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14 Lecturas para Reflexionar
14 Lecturas para Reflexionar
14 Lecturas para Reflexionar
-1-
EL DESIERTO ES BELLO...
...Nos hallábamos en el octavo día de mi avería en el desierto y tomaba la última gota
de mi provisión de agua.
Y era verdad, siempre me ha gustado el desierto. Uno se sienta sobre una duna de
arena. No ve nada, y sin embargo, alguna cosa irradia en silencio.
- Lo que embellece al desierto -dijo el Principito- es que oculta un pozo en alguna par-
te.
- Sí, -dije al Principito- trátese de la casa, de las estrellas o del desierto, lo que consti-
tuye su belleza es invisible.
A. Saint-Exupéry: El Principito
EE.EE. Lecturas que pueden ayudar a reflexionar y sentir. -2-
Cuando se da una esperanza total que prevalece sobre todas las demás espe-
ranzas particulares, que abarca con su suavidad y con su silenciosa promesa todos
los crecimientos y todas las caídas,
cuando se da como buena la suma de todas las cuentas de la vida que uno
mismo no puede calcular, pero que otro ha dado por buenas, aunque no se puedan
probar,
cuando uno se entrega sin condiciones y esta capitulación se vive como una
victoria,
ENTONCES:
allí se hace una experiencia que no se puede ignorar en la vida, aunque a ve-
ces esté reprimida, porque se ofrece a nuestra Libertad con el dilema de si quere-
mos aceptarla o si, por el contrario, queremos defendernos de ella en un infierno
de 'libertad' al que nos condenamos nosotros mismos.
Karl Rahner
EE.EE. Lecturas que pueden ayudar a reflexionar y sentir. -4-
PERDÓNATE A TI MISMO
Dios es perdón
y hace fiesta en el cielo
cada vez que un hombre se arrepiente.
RUDYARD KIPLING
EL «PLUS» Y EL «MAGIS»
Podríamos resumir la idea que San indebido, un añadido falso a lo que real-
Ignacio tiene del hombre en esta frase ca- mente somos y que está por encima de
sera y humorística: «Los hombres son ba- nuestras posibilidades. Este 'PLUS' es el
jitos, pero empinados». pecado y, por eso, el pecado es esencial-
mente MENTIRA.
Voy a exponer esto con un poco
más de rigor, utilizando dos términos lati- El hombre no acepta verse bajito y
nos: el "PLUS" y el "MAGIS" ignaciano. ¿qué pasa cuando nosotros no aceptamos
"Plus" significa más; "magis" significa, el ser lo que realmente somos? ¿Qué pasa
también, más. Por eso me veo obligado a cuando no queremos ser bajitos? Que nos
usar los dos términos latinos, porque en ponemos tacones artificiales, postizos, fal-
castellano las dos palabras significan sos.
más, pero son dos más que no tienen nada
que ver entre sí. El 'PLUS' son esos tacones mentiro-
sos, artificiales, que el hombre se pone
Cuando San Ignacio propone la me- para verse y para que lo vean los demás
ditación del pecado, es como si propusiera más alto de lo que realmente es. Entonces
el Principio y Fundamento vuelto al revés, San Ignacio vuelve a intentar situar al
en negativo. En el Principio y Funda- ejercitante en su sitio, quitándole los taco-
mento, San Ignacio ha situado al hombre nes.
ante su verdad y le ha dicho: "mira, tú
eres una creatura y, por tanto, tienes que Estos tacones van a ser dos, funda-
servir a Dios; pero, mira, tú también eres mentalmente. San Ignacio los va a expli-
libre y, por tanto, tienes que elegir." car, más adelante, en la meditación de
«Las dos banderas».
Lo que saca el ejercitante del Princi-
pio y Fundamento es que debe servir y Un tacón es el TENER, Ignacio lo
elegir o, mejor dicho, servir a Dios eli- llama riquezas. Por tanto, en vez de ser, el
giendo. hombre intenta estar más alto, teniendo
[que es un camino falso], porque teniendo
Después, San Ignacio considera el no se es, una cosa es SER y, otra cosa,
pecado; el pecado es la otra cara del amor. TENER.
El único problema serio que tiene cada
hombre es el querer ser Dios. La depen- El otro tacón es lo que San Ignacio
dencia, la contingencia no aceptada, nos llama el «vano honor del mundo». Es
produce inseguridad, una inseguridad cambiar el ser en el APARECER. "Ya que
existencial. Por eso nos rebelamos [que- soy bajito, por lo menos a ver si parezco
riendo ser como Dios] o nos autoengaña- un poco más alto". El APARECER, «el vano
mos [como si fuéramos lo que en realidad honor del mundo», es otra salida falsa,
no somos]. La inseguridad nos produce porque tú eres lo que eres realmente, y no
enseguida ansiedad y, para aliviar esa an- lo que aparentas. Eso es intentar engañarte
siedad, nos hacemos AMBICIOSOS, intenta- a ti y engañar a los demás. Por eso dice
mos vanamente añadir un codo a nuestra San Ignacio, en la meditación de "las dos
estatura, buscamos para nosotros un 'PLUS' banderas": Cuando uno se pone un tacón y
quiere tener, y se pone el otro tacón y Con esto, muy esquemática y densa-
quiere aparecer, ¿qué es lo que pasa?; que mente, tendríamos lo que es la antropolo-
uno se siente más alto que los demás y, gía de San Ignacio; es un situar al hombre
por consiguiente, los ve desde arriba, los en donde está y, por otra parte, tirar de él.
desprecia. Acaba en la "crescida sober-
bia". Esto es lo que la doctrina de la Igle-
sia siempre ha predicado, y que yo resu-
La tarea de los Ejercicios, consistirá miría en dos textos de la Escritura: por
en decir al ejercitante: rebájate, ponte en una parte, en aquellas palabras de Jesús:
lo que eres, no te engañes, no vayas por el "nadie va a aumentar un codo a su esta-
"tener", no vayas por el "aparecer", no tura". Somos como somos, bajitos. Por
vayas por el despreciar a los demás. Así, otra parte, en las palabras de San Pablo,
acabada la primera semana, San Ignacio en la carta a los Efesios: "Hermanos, es-
ha dejado al ejercitante sobre las plantas tad a la altura de vuestra vocación, de
de sus pies, sin tacones. vuestro llamamiento" [el rey temporal].
Por tanto, bajitos, pero empinados. ¡Po-
¿Qué ocurre entonces? Que empieza néos de puntillas!.
la segunda semana y, de repente, San Ig-
nacio hace surgir la figura de Jesús, de Se nos piden dos cosas. Por un lado,
Cristo nuestro Señor, que nos llama, que que nos quitemos los tacones; pero, por
nos estira y que nos dice: ¡para arriba!. otro, que nos empinemos, que estemos a
Cuando ya estábamos tranquilos sobre las la altura de nuestra vocación, del llama-
plantas de nuestros pies, nos hace poner- miento que el Señor nos ha hecho.
nos de puntillas...; eso es el MAGIS. "Los
que más se querrán afectar" por amor a Je- Florencio SEGURA S.J.
sús dan el "do" de pecho. Se ponen de "Contemplación para alcanzar humor"
puntillas, dan lo que ellos jamás pensaron Razón y Fe, 1986. pp. 618-620
que podían dar. Ese MAGIS es muy distin-
to del "plus" de los tacones. Los tacones
son algo postizo, son el pecado, son la
mentira: el "plus".
por los conocimientos; ojo con cambiar
los gustos por los impulsos.
lización puede perder el sabor. Y es que
perder el sabor es perder el gusto por la
vida, que viene de una relación sabrosa
con los objetos y de una relación cordial
con las personas. No podemos relacionar-
nos con las cosas y con las personas so-
lamente a nivel funcional.
La tarea que le queda al hombre
Nuestra sociedad de consumo está
para irse haciendo persona es la de
creando una civilización de objetos para
INTEGRAR. Hay que saber integrar el co-
tirar, porque ya no nos da tiempo para afi-
nocimiento con el sentimiento. El saber
cionarnos a ningún objeto.
está en la armonía de la cabeza con el co-
razón para ser señor de las cosas: es la di-
Tenemos psicología de soldados que
ferencia entre ser persona y ser cliente.
conquistan y nos falta la moral del colono,
que es el que habita. De amos del mundo
Nos sobran a veces listas de precios
estamos pasando a ser "inquilinos", por-
y nos faltan escalas de valores. Se conoce
que caemos en la cultura del tener frente
el precio de todo y no se sabe el VALOR de
a la del ser, y terminamos comidos por
nada.
nuestros propios muebles que no dejan si-
tio para nosotros en nuestra propia casa.
"No el mucho saber harta y satisfa-
ce el ánima, mas el sentir y gustar de las
Tenemos cada vez más conocidos,
cosas internamente", dice un viejo libro
pero cada vez menos amigos. Corremos el
del siglo XVI.
peligro de pasar de una civilización de ob-
jetos para tirar, a una civilización de per-
Hay que saber integrar. Hay que se-
sonas para tirar.
guir integrando SABER y SABOR a base de
desempolvar valores poco cotizados en
nuestra cultura técnica: el sentido y la be-
lleza, la contemplación, la gratuidad, la
capacidad de sorpresa, la misericordia.
Florencio SEGURA
oración han ido siempre íntimamente uni-
das, la oración era y es como la respi-
ración, como la fuente de energía de mi
ORACIÓN: vida.
mucha naturalidad y no menos sobriedad.
Formaba parte de la vida familiar sin po-
ner especiales acentos. Pero esto no era
"hacer oración. Ir a misa los domingos y
algún día entre semana no era "hacer
oración". Pero, desde aquella pregunta
de la maestra de novicias, reflexionaba
A las pocas semanas de mi entrada mucho y pienso:
en el Carmelo, todavía postulante, me
preguntó la maestra de novicias: "¿Tú ha- ¿Y esta íntima alegría o gozo que
cías oración antes de entrar?". Más que sentía de niña, muy niña, al estar en la
una pregunta, era para ella una constata- parroquia, delante del Santísimo, o delan-
ción, una afirmación. Esto produjo en mí te del Pesebre en tiempo de Navidad, es-
un impacto instantáneo que a su vez se tos deseos de arrodillarme muy cerca de
hacía pregunta para mí: ¿Yo hacía "ora- la Virgen, las pequeñas angustias de una
ción"? Yo no sabía qué era "oración". niña que anhela un AMOR que iba to-
Desde entonces iba recordando muy a mando dimensiones totalizantes, no era
menudo esta frase de la maestra y me oración?.
iba preguntando a mí misma: ¿Realmen-
te qué era para mí "hacer oración". ¿Y el sentirme bien en soledad,
apartada de mis hermanos o padres, en
En un primer momento llegué a la una de las capillitas diseminadas por los
conclusión: Yo no había "hecho nunca prados de la región de Sachseln, patria
oración". No tenía ningún libro de ora- de San Nicolás de Flüe, y el experimentar
ción, no decía oraciones, no tenía maes- la cercanía del Santo y comprender algo,
tro espiritual; por tanto, no "hacía ora- o sentir cómo se convertía en algo mío
ción". No sabía qué era oración. las palabras de un canto, dedicado a San
Nicolás: "En soledad con Dios solo...", no
Pero hoy si me preguntan sobre el era oración?
tema, no puedo menos que repasar, re-
cordar, releer toda mi trayectoria para ver ¿Y la conmoción interior al sentir un
que sí, realmente la oración estaba pre- profundo amor por una persona que ha-
sente desde siempre en mi vida. Vida y bía dado la espalda a la Iglesia y que yo
por este motivo, en mi ignorancia infantil, Desde siempre, de una manera ignorada
creía excluida de la salvación, esta mi an- por mí, he vivido de cara al Misterio, Dios,
gustia llevada diariamente en el corazón Cristo, el Espíritu. Estaba acostumbrada
y de la que hablaba con Dios, no era ora- a vivir en comunidad con Dios y no sabía
ción? que esto era "hacer oración". Me impulsa-
ba a vivir en profundidad, a comprender
¿Y vivir la primavera de la primera la vida y acercarme en todo a esa verdad.
juventud, el despertar de la propia con- La vida y la verdad no tienen límites para
ciencia de tener un mensaje de belleza a quien vive en la oración, es decir, la ora-
transmitir, que mi cuerpo sería solamente ción es un estilo de vivir con infinitas fa-
el vehículo de este mensaje de gracia di- cetas, es la puerta a toda verdad, a la
vina para los que miraran, vivir esto con Verdad y a las verdades.
más intensidad que las preocupaciones
inmediatas de gustar a la gente, no era Antes de mi entrada en el Carmelo
oración?. he vivido así: sin límites en las posibles
facetas de la vida. Nada me parecía im-
¿Y el descubrimiento en estos años posible de vivir, quitado en no vivir esta
remotos de la adolescencia de que todo Presencia, este diálogo; y las verdades,
lo creado, todo lo visible, tenía en sí una la Verdad, iban adquiriendo nitidez, trans-
transparencia, que toda la realidad crea- parencia, belleza. Sí, la vida, la verdad se
da era portadora de otra realidad, más me revelaban bellas, lejanas tal vez en su
real, más verdadera y acostumbrarme a concreción, pero meta por alcanzar, ya
mirar la Creación como se mira en las que se fundían en Dios. Claro que todo
profundidades de un lago limpísimo, no esto lo vivía "acompañada" por testigos
era oración? del Misterio que a la vez me conducían y
ayudaban y que me fueron sugeridos por
¿Y la intensa atracción por la pre- este estilo de vida. Lecturas, música, tea-
sencia de Dios en mí, la casi irresistible tro, cine que no eran simplemente un tes-
tendencia de buscar ratos de soledad en timonio de arte, sino que sobre todo para
el escondrijo de unos sótanos o una mí eran vidas, corazones que latían con
buhardilla, donde me "esperaba la cita el mío, aunque nos separaran distancias
con Dios", un encuentro auténtico del que enormes de tiempo y espacio y sobre
yo sabía el nombre, no era oración? todo mi ignorancia.
¿Y las lágrimas amargas ante la Con todo esto no quiero decir que
realidad de mi pequeñez, mi opacidad la oración fuera para mí en los años an-
frente a Dios y a la Belleza, el desgarro tes de ser carmelita un vago estado de mi
de mi alma entre un deseo indescriptible psicología, o movimiento de mis fuerzas
e indecible y la vulgaridad de mi diario vi- afectivas. A todo lo dicho se juntaban
vir, no era oración?. ciertamente todos los espacios de ora-
ción litúrgica y comunitaria de una vida
¿Y cuando, en los rarísimos contac- "practicante" y la oración vocal, a la que
tos personales, en relación con mi mundo llegué después de una experiencia de
interior, experimentaba con intenso gozo oración interior y espontánea y la que
que el amor más profundo a las personas luego me llevó a una oración contemplati-
pasa por el amor totalizante que se insi- va "ordenada". Recuerdo expresamente
nuaba cada vez más fuertemente en mí, en rezo del Rosario, que me enseñó la
no era oración?. oración contemplativa, siguiendo la vida
de Jesús, el Evangelio.
Todo esto son mojones del camino
de mi vida, que ahora, desde la entrada ORACION como camino de vida y
en el Carmelo, comprendo como mojones verdad que me llevó a las puertas del
de oración, camino de oración. La oración Carmelo. Aquí me enseñarían qué es
está, para mí, en el fundamento de la oración y a "hacer oración". El marco ex-
comprensión de mi vida y de la verdad. terior de vida se redujo al mínimo y em-
pezaba un "viaje hacia dentro", hacia "la diencia, humildad, confianza y también
vida interior", al centro del "castillo". La con ilusión, con aquellas pequeñas aleg-
vida monástica imprimió un ritmo distinto rías de cada día que descubrimos si tene-
a mi oración. El contacto ininterrumpido mos los ojos del alma limpios y fijos en el
con la Sagrada Escritura, con los místicos que nos ama.
carmelitanos, la organización de toda la
jornada en función de la oración en un Todo esto me parece un balbuceo
marco de vida fraterna en pequeño gru- insustancial. Pero pienso: ¿cómo se pue-
po, hace crecer el espacio de la oración y de hablar de la experiencia de oración?
descubre los horizontes cada vez más No se puede hablar sobre la vida, se la
inabarcables de ella. La oración viene a vive. He dejado de citar la Sagrada Escri-
ser camino de gozo y de AMOR. Sentí el tura y a los autores del Carmelo y otros;
gozo infinito de hallarme en esta forma de hubiera sido interminable. Soy consciente
vida en el corazón mismo no sólo de la de lo "subjetivo" de todo esto, pero no sé
Iglesia, sino de toda la humanidad, de la decir otra cosa, no tengo teología, como
Historia inacabada de la Salvación del diría Santa Teresa, sólo tengo la vulgari-
Universo. Y esto, acercándome más y dad de mi vida, vivida con agrade-
más a la persona de Jesús, de Cristo. cimiento, esperanza y amor.
[Cristina KAUFMANN]
La simple contemplación o medita-
ción de mi nombre de bautismo era, es, la
puerta de entrada a esta identificación
gozosa con Cristo. Gozo y amor pueden
ser sinónimos en este camino de oración
durante largas épocas. En su más profun-
do ser son inseparables. Pero no obstan-
te, he experimentado cómo el AMOR
subsiste y vive en unas formas que a pri-
mera vista no contienen gozo. Este amor
silencioso, paciente, perseverante en la
espera, en la soledad, en el vacío, este
amor de Sábado Santo es para mí la for-
ma ordinaria de oración. Mi oración no ha
pasado por los grandes sufrimientos del
Viernes Santo y esto lo experimento a ve-
ces como un interrogante acerca de su
autenticidad. ¿Cómo oraría yo el Viernes
Santo? No lo sé. Este interrogante me lle-
va a una solidaridad profunda y una cer-
canía misteriosa con todos aquellos her-
manos que ahora viven con Jesús el Vier-
nes Santo y en El puedo yo acercarme a
ellos y mi oración por ellos y con ellos es
camino de AMOR, pues nos acerca a
Cristo. Es un aspecto de mi oración que
va creciendo a la vista de la gran oscuri-
dad que envuelve al mundo y a los hom-
bres.
Mi experiencia de oración en el
Carmelo es experiencia de un camino de
AMOR, es un entrar "más dentro en la
espesura" de la cotidianidad, transfigura-
da en su corazón por la Presencia del
Misterio, y asumida día a día con obe-