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La Convivencia Escolar

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UNIVERSIDAD SAN LORENZO

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD Y EL DEPORTE

Alumno/a: Gloria Elizabeth Quintana Arias

Curso: 1°

Prof: Lic. Alicia Vadora Ojeda

Asignatura: ESTRATEGIA DE MEDIACIÓN

GUÌA DE TRABAJO

 Elabora un breve ensayo sobre el tema:


o “La convivencia escolar. El conflicto y su presencia en la
comunidad escolar”

GUÌA DE TRABAJO

 La escritura se hará en modo justificado e interlineado 1,5


líneas
 La tipografía que se utilizará será la Arial, tamaño 12 – Títulos
tamaño 14
 Entrega en tiempo y forma
La convivencia escolar. El conflicto y su presencia en la
comunidad escolar

Para comenzar debemos entender que la convivencia escolar es el conjunto de


las relaciones interpersonales que se producen en el contexto educativo, bajo
una serie de principios y normas que son aceptadas implícitamente por todos
los miembros de la comunidad educativa. Para lograr una convivencia escolar
exitosa y un adecuado clima de trabajo es fundamental atenerse a las normas
de convivencia. Las normas de convivencia de los centros estarán basadas en
el respeto entre las personas y la conciencia de la dignidad propia y la del otro.
Se concretan en el ejercicio y respeto de los derechos y en el cumplimiento de
las obligaciones de todos los componentes de la comunidad educativa. Las
normas de convivencia, además de regular la convivencia escolar, prevenir los
conflictos y concretar medidas correctoras para su resolución, aportan
autonomía a los centros educativos.

Y, por su parte, la escuela por ser una institución al servicio de la comunidad


está permeada por los efectos producidos en las situaciones sociales propias
de cada contexto. De allí que estas condiciones particulares influyan tanto en la
singularidad de cada uno de los actores como también en el colectivo
institucional que conforman, y se pone de manifiesto en hechos concretos y
observables. Se debe tener en cuenta que la convivencia consiste en habitar
un espacio o época con otros. Enmarcando el concepto en el ámbito escolar,
este hace referencia al conjunto de relaciones interpersonales en el centro
entre todos los miembros de la comunidad educativa. Es decir, las
interrelaciones entre los diferentes integrantes que forman la comunidad
escolar y que influyen significativamente en el desarrollo ético, socioafectivo e
intelectual de los estudiantes. Por otra parte, el conflicto escolar posee varios
matices y todos relacionados con violencia. Entendida como el daño real, la
intención o amenaza de llevar a cabo daño o perjuicio a una o más personas».
Del mismo modo, esta se relaciona con el comportamiento que puede causar
daño o miedo a otra persona tales como el acoso o la persecución.
Es importante comprender que: «el daño resultante infligido a la víctima no es
definitorio en sí mismo del acto violento. Al contrario, el acto es violento en sí
mismo” la violencia escolar se genera en el contexto de las relaciones propias
de la comunidad educativa y en el ejercicio de los roles de quienes la
conforman: padres, alumnos, docentes, directivos. Este tipo de violencia es el
producto de mecanismos institucionales que constituyen prácticas violentas y/o
acentúan situaciones de violencia social. Esta se manifiesta por medio de
acoso, hostigamiento, maltrato, las agresiones físicas o amenazas de agresión,
los hechos de discriminación, los robos y hurtos en el escenario escolar. Así
mismo, el vandalismo, la portación, exhibición o uso de armas blancas o de
fuego en escenarios escolares y el acceso, distribución o consumo de drogas
(en particular de drogas ilegales) son tipificados como expresiones del conflicto
escolar.

En las instituciones educativas existen una serie de factores relacionados con


el conflicto escolar. Estos comportamientos, situaciones o actitudes hacen que
se generen o pululen estas manifestaciones negativas que influyen en el
deterioro de la sana convivencia. Entre ellos están: La inconsistencia por parte
de los docentes o directivos, la falta de claridad o arbitrariedad en las reglas o
en su aplicación, las operaciones ambiguas o indirectas ante la inconducta (Por
ejemplo: utilizar las calificaciones como sanción ante la inconducta), el
desacuerdo entre los agentes del sistema escolar en cuanto a la existencia, el
contenido o la aplicación de las normas, la falta de respuestas a la inconducta
persistente, la irrelevancia de las normas desde el punto de vista de los
alumnos, la existencia de relaciones conflictivas entre docentes y directivos,
una dirección inactiva o ausente, bajos recursos y tamaño (expresado en la
relación número de estudiantes por docente). El conflicto escolar es cuando la
violencia se da entre pares de escolares (estudiantes) donde existen
condiciones de desequilibrio.

Este hecho recibe el nombre de bullying, términos relacionados con: el acosar,


el agredir, el intimidar o el victimizar. Para ampliar el concepto, el bullying
designa la situación en la que un estudiante es acosado o victimizado de
manera repetitiva con acciones negativas por uno o más compañeros. Este
fenómeno se caracteriza por: «una relación de poder asimétrica, un
desequilibrio de fuerzas; donde el estudiante expuesto a las acciones negativas
tiene dificultad para defenderse, y en cierta medida se siente inerme ante el
alumno o los alumnos que lo acosan de manera sistemática durante un periodo
de tiempo»

El ‘bullying’ se constituye en una forma negativa de socialización en la que se


entabla una relación de víctima – agresor. Esta relación genera
comportamientos específicos en los involucrados. De allí que el agredido
presente dificultad para reaccionar y refleje algún rasgo en su temperamento o
carácter que sea interpretado como señal de vulnerabilidad. La ansiedad, la
inseguridad o la tristeza hacen que el victimario perciba a la víctima como un
ser incapaz de defenderse. Por otro lado, el victimario expresa el deseo de
dominar para satisfacer una necesidad de control que, a su vez, lo cual es una
manifestación de situaciones más complejas como problemas familiares o
frustraciones. Él ha construido un modelo de agresividad que no le permite
resolver asertivamente los conflictos que se le presentan ya que no es
consciente del daño generado debido a su incapacidad de colocarse en los
pies del otro, carece del principio de alteridad. Frecuentemente, el agresor es
apoyado por un grupo y es producto de ambientes muy rígidos o permisivos.

En conclusión, podemos decir que, si se afrontan este tipo de situaciones de la


manera adecuada, sin violencia y a través del diálogo y el respeto mutuo, se
pueden alcanzar resultados positivos. Las diferencias de intereses u opiniones
son necesarias para provocar ciertos cambios y permiten mejorar las bases de
la convivencia, en este caso dentro de la escuela.

También podemos señalar que los conflictos, en cualquier ámbito, son


procesos naturales que forman parte de la vida cotidiana y no representan un
mal en sí mismos; todo depende de la manera en que se aborden.

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