Las Memorias de Un Médico Interno de Robin Cook
Las Memorias de Un Médico Interno de Robin Cook
Las Memorias de Un Médico Interno de Robin Cook
mdico en su primer ao de
internado en un hospital. Lleno de
dudas y temores, en un estado
constante de agotamiento fsico y
psquico, se ve de pronto obligado a
cargar con responsabilidades para
las que no esta capacitado y a
tomar rpidas decisiones que
afectan vidas humanas. La dura
experiencia, matizada de episodios
tragicmicos, pone a prueba su
vocacin y sus ideales.
Robin Cook
Memorias de un
mdico interno
ePub r1.4
Titivillus 05.04.15
Agradecimientos
Este libro se gest bajo la superficie del
ocano Pacfico, mientras el autor
estaba a bordo del Kamehameha, de
Estados Unidos, prestando servicio en la
patrulla submarina Polaris, y no habra
podido escribirse sin la amabilidad y
comprensin del comandante James
Sagerholm. Tengo con l una verdadera
deuda de gratitud.
Doy tambin las gracias al doctor
Craig Van Dyke, un psiquiatra en
prcticas que me ayud durante muchas
noches oscuras de dudas y correcciones.
Este libro est dedicado al ideal
Primeras palabras
Los ciudadanos de Estados Unidos son
fieles a sus mitos. En ninguna parte esto
es tan notable como en el ambiente
emotivo de la Medicina y la atencin
mdica. La gente cree en lo que desea
creer, en lo que siempre ha confiado, y
desestima o repudia por falso todo lo
que mina su confianza en los mdicos y
en los tratamientos que se les
prescriben.
Hace muy poco tiempo que se ha
comenzado a dudar pblicamente de la
vanidosa suposicin de que el personal
y la atencin mdicos de Estados Unidos
desarrollar
un
comportamiento
esquizoide por no dormir lo suficiente).
Todos los acontecimientos que aqu
se describen son verdaderos. Forman
parte de la vida corriente de un mdico
interno, no de los das especiales. Lo
que vive el doctor Peters representa una
sntesis de mis experiencias personales
y de las de muchos colegas de internado.
Representa a varias personas reales. No
manifiesta las caractersticas de una
personalidad psicosocial particular sino
que representa, en mayor o menor grado,
a todos los mdicos internos. No debe
sorprender que, a menudo, se presente
como una personalidad sensible que
fracasa socialmente mientras progresa
Da 15
Ciruga General
Haba vuelto a quedarme dormido como
un tronco cuando el telfono son de
nuevo, media hora ms tarde. Descolgu
el auricular cuando terminaba el primer
timbrazo,
alzndolo
de
manera
instintiva, casi con pnico, mientras el
libro de ciruga, que me haba hecho
dormir, caa al suelo desde la cama.
Dios! Qu ser ahora? La voz de la
enfermera sonaba desesperada:
Doctor Peters, el paciente que
usted visit antes ha dejado de respirar
y no tiene pulso.
Voy en seguida.
Colgu el telfono de cualquier
manera y proced a ponerme los
pantalones, la camisa y los zapatos.
Corr hacia el ascensor mientras
terminaba de abrocharme los pantalones.
Apret el botn y o el zumbido del
motor elctrico. Mientras esperaba con
impaciencia, me di cuenta de que no
saba de qu paciente se trataba. Haba
tantos. Pasaron velozmente por mi
cabeza las imgenes de los que haba
visitado aquella noche. La seora
Takura, Roso, Sperry, el nuevo; un
anciano con cncer de estmago. Deba
de ser l. Era un paciente privado y la
familiares dije.
S, doctor. Y gracias.
Gracias a usted le devolv la
cortesa. Todos nos agradecamos
mutuamente. En mi cansancio, las cosas
pequeas se agigantaban hasta parecer
inmensas y absurdas. An senta la
necesidad de ir a palpar el pulso pero,
haciendo un esfuerzo, pas por la puerta
de la habitacin del anciano y no me
detuve: las enfermeras podan estar
observando. Por qu me preocupaba
que l pudiera despertar? Por qu no
me preocupaba por l como persona?
Acaso eso no tena importancia? S,
desde luego, pero no haba sido amigo
ni conocido mo. Me detuve en el
para m.
Acerqu un plato y dos cuchillos y
nos sentamos en el suelo y empezamos a
comer los mangos. Al principio no
hablamos. Me gustaba su reserva. Era
muy guapa, me encantaba mirarla, pero
sospechaba que era muy jovencita.
Antes de aquella noche habamos salido
dos veces pero no habamos intimado.
No importaba. O s importaba en aquel
momento porque dese conocerla bien.
Haba algo potico en su cabello rubio y
en sus rasgos delicados; entonces, en
aquel momento, sent la necesidad de
que estuviramos muy cerca.
El mango era pegajoso. Lo pel y fui
a lavarme las manos. Cuando volv
no habra de hacerla?
Es ste, doctor?
S, es ste.
Tom el densmetro y desat la bolsa
del catter. Aguant la respiracin
tratando de no sentir el olor y vert orina
en un vial en el que pens que podra
flotar el densmetro. Sumerg el
instrumento, con cuidado, en la orina
pero no pude obtener una lectura. El
maldito no haca ms que adherirse a las
paredes del recipiente en lugar de flotar
libremente. Tom el frasco con mi mano
izquierda y lo golpe con el nudillo del
ndice derecho. Slo consegu salpicar
orina sobre mi brazo. Al agregar ms
orina al recipiente, logr que el
conexin determinada.
Ped a la enfermera una jeringa
grande llena de solucin fisiolgica y
saqu toda la tubera del catter inserto
en la femoral, justo por debajo de la
ingle. Marsha haba recibido tantas
inyecciones intravenosas que las venas
de sus brazos ya estaban inutilizadas y
los mdicos haban empezado a usar las
de sus piernas. Me sorprendi ver que
no sala sangre de la vena al catter, aun
sin la presin que antes ejerca la
solucin. Cuando inyect unos diez
centmetros cbicos de suero fisiolgico
con la jeringa en el catter, percib una
resistencia. De repente, el suero
fisiolgico empez a fluir libremente.
pero no la ltima.
Hawai no tena nada que ver con
Bellevue. All nadie me haba
amenazado, por lo menos hasta aquel
momento y las paredes estaban limpias y
cuidadosamente pintadas, aun en los
stanos. Yo haba supuesto que todos los
stanos de hospitales eran iguales pero
all eran limpios y hasta alegres.
No s por qu me preocupaba tanto
la tuberculosis. Sera mi parte irracional
como la de todos los seres humanos,
cuando deciden que algunas cosas son
malas y que otras no los afectan. Cuando
le sobre la hipertensin maligna, pens
que la tena cada vez que me dola la
cabeza. Tal vez la tuberculosis me
dbil.
Pudo decir todo eso sin que el hipo
lo interrumpiera. Tenamos que hacer
algo. Yo haba estado molestando al
mdico de Roso y al residente principal,
a todos, pero en vano. Me decan que
haba que esperar pero yo saba que no
se poda. Roso tena confianza en m
pero su voluntad estaba flaqueando.
Doctor: no quiero vivir ms hipo
demasiado.
Nadie me haba dicho eso antes y me
qued rgido. Aunque comprenda cmo
se senta, yo no quera admitir que Roso
haba llegado hasta ese punto porque ya
haba visto lo que les ocurra a los
pacientes cuando abandonaban la lucha.
mirarla.
China y hawaiana. Mi abuelo por
parte de madre era hawaiano.
Pens que sera divertido conocerla
bien.
Cmo es que vives con tu
familia?
No me contest. Bueno, al diablo!
Tom la hoja para escribir la receta de
la Esparina. Mala suerte. Pareca una de
las chicas que habra querido ver debajo
de las cascadas hawaianas. Slo que
an no haba estado fuera del hospital el
tiempo suficiente para ver alguna
cascada y mi vida sexual, si as puede
llamarse, estaba restringida a Jan.
Estara
esperndome
an
a
medianoche?
Cuanto antes me vaya, mejor,
pens mientras escriba Esparina 100
mg y marqu un lugar para indicar otra
receta en la hoja y la dej sobre el
mostrador. Roso iba a dormir. La ltima
vez que le di cien miligramos de
Esparina durmi dieciocho horas.
Doctor, ya que est por aqu,
tendra inconveniente en ver al paciente
de la escayola y al cuadripljico?
Siempre apareca esa clase de
pregunta.
Qu le pasa al de la escayola?
pregunt con el temor de que hubiera
que hacer una escayola nueva a aquellas
horas.
pincharlo
otra
vez,
sus
ojos
desaparecieron sbitamente dentro de la
cabeza, y el lado derecho de su cuerpo
se puso rgido, empujndolo hacia el
costado derecho y hacindolo casi caer
de la cama. Todo lo que pude ver fue el
blanco de sus ojos. Yo estaba tan
paralizado como l, sin saber qu hacer.
Ni siquiera tuve la satisfaccin de
alcanzarle un vaso de agua. El paciente
estaba sufriendo una convulsin,
solamente, pero, entonces, yo no saba
nada de eso. Podra haberse estado
muriendo y yo me habra quedado ah,
con la boca abierta. Nadie que no est
en la profesin mdica puede saber lo
que significa una crisis semejante para
tericamente, de la reaccin de
Schwartzman. El cirujano observa
nuestros puntos y dice: Dbiles, muy
dbiles. La enfermera necesita saber
cunto Isuprel debe agregar a quinientos
centmetros cbicos de agua y dextrosa.
Bueno Cunto es lo que ha estado
administrando al paciente hasta ahora?.
Generalmente medio miligramo. Esa
dosis estar bien. Uno no tiene valor
para preguntar si el Isuprel es lo mismo
que Isoprotenerol. No prefera saber
ella algo sobre las radiaciones talmicas
del ncleo ventral del cerebelo? No y
con razn, porque eso no ayudara a
nadie en la UCI. Cmo hay que vivir!
Estaba en medio de esos
demostraba
que
George
Menos
Conocido An, de la Universidad de
Oscuro
Rincn,
haba
estado
equivocado al suponer que los
diagramas de la presin de la vena
intralobular heptica y los del plexo
portal
interlobular,
no
tenan
importancia. La situacin era tpica del
ambiente profesional mdico. Para ganar
el juego, uno tena que citar el artculo
ms oscuro sobre los diagramas de
presin (en particular, amaban los
diagramas de presin o de pH), diciendo
que Bobble Jones haba demostrado en
forma concluyente (la menor duda tena
caractersticas de desastre, de modo que
aunque fueran ficticias eran necesarias
paciente moribundo?
Cuando empuj la puerta de la UCI,
el mundo extrao me envolvi de nuevo
y, desde luego, me encontr como nico
mdico en el lugar. Solo, con dos
enfermeras a la cabecera de la cama del
hombre con el electrocardiograma tan
irregular. Mientras mis labios estuvieron
a punto de decir una obscenidad, mis
dedos se aferraron involuntariamente al
costado de la cama como si necesitara
que algo me sostuviera. Ya no era el
interno de la televisin sino uno real,
completo, lleno de inexperiencia y de
terror. Quin iba a apoyarme si el
hombre mora? Las enfermeras? Los
profesores de la Facultad de Medicina?
Isuprel.
Les dije que aumentaran el flujo ya
que saba que el Isuprel ayudaba al
corazn a contraerse y resultaba muy
efectivo cuando el corazn no trabajaba
por s mismo.
Cunto ms rpido?
Cunto ms rpido?. Yo no tena
la menor idea.
Djenlo correr cuanto sea posible.
No se me ocurri nada mejor que
decir. La cabeza del paciente colgaba en
aquel momento hacia atrs y el
laringoscopio estaba bien metido en la
trquea pero me era imposible ver las
cuerdas vocales.
Denme
una
ampolla
de
bicarbonato.
Cuando una de las enfermeras
desapareci en busca de lo que le haba
pedido, pens que, por primera vez, se
me haba ocurrido algo propio. Entonces
aparecieron las cuerdas vocales. Sus
contornos blancos se destacaban contra
el entorno rojo como los portales de una
cmara subterrnea. Por una vez, logr
hacer entrar el tubo sin demasiado
esfuerzo.
Pero en cuanto hube terminado de
hacerlo, el paciente se lo sac. Por un
instante me indign hasta que me di
cuenta de que estaba respirando de
nuevo. En su mueca lata un pulso
fuerte y normal. La enfermera apareci
varias
docenas
de
pacientes
representativos de muchos tipos
diferentes de personas y de problemas.
La mayora de los pacientes se
recuperaban de sus posoperatorios y se
encontraban en todas las etapas
posibles: desde quitarles los puntos
hasta darlos de alta. La longitud de sus
tubos
de
drenaje
indicaba,
aproximadamente, cuntos das haban
pasado desde la intervencin. Las
sondas son incmodas pero constituyen
una parte muy importante del proceso
quirrgico. Se colocan en lo profundo
de la herida, al finalizar la operacin y
sirven para descargar cualquier fluido
no necesario al organismo, ni deseado, y
Da 172
Primeros auxilios
Mi odo estaba entrenado para distinguir
su sonido. A lo lejos, en la distancia,
apareca el inconfundible sonido
ululante y ondulante y aumentaba su
intensidad a medida que se acercaba. El
reloj sealaba las nueve y cuarto. Yo
estaba sentado detrs del escritorio de
la sala de primeros auxilios
esperando.
Para algunas personas situadas
incluso ms cerca que yo de la sirena, el
sonido de sta habra sido inaudible,
responsabilidad
de
tratarlos.
Sutrenlo. Aqulla era la respuesta
invariable de los mdicos particulares
en los casos de heridas. Durante los
primeros das, pens a menudo si los
doctores particulares habran de pasar
cuentas por las suturas realizadas en el
hospital, aunque la verdad es que
cuando preguntaba sobre el asunto no me
daban respuestas claras.
La verdad es que yo ya saba hacer
los puntos y las suturas muy bien en
virtud de haber forcejeado para
acercarme a los pacientes en las salas
de operaciones. Ya haba intervenido en
tres hernias, unas cuantas hemorroides,
una operacin de apendicitis y la
mdico?
No reaccion.
Seorita Narkin
Era evidente que yo no poda
ayudarla, de manera que me fui,
pensando volver a verla despus de
atender al enfermo siguiente. Por qu
habra venido? No tena sentido llamar a
su mdico particular sin darle alguna
informacin por lo menos. Cuando
volv, despus de unos minutos, ella se
haba marchado. Eso era tpico de la SU:
trabajo rpido, a veces inconcluso,
mucho tiempo perdido.
La enfermera me puso cinco hojas en
la mano y seal el consultorio de al
lado con cierto aire de culpabilidad.
motocicleta.
El paciente siguiente era un borracho
llamado Morris que tambin era un
visitante frecuente de la SU. En su hoja
se lea: Intoxicado. Contusiones
mltiples. La descripcin estaba bien
hecha. Al parecer, el hombre se haba
cado en un tramo de escalera, como de
costumbre. Cuando entr al consultorio,
se incorpor sobre los codos con gran
dificultad; los prpados le tapaban las
pupilas hasta la mitad y gritaba:
Yo no quiero un interno!
Necesito un mdico!
Es increble que frases de esa clase
pueden afectar las partes ms sensibles
de mi cerebro y ocasionarme una crisis.
No lo estoy.
Casi se cay de la camilla al tratar
de sealarme con un ndice.
S lo est.
Nuestro nivel de comunicacin no
fue precisamente elevado. Continuamos
el intercambio, casi infantil, de frases
mientras yo lo examinaba con
brusquedad. La verdad es que casi dobl
mi martillo para reflejos al golpearle los
tendones de Aquiles, pero l tena
sentido tctil en sus extremidades
inferiores. Termin por enviarlo a
Radiologa, ms para librarme de su
presencia que para que le sacaran
radiografas de los huesos que podran
haberse lesionado.
penicilina y Gantrisin.
El siguiente beb haca una semana
que no se alimentaba bien. Vaya
emergencia! El prximo haba tenido
diarrea pero slo una vez. Pareca
increble que una madre hubiera corrido
con su beb al hospital porque estaba un
poco flojo de vientre pero, pronto se
aprende, todo es posible en la SU. Otros
nios estaban resfriados, con las narices
tapadas y un poco de fiebre.
Para trabajar de forma concienzuda
tena que examinar cada odo, cada
garganta. Esta tarea resultaba, a menudo,
el captulo Lucha Libre de la
Medicina. Los nios, hasta los bebs,
tienen una fuerza sorprendente y aunque
Desde
luego,
se
presentaban
emergencias, pero no tan a menudo
como la gente cree. Por lo comn, se
trataba de problemas triviales que no
necesitaban realmente tratamiento de
urgencia.
Cuando ocurri aquel hecho extrao
y terrible, todos nos quedamos sombros
y retrados durante muchas horas. Una
maana, lleg una mujer bajita y
morena,
llevando
a
su beb,
tranquilamente, sobre una manta rosada.
No le prest atencin cuando entr
porque estaba ocupado con otro caso.
Una enfermera cogi una hoja en blanco
y desapareci con la madre. Unos
segundos despus apareci corriendo y
flotando.
Seis semanas contest, despus
de un silencio.
Lo hizo un mdico u otra clase de
persona?
Un mdico; en Nueva York. La
respuesta tena un dejo de resignacin.
Bien, bien. Veremos qu podemos
hacer por usted le dije y ella asinti
con gesto de alivio.
Al irme de la salita le dije a la
enfermera que la preparara para un
examen pelviano. A los pocos minutos
fue a avisarme que ya estaba todo listo.
Cuando entr de nuevo en la salita, la
paciente
estaba
esperando,
nerviosamente,
en
posicin
vista y se iba.
En el cuarto B fui saludado, de
nuevo, por mi amigo Morris, el
borracho, que haba vuelto de
Radiologa. Tirado sobre una camilla y
asegurado a ella por un cinturn, Morris
sostena un gran sobre lleno de
radiografas recin tomadas. Su saludo
fue:
Todo lo que consigo es que me
atienda un maldito interno! No s por
qu sigo viniendo aqu!
El almuerzo me haba tranquilizado
y fui capaz de hacer caso omiso de sus
maldiciones mientras sacaba las
radiografas del sobre y las observaba,
una por una, contra la luz de la ventana.
de placas.
No me sorprende le respond,
tomando un montn de hojas nuevas y
dirigindome al cuarto C.
Los bebs de la tarde son iguales a
los de la maana: tienen resfriados y
diarrea. A uno hubo que empaparlo con
la esponja con agua fra porque tena
cuarenta grados. A otro, un nio de unos
cuatro o cinco aos, hubo que ponerle
unos puntos en una herida que tenia en la
barbilla. Suturar a un nio es muy, muy
difcil. Su terror, cuando lo llevan
sangrando al hospital y, a menudo, con
dolor, slo puede aumentar cuando se lo
ata al artefacto que, se supone, lo
mantendr inmovilizado mientras se
enfermeras.
Yo ya tena el auricular en la oreja y
estaba escuchando la seal de
ocupado en mi tercer intento de
comunicarme con el doctor Wilson, uno
de cuyos pacientes haba ido con una
infeccin
del
tracto
urinario.
Sintindome frustrado, apret el botn
del ochenta y cuatro.
Habla el doctor Peters.
Doctor, mi hijo est con un dolor
de cabeza terrible y no puedo encontrar
a nuestro mdico. No s qu hacer.
Lo que me contaba se mezclaba en
mi cabeza con el llanto de los bebs que
estaban en la SU. No nos haca falta otro
enfermo curable con aspirinas pero yo
Tommy.
Tommy mierda!
La irritacin se convirti en ira y mi
cansancio y hostilidad quisieron
expresarse y lo hicieron. Ped a la
enfermera que me alcanzara ipecacuana
y decid hacerle a la chica, un lavado de
estmago. El lavado no era un
procedimiento agradable para ella ni
para m, pero quera que recordara lo
que haba tenido que pasar en la SU.
Adems, cuando llamara a su mdico
particular ste iba a preguntarme qu le
haba extrado del estmago.
Un tubo para lavado tiene un
centmetro de dimetro. Despus de
incorporarla para que quedara sentada,
Thorazine naranja!
Literalmente, chill de placer.
Nunca he tomado eso! Oh,
doctor! Nunca podr agradecerle lo
suficiente. Ha sido tan amable!
Y se fue, charlando alegremente con
sus amigas sobre los milagros de la
Medicina.
Apareci una de las enfermeras de
una sala privada, renqueando un poco.
Se haba cado por un tramo de la
escalera y, en apariencia, no tena nada
serio pero ella prefera que la
examinara. En eso estuve de acuerdo. Se
llamaba Karen Christie y no se present
nada anormal en el examen de la cadera
pero le suger que mejor sera que se
horas.
Jess! Eso significaba que iba a
tener que registrar una historia completa
y, probablemente, esperar los informes
del laboratorio. Entr a la salita y vi a la
paciente. Deba de tener unos catorce
aos. Pelo suave y sedoso hasta el
hombro, flaca, nariz larga. La madre
estaba sentada en un rincn. Hay una
lista muy larga de preguntas para saber
si se trata de apendicitis y empec a
cumplirla. Cundo comenz el dolor?
Cundo lo sinti por primera vez? Se
desplazaba? Era como los retortijones
propios de una indigestin? Se iba y
volva o era permanente? Mientras tanto,
yo palpaba el abdomen buscando el
a
aquella
realidad,
con
mis
pensamientos aburridos. Demasiado
cansado para nadar o jugar al voleibol,
me recost sobre la tabla, frente al sol y
dej que la escena transcurriera delante
de m.
No trat de conversar con nadie ni
nadie se acerc a m. Todo estaba bien
como estaba. Yo me senta tan harto de
la SU que habra alejado a cualquiera
con mi charla sobre sangre y huesos
rotos. Pero aqul no habra sido mi
verdadero tema: el tema real habra sido
mi furia, cansancio y miedo. Vamos
pens,
demasiados
sustantivos
dramticos. Basta de revolcarse en la
autocompasin! Qu pasa si ser mdico
buscando a un hechicero en ms de un
aspecto. Antes de empezar a estudiar
Medicina, yo era como cualquier
individuo de la calle. Quiero decir que
crea en el poder de la Medicina y que
sta poda resolver casi todo y yo quera
ese poder, quera que se me viera como
a un agente de ese poder.
Seguramente te refieres al poder
como la posibilidad de ayudar a la
gente
Ella, todava, no entenda.
Por supuesto que puedo ayudar a
la gente. No tanto como yo quisiera y
muchsimo menos de lo que la gente cree
que puedo, pero algo ayudo. Aunque
aquella clase de poder tiene muy serias
Me da asco.
Qu es lo que te da asco?
Que nuestra sociedad te haya
dejado llegar tan lejos. No eres la clase
de persona que hay que preparar para
que sea mdico porque a ti no te interesa
ayudar a la gente.
Ya te he dicho que s, que me
interesa ayudar a la gente, pero la
totalidad del hecho es mucho ms
complicada que eso. Diablos! Soy
como todo el mundo. No tengo un
objetivo tan maravilloso que haga
desaparecer todo lo dems. Quiero
vivir, tambin. Y mucho del idealismo
que tena se perdi en la Facultad de
Medicina. No est orientada para
favorecerlo.
No te gusta ser un interno?
La pregunta son casi como una
interjeccin.
No, verdaderamente no.
Ella se sorprendi otra vez.
Por qu no?
Primero, porque me siento tan
cansado, realmente exhausto siempre. Y,
sin embargo, carezco de la sensacin de
ser til. Me doy cuenta de que la mayor
parte de las cosas que hago las pueden
hacer alguien que no tenga la educacin
que yo he tenido. Segundo, tengo miedo
constantemente. Miedo de hacer algo
mal y de parecer un tonto. Sabes? La
Facultad de Medicina no me ha
de una frase:
Eres un egotista increble!
No lo creo. Slo s que vivo en el
mundo real.
Para m eres un egotista fro,
inhumano, sin tica, inmoral y sin
compasin. Y sos no son los rasgos que
uno busca en un mdico.
Poda realmente herir cuando lo
quera.
Mira, Nancy, lo que te he dicho es
la verdad y no slo mi verdad. Yo soy
un interno como todos los otros.
Entonces deberan echar a todo el
grupo!
Sigue, nena! Si sientes as con
esa fuerza, por qu no organizas
Da 307
Ciruga General:
Servicio de
enseanza privada
Para el interno de la segunda mitad del
siglo XX, Alexander Graham Bell es el
peor canalla de todos los tiempos. Esta
acusacin debe extenderse algo ms
para incluir al sdico que dise la
campanilla. Y an ms: a todos los
individuos que trabajan para empresas
telefnicas y perpetan el hecho. Ellos
tambin
son
culpables.
Cmo
trabajo
convencional.
Como
recompensa, se nos permita, a veces,
hacer la nota de alta, tambin. Pero entre
una cosa y otra no se nos permita
intervenir en las recetas y en la sala de
operaciones
nuestra
colaboracin
consista en sostener las retractoras,
extraer verrugas y, con suerte, atar
algunos puntos si el doctor estaba de
buen nimo.
Lo peor en la larga historia del
Superveloz haba ocurrido haca un
tiempo, con aquella biopsia de mama
que hizo tan mal. En la hoja de
admisin, donde se daban los datos
particulares del caso, l haba agregado
una notita donde deca que el personal
placas.
Una cosa hay que decir de la gente
de Radiologa: nunca saben dnde estn
las cosas. Aquella radiografa tena
menos de una hora de antigedad pero l
no poda encontrarla. Dijo que no
entenda cmo poda ocurrir aquello.
Siempre decan lo mismo, y yo coincida
plenamente con ellos. Durante el da
estaban las secretarias que eran muy
eficientes para encontrar las malditas
placas, pero aquellas chicas eran las
nicas que podan hallarlas. Mientras el
tcnico revisaba una serie de placas, una
por una, yo me apoy en el mostrador y
esper. Era como contemplar la
repeticin sin fin de un pase sin
piso.
El interno iba delante, pasando por
las puertas giratorias. Una luz brillaba
en la habitacin donde yo haba estado
antes. Entramos y qued, de repente,
poblada. El paciente estaba en el suelo
cerca del lavabo. Se haba sacado el
suero del brazo y se haba levantado.
Dos enfermeras estaban all, una de
ellas tratando de hacerle masaje
cardaco. Agarr la tabla que haba
llevado una de las enfermeras y la tir
sobre la cama para tener una superficie
firme para el masaje.
Pongmoslo ah! grit. Entre
los cuatro lo levantamos y lo colocamos
sobre la tabla.
Bicarbonato.
Se lo ped a la enfermera mientras
extenda mi mano libre. La chica me
puso en ella una jeringa y me dijo que
tena cuarenta y cuatro miliequivalentes.
Cmo vas con la bomba?
pregunt al interno de la SU.
Muy bien respondi.
Inyect el bicarbonato en el mismo
lugar en que haba inyectado la
epinefrina y me pinch el dedo porque la
aguja atraves las dos paredes del tubo
de goma. Chupndome el dedo ndice,
observ
el
electrocardiograma.
Lentamente, comenzaba a aumentar la
fibrilacin.
Y si desfibrilamos ahora?
rpidamente, de la situacin.
Pongan bicarbonato al cinco por
ciento en el suero y denme Xylocaine!
La enfermera le alcanz una jeringa
con cincuenta miligramos al mdico
residente. l me los entreg y yo los
inyect. Desfibrilamos al paciente otra
vez. Lo hicimos cuatro veces hasta que
la fibrilacin desapareci. Pero en lugar
de transformarse en un ritmo cardaco
normal, se desvaneci, tambin, toda
evidencia de actividad del corazn y el
indicador
electrnico
permaneci
totalmente plano en la pantalla.
Asstole! dijo el residente
observando el indicador.
Intentamos con todo lo que tenamos:
epinefrina,
isuprel,
atropina,
marcapasos. Mientras tanto, las pupilas
del hombre haban recuperado su
tamao normal y no estaban en el estado
de dilatacin inicial. Eso significaba
que el oxgeno estaba llegando al
cerebro y que nuestro masaje cardaco
era efectivo.
Lleg otro interno y relev al de la
SU de la tarea, de modo que aqul pudo
volver a su trabajo en la SU. Pobre tipo!
Tom mi turno en el masaje
cardaco.
Si le diramos calcio?
propuso el nuevo interno. El residente
inyect calcio. Yo ped otro tubo
nasogstrico Pero no pude colocarlo
residente
inyect,
varias
veces,
epinefrina en el corazn. Pero no
pudimos romper la asstole y ya nos
quedaban pocas opciones. Masajear y
dar respiracin boca a boca, masajear y
dar respiracin boca a boca, durante
quince minutos ms, mientras la pantalla
del osciloscopio segua mostrando una
lnea plana.
Basta ya. Ya es suficiente.
Djenlo.
Era el Superveloz que, finalmente,
haba tomado la palabra despus de
habernos observado en silencio durante
casi treinta minutos. Sus palabras nos
sorprendieron y no hicieron blanco en
nosotros, de modo que no nos detuvimos
buenas gnadas.
Siguiendo su consejo, saqu uno de
los pesados delantales de plomo y me lo
puse. Ponindome detrs de l poda ver
la pantalla fluoroscpica. Cuando se
apagaron las luces, el fluoroscopio
empez a funcionar automticamente con
un bajo y resonante clic. La imagen era
muy dbil, como siempre. Para verla
bien, es necesario adaptar los ojos
mediante el uso de gafas rojas, durante
treinta minutos, precisamente. Yo no
poda distinguir bien al paciente de
aneurisma en la pantalla porque no haba
tenido la oportunidad de adaptar mis
ojos a la oscuridad, pero poda
distinguir la espesa tira radio-opaca del
catter.
ste es el extremo del catter.
El dedo ndice del residente
principal era dibujado por la luz de la
pantalla.
Est en la aorta, justo encima del
corazn. La ve saltar con cada
contraccin del corazn?
Poda distinguir todo aquello sin
ninguna dificultad.
Ahora vamos a inyectar colorante
radio-opaco para tener una imagen de la
arteria. Vamos a utilizar un inyector a
presin.
Indic un pequeo aparato que
pareca una bomba de bicicleta con un
lado levantado. Tena al final tres o
*****
Despus de nuestra vuelta por la
sala, nos cambiamos y nos pusimos
trajes limpios y empezamos de nuevo a
lavarnos, en la misma forma amable de
antes y sin histeria de mi parte. Decid,
vescula.
Luego apareci el coldoco, el
conducto por el que fluye la bilis. Lo
trat de la misma manera, atndolo con
dos ligaduras y luego cortando entre
nudos. Una vez que estuvo aislada la
vescula, pas el escalpelo por su lecho
de manera que se partiera la capa
exterior de tejidos brillantes. Con las
tijeras comenc a separar la vescula del
hgado.
Est haciendo parecer difcil todo
esto brome Simpson. Si tarda
mucho ms desarrollar una gangrena.
Apenas lo o. La operacin haba
comenzado veinticinco minutos antes.
Con un corte ms suave y un tirn, la
implantadas.
Ponerme un uniforme para operar
era asunto repetido, dj vu. Empezaba
a vivir dentro de ellos. Como no
quedaban tallas medianas, tuve que
ponerme un uniforme grande y las tiras
para atar los pantalones me daban dos
vueltas alrededor de la cintura. Pas las
puertas giratorias y entr al rea de la
sala de operaciones. Mientras me pona
las botas de algodn, mir el boletn
para ver quin operaba. Ay! Operaba el
Todopoderoso
Cirujano
Cardaco.
Pero qu estaba haciendo all? La
intervencin figuraba con el nombre de
Absceso abdominal, sucio y era claro
que por lo general el Todopoderoso
de la Facultad de Medicina. Ya no me
sorprenda que hubiera tan pocos
caballeros entre los cirujanos; la verdad
es que lo que me sorprenda es que
algunos mdicos se mantuvieran como
seres humanos completos. Muy pocos lo
lograban. Entre ellos no se encontraba el
Todopoderoso a quien acababa de
encontrar.
Me dio palmadas en la espalda,
deseando saber todo sobre cmo me iba.
Pareca un poltico haciendo su campaa
para reunir votos, dndome golosinas o
besando a mi hijo. Estaba juntando
puntos para su ego. Yo estaba tan
cansado que no me importaba lo que
dijera ni lo que hiciera. Mantena mi
reacciones
de
conversin
psiconeurticas,
convulsiones,
alcoholismo, dolor abdominal, lcera
gstrica,
apendicitis,
insuficiencia
heptica Su historia clnica era un
catlogo de enfermedades primarias y
secundarias. Haba estado entrando y
saliendo, durante diez aos, de un
hospital para enfermos mentales. Justo
la clase de paciente que necesitaba en
aquel momento de buen humor y
frescura. Hablar con l era imposible
porque estaba tan intoxicado que slo
poda recordar, de manera fragmentaria,
lo ocurrido en las ltimas horas. Tratar
de examinarlo y leer la hoja me llev
casi una hora. En aquel momento tena
a la perspectiva.
Cuando sal de aquella especie de
semitrance, no saba qu hacer. Poda
volver a ver a los enfermos particulares
o poda sentarme cerca de la sala y
esperar los nuevos internamientos o
poda ir a dormir una siesta. La ltima
opcin fue descartada de inmediato por
supersticin. Si me iba a dormir,
seguramente iban a llamarme para
algunas admisiones para internamiento
mientras que, si me quedaba en la sala,
tal vez no entrara nadie. Un anlisis muy
cientfico del asunto. Me detuve en el
departamento de las enfermeras y hoje
algunos nmeros atrasados de Glamour
que haba olvidado una de las chicas.
Todo
fue
bien.
Visitaba
regularmente a mi psiquiatra. Entonces,
de repente, empec a sentirme nervioso,
como ahora, y empeorando por
momentos hasta que tuve que internarme
durante cuatro meses.
Cunto dur el intervalo entre los
dos internamientos?
Casi un ao y medio. El
verdadero problema es que no puedo
entender qu pas la segunda vez. Yo no
estaba paranoico sino nervioso. Tena lo
que ellos llaman estado de ansiedad
prevaleciente. Entonces, mi psiquiatra
comenz a hablar de esquizofrenia
pseudoneurtica, pero eso yo no lo
entenda tan bien aun cuando lea mucho
misma noche?
Yo comenzaba a tener la impresin
de que se trataba de la hipersensibilidad
del esquizofrnico ante cualquier signo
de rechazo. Tal vez lo que provoc su
ansiedad era el temor de verse
rechazado por la chica. Todos los signos
apuntaban en aquella direccin.
Esta noche no voy a poder dijo.
Por qu no?
Era una situacin crucial. Si las
cosas iban bien con la chica todo sera
dorado; si iban mal, poda ser
devastador. l no lo ignoraba.
Porque esta maana me llam y
me dijo que hoy no poda verme.
Cuando le pregunt por qu, me contest
rompieron
murallas
defensivas,
cuidadosamente levantadas, y arrasaron
con todo. Sent que mi mandbula caa
involuntariamente y que mis ojos se
ponan
vidriosos
reflejando
mi
confusin y descreimiento interior. Tuve
que luchar duro para recuperar mi
compostura exterior. l estaba tan
sumido en sus problemas que no se dio
cuenta de mi malestar. Continu
describiendo su relacin con Karen. En
aquel momento, veinte segundos despus
de la revelacin, yo haba recuperado
mi calma aparente y lo escuchaba, pero,
dentro de m, mis propios mensajes
urgentes despojaban las palabras de l
de todo significado. ramos dos
lugar
donde
pudiera
respirar.
Dominando mis pensamientos, me
concentr en la realidad que tena frente
a m. Le pregunt apresuradamente:
Qu tranquilizante usa?
Librium de 25 miligramos
contest un poco confundido. Era
evidente que lo haba interrumpido.
Muy bien. Le dar una receta pero
le aconsejo que vea a su mdico esta
noche o maana. Mientras tanto, para
que sienta el efecto de inmediato le har
dar una inyeccin de Librium.
Antes de que pudiera decir nada, me
levant del divn y sal al barullo y la
luz de la SU. Escrib, mecnicamente la
receta: Librium 25mg x 10. No poda
Da 365
La despedida
El apndice estaba a un lado, sobre la
bandeja de acero donde yo lo haba
colocado un momento antes de volver a
la mesa de operaciones. El cirujano
terminaba de coser el lugar donde haba
estado
el
apndice.
Nuestra
concentracin era tan intensa que nadie
vio la mano hasta que estuvo en el
campo operatorio y comenz, sin
motivos, a palpar los intestinos carnosos
y hmedos. Aquella mano no llevaba
guante: algo completamente fuera de
dije.
El pobre Straus estaba confundido.
Su mirada iba del cirujano que sostena,
an, la mano del paciente, a la movediza
masa de sbanas que indicaba los
progresos del anestesista o la carencia
de ellos.
Cruza los brazos, Straus, y
mantenlos a nivel del pecho.
Straus dio unos pasos atrs, contento
con esas instrucciones.
El
anestesista,
con
algunas
dificultades, volvi a colocar la mano
del paciente en su lugar e intent
mantenerla quieta sobre la mesa de
operaciones. Entonces el cirujano se
alej de la mesa y permiti a la
nudos?
No muy bueno, creo.
Quieres probar y hacer algunos?
S, doctor.
Muy bien. Cuando lleguemos a la
piel, atars t.
Las suturas superficiales se hicieron
con rapidez. Yo ataba, en aquel
momento, con tanta velocidad como el
cirujano haca los puntos, y la enfermera
tena que esforzarse para seguir nuestro
ritmo. Los sonrientes labios de la herida
se unieron cuando se hicieron las suturas
subcutneas y se ataron.
Bueno, Straus, veremos qu es lo
que puede hacer dijo Gallagher,
despus de hacer el primer punto en el
acontecimientos.
Pobre Straus! Al segundo nudo,
estaba sudando y los bordes de la herida
seguan separados por una pulgada.
Adems, tena los dedos mal puestos
sobre la herida y pareca salido de una
historieta cmica. Pero no nos mir. Un
buen signo. Sera de los buenos.
Straus, usted sabe cmo hacerlo,
conoce la teora. Las suturas de piel no
deben ser apretadas. Pero una
separacin de un centmetro es exagerar
la cosa.
Gallagher estaba bromeando.
Muchachos, tmense todo el
tiempo que quieran. El paciente estar
paralizado, por un rato largo, con la
mdicos.
Qu pasa con las compaas de
seguros sanitarios y los laboratorios
farmacuticos?
Compaas de seguros? Bueno,
no tienen las manos demasiado limpias
pero, por lo menos, no han interferido en
la relacin mdico-paciente, supongo
que por temor a la AMA. Quiero decir
que, si una de las compaas presiona
demasiado, la AMA puede negarse a
tratar a los pacientes de dicha compaa.
Oh, Straus, s razonable!
Mir alrededor en busca de apoyo
pero no encontr a nadie interesado,
excepto Jan que asenta con la cabeza de
manera vigorosa.
poder
utilizar
las
facilidades
hospitalarias, deben asociarse a la
sociedad local y por ese hecho,
automticamente, son miembros de la
AMA. Y crees que a la mayora de los
mdicos les importa qu es lo que
ocurre en la AMA? Si lo crees as, sigue
soando. No les interesa. Se dicen:
tengo mucho trabajo, tengo muy poco
tiempo. Y hasta tienen la sensacin,
aunque no la racionalizan, de que la
AMA es slo sucia poltica. En eso
tienen razn. Pero, debido a la apata de
sus miembros, la dulce y querida AMA
se pone de pie en Washington y habla
por doscientos mil mdicos que nunca la
contradicen. Para empeorar las cosas,
situacin.
Tal vez pero, tambin, para sus
propios fines.
No te entiendo
Yo estoy de acuerdo con la
disminucin del nmero de facultades de
Medicina y la elevacin del nivel. Pero,
al mismo tiempo, ganaron el control de
las facultades de Medicina. Traducido
significa: tienen el control de la
produccin de mdicos y el control de la
enseanza. En otras palabras: han
determinado el camino social que deben
transitar los mdicos en potencia y se
han asegurado de modelar a los
estudiantes para hacerlos aptos para el
sistema.
sorprendido realmente.
Slo Dios lo sabe! Creo que es
porque facilitaba el estudio a los que no
eran ricos. Uno de los aspectos ms
patticos de la situacin es que, despus
de que tales reformas han sido aceptadas
por la sociedad y forzadas dentro de la
AMA, sta quiere tener el crdito de
haberlas logrado. Te hace pensar en Mil
novecientos ochenta y cuatro, de
Orwell. Creo que todo eso tiene que
cambiar y pienso que el gobierno debe
tomar cartas en el asunto.
Straus, ests tratando de decirme
que despus de todos los aos de
estudio y de los que te faltan todava,
tienes deseos de trabajar para el
verla.
Gracias, compaero, pero no
acepto la invitacin.
Peters
Aqu estoy.
Qu hago con la familia y los
papeles?
Pide los papeles a las enfermeras.
Ellas saben cules son. Todo lo que
tienes que hacer es firmarlos, notificar a
la familia y conseguir la autorizacin
para la autopsia.
Una
autopsia?
Estaba
sorprendido.
Claro. Una autopsia.
Crees que el mdico particular la
pedir?
Muy bien.
Jan estaba tratando de meter mis
libros de Medicina en varios bales.
Era
evidente
que
era
algo
extremadamente complejo y que
requera una solucin igualmente
drstica. Tena que decidir qu libros
habra de dejar; terrible tragedia para un
mdico. Muchsima gente aprecia los
libros, pero los mdicos los idolatran y
se comunican con ellos en una forma
casi sensual. Por poco realista que sea
un mdico, en seguida acepta el hecho
de que nunca podr tener todos los
conocimientos que guarda su biblioteca.
En consecuencia, se rodea de libros,
buscando ansiosamente un motivo para
un galope?
No estoy seguro contest.
Por Dios! Qu ansioso por saber
cmo est este muchacho!, pens con
irona y le dije:
Straus, quiero que examines al
paciente teniendo en cuenta tres
diagnsticos posibles!, edema pulmonar,
embolia pulmonar y neumona. Lee la
hoja y entrate de su historia cardaca.
Mientras tanto, pide una radiografa de
trax, recuentos, anlisis de orina, un
electrocardiograma y cualquier otra
cosa que se te ocurra. Est en estado de
estupor?
No, est muy alerta.
Bueno, dale diez miligramos de
*****
Mi fe en los aviones no es ilimitada.
En realidad no creo en los principios de
la aeronutica. Pero tengo que admitir
que los motores Pratt & Whitney
sonaban roncos y seguros. Poda orlos
ulular ganando potencia y luego el
enorme cuerpo del 747 despeg de
tierra, dejando atrs Hawai y mi
internado. Tena un asiento al lado de la
abandonar
Hawai
pero
ninguna
ambivalencia respecto de la finalizacin
del internado. Sin embargo, ya notaba en
m una tendencia a recordar y magnificar
los grandes momentos, la diversin del
ao y a olvidar el cansancio y el miedo
que haban sido los sentimientos
dominantes. El cuerpo tiene poca
memoria.
El avin enfil hacia la izquierda y
vi, por ltima vez, la isla de Oahu. Era
de una belleza innegable. Las montaas
que la bordeaban apuntaban hacia el
cielo, cubiertas por una vegetacin
aterciopelada y rodeadas por el mar azul
oscuro. Apretando la nariz contra el
vidrio pude mirar directamente abajo,
proporcionaba seguridad.
Ah estaba yo sentado al lado de la
pareja con las camisas floreadas, con mi
trozo
de
coral
y
doblando,
nerviosamente, la tarjeta de la AMA,
hacia uno y otro lado hasta que se parti
en dos mitades.
ltimas palabras
El doctor Peters ha completado el
agitado ciclo desde que era estudiante
de Medicina, pasando por el internado,
hasta el punto en que la sociedad lo
reconocer como un mdico con el ttulo
de doctor. Puede solicitar y sin duda
recibir una licencia para practicar la
Medicina, clnica y quirrgica, en
cualquier estado del pas. Esto sealar
su capacidad para que se le confen
todas las responsabilidades que confiere
una licencia de mdico.
Gracias a su preparacin rigurosa,
podr suponerse que est capacitado
instruccin.
El informe instaba al mejoramiento y
la tipificacin del curriculum y esto hizo
que el pndulo oscilara hacia la
inclusin de ms cursos de ciencias
complementarias y de laboratorio, en el
estudio de la Medicina. Lstima que la
amplitud de la oscilacin lleg al punto
en que la Medicina clnica resultaba de
menor importancia. (Se detuvo alguien
a pensar en el paciente?). Como
resultado de esto, los graduados de hoy
estn ampliamente equipados con las
ltimas teoras sobre las enfermedades
ms raras y los procesos metablicos
ms complejos; pero a menudo
desconocen los simples hechos clnicos
*****
Notas
[1]