Las 3 oraciones resumen lo siguiente:
1) La carne se produce a través de procesos físico-químicos y bioquímicos en los tejidos musculares del animal después del sacrificio.
2) Estos procesos incluyen la acidificación del músculo por ácido láctico y la degradación de la estructura muscular por enzimas.
3) Estos fenómenos afectan las propiedades de la carne como el color, la textura, la jugosidad, el sabor y el aroma.
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Las 3 oraciones resumen lo siguiente:
1) La carne se produce a través de procesos físico-químicos y bioquímicos en los tejidos musculares del animal después del sacrificio.
2) Estos procesos incluyen la acidificación del músculo por ácido láctico y la degradación de la estructura muscular por enzimas.
3) Estos fenómenos afectan las propiedades de la carne como el color, la textura, la jugosidad, el sabor y el aroma.
Las 3 oraciones resumen lo siguiente:
1) La carne se produce a través de procesos físico-químicos y bioquímicos en los tejidos musculares del animal después del sacrificio.
2) Estos procesos incluyen la acidificación del músculo por ácido láctico y la degradación de la estructura muscular por enzimas.
3) Estos fenómenos afectan las propiedades de la carne como el color, la textura, la jugosidad, el sabor y el aroma.
Las 3 oraciones resumen lo siguiente:
1) La carne se produce a través de procesos físico-químicos y bioquímicos en los tejidos musculares del animal después del sacrificio.
2) Estos procesos incluyen la acidificación del músculo por ácido láctico y la degradación de la estructura muscular por enzimas.
3) Estos fenómenos afectan las propiedades de la carne como el color, la textura, la jugosidad, el sabor y el aroma.
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CARNES
PROPIEDADES Y MÉTODOS DE COCCIÓN
• Desde el punto de vista bromatológico, la carne es el «resultado de la transformación experimentada por el tejido muscular del animal a través de una serie de procesos fisicoquímicos y bioquímicos, que se desarrollan como consecuencia del sacrificio del animal» • Al no llegar oxígeno a las células del tejido muscular, se produce una caída del potencial redox que interfiere con la obtención de energía por parte de las células, cuya principal consecuencia es la puesta en marcha de una glucólisis anaerobia y un catabolismo del ATP • Lo primero origina ácido láctico que acidifica el músculo, y lo segundo provoca un endurecimiento (conocido como rigor mortis), que desaparece de modo gradual al degradarse la estructura muscular por la acción de las enzimas catepsinas, liberadas de los lisosomas por el pH ácido que presenta ahora el tejido muscular. • El complejo conjunto de todos estos fenómenos incide sobre el color, la textura, la jugosidad, el sabor y el aroma del producto resultante, que es lo que se denomina carne. • Se puede clasifica las carnes en función de cuatro criterios: a) Según la especie animal productora. Carnes de bóvidos, de ovinos, de cápridos, de suidos, de équidos, de camélidos y de cetáceos. b) Según la clase de canal. Se entiende por canal «el cuerpo de los animales de las especies citadas desprovisto de vísceras torácicas, abdominales y pelvianas, excepto los riñones, con o sin piel, las patas y la cabeza». La legislación alimentaria tiene normas de calidad para las canales de vacuno, porcino y ovino, donde se especifica para cada caso los tipos de canales y los factores de clasificación y calidad. c) Según la categoría. Se entiende por categoría «el tipo de carne que, dentro de la canal, proporciona cada región anatómica en particular». d) Según la forma en que han sido conservadas y su aptitud para el consumo humano Fresca: las que sólo han sufrido las manipulaciones propias del faenado y oreo, previas a su distribución, y cuya temperatura de conservación no sea inferior a 0 °C. Refrigeradas: las que, además de las manipulaciones del faenado y oreo, han sufrido la acción del frío industrial a temperatura y humedad adecuadas, hasta alcanzar en el centro de la masa muscular una temperatura superior al punto de congelación de los líquidos tisulares. Congeladas: las que han sufrido la acción del frío de tal manera que la mayor parte de sus moléculas de agua han pasado al estado de hielo. Defectuosas: las que proceden de animales fatigados, mal nutridos o enfermos, y por ello presentan anomalías en sus propiedades sensoriales y nutritivas. Nocivas: las que son portadoras de gérmenes patógenos o de sus toxinas, de parásitos o algunas de sus formas de desarrollo, etc., y producen alguna enfermedad en el que la consume. • La composición de la carne de las reses de abasto ofrece pocas diferencias en lo que respecta a las partes magras, exentas de grasa. En cambio, su contenido graso está sometido a oscilaciones considerables que, de hecho, repercuten en las proporciones aportadas por los demás componentes. • El contenido en grasa suele depender de cierto número de factores: la especie animal, la raza, el sexo, la edad, la alimentación, la región anatómica, etc • La raza ejerce una evidente influencia sobre la composición de la carne, especialmente en lo que respecta a su contenido graso, que permite distinguir las carnes de vacas lecheras —con un mayor predominio de grasa subcutánea e intramuscular— de las carnes obtenidas de razas de vacas criadas para la producción cárnica. • También la raza influye, de forma muy destacada, en la composición de la carne de cerdo. • Respecto de la influencia de la edad y el sexo sobre la composición de las carnes, existen claras diferencias entre el ganado vacuno y el de cerdo. En el vacuno, la carne de los animales jóvenes, de menos de dos años, suele contener mayor cantidad de agua y menos porcentaje de proteínas, grasas y elementos minerales que la de los animales adultos. • Las carnes de las reses jóvenes no presentan la típica marmorización ocasionada por la presencia de grasa, debido a que esos animales son más propensos al engrasamiento intermuscular que al depósito de grasa subcutánea e intramuscular. • Las hembras tienden a formar más tejido adiposo que los machos, aunque estas diferencias desaparecen con la castración, de modo que la carne de buey presenta una composición química similar a la de vaca. • En el caso del cerdo, la edad viene a influir de modo parecido a lo señalado para el ganado vacuno, pero en relación con el sexo del animal las influencias se hacen más específicas, hasta el punto de observarse un menor contenido graso en la carne de las cerdas en comparación con la de los cerdos castrados • La alimentación tiene escasa influencia sobre la composición del tejido muscular del ganado vacuno debido a sus características de animal rumiante, que produce una transformación de la comida ingerida por la microflora de la panza antes de su absorción intestinal. • En cambio, en el cerdo ejerce una notable influencia, pues su carácter monogástrico le lleva a utilizar para la elaboración de sus triglicéridos corporales los ácidos grasos que recibe con la dieta. • Las canales de las distintas especies animales suelen ser despiezadas en distintas partes anatómicas, en cuya composición química se pueden observar diferencias, porque en cada parte se integran músculos diversos cuya función fisiológica varía, y esta circunstancia se refleja en su conversión en carne • Generalmente, después del sacrificio animal las canales reciben algún tipo de tratamiento destinado a su conservación, más o menos prolongada, que la mayoría de las veces radica en la aplicación de frío. • Gracias a los métodos de refrigeración rápida actualmente disponibles, la carne, refrigerada y almacenada bajo condiciones controladas de ventilación y humedad de aire, apenas modifica su composición química, aunque siempre hay que contar con una merma de peso (1.2-1.4 % en vacuno y 0.7-1.3 % en cerdos) • Para una conservación prolongada hay que recurrir a la tecnología de la congelación, en la que existen varios factores que influyen en la merma posterior: método de congelación, tipo de carnes, condiciones de almacenamiento y otros. • Los métodos de congelación ultrarrápida no alteran, prácticamente, la composición química de la carne; pero en los procesos de descongelación sí se pueden dar pérdidas de jugos, que pueden hacer variar los porcentajes de las sustancias nitrogenadas, las vitaminas hidrosolubles y los elementos minerales. • En estos casos, resulta decisivo el tamaño de las piezas a descongelar, pues cuando la carne se encuentra fragmentada pueden alcanzarse pérdidas del 8 % al 10 %. • El color de la carne depende de la forma química bajo la que se encuentre una proteína del sarcoplasma celular denominada mioglobina. • Se trata de una globulina enlazada a un grupo hematina, formado por cuatro anillos de pirrol y núcleo de átomo de Fe, cuya función es la de almacenar oxígeno. La forma química natural (propiamente la mioglobina) presenta un color rojo oscuro, que se transforma en rojo brillante cuando se oxigena (oximioglobina); en cambio, cuando lo que se produce es una oxidación del Fe II a Fe III, la molécula (metamioglobina) adquiere coloraciones pardas. • Esto puede ocurrir bajo la acción de los diversos factores que pueden desnaturalizar la parte proteica, como el calor. • En los derivados cárnicos tratados con nitrito, se forma nitrosomioglobina de coloraciones rosáceas • La «jugosidad» es una cualidad organoléptica que se encuentra estrechamente ligada a la capacidad de retener agua que poseen las proteínas del tejido muscular. • Las distintas formas bajo las que pueden presentarse las moléculas de agua de una pieza de carne desempeñan un papel muy importante en la jugosidad de la misma. • De acuerdo con ella, la carne retiene en mayor o menor cantidad una porción de agua que, cuando se mastica, provoca la sensación de jugosidad o la expulsa en forma de exudado. • La exudación depende de la cantidad de líquido que libera la estructura proteica muscular y de la facilidad que tenga este líquido para salir de esa estructura. La especie y edad del animal, así como la función anatómica del músculo en él, son factores biológicos que inciden en la jugosidad. • Existen otros siete factores fisicoquímicos y mecánicos capaces de incrementar la capacidad de la carne de retener agua: un pH final elevado una glucólisis postmortem lenta un rápido enfriamiento de la canal, antes de que aparezca el rigor mortis un almacenamiento a temperaturas muy próximas a 0 °C un elevado contenido en grasa intermuscular un corte del músculo en sentido longitudinal de la fibra muscular cuanto menor sea la superficie de este corte. • La capacidad de retención de agua de una carne influye en el aspecto que presenta antes de su cocción, en su comportamiento durante la misma y en la sensación de jugosidad al masticarla • La textura de la carne depende del tamaño de los haces de fibras musculares, es decir, del número y diámetro de las fibras, así como de la cantidad de tejido conjuntivo que forma el perimisio tisular. • Su dureza o blandura depende de la mayor o menor dificultad que presente a ser troceada durante la masticación. • En la práctica, es una función de la cantidad de tejido conjuntivo que exista y de la grasa intermuscular que contenga • La carne cruda tiene muy poco aroma y un sabor peculiar que recuerda al de la sangre. • Su «flavor» característico se desarrolla con la cocción • Los precursores de este «flavor» dependen del proceso de glucólisis postmortem y del complejo fenómeno de conversión del músculo en carne. • Cada especie animal produce «flavores» característicos. DERIVADOS CÁRNICOS • Se definen como los productos alimenticios preparados, total o parcialmente, con carnes, despojos, grasas y subproductos comestibles, que proceden de los animales de abasto y que pueden ser complementados con aditivos, condimentos y especias. • Son los productos específicos de la industria cárnica de transformación, que para su elaboración acude a las tecnologías más variadas • De acuerdo con tales tecnologías y tratamientos, se pueden considerar los siguientes grupos: 1. Productos cárnicos frescos: son aquellos cuya tecnología de elaboración no implica procesos de cocción, salazón ni desecación. 2. Embutidos crudos curados: son los elaborados mediante selección, troceado y picado de carnes, grasas, con o sin despojos, que llevan incorporados condimentos, especias y aditivos autorizados, sometidos a maduración y desecación (curado) y, opcionalmente, ahumado. Los más característicos son el chorizo, la chistorra, el salchichón y el salami. 3. Salazones cárnicas: son las carnes y productos de despiece no picados, sometidos a la acción adecuada de la sal común y otros ingredientes autorizados, ya en forma sólida o en salmuera, que garantiza su conservación para el consumo. Los productos más característicos son el lomo de cerdo y los jamones curados. 4. Productos tratados por el calor: se denominan así los productos a base de carnes o despojos, que llevan incorporados condimentos, especias y aditivos, cuya tecnología implica un tratamiento térmico hasta una temperatura suficiente para la coagulación total o parcial de sus proteínas cárnicas. Opcionalmente, puede incluirse un ahumado, un madurado, o ambos. ASPECTOS NUTRITIVOS • Cuando se comparan los contenidos en aminoácidos esenciales de las proteínas cárnicas de diversas especies animales pueden observarse algunas diferencias, que en ocasiones se deben a la influencia de factores como la edad o la alimentación • En la carne se pueden distinguir tres tipos de proteínas con un interés nutricional: las proteínas sarcoplásmicas y miofibrilares, que representan propiamente el concepto de proteína cárnica, y las proteínas del tejido conjuntivo (colágeno y elastina), cuyo porcentaje varía con la región anatómica y que suelen incidir en la calidad de la carne • Estas proteínas ofrecen notables diferencias en lo que respecta a sus contenidos en aminoácidos • Por otra parte, las vísceras de los animales de abasto contienen proteínas que difieren en su composición aminoacídica de un órgano a otro, destacando el hígado sobre los demás en cuanto a riqueza en aminoácidos esenciales. • Las proteínas de las carnes se caracterizan por su extraordinaria digestibilidad; sin embargo, las proteínas de vísceras, especialmente de riñón, bazo y pulmón resultan de digestión difícil • Se puede afirmar que las carnes son muy ricas en proteínas de buen valor biológico, algo reducido por su escasa proporción de aminoácidos azufrados y por sus cantidades de fenilalanina y triptófano, que no son las más adecuadas para cubrir las necesidades requeridas por el organismo humano. • No obstante, los productos cárnicos pueden ser considerados como una fuente completa y equilibrada de aminoácidos, capaces de satisfacer con eficacia los requerimientos fisiológicos humanos; desde luego, suelen ser la principal fuente de lisina en las dietas más comunes • La grasa es el nutriente aportado por la carne en el que se observan mayores fluctuaciones, no sólo de unas especies animales a otras, sino también según la región de la canal dentro de una misma especie. • Siempre se ha apreciado la presencia en la alimentación de carnes grasas, porque contribuyen a la textura, sabor y «flavor» de los alimentos cocinados, pero no hay que olvidar que las grasas aportan ácidos grasos esenciales y también son vehículo de vitaminas liposolubles, especialmente de la vitamina A • Existe una clara diferencia entre las grasas contenidas en las carnes de rumiantes (vaca, oveja) y las carnes de cerdo. • Los rumiantes, menos dependientes de la composición grasa de la dieta, suelen contener en sus grasas corporales niveles reducidos de ácidos linoleico y linolénico, porque los ácidos insaturados de 18 átomos de C que reciben con la alimentación son reducidos en la panza por su flora microbiana. • Sin embargo, el cerdo suele presentar en sus grasas corporales una mayor insaturación que los rumiantes, dependiendo siempre de la que recibe con la alimentación • La conservación por el frío, cuando es prolongada, puede alterar la composición de la grasa, al existir el riesgo de oxidaciones en los ácidos insaturados, que desembocan en procesos de enranciamientos. • Los tratamientos térmicos, implicados en los distintos modos de cocción de los alimentos, no suelen afectar a la composición de la grasa • La importancia nutricional de la carne como portadora de vitaminas se basa principalmente en los contenidos en vitaminas del complejo B (tiamina, riboflavina, niacina y ácido pantoténico), aunque las vísceras también posean abundantes vitaminas liposolubles, fundamentalmente vitamina A. • Los contenidos en vitaminas del grupo B presentan ciertas diferencias entre las distintas especies animales: la carne de cerdo posee diez veces más tiamina que las carnes de vaca y cordero. • También la carne de ternera supera a la de vaca en estas vitaminas, sobre todo en riboflavina y nicotinamida. • Las carnes desempeñan un papel fundamental en la dieta humana al proporcionar casi el 69 % del aporte de vitamina B12 y, en algunas dietas occidentales, el 96 % de la B6. En este caso, no existen diferencias entre el cerdo y el vacuno. • También pueden aportar el 20 % del folato, de modo especial el hígado y las carnes rojas, entre las que destaca el cordero, seguido de la ternera, sobre la carne de cerdo, que lo contiene en mucha menos cantidad. • Todas estas vitaminas se encuentran en las carnes dotadas de una gran biodisponibilidad • Carnes y vísceras son fuentes destacadas de vitaminas liposolubles. • El hígado viene a ser la principal fuente dietética de vitamina A, aunque también abunda en el tejido adiposo. • Puede afirmarse que, en general, los productos cárnicos contribuyen al 1-2 % de la ingestión de vitamina A con la dieta. • Aunque solo contienen vestigios de provitamina A, su contenido graso contribuye a la absorción intestinal de los carotenos vegetales. • La grasa animal apenas dispone de actividad de vitamina E y sólo contribuye al 7-8 % de la ingestión de esta vitamina antioxidante. • Las carnes y el hígado contienen pequeñas cantidades de vitamina D, pero no resultan adecuados para cubrir los requerimientos dietéticos. • Las pérdidas vitamínicas relacionadas con la conservación de la carne por congelación apenas tienen importancia desde un punto de vista nutricional, pero no puede decirse lo mismo sobre las preparaciones culinarias. • La modalidad tecnológica y la temperatura de cocción son determinantes de las pérdidas, pues algunas vitaminas se destruyen con cierta facilidad. • En este sentido, se considera que la tiamina es la más termolábil y la riboflavina la más resistente. • Los embutidos elaborados a base de carne de cerdo son muy ricos en tiamina, mientras que las pastas de hígado lo son en vitamina A. • La salazón a la que se somete el jamón cocido origina un 1-5 % de pérdida de vitaminas hidrosolubles, posiblemente por disolución en la salmuera. • La carne contiene todas las sustancias minerales que son necesarias para el organismo humano, entre las que destacan el hierro y el fósforo por su relevancia nutricional. • Se debe resaltar la riqueza en fósforo de la ternera y los animales de caza. • En relación con el aporte de hierro a la dieta, ningún alimento suministra tan elevado nivel de hierro biodisponible como las carnes rojas. • En general, la carne de vacuno es más rica en este elemento que la de ternera o la de cerdo, y dentro de cada canal cabe destacar el solomillo. • También los subproductos como el bazo, la sangre y el hígado (sobre todo de cerdo) contienen mayor cantidad de hierro que la carne magra. • En la dieta occidental, las carnes suelen suministrar casi el 50 % del Zn ingerido con la alimentación, pero existen factores dietarios que pueden aumentar la absorción intestinal de Zn, como los citratos y los glutamatos añadidos a ciertas carnes procesadas, circunstancia que debe tenerse muy en cuenta desde un punto de vista clínico. • Las carnes y las vísceras son fuentes muy pobres de Mn y Mg, con algo más de Cu, si bien el hígado carece prácticamente de este último. • La carne no contribuye al aporte de calcio con la dieta, ni resulta ser una buena fuente de potasio, aunque muchos productos transformados sí lo son de sodio; no obstante, una ingestión excesiva de carne con la alimentación puede alterar la hemodinámica renal del calcio, el potasio y el sodio. • Son los métodos de cocción y la temperatura interna final los factores que ejercen un efecto importante sobre la formación y estabilidad de los compuestos volátiles en las carnes, e incluso de compuestos no volátiles relacionados con las proteínas, péptidos y aminoácido • Una temperatura interna elevada aumenta la autooxidación de los lípidos, pero también favorece la formación de los denominados productos de la reacción de Maillard, que son reductonas con un genuino carácter antioxidativo, además de compuestos azufrados • Los productos resultantes de la reacción de Maillard (reacción entre azúcares reductores y proteínas) entre algunos azúcares y los grupos aminos de proteínas o aminoácidos suelen desempeñar un papel relevante en la producción del «flavor» cárnico • Muchas de las sustancias orgánicas, caracterizadas por manifestar «flavores» de carne, son aldehídos que en su estructura molecular contienen algún átomo de azufre. • Ha quedado establecido que el aminoácido participante es el que determina, en estas reacciones, los tipos de aldehídos específicos que se forman, mientras que el tipo de azúcar es lo que controla la cantidad formada de cada uno de ellos • El procesamiento de los alimentos frecuentemente induce cambios en las proteínas a través de las operaciones que involucran la aplicación de calor para cocer, evaporar, secar, pasteurizar o esterilizar, o bien en las operaciones de fermentación, irradiación, etc. • La aplicación de calor puede causar desnaturalización en las proteínas, cuando se aplican en forma moderada, y la formación de algunas sustancias tóxicas en casos más drásticos, pero es necesaria para mejorar la digestibilidad y las propiedades sensoriales de los alimentos, así como para evitar las reacciones de alergenicidad como sucede con algunas proteínas de soya y de leche • Los tratamientos térmicos moderados son benéficos y deseables debido a que la desnaturalización de las proteínas facilita su digestión y mediante el escaldado se logran inactivar enzimas como la polifenoloxidasa para evitar un oscurecimiento no deseable como sucede con los champiñones, las papas, etc • Con la pasteurización se desactivan las lipasas de la leche. • Otras moléculas de origen proteínico que es deseable inactivar son las toxinas microbianas como la de Clostridium botulinum y la de Staphylococcus aureus que, sin embargo, requieren temperaturas de 100ºC y mayores respectivamente. • En el huevo existen también factores como ovomucoides y ovoinhibidor, capaces de inhibir a tripsina, quimotripsina y a algunas proteasas fungales. • Los tratamientos térmicos drásticos como el asado de carnes y pescados a la parrilla o al fuego directo y el horneado alcanzan temperaturas mayores de 200ºC que dañan notablemente las superficies de los alimentos y los aminoácidos sufren pirólisis convirtiéndose en mutágenos • Entre los más tóxicos están las carbolinas producidas a partir de Triptófano y los tóxicos a partir de ácido Glutámico • Los tratamientos alcalinos son utilizados para la producción de texturizados de proteína vegetal, y si se aúnan a un tratamiento térmico, se destruyen aminoácidos como Arginina, Serina, Treonina y Lisina