Razones Por Las Que Estudiar El Personaje de Jesús
Razones Por Las Que Estudiar El Personaje de Jesús
Razones Por Las Que Estudiar El Personaje de Jesús
Nuestra salvación y el poder para vivir vidas que agraden a Dios dependen de lo que Jesús hizo por nosotros. Es vital entender
lo que implica la vida, la muerte y la resurrección de Cristo para nosotros. El conocer a Jesús es conocer la base de nuestra fe
(piedra angular). Un concepto correcto de Jesús es la salvación. Uno errado es que él representa uno de muchos caminos que
conducen a Dios.
Es lógico entonces que conocer la persona a la cual hemos de imitar. Su forma de pensar, de reaccionar, de hablar, en fin de
vivir es el modelo ha seguir por cada uno de nosotros que nos llamamos “Cristianos” (seguidores de Cristo).
Dios quiere que le conozcamos. Por esta razón se ha revelado en su Palabra, pero más aún se ha revelado a través de su Hijo
Jesús. Conocer a Jesús es conocer a Dios.
Lo que hoy se conoce acerca del personaje Jesús se debe mayormente a la descripción que cada evangelista hizo de su persona.
Cada uno de ellos escribió desde una perspectiva distinta, teniendo en cuenta una “audiencia” específica. Esto los llevó a destacar
aspectos diferentes de la persona de Jesucristo. Veamos la comparación de los cuatro evangelios a partir del enfoque y la
audiencia.
Muchas veces Jesús es mejor conocido como hombre que como Dios, por el énfasis que se ha hecho sobre su identificación con
las debilidades humanas. Pero, es necesario que se conozca su persona en todos sus aspectos y en todas sus funciones: como
Dios, como hombre, como salvador, en su función de siervo y como profeta, sacerdote y Rey. El objetivo de este curso es ver a
Jesús desde cada uno de estos ángulos, haciendo uso mayormente del evangelio de Juan, que es el que más destaca su divinidad,
pero también se hará uso de los otros tres evangelios y de otros textos bíblicos en la medida que sea necesario.
...haya sido el hombre que más ha impactado el mundo, hasta el punto que hoy en día todo el mundo se ve forzado a hablar de
antes de Cristo y después de Cristo.
La divinidad de Jesús se encuentra contenida en la Biblia de dos maneras:
2. Por las evidencias de que Jesús tenía atributos que sólo Dios los tiene.
Juan 1:14 dice: “Y el VERBO se hizo carne y habitó entre nosotros.” Este versículo identifica al Verbo como la persona de Jesús.
La palabra “Verbo” en el original es “LOGOS”.
Porque en griego la palabra “Logos” significa “La Palabra” y para los judíos “La Palabra” era un vocablo que podía representar
a Dios. Ejemplo: El TÁRGUM Judío (que es una paráfrasis del Antiguo Testamento) traduce a Éxodo 19:17 de esta forma: “Entonces
Moisés sacó al pueblo del campamento para ir al encuentro con La Palabra (con el Logos, es decir con Dios). Por otro lado, el
logos para los filósofos estoicos era el principio o la fuerza que gobernaba el universo. Juan les estaba hablando también a los
estoicos de quién era ese logos y de que ese logos se había encarnado.
Leamos de nuevo a Juan 1:1 sustituyendo la Palabra Verbo por Jesús: “En el PRINCIPIO existía JESÚS y JESÚS estaba CON Dios
y JESÚS ERA DIOS.” Juan afirma desde el inicio la divinidad de Jesús, lo que es esencial para el entendimiento de todo lo demás
que tenga que ver con su persona.
¿A cuál principio se refiere Juan?
Génesis 1:1 dice: “En el PRINCIPIO Dios creó los cielos y la tierra.” El comienzo de la creación
¿Cómo sabemos que este “principio” de Juan 1:1 es el mismo principio de Génesis 1:1?
Por lo que Juan 1:3 dice: “Todas las cosas fueron hechas por medio de El (el Verbo), y sin El nada de lo que ha sido hecho fue
hecho.” Por tanto en el “principio”, al cual se refiere el libro del Génesis (1:1), Jesús tuvo que haber estado presente porque todo
fue creado por medio de El. De esta forma concluimos que el “principio” al cual Juan hace alusión es el mismo “principio” del
Génesis 1:1.
¿Cuál es el significado aquí de esta palabra CON? Juan 1:1 : ...“Y el verbo estaba CON Dios”.
En griego esta palabra CON es el vocablo PROS que significa íntima unión, en la que prácticamente, uno es el otro. De manera
que Juan, aunque entiende que el Padre y el Hijo son dos personas distintas, entiende también que su unión e intimidad son tales
que prácticamente el uno es el otro... Por eso dijo Jesús: ”El que me ha visto a mí ha visto al Padre” (Juan 14:9).
o La eternidad de Jesús
o La relación y la igualdad de Jesús con Dios Padre.
o La divinidad de Jesús
o Jesús como el “agente” creador
Juan 1:4-5 “En Él estaba la vida y la vida era la luz del hombre y la luz brilla en las tinieblas”.
Juan llama a Cristo la luz de los hombres y esta palabra luz en griego es el vocablo “Phos” de la que se deriva la palabra
castellana fósforo. Es una palabra que en griego significa una luz, no que se ha encendido, sino que siempre ha estado encendida.
En griego la palabra “HABITO” es el vocablo SKENOO. ¿Qué importancia tiene esto? Veamos: En el Antiguo Testamento se
utilizaba la palabra SKENE para referirse al tabernáculo, que era donde “habitaba” la presencia de Dios; el lugar Santísimo
específicamente. Pero en el Nuevo Testamento la presencia de Dios vino a morar en la persona de Jesucristo. Por eso Cristo se
refirió a su cuerpo como un templo cuando dijo: “destruid este templo y en tres días lo levantaré” (Juan 2:19).
En Juan 1:14, conjugando nuevamente el verbo “habitó” con el significado anteriormente expuesto, el verso podría traducirse
de la siguiente manera: Y el Verbo se hizo carne e hizo “tabernáculo” entre nosotros. Esto da una idea más clara de que en la
persona de Cristo residía la plenitud de la persona de Dios (Hebreos 1:3)
JESÚS COMO HOMBRE
A pesar de lo mucho que se ha escrito de Jesús son muchas las confusiones que aún existen con respecto a su persona. El
objetivo de este capítulo es tratar de esclarecer el hecho de la humanidad de Cristo y entender sus razones.
Qué contraste!!!. En el capítulo anterior hablamos de Jesús como Dios y hoy lo presentaremos como hombre. La Biblia presenta
muchos contrastes, pero ninguno más sorprendente que aquel que Cristo en su persona es al mismo tiempo verdadero Dios y
verdadero hombre. Las ilustraciones de estos contrastes en las Escrituras son muchas:
1. El estuvo cansado (Jn. 4:6), y El ofreció descanso a los que estaban trabajados y cargados (Mt. 11:28);
2. El tuvo hambre (Mt. 4:2), y El era «el pan de vida» (Jn. 6:35)
4. El estuvo en agonía (Lc. 22:44), y curó toda clase de enfermedades y alivió todo dolor.
5. Aunque había existido desde la eternidad (Jn. 8:58), El creció «en edad» como crecen todos los hombres (Lc. 2:40).
7. Se limitó a sí mismo en su conocimiento (Lc. 2:52), aun cuando El era la sabiduría de Dios.
Lo primero que se debe aclarar es que Jesús es el nombre de la segunda persona de la Trinidad después de su encarnación.
La idea es que el eterno Dios se hace carne a través de María. Por esta razón, María es la madre de Jesús, pero no la madre
de Dios. En el capítulo anterior quedó esclarecida la eternidad de Jesús y un ser eterno, por definición, no tiene madre.
Esta es la razón de la respuesta de Jesús a María en Juan 2:4, cuando ella le pidió que resolviera la falta de vino en las bodas
de Caná.... El verso dice: “... Mujer, ¿qué nos va a ti y a mí en esto?”.... Jesús la llama mujer que era un término de respeto, pero
no la llama madre porque Jesús entiende que su existencia (eterna) precedió el nacimiento de María.
El hecho de que Jesús accediera a la petición de María de convertir el agua en vino como se ve en Juan 2 ha generado gran
confusión. Dos conclusiones podemos extraer de este pasaje:
Jesús contesta la petición de María como contesta nuestras peticiones hoy en día cuando hablamos con El en
oración.
María en quién intercede ante Jesús porque en ese momento era la única que sabía quién era Jesús.
La respuesta a este milagro no convierte a María en intercesora ante Dios. la misma Palabra nos habla de esta imposibilidad.
1 Timoteo 2:5: “Porque hay un solo Dios, y también UN SOLO MEDIADOR entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre...”
La realidad es que María fue una gran mujer con grandes atributos, pero no con cualidades únicas a la persona de María. Ella
entendía su condición de pecadora y su necesidad de salvación. En Lucas 1:46-47 vemos esto: “Entonces María dijo: Mi alma
engrandece al Señor y mi espíritu se regocija en Dios MI SALVADOR”.
Asimismo, en Mateo 12:46-50 habla de que su verdadera familia no es la terrenal sino la espiritual. En dicho pasaje claramente
Jesús establece que su madre y sus hermanos (su familia) es todo aquel que hace la voluntad de Dios.
Hechos que demuestran la humanidad de Cristo
Más adelante, Pablo escribe a los Filipenses y le dice en esa carta que Cristo se despojó a sí mismo; literalmente queriendo
decir que se “vació” a sí mismo (Filipenses 2:5-8). ¿En qué consistió el despojarse a sí mismo? En dejar su gloria y en
someterse voluntariamente a la voluntad del Padre.
a) Cristo al encarnarse voluntariamente aceptó limitaciones en el funcionamiento de sus atributos divinos; pero, esas
limitaciones pudieron haber sido eliminadas si El se lo hubiera propuesto (Ejemplo: cuando caminó sobre las aguas.)
b) Cristo al hacerse hombre no perdió atributos divinos, sino que ganó atributos humanos.
c) La adquisición de la naturaleza humana no le restó nada a la naturaleza divina de Cristo (Ver Juan 10:30; Colosenses
1:19.)
Revelar al Padre (Juan 1:18; 14:9). Por medio de la encarnación de Cristo, el Dios, a quién los hombres no podían
ver ni comprender, se revela en términos que son accesibles al entendimiento humano.
Pagar la deuda del pecado (1 Juan 3:5; Colosenses 2:14). La deuda debía ser pagado por alguien que no tuviera
pecado. Cualquiera que tuviera pecado era culpable de muerte y no podía “pagar” por la culpa de los demás.
Convertirse en nuestro sumo sacerdote habiendo experimentado nuestras debilidades. (Hebreos 2:17; 9:11-
12) De acuerdo a las ordenanzas de Dios alguien debía ofrecer sacrificio por los pecados del pueblo. Esta era la
función del sumo sacerdote. Pero ante Dios el único que se puede presentar, a favor de la humanidad, es Cristo por
su carácter Santo.
Destruir las obras de Satanás (1 Juan 3:8; Romanos 6:14; 6:22). La deuda queda paga pero además el poder del
pecado es quitado de la vida del creyente.
Dejarnos ejemplo de la vida que agrada a Dios (1 Pedro 2:21) . El es el “hombre” ideal para Dios.
En resumen, la encarnación de Dios mismo en la persona de Jesucristo es un hecho necesario para poder dar salvación al
hombre y para mostrarle quién es Dios y qué El quiere de cada uno de nosotros.
JESÚS COMO SALVADOR
Hemos oído y lo hemos leído en la Biblia que Jesús vino a “salvar al mundo” (Lc. 2:11). Qué nos pasó que es necesario que seamos
“salvados”? De qué nos vino a salvar? Por qué es precisamente Jesús (Dios) que tiene que venir a “salvar al mundo”? A quién
vino Jesús a “salvar”?
El objetivo de este capítulo es precisamente responder a esas y otras interrogantes sobre la salvación. Adicionalmente
tendremos una idea de la principal obra que Jesús vino a realizar.
De acuerdo a Génesis 3:6, el primer hombre (Adán) y la primera mujer (Eva) “pecaron”. Dicho pecado produjo una separación
del hombre de Dios (muerte espiritual) y muerte física. Si Adán y Eva pecaron habiendo sido creados en perfección, todos
nosotros hubiéramos hecho lo mismo. Por el pecado de ellos, todos pecamos (Rom. 5:12).
Si todos hemos pecado todos somos dignos de muerte (Rom. 6:23). Ante la presencia de un Dios Santo, Santo, Santo es
inaceptable la presencia de pecado.
Exodo 34:7, nos dice que “Dios nos tendrá por inocente al culpable”. Somos culpables porque hemos pecado. Dios es justo y debe
condenarnos a separarnos de El (muerte espiritual). Cristo vino a salvarnos de la ira de Dios contra el pecado (Rom. 5:9). De
hecho, la Palabra nos dice que Dios descargó su ira sobre el Hijo.
Dios es justo. La culpa del pecado debía “pagarla” alguien para llenar Su justicia y esa persona debía ser alguien que no tuviera
pecado que pagar. Sólo así la justicia perfecta de Dios sería satisfecha. Jesús que es Dios, vino al mundo vivió una vida sin pecado
(2 Cor. 5:21) y murió por el pecado de todos.
El sistema de sacrificios del antiguo testamento apuntaba a Cristo. Los animales sacrificados debían ser perfectos para que Dios
aceptara el sacrificio. Por esto, Jesús es llamado en el Nuevo Testamento, “Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”
(Juan 1:29). Ningún hombre podría cumplir el estándar de la santidad de Dios. Era necesario la venida de Jesús (Dios mismo) que
era el único que podía cumplir con la ley perfecta de Dios.
La Palabra nos habla de nuestra condición frente a Dios luego del pecado. Las expresiones que usa son fuertes pero nos dan una
idea de la seriedad del pecado para Dios. De acuerdo a la Palabra, después de la “caída”, somos:
Estas expresiones nos hablan de la dificultad que tiene el hombre de buscar a Dios. Cómo es posible que el ser humano estando
en esta condición busque a Dios?. Es por esto misma que Rom. 3:10-12 nos dice que “nadie busca de Dios”.
¿A quién vino a salvar?
Lo primero que se debe tener en cuenta que los “salvos” son aquellos que sean hijos de Dios. El evangelio de Juan no solo revela
y destaca la divinidad de Jesús, sino que también lo revela como el SALVADOR DEL MUNDO; y realmente, esta revelación tiene
una connotación muy especial en este evangelio. Menciona aspectos de Jesús como salvador que los demás evangelistas no
mencionan.
Veamos: Juan revela que no todos somos hijos de Dios y que para llegar a serlo tenemos que recibir a Jesucristo. Juan 1:12-13
dice: “A los que le recibieron, les dio el derecho de LLEGAR A SER hijos de Dios”...
IMPLICACIONES: No todo el mundo es hijo de Dios. El ser hijo de Dios requiere la aceptación de Jesucristo como Señor y
Salvador. Juan 1:13 “Que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, SINO DE DIOS”.
La idea y el deseo de ser salvo no nacen en la mente del hombre, sino en la mente de Dios. Es Dios que persigue al hombre como
se verá más adelante.
Jesús revela en el evangelio de Juan que El es la fuente de vida eterna, pero también es el juez con derecho a condenar.
(Juan 3:16, 36)
Jesús revela en este evangelio que el mundo yace bajo condenación y que la misión del Hijo es salvarlo. (Juan 3:17-18)
Jesús revela que la salvación es una elección divina que depende del Padre. (Juan 6:44)
La palabra que se traduce en este último versículo como “ATRAER” es la palabra “HELKUO”. De acuerdo al diccionario de Kittle
que es el diccionario más extenso del Nuevo Testamento (10 volúmenes), esta palabra significa, “ser atraído por una fuerza
irresistible”.
Dios orquesta circunstancias en nuestras vidas que de una u otra forma nos llevan a los pies de Jesús. Este evangelio revela
que Dios Padre hace la elección y que es El quien abre el corazón de los hombres para creer la verdad de Jesucristo. (Juan
6:37,39)
Esta verdad queda afirmada de nuevo durante la última cena que el Señor tuvo con sus discípulos. Ver Juan 17:2,6,9
Juan 17 contiene una oración del Hijo hacia el Padre hecha esa última noche, horas antes de su crucifixión. En esta oración Jesús
revela grandes verdades con relación a la salvación.
Jesús también revela en este evangelio que antes de recibirlo, la condición del hombre es muerte y que por tanto tiene que nacer
de nuevo (Juan 3:1-8). La razón por la que el hombre tiene que nacer de nuevo es porque el pecado le trajo la muerte espiritual
(ver Efesios 2:1) y antes de entrar al reino de los cielos, necesita volver a vivir.
El evangelio de Juan revela, además, otros aspectos con relación a la condición del hombre, que explican aún más por qué
necesitamos a Jesucristo como salvador: Juan revela que el hombre no es libre; que el pecado lo esclaviza (Juan 8:32, 34).
Jesús revela a través de Juan que la cruz era necesaria para la salvación (Juan 3:14-16).
En resumen: El conocimiento de la persona de Jesús y su aceptación como Señor y Salvador son esenciales para poder obtener
salvación. Fuera de Jesús no hay salvación.
JESUCRISTO COMO SIERVO
Uno de los ejemplos que más llama la atención del personaje de Jesús es el modelo de servicio que dejó. Pensar que el Dios del
universo, aquel que lo sustenta todo con el poder de su palabra, se arrodilló y lavó los pies de sus discípulos, es algo que va más
allá de lo que el corazón humano puede entender. Es importante notar que Juan 13 comienza diciendo que Jesús ya sabía que su
hora había llegado... La hora de su crucifixión; la hora de glorificar al Padre a través de la cruz.
Era la costumbre en aquel entonces que si alguien invitaba a una persona a su casa, y el anfitrión tenía siervos (en los casos de
personas adineradas), entonces esos siervos eran los que tenían la obligación de lavar los pies de sus invitados; pero si la
persona no tenía las posibilidades de tener siervos, entonces él mismo debía lavar los pies de esos invitados. Si el lugar de
reunión era prestado, como en efecto sucedió con el aposento alto, (lugar en donde se realizó la última cena), entonces la
persona que llegara primero debía lavar los pies de los demás asistentes.
La Biblia narra que en esa ocasión, ninguno de los discípulos tuvo la humildad de corazón para lavar los pies de los demás, ni
siquiera los del Maestro... Aún después de 3 años y medio de enseñanza y unas 12 ó 16 horas antes de la crucifixión de Jesús, los
discípulos no habrían aprendido la lección.
o Jesús espera que nosotros sirvamos como el sirvió (Versículo 15).Y El no nos dejó ninguna otra opción.
o El mayor (el más maduro) debe siempre servir al menor (Versículo 14).
o El gozo y las bendiciones del creyente dependen de su vida de servicio (Vers 17).
Jesús resumió su modelo de liderazgo en una frase pronunciada por El mismo: “El hijo del hombre no vino a ser servido, sino
para servir”.
El servicio que Jesús modeló honró tanto al Padre que en Filipenses 2:9-10 Pablo dice que El Padre le dio un nombre sobre todo
nombre para que ante El (Jesús) se doble toda rodilla de los que están en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra: El Señor.
Si cada uno de los siervos de Jesús se propusiera imitar a nuestro Señor, no hubiera divisiones y luchas en la tierra.
Las profecías del Antiguo Testamento presentan a Jesús en los oficios de profeta, sacerdote y rey. Dentro del pueblo judío
estas funciones consistían en:
De acuerdo a la Palabra de Dios cuando Jesús viene al mundo ejerce estas tres funciones: profeta, sacerdote y rey.
Tal y como se mencionó anteriormente, la función del profeta era hablar al pueblo de parte de Dios. En este sentido, Jesús fue
un profeta porque vino a traer un mensaje de salvación de parte de Dios.
El pueblo de Israel esperaba un profeta especial, superior a los anteriores. A éste, ellos le llamaban “El profeta”... No era
un profeta más, sino el profeta esperado.
¿Por qué esperaban a ese gran profeta? Porque le había sido prometido. Deuteronomio 18:18-19 dice: “Un profeta como tú
levantaré de entre sus hermanos y pondré mis palabras en su boca... Mis palabras que Él ha de hablar en mi nombre...”
(Comparar con Juan 7:16-17; 8:28)
El pueblo reconoció la misión profética de Jesús (Juan 6:14 ; 7:40; Mateo 21:10-11)
La función del sacerdote era hablarle a Dios de parte del pueblo. Desde el Antiguo Testamento Dios había instituido la función
sacerdotal con el objetivo de que representara al pueblo delante de El. En principio la función fue dada a Aarón, hermano de
Moisés (Números 18:1) como Sumo Sacerdote y a los levitas, tribu a la que pertenecía Aarón (Números 18:2), como sacerdotes.
Hebreos 5:1-4. El Sumo Sacerdote (escogido por Dios) tenía la Santa tarea de ofrecer el sacrificio por el perdón de los
pecados del pueblo. Era el único que podía entrar al “Lugar Santísimo” y antes de hacerlo debía purificarse primero ofreciendo
un sacrificio por sus pecados.
De esta misma manera, Cristo siendo absolutamente Santo en su vida y enviado por Dios, podía entrar en la presencia de Dios
Padre y ofrecer su vida en sacrificio por los pecados del hombre.
Asimismo, antes de entrar al “Lugar Santísimo” debía despojarse de sus ropas sacerdotales y quedarse solamente con una
bata de lino blanco lo cual representaba pureza. Al salir de dicho lugar se colocaba de nuevo sus ropas.
(Filipenses 2:5-9; Hebreos 9:11). De esta manera Cristo se despojó de su Gloria (ropas) quedó vestido de blanco (su
Santidad) ofreció el sacrificio frente a Dios Padre y se vistió nuevamente de Gloria al regresar a su trono. De esta manera, en
el Calvario Jesús se convirtió en nuestro gran Sumo Sacerdote; El fue la el sacrificio y El mismo fue el Sacerdote que ofreció
dicho sacrificio. (Romanos 8:34)
Gabriel le anunció a María que ese niño ocuparía el trono de David y que gobernaría sobre la casa de Jacob. Jesús afirmó que
en verdad El era y es Rey. (Ver Juan 18:36-37; Apocalipsis 15:3; 19:16). Su reino fue inaugurado, pero aún no ha sido completado
y establecido en la tierra. El rey en Israel gobernaba de forma suprema y soberana; y así ocurre con el reinado de Jesús.
Como profeta, Jesús vino a reemplazar a Moisés, como sacerdote vino a reemplazar a Aarón y sus sucesores; y como
rey vino a reemplazar a David. Por eso El es llamado Rey de Reyes y Señor de Señores.
LA SANTIDAD DE CRISTO
El pueblo de Dios se ha familiarizado tanto con la bondad de Jesús que frecuentemente se olvida que Jesús es nuestro Señor y
como tal, está revestido de la misma santidad que el Padre. Raramente se ve a Jesús airado en los evangelios. La única ocasión
en que se ve esta emoción desbordada en El, fue cuando la santidad de Dios fue violada (y por lo tanto la santidad de Jesús).
La pascua judía conmemoraba la última plaga en Egipto antes de salir al desierto. Para esa fiesta tenían que asistir al templo
todos los hombres de más de 20 años de edad, pero en ese entonces los judíos habían hecho del templo un mercado, violando
así la santidad del Dios Trino (Ver versículos 13-16). Durante la celebración de la pascua, los judíos venían a Jerusalén desde
diferentes áreas de Israel y del Imperio Romano.
Esta gente no podía viajar con animales para sacrificarlos ese día como mandaba la Ley. Por tanto, los judíos establecieron un
mercado de venta de corderos en los atrios del templo. Los viajeros necesitaban cambiar su dinero a la moneda local y por este
intercambio, los cambistas cobraban una alta suma de dinero. Todo este negocio no fue más que una usura de parte de los
negociantes. Esa es la razón por la que Cristo tumba las mesas de los mercaderes y los hecha de la casa de su Padre.
El versículo 19 dice: “... Destruid este templo, y en tres días lo levantaré”. Refiriéndose a su muerte en la cruz y su resurrección
(Ver versículo 22). Jesús llama templo a su cuerpo porque en El habitaba y habita la plenitud de Dios. Comparar esta afirmación
con 1 Corintios 6:19
Algunos encuentros que algunos hombres tuvieron con la santidad de Dios en la persona de Jesucristo:
Pedro tuvo un encuentro con la santidad de Jesús (Lucas 5:4-8): Pedro en su incredulidad y en su orgullo de pescador,
se vió frente a la santidad de Cristo y ese “choque” es lo que produce su reacción de pedirle a Cristo que se aparte
de Él. Nadie se “siente cómodo” ante la presencia de su santidad cuando esa santidad es desvelada por completo. (Ver
Isaías 6:1-8) Pedro tuvo miedo.
Pedro, Jacobo y Juan tuvieron un encuentro con la santidad de Jesús (Mateo 17:1-6): En el monte de la transfiguración,
estos tres discípulos vieron la gloria de Dios reflejada en la persona de Jesús. Durante esa experiencia, Cristo se
convierte en la fuente de luz; por eso sus ropas perdieron el color. El único color verdadero es el blanco de la luz. Los
demás colores resultan de la reflección de los siete colores del arco iris (escondidos en el rayo de luz) sobre
determinadas superficies. Pero en ese monte Cristo pasó a ser la verdadera fuente de luz y los colores “se perdieron”.
La luz brillante representa la brillantez de su santidad.
Pedro, Juan y Jacobo tuvieron miedo (v.6) Esta es la reacción natural del hombre pecaminoso ante la santidad de
Dios.
Los soldados romanos tuvieron un encuentro con la santidad de Jesús (Juan 18:3-6): Cuando Jesús dice: Yo soy, estaba
usando el nombre con el cual Él se reveló a Moisés; y en ese momento la maldad de los soldados fue confrontada por
la santidad de Cristo y esto hizo que estos hombres cayeran al suelo. La santidad de Dios es traumática para el hombre.
El cuerpo humano de Cristo durante su encarnación sirvió para “velar” (poner un velo) sobre su santidad para que la
gente pudiera acercarse a Él.
Pablo tuvo un encuentro con la santidad de Jesús resucitado. (Hechos 9:3-6): La santidad de Jesús resultó tan
traumática para Pablo, que este no sólo cae del caballo, sino que queda ciego; y ese solo encuentro convierte a Pablo
en ese instante. Nadie puede experimentar la presencia de su santidad sin tener una experiencia transformadora.
Juan tuvo un encuentro en la isla de Patmos con la santidad de Jesús resucitado y glorificado en toda su magnitud
(Apocalipsis 1:9-17): Juan experimenta gran miedo cuando se encuentra con Jesús y su santidad; pero él recibe
palabras de consolación: “No temas, yo soy el primero y el último, y el que vive, y estuve muerto; y he aquí estoy vivo
por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del Hades” (Apocalipsis 1:17. Esto es como decir: “Porque
yo estoy en control de todo, no temas”.
En cada uno de estos casos, la respuesta de estos hombres al encontrarse frente a frente con la santidad de Jesús, fue la de
postrarse rostro en tierra llenos de temor y reverencia.
Es importante que entendamos que Jesús es nuestro amigo, pero no deja de ser nuestro Señor. Le debemos reverencia absoluta
a su persona. En la India, por ejemplo, la palabra utilizada para decir papá es “pita” y la palabra para mamá es “mata”; pero los
hijos no pueden llamar a sus padres simplemente pita o mata, sino que deben decir “pita ji” y “mata ji”, que significa Papá Señor
y Mamá Señora, respectivamente. Es la manera de que los hijos entiendan que deben mantener un respeto hacia sus padres.
Aun los demonios reconocieron la santidad de Jesús. (Marcos 1:22-24): Aún los demonios no pueden hacer otra cosa
que atemorizarse ante la presencia de la santidad del Hijo de Dios, el Cristo.
Conclusión:
La Palabra dice: “Sin santidad, nadie verá a Dios” (Hebreos 12:14). Por eso Cristo vino a tomar mi pecaminosidad y a entregarme
su santidad para que yo pueda entrar a su presencia.
Cuando Cristo no es visto en toda su santidad, yo “rebajo” su estatus y comienzo a humanizarlo y al mismo tiempo comienzo a
divinizar al hombre. En estos casos su adoración es trivial y su Palabra es minimizada. El resultado de todo esto es un cristiano
secularizado y que va a la deriva como un barco.
Gary Haberlas en su libro “The Risen Jesús and future hope”, revisa 1,400 trabajos de la resurrección desde 1975 a 2003, desde
conservadores hasta liberales y todos están de acuerdo en los siguientes hechos:
2. El fue enterrado.
3. Su muerte causó la dispersión de sus discípulos y su pérdida de esperanza, pensando que su vida había terminado.
4. La tumba de Jesús fue descubierta y fue encontrada vacía días después de su muerte. Esto es ampliamente aceptado.
5. Los discípulos tuvieron experiencias en las que “creyeron” haber visto a Jesús luego de su muerte.
6. Debido a dichas experiencias, los discípulos fueron transformados de escépticos a proclamadores de su muerte y
resurrección.
11. El hermano de Jesús, Santiago, que era un escéptico, se convirtió a la fe cuando “creyó” ver al Cristo resucitado.
12. Unos años después, Pablo se convirtió por una experiencia en la que “creyó” haber visto al Cristo resucitado.
a) Credibilidad de los escritos del Nuevo Testamento. Escritos por testigos oculares.
o Del NT se tiene cerca de 5,700 copias en griego y más de 9,000 copias en otros idiomas. Para comparar
diremos que de Platón se tienen 7 copias y de 1200 años después de ocurrido el evento.
o Los primeros testigos de la tumba vacía fueron las mujeres. En el primer siglo las mujeres no podían
testificar en una corte. Se entendía que no podían decir la verdad. Si la “tumba vacía” era un invento, porque
poner a las mujeres como testigos.
o Los judíos pensaron que la tumba estaba vacía. Cuando tus críticos aceptan algo es porque debe ser
correcto. Los líderes judíos dijeron que los discípulos robaron el cuerpo. Se discutió por qué desapareció
pero es claro el hecho de la tumba vacía. Ellos trataban de dar una explicación al hecho: el cuerpo no estaba.
Los líderes trataron de sobornar a los guardias.
o Los únicos con posibilidad de robar el cuerpo eran los líderes, pero la desaparición del cuerpo les
perjudicaba puesto que alimentaba el argumento de la resurrección.
o Los soldados informaron los que aconteció y fuero sobornados para no decir esto. (Mateo 28:11). Se aceptó
tal cual. Ellos no tenían razón para mentir.
o Las medidas se seguridad habrían impedido a los discípulos robar el cuerpo. Además habría impedido que
“Jesús saliera”. Cómo podían unos soldados armados, y en estado de alerta, ser vencidos por un puñado de
gente temerosa y desesperanzada, sobretodo considerando que los soldados pagaban con su vida cuando
fallaban?
o El que los discípulos se lo robaron mientras ellos dormían es contradictorio. Si estaban durmiendo
cómo dijeron que los discípulos se lo llevaron y si estaban despiertos como lo permitieron?
o Cómo se explica el cambio de actitud de Tomás, de Santiago, de Pablo y de los discípulos, a menos que
no hayan tenido una experiencia real?
o Algo común en aquellos que mueren por una causa es que ellos creen en aquello por lo que mueren.
Nadie estaría dispuesto a morir por algo en lo que no cree.
o El hecho de que ellos murieron nos dice que por lo menos ellos creyeron que vieron a Jesús resucitado.
o El escepticismo lo vemos en los discípulos ante el testimonio de las mujeres, en el temor cuando Cristo
se les “aparece”.
o La disposición de muchos a morir antes que negar algo que ellos había visto (Hechos 7:54-60; 12:1-2)
Sir Lionel Lockhood. Abogado Penal Inglés con el récord Guinnes de más casos penales (287) ganados ininterrumpidamente dice:
“Yo afirmo sin temor a equivocarme que la evidencia de la resurrección de Jesucristo es tan abrumadora que nos empuja a
aceptarla debido a las pruebas, las cuales no dejan posibilidad alguna para la duda”.
o “Nuestra predicación es vana y nuestra fe”. La promesa de vida eterna no se sostiene. Si aquel que dijo dar vida, no
tiene vida, y entonces?
o “Todavía estamos en nuestros pecados”. La resurrección es la evidencia de que Dios padre aceptó el sacrificio de
Cristo como paga de nuestros pecados.
o “Si Cristo no resucitó es mentiroso y no mantiene su palabra”. Siendo esto así Cristo no es el Mesías y no puede
salvarnos frente a Dios.
o “Si no resucitó no está en la presencia de Dios”. No tenemos sacerdote ni abogado frente a Dios. Quién nos justificará?
María Magdalena, la que había estado poseída por 7 demonios es la primera persona que ve a Jesús después de su resurrección;
su pasado no le impidió tener este privilegio.
Cuando María Magdalena va al sepulcro en compañía de María, la madre de Jacobo y Salomé, un ángel les habla y les da este
mensaje: “Pero id, decid a sus discípulos y a Pedro...” (Marcos 16:7). Este ángel fue sin lugar a dudas enviado por Dios. Al dar el
mensaje, el ángel no se conforma con decir “id, decid a sus discípulos”, sino que agrega “y a Pedro”, que era uno de ellos. Jesús
quería que Pedro entendiera que su negación no hizo que Dios se olvidara de El. Jesucristo le había perdonado y estaba dispuesto
a restituirlo.
Cuando Tomás rehusó creer, Jesús se le aparece y le brinda la evidencia para que crea (Juan 20:24-28)
Filipenses 2 habla de cómo Cristo se despojó de su gloria, pero, el libro de Apocalipsis nos revela a un Cristo en todo su esplendor
y majestad.
Entonces vi el cielo abierto, y había un caballo blanco. El que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.
11
12Sus ojos eran como llama de fuego, en su cabeza tenía muchas diademas y tenía escrito un nombre que ninguno conocía sino
él mismo. 13 Estaba vestido de una ropa teñida en sangre y su nombre es: La Palabra de Dios. 14 Los ejércitos celestiales, vestidos
de lino finísimo, blanco y limpio, lo seguían en caballos blancos. 15 De su boca sale una espada aguda para herir con ella a las
naciones, y él las regirá con vara de hierro. Él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. 16 En su vestidura
y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores.
o Jesucristo dirige su iglesia como cabeza del cuerpo de Cristo (Colosenses 1:18)
o El Señor intercede por los creyentes y se encuentra a la derecha de Dios Padre (Romanos 8:34; Hechos 7:25)
NUESTRA ESPERANZA: Porque Yo vivo, vosotros también viviréis !!! Jesús (Juan 14:19)
Hoy día muchos han llegado al convencimiento de la divinidad de Jesús, pero muchos insisten en negarla por completo. Por otro
lado, existen los que insisten en que Jesús sólo fue un gran maestro, un iluminado tal como ha habido otros grandes en la
historia... Entonces, ¿cuál es el veredicto de Jesús acerca de su propia persona?
El propósito de esta sección es demostrar que Jesús, o fue Dios y por tanto lo sigue siendo, o fue una persona “demente”. Esto
porque si analizando algunas de sus afirmaciones nos damos cuenta de que solo Dios puede afirmar cosas como éstas o un
individuo que esté demente. Veamos:
o El era dador de vida (Juan 5:21; Ef.2:1: El que no le conoce está muerto
o El es quien juzga a los hombres (Jn. 5:22): Comparar con 2 Corintios 5:10
o El determina el destino del hombre (Jn. 5:24): No hay salvación fuera de Cristo
o El tiene vida en si mismo (Jn.5:26): Nuestras vidas dependen de la suya y las fuerzas de la naturaleza dependen
de su existencia.
o El tiene el poder de la resurrección. (Jn. 5:25, 28-29): Esto demuestra que podemos confiar en que El
cumplirá sus palabras y sus promesas.
En esencia, Jesús dijo: “Yo soy Dios”. Esta afirmación tiene dos posibilidades:
Verdadero Falso
Por tanto debemos Sabía que no era Dios No sabía que no era Dios
recibirle y adorarle
Es un mentiroso Es esquizofrénico
“Un demente”
Es un estúpido porque murió
por algo que El sabía era
mentira
En el mismo capítulo 5 de Juan, Jesús cita los testigos que dan testimonio acerca de quién El es. El libro de Deuteronomio 19:15
dice que la veracidad de un asunto solo podía establecerse por el testimonio de 2 ó 3 testigos. En Juan 5, Jesús cita a 5 de sus
testigos:
o La resurrección de una persona después del tercer día de su muerte, pues ellos pensaban que el espíritu de la persona
se quedaba “rondando” por 3 días (Ver Juan 11)
Jesús hizo todos esos milagros y aún así no creyeron en El. El problema del hombre es que su corazón no quiere creer.
2. Los “Yo soy” de Jesús
En ocasiones diferentes, Jesús usó la expresión “Yo Soy” para afirmar su divinidad, sobre todo para el pueblo Judío que estaba
familiarizado con esa expresión. En Exodo 3:13 se lee cuando Moisés le preguntó a Dios sobre que qué le diría al pueblo si ellos
le preguntaran por el nombre del Dios que le envió. Y Dios le dijo: “... Así responderás a los hijos de Israel: Yo Soy me envió a
vosotros”.
Comparamos esa expresión con las siguientes expresiones que salieron de los labios de Jesús: Juan 8:28 “... Cuando levantéis
al Hijo del hombre, entonces sabréis que Yo Soy”
Cuando Jesús usa el YO SOY como un calificativo para referirse a su persona, en esencia, El está diciendo que no hay diferencias
entre el Jehová del Antiguo testamento que se le reveló a Moisés y El. El nombre YO SOY hace referencia a su autosuficiencia.
2. Yo soy la luz del mundo (Jn. 8:12): Sin El el mundo permanece en tinieblas (= pecado)
4. Yo soy el buen pastor (Juan 10:11,14): Sólo El ha dado la vida por sus ovejas
6. Yo soy el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6): Su evangelio es exclusivista (Toda verdad es exclusiva)
7. Yo soy la vid verdadera (Juan 15:1,15): El es el tronco y nosotros las ramas. Por tanto, El nos sostiene.