Rorty Richard El Pragmatismo Una Version 2000 PDF
Rorty Richard El Pragmatismo Una Version 2000 PDF
Rorty Richard El Pragmatismo Una Version 2000 PDF
una versión
Diseño de cubierta: Nacho Soriano
ISBN 973-84-344-8757-4
RICHARD RORTY
Bellagio, 22 de julio de 1997
PRIMERA LECCIÓN
PRAGMATISMO Y RELIGIÓN
l. Pecado y verdad
2. Pragmatismo clásico
4. Freud, S., The Standard Edition, ed. James Strachey, Nueva York, Nor-
ton, vol. 23, pp. 82-83,
PRAGMATISMO Y RELIGIÓN 35
5. James, W. (1979): The Will to Believe and other essays in popular philo-
sophy, Cambridge, Mass., Harvard University Press, p. 149,
6. Ibíd., p. 148.
40 EL PRAGMATISMO, UNA VERSIÓN
rencia entre creer que las mejores cosas son las más eter-
nas y complacerse en la idea que lo son— les habría podi-
do responder perfectamente que tales diferencias no tie-
nen prácticamente ninguna relevancia. ¿Qué importancia
tiene —nos lo podemos imaginar preguntando— que a
eso lo llames creencia, deseo o esperanza, una disposi-
ción de ánimo o un complejo de disposiciones, mientras
tenga el mismo valor para dirigir la acción? Sabemos en
qué consiste la fe religiosa, qué hace por la gente. La gen-
te tiene derecho a tener tal fe, como también tiene todo el
derecho de enamorarse, de casarse precipitadamente y de
seguir amando a pesar de los disgustos e inacabables
decepciones. En todos estos casos, hace valer sus dere-
chos lo que James llamaría «nuestra naturaleza pasional»
y yo «nuestro derecho a la intimidad».
Sugiero que reinterpretemos la distinción de James
entre intelecto y pasión a fin de que coincida con la dis-
tinción entre lo público y lo privado, entre lo que precisa
ser justificado ante los otros seres humanos y lo que no lo
necesita. Una propuesta de negocios, por ejemplo, precisa
de una justificación de este tipo, pero no así una propues-
ta de matrimonio, al menos en nuestra cultura democráti-
ca y romántica. Una ética como ésta defenderá la creencia
religiosa diciendo, con Mill, que la única cosa que restrin-
ge nuestro derecho a la felicidad es el derecho de otros a
poder buscar sin intromisiones su propia felicidad. Tal
derecho a la felicidad incluye los derechos a la fe, a la
esperanza y al amor, típicos estados intencionales que no
precisan de justificación ante nuestros semejantes. Nues-
tras responsabilidades intelectuales se refieren a las res-
ponsabilidades de cooperar en proyectos comunes idea-
dos para promover el bienestar general (proyectos como,
por ejemplo, construir una ciencia unificada o un código
mercantil uniforme) y no entrometerse en los proyectos
privados de otros. En relación a estos últimos —proyec-
tos tales como casarse o practicar una religión— no se
plantea el problema de la responsabilidad intelectual.
Los críticos de James interpretarán esta respuesta
como el reconocimiento de que la religión no es una
48 EL PRAGMATISMO, UNA VERSIÓN
como algo «no cognitivo», sino como algo útil para unos
propósitos con respecto a los cuales ni Aristóteles, ni
Newton, ni Darwin lo son. Pero las cosas fueron de otro
modo y los cristianos continuaron obsesionados por la
idea platónica de que la Verdad y el Bien son una y
la misma cosa. Fue natural, por tanto, que al realizar la
ciencia física algunos progresos, sus practicantes tuvie-
ran que adoptar dicha retórica y que de este modo se
desencadenase una guerra entre la ciencia y la teología,
entre la Verdad Científica y la Fe Religiosa.
El cristianismo no platónico y no exclusivista que
acabo de esbozar tenía por objeto mostrar que no existe
ninguna cadena de inferencias que vincule el ideal de
fraternidad humana con el ideal de burlar un mundo
de apariencias habitado por animales y pasar luego a un
mundo real en el que seríamos como dioses. Platón indu-
jo mañosamente a Nietzsche y a los críticos contemporá-
neos de lo que se denomina «irracionalismo» a creer que
a menos que exista un mundo real de este tipo no sabre-
mos qué responder a Trasímaco y Calicles. Pero que no
podamos responder sus cuestiones sólo significa que
no existe ninguna premisa a la cual tengan que asentir
por el mero hecho de ser seres racionales, usuarios de un
lenguaje, y, a fortiori, no existe ninguna premisa que les
pueda convencer de que deberían tratar a todos los
demás seres humanos como a hermanos y hermanas. Un
cristianismo concebido como un poema lleno de posibi-
lidades, un poema entre muchos otros, puede ser social-
mente tan útil como un cristianismo basado en la afir-
mación platónica de que Dios y la Verdad son términos
intercambiables.
16. James, W., The Will to Believe and other essays in popular philosophy,
Cambridge, Mass.: Harvard University Press, 1979, pp. 29-30.
17. James, op. cit., 1985, p. 407.
18. Ibíd., p. 400.
19, Ibíd., p. 405.
64 EL PRAGMATISMO, UNA VERSIÓN
26. Dewey, J., Creative Democracy -The Task Before Us (1939). El pasaje
citado se encuentra en Later Works, Carbondale: Southern lllinois University
Press, vol. 14, p. 229. Dewey dice que aquí está «afirmando, brevemente, la fe
democrática en los términos formales de una posición filosóficas.
27. Dewey, J., Early Works, Carbondale: Southern Illinois University
Press, 1971, vol. 4, p. 5.
Prefacio ......oooocoroncrrrorsrrrrrrrrarannos. 7
http: //ww.ariel.es
934136-4
| 00
9 8434487574