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R.C.fehm Alcalá 2000 p.697-704 López Belinchón
R.C.fehm Alcalá 2000 p.697-704 López Belinchón
R.C.fehm Alcalá 2000 p.697-704 López Belinchón
En el mes de mayo de 1666, los inquisidores granadi nos escribían a la Suprema alarma
dos por \as informaciones del comisario de Málaga sobre la llegada a ese puerto de «cartas,
gacetas y pa peles ( ...) escritos de Án1sterda 111, Liorna y otras partes con avisos de un
nuevo Mesías que dicen los hebreos que les viene» lo que al parecer había provocado
«alguna emoción en. los ánilnos de algunos portugueses que residen en estos reinos» 1 • Esta
carta pone de manifiesto la llegada hasta la península de noticias sobre la aparición de un
nuevo Mesías, Sabbatai Zevi, y la prof unda conmoción que entre algunos sectores de los
conversos de origen luso afincados en Castilla prod ujo esta nueva, casi al mismo tiempo
que en mu chas juderías europeas.
Los ecos de la aparición del verdadero Mesías debieron suponer para los conversos cri p
tojudaizantes una auténtica conmoción pues, en últi m a instancia, venían a justificar su fe se
creta al confirmar q ue Jesús no había sido el verdadero Mesías corno afirmaban los
cristianos. Este punlo, corno afi1111a Revah, había sido uno de los pilares sobre los que se
sustentaba la fe criptojudaica 2. De este modo, e.1 mesianismo inherente a la religiosidad ju
daica3 se convittió para aquellos conversos que deseaban segui r manteniendo, siquiera míni
mamente, su identidad religiosa en u na esperanza especialmente intensa. Varios son los
casos de supueslos Mesías surgidos en el seno de la propia comun idad conversa corno I,..,uis
Díaz de Setúbal o movi mientos tnesiánicos co1no el dirigido por Gonc;alo Eannes Bandarra 4 .
1 AHN. I nquisición. Legajo 2647. Granada 1 8/V/66. En esta carta se hace referencia del envío a !,a Supre1na
de un cuaderno de 41 hojas en el que se conlcnclrían los papeles incautac\os en Málaga que, llegaclos de A rnstercla rn
o Liorna, i nformaban de la llegada del Mesías. Hasta el momento nuestras pesquisas para e11contn1r eslc cuaderno
han resultado infructuosas.
2 Revah, !.S.: <<Les 1narrancs» en Revue de.1· Etude.1· Juives. CXV!ll, París 1959-60 y López Ilclinehón, B.J.:
Honra, libertad y hacienda. Próxima pu blicación por el I nslit uto de estudios sefardíes.
3 Schole1n, G.: Conceptos básicos de judaísmo. Valladolid l 998.
4 Roth, C, Histoil'e dt:'.1· marranes Yeruslatni. (1932). París 1992 y Caro Baraja, l: Los judío. 1· l'H fa E.1pmla
Mode1·m1 y Contt:'111porá11ea. 3 vols. Madrid 1978.
698 BERNARDO J. LÓPEZ REL!NCFIÓN
Esta situación supuso la existencia e un te1Teno propicio para recibir desde las juderías d
Holanda, Italia, Francia o el norte de Africa la noticia de la llegada del que, muchos judíose
creían el verdadero Mesías. Si Zcvi y su «profeta» Nathan de Gaza habían logrado convencer t
muchos judíos no debe extrañar que las noticias que estos sabbataistas enviaron a los criptaju
díos hispanos fuesen recibidas con gran entusiasmo. El movimiento sabbataista tuvo su orio-en
en Palestina donde un judío llamado Sabbatai Zevi se proclamó corno el Mesías judío. A p<·tir
de finales de 1665, el movimiento tuvo una rápida expansión entre las jude1ías europeas donde los
signos milenarislas, incluso entre los cristianos, estaban en plena íloración 5. Numerosas comunida
des como la de Ámsterdam, la de I-Iamburgo, la de Lio111a o las francesas se sumieron en una
inten sa agitación ante la certeza compartida por muchos de que Zevi era el Mesías. Las
relaciones co1nerciales y familiares que mantenían las juderías conmocionadas por estos sucesos
sirvieron para hacer llegar hasta los conversos peni nsulares la buena nueva. Roth ya apuntó !a
buena acogida que entre los conversos tuvo el mensaje sabbateista pero pocas son los datos
concretos que tene mos sobre co1no llegaron hasta la Península y la reacción de los conversos
ante ellas6.
Los puertos hispanos o lusos fueron uno de los cauces más usados para la entrada de las
noticias sobre el nuevo Mesías. A través de ellos era muy fácil la llegada de personas, li bros,
folletos o papeles i m presos en el exterior pese a la vigilancia inquisitorial. La carta de los
inquisidores granadinos que citamos más arriba es una buena muestra de la llegada de abundante
rnaterial7. Mucho menos controlable resul ta ba la llegada de noticias transm i t idas por vía oral
por los comerciantes o viajeros que arribaban a los puertos. Este ti po de i nfor maci ón apenas
ha dejado rastro documental por su propia naturaleza pero, como verernos más adelante,
existen abundantes i ndicios de la importancia de este arcaduz oral.
Los mercaderes que llegaban desde el exterior, princi palmente desde las comunidades
judías del suroeste francés, también contribuyeron a difundir las novedades a lo l argo de l as
diferentes paradas que hacían para comerci ar o v isitar a parientes o correspondientes 8. Ind i
vi duos corno Antonio del Casti l lo o su padre Juan Méndez Belisario, tras haber residido l ar
go tiem po en Casti l l a, se habían instalado en Peiíaoradada (Peyrehorade) desde donde
viajaban con frecuencia a l a Península, a veces por periodos superiores al año. Durante estos
viajes se convertían en referente para los criptojudíos a los que visitaban, ansiosos por reci
bir información sobre la vida en las juderías exteriores, refrescar su corta instrucción rel igi o
sa y, sobre todo, para reavi var su fe con la certeza de que el judaísmo segu ía vi vo. En el
contex to de la profu nda agitación generada entre los criptojudíos peninsul ares por los avisos
de la l legada del Mesías, se buscaba en Jos recién llegados de fuera de la Penínsu la la con fi r
tnación a los rumores que circulaban y sus respuestas, a veces i nventadas, eran oídas con
una reverencia casi mística.
5 Sehole1n, O.: .'S'c1bbatai Sevi. 711e A1ystica{ Messiah, 1626-1 676. Londres 1973. Sobre e! contexto
mesiánico europeo en estas fechas Popki n, R.: «E! milenarismo de! siglo XVI I» en 13u!I, M. (Ed): La teoría del
Apocalipsi.1· )'
/0.1· fi11e.1· del 1111111do. México 1998.
. 6 Roth, C.: Op ci t, p. 1 97 y Screíher, M: M arra11e11 i11 Madrid. 1600-1670. Stuttgart 1994.
7
Entre 1664 y 1666 se interceptaron en varias ocasiones libros prohibidos en Málaga o Vélcz-Málaga traídos
por buques ingleses. A HN. Leg 2643, cxpt 66. También tenemos noticias de !a presencia de libros judaicos entre
los conversos malagueños !legados desde Tánger. Archivo Diocesano Conquense (ADC). Inquisición, Leg 539,
cxpt 6829.
8 López 13c!inch6n, B.J.: flonra, Libertad y Hacienda, Op cit.
µtlENAR!SMO. M ES!AN!SMO l' UTOPÍA 699
9
Lopez Belinchón, B.J.: l\vt"11t11rt'ros, negor (antes y 111aeslros dog111af izadore.1·. Judíos 11otft'qfi·ica11os y
j11deO('Olll't'l',1·os ibéricos en la Esp({l/a dt'l siglo XV II. Ponencia presentada en el semi nario J udíos en Tierras del
ls!a1n 11 celebrado en la Casa de Velásquez. Madrid 1998.
700 BERNARDO J. LÓPEZ flEL!NCf/6""
vorable. Ya en 1664, quizás como reflejo del intenso ambiente mesiánico q ue recor·', E
pa a . . 1 10 1 d . ll < t _,uro-
mediados del s1g XVI , a gunos conversos etcn1dos en Antequera y con re l ·
o .
, . . . . <1c1ones
en Malaga confesaron a l os 1nqu1s1dores granadinos su esperanza en una inmi nente lle· r· ,1
de! Mesías. Según varios tcstln1onios, al tnenos desde 1652, existía la creencia de su lle :
en 1666. Esta vendría acom pañada de destrucciones apocalípticas ( «cuando vinierli s g (,<í
e 1ia )/a
de acabar el n1undo») y del castigo de los cristianos que no se convirtiesen a[ judaísmo. 1Na-
tural mente había q ue estar preparado «para irse con él». Por tanto, se puede observar tnv
fuerte esperanza mesiánica, con fecha de cumplim iento incluida, y una disponi bil idad
:: abandonarlo todo para seguir al Mesías al menos desde mediados de la década de \os 501 t
.
En este contexto la llegada de papeles e informaciones sobre Sabbatai Zevi debieron pare
cerles a muchos el cutnplimiento de sus esperanzas y despertaron el consiguiente júbil o y el de
seo imperioso de saber más sobre el extraordinario suceso que cambiaría sus vidas y daría
sentido a sus sacrificios y a su fidelidad a la religión verdadera. Aunque desconoce1nos e!
conte nido exacto de los escritos que confonnaban el cuaderno que los inquisidores de Granada
envia ron a l a Suprema, si podemos acercarnos al espírit u de estos papeles por tnedio de una
relaciiín que, por extraños catninos, llegó a manos del comisario de Málaga en junio de 1.666.
¡\] pare cer, este opúsculo manuscrito, titulado Relación del nuevo resucitado urofeta
hebreo llnniilifu Natan lev( «co1ría por Madrid» desde donde se le remilió a un tal Juan Leví,
arpista de la cale dral malagueña, quien lo entregó al comisario 12. En este papel (Véase
Apéndice I) se narran los prodigios que habría hecho el nuevo Mesías al que se l l ama Natan
Leví (confundiéndolo con Nathan de Gaza, el profeta de Zevi que viajó hasta Europa) y el i
mparable avance de su n1ovl micnto para concluir sobre la falsedad del tnovi miento. Su autor
era, sin duda, un catól ico (se gún una nota que se incluye al final del texto, éste provend1ía de
Roma desde donde se !e envió al nuncio en España) que negaba la autenticidad de este nuevo
Mesías pues al verdadero se le había crucificado ya. Pero junto a las críticas, también recogió
l as noticias que sobre el supuesto Mesías judío circulaban, así como las reacciones de los
judíos ante los ecos de los sucesos que estaban ocurriendo en Oriente. Por tanto, aunque la
motivación del texto sea la contraria a la de la literatura sabbataica, sí podemos, a través de él,
acercarnos a las nuevas que reco1Tían el inun dojudío y a las reacciones que estas despertaban.
Empezaba la rel ación indicando que se iba a contar como se había juntado «tod a la es
tirpe israehta» y habían tomado la Meca y otros lugares santos musulm anes para a conti
nuación tachar «al nuevo resucitado prof'eta l!a111ado Natan levÍ» de «del .fG/so pr[!/- 'ela» a!
que el «obstinado israelftico pueblo» había converti do en «el principal caudillo (...) su Aie
s fas y profeta». Tras esta descal ificaci ón se pasa a describir los increíbles sucesos q ue han
acaecido. Así, se habría organizado u n ejército de 300.000 hotnbres en Tierra santa d i rigido
por Leví que formaría un nuevo pueblo «extraílo y desconocido en todo su lenguaje 11u1y
particular aunque por la 111ayor parte hablan en lengua hebrea » y en el q ue no aceptarían
mujeres. Este pueblo nuevo capitaneado por Natan Leví «no tiene interés ni envidia y que
todo lo que tienen es co111tín y que sus tratos y 1nercaderfas son n1uy baratas».
Ante !as noticias de sus éxitos, las sinagogas palestinas le enviaron a sus m inistros más
doctos y, ante ellos, se les apareció el profeta Zacarías (funde l a historia del profeta que
anunció la llegada del Mesías con la de un sacerdote judío de igual nombre) y Natan Lcví
pidió a Dios que perdonase los pecados «de este pueblo» a lo que Zacarías respondió «ya
están perdonados, lavados y borrados». A continuación Natan hizo cavar a los judíos y ex
trajeron una det}Onne trornpeta de cobre y dos tablas de piedra que decían ser de la ley es
crita y 111ucha cantidad de leche, nliel y centeno». Tales prodigios debieron convencer a los
judíos pues Ieví les envió a un tal Sabeca (¿Sabbatai?) como rey de las doce tribus y les
dijo q ue en breve tiempo sonaría una trompeta a cuyo eco «se ajuntarian todos los hebreos
del 111111ulo». Al sonido de estas trompetas el ejército de Leví alcanzó grandes victorias.
Conquistó ciudades al modo de Josué (denibaba las murallas con el sonido de las tron1pe
tas) hasta saquear la Meca de donde se llevaron el sepulcro de Mahoma en un carro tirado
por 36 caballos. Estos triunfos le sirvieron para amenazar al Gran Turco para que reconocie
se al q ue él había ungido co1no rey de Israel y el sultán parecía dispuesto a hacerlo cuando
Sabeca compareciese ante su presencia.
Ante estos prodigios «en todas las partes de Turquía, Persia, Babilonia, Austria y 1-!o
landa se pro111eten los hebreos hallar su M esías y en Á111sterda111 rnuchos han vendido
ya sus bienes y raíces por nutchísirno 1ne11us de los que valían para con esto estarían
desen1ba razados para seguirle». El anónimo autor católico del texto conc1uye negando la
posibili dad de que Natan Leví fuese el Mesías. Por tanto, Leví sólo podía ser un falso Mesías
co1110 e[ que apareció en Candía en 1432 o, sencillamente el demonio. Pero, finaliza
afirmando que «lo que ha de suceder Dios lo sabe».
En suma, el texto, obviando su aspecto crítico, recoge l a propagación de una serie de su
cesos de fuerte contenido mesiánico y apocalíptico que, como el propio texto reconoce, es
taban creando una profunda conmoción entre los judíos. Los criptojudíos malagueños no
escapa ban a esta agitación. Su deseo de saber les hizo acudir a aquellos que por venir del
extranjero pudiesen tener más información sobre el Mesías. Su i nterés les llevó a im pruden
cias como la de Diego de Villa!ón quien interrogó sobre el asunto a un joven mercader am
bulante, Antonio del Castillo, con el que tenía una relación comercial. Más tarde, Antonio
no tuvo reparo en contar a los inquisidores como Villalón le había dicho que había tenido
cartas de algunos portugueses residentes en Peíláorada, como el propio Castillo, en las que
le informaban «que en Turquía se había levantado un judío por Rey y que convenía que to
dos los portug ueses que estaban en Castilla acudiesen a Francia ». Castillo se li111itó a darl e
la razón 13. Un caso similar fue el del 1nalsín Juan Coitino. Éste fue interrogado por dos 111cr
caderes conversos de Málaga a cerca de lo que éste sabía de la venida del Mesías ya q ue
provenía de 1'ánger. Cogido de sorpresa, les preguntó que sabían ellos a lo que le respondie
ron «que ellos tenían nuevas de Francia de que ya venia el M esías» tras lo cual Coiti ño se
limitó a decir q ue en 1'ánger se tenían l as mismas noticias 14. Ambos ejem plos son buena
muestra del estado de muchos conversos peninsulares que no dudaban en confiarse a perso
nas de poca confianza con tal de obtener noticias.
13
ADC. Jnq. Lcg 531, cxpt 6789. Los inquisidores conquenses no prestaron especial atención a lo largo del
proceso al te1na del nuevo Mesías judío sal vo para usarlo como una acusaciú11 más conlra el reo.
14
Lopcz Beli11chón, Il.J.: Aw,11!11r1:'ro.1·, nego('iantes ... Op cit..
702 BERNARDO J. LÓPEZ er. .
cliNCffó,\'
que asi todos saltesen de Espana y se fuesen a aquellas partes» 15• Afo1tunadamente ha ll-
gado a nuestro poder una de estas cartas (Apéndice 11)16• El receptor de la misi va era Me!
chor Méndez de los Ríos, un portugués de vida itinerante que en octubre de 1666 fue:
deteni?o en Madrid donde ejercía como tratante. Los contactos establecidos durante sus via..
jes a Amsterdam y a Francia y los familiares que allí residían le permitían recibir una abun
dante correspondencia que le fue secuestrada en el momento de su apresamiento. Entre e::.tas
cartas figuraba una supuestamente remitida desde París en septiembre de 1666 por un ta! J{\
come Lamberto aunque después se supo que se la enviaba uno de sus hijos desde Peyrehnra
de. En la carta se hacía referencia a otras anteriores sobre «nuestro rey» y se i nforma sohre
la llegada de diversas misivas aval ando las pri meras revelaciones. La primera era una copia
de una carta del dicho serlor nuestro rey firmada por él para l os jalanu'nes (sic) (rabi nos)
de Constantina (Constantinopla) dándoles consuelo y esperanza. Tatnbién le dice haber reci
bi do carta de un tudesco que ha ido a Constantina y ha visto el gran júbilo que allí tienen
Jos judíos porque para el catorce de agosto comenzarían a verse 1nilagros y en d iciembre
«sería publica la redenc;ón». En otra re1nitida por unos flamencos conocidos, supone1nos q
ue con versos, desde Esmirna se decía que la cosa con·ía bien para los judíos y que habría
tn uchos mil agros en este año. Otro despacho era de un hombre de mucho crédito de
Alejandría que escribió a su con·espondiente en Liorna tras una visita a Gaza a ver al profeta
y en ella le ¡11,,
formaba de cómo el profeta marchaba a ver al rey para «publicar por rnandato de Dios la
redención y declarar al 111undo su verdad». Ta1nbién un tal Jácome Piñeiro le había escrí to
asegurándole que personas de mucho crédito en la Ley de Moisés le asegura ban «la reden
ción será por todo este aiío que e111pieza en octubre» .
Pese a tantas pruebas favorables, el remitente seguía inquieto pues l a carta del rey ha bía
veni do «!l1uy desnuda de crédito» y esperaba la confirm ación de l os ja!anti11es d e Constantí
na. Sin embargo, al final de la carta trataba de autoconvencerse y decía que [o esenci a l era
que el rey y el profeta estaban acred itados y aceptados por tales «hasta que oiga novedad de
saber Las resultas de la llegada del profeta y n1aravillas que se esperan». Por ulti mo, pedía
información sobre si se celebraría un Auto de fe en Valladolid. Curioso contraste éste entre
la esperanza mesiánica de una l iberación que se espera más o menos pr6xi ma y la terri ble
realidad ele la persecución inquisitorial. Sin duda l a existencia de este contraste ex plica la
i ntensidad con la que muchos conversos peninsulares reci bían las nuevas del Mesías I Rey
que había ;.;urgido en Turquía.
Cartas como ésta, con su mezcla de esperanza ante la llegada del Mesías y recelo ante la
posi ble falsedad del que deno1ninaban como Rey, debieron llegar con abundancia hasta los
15
ADC. lnq. Lcg 531 , ex pt
6787, 1 6 !bid. Lcg 530, expt
6785.
ENARISfoifO, MHS!ANIS!v!O Y UTOPÍA 703
ii1IL
conversos peninsulares, en especial a aquellos que tenían parientes o correspondientes en las
;uderías europeas o no1teafricana.."l. El propio Melchor Méndez reconoció ante los inquisido
:--es que había recibido otras muchas cartas «con las nlisn1as razones». Ante estas noticias,
:en especial las que le reclamaban su partida al encuentro del nuevo Rey de los judíos, mu
chos se sintieron impulsados a dejarlo todo y partir como ya habían hecho algunos judíos en
Ámsterdam u otros lugares. Juan Méndez Belisario contó como, en 1666, «con estos avisos
salieron de M álaga y su tierra 1nuchas personas y se e111barcaro11 para Italia y otros se fue
ron por tierra y este confesante se jite a Sayona y pasó a Peiiaorada donde estaban su 1nu jer
y sus hijos con a11in1.o de pasar a Turquía con10 los den1ás aunque sie111pre tenían recelo de
que fuese verdad». Incluso, algún converso malagueño le dijo «todos henios de ir a Francilt
» 11. A la vista de estos testimoni os, es fácil suponer q ue algunos conversos, conven ciclos del
sabbateismo, lo abandonaron todo por el sueño 1nesiánico. Desgraciadamente, aún no sabernos
casi nada de éstos ni de sus avatares posteriores.
Sin embargo, no todos se dejaron seducir por los 1nensajes sabbateistas. Si muchos ha
bían permanecido en la Península pese a la persecución inquisitorial por estar aquí sus nego
cios y su vida 18 , no resulta extraño que, aunque pudiesen ver con esperanza las noticias de
un nuevo Rey de los judíos, no estuviesen dispuestos a dejarlo todo por seguir algo que pu
diese salir incierto. Así, por ejen1plo, uno de los hijos de Méndez Belisario que también es
taba comerciando en la Península recibió cartas de Francia pidiéndole «que diese la vuelta a
Francia» pero no lo hizo «porque no tuvo conveniencia ninguna en salir de Espafia» pese a
creer en el nuevo Mesías 1 9 . Si esto lo hacía un rnodestísimo lencero, no debe extrañar que
aquellos conversos bien asentados económicamente e, i ncluso, socialmente se mostrasen
más que re1nisos a seguir el incierto ca1ni no de la búsqueda del nuevo rey de Israel fueren
cuales fuesen sus creencias íntitnas.
«lfabiendo salido incierta la noticia» del nuevo Mesías, la decepción fue 1nuy intensa.
No hemos encontrado datos sobre la llegada de noticias de los que pe1manecieron fieles al
sabbateismo pero sí de los sectores ortodoxos de la comunidad judía que denunciaban la itn
postura de Sabbatai Zevi. En una fecha tan temprana corno julio de 1666 el poderoso hom
bre de negocios Bartolomé Montesi nos recibió en la sede de su casa de negocios en Madrid
un papel impreso en Ámsterdam en el q ue se criticaba a los que se habían dejado seducir
por el furor sabbateista en la ciudad holandesa (Apéndice III)2º. En él, bajo el título de Lista
de los seFíores incrédulos y enfennados de la 111 uy noble y lucida sinagoga de Á111sterda111, se
recogía una relación de catorce mien1bros prominentes de la sinagoga de Ámsterdam (l a
mayoría importantes hombres de negocios) que se habían negado a aceptar a Zevi co1no el
verdadero Mesías21 . Según el papel, los incrédulos fueron acusados de enfermar a la n1aha-
111ad y sus nombres escritos en una lista que fue que1nada por los rabíes. También fueron
17
Ibicl. Leg 531, expt 6787.
18
López Bclinchón, B.J.: Honra, Libertad y Hacienda, Op ci t.
19
ADC. l nq. Leg 531, expt 6789.
º
2
21
AHN. lnq. Lih 1131 , fo! !01-108.
Quizás estos fuesen los autores del folleto que se publicó en Ámsterdatn en pleno auge úcl movimiento
negando la veracidad del supuesto Mesías. Franco jvlcndes, David: Memorias do eslabclecimcnlo e progre.1·.1·0 dos
j11dc11s porl11g11cses e esµanlwe,1· nesta cidade dl' A111.1·terdam. 1772. Edición Facsímil. Lisboa 1990, pp. 65-67
e Israel, J.L: Laj11dl'n 'r1 e11ropea en fa era del 111erca111if is1110. M. 1992, p. 247.
El destinatario del papel, Bartolomé Montesi nos, no recibió el papel pues uno de sus ofi
ciales lo entregó a la Inq uisición que tampoco hizo demasiado caso al asunto. Es fácil supo
ner que un importante hombre de negocios como Montesinos 22, con relaciones conierciales
y familiares en I-Iolanda y los Países Bajos, reci biese otros muchos informes y cartas .sobre
el Mesías y, posteriormente, sobre la frustración de las esperanzas que despe1tó. Sin einbar
go, nuestras noticias nos indican que aUnque Bartolomé se planteó en alguna ocasión pasar a
Ámsterdam, no sabemos si al hilo del movimiento mesiánico, finalmente no lo h izo niicn
tras que su hennano y socio, Manuel, no inostró nunca interés por el asunto, del que iinaoí
namos que estaría tan informado como su hermano, y prosiguió su proceso de integrucj111
social y de éxito en los negocios.
La historia de esta familia muestra la dualidad de muchos conversos ante el movi1nicnto
mesiánico de q ue como hemos visto se recibió cumplida y abu ndante información. 1Jna par
te de el l os, h asta donde sabemos no mostró interés por el sabbateisrno pues había optado por
una integración en la sociedad hispana que m1tchos consiguieron. De otra parte, los n1ás l'ir
mes en sus creencias judaicas secretas, recibieron con gran alborozo las noticias sobre el
Mesías e, incl uso, algunos partieron hacia oriente o hacia las juderías del exterior en busca
de l a esperanza mesiánica. Pero, otros muchos, afincados en la Península, con famil i a y ne
goci os aquí, se mostraron muy remisos a partir pues no les hacia «conveniencia 11ing1111a
e11 salir de EspaFfrt» qui zás espefando el triunfo universal del Mesías que los liberaría.
22 Sobre la familia Montesinos véase. López Belinchón, B.J. : Honra, Libertad y Hacienda, Op cit.
Auténtico retrato de Shabtai Zvi, rey de los judíos. Grabado de Cornelius Maysons
(siglo XVII). Mussée d´Art et d´Histoire et d´Judaism, París. Fuente:
hammersite.com
Su base ideológica
Shabtai sustentó su base ideológica en los estudios relativos a la
cábala y el Talmud, a partir de los cuales plasmó su corriente
mesiánica. Como consecuencia del cariz que estaba adquiriendo su
visión, fue expulsado de Esmirna (en torno a 1651). Este
varapalo, sin embargo, le permitió extender sus doctrinas por el
Mediterráneo Próximo Oriental y los Balcanes. Este planteamiento
mesiánico le hizo aglutinar a su alrededor a grupos palestinos y de
judíos procedentes de la diáspora. Esto finalmente llevó a su
encarcelamiento por las autoridades otomanas. En este punto es
cuando, para librarse de la ejecución, decidió convertirse al islam,
acción que derivó en una división entre sus seguidores. La
consecuencia fue la conversión de muchos de ellos a la fe
islámica, siendo conocidos como los domne, doenmeh o conversos,
aunque mantuvieron prácticas propias.
Finalmente Shabtai falleció exiliado en Ulcinj, en Montenegro, pero
sus enseñanzas se mantuvieron a través de sus seguidores y se
expandieron a lo largo del s. xix a través del sucesor de Shabtai,
también autoproclamado mesías, Baruchia Russo.
CONVERSIÓN AL CRISTIANISMO
La conversión a la religión cristiana estuvo motivada por varios
enfrentamientos con las autoridades judías polacas entre 1756 y
1759. Sobre todo por las constantes polémicas públicas y las
quemas de ejemplares del Talmud en diversas ocasiones. Entre
todos los casos cabe destacar el relativo a una ceremonia mística
y erótica celebrada en la ciudad de Lanckorona. Aquí se
encerraron en una posada con la esposa de uno de los rabinos
locales, a quien sentaron desnuda con una corona realizada con la
Torá sobre su cabeza. Mientras, los seguidores de Frank cantaban
y bailaban a su alrededor, además de besarla y llamarla Mezuzá.
Asimismo, la ceremonia se completaba con pan y vino de manera
alegórica.
Un antes y un después
Este suceso marcó un antes y un después en la visión que se tenía
entre el mundo hebreo de los frankistas, ya que no solo utilizaban
de manera provocativa el simbolismo religioso, a modo de
profanación, o el recurrir al aspecto erótico-sexual en la ceremonia
como debilitamiento de la autoridad rabínica, sino que empleaban
símbolos del cristianismo. Ante tal acto la comunidad judía de
Europa del Este, a través de su órgano de mayor
representatividad, el Consejo de las Cuatro Tierras, actuó
buscando la acusación de herejía y excomunión. Este hecho
provocó que los sectores tradicionales del judaísmo empujasen a
la exclusión de la sociedad judía de dos mil frankistas y su
conversión al cristianismo.
Jacob Frank en Offenbach, siglo XVIII. Museum of the Jewish People de Beit
Hatfutsot.
Fuente: www.bh.org.il
Eva Frank, hija y sucesora de Jacob Frank. Muerta en 1816. Museum of the Jewish
People de Beit Hatfutsot.
Fuente: www.bh.org.il
Desde 1786 hasta su fallecimiento en 1791, Jacob Frank vivió en
la ciudad alemana de Offenbach del Meno, gracias a las
donaciones de sus acólitos. Posteriormente el liderazgo de la secta
lo ejerció su hija, Eva Frank, quien desde 1770 ya era considerada
como la encarnación de la Shejiná; es decir, la presencia de Dios
desde una perspectiva femenina vinculada con el planeta Venus.
La importancia astrológica en la doctrina frankista está muy
presente. El propio líder se presentó como reencarnación de
Shabtai, que en hebreo significa Saturno.
El frankismo y los intelectuales
La proximidad del frankismo con las altas esferas sociales
demuestra su reducida variedad social y la extraña protección de
la cual gozó. Se trató de una secta formada por un grupo reducido
de intelectuales y personalidades con amplios recursos financieros
que poco a poco se fueron alejando de Jacob Frank y sucesores.
Los enclaves principales se centraron en tres grandes ciudades:
Offenbach, Praga y Varsovia. La importancia del grupo de Praga es
mayor. Esto se debe a que pudieron ser los responsables de
relacionar al frankismo con los sabateos y su influencia con la
Ilustración judía.
Lo que sin duda queda claro es que Jacob Frank y sus seguidores
formaron parte de la vida intelectual y política de la Europa del
momento. Sirvieron de extraño punto de conexión entre el mundo
judío y el cristiano con un resultado llamativo. El frankismo debe
entenderse como una respuesta rupturista a la realidad existente
por parte de sectores judíos influidos política y culturalmente por
un contexto no hebreo. Este se fue diluyendo con el paso del
tiempo.
Javier Solís Montero
POR MATT PLEN
Si bien la fe en la venida del mesías es un eje del judaísmo, los judíos tradicionalmente han
adoptado un enfoque tranquilo y paciente de sus creencias mesiánicas. Desde la devastación
causada por el falso mesías Bar Kojba y su rebelión contra los romanos, y los siglos de
persecución causados por otro movimiento mesiánico, el cristianismo, los judíos,
comprensiblemente, han sospechado de cualquier pretensión de ser un ungido de Dios.
Los rabinos del Talmud fue tan lejos como para introducir prohibiciones específicas contra la
agitación mesiánica, instituyendo los "tres juramentos" que prohibían cualquier intento de
"forzar el fin" llevando al mesías antes de su tiempo asignado (Talmud de Babilonia, Ketubot
111a ). Sin embargo, a mediados del siglo XVII, la creencia en el falso mesías Shabbetai Zevi
(a menudo escrito como Tzvi) se extendió como la pólvora por todo el mundo judío, arrasando
comunidades enteras y creando una crisis de fe sin precedentes en la historia judía.
Se dice que Shabbetai Zevi nació el 9 de Av en 1626, en una rica familia de comerciantes en
Esmirna (ahora Izmir, Turquía). Recibió una completa educación talmúdica y, aún en su
adolescencia, fue ordenado como hakham , un miembro de la élite rabínica. Sin embargo,
Shabbetai Zevi estaba menos interesado en el Talmud que en el misticismo judío . A partir de
su adolescencia estudiókábala , atrayendo a un grupo de seguidores a los que inició en los
secretos de la tradición mística.
Shabbetai Zevi luchó contra lo que ahora podría diagnosticarse como un trastorno bipolar
severo . Entendió su condición en términos religiosos, experimentando sus fases maníacas
como momentos de “iluminación” y sus tiempos de depresión como períodos de “caída”,
cuando el rostro de Dios se le ocultaba. Mientras que en momentos de depresión se convirtió
en un semi-recluso, cuando fue "iluminado" se sintió obligado a contravenir la ley judía,
realizar rituales extraños ( ma'asim zari o actos extraños) y pronunciar públicamente el
nombre proscrito de Dios.
En el mismo mes, Shabbetai Tzvi viajó a Alepo y Esmirna en medio de una atmósfera de
agitación religiosa; Se informaron varios avistamientos de Elijah. Los rabinos y los líderes
comunales se dejaron llevar por la emoción. Cuando Shabbetai Tzvi volvió a un estado de
éxtasis y comenzó a realizar ma'asim zarim , los rabinos trataron de detenerlo, pero ya era
demasiado tarde. Con sus seguidores, irrumpió en la sinagoga de sus oponentes, llamó a
familiares y amigos, incluidas mujeres, para que leyeran la Torá y les pidió que pronunciaran
el nombre divino en sus bendiciones. Comparando a sus oponentes rabínicos con animales
inmundos, se declaró a sí mismo el ungido de Dios.
Abrazando al "Mesías"
El fervor mesiánico comenzó a extenderse por las comunidades de la Diáspora. El
arrepentimiento, el ascetismo extremo, los azotes y el ayuno se alternaban con períodos de
gozo extático. Se publicaron las oraciones mesiánicas escritas por Nathan de Gaza. Mientras
que algunos judíos comenzaron a hacer planes de viaje para su inminente partida a la Tierra de
Israel, otros se negaron, creyendo que milagrosamente serían transportados allí en las nubes.
¿Qué hizo que el mundo judío fuera tan receptivo al falso mesianismo de Shabbetai Zevi? En
1648-49, bandas cosacas lideradas por Bogdan Chmielnicki masacraron a 300.000 judíos en
Ucrania en medio de actos de crueldad sin precedentes. Muchas comunidades que escaparon
fueron devastadas en la guerra ruso-sueca de 1655. En este contexto, el sueño histórico del
pueblo judío de redención de la esclavitud del exilio adquirió un nuevo grado de urgencia y
desesperación. En estas comunidades, Shabbetai Tzvi encontró una audiencia receptiva.
Pero el Shabbateanismo influyó en las comunidades de todo el mundo judío, muchas de las
cuales no se vieron afectadas por Chmielnicki y no tenían una historia significativa de
persecución. Aquí, la popularidad del movimiento debe entenderse en su contexto
teológico. El siglo XVI había visto el desarrollo de un nuevo movimiento religioso popular,
que emanaba de la ciudad de Safed en el norte de Israel: la Cabalá luriana.. La nueva doctrina
sostenía que la creación del mundo había enviado la presencia de Dios al exilio, rompiendo la
luz divina en innumerables chispas y ocultándolas dentro de los caparazones de la realidad
mundana. Descubriendo y levantando estas chispas a través de la oración mística y el ritual, se
podría lograr la redención, no solo del pueblo judío sino del cosmos y de Dios
mismo. Mientras que anteriormente la Cabalá había sido especulativa y esotérica, ahora era un
movimiento popular, atravesado por una tensión mesiánica. La aparición de un mesías que,
contraviniendo la ley judía , podía descender a las profundidades del pecado para redimir las
últimas chispas, revitalizó al pueblo judío con la sensación de que el fin del exilio estaba cerca.
Si la recepción inicial de Shabbetai Zevi estuvo condicionada por estos factores religiosos, una
vez inaugurado, el movimiento cobró impulso propio. En todo el mundo judío, surgió una
división entre los creyentes y sus oponentes. En muchas comunidades, la minoría anti-
Shabbatean, incluidos muchos rabinos, tuvo cuidado de no enemistarse con sus
congregaciones por temor al terror y las represalias. Así se neutralizó cualquier oposición
efectiva.
Si bien la conversión de Shabbetai Zevi creó una crisis de fe para la mayoría de sus
seguidores, el movimiento siguió vivo, sostenido por explicaciones esotéricas kabbalísticas de
la apostasía y por la necesidad psicológica de sus seguidores de evitar que se derrumbara su
visión religiosa profundamente arraigada del mundo. El movimiento sobrevivió hasta
principios del siglo XVIII, cuando los habitantes de Shabat se dividieron en dos bandos: los
moderados que combinaron su fe mesiánica secreta con la adhesión a la ley judía y los
radicales que se dedicaron a difundir encubiertamente la doctrina herética de que la “anulación
de laTora fue su verdadero cumplimiento ". Este ala radical del movimiento Shabbatean logró
un renacimiento de corta duración con Jacob Frank , un judío polaco que, en 1756, fue
anunciado como la reencarnación de Shabbetai Zevi.
Gershom Scholem , el historiador fundamental del misticismo judío, hace una afirmación aún
más audaz. Sostiene que la división entre la ortodoxia externa y la herejía secreta, que
caracterizó a los seguidores de Shabbetai Zevi, destruyó la unidad de su identidad judía desde
adentro. Esto, combinado con el trauma causado por la apostasía del falso mesías, fue uno de
los factores decisivos que explicaron la desintegración del judaísmo tradicional y el inicio de
la historia judía moderna.