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Inteligencia Artificial y El Futuro de La Guerra: El Conflicto Armenia-Azerbaiyán 2020

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Inteligencia Artificial y el futuro de la

guerra: El conflicto Armenia- Azerbaiyán


2020
Lic. Darío Calvo Löbbe, UNSAM-CONICET

Introducción
En la actualidad existe una nueva carrera armamentista, donde China, Estados Unidos y
Rusia pugnan por tener hegemonía en lo que para muchos autores se conoce como “La
guerra fría de la Inteligencia Artificial”. Países como China han implementado dentro
de sus programas de desarrollo una inversión de al menos 150 mil millones de dólares
en tecnología, de tal forma que le lleve en un futuro no muy lejano a ser líderes
mundiales en Inteligencia Artificial en al año 2030 y sobre todo les permita ser el centro
de innovación mundial con una producción valorada en 147.000 mil millones de
dólares. Por otra parte Rusia, ha expresado claramente que la Inteligencia Artificial es la
clave para derrotar a los norteamericanos, a tal punto que Vladimir Putin ve a la IA,
como el punto de desequilibrio para alcanzar la hegemonía mundial (Núñez y Rodelgo,
2016). Por su parte, Estados Unidos frente al desarrollo e importancia que han dado a la
IA otras naciones, firmó en febrero del 2019 la “Orden Ejecutiva N° 13859”, la cual
está orientada hacia alcanzar el Liderazgo estadounidense en la Inteligencia Artificial,
mediante un “Plan Estratégico Nacional de Investigación y Desarrollo de la IA en los
Estados Unidos de América” (Gobierno 2019).

Un nuevo mundo ha nacido con el uso de la inteligencia artificial en el ámbito militar.


La información de la que se puede disponer es inmensa y puede ayudar a la toma de
decisiones. No en mucho tiempo, los nuevos sistemas serán autónomos, es decir, serán
capaces de tomar sus propias decisiones, siempre y cuando la ética lo permita. Estos
nuevos sistemas ofrecen un amplio abanico de posibilidades como: incrementar la
seguridad de los soldados, mejorar la ayuda humanitaria en cuanto al rastreo de zonas
catastróficas, la búsqueda y rescate de personas en peligro, y el estudio del enemigo
para mitigar los ataques, entre otras muchas posibilidades. Aunque por otro lado, es un

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arma de doble filo, con estos sistemas inteligentes es posible desarrollar armas con
capacidad de destrucción sin límites (Mohíno Herranz 2020, 35-36).

Definiciones

- Guerra

Parafraseando el trabajo del autor Rid, definiremos los tres elementos esenciales de lo
que es una guerra:

En términos de Clausewitz : "La guerra es un acto de fuerza para doblegar al enemigo a


nuestra voluntad". Toda guerra, simplemente, es violenta. Si un acto no es
potencialmente violento, no es un acto de guerra, de ahí se deriva la violencia como
carácter central. “La guerra es una mera continuación de la política por otros medios”
Para ser político, una entidad política o un representante de una entidad política,
cualquiera que sea su forma constitucional, debe tener una intención, un deseo. Esa
intención tiene que articularse. Y la voluntad de una de las partes tiene que ser
transmitida al adversario en algún momento durante el enfrentamiento (no tiene que ser
comunicada públicamente). Cualquier acto violento y su intención política más amplia
también debe atribuirse, en algún momento, a uno de los lados involucrados durante el
enfrentamiento. La historia no conoce actos de guerra sin una eventual atribución (Rid
2012).

Este trabajo pondera las definiciones clausewianas de los que la guerra es, en su sentido
político, violento y atribuible. Por tanto un hecho violento sin objetivo claro ni
posibilidad de atribución no conforma en el sentido un acto de guerra. En cambio el uso
de Inteligencia Artificial aplicada al desarrollo de herramientas y artefactos que causen
un daño potencial y efectivo hacia un enemigo determinado, es en sí mismo, un
elemento para la guerra.

-Inteligencia Artificial (IA)

La Comisión Europea (2018) considera que: "el término «inteligencia artificial" (IA) se


aplica a los sistemas que manifiestan un comportamiento inteligente, pues son capaces
de analizar su entorno y pasar a la acción -con cierto grado de autonomía con el fin de
alcanzar objetivos específicos. Los sistemas basados en la IA pueden consistir
simplemente en un programa informático (p. ej. asistentes de voz, programas de análisis

2|Página
de imágenes, motores de búsqueda, sistemas de reconocimiento facial y de voz), pero la
IA también puede estar incorporada en dispositivos de hardware (p. ej. robots
avanzados, automóviles autónomos, drones o aplicaciones del internet de las cosas),
(Comisión Europea 2018).

Inteligencia Artificial en sistema de armas

La conexión entre robótica e inteligencia artificial origino un giro tecnológico que está
cambiando el modo de vida del ser humano. El siglo XX ha supuesto una revolución
tecnológica extraordinaria. Evidentemente, los cometidos de carácter militar también
están incluidos. Esto supone un grave problema ético y moral, permitiendo a las
máquinas tomar la decisión de matar, o no. Esto dependerá del grado de autonomía de
estos artefactos. El máximo grado de autonomía supone que el arma selecciona el
objetivo, lo adquiere y lo combate sin intervención humana. Así, la máquina debe
interpretar qué es lo que ocurre a su alrededor, utilizando un hardware de bajo costo,
pero muy robusto. Existen diferentes robots, específicos para cada tarea, capaces de
trabajar por tierra, mar y aire. Las tareas que pueden desempeñar son muy diversas,
desde carga de material, exploración, inteligencia, reconocimiento e incluso ataque
(Aznar Lahoz 2020, 781).

Las IA, inicialmente fueron orientadas hacia el desarrollo de algoritmos para juegos,
pero su evolución incluye actualmente el razonamiento automático, la demostración de
teoremas, sistemas expertos, procesamiento de lenguaje y lenguaje ambiente, que refiere
al comportamiento que asume inconscientemente el cerebro para percibir colores, y
redes neuronales o sistemas conexionistas que son modelos computacionales conectados
a través de neuronas artificiales entre sí para transmitir señales, entre otros.

El desarrollo de IA, se evidencia en la universalización de la economía digital, que


consiste en transformar los flujos económicos y los modelos de negocios. Esta tendencia
se refiere a cuatro tecnologías, entre las que se incluye no solo la IA, sino también la
analítica del Big Data, Internet y Blockchain. Esta última emplea una base de datos
compartida que funciona como un libro para el registro de operaciones de compra y
venta o cualquier otra transacción (Romero Mier, 2019).

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Dentro de este panorama no encontramos con el sistema de Visión Artificial que es la
herramienta principal que permite procesar y analizar imágenes del mundo real, con la
finalidad de que estas puedan ser procesadas por un sistema computacional avanzado.

Las ventajas de procesar la información a través de la visión artificial por computadora,


radica en la distinción de forma automática de los diferentes patrones a través de
algoritmos matemáticos, que facilitan la toma de decisiones, clasificación de imágenes y
permite dividir el aprendizaje de máquinas. La diversidad de aplicaciones que esta
técnica genera, permite multiplicar las opciones de control y decisiones tanto en el
presente como en el futuro, entre las principales tenemos: reconocimiento facial,
detección de objetos, clasificación de imágenes, realidad virtual, análisis y peritajes de
videos entre otras (Romero Mier 2019).

Una de las mayores capacidades de la visión por computadora, que es aceptado por los
sistemas de defensa, control y seguridad, es la visión 3D, la cual proporciona a un
ordenador, un sistema que funciona de manera similar a como lo haría la visión humana
pero en un proceso digitalizado. Esta imagen busca simular e imitar la visión humana
mediante modelos tridimensionales ya sea de forma particular a un objeto o una escena
específica. Los sistemas de vigilancia autónomos incluyen procesos automáticos con un
mínimo de la interacción humana, como es el caso de los drones, especialmente para la
detección de potenciales amenazas. En la industria militar la visión artificial por
computadora desarrolló la realidad aumentada, la cual visualiza el entorno a través de
elementos sintéticos con imágenes en tercera dimensión de forma coherente y con una
perspectiva real hacia el usuario.

Esta forma de establecer el entorno donde operan las fuerzas militares, llevó a crear el
denominado RAIOM (Realidad Aumentada para la Identificación de Objetivos
Militares), el cual utiliza sistemas inteligentes a través de dispositivos móviles, visión
por computadora y sensores digitales para el reconocimiento, detección, ubicación,
identificación y suministro de información contextual. Dentro de las diferentes
variedades de capacidades que tiene el RAIOM se pueden citar entre otras: la
visualización y posicionamiento de objetivos, reconocimiento virtual, cartografía en
tercera dimensión y realidad aumentada.

Actualmente el tanque de combate Armata T-14 de Rusia puede disparar de forma


autónoma y se espera que sea totalmente autónomo en un futuro próximo. El Sea Hunter

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de la Armada de Estados Unidos, un buque autónomo de guerra de cuatro metros de
eslora, se convirtió en el primer buque sin tripulación. Diseñado para buscar submarinos
enemigos, puede funcionar sin contacto con un operador humano por dos o tres meses
seguidos. También está el avión estadounidense X-47B, totalmente autónomo y
controlado remotamente por un humano. Además, Estados Unidos está desarrollando
proyectos como el ATlAS (Advanced Targeting and Lethality Automated System), que
incorpora la IA a los tanques para identificar y atacar objetivos al menos el triple de
rápido que con el actual proceso manual. Hoy por hoy, existen formas de sistemas
mixtos: humanos con capacidades aumentadas o reforzadas por máquinas. Esta
interconexión alcanza, con la robotización, un alto grado de sofisticación y poder que
conforman un enjambre y ejecuta las órdenes recibidas (Porcelli 2021)

Consideradas como la base sobre la cual se articula esta revolución de armamento, las
tecnologías de la información, complementadas éstas por la robótica y la inteligencia
artificial se han integrado en nuevas plataformas, sensores y armas para transformar la
concepción, planeamiento y conducción de las operaciones. Más específicamente, estas
tecnologías han permitido que:

Las plataformas incrementen su conectividad, utilicen diseños y materiales que les


permitan pasar inadvertidas ante los sistemas de detección y algunas sean dirigidas
remotamente o con inteligencia artificial para operar en escenarios de riesgo sin exponer
vidas humanas. El armamento de precisión e inteligente permite que un proyectil sea
lanzado fuera del alcance enemigo e impacte contra el objetivo con un solo disparo. Ello
reduce los daños colaterales, limita el factor humano o la aversión a atentar contra vidas
humanas, simplifica la logística y reduce el coste político, económico y social de
cualquier acción armada (Collom Piella 2017, 38).

Guerra Armenia- Azerbaiyán 2020: Uso decisivo de IA, Robótica y


Drones.
- Historia del Conflicto

Las disputas sobre Nagorno-Karabagh comenzaron en 1918, cuando Armenia y


Azerbaiyán se independizaron de Rusia y pelearon por la posesión de Nagorno-
Karabagh, territorio que ambas reclamaron como propio. En 1921, los soviéticos

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consolidaron su control sobre todo el Cáucaso. Bajo el régimen soviético, el 5 de julio
de 1921 el Kavburo (Bureau Comunista Caucásico) decidió mantener a Karabaj unido a
Azerbaiyán, mientras otra región con población mixta, Zangezur fue incorporada a
Armenia, sin status especial. Al crearse el Oblast Autónomo de Nagorno-Karabaj
(NKAO) el 7 de julio de 1923 en la República Socialista Soviética (RSS) de
Azerbaiyán, se separó la parte montañosa con población predominantemente armenia de
la parte llana con población predominantemente azerbaiyana. Los azerbaiyanos que
quedaron bajo dominio de Armenia no recibieron autonomía. La decisión de 1921 es
concebida por los armenios como un error histórico de los comunistas, en especial de
Stalin, aunque éste todavía no estaba en la cima de su poder. Mientras los azerbaiyanos
la consideran como una 3 decisión legal tomada por las más altas autoridades. Los
azerbaiyanos acusan también a los soviéticos de posiciones pro armenias, tomando
como ejemplo las localidades azerbaiyanas incorporadas a Armenia en 1922, y 1929 y
luego en 1969, y el reasentamiento de más de 100,000 azerbaiyanos desde Armenia en
Azerbaiyán a partir de 1948 para dar lugar a armenios llegados del exterior.
(Gahramanova 2007, 4-7).

El 1 de diciembre de 1989, el Soviet Supremo de Armenia y el Soviet regional de


Nagorno-Karabaj adoptaron una resolución conjunta sobre la reunificación de Nagorno-
Karabaj con Armenia. Luego de su declaración de independencia el 30 de agosto de
1991, Azerbaiyán revocó el status autónomo de Nagorno-Karabaj el 26 de noviembre.
No obstante, los armenios de Nagorno-Karabaj continuaron con su intento de separarse
de Azerbaiyán, y organizaron un referéndum (sin participación de los azerbaiyanos) en
el que votaron por su independencia. Ningún estado, incluido Armenia, ha reconocido la
independencia de Nagorno-Karabaj declarada el 6 de enero de 1992. El conflicto militar
duró de 1988 hasta 1994, y tuvo sus momentos de mayor intensidad en 1992-3. El cese
del fuego fue firmado en mayo de 1994 pero no es estable, muestra de ello son la las
frecuentes violaciones de la frontera. Azerbaiyán ha perdido 3.000 soldados y civiles
desde entonces. En la práctica el conflicto resultó en la ocupación del territorio de
Azerbaiyán. Las fuerzas de Nagorno-Karabaj, apoyados por conscriptos y soldados de
Armenia, ocupan 13,4 % (11,722 km2) del territorio de Azerbaiyán. Esto incluye el
92,5% del territorio de la antigua NKAO, cinco distritos fuera de Nagorno-Karabaj:
Kelbajar, Lachin, Kubatly, Jebrail, y Zangelan, y segmentos significativos de otros dos:
Agdam y Fizuli (aunque hay disputas entre las partes sobre el efectivo territorio

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controlado). El territorio ocupado afuera de la ex NKAO es de 7409 km2, casi el doble
del antiguo oblast soviético. Cuando los armenios de Nagorno-Karabaj hablan de la
autoproclamada República de Nagorno-Karabaj (5089 km2), aducen que un 15% del
territorio está controlado por el ejército de Azerbaiyán. Este 15% incluye parte de los
distritos de Martuni y Mardakert, que formaban parte de la NKAO como también del
distrito de Shahumian y el asentamiento de Getashen, que no lo integraban. La 4°
autoproclamada República de Nagorno-Karabaj también considera a Lachin como parte
de su territorio, aunque éste nunca formó parte de la NKAO y ningún armenio vivió allí
antes del conflicto. Ambas partes han hecho limpieza étnica en los territorios que
controlan (Torres 2009).

- Uso de sistemas de armas inteligentes

Durante la última década, los drones se han convertido en los más importantes activos
en el arsenal occidental. Mientras que las generaciones mayores solo fueron capaces de
reconocimiento limitado, estos nuevos modelos van permitiendo tanto a las agencias
militares como a las de inteligencia como la CIA realizar ataques precisos contra
insurgentes y terroristas. Los drones son, sin embargo, sólo el pionero de un cambio
más fundamental en los asuntos militares, es decir, la robotización de las fuerzas
armadas (Shornig 2013, 223).

Como la guerra civil española (1936-1939), que fue el campo de prueba de nuevas
armas y el desarrollo de nuevas tácticas en el campo de batalla en vistas de la segunda
guerra mundial, el caso testigo de la guerra en el Cáucaso entre dos enemigos
antagónicos (Armenios y Azeríes) nos hace participes en tiempo real del poder de los
sistemas de armas inteligentes combinados y el desarrollo de nuevos conceptos para el
futuro de la guerra.

El empleo generalizado por parte de Azerbaiyán de una gran variedad de sistemas


aéreos no tripulados, tanto en misiones de reconocimiento como de ataque, ha sido
clave en la victoria final de esta República. La capacidad de integración de estos
sistemas en el seno de sus Fuerzas Armadas, la adaptación doctrinal, así como una
correcta aplicación estratégica, han sido a su vez esenciales para esta consecución.

Armenia, por su parte, ha sufrido un elevado número de pérdidas en sus filas. Sus
fuerzas de defensa aérea han sido incapaces de neutralizar los drones azeríes y de

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ejercer un control efectivo del espacio aéreo. Entre las causas principales se encuentra la
falta de sensores, la vetustez de sus sistemas de armas antiaéreos y unas tácticas
deficientes frente a la amenaza dron (Marín Delgado 2021, 1-3)

Este conflicto de carácter interestatal de 44 días de duración se ha caracterizado por un


uso extensivo y generalizado de drones, por parte azerí; y una incapacidad manifiesta de
Armenia de hacer frente a esta amenaza con los sistemas defensivos de sus Fuerzas
Armadas. La victoria final de Azerbaiyán no cabe duda de que ha sido alcanzada en
gran medida gracias al empleo de la tecnología dron.

La contienda se ha desarrollado en un escenario geográfico limitado sin la participación


de la aviación de combate y sin que haya transcendido a una guerra generalizada entre
ambos países. En los últimos 10 años, la República de Azerbaiyán ha potenciado sus
Fuerzas Armadas con la adquisición de un gran número de drones de manufactura
mayoritariamente israelí. Con anterioridad al comienzo de las hostilidades adquirió
drones de ataque turcos en un número indeterminado. Entre los sistemas incorporados
existen drones de clase I, II y III7 para el empleo tanto en misiones de reconocimiento
como de ataque. Dos de los grandes protagonistas en este conflicto han sido los drones
de tipo munición merodeadora también conocidos en inglés como loitering munition,
así como los drones de ataque de manufactura turca Bayraktar TB-2 (Gettinger 2019).

En tanto que las Fuerzas Armadas armenias han empleado en el conflicto de manera
limitada y ocasional drones de clase I. En su inventario cuenta con los modelos Baze y
Krunk de fabricación local y el modelo Ptero-5E de fabricación rusa (Gettinger 2019).

La defensa aérea armenia se ha enfrentado a varios inconvenientes a la hora de acometer


a los drones azeríes. La falta de sensores como los radares de defensa aérea, impide una
alerta temprana y un control de la RAP adecuado de la zona de operaciones en apoyo a
los sistemas de defensa antiaérea propiamente dichos.

Por norma general, las misiones de neutralización de defensas aéreas son las que mayor
peligro conllevan para las aeronaves y sus tripulaciones. Los drones permiten eliminar
de la ecuación el riesgo para la tripulación, por lo que en este tipo de operaciones puede
asumirse un mayor nivel de atrición a un coste menor tanto en vidas humanas como en
costos económicos.

Estrategia en la neutralización de las defensas aéreas armenias:

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- Empleo de manera profusa el dron TB-2 frente a los sistemas de defensa antiaérea

Para ello, se han servido de la munición MAM (munición micro inteligente) de guiado
laser en su variante MAM-C con un alcance de 8 kilómetros y en la variante MAM-L
con una opción de alcance extendido de 14 kilómetros18. Este armamento ha permitido
batir sistemas antiaéreos como el SA-13 Gopher o el SA-8 Gecko fuera de la envolvente
de sus misiles.

- Empleo de la munición merodeadora específica SEAD Harop/Harpy

Estos drones fabricados ad hoc para esta misión, son altamente furtivos y difícilmente
detectables, ya que su RCS es similar a un ave pequeña y su firma infrarroja es mínima.
Ofrecen una ratio de eficiencia frente a sistemas de defensa antiaérea muy atractivo, ya
que una unidad del dron Harpy tiene un valor aproximado de 70 000 dólares20
pudiendo ser empleados en grandes cantidades a un precio insignificante comparado
con el valor del objetivo a neutralizar.

En general, la combinación de drones en misiones ISTAR (Inteligencia, Vigilancia,


Adquisición de objetivos y Reconocimiento) drones de combate TB-2 armados con
misiles MIM (Misil tierra- aire de mediano alcance) y munición merodeadora específica
para misiones SEAD (Supresión de defensas aéreas enemigas) se ha demostrado
extremadamente eficiente frente a las defensas armenias, con la aplicación de tácticas y
estrategias específicas para cada tipo de sistemas de armas antiaéreo acometido (Martin
Delgado 2021, 11-12).

El éxito obtenido por los azeríes estriba en una profusa integración de los sistemas de
armas inteligentes, su doctrina militar y su organización logística. Azerbaiyán dispone,
en su arsenal, de al menos 12 modelos diferentes de drones, de tres fabricantes,
empleados en misiones de ataque, ISTAR o SEAD. Las Fuerzas azerís los han
empleado en coordinación con sus fuerzas terrestres.

Un ejemplo destacable de esta capacidad de integración se puede observar en el vídeo


publicado por el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán el día 8 de noviembre de 2020.
En este se aprecia la detección, localización y persecución de un sistema antiaéreo SA-
15 Gauntlet por parte de un dron TB-2. El Gaunlet se refugia en una nave y es abatido

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por un dron Harpy que se introduce por la puerta de esta. Posteriormente, el dron TB-2
lanza dos misiles sobre el mismo objetivo1 (Sanz Jofre 2020).

- Lecciones del conflicto entre Armenia y Azerbaiyán del 2020

El conflicto de Nagorno Karabaj, aunque de carácter limitado sin la participación de la


aviación de combate y desarrollado en un escenario geográfico regional, ofrece una
serie de lecciones:

Las defensas aéreas deben adaptarse a la amenaza que suponen los drones, con una
combinación de sensores capaces de brindar alerta temprana, sistemas de defensa
antiaérea capaces de acometerla y sistemas de guerra electrónica que los complementen.

Las fuerzas terrestres son altamente vulnerables si no hay un control efectivo del
dominio aéreo, por lo que sin una protección antiaérea adecuada estarán
comprometidas. La defensa pasiva es otra de las claves para la supervivencia, así como
la maniobra.

Los drones son un activo esencial en los conflictos actuales, pudiendo ser empleados en
un gran espectro de misiones. Para ello, es clave una nueva aproximación doctrinal y un
nuevo concepto de las operaciones donde puedan ser empleados, de manera eficiente, en
un entorno conjunto. Su valía en misiones SEAD ha quedado demostrada frente a
sistemas antiaéreos en su mayoría obsoletos, pero también frente a sistemas
relativamente modernos. La combinación de drones de ataque y munición merodeadora
de, bajo costo, ofrece una ventaja táctica frente a muchas de las defensas actuales.

Las posibilidades que ofrecen las imágenes de alta definición son muy importantes para
el dominio cognitivo de las operaciones. Su uso en labores de propaganda o guerra
psicológica ofrece unas posibilidades difícilmente igualables por otros sistemas de
armas.

La defensa contra drones sigue siendo una tarea pendiente debido a su complejidad, ya
que la tecnología dron es más económica y su difusión mucho mayor que la tecnología
1
Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=C0pcbeSm0Sw&bpctr=1610130554
También ver: The future of modern warfare, how technology is transformig conflict
https://www.youtube.com/watch?v=TmlBkW6ANsQ

10 | P á g i n a
encargada de contrarrestarla. La mayoría de los países europeos no disponen en la
actualidad de un sistema de defensa aérea capaz de neutraliza un escenario dron como el
desarrollado en Nagorno Karabaj, o al menos a una ratio de eficiencia en cuanto a
costos asumible (Marín Delgado 2021).

Conclusiones

Para el punto desarrollado sobre el futuro de la guerra se puede avizorar que, en la


guerra terrestre, las grandes unidades típicas de las guerras de los siglos XIX-XX serán
reemplazadas por fuerzas más pequeñas y robotizadas, distribuidas en red y organizadas
de forma modular según la misión a realizar. Podrán desplegarse fácilmente a grandes
distancias, avanzarán dispersas batiendo los blancos con precisión, rapidez y realizarán
una amplia gama de actividades (desde apoyo a la paz a acciones de guerra), en
escenarios muy diversos (Work y Brimley, 2014). En los océanos, la integración en red
de sensores, plataformas y armas permitirá incrementar el control de las zonas
marítimas colindantes a las aguas territoriales y dificultar sensiblemente cualquier
acceso no autorizado desde el mar. Ello pone en grave riesgo a las flotas enemigas, que
deberán mantenerse a gran distancia de la costa y desarrollar procedimientos específicos
para proyectar el poder, superar las estrategias anti-acceso y denegación de áreas
enemigas, operar en el litoral y realizar ataques tierra adentro. En el aire, la integración
de sensores, plataformas semi-furtivas, armas inteligentes y drones permiten batir
objetivos a gran distancia, con enorme precisión y sin apenas daños colaterales. Ello
motivará la progresiva sustitución de los aviones tripulados por robots aéreos capaces de
realizar las labores de sus homólogos tripulados con un coste humano, material y
económico mucho menos. La previsible desaparición del vuelo tripulado, seña
identitaria de la aviación desde sus orígenes, tendrá enormes efectos corporativos, pues
la sustitución del piloto, por aviones dirigidos o autónomos alterará para siempre tanto
la naturaleza como el espíritu de cuerpo del poder aéreo (Colom Piella 2017, 40).

Un análisis más acabado demuestra que la decisión fundamental para la robotización de


los ejércitos occidentales ya se ha hecho y es irreversible. En el corto plazo las
ganancias son demasiado tentadoras para sacrificarlas por posibles problemas y riesgos
futuros. Este desarrollo, sin embargo, tiene un alto potencial para alterar la forma en que
la guerra se ha desarrollado, peleado y pensado. Si es posible librar una "guerra
incruenta" con robots o virus informáticos, lamentablemente la opción bélica podría

11 | P á g i n a
convertirse en la solución preferida, dando lugar a una nueva era de neo
intervencionismo. Estas intervenciones, sin embargo, serán muy diferentes de los que
hemos visto en el pasado reciente. Estas serán, enfocadas territorial y políticamente
hablando, mas clandestinas y más letales (Shornig 2013).

Este trabajo se abocó a la investigación bibliográfica y mediática del desarrollo profuso


e instrumental de la inteligencia artificial, el desarrollo de sistemas de armas
combinados e inteligentes y la consecuente derivación en las doctrinas militares del
futuro, no tan lejano. El caso testigo, aquí presentado, no es más que una pequeña
muestra de la distópica guerra del mañana.

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12 | P á g i n a
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