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Ajedrez - El Arte Del Ataque

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El arte del ataque

Zenón Franco

esfer@ editorial
Primera edición en Andorra, noviembre 2008

Edita Esfera Editorial


Apartat de Correus 2052
Principat d’Andorra

http://www.esferaeditorial.com
info@esferaeditorial.com

© Zenón Franco Ocampos, 2008


© Esfera Editorial, 2008

ISBN:
Depósito Legal: AND.
Impreso en Andorra por Impremta Solber
Portada y maquetación: Esfera Editorial
Fotos: Archivos de Esfera Editorial y Peón de Rey

Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones


establecidas en las leyes, quedan rigurosamente
prohibidas, sin autorización escrita de los titulares del
copyright, la reproducción parcial o total de esta obra
por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la
reprografía y el tratamiento informático, así como la
distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo
públicos.
El arte del ataque 5

Índice general

Bibliografía. 6
Introducción. 7

Capítulo 1. El Rey en el centro. 11

Capítulo 2. Enroque largo vs. Enroque corto. 35

Capítulo 3. Ataques al enroque. Reyes en el mismo flanco. 63

Capítulo 4. Aprovechamiento de las ventajas temporales. 84

Capítulo 5. Los Alfiles de Horwitz. 117

Capítulo 6. Miscelánea. 149


La fuerza del Cf5. 149
Maniobras con las piezas pesadas. 161
El centro de peones. 172

Soluciones de los ejercicios. 187

Índice de jugadores. 231


Índice de aperturas. 232
6 El arte del ataque

Bibliografía

El Ajedrez como yo lo juego. Paul Keres, Editorial Sopena 1963.


Second Piatigorsky Cup. Isaac Kashdan, Dover 1968.
The Life and Games of Mikhail Tal. Mikhail Tal, RHM Press 1976.
El Estilo Posicional. Vladimir Simagin, Editorial Aguilera 1983.
Averbakh´s Selected Games. Yury Averbakh, Cadogan 1998.
Super Nezh. Alex Pishkin, Thinkers Press 2000.
Storming the Barricades. Larry Christiansen, Gambit 2000.
My Best Games of Chess. Vishy Anand, Gambit 2001.
I play against the pieces. Svetozar Gligoric, Batsford 2002.
Smyslov´s Best Games Volume I y II. Vassily Smyslov, Chess Agency CAISSA-90 2003.
Mis geniales predecesores Volumen 2. Gary Kasparov, Ediciones Meran 2004.
School of Chess Excelence. Mark Dvoretsky, Vol 1 a 4, Edition OLMS 2001 a 2004.
Garry Kasparov´s Greatest Chess Games Volume 1. Igor Stohl, Gambit 2005
Mis geniales predecesores Volumen 3. Gary Kasparov, Ediciones Meran 2005.
Secrets of Chess Training, Mark Dvoretsky. Edition OLMS 2006.
Mis Geniales Predecesores Volumen 4. Gary Kasparov, Ediciones Meran 2006.
The Revolution in the 70s. Part 1 Garry Kasparov, Everyman Chess 2007.
San Luis 2005. Alik Gershon & Igor Nor, Quality Chess 2007.

Chess Informant, 1 a 99. 1966 a 2007.


New in Chess Magazine 1984 a 2007.

Mega 2008, Chessbase, 2008.


ChessToday años 2005 a 2007.

Schredder 9
Fritz 10
Deep Junior 10
Rybka 2.3
Prólogo 7

Prólogo

Cuenta Mikhail Tal que el día antes de que comenzara el Memorial Alekhine de 1963, durante
el cumpleaños de uno de sus amigos, no ajedrecista, alguien repentinamente expresó su deseo
de que “El Mago de Riga” sacrificara algo en su primera partida, contra el holandés Kuijpers.
-”¿Qué pieza y en qué casilla le gustaría?” preguntó Tal, en broma, su interlocutor dijo que
preferiría un caballo en “e6”.
Lógicamente Tal olvidó la conversación. Al día siguiente la partida con Kuijpers fue tranqui-
la, luego se complicó, y en medio de un apuro de tiempo febril, se llegó a la siguiente posición:

Tal M. - Kuijpers F.
Alekhine mem Moscú, 1963
XIIIIIIIIY
9-+-+-+-+0
9+-zpN+Qzpk0
9p+-wq-+-zp0
9+-+-+-+-0
9-tr-+-zP-+0
9+-+-+-+P0
9P+-+-+P+0
9+-+-+-mK-0
xiiiiiiiiy
Las últimas jugadas fueron: 36.¤f8+ ¢h8 37.¤e6 y ante el mate inevitable, las negras aban-
donaron.
Al bajar del escenario sus amigos se arremolinaron en torno a él, “¡Dios mío!, ¿lo has hecho
a propósito?”, preguntó uno de ellos. Tal no entendía a qué se refería, y le aclararon, “Bueno,
hacer que tu última jugada fuera ¤e6”, le aclaró su amigo.
Sólo entonces Tal recordó lo del día anterior y comprendió lo sucedido, y relata: “Me di cuen-
ta de que mi prestigio sobre el ajedrez en estos círculos había aumentado drásticamente, y así,
para mantenerlo, pregunté pomposamente: ¿Qué sacrificio te gustaría mañana y dónde?”.
Esta divertida anécdota de uno de los mayores virtuosos del ataque de la historia, muestra
hasta qué punto el curso de la partida no depende tanto de la propia decisión, como del cariz
propio que la partida va tomando, lo que depende de una multitud de elementos.
Ni aun siendo Tal, uno puede ir a jugar una partida, aspirar profundamente y con mirada fiera
hacia el infinito y aire decidido, simplemente decirse: “¡Hoy voy a atacar!”.
Para ello es indispensable que existan factores que lo aconsejen, y según Steinitz, hasta lo
obliguen, pues como dijo el primer Campeón del Mundo, “El que tiene ventaja está obligado a
8 El arte del ataque

atacar, o perderá su ventaja”.


Esta frase es también aplicable a posiciones equilibradas, donde hay superioridad en un ala,
que por lo general implica que el adversario la tiene en el otro flanco, por lo que si no progresa
en el ataque propio, es claro que se cede la iniciativa al otro bando.
Hay estructuras que claramente fuerzan a atacar, una muy familiar es cuado los reyes están
enrocados en flancos opuestos, muchas veces quien llega antes en la carrera de ataques, resulta
vencedor.
Otro ejemplo claro es poseer la pareja de alfiles apuntando al enroque, con sus diagonales
abiertas, o una columna abierta sobre el enroque adversario, etc., claro que la primera idea, y
posiblemente la correcta, sea atacar al rey enemigo.
Hay jugadores de ataque por excelencia, vienen de inmediato a la memoria Adolf Anderssen,
Mikhail Tal, o el joven Paul Keres, Garry Kasparov, y en la actualidad Veselin Topalov, por citar
a algunos, pero en el ajedrez moderno se ven más jugadores de estilo multifacético, capaces de
jugar con igual destreza todas las posiciones.
Es el llamado “estilo universal” cuyo principal exponente ha sido Boris Spassky, en esa clasi-
ficación se pueden englobar Vishy Anand, Boris Gelfand, Vassily Ivanchuk, y muchos otros.
Tal vez haya que hacer una salvedad con respecto a algunas partidas de maestros de primer
nivel, la teoría de las aperturas llega hasta entrado el medio juego, y la moda ajedrecística hace
que se repitan líneas complejas, por lo que algunos días los maestros de primera fila tienen más
posibilidades de saber si la partida del día será una compleja lucha táctica, con ataques, o un
final más sencillo.
Pero eso es ajeno a la mayoría de los ajedrecistas, que somos simples mortales, y donde la
lucha real en el tablero comienza mucho antes.

El ataque en ajedrez tiene una de importancia capital, y dominar sus secretos es un sueño al
que todos anhelamos llegar, pero claro que el arte del ataque no se limita a rematar con brillan-
tez posiciones ventajosas.
En cierta ocasión Bogoljubow se refirió al extraordinario juego de Alekhine, Bogoljubow con-
sideraba que podía rematar las partidas con igual eficacia que Alekhine, la diferencia es que él
no podía llegar a esas posiciones con la misma facilidad que llegaba Alekhine.
Construir esas posiciones es lo más difícil, en este libro veremos partidas no sólo con remates
brillantes sino también examinaremos las distintas fases de la creación de esos remates.
Para ello, dentro de cada partida principal, con frecuencia, veremos partidas completas que
nos ayudarán a tener una idea más amplia, y comprenderla mejor.
La elección de los ejemplos tuvo como guía no repetir, salvo alguna excepción, partidas de-
masiado conocidas, y ya ampliamente comentadas.

El libro consta de seis capítulos, que describiremos brevemente:

• El Capítulo 1 tratará de posiciones donde al menos uno de los dos bandos, queda con el rey
en el centro y ello tiene un rol importante en la partida.
• En el Capítulo 2 examinaremos posiciones de ataque con los reyes situados en flancos
opuestos.
• En el Capítulo 3 se analizarán partidas donde el ataque se centra contra el rey enrocado en
el ala rey, y se explotan debilidades concretas del enroque.
• El Capítulo 4 estará dedicado a posiciones donde se fuerza o se aprovecha la superioridad
de fuerzas atacantes donde se encuentra el monarca adversario.
• El Capítulo 5 lo dedicaremos a desmenuzar posiciones con los llamados “Alfiles de
El arte del ataque 9

Horwitz”
• En el Capítulo 6 analizaremos diferentes motivos estratégicos que tienen gran importan-
cia en respecto al ataque.

Antes de cada partida se hará una breve descripción de la lucha, durante la partida, se mos-
trarán ejemplos relacionados con la partida para tratar de entender mejor lo que sucede, y al
final se hará una revisión algo más amplia de los momentos clave y enseñanzas de la partida.
Tras finalizar los capítulos habrá ejercicios con los temas tratados en ellos, que son una
continuación de los temas explicados y lo que en cierta manera representa una prueba princi-
palmente para el lector, pero también para el autor, y cuanto más acertado se muestre el lector,
más satisfecho se encontrará quien escribe.

Tras el agradecimiento al MI David Martínez Martín por sus observaciones y sugerencias,


nuevamente deseo expresar que todas las fases de creación de este libro han sido muy placen-
teras, partiendo desde la desorientación inicial, donde uno parece estar ante una montaña casi
imposible de escalar, hasta que las ideas van cobrando forma y la meta de intentar transmitir
lo que uno desea ya no parece inalcanzable, hasta sentir que el libro va “cobrando vida propia”,
con cierta armonía, provoca en este autor un inmenso placer.

Dedicado a:
Asunción y Tea.
10 El arte del ataque

Símbolos ajedrecísticos:

² Pequeña ventaja blanca. ?? Muy mala jugada.


³ Pequeña ventaja negra. !? Jugada interesante.
± Clara ventaja blanca. ?! Jugada dudosa.
μ Clara ventaja negra. … Con la idea de.
ќ Decisiva ventaja blanca. x Debilidad / Mal ubicado.
° Decisiva ventaja negra. ™ Jugada única.
# Mate. ¹ Es mejor.
› Juego incierto. ” Centro.
© Compensación. ’ Diagonal.
ƒ Iniciativa. ‘ Columna.
‚ Ataque. » Flanco de rey.
„ Contrajuego. « Flanco de dama.
‰ Ventaja de desarrollo. ¬ Final.
† Ventaja de espacio.  Pareja de alfiles.
‡ Zugzwang. ® Alfiles de color opuesto.
! Buena jugada. ¯ Alfiles del mismo color.
? Mala jugada. ћ Peón pasado.
!! Excelente jugada. “ Tiempo.
El rey en el centro 11

1. El rey en el centro

En este primer capítulo veremos partidas donde el rey queda momentánea o permanente-
mente en el centro.
Es claro que el rey en el centro está generalmente más vulnerable que en un flanco, pues
tiene poca protección, y es peligroso no ponerlo en seguridad una vez que las piezas estén de-
sarrolladas, si bien pocas veces queda voluntariamente en el centro sin recibir nada a cambio.
Puede haber varias razones para dejar al monarca más tiempo del recomendable en el cen-
tro. La más común es que sea a cambio de lograr ventaja material, y se confía en solucionar los
problemas momentáneos del rey en el centro. También puede haber ventajas a largo plazo,
como mejor estructura, pareja de alfiles, etc., y también que el rey esté más seguro en el centro
que en un flanco donde todas las piezas del adversario están esperando a que se enroque para
iniciar un peligroso ataque.
Si está claro cuál es el límite entre un riesgo asumible y una decisión temeraria, es fácil to-
mar una decisión, pero no siempre lo es.

Partida Nº 1 Kupreichik V. - Skembris S.


EU-chT Debrecen, 1992
Tenemos claro que perder tiempos con las Defensa Petroff [D42]
piezas negras, aún con aparentemente fun-
dadas razones, puede tener consecuencias 1.e4 e5 2.¤f3 ¤f6 3.¤xe5 d6 4.¤f3 ¤xe4
fatales, en cambio si ello es realizado por las 5.c4 ¥e7 6.d4 0–0 7.¥d3 ¤g5 (D)
blancas generalmente no es tan grave, ya que XIIIIIIIIY
la ventaja de salida minimiza los defectos de 9rsnlwq-trk+0
perder un tiempo.
También es importante el tipo de posici- 9zppzp-vlpzpp0
ón, si el centro está cerrado, esa pérdida tiene 9-+-zp-+-+0
menos importancia, y hay más probabilidades 9+-+-+-sn-0
de que la “falta” quede sin castigo, y se justi-
ficaría consumirlo para lograr alguna ventaja 9-+PzP-+-+0
permanente. 9+-+L+N+-0
En nuestra primera partida se da un caso 9PzP-+-zPPzP0
atípico, las blancas no quieren simplificar, y
para no cambiar piezas, no dudan en perder 9tRNvLQmK-+R0
algún tiempo, confiando en recuperar los ti- xiiiiiiiiy
empos acosando a las piezas del adversario. Las capturas 8.¤xg5 y 8.¥xg5 son las ju-
Veremos que también en este tema hay gadas más usuales, pero el conductor de las
límites, aunque para demostrarlo las negras piezas blancas, de marcado estilo agresivo, no
tengan que hacer gala de una gran imagina- quiere un curso tranquilo, desea conservar la
ción. mayor cantidad de piezas posible, por lo que
12 El arte del ataque
XIIIIIIIIY
realiza una jugada ambiciosa y atípica
8.¤fd2?! 9r+lwq-trk+0
Las blancas contradicen las reglas del de- 9zppzp-vlpzpp0
sarrollo e intentan demostrar que el ¤g5 está 9-+-zp-+-+0
mal situado, la idea es ganar tiempos con f4 y
luego volver con el caballo a f3. 9+-+-+-sn-0
Este tipo de maniobra, que busca algún 9-snPzP-+-+0
tipo de ventaja, como la espacial, pero que va 9+N+L+-+-0
en contra del desarrollo natural, sería muy
arriesgado jugado por las negras, pero con 9PzP-+-zPPzP0
blancas, el tiempo de ventaja puede hacer de 9tRNvLQmK-+R0
paraguas y es una idea a tener en cuenta, si fi- xiiiiiiiiy
nalmente se demuestra que no fue ventajoso, 10.f4?
el castigo por lo general no es grave. Esto ya es jugar con fuego, era preferible
Aquí hay una sola columna abierta, y las la precavida 10.0–0, pero claro que entonces
negras no están muy desarrolladas, por lo que no se justificaría su jugada 8, las negras podrí-
parece una idea interesante, aunque también, an jugar tranquilamente 10...¤xd3 11.£xd3 y
que aparentemente sólo haya riesgos mínimos ahora, entre otras, 11...d5, con buena posición,
puede hacer disminuir el sentido del peligro. o la más aguda 10...a5!?, cuya idea principal se
Posteriormente el imaginativo jugador de ve tras 11.f4 ¤h3+! 12.gxh3 a4, etc. recuperan-
las piezas blancas empleó 8.¤g1, con la misma do la pieza tras haber debilitado seriamente el
idea que 8.¤fd2, porque en d2, aunque no sea enroque blanco, la iniciativa negra vale más
evidente ahora, el caballo está colocado muy que la ventaja material blanca tras 13.¥e4
torpemente. axb3 14.£xb3 d5 15.exd5 ¥d6 16.¥d2 ¦e8, etc.,
8...¤c6 el rey blanco está débil, y la estructura blanca
Las negras responden del modo más natu- está destruida.
ral, con desarrollo, golpeando el centro; tam- 10...¥g4!
bién era posible evitar f4-f5 con la más radical Mientras en las últimas 3 jugadas las blan-
8...f5. cas han movido una pieza ya desarrollada, y
9.¤b3 avanzado el peón de f, las negras han puesto
Otra movida con una pieza ya desarrolla- en juego dos piezas inactivas, por lo que es
da, pero el centro debe sostenerse, no vale lógico que la mayoría de los duelos tácticos les
9.d5?! por 9...¤b4, y el ¥d3 no puede retirarse sean favorables.
debido a 10...¥f5. 11.£d2 (D)
Tampoco se puede realizar la idea de
8.¤fd2, pues a 9.f4? sigue 9...¤e6 10.d5 ¤xf4!, XIIIIIIIIY
destrozando el centro blanco, con ventaja. 9r+-wq-trk+0
Si ahora las blancas pudieran completar 9zppzp-vlpzpp0
tranquilamente su desarrollo con ¤c3, 0-0,
etc., conservando su ventaja de espacio “gra- 9-+-zp-+-+0
tis”, su estrategia de apertura estaría justifica- 9+-+-+-sn-0
da, y lograrían ventaja, pero las negras tienen 9-snPzP-zPl+0
más piezas en juego, y tratarán de evitarlo.
9...¤b4 (D) 9+N+L+-+-0
A la caza del alfil más peligroso, que no 9PzP-wQ-+PzP0
tiene buena retirada, a 10.¥e2 sigue 10...¥f5, 9tRNvL-mK-+R0
y las negras siguen desarrollando piezas con
ganancia de tiempo. xiiiiiiiiy
El rey blanco tampoco tendría buen refu-
El rey en el centro 13

gio tras 11.£xg4 ¤xd3+ 12.¢e2 f5 (también es trario, que uno intente jugar como la máquina
posible 12...¤e4), 13.£g3 ¤xc1+ 14.¦xc1 ¤e4, y luego ella nos muestre que era más fuerte
con ventaja, la jugada f4 ha dejado un terrible jugar con la lógica y el limitado cálculo huma-
agujero en e4 no.
A 11.¥e2 seguiría 11…¥f5!, y tras 12.0–0 ¿Qué otras enseñanzas podemos tener de
(no 12.fxg5? ¤c2+ 13.¢f2 ¤xa1 14.¤xa1 ¥xb1, este ejemplo?, la más importante es que el
ganando), 12...¤e6, las negras amenazan 13… cálculo tiene una importancia prioritaria en
¤c2 y están listas para acosar al centro blanco posiciones de este tipo, y las reglas generales
con …¥f6 y/o …d5. son una guía, pero no un imperativo.
11...¤f3+!! Notemos también la importancia capital
Lo más elegante, y lo más fuerte, no era no sólo de la ausencia de la dama blanca de la
posible seguir con la política de agregar más defensa, sino también de las grandes dificulta-
piezas a la lucha con 11...¦e8?, pues las blan- des que tienen las blancas para poder “desen-
cas podrían poner finalmente su rey en lugar roscar” su ala dama y ayudar al rey.
seguro con 12.0–0, hasta ganarían material 14.¢e2 (D)
tras 12...¤xd3 13.£xd3 ¤e6 14.h3, seguido de Es peor 14.¢g1? ¤xd3 15.£xd3 £e8!, ame-
g4 y f5. nazando 16…£e1+, 16.¥d2 f5, y rápido mate.
Tampoco era convincente 11...¤xd3+?! XIIIIIIIIY
12.£xd3 ¤e6 13.h3, nuevamente con idea de
g4 y f5. 9r+-wq-trk+0
12.gxf3 ¥h4+ 13.¢f1 9zppzp-+pzpp0
Lo más resistente, pierde 13.¢e2?, pues 9-+-zp-+-+0
permite introducir otra pieza negra a la luc-
ha. Seguiría 13...¦e8+ 14.¢d1 ¥xf3+, ganan- 9+-+-+-+-0
do, y no es satisfactorio 13.¢d1 ¥xf3+ 14.¥e2 9-snPzP-zP-vl0
¥xh1 15.£xb4, donde es fuerte la indicación 9+N+L+P+l0
de Skembris 15…a5! Esta jugada es clave en
varias ocasiones, el ¤b3 otorga motivos tác- 9PzP-wQK+-zP0
ticos pues tiene muy poca movilidad, 16.£c3 9tRNvL-+-+R0
(pierde 16.¤xa5? por 16…c5), 16...¦e8, y no es xiiiiiiiiy
posible desarrollar el ala dama con 17.¤1d2, ¿Y ahora?, ¿cómo continuar el ataque?
debido a 17…a4, mientras que si por ejemplo nuevamente hay varias opciones tentadoras,
17.a4 las negras tienen muchas maneras de tenemos 14...¦e8+ incorporando la torre al
continuar, posiblemente hubieran elegido juego, aunque tras 15.¢d1 no hay una ganan-
17…¦xe2! 18.¢xe2 £d7, y el rey blanco está cia inmediata.
muy expuesto, no podrá defenderse de las 4 Aunque sea mover otra vez una pieza de-
piezas negras. sarrollada, es de considerar 14...¥g2, para que
13...¥h3+ tras 15.¦g1 ¦e8+ las blancas ya no puedan re-
Enclaustrando al rey blanco, esta es una tirar su rey a d1, lamentablemente luego de
decisión lógica para un humano, y es buena, 16.¥e4!, las negras tienen 2 piezas atacadas,
no obstante las máquinas muestran que era y aunque recuperen la pieza con un posterior
incluso mejor 13...¥xf3! 14.£xb4 ¦e8!, y cuan- f5, con la simplificación serían las blancas las
do la dama negra entre en juego, el rey no po- grandes beneficiadas.
drá defenderse, por ejemplo 15.¥d2 £d7 16.f5 Podemos replantear la pregunta introduc-
¥e2+! 17.¥xe2 £xf5+, etc. toria por ¿qué otras piezas pueden entrar en
Que la máquina encuentre algo más fuerte juego?
basado en su brutal capacidad de cálculo no 14...a5!!
debería ser motivo de pesar, sí lo es lo con- Jugada de doble propósito, no solo defien-
14 El arte del ataque

de al ¤b4, postergando la captura ¤xd3 para d3, y poder jugar ¥f5, como para poder entrar
cuando sea más favorable, sino también de- en juego vía c6, la alternativa principal era
jando la amenaza a4 como “Espada de Damo- 15…¦e8!, que es una jugada útil casi siempre,
cles” sobre la posición blanca. y tiene la virtud de dejar a la dama aún con la
La desdichada colocación del ¤b3 hace es- posibilidad de entrar en juego vía b6 tras un
pecialmente tentadora a esta jugada. oportuno …c5, como vimos anteriormente.
Otra ventaja es que la £d8 puede entrar en 16.a3?!
juego, y no hace falta recalcar la importancia Aquí era preferible 16.d5!, y ahora 16...c5
que tiene que la fuerza más poderosa se una a 17.dxc6 bxc6 18.¤c3, sería algo mejor para las
la ofensiva. También la ¦a8 puede verse favo- blancas que en la posición anterior, al no exis-
recida con las complicaciones. tir £b6.
15.¢d1 16...¤xd3 17.£xd3 ¥f5!
Las blancas no pueden desarrollar el ala Las blancas han logrado cambiar una pie-
dama, a 15.¤c3? sigue 15…a4, mientras que si za, pero no es un gran alivio, las negras siguen
15.a3 seguiría 15…¦e8+ 16.¢d1 ¤xd3 17.£xd3 con superioridad de efectivos en juego, y aho-
¥f2, seguido de ¥g2, y £h4‚ Skembris señala ra se unirá el dominio de las casillas blancas,
las debilidades de la ¦h1, de h2, y naturalmen- en especial la diagonal b1-h7, lo que corta esa
te del ¢d1. vía de escape al rey.
Era de considerar 15.d5!?, buscando una 18.£c3
casilla buena para el ¤b3, puede seguir 15… Forzado, 18.£d2? deja al ¤b3 sin retirada,
c5, las blancas pueden insistir en habilitarse y seguiría 18...a4, mientras que 18.£f1 £a4
la casilla d4 con 16.dxc6, aquí podría seguir 19.¤1d2 ¦fe8 dejaría paralizadas a las blancas,
16...bxc6 17.¤c3, entonces con 17..£b6, las se amenazaría 20...¦e3.
negras también sacarían provecho de la aper- 18...a4 19.¤3d2 (D)
tura de líneas, amenazando 18…£f2+, lo mejor XIIIIIIIIY
sería 18.¢d1 y la posición sería igualmente
incómoda para las blancas, los problemas de 9r+-+-trk+0
movilidad persistirían, pero claro que no hay 9+pzpq+pzpp0
definición inmediata. 9-+-zp-+-+0
Más fuerte es 16...¤xc6!, y al salir del ata-
que de la £d2 se insiste en la amenaza 17...a4, 9+-+-+l+-0
si 17.¥c2? para habilitar d4 al ¤b3, sigue 17... 9p+PzP-zP-vl0
a4 18.¤d4 £b6!, aprovechando que la invasi- 9zP-wQ-+P+-0
ón en f2 es mortal, 19.¦d1 ¦ae8+, ganando.
Parece mejor 17.¥e4, pero la falta de de- 9-zP-sN-+-zP0
sarrollo, y la descoordinación de las blancas 9tRNvLK+-+R0
permiten avivar el ataque con otra entrega, xiiiiiiiiy
podría seguir 17...¦e8 18.¢d1 ¦xe4! 19.fxe4 El ala dama blanco embotellado da algunos
¥g4+ 20.¢c2 ¥f3, y aún con torre de menos tiempos para buscar una vía de infiltración.
las negras logran concentrar sus fuerzas so- 19...¦fe8!
bre el monarca tras 21.¦f1 ¤b4+ 22.¢c3 ¥xe4, Con idea de 20...£e7 amenazando 21...£e1+,
con ventaja ganadora, Fritz 10 no ve defensa y mate, además de evitar 20.¤e4 debido a
ante la entrada en juego del ¥h4 vía f6, o la 20...¥xe4 21.fxe4, y la dama entra en juego ga-
dama tras d5 o vía b6, por ejemplo tras 23.¤d4 nando con 21…£g4+ 22.¢c2 £g2+, etc.
¤d5+! 24.cxd5 £c7+ 25.¢b3 £c5!, con mate a 20.¤f1
la vista, más rápido es 24.¢b3 £b6+. El recurso de obturar la columna con un
15...£d7 oportuno ¤e4, tras por ejemplo 20.¦f1, es in-
Tanto para poder eventualmente tomar en suficiente por 20…£e6 21.¤e4 c6, con la ame-
El rey en el centro 15

naza mortal …d5. Por fin las blancas habían logrado sacar
20...¦e1+ del centro a su rey, pero la incorporación de
Gana la dama, materialmente las blancas la torre al ataque muestra que tampoco está
tienen piezas suficientes que la compensan, seguro en el ala rey.
pero esa compensación durará poco tiempo, 29.¤g2 ¦g6 30.¥e3 £h3 31.¦d2 £xf3
porque las fuerzas blancas siguen descoordi- Las negras ya tienen material de ventaja, e
nadas, ahora la tarea negra es aumentar sus iniciativa, mientras que las blancas no tienen
amenazas antes de que las blancas desarrollen forma de lograr contrajuego.
sus piezas y mejoren su coordinación 32.¦e1 (D)
21.£xe1 XIIIIIIIIY
Claro que si 21.¢d2 sigue 21…¦ae8.
21...¥xe1 22.¢xe1 (D) 9-+-+-+k+0
XIIIIIIIIY 9+pzp-+pzpp0
9r+-+-+k+0 9-+-zp-+r+0
9+pzpq+pzpp0 9+-+-+-+-0
9-+-zp-+-+0 9p+P+-+-+0
9+-+-+l+-0 9zP-+-vLq+-0
9p+PzP-zP-+0 9-zP-tR-+NzP0
9zP-+-+P+-0 9+-+-tR-mK-0
9-zP-+-+-zP0 xiiiiiiiiy
32…h5!
9tRNvL-mKN+R0 El mejor aire, este peón se utilizará como
xiiiiiiiiy ariete sobre el monarca blanco, los otros peo-
Ahora las negras deben apresurarse, pues nes del ala rey, especialmente el de f, también
las blancas amenazan poner rápidamente sus pueden ayudar más tarde.
piezas en juego con ¤c3, ¥e3, etc., y hasta tal 33.¥d4
vez “ganar un tiempo” con ¤g3, “amenazan- Con 33.h4 el peón queda expuesto, es
do” ¤xf5, pues las simplificaciones por lo ge- fuerte por ejemplo 33...£e4.
neral favorecen al bando con problemas. 33...h4 34.¦e8+ ¢h7 35.h3
¿Cómo intentar infiltrarse?, ¿hay que in- Si 35.¦e3 gana, entre otras, 35...¦xg2+
troducir la inactiva ¦a8 en el juego? 36.¦xg2 £d1+ 37.¢f2 £xd4, etc., lo que tam-
22...¥xb1! bién puede seguir a la textual, pero las negras
Cambia una pieza, sí, pero hay razones prefieren capturar otro peón, el resultado no
poderosas, es la manera más rápida de que la ofrece dudas en todo caso.
dama entre en juego, en cambio sería equivo- 35...£xh3 36.¦e3 £f5
cado jugar por reglas generales y traer la ¦a8 Se amenaza 37…h3.
al juego con 22...¦e8+?! debido a 23.¥e3. 37.¢h2 ¦g3! 38.¦xg3?!
23.¦xb1 £f5 En caso de 38.¦ee2 puede seguir 38…£h3+
Activando dama con ganancia de tiempo, 39.¢g1 £g4 40.¢h2 c5! 41.¥c3 h3, etc.
en cambio, con 22...¦e8+ 23.¥e3 jugado, la 38…hxg3+ 39.¢h1
torre no estaría obligada a encerrarse en a1. Pierden de inmediato 39.¢g1 £b1+ y
24.¦a1 ¦e8+ 25.¤e3 39.¢xg3 £g5+.
Era algo mejor, pero también triste 25.¢f2 39...c5 40.¥e3 £f1+ 41.¥g1 f5!
£c2+ 26.¤d2 £d3, etc. Con la ayuda de este nuevo soldado la lu-
25...£xf4 26.¢f2 £xd4 27.¦d1 £h4+ cha llega a su fin.
28.¢g1 ¦e6 42.¦xd6 £xc4 43.¦b6 £g4 0–1
16 El arte del ataque

Con la amenaza 43...£h5+, seguido de 1.e4 e6 2.d4 d5 3.¤d2


£d1+. La Variante Tarrasch en principio no es la
forma más violenta de enfrentarse a la Defen-
Las blancas fueron contundentemente cas- sa Francesa. No hay gran contacto entre am-
tigadas por quedar retrasadas en el desarrollo, bos bandos, y por lo general la tensión pasa al
pero hizo falta una energía extraordinaria, medio juego.
con jugadas muy elegantes como 10...¥g4! y 3…a6
11...¤f3+! Esta jugada de apariencia modesta, es en
La importancia de la coordinación de las realidad ambiciosa, antes de jugar …c5 las ne-
piezas quedó clara, “Si una pieza está mal, gras evitan ¥b5+, con un cómodo desarrollo
toda la posición está mal” puede ser válido de las blancas y aspiran a un medio juego más
aún con ventaja de material, la mala colocaci- complicado, claro que a cambio de realizar
ón del rey blanco fue tal vez el elemento más una jugada generalmente poco útil.
importante, pero la extrema torpeza del ¤b3 4.¤gf3 c5 5.exd5 exd5 6.¥e2 c4
también tuvo una gran influencia en el desar- Otro movimiento de peón, las negras se
rollo de la partida, lo que motivó 14...a5!!, con amparan en que la posición está cerrada para
una persistente iniciativa. evitar quedarse con el peón de d5 aislado, y
Cuando hay ventaja dinámica, y los ca- ganar espacio en el ala dama.
minos naturales no son suficientes para pro- 7.0–0 ¥d6 (D)
gresar, hay que buscar soluciones poco con- XIIIIIIIIY
vencionales, como el cambio de una pieza
desarrollada por una sin mover 22...¥xb1!, 9rsnlwqk+ntr0
con lo que el simple dominio de casillas claras 9+p+-+pzpp0
se convirtió en una rápida invasión. 9p+-vl-+-+0
9+-+p+-+-0
Partida Nº 2 9-+pzP-+-+0
9+-+-+N+-0
En la partida anterior las blancas altera- 9PzPPsNLzPPzP0
ron el carácter semi-cerrado de la posición 9tR-vLQ+RmK-0
avanzando un defensor vital, su peón de f2, lo
que desató un vendaval sobre la posición de xiiiiiiiiy
su rey. Si las negras pudieran completar su desar-
En la partida actual las negras no hicieron rollo sin molestias, su posición sería muy bu-
nada parecido, retrasaron su desarrollo para ena, pero las blancas intentarán mostrar que
ganar espacio en el ala dama, la posición es- los avances de peones no son jugadas de de-
taba aún más cerrada que en la partida prece- sarrollo, y tienen defectos, para ello hay que
dente, por lo que el consumo de esos tiempos abrir el juego.
no parecía entrañar un gran riesgo. 8.b3!
Las blancas no podían sacar provecho de Jugar ahora 8...cxb3 9.axb3 ¤e7 sería una
esa imprudencia con jugadas de desarrollo especie de concesión, pues el orgulloso peón
normal, pero sí pudieron castigar el exceso de avanzado de c4 se cambió por el de a2, sin em-
audacia tomando medidas extraordinarias. bargo esa posición es jugable para las negras,
que quieren mostrar que el centro blanco
Geller E. – Dreev A. tiene puntos débiles, como lo ha demostrado
New York open, 1990 Mikhail Gurevich en varias ocasiones, claro
Defensa Francesa [C08] que Geller no opinaba lo mismo.
8…b5
El rey en el centro 17

Con cierto riesgo, pero consecuente con que la ¦e1 ayudara gran cosa, y además estu-
todo lo anterior, notemos que las negras han viera a merced del ataque 13…¥b4!
realizado ya 3 jugadas de peón en el ala dama, Notemos que tras la entrega de pieza,
y su rey sigue en el centro. además de capturar dos peones, las blancas
9.a4! tienen acceso a dos columnas, se abrió la co-
Dispuesto a entregar una pieza en caso de lumna b, y se despejó la columna e, con lo que
9...c3 10.axb5 (claro que no 10.¤b1? a causa la ¦e1 tendrá más fuerza.
de 10…b4), 10...cxd2 11.¥xd2 ¤e7 12.c4, que el XIIIIIIIIY
propio Geller empleó con éxito, el fuerte cen-
tro da a las blancas compensación suficiente 9rsn-wqk+ntr0
por la pieza. 9+l+-+pzpp0
9…¥b7 (D) 9p+-vl-+-+0
XIIIIIIIIY 9+-+p+-+-0
9rsn-wqk+ntr0 9P+LzP-+-+0
9+l+-+pzpp0 9+-+-+N+-0
9p+-vl-+-+0 9-+PsN-zPPzP0
9+p+p+-+-0 9tR-vLQ+RmK-0
9P+pzP-+-+0 xiiiiiiiiy
9+P+-+N+-0 11...dxc4 12.¤xc4 ¥e7
9-+PsNLzPPzP0 Lo prioritario para las negras es acelerar
el enroque, pero en caso de 12...¤e7? seguiría
9tR-vLQ+RmK-0 13.¤xd6+ £xd6 14.¥a3 £c7, donde tras la na-
xiiiiiiiiy tural 15.¦e1!? ¤bc6 16.d5, para no perder de
¿Cómo abrir el juego?, las negras no han inmediato, las negras deberían jugar 16…0-0-0,
“colaborado”, y mantienen la posición cerra- y entre otras, puede seguir 17.c4, para luego
da. No basta tener una idea buena, es nece- seguir preparando el avance de los peones.
sario descubrir la mejor manera de llevarlo a Pero incluso más fuerte es 15.d5!, amena-
cabo, con un cálculo preciso, pues ya no valen zando 16.d6 y 16.¦e1 con más fuerza, al no
sólo las reglas generales. existir …¤c6 de las negras. Las negras inten-
En una ocasión anterior las blancas inten- tan ahora jugar 13...¤f6 y enrocar.
taron abrir la posición con la entrega 10.¦e1 13.¦e1!
¤e7 11.bxc4 bxc4 12.¥xc4 dxc4 13.¤xc4, que Ocupando la columna central en el mo-
tiene buena apariencia, pero las negras encon- mento preciso, la presión en la columna e es
traron un buen antídoto, 13...¥b4! 14.c3 ¥d5! muy fuerte, e impide 13...¤f6? tanto a cau-
15.cxb4 ¥xc4, y no hay compensación sufici- sa de 14.¥a3 como de la más espectacular
ente. Las negras lograrán enrocar y no hay un 14.¦xe7+!, seguido de 15.¥a3 y 16.¤d6, con
centro fuerte de las blancas como ocurría tras ataque ganador, el rey negro debe “salir a pa-
9…c3. sear”, y será acosado por el ¤f3 y la dama, y
10.bxc4! no podrá defenderse, la situación expuesta del
Este es el orden correcto. ¥b7 tras ¤d6 también influye.
10...bxc4 11.¥xc4!! (D) 13...£c7
La diferencia con la posición del párrafo Amenaza al ¤c4 y pretende buscar refugio
anterior es que incluir una jugada aparente- en el ala dama con 14...¤d7 y enrocar largo.
mente útil como 10.¦e1, que seguramente se 14.¦b1!
realizará más tarde, es menos útil que 10...¤e7, Otra pieza entra en juego aprovechando la
pues las negras pudieron enrocar pronto, sin apertura de la columna b, se amenaza 15.¦xb7,
18 El arte del ataque

además de cosas menos inmediatas, pero igual con 19.£f3.


de fuertes a largo plazo, como 15.¤b6 seguido 18.¦e4? (D)
de c4. XIIIIIIIIY
14...£xc4 15.¦xb7
La torre en séptima es siempre fuerte. Im- 9r+-+k+ntr0
pide ahora 15...¤d7? debido a 16.¦xd7!; ex- 9+R+-vlpzpp0
pulsar a la torre con 15...£c6 no es un gran 9p+n+-+-+0
alivio tras 16.¦b3, y nuevamente se impide
16...¤d7? a causa de 17.d5 £d6 18.¥a3 ¤c5 9+-+-+-+-0
19.¦c3, etc., las varias clavadas que sufren las 9q+-+R+-+0
negras son mortales. 9+-+-+-+-0
15...¤c6 (D)
9-vLPsN-zPPzP0
XIIIIIIIIY 9+-+Q+-mK-0
9r+-+k+ntr0 xiiiiiiiiy
9+R+-vlpzpp0 Otra ganancia de tiempo sobre la dama,
9p+n+-+-+0 pero como antes, la parte táctica es la que
9+-+-+-+-0 manda en la posición, y esta indica que era
el momento de jugar más prosaicamente
9P+qzP-+-+0 18.¥xg7! Tras 18…0-0-0 19.¦b6 ¥c5 20.¦xc6+
9+-+-+N+-0 £xc6 21.¥xh8, el rey negro quedaría muy ex-
9-+P+-zPPzP0 puesto, y la ventaja blanca sería clara.
18...£a2?
9+-vLQtR-mK-0 Deja pasar su gran oportunidad, era pre-
xiiiiiiiiy ferible 18...£a5!, tocando d2, la idea es que a
¿Cómo continuar ahora? La natural 19.¥xg7 ahora seguiría con fuerza 19…0–0–0!
16.¥a3? permite el recurso 16...0–0–0!, y las 19.¥xg7 0–0–0 20.¦b3
negras pasan al frente tras 17.¥xe7 ¤gxe7 Ahora las blancas recuperan el material
18.¦bxe7? (mejor, aunque tampoco ventajoso, entregado, y la mala situación del rey negro
es 18.£b1), 18…¤xe7 19.¦xe7 ¦he8, etc. es decisiva.
16.¤d2!? 20...¥f6 21.£g4+
Las blancas no dudan en entregar el peón Dando plena justificación al retroceso
central para que el ¥c1 entre en juego. 16.¤d2.
Otra idea interesante era 16.¦c7!, amena- 21...¢c7 22.£f4+ ¢c8
zando 17.d5, y 17.¤e5, dando más fuerza a Si 22...¦d6 decide otra clavada luego de
17.¥a3 y evitando el enroque negro. 23.¦d3.
16...£xd4 23.¥xf6 ¤xf6 24.£xf6 £xc2 25.£f5+!
A 16...£d5 puede seguir 17.c4, mientras Ganando la dama negra.
que a 16...£xa4 el avance 17.d5 es muy fuerte. 1-0
17.¥b2 £xa4
A 17...£f4 presionando al ¤d2 puede Las blancas entregaron una pieza por sólo
seguir un útil aire con 18.g3! (no 18.¥xg7?! dos peones, pero un rey en el centro puede
0-0-0!), si la dama defiende g7 con 18...£h6 las justificar esa inversión de material.
blancas dominan todo el tablero con 19.¤c4 Claro que luego es vital que las piezas ata-
¦d8 20.£f3, y no hay buena defensa contra cantes se activen al máximo, para evitar que
21.¦b6, mientras que si 18...£d6, entre otras el rey se ponga a resguardo. Ello fue logrado
continuaciones, es posible introducir la dama ocupando las columnas abiertas con 13.¦e1
en el ataque insistiendo en la amenaza ¦b6 y 14.¦b1!, que entraba dentro de lo previsto,
El rey en el centro 19

XIIIIIIIIY
aunque también utilizaron recursos menos
obvios, 16.¤d2!?, que es un retroceso, pero 9rsn-+kvlntr0
que permite a otras piezas entrar en juego, 9+lwqp+pzpp0
como la ¦e1, la dama, y tras la captura del 9p+-+p+-+0
peón de d4, al ¥c1.
Notemos una vez más que la parte táctica 9+p+-+-+-0
es imprescindible para culminar una buena 9-+-sNP+-+0
labor, lo fue para encontrar el orden correcto 9+-sNL+-+-0
10.bxc4! y 11.¥xc4!!, y también pudo echar por
tierra la excelente labor con una jugada tan 9PzPP+QzPPzP0
tentadora como 18.¦e4? en vez de 18.¥xg7. 9tR-vL-+RmK-0
xiiiiiiiiy
8...¥e7
Partida Nº 3 Cerrando la columna e, con lo que frena
los temas tácticos, típicos de la siciliana, basa-
dos en el salto ¤d5.
En la Defensa Siciliana el rey de las negras
Krogius - Kortchnoi, Riga 1958 siguió
es un objetivo principal de ataque. A veces las
8...¤c6 9.¤xc6 dxc6 10.a4 b4 11.¤d1 c5 12.¤e3
negras demoran el enroque amparadas por su
¤e7, aquí Kortchnoi, en el libro de sus mejores
mayoría central, buscando el momento ade-
partidas, sugiere 13.¤c4 ¤c6 14.c3 ¥e7 15.e5,
cuado para ponerse a buen resguardo, claro
o 15.g3, seguido de ¥f4, con ventaja blanca; el
que si ello persiste, el medio juego puede en-
¤c6 está controlado.
trañar riesgos.
Tomar con pieza en c6, daría plena razón
Es notable que a veces las blancas utilicen
a 8.£e2, pues podría seguir la maniobra temá-
como inicio de la batalla el ala dama, donde las
tica 10.a4 b4 11.¤d5!, etc. En este caso el salto
negras han progresado, y tienen superioridad,
no es un sacrificio de pieza, sino una forma de
pero esa apertura de líneas les favorece poste-
abrir el juego donde la mala colocación del rey
riormente en el duelo deseado por el primer
negro puede ser un factor decisivo.
jugador, que es en el centro y flanco rey.
La intercalación de a4 debilita la estruc-
La partida principal, y el fragmento ilus-
tura negra, y permite oportunamente abrir
trativo que veremos, son un ejemplo modélico
la columna “c” con c3, con lo que el rey ne-
de lo expresado.
gro tampoco tendrá un buen refugio en el ala
dama.
Rivera D. - Ghaem Maghami E.
Una partida más reciente, muy instructi-
Calviá open 2006
va, siguió con 8...¤e7? una jugada que exami-
Defensa Siciliana [B43]
naremos más adelante en la Partida Comple-
mentaria Nº 3.1.
1.e4 c5 2.¤f3 e6 3.d4 cxd4 4.¤xd4 a6
Lo más usual es 8…¤f6.
5.¤c3 b5 6.¥d3 ¥b7 7.0–0 £c7 8.£e2 (D)
9.a4!?
Kortchnoi, por experiencia propia, consi-
Era posible la tranquila 9.¥d2, dando más
dera como dudoso el orden de jugadas emple-
fuerza a a4, pero es más enérgico golpear de
ado por las negras, que tienen sin desarrollar
inmediato en el flanco dama aprovechando
su ala rey y el monarca estará aún por varias
que todavía las negras deben preocuparse por
jugadas en el centro.
culminar su desarrollo.
La dama blanca se coloca en la columna e
9...b4
para que el salto ¤d5 tenga que ser conside-
Jugar 9...bxa4 deja muy débil al peón de a6
rado.
tras 10.¦xa4, y daría vida a la torre blanca.
Con una idea similar era posible 8.¦e1.
10.¤a2 (D)
20 El arte del ataque
XIIIIIIIIY XIIIIIIIIY
9rsn-+k+ntr0 9rsn-+k+-tr0
9+lwqpvlpzpp0 9+l+-+pzpp0
9p+-+p+-+0 9p+-+p+-+0
9+-+-+-+-0 9+-+pwq-+-0
9Pzp-sNP+-+0 9PsN-sNn+-+0
9+-+L+-+-0 9+-zPL+-+-0
9NzPP+QzPPzP0 9-zP-+QzPPzP0
9tR-vL-+RmK-0 9tR-+-+RmK-0
xiiiiiiiiy xiiiiiiiiy
10…¤f6?! La amenaza 16.f3 obliga a defender o mo-
Esta jugada tan natural es cuestionable, se ver a la dama de e5.
podría intentar 10...¤c6, donde, a diferencia 15...£d6
de la partida, las negras no están obligadas a Contra 15...£f4 hay varias continuaciones
abrir líneas con su rey en el centro, puede se- atractivas 16.a5, fijando la debilidad de a6 es
guir 11.¤xc6 dxc6 12.¥d2 pero ahora pueden la sugerencia del vencedor, aunque también
sostener su peón de b4 con 12...c5; sin embar- es tentadora 16.¥b5+ por ejemplo: 16...¢f8
go tras 13.e5!, los problemas de movilidad de (pierde un peón sin compensación 16...axb5
las negras persisten, y las blancas pueden se- 17.£xb5+), 17.¥d3, y las blancas han impedido
guir luego con c3. el enroque negro.
11.¥d2 Contra 15...£c7 Rivera había previsto el si-
Ahora sí las blancas pueden aprovechar guiente golpe: 16.¤xd5! exd5 17.f3 0–0 18.fxe4
el avance b4 para abrir la columna c y ganar ¦e8 19.¤f5 dxe4 20.¥c4, y hay muchas fuerzas
tiempos sobre la £c7, o bien para intentar ex- sobre el enroque negro, mientras el ala dama
plotar la situación del rey negro en el centro. negro sigue sin desarrollarse.
11...d5 16.¦fd1
“Si estamos en el baile, hay que bailar”, si Desarrolla otra pieza, con “Rayos X” sobre
se pudiera, sería mejor sostener b4, pero aquí la £d6.
no es conveniente, defender con 11...a5?! no 16...£e7? (D)
es solución, pues vendrá c3 de todas maneras, XIIIIIIIIY
y el hueco en b5 para un caballo blanco puede
ser importante. 9rsn-+k+-tr0
12.e5 ¤e4 13.¥xb4 ¥xb4 14.¤xb4 £xe5 9+l+-wqpzpp0
Cambiar un peón central por uno de flan- 9p+-+p+-+0
co generalmente es bienvenido, y si las negras
estuvieran enrocadas, sería un excelente ne- 9+-+p+-+-0
gocio, pero en este caso el rey negro todavía 9PsN-sNn+-+0
sigue en el centro. 9+-zPL+-+-0
Ya conocemos de las partidas anteriores
que una columna abierta puede producir gra- 9-zP-+QzPPzP0
ves quebraderos de cabeza, una columna se- 9tR-+R+-mK-0
miabierta también es importante, y como en xiiiiiiiiy
los otros ejemplos, la falta de coordinación de Parece que la dama negra escapa de la in-
las piezas negras, donde toda el ala dama está fluencia de la ¦d1, y que sólo falta hacer en la
sin juego tiene una importancia capital. siguiente jugada el enroque, pero la siguiente
15.c3 (D) jugada demuestra que un tiempo es una eter-
El rey en el centro 21

nidad en esta posición. el rey negro en mala situación.


Era imprescindible poner el rey a buen 21.£h5
resguardo con 16...0–0!, y tras, por ejemplo La doble amenaza 22.£xf7+ y 22.£e5+ es
17.¥xe4 dxe4 18.¤b5 £e5 19.¤d6 ¥d5 20.¤c4 decisiva.
¥xc4 21.£xc4, las negras aún deben desarro- 21...¤d7 22.£xf7+ ¢d8 23.£xg7 ¦e8
llar su ala dama, pero su desventaja no sería 24.£g5+! 1–0
decisiva. Fritz 10 da la ventaja poco común de
17.¤xd5!! +26.40. A 24...¦e7 sigue 25.£g8+.
La aparentemente sólida estructura cen-
tral negra vuela por los aires. Sacaremos conclusiones tras el siguiente
17...exd5 ejemplo.
En caso de 17...¥xd5 18.¥xe4 ¥xe4 19.£xe4
¦a7 20.¤c6, las blancas tendrían peón de ven- Partida Complementaria Nº 3.1
taja y ataque sobre el rey negro aún en el cen-
tro. Carlsen M. – Kamsky G.
18.¤f5 £c7 (D) Khanty Mansiysk 2005
Defiende al ¥b7 de ¤d6+, pues tras 18...£e5 Defensa Siciliana [B43]
seguiría 19.¥xe4 dxe4 (19...0–0 20.£g4 es
penoso, por ejemplo: 20...g6 (o 20...dxe4? 1.e4 c5 2.¤f3 e6 3.d4 cxd4 4.¤xd4 a6
21.¤h6+ ¢h8 22.¤xf7+, ganando), 21.¥xd5 5.¤c3 £c7 6.¥d3 b5 7.0–0 ¥b7 8.£e2 ¤e7?
¥xd5 22.¦xd5, etc.), 20.¤d6+ ¢e7 21.¤xb7, (D)
etc. XIIIIIIIIY
La retirada 18...£f6 deja a las negras
con dos peones de menos tras 19.¥xe4 0–0 9rsn-+kvl-tr0
20.¥xd5, etc. 9+lwqpsnpzpp0
XIIIIIIIIY 9p+-+p+-+0
9rsn-+k+-tr0 9+p+-+-+-0
9+lwq-+pzpp0 9-+-sNP+-+0
9p+-+-+-+0 9+-sNL+-+-0
9+-+p+N+-0 9PzPP+QzPPzP0
9P+-+n+-+0 9tR-vL-+RmK-0
9+-zPL+-+-0 xiiiiiiiiy
9-zP-+QzPPzP0 9.¦e1?!
Con idea de responder a 9...¤g6 con
9tR-+R+-mK-0 10.¤d5! Existe una continuación mejor para
xiiiiiiiiy las blancas, ¿puede indicar cuál es?
19.¥xe4! La incómoda posición del rey negro per-
Mejor que 19.f3 que habría recuperado la mite la entrega 9.¥xb5!, luego de 9...axb5
pieza con ventaja, pero las blancas no quieren 10.¤cxb5!, evitando …£c6, 10...£b6 11.¥e3
permitir el enroque negro. ¥a6 12.¤xe6!, lleva al mate tras 12...¥xb5
19...dxe4 13.¥xb6 ¥xe2 14.¤c7+ ¢d8 15.¤b5+ ¢c8
A 19...0–0 sigue 20.¤e7+ y el caballo es in- 16.¤d6#.
mune, 20...£xe7? 21.¥xh7+. Carlsen indica que no es mejor la interme-
20.¤d6+ ¢e7 dia 9...e5, debido a 10.¤f3!, golpeando e5, y
A 20...¢f8 sigue 21.¤xb7 ¤d7 (21...£xb7? luego de 10...axb5 11.¤xb5 £c6 12.¤xe5 £c5
22.¦d8+ etc.), 22.£xe4, con ventaja material y (pierde 12...£f6 13.¤c7+ ¢d8 14.¤g4, etc.),
22 El arte del ataque

13.¥f4 ¥a6 14.c4 ¥xb5 15.cxb5, con la evalua- Necesario. A 14...d6 sigue por ejemplo
ción de que “las blancas tienen una muy fuer- 15.¥c2 (o también 15.£h5), 15...h6 16.¥a4+
te iniciativa, sin inferioridad material”, lo que ¢d8 17.£h5 ¢c8 18.¥d2, capturando otro
es confirmado por los módulos de análisis, peón, y con las piezas negras descoordinadas.
que dan una ventaja abrumadora al primer ju- 15.£h5+ g6
gador, las negras no tienen desarrollo y su rey Si 15...¢d8?!, tras cualquier retirada de
sigue en el centro. alfil, todas las piezas negras siguen mal situ-
9...¤bc6 10.¤xc6 ¤xc6 (D) adas, y con el problema del rey en el centro,
XIIIIIIIIY que entorpece las comunicaciones.
16.£f3! fxg5
9r+-+kvl-tr0 Si 16...¥g7 sigue 17.¥f4 (no 17.¥xf6?! 0–0!
9+lwqp+pzpp0 18.¦xe7 ¦xf6 19.£h3 ¦af8 20.¦xd7 £f4, etc.),
9p+n+p+-+0 17...d6 18.¦e6 0–0–0 19.¦ae1, y cualquier hu-
mano, como también Deep Junior 10, es muy
9+p+-+-+-0 optimista con la posición blanca.
9-+-+P+-+0 17.£f6 0–0–0
9+-sNL+-+-0 No 17...¦g8? 18.d6! £d8 (18...£c6?!
19.¦xe7+), 19.¦xe7+! ¥xe7 20.¦e1, y mate.
9PzPP+QzPPzP0 18.£xh8 (D)
9tR-vL-tR-mK-0 XIIIIIIIIY
xiiiiiiiiy 9-+ktr-vl-wQ0
Ahora ¤d5 sería un sacrificio real.
11.¤d5! exd5 12.exd5+ ¤e7 13.c4 9+lwqpsn-+p0
Sólo hay un peón por la pieza, pero las ne- 9p+-+-+p+0
gras tienen serios problemas de desarrollo y 9+-+P+-zp-0
de movilidad.
13...b4 9-zpP+-+-+0
Deja “muerto” al ¥b7, para poder poner el 9+-+L+-+-0
rey en lugar seguro, sin columnas abiertas. 9PzP-+-zPPzP0
Tras 13...bxc4 14.¥xc4, seguido del desar-
rollo del ¥c1 a b2, g5 o f4, dependiendo de lo 9tR-+-tR-mK-0
que jueguen las negras, y ¦ac1, o ¦ad1, requi- xiiiiiiiiy
ere una respuesta negra que no se ve con cla- Y las negras quedaron con una ligera ven-
ridad, mientras que si 13...0-0-0 sigue 14.¥g5, taja material, pero con el flanco rey débil, y el
amenazando 15.cxb5 y ¦c1 ¥b7 sin perspectivas. Las blancas tienen ven-
14.¥g5 f6 (D) taja que impusieron tras una larga lucha.
XIIIIIIIIY Las negras quedaron rezagadas en el de-
9r+-+kvl-tr0 sarrollo, tanto en la partida principal como en
9+lwqpsn-zpp0 el ejemplo de Carlsen, donde vimos el sacri-
9p+-+-zp-+0 ficio siciliano temático ¤d5, en una posición
semicerrada, pero ya sabemos que eso no es
9+-+P+-vL-0 garantía de seguridad para un rey si el adver-
9-zpP+-+-+0 sario está más desarrollado y las piezas propi-
9+-+L+-+-0 as están descoordinadas, como es el caso.
Atención también al castigo que pudo
9PzP-+QzPPzP0 sufrir 8...¤e7? con otra entrega siciliana,
9tR-+-tR-mK-0 9.¥xb5!, en este caso por la situación de semi-
xiiiiiiiiy
El rey en el centro 23

XIIIIIIIIY
ahogo del rey negro.
En la partida principal postergar el enro- 9r+l+k+ntr0
que un tiempo en exceso fue suficiente para 9zpp+-+pzpp0
que la aparentemente sólida barrera central 9-+n+p+-+0
fuera demolida con el golpe 17.¤xd5!!, mos-
trando una vez más que la falta de coordina- 9wqN+p+-+-0
ción, y la falta de desarrollo son un muy mal 9-vlP+-+-+0
compañero para un rey sin enrocar. 9+-sN-+-zP-0
9PzP-+PzP-zP0
Partida Nº 4
9tR-vLQmKL+R0
xiiiiiiiiy
8.a3 ¥xc3+ 9.bxc3?!
En las tres partidas anteriores las penurias
Topalov pensó mucho antes de decidirse
del rey en el centro fueron agravadas porque
por esta captura que deteriora su estructu-
la columna e estaba abierta, o semiabierta,
ra. No le convenció 9.¤xc3 d4, donde es casi
en la partida que veremos ahora esa columna
forzado entregar material con 10.b4 ¤xb4
está cerrada.
11.axb4 £xa1 12.¤b5, aquí 12...¤f6 13.¤c7+
Sin embargo ese es un factor que pasó a
¢e7 14.¤xa8 ¥d7 15.¥g2 ¦xa8 16.0–0, que ya
segundo plano, las blancas quedaron algo re-
se había jugado, y parece favorable a las blan-
trasadas en el desarrollo y con un ¤b5 que de
cas.
fuerza amenazante se va convirtiendo en de-
No obstante los programas prefieren
bilidad, que obligó a consumir más tiempos.
12...¢f8!?, que posiblemente fuera lo temido
Las blancas disponían de los 2 alfiles, pero
por Topalov, conservando la ventaja material,
eso tuvo poco valor una vez que las negras,
y no es sencillo encontrar compensación.
brillantemente, pudieron abrir la posición
9...¤f6 10.¥g2
del rey blanco, y sacar provecho de su mejor
El ¤b5 está algo comprometido, pero no
desarrollo y de la falta de coordinación de las
sería una idea aconsejable cambiar la única
fuerzas blancas.
pieza desarrollada con 10.¤d6+ ¢e7 11.cxd5
(peor es 11.¤xc8+ ¦axc8 12.cxd5 ¤xd5
Topalov V. – Ivanchuk V.
13.¥d2? ¤xc3 14.£c1 ¤d4, etc.), y aquí por
Linares, 1999
ejemplo 11...¦d8, acelerando el desarrollo,
Apertura Inglesa [A35]
tras 12.dxc6 ¦xd6 13.£c2 ¦xc6 14.¥d2 £d5!,
seguido de 15...e5, y las blancas siguen con
1.¤f3 c5 2.c4 ¤c6 3.d4 cxd4 4.¤xd4 e6
problemas para poner en juego su ala de rey.
5.g3 ¥b4+ 6.¤c3 £a5
10...0–0 11.£b3 (D)
Las negras deciden salir de lo más habitu-
al, a lo que se llegaría tras 6...¤f6. XIIIIIIIIY
7.¤db5 d5! (D) 9r+l+-trk+0
Las negras aprovechan el orden de jugadas
atípico para jugar de modo más ambicioso, se
9zpp+-+pzpp0
evita ¤d6+ y se amenaza tanto 8...d4 como 8... 9-+n+psn-+0
a6. 9wqN+p+-+-0
Las blancas han movido varias veces su
¤g1, y no tienen más piezas en juego que las
9-+P+-+-+0
negras, lo que puede alentar que las negras 9zPQzP-+-zP-0
creen amenazas y provoquen complicaciones, 9-+-+PzPLzP0
retrasando, sólo por el momento, su desarro-
llo.
9tR-vL-mK-+R0
xiiiiiiiiy
24 El arte del ataque

Es necesario defender c3 de la amenaza neas, y no olvidemos que también pone otra


11...a6 y 12...£xc3+, pero ahora se realiza una pieza en juego.
jugada de desarrollo “parcial”, es verdad que Veamos alguna línea que muestran lo mo-
la dama se activa, y cumple con su rol de de- lesto que es 12...¦d8 (D):
fender c3 y también al ¤b5, lo que permite XIIIIIIIIY
tomar en d5 y tener el caballo defendido, pero
la dama es susceptible de recibir ataques con 9r+ltr-+k+0
ganancia de tiempo. 9zpp+-+pzpp0
Ivanchuk indica que en caso de 11.cxd5 9-+n+psn-+0
¤xd5 12.£b3 (o bien 12.¥xd5 exd5 13.£d3
¥h3!, y el rey blanco queda muy mal situa- 9wqN+-+-+-0
do), es fuerte 12...a6!, y para no perder gratis 9-+Q+-+-+0
el peón de c3 las blancas deben desprender- 9zP-zP-+-zP-0
se nuevamente de su ¥g2 con lo que muchas
casillas blancas, especialmente de su enroque, 9-+-+PzPLzP0
quedarán débiles, por ejemplo 13.¥xd5 exd5 9tR-vL-mK-+R0
14.¤d6 d4 15.¤xc8 ¦axc8, y vemos que la xiiiiiiiiy
diferencia de desarrollo de ambos bandos es Es fácil imaginar que entrar en complica-
enorme. ciones para ganar material cambiando las po-
11...dxc4! cas piezas desarrolladas no puede ser bueno,
El ¤b5 pierde su mejor protección, y se como 13.¥xc6 bxc6 14.¤d4, debido a 14...e5!
abren las columnas d y c, poniendo a la dama 15.¤xc6 £c7, y la clavada es decisiva.
blanca algo más expuesta. En caso de 13.0-0 e5 14.a4 seguiría 14...¥e6
12.£xc4 (D) y luego 15...a6, con lo que caería el peón de c3,
XIIIIIIIIY esto indica que el camino para la igualdad no
9r+l+-trk+0 es fácil para las blancas.
¿Qué jugada es mejor?, ¿12...¦d8 o 12...e5?,
9zpp+-+pzpp0 muchas veces ocurren situaciones como esta,
9-+n+psn-+0 donde tras un cálculo sencillo no es posible sa-
9wqN+-+-+-0 berlo, sería necesario un análisis exhaustivo,
y la diferencia, de existir, sólo sería clara tras
9-+Q+-+-+0 muchas jugadas de análisis, sin embargo des-
9zP-zP-+-zP-0 de el punto de vista práctico no es tan impor-
9-+-+PzPLzP0 tante, las dos jugadas son fuertes, y la elección
no puede basarse en motivos “matemáticos”.
9tR-vL-mK-+R0 Ivanchuk tampoco lo tenía claro, pero se
xiiiiiiiiy decidió por 12...e5! porque “es más aguda”,
Las blancas planean enrocar en su si- 12...e5! permite que el alfil gane tiempos sobre
guiente jugada, ¿es posible impedirlo? la dama, para luego desarrollar las torres del
12...e5! modo más efectivo.
El alfil está listo para ganar tiempos sobre 13.¤d6
la dama blanca, y se evita la retirada del ¤b5 Mover el caballo, regalando otro tiempo,
a d4. no era lo que las blancas hubieran deseado
Ya había otra jugada tentadora, indicada hacer, hubieran preferido adelantar su desar-
por Ivanchuk, que insiste en la posición expu- rollo, pero las negras amenazaban ganar el ca-
esta del ¤b5, y es 12...¦d8, que evita ¤d6, y ballo con 13...¥e6 y 14...a6.
amenaza jugar 13...e5 con más fuerza, además Tras 13.a4 ¥e6 14.£h4 a6, o bien 14...£d3
de que 13...a6 pueda ser fuerte en algunas lí- ¦fd8 15.£c2 ¤d4, las negras ganan material
El rey en el centro 25

decisivo. sólo falta que las negras jueguen ¦fe8 para


13...¥e6 14.£d3 (D) que todas sus piezas estén en juego.
¿Cómo continuar?, no es posible explotar 15...¤xe4 16.¥xe4 ¦ad8 17.£c2
la clavada de inmediato con 14…¦ad8? debi- Si 17.£e3 sigue 17...¦fe8!, y la clavada
do a 19.¤xb7! y las blancas pueden capturar del ¥e4 es decisiva, no defendería entonces
material sin mayores riesgos, pues no vale 18.¥xc6 por 18...¥b3!, mientras que 18.0-0
19...£a4? 20.¤xd8 ¦xd8 21.¥xc6, etc. ¥h3, amenaza 19...f5, con lo que las blancas
Las negras tienen gran ventaja de desarro- no sólo pierden la calidad, tras 20.£f3 ¥xf1
llo pero si las blancas logran enrocar, o retirar 21.¢xf1, también debe soportar la invasión
su ¤d6 y luego enrocar, su inferioridad no se- de la primera línea con 21...¦d1+, o mejor aún
ría grave. es 21...¤e5 22.£e3 ¤g4, y la dama no puede
XIIIIIIIIY defender simultáneamente al ¥e4 y al peón
de c3.
9r+-+-trk+0 17...¤d4! 18.£b2 (D)
9zpp+-+pzpp0 XIIIIIIIIY
9-+nsNlsn-+0 9-+-tr-trk+0
9wq-+-zp-+-0 9zpp+-+pzpp0
9-+-+-+-+0 9-+-+l+-+0
9zP-zPQ+-zP-0 9wq-+-+-+-0
9-+-+PzPLzP0 9-+-snL+-+0
9tR-vL-mK-+R0 9zP-zP-+-zP-0
xiiiiiiiiy 9-wQ-+PzP-zP0
14…e4!!
Por medio de esta entrega de peón las ne- 9tR-vL-mK-+R0
gras agudizan la lucha, su captura lleva a la xiiiiiiiiy
apertura de la vital columna e, y al cambio de ¿Y ahora? seguir el mismo criterio que an-
las piezas desarrolladas de las blancas. tes, simplemente “poniendo la última pieza en
15.¤xe4 juego” no es suficiente, si 18...¦fe8 Ivanchuk
Dejar al peón de e4 “vivo” hace que el ¥g2 señala que las blancas pueden salir del paso
ya no juegue, y por ejemplo no valdría 15.£e3 y ser optimistas entregando la calidad con
¤g4 16.£d2 ¦ad8! 17.¤xb7 £a4 18.¤xd8 19.0–0! ¥h3 20.cxd4 ¥xf1 21.¥f3, con compen-
¦xd8, y ahora, a diferencia de la línea men- sación adecuada, tienen un buen centro, y un
cionada anteriormente, no existe el recurso peón por la calidad.
blanco ¥xc6. Tampoco es decisivo 18...¥c4, que gana un
La retirada 15.£c2 otorga otro tiempo, peón, pero tras 19.£b4 (19.¥e3!?), 19...£e5
15...¤d4!, y tras 16.£b2 la sobrecarga de la (no 19...£xb4 20.axb4 ¤xe2 21.¥e3, y tener el
dama blanca y el rey en el centro ya permiten rey en el centro les da ventaja a las blancas),
16...¤xe2! 20.cxd4 £xe4 21.0–0 ¦xd4, con ventaja negra,
Peor es permanecer en la columna d con pero no decisiva (Ivanchuk), podría seguir
15.£d2, pues sigue 15...¦ad8, con idea de 22.£c3!?, pero no 22.¥e3? ¥d5!, ganando.
16...£e5. Es evidente que este es un momento crí-
Capturar de caballo en e4, y conservar el tico, es necesario “echar el resto” y calcular
alfil tiene mejor apariencia que tomar de al- con profundidad, no es el caso anterior donde
fil, tras 15.¥xe4 ¤xe4 16.¤xe4 ¦ad8, seguido simplemente había que elegir entre dos conti-
de 17...¤d4, o 17...¥h3, la posición blanca está nuaciones atractivas.
llena de debilidades, y con su rey en el centro, 18...¤xe2!!
26 El arte del ataque

“Una espléndida combinación basada en la Por último, contra 20.¦e1, buscando es-
situación del rey blanco sin enrocar” comentó conderse con el rey en f1, Ivanchuk indica
Ivanchuk, ahora la columna semiabierta e se 20...£h5+! 21.¢f1 ¥h3+ 22.¢g1 ¦xe4!, y la de-
convierte en abierta. bilidad de las casillas blancas sale a la luz, con
19.¢xe2 (D) mate rápido.
No valía ahora 19.£b4 por 20...¤xc3!! 20...£h5+!
Ahora era tentador seguir “sacando a pa- La dama pasa al flanco rey para impedir
seo” al rey blanco con 19...¥c4+ 20.¢f3, y aquí que el rey blanco pueda refugiarse.
20...f5, pero sorprendentemente no hay victo- 21.f3 f5! 22.g4
ria tras 21.¥xb7 ¥d5+ 22.¢e2 ¥xb7 23.£xb7, Contra la clavada 22.£c5, gana, entre otras,
donde las negras deben jugar 23...£xc3 24.¥e3 22...¥d5! 23.¥e3 ¥xe4, y no hay defensa.
£c4+ 25.¢e1 £c3+, con jaque perpetuo. 22...£h3!
Hay otras posibilidades, como 20...¦fe8, “Precisión hasta el final.
pero lo más preciso es el orden que eligen las Era peor 22...fxg4 23.¥e3!, con juego poco
negras, aquí sí el cálculo acertado era impres- claro”, indica Ivanchuk.
cindible. 23.gxf5
XIIIIIIIIY La apertura de líneas lleva a una rápida
victoria tras 23.¢f2 fxe4! 24.£xe4 ¥d5 25.£d3
9-+-tr-trk+0 ¦f8, etc.
9zpp+-+pzpp0 23...¥xf5!
9-+-+l+-+0 Seguir con el ataque al rey es más rápido
aún que ganar material con 23...£g2+ 24.¢e3
9wq-+-+-+-0 £xh1 25.fxe6 ¦d1, donde 26.e7 alarga la luc-
9-+-+L+-+0 ha.
9zP-zP-+-zP-0 24.£c4+ ¢h8 25.¦e1 (D)

9-wQ-+KzP-zP0 XIIIIIIIIY
9tR-vL-+-+R0 9-+-trr+-mk0
xiiiiiiiiy 9zpp+-+-zpp0
19...¦fe8!! 9-+-+-+-+0
Ahora sí entra la última pieza en juego, 9+-+-+l+-0
una vez que el rey blanco no puede salir del
fuego cruzado de todas las piezas negras. 9-+Q+L+-+0
“Una jugada silenciosa, en el espíritu de 9zP-zP-+P+q0
la posición, preparando la ejecución del rey 9-+-+K+-zP0
blanco”, comentó Ivanchuk.
20.£b4 9tR-vL-tR-+-0
Tras 20.f3 sigue 20...f5! y si 21.¥xb7 sigue xiiiiiiiiy
la elegante 21...¥c4+ 22.¢f2 £b6+! 23.£xb6 25...¦xe4+!
(23.¢g2 ¦e2+ pierde la dama), 23...¦e2+ Es mate forzado tras 26.fxe4 ¥g4+ 27.¢f2
24.¢f1 ¦d1#. No es mejor 21.£b4, pues las ne- £xh2+ 28.¢e3 (o 28.¢f1 ¥h3#), 28...£g3#.
gras quedan con peón de más y ataque sobre 0–1
el indefenso rey blanco tras 21...£a6+ 22.¢f2
fxe4 23.¥e3 exf3, etc. Desde la jugada 10 a la 19 las blancas sólo
No es mejor 20.¥e3, a lo que puede seguir necesitaban un tiempo para poder enrocar,
por ejemplo 20...¥c4+ 21.¢f3 ¦xe4 22.¢xe4 pero con la columna e cerrada su rey no pa-
£d5+ 23.¢f4 h5!, con varias amenazas de recía estar en peligro serio. Sin embargo la
mate. mala colocación del ¤b5 obligó a conceder

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