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GUION PARA PODCAST

Gonzales Marlo Carlos

1. Introducción

Presentacion del tema

Puntos generales a tratar

2. Desarrollo

Presentación de tesis

3. Cierre

Conclusiones

GUION GLOBALIZACION FINANCIERA


En este podcast hablaremos sobre lo que es La globalización financiera
Comencemos diciendo que la globalización financiera es el proceso por el cual se
reducen las barreras entre los mercados financieros de los distintos países del mundo.
De ese modo, el ahorro y la inversión se vuelven transfronterizos.
Es decir, la globalización financiera es el fenómeno por el cual una persona en América
Latina puede invertir, por ejemplo, en acciones de empresas estadounidenses o
europeas.
La globalización financiera consiste entonces en una mayor movilidad del capital a
nivel mundial. Esto significa que los agentes económicos van buscando entre varios
países las mejores alternativas de inversión, en función del riesgo y rendimiento
esperado.
La globalización financiera es una parte de la globalización económica, y depende en
gran medida de la globalización tecnológica, ya que gracias a esta los inversores hoy
tienen acceso a herramientas en Internet que les permiten negociar internacionalmente.
La globalización financiera se concibe entre otras muchas opiniones como aquel
proceso mediante el cual se conforma una estructura de mercado que supone la
eliminación de barreras de los diversos mercados financieros locales, por lo tanto, el
comercio de capitales y más aún los agentes financieros, conciben y propician un
mercado en el que interactúan los mercados monetarios y financieros nacionales entre
sí, y al mismo tiempo con los mercados mundiales.
La "globalización" financiera es un proceso histórico, el resultado de la innovación
humana y el progreso tecnológico. Se refiere a la creciente integración de las economías
de todo el mundo, especialmente a través del comercio y los flujos financieros. En
algunos casos este término hace alusión al desplazamiento de personas (mano de obra) y
la transferencia de conocimientos (tecnología) a través de las fronteras internacionales.
La globalización abarca además aspectos culturales, políticos y ambientales más
amplios que no se analizan en esta nota.
En su aspecto más básico la globalización no encierra ningún misterio. El uso de este
término se utiliza comúnmente desde los años ochenta, es decir, desde que los adelantos
tecnológicos han facilitado y acelerado las transacciones internacionales comerciales y
financieras. Se refiere a la prolongación más allá de las fronteras nacionales de las
mismas fuerzas del mercado que durante siglos han operado a todos los niveles de la
actividad económica humana: en los mercados rurales, las industrias urbanas o los
centros financieros.
Los mercados promueven la eficiencia por medio de la competencia y la división del
trabajo, es decir, la especialización que permite a las personas y a las economías
centrarse en lo que mejor saben hacer. Gracias a la globalización, es posible
beneficiarse de mercados cada vez más vastos en todo el mundo y tener mayor acceso a
los flujos de capital y a la tecnología, y beneficiarse de importaciones más baratas y
mercados de exportación más amplios. Pero los mercados no garantizan necesariamente
que la mayor eficiencia beneficiará a todos. Los países deben estar dispuestos a adoptar
las políticas necesarias y, en el caso de los países más pobres, posiblemente necesiten el
respaldo de la comunidad internacional a tal efecto.
El siglo XX estuvo marcado por un notable crecimiento del nivel medio de ingresos,
pero los datos muestran a las claras que este crecimiento no estuvo repartido de manera
igualitaria. La brecha entre los países ricos y los países pobres, y entre los sectores ricos
y pobres dentro de cada país, se amplió. Para la cuarta parte de la población mundial
más rica el PIB per cápita casi se sextuplicó durante el siglo, en tanto que para la cuarta
parte más pobre no llegó a triplicarse. Sin duda, la desigualdad de ingresos se ha
agravado. Sin embargo, cabe señalar que el PIB per cápita no explica totalmente la
situación
¿Se acrecientan la pobreza y la desigualdad debido a la globalización?
En el siglo XX, el ingreso medio mundial per cápita registró un fuerte aumento, pero
con considerables variaciones entre los países. Se observa claramente que la brecha de
ingresos entre los países ricos y los países pobres se ha ampliado a lo largo de varias
décadas. En la última edición de Perspectivas de la economía mundial se analizan
42 países (que representan casi el 90% de la población mundial) sobre los que se
dispone de datos para la totalidad del siglo XX. La conclusión a la que se llega es que el
producto per cápita creció apreciablemente, pero la distribución del ingreso entre los
países muestra hoy una mayor desigualdad que a comienzos del siglo.
Sin embargo, el ingreso no lo explica todo; una medición más amplia del bienestar que
tiene en cuenta las condiciones sociales muestra que los países más pobres han logrado
considerables avances. Por ejemplo, en algunos países de bajo ingreso, como Sri Lanka,
los indicadores sociales son extraordinarios. En un estudio reciente2 se llega a la
conclusión de que, si se comparan los países utilizando los indicadores del desarrollo
humano (IDH) elaborados por las Naciones Unidas, que tienen en cuenta la educación y
la esperanza de vida, el panorama es muy diferente del que muestran los datos referidos
solamente al ingreso.
En realidad, es posible que la brecha se haya reducido. De este estudio se infiere
sorprendentemente que existe un contraste entre lo que podría denominarse la "brecha
de ingresos" y la "brecha entre los indicadores del desarrollo humano". Actualmente, el
nivel de ingresos (ajustados por la inflación) de los países pobres es aún mucho más
bajo que el de los grandes países en 1870, y además la brecha de ingresos se ha
ampliado. No obstante, a juzgar por los indicadores del desarrollo humano, la situación
de los países pobres es hoy mucho mejor que la que existía en 1870 en los grandes
países. Esto se debe en gran medida a que los avances médicos y el mejoramiento de las
condiciones de vida han aumentado considerablemente la esperanza de vida.
Sin embargo, aunque la brecha entre los indicadores del desarrollo humano se ha
reducido a largo plazo, son demasiadas las personas que están quedando a la zaga. La
esperanza de vida puede haber aumentado, pero para muchos la calidad de vida no
mejoró, y muchos aún se encuentran sumidos en la indigencia. A esto se suma la
propagación del SIDA por toda África en el último decenio, que está reduciendo la
esperanza de vida en muchos países.
Nuevamente es urgente aplicar políticas orientadas específicamente a combatir la
pobreza. En los países que registren un crecimiento satisfactorio y apliquen políticas
correctas cabe esperar una reducción sostenida de la pobreza, dado que los datos
recientes corroboran que existe por lo menos una correspondencia de uno a uno entre el
crecimiento y la reducción de la pobreza. Además, si se aplican políticas orientadas
firmemente a combatir la pobreza --por ejemplo, mediante gastos sociales
adecuadamente focalizados-- es mucho más probable que el crecimiento se traduzca en
una reducción mucho más rápida de la pobreza. Esta es una razón contundente para que
todos los responsables de la política económica, incluido el FMI, tengan en cuenta de
manera más explícita el objetivo de reducir la pobreza.
¿Cómo pueden los países más pobres recuperar con mayor rapidez el terreno
perdido?
Las condiciones de vida mejoran como consecuencia de la acumulación de capital físico
(inversiones) y capital humano (mano de obra) y de los avances en la tecnología (lo que
en economía se denomina "productividad total de los factores de producción"3. Muchos
elementos pueden facilitar o entorpecer estos avances. La experiencia acumulada por los
países que han registrado un crecimiento del producto más acelerado revela la
importancia de crear condiciones conducentes al aumento del ingreso per cápita a largo
plazo. La estabilidad económica, el desarrollo institucional y la reforma estructural son
al menos tan importantes para el desarrollo a largo plazo como las transferencias
financieras, con todo lo indispensables que éstas puedan ser. Lo que cuenta es el
conjunto de políticas, asistencia financiera y técnica y, en caso necesario, alivio de la
deuda.
Forman parte de este conjunto:
La estabilidad macroeconómica para crear condiciones que favorezcan la inversión y el
ahorro.
Políticas de apertura al exterior que fomenten la eficiencia a través de la expansión del
comercio y la inversión.
Reformas estructurales que estimulen la competencia dentro de cada país.
Instituciones sólidas y una administración eficaz que propenda al buen gobierno.
Educación, capacitación e investigación y desarrollo para estimular la productividad.
Una gestión de la deuda externa que garantice la disponibilidad de recursos suficientes
para el desarrollo sostenible.
Todas estas políticas deben inscribirse en el marco de estrategias elaboradas por cada
país para combatir la pobreza mediante políticas que beneficien a los pobres --y para las
que se preverán recursos presupuestarios suficientes--, por ejemplo, en lo que respecta a
la salud y la educación y la creación de redes de protección social eficaces. Un enfoque
participativo, en el que se consulte a la sociedad civil, acrecentaría enormemente las
posibilidades de éxito.
Las economías avanzadas pueden apoyar de manera crucial los esfuerzos de los países
de bajo ingreso por integrarse a la economía mundial:
Fomentando el comercio exterior. Una propuesta que se está estudiando es dar acceso
irrestricto a los mercados a todas las exportaciones de los países más pobres, lo cual
ayudaría a estos países a pasar de la especialización limitada a los productos primarios a
la producción de bienes manufacturados que puedan exportarse.
Estimulando los flujos de capital privado hacia los países de menor ingreso, sobre todo
de inversiones extranjeras directas, lo cual tendría la doble ventaja de asegurar flujos
financieros regulares y facilitar la transferencia de tecnología.
Acelerando el alivio de la deuda y complementándolo con un aumento de la asistencia
financiera. En los países avanzados la asistencia oficial para el desarrollo se redujo al
0,24% del PIB (1998), frente al objetivo del 0,7% previsto por Naciones Unidas. Como
señaló Michel Camdessus, ex Director Gerente del FMI: "La fatiga de los donantes y
acreedores no es una excusa creíble --sino más bien un argumento sencillamente
cínico-- en un momento en que, desde hace diez años, los países avanzados tienen la
oportunidad de beneficiarse del dividendo de la paz".
El FMI apoya las refomas en los países más pobres mediante un nuevo servicio
financiero, el servicio para el crecimiento y la lucha contra la pobreza, y contribuye al
alivio de la deuda por medio de la Iniciativa para los países pobres muy endeudados.
Conclusión
A medida que el proceso de globalización ha avanzado, las condiciones de vida (sobre
todo medidas utilizando indicadores amplios del bienestar) han mejorado
apreciablemente en casi todos los países. Sin embargo, los más beneficiados han sido
los países avanzados y sólo algunos de los países en desarrollo.

El hecho de que la brecha de ingresos entre los países de alto ingreso y los de bajo
ingreso se ha ampliado es motivo de inquietud. Y el número de personas que, en el
mundo entero, viven en la miseria extrema es profundamente preocupante. Sin embargo,
es erróneo concluir sin más que la globalización ha sido la causa de esta divergencia, o
que nada se puede hacer para mejorar la situación. Por el contrario: los países de bajo
ingreso no han podido integrarse a la economía mundial con la misma rapidez que los
demás en parte debido a las políticas que han decidido aplicar y en parte debido a
factores que escapan a su control. Ningún país, y menos aún los más pobres, puede
permitirse quedar aislado de la economía mundial. Todos los países deberían tener
como objetivo reducir la pobreza. La comunidad internacional debería esforzarse
--fortaleciendo el sistema financiero internacional a través del comercio exterior y de la
asistencia-- por ayudar a los países más pobres a integrarse a la economía mundial, a
acelerar su crecimiento económico y a reducir la pobreza. Esta es la mejor forma de
garantizar que todas las personas de todos los países se beneficien de la globalización.

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