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9 - Capítulo VII

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Estrategia y Táctica en Ajedrez - Max Euwe - Prof.

José Luis Matamoros

Capítulo VII

COMBINACIONES COMPUESTAS

En los capítulos anteriores hemos debilidad se transmiten y se distribu-


clasificado las combinaciones y discu- yen por igual. Si la cuerda está demasia-
tido separadamente cada clase. De ese do tensa, hay posibilidad de combina-
modo pudimos distinguir, desde un ción. Esta será siempre dirigida hacia
punto de vista teórico; dos grupos con el punto más débil del campo contra-
un total de doce tipos. Con todo, en rio; al mismo tiempo, sin embargo,
la práctica raramente ocurre que una deberá también tomar en cuenta otras
u otra combinación aparezca en una “debilidades secundarias”. Estas casi
forma absolutamente pura. En el tras- siempre se hallan presentes y ofrecen
curso de una partida, las piezas de aje- varios puntos de contacto para la com-
drez “viven” en un mundo en el que la binación, al mismo tiempo. Frecuente-
suerte de una de ellas puede afectar a mente, un punto único de contacto no
la suerte de todas. Esto es aún más evi- provoca una combinación. Dos pun-
dente cuando las piezas en cuestión se tos de contacto son comparativamente
hallan muy cerca unas de otras. Cuan- demás importancia. Puede decirse que
to menor sea la distancia, más fuerte la probabilidad de una combinación
es la conexión. Si una pieza está menos aumenta progresivamente con cada
favorablemente colocada, entonces, nuevo punto de contacto. La combi-
por regla general, otras piezas deberán nación adquiere entonces mayor com-
acudir rápidamente en su auxilio, con plejidad; puede ser simultáneamente
el inconveniente de verse obligadas a una combinación en campo abierto y
abandonar sus puestos ventajosos. Las para dar el mate, o puede contener va-
piezas son como alpinistas que, unidos rias clases de combinaciones de campo
unos a otros por medio de cuerdas, se y de dar el mate. En tal caso, decimos
esfuerzan por ascender a una difícil que es una combinación compuesta. La
cumbre o pueden todos mantener su palabra “compuesta” no se refiere a la
equilibrio en un momento crítico o se combinación en sí, sino a los puntos
precipitan todos al abismo. Las piezas de contacto de la combinación.
de cada jugador están también unidas En primer término, daremos aquí
unas con otras con una cuerda invisi- un práctico ejemplo de esa combina-
ble, por medio de la cual la fuerza y la ción compuesta:
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Estrategia y Táctica en Ajedrez - Max Euwe - Prof. José Luis Matamoros
DIAGRAMA Nº 50 ta la 1), ya sea por una combinación
de ruptura o por una combinación pe-
netrativa. La probabilidad de éxito es
tanto mayor cuanto que la única pieza
defensora, la dama blanca (ver 2), está
“comprometida”.
Los puntos de contacto, por consi-
guiente, son:
Superioridad material en el flanco
del rey, ventaja en el desarrollo y so-
brecarga de tarea de la dama contraria.
Veremos sucesivamente: una com-
binación penetrativa, que expone al
Juegan las negras rey blanco; una combinación sobrecar-
De una partida Rotlevi contra gada, que lleva a la dama negra a la ac-
Rubinstein, Lodz, 1907 ción, y, finalmente, una combinación
lateral en la séptima fila, que cumple la
Una ojeada a esta posición nos dice: sentencia contra el rey expuesto.
1. En el flanco del rey de las blancas, La partida sigue así:
sus peones g y h están todavía intactos. 1... £h4!
2. Las negras tienen superioridad Debido a los puntos de contac-
de piezas atacantes disponibles: su Al- to existentes, también se pudo haber
fil b6, su Dama y su Caballo en g4 con- ensayado 1...¤xh2; pero las blancas
tra la dama blanca (los efectos del alfil habrían contestado con 2.£h5 (ame-
e4 blanco y del alfil b7 negro se neu- nazando mate en dos jugadas), 2. ...
tralizan mutuamente). El alfil b6 negro ¥xe4 3.¤xe4 ¤xf1 4.¦xf1, y las blan-
es especialmente poderoso, a causa del cas habrían emprendido un muy pe-
dominio que ejerce sobre la casilla g1. ligroso ataque. Entre otras amenazas,
3. Las torres negras están mejor estaría el sacrificio ¤f6+.
ubicadas que las blancas, lo que es una 2.g3 ...
ventaja en el desarrollo. Después de la alternativa 2.h3 ...
4. La dama y el caballo blancos pro- de la defensa, la combinación seguiría
tegen al alfil e4, pero el caballo se en- sobre las líneas proyectadas. Por ejem-
cuentra en la columna dominada por plo, suponiendo que no estuviera allí
la Torre c8 negra; en realidad, la dama la dama blanca, las negras ganarían
blanca está sobrecargada. con 2. ... £g3 (amenazando el mate),
Gracias a las consideraciones 2 y 3, 3.hxg4 £h4 mate (una típica combi-
uno puede ensayar una combinación nación penetrativa, que convendría
para dar el mate (sin tomar en cuen- aprender de memoria). El problema,

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por consiguiente, es: ¿cómo se elimi- rres blancas son ineficaces.
na a la dama blanca? Sabemos que esa La dama blanca está todavía “com-
dama está ocupada en la defensa de su prometida”; esta pieza tiene que prote-
alfil e4, y nuestro objeto ahora es ha- ger a su alfil e4, tarea muy importante,
cer uso de ese compromiso: 2...¦xc3 puesto que el rey, después de una po-
3.¥xc3, ¥xe4 4.£xe4, £g3!, etc. Esto, sible jugada ¥xe4+, no tendrá casilla
sin embargo, es la variante más simple; alguna adonde ir. Las negras aplican
las blancas no necesitan contestar con ahora el principio de que debe atacarse
4.£xe4 ni con ¥xc3. Examinemos, a una pieza contraria que está compro-
por lo tanto, 4.£xg4, en vez de £xe4, metida en una importante tarea:
seguido de 4 £xg4 5.hxg4 ¦d3!; o 3... ¦d2! ...
3.£xg4 (en vez de ¥xc3), después de El golpe demoledor; las blancas tie-
lo cual 3. ... ¦xh3+ 4.£xh3 £xh3+ nen que abandonar la protección de
5.gxh3 ¥xe4+ 6.¢h2 ¦d2+, formaría su alfil e4, porque después de 4.£f3,
un brillante final. seguiría 4. ... ¦xh2 mate. Tampoco
En la continuación elegida, las blan- 4.¥xc3 bastaría, debido a 4. ... ¦xe2
cas traspasan la guardia de su peón h2 (o a la aún más fuerte 4...¥xe4+), con
a su dama. La sobrecarga se ha conver- una doble amenaza de mate.
tido así en un hecho: el caballo blan- 4.£xd2 ...
co ha sido reducido a la impotencia y, Sigue finalmente la combinación la-
después de esto, su dama tendrá que teral. El rey blanco está privado de su
proteger tanto a su peón h como al alfil protección de peones, mientras que las
e4. Sin embargo, el caso se simplificaría piezas defensoras son también escasas
grandemente si las jugadas … ¦xc3 y (Dama y, a lo sumo, la torre f1) y com-
¥xc3 ya se hubieran hecho. En el caso pletamente impotentes para resistir la
actual, las blancas no están obligadas a tremenda fuerza de las piezas atacan-
tomar la torre negra. tes, alfil e5, alfil b6, caballo g4 y torre
2... ¦xc3! c3.
La combinación sobrecargada di- 4... ¥xe4+
recta se produce ahora después de 5.£g2 ¦h3!
3.¥xc3? ¥xe4+ 4.£xe4 £xh2, mate. Una hermosa forma de rematar: se
3.gxh4 ... amenaza 6...¦xh2 mate, que, en reali-
Naturalmente, las negras han cal- dad, sigue después de 6.£xe4.
culado exactamente las consecuencias Este mate puede demorarse, a lo
de esta jugada. Se ha creado una situa- sumo, dos jugadas más, sacrifican-
ción enteramente distinta: las negras do algunas piezas: 6.¦f3 ¥xf3 7.¥d4
han perdido su dama, pero todas sus ¥xd4, pero seguirá, cualquier a sea la
demás piezas participan ahora activa- respuesta, 8. ... ¦xh2 mate.
mente en la lucha, mientras que las to-

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DIAGRAMA Nº 51 Las negras pueden perfectamen-
te rehusar este sacrificio y, en reali-
dad, deben rehusarlo, puesto que si
2...¢xe5 3.£c3+, que conduce al mate
en esta forma: 3. ... ¢d6 4.e5 mate, o
también 3...¢f4 4.¦f2+ ¢xe4 5.¥c2,
mate.
Sacrificando su torre por dos peo-
nes, las blancas han logrado destruir la
protección del rey negro, de modo que
amenazan ahora £c3, seguido de un
jaque descubierto. Esto solo no basta-
ría para asegurar el éxito de la combi-
Juegan las blancas. nación. Hay, sin embargo, varios otros
De una partida Noteboom factores favorables presentes:
contra Winter, Londres, 1929 a) La situación trabada y no prote-
gida del alfil d7 negro (motivo de ga-
Todavía tendremos que discutir va- nancia de material).
rios ejemplos de combinaciones com- b) La desfavorable situación de la
puestas. Sin embargo, no siempre será torre negra en su casilla de b6, en rela-
posible trazar líneas de demarcación ción de su rey (motivo de punto focal),
netas como en el último ejemplo cita- con el punto en d7 de las negras.
do. A muchas combinaciones puede e) El caballo negro dificulta la pro-
asignarse una idea central que caracte- tección de su alfil por la dama (motivo
riza su desarrollo, pero frecuentemen- de obstrucción) e impide la huida del
te el éxito se debe también a varias cir- rey negro por vía de su casilla c7 (otro
cunstancias accesorias. motivo de obstrucción).
La posición está bloqueada y, por lo 2. ... ¤b5
tanto, el rey negro parece seguro. Sin El propósito de esta jugada resul-
embargo, las blancas logran romper ta evidente de la última observación.
las fortificaciones negras por medio de Las negras sacrifican su caballo, a fin
sacrificios: una combinación de ruptu- de poder tomar el caballo blanco. Al
ra. mismo tiempo, logran impedir £c3. Si
1.¦xc5! dxc5 en vez de ello hubiesen jugado 2...¤e8
Las negras deben aceptar el sacrifi- (nueva obstrucción), habría segui-
cio, pues, si no lo hacen, quedarán con do 3.£c3, y el alfil negro se perdería
un peón menos, lo que prácticamente forzosamente. (El rey no puede evitar
las llevaría a perder la partida. el jaque descubierto y el alfil no tiene
2.¤xe5 ... ninguna casilla a su disposición.)

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Otras posibilidades son: 2...¤a8 DIAGRAMA Nº 52
3.£c3 ¥e8 4.¤g6+ ¢f7 5.£h8!, etc.;
o, si no, 2...¥e8 ( lo mejor); 3.£c3
¢g7 (impide entrar a la dama blan-
ca); 4.¤g6+ ¦f6 5.e5! ¦f7 6.e6+ ¦f6
7.¤xe7, con un decisivo avance de los
peones pasados.
3.cxb5 ¢xe5
Las negras pensaron que ahora po-
dían tomar el caballo (y escapar por vía
de su casilla c7), pero la continuación
demuestra que estaban equivocadas.
Después de 3...¥xb5 4.£c3, la situa-
ción sería igualmente desesperada. Juegan las blancas.
4.£c3+ ¢d6 De una partida Alekhine contra
No era posible 4...¢xe4, a causa de Colle, París, 1925
5.¥f3+ ¢f4 6.¦a4+ c4 7.£d4 mate.
5.£g3+ e5 En primer lugar mencionaremos
Forzoso. las jugadas que precedieron inmedia-
6.fxe6+ ¢e7 tamente a la actual combinación, en
7.exd7 forma de mostrar cómo las blancas
Las negras abandonan, puesto que crean puntos de contacto para ellas.
los dos peones pasados, combina- 1.£c6! £g5
dos, que compensan a las blancas de Las negras no podían cambiar las
la pérdida sufrida en el cambio, serán damas, puesto que ello habría acre-
muy pronto decisivos. (Por ejemplo: centado el valor del peón pasado. Sin
7. ... ¢xd7 8.bxa6 ¦xa6 9.¦xa6 £xa6 embargo, hubiera sido mejor para ellas
10.e5, etc. continuar con 1...¦d6, pues pronto
será evidente que la de g5 es una casi-
lla fatal para la dama.
2.¥xg6 ...
Las blancas están buscando una
oportunidad en su octava fila y, por lo
tanto, deben eliminar el caballo. Natu-
ralmente, 2...£xg6 es ahora imposi-
ble, debido a 3.£xd7 (porque la torre
negra en su casilla d8 tendría que per-
manecer en su primera fila).
2. ... hxg6

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Habría sido relativamente mejor de las movidas cuando se ejecuta una
2...fxg6, pero entonces hubiera se- combinación.
guido la muy fuerte jugada 3.£e6+ 1.¤f6+! ...
¢f8 4.¦c4, o si 3...¢h8 4.£xd7!; o si Método muy especial y notable de
3...¦f7 4.¦c8. romper la posición defensiva de peo-
Ahora están presentes todos los nes. La combinación se basa exclusi-
factores requeridos para el éxito de la vamente en el formidable poder de la
combinación. batería de las blancas, formada por el
3.£xd7 ¦xd7 alfil b2 y la Dama.
4.¦e8+ ¢h7 1. ... gxf6
5.¦cc8! No aceptar el sacrificio significaría
Y el mate en h8 sólo podrá evitarse perder en el cambio.
sacrificando la dama, puesto que el rey 2.£xf6 d4
no puede escapar por vía de sus casi- Aparentemente suficiente.
llas g6 o g5. 3.¦xd4 cxd4
De este modo, una combinación 4.¥xd4 ...
lateral en la octava fila y una combi- Se ha restablecido el poderío de la
nación obstructiva se han combinado batería dama-alfil y vuelve a amena-
espléndidamente. zarse mate.
4. ... ¢h7
DIAGRAMA Nº 53 Única, porque después de 4...¦e5
5.¥xe5 £xe5 6.£xe5, las negras que-
darían con demasiado poco material
contra la dama.
5.g4!! ...
Amenazando 6.£h8+ ¢g6 7.£g8+,
y mate a la siguiente; las negras no pue-
den parar esta amenaza. Si mueven su
alfil, seguirá inmediatamente el mate
en su casilla g7, e igualmente, después
de 5...h5 6.£h8+ ¢g6 7.£xh5 mate.
Parecería como si las blancas pudie-
ran haber ejecutado la combinación en
De una partida Lachmann contra un orden diferente: 5.£h8+ (en vez de
Müller, Sakhsassa, Finlandia, 1934 5.g4), 5. ... ¢g6 6.g4, pero entonces
las negras podían salvar la partida en
Damos este ejemplo, con objeto de una forma sorprendente : 6. ... £xh2+
mostrar cuán extremadamente im- 7.¢xh2 ¥d6+ y ¦xh8 (combinación
portante es observar el orden correcto desenmascarando).

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DIAGRAMA Nº 54 alfil negros pueden ser atacados simul-
táneamente, por ser el punto focal su
casilla f5.
La cuestión es saber si hubiera sido
o no mejor aquí 3...¥b6. Las blancas
hubieran tenido entonces la elección
entre tres buenas continuaciones: 4.b4
¤cd7 5.¤e6+; o ésta: 4.£xd6, ame-
nazando 5.b4, seguido de c5; o, si no,
finalmente: 4.¤f5+ ¢g6 5.¤e7+ ¢f7
6.¥xf6 ¢xf6 7.£xd6+ ¢f7 8.¤f5.
Esta última variante parece ser la más
eficaz.
Juegan las blancas. 4.¤f5+ ¢f7
De una partida Kmoch contra 5.£c7 ...
Yudovich, Leningrado, 1934 Como resultado de esta clavada,
se amenaza ahora £xe7+, o también
Aquí notamos varias clases de de- ¤xd6+ y £xc5.
bilidades de las piezas, combinadas en 5. ... ¤g8
un solo ejemplo. Las blancas han sa- 6.¤xd6+ ¢e6
crificado una pieza por dos peones y, Con esto las negras evitan pérdida
en cambio, han podido atacar al rey de material por tanto tiempo como sea
negro. Ahora consideran que ha llega- posible.
do el momento para decidir la partida: 7.f5+ ¦xf5
sacrifican sus dos torres por la dama 8.¤xf5 ¢xf5
enemiga, a fin de penetrar en el campo 9.£e5+ ¢g6
contrario con su propia dama. Ahora la torre y el rey negros están
1.¦g7+ £xg7 bajo una doble amenaza, con el punto
2.¦xg7+ ¢xg7 focal en su casilla de e4, que está pro-
3.£xc6 ... tegida por su caballo en c5.
La torre negra está amenazada 10.b4! ...
(obstrucción por el alfil); su caballo en El ataque contra el caballo sobre-
c6 está clavado por el alfil “enmascara- cargado es decisivo.
do” blanco, y su peón d6 está sin pro- 10. ... ¥f6
tección. 11.£xc5
3. ... ¥e7 Las negras abandonan, porque 11.
Ahora se presenta una segunda po- ... ¥xc3 no sirve, debido a 12.£c6+
sibilidad de clavamiento: el rey negro (el alfil negro tiene que quedarse don-
detrás de su alfil. Además, el rey y el de está, pues, de no ser así, la casilla c6

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de las negras se convertiría en el punto 1... £xc2
focal de su rey y su torre). Forzoso, puesto que 1...£xh4; sería
contestado con 2.fxg7 ¦g8 3.f6.
DIAGRAMA Nº 55 2.fxg7 ¦g8
Ahora aparecen claros los moti-
vos: el sacrificio de la dama sirvió para
destruir la protección del rey negro,
y, lo que es muy curioso, para lograr
ese propósito las blancas tenían, ante
todo, que hacer salir de su columna e a
su propio peón e. Después de la jugada
del texto, el rey negro queda expuesto a
un ataque directo en la abierta colum-
na del rey; una combinación de mate
directo puede seguir ahora. Esta tiene
éxito, debido: a), a la obstrucción del
Juegan las blancas Caballo y de la Torre c8 negros, y, b), a
De una partida Lilenthal contra la debilidad de su dama, debido a que
Capablanca, Hastings, 1935 el caballo blanco puede amenazarla en
una movida. Las negras, por lo tanto,
La última movida de las negras fue no tienen tiempo para salvaguardar a
... £e4, con la que esperaban forzar el su rey.
cambio de damas, puesto que se ame- 3.¤d4! £e4
naza tanto ... £xc2 como ...£xe5. Sin Las negras tienen que retirar su
embargo, siguió aquí una sorprenden- dama. Después de 3...£xc3, hubiera
te combinación: seguido, 4.¦ae1+ ¤e5 (obstrucción
1.exf6! ... del Caballo); 5.¦xe5+ ¢d7 6.¦d5+
Es obvio que la posición puede con- ¢e8 (obstrucción de la torre c8 ne-
tener una combinación; el rey negro gra); 7.¦e1+, que de igual modo ga-
todavía está en su casilla originaria; su nará la dama. (Una jugada más fuerte,
caballo está atacado en f6, y su dama aunque más complicada, sería 6. ¦d1).
queda “en el aire”. Es, por otra parte, 4.¦ae1 ¤c5
evidente cuál ha de ser la primera ju- 5.¦xe4+ ¤xe4
gada en este caso. Más aún, es un mé- 6.¦e1 ...
rito para el primer jugador haber tra- El clavamiento del caballo negro es
zado la combinación, porque es muy el último eslabón en esta combinación
raro que el sacrificio de una dama ten- en cadena.
ga éxito sin la presencia de una combi- 6. ... ¦xg7
nación de mate forzoso. 7.¦xe4+

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Las negras abandonan, por estar en la partida se efectuó la jugada 5. ¢f2,
desventaja, tanto de material como de menos poderosa, de modo que las ne-
posición. gras pueden todavía defenderse por
algún tiempo por medio de 5...£g7).
DIAGRAMA Nº 56 5. ... ¤f6
Si 5...£g7; pierden la dama, a causa
de 6.¦h5+ y ¦g5.
6.£h4+ ...
Y las negras tienen que sacrificar su
dama, a fin de evitar el mate: 6. ... ¢g8
(si 6...¢g7 7.¤f5+); 7.¦g5+, etc.

DIAGRAMA Nº 57

Juegan las blancas


De una partida Capablanca
contra Kan, Moscú, 1935

Las blancas hacen excelente uso de


la expuesta situación del rey negro, así
como de la desfavorable posición rela-
tiva de su Rey y su Dama (punto focal
de las negras, f4): Juegan las negras
1.¥xg6! ¢xg6 De una partida Spielmann contra Pirc,
Naturalmente, no es posible Moscú, 1935
1...¤xg6; a causa de 2.¤f5+.
2.£c2+ ¢f6 Aparentemente, las negras podrían
Única casilla adonde debe ir el rey aprovechar la amenaza enmascarada
negro, pues, de no hacerlo, seguirá de su torre contra la dama y el hecho
¤f5+. de que el alfil blanco en d4 está clava-
3.£f5+ ¢g7 do. Por eso juegan:
4.£xg4+ ¢h7 1... c5
Si 4...¢f6; seguiría 5.£g5 mate. Después de 2.¥e3, seguiría 2. ...
5.¦e5! ... ¥xh2+ (combinación desenmascaran-
La ejecución; ahora se amenaza el do); 2.¥xf6, es igualmente contestado
mate en la casilla h5 de las blancas. (En con 2. ... ¥xh2+. Las blancas, sin em-

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bargo, pueden tener una sorpresa re- 7.¦xe5+ ...
servada, con la que fuerzan el triunfo. La combinación ejecutiva.
2.¥e5!! ... 7. ... ¤xe5
Placiendo uso del clavamiento del 8.¤xe5 ¥e6
alfil d6 del negro. Las negras hacen buen uso de la
2... fxe5 circunstancia de que el alfil blanco
3.¤xe5 ... no puede desamparar la casilla de d1
Ahora amenaza £f4+, con mate en (para evitar el mate en la última fila),
pocas jugadas, que las negras no po- pero ya no es posible salvar la partida.
drán parar decisivamente. La combi- 9.¦e1 ...
nación de las blancas se basa aparente- Con la captura del alfil negro, pues-
mente en la situación expuesta del rey to que 9. ... ¥xb3; o cualquier otra mo-
negro y en la desfavorable ubicación vida de ese alfil, acarrea la pérdida de
de las piezas negras en el flanco de la la dama, después del jaque descubierto
dama (obstrucción). dado por el caballo blanco (combina-
3. ... c4 ción de clavamiento y desenmascaran-
Que permite a su rey escapar por do).
vía de g8.
4.£f4+ ¢g8 DIAGRAMA Nº 58
5.£f7+ ¢h8
6.¦xd6
Esta combinación en la octava fila es
la consecuencia de estar las negras re-
trasadas en su desarrollo. La combina-
ción que acabamos de ver no ocurrió
en la verdadera partida, que continuó
como sigue:
1... ¥g4
2.£e3 £h5
Se amenazaba 3. ... ¥xh2+.
3.e5 fxe5
4.¥c5 ... Juegan las blancas.
Las negras deben perder, puesto De una partida Lasker contra
que no pueden colocar a su rey en una Pirc, Moscú, 1935
situación segura. (El alfil b3 blanco
domina la casilla g8). Las blancas están muy adelantadas
4. ... ¥xc5 en su desarrollo, mientras que el rey
5.£xc5+ ¢e8 negro todavía no está en sitio seguro.
6.¦e1 ¤d7 Esto, sin embargo, no implica que las

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Estrategia y Táctica en Ajedrez - Max Euwe - Prof. José Luis Matamoros
blancas estén mejor colocadas. Si las derrota.
negras pueden completar su desarrollo 4.¤f5! ¦e8
sin accidentes, su posición será prefe- La alternativa es 4...£c7 5.¤a4! (si
rible, puesto que tienen los dos alfiles y 5.¥b6 £xb6+!); 5...¦f8 6.£xh7 ¢e8
superioridad en el centro. Las blancas, 7.¤g7+, etc.
por lo tanto, deberán actuar inmedia- 5.¤xd6!
tamente, o será muy tarde para ellas. Y gana (5. ... ¥xd6 6.¥b6+ ¥c7
Pero, ¿cómo atacar la posición de las 7.¦d1+).
negras? El centro de éstas previene
cualquier acción de las piezas avanza- Para terminar este capítulo, damos
das blancas. Pero si examinamos con aquí una profunda combinación de
más detenimiento la condición de las ruptura, tomada también del torneo
casillas críticas, notamos que el peón de Moscú.
e6 negro está sobrecargado con la
guardia de las casillas d5 y f5 propias. DIAGRAMA Nº 59
Las blancas basan entonces la siguiente
ingeniosa combinación en ese hecho y
en la situación expuesta del rey.
1.¦xf6! ...
Combinación penetrativa que da a
la dama blanca la posibilidad de entrar
en el campo de las negras.
1. ... gxf6
2.£h5+ ¢d8
Después de 2...¢e7; podemos ob-
servar la combinación sobrecargada en
su forma pura: 3.¤f5+! exf5 4.¤d5+
¢d8 (si 4...¢d7 5.¤b6+; o si 4...¢e6 Juegan las negras.
5.£e8+); 5.¥b6+ ¢d7 6.£f7+, etc. De una partida Goglidse contra
3.£f7! ... Flohr, Moscú, 1935
Ahora el peón e6 negro está clava-
do (£xc4), de modo que la casilla f5 Esta posición contiene una compli-
de las blancas ha quedado enteramen- cada combinación, que debe su éxito
te libre. a la expuesta situación del rey blanco
3. ... ¥e7 (por la ausencia del peón g), al com-
En la partida verdadera se jugó promiso de su torre d1 de proteger a su
3...¥d7, después de lo cual vino caballo, a la obstrucción por su torre
4.£xf6+, seguido luego de £xh8, lo d1 (que impide el paso de la otra torre)
que rápidamente llevó a las negras a la y, finalmente, a la posición no protegi-

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Estrategia y Táctica en Ajedrez - Max Euwe - Prof. José Luis Matamoros
da de su alfil f4. El papel desempeñado 10.¦g1 ¦ae8!
por esos puntos de contacto se mues- 11.¦g2 ...
tra en el curso de la combinación: Necesario, a causa de la amenaza
1... ¤xf2 11.¦cf1 £h2+ 12.¦g2 £xf4+.
2.¢xf2 £h4+ 11... £h4+
El punto focal de las debilidades si- Y mate en unas pocas jugadas más
multáneas del alfil f4 y del Rey. (12.¢g1 ¦e1+, etc.).
3.¢f3 ¥xh3
4.¥xh3 ...
Forzoso, porque se está amenazan-
do tanto ... £g4+, como ...¥xg2+.
4... £xh3+
5.¢f2 ...
Después de 5.¥g3 ¥e5; se ve aquí
el significado de los puntos de contac-
to aún no usados: el alfil blanco en su
casilla de g3 no puede ser protegido ni
por su torre d1, debido a que tiene que
estar protegiendo al caballo, ni por la
torre c1, debido a la obstrucción por la
torre d1.
5... £h4+
6.¢f3 ¥e5
Eliminando la última protección
del rey blanco.
7.e3 ...
Igualmente se pierde con 7.¥xe5
¦xe5; nuevamente porque la sobre-
carga y la obstrucción tornan inútiles
para la defensa a las dos torres.
7. ... ¥xf4
8.exf4 £h3+
9.¢f2 ¦e3
Por fin el caballo ya no necesita pro-
tección y, por consiguiente, la torre d1
blanca podrá moverse. Sin embargo,
no es posible salvar la partida, pues-
to que ahora la dama negra participa
también en el ataque.

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