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Serie Yo Soy Parte 1

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LECCIONES PARA CÉLULAS.

Serie YO SOY

Introducción.

En las siguientes semanas vamos a estar estudiando una serie de declaraciones que Jesús hizo
durante su ministerio, y que encontramos detalladas en el Evangelio de San Juan.
En varias oportunidades Jesús manifestó enseñanzas que empezaron con la declaración “Yo Soy”:
Yo soy el pan de vida, Yo Soy la luz del mundo, Yo Soy el camino, la verdad y la vida…

Cada una de estas declaraciones tiene un significado especial, y fue dada en una situación
particular para los oyentes.

A veces nos pasa que leemos algo en la Biblia y lo tomamos literalmente, pero debemos conocer el
contexto y lo que significaba para los judíos que lo escuchaban, para poder entender con mayor
provecho lo que Jesús les quería transmitir. Para esto, primero vamos a remontarnos 20 siglos
atrás y comprender que la frase YO SOY tiene un peso muy grande para los judíos que lo
escuchaban.

Lección 1. YO SOY, el Cristo


San Juan 4: 19-26 (en contexto)
Versículo para recordar: Juan 4:26
Jesús le dijo: —Yo soy, el que habla contigo.

El YO SOY de Moisés
Cerca de 2.000 años antes de Cristo, Moisés tuvo un encuentro con Dios cuando se le reveló en la
zarza ardiente. Esto ocurrió cuando Dios llamó a Moisés para cumplir la misión de sacar al pueblo
de Israel de Egipto, donde estaban sirviendo como esclavos. Antes de animarse a ir a hablar con
sus hermanos, Moisés le pidió al Señor que le revelara su nombre, y el Señor dijo: “ YO SOY EL
QUE SOY. Y dijo, así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros ” (Ex. 3:14).
En la traducción griega del original hebreo, se usó un nombre similar a ego eimi (con las letras
griegas que nuestro alfabeto no tiene). Esta frase traducida como “Yo Soy”, fue tomada por los
hebreos como uno de los nombres revelados por Dios. Este es el mismo nombre que se utiliza en
Isaías 43:10 cuando Jehová se da a conocer como Creador, Padre y Salvador de Israel. Es un
nombre reservado por los judíos únicamente para Dios. No usaban esta frase para decir cualquier
cosa, porque tenían muy en claro que no debían usar en vano el nombre de Dios.
En el contexto judío, quien se identificara con esta frase estaba pretendiendo hacerse igual a Dios,
era una falta de respeto y una blasfemia. Y estaba escrito en la Ley que la blasfemia contra Dios
debía ser castigada mediante lapidación (Levítico 24:16) Por eso, vamos a entender por qué la
reacción de los judíos más de una vez fue tomar piedras para apedrear a Jesús. (Juan 5:18; Juan
10:31-33) En su afán de hacer cumplir la Ley dada a Moisés su patriarca, creían que Jesús debía
morir por lo que había dicho.
LECCIONES PARA CÉLULAS.
Serie YO SOY

Pregunta para compartir: ¿qué significaba en la época de Jesús que alguien dijera YO
SOY?
Pregunta para pensar: ¿tenían razón los fariseos al acusarlo de blasfemo?

¿Quién dicen que soy?


La primera de las declaraciones que debemos recordar es esta: Jesús decía que era Dios. Una y
otra vez Jesús dijo cosas que mostraran su identidad divina (estas son sólo algunas):
- “Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:30). Si vemos el texto en griego, al decir que él era
UNO con el Padre la palabra que se utiliza para decir que eran UNO refiere a “la misma
esencia o naturaleza”. Es decir, que tenía el mismo ADN que Dios. Jesús se expresó
continuamente de Sí mismo en el sentido de que Él era uno en esencia y naturaleza con
Dios.

- Al decir que él conocía a su Padre y que era el fiel reflejo de su Padre: El afirmó
osadamente: “si a mí me conocieseis, también a mi Padre conoceríais” (Juan 8:19),

- al decir que era un Enviado de Dios “el que me ve, ve al que me envió” (Juan 12:45), “para
que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre
que le envió” (Juan 5:23)

- al perdonar pecados, que era algo que sólo Dios podía hacer (Marcos 2:5-7) los mismos
judíos lo acusaron de blasfemo por hacerse igual a Dios.

- Incluso en el juicio que culminó con su crucifixión, quedó claro que la acusación que tenían
contra él era por blasfemia por decir que era Dios, y fue por eso que lo hallaron culpable
en el Concilio (Marcos 14:61-64).

Estas citas indican que Jesús se consideró más que un hombre: Él es igual a Dios. Y esto fue lo
que tanto molestó a los fariseos que lo escuchaban.

Pregunta para compartir: ¿Jesús dio pruebas de que él era Dios?

Pregunta para compartir: ¿alguna vez te tocó hablar con una persona que no creyera
que Jesús fuera Dios? ¿Qué razones te dio para responderte? ¿Por qué crees que a la
gente le cuesta creer en la divinidad de Jesús?

Y ustedes, ¿quién dicen que soy?


Mucha gente no tiene problemas para aceptar las enseñanzas de Jesús. De hecho en muchos
sectores se las toma como una buena enseñanza de moral. Incluso, muchos aceptan que Jesús
haya sido un profeta de Dios en la tierra.
Si leemos lo que Jesús les preguntó a los discípulos, vemos que esto mismo pasaba ya desde
aquel tiempo (Marcos 8:27-29), algunos lo consideraban un profeta, otros un buen maestro, y
otros la reencarnación de Juan el Bautista!
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Serie YO SOY

El problema es la encrucijada en que Jesús nos pone al decir que él mismo es Dios. Era un
problema en esa época y es un problema hoy en día: si planteamos a Jesús como un gran maestro
de ética, muchos van a estar de acuerdo. Pero si creemos que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios,
estaremos en medio de una acalorada discusión, ¿Por qué?

Pregunta para pensar: ¿cuál sería la diferencia que hay entre seguir las enseñanzas de
Jesús como un maestro de moral, y creer en Cristo como el Hijo de Dios?

Aplicación
Nuestro conocimiento de Jesús, y lo que creamos de él va a influir directamente en lo que veamos
de ahora en más. No es lo mismo estudiar las enseñanzas de Jesús como si sólo un maestro
estuviera hablando, que si entendemos que Jesús es el Hijo de Dios y que en cada una de sus
afirmaciones es Dios mismo revelándose a los que lo leen. Y esto es un desafío que te dejo antes
de seguir avanzando en la serie de YO SOY que vamos a estudiar juntos. Que puedas responder
esta pregunta de Jesús: ¿ustedes quién dicen que soy?
Pregunta para pensar: ¿Qué lugar ocupa Jesús en tu vida? ¿qué es lo que crees en tu
corazón de Jesús?

Bibliografía:
“Evangelio de Juan”, de Stan Slade, Ediciones Kairos, 2006
“El Sermón del Monte”, de John Stott, Ediciones Certeza Unida, 2007
“Alza tus Ojos”, de Christopher Shaw, Ed. Desarrollo Cristiano Internacional, 2005
“Dios en Sandalias”, de Christopher Shaw, Ed. Desarrollo Cristiano Internacional, 2008
“Más que un Carpintero”, de Josh McDowell, Editorial Unilit, 1997
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Lección 2. Yo Soy el Pan de Vida


SAN JUAN 6: 48-51 (en contexto)
Versículo para recordar: Juan 6:48
-Yo soy el pan de vida.

Contexto histórico:
El día anterior a esta enseñanza de Jesús, habían visto el gran milagro de la alimentación de los
cinco mil, en donde Jesús multiplicó cinco panes y dos peces para alimentar una multitud. Al cerrar
el día, muchos “interesados” pensaron que sería una buena idea hacerle Rey, (¿qué mejor que un
proveedor gratuito de comida como soberano?) Pero Jesús entendió que querían hacerle rey y se
alejó de ellos.
Al día siguiente en Capernaúm ocurre esta charla en la que Jesús pone al descubierto las
intenciones de sus seguidores: “Ciertamente les aseguro que ustedes me buscan, no porque han
visto señales sino porque comieron pan hasta llenarse” (v.26, NVI) Entonces, Jesús dice esta frase
controversial: Yo soy el Pan de Vida.

El YO SOY
Como vimos en la primera lección, los judíos, y en especial para los Fariseos (Religiosos de mucha
importancia de aquellos tiempos, que conocían y hacían respetar la Ley de Moisés) sabían bien
desde chicos, que YO SOY era uno de los nombres de Dios, que le había dado a conocer a
Moisés, el patriarca. Cada vez que Jesús usó la frase YO SOY, se identificaba con el Mesías, ya que
este era uno de los nombres de Dios, y era lo mismo que decir: Soy Dios. Esto era considerado
una blasfemia para los fariseos, y por esto rechazaban a Jesús.

El PAN DE VIDA
Varias de las enseñanzas que se mencionan en estos siguientes capítulos de Juan, están
relacionadas con símbolos muy comunes en esa época. Podemos ver que estaban cerca de la
fecha de celebrar la Pascua (Jn, 6:4) Y el pan, la luz, la fuente de agua, el cordero, eran símbolos
muy importantes que se veían en la semana de la Pascua para recordar distintos atributos de Dios.
La Fiesta del Pan sin levadura, de hecho, que se celebraba unos días antes de la Pascua, les
recordaba el tiempo en el desierto, en que Dios fue su provisión de alimento al darles el maná del
cielo. Entonces, cuando Jesús dijo a los que lo escuchaban que él era el Pan que descendió del
cielo (v.51), seguramente les venía a la cabeza la provisión milagrosa de Dios para que su pueblo
tenga vida, y cuánto necesitaban el alimento espiritual.
Pregunta para compartir: ¿por qué Dios había dado el maná a los hebreos cuando estaban en
el desierto? ¿qué atributos de Dios podemos ver en esa historia?

El Pan nuestro de cada día


Pan de Vida: Lo primero que debemos saber al ver esta comparación es que el pan era un
alimento muy importante en la comida diaria de esa época. El pan servía muy bien para
ejemplificar lo que Jesús quiso decir: Así como ustedes comen pan y sacian su hambre, yo puedo
saciar su espíritu, su vida. Yo soy lo que necesitan para tener Vida.
Una vez más, como en las Parábolas, Jesús toma un ejemplo cotidiano, para aplicarlo a una
verdad espiritual relacionada con el Mesías: Nuestro espíritu, nuestra vida, necesita ser
alimentada. Aquellos que no tienen esta Vida, mueren espiritualmente.
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Serie YO SOY

-El Pan, que es un alimento básico, está al alcance de todos. No se requiere ser un chef de
paladar muy afilado para poder disfrutar un pedazo de pan cuando tenemos hambre. Así también
la Gracia de Dios está al alcance de todos: no importa nuestra condición ni nuestra historia,
nuestro pasado o nuestros estudios… Cristo quiere tener una relación con cada uno, y esta Vida
abundante está al alcance de cualquiera que quiera creer.
-Nuestra vida espiritual, así como nuestro cuerpo físico, necesita ser alimentada cada día un
poco. No sirve pasar un mes de ayuno y luego comer 5 kilos de pan... así también, nos ayuda a
crecer espiritualmente cuando cada día le dedicamos un tiempo a leer la Palabra, orar y adorar.
Nuestra vida espiritual se nutre de nuestra relación con el Padre. Y para esto necesitamos ese
tiempo con él cada día.
- El pan, en una bandeja sobre la mesa no nos ayuda a alimentarnos. Para que cumpla su efecto,
debemos ingerirlo, masticarlo, y digerirlo para que sus nutrientes pasen a las células de
nuestro cuerpo. Así también, la Biblia sobre la mesita no nos ayuda a tener vida, nos sirve cuando
nos tomamos el tiempo de leerla, meditar en su enseñanza, preguntar, y hacer que sus verdades
se hagan parte de nuestra vida. Si no hacemos esto, es sólo un amuleto.
Pregunta para compartir: ¿De qué manera podemos comparar el pan que comemos a diario
con Jesús que es el Pan de Vida?
Pregunta para pensar: En tu vida, ¿Jesús está tan adentro que forma parte de tus células y la
gente pueda verlo? ¿alguna persona te dijo que vio a Dios en tu vida en esta semana?

Aplicación
Hay muchas razones por las cuales la gente se acerca a Jesús. A veces es simplemente por querer
recibir un milagro o un beneficio. Otras veces es para recibir la vida eterna que sólo Jesús puede
dar.
Dice Stan Slade en su libro “El Evangelio de Juan”:
“Frente a la declaración de que Jesús había venido de Dios para darles vida a los seres humanos,
los oyentes se ofendieron. Curiosamente, estaban dispuestos a recibir de Jesús pan, pero no vida.
Bueno, quizás no tan curiosamente. Para recibir pan de Jesús no habían tenido que hacer nada,
sino sólo estar presentes en aquel momento y lugar. Ahora, para recibir vida tenían que responder
al llamado de “venir” a Cristo y “creer” en él. Para recibir más, también tenían que dar más.
Tenían que reconocer a Jesús como el verdadero portavoz de Dios, por encima de los portavoces
oficiales. Entonces, frente a tal necesidad de cambio personal los oyentes se ofendieron.” (Stan
Slade, Evangelio de Juan, pg. 158)

Si tenemos hambre espiritual, el mejor alimento es el Pan de Vida. Según lo que creemos de Jesús
en nuestro corazón, va a ser la forma en que nos acerquemos a él. Y él siempre atiende a un
corazón hambriento.
Pregunta para pensar: ¿la última vez que te acercaste a Dios fue con una “lista de peticiones” o
fue hambriento de tener comunión con él?

Material de Lectura:
“Evangelio de Juan”, de Stan Slade, Ediciones Kairos, 2006
“El Sermón del Monte”, de John Stott, Ediciones Certeza Unida, 2007
“Alza tus Ojos”, de Christopher Shaw, Ed. Desarrollo Cristiano Internacional, 2005
“Dios en Sandalias”, de Christopher Shaw, Ed. Desarrollo Cristiano Internacional, 2008
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Lección 3. Yo Soy la Luz del mundo


SAN JUAN 8: 12-20 (en contexto)
Versículo para recordar: Juan 8:12
12 Una vez más Jesús se dirigió a la gente, y les dijo:
—Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la
vida.

Contexto histórico:
En el evangelio de Juan, podemos ver que Jesús dio esta enseñanza en la época en que se
celebraba la Fiesta de los Tabernáculos. Esta era una fiesta anual que duraba siete días, (Levítico
23:34; Deuteronomio 16:13) en la que los judíos recordaban el tiempo en que Israel peregrinaba
en el desierto y Dios decidió venir a habitar entre ellos instalando su Tabernáculo en medio del
pueblo, los eligió como su Pueblo Santo, y se ocupó de alimentarlos y cuidarlos para que no
murieran en el desierto.
En la época de Jesús, debían venir a Jerusalén y armar carpas (“tiendas” o “enramadas”) para
pasar esos siete días reviviendo ese tiempo donde Israel anduvo en el desierto, y recordando su
dependencia de Dios, así como su provisión y protección para que pudieran vivir. En cada uno de
estos siete días había una celebración especial para recordar un aspecto distinto de Dios.
El primero de los siete días, se festejaba la Fiesta de las Luces.
Como narra Eddie Chumney en su libro “Las Siete Fiestas del Mesías”, (capítulo 9)

Otra de las ceremonias de Sukkot (Tabernáculos) era la iluminación del templo


(Beit HaMikdash). De acuerdo con la Mishnah, al final del primer día de la Fiesta de
Sukkot (Tabernáculos), los sacerdotes y los levitas debían ir al atrio de las mujeres.
Debían colocar en el atrio, a una altura de 50 cúbitos de alto, dos enormes candelas
doradas, cuatro recipientes de oro sobre ellas y cuatro escaleras recostadas a la par de
cada candela. Cuatro jóvenes de la línea sacerdotal debían pararse en la cima de las
escaleras sosteniendo jarras con 7.5 galones de aceite puro, el cual era derramado en
cada vasija (Mishnah, Sukkah 5:2). Los sacerdotes y los levitas utilizaban sus
vestiduras viejas para hacer las mechas. La luz que emanaba de los cuatro candelabros
era tan brillante que la Mishnah (Sukkah 5:3) dice que no había patio en Jerusalén
[Yerushalayim] que no estuviera iluminado con la luz de la ceremonia del agua (Beit
Hashoevah).

Se vivía un ambiente festivo. Hombres piadosos, miembros del San Hedrin y


líderes de las diferentes escuelas religiosas, se reunían a danzar hasta altas horas de la
noche, llevando brillantes antorchas y cantando salmos de alabanza a Di-s. Jerusalén
(Yerushalayim) brillaba como un diamante esa noche y su luz podía ser vista desde
lejos. (…) En ese tiempo, el Templo (Beit HaMikdash) se consideraba "la luz del
mundo". Con el brillo de ese templo gloriosamente iluminado, Yeshua manifestó en
Juan (Yochanan) 8:12 que El era "la luz del mundo".
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Yo Soy la Luz

Jesús siempre aprovechaba las situaciones que se vivían en el día a día para enseñar una verdad
espiritual.

En este caso, conocía que todos los que estuvieran en la Fiesta de las Luces, se habrían
asombrado con las Luces del Templo. Recordemos que en aquella época NO EXISTIA la
electricidad, por lo tanto una gran iluminaria en el monte Sinaí podía verse seguramente a
kilómetros ya que no había otras luces que la opacaran. Esto sería motivo de asombro y de orgullo
para todos los que acudían a esta fiesta. También era un orgullo para los líderes religiosos, que
sabían que Israel había sido llamado a ser luz a las naciones, y el Templo y sus rituales eran para
ellos el símbolo de la Luz de Dios.

Esta es una de las razones por la cual es tan controversial la frase de Jesús que estudiamos hoy
“YO SOY la Luz del mundo”

Pregunta para compartir: ¿por qué era chocante para los judíos que Jesús dijera las palabras
YO SOY?

Además de ser considerado una blasfemia, decir que él era la Luz significaba que era él quien
mostraría a Dios al mundo, y no los rituales del Templo que las autoridades religiosas se
esforzaban por cumplir al pie de la letra. (otra razón más para que los sacerdotes y los fariseos lo
odien y quieran apedrearlo!) Con esta enseñanza Jesús estaba mostrando que no tenía sentido
cumplir con los rituales del templo que daban luz externa, si no se acercaban a quien era la Luz de
Dios: Cristo.

La Luz que abre los ojos espirituales

1) Jesús no “tiene un aura”, el ES la Luz de la vida. Mucha gente hoy en día ve a Jesús
como un maestro de moral que enseñó buenos hábitos para las personas, restando
importancia al hecho de que Jesús es el Cristo que puede dar vida y salvación al mundo.
No se trata simplemente de un hombre que quiso enseñar cosas buenas que nos mejoran
la vida. Él es la Luz del mundo en el sentido espiritual de guiar a todo el mundo al Padre.
Su sacrificio en la cruz nos dio la salvación y nos permite entrar a la misma Presencia de
Dios. Y esta Luz no se logra con rituales mágicos, no se logra imitando a otros, o haciendo
cosas externas (levantar las manos, sentarnos adelante, cantar fuerte) sino con conocerle a
EL en la intimidad, y dejar que sea el Señor de nuestro corazón.
2) ¿Se te quemó la lamparita? Dice Juan 8:12 que quien sigue a Jesús no andará en
tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Desde el momento en que decidimos seguir a
Jesús, su Espíritu Santo trae Luz a nuestra vida y comienza a mostrarnos el camino por
donde debemos andar. Ese camino no será (no puede ser) en las tinieblas, porque esto
chocaría con la Luz de Cristo. Si Jesús nos trae la Luz de la Vida, que espiritualmente es la
vida eterna en Dios, entonces quienes andan en tinieblas son quienes están en la muerte
espiritual, que están alejados de Dios. Cuando tenemos la Luz de la Vida en nuestro ser, ya
no podemos andar en los mismos caminos tenebrosos de quienes andan en tinieblas:
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Serie YO SOY

nuestra forma de caminar cambia, los caminos por donde decidimos caminar cambian, la
forma de vivir cambia, porque tenemos al Espíritu Santo en nosotros.

Pregunta para compartir: ¿qué cosas cambiaron en tu vida desde que decidiste seguir a
Jesús? ¿hubo costumbres que dejaste? ¿hubo lugares donde dejaste de frecuentar?

Pregunta para pensar: ¿hay algún rincón de mi vida que aún está en tinieblas?

3) Los seguidores de Jesús reflejan la LUZ de él. Cuando en las noches miramos la luna,
y podemos verla brillar en el cielo, a veces olvidamos que en realidad la luna no tiene luz
propia, sino que es un satélite que refleja la luz del sol. De la misma manera, los que
seguimos a Jesús reflejamos la Luz de Jesús. No somos la Luz, sino que reflejamos lo que
recibimos de él. Y esa luz la recibimos de estudiar su Palabra, de pasar tiempo en oración,
de pasar tiempo adorando, y de compartir tiempo con otros hermanos con quienes también
aprendemos sobre la Luz de Cristo. Sólo podemos reflejar la Luz de Jesús si
alimentamos nuestra relación personal con él. Y así también, cuando nuestra
relación con Dios es fuerte e íntima, no es posible esconder que somos seguidores de
Jesús.

Pregunta para compartir: ¿alguna vez te pasó, que una persona que no te conociera te
mencione que “tenés algo diferente”? ¿podés asociar si esto era el reflejo de Jesús?

Aplicación

Estar cerca de la luz muestra más claramente la suciedad, y nos obliga a ponernos a cuentas con
Dios. En un cuarto en penumbras, la suciedad puede pasar desapercibida, mientras que cuando
tenemos una luz muy clara, se puede ver cada rincón sucio.. así también pasa en nuestras vidas.
Cuando estamos lejos de Dios, todo en nuestra vida nos da igual, no nos importa si hay algo
“turbio” porque pasa desapercibido en la penumbra en que estamos. Pero a medida que decidimos
seguir a Jesús, e imitarlo con nuestra vida, cada cosa que hagamos va a ser comparada con la Luz
que es la vida de Jesús, y el pecado va a ser más visible en su presencia.

Pidamos al Espíritu Santo que nos siga mostrando las cosas que tenemos que limpiar en nuestro
corazón a medida que buscamos más y más estar en su presencia. Pongamos nuestro corazón en
la lupa de Dios y que él nos muestre aquellas cosas que no pasan la “prueba de la blancura”.

Pregunta para Pensar: ¿Dios te está mostrando en tus tiempos devocionales que hay cosas que
cambiar en tu vida? ¿hay algún pecado que el Espíritu Santo te está mostrando que tenés que
sacar de tu vida?

Material de Lectura:
“Evangelio de Juan”, de Stan Slade, Ediciones Kairos, 2006
“Dios en Sandalias”, de Christopher Shaw, Ed. Desarrollo Cristiano Internacional, 2008
“Las Siete Fiestas del Mesías”, de Eddie Chumney (capítulo 9)
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Lección 4. Yo Soy La Puerta


SAN JUAN 10: 1-10 (en contexto)
Versículo para recordar Juan 10:9
Yo soy la puerta: el que por mí entre será salvo; entrará y saldrá, y hallará pastos.

Esta verdad, Yo soy la Puerta, junto con la que sigue Yo soy el Buen Pastor, encierran en una
misma parábola dos ideas que muestran dos partes importantes de la Misión de Jesús. Como autor
de la Salvación, y como Pastor de nuestra alma.

Hoy nos vamos a enfocar en la primera parte, Jesús la entrada al rebaño de Dios.

Contexto histórico:

Este ejemplo que Jesús dio, era muy común en su época ya que la cría de ovejas era una actividad
habitual para sus oyentes, y muchos de los que estaban escuchando sabían qué era un corral de
ovejas. Es probable que lo mismo nos pase a nosotros, ya que vivimos en un país agrícola y
ganadero, donde la gran mayoría de las personas alguna vez vio un rebaño de ovejas, o de vacas
que pastan en el campo. Ya sea por haber viajado fuera de la ciudad, o bien por haber escuchado
historias de nuestros abuelos, tíos, vecinos, es algo común a nosotros saber que las ovejas pastan
en los campos, que se mueven en grupos, que necesitan un corral para dormir, que un pastor es
quien las busca y las cuida. Así pasaba en Israel, donde Jesús aprovechaba las historias cotidianas
para enseñar una verdad espiritual.

Si leemos los capítulos 9 y 10 de S. Juan, quizás nos sorprenda ver el contexto en el que Jesús
emitió esta frase. Algunos días antes Jesús había sanado a un hombre ciego de nacimiento en día
de reposo (Jn. 9:1-12), y los líderes religiosos que rechazaban a Jesús, habían interrogado al ex -
ciego para tratar de atrapar a Jesús (Jn. 9:13-27). Cuando el hombre dio testimonio del milagro
que Jesús hizo, y que creía que era alguien que venía de parte de Dios, los líderes religiosos lo
expulsaron de la sinagoga (Jn. 9: 28-34). Cuando Jesús supo esto, tomó contacto con el hombre y
le declaró que él era el Cristo (Jn. 9: 35-38).

Entonces, delante de los hombres que lo estaban escuchando, Jesús marca una diferencia entre
los que entran por la puerta (que es Jesús) y los que no entran por la puerta, y pone en evidencia
a los líderes religiosos del momento: ellos descuidaron a una oveja enferma que mendigaba, y
cuando fue sanada la echaron. En cambio Jesús se ocupó de su sanidad, y de su corazón. Y luego
dio esta enseñanza donde dijo que había distintas formas de acercarse a las ovejas, pero sólo una
era la puerta de entrada que Dios había dado.

Yo Soy la Puerta de Entrada

En esta parábola podemos ver tres conceptos importantes:

1) La puerta de entrada es Jesús. Sólo en Jesús tenemos la posibilidad de entrar al rebaño de


Dios. Esto es porque sólo hay un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo (1° Tim. 2:5).
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No hay manera de buscar otros atajos, o de evitar a Jesús y llegar a Dios. Sólo quienes creen
que Jesús es el Hijo de Dios y que murió en la cruz para salvarnos de nuestros pecados,
pueden pasar a ser parte de la familia espiritual, y formar parte de su rebaño, la iglesia de
Cristo. Quienes no creen en que Jesús es el Cristo, aunque ronden cerca, no formarán parte de
la iglesia de Dios. (Hebreos 4:2)

Así como los Israelitas en Egipto tenían que pintar los marcos de las puertas con la sangre del
cordero, así necesitamos también creer en el sacrificio de Jesús en la cruz para nuestra
salvación, y es la única manera de entrar al Reino de Dios. Una vez más Jesús deja en claro
que él, y no otros, es el camino para llegar a la presencia de Dios.

Pregunta para compartir: ¿Qué pasa si una persona asiste a la Iglesia toda su vida porque le
gusta, pero no cree que Jesús es el Hijo de Dios?

2) Las ovejas reconocen su voz. Jesús menciona que antes de él vinieron otros que quisieron
guiar a sus ovejas, pero que eran ladrones y las ovejas no los oyeron. El pastor llama a las
ovejas por su nombre, y las ovejas le reconocen. ¡Qué importante es que podamos estar tan
cerca de nuestro Padre que reconozcamos su voz cuando nos hable! Las ovejas siguen al
pastor de este rebaño, porque conocen su voz.

Es interesante ver las ovejas que estaban adentro del redil corrían este mismo peligro: siempre
podía haber una persona extraña que viniera a intentar llevarse a alguna oveja distraída y
robarla. Qué importante es estar atentos a la voz de Dios: para que no haya “voces extrañas”
que puedan distraernos y seducirnos para apartarnos del rebaño.

Pregunta para compartir: ¿cuál podría ser un ejemplo que representan un ladrón que intenta
llamar y llevarse a las ovejas distraídas para robarlas?

3) La entrada legítima y la entrada ilegítima. El que no entra por la puerta, es un ladrón. El


ladrón viene a robar, matar y destruir. En el momento que Jesús lo dijo, era una palabra muy
fuerte teniendo en cuenta que él era la puerta, la entrada de salvación, y que los fariseos
trataban de darle al pueblo las leyes que según ellos les darían la salvación, pero esto no era
de acuerdo a la verdad de Dios. De esta forma estaba poniendo a los fariseos en el lugar de
ladrones que de manera ilegítima intentaban robar a las ovejas, porque en realidad no
conocían a Dios, ni reconocían a Jesús como Hijo de Dios. Y lo querían matar para que la
gente no lo siguiera.

Pero podemos ver también una verdad espiritual más profunda: todas aquellas obras que sean
anti-Cristo, es decir que intenten alejarnos de Cristo, van a estar inspiradas por el ladrón más
grande de almas: el diablo. Y este ladrón viene a robar, matar y destruir la vida de las ovejas
del rebaño. Pero Jesús dice: yo vine para dar vida, y vida en abundancia.

Pregunta para compartir: ¿podrías dar un ejemplo de nuestra sociedad actual en que es visible
que el diablo quiere robar, matar y destruir?
LECCIONES PARA CÉLULAS.
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Aplicación

La vida que Jesús nos da es vida espiritual y completa. Vida abundante. Esto abarca no sólo la
vida biológica que nosotros conocemos, sino un espíritu vivificado por él, la paz necesaria para
nuestra alma, la seguridad de la vida eterna en él y la tranquilidad de saber que Dios nos protege
y nos da lo que necesitamos. Todo esto ya lo conocía el salmista David cuando escribió el Salmo
23.

Y es interesante ver el antagonismo entre lo que hace el ladrón y lo que hace Jesús: mientras que
el ladrón viene a robar, matar y destruir, en Jesús tenemos todo lo contrario: él nos da
gracia, nos revive, y edifica.

Y esa también es nuestra responsabilidad para los que entramos a través de la puerta que es
Jesús, y somos ovejas suyas: que seamos quienes damos gracia a otros, que seamos quienes
compartimos la vida de Cristo, y que edifiquemos en amor, porque somos el rebaño de Dios
que refleja su Esencia.

Pregunta para compartir: ¿cuál es nuestro papel como hijos de Dios en una sociedad donde lo
cotidiano es ver la destrucción y la muerte en el noticiero todos los días?

Preguntas de repaso: Llegamos a la mitad de las lecciones de YO SOY, vamos a poner a prueba
lo que aprendimos hasta ahora:

1) ¿qué significaba para los judíos la frase “YO SOY”?


2) ¿En qué contexto Jesús dijo: “Yo Soy la Luz”?
3) ¿Qué enseñanza práctica podemos aplicar de la idea de que Jesús es el Pan de Vida?
4) ¿Cómo se aplicaría al contexto de hoy que Jesús haya dicho “Yo soy la Puerta”?

Material de Lectura:
“Evangelio de Juan”, de Stan Slade, Ediciones Kairos, 2006
“Alza tus Ojos”, de Christopher Shaw, Ed. Desarrollo Cristiano Internacional, 2005
“Dios en Sandalias”, de Christopher Shaw, Ed. Desarrollo Cristiano Internacional, 2008

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