Nothing Special   »   [go: up one dir, main page]

Guión Teatral Indigenas

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 6

1

GUIÓN TEATRAL “MITO INDIGENA AMALIVACA”

EL MITO: Es una historia fabulosa de tradición oral que explica, por medio de la
narración, las acciones de seres que encarnan de forma simbólica fuerzas de la
naturaleza, aspectos de la condición humana, etc.; se aplica especialmente a la
que narra las acciones de los dioses o héroes de la Antigüedad.

TÍTULO DEL MITO: “LOS INDIGENAS VENEZOLANOS (AMALIVACA)

INTRODUCCIÓN DE LA NOVELA: El Mito de Amalivaca hace referencia a quien según relata


la historia, salvó a la raza humana de su extinción y se convirtió en el padre de las etnias
tamanacos y moriches.

ESCENA O AMBIENTE: Ambientada en la naturaleza indígena de Venezuela.

ACTO I

NARRADOR: Se dice que, hace mucho tiempo, hubo una gran inundación.
Amalivaca, el creador, salió entonces a recorrer el mundo en una canoa con su
hermano Vochi y las dos hijas, y fueron reparando los daños del diluvio. La
inundación lo había tapado todo, había destruido las casas, arrancado los
árboles, los habitantes se habían ahogado, y flotaban troncos y animales por
todas partes.

Mientras recorrían la zona, vieron que solo había quedado viva una pareja
de humanos que se había salvado trepando a la cordillera frente al río, hasta
alcanzar la altísima roca Tepumereme. Cansados y asustados, después de
muchos días, ya creían que iban a morir cuando vieron que se acercaba una
canoa. Cuando Amalivaca y los suyos llegaron a la roca Tepumereme, el
poderoso dios dibujó las figuras del sol y la luna. En ese mismo instante, empezó
2

a rehacer el mundo ayudado por su hermano y por sus sobrinas. Se instalaron


en una caverna en la montaña.

En el momento de crear las aguas del río Orinoco, se pusieron a


discutir porque querían que el río pudiera fluir a favor de la corriente tanto aguas
arriba como aguas abajo, para que los remeros no se cansaran tanto durante el
recorrido; pero era tan difícil lograrlo que desistieron.

ACTO II (LA SEQUÍA)

PERSONAJES:

PACHONOY, Libélula. _________________________


SICHISÍ, Flor del Suspiro. ______________________
ARITASÍ, Flor del Taparo. ______________________
AMALIVACA, Dios de las Aguas y Lluvia. ________________________
LA SEQUÍA. _________________________________
LAS NUBES. ________________________________
EL MENSAJERO. ____________________________

LAS NUBES: soplan brisas favorables. Pronto tendrá la tierra lo que se merece. El agua
prometedora de nuevos verdes. De oro nuevo de espigas.¡Bailemos! ¡Volquemos nuestros
cántaros frescos sobre los surcos secos! ¡Bailemos! ¡Hagamos el milagro de la lluvia!
¡Bailemos hasta que el padre Viento detenga nuestra danza!. Inician un paso de danza al son
de flautas remotas, e inclinan sus cántaros frescos sobre la tierra estéril. Pero el milagro es
interrumpido bruscamente: la presencia de la SEQUÍA  con ruda indumentaria de fibras secas
intimida a las NUBES que huyen de nuevo al fondo.
LA SEQUÍA.- ¡Nunca! ¡Sobre esta tierra árida no podréis marcar huellas! ¡Pasarán muchas
lunas antes de que una gota de lluvia cristalina calme su grito áspero! ¡Es mío el tiempo! ¡Soy la
Sequía y sé reinar con calma sobre la llanura desolada! Alejaos. ¡Sólo sois nubes; nubes
pesadas y viciosas que anegáis los caminos, desbordando las aguas que corren! ¡Atrás! ¡Es mi
ocasión! ¡Los hombres ya me habían olvidado, pero me hago sentir cuando me olvidan!
¡Mueren las plantas, y hombres y bestias huyen de mí, siguiendo otros caminos, dejando sobre
sus huellas tristes sus blancos huesos o sus cabezas deformes y deshechas! ¡Atrás, he dicho!
3

        Suena con aspereza su matraca de huesos y las nubes huyen definitivamente. La Sequía
lanza una carcajada sarcástica y dice:
LA SEQUÍA. -¡Es mi hora! ¡Es la hora fatal de la sequía!- .
        Ejecuta un giro rápido y sale. Su risa destrozada se pierde en una evidente lejanía. Ahora
es el silencio. Luego un tambor insistente y, por fin, la presencia de PACHONOY y sus
hermanas, la bella Sichisí y la siempre fragante Aritasí. PACHONOY luce al viento sus alas
transparentes, mientras las hermanas arrastran sus batas indigenas y sus capas flotantes y
multicolores.
SICHISÍ.- (Suspirando) ¡Detengámonos! ¡Quiero un poco de alivio!
ARITASÍ.- ¡No, avancemos algo más! ¡Está lejos el agua y moriríamos si dejáramos de
apresurarnos!
PACHONOY.- Bien te cuadra el nombre: Sichisí.
SICHISÍ.- ¡Soy la flor del suspiro! (Orgullosa)
ARITASÍ.- Pero no podemos atender tu reclamo. PACHONOY (Señalando al hermano) también
lleva prisa, y el camino por andar es largo.
SICHISÍ.- Será corto el descanso.
PACHONOY.- No. AMALIVACA, nuestro padre se enojaría aún más si no recibiera a tiempo
nuestras dádivas.
ARITASÍ.- La lluvia tardaría en venir aún más tiempo; sería su venganza y, entonces, ya nada
calmaría la ira de AMALIVACA.
SICHISÍ.- (Suspirando de nuevo) Como queráis. Yo me quedaré sola sobre esta tierra seca. Mis
piernas ya se rinden y no podría dar un paso más. (Cae lentamente sobre la tierra).
ARITASÍ.- Te esperamos entonces. No puedes quedar sola a merced de la sequía despiadada.
No la has visto de cerca todavía. ¡Morirías de horror!
PACHONOY.- Además, ya es de noche y te perderías sola en medio de la oscuridad.
SICHISÍ.- Quedaos entonces; así dormiréis un rato largo antes de continuar la marcha. (Se
dispone a dormir).
ARITASÍ.- Serás complacida, hermana Sichisí. (Se tiende a su lado).
PACHONOY.- (Inclinándose sobre Sichisí. Despertándola) ¡Hermana!
SICHISÍ.- (Sin incomodarse) Duerme, PACHONOY; aún es temprano.
PACHONOY.- No, Sichisí; calmarías el hambre y la sed que me consume.
SICHISÍ.- ¿Qué dices? (Incorporándose, con su hermana)
PACHONOY.- ¡Eso! ¡Que sabré imponer la ley del fuerte! ¡Que sabré devorarte!
SICHISÍ.- (Lanzando un grito. Escapando) ¡No! Suelta, PACHONOY. ¡Estás loco!
4

PACHONOY.- ¡Esta sequía me mata! ¡Venid! (Persiguiéndolas) Alguien tiene que perecer para


que vivan otros. ¡Y esta vez es mía la vida!
ARITASÍ.- (Luchando con PACHONOY) ¡No! ¡Huye Sichisí! ¡La oscuridad será tu
salvadora! (Sichisí huye mientras Aritasi logra soltarse) ¡Y ahora serás tú quien morirá rendido
por el hambre y la sed! (Huye).
PACHONOY.- (Incorporándose. Alzándose del suelo, donde lo ha dejado tirado Aritasí.
Amenazante). ¡Me vengaré! ¡Sabréis de mi poder como hermano mayor! ¡Os daré al monstruo
de Ayajúy! Seréis su presa, antes que el padre Sol reine en el horizonte. (Sale veloz por la
derecha).   (CIERRA TELÓN)      

III ACTO (LA LLUVIA)


“INGRESA UN NUEVO PERSONAJE LLAMADO DRAGÓN”

El cerro del Ayajúy. Al fondo, los picachos hirientes se destacan sobre el cielo del
amanecer. A la derecha, la cueva del dragón. Rocas ásperas. Vegetación mezquina, con
ausencia de verdes. El monstruo –de colosal tamaño- duerme en la boca de la cueva. Sus
ásperas escamas tienen extrañas irisaciones, y de su boca cuelga la lengua viscosa y múltiple.
Los suaves tonos de la aurora ya se anuncian sobre el cielo del fondo. Sobre un silencio, el
coro repite la exclamación: CORO.- “¡AMALIVACA!”…“¡AMALIVACA!”. DIOS DE LAS
AGUAS.
NARRADOR: De nuevo el redoble del tambor anuncia la llegada de PACHONOY con su
conocida expresión de desequilibrio.
PACHONOY.- (Aproximándose, sigiloso, al monstruo) Aún duerme. Lanzaré mi grito para
despertarlo. No hay tiempo que perder. El día se anuncia y no tardarán ellas en pasar por estos
contornos. (Gritando). ¡Ayajúúú…! (Repitiéndolo acompañado por el eco). ¡Ayajúúú…!
El monstruo se incorpora, abre sus grandes ojos y estira su lengua trémula, mientras
prolonga sus enormes fauces en un bostezo.
PACHONOY.- (Temerario). ¡Despierta! ¡Es tiempo! ¡Se anuncia un nuevo día promisor de
alegrías!
DRAGÓN.- (Como un estertor). ¿Qué… dices?
PACHONOY.- Que el padre Sol es anunciado por la Aurora y que con él llegará el nuevo día
con sus dádivas de luz, de flores, de sustento.
DRAGÓN.- (Bostezando de nuevo). ¡Hay…! hambre.
PACHONOY.- (Desafiante). ¡Qué importa! Mis dos hermanas pasarán por aquí; la suave Sichisí
y la tierna Aritasí. Son portadoras de dádivas fecundas al padre de la lluvia, al gran Amalivaca.
DRAGÓN.- (Tornando sus ojos amenazadores). ¿Amalivacaaaaa?
5

PACHONOY.- ¡Sí! ¡Sichisí, la menuda, la ágil!...


DRAGÓN.- (Abriendo de nuevo sus fauces). ¡Ahhhh…!
PACHONOY.- ¡Aritasí, suave flor del Taparo, llena de gracia y de color!
DRAGÓN.- (Lanzando un rugido de apremio y de ira). ¡Ahhh…! ¡Devorarlas…! sabré.
PACHONOY.- (Imponiéndose). ¡Calla! ¡Si el gran Amalivaca te oyera acabaría contigo y
aplacaría su furia castigándome injustamente!
DRAGÓN.- (Desafiante). ¡Soy…! Ayajúy… Ayajúúú-y… el temible.
El redoble del tambor anuncia la llegada de las hermanas, temerosas y ágiles.
PACHONOY.- ¡Silencio! ¡Llegan! ¡Pronto estarán aquí! ¡Yo vuelo a otras regiones en busca del
rocío fresco y de la flor sincera! (Huye por la derecha).
Entran las dos hermanas, por la izquierda, cogidas de las manos. Vacilan. Su paso tardo y
sus miradas inquietas buscan orientación.
SICHISÍ.- (Sin advertir el Dragón, que se ha ocultado momentáneamente en su cueva).
Estamos perdidas.
ARITASÍ.- Sí. Este no es el camino.
SICHISÍ.- Hemos dejado atrás Paraguaypoa…
ARITASÍ.- Sí; hemos debido tomar a la derecha, hacia el lago azul de crestas blancas.
SICHISÍ.- (Levantando al Cielo sus ojos límpios). ¡Amalivaca nos proteja!
ARITASÍ.- (Inclinando suavemente su cabeza). ¡Amalivaca nos proteja!
SICHISÍ.- Avancemos; tal vez encontremos el camino…
Avanzan. El monstruo asoma de nuevo a la boca de la cueva y las deja paralizadas de
terror al abrir de nuevo sus enormes fauces y lanzar un grito temible.
SICHISÍ.- ¡Hermana!...
ARITASÍ.- ¡Estamos perdidas…!
(El monstruo abre de nuevo sus fauces y lanza su aliento mefítico)
SICHISÍ.- ¡Huyamos! (Llorando).
ARITASÍ.- ¡No puedo: su aliento me adormece!
Comienzan a vacilar y llevan sus manos a la cabeza.
SICHISÍ.- (En un último esfuerzo). ¡ Amalivacaaaaa …!
ARITASÍ.- (Con grito débil pero desgarrado). ¡ Amalivacaaaaa!
El monstruo avanza sobre las hermanas. Abre aún más sus fauces y las envuelve con su
lengua múltiple… Se retira hacia su cueva. Hay un breve silencio. Luego el estampido de un
trueno que colma todo el ambiente y, al fondo, a medias, sobre los picachos hirientes, aparece
la figura imponente de Amalivaca, con su haz de rayos en las manos.
6

AMALIVACA.- (Lanzando su voz grave y resonante). ¿Quién me llama? ¿Quién ha turbado mi


reposo? ¡Sichisí!... ¡Aritasí!... ¿Dónde estáis? ¿Dónde estáis?...
AMALIVACA.- (Tras una pausa). ¡Monstruo feroz del Ayajúy! ¡Sal fuera! ¡Te conjuro! (El
Dragón aparece, trémulo ante la fuerza de Amalivaca). ¡Lo he visto desde mis alturas! Has
devorado a mis hijas: la tierna Sichisí y la suave Aritasí. Han implorado mi clemencia, y serás
castigado. (Levantando su haz de rayos). ¡Morirás fulminado por mi cólera y tu sangre hará
charco mefítico de aguas envenenadas! ¡Caiga sobre ti mi cólera celeste!
(Lanza sobre el monstruo su haz de rayos. El monstruo cae fulminado, mientras un gran
trueno retumba y ensordece)
AMALIVACA.- En cuanto a ti, PACHONOY, vivirás errante por una eternidad y tu cuerpo de
libélula insensata será blanco de codicia y de maldad.
(Lanza un nuevo rayo hacia la altura y desaparece en medio de la claridad. Hay un
silencio. Se escucha el ruido de la lluvia lejana y un coro interior entona un cántico de gracia.
Amanece. La media luz da paso a la luz plena del día nuevo, y el coro de indígenas, portadores
de flores frescas, de espigas doradas, de granos henchidos y fecundos, toma posición al centro
de la escena)
CORO.- ¡Amalivaca!... ¡Amalivaca!... ¡Amalivaca!...
(Elevan al Cielo la fertilidad de sus presentes. Amalivaca aparece de nuevo sobre el cielo
del fondo, en actitud generosa y serena) ¡Gracias, Amalivaca! (Se prosternan).
MENSAJERO.- La lluvia fertilizante, que ha acompañado a tu celeste ira, ha fecundado ya
nuestras cosechas.
MENSAJERO.- El sacrificio de la tierna Sichisí, de la suave Aritasí, traicionadas por su hermano
PACHONOY y devoradas por el monstruo de Ayajúy, ha sido fructífero.
CORO.- ¡Sean bendecidas!
MENSAJERO.- Cada gota de lluvia cristalina sea un canto a sus memorias sobre la haz de la
tierra.
CORO.- (Prosternado). ¡Amalivaca! ¡Amalivaca! ¡Amalivaca! El dios tiende sobre ellos sus
manos justicieras.
CONCLUSIÓN DEL MITO: Este mito forma parte de la creación que nos relata el origen del mal. Un
Dragón ancestral (Ayajúy) capaz de convertirse por maleficio en iguana (woosole echi) o en culebra de
siete cabezas (wui), habita amenazante en lo profundo de una caverna; y siempre que Mama (La Tierra)
necesita ser fecundada por el Dios de las Aguas y la LLuvia Amalivaca aparece en terrible dragón para
impedirlo, castigando a la tierra abriéndole sendos surcos y atacando a Amalivaca para que no
descienda. En medio de la disputa, un poderoso ritual se celebra anualmente en honor a Amalivaca, con
el cual éste cobra fuerza y consigue el triunfo que viene a simbolizar el poder creador contra la fuerza del
mal, la muerte y el caos.

También podría gustarte