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Abuso Sexual en Niños
Abuso Sexual en Niños
Abuso Sexual en Niños
Docente
AREA ANDINA
IV SEMESTRE
Desde los primeros años de vida es fundamental abordar la sexualidad con el fin de reducir
riesgos de violencia sexual. Aquí algunas pautas para hablar del tema con tus hijos.
Es importante resaltar que el abuso sexual mayormente es en infantes lo que genera problema
universal con efectos graves para toda la vida, es una forma de violencia a la infancia. La
Organización Mundial de la Salud (2005) define el abuso sexual infantil como la situación en
donde: "se involucra a un menor en una actividad sexual que él o ella no comprende
completamente, en la cual no tiene capacidad de libre consentimiento o su desarrollo evolutivo
(biológico, psicológico y social) no está preparado, o también, que viola las normas o preceptos
sociales”.
ABUSO SEXUAL EN NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES DE 14 AÑOS
Los delitos sexuales en menor de 14 años es un fenómeno que se ha evidenciado día a día en
la población colombiana, se debe tener en cuenta, que una vez ocurrido un abuso sexual, produce
daños físicos y psicológicos al menor y/o jóvenes preadolescentes, provocando un fuerte impacto
emocional, lesiones graves, alteraciones psicológicas y de conducta sexual, alterando también
sus relaciones con otras personas, produciendo a su vez la ausencia de denuncias por parte del
abusado, que en la mayoría de los casos entra en un estado de negación, pérdida de autoestima, y
hasta a veces un extraño sentimiento de ambivalencia hacia el abusador abordado de
sentimientos como el miedo, agresividad y amor; entre otras.
En base a lo anterior, es necesario formularse la siguiente pregunta ¿Cuáles son los factores
psicosociales más comunes en los agresores sexuales? Y ¿Qué factores son distorsionados en los
niños, niñas y adolescentes que sufren de abuso sexual?
Para dar respuesta a los anteriores interrogantes, primeramente, debemos tener claridad, en
cuanto que los delincuentes sexuales tienen una alta probabilidad de crecer en hogares en los que
el apego con sus padres ha sido una experiencia destructiva que les ha enseñado a enfrentarse a
los problemas con violencia o cualquier estrategia para no ocuparse de ellos; en ambos casos hay
un sentimiento de auto indulgencia, de no asumir la responsabilidad personal.
Cuando hablamos de prevención en Abuso Sexual Infantil, subentendemos que tras esta
realidad existen por una parte distintas condiciones de riesgo que favorecen la emergencia y
mantención de este flagelo social, y por otra una serie de condiciones protectoras que de ser
incorporadas en diversas acciones y/o estrategias, contribuirían a la disminución de la incidencia
y prevalencia de este problema en la comunidad. A partir del análisis de la complejidad
multifactorial que integra el Abuso Sexual Infantil, es posible precisar tres ejes o lineamientos
temáticos que cruzan este fenómeno y que son susceptibles de abordar a través de estrategias
preventivas.
Estos tres ejes temáticos participan en la fenomenología del Abuso Sexual Infantil; no
obstante, constituyen en sí mismos áreas de contenidos específicos a trabajar con los distintos
grupos a los cuales podría ir dirigida una estrategia preventiva, considerando diversos niveles de
profundidad, de acuerdo a los objetivos programáticos que se quieran abordar.
la prevención en esta problemática es transmitir que el Abuso sexual Infantiles un tema que
nos debiera interesar a todos como miembros de una sociedad, y que no es exclusivo de un grupo
en particular. q A los niños y niñas no es conveniente hablarles del Abuso Sexual Infantil sin
previamente haber abordado la temática de la sexualidad en alguna medida. Que el primer
contacto con la esfera del desarrollo sexual para un niño o niña sea a partir de las experiencias de
Abuso podría propiciar un entendimiento errado de la sexualidad, contribuyendo a la generación
sesgada de su propio desarrollo sexual exclusivamente desde lo dañino o nocivo. Conviene, por
lo tanto, anteceder alguna experiencia educativa de Desarrollo Sexual tal como se propone en
esta guía, antes de plantear alguna otra instancia preventiva que aborde directamente el Abuso
Sexual Infantil.
El gobierno colombiano ha generado una serie de planes y proyectos encaminados a cumplir
los acuerdos en el tema de infancia. De acuerdo con la Convención de los Derechos de los Niños
en 1989, en su artículo 34, se plantea que “Los estados partes se comprometen a proteger al niño
contra todas las formas de explotación y abusos sexual” (I.C.B.F, 1989). Así, en Colombia la
Ley 1146 de 2007 “Por medio de la cual se expiden normas para la prevención de la violencia
sexual y atención integral de los niños, niñas y adolescentes abusados sexualmente.”, favorece la
creación de programas y estrategias de prevención del abuso sexual infantil, la detección precoz
del abuso y la explotación sexual en los niños de todas las edades, además, de la promoción de
factores que favorezcan la convivencia de los miembros de la familia.
Por lo tanto, en el panorama nacional se crea un contexto propicio para desarrollar planes de
acción concretos. En el presente artículo se destaca la importancia de desarrollar e implementar
programas de prevención del abuso sexual infantil que merecen una especial atención por parte
de los maestros, comunidades escolares y profesionales de la salud. Es en estos contextos donde
se tiene la oportunidad de detectar, de manera oportuna y rápida, los posibles casos de abuso
sexual infantil, por lo tanto, parece crucial brindar a los maestros y los profesionales de la salud
las herramientas que les permitan prevenir y detectar casos de Abuso Sexual Infantil (A.S.I.), así
como también organizar una red de apoyo que facilite la denuncia del caso y la protección del
niño.
preparar a los niños para todas las diferentes formas de acercamiento que utilizan los
agresores no es una tarea fácil, pero tampoco sería adecuado debido a que esto podría provocar
en los niños demasiado temor y miedo que tendrían un costo muy alto en comparación con el
beneficio para las vidas de los niños. En consecuencia, como los potenciales agresores no pueden
ser identificados fácilmente, las víctimas potenciales continúan siendo blanco de abusos. Se han
establecido cifras aproximadas de la magnitud del número de víctimas de ASI determinando que
en el mundo más de la tercera parte de las niñas está siendo víctima de abusos sexuales y de los
niños la décima parte, por lo tanto se puede llegar a pensar que son comparables estos
porcentajes con la población de hombres agresores aunque puede ser menor.
Es necesario prestar más interés a los padres y particularmente a enseñarle a los profesores de
manera más profunda la complejidad de esta problemática para que ellos posean información
adecuada y suficiente. Además, otros objetivos importantes que se deben alcanzar en los
programas de prevención son: los potenciales agresores y el sistema cultural en el cual ellos
operan. Se ha asumido que los programas de prevención del abuso sexual infantil que se enfocan
en las potenciales víctimas pueden llegar a reducir la prevalencia del abuso. Pero varios estudios
reportan algunos resultados que contradicen esta afirmación; existen estadísticas que muestran
que el ASI no se ha reducido con el uso de estos programas y que la prevención debe enfocarse
más en los posibles agresores porque una gran cantidad de los abusos aparecen en el desarrollo
social, a partir de los modelos de crianza y de socialización.
CONCLUSIÓN
El abuso sexual infantil es una realidad más cotidiana de lo que nos gustaría reconocer. Al
mismo tiempo, es una realidad oculta. Lo es tanto por su carácter delictivo inherente (el agresor
intentará por todos los medios que sus actos no se revelen), pero también por el silencio al que
las víctimas se ven condenadas. Este silencio se debe por una parte a las estrategias de
manipulación ejercidas por el abusador, y por otra a la situación de indefensión en la que los
niños, niñas y adolescentes víctimas se encuentran por motivos evolutivos y las limitaciones
propias de su edad.
El abuso sexual infantil se refiere a contactos o interacciones entre un/a niño/a y un/a adulto/a,
cuando el/la adulto/a (agresor/a) usa a una persona menor de edad para estimularse sexualmente
él mismo, al menor de edad o a otra persona (que puede ser, a su vez, un adulto u otra persona
menor de edad). Los agresores suelen ser adultos conocidos por los niños, niñas y adolescentes,
pero en ocasiones también pueden ser menores de edad.
Existen distintas formas de abuso sexual. Se puede diferenciar entre aquellas que requieren
contacto físico (violación, incesto, pornografía, prostitución infantil, sodomía, tocamientos,
estimulación sexual… ) y sin contacto físico (solicitud indecente a un niño o seducción verbal
explícita, realización acto sexual o masturbación en presencia de un niño, exposición de los
órganos sexuales a un niño, promover la prostitución infantil, la pornografía y la corrupción de
menores…).
BIBLIOGRAFIA