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Filosofi Del Derecho - Resumen

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FILOSOFÍA

Generalidades

Desde un punto de vista contemporáneo, la Filosofía es una especie de ciencia madre, y a la vez
complementaria de casi todas las disciplinas especializadas que hoy en día se conocen. La filosofía
puede considerarse como el área del saber más rigurosa en tanto abarca todas las expresiones de lo
existente, las abstrae y explica su interrelación de una forma estructural y coherente. Todas las áreas del
saber, las ciencias y las disciplinas que conocemos hoy en día han surgido como especialización de
preguntas que fueron planteadas por la filosofía.

La filosofía es la disciplina racional más antigua de Occidente que, tras una separación con el
misticismo, intentó encontrar una explicación racional y lógica a todo lo existente. La filosofía se
encarga de abstraer y encontrar la esencia y el sentido de todo lo que existe en el orden de la materia (el
universo, la vida, etc.), en el orden del pensamiento (epistemología) y en el orden de la acción humana,
ya sea esta ética, estética o política. Está centrada y dirigida hacia la reflexión sobre temas de: moral,
belleza, la experiencia, el lenguaje y la existencia misma. Es el conjunto de saberes que busca
establecer, de manera racional, los principios más generales es que organizan y orientan el
conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano.

Concepto de Filosofía

La filosofía es permanente y persistente pregunta. La filosofía se ha preguntado por el ser, por el


conocimiento, por la historia, por el hombre, por la verdad, por la justicia, por una sociedad justa, hasta
por la existencia de Dios.

Así como la filosofía es pregunta, también ha sido permanente respuesta, en más de dos mil quinientos
años de filosofía, las respuestas han variado mucho. El campo que abarcan éstas es amplio y aún
permanece indeterminado. También por eso el concepto de filosofía es indeterminado. No hay único
concepto de filosofía, como también existe muchos filósofos.

a) Sócrates. Considerado maestro de la filosofía. Hizo del hombre como ser moral en centro de la
filosofía, como la máxima sabiduría que consistía en conocerse consigo mismo. b) Platón. Filosofía es
una actividad en el cual vamos a poder alcanzar el conocimiento real del mundo, sólo a través de la
filosofía se llega a conocer la verdad. c) Aristóteles. Es la ciencia teórica de los primeros principios y
de las primeras causas de lo que es. Para Aristóteles, principio es lo que es primero en el ser y primero
en el conocer. Es este sentido la filosofía es estudio de fundamentos. d) Hegel. La filosofía es el saber
efectivo de lo que es (lo que es, es todo cuanto existe todo cuanto hay). Para Hegel, la filosofía no debe
ser amor, entusiasmo, sino debe ser el saber mismo, el saber efectivo de la realidad. e) Wittgenstein. La
filosofía es una actividad para disolver falsos problemas que se esconden en el lenguaje. (analítica) f)
Marx. Es una actividad (praxis) para la transformación del mundo, para hacer la revolución. g)
Heidegger. Filosofar es el extraordinario preguntar por lo extraordinario. h) Husserl. La filosofía es por
esencia la ciencia de los verdaderos principios, de los orígenes, de las raíces de todas las cosas.
(fenomenología) i) Descartes. Es el saber que averigua los principios de todas las ciencias y en cuanto a
la filosofía primera y la metafísica se ocupa de las verdades últimas.

FILOSOFÍA DEL DERECHO


Etimología

Según las referencias de Platón y Aristóteles, el primer hombre que se autodenominó filósofo fue
Pitágoras de Samos en el siglo Vl a. C. Cuando le preguntaron si se consideraba un sabio, dijo que no,
pues en realidad era un amante de la sabiduría. Filosofía viene de la palabra griega φιλοσοφία y del
latín philosophia. Sobre la deconstrucción original se plantean los componentes philo- que señala la
capacidad de amar (amor), y el vocablo sophia- que refiere al saber adquirido (sabiduría). Aunque
“amor a la sabiduría” parece ser una definición poco específica y romántica del quehacer filosófico, es
lo suficientemente claro para mostrar el afán e interés constante de la filosofía por comprender lo
existente; de eso trata la sabiduría. Con este término también se nombran las teorías y sistemas de
pensamiento desarrollados por uno o varios autores dentro de este campo.

Origen de la Filosofía

El origen de la filosofía ha sido una cuestión controvertida a lo largo de la historia del pensamiento,
cuenta con un amplio espectro de autores y de propuestas. Por lo general los filósofos griegos han
considerado que la filosofía nace con Tales de Mileto allá por el siglo VII a. c., pero no se consideraba
necesario explicar cómo se había producido ese surgimiento de una nueva forma de pensamiento. Es a
partir de la polémica que suscitan los filósofos alejandrinos, durante el período helenístico, cuando el
origen de la filosofía comienza a convertirse en un problema. Para nuestro objetivo nos bastará
considerar las dos hipótesis más difundidas acerca del origen de la filosofía: aquella que sostiene el
origen a partir de la filosofía oriental, y aquella que hace de la filosofía una creación original de los
griegos, y que estudiaremos a continuación.

a. La hipótesis del origen oriental.

Los defensores de esta hipótesis mantienen que los griegos habrían copiado la filosofía oriental, por lo
que la filosofía no podría considerarse una creación original del pueblo griego. Esta hipótesis la
mantuvieron los filósofos alejandrinos y los padres apologistas cristianos. Los primeros filósofos,
sostiene esta hipótesis, habrían viajado a Egipto y Babilonia en donde habrían adquirido sus
conocimientos matemáticos y astronómicos; lejos de ser los creadores de la filosofía habría sido unos
meros transmisores del saber oriental que, en contacto con la civilización griega habría alcanzado un
desarrollo superior al logrado en sus lugares de origen.

b. La hipótesis del origen griego.

Según esta hipótesis la filosofía sería una creación original del pueblo griego. Nos vamos a centrar en
las explicaciones de historiadores del siglo XX, de las que destacamos:

➢ J. Burnet. Es la llamada tesis del “milagro griego”. Según esta hipótesis la filosofía habría aparecido
en Grecia de una manera abrupta y radical como fruto de la genialidad del pueblo griego. Esta hipótesis
prescinde de los elementos históricos, socioculturales y políticos, por lo que termina por no explicar
nada, cayendo en un círculo vicioso: Los griegos crean la filosofía porque son geniales, y son geniales
porque crean la filosofía. La mantiene en su obra “La Aurora de la filosofía griega”, (1915).

➢ F. M. Cornford. Defiende la tesis del desarrollo del pensamiento filosófico a partir del pensamiento
mítico y religioso. Según esta hipótesis la filosofía sería el resultado de la evolución de las formas
primitivas del pensamiento mítico de la Grecia del siglo VII antes de Cristo. En su obra "De la religión
a la filosofía", (1912), Cornford explica cómo la estructura de los mitos de Hesíodo en la "Teogonía" se
mantiene en las teorías de los primeros filósofos, rechazando éstos solamente el recurso a lo
sobrenatural y la aceptación de la contradicción. Destaca la influencia educativa de Homero y Hesíodo
en la constitución y posterior desarrollo de la civilización griega, y analiza también cómo algunos de
los conceptos que serán fundamentales posteriormente en la filosofía proceden directamente del
pensamiento mítico-religioso griego.

Importancia de la Filosofía

Tendemos a pensar que la filosofía es un asunto del pasado, semejante a la historia, o que fue
desplazada por completo por la ciencia y ya carece de valor. Esto se debe en parte al triunfo de un
modelo pragmático y utilitario de pensamiento en el mundo, que valora las cosas según su aplicación
práctica e inmediata. A pesar de que en la actualidad la valoramos muy poco, o casi nada, esta ciencia
es la primera que ha fomentado el avance y los progresos del ser humano en casi todas las demás
disciplinas científicas, políticas y sociales a través de la pregunta, pero, sobre todo, mediante el
razonamiento intelectual. Podemos encontrar la importancia de la Filosofía en su propia existencia
como disciplina que ha servido como constituyente sobre el que se han construido el resto de Ciencias
de estudio. La filosofía ha creado la cultura, que son los ojos mediante los que la sociedad occidental
comprende el mundo que le rodea, y por eso no sólo es importante, sino que constituye la piedra
angular sobre la que se cierne la existencia de los valores actuales que manejamos a diario, sin que
seamos conscientes de ello.

En los momentos cumbre de la humanidad, cuando se imponen cambios o surge el caos, la opinión
pública acude a la voz de los filósofos, para que la ayude a pensar lo que ocurre: a determinar
justamente cuál es la forma más sabia de hacerlo, o cuáles son las dinámicas de pensamiento que más
convienen y que mejores resultados arrojarán a la larga.

Características de la filosofía

La filosofía se caracteriza por mantener un espíritu crítico e interrogador ante sus propias
construcciones racionales, ante los fundamentos teóricos de las ciencias naturales y sociales, ante la
religión, la política, la educación, las instituciones, la moral, los criterios de belleza y ante las
posibilidades del lenguaje. Por su parte, la actitud filosófica se caracteriza por la duda constante y hacer
entrar en crisis creencias y verdades que se concebían como infalibles; llega a dudar del sentido de la
vida, de la posibilidad de felicidad y de la existencia de la libertad. Este tipo de actitud suele evaluarse
como positiva, negativa o es indiferente, dependiendo de las actitudes de cada individuo y sociedad. La
filosofía es una pregunta constante. Kant, en cuatro interrogaciones famosas, resumía su preguntar:

✓ ¿Qué puedo saber?


✓ ¿Qué debo hacer?
✓ ¿Qué me cabe esperar?
✓ ¿Qué es el hombre?

La pregunta filosófica ha pretendido ser radical, racional y fundamentada. Es decir, una pregunta que
quiere llegar a la raíz, con el instrumento de la razón y rigurosamente demostrada. En filosofía nada es
sin fundamento; nada sin el poder analítico, crítico y demostrativo de la razón; nada sin llegar a los
primeros principios y a las primeras causas.
Ramas de la filosofía

Puesto que la filosofía es tan extensa, dentro ella se encuentras muchas disciplinas y estas vienen
aumentando de acuerdo al avance de las ciencias que se dan en nuestro tiempo. Desde la antigüedad se
fueron configurando varias ramas filosóficas:

• Lógica: comenzó como una rama de la filosofía que se encargaba de estudiar nociones como las
demostraciones, las paradojas o la inferencia inválida. Sin embargo, desde hace un siglo se considera
también una rama de las matemáticas.

• Retórica: es la disciplina de distintos campos de conocimiento (ciencia de la literatura, política,


publicidad, periodismo, de la educación, ciencias sociales, derecho, estudios bíblicos, artes, etc.), que
se ocupa de estudiar y de sistematizar procedimientos y técnicas de utilización del lenguaje, puestos al
servicio de una finalidad persuasiva o estética, añadida a su finalidad comunicativa.

• Ética: estudia acerca de las nociones de lo correcto e incorrecto en el comportamiento humano.

• Epistemología: se encarga de analizar los factores que llevan a la obtención de conocimiento. Para
algunos autores, la epistemología y la gnoseología con la misma rama filosófica.

• Metafísica: estudia las nociones con las cuales el ser humano comprende el mundo que lo rodea.

• Ontología: o metafísica general es la rama de la filosofía que estudia el ser en general y de sus
propiedades trascendentales.

• Estética: se ocupa de estudiar la percepción de la belleza.

• Antropología filosófica: el estudio filosófico del hombre, específicamente de su origen o naturaleza;


para así determinar la finalidad de su existencia, así como la relación con los demás seres.

• Gnoseología: estudia lo concerniente al conocimiento humano: de dónde surge, hasta dónde se puede
desarrollar, etc.

Actualmente existen otras ramas bien definidas del quehacer filosófico:

o Filosofía de la ciencia
o Filosofía del lenguaje
o Filosofía del arte (no confundir con estética)
o Filosofía política
o Filosofía de las ciencias sociales
o Filosofía de la educación
o Filosofía de la religión
Tema 1: El Derecho en su dimensión filosófica. Los antecedentes griegos y latinos del
iusnaturalismo.

FILOSOFÍA DEL DERECHO

Surgimiento de la Filosofía del Derecho La filosofía jurídica, como disciplina auxiliar de la ciencia del
derecho, contribuye de manera ineludible a sentar las bases epistemológicas, lógicas, éticas,
antropológicas y ontológicas para la cabal comprensión del derecho, en tanto norma jurídica, pero
también en tanto hecho social y, por supuesto, en tanto valor intrínseco. No obstante, quienquiera que
se aproxime al problema del status de la “Filosofía del Derecho” como disciplina filosófica ha de
encarar un conjunto de problemas sumamente intrincados. En primer lugar, el problema de explicar por
qué su institucionalización como tal disciplina es característicamente moderna: ¿es realmente una
nueva disciplina o sólo un nuevo nombre para una reflexión filosófica que ya era muy antigua y
tradicional? Este problema tiene que ver con la valoración filosófica del Derecho natural. Si lo
consideramos como un fenómeno jurídico, empieza precisamente donde nace el esclarecimiento de la
relación intersubjetiva, que se configura inicialmente a partir de una descripción orientada a la
genealogía (historia) del derecho.

El término de Filosofía del Derecho data de poco más de siglo y medio y aparece por primera vez en
1821 con Líneas fundamentales de Filosofía del Derecho o Derecho Natural, de Jorge Guillermo
Federico Hegel. Esto no quiere decir que este saber jurídico no existiese con anterioridad a dicha fecha;
pero sí que adoptaba una diferente denominación o nomenclatura.

El origen de la Filosofía del Derecho en cuanto reflexión que se ocupa de temas jurídicos podemos
situarlo en el siglo V a.C. en la Grecia antigua donde se inició el giro antropológico y, por consiguiente,
jurídico de la especulación filosófica; pero si hablamos en sentido estricto de una disciplina autónoma,
independiente con una temática y metodología propia, entonces es preciso esperar más de veinte siglos
para verla aparecer. La expresión Filosofía del Derecho es una expresión nueva para un objeto de
estudio muy antiguo que inserto en una concepción amplia y omniabarcante de filosofía política y
moral tal vez no había tenido oportunidad, antes del siglo XIX, de conquistar un espacio delimitado
propio más específico y concreto. Para Aristóteles la nomenclatura correcta para denominar este saber
específico y peculiar sería Filosofía política, la cual estaba incluida dentro de la Ética en su concepción
más amplia. En el mundo griego, la triada moral, política y derecho se encontraban indisolublemente
unidas, el sentimiento de pertenencia a la polis y el respeto absoluto a sus leyes marcaban la pauta a
seguir.

Esta integración absoluta entre filosofía, política y derecho se prolongó históricamente hasta que el
cristianismo irrumpió y se extendió por el Imperio romano a través de figuras intelectuales como
Agustín de Hipona, y muy posteriormente, en la Edad Media con Santo Tomás de Aquino. La reflexión
filosófica sobre el derecho ha sido, durante todos esos siglos, una especulación en torno al Derecho
natural, entendido este como un Derecho justo, de modo que, hasta comienzos del siglo XIX, la
filosofía jurídica o Teoría del Derecho sostuvo la concepción según la cual el derecho estaba
constituido por el derecho natural y derecho positivo. En aquella época, se entendía por derecho
natural, sobre todo, aquel derecho proporcionado por la razón filosófica triunfante en la Ilustración y,
por ello, fue llamado derecho racional. La construcción filosófica medieval del Derecho, aunque no se
la pueda considerar como Filosofía del derecho, tal como actualmente la conocemos, sí puede decirse
que es una verdadera Filosofía sobre el Derecho, que se apoya en la Teología cristiana. El
iusnaturalismo, por algunos no aceptado como Filosofía del Derecho, es todo un tratado de axiología
jurídica porque establece una legalidad superior que es modelo, fundamento y justificación del derecho
positivo humano.

¿Qué es la Filosofía del Derecho?

La filosofía del derecho parece permanentemente abocada a una crisis de identidad y a la perpetua
discusión sobre su razón de ser y sus fronteras. Entre las diferentes concepciones que podemos
considerar sobre qué es, decimos:

❖ Es una reflexión sobre cuestiones jurídicas con la intención de hallarles una explicación razonada y
razonable, porque de ella se posee un confuso conocimiento previo.

❖ Es una rama de la filosofía que tiene como objeto de estudio el ser del derecho con respecto al
espíritu del hombre en determinado tiempo y lugar.

❖ Es una rama de la filosofía y ética que estudia los fundamentos filosóficos que rigen la creación y
aplicación del Derecho. La filosofía del derecho abarca la visión total del fenómeno jurídico en
búsqueda de las condiciones morales, lógicas e históricas que hacen posible el Derecho. Objeto, sentido
y función de la Filosofía del Derecho En este sentido, la filosofía del derecho tiene como objeto de
reflexión una visión global del fenómeno jurídico, tomando en cuenta su dimensión humana, social,
moral e histórica y su relación con la ética y la filosofía moral. El conocimiento filosófico del Derecho
es un saber autónomo y pantónomo. Por ser autónomo busca el conocimiento de los primeros
principios y las razones últimas de lo jurídico, sin dar por firme ninguna verdad previa y sin
fundamentar la veracidad de sus conclusiones en ningún otro conocimiento jurídico anterior. Por ser
pantónomo, intenta proporcionar una compresión totalizadora de la realidad jurídica, enfrentándose a
ella con el designio de dar una explicación racional y motivada de lo jurídico en cuanto totalidad
unitaria, de modo que no quede fuera de su ámbito de eficiencia explicativa ninguno de los aspectos de
la realidad del Derecho o del conocimiento del mismo. Por lo cual podemos distinguir 2 objeto de
aplicación de la Filosofía del Derecho, siendo estos:

➢ Objeto material: Todo el derecho, lo mismo el derecho positivo que el natural, el estatal y el social.
La total realidad de lo jurídico constituye el objeto material de la filosofía del derecho.

➢ Objeto formal: El ángulo desde el cual contempla lo jurídico, es la investigación de las causas
últimas, de las razones más elevadas, de los primeros principios del derecho.

Por otra parte, la filosofía del derecho tiene 4 campos temáticos de aplicación: La problemática
iusfilosófica en sentido estricto, está dividida en cuatro partes: ontología jurídica, epistemología
jurídica, teoría general del derecho y filosofía socio-jurídica. En esta línea analizaremos ciertas líneas
de evolución de la filosofía del derecho hasta nuestros días. Cada una de estas cuatro partes temáticas
se definirá en relación a cuatro ejes o variables relativos al derecho: la materia o ser último en que la
juridicidad se cifre, los razonamientos y procedimientos para determinar veracidad, el sistema jurídico
en cuanto producto o material dado y estructurado, y el contexto en el que la vida del derecho
transcurre.
En este mismo sentido, se distinguen 2 funciones principales en la Filosofía del Derecho:

➢ Función crítica: centrándose en la especificidad de la normatividad jurídica, la herencia de la teoría:


las nociones de norma y ordenamiento jurídico, la relación entre el derecho y el lenguaje, la
diferenciación entre normas jurídicas, morales y sociales. En resumidas cuentas, se está hablando del
problema del concepto del Derecho.

➢ Función orientadora: con base en la reflexión filosófico-jurídica de la obediencia al derecho: la


conexión entre Derecho y moral. Estableciendo los parámetros de lo que debe y no debe ser y cómo se
debe y no se debe construir los saberes jurídicos.

CORRIENTES FILOSÓFICAS DEL DERECHO

Una de las cuestiones más discutidas por los teóricos del Derecho ha sido la de determinar el criterio -o
los criterios- para identificar qué fenómenos son jurídicos y cuáles son las implicaciones
(consecuencias) que de allí resultan. Bajo esa perspectiva, emergen tres grandes corrientes doctrinales
representativas del pensamiento contemporáneo sobre el concepto del derecho, a saber: el
iusnaturalismo, el positivismo jurídico y el realismo jurídico.

❖ Iusnaturalismo: En la historia del derecho, la corriente de la filosofía jurídica que apareció


inicialmente y que dominó el campo de las doctrinas del derecho fue el iusnaturalismo. Para éste, el
derecho deriva de la esencia del hombre. El derecho es la suma de potestades y prerrogativas inherentes
o consustanciales al ser humano. Por tanto, el derecho como objeto de estudio se reduce al derecho
natural o justo que fundamenta el contenido del derecho; es decir, al derecho intrínsecamente justo,
cuya validez es objetiva o material.

❖ Positivismo: El positivismo jurídico comparte la aversión contra las especulaciones teológicas y las
construcciones metafísicas, e insiste en la separación estricta del derecho de la ética, moral y religión;
así como, su independencia de toda consideración valorativa porque se debe limitar, como lo sostiene
Julius Stone, a un análisis de las interrelaciones lógicas de las normas jurídicas.

❖ Realismo jurídico: La ciencia del derecho se debe ocupar fundamentalmente del ser de la conducta
humana entendida como un conjunto de fenómenos o hechos eficaces o reales, y no de las normas
formales o vigentes ni de los valores justos o naturales. Por tanto, para el iusrealismo el derecho como
objeto de estudio no son las normas ni los valores sino los hechos.
CUESTIONES DE LA FILOSOFÍA DEL DERECHO

Reflexiones sobre lo que se debe hacer desde la Filosofía del Derecho. Al ser el Derecho, la realidad y
la experiencia jurídica, el objeto de estudio y reflexión del filósofo del Derecho, resulta inevitable que
los análisis que éste realiza y las respuestas que ofrezca afecten, en el plano teórico al menos, a algunos
de los ámbitos más sensibles de la sociedad, como son la moral, la política y el propio sistema jurídico.
Ámbitos desde los que se regula la sociedad y se pretende controlar y dirigir, de acuerdo a
determinados fines, el comportamiento de los individuos que la componen. Por eso,
independientemente de la trascendencia real que finalmente vaya a tener la actividad del filósofo del
Derecho en la sociedad en la que vive, aquél ha de tener una actitud de compromiso con dicha
sociedad.

De tal manera que, tanto a la hora de elegir las cuestiones sobre las que realizar su actividad reflexiva e
investigadora, cuanto, a la hora de afrontarlas desde su actitud racional y crítica, su labor siempre se ha
de realizar desde un compromiso profundo y sincero con las personas con las que convive en la misma
sociedad humana. Lo cual no implica que la actividad del filósofo del Derecho tenga que estar
determinada por las exigencias prácticas inmediatas y momentáneas de la sociedad. Precisamente la
labor del filósofo del Derecho permite, y en alguna medida exige, que se produzca un esfuerzo de
abstracción, un alejamiento de los problemas más inmediatos, para ocuparse de estudiar, reflexionar y
comprender principios generales o nociones o cuestiones trascendentes.

EL IUSNATURALISMO

En el latín y en el griego es donde se encuentra el origen etimológico del término


iusnaturalismo que ahora nos ocupa. En concreto, podemos exponer que se trata de
una palabra compuesta a partir de la unión de dos componentes léxicos de dichas
lenguas:

Doctrina filosófica

El iusnaturalismo es un término que se compone de diversas teorías jurídicas, y de los conceptos de


ética y moral que se relacionan con la noción de derecho natural y derecho universal. El iusnaturalismo
es una doctrina filosófica tan antigua como la disputa que tenían Sócrates y los sofistas por distinguir
aquello que estaba dictado por la naturaleza (physis) de lo que era establecido y convenido por los
hombres (thesis); pero a su vez es tan moderna como las teorías políticas de los siglos XVII y XVIII
que explican el origen y el fundamento del poder político con base en la existencia de derechos
naturales, anteriores a la conformación del Estado. Según la Enciclopedia Jurídica, se define al
iusnaturalismo como la doctrina de acuerdo con la cual existen leyes, que no hayan sido puestas por la
voluntad humana y como tales son anteriores a la formación de cualquier grupo social, reconocibles
mediante la búsqueda racional, de las que derivan, como de toda ley moral o jurídica, derechos y
deberes que son, por el hecho de derivar de una ley natural, derechos y deberes naturales.

Otra acepción explica que el iusnaturalismo es una corriente filosófica o de pensamiento desarrollada
en el ámbito del derecho como fundamento de los derechos humanos. Para el iusnaturalismo, el origen
de este tipo de derechos se halla en la propia naturaleza de las personas.

Teoría del Iusnaturalismo

Para el iusnaturalismo la naturaleza es algo que existe per se, independientemente de nuestra voluntad y
de nuestra fuerza. Por eso, este derecho natural, que se supone supremo y trascendente, no depende en
lo más mínimo de las consideraciones ni de las formulaciones humanas o estatales. Los derechos
naturales existen por sí mismos porque provienen de la propia naturaleza humana. Esta naturaleza
(divina o racional) es lo que determina la existencia y el contenido de esos derechos, los cuales,
independientemente del reconocimiento que tengan en el derecho positivo (estatal), existen y resultan
universalmente válidos y necesarios.

El iusnaturalismo sostiene que el derecho vale y, por ende, obliga, no porque lo haya creado un
legislador soberano o porque tenga su origen en cualquiera de las fuentes formales, sino "por la bondad
o justicia intrínsecas de su contenido". Su validez universal deriva del supuesto de que cualquiera que
hiciera uso de su propia razón podría distinguir lo bueno de lo malo, y lo justo de lo injusto, conforme a
un hipotético orden justo, racional, universal y necesario (que en ocasiones también es denominado
orden divino). Dicho en otras palabras, los seres racionales pueden y deben conocer ciertos principios
normativos de la conducta humana que, dado que están en su propia naturaleza, deben constituir el
fundamento de sus acciones.

Esta doctrina apoya la idea de que existe una serie de derechos que son propios del ser humano, sin
distinción alguna, y que son anteriores a los derechos humanos y los derechos naturales establecidos
como parte de un orden social. Estos derechos se relacionan con la ética y la moral, entendidas como
aquellas normas de buenas costumbres que todos conocemos y debemos cumplir. Asimismo, el
iusnaturalismo afirma que las leyes positivas, aquellas que rigen las normas de un Estado, también
están relacionadas con el derecho natural que, de una u otra manera, busca imponer el orden de la
existencia humana y la justicia de manera coherente.

Es decir, el iusnaturalismo se rige por los principios que parten del carácter universal que tienen los
derechos universales, es racional y busca el bienestar general de la sociedad. Contradecir estos
derechos sería ilegal y una injusticia. En resumen, el iusnaturalismo supone la existencia de un derecho
trascendente y anterior al derecho positivo. Derecho que, bajo la sombra de la razón, de la naturaleza, o
de Dios, es asumido como el único orden regulador de validez universal, al que los hombres, guiados
por la "recta razón", pueden aspirar. Independientemente de las diferencias que plantean los distintos
representantes del iusnaturalismo en torno a la fuente de la legitimidad o al contenido concreto del
derecho natural al que apelan, todos ellos coinciden en que el derecho natural es la única manifestación
universalmente válida y necesaria de lo que debe ser un orden justo y racional; por ende, el derecho
positivo no debe hacer otra cosa más que guardar celosamente el cumplimiento y el respeto de este
derecho natural. El derecho positivo nunca debe contradecir al derecho natural y, llegado el caso,
siempre debe prevalecer el derecho natural sobre el positivo pues, se debe suponer que pueden
equivocarse los hombres, pero no la naturaleza en que se funda el derecho natural.
Crítica al Iusnaturalismo

Sin embargo, el problema del iusnaturalismo, como lo señalan Kelsen (1993a: 69) y otros juristas
contemporáneos, es que se basa en la falacia lógica que consiste en inferir el "deber ser" (lo axiológico)
del "ser" (lo ontológico). Apelan a un orden trascendente pero nunca señalan quién establece y
determina los contenidos de esos supuestos dictados de la naturaleza o de la razón. Por eso la
pretensión de deducir el derecho natural (y, más aún, el derecho positivo) a partir de un supuesto orden
justo y bueno, universal y trascendente, conlleva el riesgo de justificar, en nombre de ese mismo orden,
leyes que a todas luces podrían resultar más peligrosas para la sociedad que las que dicta un Estado
legal y legítimamente constituido. Y aunque algunas vertientes del iusnaturalismo en ocasiones han
estimulado o acelerado la consecución de los ideales humanistas de autonomía, libertad o igualdad,
otras veces han ayudado a mantener las injusticias del presente histórico convirtiendo 'lo natural' en
cómplice de los intereses de los poderosos.

Aparentemente el iusnaturalismo puede servir de base a un discurso crítico del statu quo pues apela a
un orden trascendente, distinto del presente, que permite pensar en la posibilidad de cambiar a este
último. Sin embargo, el problema una vez más es: quién determina qué es lo justo y lo injusto cuando
seres racionales contraponen conceptos excluyentes de justicia. En nombre de la razón, de Dios y de los
derechos naturales muchos han cometido las peores atrocidades vistas en la historia.

FUNDAMENTACIÓN IUSNATURALISTA DEL DERECHO

EN LA ANTIGÜEDAD CLÁSICA

Una de las reflexiones más antiguas en la antigüedad clásica, es en relación con la justicia, y la
encontramos en los sofistas. Las inquietudes que plantearon los sofistas sobre asuntos políticos en torno
a la justicia, tuvieron unos alcances fuera de toda sospecha: cuestionaron por ejemplo si la justicia tiene
un fundamento natural, de si aquello que es justo por ley, o como diríamos nosotros “derecho positivo”,
es también justo por naturaleza. Posteriormente, estas consideraciones fueron objeto de estudio en
pensadores como Platón y Aristóteles, desarrolladas en la edad media y la modernidad. El concepto de
justicia en Platón La idea de justicia es una necesidad, pero a la vez es un problema (Libro I de La
República). En el primer caso se nos presenta la idea de justicia en relación con la ley; en el segundo, la
idea de virtud, junto a la idea de belleza y bien, como la máxima bajo la cual debe derivarse un
proyecto ético articulado al todo social. Este rigorismo moral va a ser expuesto por Sócrates, en
algunos de los diálogos expuestos por su discípulo Platón, en donde se retoma además la idea de si
“¿padecer un daño es mejor que producirlo?”. Para este autor, el Estado es un organismo que encarna
en sí mismo la perfecta unidad.

Es un todo formado por individuos e integrado por varios órganos que en conjunto hacen posible la
vida en comunidad, en donde el concepto de justicia es la expresión más elevada del Estado. La justicia
es la virtud por excelencia, en cuanto consiste en una relación armónica entre varias partes. La justicia
exige que cada cual haga parte de aquello que le corresponde y por lo tanto no es algo aislado de la ley.
En el pensamiento clásico, la idea de ley y vida social son indisociables, es decir, no se puede concebir
la vida política sin una referencia a la ley. La política es la diferencia pensada en términos de proyectos
comunes. Una de las aporías presentadas consiste en conciliar la pluralidad y la diferencia bajo el bien
común. Toda forma de vida tiene como presupuesto la ley, siendo esto básicamente lo que nos
diferencia de los animales, es decir que la vida de las personas siempre está regida por normas. En el
diálogo Critón o del deber, puede verse cómo este discípulo preocupado por el juicio que se le sigue a
su maestro (Sócrates), coordina con sus amigos la idea de liberarlo, para de esta manera impedir que se
haga efectiva su muerte.

El maestro rehúsa ser liberado, pues considera que debe acatar las leyes de Atenas que lo juzgan, así
sean estas injustas. Sócrates cuestiona la opinión de sus discípulos que en ese momento es mayoritaria,
de ahí que haga una fuerte crítica a la idea que puedan representar éstas. Además, considera que no
bastan los buenos sentimientos si no están acompañados de buenas razones, así como las mejores
opiniones no son las que expresan las mayorías, sino las mejor argumentadas. En otras palabras, la
exigencia de racionalidad implica también las razones de un buen argumento. La obediencia ante todo
es el presupuesto de toda ley. La ley no es otra cosa que la noción abstracta de la totalidad de lo
existente que se expresa en la armonía de la polis como una unidad, representada a su vez en una
multiplicidad de voces. La ciudad, más que una forma de vida, es la manera como se vive la polis.

El sentido de justicia, según los propósitos expuestos, lo podemos rastrear en el diálogo Protágoras, dos
visiones distintas: de un lado, Hipias, quien defiende la idea de una igualdad en la naturaleza humana,
de donde puede derivarse un sentido de justicia democrático, si se quiere, para colocarlo en términos
contemporáneos. Por otra parte, encontramos una postura radical defendida por Calicles, quien afirma,
de manera contraria a Hipias, que la naturaleza no nos hizo iguales, por lo tanto, los más aventajados,
deben estar en mejores condiciones que los débiles para gobernar, de donde puede derivarse una
desigualdad social basada en la idea del más fuerte. Es esta otra concepción de justicia.

La respuesta a la pregunta ¿qué es la política?, va necesariamente ligada a la pregunta ¿qué es la


justicia? Como se había expresado antes, la vida del hombre está demarcada por normas. Para hacer
comprensible la idea de justicia, es necesario remitirnos a la idea de ley expresada en el espacio vital
del hombre que no es otro que la polis, pues si bien ésta, alberga la idea de multiplicidad, se le reconoce
como unidad; la polis tiene una exigencia, y esta es la igualdad. En sentido general, la idea de politeia
es impensable sin referencia alguna a la ley, en tanto que la política suele ser entendida como la reunión
de la diferencia pensada en términos de proyectos comunes. Ahora bien, ¿cómo conciliar la pluralidad
y la diferencia, bajo la idea del bien común? El sentido mismo de la ley como idea reguladora, va a
establecer el equilibrio. Básicamente la idea de que los hombres se rigen por normas, es una de las
distinciones más notorias frente a los animales. Ahora bien, la idea de responder a ¿qué es lo justo o
injusto?, está relacionado con la existencia de una ley, interpretada como una noción abstracta que
reúne la totalidad de lo existente; bajo estos argumentos se deriva la idea de que allí donde se genera la
desobediencia, se destruye o invalida la ley. Siendo consecuentes con esta lógica, si se resquebraja el
sentido de la ley, puede ponerse en alto riesgo la existencia de la polis, y con ello el sentido de
comunidad.

El concepto de justicia en Aristóteles El enfoque clásico de la política en la versión de aristotélica, hace


referencia a la justicia, articulada al sentido mismo de la polis. La respuesta a la pregunta ¿qué es la
política?, está necesariamente ligada con la pregunta ¿qué es la justicia? Como se argumentó
anteriormente, la vida del hombre está surcada por normas. Para hacer comprensible la idea de justicia,
es necesario remitirnos a la idea de ley expresada en el espacio vital del hombre que no es otro que la
polis, pues si bien ésta, alberga la idea de multiplicidad, se le reconoce como unidad; la polis tiene una
exigencia, y esta es la igualdad. En la sociedad griega donde coexisten instituciones como la esclavitud,
la reflexión inicial de la política, consiste en dilucidar si éstas surgen por mandato divino, o por
necesidad natural. Una de las respuestas –controvertida ciertamente– acerca de lo que es política, es la
que nos indica Trasímaco, en donde la equipara con la obediencia a la ley, no importa el régimen en
que se viva.
La obediencia a la ley se relaciona con la idea de fuerza. Ahora bien, como la idea de justicia supone
reciprocidad, ¿se deben cumplir leyes injustas? La respuesta a todas luces es negativa, si reconocemos
que en el ordenamiento social está implícita la idea de un pacto o consenso. Hacer que los hombres se
identifiquen con la idea del bien, y más que esto, alcancen este ideal, es una preocupación de la que
todos participan; la idea de bien en los asuntos políticos, es que no se gobierna a la manera como se
gobierna una casa; de ahí que la noción de familia no puede ser pensada en términos de comunidad
política, sino que debe hacerse extensiva a la idea de polis. La política no es un hecho accidental, es la
vida de las personas. Los seres humanos no son pensados en tanto que se deben a la polis, sino en
cuanto que son seres sociales, y es bajo la presencia del Estado donde los miembros desarrollan sus
planes de vida, entendida ésta en el sentido de vivir bien conforme a sus necesidades, es decir, debe la
polis garantizar las exigencias que implica llevar una vida buena y procurar los medios para vivir
moralmente bien y vivir bien, en correspondencia con un proyecto de orden teleológico.

En sentidoestricto, es esta una de las características que lo definen. Aristóteles representa la forma más
elevada de las concepciones políticas en la antigüedad clásica, en donde la polis –al igual que su
antecesor Platón– personifica la expresión más elaborada políticamente, que tiene dentro de sus
propósitos, asegurar la felicidad entre los miembros. La virtud es la norma moral y estética a la que
todos deben aspirar, no como finalidad en sí misma, sino medio para lograr otros propósitos. La
expresión política más elaborada de sociedad la constituye la polis, conformada por hombres, en
sentido antropológico, es decir, concebido “por naturaleza y no por azar un animal social”, pues el
insocial por naturaleza y no por azar es un ser inferior o ser superior al hombre. Como aquel que
Homero vitupera: “sin tribu, sin ley, sin hogar”

En Aristóteles, al igual que en Platón, los sabios son los llamados a gobernar, según los tipos de
gobierno que sean más convenientes (tiranía, aristocracia, democracia). El ejercicio del poder se
encuentra ligado al hecho mismo de aplicar justicia, por lo que Aristóteles distingue los conceptos de
“justicia natural” y “justicia legislada”, las que no siempre coinciden, puesto que puede en algún
momento puede darse la posibilidad de establecerse una “injusticia legal”.

Es claro que Aristóteles no está de acuerdo con el ideal de “comunismo” ideado por Platón, pues ni
siquiera lo contempla como una aspiración humana. El ideal aristotélico fue siempre el gobierno con
arreglo a normas jurídicas y nunca el despótico, ni siquiera en el caso de que fuese el despotismo
ilustrado del filósofo- rey. En consecuencia, Aristóteles aceptó desde un principio el punto de vista de
las leyes que, en todo estado bueno, el soberano último debe ser la ley y no ninguna persona.

La noción de igualdad ante la ley se deriva del ejercicio en el ágora donde los ciudadanos están en
igualdad de condiciones. Esta igualdad debe estar asegurada en una noción no personificada de la ley,
lo que constituye el fundamento mismo de la coexistencia social.

El problema de que el Estado se rija con arreglo a las leyes, está relacionado también con el de si es
mejor ser regido por el mejor hombre o por las mejores leyes, ya que el gobierno que consulta el bien
de sus súbditos es también un gobierno con arreglo a la ley. En consecuencia, Aristóteles acepta la
supremacía de la norma jurídica como marca distintiva del buen gobierno y no sólo como una
necesidad. La finalidad real de un Estado debe comprender la mejora moral de sus ciudadanos, ya que
debe ser una asociación de hombres que vivan para alcanzar la mejor vida posible. Esta es la “idea” o
significado de un Estado, lograr que sus miembros vivan en comunidad. El esfuerzo final que hace
Aristóteles para definir este punto, gira alrededor de su convicción de que sólo el Estado es
“autárquico”, en el sentido de que sólo él proporciona las condiciones dentro de las cuales puede
producirse el más alto tipo de desarrollo moral, como bien lo expresa en uno de sus pasajes:

“El que no puede vivir en comunidad, o no necesita nada para su propia subsistencia, no es miembro de
la ciudad, sino una bestia o un dios. En todos existe por naturaleza, la tendencia hacia la comunidad,
pero el primero que la estableció fue causante de los mayores beneficios. Pues, así como el hombre
perfecto es el mejor de los animales, así también, apartado de la ley y de la justicia, es el peor de
todos”.

LA IDEOLOGÍA MEDIEVAL EN TORNO AL DERECHO

Filosofía Medieval

Durante la Edad Media la filosofía se inspiró en el cristianismo, por el que explicaba la existencia y los
fenómenos del mundo que les rodeaba. La Verdad era buscada en la Biblia, libro de máxima sabiduría
revelada por Dios (especialmente en los Evangelios del Nuevo Testamento), según el cual Dios creó el
mundo y a todas las criaturas. El cristianismo se convertirá, además de en una religión, en una solución
para dilucidar las cuestiones más comunes en la época, cambiando el paradigma que había imperado en
la filosofía de la etapa anterior.

La Enciclopedia de Filosofía de Stanford describe la filosofía medieval como la "receta" de una


combinación de "la filosofía pagana [...] con la nueva religión cristiana" y "una variedad de aromas de
la herencia intelectual judía e islámica".

Surgimiento del pensamiento filosófico medieval

La Filosofía Medieval es la que surge en Europa y Oriente Medio durante el período conocido como
Edad Media, periodo que se extiende desde la caída del Imperio Romano (s. V dC) hasta el
descubrimiento de América (año 1492 Dc). Sin embargo, temáticamente, la filosofía medieval se inicia
en el siglo II con el diálogo entre la filosofía helenística y las grandes religiones monoteístas. Por esto
algunos autores sostienen que la filosofía antigua pierde su antigua autonomía y pasa a estar
subordinada o con una actitud servil con respecto a la especulación religiosa. Los llamados años
oscuros de la Alta Edad Media (desde la caída del Imperio Romano hasta el siglo X) marcarán un
momento de decadencia en la filosofía occidental, quedando pocos vestigios de estudios clásicos. La
tutela religiosa de la cultura queda reforzada por el hecho que la Iglesia es la única institución estable
en medio de los constantes conflictos políticos que debilitan el poder civil. Por ello, el saber y la
creación cultural se refugian en los monasterios sobretodo durante los primeros siglos.

Se produce un desplazamiento de la actividad cultural y científica a Oriente. En el año 529 el


emperador Justiniano clausura las escuelas filosóficas de Atenas y los filósofos se marchan llevándose
las obras clásicas a Oriente. La gran mayoría de los textos de autores clave, como Platón, Aristóteles y
Plotino; fueron inaccesibles a los estudiosos medievales. Los medievales tuvieron acceso al
pensamiento de estos y otros autores principalmente a través del trabajo de autores patricios como
Tertuliano, Ambrosio y Boecio, y de autores paganos como Cicerón y Séneca. En los siglos XII y XIII,
sin embargo, una gran cantidad de trabajos de Aristóteles viajaron a Europa Occidental desde Al-
ndalus y desde Constantinopla, influenciando enormemente a la filosofía. La filosofía medieval está
dividida en dos períodos: el período antes del reingreso de Aristóteles, y el período durante y después
de su reingreso. El primer período fue marcadamente platónico, con un estilo generalmente ameno y
asistemático, y sin una distinción clara entre teología y filosofía. El segundo período fue más
aristotélico, asistió a la creación de las universidades, a una mayor profesionalización y sistematización
de la filosofía, a nuevas traducciones y a nuevas formas de enseñanza.

Algunos de los temas centrales a lo largo de la filosofía medieval fueron la relación entre la fe y la
razón, la existencia y naturaleza de Dios, la cuestión de la compatibilidad entre atributos divinos, el
problema del mal, el problema de la compatibilidad de la omnisciencia divina con el libre albedrío, el
problema de los universales, la causalidad, los límites del conocimiento, la lógica aristotélica y la
individuación de las sustancias divisibles e indivisibles. Los escritos de primeros pensadores cristianos
(la apologética) rechazan todo aquello que consideran pagano y, en concreto, la filosofía que es
asimilada al error y la falsedad. La única verdad es la revelada por Dios.

El pensamiento se ocupa de la relación entre la fe cristiana y la razón, más concretamente, se estudia la


adaptación de la filosofía griega a los dogmas cristianos. A la razón se le da el papel de instrumentos
válido al servicio de la fe. Agustín de Hipona (354-430), una de los padres de la Iglesia (la patrística),
hace la primera gran síntesis entre cristianismo y pensamiento griego, en concreto, con el platonismo,
ya que era la filosofía que tenía más posibles puntos de contacto con el cristianismo. Mientras tanto, el
pensamiento cristiano ha fijado su credo básico y para transmitirlo funda la escolástica formada por las
escuelas monacales primero y después por las catedralicias que darán lugar a las primeras
universidades. En ellas se reinicia poco a poco la reflexión y el debate filosófico, aunque siempre
dentro de los límites de la interpretación de que de la Biblia han hecho los Padres de Iglesia.

Diferencia con la filosofía helenística

La diferencia principal entre ambas filosofías se basa en que la filosofía griega le da mayor importancia
al hombre y lo ve como un objeto importante pues descubre que está formado por el cuerpo y por el
alma lo que expresaban por medio de la perfección del desnudo. En cambio, en la filosofía medieval,
tenían una teoría etnocentrista en la cual Dios era en centro del universo y la vida en la tierra no era
importante, la educación únicamente se daba en los claustros religiosos y el hombre era representado
siempre con vestido y un rostro inexpresivo.

Características de la filosofía medieval

La filosofía medieval estuvo fuertemente marcada por planteamientos de orden divino. La Biblia,
entonces, se convirtió en la principal fuente de respuestas a esas inquietudes. Sin embargo, los libros
sagrados del Islam y el judaísmo también jugaron un papel esencial en la interpretación de cuestiones
religiosas. Más que la generación de conocimiento nuevo, la filosofía medieval se encargó de rescatar,
reinterpretar y aplicar planteamientos filosóficos clásicos. El surgimiento del neoplatonismo, que
plantea la existencia del Uno o Dios sobre todas las cosas, y la introducción de la lógica aristotélica en
las entonces nacientes universidades, dan cuenta de ello. Etapas de la filosofía medieval:

❖ Patrística

Corresponde a la etapa primaria en la que se articuló la filosofía con el dogma religioso, principalmente
cristiano. Uno de los más destacados representantes de este período fue San Agustín, que desarrolló una
corriente que hoy en día se conoce como neoplatonismo, y que puede resumirse como la
reinterpretación de la obra de Platón bajo la óptica cristiana.
❖ Escolástica

En esta etapa, que abarca desde el siglo XI hasta el XVI, se intenta explicar la revelación cristiana a
través de la razón. Surge como consecuencia de la creación de las primeras universidades y la
necesidad de aplicar el método científico aristotélico para dar respuesta a planteamientos religiosos o
sobrenaturales. Santo Tomás de Aquino fue uno de los principales exponentes de la etapa escolástica al
introducir la lógica aristotélica en el pensamiento cristiano.

❖ Filosofía medieval y judaísmo

El judaísmo también se ocupó de responder cuestiones fundamentales a la luz de la filosofía. En ese


sentido, Maimónides se ocupó de integrar la lógica de Aristóteles para demostrar que no existe tal cosa
como una separación entre la fe y la razón, ya que la fe tiene un origen divino y la razón se sustenta en
el conocimiento humano, que a su vez deriva de Dios.

❖ Filosofía medieval e Islam

En el Islam, se utilizaron tanto el neoplatonismo como el pensamiento de Aristóteles para dar respuesta
a inquietudes propias de la religión. La llegada del pueblo árabe y bereber a la península Ibérica
contribuyó a enriquecer la filosofía medieval gracias a las traducciones de sus obras al latín y hebreo.
Al-Kindi y Averroes fueron algunos de los pensadores esenciales de la filosofía islámica medieval.

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