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SSCE001PO UD4 Tipos Evaluacion

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Tipos de evaluación

Las diferentes clases de evaluación se pueden clasificar en función de los criterios


de evaluación o de las personas que las llevan a cabo:

Según los criterios de evaluación

Los criterios son el elemento más determinante de la evaluación, por lo que hay que
definirlos de una manera suficientemente flexible como para que sean capaces de
adaptarse a cualquier situación que surja. En función del tipo de criterios elegidos,
se puede hablar de:

 Evaluación cuantitativa. Se orienta fundamentalmente hacia la gestión del


proceso de formación, por lo que incluye variables-criterio como: tipos de cur-
sos, número de alumnos, formadores, calendario lectivo, horarios, material
didáctico, costes…

 Evaluación cualitativa. Es complementaria de la cualitativa: necesidades for-


mativas, cumplimiento de los objetivos, estructura de los cursos, calidad de
los recursos…

Según el protagonista de la evaluación

Dependiendo de quien sea el actor de la evaluación, se puede distinguir entre:

 Evaluación externa: el docente se vale de un conjunto de técnicas para averiguar si se


han conseguido los objetivos planificados. También se la llama “heteroevaluación”.

252 EDición 5.0


 Evaluación interna: el propio alumno valora el nivel de sus realizaciones o ad-
quisiciones. Conocida también como “autoevaluación”.

El formador se evalúa

En formación, no sólo son los alumnos los que se pueden autoevaluar:


también los formadores se pueden plantear una serie de cuestiones que
les ayuden a saber si la formación está alcanzando los objetivos que se
marcaron. Serían preguntas como:

 ¿El ambiente era el más deseable?


 ¿El material era suficiente y adecuado?
 ¿Los medios funcionaron según lo esperado?
 ¿El manejo del tiempo ha sido el correcto?
 ¿Cuál es la sensación propia sobre la clase?

¿Qué se debe evaluar?


En principio, a esta pregunta se podría responder de manera directa: habría que
analizar todos los factores que influyen en la formación: “contenidos, formadores,
logística, mandos, alumnos…”. No obstante, hay áreas que resulta más importante
examinar:

1. La reacción de los alumnos

Tiene que ver con la satisfacción de los alumnos, con la forma en que están recibien-
do o recibieron el curso. Por ello, se sondean áreas como contenidos (interés, ameni-
dad, utilidad), actuación del formador (conocimientos, sensibilidad, seguridad,
amenidad) metodología (adecuación, variedad), utilidad o condiciones ambientales
(instalaciones, horario).

La información sobre estos temas se suele recoger mediante cuestionarios de opi-


nión individuales, pero también con entrevistas personales, más o menos estruc-
turadas, o grupos de discusión. Evidentemente, el primero de estos métodos es
más fácilmente cuantificable y precisa de menos recursos económicos y humanos
que los otros dos. Sin embargo, está sujeto al efecto de sesgos subjetivos: la res-
puesta de un alumno puede depender de su estado de ánimo al contestar y no de lo
que realmente ocurriera. Otra ventaja de los cuestionarios es que, una vez realizado
el correspondiente tratamiento estadístico, los resultados pueden ofrecerse en
forma gráfica.

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La evaluación de la reacción es muy útil para mejorar la calidad de la formación.

2. Los aprendizajes completados

Valorando cuánto han aprendido los alumnos en cada momento de la formación y


al terminar el curso, se puede averiguar la eficacia de éste.

Los instrumentos de recogida de información más adecuados para realizar esta


evaluación dependen del contenido del aprendizaje:

 Conocimientos: los más adecuados son las pruebas de lápiz y papel, como los
ensayos, las pruebas…

 Habilidades: ya sean motoras, intelectuales o interpersonales, como mejor se


demuestran es con la práctica. Por ello, se deben usar pruebas situacionales,
en las que se simulan las condiciones del puesto de trabajo.

 Actitudes: se suelen medir mediante escalas o cuestionarios, que consisten en


listas de afirmaciones sobre las que los alumnos emiten juicios de valor u opi-
niones que muestran su acuerdo o desacuerdo con ellas.

Esta evaluación permite apreciar el grado de cumplimiento de los objetivos y la


efectividad real o potencial de la formación en el puesto de trabajo.

3. Las conductas de trabajo que han cambiado (transferencia)

La efectividad de la formación se verifica a partir de la comprobación de si los tra-


bajadores aplican lo aprendido, y en qué grado, a su puesto de trabajo. Para llevar
a cabo esta evaluación, hay que esperar un tiempo, ya que el alumno tiene que
haber empezado a aplicar lo aprendido al puesto. De todas maneras, hay factores
que dificultan la transferencia:

 Actitudes negativas ante la formación: de directivos que no facilitan medios,


de compañeros que no aceptan las novedades o de los propios alumnos,
cuando no están de acuerdo con la necesidad de formación.

 Falta de medios.

 Exigencias del trabajo diario que invitan a volver a rutinas anteriores.

 Exigencia de comportamientos opuestos a los contenidos formativos.

 Falta de correspondencia de la formación con las necesidades del puesto.

254 EDición 5.0


Entre los medios utilizados para realizar este tipo de evaluación están:

 Observación directa, efectuada por el superior inmediato del alumno, de acuer-


do con una lista de comprobación previamente elaborada.

 Entrevistas, estructuradas o semiestructuradas.

 Seguimiento de indicadores, como los hábitos de trabajo, la iniciativa, el ambien-


te de trabajo, las habilidades, las actitudes, el servicio al cliente, efectividad,
nuevas técnicas…

La evaluación de la transferencia no se debe realizar una sola vez, sino con cierta
periodicidad, para comprobar que el cambio de conducta mostrado por el alumno
es permanente, no transitorio.

4. Los resultados alcanzados

Este tipo de evaluación se centra en los beneficios tangibles conseguidos, medidos


con indicadores clave, propios de cada ámbito organizativo.

Otra forma de esquematizar cuáles deben ser las áreas a evaluar cuando se diseña
y desarrolla una acción o plan de formación sería la siguiente, mucho más porme-
norizada que la anterior:

1. Evaluación de los alumnos

El rendimiento de los alumnos con respecto a los conocimientos, habilidades y


actitudes objeto de formación se puede evaluar en diferentes momentos del curso:

 Evaluación inicial (diagnóstica)

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La toma de datos previa al inicio del curso puede ser necesaria para:

 Usarla como línea-base del nivel de los alumnos en aquellos conoci-


mientos y habilidades incluidos en los objetivos.

 Seleccionar a los alumnos, en cursos que precisen de un nivel mínimo


de conocimientos y habilidades o de homogeneidad de conocimientos
entre los alumnos (los cursos de aprendizaje de idiomas, por ejemplo).

No obstante, hay que tener en cuenta que esta evaluación inicial está condi-
cionada por dos tipos de factores:

 Los problemas, metas, necesidades, prioridades y objetivos contenidos


en la demanda de formación.

 El programa de formación y los recursos humanos, materiales y econó-


micos incluidos en la oferta formativa.

La recogida de información de esta clase de evaluación puede efectuarse an-


tes del curso o a su inicio, lo cual, a su vez, determina si se lleva a cabo en el
puesto de trabajo del alumno o ya en el aula. Por su parte, los medios a utili-
zar dependerán de los aspectos a evaluar y de los recursos disponibles, pero
siempre se podrá contar con:

 Cuestionarios para que los alumnos valoren el nivel de sus conocimien-


tos y capacidades.

 Exámenes y tests normalizados sobre los conocimientos que posee el


alumno.

 Entrevistas individuales, tanto a los propios alumnos como a sus super-


visores.

 Ejercicios prácticos sobre las habilidades que posee el alumno.

 Evaluación del proceso (formativa)

Los datos que se recogen durante la impartición del curso se refieren a aspec-
tos de ese desarrollo, centrándose en los que se pueden modificar para mejo-
rarlos. Más concretamente, se puede recoger información sobre:

 Impresiones de los alumnos. Aunque las respuestas sean subjetivas y po-


co específicas, dan mucha información sobre la motivación y confianza
que los alumnos tienen en el grupo.

256 EDición 5.0


recuErda
“Una reacción favorable no garantiza el aprendizaje,
pero una reacción desfavorable probablemente
garantiza que no habrá aprendizaje”.

 Objetivos parciales. Los ejercicios teóricos y prácticos que se realizan pa-


ra comprobar la consecución de los objetivos parciales de la formación
ofrecen una valiosa retroalimentación sobre los aciertos y errores de las
estrategias formativas.

 Curso. Al acabar el curso, los alumnos deben reflexionar y opinar sobre


los métodos y medios empleados, sobre la eficacia del formador y sobre
la organización: habilidades docentes, actividades, participación, recur-
sos didácticos, comprensión, aplicación… Lo más habitual es recabar
esta información con un cuestionario de valoración, aunque también se
puede obtener mediante entrevistas grupales.

Para algunos autores, al término del curso la recogida de formación (prueba)


que tiene por finalidad comprobar el nivel de aprendizaje alcanzado por los
alumnos es, en sí, un tipo de evaluación independiente, al que llaman evalua-
ción final o “sumativa”.

 Evaluación de la aplicación (longitudinal)

Para medir realmente la eficacia de la formación, hay que evaluar su grado de


aplicación en el puesto de trabajo, si los alumnos han modificado el desempeño
en el puesto de trabajo justo en el sentido pretendido por el curso.

Esta evaluación tiene que llevarse a cabo pasado cierto tiempo del fin del
curso, para dar lugar a que los alumnos hayan podido generalizar y transferir lo
aprendido en las situaciones
laborales reales.

Normalmente, el formador
traslada la responsabilidad
de comprobar la aplicación
de lo aprendido al puesto de
trabajo a los supervisores de
los alumnos, ya que éstos
pueden observarlos traba-
jando directamente; luego,
simplemente les pregunta
lo descubierto.

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Es posible que, aunque la evaluación del proceso del curso haya sido satis-
factoria, la de la aplicación revele que hay aspectos en los que hay que insistir
o repetir la formación.

2. Evaluación de la programación didáctica

Se centra en:

 El diseño: analiza si son adecuados los objetivos, los contenidos, la metodología,


el cronograma, los recursos…

 El profesorado: toma en cuenta su idoneidad técnica y didáctica.

 La gestión: atiende a los indicadores de calidad del curso.

3. Evaluación de la eficacia

Verifica si la formación es adecuada al puesto de trabajo; por tanto, si la formación


es rentable. Es un tipo de evaluación longitudinal, que se lleva a cabo entre 3 y 6
meses después del fin del curso y que se usa en la toma de decisiones y en la retro-
alimentación.

4. Evaluación por objetivos

Entre sus ventajas está facilitar:

 La decisión de qué enseñar y a qué nivel.


 La elección de la metodología.
 La evaluación.
 La motivación durante el aprendizaje.
 La orientación del aprendizaje en función de criterios.

5. Evaluación de procesos y productos

Se centra en:

 La fiabilidad y la validez.
 La relación entre criterios de evaluación y normas.
 El grado de objetividad del proceso de aprendizaje.

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6. Evaluación por resultados

Se establece en función de objetivos específicos adaptados a los puestos, buscando


la iniciativa y el compromiso de los evaluados. Estimula la responsabilidad y el tra-
bajo en equipo.

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