Fluor
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Aunque muchos científicos advierten sobre los peligros del fluoruro, aún se sigue
utilizando en la vida diaria como si fuera inofensivo.
Una neurotoxina es un veneno que actúa sobre el sistema nervioso. Así que hay
que tratar de evitar este tipo de sustancia tóxica y optar por una alternativa
natural.
Estos países todos tienen algo en común, y es que consideran el fluoruro como
una sustancia tóxica, innecesaria, perjudicial para la salud, que no ha sido probada
como segura, entre otros. A pesar de esto el fluoruro se continúa utilizando en
muchos países como un medicamento para las caries, agregándolo al agua, lo cual
nunca ha sido comprobado como eficaz en prevenir las caries, todo el contrario, el
flúor internamente (fluoración del suministro de agua), promueve el
cáncer, osteoporosis, daña los dientes y causa otros problemas [3].
Fluorosis dental
“La fluorosis dental es reconocida por los científicos de todo el mundo como el
primer signo clínico de envenenamiento por fluoruro. El increíble aumento en las
tasas de fluorosis dental en comunidades fluoradas indica claramente que la
ingestión de fluoruro está fuera de control. Los problemas de salud causados por
el fluoruro en otros países, está bien documentado y son asombroso.[4]”
Conclusión
Así como le digo al barbero cuando estoy en la barbería que no me ponga cremas,
ni me rellene de alcohol, si voy a un dentista convencional siempre tengo presente
decirle —economízate el flúor.
Características
Símbolo: F
Número atómico: 9
Número de protones/electrones: 9
Número de neutrones: 10
Color: verdoso
Descubridor: Sheele
Usos
Utilizado en la composición de pastas y geles dentales para la prevención de las
caries.
Flúor
Símbolo químico F
Número atómico 9
Grupo 17
Periodo 2
Aspecto gaseoso pálido verde-amarillo
Bloque p
Densidad 1.696 kg/m3
Masa atómica 18.9984032 u
Radio medio 50 pm
Radio atómico 42
Radio covalente 71 pm
Radio de van der Waals 147 pm
Configuración electrónica [He]2s22p5
Electrones por capa 2, 7
Estados de oxidación -1 (ácido fuerte)
Estructura cristalina cúbica
Estado gaseoso
Punto de fusión 53.53 K
Punto de ebullición 85.03 K
Calor de fusión 0.2552 kJ/mol
Volumen molar 11,20 m3/mol
Electronegatividad 3,98
Calor específico 824 J/(K·kg)
Conductividad térmica 0,0279 W/(K·m)
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Introducción El flúor (F) es un elemento tóxico y reactivo; la exposición al F en los seres humanos
pasa casi inadvertida a través de la utilización de compuestos con F en su uso como aditivo en
pastas dentales (1.000 a 1.500 ppm), enjuagues bucales (230-900 ppm de fluoruro), en
suplementos dietéticos y superficies poliméricas de fluoruro que se encuentran como
antiadherentes en sartenes y hojas de afeitar1 y de la utilización de los compuestos que lo
contienen como: compuestos industriales, fertilizantes, vidrio, refinerías de petróleo,
hidrocarburos fluorados y otros1. Así, una proporción significativa de F en el organismo, proviene
de la exposición al mismo y del consumo de algunos alimentos con alto aporte natural de F, como
son el té, el pescado de mar, carnes, huevos, frutas, y cereales. Sin embargo, es el agua de
consumo habitual la principal fuente de ingesta de este elemento1. El agua que presenta la mayor
concentración de fluoruros corresponde a recursos hídricos localizados en zonas montanosas o en
áreas con depósitos geológicos de origen ˜ marino, como en el sudeste asiático y el noroeste de
África1. Estudios realizados en los últimos 15 anos muestran que una ˜ proporción importante de
personas en poblaciones expuestas a la fluoración del agua de beber presentan danos a la ˜ salud
y diferente grado de fluorosis2. En México, 5 millones de personas (aproximadamente 6% de la
población) son afectadas por el fluoruro debido al consumo de agua subterránea2, que en muchos
casos es de origen hidrotermal, las cuales se caracterizan por tener elementos químicos
potencialmente tóxicos, entre ellos el F, y se han detectado concentraciones de hasta 6,8 ppm.
Cabe mencionar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una concentración de
0,7 ppm para el agua potable2. El objetivo de esta revisión es dar a conocer información acerca del
potencial tóxico del F y sus efectos sobre el sistema nervioso, con especial énfasis en las
poblaciones expuestas al consumo de este mineral cuya concentración se encuentra fuera de la
norma oficial. Desarrollo La vía principal de incorporación del F al organismo humano es la
digestiva; el 90% del F ingerido se absorbe en el estómago. En adultos, alrededor del 10% del F
absorbido se deposita en los huesos, en tanto que en los ninos se fija ˜ hasta un 50%. La
concentración máxima de F en el plasma se observa de 30 a 60 min después de haberse ingerido1.
En el recién nacido, cerca del 90% del F absorbido es retenido en el sistema óseo. Esta afinidad
decrece con la edad y se estabiliza. En los ninos, alrededor de un 50% del ˜ F absorbido se fija al
esqueleto al completarse la fase de desarrollo y el 50% restante es excretado a través del rinón ˜
1. El F es capaz de atravesar la barrera hematoencefálica3, lo que puede producir cambios
bioquímicos y funcionales en el sistema nervioso durante la gestación, ya que el F se acumula en el
tejido cerebral antes del nacimiento4; se ha reportado que la exposición al F durante el desarrollo
embrionario está relacionada con trastornos de aprendizaje5. En este sentido, otras
investigaciones mencionan que existe una asociación entre el consumo de niveles altos de F y una
disminución en la inteligencia en ninos ˜ 6. Estudios realizados para evaluar la toxicidad del F sobre
el neurodesarrollo durante la gestación han mostrado que existen diferencias significativas en el
desempeno neurológico ˜ conductual de los neonatos de sujetos de áreas endémicamente ricas
en F en comparación con el grupo control cuando se evalúa la reacción de orientación visual y
auditiva7. Por otro lado, se ha observado que el nivel de neurotransmisores, tales como de
norepinefrina, 5-hidroxitriptamina, y de sus receptores se encuentra disminuido en el cerebro de
fetos abortados en áreas que presentan casos con fluorosis endémica, en tanto que el nivel de
epinefrina es mayor comparado con los niveles detectados en aquellos sujetos Efectos del flúor
sobre el sistema nervioso central 299 de áreas que no presentan este problema, por lo que estos
resultados sugieren que la acumulación de F en el tejido cerebral puede interrumpir la síntesis de
ciertos neurotransmisores y receptores en las células nerviosas, y puede llagar a producir una
displasia neural u otros danos ˜ 8. Asimismo, se ha reportado que el F ejerce un efecto especifico
sobre la síntesis de proteínas en el cerebro, lo que conlleva a cambios degenerativos en las
neuronas, pérdida en diferente grado de la sustancia gris y cambios en las células de Purkinje en la
corteza cerebelar9; además, provoca hinchamiento de las mitocondrias, retículo endoplásmico
granular, agrupamiento de cromatina, dano en la membrana ˜ nuclear y disminución en el número
de sinapsis, mitocondrias, microtúbulos y vesículas sinápticas, así como dano˜ a nivel de la
membrana sináptica. Estos cambios indican que el F puede retardar el crecimiento y la división
celular en la corteza, y que el menor número de mitocondrias, microtúbulos y vesículas en la
terminal sináptica podría disminuir la eficacia entre las conexiones neuronales y producir un
funcionamiento sináptico anormal e influir en el desarrollo cognitivo durante la vida posnatal4;
asimismo, estos cambios podrían explicar algunas de las alteraciones neurológicas presentes en
pacientes con fluorosis esquelética, tales como entumecimiento de brazos y piernas, espasmos
musculares y dolor, convulsiones tetaniformes y paraplejía espástica2. Por otro lado, la exposición
a F incrementa la producción de radicales libres en el cerebro mediante la activación de diferentes
vías metabólicas que se han relacionado con la enfermedad de Alzheimer. A nivel experimental, se
ha observado que el F ejerce un efecto inhibitorio sobre los ácidos grasos libres, tanto en el
cerebro de ratas hembra como de ratas macho9, así como cambios significativos en la morfología
del hipocampo, la amígdala, la corteza y el cerebelo10,11. En este sentido, estudios realizados con
animales han aportado información acerca de los efectos tóxicos directos del fluoruro sobre el
tejido cerebral, tales como: reducción en el número de receptores a acetilcolina (ACh),
disminución en el contenido de lípidos, dano al hipocampo y células ˜ de Purkinje, aumento en la
formación de placas -amiloide (anormalidad clásica cerebral en pacientes que presentan
enfermedad de Alzheimer), exacerbación de lesiones inducidas por deficiencia de yodo y
acumulación de fluoruro en la glándula pineal12,13. Por otro lado, se ha reportado, en estudios
con modelos experimentales, que las crías de ratas a las que se les suministró una dosis de 5, 15 o
50 ppm de F en el agua de beber durante la gestación y lactancia presentan niveles
significativamente elevados de la enzima acetilcolinesterasa a los 80 días de edad posnatal. La
elevada actividad de la acetilcolinesterasa podría disminuir los niveles de ACh, y dado que dicha
enzima degrada el neurotransmisor ACh, se afecta de manera importante el desarrollo
cerebral14,15. La ACh participa en la regulación de diversas funciones, tales como el paso de
sueno a vigilia y procesos relacio- ˜ nados con el aprendizaje y la memoria, entre otros. Por otro
lado, a nivel cerebral existen mecanismos precisos que regulan su síntesis y liberación; lo cual es
importante ya que cambios en la concentración de cualquier neurotransmisor durante el
desarrollo pueden tener consecuencias neurológicas permanentes que se manifiestan en la vida
adulta11. Se ha reportado que en ratones tratados con agua fluorada se altera el proceso de
aprendizaje y memoria. Se encontró que la capacidad de aprender disminuye en los sujetos que
beben agua con concentraciones elevadas de F en comparación con los que beben agua con una
concentración más baja15. Algunas investigaciones realizadas con sujetos expuestos crónicamente
al F debido a la contaminación industrial reportan que los individuos presentan dificultad para
concentrarse, alteración en algunos aspectos de su memoria, fatiga y malestar general16. Por otro
lado, estudios realizados en China con población humana demostraron que la concentración de 3-
11 ppm de fluoruro en el agua potable afecta a la función del sistema nervioso sin causar
malformaciones físicas previas. Se evaluó coeficiente intelectual (CI) en ninos de comunidades en
las ˜ que la exposición a F es elevada (4-12 ppm) y se detectó un CI significativamente menor en
comparación con aquellos que viven en comunidades que presentaban concentraciones cercanas
a 0,91 ppm6. En otra investigación realizada con ninos entr ˜ e6y8anos ˜ se observó un bajo nivel
de organización visuoespacial, lo que afecta su habilidad en la lectura y la escritura; además se
registró una concentración de F en la orina de 4,3 mgf/creatinina. Al respecto se ha reportado que
los niveles de este elemento químico también se encuentran elevados en la orina de las personas
que consumen agua con concentraciones elevadas de F, lo que sugiere que existe relación entre el
consumo de F en el agua de beber, la concentración de F excretada a través de la orina y el CI17.
Algunos investigadores sugieren que mediante la ingesta adecuada de yodo se podría tratar o
contrarrestar el efecto tóxico del F sobre el cerebro y el CI. Por otro lado, en investigaciones
realizadas en animales se ha observado una recuperación parcial de todos los parámetros
estudiados cuando se retira la exposición al F; sin embargo, esta recuperación sobre los efectos
tóxicos es más completa cuando se administra ácido ascórbico, calcio o vitamina E solos o en
combinación, aunque en combinación la recuperación muestra ser más efectiva18. Sin embargo,
se requieren hacer más estudios al respecto. Conclusión El F es un elemento químico que se
encuentra en altas concentraciones en la corteza terrestre. Muchos de los países donde la fuente
principal de suministro de agua potable es de origen hidrotermal, la concentración de F sobre pasa
lo permitido por la norma oficial correspondiente. Hasta ahora los trabajos reportados plantean
interesantes controversias acerca del papel que desempena el F en la salud. ˜ Sin embargo, existen
datos que comprueban que el F tiene efectos tóxicos sobre el sistema nervioso central, lo cual
depende de la dosis administrada, la edad y el tiempo de exposición al mismo, por lo que se
recomienda considerar la situación geográfica en la que se encuentra una determinada población
y la calidad del agua que se consume para tomar medidas preventivas para su uso y en localidades
en las que la concentración de fluoruros sea mayor de 0,7 mg/l, evitar el consumo de agua
potable, sal fluorada y el uso de pastas dentales y artículos que contengan F.