar a la misma cruz.

La fe de María Magdalena fue puesta a prueba con este acontecimiento. ¿Cómo


Jesús no se defendía? ¿Por qué no venía un ejército de ángeles a defenderle y
destruir a sus enemigos? A María le atormentaba ver a su Señor sufrir y ser
escarnecido, siendo el ser más inocente y perfecto de toda la tierra. ¿Se
acabaría todo? ¿Ese era el fin? ¿Ya no vería más a su sanador? Pero ahora más
que nunca no iba a dejar a su Señor tirado, ¡no! Ella le amaría hasta el final. No
salió huyendo como los demás discípulos. Seguiría de lejos a aquel que le dio
reposo y perdón de pecados.

Fue muy valiente en seguir al Señor hasta la cruz, su devoción fue tal que no le
importó seguirle aun a pesar de que la descubrieran y su vida corriera peligro.
Judas traicionó a Jesús, Pedro le negó, los discípulos huyeron, pero María estaba
allí, cuando más le necesitaba no le iba a abandonar.

En tiempos de paz es muy fácil seguir a Jesús, pero en tiempos de persecución


es donde se prueba la verdadera fe. Ahí es donde pasa por fuego, y se
descubren quiénes son los verdaderos creyentes y quiénes no. Que seamos
valientes y sigamos al Señor en todo tiempo, en tiempo de quietud y en tiempo
de adversidad.

María no solo se conformó con seguir a Jesús hasta la misma cruz, también
quiso dar sepultura a su cuerpo ¡cuánto le amaba! ¿Cómo bajar el cuerpo
ensangrentado de la cruz?, pensaría ella, pero dos discípulos de Jesús, José de
Arimatea y Nicodemo lo bajaron y lo pusieron en un sepulcro nuevo. María
seguía estando allí, viendo dónde le ponían, e incluso sentada delante del
sepulcro, como si no quisiera dejarle solo ni aun después de muerto ¡qué
imagen tan preciosa! (Mateo 27:61; Marcos 15:47; Lucas 23:55)

La fidelidad de María

María fue la última en alejarse de la cruz y del sepulcro, pero fue la primera en
ver y ser testigo de uno de los acontecimientos más importantes de la historia,
la resurrección de nuestro Señor.

El primer día de la semana, que era domingo, fue, junto con otras mujeres,
como era costumbre al sepulcro a ungir el cuerpo de Jesús con especias
aromáticas, pero vio la piedra quitada del sepulcro y el cuerpo de Jesús no
estaba allí. Fue corriendo a decírselo a Pedro y a Juan, ellos vinieron y vieron la
tumba vacía. Corrieron a decírselo a los demás discípulos, pero María se quedó
allí llorando pensando que alguien había robado el cuerpo de su Señor.
Mientras lloraba, vio a dos ángeles en la sepultura y les dijo que se habían
llevado el cuerpo.

Justo después de su encuentro con los ángeles, Jesús le habló, pero no le


reconoció, pensaba que era el hortelano (Juan 20:11-18). Entonces Jesús la llamó
por su nombre: “¡María!”. Cómo la llamaría que al fin sí reconoció la voz del
Señor y se volvió a Él a besar sus pies y adorarle (Mateo 28:9). Sus lágrimas se
convirtieron en gozo ¡Qué privilegio el de ser la primera en ver a Cristo
resucitado! Jesús no se presentó a sus apóstoles o a Pedro como el líder de
todos ellos, no, dejo que ese privilegio lo tuviera una mujer, María Magdalena.
Una mujer insignificante, pero que mostró ser la más fiel y seguidora de Jesús
hasta el final. No temió lo que le pudieran hacer los soldados, no se avergonzó
de Él, su amor era tan grande y estaba tan agradecida que no dejaría a su Señor
ni aun después de muerto.

Jesús le dio la comisión de anunciar a sus discípulos que había resucitado (Juan
20:17-18), y ella corrió a darles las buenas nuevas de que había visto al Señor y
había hablado con ella. Nosotros ya conocemos todos estos acontecimientos,
¿los anunciamos a los demás, decimos que Jesús está vivo?

Aunque ya no se menciona por nombre a María Magdalena en el resto de la


Escrituras puedo estar segura de que se encontraba con los 120 que estaban
orando en el aposento alto y esperando la venida del Espíritu Santo.

Conclusión y aplicación

Podemos ver el gran amor de Jesús por María, cómo la sanó, la libertó, la
transformó y la hizo una discípula suya. María siguió al Señor literalmente y
espiritualmente, le sirvió con sus bienes, le siguió desde Galilea, le siguió en su
ministerio, hasta la cruz, la sepultura y la resurrección.

Fue fiel y valiente hasta el final, su compromiso fue incondicional, igual que su
amor. ¿Eres tú una verdadera discípula y seguidora de Jesús? ¿Es tu fidelidad a
Él como la de María? Necesitamos mujeres como la Magdalena, oremos para
que nuestras vidas sean entregadas y cambiadas por Dios de la misma manera
que María la entregó a su Salvador.

Las... Muchas otras


Escrito por Pilar Herrera en 02 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres
Introducción

En nuestra última reunión estuvimos viendo el personaje de María Magdalena, y


hoy veremos un grupo de mujeres que de algunas solo se menciona su nombre
y, de otras ni siquiera eso. Pero son dignas de ser estudiadas y meditadas
porque en primer lugar están en la Escritura, y en segundo lugar son de mucha
enseñanza y edificación.

Las que se mencionan por nombre las veremos de una en una, y el resto en
conjunto, ya que todas pertenecían al mismo grupo de mujeres que creyeron,
siguieron y sirvieron al Señor.

Comparación de los cuatro evangelios

Casi siempre hemos pensado que Jesús iba con sus 12 apóstoles y que nadie
más iba con él de manera regular, pero de estos pasajes se destaca la gran
compañía de mujeres, que dice que había muchas. No sabemos exactamente el
número, pero no eran unas cuantas, no eran pocas. Nadie puede decir que las
mujeres no son parte del ministerio de Jesús. Tenían otros roles diferentes a los
hombres, pero allí estaban siguiendo a Jesús desde Galilea (Lucas 8:1-3).

Ahora vamos a ir viendo una a una de lo poco que se dice de ellas, y luego
veremos las características de todo el grupo, en conjunto.

María Magdalena

María Magdalena ya la vimos en la reunión anterior, así que no la estudiaremos


en esta tarde. Notad que es la única que se menciona en los cuatro evangelios.

María

María, madre de Jacobo y José, aquí tenemos que distinguir a este Jacobo,
llamándole “el menor” (Marcos 15:40) para diferenciarlo del otro Jacobo
también apóstol, que era más cercano al Señor y estaba en el grupo de los tres
íntimos (Pedro, Jacobo y Juan). Este Jacobo el menor, fue apóstol de Cristo
(Mateo 10:3), y era hijo de Alfeo (Cleofás). Este Cleofás era uno de los dos
acompañantes que caminaron con el Señor en el camino a Emaús (Lucas 24:18).
Por lo tanto esta María, era mujer de Cleofás (Alfeo) y madre de Jacobo el
menor y de José.

Salomé

Pasemos a Salomé, solo Marcos da su nombre, Mateo la distingue como la


madre de los hijos de Zebedeo, y Juan como la hermana de la madre de Jesús.
¿Quién era esta Salomé? Según Mateo 4:21, Zebedeo era el padre de Jacobo y
Juan, que fueron llamados a ser apóstoles. Zebedeo era pescador y sus hijos
también, pero según el relato del llamamiento de Jesús a sus hijos, ni Zebedeo
ni su esposa, se opusieron a que siguieran a Jesús. Al contrario, ellos mismos
fueron discípulos de Cristo, y ella siguió al Señor desde Galilea con las otras
mujeres.

Esta Salomé fue la que le pidió al Señor que le concediera que sus dos hijos se
sentaran uno a la derecha y el otro a su izquierda en el reino de los cielos
(Mateo 20:20-28; Marcos 10:35-45).

Por conclusión, si Salomé era la hermana de María, la madre de Jesús, entonces,


era la tía carnal de Jesús, y Jacobo y Juan eran primos de Jesús.

Juana

Esta mujer, Juana, no se menciona en los relatos de la crucifixión de Jesús, lo


que no quiere decir que no estuviera presente, porque aunque solo menciona a
cuatro por nombre, dicen los evangelios que había muchas otras, y Juana fue
testigo de la tumba vacía (Lucas 24:10). Luego, lo más probable es que estuviera
también con las otras mujeres a los pies de la cruz.

¿Quién era esta Juana? Lo único que sabemos es que era la mujer de Chuza,
intendente de Herodes (Lucas 8:3), el jefe superior económico, el tesorero de
Herodes. No sabemos si Chuza era creyente o no, pero si no lo era no se opuso
a que Juana siguiera al Señor y le sirviera con sus bienes.

Pertenecía a una clase y a una posición social muy alta, sin embargo no le
importó dejar sus comodidades y buena vida en palacio para andar cientos de
kilómetros por caminos polvorientos, sirviendo a un grupo de hombres, sin
poder incluso reposar en una cómoda cama. Pero Juana estuvo dispuesta a
dejar todo este bienestar y seguridad por seguir a aquel que la había salvado y
sanado. Aquí tenemos un buen ejemplo de lo que significa perder el mundo
para ganar tu alma.
No sabemos cómo fue el encuentro que tuvo con Cristo, pero probablemente
pudo oír acerca de Él a través de Juan el Bautista cuando lo encarcelaron.

Susana

Susana es una incógnita, porque solo se la menciona aquí en toda la Biblia.


Quizás era tan conocida en la iglesia primitiva que por eso con mencionar su
nombre ya sabían a quién se referían, sin necesidad de decir si tenía hijos o si
era la mujer de tal hombre.

Muchas otras anónimas

Además de mencionar a todas estas mujeres por nombre, había una gran
compañía de mujeres anónimas que respondieron personalmente a Jesús y le
siguieron. Son anónimas para nosotros pero no para el Señor. Él las conocía por
nombre a cada una de ellas, sabía de sus vidas y necesidades, al igual que sabe
de las nuestras, y eso es lo importante, que somos conocidas por nuestro Señor
aunque no lo seamos ante las multitudes.

Lecciones para nosotras

Jesús alcanzaba a todo tipo de personas socialmente hablando, de todos los


niveles sociales. Entre estas mujeres vemos a mujeres humildes trabajadoras
como Salomé, que era mujer de un pescador. También tenemos a Juana, que
hoy día sería la mujer del ministro de economía, más o menos. No tenemos que
hacer acepción de personas, sean quienes sean, pobres, ricas, humildes, en
posición de poder, de una cultura u otra. Cuidémonos de tratar a todos como
pecadores que necesitan el perdón y la salvación de Dios.

En el ministerio de Jesús había muchas mujeres. Nadie puede decir que las
mujeres no son parte del ministerio de Cristo. Estas proveyeron de comida,
dinero, ropa etc. y lo hicieron de sus posesiones y recursos. Atendieron a los
discípulos y a Jesús desde Galilea a Jerusalén, pasando por pueblos y ciudades,
un largo camino. Era un grupo maravilloso. Quizás su labor no era tan visible a
simple vista, pero allí estaban dando lo máximo de sí mismas y fieles hasta el
fin.

Fueron muy valientes al seguir al Señor hasta la cruz. ¿Dónde estaban los
discípulos excepto Juan? ¡Escondidos! Huyeron y corrieron por temor a ser
cogidos y matados como al Señor Jesucristo. Pero este grupo de mujeres, como
un ramo de flores unidas, siguieron al Señor, primero de lejos con prudencia,
pero luego fueron atraídas hasta la misma cruz. No temieron ni a los judíos, ni a
los soldados romanos, toman ánimo y coraje y están dispuestas a perder su
vida por aquel que tanto había hecho por ellas.

Otra de las características de estas mujeres piadosas era su lealtad compasiva.


Las mujeres tenemos una capacidad increíble para ser leales y compasivas, que
los hombres no tienen. No les importó que las identificaran con el Cristo
crucificado, que había sido insultado y ridiculizado. Su lealtad hasta el final es
ejemplar.

El Señor les dio el privilegio de ser las primeras testigos oculares de su muerte y
su resurrección. Cuando los hombres estaban escondidos y temerosos, allí
estaban ellas al pie del cañón.

Siempre estaban sirviendo, servían a Jesús y los discípulos por el camino con
sus bienes y proveyendo de comida y todo lo que necesitaban. Servían a Jesús
cuando estaban al pie de la cruz, no querían dejarle solo y estaban preocupadas
por su cuerpo y cómo poder bajarlo de la cruz. Cuando fueron el primer día de
la semana a la tumba era para servir al Señor ungiéndole con especias
aromáticas. Es como si nunca descansaran. Lo hicieron como una muestra de
gratitud y amor al Señor. Quizás su servicio no era tan público o vistoso como el
de los apóstoles cuando fueron enviados a predicar, pero sin su trabajo y
servicio no hubieran hecho los discípulos lo que hicieron.

Ahora bien ¿cómo eres tú? ¿es tu amor y fidelidad a Cristo tan grande que no te
importa el coste, no te importa lo que digan los demás, no te importa que
tengas que sufrir por Él? ¿Cómo es tu servicio, qué estás haciendo para la obra
de Dios? ¿Hasta dónde llega tu compromiso con el Señor? Este grupo de
mujeres, muchas de ellas anónimas son un reto para todas nosotras y quiero
que nos reflejemos en ellas y analicemos nuestro corazón y nuestro servicio al
Señor.

Caminando en Santidad I
Escrito por Pilar Herrera en 02 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres
RETIRO DE MUJERES EN
PALMA DE MALLORCA

Introducción

Podía haber elegido un tema más popular o más atractivo, pero me temo que
no ha sido así. En mi tiempo devocional estoy leyendo y estudiando a fondo la
vida de José, que es fascinante, y que ha sido un reto para mi vida. Tan fiel a su
Dios, tan noble, tan íntegro en todo, y ¿por qué era así? “porque Jehová estaba
con él”. Esta pequeña frase se repite muchas veces en la vida de José, y esa es la
clave, que el Señor estaba con él y él era fiel a su Señor, no quería pecar contra
Dios “¿cómo, pues, haría yo este mal, y pecaría contra Dios?”. Estas palabras
salieron de su boca cuando la mujer de Potifar quiso adulterar con él, pero él se
negó. Yo deseo ese temor de no pecar contra Dios en mi vida.

Lo que necesito y necesitamos todos los creyentes es ser más santos y caminar
en santidad. Es un tema muy serio y esencial porque “Sin santidad nadie verá al
Señor” (Hebreos 12:14).

Así que, para que tengamos una idea más clara de lo que voy a hablar, he
dividido el tema de la santidad en dos partes. La primera charla, tendrá que ver
con la definición y la teoría de la santidad y la santificación, y la segunda charla,
que será esta tarde, tendrá que ver más con la práctica, cómo caminar en
santidad en mi propia vida y los medios que nos puedan ayudar.

Espero con la ayuda del Señor que salgamos todas bendecidas y con una visión
más clara de lo que implica andar o caminar en santidad en cada área de
nuestra vida y de nuestro ser entero.

¿Qué es ser santos?

“Sed santos porque yo soy santo” (1ª Pedro 1:14-16). La base para exigir
santidad en nuestras vidas es porque Dios es santo.
Por lo tanto, antes de analizar nuestra santificación, tenemos que ir un paso
más atrás y entender qué significa que Dios es santo. “¿Quién no te temerá, oh
Señor, y engrandecerá tu nombre? Porque tú solo eres santo” (Apocalipsis 15:4).
Solo Él es infinita, independiente e inmutablemente santo. Con frecuencia Dios
es llamado “El Santo” en la Escritura. Es pureza absoluta, “magnífico en
santidad” (Éxodo 15:11).

La palabra santo o santidad significa “estar separado o apartado de lo común”,


pero también significa “estar dedicado a otra cosa”. La santidad de Dios es su
separación de todo lo que no tiene que ver con Dios. Él es especial, Dios es tan
alto, tan sublime, tan hermoso, tan separado de lo corriente y ordinario. Es tan
puro que no puede ver el pecado ni la maldad. Cuando decimos que Dios es
santo, estamos señalando la gran diferencia que existe entre Él y todas las
criaturas. Es tan majestuoso, que es digno de ser honrado, alabado y adorado.

Cuando Isaías tuvo la visión de Dios en su trono (Isaías 6:1-13) el cántico de los
serafines era “Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está
llena de su gloria” (v.3). Es la repetición de una sola palabra “santo”. Los judíos
del Antiguo Testamento tenían diferentes técnicas para indicar énfasis. Una de
ellas era el método de la repetición de palabras. Jesús mismo usó la repetición
de palabras “De cierto, de cierto os digo”. Esto significaba que lo que iba a decir
era de suma importancia. Sin embargo la Biblia raramente repite algo hasta tres
veces seguidas. El hacerlo, como aquí en Isaías, es elevarlo a un grado
superlativo y darle un énfasis de muchísima importancia.

En las Escrituras no encontramos ningún atributo que se menciona tres veces


seguidas como este de santo, santo, santo. No se dice que Dios es amor, amor,
amor; o que es misericordioso, misericordioso, misericordioso. Isaías vio la
santidad de Dios y como consecuencia vio su pecaminosidad y suciedad
espiritual. Cuanto más nos acercamos al Señor, más conscientes seremos de
nuestro pecado. Isaías reconoció su pecado de labios y de su pueblo, y cayó con
la culpa sobre sí. Pero Dios no lo dejó en este estado, proveyó limpieza y envió a
un ángel para sanarlo. Su pecado y culpa fue limpiado y quitado. Ya era una
nueva persona, preparada para la misión que se le iba a encomendar: “¿a quién
enviaré? Envíame a mí”.

Volvamos a nuestra definición de la palabra “santo”. Uno de sus significados


principales es “separado”, que viene de la palabra “cortar o separar”. Dios está
por encima y más allá de nosotros. Cuando la Biblia llama a Dios “santo”,
significa principalmente que Él está por encima de todos nosotros, es estar
“separado” de todo lo común y corriente. No es meramente una cualidad moral
o ética de que Él es puro, que lo es sino mucho más.
Solo Dios es santo por naturaleza, las demás personas o cosas santas, primero
tuvieron que ser consagradas o santificadas por Dios. Solo Dios en sí mismo es
santo y solo Él puede santificar a lo demás. Él puede hacer que lo común se
convierta en algo especial, diferente, separado. Por ejemplo la tierra que pisó
Moisés cuando vio la zarza ardiendo, Dios le dijo que se descalzara porque la
tierra que pisaba era santa. ¿Cuál era la diferencia de cualquier otra tierra? que
Dios estaba presente y por eso era santa. El templo era santo, algunos
utensilios utilizados en el templo, el pueblo de Dios es santo, los creyentes
somos llamados santos etc.

Por lo tanto, es bajo esta visión de Isaías que tenemos que ser santos como
nuestro Padre celestial es santo. Sin entender su santidad difícilmente
entenderemos cómo ser nosotros santos y caminar en santidad.

¿Qué es la santificación?

La santificación es una obra progresiva de Dios y del hombre que nos lleva a
estar cada vez más libres del pecado y a ser más semejantes a Cristo. Somos
salvados para vivir en santidad, el objetivo de la redención es la santidad.

Aunque el creyente ha sido perdonado y limpiado de su pecado por la obra de


Cristo en la cruz, eso no quiere decir que haya eliminado de su vida todo
pecado. El creyente no está aun amoldado a la imagen de Cristo, esto era lo que
el apóstol Pablo buscaba: “…hasta que Cristo sea formado en vosotros” (Gálatas
4:19). Aunque hemos sido liberados del poder y dominio del pecado, no quiere
decir que se ha eliminado todo pecado de nuestro corazón, todavía pecamos y
pecaremos mientras estemos en esta vida y en este cuerpo de nuestra
humillación.

El verdadero creyente siempre tendrá esa lucha con el pecado, siempre habrá
un conflicto en su corazón. Tenemos que tener claro que aunque el pecado
permanece, no por ello debe tomar dominio de nosotros. Hay una total
diferencia entre que el pecado sobreviva y que el pecado reine: “Todo aquel que
es nacido de Dios, no practica el pecado” (1ª Juan 3:9). Como dice John Murray
en su libro “La redención consumada y aplicada”: “Es el objeto de la santificación
que el pecado sea más y más mortificado, y la santidad alimentada y cultivada”.

Diferencias entre la justificación y la santificación

Creo que muchos llamados cristianos confunden estos dos términos, y por ello
veo conveniente el que veamos las diferencias entre ellos.
Posición legal / Condición interna
La justificación es un acto declarativo de Dios, somos pecadores pero Él nos
considera justos por la obra de Cristo. Él como juez nos declara justos:
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro
Señor Jesucristo” (Romanos 5:1). Sin embargo la santificación es una condición
interna de nuestra lucha con el pecado, es algo subjetivo y no objetivo.

Hay una frase muy famosa de Lutero para captar esta idea:”Simul justus et
peccator”. Significa: “Justo y pecador al mismo tiempo”. Somos justos en Cristo,
a través de Cristo y por Cristo, mientras aun luchamos contra nuestro pecado.

Una vez para siempre / Continúa durante toda la vida

La justificación es una vez para siempre, cuando Dios nos da la vida en Cristo
Jesús y nos regenera es un acto único, irrepetible. Es el nuevo nacimiento, o
estamos vivos o estamos muertos, no podemos estar vivos de forma parcial o a
medias. Sin embargo en la santificación es un proceso gradual que va a durar
toda la vida. Nuestra santificación empieza con nuestra justificación. Sin
justificación no hay santificación, pero en cuanto somos justificados, entonces
empieza nuestra santificación, porque hemos sido salvados para ser santos.

Es por completo obra de Dios / Nosotros cooperamos

Es Dios como juez quien nos justifica y declara justos ante Él, nosotros no
podemos hacer nada, es obra absolutamente divina. En nuestra salvación la
obra es enteramente de Dios trino. Pero en la santificación se nos llama y
exhorta a actuar, a participar “Ocupaos en vuestra salvación con temor y
temblor…” (Filipenses 2:12-13). En Romanos 6:11-12, hay expresiones como
“consideraos muertos al pecado, … no reine, pues el pecado en vuestro cuerpo
mortal”. En Romanos 8:13 Pablo dice “si por el Espíritu hacéis morir las obras de
la carne, viviréis”. En Colosenses 3:5 “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros:
fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia que es
idolatría”; 1ª Timoteo 6:12 “Pelea la buena batalla de la fe”; 2ª Timoteo
2:22 “Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y
la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor”; Efesios 4:22:24 “En
cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está
viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra
mente”; 2ª Corintios 7:1 “…Limpiémonos de toda contaminación de carne y de
espíritu, perfeccionando la santidad en el temor del Señor” . En todos estos
versículos se nos exhorta a luchar, pelear, a ocuparnos, a limpiarnos etc. porque
el propósito de la redención es nuestra santificación y somos nosotros los que
tenemos que actuar con la ayuda del Espíritu Santo.

Perfecta en esta vida / No es perfecta en esta vida

La justificación es perfecta en esta vida, ya estamos seguros, estamos salvados y


Dios nos reconoce como justos, no cabe duda de ello. Es una justicia perfecta,
porque así Cristo Jesús la ganó para nosotros. Nada ni nadie la puede destruir
ni dañar, es una justicia perfecta. Ahora bien, nuestra santificación no es
perfecta “Limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu,
perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (2ª Corintios 7:1). El que
seamos justos no quiere decir que seamos perfectos. O.P. Gifford ofreció el
siguiente ejemplo para describir la diferencia:

“El buque de vapor cuyo mecanismo está roto puede traerse al puerto y atarse
al muelle. Está a salvo, pero no sano. Las reparaciones pueden durar largo
tiempo. Cristo planea hacernos tanto salvos como sanos. La justificación
proporciona lo primero, estar a salvo; la santificación proporciona lo segundo,
estar sanos”. Y esa reparación va a durar toda nuestra vida.
Igual para todos los cristianos / Más en unos que en otros

Un creyente no está más justificado que otro. No importa lo que unos u otros
hayan hecho, quizás uno fue un terrible pecador envuelto en los más terribles
de los pecados, y otro, aunque pecador, no se manchó tanto con el fango del
pecado. Sin embargo, cuando Dios justifica a uno y al otro lo hace de igual
manera. Es una obra soberana y única en cada ser, pero los dos son igualmente
justificados, no es uno más que el otro, porque la obra y justicia de Cristo se
imputa sobre ambos por igual. Pero cuando hablamos de la santificación
sabemos incluso por experiencia, que hay creyentes que son más santos que
otros. Todos santos, pero unos han llegado a ser más semejantes a Cristo que
otros. Y eso solo tenemos que ser honestos y mirarnos unos a otros para
darnos cuenta de esta verdad.

El proceso de la santificación

La santificación comienza con la regeneración. Se produce un cambio radical,


una vez que hemos nacido de nuevo, no podemos continuar pecando como un
hábito o estilo de vida (1º Juan 3:9) “Todo aquel que es nacido de Dios, no
practica el pecado”, porque el poder de la nueva vida espiritual dentro de
nosotros nos guarda de ceder a la vida de pecado.

Luego este paso inicial en la santificación involucra un rompimiento definitivo


con el poder dominante y amor al pecado, de manera que el creyente ya no
está más controlado o dominado por el pecado, y ya no le gusta pecar:
(Romanos 6:11-14) “Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero
vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en
vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni
tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de
iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los
muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el
pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la
gracia”. El pecado ya no será nuestro amo como lo era antes de nuestra
salvación.

Frecuentemente nos relajamos en cuanto a nuestra santidad. Tendemos a dejar


que pequeños pecaditos (si es que podemos llamarlos así) o pequeñas zorras
echen a perder las viñas, entren en nuestra vida; un poco de orgullo, alguna
mentira, pero piadosa por supuesto, alguna que otra exageración, algún chisme
etc.
Tenemos que ser conscientes de dos verdades, una, que nunca podremos decir
que estamos completamente libres de pecado, porque nuestra santificación
nunca será completa aquí en la tierra. Pero por otro lado tampoco podemos
decir que nos rendimos ante cualquier pecado, “soy así y seguiré siendo así
siempre”. Decir eso es admitir la derrota y decir que el pecado te domina
además de que es un engaño y error.

La santificación es un proceso que continúa a lo largo de toda nuestra vida


cristiana. Aunque Pablo dice que hemos muerto al pecado en Romanos, no
obstante, reconoce que el pecado permanece en nuestras vidas, pero nos
anima a que no reine y que no cedamos ante él. Siempre va a ver una lucha
encarnecida con el pecado.

En Romanos 6 nos habla de que el cuerpo de pecado ha sido destruido, y que


ya no servimos más al pecado, pero ¿en qué sentido ha muerto? Primero, que
ya no es nuestro amo, no tiene dominio completo sobre nosotros, y segundo, ya
no nos lleva al infierno, no nos condena. Pero aunque haya estas dos razones,
no quieren decir que haya dejado de existir.

A lo largo de nuestra vida vamos siendo transformados de gloria en gloria “Por


tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria
del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como
por el Espíritu del Señor” (2º Corintios 3:18), y en Hebreos 12:14, se nos exhorta
a buscar la santidad sin la cual nadie verá al Señor.

La santificación se completará en la muerte (para nuestras almas) y cuando el


Señor regrese (para nuestros cuerpos). Mientras estemos en esta vida
seguiremos luchando con nuestro pecado, pero cuando muramos nuestras
almas quedarán libres del pecado y serán perfectas (Hebreos 12:23) “A los
espíritus de los justos hechos perfectos”. Sin embargo nuestra santificación
involucra también nuestros cuerpos, y hasta que el Señor regrese y nos de un
cuerpo glorificado, nuestra santificación no será completa (Filipenses 3:21) “El
cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante
al cuerpo de la gloria suya (la de Cristo), por el poder con el cual puede también
sujetar a sí mismo todas las cosas”.

Explicar la línea del proceso de la santificación, que no es una línea recta


ascendente, sino con altibajos, pero siempre creciendo.

Dios y el hombre cooperan en la santificación

Hay creyentes que piensan que la santificación es una obra de Dios únicamente,
pero yo creo que a la luz de toda la enseñanza de las Escrituras podemos decir
con claridad que el cristiano coopera con Dios en la santificación. Con esto no
quiero decir que tanto Dios como el hombre participan de la misma manera,
pero sí trabajamos por el mismo propósito. Dios mismo nos llama a cooperar
con Él en la santificación.

La parte de Dios

Ya que la santificación es sobre todo obra de Dios, Pablo oró: “Y el mismo Dios
de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo,
sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo“(1ª
Tesalonicenses 5:23). Dios mismo produce en nosotros tanto el querer como el
hacer por su buena voluntad (Filipenses 2:13). Cristo también es nuestra
santificación (1º Corintios 1:30).

Pero es el Espíritu Santo el que obra en nosotros para cambiarnos y


santificarnos (1º Pedro 1:2) “Elegidos según la presciencia de Dios Padre en
santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de
Jesucristo”. Debemos andar y ser guiados por el Espíritu (Gálatas 5:16-
18)”Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo
de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se
oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el
Espíritu, no estáis bajo la ley”; (Romanos 8:14)”Porque todos los que sois
guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios”. El Espíritu Santo es el
Espíritu de santidad y genera santidad dentro de nosotros.

La parte del hombre

Los santificados no están inactivos en el proceso de la santificación. Nuestra


parte es que dependamos totalmente de Dios que nos santifica, y a la vez
esforzarnos para obedecer a Dios y dar los pasos necesarios que nos van a
ayudar a crecer en santidad.

Pablo nos exhorta a que “demos muerte a los malos hábitos del cuerpo”; “Que
nos esforcemos en nuestra salvación con temor y temblor” (Filipenses 2:12).
Debemos “buscar la santidad sin la cual nadie verá al Señor” (Hebreos 12:14).
“Tenemos que apartarnos de la inmoralidad sexual, porque la voluntad de Dios
es nuestra santificación” (1º Tesalonicenses 4:3). “Purifiquémonos de todo lo
que contamina al cuerpo” (2ª Corintios 7:1). Esta clase de obediencia conlleva
una lucha constante e involucra un gran esfuerzo de nuestra parte. Debemos
hacer morir y apagar todo lo que sea pecado y pecaminoso, nuestros
pensamientos, obras, palabras, intenciones, caracteres (Romanos 8:13).
En la santificación no hay atajos, como en muchas otras cosas en la vida,
tenemos que confiar y agarrarnos a Dios y tenemos que obedecerle durante
toda nuestra vida. Si descuidamos este esfuerzo nos convertimos en cristianos
pasivos y perezosos.

Conclusión y aplicación

Por lo tanto, podemos resumir esta primera charla diciendo que puesto que
Dios es Santo en su esencia, quiere y llama a su pueblo para que sea santo
como Él.

Él quiere que nos apartemos del pecado y que seamos más como su Hijo
Jesucristo. Ya que nosotros cooperamos con Dios y el Espíritu Santo en nuestra
santificación, ¿estás preparada a someterte a Él y obedecerle en todo? ¿Te
preocupa tu santificación, o has llegado a un punto donde estás conforme con
tu vida espiritual? Dios nos libre de conformarnos con nuestro estado espiritual.
Dios quiere que nos esforcemos en nuestra santificación y que hagamos morir
el pecado en nuestras vidas. La voluntad de Dios para nosotros no es
principalmente que seamos felices, sino que seamos santas, como Él es santo,
porque su voluntad es nuestra santificación.

Caminando en Santidad II
Escrito por Pilar Herrera en 02 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

RETIRO DE MUJERES EN
PALMA DE MALLORCA

Introducción

Esta mañana vimos en la primera parte lo que significaba la santificación, las


diferencias entre la justificación y la santificación, el proceso de la santificación y
la parte de Dios y el hombre en la santificación.
Quizás fue la parte teórica, pero en esta segunda charla quiero ser más práctica
y que veamos cómo trabajar nuestra santificación en nuestras vidas, los medios
que Dios nos ha dejado y los frutos de la santificación.

La santificación afecta a toda la persona

A nuestra mente

Hay muchas personas que piensan que solo afecta a su espíritu, y eso es una
mala enseñanza. Todo nuestro ser entero debe ser afectado y transformado. La
santificación es un proceso que afecta a la mente, al intelecto e inteligencia. No
somos lo que pensamos que somos, sino lo que pensamos, eso somos
(Proverbios 23:7). Pablo nos dice que debemos vestirnos de la nueva naturaleza
“que se va renovando hasta el conocimiento pleno” (Colosenses 3:10), también
(Romanos 12:2) “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de
la renovación de vuestro entendimiento”. Tenemos que llevar “cautivo todo
pensamiento a la obediencia a Cristo” (2ª Corintios 10:5). (Filipenses 4:8) “Por lo
demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo,
todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud
alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”. Nuestra santificación en la
mente nos tiene que llevar a que cada vez nuestros pensamientos sean los
pensamientos de Dios, que Él nos imparte por medio de su Palabra.

A nuestras emociones

Conforme vayamos creciendo en santidad veremos que nuestras emociones,


sentimientos y deseos ya no son los de antes. Antes amábamos el mundo y sus
pecados, ya no. Antes estábamos llenas de amargura, ira, enojo, gritería y
maledicencia, y toda malicia (Efesios 4:31). Ahora tenemos amor, gozo, paz,
paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gálatas 5:22).

A nuestra voluntad

Antes de conocer el evangelio seguíamos la corriente de este mundo y


hacíamos lo que era voluntad del príncipe de este mundo (Efesios 2:2-3), ahora
que somos nuevas criaturas y vamos creciendo en santificación, nuestra
voluntad se conformará más a la voluntad de Dios (Filipenses 2:13) “Porque
Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena
voluntad”.

A nuestro espíritu

La parte no física de nuestro ser. Debemos purificarnos de todo lo que


contamina el cuerpo y el espíritu, para completar en el temor del Señor la obra
de la santificación. (2ª Corintios 7:1) “… Limpiémonos de toda contaminación de
carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor del Señor”.

A nuestro cuerpo

Pablo dice:”Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro
ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de
nuestro Señor Jesucristo” (1ª Tesalonicenses 5:23). (2ª Corintios 7:1) “…
Limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la
santidad en el temor del Señor”; (1ª Corintios 9:26-27) “Así que, yo de esta
manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien
golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea
que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado”.
(Romanos 6:12) “No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo
que lo obedezcáis en sus concupiscencias”. Debemos de tratar a nuestros
cuerpos con cuidado y dignidad, no deben ser abusados ni maltratados, para
que sean útiles y sensibles a la voluntad del Señor. (Romanos 12:1) “… que
presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es
vuestro culto racional”. (1ª Tesalonicenses 4:1-7) “… pues la voluntad de Dios es
vuestra santificación… pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a
santificación”.

Los medios de la santificación

Ya hemos visto cómo la santificación no la podemos arrinconar a un área de


nuestra vida solamente, sino que afecta a todo nuestro ser.

Ahora bien, ¿cómo se desarrolla este proceso de la santificación en nosotros? El


Espíritu está en nosotros y nos guía. Obra en nuestras voluntades, crea un
deseo de santidad, muestra el pecado en nosotros en toda su fealdad y crea un
anhelo por ser más puros y santos.

Además de eso, el Espíritu nos da fuerza y nos capacita para luchar contra el
pecado y para que seamos guiados por Él. ¿Cómo se produce esto en nosotros?
Vamos a ver los medios más importantes que nos ayudan en nuestra
santificación:

La Palabra de Dios

Para ser conforme a Cristo, debemos empezar a pensar como Él lo hizo.


Necesitamos la “mente de Cristo”. Tenemos que amar lo que Él amaba y
despreciar lo que Él despreciaba. Tener las mismas prioridades que Él tenía,
hacer la voluntad de su Padre. Pero esto no se va a llevar a cabo sin su Palabra.
No debemos conformarnos con la leche espiritual, debemos profundizar más
en su Palabra y anhelar el alimento sólido espiritual.

El Espíritu Santo va a obrar por medio de la Palabra. ¿Cómo podemos esperar


ser santos y hacer la voluntad de Dios si descuidamos los medios de gracia que
Él nos ha proporcionado y leemos pocas veces el único libro que nos muestra lo
que es la santidad? No podemos esperar que el Espíritu Santo nos revele de
forma milagrosa lo que ya nos ha revelado en su Palabra.

Tenemos que saturarnos de la Palabra de Dios, porque es por ella que el


Espíritu nos habla y obra en nosotros. Jesús en su oración antes de morir dijo
“Santifícalos en tu verdad” (Juan 17:17), ¿cuál es su verdad? ¡Su Palabra! Leamos
su Palabra y profundicemos en ella, pero dejemos que actúe en nosotros y
pongámosla en práctica.

La oración

La oración es uno de los medios más poderosos para crecer en santidad.


Cuanto más tiempo pasemos en oración y nos acerquemos a Dios y le veamos
espiritualmente hablando, más veremos nuestra pequeñez, nuestro pecado y
nuestra dependencia de Él.

La oración no es ir con una lista de compras delante de Dios, es luchar en


oración con Dios. Es un trabajo, una disciplina, cuesta mucho porque no es
natural en nosotros mismos. Debemos perseverar en oración y confiar que Dios
nos oye y nos responde conforme a su buena voluntad.

El Señor, que era Dios mismo necesitaba orar al Padre, y se levantaba temprano
buscando lugares desiertos y tranquilos para orar. Hazlo una costumbre en tu
vida. Muchos cristianos dicen que solo oran cuando lo sienten, ¡qué engaño del
diablo! Conocemos a niños poco comedores, pero sus madres les fuerzan a
comer aunque no tengan hambre porque lo necesitan, si no comen enferman.
Así con la oración, tú ora, ora, y Dios irá obrando en ti. Busca un sitio tranquilo
en tu casa y a la hora que mejor te venga, cuando haya más tranquilidad y sin
prisas, pero ¡ora!

La comunión con los santos

El cristiano que busca una vida más santa será fiel en el culto público y la
comunión con los hermanos. Es a través de la predicación fiel y consecutiva de
todo el consejo de Dios, que el Espíritu Santo nos habla, nos convence de
pecado y nos muestra a Cristo. Si no vamos a los cultos nos perdemos el que
Dios nos hable, nos exhorte y edifique.
Cuando alguna persona es salva, una de las señales de su salvación es que no
se quiere perder ninguna reunión. Siempre está dispuesta a ir donde se predica
la Palabra, hay un deseo y amor ardiente por ella. Por eso debemos
exhortarnos unos a otros a no dejar de reunirnos como algunos lo tienen por
costumbre “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las
buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por
costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se
acerca” (Hebreos 10:25). Al revés, debemos coger la buena costumbre de ir a los
cultos.

Al asistir a los cultos no solamente adoramos a Dios y escuchamos su Palabra,


sino que buscamos la comunión con los hermanos. Debemos desear estar los
unos con los otros y edificarnos mutuamente. Hay un peligro cuando la iglesia
crece y se hace demasiado grande. Se tiende a hacer grupos de personas, con
las que me caen mejor o que me identifico más con ellas. Pero aunque esto sea
inevitable, tenemos que esforzarnos en hablar y tener comunión con todos. Los
jóvenes con los mayores y viceversa. Los grupos de españoles y los latinos, los
que me caen mejor con los que no tengo tanto en común. En fin, debemos de
buscar los medios para hablar y conocer a todos los hermanos y no cerrarnos
herméticamente en mi grupito de la iglesia en mi burbuja.

Un medio práctico para no caer en eso es practicar la hospitalidad con todos.


¿Cuándo fue la última vez que invitaste a un hermano a tu casa a comer o a
tomar un café? Te sorprenderás al hablar y conocer a otros hermanos que
pensabas que no te iban a aportar nada, saldrás bendecido y serás de
bendición al otro.

Tenemos que tener cuidado de no apoyarnos solo y únicamente en los medios


de la santificación, sino en el Dios de toda gracia. El moralismo propio impulsa a
la soberbia, y la santificación promueve a la humildad y a la contrición.

Los frutos de la santificación

Mirad, mucha gente se conforma con que ya son salvos, se gozan y nos
gozamos con ellos, pero la salvación es el comienzo. Como hemos dicho
anteriormente, no hay salvación sin santificación, no nos engañemos. Por lo
tanto tenemos que examinarnos a nosotros mismos y ver si están los frutos de
la santificación en nuestras vidas.

Cuando hablo de frutos no me refiero únicamente a las obras buenas externas


que han de darse en el creyente, el que robaba no robe más, el que mentía o
adulteraba, no lo haga más (Efesios 4:28). Eso está bien, pero tenemos que
buscar el fruto del Espíritu que nos habla en Gálatas 5:22-25 “Mas el fruto del
Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre,
templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han
crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu,
andemos también por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos
unos a otros, envidiándonos unos a otros”.

Este fruto sin la ayuda del Espíritu no conseguiremos nada. Es un proceso de


todo la vida, no damos este fruto y ya lo tenemos para siempre, tenemos que
estar siempre dándolo. Un árbol no da fruto solamente un año y luego deja de
dar, algo está mal que hay que tratar si fuera así. El árbol dará su fruto
constantemente si es un árbol bueno y sano (Mateo 12:33; 7:17).

Aplicación y exhortación

Quiero que nos demos cuenta del estado tan peligroso en que se encuentran
algunas personas que profesan ser cristianas, pero no lo son. Empieza mirando
tu corazón y no tu religiosidad. Puedes externamente hacer todo lo que hace un
creyente verdadero y no conocer al Señor. Por lo tanto mira si estás confiando y
descansando en la obra de Cristo para tu salvación, y mira si estás caminando
en santidad, si hay crecimiento espiritual en tu vida porque “Sin santidad nadie
verá al Señor” (Hebreos 12:14) “nadie”.

Si eres un verdadero cristiano debes crecer y caminar en santidad. No vale solo


con decir palabras, hay que andar, ponerse en camino. Es precioso cuando en la
Biblia se nos habla de Enoc “Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció,
porque le llevó Dios” (Génesis 5:24). Caminó Enoc de tal manera con Dios que
no vio muerte. ¿A qué se refiere caminó? Bien, Hebreos 11:5 nos lo dice,
caminar con Dios no es otra cosa que agradarle. Le agradamos obedeciéndole y
sometiéndonos a su verdad, a su Palabra.

La santificación no es fácil, es un trabajo, un esfuerzo “Ejercítate en la piedad”


(1ª Timoteo 4:7) le manda Pablo a Timoteo. Cuando nos ejercitamos en algo, lo
practicamos como un deporte, perseveramos en ello, así hay que hacer con la
santificación. Siempre estaremos en esta vida creciendo en santidad y nunca
podremos decir ya he llegado, ya lo he conseguido. Eso lo diremos cuando
estemos con el Señor.

Quiero acabar con una promesa hermosa que encontramos en las Escrituras,
una de las metas de la santificación es ser más parecidos a Cristo, y aunque
aquí no lo lograremos nunca, mirad lo que se nos ha prometido: “Amados,
ahora somos hijos de Dios, y aun no se ha manifestado lo que hemos de ser,
pero sabemos que cuando Él se manifieste (Cristo), seremos semejantes a Él,
porque le veremos tal como Él es” (1ª Juan 3:2).
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Safira, la que mintió a Dios


Escrito por Pilar Herrera en 02 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Introducción (Hechos 5:1-


11)

Al comienzo de Hechos de los Apóstoles, se nos narra cómo éstos fueron llenos
del Espíritu Santo (Hechos 2) y Pedro predicó su primer sermón a miles de
personas que habían venido de muchos lugares diferentes para celebrar el día
de Pentecostés. Tal fue la bendición e unción del Espíritu sobre él, que aquel día
3000 personas fueron alcanzadas por la gracia y salvación de Dios.

La iglesia en Jerusalén crecía cada día en número y en santidad. Pero Lucas nos
muestra la realidad de una iglesia que, no era toda rectitud y bondad como a
veces podemos pensar de la iglesia primitiva, era una iglesia llena de pecadores
pero que habían sido arrepentidos y salvados por la obra de Cristo en la cruz.
Los versículos anteriores a Hechos 5, que es el pasaje que nos interesa, nos dice
que la multitud de los creyentes eran de un solo corazón y un alma (Hechos
4:32). No había necesitados porque muchos creyentes vendían sus posesiones
o casas voluntariamente, esto es importante de tener en cuenta, nadie obligaba
a nadie a hacerlo; y lo traían a los apóstoles para repartirlo a los más
necesitados.
Entre esos cristianos generosos, se encontraba José, o como más se conoce con
su sobrenombre Bernabé (que traducido es Hijo de consolación). Este vendió
una heredad que tenía y trajo el precio a los apóstoles para que lo repartieran
con los más necesitados.

En esa misma iglesia de Jerusalén había un matrimonio de creyentes que se


llamaban Ananías y Safira. Y aquí es donde empieza nuestra historia.

El engaño de Safira

Justo después de la donación que hizo Bernabé para los necesitados, empieza el
capítulo 5 de Hechos con un “Pero…”, lo que implica que va a ver un contraste
entre lo que hizo Bernabé y lo que hicieron Ananías y Safira. No podemos
separar al matrimonio, porque los dos van juntos y planean hacer lo que van a
hacer juntos.

En ningún otro lugar de la Biblia se nos habla de Ananías y Safira, no sabemos


nada de su familia, o si tenían hijos, o a qué se dedicaban o cuántas posesiones
tenían. Lo que sí nos muestra la Escritura es que los dos se pusieron de acuerdo
para vender una heredad, hasta aquí no hay ningún problema, el problema
viene después. El donativo de Ananías y Safira, en apariencia, seguía la conducta
de otros creyentes, pero …

“Y sustrajo del precio, sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte,
la puso a los pies de los apóstoles” (Hechos 5:2). El verbo “sustraer” significa
desfalcar a un amo, y solo aparece en dos ocasiones más en la Biblia griega: Tito
2:10 y Josué 7:1. En el pasaje de Josué, se describe el pecado de Acán, que robó
secretamente del botín de Jericó, sabiendo que pertenecía a Dios y éste lo
castigó con la misma muerte.

El problema no es que Ananías y Safira se quedaran con una parte del dinero de
la venta de la heredad, porque podían hacerlo, nadie les obligó ni les forzó a
darlo todo. Su problema era, que mintieron a los apóstoles y dijeron que traían
todo el dinero que habían sacado por vender la heredad. Querían dar la imagen
de ser tan generosos como Bernabé, y que los hermanos de la iglesia en
Jerusalén los alabaran y pensaran que se habían sacrificado dándolo todo.
Querían impresionar a los demás, que les adularan, que pensaran que eran
muy espirituales y generosos, cuando en realidad lo que estaban haciendo era
engañar y mentir, en primer lugar al Espíritu Santo y luego a los creyentes: “Y
dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al
Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?” (v.3).
No se sabe cómo el apóstol Pedro se enteró del engaño, quizás por revelación
de Dios, pero el caso es que confrontó a Ananías con su pecado. “Reteniéndola,
¿no se te quedaba a ti? Y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto
en tu corazón? No has mentido a los hombres sino a Dios (v.4).

Con qué facilidad todos nosotros, aun considerándonos cristianos, podemos


tener la misma actitud que Ananías y Safira. Vamos a la iglesia queriendo
aparentar que somos muy buenos creyentes, o que somos muy espirituales o
muy generosos con los necesitados, pero todo es cara a la galería, nuestra
intención no es para la gloria de Dios, sino para que mis hermanos me alaben y
digan cosas buenas de mí. Nos podemos engañar unos a otros, pero Dios ve lo
que hay en nuestro corazón, en tu corazón. ¡Es un pecado horrible!

Las consecuencias de su engaño

“Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos
los que lo oyeron. Y levantándose los jóvenes, lo envolvieron, y sacándolo, lo
sepultaron” (v.5-6).

Fue un castigo divino, aquí no podemos ver que le diera un infarto al corazón y
muriera, se ve claramente la mano de Dios actuando directamente. ¡Ananías
murió por un engaño, por una mentira!

En seguida los jóvenes que estaban en la casa con Pedro y otros creyentes,
cogieron el cuerpo y lo enterraron sin dar aviso a su esposa o familiares.

Pero hay una segunda parte, tres horas después, nos dice el relato bíblico,
sucedió, que entró Safira donde estaba Pedro, pero sin saber lo que le pasó a su
marido. Pedro le dio la oportunidad de arrepentirse y le preguntó:”Dime,
¿vendisteis en tanto la heredad? Y ella dijo: Sí, en tanto. Y Pedro le dijo: ¿Por qué
convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los
que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti. Al instante ella cayó a los pies
de él, y expiró; y cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta; y la sacaron, y
la sepultaron junto a su marido. Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre
todos los que oyeron estas cosas” (v.8-11).

Safira, habiéndose puesto de acuerdo con su marido en cuanto a lo del dinero,


mintió a Pedro sin temblarle la voz. Ella ni sospechaba lo que le iba a acarrear
esa mentira, ¡si por un instante se hubiera arrepentido, se hubiera dado cuenta
que esa actitud pecaminosa no agrada a Dios, si le hubiera dicho a Pedro toda
la verdad, el final de esta historia sería otra muy distinta! Pero no fue así, fue, no
solo cómplice de su marido, sino autora de este engaño y mentira, a Dios y a la
iglesia en Jerusalén.
Las consecuencias de seguir en este engaño fue su propia muerte, como la de
su marido, al instante cayó muerta y la enterraron junto a Ananías.

Yo me pregunto ¿Ananías y Safira eran creyentes? Creo que hay un ejemplo en


las Escrituras que nos puede dar luz para responder a esta pregunta. En 1
Corintios 11:27-32, se da el caso de que había creyentes verdaderos en la iglesia
en Corintio, pero que estaban tomando la cena del Señor de manera indigna, y
Dios mismo los castiga con enfermedades, debilidades e incluso la muerte. Pero
creo que el v. 32 es la clave, estos creyentes fueron juzgados y castigados por el
Señor, para no ser condenados con el mundo. Por lo tanto me atrevo a decir
que Ananías y Safira eran creyentes genuinos que pecaron mintiendo y
engañando a Dios y a la iglesia, y fueron juzgados y castigados por Dios mismo
de manera muy directa, pero que no fueron condenados eternamente.
Juzgados sí, castigados sí, pero no condenados.

Hay muchas personas que no le dan importancia a la mentira, e incluso la


justifican en circunstancias llamándola “mentira piadosa”. Pero lo triste no es
que el mundo, los que no conocen a Dios, tengan ese concepto, lo más terrible
es que un verdadero hijo de Dios pueda pensar que alguna mentira no hace
mal a nadie ni es tan importante.

Esta historia de Ananías y Safira está en la Biblia para todos nosotros, y lo que
nos enseña es que la mentira es aborrecible a Dios, y si Dios actuara de la
misma manera en nuestras iglesias, me pregunto ¿quién quedaría con vida?
Gracias a su gran misericordia no nos trata con justicia, que lo mereceríamos,
sino con gracia y a través de su Hijo Jesucristo. Él es el único que nos puede
limpiar de nuestros pecados, por medio de Él somos justificados para con Dios.

Aplicación

El último versículo de nuestro pasaje nos dice vino un gran temor a la iglesia y a
todo aquel que oyó estas cosas. Todo el que oyó estas cosas reconoció la mano
de Dios actuando en la iglesia. La iglesia no es un club social, la iglesia no es
reunirnos para pasarlo bien, la iglesia es para adorar a Dios y edificarnos los
unos a los otros por medio de su Palabra predicada y para obedecer sus
mandamientos. El propósito de Dios con estos actos era mostrar lo terrible y la
gravedad de la mentira ante sus ojos santos. Con Dios no podemos jugar, a los
hombres los podemos engañar, pero a Dios no.

Safira planeó este engaño juntamente con su esposo, no sabemos de quién


salió la idea, pero está claro que aunque fuera su marido el cerebro de la
operación, ella podía haberle no seguido e incluso convencido de que no lo
hiciera. La influencia de la mujer sobre su esposo es enorme, tanto para bien
como para mal, no me cansaré de enfatizarlo lo suficiente.

Por lo tanto ¿cómo vives tú cuando nadie te ve, en lo privado? Puede que des
una imagen muy espiritual, pero a Dios no lo engañas, Él ve tu corazón. ¿Hay
engaño en tus labios? Quizás pienses que no mientes ni engañas, pero la
mentira tiene muchas caras y puede presentarse de muchas maneras. ¿Es tu
vida transparente? ¿Actúas en tu trabajo honestamente y sin doblez? ¿Declaras
a Hacienda todo lo que ganas y todo lo que tienes? ¿Dices medias verdades?
Porque aquí no hay medias tintas, o lo que dices es verdad o es mentira, no
puede ser las dos cosas. ¿Hay apariencia cuando estás con los hermanos en la
iglesia? ¿Te gusta que se enteren de las buenas obras que haces para que te
adulen? Analiza tu corazón delante de Dios, y si hay algo que solucionar, pon
manos a la obra y no lo dejes para mañana. Dios aborrece la mentira y el
engaño y tú y yo debemos aborrecerlo también: Levítico 19:11; Salmo
5:6; 62:4; 120:2; Proverbios 6:16-17; 12:22; 13:5; 19:5; Efesios 4:25; Colosenses
3:9. Porque si no fuera por la gracia de Dios Safira seríamos nosotros.

Dorcas, la costurera
Escrito por Pilar Herrera en 02 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Hechos 9:36-43

Introducción

La Biblia nos dice que cada creyente recibe uno o varios dones de parte de Dios,
según su perfecta voluntad. Algunos son más visibles que otros, pero todos son
igualmente importantes y necesarios para que el cuerpo crezca y se edifique a
la imagen de nuestro Señor Jesucristo.
Podemos hablar de los dones que tenía Débora, la gran juez de Israel, o de
María, la hermana de Moisés. Pablo, el apóstol menciona un gran número de
mujeres en la epístola a los Romanos que fueron sus colaboradoras y de gran
ayuda en la obra del Señor. Podemos entender que estas mujeres fueron
grandemente usadas por Dios para la extensión del Evangelio y dejaron una
gran huella en todos aquellos que las conocían.
Pero la mujer que hoy nos ocupa Dorcas, no tenía muchos talentos, pero el que
tenía lo puso al servicio de su Señor. Nos recuerda la parábola de los talentos, al
siervo que su señor le dio uno, pero tuvo miedo de perderlo y lo escondió, no lo
usó, y por lo tanto no pudo darle a su señor el fruto de su talento. Aquí vemos a
una mujer sencilla, y con un talento, pero por el contrario fue usado con creces
para su Señor.

Quién era Dorcas

Dorcas era una mujer, aunque no podemos confirmar si era joven o mayor, que
vivía en Jope, un puerto marítimo (v.36). Desde allí fue donde Jonás el profeta
cogió un barco para huir a Tarsis, y no obedecer la voz de Dios que le enviaba a
Nínive.
Se sabe que su nombre en hebreo era “Tabita”, pero su traducción al griego es
Dorcas. Su nombre significa “gacela”, que es símbolo de belleza. ¿Quizás Dorcas
era una mujer hermosa? No sabemos, pero lo que sí sabemos es que era
hermosa en su interior, como así lo demuestran sus obras.

Una de las características más importantes si no la más, es que se nos dice que
Dorcas era una discípula “Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita,
que traducido quiere decir, Dorcas” (v.36). La Biblia cuando habla de discípulo
quiere decir que era un seguidor de Jesucristo. Que había sido salvado,
perdonado por la sangre de nuestro Señor Jesucristo. Que ya no vivía para él
mismo sino para su Señor. No sabemos dónde Dorcas pudo conocer o saber de
Jesús, pero lo más probable es que en Jope hubiera una pequeña iglesia de
cristianos donde había llegado el evangelio, al ser un puerto marítimo, había
mucho trasiego de gentes viajando de un sitio a otro. Puede que algunos
creyentes esparcidos por causa de la persecución tan fiera en Jerusalén llegaran
a Jope y se quedaron allí a vivir (Hechos 8:4).

Déjame que te pregunte ¿eres tú discípula de Cristo? ¿Has sido perdonada,


salvada por su obra en la cruz? No basta con ir a la iglesia, ni con leer la Biblia
sino que tiene que haber una transformación en el corazón. Y esta operación
solo la puede hacer el Espíritu Santo. Deja que Él te cambie y te de vida eterna
por medio de la sangre de Jesús. Tú no puedes hacer nada, es una obra
sobrenatural y soberana.
Abundaba en buenas obras y en limosnas

Justo después de decir que Dorcas era una discípula, nos dice el pasaje “que
abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía”, y ese es el orden. Por
muchas obras buenas que hagamos no podemos salvarnos a nosotros mismos,
primero el Espíritu Santo nos da vida, y luego vienen las obras como
consecuencia de esa vida (Efesios 2:8-9).

Cuando se dice que Dorcas abundaba en buenas obras, es que hacía muchas.
No era solo alguna ayuda de vez en cuando, o tener muy buenas intenciones,
sino que ella realmente las hacía y en abundancia. Ella comprendía lo que
quiere decir usar y trabajar con el talento que su Señor le dio, sus manos y su
aguja. Ella era modista y tenía un corazón tan agradecido a Dios por haberla
salvado, que lo mostró ayudando y sirviendo a los más necesitados. Ella con su
talento de coser, le hacía túnicas y vestidos a las viudas, a las personas más
necesitadas. Recordad que cuando una mujer quedaba viuda no había ayudas
del gobierno, y quedaba a merced de la buena voluntad de los demás para
ayudarla, era el grupo de la sociedad más necesitado y vulnerable. Su talento lo
usó al 100%, y su corazón era generoso hasta rebosar por los necesitados.

¿Cómo estás usando tus talentos? ¿Tienes miedo y los escondes? ¿O los estás
usando para el servicio de tu Señor? ¿Está tu corazón agradecido por lo que
Dios ha hecho en tu vida y por su salvación? ¿Cómo demuestras esta fe y esta
gratitud que hay en tu corazón? ¿Pueden decir los demás que abundas en
buenas obras y limosnas? ¿Haces lo que puedes por aliviar el sufrimiento de los
demás y por ayudar a los más necesitados? Quiera el Señor que cuando hablen
de nosotras no digan cosas malas, sino al revés, que nos conozcan por ser
discípulas de Jesús y por abundar en buenas obras y limosnas.

Muerte y resurrección de Dorcas

El relato bíblico es corto y directo: “Y aconteció que en aquellos días (Dorcas)


enfermó y murió” (v.37). No sabemos si fue de una enfermedad que ya tenía y
fue agravando o que de repente enfermó y a los pocos días murió.

Parece que Dorcas no tenía familiares ya que no se menciona ninguno, da a


entender que son las mujeres creyentes o las viudas las que la lavan y la ponen
en una sala. Tampoco sabemos si la sala era en su propia casa o en un lugar de
reunión. El caso es que la preparan como a cualquier persona que muere para
ser enterrada, como era la costumbre.
El dolor por su muerte fue muy grande, la gente la amaba en gran manera. Las
viudas que había ayudado lloraban sin consuelo. No hizo falta llamar a las
plañideras, había mucha gente que lloraba su pérdida.

Los discípulos de Jope, al enterarse que Pedro estaba en Lida, un pueblo cerca
de Jope, a unos 25 o 30 km., no dudaron en llamarlo. Quizá ya corrió la noticia
de que Pedro había sanado a Eneas (Hechos 9:33-34) o conocían cómo Pedro
había sanado antes a enfermos de todo tipo (Hechos 5:12-16). El caso es que
enviaron a dos hombres a buscarlo, lo llamaron esperando que pudiera hacer
algo o por lo menos aliviar y consolar a los hermanos y las viudas (v.38).

La respuesta de Pedro fue


inmediata, se levantó y fue a Jope. Al llegar a la sala donde habían puesto a
Dorcas, podemos imaginar la escena de todas las viudas llorando y
mostrándole las túnicas y vestidos que les había hecho Dorcas. ¡Con cuanto
amor y ternura hablaban de ella, cómo la amaban y cuan agradecidas estaban!
(v.39).

Pedro actuó como vio en el Señor Jesucristo cuando resucitó por ejemplo, a la
hija de Jairo, echó a todo el mundo fuera de la sala, se arrodilló y oró a Dios. No
sabemos qué dijo, pero por supuesto oraría para que devolviera la vida a
Dorcas. Y llamándola por su nombre, Dorcas abrió sus ojos y se incorporó. Dios
obró un milagro de resurrección, y Pedro la devolvió viva a los creyentes y a las
viudas (v.40-41).
Las lágrimas de los que lloraban se convirtieron en lágrimas de gozo y alegría al
ver a Dorcas viva.

Consecuencias
Como cualquier noticia de esta índole no se podía guardar, y fue conocida por
todos en Jope. Muchos, me imagino que fueron a ver a Dorcas, para confirmar
que era verdad, y tuvieron que reconocer que un milagro se había producido.

Acaba nuestro texto con la consecuencia que este milagro trajo a muchos que
vivían en Jope, “y muchos creyeron en el Señor”. Que bendición tan grande no
solo el que Dorcas volviera a la vida, sino que muchas personas se convirtieron
al Señor y llegaron a ser sus discípulos.

Tenemos que tener claro que hoy día no necesitamos los milagros para que la
gente crea. Los milagros en la iglesia primitiva eran una confirmación de que lo
que se predicaba era la verdad, porque todavía no tenían toda la Palabra de
Dios revelada. Una vez que ya tenemos la Palabra de Dios completa, no son
necesarios los milagros para confirmar la predicación.

Jesús contó una parábola a sus discípulos, la del rico y Lázaro. La mayoría la
sabréis porque es muy conocida. Cuando el rico está en el lugar de tormento le
dice a Lázaro que está en el seno de Abraham, que envíe a alguien de entre los
muertos para avisar a sus hermanos, a fin de que ellos no vayan a ese lugar.
Pero fijaos la respuesta de Abraham: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.
Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los
muertos, se arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los
profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos”
(Lucas 16:29-31).

Aquí tenemos la respuesta, la gente creerá si cree la Palabra de Dios y si cree lo


que Dios ha dicho, pero aunque alguien se levante de los muertos, eso no les
hará creer. Debe haber un arrepentimiento y fe en la obra de Cristo que realizó
en la cruz.

Volviendo a nuestra historia, como un eslabón más de una cadena, y como


consecuencia de que muchos creyeron en el Señor, el apóstol Pedro
permaneció en Jope durante muchos días, me imagino para enseñar y edificar a
los nuevos creyentes (v.43).

Aplicación

Damos gracias a Dios por Dorcas, esta mujer sencilla pero que usó su don de la
aguja para ayudar a los más necesitados. La vida de Dorcas también ha servido
de inspiración a muchas creyentes para fundar organizaciones cristianas con el
objetivo de ayudar a los más necesitados, ofreciéndoles comida, ropa etc.
Dorcas fue conocida por su abundancia de buenas obras y limosnas, ¿por qué
eres tú conocida? ¿Estás poniendo en práctica los dones o el don que Dios te ha
dado? ¿Lo pones al servicio del Señor y de los demás? ¿Eres generosa con los
más necesitados?

La vida de Dorcas es un ejemplo de un corazón transformado y agradecido a


Dios y sus obras era el resultado de una fe genuina en el Señor Jesucristo. Que
así se vea nuestra fe por nuestras buenas obras.
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Daniel 3
Escrito por Pilar Serna en 02 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Leemos Daniel 2:48-49.

La posición en la que quedan Daniel y sus amigos es la más favorable que


podían tener. Son importantes al frente de los negocios de la provincia de
Babilonia.

El diablo había tenido trabajo intentando que ellos se conviertan a Babilonia y


ellos no se rindieron al no comer de lo sacrificado a los ídolos; pero el enemigo
no se rinde y ahora vamos a ver que intentará quitarles la vida.

Leemos Daniel 3:1

El rey manda construir una gran estatua ¿qué nos recuerda esto del capítulo 2?
¿No había en el sueño del rey una estatua? Es como si el rey dijera: “bueno, el
sueño dice que yo soy la cabeza, vendrán reinos tras de mi y luego la estatua se
destruye”, pero “yo” voy a demostrar que soy más importante, voy a hacer la
Gran Estatua, 31 m. de alto y una base de 3 m y de oro.

Leemos Daniel 3: 2-7. La gran fiesta- El super culto al ídolo.

Se hace una gran convocatoria, magistrados, jueces, tesoreros, consejeros, todo


el que se preciaba se importante, la jet-set de Babilonia estaba allí. Pero
estaban allí no para dar gloria a Dios, sino para adorar, rendir culto, postrarse
ante una estatua (muy diferente a la adoración en el cielo que leemos
en Apocalipsis 7:9-10).

La orden era al oír la música todos los pueblos, naciones y lenguas postrarse
ante la estatua, muy diferente a Apocalipsis 7:9-10“de todas naciones, tribus,
razas. La salvación pertenece a nuestro Dios….”.

Daniel 3:8-13. Vamos a la acusación.

Estos judíos ya hemos leído antes, habían sido puestos en lugares de privilegio
por sus buenas acciones, por su buen trabajo, porque se podía confiar en ellos,
pero esto había causado envidias, celos, rabia por la situación vivida con el
sueño del rey y seguro que los caldeos estaban al acecho de cualquier mínima
situación para vengarse y como moralmente no hubo oportunidad de encontrar
nada en contra suyo, la grieta por la que se iban a colar para causar daños iba a
ser “la fe de los judíos” su Dios.

En esta reunión de gente importante estaban los 3 judíos, Sadrac, Mesac, Abed-
nego. No sabemos dónde está Daniel, en todo el capítulo no aparece, pero
bueno, en esa manifestación de gente están ellos y son los únicos que no se
postran ante la estatua, seguro que el rey ni los vio pero si los que estaban
deseando buscar algo para acusarlos.

Daniel 3: v. 13-18.

El rey pregunta si no han honrado a su dios, ni adorado su estatua y les ofrece


una oportunidad de hacerlo “por si no se habían dado cuenta que tenían que
inclinarse” al comenzar con la música, ellos podían adorar. Para los babilonios
no importaba un dios más o menos, pensarían que para los judíos era igual.
Ellos no le impedía a los judíos adorar al Dios de Israel, pero sí demandaban
adoración al dios y la estatua que se había construido y le amenaza con el
horno de fuego y como se cree al más fuerte e importante y reta a Dios mismo
¿qué dios os librará de mi mano? Nabucodonosor se quiere hacer más grande y
poderoso que Dios mismo.
v. 16, lo tenían muy claro. No es necesario que te respondamos, sabes que no lo
haremos. Están confiados en Dios, no declaran que Dios vaya a librarlos de la
muerta, ellos no sabían los planes de Dios. Dios está probando su fe y lo que si
estaba claro para ellos es que no iban a adorar a otros dioses aunque les
costase la vida
“y si no” No es que tuviesen dudas sobre el poder de Dios, pero sí reconocen
sus soberanía. Esperan con fe un milagro, pero servirían igualmente a Dios si no
realizaba este milagro.

No podemos esperar que todo lo que nosotros pidamos a Dios se nos vaya a
conceder como nosotros deseamos. Era una prueba de su fe y vemos en
Hebreros 15 que hubo héroes de la fe y también mártires de la fe. Leemos
Hebreros 11: 35b- 38.

La Biblia enseña que Dios puede rescatar a unos y dejar a otros que mueran.
Pedro fue liberado de la cárcel por un ángel y sin embargo Dios permitió que
Jacobo fuese ejecutado por Herodes. La fe de los creyentes y sus oraciones
pidiendo la liberación serían las mismas, pero el propósito de Dios era diferente
para cada uno de ellos.

Leemos 19-25. El reto a Nabucodonosor provoca su ira y el castigo


inmediato.

No le valía el horno a temperatura normal, sino siete veces más fuete. Fueron
atados cosa, muy importante porque ¿Cómo estaban luego dentro? V. 25,
sueltos, paseando. El horno estaba tan fuerte que mató a los soldados al
echarlos dentro pero el milagro fue lo que no esperaba Nabucodonosor,
cualquier otro había dado la orden y se habría ido, pero él quería ver como
morían aquellos que le habían desafiado.

El horno no tenía ningún rincón más flojito para esconderse, estaba a tope,
pero los tres paseaban junto a un cuarto, solo podían sobrevivir por la
intervención de Dios mismo por ellos. Los creyentes creemos que es Jesús
mismo acompañando a estos tres hijos de Dios.

Daniel 3:23-30. Salida del horno

Para mí es importante lo que dice Nabucodonosor de ellos, los llama y les


nombra “siervos del Dios Altísimo” un gran reconocimiento de la fe de ellos.

El milagro era grande, estaban todos de testigos y ver que no se habían


quemado, ni ellos, ni sus ropas, ni sus cabellos, ni siquiera olor a fuego que se
queda impregnado en cuanto estamos cerca de una hoguera, nada.
2º Nabucodonosor reconoce que no hay otro Dios como el Dios de ellos, que
ellos han sido fieles a su Dios y que él los ha librado e igual que dijo “que dios os
librará”, llegó a ver el poder del Dios al que retó. Y decreta una ley de protección
o denuncia sobre aquellos que no respeten o blasfemen el nombre de Dios.

-Podemos estar haciendo todo bien y llegar las pruebas .. 1º Pedro 1;6-7
-En el mundo tendremos enemigos. Que sea por nuestra fe, no por nuestra
actitud o pecados.
-Sabemos que Dios es soberano. Tenemos que reconocer su soberanía. Nos
puede librar si él quiere.
-Cristo nos acompaña, el es el Salvador con mayúsculas, no solo por el horno
físico, sino del infierno mismo.
-Él tuvo que pasar por el infierno, la muerte, para traer salvación. Sin un
sacrificio no hay remisión de pecados.

Especial Navidad 2013


Escrito por Pilar Herrera en 02 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Introducción (Gálatas 4:4-


5)

El otro día leí que casi todo el mundo celebra la Navidad, pero muy pocos saben
realmente el verdadero significado de ella. ¡Y así es! Cada vez los mensajes
navideños que recibimos tanto en tarjetas de navidad, por internet, (que cada
vez se va haciendo más común), en los anuncios publicitarios, en las letras de
las canciones etc. podemos percibir, qué poco se habla de la figura central, del
protagonista de la Navidad. Los mensajes son más de felicidad, amistad, pasar
estas fechas en familia, dar y recibir regalos, darnos buenas comilonas etc., y no
digo que esto esté mal en general, pero cada vez se va desplazando más y más
a la figura central, que es nuestro Señor Jesucristo.

En estos dos versículos, podemos descubrir ese verdadero sentido de la


Navidad, contestando a tres preguntas básicas:
- ¿Cuándo vino Jesucristo?
- ¿Cómo vino Jesucristo?
- ¿Para qué vino Jesucristo?

¿Cuándo vino Jesucristo a este mundo?

En primer lugar y aunque parezca algo básico, Jesucristo es el Hijo de Dios, y


muchas veces en la Escritura se le llama así, como en estos versículos.

Si alguien te preguntara ¿cuándo nació Jesús, el Hijo de Dios? Tú ¿qué


responderías? ¿Dirías el 25 de diciembre? Pues ¡no!, no nació el 25 de diciembre,
como la mayoría piensa. Incluso podemos decir que por la información que nos
da la Biblia no fue en diciembre sino para marzo o abril. Realmente la Biblia
guarda silencio en cuanto al día exacto, pero sí nos dice cuándo vino:”Pero
cuando vino el cumplimiento del tiempo” (v.4), fue entonces cuando Jesús vino.

Dios tenía y tiene un plan de salvación, un plan que no puede fallar. Nuestros
planes muchas veces se tuercen y no llegamos a cumplirlos. El plan de Dios es
infalible, desde antes de la fundación del mundo, y el centro de ese plan es su
Hijo Jesucristo, enviarle para salvar a miles y millones de personas.

Por lo tanto, esa es la respuesta a la primera pregunta de cuándo vino Jesús. No


importa si no sabemos la fecha exacta, no tenemos por qué estar adivinando,
sino que vino cuando tocaba en el calendario de Dios, “Cuando vino el
cumplimiento del tiempo”. Dios tenía que cumplir su plan.

¿Cómo vino Jesucristo a este mundo?

Esta pregunta tiene más de una contestación. En primer lugar Jesús vino al
mundo “enviado por el Padre” (v.4). Ya sabemos que hay tres personas divinas,
el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, y ninguna de ellas se puede separar. Pero sí
podemos distinguir una de la otra, por lo tanto es el Padre el que envía a su Hijo
al mundo, para ser sacrificado por nosotros. Imaginad lo que le costó al Padre
enviarlo. Cuando Jesús estuvo en la cruz, su propio Padre le dio la espalda, lo
tuvo que abandonar, y eso lo hizo por amor a nosotros.

Imaginad si tuvieras que entregar a un hijo tuyo a morir por tus enemigos.
Seguro que dirías “ni loca”. Pues eso es lo que hizo Dios Padre por nosotros
cuando éramos enemigos de Él, envió a su único y amado Hijo Jesucristo para
morir por nosotros en la cruz. El Hijo vino en una misión enviado por el Padre.

Otra segunda respuesta a la pregunta de cómo vino Jesús es, “nacido de mujer”.
Su madre fue María, y esto lo que implica es una referencia a la verdadera
humanidad de Jesús. Jesús, antes de ser concebido, nunca fue humano, sino
divino. Fue una concepción virginal (Lucas 1:26-35). María estaba desposada con
José y antes de que se casaran el Espíritu Santo vino sobre ella y concibió al
Señor Jesús. No podemos entender con nuestra mente finita, pero para Dios
¿hay algo imposible?

La segunda persona de la Trinidad, se hizo, lo que nunca había sido, humano, se


encarnó, fue hecho carne (Juan 1:14). Sin esa madre humana, sin ser humano,
no podría habernos salvado. Tenía que ser uno igual que nosotros, pero sin
pecado. Su nacimiento fue como el nuestro, el Salvador del mundo se encarnó
por amor a nosotros. No solo al Padre le costó enviar a su Hijo, sino que al Hijo
también le costó el hacerse humano, se despojó a sí mismo, tomando forma de
siervo, hecho semejante a los hombres, y se humilló a sí mismo (Filipenses 2:5-
8).

Dios no pudo enviar a un ángel, porque no es como nosotros. Por eso Jesús se
hizo como uno de nosotros, para llevarnos a Él.

Una tercera y última respuesta a la pregunta de cómo vino Jesús es, vino “bajo
la ley”. ¿Qué quiere decir esto? Jesús vino bajo la ley de Moisés, sometiéndose a
ella y obedeciéndola. Nació como judío, en el seno de una familia judía y entre
el pueblo judío. Él no vino para incumplir la ley de Moisés, sino para someterse
a ella y cumplir cada mandamiento a la perfección (Mateo 5:17).

Si Jesús no se hubiera sometido a la ley no habría salvación para nosotros.


Antes de llegar a la cruz estuvo cumpliendo toda la ley de Moisés por nosotros.
Por lo tanto, somos salvos no solo por su muerte, sino por su vida. Imaginad
por un momento que Cristo hubiera pecado en algo, ya no podría ser nuestro
Salvador, porque tenía que ser sin mancha, sin pecado (Hebreos 7:26) para así
cumplir con las demandas de la ley que Dios exigía.

¿Para qué vino Jesucristo a este mundo?

Esta es la última pregunta que le hacemos al texto, ¿para qué vino Jesús? Con
esta pregunta estamos buscando el propósito de la encarnación. Jesús vino a
este mundo para redimirnos (v.5), para cumplir ese plan maravilloso de la
salvación. Vino para redimir a los que estaban bajo la ley, a fin de que
recibiésemos la adopción de hijos.
Por lo tanto hubo dos propósitos principales en la venida de Jesús, redimir y
adoptar. Veamos qué significa cada uno.

Redención: ¿qué es redimir? Es cuando se paga un precio para poner en


libertad a alguien que era esclavo o estaba secuestrado.

Nosotros éramos esclavos, pertenecíamos a otro amo, el diablo, y hacíamos su


voluntad. Hasta que Jesús entró un día al mercado de esclavos para pagar un
precio por nosotros, ¿con dinero? ¡No! ¡Con su sangre! (1 Pedro 1:18-20). Tuvo
que pagar un alto precio, pero lo hizo por su pueblo.

Adopción: ¿qué es adoptar? Recibir como hijo a aquel que no lo es


naturalmente. Así que Jesús, vino al mundo no solo para darnos libertad, sino
para hacernos hijos de Dios. No todos somos hijos de Dios, somos criaturas,
creados por Él, pero no hijos. Para ser hijo hay que tener una relación con Él.

Por lo tanto El Hijo de Dios vino para que pudiéramos ser hijos de Dios. Calvino
dijo muy bíblicamente “El Hijo de Dios se hizo hombre para que los hombres
pudieran ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12-13). El ser hechos hijos de Dios no
depende de nosotros ni de ningún ser humano sino que es obra de Dios.

Si somos hijos de Dios es gracias a la venida del Hijo de Dios. Lo que tenemos
que hacer es recibirle, creer en su nombre, que significa Salvador. Somos hijos
adoptivos, no naturales. Imaginad el gran privilegio de un esclavo cuando otro
amo le compra y lo lleva consigo. No lo deja en su tierra para trabajarla, como si
fuera un esclavo que ha cambiado de amo, ¡no! Lo lleva a su casa y lo adopta
como hijo legítimo, todo legal.

Pues eso es lo que hace Dios con nosotros, no solo nos ha libertado del pecado
y la muerte eterna, sino que nos ha adoptado como hijos amados. Ya nadie nos
puede comprar ni apartar de nuestro Padre celestial.

Este es el evangelio, esta es la buena noticia, la salvación que se nos ofrece


gracias al Hijo de Dios, que es el Salvador del mundo.

Aplicación

Espero que para ahora ya entiendas el cuándo, cómo y para qué vino Jesús a
este mundo. Espero que hayas entendido el evangelio de salvación. Ya solo te
resta elegir, o sigues como esclavo en tus pecados y con un amo tirano, cruel y
que no busca tu bien; o por el contrario, quieres tener como amo a Dios, que
envió a su Hijo para pagar un precio muy costoso para nuestra redención y
hacernos hijos adoptivos suyos.
Espero que sepas elegir bien, porque de esa elección dependerá tu destino
eterno. Que Dios tenga misericordia de tu alma. Gracias Dios por hacernos
entender el verdadero mensaje de la navidad, que podamos gozarnos en
nuestros corazones llenos de gratitud y devoción a ti.

María, la madre de Juan Marcos


Escrito por Pilar Herrera en 02 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Introducción. (Hechos
12:12)

Seguro que si oímos el nombre de María, nos viene a la mente en primer lugar a
María la madre de nuestro Señor Jesucristo. Si vamos un paso más allá, la que
quizás recordemos después sea María Magdalena, o María la hermana de Marta
y de Lázaro. Son mujeres excepcionales en las Escrituras, y son personajes tan
conocidos y que se ha hablado y predicado tanto de ellas, que fácilmente
podríamos todas hablar de cada una de estas Marías.

Pero en esta tarde os propongo un reto, conocer a otra María que quizás no sea
tan bien conocida o con tanta fama como las anteriormente mencionadas. Si yo
os digo ¿quién es María, la madre de Juan Marcos? Sin mirar en la Biblia,
¿podríais decirme algo de ella? Probablemente pocas mujeres cristianas tienen
información sobre ella, incluso algunas podríais decirme que quién era Juan
Marcos.

Para ser sincera, solo un versículo se habla de ella en toda las Escrituras, pero
ese versículo es clave para entender qué tipo de mujer era esta María.

Espero que después del estudio nunca más la olvidéis, y la pongáis al lado del
resto de las otras Marías.
Era madre de Juan Marcos (Hechos 12:12)

Era madre de Juan Marcos, el que escribió el evangelio de Marcos. Él no fue un


apóstol como los doce, pero sí aprendió de uno de los apóstoles más
importantes, el apóstol Pedro. En 1ª Pedro 5:13, Pedro habla de Marcos como
su hijo espiritual “y Marcos mi hijo, os saludan”. Fue a través de Pedro, que
Marcos conociera el evangelio y al Señor Jesucristo, fue a través de Pedro que
Marcos aprendiera y supiera todos los detalles de la vida de Jesús, para así
poder escribir el evangelio de Marcos.

No podemos confirmar si María se convirtió al Señor cuando Pedro hizo su


primer discurso en Jerusalén, o ya era una verdadera discípula de Cristo mucho
antes. Lo que sí podemos decir es que ella fue un ejemplo de una verdadera
creyente para su hijo Marcos, su amor al Señor y al cuerpo de creyentes, la
iglesia, hizo que ella ofreciera no solo su vida al Salvador sino sus dones y
bienes materiales.

Probablemente, María era hermana de Bernabé, el compañero de Pablo en su


primer viaje misionero, ya que en Colosenses 4:10se menciona que Juan Marcos
era sobrino de Bernabé. Quizás por ese motivo cuando Pablo y Bernabé
quieren volver a visitar a las iglesias que Dios había fundado por medio de ellos,
Bernabé elige ir con Marcos, hecho por el que se separaron Pablo y él.

María, Bernabé y por lo tanto toda la familia, eran naturales de Chipre (Hechos
4:36), por ese motivo Bernabé y Pablo en su primer viaje misionero escogieron
Chipre como su primer destino para predicar el evangelio (Hechos 13:4).

Su hogar al servicio del Señor

Hay algunos comentaristas que dicen que el aposento alto donde Jesús tuvo la
última cena con sus apóstoles y donde se reunieron a orar cuando recibieron el
Espíritu Santo, era precisamente la casa de María. Pero bíblicamente no
podemos asegurarlo al 100%.

Independientemente de si era la misma casa o no, lo que sí sabemos es que su


casa la puso al servicio de los creyentes en Jerusalén. Por toda la narración del
pasaje del capítulo 12 de Hechos, se entrevé que la casa de María era una casa
grande, con un patio y sitio suficiente para congregarse parte de la iglesia de
Jerusalén (Hechos 12:5; 12) “donde muchos estaban reunidos orando”.

Tenemos que ponernos en contexto, la iglesia en esos momentos estaba


sufriendo una persecución muy fuerte, habían matado a Jacobo y Pedro estaba
en la cárcel (Hechos 12:1-5). Estaban intentando prender a los cristianos y
encarcelarlos, era un gran riesgo abrir tu casa para recibir a creyentes y además
tener reuniones de oración y adoración a Dios. Sin embargo, sin importarle las
consecuencias, su casa la seguía ofreciendo para que la iglesia en Jerusalén se
reuniera. ¡Qué valentía! ¡Qué determinación!

¿Cómo estás usando tu casa, tus bienes? ¿Es tu casa un lugar abierto para el
Señor y puesta al servicio de los creyentes? ¿Es tu casa un lugar donde los
creyentes pueden reunirse a orar, o a estudiar la Palabra? ¿Eres hospitalaria?

María seguramente era una viuda con medios económicos, ya que podía
permitirse el lujo de tener criadas como Rode (Hechos 12:13). Habría visto el
ejemplo de su hermano Bernabé, como vendió una heredad y trajo el precio de
la venta a los apóstoles para ayudar a los necesitados (Hechos 4:36-37), por lo
que ella también entregó su casa para servir al Señor.

Alguien puede decir que quizás se reunieron muchos creyentes de manera


específica en esa ocasión, para orar por la liberación de Pedro, pero entonces
¿por qué Pedro cuando fue liberado de la cárcel fue directamente a la casa de
María? Es obvio que él sabía que allí era donde se reunían los creyentes de
manera regular y que María le recibiría sin dudar, por eso fue allí.

En aquel hogar no había descanso, era de noche, y allí estaban los creyentes
intercediendo por Pedro, y María vio respondidas sus oraciones y confirmada
su fe.

Fue madre de un misionero

Creo que para una madre cristiana uno de los mayores privilegios que puede
tener es ver que alguno de sus hijos tiene el deseo de predicar el evangelio y
servir al Señor con todos sus dones.

Así ocurrió con el hijo de María, Juan Marcos, no se mencionan más hijos y no
sabemos si él era el único hijo, de haberlo sido hubiera sido incluso más
doloroso para ella. Su hijo fue en el grupo de acompañantes del apóstol Pablo y
Bernabé cuando salieron en su primer viaje misionero (Hechos 13:1-3; 13). En
aquellos tiempos el viajar de ciudad en ciudad predicando el evangelio y sin
saber qué les ocurriría, ni siquiera si volverían a verse más, era un servicio muy
peligroso. Pero ella no se opuso, al revés, dejó marchar a su hijo para que
sirviera al Señor.

¿Dejarías tú marchar a alguno de tus hijos aun a sabiendas de que


probablemente no lo volvieras a ver más?
Es cierto que Juan Marcos se volvió a su casa al poco tiempo, quizás no estaba
preparado para tanto sacrificio, o no pudo aguantar el estar lejos de su madre.
Sea cual fuera su motivo volvió a casa. En el segundo viaje misionero de Pablo y
Bernabé, este último quiere volver a llevar a su sobrino con ellos, pero Pablo no
quiere ya que les abandonó, y acaban dividiéndose Pablo y Bernabé. Pablo se
llevó a Silas y Bernabé a Juan Marcos (Hechos 36-41).

¿Quizá Juan Marcos se dio cuenta de su error y quiso intentarlo de nuevo? El


caso es que acabó siendo un siervo fiel y compañero del evangelio del apóstol
Pablo, hasta tal punto que Pablo dice en 2ª Timoteo 4:11: “Toma a Marcos y
tráele contigo, porque me es útil para el ministerio.”

Aplicación

El servicio externo que María hizo abriendo su casa y sus bienes a los creyentes
era una expresión, un fruto de lo que había ocurrido en su corazón. Dios la
había salvado, Dios había entregado a su Hijo por ella, y ahora ella quería
servirle con todo su corazón y con todas sus fuerzas y con todo lo que tenía. La
manera que María tenía de expresar el gran amor que tenía por su Señor era
rendirlo todo a Él. ¿Lo has hecho tú? o ¿todavía tienes ciertas áreas que no has
entregado al Señor?

Qué bendición usar nuestro tiempo, nuestras posesiones y nuestros dones para
el Señor, incluso nuestros hijos. Somos responsables, mayordomos, del uso de
nuestro tiempo, nuestras posesiones y nuestros dones, y un día tendremos que
dar cuenta de cómo hemos administrado todo lo que el Señor nos ha dado.
¡Que seamos halladas fieles en todo!

Rode, la impetuosa sirvienta


Escrito por Pilar Herrera en 02 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres
Introducción. (He
chos 12:12-19)

Es curioso que personajes como los de esta muchacha insignificantes, hayan


quedado plasmados en las Escrituras. Nos muestra el deseo de Dios de que
aprendamos no solo de mujeres importantes y bien conocidas, sino también de
pequeñas mujercitas como Rode. Vamos a conocerla.

Quién era Rode

Su nombre significa “Rosa”, y es un nombre griego. Era una sirvienta de María, la


madre de Juan Marcos el que escribió el evangelio de Marcos. Ya que esta María
y Bernabé, tío de Juan Marcos, eran naturales de Chipre (Hechos
4:36; Colosenses 4:10), es de suponer que cuando fueron a Jerusalén a vivir
llevaran consigo a Rode, como sirvienta.

Por lo tanto vivía en un país extranjero con su señora, era una inmigrante.
Siendo María una fiel creyente podemos pensar que la trataría muy bien y que
Rode quizás veía a María casi como a su propia madre. No podemos asegurar
cuántos años tenía, pero era bastante joven, ya que en el v. 13 nos dice que era
una “muchacha”.

Por qué la tenemos en el relato bíblico

Pongámonos en situación. Se había disparado una persecución de los creyentes


en Jerusalén. El rey Herodes mató a Jacobo, el hermano de Juan y tomó preso a
Pedro. Es por eso que la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él (Hechos
12:1-5).

La casa de María era usada como sitio de reunión de los creyentes, para adorar
y orar a Dios. Se supone que la casa era lo suficientemente espaciosa para que
se reuniesen tantos creyentes (v.12). Esa misma noche se habían reunido para
interceder por Pedro, por su liberación. Lo que no sabían es que Dios mismo
había enviado a un ángel a rescatar a Pedro de la prisión de una manera
sorprendente y milagrosa, que se puede leer con todo detalle en el pasaje
completo. Cuando Pedro se vio libre, fue directamente a casa de María y llamó a
la puerta.

Era más de medianoche y todo estaba en silencio en la ciudad, menos en casa


de María. Allí un grupo numeroso de creyentes estaban levantando su voz a
Dios por Pedro. De repente, llaman a la puerta del patio, y Rode es la encargada
de abrir. ¿Quién será a estas horas? ¿Serán más creyentes que han venido a
orar? o ¿Serán los guardias de Herodes que vienen a llevarse presos a más
cristianos? Rode va con cuidado y antes de abrir, dice que va a “escuchar”.
Quizás esperaba que le dijeran una contraseña, o que dijeran el nombre de
quién era, en fin, el caso es que cuando reconoce la voz de Pedro, en vez de
abrir la puerta rápidamente, reacciona impulsivamente. Llena de gozo sale
corriendo a donde estaban los creyentes orando a darles la noticia de que
Pedro estaba en la puerta.

Ellos no lo podían creer, ¡qué ironía! ¿Verdad? Estaban orando para que Dios
librara a Pedro de la cárcel, y ahora que le ha libertado no se lo creen. Así
somos los creyentes, pedimos cosas a Dios y cuando Él responde ni nos lo
creemos, ¡hombres de poca fe!

A la pobre Rode la tildan de loca (v.15). Mientras tanto podemos imaginar a


Pedro en la puerta llamando insistentemente, esperando a que le abran y con
temor de que los soldados hayan salido en su busca para capturarle otra vez. La
situación parece cómica.

Rode sigue insistiendo de que era Pedro el que estaba en la puerta, ella había
escuchado muchas veces esa voz de él predicando y enseñando las Escrituras,
no tenía duda de quién era. Al ver la insistencia de la muchacha los creyentes
piensan que puede ser su ángel (v.15). Sabemos que los judíos creían que
ángeles guardianes los protegían (Salmo 91:11; Mateo 18:10), y enseñaban que
los ángeles guardianes asumían la apariencia de personas a las que protegían y
les servían con sus dobles.

Mientras tanto, Pedro seguía fuera llamando a la puerta, él mismo quería


contarles lo que le había pasado. Por fin, los creyentes fueron a abrir la puerta y
efectivamente vieron que en verdad era Pedro. Su temor y desconfianza
desaparecieron para llenarse de gozo, aunque estaban sorprendidos de verle,
más que sorprendidos, estaban atónitos.
Pedro les hizo señal de silencio por temor a que con el alboroto despertaran
sospechas entre los vecinos. Él mismo les contó cómo un ángel del Señor le
había rescatado, y les mandó que se lo contaran a Jacobo que era un anciano o
pastor de la iglesia en Jerusalén, y a los otros hermanos. Esa misma noche se
marchó a otro lugar para estar a salvo, aunque no se sabe dónde fue.

Aplicación

De este acontecimiento podemos destacar dos características de Rode. Una de


ellas es su gozo y su impetuosidad. Estaba tan gozosa y contenta de saber que
Dios había escuchado las oraciones de los suyos, que no pudo esperar en ir a
contárselo a los demás.

¿Mostramos nosotras ese gozo tan impetuoso por nuestro Señor y las buenas
noticias de salvación? Podemos ser unas creyentes grises y apagadas, pero el
Señor nos llama a regocijarnos una y otra vez en Él.

Otra de las características de Rode fue su persistencia, insistió en decir que la


persona que llamaba a la puerta era Pedro. Encima la tachan de loca, pero no le
importó ni se ofendió, por el contrario fue firme en su declaración.

A veces en cuanto vemos algún problema o piedras en el camino, nos


desanimamos o volvemos atrás. No perseveramos, sea en peticiones de
oración, sea en cualquier otra área de nuestra vida. Debemos aprender de esta
pequeña Rode, que no se rindió. Sigue hacia delante, sigue orando por aquella
persona que llevas años haciéndolo y no ves ningún cambio. Quizás estés
tentada a tirar la toalla, pero sigue, persevera, porque no sabemos cuál será la
voluntad de Dios para con esa persona y contigo mismo.

Estas dos características de Rode, solo muestran que ella, aunque joven y
siendo una criada, también era una verdadera creyente. Su corazón había sido
ganado por el amor de Dios. ¿Y tú? ¿Eres una creyente? ¿Te gozas con las cosas
de Dios, su Palabra, la oración, la comunión con los santos etc.?

Lidia, empresaria y cristiana del


S.I
Escrito por Pilar Herrera en 03 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres
Introducción. (Hech
os 16:6-15)

En la Biblia tenemos narraciones de mujeres muy humildes que conocieron y


siguieron a nuestro Señor Jesucristo, pero también habla de mujeres nobles y
distinguidas (Hechos 13:50; 17:4, 12). La idea de mujeres distinguidas, lo que
quiere decir es, que eran mujeres de influencia y ricas.

Lidia, era una de ellas. Damos gracias a Dios que Él no hace acepción de
personas. Él llama a pobres y ricos, a mendigos y despreciados por la sociedad y
a reyes y poderosos. Su mano llena de gracia y misericordia alcanza a todo tipo
de personas y clase social; hay esperanza y salvación para todo el que se acerca
a Él con arrepentimiento y fe.

El apóstol Pablo en su segundo viaje misionero “le fue prohibido por el Espíritu”
seguir predicando en Asia Menor y fueron a Troas. Allí, tuvo una visión de un
varón macedonio que le pedía que pasara a ayudarlos. Macedonia ya era
Europa. Por lo tanto, Pablo no dudó en que era Dios quién le llamaba para
anunciar el evangelio en la región de Macedonia, que era parte de la Grecia
moderna (Hechos 16:6-10). Pablo, con sus acompañantes Timoteo, Silas y Lucas,
zarparon hasta llegar a Filipos, que era la primera ciudad de Macedonia para
extender la obra misionera en Europa. Este último se les unió justo antes de ir a
Troas, ya que el pronombre que utiliza cambia y se incluye a sí mismo (en
seguida “procuramos” partir para Macedonia) v. 10.

Cómo era Filipos

Llegaron a Filipos que era la primera ciudad de la provincia de Macedonia.


Filipos era una comunidad muy próspera y activa en aquellos tiempos. Ciudad
de rutas comerciales y de negocios, muy floreciente. Era un lugar estratégico
para introducir el evangelio en Europa.
Pablo y sus compañeros pasaron algunos días en Filipos esperando que llegara
el día de reposo. Siempre tenía una misma estrategia evangelística, primero iba
a las sinagogas de los judíos y luego a los gentiles. Pero en Filipos, aunque había
algunos judíos, eran muy pocos, porque no tenían sinagoga. Para formar una
sinagoga en cualquier sitio, tenía que haber como mínimo 10 judíos varones, y
se ve que en Filipos no había ni siquiera esos 10 hombres judíos. Era una ciudad
sin sinagoga y casi en su totalidad, gentil.

Aunque no había sinagoga, las mujeres judías sí podían reunirse para orar
juntas. Se supone que Pablo y sus compañeros indagaron en la ciudad y se
enteraron que aunque no hubiera sinagoga las mujeres se reunían al lado del
río para orar, y así fueron (Hechos 16:13).

Quién era Lidia

Es muy curioso que aunque Pablo fue primero a los judíos, la primera persona
en responder al evangelio, ni era hombre, ni era judío. Era una mujer llamada
Lidia.

Pero, ¿quién era esta Lidia? Era una mujer de negocios, vendía tintura de
púrpura y telas finas de púrpura. Esta clase de telas eran muy caras debido al
costoso procedimiento de teñido. El colorante era raro y caro, ya que se obtenía
de las púas del caparazón de un molusco, que era muy difícil de conseguir. En
Tiatira, la ciudad natal de Lidia, inventaron otro método de conseguir el tinte a
partir de la raíz de una especie vegetal. Este tinte era más asequible para la
gente trabajadora, aunque seguía siendo caro. Esta tinta era uno de los
productos más apreciados en el mundo antiguo, por eso los colores de los reyes
y la nobleza eran el color púrpura para mostrar su clase social.

Por lo tanto, Lidia debió de ser una mujer rica e influyente, muy conocida en
toda la ciudad. Tenía una casa grande y probablemente con sirvientes v.16.

No sabemos si era una mujer soltera o viuda, ya que si hubiera habido un


marido, se hubiera mencionado de alguna forma. Pero parece que ella es la que
lleva el negocio y la que toma las decisiones en su casa (v.16, 40).

Como ya hemos mencionado anteriormente, Lidia era una mujer gentil de la


ciudad de Tiatira, que estaba situada al oeste de Asia Menor, en lo que es ahora
Turquía. Tiatira era un centro comercial, y quizás allí fue donde Lidia aprendió el
negocio de teñir las telas y pensó en ampliar su negocio yéndose a Filipos. Era
una mujer emprendedora, dispuesta a cambiar de país y continente para
trabajar y negociar.
No era judía, pero en Tiatira sí que había una comunidad de judíos muy grande,
y allí sí que tenían sinagoga, Lidia era una prosélita judía. En Apocalipsis 2:18-29,
uno de los mensajes a las siete iglesias, es a la de Tiatira. Se nos describe a Lidia
como una mujer que adoraba a Dios, temerosa de Dios, como muchos de los
judíos, pero que todavía no conocía de manera personal al Señor Jesucristo.

Hay muchas personas hoy día que son verdaderamente temerosas de Dios
como lo era Cornelio (Hechos 10:2). Sin embargo, no era salvo, no conocía el
evangelio personalmente (Hechos 11:14). Era religioso, pero la religión no salva
a nadie. Tuvo que ir Pedro a su casa para hablarle de la obra de Cristo en la
cruz, para que todo el que en Él creyere, recibiría perdón de pecados (Hechos
10:43; 11:18).

Quizás tú, te identifiques con Lidia, eres temerosa de Dios, crees que hay un
Dios verdadero, y eres sincera en tu creencia. Pero pregúntate si en verdad esa
sinceridad te lleva a la salvación. Analiza tu corazón y ve si realmente ha habido
un verdadero arrepentimiento y fe para perdón de tus pecados.

Dios abrió el corazón de Lidia

Aunque Lidia sería una mujer muy ocupada con su negocio, encontraba tiempo
o programaba su tiempo, para las cosas de Dios. Guardaba el día de reposo
para juntarse con las otras mujeres a orar. ¿Guardas tú el día del Señor?
¿Ordenas tus actividades y quehaceres de tal manera que la prioridad número
uno sean las cosas del Señor? Necesitamos tiempo para escuchar a Dios y orar
a Él.

En el versículo 14 de Hechos 16, se nos explica qué ocurrió en esa reunión de


oración, que desde aquel día Lidia jamás olvidaría. Pablo y sus acompañantes
se sentaron con las mujeres y les hablaron de Cristo, como Él era el Mesías
esperado por el pueblo de Israel. En Él se cumplieron todas las profecías y Él
murió y resucitó al tercer día para salvarnos. Podemos imaginar una charla
tranquila con las mujeres y exponiendo claramente el evangelio. Y allí estaba
Lidia, “oyendo”, en griego es una palabra que significa “escuchar intensamente”.
Pero no solo quedó allí, ocurrió algo más.

Su corazón fue abierto por Dios mismo. No era que Lidia abriera su corazón, es
verdad que ella buscaba, pero incluso en ese buscar, era Dios quien la estaba
atrayendo. Es Dios mismo quien hace la obra de salvación en nosotros,
nosotros no podemos hacer nada. Jesús mismo dejó esto muy claro en sus
enseñanzas: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no lo trajere”
(Juan 6:44). Ella escuchaba atentamente y comprendía el mensaje del evangelio.
Vemos la soberanía de Dios en su vida, trae a Lidia a la oración, hace que justo
Pablo les hable del evangelio, Dios le da oídos para oír y le abre el corazón para
que esté atenta a lo que Pablo decía. Dios pone los medios, Dios da la fe, que es
un don de Dios, Dios da el arrepentimiento, y abre los corazones. Es una obra
enteramente divina por pura gracia.

Lidia, esa misma mañana se convirtió en una verdadera creyente. Respondió al


evangelio al instante y de manera voluntaria.

Quizás tú llevas mucho tiempo oyendo el evangelio, o es la primera vez que lo


haces, el tiempo no importa, lo importante es que estés atenta a la Palabra de
Dios y que le pidas a Dios que abra tu corazón para recibir la salvación. Fue una
conversión muy tranquila, sin sobresaltos ni dramatismos, no como la del
carcelero de Filipos al poco tiempo después.

El fruto de una vida transformada

¿Cómo podemos decir solamente con el v.14 que Lidia fue realmente
convertida? Bueno, por sus frutos y su cambio de vida. Inmediatamente fue
bautizada v.15 y su familia también. Algunos dicen que su familia se refiere a
sus siervos, pero sean sus propios hijos o siervos e incluso ambos, lo que sí
vemos es que Lidia les habló del evangelio o les llevó a Pablo para que le
hablase a ellos.

Una de las primeras señales de un verdadero creyente es que se quiere


bautizar. El bautismo no salva a nadie, es una señal externa de lo que ha
ocurrido internamente en el corazón. Por lo tanto si tú crees que eres
convertida, busca el bautismo como una señal de obediencia a Dios.

Otra señal de que Lidia había sido convertida, es que abrió su hogar para los
creyentes. En el v.15, nos dice que Lidia obligó a Pablo y sus compañeros a
quedarse en su casa. Seguro que ellos se estaban hospedando en algún mesón,
y Lidia ofrece su casa y sus provisiones para los misioneros. No era hospedarlos
solo para una noche, sino que se quedaron allí muchos días v.18.

Por ayudar a una chica con espíritu de adivinación, Pablo y Silas fueron
encarcelados y azotados, y esto redundó en la conversión del carcelero y su
familia. El predicar el evangelio era peligroso y era un delito de cárcel. Sin
embargo, Lidia, aun exponiéndose a ser encarcelada, menospreciada, o tener
pérdidas en su negocio, ella siguió albergando a los creyentes. En el v.40 se nos
dice que Pablo y Silas cuando salieron de la cárcel fueron a casa de Lidia a ver y
consolar a los hermanos.
Con casi toda seguridad podemos decir que los primeros cristianos en Filipos se
reunían en casa de Lidia. Qué privilegio que tu casa se use para tener cultos y
reuniones de iglesia.

¿Cómo usas tu casa? ¿Cómo usas tus bienes? ¿Es tu casa una casa abierta al
evangelio y a los creyentes?

Aplicación

Lidia era lo que podemos llamar una mujer de vanguardia, una mujer
adelantada a su tiempo, valerosa y arriesgada.

Damos gracias a Dios por tener este testimonio de Lidia en la Palabra de Dios.
Es un ejemplo para nosotras de una mujer emprendedora en el trabajo. Una
buscadora de Dios, que al final lo encontró, o mejor dicho, Él la encontró a ella.

Es un ejemplo de obediencia a los mandatos de Dios al ser bautizada. Es un


ejemplo de testimonio, de una vida transformada, de amor a la obra de Dios y a
los creyentes. Fue la primera convertida en Europa y en su hogar se reunía la
primera iglesia europea ¡qué privilegio!

¿Eres un ejemplo de mujer creyente? ¿Eres un ejemplo de fe, de hospitalidad, de


amor a Dios y a su obra? Tampoco nos cansemos de hablar del evangelio y de
Cristo a otras personas, quién sabe si habrá una Lidia escuchándote, a la cual
Dios abrirá su corazón.

Priscilla, amiga y compañera de


Pablo
Escrito por Pilar Herrera en 03 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres
Introducción

Priscila es la única mujer en la Biblia que cada vez que se la menciona, siempre
va unida a su marido Aquila. Seguro que hemos conocido matrimonios que nos
han impactado por su servicio al Señor. La mayoría de las veces casi siempre es
el marido o la esposa la que nos impacta con su carácter y servicio al Señor,
pero cuando miramos la vida de Priscila no podemos hacerlo sin unirla a la de
su marido. Los dos eran de un mismo sentir y trabajaban codo a codo en la
obra de Dios.

Priscila en realidad, era el diminutivo de Prisca, que significa “primitiva”. El único


versículo que encontramos su nombre “Prisca” es en 2 Timoteo 4:19. Esto
quizás nos dice mucho de la cercanía de Priscila con la gente que la conocía,
cuando hay confianza y amistad solemos llamarnos de una manera más
cariñosa y familiar. También es interesante que de las 6 veces que se menciona
el nombre de este matrimonio, 4 veces el nombre de Priscila aparece en primer
lugar. Sin especular, podemos decir que Priscila quizá tuviera más conocimiento
o fuera más activa que su marido.

Vamos a ir viendo todos los pasajes y versículos que se menciona a Priscila en la


Biblia para conocerla mejor.

Su oficio era fabricar tiendas (Hechos 18:1-3)

En Hechos 18:1-3 se nos dice que Aquila y Priscila estaban viviendo en Corinto,
aunque Aquila originalmente era del Ponto, lo que hoy sería la actual Turquía.
Pero antes de llegar a Corinto vivían en Roma, y por mandato del emperador
Claudio, se desató una expulsión de los judíos de Roma. Por lo tanto Aquila y
Priscila tuvieron que salir y encontraron refugio en la gran ciudad de Corinto,
pudiente colonia romana, para comenzar una nueva etapa en sus vidas.
El matrimonio se dedicaba para ganarse la vida a fabricar tiendas de campaña.
No era un trabajo únicamente de Aquila, el marido, sino Priscila su mujer
también trabajaba en el negocio familiar.

El apóstol Pablo en su segundo viaje misionero, llegó a Corinto y allí los conoció.
Se quedó a vivir con ellos y trabajaban juntos, ya que Pablo para mantenerse
algunas veces trabajaba con sus propias manos haciendo tiendas, tenía la
misma ocupación que Aquila y Priscila.

Su gran hospitalidad (Hechos 18:3, 11)

La verdad es que no sabemos cuándo y cómo se convirtieron Aquila y Priscila


en verdaderos cristianos, pero aquí los vemos recibiendo en su casa al apóstol,
que iba a influir tanto en sus vidas. Pablo estuvo viviendo con ellos un año y
medio (Hechos 18:11).

El apóstol enseñaba y discutía en las sinagogas y persuadía a judíos, a griegos y


gentiles (v. 4-10). ¡Qué privilegio tan grande de tener a Pablo viviendo bajo el
mismo techo que tú! Aquila y Priscila aprenderían mucho de él, no solo de su
enseñanza de la Palabra sino de cómo predicar y evangelizar a los judíos y
gentiles. Orarían por él y con él.

Aquí podemos ver la influencia de un discipulado personal. La enseñanza


pública es lo que Dios manda en su Palabra y no debemos descuidarla, pero la
enseñanza y el ejemplo personal, tampoco podemos dejarlo a un lado. La
influencia en las personas es tremenda. Tenemos algunos ejemplos en la Biblia:
Moisés con Josué, Elías con Eliseo, Elí con Samuel, el Señor Jesús con sus
apóstoles y las mujeres que le seguían etc. El discipulado de tú a tú o con pocas
personas es algo bíblico y esencial.

¿Estás siendo tú usada para discipular a otros hermanos? No se necesitan


grandes estudios, sino un conocimiento profundo de la Palabra de Dios y un
amor por las almas y por enseñarles lo que significa ser un verdadero discípulo
del Señor. Debes ser un ejemplo en palabra y vida, si no eres consecuente en
alguna de las dos, no será un discipulado efectivo.

Su ministerio en Éfeso (Hechos 18:18-20)

Después de estar en Corinto, Pablo va a Éfeso a seguir predicando el evangelio,


pero esta vez no va solo. Le acompañan Aquila y Priscila, y Pablo, los deja a
cargo de la obra y cuidado de los creyentes en Éfeso. Sabe que puede confiar en
ellos, sabe que están preparados para el ministerio, sabe muy bien el calibre
espiritual de este matrimonio y puede irse confiado de que la obra en Éfeso
está en buenas manos, humanamente hablando, porque la obra es del Señor
de principio a fin.

Cuando mejor se conocen a las personas es viviendo unos días con ellas. En
reuniones y visitas todos podemos dar una imagen que no es la verdadera,
pero al vivir y compartir bajo el mismo techo con alguien por un tiempo, allí se
verá qué tipo de persona es y cómo vive su fe en cada área de su vida. No nos
engañemos, somos no lo que se pueda aparentar en la iglesia, sino lo que
somos cuando estamos en casa, relajados, o con nuestro trato y relación con los
demás miembros de la familia. Ahí se ve cómo es uno en realidad.

Aquí vemos a Priscila unida a su marido, siendo una en mente y corazón,


sirviendo al Señor. Que privilegio que Pablo los reconociera cómo dignos de
servir a Dios en Éfeso, y ahí los vemos, abriendo su casa para iniciar una iglesia.

Maestros sabios (Hechos 18:24-28)

Si seguimos leyendo un poco más en Hechos 18, encontramos a un hombre,


Apolos, de Alejandría, que llegó a Éfeso. Se nos dice de él que era un “varón
elocuente, poderoso en las Escrituras, de espíritu fervoroso, que hablaba y
enseñaba diligentemente concerniente al Señor”. La verdad es que se dicen
muchas cosas y todas buenas de este Apolos, pero, el texto bíblico nos deja con
una preocupación: “Aunque solamente conocía el bautismo de Juan”.

Tenía su conocimiento de las Escrituras como ninguno, pero se había estancado


en el bautismo de Juan, quizás por ignorancia, su enseñanza no era completa.

Aquí tenemos una lección muy importante que tenemos que aprender todos.
Aquila y Priscila le oyeron predicar, y se dieron cuenta de su problema, pero no
lo juzgaron ni lo corrigieron públicamente. Ellos sabían que Apolos enseñaba la
verdad y el evangelio pero no era suficiente, había que aclararle y enseñarle
todo el consejo de Dios. ¿Cómo lo hicieron?

Priscila y Aquila lo llevaron aparte, puede que a su casa, y le expusieron más


exactamente el camino de Dios. No lo avergonzaron públicamente, sino que
vemos a Priscila juntamente con su marido enseñando a Apolos en privado.
¡Qué sabiduría y tacto tuvieron los dos! Que podamos aprender de estos
detalles que nos muestra la Escritura.

Sabemos que la mujer no puede tener el puesto de pastor, pero eso no quiere
decir que no pueda enseñar a otros, incluso a hombres, pero de manera
privada (1 Timoteo 2:11-12).
Pablo en su tercer viaje misionero, vuelve a Éfeso, y de allí, escribe su primera
carta a los corintios, y en sus saludos finales, vuelve a mencionar a Aquila y
Priscila con la iglesia que está en su casa (1 Corintios 16:19).

Su servicio continúa en Roma (Romanos 16:3-5)

El apóstol Pablo cuando escribió la carta a los Romanos, en su despedida y


saludos personales, podemos leer que manda saludos a Aquila y Priscila. Los
llama colaboradores en Cristo Jesús, reconoce en ellos un compañerismo en la
obra, una ayuda idónea para él.

Que ánimo es para cualquier siervo del Señor el tener hermanos que le ayudan
en la predicación del evangelio, en la evangelización, en el ministerio en general.
La labor del obrero es muy solitaria, siempre está en el foco de mira. Tiene
problemas con los inconversos por la dureza de sus corazones, le duele la falta
de respuesta de la gente al evangelio. Pero también tiene problemas dentro de
la iglesia, si algo sale mal, es culpa del pastor o líder, mucha gente le exige en su
trabajo, y hay que hacerlo; pero que pocos están dispuestos a echar una mano,
práctica y espiritual. Los pastores necesitan las oraciones de la iglesia, necesitan
el apoyo y el ánimo de la iglesia (Hebreos 13:17; Efesios 6:19-20; Colosenses
4:11; 2 Timoteo 10:18).

Se ve que después de la muerte de Claudio, el emperador romano, Aquila y


Priscila volvieron a Roma. Allí también siguieron con su labor de predicar el
evangelio y unánimes como lo habían hecho en Corinto y en Éfeso, vuelven a
abrir su casa para que se reúna la iglesia.

Pablo reconoce que este matrimonio expuso su vida por él, literalmente quiere
decir que “pusieron sus cuellos por él”. No solo que le salvaron la vida, sino que
ellos mismos corrieron peligro por ayudar a su amigo Pablo. ¡Qué relación tan
buena, tan íntima y tan fiel tenían entre los tres! Pablo les da las gracias, pero el
testimonio de Aquila y Priscila fue tan conocido y tuvo repercusión en tantos
creyentes, que también todas las iglesias de los gentiles los conocían y estaban
agradecidos.

¿Qué dicen los demás creyentes de nosotros, de ti en particular? ¿Cómo es tu


testimonio? ¿Dejas huella para bien o para mal? ¿Se acuerdan de ti los creyentes
de otras iglesias para bien o para mal? Recuerda que lo que siembras,
recogerás.

De vuelta a Éfeso (2 Timoteo 4:19)


Años más tarde Pablo, ya mayor y a punto de morir, escribió una segunda carta
a Timoteo que para aquel entonces estaba trabajando en Éfeso. Aparentemente
Aquila y Priscila se habían mudado otra vez a Éfeso porque Pablo pidió a
Timoteo que los saludara al igual que a otros, de su parte. No se sabe nada más
de ellos.

Podemos imaginar que no tuvieron hijos, porque no se menciona en ninguna


parte. De ahí también su flexibilidad y facilidad para viajar y mudarse de un sitio
a otro sin que fuera problema, cuando un matrimonio tiene hijos, es más difícil
estar mudándose constantemente de ciudad.

Aplicación

No sabemos nada más de Priscila y su marido Aquila, ni de cómo murieron,


aunque la tradición dice que Priscila murió como mártir echada a los leones,
pero no podemos dar mucha fidelidad a estos datos.

Lo importante de esta mujer no es cómo murió, sino cómo vivió. Recapitulemos:


en primer lugar fue una verdadera cristiana y discípula de Jesús. Se apegó a
Cristo y a uno que podía enseñarle más de Jesús, a Pablo. Ayudó a muchos,
como por ejemplo a Apolos, a hacer lo mismo. Fue fiel a los cristianos hasta el
punto de arriesgar su vida por ellos. Abrió su casa para la obra del Señor, y por
último, trabajó como una sola alma con su esposo Aquila. Necesitamos
matrimonios así, como ellos.

Por lo tanto ¿cómo estás viviendo? Comienza a vivir una nueva vida como una
verdadera hija de Dios, y damos gracias a Dios por el ejemplo que tenemos en
esta mujer, Priscila.

El orgullo caido
Escrito por Pilar Serna en 03 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres
Introducción a Daniel 4

Podemos titular este capítulo como el de “orgullo caído”. Es un capítulo en el


que volvemos a aprender que Dios es soberano sobre todas las naciones y Rey
de reyes y que puede hacer caer el orgullo de cualquiera.

Este capítulo es diferente a los anteriores. Los tres capítulos que hemos tratado
son un relato histórico, el primero habla de la invasión de Jerusalén y la
deportación de los judíos entre ellos Daniel y sus compañeros, en el segundo se
habla de lo acontecido en el segundo año de reinado de Nabucodonosor y en el
tercero el relato de la gran estatua y la negativa de los tres amigos judíos,
Ananías, Misael y Azarias de adorar la estatua y las consecuencias de ello. Pero
si leemos el v. 1-3 ¿Qué notamos? Es el testimonio de Nabucodonosor, es un
buen ejemplo para nosotros de testimonio. Estamos acostumbrados muchas
veces, que se nos pide nuestro testimonio y se centra en todas las cosas malas,
hay como un regodeo y centralidad en lo que nosotros éramos, decíamos,
hacíamos, pero mirad lo que dice Nabucodonosor, no se regodea en su pasado,
su miseria, sino que se centra en la grandeza de Dios v.3 “¡cuán grandes son sus
señales y cuan potentes sus maravillas!, su reino, reino sempiterno y su señorío
de generación en generación”. V.37 “alabo, engrandezco y glorifico al Rey del
cielo” comienza y finaliza con esa alabanza, es un buen ejemplo, creo yo de
testimonio.

Vamos a conocer qué paso en la vida de Nabucodonosor y Daniel en ese


tiempo

Leemos v. 4 al 9. Estamos de nuevo con un sueño, ya vimos en el cap. 2 el tema


del sueño que tuvo el rey y como llama a todos sus astrólogos, sabios, adivinos
y nada no saben qué hacer con el sueño del rey y aparece Daniel que cuenta al
rey el sueño y su interpretación. Y ahora ¿Qué pasa?..... Otra vez la misma
historia ¿por qué los llama, si ya le fallaron?, ¿por qué no llama directamente a
Daniel? ¿No se acordaba de él, o si se acuerda y no le interesa lo que le pueda
decir? el mismo resultado, no son capaces de interpretar el sueño y aparece en
escena Daniel, no sabemos si es llamado o él va voluntariamente delante del
rey, pero éste le vuelve a contar a él, particularmente su sueño.

Leemos v.10 al 18. ¡Qué sueño!, ¡qué gran árbol!, el gran árbol que describe que
se hace fuerte, se extiende, se ve desde todas partes, está lleno de fruto, da
sombra a las bestias del campo y en sus ramas anidan las aves, posiblemente
Nabucodonosor se ve reflejado en este árbol, su reino, su poder, su gran
ejército, su esplendor….. pero ¿y la segunda parte del sueño? Que quiere decir
que desde el cielo cortan el árbol, eso no le gusta tanto, es eso lo que le
inquieta y no le deja dormir. Y aquí tenemos la parte que le toca a Daniel.

Leemos v. 19 al 28. ¿Cómo se había quedado Daniel? Atónito casi una hora,
perplejo por lo que había escuchado, no porque no supiera la interpretación del
sueño, sino por lo que significaba.

Podía pensar al escuchar el sueño ¡por fin, la hora del fin de Nabucodonosor
que tanto mal ha hecho a mi pueblo, y a mi, y a mis amigos!, el fin del tirano, No
nos hubiéramos alegrado nosotros?, ¿no es nuestro deseo de venganza y de
justicia el que nos llevaría a pensar así?, ¿no lo hemos vivido cuando ha caído
cualquier tirano de este mundo y nos hemos alegrado?

Pero Daniel se entristece por Nabucodonosor y aparece de nuevo el valor que


ya mostro. Daniel va mas allá de interpretar el sueño, se arriesga a añadir unas
palabras propias. (leemos 27) “acepta mi consejo…” Nabucodonosor no le había
pedido ningún consejo. La interpretación del sueño ya era bastante negativa.
“tu eres el árbol” y vas a ser echado con las bestias y vas a comer hierba. Daniel
tuvo el valor de llamar al rey tanto al arrepentimiento como a una reforma
social. El pecado de Nabucodonosor a los ojos de Dios, no solo era el orgullo
personal sino también la injusticia y opresión en el campo social. En ese
momento Daniel delante del gran rey, podía haber acabado en la cárcel, o quien
sabe donde, le está pidiendo al rey que cambie su política social, otros lo
hicieron y perdieron la cabeza como Juan el Bautista, cuando condenó la
inmoralidad de Herodes. Y le está pidiendo que se arrepienta y si no lo hace
será humillado.

Vemos en la interpretación del sueño una palabra en el versículo 23. Leemos)


“mas” apunta a la misericordia de Dios. Dios juzga y humilla a Nabucodonosor,
pero le da también esperanza, no lo va a destruir del todo, el castigo tiene un
límite en el tiempo, 7 tiempos, no hay acuerdo sobre qué significa, puede ser un
número simbólico, cuando el tiempo se complete.

Leemos v. 29 al 33. Pasa un año desde que Daniel interpreta el sueño y el rey no
se arrepiente y se cumple el sueño. Dios es paciente, pero no debemos abusar
de la paciencia de Dios. Dios no se olvida de su juicio 2 Pedro 3:8 “Mas, oh
amados, no ignoréis esto_ que para con el Señor un día es como mil años, y mil
años como un día”.

¿Cómo responde Nabucodonosor a la paciencia de Dios? Sus propias palabras


lo declaran “¿No es esta la Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza
de mi poder y para gloria de mi majestad?” ¡Qué grande es Babilonia!, pues su
orgullo era aún mayor!

Aquí debemos no mirar solo al rey debemos mirarnos a nosotros ¿Cuál es


nuestra Babilonia? ¿De qué nos sentimos orgullosos? ¿De nuestra posición,
carrera, casa, de nuestra belleza, inteligencia, de que no somos como el
publicano, de lo humildes que somos? Si es necesario Dios va a derribar todo,
para hacernos ver que no somos nada. Dios nos puede humillar
absolutamente. Nabucodonosor fue despreciado, echado fuera de palacio,
entre los animales, una locura en la que se convierte en un animal., se dice que
es una enfermedad en la que se cree un animal y actúa como un animal

¿De qué formas fue humillado?

1º su aspecto físico, tenía vestidos hermosos, perfumes, telas, su cuerpo sería


su ídolo, lo humilla a lo sumo, se vuelve como un animal, se acabaron los
perfumes y las ropas ostentosas ¿el aspecto físico puede ser nuestro ídolo?

2º Su morada, el palacio, sus jardines. Los jardínes de Babilonia, considerada


una de las siete maravillas del mundo antiguo, había sido un gran arquitecto y
ahora “su habitación va a ser con las bestias del campo”

3º Sus riquezas, ahora no tiene nada.

4º Su estatus y posición. Ahora es echado de palacio y no manda en nada.

5º Su dieta. Los grandes manjares que comía, los grandes banquetes, lo mejor


de las frutas y ahora comiendo hierba como los bueyes.

6º Su inteligencia, posiblemente era un hombre muy culto, pero ahora es


como un animal. ¡Humillación total!
Que descripción la del versículo 33, se vuelve un ser horrible. Esta locura es
símbolo del pecado. El pecado del orgullo te rebaja. Dios le enseña como es.
Nabucodonosor humillado por Dios. Dios hizo que su aspecto mostrara la
realidad de su pecado y era horrible.

Nabucodonosor es rebajado al nivel de los animales pero al final se humilla y


Dios le restaura cuando reconoce que Dios es Dios en los cielos y en la tierra V.
34 al 37.

Cuando reconoce a Dios fue restaurado y le dio más. V.36 , se le restaura en el


reino, los gobernadores y políticos le buscan, vuelve su grandeza.

Reconoce que Dios reina, y que nosotros no somos nadie para decirle a Dios
¿Qué haces? Que las obras de Dios son verdaderas y sus caminos justos “y él
puede humillar a los que andan con soberbia” Si surge una duda sobre su
conversión, quizá el testimonio que manifiesta escribiendo este relato muestra
como era a todo el mundo, tanto del pasado como del presente, para todos los
tiempos, todos somos testigos de su humillación.

1 Pedro 5,6. Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes, Humillaos,
pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere
tiempo.

Cómo vemos aquí a Jesus.

- Nabucodonosor se creía el árbol de quien viene todo, y protege y da fruto,


pero Cristo es el árbol de donde viene la vida, es la cruz del calvario la que nos
da la vida.

- Nabucodonosor fue humillado, pero quien en realidad fue humillado fue


Jesús, como leemos en Filipenses 2:8 “y estando en la condición de hombre, se
humilló a si mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”

- Nabucodonosor fue echado de entre los hombres, pero es Cristo el que es


despreciado y echado de entre los hombres Isaias 53:3 “Despreciado y
desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto,;
y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.

- Nabucodonosor fue restaurado, Cristo fue resucitado y está a la diestra del


Padre . Filip. 2:10,11, “para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de
los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua
confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”
Es a él al que debemos dirigirnos y como dice el Salmo 51:17b. “Al corazón
contrito y humillado no despreciaras tu, oh Dios” . Dios nos pide ese corazón
humillado.

Daniel 5
Escrito por Pilar Serna en 03 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Para poner un poco en


antecedentes este texto, diremos que el reino de Babilonia que se extiende
desde el 609 a.C. está avanzando y estamos en el año 539 a.C., hace por lo
menos 50 años que Daniel fue llevado junto con los demás expatriados a
Babilonia y está a punto de ver la caída de este imperio.

¿Nos acordamos del capítulo 2 y el sueño de la estatua de Nabucodonosor?

El rey sueña con una estatua con cabeza de oro, pecho de plata (imperio medo-
persa), vientre y muslos de bronce que representaban a Grecia y piernas y pies
de hierro, que representaban a Roma. Bueno, pues, estamos ante el final de la
cabeza de oro y al comienzo de este capítulo, la escena es de Babilonia sitiada
por el ejercito medo-persa

Vamos a situar también el personaje. Se trata de Belsasar, en las escrituras se


habla de él como hijo de Nabucodonosor, pero los historiadores y comentarios
no lo sitúan como hijo directo de Nabucodonosor. En realidad el rey en el trono
en este momento es un tal Nabonido que había usurpado el reino y entrega
éste en manos de su hijo Belsasar, por eso cuando le ofrece un puesto a Daniel
en el reino, solo puede ofrecerle el tercer lugar, pues ellos ocupaban los dos
primeros lugares.

Hay un gran contraste entre este Belsasar y Nabucodonosor, este último era un
inteligente constructor y Belsasar era un despilfarrador. Nabucodonosor, había
tomado los utensilios del tempo de Dios, pero no había hecho uso de ellos, los
había puesto en sus templos junto con los demás utensilios robados a otras
naciones, pero Belsasar va un paso más y profana esos utensilios.

Leemos v. 1-4. ¿Parece realmente una ciudad sitiada? El rey o gobernante está
montando “la gran fiesta” con mil de sus príncipes, sus mujeres y concubinas,
total miles de personas bebiendo vino y ebrios, se dedican a realizar
profanaciones y blasfemias contra el Dios de Israel. Belsasar pide los utensilios
que Nabucodonosor había traído del tempo de Jerusalem, para usarlos como
recipientes y usarlos para alabar a sus dioses. La blasfemia de Belsasar no era
solo una falta de respeto hacia los objetos sagrados de una religión sino que
había una burla de lo que aquellos recipientes representaban, a Dios mismo, al
Dios de los judíos y quería mostrar que este Dios para él no valía nada, se
estaba riendo del nombre de Dios. Es como el texto que estamos viendo el
domingo por la tarde Isaias 35,36 Senaquerib está retando a Dios mismo y el
final de Senaquerib es la muerte a manos de sus propios hijos y este Belsasar
no le anda lejos.

Leemos 5-9. En esta gran fiesta aparece la mano en la pared que escribe unas
palabras, dicen los comentaristas que estaba escrito en arameo. Claro, ante
esta visión, el rey se echa a temblar y llama a sus magos, caldeos y sabios de su
reino que vienen y “otra vez” como pasó con los sueños de Nabucodonosor son
incapaces de dar una interpretación. Podemos preguntarnos como se puede
repetir hasta tres veces el mismo error y es que los humanos, caemos y
volvemos a caer en nuestros errores. Este rey o no sabía de la historia o la había
olvidado, parece ser más bien la primera opción.

Leemos 10- 16. Aquí aparece este personaje la reina, que posiblemente no sea
la esposa de este Nabonido, sino alguien de más edad, pues conoce la historia
de los sueños de Nabucodonosor y las interpretaciones de Daniel. Si hubiese
sido Nabucodonosor mismo, no había hablado de Daniel como “en el que
moran los espíritus de los dioses, y con inteligencia y sabiduría de los dioses”,
sino que hubiese dicho en el que mora el Espíritu del Único Dios. Pero Daniel
entonces es traído ante el rey y el rey repite lo que le han dicho a él, ¿Daniel
puedes interpretar lo que no han podido mis sabios, pues en ti moran los
espíritus de los dioses?, dame pues la lectura y la interpretación y te doy lo más
valioso que puedo darte el tercer lugar en el reino. Parece mentira lo que la
ceguera y la falta de realidad pueden hacer, pues no le estaba ofreciendo nada,
estaban a punto de ser derrotados, más bien parece una segunda burla hacia
Daniel más que otra cosa, pero vamos a ver lo que Daniel tiene que decir.

Leemos 17-24.

Daniel rechaza cualquier cosa que este rey le pueda ofrecer, sabemos que
anteriormente fue puesto en puestos importantes en el gobierno anterior pero
ahora el desprecio es rotundo ante los agasajos que le quiere dar el rey, Sigue
mostrando la valentía de siempre.

Daniel hace toda una exposición de la historia de Nabucodonosor reconociendo


que fue Dios quien le dio el reino “El Altísimo Dios, dio a Nabucodonosor tu
padre el reino y la grandeza, la gloria y la majestad.” Pero cuando se
ensoberbeció y se llenó de orgullo, Dios lo despojó del trono y de su gloria, lo
humilló y lo hizo como una bestia hasta que reconoció que Dios Reina sobre
todos los hombres y que merece la adoración como único Rey y Señor.

Le muestra al rey su pecado, has traído los utensilios del templo, los has usado
para tu fiesta, los has profanado dando alabanza a dioses falsos y al Dios
verdadero no has honrado y esta mano es la mano de Dios.

Podemos ver una advertencia en el v.22 que podemos aplicar a nuestros días y
a nosotros mismos “y tu, no has humillado tu corazón, sabiendo todo esto” hay
muchas cosas que como cristianos sabemos, sabemos la ley de Dios y lo que
nos pide, sabemos que Dios quiere que cumplamos su ley moral, que se quiten
de nosotros la avaricia, la codicia, las habladurías, las ofensas, las pesas injustas,
los engaños y “sabiendo todo esto” le seguimos fallando. También es una
advertencia hacia nosotros, que debemos hacer lo contrario de Belsasar,
humillarnos ante Dios mismo.

Leemos 25 – 31.

1. La escritura era en idioma arameo:

 MENE = enumerar o precisar


 TEKEL = pesar
 UPARSIN = PERES (singular) = romper en dos, dividir

2. Para Belsasar significaba:

 MENE – Dios contó su reino y estaba llegando a su fin


 TEKEL – Dios pesó a Belsasar y encontró faltas
 PERES – Su reino había sido roto y dado a los medos y persas
Podemos pensar por qué cuando Dios le da a Nabucodonosor la visión del
árbol y le da un año para que se arrepienta, podía haber hecho lo mismo con
Belsasar, ¿Por qué no le da un año también? ¿Por qué no le envía a Belsasar una
locura como a Nabucodonosor? no podemos explicar sino lo que dice
en Romanos 9:18 “de quien quiere tiene misericordia, y al que quiere
endurecer, endurece”. Dios tuvo misericordia de Nabucodonosor pero no de
Belsasar.

Mene, Tus días han sido contados. Nuestros días están contados, Dios les ha
puesto principio y fin y no viviremos ni más ni menos, de lo que él ha
establecido.

Tekel, Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto. Todos vamos a ser
pesados en la balanza de la justicia de Dios y todos seremos hallados faltos.
Porque en la balanza no está puesto otro como nosotros o peor. A un lado de la
balanza esta Cristo y al otro nosotros, el es la perfección y nosotros qué
podemos ofrecer… Isaias 64. “nuestras justicias son trapos de inmundicia
delante de los ojos de Dios” Prov. 21:2.”Todo camino del hombre es recto en su
propia opinión, pero Jehová pesa los corazones”

Peres, Tu reino ha sido roto y repartido entre los persas y los medos. Peres
significa dividir, dividido y repartido en trozos. Ciro persa y Dario el medo, eran
suegro y yerno, era un reino divido en dos.

¿Qué hizo Belsasar después de esto?

Daniel fue hecho el tercero del reino. Belsasar está continuando con la
provocación a Dios. Se burla de Daniel, lo viste de púrpura y le da el collar de
oro. Dice la escritura que Ciro el persa conquista la ciudad de Babilonia, Dicen
los historiadores que cuando llegan los persas incluso los soldados están
borrachos. Los persas desviaron el curso del rio y pasaron por el lecho del rio e
invadieron la ciudad y Belsasar esa misma noche es asesinado.

La escritura sigue en la pared para esta generación.

Esta historia también nos apunta a Cristo.

Cristo trae palabras de juicio y pide el arrepentimiento.

Como Daniel, Cristo fue insultado, vestido de púrpura y puesta la corona de


espinas, burlándose de él

Cristo es el único que en verdad agrada a los ojos de Dios.


Cristo es él mismo el que es sacrificado en nuestro lugar, Nosotros somos
Belsasar con nuestras ofensas ante los ojos de Dios y Cristo se pone en nuestro
lugar.

Belsasar y su fiesta representan nuestra sociedad, parece que se lo están


pasando tan bien…. pero Cristo tiene una fiesta mejor, eterna, para siempre.
Nos pide arrepentimiento, y fe.

Las mujeres de Romanos 16


Escrito por Pilar Herrera en 03 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Introducción

Es muy fácil cuando llegamos a capítulos como este, en la epístola a los


Romanos, que lo saltemos y que no prestemos mucha atención a ellos. ¿Por
qué? Porque cuando empezamos a leer pasajes que son más una lista de
nombres poco o nada conocidos, no nos es muy atractivo, y tendemos a pasar
por alto estos versículos.

Es una pena que actuemos así con la Palabra de Dios, ya que “toda” ella es
inspirada por Él y como consecuencia, está ahí para que la leamos y guardemos
en nuestro corazón al igual que hacemos con el resto de la Escrituras.

Por lo tanto, en esta reunión vamos a meditar en la primera mujer que se


menciona en Romanos 16 de todo el grupo. En los siguientes estudios
consideraremos una a una para poder aprender de estas santas mujeres que
Dios quiso dejarnos en su Palabra para nuestro ánimo.
Febe, la diaconisa

La primera que se menciona en esta lista o galería es Febe (v.1-2), su nombre es


el de la diosa de la Luna y significa “lumbrera”, era de origen gentil y pagano de
la mitología griega. Febe era la hermana de Apolo y Diana para más
información.

Sin lugar a dudas y coincidiendo todos los comentaristas, fue Febe la encargada
de llevar esta epístola a los Romanos, que escribió Pablo. Por eso, el apóstol la
recomienda a los hermanos a que la reciban en el Señor.

Pablo escribe esta carta desde Corinto, y Febe era una creyente de la iglesia de
Cencrea.

Pablo empieza el versículo 1 diciendo a los hermanos receptores de la carta que


reciban a Febe, pero con una palabra más fuerte, más intensa “os recomiendo”.
Pablo, no solo la presenta sino que la recomienda como una buena hermana en
la fe, una mujer fiel al Señor y a los santos. Hasta qué punto Pablo confía en ella
que pone esta carta en su poder para llevarla a sus destinatarios. Él sabía que
estaba a buen recaudo, que no se perdería.

Estas cartas de recomendación eran muy comunes en aquellos tiempos, y lo


siguen siendo en los nuestros. Cuando algún creyente se muda a otra ciudad a
vivir o a pasar algún tiempo, lleva consigo una carta de recomendación de su
propia iglesia para que le reciban como hermano o hermana y le ayuden en lo
que sea necesario.

Febe no es solo una hermana en la fe, en el Señor, sino que es una “diaconisa”
de la iglesia de Cencrea. Pablo estaba en Corinto, y Cencrea era un puerto de
Corinto que se encontraba a unos 13 o 14 Km de esta. Quizás la iglesia de
Cencrea se formó a partir de la iglesia de Corinto, como una iglesia “hija” por así
llamarla. Volvamos al hilo de donde empezamos, Febe no solo era una creyente
fiel y conocida, sino que era una “diaconisa”, una sierva. Notemos que esta
palabra “diakonos”, no tiene género femenino, es válido para un hombre como
para una mujer. Hay algunos que quieren ver aquí que Febe era una mera
sierva, que ayudaba a la iglesia como todos los creyentes debieran de ser. Sin
embargo, aunque es verdad que esta palabra “diakonos” se puede y se utiliza
de una manera más general, como siervo, el que sirve las mesas; también al
llegar a 1 Timoteo 3:1-13, observamos que aparece como un oficio reconocido
dentro de la iglesia.

El pasaje empieza con los obispos, pastores o ancianos, que los tres términos
significan lo mismo, pero en el v.8 introduce “los diáconos asimismo”, y en el
v.11 “las mujeres asimismo”. Creo que esa introducción de “asimismo”, nos está
presentando al mismo grupo de diáconos pero que podían ser hombres o
mujeres. No creo que se refiera a las mujeres de los diáconos, ya que si no se
menciona nada para las mujeres de los ancianos, no tiene mucho sentido el
poner algo para las mujeres de los diáconos. Algunos diréis ¿por qué entonces
no pone diaconisas? Pues porque ese término no existía, no tenía género
femenino, por eso mismo habla de los requisitos de los hombres diáconos, y
por el otro, de las mujeres diáconos.

Por lo tanto, a la luz de lo anteriormente dicho, creo que Febe era una diaconisa
oficialmente nombrada y reconocida por la iglesia en Cencrea. Una posición
especial requiere personas de confianza para su ejecución.

Ahora bien ¿cuál era la labor de una diaconisa? Si miramos en 1 Timoteo 5:9-10,
probablemente nos da una ligera idea de las responsabilidades de una
diaconisa. Cuando miramos en la historia de la iglesia primitiva, vemos que este
rol era la de cuidar enfermos, cuidar a los pobres, ministrar a los extranjeros,
mostrar hospitalidad, servir a los que iban a ser mártires que estaban
encarcelados y ayudar y proveer para los más necesitados. Las mujeres
instruían a otras mujeres más jóvenes y les enseñaban a llevar bien su casa y
cuidar de su familia. ¡Era una sierva en toda regla!

Cuando se dice de Febe que ha ayudado a muchos y a mí mismo, esa ayuda


quiere decir que ha sido “benefactora”, que ha ayudado materialmente a otros y
al mismo Pablo cuando lo necesitaba. Debe haber sido una mujer con altos
medios económicos, quizás era como Lidia en Filipo, una mujer de negocios y
usaba los bienes que tenía para ayudar a los más necesitados.

Pablo les manda a los romanos que reciban a Febe “en el Señor, como es digno
de los santos” (v.2). ¿Qué quiere decir esto? En primer lugar, que la aceptéis
como una que pertenece al Señor Jesús, a la familia de la fe. Debemos
recibirnos unos a otros como el mundo no lo hace, que se queden asombrados
de nuestra hospitalidad y amor.

También les manda que “la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de
vosotros” (v.2). Febe iba de camino a Roma, algunos sugieren que iba por
algunos negocios, por lo tanto, necesitaría saber con qué personas contactar o
dónde vivían etc. Luego, no solo deben ayudarla en asuntos espirituales sino en
legales o cualquier área que necesitara para llevar a cabo sus objetivos en
Roma.

Aplicación
Como conclusión ¿qué podemos aprender de Febe?

Lo más importante y esencial de donde viene todo lo demás, es su relación con


Dios, era una verdadera y genuina creyente de una iglesia en Cencrea.

Era una sierva, “diaconisa” de Dios y de los hermanos en la iglesia. El ser una
mujer con posibilidades económicas no le impidió remangarse y ayudar en lo
práctico a los más necesitados. Estaba pendiente de todos en la iglesia, de los
enfermos para cuidarles y visitarles, de los pobres para ayudar a suplir sus
necesidades, de las mujeres más jóvenes para instruirlas y ser un ejemplo,
incluso de ayudar al mismo Pablo. No busquemos la posición o el oficio como
tal, busquemos hacer el trabajo del servicio y el Señor te recompensará, lo
reconozca la iglesia o no.

Era una mujer íntegra y de confianza, ya que Pablo le encomienda llevar una de
las cartas más importantes e instructivas para el pueblo de Dios.

Era generosa y dadivosa, llena de buenas obras en todos los sentidos.

Febe debe animarnos ya que Dios siempre ha usado y sigue usando a mujeres
para la extensión de su Reino.

Si alguien tuviera que escribir una carta de recomendación tuya a otra iglesia
¿qué diría de ti en pocas palabras? ¿Que eres una creyente más, de banco de
domingo? ¿Que asistes a la iglesia desde hace muchos años? ¡Eso es una pobre
recomendación! Busquemos que se nos recuerde por el gran amor al Señor y a
los hermanos manifestado por medio del servicio.
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El futuro glorioso del creyente


Escrito por Pilar Herrera en 03 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres
Apocalipsis 21:1-8 -
Introducción

Por las circunstancias que me ha tocado vivir hace ya casi tres semanas, con la
muerte de mi madre, he estado pensando mucho en el futuro del creyente, lo
que nos espera a todos nosotros si somos verdaderos creyentes. He pensado
mucho en el cielo. La gran mayoría de las personas cree en el cielo y piensan
que van a ir allí.

Pero déjame que te pregunte ¿tú crees que hay un cielo? ¿Cómo es? ¿Quién va a
ir a él? ¿Estarás tú? ¿En base a qué?

Quiero que en esta tarde podamos contestar a estas y más preguntas en cuanto
al cielo. Creo que hay mucha confusión sobre este tema y la gran mayoría tiene
un concepto erróneo del cielo, incluidos muchos cristianos.

La Palabra de Dios hace referencia al cielo en 600 ocasiones, pero he elegido


como base para el estudio el pasaje de Apocalipsis 21:1-8. Este pasaje describe
la gloria que nos espera a todos los creyentes. Podemos dividir este pasaje en
siete partes:

1º Habrá un mundo nuevo (v.1)

Según el primer versículo habrá un cielo y una tierra nueva. Esta verdad ya fue
profetizada hace unos 700 años a.C. por medio deIsaías 65:17, no es una
revelación nueva del apóstol Juan.

¿En qué sentido será un mundo nuevo? No quiere decir que será un mundo
totalmente nuevo, de nueva creación por completo, sino que va a ser un mundo
totalmente renovado, regenerado. En griego hay dos palabras distintas para
nuevo, una significa que es totalmente nuevo, que no existía; y la otra es nuevo,
pero renovado, que ya existía.

Habrá continuidad y discontinuidad con este mundo y el nuevo.

Otra característica de ese mundo nuevo es que no habrá más mar. Es


interesante que ahora a nuestro planeta se le llama el planeta azul, porque el
agua cubre casi toda la Tierra, con el nuevo mundo no habrá mar.

2º Habrá una novia dispuesta para su marido (v.2)

Aquí Juan nos habla de lo que vio, una ciudad, la santa ciudad, la nueva
Jerusalén, y a la vez vio a una novia vestida y preparada para su unión con su
esposo.

Hay una mezcla de metáforas. La santa ciudad es la que está vestida de novia.
¿Cómo puede ser esto? ¿A qué se refiere? Está hablando de los habitantes de
ese mundo nuevo. Describe a la esposa del Cordero que es la iglesia. Nosotros,
los creyentes somos la esposa de Cristo, la nueva Jerusalén, la espiritual.

La iglesia siempre ha sido una mezcla de creyentes e incrédulos, santidad y


pureza etc., pero ahora no será así, será pura y perfecta (Efesios 5:25-27). La
iglesia no será perfecta hasta que Dios no haya hecho ese mundo nuevo, y
entonces, estará preparado para recibir a la esposa. Habrá un nuevo sistema de
cosas.

Esta ciudad o esposa desciende del cielo, luego ya estaba allí antes, en la
presencia de Dios.

3º Dios morará con su pueblo (v.3)

Aquí ya Juan no vio, sino que oyó una voz del cielo. ¿Qué oyó? Que Dios mismo
vendrá a morar con su pueblo, con esa esposa ataviada. La imagen es de un
matrimonio en perfecta e íntima unión y comunión. Utiliza la expresión de “El
tabernáculo de Dios”, esto nos habla del lugar de reunión y encuentro con su
pueblo. En el Antiguo Testamento cuando el pueblo de Israel no tenía todavía
construido el templo, la presencia de Dios estaba en el tabernáculo, una tienda
de pieles donde se hacían los sacrificios y donde estaba el arca, que simbolizaba
la presencia de Dios con su pueblo. Pero ahora, ya no hará falta más tienda ni
tabernáculo, sino que Él mismo morará con nosotros.

En Juan 1:14 la expresión “habitó entre nosotros” significa lo mismo, que Él puso
su tienda entre nosotros.
En Apocalipsis 7:15 dice que “Dios extenderá su tabernáculo sobre ellos”, ¿qué
quiere decir? Que con su presencia y su comunión con nosotros nos cubre y nos
protege. ¡Es una imagen preciosa!

Dios va a vivir, a morar con nosotros, y ya no se irá más ¡qué maravilla!

4º No habrá más consecuencias del pecado (v.4)

¿Por qué hay tanto dolor, muerte, lágrimas? Son consecuencias del pecado, y
siempre van a convivir con nosotros en este mundo pero, un día cuando
estemos con Dios y con el Cordero, todo esto dejará de existir. Será tan
maravilloso que no podemos ni describir con palabras el estado de perfección y
felicidad en el que estaremos.

Ya no habrá nada malo que nos produzca dolor, enfermedad, riñas, lágrimas
etc. Piensa en un mundo sin nada de esto. Las primeras cosas pasaron, ya no
existirán las causas que producen todo este dolor porque ya no habrá más
pecado.

Quizás estás sufriendo mucho por algún motivo en tu vida, Dios lleva cuenta de
tus lágrimas (Salmo 56:8), ánimo y vive con la esperanza de aquel día cuando
Dios enjugará toda lágrima de tus ojos.

5º Es un mensaje fiable (v.5-6)

Hay mucha gente que cuando le hablas de todo esto piensa que es un cuento,
que solo puede pasar en las novelas o películas en mundos imaginarios. ¿Será
verdad todo esto?

Podemos tener toda la certeza de que es Dios mismo quien responde, “el que
está sentado en el trono”. Él responde con autoridad, es el Rey de reyes y el
Señor del universo.

Su mensaje es que hará todas las cosas nuevas y le pide a Juan que las escriba
porque son fieles y verdaderas, no es un cuento chino. Tenemos la garantía de
que así se hará y de que Dios cumplirá todo lo que ha prometido.

6º Hay promesas preciosas (v.6-7)

El que dice estas cosas es “el Alfa y la Omega”, y ¿quién es? Dios mismo. Él no
tiene principio ni fin, es eterno, y Él es el que hace todas estas promesas.

Las palabras al principio “Hecho está”, ¿a qué nos recuerda? Nos trae a la
memoria las palabras de Jesús en la cruz cuando dijo: “Consumado es”, ya está
todo hecho y terminado, la obra de la salvación se ha llevado a cabo. “Hecho
está”, nos indica que Dios está en control de todo y que las cosas que ha
prometido se cumplirán, ya está hecho, no habrá nada ni nadie que pueda
destrozar o impedir que sus planes en cuanto a la salvación y a un mundo
nuevo, se lleven a cabo. ¡Qué seguridad tenemos! Es Dios mismo quien lo dice,
no es un hombre.

Aquí podemos ver tres promesas preciosas:

1ª. “Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la
vida”. Cuando uno tiene sed, y en la Mancha lo sabemos muy bien, que bueno y
con qué ansia bebemos un vaso de agua fría. Todos tenemos que pagar el agua
que bebemos, ya sea embotellada o la que sacamos del grifo. Sin embargo Dios
nos da el agua gratuitamente, no hay que pagar nada, es gratis (Isaías 55:1). Y el
agua que Dios nos da es el agua de la vida eterna, y esa agua es nuestro Señor
Jesucristo (Juan 4:13-14). ¿Cómo podemos beber de Él? Creyendo en Él, como el
único que nos puede salvar y reconciliar con Dios. El único que cargó con
nuestros pecados en la cruz, beber es confiar en Él y en su obra.

Toda promesa tiene una condición ¿cuál es en esta? “Al que tuviera sed”. No
hablamos de sed física sino espiritual, aquel que reconoce su pecado, aquel que
reconoce que está mal delante de Dios.

¿Tienes tú ya esa agua viva? ¿Ha sido saciada tu sed? Cree en Cristo, gratis, sin
dinero.

2ª. “El que venciere heredará todas las cosas”. Cuando una persona hereda
algo de sus padres o de cualquier familiar, pueden ser muchas propiedades o
mucho dinero, pero Dios nos va a dar todas las cosas, ¡todo! Esto es
inimaginable, es imposible que lo entendamos ahora. No podemos comprender
lo que abarca y significa “todas las cosas”, pero es una promesa fiel y se
cumplirá. ¿Cuál es la condición? “El que venciere”, el que llegue a la meta, el que
no mira atrás, el que no se quede a mitad de camino, el que salga victorioso de
este mundo. Y esto solo lo podemos hacer en las fuerzas que Dios mismo nos
da.

3ª. “El que venciere, yo seré su Dios y él será mi hijo”. Antes hablaba de una
relación matrimonial entre Dios y su iglesia, ahora es una relación filial, entre
Dios como Padre y nosotros como hijos. La Biblia está llena de versículos donde
se habla de esta relación padre-hijo. Después del matrimonio, la relación padre-
hijo es la más estrecha y preciosa. Dios mismo nos llama hijos suyos. ¡Qué
privilegio! La condición es vencer, como anteriormente, y significa seguir
adelante, perseverar hasta el fin de nuestras vidas, y no por nuestros propios
medios.

7º Habrá una condenación (v.8)

El “pero” con el que comienza el versículo, nos da un giro radical a todo el


pasaje. Es una advertencia para cada uno ¿se salvan todos? ¿Van todos al cielo?
¿Van a disfrutar todos de este mundo nuevo? ¡No! Tristemente mucha gente
piensa que Dios es tan bueno que no enviará a nadie al infierno, pero ¿es esa la
enseñanza bíblica?

Ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son


los que entran por ella (Mateo 7:24). Jesús nos advierte porque el infierno
existe, es un lugar real, y muchos van a ir allí.

Pensamos que Dios nunca


nos mandaría al infierno, pero es un Dios santo y nosotros pecadores y Dios no
puede permitir el pecado en su presencia. Tiene que tratar con él y quitarlo de
en medio. Lo hizo a través de su Hijo, cargando nuestro pecado sobre Él. ¿Pero
eso nos salva a todos? ¡No! Solo a los que creen y aceptan por la fe esa obra de
Jesús en sus vidas.

La lista que viene aquí no es exhaustiva, se podrían añadir más. Pero sí es un


ejemplo de los que van a ir al infierno. Quizás tú pienses que por no ser
fornicario, homicida, hechicero, estás libre, y te hace sentir bien, pero ¿qué me
dices con los cobardes, los incrédulos, los idólatras, los mentirosos? Nos hace
culpables a todos. Estas personas no van a ir al infierno por ser pecadores, van
a ir al infierno por no haberse arrepentido.

Conclusión y aplicación
Este pasaje empieza con el nuevo mundo, con el cielo y la gloria, pero acaba con
el infierno. Tenemos que tomar en serio esta advertencia que nos hace.

Hay dos destinos eternos, el cielo y el infierno ¿dónde vas a ir tú? Espero que tu
respuesta sea que vas a ir al cielo porque te has arrepentido y has creído en la
obra de Cristo en la cruz por ti. ¡Que así sea!

Las mujeres de Romanos 16, II


Escrito por Pilar Herrera en 03 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Introducción

Cuando llegamos a un capítulo como este de Romanos 16, al empezar a leer y


ver esa lista de nombres y saludos solemos saltarnos este capítulo y no darle la
importancia que merece. Tenemos que recordar que “toda” la Escritura es
inspirada por Dios, y eso incluye este capítulo 16 de Romanos. Fue escrito para
nuestra edificación y aunque creas que de una lista de saludos a personas no
podemos aprender nada, déjame decirte que estás equivocado. Cuando
empiezas a escarbar un poquito en cada persona que se menciona y lo que
Pablo dice de cada uno, entiendes por qué el autor supremo nos dejó este
capítulo en las Escrituras.

El apóstol Pablo después de habernos dejado este tratado de teología en


cuanto a la salvación por la fe en Cristo Jesús y la práctica de la vida cristiana, le
vemos en este pasaje abriendo su corazón a los hermanos y mostrando su
amor por cada uno de ellos, no se olvida de ninguno.
En nuestra última reunión solo vimos los dos primeros versículos que nos
hablan de Febe, la diaconisa en Cencrea. La siguiente mujer que se menciona
juntamente con su marido es Priscila, pero ya hicimos un estudio muy
exhaustivo de ella. Es mi intención que veamos en una sola reunión el resto de
mujeres que se mencionan en el capítulo.

María

“Saludad a María, la cual ha trabajado mucho entre vosotros” v.6

Tenemos un problema aquí, ya que el nombre de María era muy común, y en el


Nuevo Testamento tenemos muchas Marías: María la madre de Jesús, María
Magdalena, la hermana de Lázaro, la mujer de Cleofás, y María, la madre de
Juan Marcos. Por lo tanto, no podemos saber quién era esta María en concreto,
aunque para los receptores de la carta sí que les era conocida. ¿Por qué?
Porque había trabajado mucho entre ellos.

La expresión “ha trabajado mucho” viene de dos palabras que significan


“mucho, duro”; y la otra significa “fatiga”. En otras palabras, podemos decir que
María, la desconocida, había trabajado mucho hasta fatigarse. Trabajaba para el
Señor en medio de los hermanos de la iglesia en Roma. Se utiliza la misma
palabra en Lucas 5:5, cuando los discípulos estuvieron trabajando toda la noche
y no cogieron ningún pez. Este término tiene el significado de trabajar hasta
agotarse, hasta no poder más. El trabajar mucho implica dificultad y problemas,
y María estuvo dispuesta a ello. Es un ejemplo de mujer que no sabemos mucho
más, pero que se gastó por los santos en Roma. El ser cristiano no es un camino
de rosas, es un camino duro y difícil.

¿Cómo es tu servicio o tu trabajo con los creyentes en tu iglesia local?

Junias

“Saludad a Andrónico y a Junias, mis parientes y mis compañeros de prisiones,


los cuales son muy estimados entre los apóstoles, y que también fueron antes
de mí en Cristo” v.7.

Ya que “Junias” puede ser un nombre femenino, (aunque otras versiones lo


pones como masculino, no hay claridad) se supone que estos dos personajes
eran marido y mujer. En cuanto a que Pablo los llama “parientes” no se refiere a
parientes de sangre, sino que eran judíos (Romanos 9:3) como él. Otra
característica de ellos es que fueron encarcelados juntamente con Pablo en
alguna ocasión por causa de su fe. Nos podemos imaginar la relación tan íntima
que llegaron a tener Pablo y ellos al estar en la cárcel día y noche juntos. Así se
conocen muy bien a las personas, y Pablo los conocía bien.

No solo Pablo los conocía sino los demás apóstoles, ya que dice que eran muy
estimados entre ellos. La expresión “muy estimados”, es la misma que cuando
hacen o ponen un sello en una moneda, dejan una marca. De manera figurativa,
dejaron una buena marca en los apóstoles y tenían una muy buena reputación
entre ellos. ¿Cómo es la huella que dejamos a los demás? ¿Es buena o por el
contrario es mala y deja mucho que desear?

La última información que nos dan Junias y su marido (si es que eran
matrimonio) es que “fueron antes de mí en Cristo”, lo que significa es que ellos
se convirtieron a Cristo antes que Pablo.

Trifena y Trifosa

“Saludad a Trifena y Trifosa, las cuales trabajan en el Señor” v.12.

Estos dos nombres eran nombres gentiles, no judíos. Trifena significa “delicada”,
y Trifosa “exquisita”. Por el parecido de los nombres y sus significados, parece
que eran hermanas mellizas, pero no podemos estar seguros por completo.

Lo que sí es seguro es que las dos tenían una muy estrecha relación y
trabajaban juntas para la obra de Dios, para el Señor. ¿De qué manera? No lo
sabemos, pero si era “en el Señor”, podemos imaginar que harían todo lo
posible para que el evangelio se extendiera y para servir a los santos en Roma,
espiritual y físicamente.

Es interesante notar el tiempo verbal es presente “que trabajan”, estaban en


activo cuando Pablo escribió su carta, y que trabajaban en el Señor, para Él, no
para la gente o la iglesia en primer lugar, sino para su Señor. La palabra trabajar
aquí tienen el mismo significado que cuando habla de María v.6, trae la idea de
trabajar hasta fatigarse. Resulta un tanto cómico como estas dos mujeres que
sus nombres significan “delicada y exquisita” estuvieran trabajando para el
Señor, pero así era. Da igual quién eres ¿Cómo es tu trabajo para el Señor? ¿Te
está usando Dios?

Pérsida

“Saludad a la amada Pérsida, la cual ha trabajado mucho en el Señor” v. 12.

El nombre de Pérsida viene de la palabra Persia, quizás esté indicando del país
de donde procedía, aunque no lo sabemos por seguro.
Cuando comparamos a Pérsida con Trifena y Trifosa, ya que se mencionan a las
tres en el mismo versículo, podemos ver una diferencia, el tiempo verbal.
Cuando habla de Trifena y Trifosa utiliza un tiempo presente, y cuando
menciona a Pérsida es un tiempo pasado. Podemos concluir que Pérsida
trabajó mucho para el Señor y ahora es una mujer mayor o anciana, que ya no
puede hacer tanto como hacía, y Trifena y Trifos serían mucho más jóvenes y
estaban en activo trabajando para el Señor.

Es muy tierno ver cómo Pablo la llama “amada”, mostrando un amor puro y
respetuoso para con esta señora mayor.

La madre de Rufo

“Saludad a Rufo, escogido en el Señor, y a su madre y mía” v. 13.

Ha habido mucha especulación sobre quién era este hombre, Rufo. Muchos
piensan que es el hijo del hombre que ayudó a Jesús a llevar la cruz al Gólgota
(Marcos 15:21) “Y obligaron a uno que pasaba, Simón de Cirene, padre de
Alejandro y de Rufo, que venía del campo, a que le llevase la cruz”.

Si en verdad era este hombre, profundicemos un poquito. Era de Cirene, un


lugar en la costa mediterránea del norte de África. Rufo era un hombre de color
al igual que su padre. Dios no discrimina por colores o razas, porque mira el
corazón, y usa a cualquier persona que se somete a Él. Quizás cuando Simón
ayudó a llevar la cruz vio a Cristo y le reconoció como su Salvador, llevando así a
toda su familia al conocimiento del evangelio.

Ahora bien, quien nos interesa es la madre de Rufo. Cuando Pablo dice “a su
madre y mía”, ¿quiere decir que la madre de Rufo era la madre de Pablo? Creo
que no. Lo que está Pablo diciendo es que en algún momento en su vida la
madre de Rufo cuidó y ayudó a Pablo como si fuera su propia madre, y con todo
cariño la llama así, por los lazos que les unen de amor y cuidado.

Julia y la hermana de Nereo

“Saludad a Filólogo, a Julia, a Nereo y a su hermana, a Olimpas y a todos los


santos que están con ellos.” v. 15.

Este versículo nombra a cinco personas que podían estar en un grupo de la


iglesia que se reunían en las casas, ya que añade saludos para “todos los santos
que están con ellos”.

Filólogo es un nombre que significa “amante de la palabra” y me encanta, ya


que amo las palabras. Pero vayamos a Julia, ¿quién era esta mujer? Julia era un
nombre de lo más común para esclavas en la corte romana. Muchos
comentaristas dicen que Filólogo (que también era un nombre común de
esclavos) y Julia eran marido y mujer, pero no sabemos.

En cuanto a la hermana de Nereo no sabemos absolutamente nada, salvo que


se ha encontrado una inscripción con ese nombre de la corte imperial de Roma.
Puede que haya sido un personaje muy importante o de influencia en la corte
romana.

Lo que sí podemos decir de estas personas es que eran fieles al Señor y su


obra, porque Pablo los resalta entre todos los santos que se reúnen con ellos.

Conclusión y aplicación

¿Qué podemos aprender de todas estas mujeres que estaban en Roma y en la


mente y corazón de Pablo?

Este gran número de mujeres nos muestra la gran influencia que tenían en la
iglesia primitiva, y que lo sigue teniendo en nuestros tiempos e iglesias.

Dios usa a mujeres de todo tipo, clase, educación, raza etc. Entre la lista que
hemos visto tenemos mujeres judías, griegas, romanas, esclavas, nobles,
casadas, solteras, jóvenes , mayores etc. mencionadas por nombre o totalmente
anónimas. Dios usa a cualquier persona, en nuestro caso a cualquier mujer que
esté dispuesta a dejarse usar por Él y para su gloria (1 Corintios 15:10).

Todas ellas eran fieles y trabajadoras hasta lo sumo. Alguna incluso había
expuesto su vida por Pablo. La mujer tiene un papel muy importante en la
iglesia. Su campo misionero en primer lugar son sus propios hijos y su familia,
pero luego su área de influencia es tan grande en el cuerpo de Cristo, la iglesia,
y en medio de la sociedad.

Dios usa a las mujeres para animar, ayudar y alentar a sus siervos. Pablo
reconoce que muchas mujeres le han ayudado en su ministerio, pero ¿cómo
creéis que se puede ayudar a los pastores y líderes de las iglesias? :

- Orando por ellos.

- Respetándolos y estando sujetos a ellos.

- No criticarlos.

- Dándoles palabras de ánimo.


- Ofreciéndonos a echar una mano en lo que se pueda para descargarles de
trabajo.

- Respondiendo al ministerio de la Palabra.

- Comprometiéndose a la vida de iglesia.

Para terminar, analiza tu vida como mujer creyente a la luz de todo el servicio
que hacían estas mujeres y que muestra el amor al pastor de los pastores, a
nuestro Señor. Sé sincera ¿cómo es tu vida?

Si Pablo tuviera que dar saludos a las mujeres de esta iglesia ¿se acordaría de ti
por nombre y de tu fidelidad y trabajo para el Señor? Espero que así sea.

Loaida y Eunice mujeres de fe no


fingida
Escrito por Pilar Herrera en 03 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Introducción

Estos dos nombres se mencionan juntos en la Biblia en 2 Timoteo 1:5, pero
¿quiénes eran estas dos mujeres? Eunice era la madre de Timoteo y Loida la
abuela, eran madre e hija. El nombre de Loida significa “agradable o deseable”,
y el de Eunice “feliz o buena victoria”. Vamos a ver no solo que eran mujeres de
fe, sino su gran ejemplo de vida y la gran influencia que tuvieron sobre su hijo y
nieto Timoteo.
Ambiente familiar

La primera vez que se habla de Eunice es en Hechos 16:1-3: “Después llegó a


Derbe y a Listra; y he aquí, había allí cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de
una mujer judía creyente, pero de padre griego”.

Pablo en su primer viaje misionero llegó a Listra y allí fundó una pequeña
iglesia. Quizá en esa ocasión fue donde se convirtieron Loida y Eunice, aunque
no se puede estar seguro. Lo que sí dice la Escritura es que Eunice era una
mujer judía, temerosa de Dios que llegó a aceptar a Cristo como el Mesías y su
Salvador.

Es curioso como Eunice se había casado con un hombre griego, pagano. Esto
era contrario a la ley judía, porque solo podían casarse con judíos. Aquí
podemos especular que Eunice antes de casarse no era temerosa de Dios o
estaba en rebeldía espiritualmente hablando.

Me gustaría hacer un inciso y aconsejar a las mujeres más jóvenes que todavía
no se han casado a que pongan mucho interés al escoger al hombre con el que
se van a casar. Sabemos como creyentes, que no podemos casarnos con un no
creyente porque qué comunión hay la luz con las tinieblas (2 Corintios 6:14-15).
Conozco de muchos casos que se han casado con inconversos pensando que
algún día se convertirían al Señor, pero esto es un engaño. Aunque así lo
hicieran por la gracia de Dios, eso no implica que debamos desobedecer a Dios
en sus mandatos. Sabemos las que están casadas con maridos que no son
creyentes lo difícil que es la convivencia diaria. Por lo tanto, sed sabias y orad al
Señor para que os muestre un hombre que ama y vive para el Señor en primer
lugar.

La enseñanza a Timoteo

Aun a pesar de que el marido de Eunice no era creyente, éste permitía que ella
y su madre enseñaran las Escrituras a Timoteo desde su niñez (2 Timoteo 3:14-
15). Podemos pensar que el marido de Eunice nunca fue creyente o que ya
había muerto, porque solo se menciona la fe de la madre de Timoteo y su
abuela. Quizás al morir el padre, Loida la abuela se fue a vivir a casa de Eunice a
ayudarla con el pequeño Timoteo. De cualquier manera, fuera como fuera, las
dos, madre y abuela enseñaron las Escrituras a Timoteo desde su niñez.

Veamos la importancia de la enseñanza de la Palabra de Dios a los niños. No se


deja esta enseñanza a los maestros o maestras de la escuela dominical, sino
que es responsabilidad y obligación de los padres (Deuteronomio 4:9; 6:4-9). Si
el responsable y cabeza del hogar es el padre, y este no lo hace, la madre debe
coger las riendas y enseñar a sus hijos, como lo hizo Eunice conjuntamente con
Loida, su madre. Debemos reconocer la importancia y gran influencia que
tienen las abuelas piadosas. No solo darán cariño o regalos a los nietos, sino el
regalo más importante, la Palabra de Dios.

Creo que es una de las mayores y más graves negligencias que tienen los
padres cristianos si no enseñan a sus niños la Palabra de Dios. Si como madre
ves que no lo estás haciendo, ponlo ya en tu vida familiar. Haz cambios y
empieza con cosas sencillas, con libros con ilustraciones y dibujos que es más
atractivo para los niños, pero enséñales la Palabra y aun cuando fuere viejo no
de apartará de ella (Proverbios 22:6).

Cuéntales las historias bíblicas, saca lecciones para su vida y que vea que las
aplicas tú en tu vida, en primer lugar. Ora con ellos, amonestadles en el Señor.
Que sepan lo que agrada a Dios y lo que no. Que les muestres su pecado y
señala a Cristo como el único remedio y salvador de sus almas. Es el mejor
tiempo invertido con los hijos, el enseñarles las grandes cosas que Dios ha
hecho.

¿Por qué podían enseñar a Timoteo las Escrituras? Porque había en ellas una fe
no fingida. Esto ¿qué quiere decir? Que su fe era genuina y verdadera, no
“hipócrita”. Se puede tener una fe falsa, dar una cara cuando uno va a la iglesia
o reuniones, pero luego en casa no vivir lo que se dice creer en el corazón.

Cuidado con la falsedad, los niños la huelen a la legua. Una fe sincera no quiere
decir que tengas una vida perfecta, pero se tiene que ver en tu día a día. Tiene
que haber un deseo de vivir para agradar a Dios y no pecar, un deseo de tener
comunión con Dios y leer la Palabra, cuando se ofende a algún miembro de la
familia debe pedirse perdón y buscar la reconciliación, se debe luchar con las
debilidades y pecados que arrastramos, esa fe genuina se mostrará en los
momentos más difíciles y cruciales de nuestra vida, en fin, se tiene que oler
nuestra fe.

¿Cómo es tu fe? ¿Es genuina, o falsa?

Los resultados de la enseñanza y fe genuina

Sabemos que la fe de Loida y Eunice no se pueden heredar. Podían enseñar al


pequeño Timoteo, pero él tenía que ver su necesidad del Salvador y venir en
arrepentimiento y fe. Pero lo que sí podemos ver es el fruto de esa enseñanza y
esa fe no fingida de su madre y abuela. Timoteo tenía las bases bien puestas en
su mente y corazón y Dios usó toda esa enseñanza y ejemplo para confirmarle
que necesitaba un cambio en su vida.
Pablo le llama “amado hijo” (2 Timoteo 1:2), porque Pablo le guió al Señor, pero
los cimientos estaban ya bien colocados. Pablo por el buen testimonio que tenía
Timoteo, lo llevó consigo para ser su ayudante, su compañero, y acabó como
pastor de la iglesia en Éfeso. Para Eunice tuvo que ser duro quedarse sin su hijo,
pero imagino también el gozo que sentiría al saber que su hijo estaba dedicado
a predicar el evangelio, y servir al Señor. Creo que para una madre piadosa, no
hay mayor gozo que ver a sus hijos andando en el Señor y sirviéndole.

Conclusión

Podemos aprender varias cosas de la vida de estas dos mujeres:

- En primer lugar fueron mujeres de fe genuina, no falsa. Creyeron en el


Señor Jesucristo y se podía ver en su testimonio diario, eran mujeres piadosas.

- Las dos vieron la importancia de enseñar las Escrituras a su hijo y nieto


Timoteo. Eran obedientes a los mandatos de Dios, y para poder enseñar ellas
mismas tenían que conocer bien la Palabra de Dios.

- Sabían que su fe no se hereda y que Timoteo mismo tenía que creer por sí
mismo.

Quizás te estás mirando a ti misma y estás viendo un fracaso de madre y de


vida. Bien, eso es muy buena señal, porque todavía hay tiempo para rectificar.
Ve al Señor, a tu marido y/o a tus hijos y pídeles perdón por no ser la mujer
creyente que deberías ser. Si nunca has enseñado a tus niños la Palabra o lo
has hecho de vez en cuando, empieza ya mismo. Explícales porqué no lo has
hecho antes y que quieres hacerlo ahora, quieres poner en práctica la
enseñanza de Dios en tu hogar. El Señor te perdonará tu negligencia y a la vez
te dará las fuerzas para seguir adelante.

Necesitamos a muchas Loidas y Eunices en nuestras congregaciones. Empieza


por ti misma con la ayuda del Señor.

Las dos venidas de Jesús


Escrito por Pilar Herrera en 03 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres
Introducción

Cuando miramos al mundo en estas fechas, podemos ver cuánto se ha


distorsionado el sentido de la navidad. Parece que nos estamos quedando solo
con el papel de regalo y con el lazo, pero no nos interesa el regalo mismo. No se
nos ocurriría cuando nos dan un regalo alabar el envoltorio, la cinta de colores,
el tamaño de la caja, etc. y dejar de lado el regalo mismo. Creo que es eso lo
que hemos hecho con el regalo que Dios nos ha dado. Nos hemos quedado con
lo superficial, anulando lo esencial; con el brillo de los colores y las luces, y
hemos despreciado al que es la Luz del mundo. Nos hemos quedado con la
fiesta, la comida, la bebida, la diversión, y no hemos hecho caso del
protagonista de esa fiesta, que es el Señor Jesucristo.

Por lo tanto, me gustaría que viéramos a la luz de la Escritura algunos versículos


y pasajes que hablan de la primera venida de Jesús comparándola con su
segunda venida. Son inseparables, porque si nos quedamos solo con la primera,
nos quedamos cortos. Las dos van de la mano, aunque las dos son distintas a la
vez.

Cuánto se enfatiza la primera venida de Jesús y casi nunca se habla o se enseña


de su segunda venida.
Las dos venidas

Si tuviéramos que ilustrar las dos venidas de Jesús la dibujaríamos así:

Podemos mirar hacia atrás en el tiempo y ver la primera venida de Jesús y


podemos mirar hacia adelante, el futuro, y esperar la segunda venida de Jesús.

Sin embargo si hubiéramos vivido en tiempos del Antiguo Testamento, las dos
venidas de Jesús las veríamos así:

Las dos venidas serías futuras. Para el pueblo de Israel era más difícil distinguir
una venida de otra. Muchos creían que solo habría una venida, por eso
pensaban que el Mesías sería un rey que vendría con caballo y espada para
hacer justica a este mundo.

Era difícil distinguir entre las dos venidas. Hay muchos versículos en los que se
habla tanto de la primera como de la segunda venida, juntas, porque por un
lado esperaban al Mesías, al Varón de dolores, sufriente, que moriría; por otro
lado, se describe al Mesías como un Rey glorioso que gobernaría el mundo. Lo
tenían más difícil que nosotros.

Algunos incluso
llegaron a pensar que habría dos Mesías, pero no hay dos Mesías, lo que sí hay
son dos venidas separas y diferenciadas de un solo Mesías.

Analizar estos versículos


Quiero que hagamos un poquito de deberes y que me digáis si los siguientes
versículos hablan de la primera o de la segunda venida de Jesús:

1. Miqueas 5:2
Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me
saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los
días de la eternidad.

2. Isaías 9:6-7

Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su


hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre
Eterno, Príncipe de paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite,
sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en
juicio y en justicia desde ahora y para siempre.

3. Isaías 61:1-2 (compare Lucas 4:18-19)

El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha


enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados
de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la
cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza
del Dios nuestro.

4. Zacarías 9:9-10 (compare Mateo 21:1-7)

Alégrate mucho hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey
vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un
pollino hijo de asna. Y de Efraín destruiré los carros, y los caballos de Jerusalén,
y los arcos de guerra serán quebrados; y hablará paz a las naciones, y su
señorío será de mar a mar, y desde el río hasta los fines de la tierra.

5. Isaías 40:3-5 (compare Mateo 3:3; Marcos 1:3)

Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en


la soledad a nuestro Dios. Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado;
y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. Y se manifestará la gloria de
Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado.

6. Malaquías 3:1-2; 4:5 (compare Marcos 1:2 y Mateo 17:3, 10-13)

He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y


vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel
del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los
ejércitos. ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar
en pie cuando él se manifieste?...He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que
venga el día de Jehová, grande y terrible.

Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre


Jesús. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará
el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su
reino no tendrá fin.

¿Habéis tenido alguna dificultad en distinguirlas? Los que vivieron en el Antiguo


Testamento tuvieron la misma dificultad que tú ahora. Pero nosotros tenemos
mucha más luz con el Nuevo Testamento, porque nos distingue muy bien la
primera de la segunda venida de Jesús.
Conclusión y aplicación

Por lo tanto, ante esta segunda venida de Jesús, que vendrá a juzgarnos, vendrá
como Rey y Señor, ¿Cómo debe afectar esto a nuestras vidas? ¿Qué debemos
hacer?

Bien, la Palabra de Dios nos lo dice muy claramente (Mateo 24:35-36; 42-44),


debemos estar preparados para cuando Él venga.

Ahora la pregunta es ¿cómo nos preparamos? Jesús mismo nos lo dijo: “El
tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed
en el evangelio” (Marcos 1:14-15). Arrepentimiento implica cambio de mente y
dirección, tenemos que darnos cuenta que en la dirección que vamos no
conseguiremos nada. Nuestros pecados son una barrera delante de Dios y
Cristo como ya hemos visto, vino a morir por nuestros pecados, tenemos que
reconocer que necesitamos ser perdonados, y solo Cristo lo puede hacer. La
segunda parte es creed en el evangelio, en las buenas noticias de salvación.
Debemos creer, aceptar por medio de la fe el perdón y la salvación que Cristo
nos ofrece. Él vino a cargar con nuestros pecados en el madero, por lo tanto, no
desprecies su obra, no te atrevas a rechazar su gracia y perdón, para que
cuando Él regrese de nuevo en poder y gloria, te halle preparado, cubierto con
la sangre de Cristo. Solo así serás aceptado en el cielo.

Daniel 6
Escrito por Pilar Serna en 03 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres
Este capítulo que vamos a
ver sobre la vida de Daniel es importante, y trae consuelo para aquellos que
viven en lugares donde defender su fe es cuestión de vida o muerte.

Daniel ha sobrevivido al imperio babilónico y ahora tiene un lugar importante


en el imperio persa, que fueron los siguientes como leíamos en Daniel 5:30 “la
misma noche fue muerto Belsasar rey de los caldeos. Y Darío de Media tomó el
reino, siendo de sesenta y dos años.” En este nuevo imperio, Daniel mantiene
su situación de funcionario civil y a pesar de su edad, tendría sobre los ochenta
años, va a tener que pasar una prueba de fe importante en su vida.

Vamos a ver también que este capítulo es como un paralelo al capítulo 3, donde
los amigos de Daniel no acceden a adorar la estatua del emperador y son
enviados al horno de fuego para probar su fe, y donde son preservados por
Dios mismo dentro del horno.

Leemos Daniel 6:1-4. Lo especial de Daniel.

En estos versículos vemos las capacidades de Daniel, era una hombre con una
gran capacidad personal, todo lo que hacía lo distinguía, dice el versículo que
había en él un espíritu superior, que puede indicar el espíritu de Dios en él, pero
también que era un hombre que desarrolló sus dones, su inteligencia y
capacidad de trabajo; pero también destaca su capacidad moral, en este mundo
hay muchos personas con grandes capacidades intelectuales, pero podemos
ver y cada vez más, que usan esas capacidades para el engaño y el fraude, en
este caso se ve que era un hombre de confianza, al que le delegan el control de
todo el imperio. Era un hombre que tanto aquellos que se encontraban por
debajo de él o por encima de él no iban a corromperlo ni sobornarlo para que
hiciese algo en contra de la confianza que se había depositado en él y por esto
esa declaración del versículo 4 “no podían hallar ocasión alguna o falta, porque
él era fiel y ningún vicio ni falta fue hallado en él”.

El hecho de estas características y el trabajo de Daniel, lo que vemos es que va a


sufrir una persecución injusta, el propio gobierno al que servía excelentemente,
es el que le va a someter a graves presiones. Como Daniel mismo indicó en el
v.22, el era inocente delante de Dios y delante de los hombres. El incluso
después de pasar esta prueba, se mantiene en su trabajo y sigue sirviendo a los
persas, con el rey Darío y con Ciro. Es un ejemplo de lo que Pedro dice a los
creyentes 1 Pedro 2:13,15 “por causa del Señor someteos a toda institución
humana, ya sea al rey, como a superior…Porque esta es la voluntad de Dios:
que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos” y 1º
Pedro 3:13-17.

En esta historia, vemos que Daniel había puesto al servicio de aquella autoridad
pagana y política, todas sus capacidades. No se nos habla de su vida en la
comunidad religiosa en la que vivía, pero se nos dice que era fiel e integro en lo
que hacía y esto es un ejemplo para nosotros, no debemos ser los cristianos
perfectos dentro de nuestro círculo de iglesia y pensar que nuestros trabajos no
deben reflejar eso que nuestros labios proclaman, nuestro testimonio y nuestro
trabajo es puesto delante de Dios para agradarle a él con nuestro trabajo,
aunque sea duro, aburrido, esclavizante, en algunos casos, pero lo mejor que
podemos escuchar de parte del mundo es que somos fieles y buenos
trabajadores y se pregunten por qué somos así. Nos queda mucho por mostrar
y por arrepentirnos cuando no somos así.

Colosenses 3:22-24 “siervos, obedeced a vuestros amos….”

Vamos a tratar el tema de los enemigos, leemos 4 y 5, qué les hizo odiar tanto a
Daniel:

1. Los celos. Se enteraron del ascenso de Daniel y les sentó mal. Eran celos
profesionales, de los cuales puede que tampoco nos libremos, en el trabajo y en
la iglesia se pueden dar esos celos, se toma más en cuenta a unos que a otros, o
a nosotros nos parece que nos tenían que dar ese puesto y nos enfadamos.

2. El racismo. Sus enemigos se deciden atacarle en relación a su religión. Su


actitud racista aparece cuando le dicen al rey “Daniel, que es de los hijos de los
cautivos de Judá”. Si es difícil tolerar que otra persona se lleve los ascensos,
cuando esa persona pertenece a otra raza, u otro país, o grupo social diferente,
molesta más aún, y debemos ser capaces de superar todas estas trabas que
pueden ensuciar nuestro corazón.
3. El rencor. Los enemigos de Daniel, pensarían que si Daniel ascendía al
escalafón más alto, no les permitiría continuar con sus prácticas corruptas, e
incluso si las destapaba que fueran echados fuera de sus cargos. Nos dice el n.t.
que el mundo ama las tinieblas, porque sus hechos son malos, y odian la luz,
porque puede destapar su maldad.

Daniel 6:6-9.-Los métodos de los enemigos

1. Explotar la fuerza de Daniel. Como fracasaron al no encontrar en él


debilidades, se proponen forzar su caída atacando a su propia fuerza. ¿Qué era
lo que más le importaba a Daniel?
Se dieron cuenta de que por encima de su excelente trabajo estaba la lealtad a
Dios, y si ponían en enfrentamiento las dos cosas la lealtad al país y a Dios,
Daniel se inclinaría por Dios.

2. Violaron la constitución. Uno de los principales decretos de Ciro el Persa,


cuando derroto a babilonia, fue liberar a los pueblos cautivos y sus dioses, En
Esdras 1, vemos que concede a los judíos el ir a edificar el templo de Jerusalen y
les devuelve sus utensilios sagrados. La política de este nuevo emperador era la
de libertad religiosa a cada pueblo que era vasallo suyo, siempre que hubiese
una fidelidad general al estado persa.

3. Estos enemigos lo que consiguieron era que el rey promulgase un


edicto para que ningún creyente de otra religión durante un mes se acercara
en oración o se dirigiera a su dios. Y claro el rey cae en la trampa y lo promulga.

Tenemos que estar preparados a que cosas así ocurran. Hay países donde no
hay ninguna libertad religiosa y se persigue a los cristianos, pero hay países
donde a pesar de haber libertad religiosa, en cualquier momento se puede
promulgar una ley o una norma que impida hablar, poner carteles, o restringir
la libertad de reunión, cualquier cosa.

Veamos la actitud de Daniel, v.10

¿Pensáis que era una actitud desafiante? Podíamos pensarlo, si no fuera por las
últimas palabras, “como lo solía hacer antes”. Bastante sabían los enemigos que
en su vida diaria Daniel oraba tres veces al día,abiertas sus ventanas y lo hacía
conocedor de las escrituras, orando hacia Jerusalén

1º Reyes 8; 48,49 “y si se convirtieren a ti de todo su corazón y de toda su alma,


en la tierra de sus enemigos que los hubieren llevado cautivos, y oraren a ti con
el rostro hacia su tierra que tú dista a sus padres, y hacia la ciudad que tú
elegiste y la casa que yo he edificado a tu nombre, tú oirás en los cielos, en el
lugar de tu morada, su oración y su súplica, y les harás justicia.

Orar hacia Jerusalén era para Daniel, conectarle hacia la ciudad de su Dios. La
presencia de Dios estaba en el templo y la ley de Dios se proclamaba allí. Daniel
a pesar de vivir en una ciudad hermosa y posiblemente rodeado de lujos, no
había perdido la perspectiva y su comunión era mediante la oración. La oración
le capacitaba para ser el siervo fiel y honrado y al mismo tiempo, servir al reino
de Dios. Quizá esas ventanas no eran tanto para que salieran las oraciones,
pues sabemos que Dios escucha en cualquier lugar, sino para que entrara el
Dios de Jerusalen en su vida.

Daniel 6:11-16, Vemos que los enemigos consiguen sus propósito, el rey al


enterarse del resultado de esa ley “le pesó en gran manera” porque no
consideraba a Daniel como un traidor ni nada por el estilo y su deseo era
librarlo, pero no le permitía su propia ley y tuvo que acatarla. En un pasaje
parecido a cuando Pilato, a pesar de reconocer la inocencia de Jesús, se deja
llevar por los líderes religiosos y lo entrega para que hagan lo que quieren hacer
con él.

Daniel 6: 17-23. El rey le había dicho a Daniel “El Dios tuyo, a quien tu
continuamente sirves te libre” Y vemos en estos versículos de nuevo el Dios que
hace grandes prodigios para que veamos su gloria, Darío deseaba que fuera
librado y no pudo descansar, de hecho de mañana se dirigió al foso, a ver qué
había pasado con Daniel y se dirigió a el esperando respuesta y la respuesta fue
positiva.

Daniel no sabía que Dios iba a cerrar la boca de los leones, pero así lo hizo y
pudo declarar que era inocente ante Dios y ante los hombres, y que Dios tenía
todo el poder para hacer lo que había hecho, librándolo de una muerte segura.

Daniel 6:26-27. De nuevo la declaración del rey, al igual que hizo


Nabucodonosor, tiene que reconocer que Dios, es el Dios viviente, el Dios
eterno, que salva, libra y hace señales.

Por último, ver los paralelismos entre Jesús y Daniel

 Jesús llevó una vida perfecta, como Daniel delante de los persas
 Jesús fue acusado injustamente como Daniel
 Como Daniel, Jesús recibió un juicio injusto viendo como lo acusaban ante
Pilato
 Como Daniel su piedra fue sellada, pero Jesús apareció vivo, resucitó y esa
es nuestra esperanza.
Daniel 6
Escrito por Pilar Serna en 03 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Este capítulo que vamos a


ver sobre la vida de Daniel es importante, y trae consuelo para aquellos que
viven en lugares donde defender su fe es cuestión de vida o muerte.

Daniel ha sobrevivido al imperio babilónico y ahora tiene un lugar importante


en el imperio persa, que fueron los siguientes como leíamos en Daniel 5:30 “la
misma noche fue muerto Belsasar rey de los caldeos. Y Darío de Media tomó el
reino, siendo de sesenta y dos años.” En este nuevo imperio, Daniel mantiene
su situación de funcionario civil y a pesar de su edad, tendría sobre los ochenta
años, va a tener que pasar una prueba de fe importante en su vida.

Vamos a ver también que este capítulo es como un paralelo al capítulo 3, donde
los amigos de Daniel no acceden a adorar la estatua del emperador y son
enviados al horno de fuego para probar su fe, y donde son preservados por
Dios mismo dentro del horno.

Leemos Daniel 6:1-4. Lo especial de Daniel.

En estos versículos vemos las capacidades de Daniel, era una hombre con una
gran capacidad personal, todo lo que hacía lo distinguía, dice el versículo que
había en él un espíritu superior, que puede indicar el espíritu de Dios en él, pero
también que era un hombre que desarrolló sus dones, su inteligencia y
capacidad de trabajo; pero también destaca su capacidad moral, en este mundo
hay muchos personas con grandes capacidades intelectuales, pero podemos
ver y cada vez más, que usan esas capacidades para el engaño y el fraude, en
este caso se ve que era un hombre de confianza, al que le delegan el control de
todo el imperio. Era un hombre que tanto aquellos que se encontraban por
debajo de él o por encima de él no iban a corromperlo ni sobornarlo para que
hiciese algo en contra de la confianza que se había depositado en él y por esto
esa declaración del versículo 4 “no podían hallar ocasión alguna o falta, porque
él era fiel y ningún vicio ni falta fue hallado en él”.

El hecho de estas características y el trabajo de Daniel, lo que vemos es que va a


sufrir una persecución injusta, el propio gobierno al que servía excelentemente,
es el que le va a someter a graves presiones. Como Daniel mismo indicó en el
v.22, el era inocente delante de Dios y delante de los hombres. El incluso
después de pasar esta prueba, se mantiene en su trabajo y sigue sirviendo a los
persas, con el rey Darío y con Ciro. Es un ejemplo de lo que Pedro dice a los
creyentes 1 Pedro 2:13,15 “por causa del Señor someteos a toda institución
humana, ya sea al rey, como a superior…Porque esta es la voluntad de Dios:
que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos” y 1º
Pedro 3:13-17.

En esta historia, vemos que Daniel había puesto al servicio de aquella autoridad
pagana y política, todas sus capacidades. No se nos habla de su vida en la
comunidad religiosa en la que vivía, pero se nos dice que era fiel e integro en lo
que hacía y esto es un ejemplo para nosotros, no debemos ser los cristianos
perfectos dentro de nuestro círculo de iglesia y pensar que nuestros trabajos no
deben reflejar eso que nuestros labios proclaman, nuestro testimonio y nuestro
trabajo es puesto delante de Dios para agradarle a él con nuestro trabajo,
aunque sea duro, aburrido, esclavizante, en algunos casos, pero lo mejor que
podemos escuchar de parte del mundo es que somos fieles y buenos
trabajadores y se pregunten por qué somos así. Nos queda mucho por mostrar
y por arrepentirnos cuando no somos así.

Colosenses 3:22-24 “siervos, obedeced a vuestros amos….”

Vamos a tratar el tema de los enemigos, leemos 4 y 5, qué les hizo odiar tanto a
Daniel:

1. Los celos. Se enteraron del ascenso de Daniel y les sentó mal. Eran celos
profesionales, de los cuales puede que tampoco nos libremos, en el trabajo y en
la iglesia se pueden dar esos celos, se toma más en cuenta a unos que a otros, o
a nosotros nos parece que nos tenían que dar ese puesto y nos enfadamos.

2. El racismo. Sus enemigos se deciden atacarle en relación a su religión. Su


actitud racista aparece cuando le dicen al rey “Daniel, que es de los hijos de los
cautivos de Judá”. Si es difícil tolerar que otra persona se lleve los ascensos,
cuando esa persona pertenece a otra raza, u otro país, o grupo social diferente,
molesta más aún, y debemos ser capaces de superar todas estas trabas que
pueden ensuciar nuestro corazón.

3. El rencor. Los enemigos de Daniel, pensarían que si Daniel ascendía al


escalafón más alto, no les permitiría continuar con sus prácticas corruptas, e
incluso si las destapaba que fueran echados fuera de sus cargos. Nos dice el n.t.
que el mundo ama las tinieblas, porque sus hechos son malos, y odian la luz,
porque puede destapar su maldad.

Daniel 6:6-9.-Los métodos de los enemigos

1. Explotar la fuerza de Daniel. Como fracasaron al no encontrar en él


debilidades, se proponen forzar su caída atacando a su propia fuerza. ¿Qué era
lo que más le importaba a Daniel?
Se dieron cuenta de que por encima de su excelente trabajo estaba la lealtad a
Dios, y si ponían en enfrentamiento las dos cosas la lealtad al país y a Dios,
Daniel se inclinaría por Dios.

2. Violaron la constitución. Uno de los principales decretos de Ciro el Persa,


cuando derroto a babilonia, fue liberar a los pueblos cautivos y sus dioses, En
Esdras 1, vemos que concede a los judíos el ir a edificar el templo de Jerusalen y
les devuelve sus utensilios sagrados. La política de este nuevo emperador era la
de libertad religiosa a cada pueblo que era vasallo suyo, siempre que hubiese
una fidelidad general al estado persa.

3. Estos enemigos lo que consiguieron era que el rey promulgase un


edicto para que ningún creyente de otra religión durante un mes se acercara
en oración o se dirigiera a su dios. Y claro el rey cae en la trampa y lo promulga.

Tenemos que estar preparados a que cosas así ocurran. Hay países donde no
hay ninguna libertad religiosa y se persigue a los cristianos, pero hay países
donde a pesar de haber libertad religiosa, en cualquier momento se puede
promulgar una ley o una norma que impida hablar, poner carteles, o restringir
la libertad de reunión, cualquier cosa.

Veamos la actitud de Daniel, v.10

¿Pensáis que era una actitud desafiante? Podíamos pensarlo, si no fuera por las
últimas palabras, “como lo solía hacer antes”. Bastante sabían los enemigos que
en su vida diaria Daniel oraba tres veces al día,abiertas sus ventanas y lo hacía
conocedor de las escrituras, orando hacia Jerusalén
1º Reyes 8; 48,49 “y si se convirtieren a ti de todo su corazón y de toda su alma,
en la tierra de sus enemigos que los hubieren llevado cautivos, y oraren a ti con
el rostro hacia su tierra que tú dista a sus padres, y hacia la ciudad que tú
elegiste y la casa que yo he edificado a tu nombre, tú oirás en los cielos, en el
lugar de tu morada, su oración y su súplica, y les harás justicia.

Orar hacia Jerusalén era para Daniel, conectarle hacia la ciudad de su Dios. La
presencia de Dios estaba en el templo y la ley de Dios se proclamaba allí. Daniel
a pesar de vivir en una ciudad hermosa y posiblemente rodeado de lujos, no
había perdido la perspectiva y su comunión era mediante la oración. La oración
le capacitaba para ser el siervo fiel y honrado y al mismo tiempo, servir al reino
de Dios. Quizá esas ventanas no eran tanto para que salieran las oraciones,
pues sabemos que Dios escucha en cualquier lugar, sino para que entrara el
Dios de Jerusalen en su vida.

Daniel 6:11-16, Vemos que los enemigos consiguen sus propósito, el rey al


enterarse del resultado de esa ley “le pesó en gran manera” porque no
consideraba a Daniel como un traidor ni nada por el estilo y su deseo era
librarlo, pero no le permitía su propia ley y tuvo que acatarla. En un pasaje
parecido a cuando Pilato, a pesar de reconocer la inocencia de Jesús, se deja
llevar por los líderes religiosos y lo entrega para que hagan lo que quieren hacer
con él.

Daniel 6: 17-23. El rey le había dicho a Daniel “El Dios tuyo, a quien tu
continuamente sirves te libre” Y vemos en estos versículos de nuevo el Dios que
hace grandes prodigios para que veamos su gloria, Darío deseaba que fuera
librado y no pudo descansar, de hecho de mañana se dirigió al foso, a ver qué
había pasado con Daniel y se dirigió a el esperando respuesta y la respuesta fue
positiva.

Daniel no sabía que Dios iba a cerrar la boca de los leones, pero así lo hizo y
pudo declarar que era inocente ante Dios y ante los hombres, y que Dios tenía
todo el poder para hacer lo que había hecho, librándolo de una muerte segura.

Daniel 6:26-27. De nuevo la declaración del rey, al igual que hizo


Nabucodonosor, tiene que reconocer que Dios, es el Dios viviente, el Dios
eterno, que salva, libra y hace señales.

Por último, ver los paralelismos entre Jesús y Daniel

 Jesús llevó una vida perfecta, como Daniel delante de los persas
 Jesús fue acusado injustamente como Daniel
 Como Daniel, Jesús recibió un juicio injusto viendo como lo acusaban ante
Pilato
 Como Daniel su piedra fue sellada, pero Jesús apareció vivo, resucitó y esa
es nuestra esperanza.

Evodia y Síntique, juntas, pero


separadas
Escrito por Pilar Herrera en 03 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

(Filipenses 4:1-3)

Introducción

Si eres creyente y estás comprometida con tu iglesia local, habrás tenido, tienes
o tendrás problemas, roces o malentendidos con otros creyentes. No quiero
desanimarte, pero sí, que seas realista. El ser creyente no quiere decir que en
nuestro peregrinar todo va a ser amor y paz, es nuestra meta, pero eso solo se
conseguirá completamente cuando estemos en el cielo.

El apóstol Pablo escribió la epístola a los filipenses cuando estaba preso en


Roma (Filipenses 1:12-14), y es una de las cartas más gozosas y llenas de
gratitud y amor a los filipenses por el apoyo que había recibido de ellos, tanto
espiritual como material.

Unos siete años antes, esta iglesia no existía. Pablo fue el fundador, por medio
de su predicación en Filipo a un grupo de mujeres que se juntaban al lado del
río a orar. Allí se convirtió la primera mujer de Europa, Lidia. Poco a poco el
número de creyentes fue creciendo, y entre ellos había dos mujeres, Evodia y
Síntique.
El nombre de Evodia significa “viaje próspero o fragante”, y el nombre de
Síntique “Afortunada”. Pablo menciona en su epístola a estas dos mujeres, pero
tristemente no lo hace alabándolas por su buen ejemplo, sino todo lo contrario.

¿Quiénes eran estas mujeres?

Eran dos mujeres que habían combatido en el evangelio juntamente con Pablo,
Clemente y otros colaboradores de Pablo (v.3). Este verbo “combatir”, se usaba
para los gladiadores que sufrían. Eran mujeres que estuvieron al lado del
apóstol ayudándole a llevar el evangelio a los paganos e inconversos. Habían
sufrido y trabajado arduamente por la extensión del evangelio y la obra de Dios
en Filipos. Eran mujeres preeminentes en la iglesia de Filipos. Todos las
conocían, todos sabían de su trabajo para el Señor, su servicio a los santos.

Pablo también dice de ellas que son verdaderas y genuinas creyentes porque
“sus nombres están en el libro de la vida” (v.3). Este libro es el registro celestial,
en ese libro están escritos los nombres de aquellos que irán al cielo, no por
méritos propios, sino por la obra de Cristo en la cruz por su pueblo. Solo Él
conoce el nombre de cada uno, porque Él mismo los escribió.

¿Está tu nombre escrito en el libro de la vida? Esa es la pregunta más


importante que puedes hacerte. Si no estás segura, es porque quizás no has
creído en el evangelio, en la obra de Jesús en la cruz por tus pecados. Clama a
Dios y busca su perdón y tu salvación.

¿Cuál era el problema?

Se ve que por un tiempo las dos mujeres habían trabajado codo a codo y por un
desacuerdo no pequeño, Pablo les llama la atención y les exhorta a ser de un
mismo sentir: “Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un mismo sentir en el
Señor” (v.2). No se dice el problema que tuvieron en sí, pero tuvo que ser lo
suficientemente grave para que Pablo mismo las mencionara públicamente en
su carta. Tuvo que ser tal desacuerdo, que ya era público, todos lo sabían, e
incluso podría haber estado causando divisiones en la misma iglesia al tomar
partido por una u otra. Quizás eran temas doctrinales o celos entre ellas. No lo
podemos confirmar, pero el enemigo de nuestras almas usará cualquier motivo
para sembrar discordia y división entre los hermanos.

Es triste ver a dos mujeres cristianas, maduras y activas en la obra del Señor,
que están enemistadas entre sí. No eran como los enemigos de la Cruz de
Cristo, cuyo fin es la perdición (Filipenses 3:18-19), sino verdaderas creyentes.
Esto nos puede pasar a cualquier creyente, seas quien seas, y por muy
comprometido que estés con el Señor y su iglesia. La mayoría de las veces que
hay conflictos entre dos hermanos/as en una iglesia, no suele ser por asuntos
doctrinales, sino por problemas de personalidad y de formas de hacer las cosas.
Seamos sinceros, cuando el pastor o los líderes de una iglesia hacen algo, están
en el foco de mira de toda la congregación, y muchas veces los demás juzgan el
cómo se hacen las cosas, pensando que ellos las harían mucho mejor de otra
manera. Esto es lo que provoca la mayoría de los conflictos en muchas iglesias.
Debemos estar alertas que no caigamos en esto. Quizás tú creas que hay otra
manera mejor de hacer las cosas, pues ve y habla con el pastor y ora, y si es así,
el pastor lo tendrá en cuenta; pero si aun así, actúa de manera diferente,
respétalo, porque quizás tú no sabes o no tienes toda la información de la
situación.

¿Qué hace Pablo al respecto?

¿Se encoge de hombros y permite que esta enemistad continúe


indefinidamente? ¡Por supuesto que no! Esto deshonra al Señor y al testimonio
al mundo, sin contar con que puede traer división en la misma iglesia.

Pablo les ruega a las dos mujeres “Ruego a Evodia y a Síntique, que sean de un
mismo sentir en el Señor” (v.2). La palabra “ruego” significa mostrar, hacer un
llamamiento, rogar, exhortar, enseñar, instruir. Él les ruega a las dos mujeres, es
una exhortación, pero a la vez un mandato, que sean de un mismo sentir.

¿Qué quiere decir que “sean de un mismo sentir”? Significa pensar


objetivamente, o pensar con el mismo punto de vista. En cuanto metemos
nuestro personalismo en cualquier asunto, ya no estamos pensando
objetivamente. Pablo emplea las mismas palabras en Filipenses 2:2 y 5 en el
contexto de la unidad basada en la humildad por causa de la extensión del
evangelio.

Por lo tanto, el apóstol exhorta a Evodia y a Síntique a que levanten la mirada y


vean el sentir que tuvo Cristo cuando se humilló por nosotros, y que tengan ese
mismo sentir, vestidas de humildad, considerando una a la otra como superior
(Filipenses 2:2-4). Tenemos que dejar a un lado nuestras diferencias y nuestro
orgullo, nuestras opiniones personales, y ceder, por amor a la unidad de la
iglesia. Pocas veces cuando hay un conflicto con algún hermano pensamos así
¿cómo puedo yo buscar una solución al conflicto, que mejor sirva al crecimiento
del evangelio?
Por supuesto que la unidad no es a costa de cualquier cosa, si son asuntos
graves como herejía, o pecado, no podemos ceder en esto.

¿Cómo ayudar entonces?

Bien, Pablo busca la ayuda de un compañero fiel para que medie entre estas
dos mujeres. No sabemos quién era este hombre, pero lo que sí sabemos era
que Pablo podía confiar en él, porque había dado muestras de su fidelidad al
Señor, ya que fue compañero de Pablo y éste lo conocía bien. Puede que haya
sido uno de los líderes o ancianos de la iglesia en Filipos. Sea quien fuera, tenía
la labor de ayudar a estas dos mujeres a tener un mismo sentir y a hacer las
paces. Lo que muestra es que el problema que tuvieran, tenía solución.

El ser mediador de conflictos no es tarea fácil, y no quiere decir que al final se


consiga el objetivo buscado, que es la paz y reconciliación entre las dos partes
enemistadas.

Pablo tiene confianza en este hombre fiel, su compañero, y sabe que está
capacitado para tal misión, por eso le encomienda a ser arbitro entre Evodia y
Síntique.

Cuantas veces si tenemos algún conflicto con algún hermano/a en la iglesia


solemos ir a buscar ayuda o consejo a alguien que nos va a dar la razón, que
está de nuestro lado, pero eso no es lo que Pablo está buscando. Él le
encomienda la labor a un hombre que sabe va a ser objetivo en el asunto, no
será influenciado por ninguna de las dos partes. Escuchará a las dos mujeres, y
como es fiel al Señor, y sabio en la Palabra, aconsejará a las dos hacer lo más
correcto posible para que estén en paz una con la otra.

Cuando tengas problemas, busca a una persona espiritual, madura, sabia, que
no te va a dar la razón por ser tu amigo o tu amiga. Buscará tu bien y te dirá lo
que el Señor quiere que hagas, y lo hará porque te ama en el Señor.

Aquí Pablo se preocupa por la unidad de la iglesia, y busca que estas hermanas
se reconcilien, así también nosotras debemos hacerlo, para que el mundo vea
que somos uno en Cristo (Juan 17:20-21).

Como creyentes tendemos a huir y no inmiscuirnos en los problemas de otros,


pensamos que es mejor que lo resuelvan otros en lugar de nosotros ¿para qué
nos vamos a meter en líos?

¿Cómo resolver conflictos bíblicamente?


Este es un tema que llevaría otra reunión por sí solo, pero de manera concreta,
debemos aplicar los principios bíblicos (Mateo 18:15; 5:23-24). Muchos
problemas en la iglesia se resolverían si aplicáramos estos dos principios, pero
me temo que es más común ir contando el pecado de otros a otras personas en
vez de ir directamente a tratarlo con ellos. Está bien buscar el consejo del pastor
o algún líder de la iglesia, pero no el ir hablando del pecado a otros, eso se
llama, cotilleo, difamar y calumniar.

Conclusión y aplicación

Tenemos todos que preguntarnos a la luz de la Palabra y delante de Dios a


quien tenemos que dar cuentas un día ¿estoy enemistada con algún
hermano/a? si es así, tienes que actuar cuanto antes, y resolver este asunto.
Dios no va a aceptar tus ofrendas, tus oraciones, tus cánticos, si no estás a bien
con tu hermano. Puede que requiera humillación de tu parte, o una dolorosa
confrontación con la otra persona, o quizás necesites la ayuda de alguien, pero
debes resolver el conflicto (Romanos 12:18).

Fijémonos en los consejos que da Pedro en su epístola buscando la paz (1 Pedro


3:8-11), sed todos de un mismo sentir, y a continuación da algunas sugerencias
muy prácticas para llevar esto a cabo:

- Sed compasivos, ponernos en lugar del otro, aplicar la regla de oro.

- Amándoos fraternalmente, esto quitaría mucha envidia de nuestros


corazones, que solo nos lleva a la amargura.

- Misericordiosos hacia los demás, aun sin merecerlo.

- Amigables, ayudando y ofreciéndonos a los demás.

- No devolviendo mal por mal, si actuamos así la bola será cada vez más
grande. Devolver bien por mal, por difícil que sea.

- Refrenar su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño. Muchos


problemas empiezan por las habladurías y las críticas hacia otros. No puede
haber paz sin controlar la lengua

No os unáis en yugo desigual con


los incrédulos
Escrito por Pilar Herrera en 03 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres
Introducción (2º Corintios
6:14-7:1)

Antes de ver qué significa “el yugo desigual”, quiero que miremos esta foto.

¿Qué vemos? Un par de bueyes arando la tierra. ¿Vemos el instrumento que


llevan sobre sus cabezas? ¿Sabéis cómo se llama? ¡Sí, es un yugo! Es una pieza
larga de madera con dos arcos que se ajustan a la cabeza o cuello de los
animales y que, sujeta al timón de un arado, permite que tiren de él.

¿Para qué sirve un yugo? Sirve para que los dos bueyes puedan arar el campo
creando surcos profundos y en línea recta para poder sembrar la semilla, si no
lo hacen bien, la semilla no crecerá.

Ahora bien, imagina que el buey fuerte está en yugo con otro animal diferente,
un perro o una oveja, incluso un asno ¿qué pasaría? Sería imposible hacer los
surcos rectos y profundos. Los animales irían cada uno a un ritmo diferente, y la
fuerza no estaría equilibrada. A nadie se le ocurriría poner un yugo con
animales diferentes. La lógica cae por su propio peso. Ya en el Antiguo
Testamento Dios mandó “No ararás con buey y asno juntos” (Deuteronomio
22:10). Aunque es literal, ya apuntaba a un principio espiritual.

Qué significa el yugo desigual con los incrédulos

Si el ejemplo anterior con los animales es claro, de igual manera la unión del
creyente con el incrédulo es imposible. Es como poner el yugo entre un buey y
una oveja. Por naturaleza son completamente diferentes, de igual modo el
creyente tiene una naturaleza nueva que es incompatible con el incrédulo.
Toda relación que conlleve un compromiso profundo con un incrédulo te traerá
problemas. Veamos a qué tipo de relaciones se refiere:

1) En primer lugar el yugo desigual se refiere a una relación espiritual, no


podemos unirnos a nadie espiritualmente que no sea un verdadero creyente.
Todas las preguntas que aparecen en los versículos siguientes, nos muestra que
no puede hacer lugar en nuestro corazón para Dios y los ídolos a la vez. Si
somos verdaderos creyentes no podemos tener relaciones ecuménicas con
incrédulos. Sabemos que detrás de todo ídolo hay un demonio (1º Corintios
10:20), por lo tanto ¿qué concordia hay entre Cristo y Belial? Los creyentes
buscan la justicia y el incrédulo la injusticia, el creyente está en la luz del
evangelio, es luz en el mundo, el incrédulo por naturaleza está en tinieblas.
Todas estas preguntas retóricas son en sí mismas contradictorias.

2) Otro yugo desigual sería el matrimonio de un creyente con un


incrédulo, porque que mayor yugo de relación hay entre las personas, que la
relación matrimonial. Como un creyente que dice que Dios es lo más
importante en su vida y no puede compartir su fe con su esposo o esposa. No
pueden entenderse espiritualmente, no van en la misma dirección. Cuando
surgan problemas ¿qué van a hacer?

Hay muchos jóvenes creyentes que se lanzan en una relación de noviazgo y


luego matrimonio alegando que es una persona respetuosa 6y muy buena,
incluso mejor que muchos de los llamados creyentes; algunos dicen que como
no hay jóvenes creyentes tienen que salir con un incrédulo, etc. Las excusas son
muchas y variadas, pero al final la mayoría de los casos acaban que la parte
creyente es atraída y apartada por el incrédulo, o el matrimonio se vuelve un
infierno, con todas sus consecuencias. Es una desobediencia a Dios, se está
dejando de lado este mandamiento.

Sé que son temas muy delicados y que tienen que ver con el corazón y los
sentimientos pero, tenemos que aconsejar y advertir de los principios y
mandatos de la Palabra de Dios con misericordia, y no nuestras propias ideas.

La Biblia prohíbe casamientos mixtos, pero ¿por qué? Precisamente por las
razones que los versículos siguientes nos dan. No puede haber unión entre el
espíritu vivo del creyente con el espíritu muerto del incrédulo: “¿qué
compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las
tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el
incrédulo? (v.14-15).
3) Una pregunta muy común es si este versículo puede aplicarse a un creyente
haciendo negocios con un incrédulo. Según estos versículos, hay una gran
diferencia entre los métodos, objetivos, actitudes etc. que tiene un creyente con
el incrédulo. Por lo tanto tienen que preguntarte antes de comprometerte y
embarcarte en negocios con alguien, si tenéis estos mismos maneras y formas
de llevar el negocio. ¿Mentirás, intentarás escaquearte de los impuestos,
pagarás bien a tus empleados, les darás de alta como dicen la ley…? La lista
sería enorme, por lo tanto, sería muy difícil llevar un negocio honradamente con
un incrédulo, es mucho más fácil ser influenciado que influir. Eso es unirse en
yugo desigual con un incrédulo. Otra cosa es trabajar en una empresa con
inconversos, porque si no, tendríamos que salir del mundo, y somos llamados a
no ser como el mundo pero sí estar en el mundo.

Sé que la línea es muy fina en cuándo una relación puede convertirse en yugo
desigual, pero cada uno delante de Dios en oración y buscando consejo de
creyentes sabios y maduros, tiene que distinguir si la relación en la que se va a
meter implica yugo desigual. Dios nos da los principios y nosotros tenemos que
aplicarlos en cada circunstancia.

Dos mundos diferentes

Cundo leemos este pasaje Pablo identifica claramente dos mundos diferentes,
dos esferas, dos reinos, dos dimensiones de la vida, y las dos son totalmente
opuestas e incompatibles. Esos dos mundos son tan diferentes, uno es terrenal,
otro celestial, uno de justicia, otro de injusticia, uno de luz, otro de tinieblas, uno
está con Cristo, el otro con el diablo (que es lo que significa Belial; por cierto
solamente mencionado aquí en toda la Biblia). No tienen nada en común.

Pablo exhorta a los corintios a no estar en los dos mundos tan distintos, porque
algunos querían tener un pie en cada uno de esos mundos, pero es imposible
estar en los dos. En 2º Corintios 5:17, nos dice que “Si alguno está en Cristo,
nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. El
creyente ha pasado de un reino al otro, ya no es la misma persona que antes.
Ha pasado de la injusticia a la justicia, de las tinieblas a la luz, del diablo a Cristo,
de los ídolos al Dios vivo.

Por lo tanto ¿hasta dónde puede un creyente andar con los incrédulos? ¿No
tenemos que dar testimonio y evangelizar? ¿Cómo lo vamos a hacer si no
estamos con ellos y si no nos mezclamos con ellos?

¿Dónde ponemos los límites?


Bien, los versículos 17 y 18 nos da alguna luz en este sentido, a demás de lo que
hemos visto anteriormente. Dios no quiere que andemos en yugo desigual con
lo inmundo, lo pecaminoso. Por lo tanto no hay una lista de esta relación sí y
esta no, aunque ya hemos explicado en algunos casos más claros lo que
significa el yugo desigual.

Entonces, antes de entrar en cualquier relación íntima con alguien, mira las
consecuencias que te traerá, hazte preguntas, y con oración y consejo, tendrás
más certeza de que tu decisión es correcta. Dios hace un llamamiento a salir de
en medio de lo inmundo y lo pecaminoso. Toda relación que nos lleve a pecar o
a alejarnos de Dios no debemos permitirla en nuestras vidas. Con quién estás,
dónde vas, lo que haces, tus conversaciones, etc. son de testimonio a los
demás, no uses tu libertad en Cristo para pecar, sino para acercarte más a Dios
y obedecerle. Llega hasta donde tengas que llegar con un incrédulo, mientras tu
testimonio, tu relación con Dios no se vea afectada, donde no te implique el
pecar.

Consecuencia

Dios nos promete ser nuestro Padre y nos acepta como a hijos e hijas (v.18). Es
la relación más íntima que puede tener Dios con nosotros, y qué privilegio el ser
tratados y amados como a sus hijos.

Por lo tanto, y en consecuencia de todo lo anteriormente dicho en el pasaje,


Pablo nos llama y nos exhorta a responder a Dios por todo lo que ha hecho en
nosotros, diciéndonos: “…limpiémonos de toda contaminación de carne y de
espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (2º Corintios 7:1).

Esta limpieza es a través de la sangre de Cristo, si nos arrepentimos de nuestros


pecados Él es fiel de limpiarnos y perdonarnos (1 Juan 1:9). Aun siendo
creyentes seguimos pecando y seguimos necesitando esa limpieza de Cristo en
nuestras vidas.

¿De qué nos tenemos que limpiar? Todo lo que contamina nuestra carne,
cuerpo, toda relación inmoral; y nuestro espíritu, toda relación que sea idólatra
en nuestro corazón. Y haciendo esto con la ayuda del Espíritu en nosotros,
perfeccionaremos la santidad. Ya somos santos por la obra de Cristo en
nosotros, pero aun tenemos que seguir santificándonos antes de llegar a la
gloria. La santificación es una obra que durará toda la vida en nosotros
mientras estemos aquí en este mundo.
Y debemos perfeccionar nuestra santidad en el temor de Dios. ¿Qué significa
esto? En el temor de Dios es tomando a Dios y a su Palabra en serio, aplicar y
obedecer la Palabra de Dios en cada área de nuestras vidas.

Conclusión y aplicación

Dios nos da este mandato de no unirnos en yugo desigual con los incrédulos
porque lo que quiere es que nos limpiemos de todo pecado e inmundicia,
quiere un pueblo santo en carne y espíritu. Como ese es su objetivo para el
creyente, no podemos llevarlo a cabo si estamos en relaciones que sean yugo
desigual con el incrédulo, porque somos de distinta naturaleza y es imposible
que el incrédulo nos ayude a ser más santos.

¿Vemos claro el objetivo de Dios? Su voluntad es nuestra santificación. Busca


relaciones buenas y sanas con los incrédulos pero, pon el límite aplicando los
principios que Dios nos da. La mejor manera de que perfecciones tu santidad es
uniéndote en relaciones profundas y espirituales con los verdaderos creyentes,
que te animen en tu relación con el Señor.

Perdón y restauración
Escrito por Pilar Herrera en 12 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Introducción (Filemón)

Esta carta fue escrita por Pablo cuando estaba preso en Roma, estando en su
propia casa alquilada, y predicaba el evangelio regularmente a los que le
visitaban.
Era muy común empezar las cartas con el nombre de la persona que escribía,
ya que eran pergaminos enrollados y si querías saber el autor de ella tenías que
esperar al final para saberlo. Por ello, era común que el nombre del emisor
estuviera en el comienzo de la carta y no al final.

Parece ser que esta carta fue escrita y enviada por la misma persona que la
epístola a los Colosenses, ya que estaban con el apóstol las mismas personas al
tiempo de escribir ambas cartas (Filemón 23-24; Colosenses 4:10-14).

Filemón era colosense, ya que su siervo Onésimo era uno de los colosenses
(Colosenses 4:9).

Saludos y receptores de la carta (1-3)

Pablo se presenta como prisionero de Jesucristo, porque la causa de sus


prisiones no era por algún delito contra nadie, sino por predicar el evangelio de
Jesucristo. En ningún momento se avergüenza de sus cadenas, sino todo lo
contrario, era un privilegio sufrir por Cristo. También se unió a esta carta el
hermano Timoteo, que estaba con Pablo en la casa donde se encontraba
encarcelado en Roma, el cual era bien conocido por Filemón.

Hay tres receptores en esta carta:

- Filemón: Filemón era un hombre que se convirtió a través del ministerio de


Pablo, aunque Pablo nunca estuvo en Colosas Pero Pablo cuando estuvo en
Éfeso se quedó allí durante tres años y el evangelio se extendió por todo Asia
Menor. Pablo lo llama colaborador nuestro, implicando que Filemón estuvo de
alguna manera ayudando a Pablo y al equipo que iba con él en la obra del
Señor. No nos dice a qué se dedicaba pero quizás era un hombre de negocios.
Lo que sí podemos afirmar es que era un hombre rico para aquellos tiempos,
porque tenía esclavos y una casa grande, donde la iglesia se reunía (2). Pablo
habla de él de una manera afectuosa y amigable, llamándole “amado”.

- Apia: no se sabe mucho más de esta mujer Apia, sino que era una creyente y
amada por Pablo como hermana en la fe. Al mencionarla justo después de
Filemón se piensa que puede ser su esposa, y la mayoría de los comentaristas
así lo afirman.

- Arquipo: Ya que lo nombra el último, parece que era el hijo de Filemón y Apia,
y al llamarlo Pablo “compañero de milicia”, era como el líder espiritual o el
pastor de la iglesia en Colosas (Colosenses 4:17).
Por lo tanto vemos a una pequeña familia de creyentes formada por un
matrimonio que ofrecen y abren su casa para que se reúna la iglesia y, un hijo
en el ministerio. Pablo los tenía a los tres en gran estima.

- A la iglesia que se reunía en su casa: Pablo quiere que la carta sea leída en la


iglesia para hacerla partícipe de todos y que Filemón rinda cuentas a la iglesia, y
a la vez, la iglesia pueda aprender la lección del perdón.

Pablo saluda como en la mayoría de sus cartas deseando gracia y paz de Dios y
de parte de su Hijo Jesucristo.

Filemón, hombre de fe genuina (4-7)

Pablo era un hombre de oración y a menudo daba gracias a Dios por las iglesias
y los creyentes, pero al mismo tiempo oraba por ellos. Así debemos hacer
nosotros.

Pablo alaba la fe y el amor de Filemón, tiene un buen testimonio y los que le


conocen hablan así de él. La fe genuina tiene que producir amor hacia los
hermanos en primer lugar y hacia los perdidos. En estos cuatro versículos Pablo
reconoce el carácter cristiano de Filemón, cómo muchos creyentes han sido
confortados por él. Somos salvos por la fe, pero para buenas obras. ¿Has
confortado últimamente a algún hermano o hermana? ¿Qué es confortar? Dar
alivio, consuelo y fortaleza a los necesitados. Cuando los demás hablan contigo,
¿se van más aliviados, consolados y fortalecidos? Que el Señor nos use para
aliviar las cargas de los demás.

Antes inútil, ahora útil (8-14)

¿Cuál es la historia? ¿Qué había pasado? Onésimo, siervo de Filemón, había


robado a su amo y se había escapado de la casa y huyó a Roma. Quizás
pensando que en la capital del Imperio con tanta gente pasaría más
desapercibido y nadie le reconocería. En Roma de alguna manera, aunque no
sepamos cómo, está en contacto con Pablo y bajo su predicación y ministerio,
Onésimo se convierte y tal es el cambio en su vida que aun Pablo quisiera
retenerlo con él para servirle (13), pero lo devuelve a Filemón. Esta carta es
enviada por la misma mano de Onésimo, y Pablo ruega a Filemón que reciba a
Onésimo no ya como un siervo, sino un hermano en la fe, y es más, Pablo se
atreve a decirle que lo reciba como si fuera él mismo.

Onésimo, como esclavo fugitivo su situación era muy grave, en aquellos


tiempos si pillaban a un esclavo huido lo castigaban cruelmente y a muchos le
quitaban la vida. A otros, los marcaban con una F de “fugitivo” en fuego, en la
cabeza.

Onésimo había sido transformado por completo, pero Pablo sabía que no tenía
muy buena relación con Filemón, y ahora como creyente, Onésimo tiene que
pedir perdón y restaurar esa relación, cueste lo que cueste. Quizás habían
pasado años desde que ocurrió, pero Onésimo era un fugitivo y un ladrón.
Sabía que tenía que volver a Filemón y pedir perdón y arreglar la relación. Que
mejor oportunidad que esta, Pablo había escrito cartas para los colosenses y
efesios, e iba a mandar Tíquico para llevarlas, así enviaría también a Onésimo
con él (Colosenses 4:7-9).

¿Hubieras tú perdonado a Onésimo? Aquí hay un gran principio, si Cristo ha


perdonado a alguien, nosotros también debemos perdonarle. Seguro que no
fue fácil para Filemón, pero aunque no tenemos el siguiente capítulo de la
historia, seguro que lo hizo, y le perdonó.

¡Es una historia fascinante! Vamos a desgranar un poco cada versículo. Pablo
intercede por Onésimo ante Filemón, y aunque es un deber de todo cristiano
perdonar a los que se arrepienten, Pablo con todo derecho podría haber usado
su autoridad para así mandárselo a Filemón, pero no. Pablo le ruega por amor,
esa debe ser la verdadera motivación para todo perdón y buena obra, el amor a
Dios, a los hermanos y a los demás. Habla de Onésimo como su hijo que
engendró en las prisiones, no solo por el afecto que le tenía sino porque era su
padre espiritual, se convirtió bajo su predicación.

En el pasado Onésimo fue inútil para Filemón, un mal siervo, rebelde, pero
ahora, después de su conversión a Cristo, es útil a Pablo y a Filemón. Aquí el
apóstol hace un juego de palabras porque Onésimo significa útil, y antes no
hacía honor a su nombre, pero después de ser redimido, perdonado y
transformado, era útil para todos.

Pablo pide que Filemón lo reciba como si fuera a él mismo, con todo el amor y
respeto. Si hubiera sido por él, lo hubiera retenido, pero Pablo no quería hacer
nada sin consultarle a él primero. Qué humildad está mostrando Pablo aquí, no
impone su autoridad, aunque podría hacerlo, deja que sea Filemón el que
decida si quiere retener consigo a Onésimo o devolverlo a servir a Pablo, pero
que se haga voluntariamente y no por obligación.

Ponlo a mi cuenta (15-25)
En el versículo 15 vemos la providencia de Dios en todo este asunto. Pablo
quiere mostrar a Filemón que si Onésimo no se hubiera escapado de su casa,
ahora no volvería cambiado y perdonado.

Aquí tenemos una gran lección que aprender, a primera vista cualquier
problema o aflicción que podamos estar sufriendo no escapa a la buena
providencia de Dios. Dios estaba llevando a cabo su soberana voluntad en
salvar a Onésimo, aunque de hecho, todo fue muy desagradable.

Pablo le pide a Filemón que reciba a Onésimo no ya solo como un siervo, que lo
era, sino como a un hermano, e incluso va más allá, y le pide que le reciba como
a él mismo. Filemón tiene que perdonarle y recibirle como a un verdadero
creyente.

Fijémonos en el v.17, es el puro evangelio, Pablo se atreve a pedir a Filemón que


si Onésimo le dañó y le robó en algo que lo ponga a su cuenta, que él se lo
devolvería, “cárgamelo a mí”. ¿No es esto lo que ha hecho Dios con nosotros a
través de su Hijo Jesús? Todos nosotros somos pecadores y hemos ofendido a
Dios de miles de maneras, nuestra cuenta en el banco está en números rojos.
Nosotros no podemos hacer nada para devolver la deuda a Dios, aunque
tuviéramos mil vidas. Pero viene Cristo y todos nuestros pecados y deudas para
con Dios, Él los paga en la cruz por nosotros, y así el Padre queda satisfecho con
la paga de su Hijo, Él dice “Cárgamelo a mí, a mi cuenta” (Isaías 53:3-6). Él cargó
con nuestros pecados para que a nosotros no se nos imputen.

Pablo le dice a Filemón que si Onésimo le debe algo materialmente, el mismo


Filemón le debe la vida a Pablo.

Si Filemón quiere darle gozo a Pablo, lo que tiene que hacer es recibir a
Onésimo como a su hermano en la fe y perdonarle todo, porque Dios ya le ha
perdonado a él.

Esta es la actitud que todo creyente debe de tener, no solo hacer las cosas por
deber u obligación sino por amor a Cristo y a su iglesia.

Pablo tiene la confianza de pedirle que le prepare alojamiento porque espera


que pronto fuera puesto en libertad y pudiera visitarles. Pablo se despide
dando saludos de los que estaban allí con él. Desea que la gracia, el favor y
bendición del Señor Jesucristo esté con él.

Concusión y aplicación

Vivimos en una sociedad donde el perdón brilla por su ausencia. Es más me


atrevo a pensar que se ensalza “el no perdonar”. Pero para un cristiano esto es
impensable, nuestra vida cristiana está basada en el perdón, empezando por
nuestros propios pecados. Dios nos ha perdonado en su Hijo, ahora nosotros
debemos perdonar a los demás, como Él lo ha hecho con nosotros.

Si no perdonamos las ofensas de los demás, como consecuencia habrá


amargura en nuestros corazones, y siempre estará el recuerdo de traer a la
memoria las ofensas que nos han hecho. La amargura es un pecado que puede
infectar todo nuestro ser. Necesitamos perdonar y pedir perdón, y cuando uno
perdona, se olvida de la ofensa y no la vuelve a traer más a la luz. Así es como
Dios nos trata (Miqueas 7:18-19).

Aprendiendo a vivir en
contentamiento
Escrito por Pilar Herrera en 12 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres

Vivimos en una sociedad


llena de descontento, hay descontento en el trabajo, en el sueldo, en las
relaciones matrimoniales, en la iglesia, en la salud, en el físico (si tuviera menos
arrugas), y en casi cada área de nuestras vidas. Esta falta de contentamiento es
causa de nuestro pecado. Con el descontento viene la queja y con la queja, el
enfado, y con el enfado la amargura si no ponemos un freno en toda esta
cadena. El contentamiento, ya lo decía “Jeremiah Burroughs” hace casi 400 años,
es “una joya rara”, sin embargo es una de las virtudes cristianas más
importantes.

Qué es el contentamiento
El contentamiento cristiano no es algo natural en el ser humano, pero veremos
más adelante que Dios nos manda vivir en contentamiento. Cuantas veces
oímos e incluso yo misma las he dicho, expresiones como “¡qué le vamos a
hacer!”, “no hay otro remedio”, pero esto no es contentamiento, es resignación
o fatalismo. El contentamiento cristiano tiene que ver más con la aceptación, es
reconocer que Dios ve y está en control de todo lo que pasa en mi vida y en
toda la creación, y por lo tanto, implica que acepto con paz y serenidad
cualquier circunstancia que venga a vida, sea buena o mala, porque no hay
nada que ocurra sin su consentimiento.

La palabra original “autarkeia” significa no depender de…, estar por encima de


las circunstancias, no estar ligado a los acontecimientos o problemas. Podemos
estar llorando por la muerte de un ser querido y a la vez tener contentamiento,
paz, gozo, porque sabemos que todo está dentro del plan divino y perfecto de
Dios. Como dijo el médico Paul Tornier:”Lo que nos hace felices o desdichados,
no son las circunstancias, sino nuestra actitud ante ellas”.

Qué dice la Biblia sobre el contentamiento

Quizás estés pasando por circunstancias muy difíciles en tu vida, pero, déjame
que te recuerde al apóstol Pablo, recibió azotes sin número, estuvo prisionero
varias veces, fue apedreado, padeció tres naufragios, estuvo en peligro muchas
veces, en ríos, a manos de ladrones, peligros de dentro y de fuera de las
iglesias, peligros en el desierto, en el mar, enfrentándose a falsos maestros,
trabajando duramente, sufrió muchos desvelos, pasó hambre y sed, frío,
desnudez, tenía su aguijón en la carne que no le fue quitado.. (2 Corintios 11:23-
29). En fin, no creo que podamos compararnos con él, sin embargo, pudo decir
estas palabras inspiradoras y de tanto ánimo para nosotros los creyentes
porque las pudo experimentar en su propia vida, eran una realidad:

- “No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme,


cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener
abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como
para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:11-13).

- “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento;


porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar.
Así que teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto” (1
Timoteo 6:6-8).
- “Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis
ahora; porque él dijo: no te desampararé, ni te dejaré”(Hebreos 13:5).

El contentamiento cristiano tiene su raíz en Cristo “Todo lo puedo en Cristo que


me fortalece”, la preposición es en, no es con o junto a, sino en Cristo. Por lo
tanto, empieza con una relación, es una unión con Cristo permanente. No es
algo esporádico, emocional o pasajero, es estar en Cristo. Ahí empieza el
verdadero contentamiento. “Todo lo puedo” implica, que Cristo nos da una
fortaleza que no es humana, sino espiritual, y esa fortaleza, es el poder de estar
por encima de las circunstancias cualesquiera que sean y por duras o difíciles
que sean, somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó
(Romanos 8:37).

Cómo podemos vivir en contentamiento

Ya hemos afirmado que la fuente del contentamiento está en Cristo y todo


verdadero creyente tiene a Cristo, por lo tanto, todo creyente debe vivir en
contentamiento. ¿Y cómo podemos ponerlo en práctica? Para empezar tienes lo
principal, a Cristo y su poder en ti, pero podemos sacar algunas enseñanzas
prácticas del ejemplo de Pablo:

- El contentamiento debe de aprenderse, el apóstol dijo “he aprendido a


contentarme” “por todo estoy enseñado”, y no se aprende de la noche a la
mañana, va creciendo conforme más confiemos en que Dios tiene control de
toda mi vida y de todos los acontecimientos que me ocurran.

- Dios no nos ha prometido riquezas y bienestar en este mundo. Pablo dijo


que sabía vivir en escasez y en abundancia, daba igual la situación en la que se
encontraba, su gozo, su contentamiento no estaba basado en la cantidad de
bienes o comodidades que pudiera disfrutar en este mundo. Tanto si tienes
mucho como poco, dale gracias a Dios por ello, porque tu contentamiento está
en Él y en la salvación que te ha regalado, y no en los bienes materiales.

- Cuidado con la avaricia, ya sabemos que es un pecado peligroso “Porque


los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias
necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición;
porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos,
se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (1 Timoteo
6.9-10). Teniendo lo suficiente para cubrir todas tus necesidades, conténtate
con ello.

- El contentamiento no solo es una virtud, es un mandato, debemos estar


contentos con lo que tenemos y en las circunstancias en las que vivimos. Echa
fuera de tu vida el espíritu quejambroso, que es lo contrario del
contentamiento.

- El apóstol Pablo tenía una confianza plena en la soberana providencia de


Dios. Pablo estaba en prisión cuando escribió que había aprendido a
contentarse cualquiera que fuese su situación, estaba en necesidad, en escasez,
sin libertad, sin comodidades, pero sabía que Dios estaba controlando cada
situación en su vida, y no tenía temor de nada, ya sea que viviera o que muriera,
era del Señor. Todo lo que hace o permite Dios en nuestras vidas es para su
propia gloria y para nuestro bien espiritual (Romanos 8:28)

- Pablo vivía por encima de las circunstancias que le tocaron vivir, sabéis


¿por qué? Porque su mira no estaba en este mundo sino en la gloria venidera,
en las promesas eternas, no en las cuentas bancarias “Pues tengo por cierto
que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria
venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Romanos 8:18). ¿Dónde está
puesta tu vista?

El contentamiento no es la ausencia de problemas, sino una actitud de


aceptación, de tranquilidad y paz en medio de los problemas. Y eso solo lo
puede dar Dios por medio de su Hijo Jesucristo, es Él y solo en Él que podemos
tener y vivir en contentamiento.

Cómo batallar la amargura


Escrito por Pilar Herrera en 12 Agosto 2016. Publicado en Reunión de mujeres
Desde que nos
mudamos a nuestra nueva casa, ya hace unos 11 años, hemos tenido un laurel
precioso y enorme en el jardín. Pero el año pasado por diferentes motivos, lo
tuvimos que quitar y arrancar de raíz. Los albañiles sudaron, y no solo de calor,
sino que les costó muchísimo cortarlo y arrancar todas las raíces. Conforme
iban descubriendo las raíces, se daban cuenta que eran larguísimas y que
estaban muy arraigadas a la tierra. Al final tuvieron que llamar a una grúa para
arrancarlo del todo.

Cuando pienso en la amargura, me viene este ejemplo de las raíces de mi árbol.


El tener un espíritu de amargura es como una planta que va creciendo en
nuestro corazón y echando raíces, hasta que te das cuenta que ha crecido
demasiado y es muy difícil (aunque no imposible) de erradicar.

Qué es la amargura

La amargura es un sentimiento duradero de frustración, tristeza o


resentimiento (Sentimiento persistente de disgusto o enfado hacia alguien por
considerarlo causante de cierta ofensa o daño sufridos y que se manifiesta en
palabras o actos hostiles), especialmente por haber sufrido una desilusión o
una injusticia, es una aflicción o disgusto, falta de perdón, tormento y falta de
sosiego y paz en el corazón. En griego, “pilkria” significa punzante,
específicamente veneno, atravesar, perforar, amargo. Es lo contrario al gozo,
alegría, dulzura y paz.

Una persona con amargura en su corazón es una persona envenenada y que


envenena con sus palabras y comentarios a los que la rodean, es punzante a la
hora de hablar y expresarse, con sabor amargo. Es una persona atormentada y
afligida.

Qué dice la Biblia sobre la amargura

La Biblia es clara en cuanto a la amargura:

- La considera un pecado: no es un pecado que se ve a simple vista, cuesta


reconocerlo, es un pecado durmiente porque crece en el interior y arraiga en lo
más profundo de nuestro corazón, como las raíces, “Quítense de vosotros toda
amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia” (Efesios 4:31-32);
“Su boca está llena de maldición y de amargura” (Romanos 3:14).

- Es contagiosa: las enfermedades se contagian por medio de los gérmenes,


pero la amargura es una actitud que se transmite de una persona a otra con
mucha facilidad, “Mirad bien, que no sea que alguno deje de alcanzar la gracia
de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos
sean contaminados” (Hebreos 12:15). Si un miembro de la familia tiene este
espíritu de amargura, contagiará a toda la familia e incluso a su congregación.
Es un eslabón de una cadena que arrastra a otros consigo.

- Trae otros pecados con ella: la amargura no viene sola, como dice en Efesios
4:31-32, la amargura viene acompañada por un grupo de amigas que no se
separan nunca, estas son el enojo, el enfado, la ira, la venganza, la gritería,
palabras punzantes, en general todo tipo de malicia.

Qué causa la amargura

La amargura es una reacción ante una ofensa o situación difícil e injusta. Es


verdad que nos ofenden muchas veces injustamente, y nos pueden hacer
mucho daño, pero si no arreglamos esa ofensa y tratamos con el ofensor, la
amargura puede empezar a crecer como una semilla y echar grandes raíces en
nuestro corazón, hasta el punto de ser parte de nuestra vida.

Cuando analizamos la causa de la amargura creo que poniéndolo en blanco y


negro, es la falta de perdón genuino al que ofende. Y si no arreglamos y
perdonamos pronto “No se ponga el sol sobre vuestro enojo” (Efesios 4:26) el
odio y el deseo de venganza hacia el que nos ha hecho daño irán creciendo en
nuestro corazón y será un impedimento para que Dios nos bendiga, hasta el
punto de caer en una tristeza profunda o depresión. No estoy con esto diciendo
que todo tipo de depresión tiene su fuente en la amargura, pero muchas sí.

Cuáles son las consecuencias de un corazón lleno de amargura


Los frutos de un corazón lleno de amargura se manifiestan primeramente en
las palabras y las conversaciones. Llega a ser casi una obsesión, el ofendido va
de víctima reclamando que ha sido un acto injusto contra él y produce unos
deseos de venganza sobre la persona o personas responsables de su daño.

Si no hay un perdón genuino e inmediato, la ofensa dará lugar a la ira, que irá
desarrollándose en venganza y en un espíritu crítico y cínico, dando a luz a la
amargura. Muchas raíces de la amargura son pecados no perdonados del
pasado que los llevamos a rastras como cadenas pesadas y atadas a nuestro
cuello.

Empezaremos a hablar mal de la persona que nos ha herido y a justificarnos a


nosotros mismos. Quizás hasta aumentemos el daño que sufrimos y
buscaremos aliados que nos apoyen y defiendan nuestra causa. Eso es
calumniar y dividir.

La persona amargada pierde de vista la realidad, porque todas las acciones de


los demás las mirará con un corazón amargado y legalista, y al no poder
perdonar a su ofensor hace que mire los pecados de los demás con falta de
misericordia, se vuelven personas duras y frías. No experimenta al cien por cien
la liberación y sanidad del perdón que Cristo le ofrece.

El que tiene su corazón lleno de amargura está dando lugar al diablo “Airaos,
pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo”
(Efesios 4:26-27). Si no arreglamos las ofensas pronto, el diablo irá tomando
ventaja y se irá acomodando en nuestras vidas “Y al que vosotros perdonáis, yo
también; porque también yo lo he perdonado, si algo he perdonado, por
vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, para que Satanás no gane ventaja
alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones” (2 Corintios
2:10-11).

Y por último, una de las más terribles consecuencias de la amargura es que


algunos no alcancen la gracia de Dios (Hebreos 12:15). La persona amargada no
deja que la gracia de Dios entre y trabaje en él, hay tanto odio y venganza en su
corazón que no permite que Dios obre en él. Vuelve a la severidad de la ley y el
legalismo y pierde de vista la gracia y misericordia de Dios. Por eso el pecado de
la amargura es muy grave y tenemos que estar alerta que no haya ninguna raíz
de amargura en nuestros corazones.

Cómo batallar contra la amargura


La Biblia como ya hemos visto nos define lo que es la amargura, lo que la causa
y las consecuencias de este pecado en nuestras vidas, pero gracias a Dios, él
también nos da la solución y nos enseña cómo batallar contra ella.

- Si la causa de la raíz de amargura es la falta de perdón, pues ¡perdona!, y


perdona cuanto antes, no dejes que el sol se ponga sobre tu enojo (Efesios
4:26).

- Reconoce la amargura como un pecado grave contra Dios, no lo minimices


y pídele perdón, la sangre de Cristo tiene poder para perdonar nuestros
pecados (1 Juan 1:8).

- Debemos analizar nuestro corazón y el de nuestros hermanos en la


fe “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios, que
brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean
contaminados” (Hebreos 12:15). Me gusta la versión de la Nueva Traducción
Viviente, dice así “Cuídense unos a otros…”, nos amplia el radio de análisis, no
solo mirar tu propio corazón sino ayudar y cuidar el de mis hermanos.

- Debemos despojarnos del viejo hombre y vestirnos del nuevo, creado


según Dios, por lo tanto “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira,
gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros
misericordiosos, perdonándoos unos a otros…” (Efesios 4:22, 24,31-32). Es un
mandato debemos quitarnos este pecado como ropa sucia que mancha todo
nuestro ser.

Cristo es nuestro ejemplo supremo, Él sí que no ofendió nunca a nadie ni pecó;


nosotros somos los que le hemos ofendido, y aun así, Él nos perdonó en la cruz
cargando con nuestros pecados y recibiendo el castigo que nosotros
merecíamos. Él no se amargó, por el contrario, nos miró con pura misericordia y
amor y todo aquel que reconoce su pecado y viene a Él con fe, Dios lo recibe,
borrando todo su pecado y haciéndole su hijo. Si Cristo nos ha perdonado, ¿no
deberíamos nosotros perdonar a todos los que nos ofenden? Cultiva el
verdadero perdón en tu vida como Cristo te perdonó.

No seas neutral
Escrito por Pilar Herrera en 05 Diciembre 2017. Publicado en Reunión de mujeres
“Maldecid a
Meroz, dijo el ángel de Jehová; maldecid severamente a sus moradores,
porque no vinieron al socorro de Jehová, al socorro de Jehová contra los
fuertes” (Jueces 5:23)

Este versículo está en un contexto de un acontecimiento que ocurrió en el


Antiguo Testamento. Es parte del cántico que Débora y Barac cantaron después
de que Dios le dio la victoria al pueblo de Israel, contra Sísara y su ejército de
novecientos carros herrados.

El tiempo del libro de los Jueces fue muy oscuro, espiritualmente hablando.
Durante el tiempo en que su líder Josué estuvo con el pueblo de Israel, estos,
sirvieron a Dios. Desgraciadamente, cuando Josué murió, se levantó otra
generación que no conocía a Jehová, y los hijos de Israel empezaron a hacer lo
malo ante los ojos de Jehová y sirvieron a los baales (Jueces 2:10-11). Esto hizo
provocar a ira a Dios, y cayeron en manos de enemigos que los oprimían y los
afligían; hasta que reconocían su pecado y clamaban a Dios para que les librara
del pueblo opresor de turno. Dios en su misericordia les levantaba jueces que
los librasen de mano del pueblo enemigo. Y este ciclo se repetía una y otra vez.

En uno de esos ciclos, el pueblo de Israel estaba bajo la mano opresora de Jabín,
rey de Canaán. En aquel tiempo gobernaba a Israel una mujer, Débora,
profetisa y mujer sabia. Solía sentarse bajo una palmera y cualquier problema
que necesitara de un consejo y/o juicio, iban a ella como juez de Israel.

Al ser profetisa Dios le comunicó que ya era hora de derrotar a su enemigo, y


mandó llamar a Barac para que formara un ejército con el que enfrentarse a
Sísara, que era el capitán del ejército de Jabín, el pueblo enemigo. Bien, sin
entrar en mucho detalle, al final Dios mismo quebrantó a Sísara y todo su
ejército de 900 carros herrados, y Barac y el pueblo de Israel venció aquel día a
Jabín, rey de Canaán , y la tierra reposó 40 años (Jueces 5:31).

Después de la
victoria, Débora y Barac hicieron un cántico de alabanza y gratitud a Dios y
quiero destacar algunos versículos. Alabaron a Dios por haber derrotado al
enemigo, por haber estado con ellos y ayudarlos en la lucha. Dan gracias por
aquellos del pueblo de Israel que se ofrecieron voluntariamente a Dios para
luchar por su liberación. Reconocen en el cántico la ayuda que les ofrecieron las
tribus de Efraín, Benjamín, Zabulón Isacar, Rubén, Neftalí (Jueces 5:14-16). Sin
embargo, las tribus de Galaad, Dan y Aser se quedaron en sus trabajos, en sus
quehaceres, con sus familias, con sus barcos en los puertos (Jueces 5:17).
Incluso los habitantes de Meroz, un lugar que aunque no se sabe exactamente
dónde se encontraba, se supone que estaba a unos 20 Km. de dónde tuvo lugar
la batalla; serían maldecidos por el ángel de Jehová porque no fueron a ayudar
y auxiliar al pueblo de Dios cuando lo necesitaban. Y a raíz de esta maldición no
se vuelve a hablar de ellos en toda la Escritura.

¿Cuál fue el pecado de estas tribus de Israel y los habitantes de Meroz? Es muy
sencillo, su pecado fue ¡NO HACER NADA! Que no nos sorprenda, se puede
pecar no solo de comisión, sino de omisión:”Al que sabe hacer lo bueno, y no lo
hace, le es pecado” (Santiago 4:17). Estas personas sabían que el pueblo de Dios
estaba enfrentándose a un terrible ejército, buscaron su ayuda, les pidieron que
los socorrieran, pero hicieron caso omiso, no hicieron nada.

Estaban en sus casas, cómodos, con sus familias y sus trabajos, no querían
meterse en líos, ni sacrificar sus comodidades por ayudar a Israel. No eran
gente “mala”, en el sentido de que ellos no eran enemigos de Israel, no
deseaban su mal, pero tampoco se preocuparon por su bien y su salvación.

Podemos aplicar esta misma situación hoy día en la iglesia de Dios. Cuantos
creyentes están ahí calentando los bancos o sillas los domingos en los cultos,
son gente agradable, maja, defienden la Palabra de Dios como tal, pueden decir
que leen la Biblia, incluso que oran, pero a la hora de apoyar la obra de Dios,
cuando ven que la iglesia necesita ayuda de cualquier tipo, práctica, espiritual,
económica etc. ellos miran para otro lado. Dicen cosas como: “Estoy muy
ocupado con mi trabajo, tengo que cuidar mi casa y mi familia, es mejor que me
mantenga al margen, no me quiero comprometer mucho con nada ni nadie”.
¿Os recuerda esto a algo en el Nuevo Testamento? ¡Sí! La parábola de la gran
cena, cuando un hombre hizo una gran cena e invitó a muchos, pero a la hora
de asistir empezaron a excusarse: “He comprado una hacienda, y necesito ir a
verla. Otro dijo: he comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos. Otro
dijo: Acabo de casarme, no puedo ir”. Acaba la parábola diciendo que ninguno
de aquellos hombres que fueron convidados, gustaría la cena (Lucas 14:15-24).

Ponemos
excusas para no hacer la obra que el Señor nos manda, ponemos excusas
porque no ponemos al Señor en primer lugar en nuestras vidas, ponemos
excusas porque el pecado que mora en nosotros nos tiene bien atrapados; y lo
más peligroso aun, quizás ponemos excusas porque no hemos entendido el
evangelio.

El mensaje que Dios le dio a la iglesia en Laodicea es igualmente aplicable en


este contexto:”Yo conozco tus obras. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por
cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca” (Apocalipsis 3:15-
16). Estar en terreno neutral es muy peligroso, porque si no estás con Cristo,
estás contra Él.

Analiza tu corazón, analiza en quién estás confiando, analiza tus obras, analiza
tu relación con el Señor, analiza tus prioridades, no sea que creyendo ser rico,
seas un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo (Apocalipsis 3:17).

Recuerda, que el Señor en este pasaje de Apocalipsis nos llama al


arrepentimiento, a hacer las paces con Él, ya sea que nunca le hayas conocido,
te da la oportunidad de hacerlo en su Hijo Jesucristo. Él murió en la cruz por
nuestros pecados, Él cargó con nuestras culpas, y si te arrepientes de todo
corazón y confías en su obra por ti en la cruz, serás salvo y perdonado.

Igualmente, si eres creyente pero tu vida deja mucho que desear, el camino es
el mismo, vuelve a Cristo, reconcíliate con Él de nuevo y sé celoso por su causa y
su obra.

A Él sea la gloria.

Libro de Malaquías
Escrito por Pilar Herrera en 22 Agosto 2018. Publicado en Reunión de mujeres

Introducci
ón
Nadie sabe a ciencia cierta quién fue Malaquías. Su nombre significa “mi
mensajero” o “mensajero del Señor”. Algunas obras judías deducen que
Malaquías es un seudónimo de Esdras el escriba, pero no podemos afirmarlo.
Todos los libros proféticos llevan el nombre del autor, entonces ¿por qué no
Malaquías?

¿Cuándo? Malaquías es el último profeta del A.T. Profetizó unos 60 a 80 años


después de Hageo y Zacarías, o sea en los tiempos de Esdras y Nehemías. El
templo ya había sido reedificado y se ofrecían los sacrificios.

Mensaje principal: Es un mensaje de amonestación y un llamado al


arrepentimiento; la necesidad de una reforma radical de la apostasía y del
formalismo a la verdadera relación espiritual con Dios. La espiritualidad del
pueblo había degenerado mucho después de la construcción del templo, habían
sufrido un desgaste espiritual, habían perdido su fervor y primer amor por Dios.
Las cosechas eran escasa, los sacerdotes negligentes con sus tareas, el pueblo
se queja contra Dios, hay un ritualismo vacío y muerto. Esa era la situación en la
que se encontraba el pueblo de Israel en tiempos de Malaquías, es una llamada
al arrepentimiento.

Enseñanza: Malaquías utiliza un nuevo método de enseñanza el de hacer y


contestar preguntas, primero hace una acusación; luego imagina que alguien
presenta una objeción y enseguida él procede a refutarla probando la verdad
de su posición inicial. En otras palabras: acusación, interrogación y refutación.

División: el libro puede dividirse en cuatro partes:


- 1:1-5: Una afirmación del amor de Dios en su pacto con Israel.
- 1:6-2:9: La negligencia de los sacerdotes en sus responsabilidades en el pacto.
- 2:10-3:18: La negligencia del pueblo en sus responsabilidades en el pacto.
- 4:1-6: Una advertencia de juicio y una súplica de guardar el pacto.

Primera parte: Una afirmación del amor de Dios en su pacto con Israel (1:1-
5)
La infidelidad y frialdad del pueblo de Israel hacia Dios es terrible porque no
reconocían el amor de Dios por ellos. Imaginad que os estáis esforzando por
criar, cuidar y amar a vuestros hijos, hacéis sacrificios por ellos, le dais todo lo
mejor y su reacción hacia vosotros es ¿Cómo nos has amado? Sería terrible para
unos padres escuchar esas palabras de sus hijos. Pues eso es exactamente lo
que el pueblo de Israel le dijo a Dios. Dios les muestra su amor inmerecido. Él
los escogió antes de que hubieran hecho nada, por pura gracia, lo expresa así
“Amé a Jacob y a Esaú aborrecí” (v. 2-3). Los judíos eran un pueblo privilegiado,
Dios les muestra que ellos vivían bastante cómodamente, mientras que Edom
era una tierra desolada.
A los creyentes nos puede pasar lo mismo, miramos al incrédulo y parece que le
van mejor las cosas, y nos quejamos contra Dios, pero mira tu situación, has
sido perdonado, salvado hecho hijo de Dios, vas a ir al cielo. Sin embargo el no
creyente irá al infierno para toda la eternidad. ¿No ves cómo te ha amado Dios?
Por eso esa situación de indiferencia y negligencia es detestable ante Dios, si
estás en esa situación, tiene que acabar. ¿No lo ves?

Si no eres creyente, Dios es paciente contigo y no quiere que perezcas, quiere


que todos vengan al arrepentimiento (2 Pedo 3:9).

Segunda parte: La negligencia de los sacerdotes (1:6-2:9)


Esta segunda parte va dirigida especialmente a los sacerdotes, a los líderes
espirituales del pueblo. Ellos eran en parte responsables por la situación
espiritual tan triste del pueblo.

¿Quiénes eran estos sacerdotes? Eran un grupo de personas que Dios había


elegido de lo tribu de Leví para ser líderes espirituales del pueblo. Mediaban
entre la gente y Dios, exponían y enseñaban las leyes de Dios y ofrecían los
sacrificios en el templo. Los sacerdotes eran irreverentes y no se tomaban la
adoración a Dios en serio, no era de extrañar que la gente tampoco lo hiciera.

¿En qué fueron irreverentes?


1) Era una adoración poco costosa (1:7-8). Lo que tenía lugar en la mesa del
Señor era una total contradicción de adoración. Estaban ofreciendo a Dios lo
que ellos no querían, los animales ciegos, cojos. Un sacrificio es la renuncia a
algo que apreciamos de veras para así expresar nuestra devoción a Dios. Por
ponerlo de otra manera, lo que estaban ofreciendo es como si damos una bolsa
de basura a alguien como regalo de cumpleaños. Esa es la actitud de dar a Dios
lo que nos sobra. Primero mi carrera, luego mi familia, luego el tiempo de ocio y
lo que me sobra para Dios. Los sacerdotes deberían estar rechazando esos
sacrificios a Dios porque estaban totalmente prohibidos en la Ley de Dios
(Levítico 22:18-25; Deuteronomio 15:21).

2) Era una adoración descuidada (1:8-9). Imagina que un gobernador o príncipe


viene a la hora de comer con sus ropas reales y costosas, se sienta a la mesa y
el mayordomo le sirve la comida en una bandeja de plata, la descubre y resulta
que hay una pierna de cordero podrida y mal oliente. ¿Cómo crees que
reaccionará el gobernador o príncipe? Dios les dice que debería darles temor
llevar algo así a su príncipe, ¿por qué me lo traéis a mí entonces? Hoy día es lo
mismo con muchos cristianos, no se nos ocurriría llegar tarde al trabajo o al
cine, pero a los cultos sí. Somos descuidados en nuestra relación con el Señor.
¡El v. 9 es muy irónico! Su irreverencia y adoración descuidada era tal que no se
daban cuenta, con tal de que sigamos haciendo el ritual los domingos, bien
está.

3) Era una adoración desdeñosa (1:12-13). Era una adoración indiferente y


aburrida, tediosa, no había gozo en ella, era fastidiosa. Se trata del cristiano que
aunque no se atreva a decirlo en voz alta piensa “Qué aburrido y molesto tener
que ir los domingos a la iglesia”. Esa actitud es desagradable a Dios.
Preparemos nuestro corazón para que nuestra actitud sea todo lo contrario
como nos dice Isaías 58:13-14.

4) Era una adoración hipócrita (1:14). Prometían dar a Dios cuando estaban en


problemas y luego daban lo peor, para guardar las apariencias. Eso es mofarse
de Dios.

Esta era la adoración de los sacerdotes y el pueblo. No es de extrañar que Dios


pensara cerrar el templo v. 10.

¿Cuál era la causa de esa irreverencia? (v.11-14). Que los sacerdotes habían


olvidado la grandeza de Dios. Que Dios era su Señor, el Todopoderoso. Habían
apartado sus ojos de la gloria de Dios. Cuando nos acerquemos a Dios en
adoración, dale lo mejor, no lo bueno, sino lo mejor de ti, de tu vida de tu
corazón. Eso es salud espiritual.

Una última advertencia a los líderes (2.1-9)


Los sacerdotes estaban influenciando al pueblo para mal y Dios está muy
enojado con ellos. Los amenaza con juicio si no hay un verdadero
arrepentimiento y cambio de corazón. ¿Cómo iba Dios a juzgar a los sacerdotes
que no escuchaban?

- Los iba a desenmascarar (v.2)


- Iba a quitarlos de sus puestos (v.3), seréis arrojados.

¿Cómo aplicamos esto hoy día? Para el falso líder, habrá un juicio terrible
(Marcos 9:42). Dios les da otra oportunidad para volverse a Él de corazón “Si…”
es condicional. Si no hay arrepentimiento Dios actuará y juzgará, pero todavía
hay tiempo de gracia (Apocalipsis 2:5).

Dios les explica a los sacerdotes cómo se ha desvanecido su influencia positiva


mediante una comparación con los profetas antiguos, su actitud, su
comportamiento etc. Eran reverentes, con temor a Dios y a su palabra,
cuidaban su comportamiento, enseñaban fielmente la ley de Dios, siempre
dispuestos a actuar con justicia y equidad sin querer agradar a la gente. Uno de
los objetivos de los líderes espirituales es la tarea de conducir a la gente hacia
Dios, apartándolos del pecado.

Orad por vuestros pastores y líderes espirituales de la iglesia.

Tercera parte: La
negligencia del pueblo en sus responsabilidades en el pacto 
v. 10: El principio general que Malaquías establece, es que la gente pierde el
contacto con Dios cuando se comportan deslealmente con otros del pueblo de
Dios. Violar cruelmente la unidad de la iglesia apagará la bendición de Dios.
Pecar tanto en actitud como en actos contra nuestros hermanos en Cristo, son
pecados no confesados ni tratados e impiden la bendición de Dios. Si no
perdonamos a los demás y pedimos perdón, nuestras oraciones serán
prácticamente inútiles.

v. 11-12: ¿Qué pecado estaba cometiendo el pueblo? Se casaban con gente que
no era del pueblo de Dios, hacían matrimonios mixtos. ¿Cómo afecta esto? Es
portarse deslealmente, es abominación y profanación del santuario de Dios.
Dios debe ser el centro de tu corazón, si pones en él a una persona inconversa,
¿cómo puede ser esto? Es desobedecer a Dios abiertamente. El castigo por este
pecado es cortar a esa persona del pueblo de Dios, de tener acceso a Dios
mismo.
v. 13-16: Leer pág. 75. Dios tiene contra el pueblo es pecado de infidelidad a su
esposa/o. Dios no va a escuchar tus oraciones si hay adulterio en tu corazón y
en tu espíritu (1 Pedro 3:7). Dios se toma los pecados de nuestros pensamientos
muy en serio. Una causa frecuente de esterilidad espiritual son los
pensamientos que violan el matrimonio. Dios es testigo de ese pacto entre
hombre y mujer y tomará medidas si una de las dos partes comienza a pasar
por alto su promesa. El divorcio aflige a Dios, lo aborrece, y todo divorcio
comienza en la mente y en el corazón, por eso dice “Guardaos pues en vuestro
espíritu”. Cuida tu matrimonio, y no seas desleal a la mujer de tu juventud.

El día del juicio se acerca 2:17-3:5


Nos hallamos ante un punto crucial en la historia del pueblo de Israel. Dios está
harto, cansado, se le ha agotado la paciencia como si dijéramos. Estaban
confiando en su propia justicia, ¿cómo se atreve Dios a apartarnos su
bendición? Es a esos impíos a los que tendría que juzgar y no a nosotros. Dios
se da cuenta que no han aprendido nada, siguen en su pecado y terquedad.
Tiene que tomar medidas drásticas, y esas medidas serán la finalización del AT.
Y la puesta en marcha del NT.

La respuesta que les da Dios no es la que esperaban ellos. Vendrá el Señor pero
no a juzgar a otros sino a su pueblo. Vendrá a purificar y restablecer la
verdadera adoración y a juzgar a su pueblo. Dios purificará a su pueblo como
individuos y como Iglesia. Dios refinando y purificando como un antiguo
fundidor de metales preciosos. ¿Qué busca Dios en este proceso de
purificación? Busca mucho más que mera apariencia de pureza. Busca una
adoración y alabanza sinceras.

El arrepentimiento y la fe (3:6-12)
Dios no se ha movido de su sitio, Él no cambia. Dios llama al pueblo al
arrepentimiento y a volver a él porque son ellos los que se han apartado, no
Dios. Dios es un Dios amoroso y dispuesto a perdonar a todo el que vaya a Él,
volveos a mí y yo me volveré a vosotros. Son palabras de esperanza, de buenas
noticias, todavía hay perdón en Dios.

De nuevo el pueblo pregunta a Dios ¿Cómo hemos de volver? Dios le da la


respuesta, les acusa de que le han robado en sus diezmos y ofrendas.
¿Podemos de veras robarle a Dios? Todo es creación suya, ¿cómo podemos
robarle? Si no ofrendamos ni diezmamos no puede utilizarse para su adoración,
ni para sustentar la obra de Dios en este mundo. Así que estás robándole a su
obra el apoyo que le deberías estar dando. Dar dinero a la iglesia, a la obra
misionera, a los pobres, etc. es como si se lo diéramos a Él. Lo que le damos de
nuestro dinero es un buen indicador de la verdadera devoción de nuestro
corazón a Dios. A Dios lo que le interesa es nuestro corazón, y no utilizar
nuestro dinero para él es un síntoma de un corazón frío y de que le estamos
robando.

¿Cómo le podemos robar a Dios?


- Diezmos y ofrendas.
- En el tiempo.
- En interés y concentración.

Dios maldice a los ladrones de hoy también. Analiza tu corazón y tu bolsillo.

También hay una recompensa (10-12). Dios busca un arrepentimiento práctico.


Nos anima a volver a Él, nos promete bendiciones si le obedecemos de corazón:
- Abundancia (v. 10), protección (v.11); reputación (v. 12) y certeza “probadme
ahora en esto”.

Es una llamada a la obediencia, a la fe en Dios.

Dos tipos de palabras 3.13-18


En estos versículos Malaquías analiza las cosas que dice la gente. Aquí llegamos
al último mensaje pregunta – respuesta del libro. Habla del uso de la lengua
para mal y para bien.

Palabras violentas (v. 13-15): Con estas palabras acusan a Dios de injusto, ¿de
qué nos aprovecha que andemos afligidos delante de Dios? Servirle es una
pérdida de tiempo.

Palabras que honran a Dios (3:16-18): No solo escuchaban la palabra de Dios


juntos, sino que hablaban de ella juntos. ¿De qué hablas en la iglesia? Está bien
que hablemos de cosas cotidianas, la salud, el trabajo etc. pero si casi no se
mencionan las cosas de Dios, algo anda mal. Dios expresa su gozo y
reconocimiento por la conversación de aquellos que temían a Dios. Qué gozo y
ánimo para Malaquías, sus nombres están escritos en el libro de la vida. Son su
especial tesoro, son joyas en la corona de Dios, serán suyos de Dios. Hay un
remanente fiel a Dios. En el día del juicio serán separados, el justo del impío.
Cuidado con nuestras conversaciones y con el uso de nuestra lengua (Mateo 12:
36-37).
Cuarta parte: Una
advertencia de juicio y una súplica de guardar el pacto 4:1-6
La última parta de la profecía habla de “el día del Señor”. Esta expresión se
refiere principalmente, al regreso de Jesucristo. Aquí la clave del pasaje es el
“Sol de justicia”, que es el Señor Jesús. Viene trayendo justicia. El sol puede tener
dos efectos totalmente contrarios (poner el ejemplo), lo mismo será cuando
venga Jesucristo. A los soberbios los quemará, y a los becerros traerá salvación
y gozo.

Hay dos tipos de personas en este mundo, los salvos y los perdidos, pero
también hay dos tipos de personas en la iglesia, los salvos y los perdidos. En el
pueblo de Israel estaban los que sacrificaban lo defectuoso a Dios, eran
religiosos pero no eran salvos, solo el remanente será salvo. Cuando venga
Jesús separará a unos y otros, unos para salvación eterna y otros para
condenación. Jesús pronunciará palabras alarmantes en aquel día (Mateo 7:21-
23). ¿Está tu nombre escrito en el libro del Cordero?

La preparación para el último día (4-6). Nuestra mirada tiene que estar puesta en
Moisés y Juan el Bautista. Moisés trajo la Ley, y la ley nos muestra nuestro
pecado, es un ayo que nos lleva a Cristo.
En segundo lugar, el Señor habla de Elías, y Elías se refería al ministerio de Juan
el Bautista (Mateo 11:14). Juan el Bautista en un sentido preparaba a la gente
para el día del Señor, en que el Él cree no es condenado; pero el que no cree ya
ha sido condenado. Al recibir o rechazar a Jesús, la gente está pronunciando su
propio veredicto para el día del Señor, para el juicio.

Es asombroso que a lo largo del AT. La tierra prometida había sido el centro de
la perspectiva judía. La tierra era santa, era donde Dios moraba. Y ahora Dios
les dice, Si no escucháis el ministerio de Juan el Bautista, no quiero saber nada
de vosotros. Por desgracia la mayoría rechazaron al Mesías y sucedió lo que
Malaquías había predicho, los judíos fueron echados de la tierra al inicio del NT.
La salvación ha venido a los gentiles.

Conclusión
El decaimiento en tiempo de Malaquías del pueblo de Israel se debía a dos
factores. Unos eran verdaderos creyentes pero se habían enfriado, y otros
aunque formaban parte del pueblo no eran verdaderos creyentes, su
religiosidad era falsa e hipócrita. Dios está enfadado con ellos y les llama al
arrepentimiento, a volverse a Él. El verdadero arrepentimiento tiene que verse
en cambios concretos y en una fe y temor al Señor.

Anima a su pueblo a que renueven su obediencia y relación con el Señor. Y yo


os animo a hacer lo mismo en esta tarde. Que no perdamos el contacto con el
Dios vivo.

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