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Reflexion en Base A La Pedagogía

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Título: Reflexión en base a la pedagogía.

MINOR EN INVESTIGACIÓN Y DIDÁCTICA EN LAS CIENCIAS HUMANAS

Facultad de Ciencias Humanas

Por:
Geraldine Reales Mercado
Julieth Paola Barros Cerra

UNIVERSIDAD DEL ATLÁNTICO


PUERTO COLOMBIA, junio 3 - 2024
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Reflexión en base a la Pedagogía.

A continuación, reflexionamos sobre nuestras experiencias como docente en

instituciones educativas privadas, en torno a situaciones muy específicas de la relación profesor-

alumno que se desarrollan en las aulas, relación que, a su vez, favorece o afecta el desarrollo del

aprendizaje de los alumnos, ya que las emociones también se ven implicadas activamente en

dicho proceso cognitivo. Hoy en día, se observa en los jóvenes y adolescentes una creciente falta

desinterés por el estudio, una desmotivación generalizada y, sobre todo, una desconfianza hacia

los adultos.

De lo anterior, radica la importancia del presente trabajo, pues la educación va más allá

de impartir una clase, también es humanizar, inspirar, y formar a futuros ciudadanos con un

sentir ético y con una visión de querer impactar positivamente en el mundo.

Nuestro cerebro es social y por tal razón, aunque la tecnología avance, esta nunca podrá

remplazar la labor docente y el vínculo social que se encuentra intrínseco en el proceso de

aprendizaje. En otras palabras, existe una correlación particular y directa entre profesor-alumno y

aprendizaje pues la educación no se puede dar si el sujeto a educar y del educador no entran en

relación.

Objetivo: Analizar y reflexionar sobre la importancia de las relaciones entre docentes y

estudiantes dentro del proceso de aprendizaje.


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Factor afectivo en la educación

Desde nuestra experiencia como profesoras de secundaria, se puede confirmar que

la actitud y disposición de los estudiantes en todas las clases está relacionada con la manera en la

que el profesor ingresa a la clase y comienza a impartir el tema. Siendo una autoridad y dispuesto

a escuchar, preguntar cómo les va y apoyar, animar, motivar y en general ayuda

a llamar la atención, de modo que también se fortalece la convivencia del estudiantado.

En definitiva, las buenas relaciones entre estudiantes y profesores

están estrechamente relacionadas con un excelente rendimiento académico, además de aumentar

la autonomía de los estudiantes y demostrar mejores actitudes.

Sin embargo, la experiencia también apunta a que, en ocasiones, estudiantes demuestran

poca importancia a la buena transmisión afectiva por parte del docente, lo que se refleja a lo

largo de las clases desde el cómo se sienta, la poca participación, las conversaciones con

compañeros y la no realización de las actividades. Cabe resaltar que estas actitudes se ven más

presentes en los adolescentes, etapa en la que presentan cambios físicos, psicológicos y

hormonales que a la final también repercute en el contexto educativo.

De acuerdo a lo anterior, cabe resaltar entonces la importancia de pensar en diferentes

estrategias y métodos muy dinámicos y diversos, variar cada 20 minutos en la metodología, ya

que la clase perfecta no existe. Por ejemplo, se puede realizar una lluvia de ideas, experimentos

en laboratorios, utilizar herramientas tecnológicas para realizar actividades interactivas en

plataformas como Kahoot, así mismo realizar un mapa conceptual, hacer foros y seminarios

fuera del salón, e incluso dinámicas en grupo en el patio de la escuela. Pero esencialmente ellos

deben ser los protagonistas. Es por ello, se debe mencionar que el modelo pedagógico
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heteroestructurante juega un papel importante también dentro de las relaciones que se establecen

entre docentes y docentes ya que concibe al alumno como el centro del proceso educativo, capaz

de construir su propio destino, y a su vez, permite la formación de individuos capaces de dar una

opinión, deseosos de lograr un impacto en la sociedad.

Con base en lo anterior se menciona a un conocido autor como Jean Piaget, quien

introduce su método basado en el aprendizaje activo, el cual hace referencia a la construcción de

nuevas estructuras mentales que parten de la interacción con el entorno. Con este, se requiere

explorar y descubrir desde sus propios gustos y construir en base en ello. Brindar una mayor

inclusión y participación en su aprendizaje, fortaleciendo las relaciones entre todos.

Está claro que el docente es quien dirige y tiene el poder en el aula, pero los métodos

tradicionales actualmente no producen resultados óptimos, por lo que la educación debe crear

entornos educativos más progresistas, donde se diseñen ambientes educativos más reflexivos,

críticos y autónomos. Desde lo personal y profesional de cada docente, cuentan con esa

posibilidad de transformar la visión que se tiene de educarse, y pensar en el ser y lo que puede

ser.

Para concluir, la inclusión es una base fundamental a la hora de mantener las relaciones

entre docente-alumno y que este mismo puede jugar en contra. Es por ello que, los métodos

pedagógicos deben estar en correlación a la comprensión de sus estudiantes, donde prime lo

nuevo, abierto a lo inesperado.

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