Ideal Personal
Ideal Personal
Ideal Personal
Ideal
Personal
RAMA FAMILIAR
MOVIMIENTO APOSTÓLICO DE SCHOENSTATT
Introducción
En los designios de Dios, cada hombre está llamado a desarrollarse, porque toda vida es una
vocación. Desde su nacimiento, ha sido dado a todos, como en germen, un conjunto de
aptitudes y de cualidades para hacerlas fructificar: su floración, fruto de la educación recibida
en el propio ambiente y del esfuerzo personal, permitirá a cada uno orientarse hacia el destino
que le ho sido propuesto por el Creador. Dotado de inteligencia y de libertad, el hombre es
responsable de su crecimiento, lo mismo que de su salvación. Ayudado, y a veces estorbado,
por los que lo educan y lo rodean, cada uno permanece siempre, sean los que sean los influjos
que sobre él se ejercen, el artífice principal de su éxito o de su fracaso: por sólo el esfuerzo de
su inteligencia y de su voluntad, cada hombre puede crecer en humanidad, valer más, ser más.
Por otra parte, este crecimiento no es facultativo. De la misma manera que la creación entera
está ordenada a su Creador, la criatura espiritual está obligada a orientar espontáneamente su
vida hacia Dios, verdad primera y bien soberano. Resulta así que el crecimiento humano
constituye como un resumen de nuestros deberes. Más aún esta armonía de la naturaleza,
enriquecida por el esfuerzo personal y responsable, está llamada a superarse a sí misma. Por
su inserción en el Cristo vivo, el hombre tiene el camino abierto hacia un progreso nuevo, hacia
un humanismo trascendental, que le da su mayor plenitud; tal es la finalidad suprema del
desarrollo personal".
(Pablo VI, Populorum Progressio, Nº 15 y 16)
Schoenstatt se siente llamado por Dios a ofrecer a la Iglesia un amplio y orgánico sistema pedagógico y
una espiritualidad apta para el cristiano actual, inserto en la difícil y compleja realidad que lo circunda.
Considera la necesidad de una nueva pedagogía de la fe como una de las tareas mas urgentes del
momento, Abordar esta tarea es imprescindible si se quiere que el hombre contemporáneo encuentre el
camino hacia una vivencia personal de Cristo en medio del mundo v se convierta en artífice eficaz de un
nuevo orden cristiano de la sociedad, de acuerdo con su dignidad y vocación.
El Padre Kentenich quiso hacer asequible el mensaje evangélico mostrando caminos concretos,
adaptados a la sicología del hombre actual y a los requerimientos de la realidad. Lo que ofrece no es mera
teoría, sino el fruto maduro de una larga experiencia pedagógica y, de una historia ricamente bendecida
por Dios.
Dentro del marco de la pedagogía y espiritualidad schoenstattiana la teoría y práctica del Ideal
Personal es de vital importancia para el desarrollo de la personalidad. A través de él se aborda la
necesidad de la autoformación, es decir, de cooperar consciente y responsablemente con Dios en la obra
de nuestra santificación. La espiritualidad evangélica contempla nuestra lucha por superar en nosotros
al “hombre viejo” y por revestirnos del "hombre nuevo" creado según la imagen de Cristo Jesús. De este
modo aspiramos a convertirnos en piedras vivas del edificio de la Iglesia y en constructores del Reino de
Dios aquí en la tierra.
PRIMER
ENCUENTRO
PROGRAMA
1. Introducción
3. Puesta en común
4. Conclusiones
PAUTA PARA EL GUÍA: 1º ENCUENTRO
1. INTRODUCCIÓN
Breve oración para comenzar.
Saludo y presentación
Explicación de la metodología de trabajo
Diferentes espacios dentro del Taller:
- personal - de pareja - comunitario
2. OBJETIVO
3. MOTIVACIÓN
El Ideal personal no se inventa, está inscrito en nuestro corazón.
Se busca en sintonía y dependencia de Dios y de la Mater. Es un paso de crecimiento de nuestra
Alianza. Por eso queremos acentuar la oración, nuestras contribuciones al Capital de Gracias, las
visitas al Santuario. Tenemos que pedir al Espíritu Santo que nos ilumine.
Necesitamos adentramos en nuestro corazón, encontrarnos con nosotros mismos, descubrir nuestra
historia, nuestros anhelos, nuestra forma de ser. Es importante dejarse tiempo, tener momentos de
reflexión, para trabajar personalmente.
Tener un cuaderno personal en el cual anotar lo que vamos descubriendo, lo que vamos meditando; los
ejercicios y dinámicas que hagamos en el taller. Tenemos que archivar todo este material para ir
haciendo lentamente nuestro "mosaico personal".
Podemos ayudarnos como pareja. Dejarnos tiempo para dialogar, para escucharnos con respeto.
Poner en común lo reflexionado (lo que se quiera), hacerlo enaltecedoramente para ayudamos a
descubrir y clarificar el tesoro que Dios ha puesto en el corazón de cada uno.
Si es necesario aclarar algunos aspectos, pedir ayuda al asesor o persona de nuestra confianza.
Para el próximo encuentro traer cuaderno personal.
4. MOMENTO DE ORACIÓN
Canto
Oración inicial
Imploración al Espíritu Santo
Ejercicio personal (fisonomía)
Dinámica de enriquecimiento como pareja (cada uno escribe cinco cualidades de su
pareja, las prioriza y ordena).
Entrega de las cualidades, comparación con la descripción personal.
Oración de gratitud como pareja.
Conclusión y renovación de Alianza.
Canto.
5. PUESTA EN COMÚN
¿Fue difícil describirse, encontrar las cualidades de la pareja?
¿Les enriqueció este trabajo?, etc.
Aclaración de preguntas, dudas, dificultades.
El Ideal Personal
I. ¿QUE ES EL IDEAL PERSONAL?
El Ideal Personal es el llamado que Dios nos hace, como seres únicos, irreemplazables y libres a
realizar nuestras potencialidades naturales y sobrenaturales y a cumplir una misión concreta dentro del
mundo. Una elección que implica una gracia peculiar, pues Dios no nos llama sin damos, al mismo
tiempo, la ayuda necesaria para ser fieles a esa vocación Por eso,
En Cristo, nacido de María, Dios tiende definitivamente la mano al hombre. Cristo, el Hijo
Unigénito, nos reconcilia con su Padre y con su sangre sella la Nueva Alianza.
En esta perspectiva bíblica entendemos el Ideal Personal como la búsqueda original del amor de
Dios Padre, realizada en Cristo Jesús, que requiere de nosotros una respuesta original de amor.
El Ideal Personal es nuestra manera original de amar; es nuestra respuesta personal de amor al
llamado de amor personal que Dios nos hace.
De acuerdo al plan de Dios, la meta de nuestra vida es Cristo. El sentido de nuestra existencia no lo
constituye ni una idea, ni una doctrina, ni una causa, ni una tarea, sino una persona: Cristo Jesús.
En su persona. alianza viva, se sella la Nueva y definitiva Alianza. Nosotros nos incorporamos a ella
en la medida que nos unimos a Jesús por la fe y el amor y nos hacemos sus miembros por el bautismo.
El Ideal Personal es nuestra manera original de "reproducir” y de hacer presente a Cristo. El quiere
“revivir” en la persona de cada uno de nosotros. Estamos llamados a ser "otros Cristo" para nuestro
tiempo.
El efecto básico de la incorporación a Cristo, en cuanto por ella tomamos parte en su ser y en sus relaciones, es
hacernos hijos del Padre Dios. Quien se une al Señor, injertándose en su persona por el bautismo, participa de su ser y de su
vida. Nos introducimos así en su propio ritmo de vida, cuyo nervio central es la relación filial al Padre.
Jesús, al asumimos en su persona, quiere prolongar en nosotros su unión y dependencia del Padre. Desea vivir esa
misma relación filial a través de nuestra vida, con nuestra originalidad y en nuestra situación histórica concreta.
El sentido de nuestra existencia, por tanto, consiste en cultivar y desarrollar en Cristo la unión y el abandono en manos
del Padre Dios.
Así como para Cristo, el ser Hijo de Dios trae como consecuencia una total semejanza con el Padre, también nosotros,
por él estamos llamados a ser como el Padre.
Por el Ideal Personal tomamos conciencia y asumimos el lugar y la tarea particular que Dios nos ha asignado en el
Cuerpo de Cristo. Ser parte del Cuerpo del Señor significa recibir de él una misión v una función propia, es decir, un “carisma"
al servicio del Cuerpo total.
Para que cumplamos bien nuestra labor, el Señor nos ha "equipado" en forma conveniente: nos ha dado los talentos
necesarios que deben producir fruto. En nuestro lugar, debemos representar al Señor siendo otros Cristo, viviendo en la forma
más perfecta nuestra filialdad y siendo, de este modo, reflejos de la paternidad de Dios.
Para facilitarnos aún más el acceso a su persona y mostrarnos en la forma más perfecta posible qué es lo que espera de
nosotros, Jesucristo nos dio un camino escogido e insuperable nos regaló a María. Ella es el "espejo de la santidad". María
Inmaculada es la criatura más perfecta, la cumbre del ideal evangélico. Dios tuvo a bien realizar en María la obra maestra de la
creación. Por eso, si queremos saber cómo debemos imitar a Cristo y cuál es el ideal del seguimiento al Señor, no tenemos sino
que mirar ese "espejo de santidad". De allí que el Concilio Vaticano II la proclame "miembro excelentísimo y enteramente
singular de la Iglesia" y "tipo y ejemplar acabadísimo de la misma en la fe y en la caridad".
La imagen de María tiene un valor en sí misma por la plenitud de la humanización y divinización que representa. Y
tiene también un valor simbólico, como prototipo ideal para la humanidad y, especialmente, para el cristiano y la Iglesia. La
Santísima Virgen es así el libro de oro del cristiano que anhela seguir a Cristo hasta las últimas consecuencias. Ella ilustra
gráficamente todos los dogmas, es un compendio vital de la fe que nos hace cercanos y familiares todos sus misterios.
El Ideal Personal, considerado en esta perspectiva, puede ser definido, por tanto, como el reflejo de la perfección de
María que estamos llamados a encamar De allí que en Schoenstatt se acostumbra a decir que nuestro ideal es ser "María en
pequeño", o una "pequeña María". Podemos igualmente definirlo en el mismo sentido, como nuestra manera original de
unimos y hacemos dependientes de María por el amor.
María, al igual que Cristo, no es un modelo estático ante nosotros. Ella es un camino vivo. Nuestro ideal nos coloca en
una relación existencial personal con María. Cristo vino a nosotros a través de María y quiere que su Madre sea también el
camino por el cual lleguemos hasta él. Jesús la asoció indisolublemente a su obra redentora y la proclamó Madre nuestra
confiándole para todos los tiempos esa misión en medio del pueblo de Dios. El quiere que brote en nosotros una profunda
vinculación y dependencia de María. Sabe que atados a su corazón seremos impulsados constantemente hacia las más altas
cumbres. Y María, por su parte, como nuestra verdadera Madre y Educadora, se acerca a nosotros como fidelísima imagen del
Señor y modelo de entrega, despertando todo lo noble que Dios ha depositado en nuestro ser. María nos acoge en su amor, nos
participa su vida en su corazón, nos conduce a Cristo y nos mueve a ocupar fecundamente el lugar que Él nos ha confiado en
su Cuerpo que es la Iglesia.
El Ideal Personal centra nuestra personalidad pues capta v canaliza la tendencia fundamental que nos impulsa y, a la
vez, nos orienta hacia una misión concreta que estamos llamados a realizar. De este modo, es un factor unificante de la
personalidad, una "idea fuerza" en torno o la cual nuestra vida logra organizarse y adquirir coherencia.
El Ideal Personal nos lleva a orientar nuestra vida por la ley de la magnanimidad. De esta manera, hacemos nuestro el
criterio de acción que el Señor proclama en el Evangelio.
Ser magnánimo significa tener un espíritu grande, un corazón amplio y generoso que constantemente, se pregunta qué
más puedo hacer todavía. La magnanimidad no es minimalista, busca más bien darse sin medida.
TALLER IDEAL PERSONAL
1º ENCUENTRO / PÁGINA 6
Cuán necesario es que surjan hoy personalidades que rompan con la mediocridad reinante.
El Ideal Personal nos enaltece, además, en cuanto nos regala un sentir noble respecto a nosotros mismos, es decir, nos
hace tomar conciencia de nuestro valor personal. Esto no debemos confundirlo con el orgullo. La soberbia consiste en buscar
la grandeza separados de Dios, pero buscar la grandeza en unión y dependencia de él es una virtud, es el reconocimiento
agradecido de los dones y talentos que el Señor nos ha dado. María, la humilde Sierva del Señor, no trepidaba por eso en
decir: "Grandes cosas ha hecho en mí el Poderoso”.
Creer que estamos llamados a algo grande, pertenece a la esencia del cristianismo, ya que no somos hijos de las
tinieblas sino de la luz.
Hoy más que nunca es necesario recobrar y cultivar la conciencia de la propia grandeza y dignidad. Creer que no somos
capaces de nada, es ser desagradecidos con Dios y desconfiar de su misericordia y ayuda.
El Ideal Personal enaltece nuestra vida en cuanto la orienta creadoramente hacia un fin elevado. Por el Ideal nos
consagramos a una causa grande: no nos contentamos con las metas burguesas que llenan la existencia de aquellos que
desperdician su vida en la mediocridad.
Es un hecho que solemos olvidar una virtud que pertenece a la esencia del cristianismo:
la esperanza. La esperanza nos orienta hacia la consecución de las promesas futuras y nos da la confianza que podemos
alcanzar nuestras metas ayudados por la gracia que Dios nos da abundantemente. Lo contrario de la esperanza es la
pusilanimidad que consiste en no atreverse a emprender grandes tareas, por falta de ánimo y por desconfianza en las propias
fuerzas.
El Ideal Personal nos hace vivir la esperanza: despierta en nosotros un fuerte dinamismo vital que nos lanza hacia el
futuro en pro de la meta que el Señor ha puesto a nuestra vida.
La teoría y la praxis del Ideal Personal nos conducen hacia una solución radical del problema social, pues están
orientadas a salvar la dignidad de la persona humana, eje de toda renovación social auténtica y duradera. La misma teoría y
praxis nos llevan a encontrar el adecuado equilibrio entre transformación personal y cambio de las estructuras.
Quien quiera hoy en día vivir su fe no puede contar con el apoyo de un ambiente cristiano, sino que debe basarse en una
decisión estrictamente personal y tiene que saber “nadar contra la corriente" en medio de un atmósfera cada día más pagana y
más secularizada.
El cristiano actual debe estar dispuesto a afirmarse en un medio adverso, donde no hay interés por Dios, o donde se le
desconoce enteramente. Ya no basta una fe recibida por tradición o la práctica de formas cristianas tras las cuales no está todo
el ser de la persona.
Hoy necesitamos hombres que hayan conquistado una convicción eminentemente personal de su fe y que hayan
internalizado las verdades del Evangelio, no como verdades intelectuales sino como palabras de vida que penetran y
conforman toda la existencia, la mentalidad y el comportamiento. Es justamente esto lo que queremos lograr a través del Ideal
Personal. TALLER IDEAL PERSONAL
1º ENCUENTRO / PÁGINA 7
El Ideal Personal crea personalidades de líderes. Y líder es aquel que ha hecho del cristianismo una convicción personal
y, por tanto, no depende del apoyo, de la motivación y de la comprensión de los demás. Al contrario, cuenta con que no será
apoyado por los otros y que él deberá irradiar sus ideales y penetrar el medio en el cual vive. El Ideal Personal forma un
cristiano capaz de afirmarse a sí mismo en una situación de diáspora.
Es necesario plantearse un cristianismo impulsado por un vigoroso espíritu de conquista, pues el amor de Cristo nos
urge a trabajar para que el Evangelio llegue a todos los rincones de la sociedad. La doctrina y la práctica del Ideal Personal
quiere ayudar a formar ese tipo de cristianos.
El Ideal Personal no se contenta con ponernos ante una misión en general, sino que nos obliga a preguntarnos por la
misión específica y concreta que Cristo quiere que realicemos.
Sabemos que recibimos del Señor las gracias necesarias para cumplirlas y que Dios nos irá mostrando el camino para
realizarla y para dar así un fruto abundante, de modo que, brillando nuestra luz ante los hombres, vean nuestras buenas obras
y glorifiquen al Padre que está en los cielos.
Oh Señora mía...
7. CANTO FINAL
8. BENDICION
GUÍA:
Por intercesión de nuestra Madre y Reina y por la oración de
nuestro Padre Fundador, pidamos juntos la bendición sobre
nosotros y sobre todas las personas que Dios nos ha
confiado, diciendo:
Todos:
Descienda la bendición de Dios
sobre los consagrados
por entero a Schoenstatt,
trayéndoles felicidad y salvación
aquí y en la eternidad. Amén
T
A
L
L
E
R
I
D
E
tus anhelos:
en la casa:
en el apostolado:
otros:
C. ¿Qué cosa no te gusta hacer? (o te produce violencia interior)
E. Escribe las cinco cualidades que tu pareja te entrega y compáralas con tu descripción.
su ámbito social
PROGRAMA
1. Introducción
2. Trabajo grupal:
¿Cuál es mi imagen de Dios?
¿Cuál es mi imagen del hombre?
4. Trabajo personal:
Reconozco lo que soy objetivamente
Analizo y escribo cuál es mi imagen de Dios
Analizo y escribo cuál es mi imagen del hombre
1. ORACION INICIAL
2. OBJETIVO
3. MOTIVACION
Damos un paso más en el conocimiento de nosotros mismos
Nos hemos dado cuenta de lo poco que sabemos de nosotros mismos, de nuestros anhelos, esperanzas y temores. ¡Nos
conocemos superficialmente!
Nos cuesta creer que somos llamados de manera original y única a realizar una misión para la cual estamos potencialmente
capacitados
Nos cuesta convencernos que de la realización de ella depende nuestro propio desarrollo natural y sobrenatural o nuestra
felicidad. Y no sólo esto, sino también el destino del resto de la creación.
Nos cuesta tomarnos en serio. Nos cuesta tener una mirada de fe, ver con los ojos de Dios.
Nos cuesta creer que somos tan importantes para Dios, nuestro Creador y Padre
Nos cuesta creer que podemos responder a sus expectativas.
Ambas imágenes emergen de vivencias de nuestra niñez. Son experiencias que van más allá de los conceptos aprendidos
racionalmente.
Nuestra propia valorización refleja la conducta que observamos en quienes nos rodean, el ambiente en que nos
desarrollamos, etc. ¡Todo eso influye!
La vivencia que tenemos de Dios tiene que ver, en gran medida, con la imagen que tenemos de nuestro padre natural.
Podemos tener en nuestro interior la imagen de un Dios Padre o de un Dios juez, o de un Dios que realizó "su obra" y después
se desentendió de ella.
4. DINAMICA GRUPAL
5. MOMENTO DE ORACION
Explicar y ponerse de acuerdo sobre los pasos a seguir en el momento de oración en el Santuario.
Oración inicial
Meditación: oración para aceptar mi propia persona.
Cada uno anota, en hoja que se entregará, lo que objetivamente es: hombre o mujer, número de hermanos, profesión,
creencia religiosa, casado, número de hijos, algún rasgo físico, estatura, etc. etc.
Cada uno anota, en hojas apartes, lo que reflexionó sobre su imagen de Dios y sobre su imagen del hombre.
Entrega del material y explicación del trabajo que deben traer para la próxima sesión:
Material de caracterología: test, tabla y explicación.
Biblia, Hacia el Padre, carpeta con material y cuaderno personal.
La verdadera imagen de Dios
La imagen personal que cada uno tiene de Dios es una de las preocupaciones centrales del Padre Kentenich. Recoge
así el mensaje bíblico más profundo: Dios vive y actúa. No es una idea abstracta. Tampoco un mero principio creador. Es
una existencia real y concreta. Toda la Escritura es testimonio de sus intervenciones en la historia de los hombres. Ese es el
dato revelado, la vertiente objetiva de una auténtica imagen de Dios. La realidad personal de Yahveh es expresada por los
salmistas con antropomorfismos referidos a El: hablan de sus manos (18,36), de su rostro (17,15), de su mirada (32,13), de
sus labios (17,4), de su boca (19, 9), de sus pies (18,10). En cambio, los ídolos son justamente todo lo contrario: "hechura
de manos humanas", no ven ni hablan, no oyen ni actúan. Son seres que no pueden salvar (Sal 115).
La mejor manera de hacerlo es el anuncio y vivencia del auténtico rostro paternal de Dios. El Dios bíblico se revela
como un Dios con rostro y nombre propio, que cuida del mundo salido de sus manos y se ocupa de cada hombre, su creación
predilecta. Con ese hombre quiere sellar un pacto de amor personal. Lo elige con amor gratuito para hacerlo participar de su
propia vida, regalándole la dignidad de hijo. Su ley fundamental es el amor. Todo lo hace por amor, por medio del amor y
para despertar una respuesta libre de amor. No podría
ser de otra manera: "Dios es amor" (Jn 4,8). Cuando se comunica, lo hace a partir de su propia identidad, regala su misma
intimidad, no entrega algo externo a él sino su propio ser.
Es el Dios Todopoderoso , "tu redentor, el que te formó desde el seno materno. Yo, Yahveh, lo he hecho todo, yo, Sólo,
extendí los cielos, yo asenté la tierra, sin ayuda alguna" (Is 44, 24). (...)
Es también el Dios infinitamente sabio, que todo lo conoce y a todo conduce a su fin. En el ambiente infernal del campo de
concentración de Dachau, el Padre Kentenich oraba: "Padre, hágase en cada instante lo que para nosotros tienes previsto.
Guíanos según tus sabios planes y se cumplirá nuestro único anhelo... Silencioso y paternal te vemos detrás de cada suceso; te
abrazamos con amor ardiente y con ánimo de sacrificio vamos alegres hacia ti". Esa disponibilidad apunta a colaborar con el
designio de Dios: conducirnos al encuentro con El. "Todo cuanto hace el buen Dios, todo cuanto permite, sea agradable o
desagradable, tiene solamente un fin: Hacia el Padre va el camino. ¡Hacia el Padre! Esta es la finalidad que persigue el Dios vivo
en todos los designios y acciones providenciales".
Dios es poderoso y sabio, pero sobre todo es amor. El Padre Kentenich afirma: "La fe nos dice que Dios, de un modo
misterioso, es simultáneamente el Dios de la verdad, de la justicia y de la santidad que en la conducción total de la historia del
mundo no se aparta ni un milímetro de las líneas creadas por El de las leyes inscritas en su creación. Pero también, y más aún, es
el Dios del amor, que siempre pone la verdad, la justicia y la santidad al servicio del amor". (...)
Esta es la experiencia fundamental de Israel. Su historia está protagonizada por un Dios con amor de padre, que se acercó a
hombres en situación de esclavitud, que vio su miseria y escuchó sus gritos, que conoció sus angustias y obró su liberación (Ex 3;
Dt 4). Israel confiesa que Dios realizó con él lo que un padre hace con su hijo: lo generó como pueblo, lo alimentó, lo condujo por
el desierto. Bajó "hasta su pueblo y lo levantó" atrayéndolo hacia sí, le enseñó a dar los primeros pasos (Ex 15-17). Al conjuro del
reiterado amor de Dios, el pueblo pasa de la murmuración a la queja, de la queja a la palabra, de la palabra al diálogo, del diálogo a
la alabanza (Ex 1-19). Israel no puede aducir méritos previos ni prerrogativas particulares (Dt 7, 7). Al amor primero y gratuito sólo
le cabe responder con un amor total (Dt 6, 5).
(...)
El amor de Dios Padre se manifiesta asimismo con toda la profundidad y delicadeza del amor materno. El Catecismo de la
Iglesia Católica afirma: "Al designar a Dios con el nombre de 'Padre', el lenguaje de la fe indica principalmente dos aspectos: que
Dios es origen primero de todo y autoridad trascendente y que es al mismo tiempo bondad y solicitud amorosa para todos sus
hijos. Esta ternura paternal de Dios puede ser expresada también mediante la imagen de la maternidad (cf Is 66,13; Sal 131,2) que
indica más expresivamente la inmanencia de Dios, la intimidad entre Dios y su criatura" (239). El Dios bíblico se revela como un
Dios Padre con entrañas maternales. En efecto, es madre que genera a Israel a la vida y lo da a luz, que amamanta a su hijo, lo
lleva en brazos y sobre sus rodillas lo acaricia (Is 66,8s). Es madre que consuela y que jamás olvida al hijo de sus entrañas (Is 49,
15). Del "seno del Padre" (Jn 1, 18) proviene el Hijo Único, el que en la plenitud de los tiempos puso su morada entre nosotros. Y
al final de los tiempos Dios se mostrará con un típico gesto maternal, enjugando las lágrimas de
ojos cansados de sufrir y de llorar (Ap 21,4). Y con amor fuerte de padre pondrá fin al dolor ya la injusticia haciendo surgir una
creación renovada, la ciudad que no necesita ni de sol ni de luna porque la ilumina la gloria de Dios (Ap 21, 23). (...)
Es importante recalcar la síntesis de paternidad y maternidad en Dios, por múltiples motivos. Uno de ellos es evitar que la
acentuación unilateral de la figura paterna conduzca a una imagen virilizada de Dios, olvidando que El no es varón ni mujer
sino precisamente Dios, el ser superior y trascendente. Y que justamente por eso, es origen, modelo y meta de todo ser humano.
Tal imagen virilizada ha oscurecido y en muchos casos descalificado el valor y la dignidad propios de la mujer y de lo
femenino, sirviendo de justificativo para un virilismo primitivo y un machismo opresor. Pero no sólo la mujer es la víctima de
tan grave mal. También el varón lo sufre, porque él recién alcanza su auténtica virilidad cuando es capaz de relacionarse con la
mujer, respetando su originalidad en términos de reciprocidad y complementariedad.
(...)
No hemos llegado todavía a la profundidad última del amor divino. Falta el adjetivo más calificativo: el amor misericordioso.
Porque nuestro Dios es "misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en amor y fidelidad" (Ex 34, 6). Misericordia no es
compasión y lástima, limosna de afecto al miserable. En su encíclica sobre este tema, afirma Juan Pablo II que la misericordia es la
fuerza del amor que hace recuperar la dignidad perdida, un amor más fuerte que el pecado y la traición (DM 5-6) . Ella es la
respuesta de Dios a la dura experiencia interior de la culpa y de las situaciones de sufrimiento y desventura. Es la ratificación más
plena de su voluntad de alianza, porque ni siquiera el pecado y la rebeldía del hombre pueden borrarla. La alianza, en efecto, es
gesto soberano de Dios, el hombre no puede provocaría. Al aceptar el pacto, el hombre manifiesta su respuesta conformando su
vida según las condiciones de la alianza. Goza entonces de sus bendiciones y beneficios. El pecado interrumpe en el hombre su
comunicación con Dios. Pero no tiene poder para alterar en Dios su voluntad de alianza, y el ofrecimiento de Dios permanece para
siempre.
En la encíclica, el Santo Padre alude a los ricos matices de la revelación bíblica del amor
misericordioso (DM 4). El primer matiz está expresado con la palabra "hesed" y denota una actitud de
profunda bondad, que no está fundamentada en los méritos y cualidades de la otra persona, o del pueblo, sino
en la propia decisión de amar. Es en virtud de la fidelidad a sí mismo que se mantiene la benevolencia. Es lo
que llevó a Yahveh a sellar alianza con su pueblo. Se la ofreció como don gratuito y libremente se
comprometió a no romperla. Claro está que espera la respuesta de Israel y su pecado le duele. Incluso, en este
caso, en virtud de la reciprocidad del pacto, Dios en justicia habría dejado de estar obligado para con su
pueblo.
Pero es entonces cuando se manifiesta como el Dios misericordioso, el que es "responsable de su amor", de un amor que da, amor
más fuerte que la traición, gracia más fuerte que el pecado" (DM 4). Por lo mismo, es un amor sólido, firme, inalterable. El segundo
vocablo, "rahamin", posee el matiz de la ternura maternal. Desde el vínculo profundo y originario que liga al niño con la madre
brota un amor particular. No está provocado por méritos previos sino por la bondad y ternura de la madre, su paciencia y
comprensión, su capacidad para ayudar en situaciones de
TALLER IDEAL PERSONAL
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peligro o necesidad. En Dios, es también la disposición al perdón de los pecados y al olvido de las ofensas recibidas: Yahveh
proclama: "Yo curaré su rebeldía y los amaré generosamente" (Os 14, 5).
La misericordia es la expresión más acabada del amor paternal de Dios. Difiere de la justicia, dice Juan Pablo II, pero no está
en contradicción con ella. Porque el amor condiciona a la justicia y, en definitiva, la justicia es servidora del amor (DM 4). Esta es
igualmente la insistencia del Padre Kentenich: "El Padre Dios puede también causar dolor. Es también el Dios justo, pero la
justicia es siempre movida por la misericordia, por el amor paternal".
MOMENTO DE ORACIÓN
CANTO: Voz 2:
Me cuesta tanto la armonía de todo mi ser. Pero se, Señor,
que tú mismo me amas como a la perla más preciosa de tu
Madre del silencio (N0 5) corazón. Entonces, vuelvo a levantarme
Madre desciende (N0 7) del suelo, de la tristeza
Cristo está conmigo (N0 22)
y comienzo a mirarme con otros ojos:
con tus ojos, Señor.
2. ORACION
Voz 3:
Querida Madre y Reina, Cada limitación y pecado
ayúdame a despojarme se vuelve una belleza
de todo lo que me intranquiliza porque tú me sanas, me transformas
para que, en silencio y pobreza, y me llenas por completo.
el Espíritu de Dios pueda llegar hasta mí Cada cosa dentro de mí tiene un sentido,
y encontrar en mi alma un por qué y un para qué.
un ambiente sereno, No he sido creado por azar sino por amor
de acogida y entrega. y para ser imagen tuya.
Haz que mi inteligencia
se abra a su luz Voz 4:
y aprenda a ver con los ojos de Dios. Regálame la profunda Todo lo que me causa tanto dolor
comprensión puedo, entonces, llevarlo con alegría,
del corazón porque tú eres en mí el que lleva la cruz.
que tanta sabiduría da a los que aman. Ábreme al querer del Me alegro de ser quien soy
Padre y no quisiera ser nadie más.
y configura mi ser v mi obrar,
según su santa voluntad. Amén. Todos:
Soy único, irrepetible, original,
porque tú me has creado
3. MOMENTO DE SILENCIO como la perla más preciosa
de tu corazón. Amén.
Oh Señora mía...
7. CANTO FINAL
Magnificat (N0 6)
Tuyo soy (N0 14)
El Señor es mi Pastor (N0 25)
8. BENDICION
GUÍA:
Por intercesión de nuestra Madre y Reina y
por la oración de nuestro Padre Fundador,
pidamos juntos la bendición sobre nosotros y
sobre todas las personas que Dios nos ha
confiado, diciendo:
Todos:
Descienda la bendición de Dios
sobre los consagrados
por entero a Schoenstatt,
trayéndoles felicidad y salvación
aquí y en la eternidad. Amén
MI IMAGEN DE DIOS
1 ¿Cuál es la idea central?
2. ¿Qué carencias, qué vacíos tiene mi imagen de Dios? ¿Qué tiene de hermoso?
3. ¿Qué vivencias plasmaron esta imagen?
4. ¿Por qué la tengo?
TALLER IDEAL PERSONAL
2º ENCUENTRO / PÁGINA 22
1. Introducción
2. Trabajo grupal:
¿Cuál es la verdadera imagen de Dios?
¿Cuál es la verdadera imagen del hombre?
4. Trabajo personal:
Enriquecer la imagen de Dios y del hombre
Perfil Caracterológico
Entrega del material para el próximo
Encuentro
1. ORACION INICIAL
2. REVISION
Revisar la vida: ¿Cómo nos fue con el Test?
Aclarar dudas
3. OBJETIVO
4. MOTIVACION
5. DINAMICA GRUPAL
6. MOMENTO DE ORACIÓN
Oración inicial
Meditación: ¿Quién es Jesús de Nazareth?
Leerlo en voz alta, tranquila y pausadamente, dejando momentos de silencio.
Trabajo personal:
1. Cada uno enriquece su imagen de Dios y del hombre, imagen que tenía del encuentro anterior, con todo lo reflexionado
en este encuentro. Lo anota en su cuaderno personal.
2. Cada uno revisa la descripción del temperamento con que se identifica y hace su perfil caracterológico en primera
persona y de acuerdo al siguiente orden:
a) Mis características generales
b) Mis aspectos tendenciales positivos.
c) Mis aspectos tendenciales negativos.
NOTA:
Si se ha identificado con más de un temperamento haga una síntesis, considerando lo más propio. Dejar tiempo necesario
para que cada uno termine con calma. No hay término en común.
DINAMICA GRUPAL:
¿CUAL ES LA VERDADERA IMAGEN DE DIOS?
La verdadera imagen de Dios es esa imagen que nos ha revelado, en toda su plenitud Jesucristo.
Dios es Amor (1 Jn 4,18-16; Jn 3,16)
Dios es Comunicación (Jn 3, 31-34)
Dios es Padre y Madre (Is 66,13; 49,15. Rom 8,14-17. Sal 25, 6; 115, 5; Lc. 13,34.)
Todo pensamiento queda en suspenso , toda palabra enmudece, si me enfrento creyentemente a la realidad... “Y Dios se hizo
hombre “ (Gal 4,4), semejante en todo a su creatura, menos en el pecado. Dios asumió un corazón de carne para poder acercamos
más a su manera de amar... Un cuerpo, para poder sufrir y morir... Habló para nosotros ya no a través de los profetas u otros
enviados... ¡el eco de sus palabras aún vibra en el universo!
¡SI pudiéramos creer que nos ama con amor eterno y desinteresado! ... Que nos creó simplemente por y para el amor...
Que podemos entregarle confiadamente nuestro corazón y nuestra libertad, seguros que será fiel...
Ese es el Dios que pide nuestro asentimiento para salvarnos, nuestro colaboración responsable para dar la vida; para cuidar y
desarrollar la creación. (Gen 1,28)
Desde lo más íntimo del corazón nos enseña, como Espíritu Santo, a ser hijos en "el Hijo", en Jesús; fortalece nuestra voluntad,
ilumina nuestra inteligencia, orienta nuestros afectos hacia el bien.
¡Pero no nos determina! pues ya nos ha dignificado con la libertad, aunque aquello constituya el riesgo mayor de su amor.
En cuanto Dios, nos ha dotado de todo bien; siendo hombre, se entregó por entero, él mismo y todo lo suyo.
¿COMO SOY?
(Le oí decir a Dios)
(Miguel Ortega)
El hombre es una persona, cuya dignidad es inalienable, debido a su origen, fin y destino:
Dios. De esta persona se pueden señalar muchas características, pero la más importante es que es hijo de Dios.
El Nuevo Adán, a imagen del cual fue creado el primer Adán, ha hecho visible para todos los tiempos la realización plena de
esta creatura predilecta de Dios que es el hombre (Col 1, 15-19).
Por tanto, podemos conocer que el hombre no es un ser autónomo. Existe con un fin, dado por su Creador. Pero este fin debe
ser para cada uno una opción libremente aceptada.
El día del bautismo, Dios intervino para salvar mi amenazada dignidad. Ese día, él se acercó a mi para decirme: "Tú vales,
y vales infinitamente. Porque desde toda eternidad, yo te escogí y decidí crearte para que fueras mi hijo en Cristo Jesús. Por eso
ahora, ato mi vida a la tuya: porque eres valiosísimo a mis ojos. Tan valioso que, cuando el pecado amenazó con destruir la
dignidad de tu vocación, yo envié a mi Hijo Unigénito a morir de amor por ti, para reconquistar así tu corazón rebelde. Por eso tú
vales más que todas las riquezas del mundo:
porque tu dignidad no fue rescatada con algo caduco como el oro y la plata sino al precio de la sangre".
Todos llevamos dentro un hambre imperiosa de que alguien nos diga: "Tú vales". Es eso lo que los hijos esperan con
ansiedad oír de sus padres durante la infancia y la adolescencia: porque para creer en el propio valor necesitan que otras personas,
que los conocen y a quienes ellos admiran, se lo confirmen En eso consistió, sobre todo, la inolvidable emoción del primer amor:
cuando alguien, libremente, con mucho más libertad que nuestros propios padres, me escogió para amarme entre muchos otros que
podría haber elegido- porque consideró que yo era digno de ser amado así, tal como soy.
Ese fue el "tú vales" más, semejante al que nos dijo Dios el día del bautismo, al revelamos que él también nos había
escogido libremente, enteramente a su gusto, así como somos, desde toda eternidad. Y por eso, ese "tú vales" nos condujo al
matrimonio: para poder tener siempre a nuestro lado a esa persona que, con su amor, nos estaría recordando cada día lo valioso que
somos.
Ningún ser humano responderá jamás, de modo plenamente satisfactorio, a nuestro hambre de valer. Nuestra dignidad no puede
por ello fundarse en lo que piensen o digan de nosotros los demás. Valemos por lo que somos a los ojos de Dios. Valemos
infinitamente:
porque , con amor infinito, él nos escogió para ser sus hijos; porque nos rescató a un precio infinito; porque nos tiene destinados a
una felicidad eterna e infinita El "tú vales" que él nos dijo el día de nuestro bautismo, nos reveló aquella vocación que es la única
raíz y fuente verdadera de nuestra dignidad. Si lo tomamos en serio, nuestra vida cambiará. Como cambió la vida de Pedro, de
Mateo, de Magdalena y de todos los que Jesús llamó. Porque su llamado significaba: "Ven, pues yo, Dios, te considero valioso, te
quiero, te necesito".
Nuestra vocación a ser hermanos de los demás hombres (y no átomos a su lado, ni instrumentos en sus manos); y nuestra
vocación a ser señores de la creación (y no esclavos de las cosas o de poderes externos a nosotros mismos).
El día del bautismo, el Padre Dios nos hizo "sus hijos adoptivos en Jesucristo" (Ef 1,5). Pero tal adopción fue muy distinta
de las humanas. Aquí no hubo tan sólo un cambio externo:
de nombre y de situación jurídica. Por eso San Juan insiste en que no sólo nos "llamamos" hijos de Dios sino en que realmente "lo
somos" (1 Jn 3,1). En efecto, por el bautismo, la vida de Cristo, el Hijo sustancial del Padre, nos penetró y nos cambió por dentro,
haciéndonos "real, profunda y ontológicamente ... hijos del Padre en Jesucristo" P 240). Símbolo de esa vida nueva fue el agua que
se derramó sobre nosotros. A través de ella nos tocó" Cristo, uniéndonos a él no sólo de modo espiritual sino convirtiéndonos
también en parte y prolongación de su propio Cuerpo (12 Cor 12,13), de modo que no formemos con él sino una sola y misteriosa
realidad espiritual corporal en la que el bautismo nos "injerta" (Rom 11,1 6ss) y cuya densidad vital se va espesando en la medida
en que nos alimentamos con la carne del Señor en la Eucaristía.
Así, estrechamente unidos a Cristo, el Padre nos ve y nos ama desde el cielo como formando un sólo Hijo con su Unigénito.
Y como él, tenemos derecho a llamarlo "¡Abbá!, ¡Papá!".
Nuestra condición de hijos de Dios comporta una dignidad real: nos hemos convertido en miembros de la familia del Rey
del cielo y de la tierra, en un "linaje escogido" (1 Pe 2,9). Cada cristiano lleva invisiblemente sobre la frente una corona de príncipe.
Y todos los demás hombres llevan también la de su vocación a serlo.
Poseemos por el bautismo una nobleza no sólo real sino también santa. Porque Cristo nos ha comunicado su Espíritu Santo,
que habita en nosotros como en sus "templos" vivos (1 Cor 6, 19).
Somos, por lo tanto, hombres consagrados. Y con una consagración previa, más radical e importante que la de los religiosos, la
de los sacerdotes o la de los obispos: pues todas éstas no son sino derivaciones y concreciones de aquella primera y gran
consagración del bautismo, que nos concedió la dignidad de hijos y templos de Dios.
Ante ésta, cualquier otra dignidad es secundaria. A tal luz comprendemos por qué la Iglesia afirma que la dignidad de todo
hombre es inviolable: porque todos fuimos creados para llegar a ser –por uno u otro camino- eternamente hijos y templos de Dios.
(Textos seleccionados del libro “Nuestra Vida de Alianza Con Dios", P. Hernán Alessandri)
7. ORACIÓN FINAL
OFICIO DE SCHOENSTATT
(Oración Final)
Trinidad Santísima
alabanza a ti eternamente,
alabanzas por todo lo grande
que realizaste con nosotros,
porque a Schoenstatt le diste Madre,
sumergiéndonos por ella
en la hondura de Cristo.
Te alabamos,
porque la vida de María
fue norma para nuestro trabajo cotidiano;
porque en su vida
el esplendor solar de Cristo
nos lo hiciste llegar
con cercanía tan humana.
Con júbilo
PAUTA DE TRABAJO PERSONAL
1. Enriquecer la imagen de Dios y del hombre que teníamos hasta hoy, con lo reflexionado
en este encuentro.
a. Conscientes y enaltecidos por la imagen de Cristo que Dios ha plasmado en nuestro corazón, revisemos la
descripción del o los temperamento (s) con que nos identificamos en el test y hagamos nuestro perfil
caracterológico.
c. Si se ha identificado con más de un temperamento, haga una síntesis considerando lo más propio.
MI HISTORIA DE VIDA
“Entonces me fue dirigida la palabra de Dios en estos términos: Antes de haberte formado yo en el seno materno, te
conocía, y antes de que nacieses, te tenía consagrado...”(Jer.1, 4-5)
NIÑEZ
ADOLESCENCIA
TALLER IDEAL PERSONAL
3º ENCUENTRO, PÁGINA 34
JUVENTUD
TALLER IDEAL PERSONAL
3º ENCUENTRO, PÁGINA 35
ADULTEZ
TALLER IDEAL PERSONAL
3º ENCUENTRO, PÁGINA 36
CUARTO
ENCUENTRO
PROGRAMA
1. Introducción
Nuestra historia de vida a la luz
de la Divina Providencia: un camino
para encontrar el Ideal Personal
3. MOTIVACION
a) Resumir lo que se ha hecho hasta ahora:
Hemos aclarado en común lo que es el Ideal Personal como:
- La propia identidad
-Llamado original del amor
- Forma de incorporación a Cristo
- Seguimiento original de María
Nos dimos cuenta que no es fácil tener una visión clara y objetiva de nosotros mismos. Por eso hemos
profundizado en la imagen que tenemos de Dios (Dios - Padre - Madre - Amor) y del hombre (Cristo) para así adentramos
con otra actitud - de respeto- en nuestro interior; queremos descubrir al Cristo que hay en nosotros. Desde esa perspectiva
hicimos nuestro perfil caracterológico.
b) Recoger la vida:
¿Qué nos ha significado el trabajo hecho hasta ahora?
¿Nos ha dado una nueva perspectiva?
¿ Nos ha servido?
¿Nos hemos ayudado como pareja?
Recoger opiniones.
4. MOMENTO DE ORACIÓN
Oración personal (silencio)
Meditación (pauta litúrgica)
Reflexión personal: Revisar y completar la historia de vida.
Trabajo personal: descubrir las carencias y regalos en cada una de las etapas.
El Ideal Personal es una vocación, un llamado que Dios nos hace personalmente y que nos va desvelando
progresivamente a lo largo de nuestra vida. Queremos captar y escuchar este llamado para entregarnos con toda nuestras
fuerzas a su realización. Desde este punto de vista, descubrimos el Ideal Personal en la medida que paulatinamente vamos
detectando, a lo largo de nuestro caminar, el designio particular que la Divina Providencia tiene con nosotros.
Por lo tanto, si nos basamos en el hecho que Dios tiene un plan de amor con nosotros, y que nos lo va revelando
lentamente en el transcurso de nuestra vida, haremos de la reflexión sobre nuestra historia personal el camino predilecto
para encontrar nuestro Ideal. Esta misma historia será fuente constante de inspiración para su desarrollo, pues Dios
siempre nos habla en la vida y a través de la vida.
El Señor nos llamó ya desde el seno materno por nuestro propio nombre y su Divina Providencia nos acompaña
desde el primer momento de nuestra existencia. El previó las circunstancias en que crecimos v a través de ellas nos exige
y nos educa. Por consiguiente, consideramos, a la luz de una fe práctica, los acontecimientos más significativos de nuestro
camino para desentrañar su significación profunda, para conocernos a nosotros mismos y descubrir nuestra tarea de vida.
Estos hechos son un llamado de Dios. Así como Dios tejió con Israel una historia sagrada, así también teje en nuestra vida
- y nosotros con él- un "pequeña historia sagrada", la historia de nuestra alianza, el designio de nuestro Ideal Personal.
Para lograr este objetivo es necesario, primero, hacer memoria; segundo, interpretar nuestra historia, y tercero,
detectar las constantes más notables que se manifiestan en ella.
Primero, es necesario hacer memoria: Sabemos quiénes somos en la medida en que conocemos nuestro origen y
nuestro devenir. Por eso, partimos recordando las diversas etapas por las cuales hemos pasado, los acontecimientos que
han marcado nuestra vida. Hacemos una cronología de nuestro camino: nacimiento, primera infancia, pubertad, juventud,
etc. Subrayemos los acontecimientos más sobresalientes y las vivencias más profundas. Tal vez el cambio de una ciudad a
otra, pruebas o caídas graves, encuentros o amistades significativas, etc. En resumidas cuentas, registramos todo aquello
que nos parece importante, por su flujo positivo o negativo, revisamos nuestras vivencias fundamentales en el encuentro
con Dios, en la revelación con el prójimo, en el trabajo, etc.
Segundo: Una vez hecho este recuento cronológico o breve autobiografía, pasamos a interpretarla a la luz de la Divina
Providencia. Es decir, tratamos de desentrañar en la meditación y en la oración, iluminados por la luz de la fe, el mensaje
que Dios nos envía a través de nuestra historia El Señor habla mediante los acontecimientos, sean éstos positivos o
negativos. Muchas veces Dios nos llama la atención y nos señala una tarea de vida por los sucesos y las vivencias que nos
han causado un profundo sufrimiento o han constituido para nosotros una fuerte crisis existencial. Dios quiere que
aprovechemos las experiencias dolorosas que hemos tenido, sin excluir el pecado, de acuerdo a la
de San Pablo: "Todo coopera al bien de los que aman a Dios”. Nada importante debe quedar fuera de nuestra reflexión.
Cada acontecimiento significativo será elaborado en la meditación y oración.
Cuando tomamos conciencia que Dios tiene un plan de amor, conseguimos una profunda reconciliación con nosotros
mismos y con nuestra historia de vida concreta.
El tercer paso en este camino consiste en buscar los grupos de hechos que se repiten o descubrir las constantes de la
propia vida. Dios nos va haciendo «señales» en el camino y nos llama la atención sobre cosas que son importantes, que nos
muestran su voluntad. Lo hace, a veces, a través de importantes dificultades o por la fecundidad especial en alguna
actividad nuestra. En nuestra historia se revela también la estructura psicológica original con que Dios nos ha dotado, el
impulso fundamental que vibra en nuestro ser, la tarea hacia la cual tendemos, el compromiso que requieren de nosotros
los signos del tiempo y las circunstancias y todo aquello que el Espíritu Santo infunde en nuestro ser como gracia y
carisma personal. La meditación de nuestra historia es, desde este punto de vista, un camino privilegiado para encontrar el
Ideal Personal, al cual debemos dar una importancia particular.
No está demás insistir en que la reflexión de nuestra historia, a la luz de la fe práctica en la Divina Providencia, debe
estar acompañada de la oración. No es simplemente un análisis, es una meditación y una revisión de nuestra vida con la
mirada de Dios.
2. ORACIÓN
Querida Madre y Reina,
ayúdame a despojarme
de todo lo que me intranquiliza
para que, en silencio y pobreza,
el Espíritu de Dios pueda llegar hasta mí
y encontrar en mi alma
un ambiente sereno,
de acogida y entrega.
Haz que mi inteligencia
se abra a su luz
y aprenda a ver con los ojos de Dios. Regálame la profunda
comprensión
del corazón
que tanta sabiduría da a los que aman. ¿A dónde iré yo lejos de tu espíritu a
Ábreme al querer del Padre dónde de tu rostro podré huir?
y configura mi ser y mi obrar, Si hasta los cielos subo, allí estás tú,
según su santa voluntad. Amén. si en la tierra me acuesto, allí te encuentras.
Oh Señora mía...
9. BENDICION
GUÍA
Por intercesión de nuestra Madre y Reina y por la oración de
TALLER IDEAL PERSONAL
4º ENCUENTRO, PÁGINA 41
NIÑEZ
REGALOS
CARENCIAS
TALLER IDEAL PERSONAL
4º ENCUENTRO, PÁGINA 42
ADOLESCENCIA
REGALOS
CARENCIAS
TALLER IDEAL PERSONAL
4º ENCUENTRO, PÁGINA 43
JUVENTUD
REGALOS
CARENCIAS
TALLER IDEAL PERSONAL
4º ENCUENTRO, PÁGINA 44
ADULTEZ
REGALOS
CARENCIAS
TALLER IDEAL PERSONAL
4º ENCUENTRO, PÁGINA 45
QUINTO
ENCUENTRO
PROGRAMA
1. Introducción
Nos adentramos en el mundo de nuestros
anhelos: nuestro Yo-Rey.
2. Trabajo Grupal
Actitud de María que me identifica o me gusta.
3. Momento de Santuario
Oración
Trabajo personal
PAUTA PARA EL GUÍA: 5º ENCUENTRO
1. INTRODUCCION
Recoger la vida:
- ¿Qué ha significado trabajar en nuestra historia de vida?
- Es Dios quien nos ha ido modelando.
- Es Dios quien nos revela su voluntad para con nosotros.
Poner en común lo que eso ha significado: interpretación que hemos podido hacer,
constantes que hemos descubierto.
2. OBJETIVO
3. MOTIVACION
Ayudamos a entrar en contacto con el mundo de los anhelos.
Es la búsqueda intuitiva de nuestro Ideal Personal.
Requiere un atreverse a proyectarnos, a miramos positivamente.
En esa atracción espontánea a personas, símbolos, resuena nuestro Ideal Personal, que
desde siempre ha estado en función en nosotros.
4. DINAMICA GRUPAL
¿Qué episodio de la vida de María me llama la atención?
¿Qué actitud de Ella me identifica o me atrae?
Explicar lo que se va a hacer.
Aclarar dudas y reforzar conocimientos en relación a la imagen bíblica de María.
Dejar 15 minutos para que cada uno lo lea en silencio y lo medite.
Cada uno escribe la respuesta a la pregunta señalada.
Poner en común.
5. MOMENTO DE ORACIÓN
Oración y meditación (según pauta litúrgica)
Trabajo personal
Conclusión.
Junto a los métodos más reflexivos para encontrar el Ideal Personal, existen otros caminos de búsqueda más intuitivos.
Ambos caminos de búsqueda se complementan y esclarecer mutuamente.
Aunque no conozcamos reflexivamente nuestro Ideal Personal, éste está presente en nosotros de manera funcional, por
nuestra estructura de ser, por el impulso de la gracia que actúa en nuestra alma o en nuestro compromiso profesional. Esto ocurre
sobre todo en personas que han logrado un cierto nivel de vida interior.
Lo dicho explica que podamos encontrar, por ejemplo, el núcleo de nuestro Ideal Personal en la oración que rezamos con
predilección Puede ser una oración o una jaculatoria muy personal, o quizás una oración que hemos adoptado y que siempre
rezamos porque nos gusta y sentimos que ella interpreta nuestros anhelos y sentimientos más profundos. Si nos preguntamos por
qué nos gusta esa oración o cuáles son los valores más importantes que se expresan en ella, entonces encontramos allí reflejado el
impulso básico de nuestra alma.
Podemos preguntarnos también por nuestra vivencia religiosa más profunda, por aquella experiencia que brota del
encuentro con Dios y constituye lo que suele llamarse el "pequeño secreto" del alma. En este contexto existe tal vez un pasaje del
Evangelio, algún episodio de la vida del Señor, de María o de algún apóstol que siempre nos ha atraído e inspirado. Esto significa,
entonces, que en ese pasaje o en esa escena se encuentra, de algún modo, nuestro ideal. En forma irreflexiva se manifiesta nuestra
receptividad original de valores y el llamado que nos hace el Señor por la acción del Espíritu en nuestra alma.
Quizás hemos formulado nuestro Ideal Personal espontáneamente en un lema o en una frase que, de una u otra manera, ha
estado presente en nuestra vida y en nuestra acción. Una frase del Evangelio, de algún santo o tal vez un lema comunitario, tocaron
en un momento dado las fibras más profundas de nuestro ser y de nuestra vocación personal y han permanecido por ello siempre
presentes en nosotros inspirando y animando nuestra vida interior y nuestras actividades.
Preguntémonos por las personalidades que más nos atraen, por los santos con los cuales sentimos mayor afinidad y que más
llaman la atención.
Por tratarse de vivencias e intuiciones religiosas básicas, muchas veces el Ideal Personal lo captamos a través de algún
símbolo o imagen que, espontáneamente, nos atrae. Tras ese símbolo se esconden fuerzas y anhelos profundos. Las montañas, la
paz de un lago que refleja el cielo, el agua que baja impetuosamente de las cumbres, el fuego que irradia luz y calor, la fortaleza y
cobijamiento que prodiga un árbol, la imagen de los alpinistas que escalan las alturas, la solidez de las rocas, éstas y otras imágenes,
muchas veces, traducen intuitiva y certeramente la tendencia fundamental de nuestra personalidad mejor que los conceptos
puramente racionales.
En esta misma dirección puede ayudarnos eficazmente, en la búsqueda del Ideal Personal, la lectura meditada del Evangelio.
Subrayamos o anotamos entonces, las frases o las escenas que más nos tocan interiormente y en las cuales sentimos que el Señor
nos interpela
Estos métodos más intuitivos para buscar el Ideal Personal poseen una importancia peculiar, ya que a través de ellos los
conocemos en forma más espontánea y fácil, sin caer en el peligro de posibles construcciones conceptuales, que en si tal vez sean
válidas como ideales objetivos, pero que, en realidad, no reflejan ni traducen la novedad original de nuestra personalidad.
Este modo de encontrar el Ideal Personal se complementa con la reflexión sobre nuestra historia de vida a la luz de la fe
práctica en la Divina Providencia y se esclarece ulteriormente con la ayuda de los otros caminos mencionados. Como ya hemos
dicho, son modalidades complementarias de búsquedas y cada persona le dará especial importancia a aquella que le preste a ella
una ayuda más eficaz.
María está junto a la cruz, herida profundamente en su corazón de Madre, pero erguida
y fuerte en la entrega.
Es la primera seguidora de Cristo: toma sobre sí la carga de la cruz y la lleva con amor
integro.
Es la hora de la fidelidad, la ratificación de su primer "si”.
Su dolor se vuelve amor fecundo, su corazón de Madre se abre a nuevos hijos. En Juan
recibe a la Iglesia.
Mi Señor y mi Dios
Toma todo lo que me ata,
Cuanto disminuye mi fuerte amor por Ti
Dame todo lo que acreciente el amor por Ti
Y, si estorba al amor, quítame mi propio yo
Amén.
Oh Señora mía...
7. CANTO FINAL
Madre desciende (N° 7)
Tuyo soy (N° 14)
Es imposible (N0 18)
5. BENDICION
GUÍA:
Por intercesión de nuestra Madre y Reina y por la oración de
nuestro Padre Fundador, pidamos juntos la bendición sobre
nosotros y sobre todas las personas que Dios nos ha
confiado, diciendo: TALLER IDEAL PERSONAL
5º ENCUENTRO, PÁGINA 52
TRABAJO PERSONAL
1. ¿Qué oración rezo con predilección? ¿Qué me gusta de ella?
2. ¿Qué episodio de la vida del Señor me atrae? ¿Qué me llama la atención en él?
SEXTO
ENCUENTRO
PROGRAMA
1. Introducción:
Comenzar una labor de síntesis de todo lo
meditado, para acercarnos a la formulación
de nuestro Ideal Personal
2. Momento en el Santuario:
Meditación
Trabajo personal
2. OBJETIVO
3. MOTIVACION
Hasta ahora hemos recogido antecedentes. En este encuentro vamos a intentar diferentes etapas en el cuadro “Trabajo de
síntesis”. Esto lo podemos hacer aquí, cómodamente, con espacio para trabajar y después nos vamos al Santuario.
En el Momento de Santuario, queremos dar una mirada horizontal y buscar, en esta visión de conjunto, los elementos que se
repiten, hacer relaciones, subrayar lo más importante, etc. Después, tratar de hacer la síntesis final de acuerdo a estas preguntas:
En el taller llegaríamos hasta aquí en los trabajos de la búsqueda del Ideal Personal; el próximo encuentro lo dedicaremos a ver
cómo se trabaja en el Ideal Personal.
4. MOMENTO DE ORACIÓN
Una vez hecho este trabajo de síntesis, iremos aún más a fondo, buscando cuál es la raíz última, qué es aquello que está más
vivo en nuestra alma, cuál es el aspecto más fuerte de nuestra pasión dominante, la tarea que más nos atrae y que enciende con
mayor vigor nuestro ser.
Si consideramos, además que, junto a nuestro "lado fuerte” existe un “lado débil”, que nuestro impulso fundamental se topa
con obstáculos y resistencias en nuestro yo, será necesario entonces, precisar cuál de todos esos obstáculos es el más importante.
Una vez dado estos pasos, estaremos en condiciones de formular nuestro Ideal Personal o de expresarlo en un símbolo. Sin
embargo, antes de decidir, cotejaremos diversas posibilidades. El lema recogerá, en forma sucinta, el núcleo de nuestro Ideal,
matizándolo con la evocación de otros elementos centrales si así nos parece conveniente. En todo caso, es aconsejable que en el
lema aludamos a notas positivas y también a los obstáculos que más impiden la realización de nuestro Ideal Personal. Si alguien
acentúa la tendencia a la donación y al servicio, o la fidelidad, y elige como lema, por ejemplo: "fiel en la entrega", podría ocurrir
que la falta de iniciativa y de espíritu de lucha hagan que ese Ideal pierda poco a poco su dinámica. Debería completar entonces su
formulación diciendo: "heroicamente fiel”, o "por tu reino, fidelidad heroica". De este modo, en el mismo lema se da una polaridad
que invita a la acción y a la superación de nuestras debilidades.
El lema elegido como fórmula del Ideal Personal no debe ser una idea abstracta, vaga, ni un puro concepto, sino una frase corta,
concisa, emotiva, que llame a la acción.
Ese lema nos hará así vibrar interiormente y despertará el núcleo demuestra vivencia religiosa y demuestra vocación personal.
En lugar de un lema podemos usar un símbolo, o bien ambas cosas a la vez: un símbolo suele sugerir más que las palabras y
traducir mejor nuestras aspiraciones.
Es útil también una fórmula más larga del ideal como complementación al lema e incluso escribir una especie de resumen
general o “carta magna" del Ideal Personal. Así podremos revisar y profundizar mejor el contenido de nuestro Ideal en las
renovaciones mensuales y en nuestros retiros espirituales.
Un acto de ofrecimiento y compromiso con el Señor y la Santísima Virgen puede sellar esta etapa de búsqueda del Ideal
personal. Pedimos, entonces, a ellos el auxilio de su gracia que nos hace dóciles a la voluntad del Padre Dios.
Es útil tener una oración del Ideal Personal, en la cual se exprese su contenido en forma sencilla. Debe ser más bien corta para
que pueda rezarse al modo de la "pequeña Consagración", Oh Señora mía, oh Madre mía", que se acostumbra rezar en Schoenstatt
como renovación cotidiana de la Alianza de Amor.
"En búsqueda de la propia Identidad. Crecer en humanidad", P. Rafael Fernández, Ed. Patris)
TALLER IDEAL PERSONAL
6º ENCUENTRO, PÁGINA 56
MOMENTO DE ORAClÓN
1. CANTO:
VOZ 2:
El Alfarero (N°15) Padre nuestro, Padre mío,
Es Imposible (N° 18) hoy quiero detenerme en este camino;
Día y noche(N° l7) silenciar lo que hay dentro de mi,
para comenzar todo de nuevo.
2. ORACION Me he dado cuenta que solo
Querida Madre y Reina, no puedo seguir,
ayúdame a despojarme mis alegrías me ahogan,
de todo lo que me intranquiliza el dolor me aprisiona toda el alma,
para que, en silencio y pobreza, la angustia cunde,
el Espíritu de Dios la tristeza se adueña de mí
pueda llegar hasta mí la angustia y el frenesí
y encontrar en mi alma me hacen no tener paz
un ambiente sereno, y me acelero en cada momento.
de acogida y entrega. Sin ti no puedo seguir viviendo,
Haz que mi inteligencia pues en ti todo se vuelve armonía
se abra a su luz y nada es asfixiante,
y aprenda a ver con los ojos de Dios. la paz envuelve todo el ser.
Regálame la profunda comprensión Los problemas se transforman
del corazón en peldaños,
que tanta sabiduría da a los que aman. la fe en alegría, el amor en vida,
Ábreme al querer del Padre mi historia personal, en luz para la vida.
y configura mi ser y mi obrar,
según su santa voluntad. Amén. VOZ 1:
Padre nuestro, Padre mío,
3. MOMENTO DE SILENCIO ¡quiero tanto descansar en ti!
y ofrecerte lo mío
GUÍA: para que puedas ayudarme a cargarlo,
Nos ponemos en presencia del Señor y de la en la persona de tu Hijo.
Mater. Con la apertura y sencillez de los hijos que nada Sólo así seré feliz: contigo y en ti:
temen, les confiamos lo que unido a tu corazón como alma gemela,
traemos en el corazón. respirando por ti,
viviendo en ti y contigo,
4. MEDITACION amando a los que me rodean con tu amor,
sirviendo con alegría,
"Padre"
donándome a los demás,
como Cristo en la Eucaristía.
VOZ 1:
Padre nuestro, Padre mío, VOZ 2:
salí de tu corazón para venir al mundo
a revelar tu Nombre. Padre nuestro, Padre mío,
Me formaste pensando en Cristo, para descansar
hay que detenerse en el camino.
para que mi vida sea un reflejo
Detenerse...¡cuánto cuesta!
de su presencia. Estoy acostumbrado a funcionar, a trabajar;
Volver a encontrarte no ha sido fácil; el mundo me dice que esto es una locura,
he andado por muchos caminos, es perder tiempo en cosas que no sirven.
pero siempre he anhelado Ellos no saben que Tú eres la fuente
donde todo comienza y hacia donde todo va.
estar en paz a tu lado.
____________________________________
c) Principales regalos y carencias
PROGRAMA
1. Introducción:
2. Trabajo grupal
3. Momento en el Santuario:
ofrecimiento del Ideal Personal (o sus líneas
generales) a la Mater
Llenar pauta de evaluación
Oración espontánea: cada uno agradece a la
Mater lo que ha descubierto y recibido.
1. INTRODUCCION:
Aclarar dudas y ayudar a hacer síntesis
Enseñar a trabajar con el Ideal Personal
Examen Particular
Horario Espiritual
Renovación Mensual
2. OBJETIVO
3. DESARROLLO:
Síntesis: ¿Quién soy? - Ser: sustantivo
¿Qué quiero? - Acción: verbo
¿Cómo? - Actitudes básicas que se pueden concretar:
- frente a Dios
- frente a los demás
- frente a mí mismo
5. DINÁMICA GRUPAL
Hombres y mujeres trabajan por separado (30 minutos)
Presentan su personaje: Nombre. Ideal Personal. Propósito Particular,
Horario Espiritual
Corrección y aclaración de dudas.
5. MOMENTO DE ORACION
Ofrecimiento del Ideal Personal (o sus líneas generales) a la Mater
Cantos: oración espontánea
Llenar pauta de evaluación
PROPÓSITO PARTICULAR
Se entiende por Propósito Particular la elección de un campo determinado de lucha, o la actividad concreta que se hace
objeto particular de nuestro esfuerzo. La persona se examina varias veces al día con el fin de renovar y verificar el cumplimiento de
este propósito.
Se trata de ponerse activamente en marcha hacia la conquista del ideal Personal: en concreto, de las actitudes que éste
implica. Así, por ejemplo, lucharemos teniendo como arma el Propósito Particular para superar aquellas actitudes contrarias a
nuestro Ideal, que se reflejan en los defectos típicos de la pasión dominante o del temperamento. O bien, buscaremos cultivar
positivamente los lados fuertes de nuestra pasión dominante o de nuestro temperamento, tratando de perfeccionar y ennoblecer las
actitudes que nos son más connaturales.
Es decisivo , en la elección del Propósito Particular, que la persona capte y responda a lo que Dios quiere que ella acentúe
en ese momento. Por eso, debemos tener en cuenta:
Voces del ser: Nuestra estructura individual, querida por Dios. Conocimiento de nosotros mismos: pasión dominante,
temperamento. Defectos y cualidades que deben ser superados y ennoblecidos.
Voces del tiempo: Acontecimientos y sucesos que nos rodean. Situaciones determinadas en el orden personal, en el orden
familiar y nacional, son signos que, debidamente interpretados, deben traducirse en acciones y actitudes.
Voces del alma: Son las insinuaciones de la gracia en nuestro interior. Dios habla en nuestra alma, nos da impulsos hacia el bien
y hace surgir en nosotros determinadas actitudes.
Por lo tanto, una mirada a las circunstancias, el conocimiento de nuestro carácter y el impulso espontáneo de la gracia en nosotros,
nos darán la claridad necesaria para ver en qué frente quiere Dios que luchemos especialmente.
El Propósito Particular debe estar íntimamente unido con el Ideal Personal; debe ser concreto (actitud asegurada en un punto
concreto); debe mantenerse por un tiempo prolongado; debe crear el clima en que nos movemos durante el día. Es importante
renovarlo durante el día.
HORARIO ESPIRITUAL
Es necesario para el cristiano que vive en medio del mundo, en el torbellino de la vida actual rodeado por una atmósfera en donde
la palabra de Dios ha perdido su significado real y donde todo lo invade un espíritu materialista; donde no resiste un cristianismo de
costumbre sino sólo aquel que nace de convicciones.
El Propósito Particular es eminentemente dinámico y nos lleva a compenetramos de una actitud que crea el clima espiritual
en el cual nos movemos. El Horario Espiritual, en cambio, quiere asegurar nuestro nivel espiritual "normal", el sustento que
necesitamos para mantener viva nuestra fe y nuestro amor a Dios y al prójimo.
Por el Horario Espiritual aseguramos el desarrollo del Ideal Personal en sus dimensiones básicas:
nuestra relación con Dios, con el trabajo y con nosotros mismos, "rescatando" así el día de trabajo para Dios
y poniéndonos en el camino de un crecimiento armónico de nuestra personalidad.
(“En búsqueda de la propia identidad. Crecer en humanidad”,
P. Rafael Fernández, Ed. Patris)
TALLER IDEAL PERSONAL
7º ENCUENTRO / PAGINA 65
DINAMICA GRUPAL:
DESCRIPCION DE UN PERSONAJE
Mujer: 37 años, trabaja en su casa gran parte del día. Tiene media jornada como profesora de educación básica. Tres hijos: 19, 16
y 8 años.
Cualidades: Servicial, afectuosa, ordenada, sensible, amistosa, hábil en los quehaceres domésticos.
Frente a Dios: Religiosa, le gusta rezar, pide por sus seres queridos. Inconstante en sus oraciones.
Frente a su marido: Dependiente, con gran necesidad de diálogo que no logra satisfacer.
Necesita apoyo, comprensión y valoración que no siempre la obtiene. Le gusta regalonear, ya que necesita sentirse querida. Le da
hogar a su marido y hay un acuerdo tácito para la conducción de la casa según los patrones del marido.
Frente a los hijos: Delicada, cariñosa, sobreprotectora especialmente con el menor. Le importa mucho el éxito escolar y, en este
sentido, los ayuda bastante. Es amiga de ellos y muchas veces cómplice con ellos en relación a las exigencias de su marido.
En sus relaciones sociales: Afectuosa, servicial, posee un circulo grande de amigas, con quienes se comunica frecuentemente por
teléfono. Visita a menudo a su mamá.
En el trabajo: Le cuesta conciliar su trabajo fuera de la casa, con su responsabilidad de madre y esposa, especialmente cuando le
falta la "nana". Le entusiasma trabajar en su profesión. Le cuesta delegar sus quehaceres domésticos, es perfeccionista.
Cualidades: Seguro, emprendedor, buen amigo, exigente, responsable justo, veraz, idealista.
Frente a Dios: Aparentemente no religioso, relación distante, recurre a él en momentos de dificultad, pero no le gusta reconocerlo.
Cumple con la Misa dominical. Se considera católico.
Frente a su esposa: En general, se entienden bien. Le ayuda poco en el quehacer de la casa. Descansa en ella para la educación de
sus hijos. Da seguridad, pero le gusta que le sirvan. Es dominante y no le gusta dar mayores explicaciones. Suelen discutir
situaciones domésticas y económicas.
Frente a los hijos: Con el mayor se entiende bien; son bastante amigos; con el segundo, no, porque está en la edad difícil, no lo
entiende. Con el tercero, es cariñoso y lo regalonea.
En sus relaciones sociales: Es buen amigo, le gusta alternar con un círculo restringido de amigos.
En su trabajo: Es responsable, emprendedor, exigente con sus subordinados, pero justo. Se deja absorber por el trabajo.
TRABAJO A REALIZAR:
El que Tú ya conoces.
El que no quiere y se rebela.
El que te necesita
y te llama, y te ama.
El que conoce tus latidos
y los comienza a seguir.
El que Tú ya conoces,
con su pobreza y su riqueza. 4. AGRADECIMIENTO
El que te pide sin temor
que acrisoles sus impurezas. GRACIAS POR TODO
Rompe Tú su estrechez
y destruye sus barreras. Gracias por todo, Madre,
todo te lo agradezco de corazón,
Aseméjalo al tuyo: y quiero atarme a ti
amplio y libre para amar, con un amor entrañable.
fuente pura de vida, ¡Qué hubiese sido de nosotros
amor ardiente, sin ti, sin tu cuidado maternal!
puerta del cielo,
hogar para el mundo, Gracias porque nos salvaste
Cenáculo para la Iglesia. en grandes necesidades;
gracias porque con amor fiel
2. MOMENTO DE SILENCIO nos encadenaste a ti.
Quiero ofrecerte eterna gratitud y consagrarme a ti con
Meditación en silencio. indiviso amor.
Amén.
Cada uno reza en silencio la oración que elaboró con su
"síntesis final" y ofrece su Ideal Personal a la Mater. (Si no
se ha formulado, entregar las líneas generales).
Oh Señora mía...
Llenar la Pauta de Evaluación del taller.
7. CANTO FINAL
3. ORACION ESPONTANEA
CANTO FINAL EL MAGNIFICAT
El Señor hizo en mi maravillas,
Santo es mi Dios.
6. BENDICION
GUÍA:
Todos
Descienda la bendición de Dios
sobre los consagrados
por entero a Schoenstatt,
trayéndoles felicidad y salvación
aquí y en la eternidad. Amén
TALLER IDEAL PERSONAL
7º ENCUENTRO / PÁGINA 69
(Hacer algunos minutos de silencio para tranquilizar el corazón y encontrarse consigo mismo)
a) ¿Cuáles han sido los hechos o acontecimientos más importantes del mes recién pasado?
d) Anotar lo más importante de lo meditado en los puntos anteriores y también aquello por lo cual quisiera pedir perdón
(apuntarlo como materia de confesión).
Tomar algún trozo del Evangelio, o alguna oración del Hacia el Padre, o texto del P. Kentenich.
Meditarlo, aplicarlo a la propia vida, preguntándonos qué nos quiere decir el Señor o la Mater a través de él.
Según el resultado de la evaluación del mes anterior: ¿qué debo cambiar, reforzar o seguir conquistando? ¿Dónde me está
pidiendo la Mater dar un paso más?
Mi Ideal Personal.
Terminar con la renovación de nuestra Alianza de Amor con la Mater y depositando en sus manos, como contribución al
Capital de Gracias, todo lo que este mes que comienzo, me traiga en crecimiento personal, en alegrías, en esfuerzo y en dolor, para
que ella, desde el Santuario, pueda dar a luz a Cristo a través de mi.
Lava lo manchado
riega lo árido
cura al que está enfermo
envía tu rayo de sol.
15. EL ALFARERO
El amor es compasivo,
el amor es servicial;
el amor no tiene envidia,
el amor no busca el mal.
PERFIL
CARACTEROLÓGICO
TEST CARACTEROLÓGICO
Se señalan con una cruz todos los números correspondientes a los rasgos de temperamento que han sido marcados, luego
se anota la cantidad de cruces por columna en la última línea del cuadro. Estos 8 números que varÍan del 0 al 10, dados en el orden
de las columnas del cuadro, representan el resultado del test. El número 10, raramente obtenido, será escrito en romano: X. Las
columnas que contienen las dos cantidades más elevadas de cruces, indican el o los tipos fundamentales
6 5 1 2 3 3 7 3
13 11 10 4 8 9 10 7
15 14 12 16 13 15 21 16
19 15 16 27 18 18 23 17
34 32 23 36 31 22 26 20
38 34 26 43 33 30 28 24
40 39 28 46 35 32 33 25
49 41 44 47 48 39 35 29
51 43 48 50 51 42 37 45
54 47 51 52 53 53 48 53
1. El conjunto del cuadro de los tipos básicos con las cruces constituye el resultado
más detallado, pues permite remitirse a los rasgos de temperamento elegidos.
2. La serie de 8 números, que varían del 1 al 10, constituye un resultado más
condensado, que permite la fácil aplicación del cálculo estadístico.
3. Por último, teniendo en cuenta sólo las columnas que contienen las dos
cantidades más elevadas, puede extraerse de este último resultado él o los tipos
fundamentales.
RASGOS CARACTEROLÓGICOS
CARACTERÍSTICAS GENERALES
El individuo perteneciente a este tipo caracterológico no puede estar inactivo; pero esta actividad no es impulsiva y
voluble, sino enérgica. sin embargo. se exterioriza poco; por ello, cuando se desborda es violenta y avasalladora. Sabe recordar las
lecciones de experiencias pasadas y aprovecharlas en el futuro. Su iniciativa y acometividad son muy grandes, aunque calmadas en
el exterior, salvo casos excepcionales y dirigidas conscientemente a fines lejanos y constantes.
Sus sentimientos y pasiones son fuertes, profundizan hondamente y arraigan en él, influyendo en su conducta durante
mucho tiempo. Ante las injurias su coraje se enciende interiormente, aunque no se exterioriza en seguida, si se repiten. al final
estalla en una tempestad de ira duradera que fácilmente deriva hacia el rencor y deseo de venganza.
Ante el peligro, reflexiona primero y pronto toma una determinación; si se decide a atacar, procederá con violencia
inaudita hasta vencer o morir; si juzga que debe tomar la actitud pasiva es tenaz en tal postura.
Las faltas propias y ajenas le causan gran enojo y se propone con firmeza corregirlas Es constante en la acción, inmutable
en sus juicios, a veces hasta la testarudez. Posee sentimientos estables de tal modo que su amistad es fidelísima aún después de
largo tiempo, pero también le cuesta olvidar una ofensa y perdonar.
Tiene notable capacidad de organización y mando no tanto simpático y atrayente cuanto eficaz, vigoroso y ordenado.
Enérgico y sin gran peligro de dispersión, sabe ser firme, sistemático y orientado hacia un fin, al que se acerca por etapas bien
meditadas.
Su inteligencia es amplia y más bien deductiva; su imaginación fecunda y a menudo goza de excelente memoria. Le
interesan los problemas sociales, mora les, religiosos filosóficos. Es naturalmente honrado y digno de confianza. Sabe ser fiel a su
palabra. Con respecto a los menos dotados adopta espontáneamente una actitud de protección y ayuda compasiva. En la vida social
se muestra digno, ordenado y sencillo sin gran inclinación por la diplomacia sinuosa, pero tampoco por el choque brusco;
exteriormente es correcto por lo general, aunque poco efusivo.
empezando muchas cosas sin acabarlas o comprometiéndose a más tareas de las que podrá realizar o simultáneamente teniendo
varias ocupaciones sin llevar bien ninguna de ellas.
Bajo el dominio de su natural impulsividad, puede tomar fácilmente decisiones arriesgadas, que le conduzcan a
situaciones comprometidas por no haber calculado con previsión las consecuencias.
Su riqueza psicológica y el reconocimiento (le su propia superioridad en la acción le pueden llevar muy fácilmente
al orgullo o por lo menos a la vanidad y a hacerle difícil el reconocer superiores. Confía en si mismo y quiere siempre
imponer su voluntad a los demás. Le cuesta reconocer sus defectos y fácilmente crítica los ajenos, siendo indulgente consigo
mismo y exigente con los demás. Puede llegar a defender sus defectos como si fueran buenas cualidades y aún a gloriarse de sus
faltas. Esto hace que su caída sea más ignominiosa y más costosa su recuperación moral. También es posible que llegue a ser tan
irascible que no pueda dársele el menor motivo de enfado porque en seguida se desata la tempestad de cólera que llega a veces hasta
la crueldad.
Otro peligro en su acción es, el desear vivamente sus fines, que para conseguirlos llegue
a usar medios indignos.
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ANEXO N° 1 / PAGINA 8
"E nA S": (Emotivo, No Activo, Secundario)
SENTIMENTAL
CARACTERÍSTICAS GENERALES
Profundidad y perseverancia de sentimientos, los cuales, sin embargo, se manifiestan poco exteriormente. Almas muy
sensibles a toda clase de emociones o impresiones externas, la reacción íntima se concentra en el fondo del alma y allí se graba
tenazmente y hasta se acentúa cada vez más. Por ejemplo, cuando se recibe una ofensa no es raro que aparezca exteriormente como
poco impresionado pero, una vez solo saboreará su resentimiento agrandando tal ofensa imaginativamente. Si se repiten las injurias
llegará un momento que estalle violentamente con reconciliación difícil, por la profundidad de la herida en su espíritu. Por otra
parte, en la amistad es fiel y constante. No suele tener muchos amigos y prefiere un pequeño grupo de íntimos. Recuerda y agradece
cualquier favor y atención que con él se tuvo No muy propenso a la risa y expansión, lo es mucho a la seriedad y aún melancolía o
escrúpulos.
Su fuerte no es la actividad física ni intelectual, sino la afectividad. Fácilmente conmovido por los males ajenos y
viendo tantas miserias en el mundo quisiera remediarlas. Puede entonces, acongojarse por dos cosas: su dificultad en la
expresión exacta de sus sentimientos (lo que lo invita a encerrarse dentro de sí mismo), y el poco potencial dinámico que
experimenta para la acción. Procura evitar todo lo que piensa le va a herir interiormente En su trato con los demás. No es raro
que sufra más que otros por los defectos ajenos dada su sensibilidad que puede hacerle susceptible.
Sumamente propenso a la reflexión y el análisis de si mismo. Indeciso, vuelve mil veces sobre sus sentimientos y
acciones, lo que, junto con su profundo sentido moral le impide en muchas ocasiones seguir adelante y actuar . Siempre teme no
haber hecho las cosas bien y de un modo recto. En la acción es más bien lento y no suele emprender obras por iniciativa propia. En
momento de peligro prefiere más bien una actitud pasiva que activa en la defensa. Ante sus propias faltas se desanima con facilidad
y desespera en corregirse, ante las ajenas se subleva interiormente, aunque muchas veces no acierta a ponerles remedio. No gran
sentido práctico, soñador, muchas veces buen literato amigo de escribir diario intimo. Frecuentemente sensible a los cambios
meteorológicos.
Tiene seria concepción de la vida y en general ama todo lo grave y profundo. Su actitud ordinaria es de dulzura y
amabilidad exterior. aunque no suele ofrecerse espontáneamente, ayuda cuando es requerido. Muy apto para las obras que exijan
consagración, silencio y caridad. Su perseverancia es una característica' marcada. Cumplidor de su deber, se da cuenta de sus
responsabilidades y procura atenderlas con esmero. Es de apariencia sencilla y poco amigo de ostentación.
Suele tener disposiciones para matemáticas y lenguas y también para aquellas ciencias que exigen minuciosos análisis de
acciones humanas. Abundan en este tipo los moralistas, pedagogos, psicólogos, etc., así como los literatos y críticos de arte.
CARACTERISTICÁS GENERALES
Presenta una personalidad vigorosamente estructurada sin quiebres, con un fondo riquísimo de energía activa. No tiene
sentimientos intensos pero si, constancia y tenacidad en la acción.
Hombre sin grandes pasiones, difícilmente excitable se mantiene en constante tranquilidad afectiva. En la acción
raramente violento o sobre excitado. Sumamente paciente. Poco hablador, cuando se comunica lo hace con medida y casi nunca
elevando la voz. Reduce a la mínima expresión las manifestaciones de afecto dando muchas veces sensación de frialdad.
Continuamente ocupado, minuciosamente ordenado y metódico en todo su proceder. No suele gustar de la vida social aunque es
fiel a las amistades.
Espíritu claro y lógico, sus intereses preponderantes son más bien intelectuales: estudio especulativos, matemáticas,
jurídicas, literatura. Poco intensas sus inclinaciones eróticas, no suele ser propenso a la sensualidad, es sencillo en sus cosas y rara
vez vanidoso.
Sus obras están de acuerdo con sus ideas y principios. Muestra gran rectitud moral, casi inflexible. Reflexivo y
sumamente prudente, no se decide a ninguna empresa hasta no haber calculado las últimas probabilidades de éxito, ponderando
todas las dificultades. Una vez decidido, se dedica con seriedad y constancia al trabajo.
Ahorrador, honrado, y sincero, no se inmuta ante las ofensas, no se da por enterado, o las toma con humor alegre. En
momentos de peligro es indeciso aunque no se turba fácilmente, conserva su serenidad pero no se resuelve con prontitud. Si comete
alguna falta no se angustia demasiado.
Su inteligencia es más apta para profundizar que para pensar con rapidez. Sobresale por su sentido práctico y
conocimiento de las personas. Buen organizador, objetivo y realista, tiene poco vigor imaginativo y no es muy inclinado a la
creación artística.
CARACTERÏSTICAS GENERALES
Se acusa de deficiencia fisiológica de su vitalidad. La secundariedad Inactiva hace que prefiera la soledad, y por eso
mismo declina las invitaciones a juegos y reuniones. Su aislamiento no se debe al deseo de llevar la contraria, sino que evita por su
mismo carácter el mezclarse en el trato y actividad de los otros. No es que los compañeros le causen fastidio, sino que no suelen
significar nada para él, no despiertan ningún encono en afectividad. Son innumerables en este carácter los tipos intermedios. Posee
también la docilidad pero aparente, la causa de ello se debe buscar también en la poca tensión afectiva. La falta de simpatía por los
demás que se nota en él, muy pocas veces se convierte en positiva antipatía. Aparece exteriormente digno, permaneciendo, sin
embargo, enigmática la intimidad de su persona. Prefiere la vida tranquila, independiente del ajetreo social. No muestra gran
inclinación por los trabajos prácticos, sino que tiende más bien a lo teórico. Como es dócil y conformista por esencia, se acomoda
al régimen de vida del grupo al que pertenece aunque la asimilación de las nuevas costumbres es más bien lenta, arraigarán
profundamente en su espíritu buenos hábitos y costumbres ordenadas. Lo contrario, y ello es grave peligro, sucederá si el ambiente
es adverso a tal formación moral y social.
CARACTERÏSTICAS GENERALES
Muy rara vez se encuentra realizada esta fórmula en toda su plenitud y tiende a conjugarse con características de otros
tipos al acentuarse la emotividad o actividad del sujeto.
Muy influenciable por el ambiente. Optimista "buen mozo ” y amable en el trato, notablemente sugestionable. Sociable,
pero con tendencia a rehuir el esfuerzo personal que exijan los trabajos comunes. La falta de actividad en los tipos radicales y en el
subtipo emotivo se manifiesta por la pereza. En el subtipo activo esta pereza está disfrazada. Los primeros "aceptan" las actividades
(no las organizan) se dejan llevar, etc., por el ambiente. Los del segundo subtipo cumplen dócilmente un deber obligatorio a
condición de que lo exija una autoridad fuerte, pero no hacen más que lo obligatorio dejando el esfuerzo para el último momento.
Se fatiga pronto y tiene poco sentido de lo real. Gusta mucho del afecto del hogar, aunque no se siente atraído por la vida
metódica y ordenada.