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Visiones y Pensamientos en Torno A Una Creación Artística: Materia Negra y Mística

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VISIONES Y

PENSAMIENTOS
EN TORNO A
UNA CREACIÓN
ARTÍSTICA:
MATERIA
NEGRA Y
MÍSTICA
Editorial Espai Nivi Collblanc

Irene Ballester Buigues


Alejandro Mañas García
Ismael Teira Muñiz
Leticia Fayos Bosch
Álvaro Terrones Reigada
Axier Ariznabarreta Martínez
4
COLECCIÓN ARTIS CREATURA

EDICIONES ESPAI NIVI COLLBLANC

5
Primera edición 2020
Todos los derechos reservados

Editorial
Espai Nivi Collblanc

Dirección de la serie Artis Creatura:


Irene Ballester Buigues
Alejandro Mañas García

Autores de los textos:


Irene Ballester Buigues
Alejandro Mañas García
Ismael Teria Muñiz
Leticia Fayos Bosch
Álvaro Terrones Reigada
Axier Ariznabarreta Martínez

Diseño gráfico:
Patricia Aguilar

ISBN: 978-84-09-23050-1
DL: CS-560-2020

Impreso en:
Grupo Zona, S.L.

© De los textos, los autores; © De las imágenes, Alejandro Mañas; © Del


diseño, Patricia Aguilar; © De la edición, Espai Nivi Collblanc

Contacto
ESPAI NIVI COLLBLANC
Sales de Matella – Masia Costeres – Masia de Tomás , Nº 2, 12163, Castelló
https://espainivi.com/
mariano@espainivi.com; mpoyatos@gmail.com

Dirección
Mariano Poyatos Mora

En colaboración con la Universitat Politècnica de València


y el Departament d’Escultura
VISIONES Y PENSAMIENTOS EN TORNO A
UNA CREACIÓN ARTÍSTICA:
MATERIA NEGRA Y MÍSTICA
Alejandro Mañas. Homenaje a Málevich, 2020

8
ÍNDICE

Mariano Poyatos Mora


Prólogo 13

Irene Ballester Buigues


Materia negra. Una reflexión existencial 21

Alejandro Mañas García


Apuntes en torno a un punto de partida:
La materia negra 31

Ismael Teira Muñiz


Existencia 53

Leticia Fayos Bosch


El arte Conceptual en la obra de
Alejandro Mañas, Materia negra. Una
reflexión existencial 61

Álvaro Terrones Reigada


Esa escultura: de verdad y de
performance 75

Axier Ariznabarreta Martínez


La conciencia entre luces y sombras 91
10
Exposición Materia Negra

11
12
Prólogo

Espai Nivi Collblanc puede que se haya convertido en un


referente internacional con su oferta que ha sido posible con
todxs aquellxs, que desde un principio creyeron en Espai Nivi

Mariano Poyatos Mora


como su propio proyecto, galería y espacio multidisciplinar
que desde el 2008, ha recorrido un largo camino no solo como
galería, también como promotora del arte contemporáneo. A
nivel nacional generosamente hemos divulgado y realizado
exposiciones de diferentes temáticas como Donde germinan los
silencios, muestra que sigue su itinerario y que recientemente
fue expuesta en el Centre del Carmen Cultura Contemporània.
A nivel internacional hemos realizado proyectos muy
interesantes en Manizales (Colombia) con la muestra Paisajes
discontinuos… miradas diversas en el prestigioso Centro
Cultural Universitario Rogelio Salmona o en Eslovaquia a
través de diferentes intercambios artísticos apoyados por la
Embajada de España. Tampoco nos podemos olvidar de la
importancia de los escaparates del mercado del arte nacional
e internacional, estando presente en ferias como Room Art
Fair Madrid, JustMad, Estampa, Art Madrid, Art Bassel (Suiza),
Esculto (Logroño), entre otras. Toda una apuesta donde la
Galería se ha convertido en un centro neurálgico de embajada
promocionando el arte contemporáneo. Una embajada donde
están representados aquellos artistas comprometidos con lo
que hacen, porque Espai Nivi Collblanc lo forman un gran
equipo de personas comprometidas en sus discursos y en

13
sus investigaciones, pensadores que son capaces de mover el
mundo con sus herramientas.
Espai Nivi Collblanc es un espacio multidisciplinar que
desde su origen, independientemente como su labor de galería
al uso, ha apostado por intervenciones o acciones artísticas
realizadas en el contexto de un ecosistema, con artistas, tanto
nacionales como internacionales, vinculados especialmente
con América Latina, que trabajan utilizando diferentes vías
de expresión y múltiples posibilidades de diálogo, centradas
en problemáticas contemporáneas. La propia ubicación
de la galería, en la vaguada del Collblanc, en la zona rural
del Maestrazgo de Castellón, propicia que la producción y
exhibición de sus líneas de trabajo, vaya acompañada de un
entorno potenciador: la naturaleza viva.
En Espai Nivi Collblanc a lo largo de todos estos años
hemos sido testigo de los cambios estéticos y de las nuevas
generaciones artísticas. Por ello, no solo nos hemos dedicado
a realizar exposiciones, también a la divulgación en el ámbito
Prólogo

de las Artes como fue el caso de la Revista CBN-Revista de


estética y arte contemporáneo publicada por nosotros y dirigida
por Rosalía Torret Esclapés, la experiencia fue realmente
soberbia. Así como los muchos catálogos que hemos editado
donde se recoge la historia contemporánea del arte actual por
magníficos teóricos e investigadores.
Como director de la Galería Espai Nivi Collblanc, es
un honor presentar esta nueva línea editorial titulada
Artis Creatura con el afán de contribuir al conocimiento, la
investigación y la divulgación de las artes. Pues mediante estas
líneas queremos mostrar diferentes visiones y aportaciones
de diferentes profesionales del campo de las humanidades
acerca de los artistas presentes en esta galería. Un proyecto
editorial dirigido por Irene Ballester Buigues desde el campo
de la Historia del arte y Alejandro Mañas García desde las
Bellas Artes.
En este caso, el primer volumen de la serie recoge
diferentes visiones de diferentes profesionales sobre la
producción artística de la exposición Materia negra. Una

14
reflexión existencial de Alejandro Mañas García en la que
participa la comisaria Irene Ballester Buigues, Doctora en
Historia del Arte, quien nos hace un recorrido crítico sobre las
obras expuestas, abriendo nuevas miradas y visiones sobre la
producción de Mañas. Un pensador que se introduce en este
caso en el cosmos como hilo conductor como un filósofo, que
nos hace reflexionar sobre nuestra propia existencia a través
del binomio blanco y negro.
Alejandro Mañas García, Doctor en Bellas y profesor de
la Universitat Politècnica de València, nos ofrece como el
creador de los entre hijos, sus pensamientos que dan origen a
la producción expuesta, quien nos descubre de donde surgen
las ideas de un proceso creativo que termina convirtiéndose
en estética. Así como sus referentes y atracción sobre el color
negro.

Mariano Poyatos Mora


El historiador del Arte e investigador Ismael Teira Muñiz,
nos introduce en la pieza Existencia del artista, descifrándonos
todo el interés e investigación que hay detrás de un símbolo
muy utilizado por el artista como es la cruz. Todo un mundo
simbólico y cargado de un sin fin de connotaciones que nos
llevan a referentes como Malévich o Tàpies, bien conocidos
por el artista.
La profesora de la Universidad de Zaragoza y Doctora en
Bellas Artes Leticia Fayos Bosch, nos introduce en el campo
de arte conceptual, estilo que define muy bien la obra del
creador. Artículo en el que la investigadora nos habla de cómo
la obra de Mañas hace de nexo de unión entre el artista y el
público, entre el artista y la idea.
Por otro lado, Álvaro Terrones Reigada, Doctor en
Bellas Artes y profesor de la Facultad de Bellas Artes de la
Universitat Politècnica de València nos introduce en el ámbito
de la escultura de Mañas, la que el autor califica de verdadera,
pues todo el discurso del artista esta comprometido en
concepto, conjugando el arte y la vida en uno, hablándonos
de coherencia y correlación entre la verdad de una escultura y
la autenticidad del proceso para materializar la misma.

15
Por último, tenemos el placer de contar con la aportación
del psicólogo Axier Ariznabarreta Martínez, quien nos
descubre los caminos de la mente y la conciencia, sus estados
y las líneas de desarrollo, para terminar hablándonos de
aquello en lo que participa Mañas: La espiritualidad y la
mística, así como su viaje personal.
Para concluir, solo deciros que espero que disfrutéis de
este libro que tanto esfuerzo nos ha costado realizar. Pues
este primer volumen de la Editorial Espai Nivi Collblanc
de la serie titulada Artis Creatura, cuenta con grandes
pensadores e investigadores que nos ofrecen nuevas miradas
y visiones en torno a la producción artística de Alejandro
Mañas, enriqueciendo su obra y abriendo horizontes hacia
nuevas lecturas. Todo un objetivo que nos hemos planteado
como editorial con el afán de contribuir al conocimiento
y a la divulgación de los artistas de Espai Nivi Collblanc.
Con la finalidad de dejar textos desarrollados por grandes
profesionales y amantes del arte que nos puedan ayudar a
Prólogo

entender e interpretar los movimientos contemporáneos,


los cuales no dejarán jamás de sorprendernos. Un proyecto
que creemos que será un complemento extraordinario para
expandir nuestro compromiso con lxs artistxs que nos
representan.
Por último, me gustaría agradecer a todos los presentes
en este volumen por su gran esfuerzo por sus aportaciones.
Por ayudar a la difusión con su rigor para acercar el arte
contemporáneo al gran público. También quiero dejar
constancia, y mi agradecimiento a Irene Ballester Buigues,
pues de su mano conocimientos y sensibilidad, será el timón
para dirigir este proyecto editorial, el cual pasará a ser el
estandarte de Espai Nivi Collblanc, y los artistas que lo
representan. Grandes artistas con los que comparto la pasión
e ilusión por el arte y por todos nuestros proyectos, proyectos
todos ellos elegidos con tanto cariño como son creados.

Mariano Poyatos Mora


Director de Espai Nivi Collblanc

16
17
18
Alejandro Mañas. Materia negra, 2020

19
20
Materia negra. Una reflexión
existencial

Alejandro Mañas García (Castellón, 1985) es un ser


especial al igual que su trabajo, y Materia negra. Una reflexión
existencial, es el resultado de su ardua labor en periodo

Irene Ballester Buigues


de confinamiento por el Covid-19. Dicen que algunos de
los libros más famosos que han sido escritos, se hicieron
en periodo de reclusión. Los viajes de Marco Polo fueron
escritos mientras el mercader y viajero compartió celda
con dos prisioneros en Génova entre 1298 y 1299. Miguel
de Cervantes dio forma a El Quijote en la cárcel de Sevilla
donde estuvo preso tres meses en 1597. Shakespeare escribió
El rey Lear y Macbeth durante la peste de 1603. El diario de
Ana Frank fue redactado en la buhardilla clausurada de
Ámsterdam donde junto con su familia, la niña Ana Frank
se refugió de los nazis entre el 12 de junio de 1942 y el 1
de agosto de 1944. Miguel Hernández escribió entre 1938 y
1942 su Cancionero y Romancero de Ausencia mientras estuvo
encarcelado en el Reformatorio de Adultos de Alicante.
El lugar para ser mostrado todo su trabajo es la galería
Espai Nivi Collblanc de Culla (Castellón) situada entre
almendros y olivos en pleno Alt Maestrat. La naturaleza
mediterránea es el enclave elegido y no en vano, la
inauguración de la exposición se llevó a cabo el pasado
1 de agosto de 2020, el día de la Pachamama, la Madre
Tierra, y como si de un ritual de agradecimiento se tratara,

21
Alejandro Mañas García ofrece sus obras a la tierra fecunda
y a la naturaleza protectora tras finalizar un ciclo, renovarse
y comenzar nuevos proyectos. El blanco y el negro son los
colores elegidos por el artista, un binomio que evoca paz y
tranquilidad en tiempos de pandemia, los mismos que nos
ayudarán a descubrir y a reflexionar sobre la materia oscura
del universo, la que nos rodea, pero también la que todavía
desconocemos. El blanco, y según las palabras del artista, es
la referencia simbólica a la luz interior, la pureza, la llama
viva y la espiritualidad, mientras que el color negro es el
color que nos estimula la imaginación, pero también es el
color que lo esconde todo. Es el color de la poética, es el
camino que hay que atravesar en busca de lo absoluto. Es el
color del tenebrismo, de los claros y oscuros. Es el color de
los místicos y el de los martirios del Barroco, pero también
Irene Ballester Buigues

el de la inspiración divina. Según explica Bill Viola, para


entender la claridad es preciso conocer la oscuridad, porque
si cerramos nuestros ojos, percibimos nuestro interior de
color negro. Dentro del campo artístico, el negro no fue un
color para los pintores impresionistas quienes estimaron
que la oscuridad era un efecto óptico, mientras que el color
blanco fue considerado el color más perfecto al ser la suma
de los colores de la luz. Ambos son los colores del inicio y del
final. El blanco, paño de pureza para nuestro nacimiento, y la
mortaja de color blanco para nuestra muerte, mientras que
el negro, en nuestra cultura es el color del luto, el color del
llanto, la tristeza y la pérdida. Ambos colores son el ying y el
yang, la luz y la oscuridad, la sobriedad y la quietud, el todo y
la nada. A través de ambos, Alejandro Mañas García se libera
del tradicional realismo del arte evocando en sus iconos un
pasado de influencias suprematistas, movimiento formulado
por Kazimir Malévich en 1915 y a quien rinde homenaje a
través de la instalación Homenaje a Malévich, cuyas banderas
blancas y negras, evocan la obra del artista ruso Cuadrado
negro sobre fondo blanco, la misma que acompañó en varias
versiones al artista ruso en su funeral rememorando el final

22
de su vida, pero también el principio de otra desconocida.
De la mano del artista, nos adentramos en la exposición
a través de una atmósfera inquietante, la misma que
nos envuelve de misticismo, la cual nos invita a nuestro
encuentro y a buscar la serenidad. Su voz distorsionada al
fondo, aparece como un efecto de arte sonoro en el cosmos
para evocarnos tinieblas y oscuridades en la totalidad del
espacio y el tiempo. La luz en penumbra nos conduce al
reclinatorio, un espacio de introspección y de silencio que
conectará con nuestra espiritualidad para evocarnos paz. La
localización de la galería también nos la evoca, pues alejada
de los centros artísticos de las grandes urbes, Collblanc

Materia negra. Una reflexión existencial


nos invita a crear y a reflexionar desde el ascetismo, desde
el aislamiento, al igual que lo hicieron místicos y místicas
en busca de retiros espirituales que purificaran el alma
y la mente. La piedra que nos recibe, como estado sólido,
nos evoca una reflexión litúrgica de sencillez absoluta y
minimalista a través de la cual contemplamos la naturaleza
como método de introspección, preguntándonos de dónde
venimos y hacia dónde vamos.
Uno de los grandes misterios de la humanidad es saber
el origen de la materia oscura que nos rodea, esa masa no
visible situada en el universo, descubierta por el astrónomo
holandés Jan Oorts a inicios de la década de 1930 y que sí
sabemos, condiciona el movimiento de los astros a gran
escala, pero que todavía no somos capaces ni de describirla
ni de verla. Para Alejandro Mañas García esa materia oscura
del universo es la materia negra, que propone, sea una
reflexión existencial a través de la cual explorar el color
negro y expandir los límites de nuestro conocimiento. La
materia oscura nos rodea, aunque no la percibamos por ser
indetectable, pues según los profesionales de la astronomía,
entre el 90 y el 99 % de materia del universo, no emite luz.
Para Alejandro Mañas García, el color negro es el color del
ascetismo y de la espiritualidad a través del cual se hace
visible lo invisible. Es el mismo color que acompaña a los

23
Alejandro Mañas. Conexiones III, 2020

24
grandes místicos del siglo XVI como San Juan de la Cruz,
poeta místico, discípulo de Santa Teresa de Ávila y Doctor de
la Iglesia, en su poema La noche oscura quien probablemente
también lo escribió en periodos de confinamiento, mientras
estuvo encarcelado en Toledo en 1577. El negro también es el
color que identifica a los maestros del Barrocos del siglo XVII,
cuyas obras se caracterizan por el tenebrismo de las escenas
ascéticas y místicas representadas por el pincel de José de
Ribera, el pintor de Xàtiva conocido como el españoleto,
quien utilizó el claroscuro para escenificar la penitencia
de María Magdalena como ejemplo de arrepentimiento
cristiano en una cueva de Marsella durante treinta años, y

Materia negra. Una reflexión existencial


de San Jerónimo como anacoreta retirado al desierto, o por
el pincel de Francisco Ribalta en el Abrazo místico de Cristo a
San Bernardo y la vivencia espiritual que representa.
La exposición de Alejandro Mañas García es limpia y
pura propia del minimalismo estético llevado al extremo y
que también lo caracteriza. A lo largo de la misma se busca la
trascendencia hacia lo espiritual, hacia lo metafísico como si
de una Vanitas propia de los tiempos barrocos se tratara. El
artista juega entre ambos planos: el espiritual y el terrenal,
cuya obra ejerce el papel de intermediaria. La pasión y la
fuerza emergen de todas ellas y en las mismas, los símbolos
y su lenguaje, nos introducen en un espacio en el que nos
sentimos rodeados de lo sagrado porque conforman un
universo vivo y consciente. El triángulo equilátero es el
elemento más perfecto por sus tres lados iguales, Dios es uno
y trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Del centro emerge una
mano que apunta al cielo señalando al universo, a Dios, al
infinito, al espacio del macrocosmos donde la materia negra
se pierde y se convierte en indivisible. Al fondo un grabado
de Cristoforo Bianchi para el libro Idea de un príncipe político
cristiano representando a cien empresas de Saavedra Fajardo
publicado en Bruselas en 1649, dialoga con la materia oscura
representada a través de rocas negras que simulan meteoritos,
pues dos hombres desde la redonda tierra, observan la cúpula

25
Irene Ballester Buigues

Alejandro Mañas. Detalle de Nuestra existencia, 2020

celestial con dos telescopios, un misterio sin resolver que


forma parte del enigma cósmico y del origen del universo. El
círculo es el elemento escogido por el artista para cerrarse
sobre sí mismo, el cual representa la unidad, lo absoluto,
la perfección. Es el símbolo relacionado con la protección,
el que nos conecta con la Tierra Madre y el que cierra un
ciclo en relación a la tierra, lo espiritual y lo material. Para el
filósofo neoplatónico Hermes Trimegisto, Dios es un círculo
que trae su centro en todas partes y cuya circunferencia no
está en ninguna. Sobre fondos de telas negras, la madre del
artista, Alodia García ha tejido el símbolo de la vagina y

26
una cruz griega de cuatro costados iguales. Su madre, a la
cual el artista está muy unido, ha creado estas dos piezas
colaborativas las cuales representan el hilo que a ambos los
une. La vagina representa la concepción, la maternidad y el
parto, un vínculo indivisible entre madre e hijo, mientras
que la cruz griega de cuatro costados iguales, representa
la victoria de Cristo sobre el pecado. Su significado es el de
protección y equilibrio.
Establecer un diálogo profundo con nuestro interior
implica reflexionar, meditar y trascender. El artista, como
místico de su obra que es, lo consigue a través de sus
autorretratos y videos. Acercarnos a su obra es comprenderla

Materia negra. Una reflexión existencial


y saber de sus experiencias personales dentro de la creación
estética. Para esta exposición, nos invita a acompañarle a
través del misticismo y del éxtasis que emana de su obra
Trascendencia, un video mediante el cual, el artista fluye y
gravita alcanzado la sublime experiencia del éxtasis místico.
Una obra de profunda inspiración y serenidad que conlleva
un viaje hacia nuestro interior en busca de la revelación
divina que una nuestra alma con Dios.
Frente al capitalismo atroz y la pandemia mundial que
nos acecha, Alejandro Mañas García nos propone calma,
reflexión, introspección y sentimiento. Sus obras, la cuales
parten de una extensa investigación y de un modo de
vida que la refleja, vislumbran la pura y simple sensación
de la esencia del arte, la expresión del espíritu, y por eso
nos emocionan. Y es ahí donde el artista se funde con la
espiritualidad y el misticismo en su práctica creativa, como
también en su momento lo hicieron Kandinsky, Mondrian o
Gina Pane.

Irene Ballester Buigues


Comisaria de la exposición - Doctora en Historia del Arte
Agosto 2020

27
28
Exposición Materia Negra

29
30
Apuntes en torno a un punto
de partida: La materia negra

«Explorar es especular en direcciones alocadas, preguntar,


buscar respuestas que deben ser validadas. El fracaso convive
con la epifanía, la ciencia se hace arte»1.

Alejandro Mañas García


La pasión por el arte junto a otro concepto como es la
mística, forman parte cada día de mi ilusión por trabajar,
investigar y llegar a límites insospechables en la creación
artística. Todo un desafío donde no solo se busca la
experiencia, también el situarse en esa experiencia. Ello, me
recuerda como en la exposición Silens nox (2018), realizada
en Panamá, los espectadores acudían diariamente a la sala, se
sentaban y meditaban ante las obras envueltos de la música
del video-arte Landscape, 2017. Buscaban a través del arte
una experiencia nueva, un viaje hacia lo desconocido. Incluso
una espectadora que también acudió varios días, me regaló
una piedra llamada turmalina de color negra.
Sigo investigando y no se cual será el resultado de
tan arduo camino, del que solo busco respuestas. Pues mi
obsesión por la mística y su descubrimiento, cada día me
llevan por sendas diferentes. De este concepto se derivan
un sin fin de otros pensamientos como la vida, la muerte,
lo oscuro, la nada, el todo, el principio, la noche, lo negro,

1
Latorre, J. I., «Cuántica». En Bello M. y Mariátegui, J. (Dir.), Cuántica. En
busca de lo invisible [Cat. expo], CCCB, Barcelona 2019, p. 28.

31
lo infinito… conceptos que me llevan a pensar también en
la física cuántica, el universo, las conexiones del yo con el
mundo y a la inversa.
Los creadores nos convertimos en filósofos y científicos,
a través de la creación la que se convierte en preguntas, pues
queremos desentrañar la realidad oculta, lo invisible. «Artes
y ciencia están indisolublemente vinculados; ambas son
formas de explorar nuestra existencia, qué es ser humano y
cuál es nuestro lugar en el universo»2.

«La exploración del entorno, desde el objeto próximo hasta los


eventos más lejanos observables, ha sido la fuerza propulsora
de un conocimiento del universo que ha aportado una nueva
configuración de nuestra conciencia»3.
Alejandro Mañas García

La compresión del mundo está por completar, y esa es


una tarea donde los artistas pueden aportar conocimiento en
cuanto a su construcción. «Científicos y artistas comparten
la pasión de la curiosidad, dos motores que mueven a la
humanidad y hacen que ésta avance»4. «El hombre necesita
dar a lo imperceptible una forma perceptible»5.
Son muchas las referencias y los caminos que me han
llevado a realizar esta exploración que presento como Materia
negra. Pero ha sido la exploración de los escritos de místicos
y científicos que ponen su mirada hacia los conceptos del
cosmos, mística, materia oscura… quienes me han llevado
hacia este interés. Como puede ser Michael Talbot (1853-
1922) quién en su libro Misticismo y física moderna plantea
2
Sutton C., “Creativity across cultures”, CERN Courier, vol. 58, n. 6, julio /
agosto 2018, ISSN 0304-288X, p. 27.
3
Bello, M. y Mariátegui, J., «Cuántica. En busca de lo invisible», en Op. cit.,
p. 20.
4
Torrente, V., «Arte y ciencia: Campos de prueba y error», en Martín, P.,
y Torrente, V., Estación experimental. Investigación y fenómenos artísticos.
CA2M, Madrid 2011, p. 21.
5
Sebastián, S., Mensaje Simbólico del Arte Medieval. Encuentro, Madrid
1996, p. 17.

32
la interesante relación entre estos dos conceptos, pero, más
allá de esto, nos habla de cómo los científicos dan la razón a
los místicos, siendo quienes nos proporcionan las claves para
llegar a sobrepasar lo desconocido. Nosotros también somos
vías de conexiones hacia mundos desconocidos. También hay
muchos creadores que abordan estas cuestiones, convirtiendo
su campo creativo en un laboratorio de experiencias que le
llevan a descubrir cosas nuevas, realidades nuevas… Como
nos apunta Talbot quizá seamos aquellos quienes podamos

Apuntes en torno a un punto de partida: La materia negra


ayudar a comprender la concepción del mundo6.
La mística me sirve como pretexto creativo y a la vez se
vuelve el sustento de mi creación, pues busco respuestas. Un
concepto que los investigadores, artistas7 o teólogos están
recuperando y del que anunció Juan Martín Velasco que no tiene
nada de anacrónico. O otros como Raimon Panikkar quién nos
expone que «la mística es un fenómeno de todos los tiempos
y lugares»8, filósofos como Edmund Gustav Albrecht y Martin
Heidegger, físicos como Werner Karl Heisenberg, psicólogos
como Stanislav Grof, nos dicen que sin la mística estamos
perdidos y que es necesario recuperarla9. Los historiadores,
psiquiatras o, más recientemente, especialistas de las ciencias
del cerebro suscitan también la atención a la mística10.
6
Cf. Talbot, M., Misticismo y física moderna. Kairós, Barcelona 2008, p. 119.
7
Son mucho los artistas que actualmente traban con los conceptos de
mística y la espiritualidad. Conceptos que como afirma Fernando Sinaga
siguen «estando presente en la escena artística» (Sinaga, F., Escritos sobre
arte, 1999-2016. CENDEAC, Murcia, 2017, p. 105). Ejemplo de ellos son:
Anish Kapoor, Marina Abramovic, Wolfgang Laib, Kiki Smith, James Lee
Byars, Antoni Tàpies, Mathew Barney, Mark Rothko, Bill Viola, Joseph
Beuys, Tito Amodei, Gina Pane, Ad Reinhardt o Agnes Martin, por nombrar
algunos.
8
Panikkar, R., De la mística. Experiencia plena de vida. Herder, Barcelona
2007, p. 47.
9
Cf. Palacios, J., «Cómo podrá sobrevivir la mística en la megalópolis
moderna», en Martín, A., (coord.), La mística en el siglo XXI. Trotta, Madrid
2002, p. 73.
10
Martín Velasco, J., Mística y humanismo. PPC, Madrid 2007, p. 37.

33
Como afirma Ricardo Piñero el arte pone ante nuestros ojos:

«lo Invisible, lo Incognoscible, que a pesar de nuestra


limitación se manifiesta… En esa teofanía de lo bello todo se
lleva a cabo de manera enigmática, encriptada… Por eso el
símbolo tiene algo de misterioso, porque a un tiempo muestra
y oculta, deja entrever y vela, como si la manifestación de
lo sagrado hubiera de llevarse a cabo de un modo especial,
íntimo. En este punto la experiencia estética se encuentra
muy cercana al umbral de la mística»11

Pues esta producción artística, se ha convertido en una


liturgia creada en un laboratorio, que como un científico,
nos hemos introducido en un espacio donde hemos sido
golpeados por las cosas del mundo, entrando hacia lo
Alejandro Mañas García

sagrado, posibilitando la condición de lo bello. «El arte puede


ser considerado como un elemento clave para establecer las
relaciones entre el ser humano y la realidad»12.
Pero no solo de mística quiero hablar, sino de aquellas
sendas producto de este concepto que me han llevado a
explorar hoy. Este seria la Materia negra haciendo referencia
a la materia oscura, como un universo el que explorar.

«El adjetivo “oscuro” unido a “materia” sigue señalando la


dificultad, incluso la imposibilidad, de observar esta sustancia
misteriosa, pero esta oscuridad es al mismo tiempo un acicate
para la investigación. Todos los astrofísicos, o casi todos,
creen en la materia oscura, aunque no puedan verla. Así, la
oscuridad participa en la sustanciación de esta hipótesis. Por
ser “oscura”, desconocida, esa materia exótica estimula la
imaginación de los científicos»13.

11
Piñero, R., «Hacia una estética del don y del misterio: sobre lo bello y
lo sagrado», en Paredes, M. y Bonette, E., Filosofía, arte y mística. Ed.
Universidad de Salamanca, Salamanca 2017, p. 86.
12
Idem., p. 75.
13
Botenms V. Y Lehoucq R., Las ideas oscuras de la física. Siruela, Barcelona,

34
Para mí, esa materia negra es la noche oscura, lo oculto, el
infinito cosmológico, aquello que tras un trabajo de meditación
podemos traspasar -refiriéndome al proceso de creación-, un
mundo en el que descubrir cosas nuevas. Una búsqueda que
me ha llevado a indagar en aquello que hay tras las capas de
los objetos y del universo. Pues «existe un mundo invisible
a nuestro alrededor que continúa siendo un misterio»14. Una
puerta que abrir, que está aun por descubrir, y una teoría
que el físico denomina negro refiriéndose a lo oculto, a lo

Apuntes en torno a un punto de partida: La materia negra


que no puede ver. Toda una exploración que como afirma el
físico y astrónomo Marcelo Gleiser «el arte puede dar forma
y complementar a la ciencia, y la ciencia puede dar forma e
inspirar el arte»15, como sucede con Materia negra, la que se
convierte en un laboratorio de investigación. ¿Quién no se ha
maravillado en la noche mirando al cielo abierto, mirando las
estrellas? Miles de estrellas pueblan el cielo celeste que nos
envuelven de misterio, aquellas que han observado nuestro
paso a lo largo de la historia. Un cielo donde el negro y el
misterio nos sobrecoge, la que nos lleva a la experiencia de
mysterium tremendum et fascinosum16 que produce espanto, el
sobrecogimiento por aquello que vendrá. El desconocimiento
de algo que no entendemos y que solo se experimenta en
sentimientos17. Actualmente se están publicando diferentes

2019, pp. 115-116.


14
Bello, M. y Mariátegui, J., «Cuántica: Hacer visible lo invisible», en op. cit., p. 20.
15
Glreiser, M., «La realidad es un mosaico en constante cambio», en ibid., p. 41.
16
Concepto relacionado con las expresiones místicas: mysterium tremendum
et fascinosum (un misterio tremendo y fascinante). Término nombrado
por Rudolf Otto, también utilizado por Paul Knitter, asimismo por Carlos
Frederico Barboza de Souza en «La contribución y especificad de la mística
en el diálogo interreligioso» en Sancho Fermín, F. J. (dir.), La identidad
de la Mística. Fe y experiencia de Dios. Actas del Congreso Internacional
de la Mística, Ávila 21-24 de abril 2014. Homenaje a los 400 años de la
beatificación de Sta. Teresa de Jesús. Monte Carmelo – Universidad de
la Mística-CITeS, Burgos 2014, p. 552. V.: también Otto, R., Lo santo. Lo
racional y lo irracional en la idea de Dios. Alianza, Madrid 2012.
17
Rudolf, O., Lo santo. Lo racional y lo irracional en la idea de Dios, op. cit., p. 22.

35
Alejandro Mañas. Conexiones, 2020

36
noticas sobre los avances en cuanto a las investigaciones de
la materia oscura, «uno de los misterios más fascinantes de
la naturaleza, celosamente guardado y aún por descifrar»18,
de la que se cree que está formada nuestro universo y la que
mantiene unido lo que flota en el cosmos. Los cosmólogos
la describen como «entidades invisibles pronosticadas por
la teoría del Big Bang»19. La mayor parte del universo está
formado por materia oscura, materia invisible. A lo que
Gregory Sholette compara con el panorama del arte actual, el

Apuntes en torno a un punto de partida: La materia negra


que esta sostenido por una mayoría de agentes invisibilidades.
Actualmente hay una carrera entre los investigadores por ser
los primeros en descubrir este misterio para revelar lo que
se desconoce. La materia oscura «cambiará la percepción
del universo en el que vivimos»20, sin esta «no habría estado
disponible el centro de gravedad necesario para la formación
de cúmulos y galaxias. Nada sería de lo que hoy es»21.
Materia negra es una investigación que quiere hacer
visible lo invisible, pero ante todo es la exploración del color
negro, que es el que me sirve como enigma de aquello que
desconozco, aquello por lo que me atrae, «para la imaginación
lo que es negro tiene más existencia que lo que solo es oscuro»22.
Por tanto, el color negro «creativo, serio y dominante»23, es
el fundamento de esta investigación presente, con el que
represento ese viaje negro para llenarlo de luz, de respuestas.

«De las ideas oscuras de la física, como el “cielo negro”, el


“cuerpo negro”, el “agujero negro”, la “materia oscura” y “la
energía oscura”, lo que nos intriga es lo negro. Si nos hemos
18
Galbiati, C., Las entidades oscuras. Viajes a lo límites del universo. Akal,
Madrid 2020, p. 23.
19
Sholette, G., Materia oscura. Arte activista y la era república de oposición.
[Traducción Sonia Muñoz]. Fundación editorial archivos del índice, 2015, p. 11.
20
Galbiati, C., Las entidades oscuras. Op. cit., p. 23.
21
Ibid., p. 46.
22
Botenms, V. y Lehoucq, R., Las ideas oscuras de la física. Op. cit., p. 165.
23
Pastoureau, M., Negro: Historia de un color. Trad, Julia Osuna Aguilar, 451
Editores, 2009, p. 189.

37
asociado un físico y un filósofo, es porque la negrura de las
ideas científicas es a la vez instructiva e inspiradora»24.

Negro es el color del no ver, es el color del no hacer, es en ese


sentido el color de la libertad. Al negro unos autores lo llaman
color y otros el no-color, «dotándolo de un simbolismo que no se
puede comparar al de ningún otro color»25. Dentro de su sensación
éste nos envuelve y engulle, es la atracción, el interés por penetrar
la puerta del misterio. El negro representa ese abismo, un agujero
dentro del espacio, representa la noche y la muerte. Ya Kandinsky
en su libro lo espiritual en el arte dijo sobre este color:

«El negro suena interiormente como la nada sin posibilidades,


como la nada muerta después de apagarse el sol, como un
silencio eterno sin futuro y sin esperanza. Musicalmente es
Alejandro Mañas García

una pausa completa y definitiva detrás de la que comienza


otro mundo, porque lo que esta pausa cierra está terminando
y realizando para siempre: el círculo está cerrado. El negro es
algo apagado, como una hoguera quemada; algo inmóvil como
un cadáver, insensible a los acontecimientos e indiferente. Es
como el silencio de cuerpo tras la muestre, el final de la vida»26.

Sin embargo, este color no solo nos habla de la percepción


de la muerte, lo insonoro. En la actualidad para muchos artistas
lo negro es el espacio de la imaginación, es una puerta que nos
puede lanzar hacia nuevas posibilidades transcendentales,
hacia otros mundos. El negro es «lo que esta al otro lado de
la nada»27. Podemos estar sentados en la oscuridad durante
el tiempo que podamos, mirándolo, dejándonos perdernos en

24
Botenms, V. y Lehoucq, R., Las ideas oscuras de la física. Op. cit., p. 9.
25
Heller, E., Psicología del color. Como actúan los colores sobre los sentimientos
y la razón. Gustavo Gili, Barcelona 2013, p. 127.
26
Kandinsky, M., De lo espiritual en el arte. Ed. Paidós, Barcelona 2010, p. 58.
27
De la Flor, F., «De la tabula rasa al negro infinito. Arte y absoluto», en
Molinuevo, J. L. (Ed.), A que llamamos arte. El criterio estético. Ed. Salamanca,
Salamanca 2001, p. 148.

38
Alejandro Mañas. Detalle de la obra Conexiones I, 2020

39
la nada. La oscuridad es esa «sustancia oculta que rastrean
juntos los astrofísicos y los físicos de partículas»28. El negro
es la grandeza y el abismo de la potencialidad humana que es,
en primer lugar, el potencial de no actuar, el potencial de las
tinieblas. Es el caos primigenio, el centro oculto. El negro es el
símbolo del ascetismo en cuanto ha despojado del goce y del
ideal de lo bello29. El negro es el color que irradia una extraña
belleza. El negro es la noche y la oscuridad:

«Nosotros como gatos, salimos de la oscuridad y volvemos a


entrar en ella una y otra vez. La oscuridad es nuestra primera
realidad, el amenazador enigma de nuestro devenir. Como la
macrocósmica galaxia hipotéticamente sumida en una esfera
de materia e impregnada de una misteriosa energía oscura,
nuestro propio ser microscómico, que empieza a moverse
Alejandro Mañas García

en el útero, envuelto por la materia y la energía oscuras


heredadas de nuestros antepasados»30.

El negro es silencio, un silencio misterioso, pues «la


oscuridad está quieta, aguarda y es opaca»31. ¿Quién no ha
admirado la cúpula celeste durante horas?. El negro es la
podredumbre, quizá a ese paso hacia la descomposición del
yo, tu desaparición del mundo.
Ante la conceptualización del negro como referente,
me veo obligado a incorporar al místico y alquimista inglés
Robert Fludd (Milgate House, 1574 – Londres, 1637). Pues
es un referente artístico tanto teórico como simbólico por
sus tratados, sobre todo las ilustraciones (grabados) de sus
escritos, que nos sirven como referentes para indagar sobre
el descubrimiento de la Materia negra. Ejemplo es una
28
Botenms, V. y Lehoucq, R., Las ideas oscuras de la física. Op. cit., p. 116.
29
Sánchez Ortiz, A., «El vacío iluminado del negro», en Espacio, tiempo y
forma. Serie VII: Historia del Arte, nº 1 (2013), p. 312.
30
Martin, K. (ed.), El libro de los símbolos. Reflexiones sobre las imágenes
arquetípicas. Taschen, Köln 2011, p. 100.
31
Ibíd.

40
ilustración que retrata la negrura antes de la creación y que se
encuentra en el libro Utriusque cosmi maioris scilicet et minoris
metaphysica, physica atque technica historia in duo volumina
secundum cosmi differentiam diuisa. Aucthore Roberto Flud
aliàs de Fluctibus, Armigero, & in medicina doctore Oxoniensi.
Tomus primus [secundus] ..., De macrocosmi historia in duos
tractatus diuisa quorum primus de metaphysico macrocosmi
et creaturarum illiusortu. Physico macrocosmi in generatione
& corruptione progressu. Secundus de arte naturae simia in

Apuntes en torno a un punto de partida: La materia negra


macrocosmo producta…32. El libro, que contiene unos grabados
muy simbólicos, me interesa por su originalidad y concepto
de la Materia negra. Concretamente, importa un grabado
que se encuentra en la página 26 del libro, imagen realizada
por Matthäus Merian: Et sic in infinitum, 1617. La imagen
que nos encontramos es una estampa cuadrada y negra muy
semejante a la obra Cuadrado negro sobre fondo blanco de
Kazimir Malévich (Kiev, 1879 - San Petersburgo, 1935), en la
cual podemos observar un trazado de líneas —un aguafuerte—
para obtener una imagen monocroma, mientras en sus bordes
laterales, superior e inferior, nos encontramos la frase en latín
que dice Et sic in infinitum, que quiere decir «Y así hasta el
infinito», lo que podemos entender como la nada, la tiniebla,
la oscuridad primordial del universo en el momento antes
de la creación: materia negra. Según el historiador del arte
Fco. J. San Martín, el autor logra la creación de esta imagen
gracias al enfrentamiento de las ideas de Robert Fludd sobre
lo que existía antes del Universo33. De esta forma, según la
teoría de Fludd, esta profundidad abismal representada con el
negro —la nada— se transformará en la creación del mundo,

32
En esta obra, el autor busca la representación de lo absoluto, aquello
grande y lo que por su magnitud no puede medirse. De hecho, parte de
mi investigación también trata de representar con la plástica aquello que
nos sobrecoge, aquello inconmensurable, el sentimiento y lo inefable, la
búsqueda de conocimiento y el descubrimiento interior.
33
San Martín, F. J., «El cuadrado infinito», en Huici March, F. «Malévich en
el centenario del Suprematismo», en Arte y Parte, nº 119 (2015), p. 124.

41
interés de muchos científicos. El profesor Alexander Rood, al
respecto de sus grabados comenta que:

«el acto divino de la creación se representa plásticamente


como un proceso alquímico en el que Dios, como espagírico
o depurador de metales, obtiene del caos tenebroso, de la
Prima Materia, los tres elementos primarios, divinos, que son
la luz, la oscuridad y las aguas espirituales»34.

Esta representación, el cuadrado negro monocromo, es


un referente tanto conceptual como plástico que incorporo en
mi creación como parte filosófica, y que trato como una puerta
a la que nos tenemos que enfrentar. En él uno ha de abrirse y
lanzarse hacia ese abismo, la nada, para más tarde descubrir
la luz. Una experiencia o camino que se nos devolverá en
Alejandro Mañas García

forma de conocimiento, por ese abrirse hacia lo desconocido.


Aquí rescatamos también el símbolo de la materia prima
como Fludd, en el que se representa la abertura que uno ha de
excavar y construir, un viaje de esperanza. ¿Qué hay detrás de
la oscuridad? ¿Qué se esconde?
Estas creaciones negras nos hablan de aquello que ha
de surgir, lo que está oculto, lo más profundo de los abismos
maternales, en los que más tarde la luz se reflejará. En esa
línea, encontramos la obra de Pierre Soulages (Rodez, 1919),
en la cual utiliza la misma concepción en la utilización del
negro, en cuyas obras monocromas, a partir de ellas, es capaz
de abrirnos la mirada para hacernos penetrar en el misterio a
través de los reflejos de este color, que representa, también,
la potencia creativa. En el grabado titulado Et sic in infinitum,
Matthäus Merian representa la teoría de Fludd, representando
aquello que nos encontramos antes de la creación, la nada,
una oscuridad completa que proseguirá con la creación de
la materia y la luz como describe en los siguientes grabados.
Todo un hecho que podemos comparar con lo descrito sobre
la materia oscura por Cristiano Galbati, el que nos comenta
34
Roob, A., Alquimia y Mística. El museo hermético. Taschen, Köln 1997, p. 94.

42
que «era necesaria para que la luz de las estrellas iluminase
el universo»35.
Un mar profundo de oscuridad, es lo que nos refleja este
autor en forma de cuadrado, pues este simboliza lo terrenal,
contrapuesto con el círculo, que representa lo celestial.
En este camino de reflexión sobre el grabado negro que
ilustra la teoría de Robert Fludd es referente de obras similares
plásticamente. Como comparación, incluso también con una
cierta conceptualización, tenemos el Cuadrado negro sobre

Apuntes en torno a un punto de partida: La materia negra


fondo blanco de Malévich realizado en 1913, que representa
la nada y el todo. Una obra que «representa, tal vez, en “non
plus ultra” de toda posible representación de lo divino, el
estado final de la “espiritualidad en el arte” que Occidente
conoció a principios del siglo XX»36. De hecho, el académico
e historiador del arte Mario de Micheli nos comenta sobre
Malévich:

«Ahora el arte ha llegado a ser él mismo, a su forma pura, no


aplicada, por la vía del suprematismo, y que ha reconocido
la infalibilidad de la sensibilidad no-objetiva, ahora intenta
erigir un nuevo y verdadero orden, una nueva visión del
mundo»37.

Para su compresión, uno ha de lanzarse al vacío —hacia


la materia negra—, para llegar hacia lugares insospechables.
Como vemos el arte y su proceso creativo busca ser
una filosofía, pues en este proceso solo me viene preguntas
existenciales que nos ayude al encuentro mutuo, en el cual
se da la experiencia para generar el conocimiento. Por tanto,
uno debe lanzarse abiertamente y dejar fluir también las
pasiones y sentimientos hacia el encuentro de lo absoluto en
35
Galbiati, C., Las entidades oscuras. Op. cit., p. 51.
36
Fuso, S., «El arte, como la magia, es una metafísica práctica», en Fuso,
S., Císcar, C. (coms.), Benardí Roig. Shadows must dance [cat. expo]. IVAM,
Valencia 2010, p. 23.
37
De Micheli, M., Las vanguardias artísticas del siglo XX. Alianza, Madrid 1989, p. 395.

43
esa negrura, y no hay mejor contexto que el minimalismo para
la búsqueda de la esencia, un dejarse perder en un desierto,
para experimentar nuestros propios sentimientos, como nos
dejaron escritos los suprematistas:

«El sentimiento es el factor determinante..., y así, el arte


llega a la representación no objetiva, al suprematismo. Llega
a un “desierto” en el cual nada puede percibirse excepto el
sentimiento. Todo lo que determina la estructura ideal-
objetiva de la vida y del ‘arte’ —ideas, conceptos, imágenes—
lo aparta de sí el artista para atender al sentimiento puro»38.

Malévich ante su Cuadrado negro sobre fondo blanco, dejó


escrito que su obra magna era una referencia a su propia muerte
- ¿quizá la materia negra? -, pues vuelve de su lugar de origen,
Alejandro Mañas García

de la oscuridad a la luz, para volver otra vez a la oscuridad.


El cuadrado negro, abstracción pura, ya fue instalado en su
propio funeral como un estandarte de la que Fernando R. de la
Flor comenta: «queda instalada en una posición de privilegio,
rubricada por esa inclinación del plano de exhibición que nos
remite directamente al lenguaje de la representación de los
que es, siempre sagrado»39. Pues la obra de Malévich tampoco
se escapa del campo de la mística y de la materia negra en
esa constancia de búsqueda interior o exterior, por esa búsqueda
de perfección a través del símbolo matemático del cuadrado. Su
obra nos acerca a ese misterio al que debemos adentrarnos. Una
profunda oscuridad, una cueva, en la cual hemos de penetrar
para lanzarnos a la búsqueda de lo desconocido. Por otra parte, el
historiador del arte Hernández-Navarro consideró el cuadro de

38
Chipp, H. B., Teorías del arte contemporáneo. Fuentes artísticas y opiniones
críticas. Akal, Madrid 1995, p. 367. Por su parte, en la mística está la
espiritualidad del desierto: Husillos Tamarit, I. (dir.), Espiritualidad del
Desierto. I Seminario del Desierto de Las Palmas. Fundación Desierto de Las
Palmas – Editorial Monte Carmelo, Castellón de la Plana – Burgos 2006.
39
De la Flor, F., «De la tabula rasa al negro infinito. Arte y absoluto», en
Molinuevo, J. L. (Ed.), A que llamamos arte. Op. cit., p. 143.

44
Malévich una tachadura o velo que deja ver lo que hay detrás de
él, la negación de lo visible40, el que contiene ese rayo —el fondo
blanco— que es negado por el negro. Robert Fludd inscribe en su
grabado la frase Et sic in infinitum mientras Malevich enmarca el
negro con una superficie blanca, quizá es la pista que el artista
nos da antes de sumergirnos en su cuadrado negro dejando una
superficie y enmarcando un vano, un vacío, una profundidad. La
obra nos despierta esa curiosidad y reflexión ante el color negro,
como cuando cerramos nuestros ojos y nos dejamos llevar ante

Apuntes en torno a un punto de partida: La materia negra


los sueños nunca soñados. Un abismo hacia el vacío, un viaje de
transcendencia.
El citado cuadro de Malévich o el grabado ya mencionado
de Robert Fludd están relacionados con aquello que san Juan
de la Cruz narra en su Noche oscura41. Esto nos lleva también a
un mundo cosmológico al igual que hizo Rudolf Steiner, quien
logro reformular un campo «científico-espiritual que amplió
la percepción del nacimiento de la naturaleza y del hombre
dentro del cosmos»42.
De entre otros referentes, nos encontramos con Alphonse
Allais (Honfleur, 1854 – París, 1905), escritor francés, quien
publicó una obra titulada Album Primo-Avrilesque, 1877,
repleta de láminas, cada una con un color monocromático,
encasilladas en un marco adornado, con un título y al final
con una lámina con una partitura. En el caso de la lámina
negra nos encontramos al color negro haciendo referencia a
lo humorístico, y tiene por título: Combat de nègres dans une
cave, pendant la nuit, (Pelea de negros en una cueva, durante
40
Hernández-Navarro, M., «El cero de las formas. El cuadrado negro y la
reducción de lo visible», en Imafronte, nº 19-20 (2008), p. 137.
41
La oscuridad «es la nota clave para emprender el simbolismo de la noche
y para tratar de traducirlo a la realidad de la vida espiritual. Por la oscuridad
la noche se distingue de cualquier otro momento o situación. San Jaun de
la Cruz justifica la identificación del lance doloroso de la fe con la noche
en razón de su oscuridad» (Castro, G., «Noche oscura del ama», en Pacho,
E. (dir.), Diccionario de San Juan de la Cruz. Monte Carmelo, Burgos 2006, p.
1.037).
42
Sinaga, F., Escritos sobre arte, 1999-2016. CENDEAC, Murcia, 2017, p. 112.

45
la noche). Incluso Laurence Sterne (Clonmel, Irlanda, 1713–
Londres, 1768), publicó The life and opinions of Tristram
Shandy (1759-67), texto humorístico, en el cual dispone una
lámina negra situada en el momento de la muerte de uno de
sus personajes llamado Yorick, lámina que hace alusión a la
muerte, a la lápida del personaje, que, a su vez, resume la vida.
Obras monocromáticas que nos llevan hacia la atracción de lo
desconocido, hacia otros mundos ¿metafísicos?
Tampoco puedo el dejar de pensar en la época del siglo
de la oscuridad, es decir la pintura del s. XVII, que irrumpe con
el estudio de la revaloración de la oscuridad en los lienzos.
Fondos oscuros como en el Bodegón de recipientes de Zurbarán,
1650. En esta obra se crea una atmosfera aural, mística,
repleta de materia negra que atrae al espectador. ¿Qué quiso
Zurbarán transmitirnos? Quizá un mundo transcendental, un
Alejandro Mañas García

viaje por estratos al que nos invita penetrar. Como una noche
oscura repleta de tinieblas, nos lleva a un viaje personal. Nos
trasmite nuevas verdades. José de Ribera nos lleva también a
paisajes inundados de tinieblas, de una atmósfera oscura como
ocurre con su obra San Sebastián atendido por Santa Irene,
1628. ¿Dónde ocurre la escena?... Sus fondos nos parecen a
la vez fascinadores y a la misma amenazadores. Rodríguez de
la Flor sobre el Barroco nos comenta acerca de la oscuridad
de los fondos que intentan «dar campo expresivo a un cierto
imposible representativo, a una inscripción que figura con
propiedad extrema el fin, […] más allá de la cual nos espera la
nada, lo inexpresivo, lo irrepresentable, lo infinito»43.
El negro también es un color relevante en las producciones
e investigaciones contemporáneas, por su gran potencial,
y que podemos observar en diversas exposiciones. En esta
línea, afirma la profesora Alicia Sánchez:

«Negación y suma de todos los colores, el negro posee una


enorme potencialidad que a lo largo de los siglos se ha visto
43
Rodríguez de la Flor, F., Barroco. Representación e ideología en el mundo
hispánico (1580-1680). Cátedra, Madrid 2002, p. 86.

46
plasmada a través de diversas manifestaciones artísticas, en
un lento transcurrir que le ha posibilitado asumir un puesto
relevante en el ámbito contemporáneo»44.

Quizá todas estas representaciones si que tiene algo de


materia negra, pues buscan representar lo irrepresentable, lo
que no se ve y al igual que un físico lo definieron con la negrura.

«El negro es evidentemente la ausencia total de luz. Pero

Apuntes en torno a un punto de partida: La materia negra


en física la negrura tiene un significado especial. Un cuerpo
negro no es necesariamente de color negro. Un agujero
negro carece de color, no puede verse. Por otra parte, el
negro se atribuye a fenómenos físicos que en general no son
observables a simple vista»45.

Materia negra recoge la cultura de la luz y la claridad que


brota de la oscuridad del negro, pues son puertas de entrada
a otro universo, no como un fin, sino como principio. Como
el negro que ve el astrónomo: «negrura que testimonia
paradójicamente la transparencia del espacio que permite a la
luz de las estrellas llegar hasta nosotros a través de distancias
inmensas»46. El cuerpo negro es otro concepto que se hace
presente, que busca como su descubridor Gustav Robert
Kirchhoff (Königsberg, 1824 – Berlín, 1887) en 1862, definir
el concepto como aquel objeto que es capaz de absorber la
totalidad de la energía luminosa. Como es el caso de la obra
Materia negra relicario, 2020. Las obras que componen este
proyecto no son estáticas, están vivas y en movimiento, pues
atraen la luz, las que en cada momento están absorbiendo sin
que nos demos cuenta. Estas obras rehúsan «manifestarse a
través de los reflejos de la luz», pero irradian «a su alrededor
con toda su potencia»47.
44
Sánchez Ortiz, A., «El vacío iluminado del negro», art. cit., p. 295.
45
Botenms, V. y Lehoucq, R., Las ideas oscuras de la física. Op. cit., p. 10.
46
Ibid., p. 33.
47
Ibid., p. 62.

47
Alejandro Mañas García

Alejandro Mañas. Fragmento de la obra Mi historia I, 2020. Polaroid

Las obras inundadas con todos estos pensamientos,


quieren desvelar todo aquello oculto e invisible, que
cotidianamente forman parte de nuestra vida.

«En ciencia y en arte se parte de preguntas e interrogantes,


que no tiene por qué tener un sentido total […]. El artista y
el científico como genios locos, que investigan experiencias
pioneras y mágicas, dentro de su propio tiempo, desafiando a
la vez el orden y el caos, en una búsqueda de compresión del
mundo, de aquello que es intangible»48.
48
Torrente, V., «Arte y ciencia: Campos de prueba y error», en Martín P., y

48
El arte en este sentido nos ayuda a concienciarnos de
todo aquello de lo que hacemos partícipe. En este conjunto
de obras que se exponen a lo largo de este libro Materia negra
es el recorrido de la conjunción de cómo el arte y la ciencia
siempre van unidas de la mano, pues como dice la comisaria
y historiadora del arte Mónica Bello y el científico José-Carlos
Maríategui:

«El pensamiento científico y la práctica artística son modos

Apuntes en torno a un punto de partida: La materia negra


innovadores de concebir espacios de conocimiento, de
intercambio, de razonamiento y de interpretación del
mundo»49.

El artista al igual que un científico, a través de sus nuevas


creaciones, esta creando nuevos fenómenos, nuevos tipos de
conocimiento. En ellos hace visible aquello no visible, nuestro
interior y su conexión con el mundo. ¿Pero qué hay detrás?
¿El fin o el principio?
Materia negra es la seducción que demuestra como la
ciencia es un recurso experimental para el artista con el que
desarrollar nuevas ideas, nuevas hipótesis por alocadas que
fueran, pues los grandes descubrimientos se dan en ocasiones
accidentales. Pero no sabemos que hemos descubierto, tiempo
al tiempo, pero si que somos conscientes de cómo dijo John
Cage «el arte es una especie de campo experimental»50.

Alejandro Mañas García


Profesor del Departamento de Escultura
Universitat Politècnica de València

Torrente, V., Estación experimental. Op. cit., p. 19.


49
Bello, M. y Mariátegui, J., Cuántica: Hacer visible lo invisible. Op. cit., p .20.
50
Torrente, V., «Arte y ciencia: Campos de prueba y error», en Martín, P., y
Torrente, V., Estación experimental. Op. cit., p. 11.

49
50
Alejandro Mañas. La materia, 2020

51
52
Existencia

El elemento central de la obra titulada Existencia, 2020,


es una cruz griega. Esta cruz, también llamada crux immissa
quadrata, propone una formulación simétrica, fácilmente
indentificable como tal desde cualquier dirección. Incluso,

Ismael Teira Muñiz


hasta puede ser vista como una x que, al fin y al cabo, también
es una cruz, en aspa, crux decussata o de San Andrés. Desde
el punto de vista de la vexilología, la obra conectaría con la
bandera suiza que, junto a la del Vaticano, constituyen dos
raros ejemplos de banderas cuadradas. Además, aunque a la
inversa, la obra recuerda a dos ejemplos anteriores: la Cruz
negra, 1915, de Kazimir Malévich y, también, la Gran creu
negra, 1990, de Antoni Tàpies. Sobre este último, Alejandro
Mañas reconoce un especial interés tanto hacia su trabajo
como hacia su propio proceso creativo que interpreta
fundamentado en la contemplación como aspecto necesario
para acercase al misterio y la mística, siendo para él un
referente constante. Precisamente en un artículo titulado
Cruces, equis y otras contradicciones, incluido en el volumen El
arte y sus lugares publicado en 1999, el propio Tàpies manifiesta
su fascinación por la polisemia de la cruz, por su amplitud de
significados, en ocasiones no directamente relacionados unos
con otros. La cruz griega también es el símbolo de la suma,
de más, al parecer relacionado con el latín et, y cuyo origen
se documenta sin demasiada exactitud entre los siglos XV y
XVI. La cruz puede ser, incluso, el bastidor del propio lienzo,

53
Interior del bar Blesa, Valencia, con una de las posibilidades de mosaico de
54 de Ismael Teira
azulejos divididos diagonalmente. Fotografía
remarcado por Tàpies en Madera y bastidor, 2009; también
sinónimo de orientación como esqueleto elemental de una
rosa de los vientos y, por supuesto, insignia del Cristianismo.
En 1913, Malevich realizó un boceto para la ópera
futurista rusa Victoria sobre el sol. Dicho esbozo preparatorio
se compone de lo siguiente:

«(…) un cuadrado dividido diagonalmente en un triángulo


negro arriba y un triángulo blanco abajo, para evocar la
«victoria sobre el sol», el eclipse de la luz por la oscuridad,
quizás la superación de la visión empírica y el espacio de la
perspectiva por la visión trascendental y el infinito moderno»1.

La apariencia de dicha unidad cuadrada con posibilidades


infinitas guarda semejanza con los azulejos típicamente
valencianos, “de mitadat” o “mocadoret”, llamados así por
su similitud con un pañuelo doblado, también denominados
“de cartabón” o “truchet”, ya que toman su nombre de

Existencia
Sébastien Truchet, estudioso de las posibles combinaciones
o teselaciones de azulejos partidos diagonalmente. Tan sólo
con dos baldosas se obtendrían dieciséis combinaciones
diferentes y, a partir de estas, se lograrían cerca de 5.000
millones de permutaciones. Es por eso que Dominique
Douat, de la misma Orden que el primero y partiendo de
sus repertorios, llegó a afirmar que se pueden hacer dibujos
hasta lo infinito con unos azulejos divididos diagonalmente.
Resulta llamativo comprobar como a partir de ese elemento
premonitorio del «cero de la forma» de Malevich se puede
llegar a construir visualmente algo prácticamente infinito.
El historiador Miguel Ángel Hernández sitúa el nacimiento
del arte moderno en un impulso iconoclasta ya que «en las
cosas visibles hay universos de invisibilidad imperceptibles
por medio de la mirada. Es esta insuficiencia de la imagen
para dar todo lo real la que se encuentra en el origen de la

1
Foster, H., Krauss, R., Bois Y., Buchloh, B., Arte desde 1900. Modernidad,
antimodernidad, posmodernidad. Akal, Madrid 2006, p. 123.

55
Alejandro Mañas. Detalle de la obra Existencia, 2020

56
antivisualidad extrema»2. Dicha antivisualidad extrema se
ilustra con el Cuadrado negro, 1915, de Malevich, y conecta,
a su vez, con lo universal. Imaginamos el silencio en negro, e
imaginamos el espacio exterior, el universo, en silencio. Como
escribió Irene Ballester en el catálogo de una exposición
anterior de Alejandro Mañas, «(…) sus obras evocan el color
negro para encontrarnos con otra dimensión, quizás el
cosmos, quizás la nada (…)»3. En Existencia, la cruz es como un
destello en la oscuridad, como un elemento resplandeciente
en la negrura que destaca sobre lo oscuro y lo tenebroso.
Arroja luz, y arroja, por lo tanto, la idea de existencia como
sinónimo de vida humana.

Ismael Teira Muñiz


Investigador e Historiador del Arte

Existencia

2
Hernández-Navarro, M. Á., «El cero de las formas. El cuadrado negro y la
reducción de lo visible». Inframonte, nº. 19-20, 2008, p. 129.
3
Mañas García, A. (Coord), Silens nox. Ed. Comité Arquidiocesano Amigos Iglesia
Casco Antiguo Panamá, Panamá 2018, p. 29. http://hdl.handle.net/10251/106002

57
58
Alejandro Mañas. Conexiones III, 2020

59
60
El arte Conceptual en la
obra de Alejandro Mañas,
Materia Negra. Una reflexión
existencial

«La única pretensión del arte es el arte mismo. El arte es la


definición del arte». Kosuth, J.

Negro, cosmos, infinito, universo, bóveda celeste,

Leticia Fayos Bosch


misticismo, aislamiento, yo. Estas son algunas de las palabras
que nos asaltan al ver las obras de Alejandro Mañas, bueno
más que palabras con conceptos, sentimientos, sensaciones
e ideas que están «dentro» de la obra o «fuera», cuestiones
que inundan e invaden nuestro cerebro, que nos llevan a un
lugar o a ninguna parte, pero que tienen el poder de hacernos
preguntas y que queramos buscar la respuesta.
En ese sentido es la obra la que hace de nexo de
unión entre el artista y el público, entre el artista y la idea.
Atendiéndonos a la definición de arte conceptual, diríamos
que lo importante es la idea y la intención del artista que es
donde reside la verdadera obra de arte. Pues bien, haciendo
un poco de historia y por ponernos un poco en contexto,
diríamos que el arte conceptual se enmarca en la década
de los 60 del siglo XX. Este cambio de paradigma de los
años sesenta, que supuso el arte conceptual, representa un
momento fundamental en cuanto al desarrollo y surgimiento
de nuevos modelos artísticos, políticos y sociales que son los
que definirán el rumbo de las creaciones y manifestaciones
artísticas hasta la actualidad.

61
El territorio artístico de los años sesenta está dominado a
nivel internacional por la victoria del expresionismo abstracto
norteamericano y sus transmutaciones internacionales,
dándose como fecha de inicio del movimiento el año 1947,
cuando el principal integrante del movimiento, Jackson
Pollock, realizó su primera pintura dripping, apartada del
lenguaje figurativo y resultado de la fusión del Surrealismo
y la Abstracción. Dentro de la tendencia gestual, Pollock
concebía la creación pictórica como un verdadero ritual con
una dimensión casi espiritual.
Junto con las evoluciones artísticas de mediados de siglo
y lo convulso de las cuestiones políticas que tuvieron como
resultado la IIGM y las consecuencias derivadas de esta y lo que
ello supuso a todos los niveles, han generado una complejidad
social e intelectual que hace que nos encontramos con otro
dilema a nivel filosófico en referencia a las concepciones de la
Leticia Fayos Bosch

obra de arte, y esto es el cambio de la perspectiva moderna de


Greenberg al «fin del arte» de Danto y Belting.
Siendo a mediados de los cincuenta y de manera casi
simultanea, varios artistas londinenses y neoyorkinos
empezaron a desarrollar un tipo de obras que hoy conocemos
como arte Pop, eran creaciones de clara tendencia figurativa,
y en las que centraban su objetivo en los objetos cotidianos
y el consumismo capitalista. Este arte popular, de bajo coste,
joven y producido en masa, sexy, atrayente y lleno de glamour,
tomó como referentes el cine, la fotografía y la televisión,
empleando a si mismo medios mecánicos de reproducción
como la serigrafía.
Más adelante, en 1964, el crítico estadounidense Clement
Greenberg introdujo el termino Abstracción Pospictórica1, con
este termino se refería a la obra de una generación de artistas
1
Ese término, el de Abstracción postpictórica, lo ideó Greenberg para titular
una exposición que comisarió en el LACMA de Los Ángeles en 1964, y que
después itineraría. Este crítico había observado el nacimiento de un nuevo
movimiento pictórico derivado del citado Expresionismo Abstracto, pero
que favorecía la apertura o claridad en oposición a las superficies densas
de aquel.

62
que se oponían a la extrema subjetividad del expresionismo
abstracto. Paralelamente, en 1965 Richard Wollheim habló
de Minimal Art en un articulo en la revista Art Magazine2.
Igualmente, comenzaron a propagarse conceptos como

El arte Conceptual en la obra de Alejandro Mañas, Materia negra. Una reflexión existencial
ABC o Estructuras Primarias, que además dieron nombre a
exposiciones como la del Jewish Museum de Nueva York en
1966, donde se exhibieron piezas de Carl André, Donald Judd,
Robert Morris, Sol Lewitt o Dan Flavin, que con el tiempo
acabarían convirtiéndose en los principales representantes
de lo que en la actualidad se conoce como Minimal Art.
Continuando en la síntesis de movimientos y antecedentes
artísticos que desembocaran en le arte conceptual, nos
encontramos con los Happenings y el Arte de Acción, que
toma la idea de descontextualización de un hecho o una
acción de la aportación que el ready-made de Duchamp regaló
al arte del siglo XX, posibilitando la descontextualización de
un objeto cualquiera y convirtiéndolo en categoría artística.
El arte Conceptual rompe con la historiografía del arte
como historia de los estilos y con la historia del arte como
historia de la percepción visual y señala el fracaso de la
hegemonía del arte moderno americano y sus posturas
críticas reduccionistas y autoreflexivas. Se trata de visiones
formalistas del arte en las que se desarrollaba la noción de
«visualidad pura», que, desde la abstracción pospictórica,
derivaría hacia el Minimalismo.
Desde el fin del Informalismo y los inicios del Pop, se
da un progresivo fenómeno de desmaterialización del objeto
artístico, donde la pieza artística u obra deviene en el registro
documental de la verdadera obra de arte, que es la experiencia
misma, la idea subyacente, el concepto detrás de la creación.
Es por esto que, en el Arte Conceptual el hecho de la
que la visualidad ya no es una cuestión indispensable para
2
Wollheim, R., «Minimal Art», Arts Magazine 4, Enero 1965, pp. 26-32.
Recopilado en la edición realizada por Battcock, G. (ed.), «Minimal Art. A
Critical Anthology», E. P. Dutton, Nueva York 1968, pp. 387-399 y publicado
en castellano por Michelena, K. (ed.), «Minimal Art», Ediciones de la
Diputación Foral de Guipúzcoa, San Sebastián 1996, p. 23.

63
la resolución de la obra de arte, puso en crisis el discurso
hegemónico de la crítica y supuso la ruptura entre modernismo
y posmodernismo.
Al tomar mayo del ´68 como punto de partida y de
ruptura del paradigma, lo que se hacía notar, explícitamente,
era el final del proyecto de la modernidad. El análisis global
de los acontecimientos de la época nos revela un rechazo de
la nueva generación al mundo que dominaba la postguerra,
y la apertura hacia utopías sociales contra la violencia
institucional de los estados y los modelos dictatoriales.
Incluso la actitud acomodada de las «viejas izquierdas» era
censurada en una puesta en cuestión absoluta de todo modelo
precedente.
Más que una revolución en el sentido estricto del
término, habría que hablar sobre todo de revolución cultural,
ya que lo que se ponía en entredicho era el modelo de autoridad
Leticia Fayos Bosch

heredado de los viejos modelos – familiares, mediáticos y


sociales- más que estrictamente políticos. Los sujetos activos,
además, también habían cambiado, y era ahora la juventud
(en su totalidad y como clase, por el mero hecho de serlo)
quien podía tomar las riendas del cambio.
A partir de ese momento, todo hecho cultural podrá, y
será visto como elemento de análisis político, y a la luz del
mismo surgirán toda una serie de «nuevos comportamientos»
en el territorio de lo artístico que pondrán en liza las viejas
categorías de la esfera artística moderna y cambiarán todo
hecho artístico hasta nuestros días: frente a la idea del «genio»
creador, el denominado «minimal» opondrá la visión fría y
objetiva de la geometría pura y la invitación a «transitar» por
nuevos espacios, la performance y el happening, eliminando
cualquier tipo de frontera entre el arte y la vida, dotarán de
importancia al hecho de encontrarse «ahí y ahora», negando
cualquier papel histórico a la obra, así como la posibilidad de
que ésta sea encerrada en las salas de un museo o galería. El
Land art llevará la experiencia artística a la propia naturaleza,
vinculándose así con propuestas de carácter ecológico, en
muchas ocasiones y sobrevolando todas ellas se encontrarán

64
las actitudes conceptuales que primaran las nociones de
«idea» y «proceso» sobre cualquier otro aspecto de la creación.
En estas transformaciones del estatuto de lo artístico
también ha entrado en crisis la noción misma de autor y el

El arte Conceptual en la obra de Alejandro Mañas, Materia negra. Una reflexión existencial
arte se ha vuelto difuso como oficio o actividad específica
ejercida solo por artistas y virtuosos. Desvaneciéndose las
utopías de trascendencia mediante el arte y desarticulando
desde dentro del sistema de las artes el proyecto mismo de
monumentalidad sistemática en la obra de arte.
El hecho es más bien indicativo de una estetización a
gran escala de la realidad, o dicho de otra forma de una cultura
estetizada, donde la realidad según Richard Rorty deviene una
narrativa exitosa3, una pluralidad de contextos y retóricas de
sentidos diversos y lenguajes que construyen verdades desde
la propia pulsión creadora artística, adquiriendo así lo artístico
un estatuto ontológico propio, no quedando ya subordinado
a ser una mera representación de una realidad, sino más bien
convirtiéndose en una interpelación de ella e incluso en una
instalación de la misma con nuevas categorías que surgen de
estas derivas con base en la pluralidad y en la fragmentación
de lo real. Así pues, no se trata de una estetización de lo banal
amparada por un proceso de masificación del gusto y del juicio
estéticos, ni tampoco de la perdida de sentido histórico hasta
convertir las obras en adornos y ornamentos superficiales.
De este modo, el énfasis de las obras se trasladará del
aspecto formal hacia los componentes mentales del arte y
su recepción. En ellas lo material, lo manual, queda en un
segundo plano mientras que la teoría y la actividad reflexiva
pasan al primer plano, cuestión esta que llevó a Lucy Lippard4
a determinar «la desmaterialización» como la característica
común a estas obras.
A partir de ese momento, todo hecho cultural podrá, y
será visto como elemento de análisis político, y a la luz del
3
Vásquez R, Adolfo. Rorty., «La narrativa exitosa y la filosofía como género
literario». Límite. Revista de Filosofía y Psicolgía, Vol 1 nº 13, 2006, pp. 5-23.
4
Cf. Lippard, R, L., Seis años: La desmaterialización del objeto artístico.
Colección arte contemporáneo. Akal, Madrid 2004.

65
Alejandro Mañas. Árbol del conocimiento, 2020

66
mismo surgirán toda una serie de «nuevos comportamientos»
en el territorio de lo artístico que pondrán en liza las viejas
categorías de la esfera artística moderna y cambiarán todo
hecho artístico hasta nuestros días: frente a la idea del «genio»

El arte Conceptual en la obra de Alejandro Mañas, Materia negra. Una reflexión existencial
creador, el denominado «minimal» opondrá la visión fría y
objetiva de la geometría pura y la invitación a «transitar» por
nuevos espacios; la performance y el happening, eliminando
cualquier tipo de frontera entre el arte y la vida, dotarán de
importancia al hecho de encontrarse «ahí y ahora», negando
cualquier papel histórico a la obra, así como la posibilidad de
que ésta sea encerrada en las salas de un museo o galería. El
Land art llevará la experiencia artística a la propia naturaleza,
vinculándose así con propuestas de carácter ecológico, en
muchas ocasiones y sobrevolando todas ellas se encontrarán
las actitudes conceptuales que primaran las nociones de
«idea» y «proceso» sobre cualquier otro aspecto de la creación.
Una vez asimilados todos estos cambios y mutaciones de
paradigmas, en la actualidad, y siendo muy difícil hablar de arte
contemporáneo, ya que se encuentra en constante evolución
y autoanálisis continuo, la creación artística se deviene en
una corriente de arte conceptual, donde el objeto recobra el
sentido como obra en si misma, pero del subyace una idea que
le aporta profundidad y sentido. Puntualizando diríamos que
más allá de la cuestión estética y formal de las producciones
artísticas, se otorga una importancia insoslayable hacia la
idea y el proceso que precede a la creación y le confiere su
esencia.
Si bien es cierto que en algunos casos la identificación
de la intención o la búsqueda del artista queda más o menos
clara, en ocasiones es necesario de una contextualización o
un apunte hacia la obra, ya que si carecemos del código en
ocasiones no es posible entender la obra en un sentido amplio
y holístico, y cabe la posibilidad de quedarnos en la superficie
o de no llegar a comprender el fin del artista.
En ese sentido y relacionando la exposición de Alejandro
Mañas, Materia oscura, y haciendo referencia a una constante
en su obra que «abarca los conceptos de contemplación,

67
silencio y mística»5, el trabajo de Alejandro Mañas supone una
apertura experimental desde la oscuridad para encontrar la
luz por la escala secreta revelada por san Juan de la Cruz en sus
escritos, cuestiones ambas que hacen que nos adentraremos
en el «código» que permite integrar obra/público para
comprender la profundidad de esta exposición. Para ello
hablaremos de Hamish Fulton, que presenta un trabajo que
se enfrenta a la naturaleza de manera conceptual, su práctica
artística se centra en el caminar y en la experimentación a
través de sus caminatas. A partir de este proceso creativo,
sus trabajos adquieren diversos formatos como: dibujo,
fotografía / texto, esquemas escultóricos e intervenciones
sobre la pared, haciendo de la reflexión, la introspección y el
silencio traslado a sus piezas, objetos tangibles de una calidad
y prestigio internacional que nos ofrecen el código entre arte
y artista.
Leticia Fayos Bosch

Otro artista al que haremos referencia es Juan Usle, sobre


todo en uno de sus últimos trabajos «Línea Dolca 2008 – 2018
Irrefrenable»6, en estas piezas podemos observar una serie de
fotografías realizadas con una mirada íntima y cercana, que
a lo largo de una década retratan la cotidianidad del artista,
son imágenes de paisajes naturales y urbanos, naturalezas
muertas, retratos, autorretratos, personajes familiares y
anónimos, rincones de su casa, su estudio o meras superficies
anónimas, una serie de imágenes que se pueden leer de forma
individual o conjunta y que combinan tramas, luces, sombras,
abstracciones, reflejos llegando a composiciones tanto
orgánicas como geometrías, que van desde las horizontales o
verticales hasta las diagonales. Fotografías en su mayoría que
nos remiten al universo pictórico del artista, ya sea por las
texturas, los motivos o las tonalidades, pero en relación con la
obra de Mañas, ambos referencian en sus creaciones universos
personales, fruto de la introspección y la contemplación tanto
hacia a fuera como hacia a dentro.
5
Mañas García, A. (Coord), Silens nox. Ed. Comité Arquidiocesano Amigos
Iglesia Casco Antiguo Panamá, Panamá 2018. http://hdl.handle.net/10251/106002
6
Exposición en la Galería Espaivisor de València del 21-09-18 al 16-11-18.

68
«Toda obra de arte es hija de su tiempo, muchas veces es
madre de nuestros sentimientos». W, Kandinsky.

En este caso el referente lo aporta el propio artista en

El arte Conceptual en la obra de Alejandro Mañas, Materia negra. Una reflexión existencial
su obra, en ella encontramos un homenaje a Malévich, este
empezó pintando un cuadro manifiesto para encarnar el nuevo
rumbo del arte Cuadro Negro (1º versión de 1915)7, inspirado
en su propia obra Victoria sobre el sol8, pinto todo un lienzo en
blanco y en el centro un cuadro negro, todo lo que había que
ver estaba en el titulo y en el cuadro, una especie de principio
y final de todo o nada, de una dimensión global. Malévich
pretendía que la gente lo estudiara, que pensara en al relación
entre blanco y negro, en el equilibrio, en la transición entre
colores, en al textura, la ingravidez, la densidad, todo esto era
posible en la mente del artista, todo cabe en la mente de los
artistas, en este caso a diferencia de Malévich, que vaciaba
de sentido su obra, Mañas vuelca en sus creaciones toda esa
carga personal y les traslada el peso de lo personal, de la
reflexión y de la introspección, de lo íntimo y de lo que se
desarrolla en él, les regala la existencia para que sirvan de
reflejo a sus vivencias y experiencias, a todo aquello que le ha
llevado a crear, ya sea por necesidad o por imperativo, pero la
materia está ahí presente y el negro lo cubre todo, la obra es
un producto del concepto.
La obra de Sean Scully que desde sus inicios trabaja a
partir de la geometría para llegar a creaciones que enlazan
con la tradición abstracta de antecedentes como Piet
Mondrian y Mark Rothko ha desarrollado su características

7
Esta versión se halla en la Galería Tretiakov de Moscú.
8
Es una ópera futurista rusa con música de Mijaíl Matiushin y libreto
escrito en idioma transmental realizado por Alekséi Kruchónyj. Se estrenó
en 1913 en el Luna Park de San Petersburgo. El prólogo fue añadido por
Velimir Jlébnikov, y el diseño de vestuario fue de Kazimir Malévich. La
representación fue organizada por el grupo artístico Soyuz Molodyozhi
(Unión de Jóvenes, en: Soyuz Molodyozhi). La ópera se ha convertido
en famosa por ser el acontecimiento en el que Malévich hizo su primera
pintura «Cuadrado negro».

69
composiciones de bandas verticales y horizontales, jugando
con el avance y el retroceso, y potenciando la variación y
combinación de colores, en este sentido la interesante de la
obra de Scully y el motivo de la relación que establecemos
con la obra de Mañas se debe a la preconfiguración de la obra
en un sentido espiritual y de reflexión, ambos buscan en su
interior y en lo superior el canal que conecte la realidad con su
obra, la necesidad de expresar como vehículo de crecimiento
espiritual y de universo vital, así como una poética que pone
de manifiesto la razón y la emoción.
Cerrando el círculo que rodea a la obra de Mañas, y
habiendo pasado por la espiritualidad, la mística9, el uso del
color y sobre todo la proyección de la obra desde un punto
de vista conceptual, no podíamos dejar de visitar la obra de
Dan Flavin, exponente del arte Minimal y escultor de la luz.
Sus estructuras y composiciones han conseguido transformar
Leticia Fayos Bosch

espacios, logrando crear ambientes y sensaciones que generan


una atmosfera muy particular.
Esa misma sensación es la que tenemos cuando visitamos
las instalaciones de Alejandro Mañas, ya sea en esta ocasión
con la pieza «La materia» (2020) o con «La Escalera» (2016)
de la exposición La Antesala en la Fundació Caixa Castelló.
Ese aura que es capaz de crear el artista con sus obras pone
en conexión lo terrenal de la materia que emplea en sus
instalaciones con lo etéreo y síquico de nuestro interior, ese
es el nexo y la pulsión a la que llegamos cuando observamos
lo creado, esa sobrecogedora sensación de sabernos acogidos
por algo superior.

Leticia Fayos Bosch


Profesora e investigadora en arte de la Universidad de
Zaragoza
9
Para más información véase: Mañas García, A. (2017). Arte y mística en el
siglo XXI. La creación artística como una aproximación a la espiritualidad.
Dirigida por: Natividad Navalón y Ignacio Husillos. [Tesis doctoral no
publicada]. Universitat Politècnica de València. https://doi.org/10.4995/
Thesis/10251/90530

70
Bibliografía

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El arte Conceptual en la obra de Alejandro Mañas, Materia negra. Una reflexión existencial
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2014. http://hdl.handle.net/10251/45501

Mañas García, A.; Navalón Blesa, N.; Gras Cruz, I.; Ballester Buigues, I.
(2018). Silens nox. Alejandro Mañas. Comité Arquidiocesano Amigos
Iglesias Casco Antiguo de Panamá. http://hdl.handle.net/10251/106002

Vasquez R, Adolfo. «Arte conceptual y postconceptual. La idea como arte:


Duchamp, Beuys, Cage y Fluxus». Nómadas. Revista Crítica de Ciencias
Sociales y Jurídicas | 37 (2013.1)

71
72
Alejandro Mañas. Materia negra IV, 2020

73
74
Esa escultura: de verdad y
de performance

En cuanto a la verdad del nombre:

Las razones por las que inicio este escrito son de peso,

Álvaro Terrones Reigada


aunque no lo suficiente como para que sujeten el eje central
o para que puedan calificarse de profundas. No trabajaré este
texto sobre la obra de un compañero porque compartimos
el lugar de nacimiento –Castelló de la Plana–; ni tampoco
por coincidir en el marco cultural, ni contexto generacional
ni circunstancias ni precariedades –básicamente las de
todos– ni porque este colega tenga una trayectoria conocida
y consolidada con numerosas exposiciones a sus espaldas,
tanto locales como internacionales… En efecto, todo ello,
como decía, son razones de peso; pero no tan graves como para
relacionarse con la idea mística existencial que él maneja o,
cuanto menos, estas razones no son tan poderosas como para
construir un análisis acertado de su obra. El motivo central
que mueve esta redacción y que revelaré a continuación es
que, la escultura de Alejandro Mañas… «tiene verdad».
Más bien mantengo que mi disposición a escribir está
motivada por la coherencia que hay entre lo que el artista vive
y lo que el artista hace o dispone en un espacio determinado;
en este caso interpreto que la cohesión entre la esfera poética
y la recepción estética de la obra es pertinente. Aquí un
inciso; personalmente resalto ese factor perceptivo por la

75
verdad en la obra debido a mi interés por la performance; o
lo que para mí es el sinónimo de la performance en el marco
artístico: el proceso proyectivo y operativo de lo que hacemos,
de las creaciones, de lo que sucede… del estado de las cosas.
Siento inquietud por las acciones provocadas dentro de un
proceso cualquiera: atracción por la causa y por el efecto
resultante, o «defecto contingente», –con esto último en el
caso de que se ponga en valor «el error» y su importancia vital
considerándose las erratas sufridas y su posterior rectificación
como imprescindibles para la experiencia artística–, algo que
incide en el aprendizaje e incrementa la acumulación de
sabiduría.
Y también es pertinente el interés por lo que acontece
entre la idea y el acto –o en el caso de A. Mañas, lo que acontece
entre la idea y la obra expositiva–, pues hay una correlación
Álvaro Terrones Reigada

entre la verdad de una escultura y la autenticidad del proceso


para materializar la misma: hecha de una manera concreta,
dispuesta de una forma precisa. En la obra verdadera, el aspecto
final concuerda con todas y cada una de las fases del proceso
de creación. Por esto, en el caso de que percibir mística en una
escultura que nos habla sobre la mística sea necesariamente
vinculante, ¿también es necesario vivir la mística para poder
hablar de ella? Si la autenticidad es un valor; si aún el arte y
la vida son la misma cosa; si pese al contexto de hiperrealidad
actual el arte todavía no es más real que la vida real… sostengo
que la verdad es plusvalía para el arte1.
1
Me refiero a hiperrealidad como un relato «artificial» más «real» que la
realidad. Sobre el fenómeno del «efecto realidad», Pierre Bourdieu dirá en
su obra Sobre la Televisión que, por ejemplo, los medios audiovisuales que
en principio son un «instrumento que reflejan la realidad» se convierten en
instrumentos que «crean realidad».
Por otro lado, cuando me refiero al «relato artificial», empleo el término
«artificial» con toda la intención, en contraposición al «arte» y siguiendo la
tesis de Robert Filliou sobre la interrelación entre arte y vida.
Por esto, plantear que: «si el arte no es más real que la vida real… todavía
hay esperanza» induce a una reflexión capciosa o comprometedora. Lo
reconozco. Pues en el caso de que «el arte sea más real que la vida real»

76
Y si hasta aquí hay consenso, cabe preguntarse entonces
¿cómo se constata la verdad de una obra?; pues bien, esto es
lo que trataré de dirimir o, cuanto menos, aproximarme a ello
deseando que usted pueda sacar sus propias conclusiones.
Para las personas que se inicien en «la órbita» de este artista
y descubran por primera vez el misticismo a través de su escultura
planteo –invito–, a disfrutar de la travesía mística encontrando
la verdad, que espero que se revele en detalle mientras usted
transite el espacio expositivo y suceda, de repente, una epifanía
artística; nada épica, modesta, costumbrista, sumatoria…
sabiéndose a modo de experiencia estética.
He decidido que esta forma de contemplar con recompensa

Esa escultura: de verdad y de performance


se fundamente a partir de cuatro epígrafes: a) vida, b)
planteamiento, c) materialización y, finalmente, d) recepción de
la obra. Propongo una instrucción alternativa y sencilla para
experimentar su escultura… un modo de ver.

a) Vida: vivir de acuerdo a lo que se dice

A continuación trataré de aclarar qué es el misticismo


a rasgos generales y bajo el prisma del arte de acción. En
relación a las religiones monoteístas mayoritarias como el
cristianismo, islam, judaísmo, o las corrientes no teístas como
el budismo o el taoísmo –entre otras–, y sin aberrar en mi
afirmación, el misticismo es la unión del alma con Dios. Por
esto, de acuerdo a los parámetros propios, con la lente de la
filosofía de la acción y sobre el mecanismo de la causa y el
efecto, la mística puede entenderse como un modo concreto
de actuar… una vía para ser, con una liturgia sofisticada que
se ejerce a fin de «conectar» y por ello «conocer» lo oculto.
Para los practicantes no teístas –animistas, seguidores
de doctrinas paganas o que no profesen religión alguna–,
tendremos el impacto de un paradigma doble: dicotomía, separación entre
arte y vida dejando atrás la tesis de R. Filliou tan bien asimilada en la
performance artística y por otro lado hiperrealidad y artificio en lugar de
«verdad» y «arte».

77
la experiencia mística también requiere algo más que un
contacto intenso con la conciencia; requiere observar bajo la
superficie…precisa sumergirse allí donde habita lo excepcional.
Si para los cristianos practicantes el alma es la parte del
ser con atributos sensitivos que contacta con una entidad
divina, en el ateísmo o para los no creyentes ni practicantes,
el alma –ánima– es una figura retórica «consentida» con la
que expresamos un concepto excepcional: un signo plástico
que se ensancha o se encoge; un archivo de información que
almacena eventos pasados; la herramienta romántica de
los cándidos por excelencia o una «tecnología» arrojadiza
cuando desde el desamor se dice partida en dos mitades. El
ánima es la metáfora recurrente que, pese a mencionarse
sin la épica ritual, se usa para referirse a lo esencial y propio
dando verbo a lo intangible y a lo desconocido. ¿Cómo puede
Álvaro Terrones Reigada

concretarse algo que se ignora?… por oposición a lo esencial


se estaría desencadenando un acto «existencial» que vendría
a confirmar de forma concreta aquello que en un principio se
ignoraba expresamente –con más o menos fe pero existente
por el verbo, al fin y al cabo–.
Para los creyentes, el alma existe, es concreta e inmaterial
y junto al cuerpo –la parte material– conforma el ser. El
alma es eterna y con vida propia, luminiscente y definida…
inmortal. Pues bien. A esa unión del alma con Dios se llega
mediante la operatividad ultra-cognitiva del misticismo;
repito la nomenclatura neológica de operación ultra para,
además del misticismo, referirme al proyecto expositivo de
A. Mañas, resaltando que el artista ordena el espacio para que
lo insustancial no interfiera en la obra, con la intención de
facilitarle al observador una percepción que vaya más allá de
las capacidades sensoriales «convencionales».
En el caso que nos ocupa, el artista forma parte de un
determinado grupo humano, una comunidad creyente que
acepta la fe religiosa y cuyas doctrinas, a fin de cuentas,
contienen liturgias que sirven para establecer la conexión
con una entidad divina. Esta es su realidad. Y aunque vive

78
de acuerdo a sus convicciones, no solo vive de ellas, pues
además de ideas hay pan. El cuerpo en el que se desarrolla
la creatividad, es decir, la forma que adquiere su actividad
artística está relacionada con sus convicciones existenciales.
Y para presentar su trabajo en sociedad plantea un proyecto
expositivo en torno a la mística; corporeiza ese saber; le
otorga a ese trabajo el tratamiento nominal de Materia negra.

b) Planteamiento: hacer según se vive

Este artista vive de acuerdo a lo que dice pero… ¿hace de


acuerdo a lo que vive? En el caso del cristianismo, para sintonizar

Esa escultura: de verdad y de performance


con el estado de gracia se requiere transitar un silencioso y
angosto camino introspectivo mediante la austeridad. Por esto,
crear y construir una escultura que lleve al observador hasta
la idea de «lo místico» requiere de quien la haga algo más que
un buen dominio de la semántica del concepto o una buena
habilidad para materializar las ideas. Aparte de todo esto
se requiere, además, insistencia y diligencia, –en ocasiones
como rutina espiritual–. Con ello, el grado de autenticidad se
adquiere viviendo con intención lo que se hace.
Añadiré que profundizar en esta temática y abordar
la complejidad del misticismo estimula el estudio y
conocimiento de ciertas referencias teológicas o religiosas; el
artista castellonense trata saber en abundancia para plantear
una escultura que contenga… nada: «nada, nada, nada…» es lo
que se ve en la litografía de El Monte de Perfección de San Juan
de la Cruz, colgada entre otras pinturas, valiosas canónigas,
algún paisaje y bocetos en el estudio-taller del artista a las
afueras de Castellón, entre huertos. Tal y como se verá en
adelante «la nada… es mucho», –una tema tan «inmenso» que
este artista no abarcará con una vida de experimentación y
dedicación y, pese a saberlo… continuará en ello–.
Volviendo al diagrama del santo, hay que decir que es una
de las muchas láminas que este «poeta»2 –permítaseme como
2
El actor de teatro Rafael Álvarez conocido como El Brujo, en su obra La

79
Alejandro Mañas. La noche oscura está llena de tinieblas, 2020

80
artista de performance este tratamiento al consagrado San
Juan– hizo para explicar a sus alumnos lo más destacado de
la doctrina mística. Considero que es un buen ejemplo gráfico
para imaginar el proceso místico: en la lámina se representa
un monte con tres caminos que arrancan en su falda, dos a los
lados con voces escritas –ruido, debilidades, frustraciones– y
cuyos recorridos no llegan ni a la mitad y por tanto no tienen
salida. Por el contrario, en el medio hay un camino que sí
permite el ascenso hasta la cima. Este camino solo puede
transitarse en silencio, con austeridad, prescindiendo de lo
innecesario o de lo que se desea, –concordancia común con el
budismo–.

Esa escultura: de verdad y de performance


Elevándose a cada paso, ni las pisadas suenan. Caminando
cada vez más próximo a la «nada», en la escultura del artista
castellonense se confirma la concordancia entre lo que parece
–su aspecto– y lo que se dice que es. Insiste formalmente en
una temática que conoce bien, explorando nuevas vías de
comunicación y nuevas materias a fin de aproximarse paso
por paso, cada vez más, a la cima escultórica de la experiencia
mística.

c) Materialización: interacción y coherencia entre


las ideas y su apariencia material

Imaginando la secuencia del visitante en la galería, sobre


las premisas del misticismo, la experiencia estética podría ser
la siguiente: deslizarse transitando el espacio con voluntad
de frenar el tiempo, porque es propio y el marco cultural así
lo dispone… y con facilidad fortuita encontrarse frente a una
forma sencilla, una escultura; a continuación contemplarla
en reflexión…Seguidamente adentrarse en la nada y de ahí…
hasta el éxtasis, o la iluminación.
oscuridad de la fe, en un momento concreto, se referirá tanto a S. Juan de la
Cruz como a S. Francisco de Asís como artistas «pioneros de happening y la
performance». El Brujo rinde un homenaje inteligente, elaborado, creativo y
en definitiva «verdadero» a los dos personajes.

81
Haciendo una comparativa sintética con un hilo vital,
puede decirse que acudimos a este mundo como al espacio
expositivo: llegamos en austeridad y nos marchamos3 en
austeridad y en medio de estos dos estados… experimentamos
la complejidad. Por esto, la interacción con la obra que trata
la existencia misma tiene «algo de provocación»; algo que
llama, pues es «un reto introspectivo», intenso, inminente,
desencadenante de un monólogo interior, –luego ignorarse
a uno mismo es demasiado fácil… insustancial–. Y es
precisamente por esta provocación hacia el conocimiento
personal por lo que hay una pulsión atractiva hacia la obra de
A. Mañas.
Para aproximarnos al concepto de existencia, a la
escultura le interesa despertar nuestra conciencia; ¿qué nos
dice cuando reclama atención?: memento mori. Es el servicio
Álvaro Terrones Reigada

que le hace el artista al arte y este, al hombre, –indicándole lo


limitado de su naturaleza–. Hay que valorar las acciones y las
obras que le ayuden a ser mejor, que le induzcan a reflexionar
sobre su propia existencia. Esto es interdependencia. Para
usted, para la audiencia, y para quien asiste y transita una
exposición y apoya «la cultura» con su presencia. El arte a su
servicio: memento mori.
Y si se trata de un diálogo, ¿cómo se relaciona el
espectador con la escultura de temática mística? Para explicar
cómo se produce esta interacción y definir lo que creo que es
la obra de A. Mañas, veo necesario indicar primero lo que
creo que no es. Me explico. En el plano académico artístico,
respecto al minimalismo y conceptualismo se incide en la

3
Nota: aunque todavía «no he llegado», así lo afirmo porque imagino que
me marcharé con austeridad… casi lo deseo, espero irme siendo menos de lo
que tengo; reduciéndome a lo esencial «hasta que los coetáneos olviden»
tal y como indica Marco Aurelio en sus Meditaciones. Esta reflexión suena
grave, pero el hecho de reflexionarlo constata la aportación social del arte.
En el caso que se trata, las obras de temática mística incitan a cuestionarse
la propia existencia yendo más allá de sostener una calavera en la mano y
preguntarse si uno es o no es.

82
necesidad de recepcionar el misterio de la obra para después
argumentar su sencillez. Se insiste en reducir la forma a lo
esencial planteando que la resolución de un fenómeno no
depende de las obras sino de la fe que se profesa por ellas4.
No hay cuerpo –no hay pan–, sólo concepto. No depende del
continente, ni siquiera del contenido, sino de la convicción
por el fenómeno en sí.
A diferencia de esa tendencia, el artista de la escultura
mística no persigue decir nada, sino llegar al misterio mediante
la nada… y en esa nada revelar la verdad. Por esto, en relación
a la obra de A. Mañas, considero importante que una escultura
mística no se contemple como una escultura «minimalista»

Esa escultura: de verdad y de performance


sino como… ¡una escultura mística!. La geometría de su trabajo
es elegante porque sobre ella se anda descalzo: nos conduce a
la conclusión en estado de gracia, con verdad – sabiéndose esa
inmensidad imposible de abarcar–; obra rectilínea, plomada
geométrica y simple, cuya superficie incita a formular
cuestiones trascendentales, momentos cruciales de vidas,
desde el canasto hasta la lápida: la existencia misma.
Diría el poeta anarco - espiritualista Juan Larrea5 que
los elementos poéticos proyectados en una irrealidad
simbólica –es decir, ocultadora– tendrían vía libre en la vida
real solamente «contrastados por el acontecimiento, por lo
verdadero». Como en la obra de A. Mañas, la realidad exterior
e interior se fundirán, formando una única existencia, «y
un hecho real, una creación real», tendrá «más valor que el
infinito absurdo de falsas ideaciones»6. Con el acontecimiento,
el fenómeno místico puede entenderse entonces no como un
simple concepto sino como una acción verdadera.

4
Pulsión estética mayoritariamente protestante y predominantemente
anglófona.
5
Juan Larrea es uno de los poetas pertenecientes a la Vanguardia Histórica
Española, de la generación del 27, más próximos a la mística. Esta reflexión
aparece en el libro autobiográfico de J. Larrea, escrito a modo de diario,
titulado Orbe.
6
Larrea, J., Orbe. Editorial Seix Barral, Barcelona 1990.

83
En síntesis, a diferencia del minimalismo, el valor de su
proyecto depende de las formas tanto como la activación del
fenómeno místico depende de su obra. Es la escultura como
desencadenante del acontecimiento… para el conocimiento.

d) Recepción. ¿escultura de verdad?. La conclusión:

Podrá decirse que la temática mística es introspectiva:


obviamente. Pero es cuestionable que pueda calificarse de
«individualista». A partir de los argumentos analíticos y críticos
sobre la obra de A. Mañas se ha comprobado que su trabajo
tiene un considerable impacto social. Sobre la mención al uso
de referencias teológicas en la actualidad, diré que considero
necesario promovernos –por una cuestión de supervivencia–
más por la introspección y menos en la intrusión, pues «nada»
Álvaro Terrones Reigada

resulta tan poético como ocuparse del huerto propio7. Es decir,


no puede refutarse que haya verdad en la obra de este artista,
pues trabaja en relación a sus convicciones.
Tratamos con una obra «necesariamente» solitaria.
Por ello, volviendo a recordar al poeta ultraísta Juan Larrea,
–y diría que también al escritor contemporáneo José Luis
Sampedro– no es necesario tener aspiraciones megalómanas
para «hacer la revolución». Llegados a este punto, podría
decirse que la obra de A. Mañas también es «activista», –y
aunque soy consciente de que lanzar este argumento es una
perversión del término activismo en el arte, también considero
que es un buen ejemplo para clarificar lo que digo–: en nuestro
interior también se desencadenan revoluciones, tal vez más
modestas pero que, naturalmente, terminan impactando en
el contexto que nos rodea. Y para atender a estos cambios
hace falta tiempo, soledad y silencio… hace falta mística: es la
7
Citando aquí a Voltaire y la reflexión del protagonista de Cándido y
el Optimismo, que después de experimentar intrusiones, injerencias e
impertinencias ajenas, su nivel de sabiduría es tal que comprende que
para estar bien…lo único que debe de hacer es ocuparse de su propia vida
–cultivar su propio huerto–.

84
diferencia de la poética individual para la estética social frente
a la estética social para la poética individual.
Siguiendo con las conclusiones de «la verdad en la obra»,
y sobre la cuestión de si ¿el artista vive de acuerdo a lo que
dice?… cabe recordar, en este caso, que no solamente es
creyente sino que además es practicante: es decir, materializa
o acciona; escucha, explora e investiga con un fundamento
epistemológico teológico y vive de acuerdo a lo que dice –
obviamente porque asume su educación como verdadera–;
efectivamente, esto es reseñable, porque si bien es cierto que,
como se ha visto, el misticismo no es una esfera de conocimiento
exclusivamente teológica, las herramientas y recursos de

Esa escultura: de verdad y de performance


un creyente practicante para la experiencia sensorial serán
más «recurrentes» que las de alguien no familiarizado
con la liturgia mística habiendo, además de un «trabajo de
investigación» por la temática, un «trabajo de convicción»
para la temática.
Finalmente, respecto a la interacción del espectador
con su obra y la coherencia entre las ideas y su apariencia
material cabe preguntarse ¿es necesario hacer mística para
poder hablar de mística?. Añado a la respuesta un factor
mencionado durante el texto: la plusvalía. Aquí entendemos
la plusvalía como el margen de valor, no necesariamente
económico, que se atribuye, entre otros factores al proceso de
creación de la obra (ideación, investigación, construcción) y
al artista (su formación, las condiciones en las que ha creado
la obra, la insistencia, el conocimiento del tema que trata,
el interés por presentarlo en sociedad)… Todo este valor
añadido es necesario para apreciar el trabajo más allá del
valor de los materiales con los que se ha construido la obra
–por ejemplo piedra, madera, lienzo…–. Sin embargo, en el
caso de la escultura mística se añade como valor, además, el
acontecimiento (la vivencia sensorial que el espectador recibe
interrelacionándose con la escultura): la experiencia mística.
Por último. El castellonense acierta con el equilibrio
creativo entre lo que propone y lo que materializa; en otras

85
palabras, las prestaciones litúrgicas del artefacto escultórico
confirman la coherencia entre la poética y la estética de
la obra; si vive de acuerdo a lo que dice, si hace según sus
convicciones, si la interacción del espectador con la escultura
conduce a la experiencia mística y si en su trabajo se halla
coherencia entre lo que trata y lo que expresa… es porque su
escultura tiene «verdad».
Necesitaríamos muchas vidas, una tras otra, para tratar la
temática de la existencia en toda su complejidad e inmensidad.
Alejandro Mañas lo sabe y sin embargo continúa creando,
experimentando, construyendo… tal vez ese es el motivo por
el que existe.

Álvaro Terrones Reigada


Álvaro Terrones Reigada

Doctor en Bellas Artes y Profesor de la Facultad de Bellas Artes de


la Universitat Politècnica de València

86
Esa escultura: de verdad y de performance

Alejandro Mañas. Fragmento de la obra Mi historia I, 2020. Polaroid

87
88
Alejandro Mañas. Transcendencia, 2020

89
90
La conciencia entre luces y
sombras

La obra de Alejandro recogida en la exposición Materia


negra. Una reflexión existencial es una colección de cuestiones

Axier Ariznabarreta Martínez


profundas y enormes, de puertas abiertas, de opciones y de
visiones. Es el reflejo de una búsqueda que generosamente
compartida nos invita también a hacerla nuestra. Es una
propuesta para la contemplación y la indagación sobre lo más
íntimo y profundo y a la vez sobre todo lo que nos trasciende
conjugando con delicadeza y fuerza lo convencional y lo sutil,
lo material y lo inmaterial, lo denso y lo etéreo.
Alejandro nos pone frente a la vida y la muerte, el origen
y el destino, el ámbito y los límites de la conciencia, lo finito
y lo infinito, lo ínfimo y lo inabarcable, la luz y la oscuridad,
la quietud y el movimiento, la palabra y el silencio, la certeza
y el misterio.
Es posible que en estos tiempos en los que triunfa lo
simplificado, lo edulcorado, lo ruidoso, lo colorido, lo frenético,
en estos tiempos de respuestas fáciles y complacientes, una
apuesta por el cuestionamiento, la reflexión, el silencio y la
contemplación sea arriesgada. Sin embargo no puede ser más
adecuada en este momento evolutivo de la humanidad.
A la hora de abordar mi aportación para esta obra me
veo obligado a decir poco sobre mucho confiando en no
terminar diciendo todo sobre nada. Confiando también en
poder ofrecer claves que permitan superar el prejuicio y el
temor que inevitablemente provocará esta obra en muchos

91
humanos y facilitarles vías para empatizar con el presente
que nos aporta Alejandro y, por qué no, compartir con él,
cada cual desde su lugar y su visión del mundo el apasionante
sendero de la conciencia.

La conciencia

El animal humano tiene una acusada limitación sensorial


y motora a pesar de lo cual ha sobrevivido estos pocos miles
de años que lleva sobre la tierra con su capacidad de imaginar,
de cooperar y de crear. Como especie y como individuos henos
sabido adaptarnos al entorno y evolucionar. La base del éxito
hasta este momento, el fundamento para conjugar hábilmente
nuestras capacidades y superar nuestras limitaciones quizá
Axier Ariznabarreta Martínez

haya sido nuestra conciencia.


Bautizamos nuestra especie como homo sapiens, el
humano capaz de conocer, saber, darse cuenta. Definida de
forma básica la conciencia nos permite vernos a nosotros
mismos y a lo que nos rodea. Esa conciencia que cada cual
puede reconocer en este momento está enmarcada además
en estructuras más grandes y compartidas con otros seres
humanos.
Voy a plantear tres aspectos para abordar el ámbito de
la conciencia en el que podamos reconocernos, reconocer y
enmarcar las diversas experiencias y los contextos que las
influyen y permiten integrarlas. Hablaremos de los estados
de conciencia, los estadios de conciencia y las líneas de
desarrollo.
Habitualmente consideramos que hay tres estados de
conciencia, todos ellos transitorios: el estado de vigilia, el de
sueño y el de sueño profundo. En el estado de vigilia pueden
sucederse además estados ordinarios, profundos, alterados o
las denominadas experiencias cumbre.
Los estadios de conciencia serían etapas que vamos
transitando, que se van superponiendo y complementando y
que a diferencia de los estados de conciencia son permanentes.
Un bebé de seis meses y un adulto de 65 años difieren en la

92
visión del mundo y de sí mismo, de sí mismo en el mundo,
en las capacidades adquiridas, en las claves de relación, en la
integración de las realidades colectivas que son compartidas.
Los estadios de conciencia representan etapas de
evolución. Cada uno de ellos representa un modo diferente
de aprehensión de la realidad y por tanto formas diferentes de
valorar, integrar y reaccionar ante las mismas experiencias,
estímulos o problemas.
Los estadios se caracterizan por tener un progresivo
y mayor nivel de complejidad y su desarrollo no anula
lo anterior sino que lo integra. Hay un mayor nivel de
complejidad en la molécula que en el átomo, en la célula que
en la molécula y en el organismo que en la célula. Hay un

La conciencia entre luces y sombras


mayor nivel de complejidad en el «nosotros», que en el «yo»,
en el «todos nosotros» que en el «nosotros», en el «todo» que
en el «todos nosotros». Hay un mayor nivel de complejidad en
el pensamiento abstracto que en el pensamiento concreto, en
el pensamiento postformal que en el pensamiento abstracto.
Los estadios de conciencia pueden ser clasificados de
formas diferentes en función de lo que se quiera observar: el
desarrollo cognitivo, el desarrollo moral, la integración de la
realidad, el despertar energético, la realización espiritual, la
concepción del uno mismo y de lo que le rodea, la jerarquía
de necesidades, etc. Podemos encontrar coincidencias y
conexiones propuestas desde diversas disciplinas y con ellas
sintetizar en esquemas integradores el ámbito de la conciencia
y su desarrollo entre otras propuestas es especialmente
dinámica y amplia la de Ken Wilber.
Un estadio de conciencia es esa visión del mundo de la
realidad esa mentalidad que ante un mismo fenómeno hace
que lo gestionemos, lo interpretemos y reaccionemos ante él
de forma diferente.
Un fenómeno físico como una tormenta va a ser
interpretado de forma diferente según el nivel de conciencia
que hayamos desarrollado. Si estamos en un nivel de
conciencia arcaico relacionado con la supervivencia
reaccionaremos buscando refugio en la dinámica de lucha o

93
huida ante un peligro. Desde una mentalidad mágica veremos
a las fuerzas de la naturaleza como un elemento que se expresa
y comunica. Desde una mentalidad mítica pondremos a la
tormenta por ejemplo como la expresión de la ira de un dios
todopoderoso. Desde un punto de vista racional describiremos
las condiciones meteorológicas y los procesos de las capas
atmosféricas cuantificando además las descargas eléctricas o
midiendo la pluviometría. Desde una mentalidad pragmática
valoraremos las implicaciones económicas que pueda tener
la tormenta en nuestros intereses. Desde un punto de vista
pluralista contactaremos con la belleza del fenómeno y el
hecho de ser compartido con la comunidad de humanos.
Los estadios nos hablan, entonces, de una línea de
maduración y suponen estadios de organización diferentes,
Axier Ariznabarreta Martínez

con una mayor complejidad y en general más abarcadores.


Esta evolución no es uniforme, como individuos y como
colectivos desarrollamos algunos aspectos potenciales
más que otros, es lo que llamaremos líneas de desarrollo.
Encontraremos diferencias por ejemplo en al ámbito
cognitivo, emocional, relacional, moral, estético, espiritual,
etc. Son muchos los condicionantes que hacen que esto sea
así. A nivel individual no todas las personas cuentan con
las mismas predisposiciones genéticas, ni con el mismo
entorno, ni con la misma variedad de estímulos y medios.
Esta variabilidad proporciona diversos tipos humanos que
incluso podemos llegar a agrupar en diversas clasificaciones
tipológicas.
Por otro lado es importante señalar que en el proceso
de desarrollo lo saludable y lo patológico también están
presentes. Entendiendo lo saludable como lo que favorece el
equilibrio y la funcionalidad en los ámbitos físico, psicológico
y social y lo patológico como lo contrario.
Tanto los estadios como las líneas de desarrollo son
progresivas y se van asentando, integrando permaneciendo
disponibles. Por tanto y aunque parezca obvio recalcarlo no
son posibles los saltos de nivel.

94
Decíamos que la conciencia nos permite vernos a nosotros
mismos y a lo que nos rodea. Nos facilita acceso a lo material
y lo inmaterial de nuestra individualidad y a lo material y lo
inmaterial de lo que consideramos como externo, lo colectivo
y lo que no es humano. Individual y colectivo, interno y
externo, subjetividad y objetividad, material e inmaterial
son consideraciones a las que damos más o menos valor y
en ocasiones tendemos a reducir o asimilar unas a otras o
negamos sui importancia o existencia.
Como la socialización y la cooperación son elementos
básico de nuestra naturaleza y de nuestra supervivencia
esos estadios de conciencia también están consensuados
e integrados en el grupo, en lo colectivo y a lo largo del

La conciencia entre luces y sombras


devenir del ser humano en este planeta se han organizado las
sociedades, se han configurado las culturas, lo intersubjetivo,
en función de esos estados de conciencia desde un punto de
vista colectivo. Nos hemos dotado colectivamente de formas
de visión y comprensión de la realidad, de integración de la
realidad y de reacción ante esa realidad. Nos hemos organizado
con diversos sistemas de poder y jerarquía y hemos generado
instituciones pensadas para gestionar sociedades enteras o
para gestionar aspectos concretos de lo humano como por
ejemplo la espiritualidad.
Hasta el día de hoy hemos transitado por diversas formas
de organización social, tomamos el modelo de la «Dinámica
espiral» de Beck y Cowan para asomarnos a este hecho: clanes
de supervivencia, tribus étnicas, imperios feudales, antiguas
naciones, estados corporativos y comunidades de valores.
Detrás de cada tipo de sociedad, organización, institución o
grupo, hay una visión del mundo. Este puede ser un entorno
natural donde los humanos dependen de sus instintos para
sobrevivir, un lugar mágico con seres espirituales y signos
místicos, una jungla donde el más fuerte y apto sobrevive,
una ordenada existencia bajo el control de la verdad última,
un mercado lleno de posibilidades y oportunidades o un
hábitat humano donde compartimos experiencias. En cada
estadio también hay un modo de pensamiento determinado

95
Alejandro Mañas.
Dibujo en cuaderno de artista,
2014, Roma

96
instintivo, animista, egocéntrico-mítico, racional, estratégico
o de consenso.
No es difícil reconocer en este recorrido modos de
organización social y cultural del pasado pero también del
presente ya que esta progresión de la conciencia no es un
hecho global, planetario, lineal que haya afectado a todas
las culturas y sociedades por igual. Esas mentalidades
permanecen y organizan desde pequeños y grandes grupos
hasta sociedades enteras.
Podemos entender desde esta perspectiva muchos de
los grandes conflictos que nos han asolado y nos asolan y
muchos de los pequeños conflictos como por ejemplo el
existente entre los movimientos espirituales y la ciencia. Las

La conciencia entre luces y sombras


posturas enfrentadas, críticas o despectivas que existen entre
estos ámbitos se deben simplemente a que están hablando
dos lenguajes diferentes, con dos visiones diferentes, con dos
marcos de referencia diferentes. Como estadios de conciencia
de primer grado, además, encerrados en la convicción de ser
poseedores de la verdad y por tanto viendo en los otros error
o ilusión.
Podemos comprender también la cualidad y el valor
de las diversas expresiones artísticas que se han dado en la
humanidad y su papel esencial bien como reflejo de una época
bien como elemento disruptor o dinamizador.
Volviendo a nuestras individualidades podemos
comenzar a entender con estas claves básicas nuestras
diferencias individuales. Podemos entender que se deben
al nivel de maduración y desarrollo que hayamos alcanzado
hasta este momento, a las líneas de desarrollo en las que
nos hemos fortalecido y en las que no lo hemos hecho y a
los contextos sociales y culturales en los que nos realizamos.
Todo ello hará que ante lo interno y lo externo accedamos
a experiencias y modalidades de experiencia determinadas y
que las traduzcamos e integremos de una forma peculiar.
Por tanto podemos mirarnos y mirar de otra manera
comenzando por entendernos como seres en evolución,
interacción e interdependencia. Podemos comprender que el

97
otro y los otros con sus experiencias y formas de comunicación
y expresión, con sus vidas, nos están mostrando otras visiones,
otras posibilidades en las que poder encontrar contraste o
complementariedad. A lo largo de nuestra vida podemos
desarrollar nuestra conciencia de modo más profundo,
elevado y abarcador.

La espiritualidad y la mística

La espiritualidad y la mística, como una etapa posible


en su desarrollo, son fenómenos complejos de los que se
han ocupado muchas disciplinas de conocimiento entre
otras: la teología, la filosofía, la psicología, la sociología, la
antropología y más recientemente la neurociencia.
Axier Ariznabarreta Martínez

Tras revisar someramente la idea de los estadios de la


conciencia y sus implicaciones entenderemos que el conflicto
está servido especialmente por la asimilación de ambos al
marco de las doctrinas religiosas y las posturas de defensa y
rechazo que en torno a ellas se produce en nuestras sociedades.
La espiritualidad como el ámbito de fenómenos y
realidades posibles que va más allá de los sentidos, de los
pensamientos, de las relaciones, de lo personal es un ámbito
que ha acompañado siempre a la conciencia humana. En
el abordaje que hemos hecho de los estados de conciencia
fundamentalmente nos hemos centrado en una línea sobre
la maduración, una línea de desarrollo vertical. La forma de
vivir, conceptualizar e integrar el ámbito espiritual estaría
determinada en cada momento por el estadio de desarrollo
en el que nos encontremos individualmente e influida por
el contexto colectivo en el que nos desarrollamos. Cuanto
menos profunda sea la posibilidad interpretativa o menos
complejo el marco que permite el estadio de desarrollo más
nos perderemos de la experiencia.
Ahora bien, independientemente del estadio en el que
nos encontremos tenemos otra vía de desarrollo en este
caso horizontal, el camino del despertar. En él podemos ir
despertando a realidades de cada vez más sutiles, refinando

98
nuestra percepción y sensibilidad a realidades que van desde
las más obvias y densas, a las menos obvias y más sutiles, desde
los sentimientos intensos hasta las experiencias cumbre, las
visiones y comprensiones con una cualidad diferente a la del
pensamiento reflexivo, las experiencias de unidad y de vacío.
Recorrer este sendero pasa inevitablemente por desarrollar
una práctica contemplativa que puede o no estar enmarcada
en un ámbito religioso.
La descripción de este sendero fundamentalmente
descrito en las tradiciones espirituales encuentra hoy en día
además una constatación de que están relacionadas con la
activación de áreas del cerebro corticales, en particular del
área de la corteza temporal, y también de áreas que tienen

La conciencia entre luces y sombras


que ver con el circuito de recompensa y placer. Desde este
punto de vista las experiencias espirituales son un potencial
innato de nuestro cerebro y lo absoluto o lo divino como
creador y director de las mismas correspondería simplemente
una creación subjetiva.
Colocar en ese sendero espiritual una guía sobrenatural
específica o descartarla y simplemente entenderlo como una
posibilidad de desarrollo de la conciencia, entre otras posibles
interpretaciones queda relegado al estadio de conciencia de
cada cual.
Es necesario destacar que estos fenómenos espirituales
o transpersonales son accesibles a todos los humanos en
cualquier momento y que pueden emerger sin intención o
con ella. Quien opte por realizar una práctica contemplativa
optará a ellos de una forma más intencional y en el mejor de
los casos segura.
El hecho más importante es que la integración de estas
experiencias permitan el mantenimiento del equilibrio y la
funcionalidad. En ocasiones la línea de diferenciación entre
mística y psicopatología, en tanto en cuanto miramos a la
experiencia, es muy fina. No lo es tanto cuando lo que miramos
es la vivencia, la intención y la conciencia de orientación en el
proceso de la persona que vive este tipo de experiencias.

99
Alejandro Mañas. Fragmento de la obra Mi historia I, 2020

100
La experiencia mística integrada no extrae al ser humano
de la sociedad, no elimina su conciencia de impermanencia,
de temporalidad, ni su limitación o su constreñimiento en la
individualidad sino que reconoce su limitación, temporalidad,
impermanencia y al mismo tiempo su naturaleza que
pertenece a algo que le trasciende y de lo que forma parte.
Las experiencias que en ocasiones son luminosas, liberadoras
y etéreas pero también en muchos casos densas y dolorosas
tienen un sentido. Nuestros místicos más cercanos en la
tradición religiosa cristiana como el fraile Juan de la Cruz y la
monja Teresa de Jesús fueron personas que al mismo tiempo
que transitaban el sendero místico convivían y compartían
armónicamente en el mundo ordinario.

La conciencia entre luces y sombras


Desde el ámbito espiritual hay experiencias, vivencias
y respuestas que no lograremos satisfacer desde el mundo
ordinario y que en un sentido u otro forman parte de nuestra
realidad humana y nos enriquecen.

El viaje

El desarrollo de la conciencia, el sendero espiritual, la


propia vida pueden ser vistas como un viaje, un camino lleno
de avatares, de potencialidades y dificultades, con etapas
gozosas, luminosas y plenas de comprensión y etapas llenas
de sufrimiento, oscuridad, dificultad e incomprensión.
Esta metáfora del viaje es común en los relatos antiguos y
modernos. Si por algo se caracteriza un viaje es por aventurarse
desde lo conocido y lo habitual hacia lo desconocido. La vida
es así y cada experiencia, cada jornada es así.
Cuando la obra de Alejandro nos pone ante las grandes
preguntas, ante lo misterioso, ante lo oscuro nos plantea un
reto ante el que podemos responder con temor o fascinación,
sentir el rechazo o la atracción.
Ante lo misterioso, lo enorme, lo absoluto podemos
experimentar nuestra dimensión diminuta, impotente,
limitada y eso es posible que produzca temor. El miedo a no
saber, a no controlar nos surge. También podemos afrontarlo

101
desde la sensación de formar parte, de entender que estamos
en un momento concreto con un nivel de conciencia concreto
pero que puede evolucionar y que la realidad de que somos
parte tiene aún sentidos que descubrir.
Todo esto que puede parecer extraordinario forma parte
de nuestra vida cotidiana, de las luces y las sombras en la
relación con nosotros mismos, en las relaciones sociales y con
el entorno.
La capacidad de hacernos preguntas, de indagar en
nuestro interior, de reconciliarnos con nuestras sombras, de
aceptar nuestras limitaciones, de encontrar el sentido y de
compartir todo ello es lo que nos hace humanos. Humanos
conscientes capaces de cultivar el bienestar y de evolucionar
como individuos y como colectivos.
Axier Ariznabarreta Martínez

Axier Ariznabarreta Martínez


Psicólogo

102
Referencias

Chabreuil, F., La Dinamica Espiral: comprender como se organizan y por qué


cambian los seres humanos. Vesica, Madrid 2010.

Eliade, M., Lo Sagrado y los Profano. Paidos ibérica, Madrid 2014.

Martín Velasco, J., El fenómeno místico. Estudio comparado. Trotta, Madrid


2009.

Rubia, F.J., El cerebro nos engaña. Temas de hoy, Barcelona 2007.

Rubia, F., La conexión divina. La experiencia mística y la neurobiología.


Drakontos-Crítica, Madrid 2005.

La conciencia entre luces y sombras


Wilber, K., La Visión Integral: introducción al revolucionario enfoque sobre la
vida, dios y el universo. Kairos, Barcelona 2008.

103
104
Alejandro Mañas. Instalación realizada en la galería, 2020

105
106
Exposición Materia Negra

107
El presente libro nos abre nuevas miradas
y visiones entorno a la última obra (2019-
2020) de Alejandro Mañas presentada
en la Galería Espai Nivi Collblanc. Obras
conceptuales que quieren desvelar todo
aquello oculto e invisible del cosmos, que
cotidianamente forman parte de nuestra
vida.

El arte en este sentido nos ayuda a


concienciarnos de todo aquello de lo
que hacemos partícipe. El conjunto de
escritos de diferentes investigadores que
se recogen en este libro, es el recorrido
de la conjunción de como el arte y la
ciencia siempre van unidas de la mano.
El artista al igual que un científico, a
través de sus nuevas creaciones, está
creando nuevos fenómenos, nuevos tipos
de conocimiento. En ellos hace visible
aquello no visible, nuestro interior y su
conexión con el mundo. ¿Pero qué hay
detrás? ¿El fin o el principio?

Nº. 1
COLECCIÓN ARTIS
CREATURA

Editoral Espai Nivi Collblanc


Arte contemporáneo

ISBN: 978-84-09-23050-1
DL: CS-560-2020

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