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Campos, Ana Cecilia - Método Fenomenológico de Jaspers

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Teología y Vida

ISSN: 0049-3449
cmejiasm@uc.cl
Pontificia Universidad Católica de Chile
Chile

Polanco, Rodrigo
Reseña de "Sobre la Teología Mística de Dionisio" de ALBERTO MAGNO
Teología y Vida, vol. XLIX, núm. 4, 2008, pp. 933-935
Pontificia Universidad Católica de Chile
Santiago, Chile

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=32214689016

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RECENSIONES Teología y Vida, Vol. XLIX (2008), 933 -939
933

RECENSIONES

ALBERTO MAGNO. Sobre la Teología Mística Dionisio, el Areopagita, es un personaje de


de Dionisio. Super Mysticam Theologiam Diony- identidad misteriosa. Durante el Medioevo era
sii. Según el texto de la Editio Coloniensis tradu- venerado –en forma general aunque no sin ex-
cido y editado por Anneliese Meis. Latín - espa- cepciones– como aquel discípulo de San Pablo
ñol. Anales de la Facultad de Teología 59 surgido en el Areópago (Hech 17,34) y luego te-
[Cuaderno 1/2] (abril 2008). Pontificia Universi- nido como el primer obispo de Atenas. Sin em-
dad Católica de Chile (Santiago 2008). 151 pág. bargo, probablemente el autor del Corpus Diony-
ISSN 0069-3596. siacum (o Areopagiticum) sea, en vez, un
hombre del siglo V-VI –tal vez de origen siríaco
Tenemos en nuestras manos una feliz publica- pero que vivió luego en Grecia, y en particular
ción: La primera traducción española completa de en Atenas–, influido profundamente por Proclo
la obra “Sobre la Teología Mística de Dionisio” de (probablemente siguió personalmente sus leccio-
Alberto Magno, realizada por la profesora de la nes) y buen conocedor de la filosofía griega en
Facultad de Teología de la Pontificia Universidad general, y del platonismo tardío en particular;
Católica de Chile, Dra. Anneliese Meis Wörmer, pero que intenta poner toda esa sabiduría griega
SSpS. Cuatro cosas hacen relevante en la actuali- al servicio del Evangelio. Este platonismo tardío
dad y en nuestro medio este trabajo: el autor elegi- de Proclo era una suerte lectura anticristiana de
do, la obra traducida, la versión española resultan- Platón, en donde las fuerzas del cosmos son
te, y las introducciones y comentarios a la obra. comprendidas como realidades divinas, como
Alberto Magno, apodado en la escolástica fuerzas misteriosas en un gran sistema cósmico
como el Doctor Universalis –autor del siglo XIII de divinidades, en donde el hombre podía encon-
y perteneciente a la Provincia Teutónica de la Or- trar acceso a la divinidad.
den de los Predicadores–, ha pasado a la historia La genialidad de Dionisio fue haberse servido
como el maestro de Santo Tomás de Aquino. Sin de este pensamiento profundamente anticristiano
embargo, sin restarle méritos a su destacado discí- para mostrar la verdad de Cristo: en un cosmos
pulo, es más que eso uno de los pensadores más creado por Dios son precisamente todas las fuer-
grandes de la alta escolástica, y en la actualidad zas y creaturas de la naturaleza las que en una
se está descubriendo que la estructura sistemática única sinfonía litúrgica alaban al Creador (Bene-
–grandiosamente coherente– de su forma mentis dicto XVI). Su teología es cósmica y litúrgica.
puede ser considerada incluso de mayor enverga- Pero además es mística, es decir, sacramental, que
dura que la de su egregio discípulo (18). Doctor pertenece al mysterion, que revela a Dios. ¿Y
Universalis por su universal conocimiento de las cómo podemos conocer a Dios? Por las imágenes
fuentes filosófico-teológicas de su pensamiento, antes que por los conceptos; por una teología ne-
pero también por la amplitud de su indagación gativa, debido a la grandeza de Dios. Porque es
científica: incursionó tanto en la filosofía como más fácil decir lo que no es Dios que expresar lo
en la teología y las ciencias naturales. Comentó que es realmente. Allí radica la grandeza de este
todos los libros de Aristóteles y el Libro de las bello y breve opúsculo dionisiaco, la Teología
Sentencias de Pedro Lombardo, inaugurando lo Mística. En cinco capítulos nos hace tomar con-
que será un aristotelismo cristiano de larga data. ciencia y adentrarnos vivencialmente en el Miste-
Con su Comentario a la Teología Mística de rio, en Dios. Es un estudio brevísimo como quien
Dionisio viene a coronar, de algún modo, toda su habla para decir que hay que callar (T. Martín).
obra de investigación. “En efecto, más allá de la Es como la cabeza que orienta toda la vida, el
mera exposición sobre el Corpus dionysiacum en trabajo y el pensamiento del Areopagita. Es la
particular, Alberto compromete aquí toda su doc- síntesis o germen de todo el Corpus Dionysiacum.
trina teológica, asumiendo la cultura teológica y Este tratado, tanto como el mismo Dionisio, tu-
filosófica griega que en los textos del Areopagita vieron una grandísima influencia en Oriente y en
está condensada de un modo peculiar” (20). Si Occidente desde el siglo VI en adelante. Con
Alberto tenía un apetito voraz por saber, Dionisio todo, fue nuevamente redescubierto en el siglo
le ayuda a descubrir que la creación es una prime- XIII, sobre todo por San Buenaventura y el Pro-
ra teofanía de Dios, ordenada a la revelación de la pio San Alberto Magno, que manifiestan, cada
gracia. Dios ilumina comunicándose a través de uno desde su teología y espiritualidad, lo que ya
sus criaturas. El hombre –ser creado– se compren- Dionisio –de diverso modo– había dicho: el amor
de a sí mismo desde la revelación de Dios, en el ve más que la razón. Pero, y ese es una aporte
sentido que se realiza a sí mismo al cumplir la neto de Alberto, no existe escisión alguna entre
voluntad de Dios. Desde esta obra Albertina, uno mística y teología, es decir, entre amor y razón.
puede adentrarse en el corazón de este pensador y Para Alberto, la teología sistemática o es mística
en el corazón de la teología medieval. o sencillamente no es teología.
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Es esta veta de la relación amor-razón lo que todo de las afirmaciones, como el de las negacio-
la Dra. Meis viene siguiendo desde ya hace mu- nes. El capítulo cuarto (107-110) aplica el método
chos años es sucesivos estudios, en un recorrido correspondiente a las negaciones. Y el capítulo
que comenzó en el siglo II y que ahora confluye quinto (111-119), que cierra las reflexiones, reto-
con “una densidad inaudita en los siglos XII y ma el método de la quaestio y se pregunta si, al
XIII, el contexto histórico preciso de Alberto aplicar el método de las negaciones, es preciso
Magno, donde confluyen la tradición griega y la- remover de Dios todas las cosas inteligibles.
tina en la conocida fórmula: amor ipse intellectus La obra que ofrece la Hermana Anneliese
est” (23). La actualidad de este tema que viene Meis, editada por la Pontificia Universidad Cató-
siguiendo la Dra. Meis; del desafío y la riqueza lica de Chile en la Colección Anales de la Facul-
que implica la confluencia de tradiciones filosófi- tad de Teología, se inscribe en una serie de mono-
co-culturales en Alberto Magno; y del aporte que grafías de alto nivel teológico y científico que
significa el encuentro y diálogo de una cosmovi- esta facultad ofrece en dicha colección. Es una
sión no cristiana con el Evangelio, hacen del texto edición de fácil lectura y buena presentación.
de Alberto Magno y de su traducción al español Luego del Índice (7-8), las Abreviaciones (9) y un
una obra no solo necesaria, sino también espera- breve Prólogo (13-14), nos ofrece una concisa
da. La elección de Alberto y ahora la de la Dra. pero muy completa Introducción (17-36) que nos
Meis, no pudieron ser más acertadas. pone al día acerca del status quaestionis del estu-
Alberto conoce una traducción latina, hecha dio sobre Alberto Magno, y en particular, sobre
por Juan Sarraceno, del De mystica theologia de su Super Mysticam Theologiam Dionysii. Conoce
Dionisio, de la cual realiza nuestro comentario en y va haciendo uso de la más actualizada biblio-
torno al año 1250 en Colonia. Antes había expli- grafía, donde sobresalen los estudios llevados a
cado ya las otras obras de Dionisio: De caelesti cabo por H. Anzulewicz. La Introducción presen-
hierarchia, De ecclesiastica hierarchia y De divi- ta a Alberto Magno y su obra, la teología del Su-
nibus nominibus. De modo que conoce bien al per Mysticam Theologiam Dionysii, las fuentes
Areopagita “y su poderosa originalidad –y que ya bíblicas y filosóficas de esta obra y, finalmente,
había conocido en París, el centro universitario su estructura. El lector que no conociere mayor-
más importante de Occidente del siglo XIII– junto mente a Alberto, luego de revisar esta introduc-
con toda la sutileza de la doctrina de las negacio- ción, quedará bien preparado para iniciar la lectu-
nes que juega toda una importancia en la teología ra de esta obra.
y las recientes traducciones latinas de las grandes A continuación se ofrece la traducción al es-
obras de la filosofía griega y árabe, aportando así pañol del Super Mysticam Theologiam Dionysii
riqueza especulativa y entusiasmo al quehacer (39-117). La autora ha tenido la feliz idea de co-
teológico y filosófico de la escolástica de aquella locar, en columnas paralelas, tanto la edición lati-
época” (21). na como su traducción española. La edición latina
El Super Mysticam Theologiam Dionysii se es según el texto de la Editio Coloniensis (A L-
compone de cinco capítulos, que siguen el ritmo BERTUS M AGNUS , Super Mysticam Theologiam
propio del De mystica theologia, constituidos en Dionysii, ed. Paulus Simon [Alberti Magni Opera
torno a la fórmula clásica de la teología escolásti- Omnia, XXXVII, 2], Münster 1978, 452-487
ca del siglo XIII: la estructura de la quaestio. Ella [=Col]), sin duda, una excelente edición crítica.
se compone de “planteamiento del problema, una La presentación en dos columnas latín-español
serie de argumentos en contra u objeciones, solu- ayuda enormemente a seguir el texto cotejando
ción general y respuestas particulares para cada siempre su original. La intención es facilitar al
objeción” (34). El capítulo primero (39-82) co- lector el acceso a una obra de por sí no fácil de
mienza con una suerte de preliminares que deli- conseguir, y enriquecer con eso los trabajos de
mita el modo, la materia, el oyente y el fin de la investigación al advertir siempre los matice que
doctrina mística. Luego plantea diez cuestiones en solo el texto original puede dar. La traducción es-
torno a la ciencia mística: el nombre, el método, pañola se ha hecho –conscientemente– a partir de
la literalidad de lo dicho, examina una plegaria, el una equivalencia más formal que dinámica al tex-
método para aprender esta ciencia, cómo se debe to latino, aumentando con ello la fidelidad al ori-
comunicar la doctrina mística, eminencia de esta ginal y la utilidad para una lectura más erudita y
doctrina, dificultad de ella misma, necesidad de con objetivos de investigación. Es una excelente
preparación en el oyente, y, finalmente, examina ayuda para el que conoce los rudimentos del latín
el tema de la contemplación de Dios. El capítulo y puede seguir ambas lecturas –sin duda el perfil
segundo (83-94), compuesto de tres cuestiones, se de quienes tiene por objetivo esta edición españo-
pregunta si a través del no ver se puede conocer y la–, aunque eso haya redundado necesariamente,
ver a Dios, por la unión con Dios, y por el orden en algunos casos, en un español algo menos flui-
inverso de las afirmaciones y negaciones. El capí- do, pero siempre perfectamente comprensible. Ha
tulo tercero (95-106), sin seguir el método antes sido una opción editorial que compartimos plena-
afirmado, se pregunta si una serie de obras de mente. La traducción, desde el punto de vista téc-
Dionisio atestiguan suficientemente, tanto el mé- nico e idiomático es impecable. Ocasionalmente
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se encuentran esparcidos algunos errores tipográ- naciente ideología que intenta convertirse en una
ficos, siempre difíciles de evitar, que podrán ser referencia planetaria, exclusiva y excluyente , de
subsanados con una fe de erratas o en una segun- otras opciones de aproximarse a la valoración de
da edición. la condición y dignidad humana.
La traducción española va acompañada de Esta neoideología descarta el diálogo con la
102 excelentes y eruditas notas explicativas ley natural, asumiendo que la construcción de la
acerca de los conceptos usados, o aclaraciones historia humana, tanto en su nivel social como
teológicas, bibliografía pertinente, indicaciones personal, se puede y debe hacer en ausencia de la
de contexto y otros comentarios muy útiles y ne- referencia de sentido trascendente.
cesarios para una correcta comprensión de la Para sustentar estas afirmaciones se lleva a
obra de Alberto (123-132). Son diez páginas de cabo y se expone un exhaustivo análisis de los in-
un concentrado filosófico-teológico acerca del numerables documentos que desde las Organiza-
pensamiento medioeval, que abre numerosas ción de las Naciones Unidas y la Unión Europea,
perspectivas para futuros estudios de esta magní- se han producido y que avalan la sustentabilidad de
fica obra. En estas notas la Dra. Meis muestra la la tesis expuesta por las autoras.
amplitud de su conocimiento de la materia. Con- Resulta de particular calidad la primera parte
cluye la obra con una Bibliografía bien selecta del texto, denominada: “Derechos humanos: reali-
de las fuentes, traducciones y estudios sobre Al- dad y utopía”, pues desde aquí se desarrolla la
berto y el Super Mysticam Theologiam Dionysii tensión que se suscita desde una comprensión de
(135-138). Se anexan además una reconstrucción los derechos humanos fundamentado en la digni-
de Henryk Anzulewicz de la estructura del Super dad de la persona humana, la que a su vez dimana
Mysticam Theologiam Dionysii (141-142) y la de la doctrina de la semejanza de la criatura con
carta de autorización del Dr. Hannes Möhle, a Dios, a diferencia de la comprensión propuesta
nombre del Directorio del Albertus-Magnus-Ins- por estas organizaciones en donde el problema
titut de Bonn, permitiendo la publicación en Chi- primario es la alteridad, la universalidad y la
le del texto latino en cuestión. Termina la obra igualdad , la aceptación de la identidad y diferen-
con los Índices de citas de la Sagrada Escritura y cia de los demás.
de Autores Antiguos, reconocidos por el mismo El esfuerzo apunta a justificar la necesidad de
Alberto (147-151). un fundamento trascendente de los derechos hu-
No queda más que agradecer a la Profesora de manos, enfatizando el que estos no nacen de un
la Facultad de Teología de Santiago de Chile, contrato entre individuos, sino de una ley natural,
Dra. Anneliese Meis, por este excelente y laborio- preexistente al ser humano. Esto se enfrenta a la
so trabajo. Pensamos que será muy útil para vol- negativa del reconocimiento de un concepto de
ver a profundizar en los estudios medievales, que naturaleza respecto al cual medir los principios
en la actualidad se están valorando crecientemen- legislativos y en consecuencia los derechos huma-
te. Sería por lo demás muy necesario que ella pu- nos, enfatizando en estos la consideración de un
diera continuar con su trabajo, ahora con la tra- contrato entre individuos y en consecuencia pasan
ducción y comentario de las Epistulas I-XI del a constituirse en normas transformables a volun-
mismo Alberto, que complementarían y explicita- tad, según que grupos posean que capacidad de
rían lo ya dicho por el Doctor Universalis en esta influencia, en la opinión publica y en el acuerdo
obra, que ahora está a disposición para el lector social.
de lengua española. Le auguramos éxito en este Desde estos dos modelos para abordar la dig-
trabajo que ella misma se ha propuesto sacar ade- nidad humana, se desprenderán consecuencias
lante (17) y que la comunidad científica espera. para cuestiones de alta relevancia, como son el
concepto de familia o de identidad sexual, resul-
Rodrigo Polanco tando evidente el conflicto entre los “derechos
humanos” y el derecho natural. Argumentaciones
culturales, filosóficas, religiosas y sociales son
convocadas en este capítulo, con una evidente ca-
CONTRA EL CRISTIANISMO: La ONU y la pacidad ilustrativa para el lector, consiguiendo
Unión Europea como nueva ideología. Eugenia exponer la profundidad temática que la situación
Roccella y Luceta Scaraffia. Ediciones Cristian- comporta.
dad. S.A. Madrid 2008-08-28 La segunda parte del texto, se hace cargo de
las consecuencias prácticas que las definiciones
El trabajo expuesto por Rocella –periodista y anteriores conllevan, es así como se denomina a
destacada feminista europea– y Scaraffia –perio- este capítulo “No crezcáis, no os multipliquéis” y
dista e historiadora, con desarrollo académico en en él se abordan las tensiones en torno a Los orí-
el tema de la historia de la mujer e historia reli- genes de los derechos reproductivos; El antinata-
giosa–, posee la potencia de la polémica, toda vez lismo y el Eugenismo y De la planificación fami-
que sitúa la dinámica de la comprensión y ejerci- liar a los derechos reproductivos. En este marco,
cio de los derechos humanos como una suerte de se recogen las permanentes contrapropuestas deri-
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vadas de la mirada de los organismos internacio- En la primera parte se exponen las antologías teo-
nes anteriormente referidos y los expuestos por la lógicas y en la segunda, y esto es una novedad, lo
Iglesia Católica. Así también, se hacen cargo de que las compiladoras han llamado un subsidio pe-
la implementación de las políticas surgidas al am- dagógico-pastoral. Subsidio que permite orientar
paro de este enfoque de las Naciones Unidas y la hacia lo nuclear de cada texto a través de pregun-
Unión Europea, en diferentes partes del globo. tas orientadoras y bien formuladas. Según señalan
Para ello recurren a una afinada batería de antece- Marcela Mazzini y Nancy Raimondo en la intro-
dentes, en donde se aprecia que la puesta en esce- ducción, el objetivo de este trabajo es, por un
na de las mismas, habitualmente comportan trans- lado, “posibilitar el encuentro con textos de difícil
gresiones de libertades personales y acceso en las bibliotecas especializadas o editados
consecuencias de significación para los derechos solo en inglés, portugués, alemán o francés, y por
de los no nacidos, del mismo modo, logran de- otro, permitir un acercamiento sencillo y prope-
mostrar que estas políticas abusan de una com- déutico a los textos de las autoras”. (7)
prensión centralista y europeizante, siendo inca- Al igual que el tomo anterior, esta lectura es
paces de rescatar las particularidades culturales principalmente instrumental. La consulta de las
en las cuales se ponen en práctica y sin lugar a autoras es fácil, ellas están organizadas por orden
dudas, no asumen en referencia alguna los crite- alfabético, y como criterios propuestos para la
rios iluminadores de la ley natural. búsqueda se han sugerido tres: el contextual, el
Creemos que este texto puede resultar un va- generacional y el temático. El primero considera
lioso material de consulta para los interesados en el lugar de nacimiento y de desarrollo del queha-
temáticas vinculadas a la bioética; la moral sexual cer teológico de la autora. El tercero, el temático,
y la moral social. Se puede encontrar acá un aca- agrupa a las autoras por área de investigación y
bado desarrollo de las consecuencias directas de estudio. El segundo criterio, el más orientador a
la propuesta moral surgida desde los derechos hu- mi juicio, “obedece al proceso histórico de irrup-
manos, comprendidos como un acuerdo social y ción, desarrollo y continuidad del pensamiento de
con exclusión de la comprensión espiritual que las teólogas”: la “primera generación” incluye a
los mismos comportan. las pioneras que se atrevieron a explicitar sus pri-
meras intuiciones y los temas fundamentales. En
Rodolfo Núñez esta generación se concentran las estadounidenses
Doctor en psicología. Phyllis Bird, Joan Chittister, Mary Daly, Margaret
Facultad de Teología Faley, Christine E. Gudorf, Margaret Guenther,
Mary Hunt, Sallie McFague, Judith Plaskow, Ro-
semary Radford Ruether, Letty M. Russell, Elisa-
beth Schüssler Fiorenza, Sandra Schneiders y De-
Antología de Textos de Autoras en América Lati- lores Williams. Estas mujeres irrumpen en el
na, el Caribe y Estados Unidos, Colección Mujeres escenario teológico en la década del 60 y sobre
haciendo Teologías 2 Por Virginia R. Azcuy –M. todo en el inmediato posconcilio.
Marcela Mazzini– Nancy V. Raimondo (coord.), La “generación intermedia” no solo es conti-
Buenos Aires, San Pablo, 2008, 613 págs. nuada por teólogas norteamericanas como Rebec-
ca S. Chopp, Elizabeth A. Johnson, Sue Monk
La travesía iniciada el año pasado por Teolo- Kidd, Susan Ross y Susan Thistlethwaite, quienes
ganda y Editorial San Pablo con el Diccionario de profundizan la senda abierta por sus antecesoras y
Obras de Autoras (Buenos Aires, San Pablo se convierten en protagonistas de una historia vi-
2007), da un nuevo paso con el tomo 2 de la co- gorosa y aún inconclusa. También es el momento
lección Mujeres Haciendo Teologías en América del surgimiento de las primeras teólogas latinoa-
Latina, el Caribe y Estados Unidos. El tomo 1 mericanas y caribeñas quienes “buscan el perfil
trazó un mapa certero y muy completo de las mu- propio del continente en el que se ubican, marca-
jeres que hacen teología en este continente, así do particularmente por las teologías de la libera-
como de las pioneras que abrieron caminos para ción”. (9) En este grupo se encuentran autoras
que nuevas generaciones que se aventuraran en como María Pilar Aquino, María Clara Bingemer,
aquel terreno, hasta entonces, exclusivamente Isabel Corpas de Posada, Ivone Gebara, María Jo-
masculino y mayoritariamente clerical. En la pu- sefina Llach, Beatriz Melano, María Teresa Porci-
blicación de 2008 se seleccionaron 260 textos de le, Elsa Tamez y otras.
autoras con sus respectivas introducciones y co- Las “nuevas generaciones”, por último, han
mentarios. El tomo 2 profundiza el trabajo ante- crecido exponencialmente desde fines de la déca-
rior. Se presentan en este volumen antologías de da del 90 y no es posible mencionarlas a todas.
46 autoras, de diversas generaciones y contextos. Entre las norteamericanas se destacan Serene Jo-
Y se prepara el tomo 3 que dará a luz estudios de nes, Denise Carmody, Katheryn Tanner. Entre las
las autoras más relevantes. latinas y caribeñas muchas otras: Barbara Andra-
El volumen que nos ocupa está estructurado de, Virginia Azcuy, Nancy Bedford, Margit
en dos partes, además de un glosario y un índice. Ekholt, Consuelo Vélez, Mercedes García Bach-
RECENSIONES 937

mann, Tania M. Vieira Sampaio, Antonieta Poten- umbral de emerger. Pero más que eso, dar a luz el
te, M. del Socorro Vivas, Iris Barrientos, Carmiña tipo de mujer que puede decir auténticamente ‘mi
Navia y muchas otras. “Estas nuevas generaciones alma es mía’ y luego encarnarlo en su vida, su
trabajan nuevas temáticas o aspectos a partir de lo espiritualidad y su comunidad valen el riesgo y
hecho, profundizan en el campo metodológico y las dificultades”. (338)
epistemológico, realizan una tarea crítica y cons- “Un nuevo paradigma de conciencia acerca de
tructiva de lo realizado hasta el momento” (9). quiénes somos nosotros como mujeres y varones
Los criterios explícitos utilizados en esta se- en cooperación seguramente va a tener un efecto
lección no son exclusivos ni excluyentes. A veces en la reflexión teológica –afirma Letty M. Russe-
se cruzan el generacional y el contextual. Otras ll, pastora metodista fallecida el año pasado–.
veces el área temática. Y en ocasiones se mezclan Buscar caminos en los que la sociedad debería ser
los tres. Sin embargo, es posible vislumbrar algo ordenada para superar modelos previos de domi-
así como un metacriterio de selección que respon- nación está suscitando la ocasión de preguntas
dería a la pregunta que una se hace acerca de por acerca de muchas de las tradiciones patriarcales
qué hay teólogas ausentes si por contexto, genera- de la Biblia y de la Iglesia sobre las cuales la
ción o temática deberían estar, como es el caso de teología cristiana se ha construido. También le-
Anneliese Meis quien ha desarrollado su trabajo vantará preguntas sobre estilos de teología que no
en la Pontificia Universidad Católica de Chile. logran incluir a una amplia variedad de personas,
Entonces aparece un hilo-lila-conductor que tanto masculinas como femeninas, como compa-
muestra que las mujeres escogidas han trabajado ñeros/as en la discusión. Llegará a ser cada vez
explícitamente la temática de las mujeres y lo han menos posible continuar con prácticas exclusivas
hecho desde un lugar liberacionista y hacia una en las cuales el dominante blanco, occidental,
presencia y emancipación socio-política de las masculino, establezca los ‘estándares’ para todas
mujeres. Eso explicaría, me parece, las presencias las demás teologías” (421).
y las no presencias. No solo en la recuperación y fortalecimiento
Se agradece el esfuerzo editorial de estas teó- de la identidad femenina hay un proceso, sino
logas de la “nueva generación”. Claramente las también, en su recorrido espiritual. Las mujeres
anima, no solo la audacia del Espíritu, sino el –como señala Sandra Schneiders, biblista norte-
afán de visibilizar la producción teológica feme- americana– de pronto ven que “los hombres no
nina, crear redes entre las mujeres que hacen teo- han sido conscientes de que la formación espiri-
logía y mostrar que las teólogas cristianas han lle- tual de las mujeres podía ser diferente de la suya
gado para quedarse. Y digo cristianas porque esa y les han propuesto una combinación de práctica
es otra nota característica de este esfuerzo: pensa- espiritual masculina y del ideal del ‘eterno feme-
doras metodistas, bautistas, menonitas, episcopa- nino’ (que, según Jung no es más que la proyec-
listas, luteranas, anglicanas trabajan codo a codo ción del ‘ánima’ masculina y no la idea real de las
con las católicas. Así también mujeres obispas, mujeres) Han enseñado a las mujeres a precaverse
pastoras, consagradas, religiosas, divorciadas o de los vicios específicamente masculinos y no las
solteras, casadas, con o sin hijos, dan cuenta del han alertado, en cambio, sobre aquellos vicios que
variopinto panorama teológico, su riqueza, fuerza suelen provocar su socialización: Miedo, timidez,
y diversidad. Diversidad que no es Babel, sino un celos, estrechez de miras, manipulación, etc. El
nuevo Pentecostés de consecuencias insospecha- predominio de lo intelectual sobre lo afectivo en
das. el acceso a Cristo, del método de la intuición en
Para dar una idea de la mirada recogida en el la oración, del militarismo sobre la amistad como
volumen 2 de esta ambiciosa tarea que es Mujeres modelo de la vida espiritual, de la sumisión sobre
Haciendo Teologías, he espigado algunas frases, la iniciativa personal en el apostolado son expre-
algunas autoras, algunas intuiciones, algunas siones de los intereses y experiencias de los hom-
ideas, algunas osadías. No pretendo agotar el es- bres. A las mujeres se las ha urgido a ser ‘viriles’
pectro, solo mostrar algunas pistas... de por dón- y a adquirir virtudes ‘masculinas’” (440).
de va la cosa. ¿Sobre qué reflexionan las mujeres? Se pre-
Lo primero claramente visible en las autoras gunta María Pilar Aquino, mexicana actualmente
tiene que ver con el camino y el proceso de toma residente en San Diego (Estados Unidos). La co-
de conciencia personal, Sue Monk Kidd, norte- incidencia es grande: las mujeres están más cen-
americana, lo ilustra así: “Yo había dado a luz a tradas en la vida y son las experiencias cotidianas
dos hijos, pero traerlos al mundo fue una pavada las que disparan la reflexión teológica; en pala-
en comparación a parirme a mí misma como mu- bras de Aquino, “las actividades que realizan las
jer. Hacer emerger una mujer real, instintiva, po- mujeres de los sectores populares para garantizar
derosa, enraizada en su centro femenino, que hon- la supervivencia de sus hijos y la suya propia,
ra la sacralidad de lo femenino, y que habla el conllevan intrínsecamente el sello de la compa-
lenguaje femenino de su propia alma, nunca es sión, la caridad, la justicia, la libertad, el amor a
fácil. Tampoco es siempre bienvenido... Sin em- los pobres y altas dosis de audacia y fortaleza...
bargo, no hay lugar más despierto y vivo que el Todo ello con el fin de propiciar la creación de
938 RECENSIONES

sistemas simétricos de participación plena e igua- comida judaica con su perfume que se empeña en
litaria para todas las personas, sin subordinación derramar e impregnar la casa y el ambiente”. (99)
de ningún tipo en ninguna esfera de la existen- “No creo –dirá, en cambio, Elisabeth Schüssler
cia”. (29) Ivone Gebara, teóloga ecofeminista, Fiorenza– que las mujeres vayan a contribuir con
añade: “Las mujeres intentan en su quehacer teo- modos específicamente femeninos al proceso de
lógico recuperar las realidades existenciales, de- la teología. De todas maneras sí creo que las teó-
jándolas hablar libremente y permitiendo que se logas feministas pueden contribuir al desarrollo
reorganicen a partir del contexto actual para, solo de una teología humanizada... pueden entonces
después, ligarlas a una tradición anterior. Median- integrar las categorías tradicionalmente separadas
te este procedimiento teológico se intenta devol- de varón/mujer, público/privado, intelectual/emo-
verle al lenguaje teológico su capacidad de tocar cional”. (457)
algunos centros vitales de la existencia humana... Uno de los temas recurrentes en las teologías
devolverle a la teología la dimensión poética de la feministas es el cuerpo. El cuerpo femenino, el pla-
existencia, puesto que lo más profundo del ser hu- cer, la sexualidad, la corporalidad humana, el uni-
mano solo se expresa por analogía; el misterio verso como cuerpo de Dios. Hablar de cuerpo y
solo se formula en poesía; la gratuidad solo se corporalidad implica hablar de trascendencia y de
traduce a través de símbolos”. (221) inmanencia como dos caras de la misma moneda:
Las mujeres que hacen teología en el conti- “Lo que podemos saber de la trascendencia de
nente se han dejado interpelar por los movimien- Dios es ni arriba del mundo, ni debajo del mundo,
tos feministas. De ellos se han recogido múltiples pero por el mundo. Nosotros encontramos a Dios
preguntas, metodologías, conceptos. De estos, la en el cuerpo del mundo. ¿Qué decimos, entonces,
categoría de género ha dado muchas luces y no de la inmanencia y trascendencia de Dios? ...
menos problemas con las iglesias. La mayoría de (313) Nosotros no vemos la cara de Dios, sino la
las teólogas cristianas ven la necesidad de acoger espalda, pero sí, vemos la espalda. El mundo (uni-
este “lente” que amplía el análisis y permite ver verso) como cuerpo de Dios, es también la radica-
en las sombras. Virginia Azcuy, argentina, coor- lización de la divina inmanencia, Dios no nos es
dinadora general de Teologanda afirma: “Si la presente solamente en un lugar (Jesús el Nazare-
perspectiva de género es entendida como ‘ideolo- no, y aunque también, especialmente, ‘paradigmá-
gía de género’, como posición radical contraria a ticamente’ ahí), nos es presente en y por todos los
la naturaleza, la familia, la sociedad y la religión, cuerpos... Estamos sugiriendo, entonces, que el
es muy difícil imaginarse una mirada positiva del modelo del universo como cuerpo de Dios es una
género por parte de la teología y mucho menos un manera de expresar a ambos como trascendencia
uso constructivo del mismo en el lenguaje religio- radical e inmanencia radical, pero, en una manera
so. En cambio, si la perspectiva de género es con- que limita nuestra percepción y conocimiento de
siderada como instrumental para analizar las si- la espalda de Dios”. Sallie McFague, teóloga an-
tuaciones de asimetría social y para alentar una glicana norteamericana (315)
mayor equidad de relaciones –sea en la familia, El segundo tomo de Mujeres Haciendo Teolo-
en la sociedad o en las iglesias–, entonces la teo- gías va ingresando –en jerga futbolística– al área
logía puede plantearse el desafío y la oportunidad chica. La Antología de Textos de Autoras muestra
de esta mediación socioanalítica para ampliar y el pensamiento, muchas veces encontrado y dis-
profundizar sus puntos de vista”. (63) par, más o menos audaz, de teólogas diversas. Al-
La teología hecha por mujeres ¿implica algu- gunas más rupturistas, las más pensando en clave
na diferencia de aquella hecha por hombres? La eclesial y todas esforzadas en el auténtico segui-
pregunta por la diferencia específica de la teolo- miento de Cristo. El enorme dinamismo de estas
gía hecha con ojos de mujer no suscita acuerdos. teologías, en plural, nos abre a universos nuevos,
Así por ejemplo, María Clara Bingemer, brasile- tan nuevos que no podemos siquiera bal-bu-cear-
ña, señala: “Creo y siento que la experiencia del los. Conocemos el origen de este movimiento, la
Espíritu de Dios hecha por la mujer trae consigo irrupción, este volumen explora el pensamiento
‘otra’ diferencia y de gran valor, que genera y da de las distintas generaciones. No sabemos, sin
a luz un nuevo método y un nuevo modo de pen- embargo, el final de la historia, pero ese final –a
sar y expresar la misma teología antigua de tantos decir verdad– importa poco porque lo fundamen-
miles de años. Entrando en el campo de la re- tal ha ido sucediendo en el camino. El Espíritu ha
flexión teológica con su corporeidad propia y di- sostenido y alentado una búsqueda difícil, entrete-
ferente, abierta siempre a nuevas e innovadoras jida con las historias personales, comunitarias,
inscripciones, espacio disponible a la invasión y a continentales, de las iglesias. A estas mujeres las
la fecundación creadora, la mujer revoluciona el anima la Esperanza del shalom definitivo, el Rei-
propio rigor y sistematicidad del mismo método no ya instaurado. Y, ¡más que nada!, las urge y
teológico. Su irrupción en medio de la teología las impulsa el saberse profundamente amadas en
tradicional y su racionalidad son tan desconcer- su “mujeridad”, por el Amado.
tantes y nuevas como las de la mujer del evange-
lio de Jn 12, 1-8, que invade la bien comportada Carolina del Río
RECENSIONES 939

La fragilidad de los hombres. La enfermedad, la vas, el libro impide que se profane y se cierre en
filosofía y la muerte. Autor: Enrique Anrubia sí misma. El libro no niega, no moraliza y no es-
(ed.) Editorial: Cristiandad. Páginas, 205 piritualiza el dolor, la enfermedad o la muerte,
sino que lo abre y lo hace experiencia comunita-
Hay libros que se leen, gustan y se olvidan. ria. El libro afirma, desde distintas ópticas, que en
Hay otros que se leen, conducen a la reflexión, a el dolor y la muerte hay vida, mucha vida huma-
la comprensión de fenómenos tan propios de no- na, porque es cuando el ser humano eleva su coti-
sotros mismos, pero muchas veces incomprensi- diana naturaleza, construye solidaridades y se
bles, y quedan para siempre. Esta es una particu- abre a la trascendencia, que es omnipotencia de
laridad del libro La fragilidad de los hombres. La Dios.
enfermedad, la filosofía y la muerte, de Enrique Sin duda, este libro que reúne a varios autores
Anrubia (ed.). Sus páginas conducen con sereni- europeos, reconoce la urgencia y la necesidad de
dad y seguridad por las aguas turbulentas que ha abrir al ser humano a la experiencia relacional del
significado siempre para el hombre su propia fra- propio dolor y del dolor de los otros. Gracias a él
gilidad hacia la integración solidaria y pacificada se construyen solidaridades, amistades, sueños y el
del dolor, la enfermedad y la muerte. bien común se hace realidad. Reconocen sus distin-
Este libro, en sus 205 páginas, está transido tos autores que Dios, puesto que nos fiamos amo-
de una propuesta de humanidad. Nos recuerda, de rosamente de Él, sin descartar nuestras fragilida-
la mano varios autores, Nicolás Grimaldi, Higinio des, que forman esencialmente parte de nuestra
Marín, Xavier Escribano, Daniel Innerarity, Tere- vida, las transfigura, integrándolas en un plan me-
sa Imízcoz, Luis Duch, Enrique Anrubia y César jor. Para los que buscan a Dios –según Teilhard de
G. Cantón, y desde una mirada literaria, médica, Chardin– no todo es inmediatamente bueno, pero
filosófica, religiosa y humanista, que la grandeza todo es susceptible de llegar a ser bueno. Cada uno
de la fragilidad humana está en la capacidad del de los capítulos ayuda a comprender “moderna-
hombre mismo de tomar sobre sí el dolor como el mente” una realidad que ha acompañado siempre la
principio de humanización, amén de considerar existencia humana. El libro afirma que esta reali-
que lo humano no es solo sentir el dolor de uno dad antropológica impone una redefinición de las
mismo, sino ser capaz de atender al dolor del otro proposiciones dogmáticas y éticas que las distintas
como propio, dado que el darnos, el entregarnos ciencias han dado a la fragilidad humana.
en gratuidad –el amor–, es garantía de comple- La vida humana pareciera hoy no estar menos
mentariedad, de infinitud, de eternidad. tensada por la fragilidad humana que en otras
El tema de la fragilidad, aquí la novedad de épocas de la historia. Por esto no está de más que,
perspectiva de este libro, es analizada en contex- al menos cada cierto tiempo y ayudados por la
tos sociales nuevos, de carácter urbano, profesio- lectura de este interesante libro, seamos conscien-
nal, secular y global, lo que permite que de una tes de lo que nos pueden enseñar nuestras fragili-
manera moderna nos situemos ante una realidad dades. Qué es el cuerpo, cómo es el hombre, qué
siempre nueva por ser siempre antigua. sentido tiene la enfermedad, las relaciones entre
El hombre de nuestros días ya no vive de salud, enfermedad y religión, el dolor, el consuelo
frente su fragilidad, con la cual se encuentra in- y el silencio, y, cómo no, la muerte, en perspecti-
evitable y brutalmente. La adorna, la olvida, la va y en prospectiva de lo humano y de lo divino.
entierra. Cuando el hombre se olvida de algo tan El libro no da respuestas acabadas, pero si señala
propio de él mismo, se olvida de sí mismo, aleja cuál es la clave cristiana para entender este miste-
de sí algo tan humano, tan inherente a nuestra rio del hombre frágil, creado a imagen y semejan-
existencia como la enfermedad y la muerte. za de Dios.
El tema del sufrimiento y la fragilidad, son
tan humanos, que desde estas distintas perspecti- Marcelo Gidi

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