Hymes Dell - Modelos de La Interacción Entre Lenguaje y Vida Social
Hymes Dell - Modelos de La Interacción Entre Lenguaje y Vida Social
Hymes Dell - Modelos de La Interacción Entre Lenguaje y Vida Social
Regna Dar
"
Joel Sher
MODELOS DE LA INTERACCIÓN ENTRE LENGUAJE
Y VIDA SOCIAL*1
Dell Hymes
~~
Versión abreviada del artículo de Dell Hymes, "Modelsof the Interactionof Language atid
Social Life", en Gumperz, John y Dell Hymes (eds.), Directions in Soáolinguistics: The
Ethnography ofCommunicanon, Oxford/Nueva York, Basil Dlackw t ll, 1986 [versión corregi-
da y aumentada de la I® ed., 1972]; pp. 35-71. Se traducen aquí pp. 38-43; 52 y ss. Se
elimina la sección "Una ilustración (pp. 44-51). Traducción de Claudia Oxman.
"
Elinor Keenan Susan Philips, Seila Seitel, Joel Sherzer, K. M. Tiwary y mi esposa, Vi rginia,
,
por su participación en dicho trabajo. Mis propias ideas sobre el problema en general
contaron con el apoyo de una pequeña beca del Instituto Nacional de Salud Mental en
1968. Agradezco a Meyer Fortes Edmund Leach y J. L. M. Trim por la discusión sobre
,
algunos de estos problemas y sus muchas gentilezas cuando fui profesor visitante del Clare
Hall , Cambridge, en 1968-1969.
55
Dell Hymes
Una teoría general de la interacción entre lenguaje y vida social debe com-
prender las múltiples relaciones entre los medios lingüísticos y los significados
56
Modelos re la interacción entre lenguaje y vida social
sociales. Las relaciones dentro de una comunidad en particular o dentro del reper-
torio personal constituyen un problema empírico que requiere un modo de des-
cripción a la vez etnográfico y lingüístico.
Si se considera la teoría sobre el repertorio lingüístico y el habla de la propia
comunidad (como debe hacerse en todo relevamiento etnográfico serio), todas
las cuestiones se vuelven mucho más complejas e interesantes. Algunos pueblos,
como los chinook wishram del río Columbia, en lo que hoy es el estado de
Washington, o los ashanti de Nigeria, han considerado que lás vocalizaciones de
los niños manifiestan un lengua especial (sobre los wishram, véase Hymes, 1966a;
sobre los ashanti, Hogan, 1967). Para los wishram, esta lengua sólo podían inter-
pretarla hombres que tuvieran ciertos guardianes espirituales. En estos casos, la
lengua nativa es, en la teoría nativa, Lina segunda lengua para todos. También
aquí, una comunidad puede esforzarse por mantener la inteligibilidad mutua con
otra comunidad frente a una gran diferenciación dialectal, en tanto otra puede
declarar imposible tal inteligibilidad aun cuando las diferencias lingüísticas ob-
jetivas sean menores. Algunos casos indiferenciables según criterios lingüísticos
pueden ser o bien monolingües o bien bilingües según las actitudes y relaciones
sociales locales (esto es discutido con más detalle en Hymes, 1968c).
En tanto en una situación bilingüe es común la búsqueda de especialización
en la función, elaboración y valoración de una lengua; esta especialización no es
sino una instancia de un fenómeno universal, que también debe estudiarse en
situaciones predominantemente monolingües. La lengua como tal no es equiva-
lente en rol y valor en todas partes; el habla puede tener diferente alcance y carga
funcional según las economías comunicativas de las diferentes sociedades. En
nuestra sociedad, la comunicación cantada y hablada se cruzan en la canción; el
habla pura y la música instrumental son tipos separados de comunicación. Entre
los indios flathead de Montana, el habla y las canciones sin texto están separados ,
mientras que las canciones con texto y la música instrumental como un aspecto de
las canciones con texto forman una intersección. Entre los maoríes de Nueva
Zelanda, la música instrumental es parte de la canción y, en definitiva, ambas se
conciben como habla. (Resulta interesante señalar que tanto para los flathead
como para los maoríes es el contexto sobrenatural el que aúna el habla con la
música, y hace de ambos (incluyendo también los sonidos animales para los
flathead) formas de comunicación lingüística.)2 En lo que concierne al habla
misma, si bien Malinowski nos ha familiarizado con la importancia de la comuni-
cación fótica, hablar por decir algo, el registro etnográfico sugiere que esto dista
de ser umversalmente un motivo importante o siquiera aceptado (véase Sapir ,
57
Dell Hymes
1949a: 16,11). Lospaliyanos de India del sur "se comunican muy poco en todas
las ocasiones y se vuelven casi silenciosos hacía los 40 años. Las personas verbales,
comunicativas, son vistas como anormales y a menudo como ofensivas (Gardner,
"
1966:398). La distribución dql silencio requerido y preferido nos ofrece tal vez
con mayor inmediatez una guía de la estructura del habla de una comunidad
(véase Samarin, 1965; Basso, 1970, en este volumen). Por último, el rol del
lenguaje en el pensamiento y la cultura (el interrogante de Whorf), obviamente
no puede ser evaluado por los bilingües hasta no haber hecho lo mismo con el
rol de cada una de sus lenguas; no obstante, lo mismo vale para los monolingües
ya que, en las diversas sociedades, la lengua participa de manera diferencial en la j
experiencia educativa, la transmisión de creencias, el conocimiento, los valores,
las prácticas y las conductas (véase Hymes, 1966a). Tales diferencias pueden
encontrarse incluso en grupos diferentes dentro de una misma sociedad con una
única lengua.
Lo que se necesita entonces es una teoría y un cuerpo de conocimientos
1 jp
generales dentro de los cuales la diversidad del habla, los repertorios, los modos
de hablar y la elección entre ellos encuentren su lugar natural. Tal teoría y tal
cuerpo de conocimientos recién ahora se están construyendo de manera sosteni-
da. Los científicos sociales que plantean cuestiones relevantes en lo funcional por
lo general no han tenido la percepción y el entrenamiento necesarios para tratar
adecuadamente la faz lingüística del problema. La lingüística, la disciplina central
para el estudio del habla, ha estado casi por completo ocupada en el desarrollo del
análisis de la estructura de la lengua como código referencial, dejando de lado la
significación social, la diversidad y el uso. Ha habido notables excepciones (como
los trabajos de Firth, Jakobson y Sapir), pero el curso principal de la labor lin-
güística ha pasado del campo de la fonología, recién definido en ese entonces :
'
i
güística y la ciencia social en su conjunto.
No es necesario pensar en la sociolingüística como una disciplina nueva.
Si la lingüística llega a aceptar totalmente las dimensiones socioculturales y ,
58
Modelos de la interacción entre lenguaje y vida social
Siguiendo esta tradición una teoría, sean cuales fueren su lógica y su profundi-
,
r roles y significados del habla. Indican diferencias en lo que hace a las creen-
I cías, valores grupos de referencia, normas y otros cuando ingresan en el siste-
,
,
ma vigente del uso de la lengua y de su adquisición por el niño. Los informes
que individualmente pasan desapercibidos, como posibilidades habituales,
saltan a la vista cuando se las yuxtaponen, como contrastes que requieren
explicación. Los gbeya de los alrededores del pueblo de Bossangoa, al oeste
de la República Centroafricana, son, por ejemplo, sumamente democráticos y
se interesan relativamente poco por el habla. Nadie puede ser considerado
excelente en lo verbal, incluso respecto del folclore tradicional. Más aun,
según Samarin:
Los padres gbeya y demás adultos prestan escasa atención al habla de los niños.
No se hace ningún intento serio por mejorar su lenguaje. De hecho, un niño
, participa muy rara v ez de un evento de habla diádico con un adulto [...] Entre
los gbeya, "a ios niños se los ve, no se los oye". Por último ¡xtrece haber escaso
,
Los anang (Nigeria) recibieron su nombre de sus vecinos, los ibo; dicho nom-
bre significa "habilidad para hablar con agudeza pero significativamente en cual-
"
quier ocasión .
creciendo, de su carozo (acertijo) así debe luchar el niño para superar su timidez
,
de una banda era su mejor orador y su poder dependía de su habilidad para influir
,
60
Modelos de la ínter a :ción entre lenguaje y vida social
*
sobre los demás por medio de la oratoria. Para los abipones, de Argentina, nin-
gún rol o status deseado dependía de la habilidad para hablar: los jefes y miem-
bros del grupo de hombres prestigiosos eran seleccionados sólo sobre la base del
éxito en la batalla. Los iraqueses valoran la elocuencia de sus jefes y oradores
tanto como la valentía en la guerra; ambas comúnmente se mencionan juntas y
con un mismo status. Un jefe podía ascender con igual rapidez por medio de
cualquiera de las dos.
Dado que no hay una comprensión sistemática de los mocFos en que difieren
las comunidades al respecto, ni de las profundas relaciones que pueden eviden-
ciar tales diferencias, tenemos que crearla. Necesitamos taxonomías del habla y
descripciones adecuadas que les den un sostén y las evalúen.
La descripción y la taxonomía compartirán la tarea de proveer una clasifica-
ción adecuada de las lenguas. Si se comidera que la tarea de clasificar las lenguas
consiste en situarlas en términos de sus diferencias y rasgos comunes, y si tomamos
para esto el punto de partida de las semejanzas, se requieren entonces cuatro <<>
clasificaciones/Las lenguas pueden clasificarse según rasgos provenientes de unty
antecesor común (clasificación genética), rasgos difundidos dentro de una misma *1
área (clasificación areal), rasgos que manifiestan una o más estructuras comunes, \
iss sin considerar origen o área (clasificación tipológica), o rasgos del uso común o [
rol social (como koiné, lengua estándar, pidgin, etc.) (clasificación funcional) /
(véase Hymes, 1968c; Greenberg, 1968: 133-135 )/Los procesos que subyacen a '
*
Nota de la compiladora: Esta afirmación sigue siendo vigente entre los araucanos (o
mapuches término con que los miembros de este pueblo indígena se llaman a sí mismos)
,
. 61
Dell Hymes
El interés primordial debe estar ahora en los análisis descriptivos de una varie-
dad de comunidades. Sólo en relación con los análisis reales será posible manejar
argumentos análogos a los que hoy son posibles en el estudio de la gramática en
cuanto a la adecuación, necesidad, generalidad, etc., de términos y conceptos.
Sin embargo, se requiere algún esquema heurístico inicial si hay que proceder a la
labor descriptiva. Lo que se presenta aquí es algo bastante preliminar -si el inglés
y sus gramáticos lo permitieran, podría llamarse hacía hacia una teoría"-. Algo
"
véanse J. O. Hertzler (1965) y Brice Parain (1969) Sobre las "altas y bajas evaluaciones del
.
lenguaje" como parte integral de la historia de la filosofía y la cultura del hombre , véase
Urban (1939: 12 y 23-32) .
62
Modelos de la interacción entue lenguaje y vida social
interrogantes sobre el lenguaje, resulta claro para un lingüista que hay una empresa,
la descripción de lenguas, que reconoce como fundamental. Cualesquiera sean
sus interrogantes sobre la sociedad y la cultura, resulta claro para un sociólogo o
un antropólogo que hay una forma de indagación (examen o etnografía) de la
que dependen las respuestas. En ambos casos, uno comprende qué es lo que signi-
fica describir una lengua, relaciones sociales o la cultura de una comunidad.
Tenemos que ser capaces de decir lo mismo sobre el sistema sociolingüístico de
una comunidad. «
Un objetivo tal es de interés tanto para la labor práctica como para la teoría
científica. En un estudio sobre educación bilingüe, por ejemplo, se tomarán en
cuenta ciertos componentes del habla, y su selección presupondrá un modelo,
implícito, si no explícito, de la interacción entre lenguaje y vida social. La
significatividad vinculada a lo que se encuentre dependerá de comprender qué
es posible, qué es universal, qué es infrecuente y qué está relacionado, en una
perspectiva comparativa. Lo que los investigadores necesitan conocer
lingüísticamente sobre una comunidad cuando seleccionan una variedad de
lengua y cuando realizan entrevistas es, efectivamente, una aplicación de la
descripción sociolingüística de una comunidad (véase Hymes, 1969). A su vez,
los trabajos concretos, si se emprenden teniendo en mente su relevancia para la
teoría, pueden hacer una contribución, ya que deben tratar directamente con la
interacción entre lenguaje y vida social, y proveer así una base de verificación
y una fuente de nuevas ideas.
Los sistemas sociolingüísticos pueden tratarse en el nivel de los estados nacio-
nales y, por cierto en el de la emergente sociedad mundial. Mi interés aquí es el
,
que posibilita a las personas el uso de la lengua. Los eventos de habla y sistemas
mayores sin duda tienen propiedades que no son reductibles a las de la competen-
cia de habla de las personas. Tal competencia no obstante, subyace a la conducta
,
posible, formales, esto es, explícitas, generales (en el sentido de observar reglas y
convenciones generales respecto del contenido orden, interrelación, etc.), eco-
,
63
Dei.i. Hymes
Unidades sociales
que comparte reglas para el manejo y la interpretación del habla y reglas para la
interpretación de por lo menos una variedad lingüística Ambas condiciones
.
son necesarias.
64
Modelos de i. a interacción entre lenguaje y vida social
No basta con compartir las reglas gramaticales (de la variedad). Puede haber
muchas personas que hablan un inglés con una gramática que puedo identificar
pero cuyos mensajes se me escapan. Puedo desconocer lo que cuenta como se-
cuencia coherente, pedido, aserción que requiere una respuesta, tópico requerido
o prohibido, marca de énfasis o ironía, duración normal del silencio, tópico
normal, nivel normal de la voz, etc., y no poseer los medios metacomunicativos o
la oportunidad para descubrirlo .«La diferencia entre el conocimiento de una
variedad y el conocimiento del habla por lo general no se hace evidente dentro
de una misma comunidad, donde normalmente ambos se adquieren de manera
.
conjuntabas comunidades sin duda mezclan lo que un lingüista distinguiría
como gramatical y como social o culturalmente aceptable. Entre los cochiti de
Nueva México, J. R. Fox era incapaz de elicitar la forma posesiva de la primera
persona del singular de alas sobre la base de que el hablante, no siendo un ave,
" "
de la lengua"), para el fenómeno de las reglas de habla que son compartidas por
lenguas contiguas. Así, en Checoslovaquia,:Hungría, Austria y Alemania del sur
pueden encontrarse normas compartidas en lo que hace a saludos, tópicos aceptables,
lo que se dice a continuación en una conversación, etc.
El compartir reglas de habla no es suficiente. Un checo que no sabe alemán
puede pertenecer a la misma Sprechbund pero no a la misma comunidad de habla,
al igual que un austríaco.
El campo de la lengua y el campo del habla (emparentados con la noción de
campo social) pue3en ser definidos como el espectro total de las comunidades
dentro de las cuales el conocimiento por parte de una persona de variedades y
reglas de habla lo capacita potencialmente para actuar comunicativamente. Den-
tro del campo del habla debe distinguirse la'red de habla que comprende los lazos
,
de una misma lengua (por ejemplo, el yir yoront) pueden tener redes bastante
diferentes a lo largo de circuitos geográficamente diferentes basadas en la membresía
al clan, e incluyendo diferentes repertorios de multilingüismo. En Vitiaz Strait
65
Dell Hymes
(Nueva Guinea), los isleños bilibili (uti grupo de unos 200-250 comerciantes y
alfareros de la Bahía Astrolabio) tienen un conocimiento colectivo de las len-
guas de todas las comunidades con las que han tenido relaciones económicas;
pero sólo unos pocos hombres saben la lengua de las comunidades particulares en
las que han tenido socios comerciales.
En suma, la comunidad de habla de una persona puede ser, efectivamente,
una única localidad o una porción de la misma; el campo de la lengua de una
persona estará delimitado ¡x>r su repertorio de variedades; su campo del habla,
I por su repertorio de modelos de habla. La red de habla dé una persona es la unión
t efectiva de los dos últimos.
¿.A
'
"
Jarte del trabajo de definición es aquí, obviamente, obra de la noción de
'"
66
Modelos de la interacción entoe lenguaje y vida social
por un conjunto de ellas. Una cacería, por ejemplo, puede abarcar tanto eventos
verbales como no verbales, y los eventos verbales pueden ser de más de un tipo.
En una descripción sociolingüística, es necesario entonces abordar activida-
des que de algún modo reconocible son vinculadas o integrales. Desde el punto
de vista de una descripción social general se las puede registrar como ceremonias,
viajes de pesca y otras análogas; desde los puntos de vista particulares pueden
considerarse como situaciones políticas, estéticas, etc., que sirven como contex-
tos para la manifestación de actividades políticas, estéticas, etc. Desde el punto de
vista sociolingüístico, pueden considerarse como situaciones de habla.
habla y de una comunicación de habla (el caso de un rito consistente en una sola
plegaria; en sí, una sola invocación). Sin embargo, es más frecuente encontrar una
diferencia de magnitud: una fiesta (situación de habla), una conversación durante
la fiesta (evento de habla), un chiste dentro de la conversación (acto de habla).
Sobre los eventos y,los actos de habla se suelen escribir reglas formales de sus
ocurrencias y características. Pero obsérvese que un mismo tipo de acto de habla
puede tener lugar en diferentes tipos de eventos de habla, y un mismo tipo de
evento de habla, en diferentes contextos de situación. Así, un chiste (acto de habla)
puede estar incrustado en una conversación privada, una conferencia, una presen-
tación formal. Una conversación privada puede darse en el contexto de una fiesta ,
" "
vs. ¿Te vas? ), de la posición dentro de un intercambio conversacional ("Hola"
67-
Dell Hymes
los niveles usuales de la gramática y el resto de una situación o evento de habla por
el hecho de que implica a la vez forma lingüística y normas sociales.
Hasta cierto punto los actos de habla pueden ser analizables por extensiones
de la estructura sintáctica y semántica. Sin embargo, parece ser cierto que mucho,
si no la mayor parte, del conocimiento que comparten los hablantes respecto del
status de las emisiones como acto?, es inmediato y abstracto, ya que depende de un
sistema autónomo de señales pertenecientes tanto a los diversos niveles de la
gramática como a la situación social. El intento de describir actos de habla de
manera completa postulando un segmento adicional a la estructura gramatical
subyacente (por ejemplo, Por la presente le X a Ud que...") es forzado e incómodo
"
(considérese el caso en que "¿cree Ud. que podría yo tomar eso que queda de té?"
ha de ser entendido como una orden).
De hecho, dicha lógica de los niveles lingüísticos implica un nivel autónomo
de actos de habla; según ella, la ambigüedad de "the shooting of the blacks was
terrible" (el tiroteo/fusilamiento de los negros fue terrible) y el rasgo común de
superar a Erv es casi imposible y "es casi imposible superar a Erv" a la vez
" "
requiere un nivel estructural más, en el que el primero tiene dos estructuras dife-
rentes y el segundo, una. La relación entre formas de oración y su status como actos
de habla es del mismo tipo. Una oración interrogativa por su forma puede ser ya
sea un pedido, una orden o bien una afirmación; un pedido puede manifestarse
por una oración que es interrogativa, declarativa o bien imperativa por su forma.
I El discurso puede considerarse en términos de actos tanto sintagmática como
í paradigmáticamente; esto es, como una secuencia de actos de habla y en términos
í de clases de actos de habla entre los cuales, en ciertos puntos dados, se ha hecho
\ una elección.
caso del inglés; Pike (1967) ha considerado una amplía variedad de estilos
contextúales como condiciones para la manifestación de las unidades fonológicas
y morfológicas. Además de la existencia de estilos definidos cualitativamente,
68
Modelos de la interacción entre lenguaje y vida social
hay otros dos puntos que son esenciales para la descripción sociolingüística. Uno
es que los estilos de habla comprenden elementos y relaciones que convencional-
mente sirven a funciones expresivas o, mejor dicho, estilísticas, como también
" "
Modos de hablar. Se emplea modos de hablar como una suerte de término pri-
mitivo, como el término más general. El meollo de este concepto es la idea regulativa
de que el comportamiento comunicativo dentro de una comunidad es analizable en
términos de determinados modos de hablar, que la competencia comunicativa de
las personas comprende en parte un conocimiento de determinados modos de
hablar. No es mucho más lo que puede decirse hasta que se disponga de cierta
magnitud de descripción etnográfica en términos de modos de hablar. Probable-
mente, las comunidades difieran ampliamente en los rasgos en términos de los
cuales se organizan básicamente sus modos de hablar.
Componentes del habla. Una teoría descriptiva requiere algún esquema de los
componentes de los actos de habla. En la actualidad un esquema tal sólo puede
ser un aporte a las descripciones de carácter ético o heurístico. Más adelante
puede alcanzar el estatuto de una teoría de rasgos y dimensiones universales.
De larga tradición en nuestra cultura es la división tripartita en hablante,
oyente y algo de lo que se habla. La misma ha tenido diversas elaboraciones por
parte de la teoría de la información, la lingüística, la semiótica, la crítica literaria
y la sociología. En manos de algunos investigadores, varios de estos modelos han
mostrado ser productivos pero su productividad ha dependido no de tomarlos en
,
forma literal sino sólo de emplearlos de manera precisa Todos estos esquemas, por
.
69
Dell Hymes
mental. El defecto más común y más serio de la mayoría de los informes sobre el
habla probablemente sea que la forma del mensaje y, a partir de ello, las reglas que
lo gobiernan, no pueden ser recuperadas. La importancia de los detalles de las
formas reales sorprende a algunos como algo insignificante, como carente de
importancia científica o humanística. Tal punto denota una impaciencia que
hace un flaco servicio a propósitos tanto científicos como humanísticos. Es preci-
samente el fracaso en unir forma y contenido en la perspectiva de un foco de
estudio único lo que ha retrasado la comprensión de la capacidad humana de
hablar, y lo que vicia muchos intentos por analizar la significatividad de la con-
ducta. Las categorías de contenido y las categorías interpretativas por sí solas no
son suficientes. Es una perogrullada que, sin embargo, la investigación ignora con
frecuencia, el que cómo se dice algo es parte del qué se dice. Tampoco puede
prescribirse de antemano la magnitud totalóle Ta señal que habrá de ser determi-
nante para el contenido y la habilidad para exresarlo e interpretarlo. Cuanto más
compartido y significativo sea un modo de hablar dentro de un grupo, más probable
70-
Modelos de la interacción entre lenguaje y vida social
es que las pistas determinantes sean eficientes, esto es, leves en escala. Si uno
soslaya este detalle -tal vez porque requiere competencias técnicas en lingüística,
musicología u otras disciplinas de difícil manejo-, uno debería afrontar el hecho
de que el significado humano del propio objeto de estudio y los planteos cientí-
ficos del propio campo de investigación no se están tomando en serio.
Especialmente, cuando importan la competencia y la habilidad de las personas
debe reconocerse que los modos de hablar compartidos adquieren una autonomía
parcial, que en parte se desarrolla en términos de una lógica interna de sus medios
de expresión. Los medios de expresión condicionan y, a veces, controlan el con-
tenido. Para los miembros de la comunidad, entonces, la libertad es el reconoci-
"
"
miento de la necesidad ; el dominio del modo de hablar es un prerrequisito para
la expresión personal. El verdadero interés por el análisis científico así como por
el significado humano requiere que uno vaya más allá del contenido, hacia la
afirmación explícita de reglas y rasgos de la forma.
Mientras puede parecer que un enfoque semejante se aplica ante todo a los
géneros convencionalmente reconocidos como estéticos, también se aplica a la
conversación de la vida cotidiana. Sólo un cuidadoso análisis de la forma del
mensaje -cómo se dicen las cosas-, hecho de manera tal que actúe paralelamente
a la crítica literaria y que pueda aprender de su intensidad, puede revelar la
profundidad y la adecuación del elíptico arte que es hablar.
£ ípjSontentdo delmensaje (message contení). Un contexto para distinguir forma
del mensaje de contenido del mensaje sería: "Rezó. Dijo"...>" (citando la forma del
mensaje) vs. Rezó diciendo que se sentiría bien" (refiriendo sólo el contenido).
"
El contenido entra en el análisis ante todo, tal vez, como una cuestión de
tónico y cambio de tópico. Los miembros de un grupo saben de qué se está hablando
y cuándo aquello de lo que se habla ha cambiado, y controlan el mantenimiento
y el cambio de tópico. Estas habilidades son parte de su competencia comunicativa,
de particular importancia para el estudio de la coherencia discursiva.
La forma del mensaje y el contenido del mensaje son centrales para el acto de
habla y su foco en la "estructura sintáctica"; también son estrechamente
interdependientes. Por ello ambos pueden nombrarse como componentes de la
" "
secuencia del acto (mnemotécnicamente, A).
3 .
Situación. La situación se refiere al tiempo y lugar de un acto de habla, y, en
J general, a las circunstancias físicas.
/ 4. Escena. La escena, distinta de la situación, designa la "situación psicológica"
la definición cultural de una ocasión como un tipo de escena determinado. En
una obra teatral con el mismo escenario y con el mismo decorado, puede cambiar
"
el tiempo dramático: diez años más tarde". En la vida diaria, las mismas personas,
en igual situación, pueden rédefínir su interacción como un cambio en el tipo de
escena, digamos, de formal a informal, de serio a festivo y otros semejantes. (Para un
71
Dell Hymes
>, Estos cuatro componentes fueron discutidos al introducir el tema de los com-
ponentes del habla. He aquí unas pocas ilustraciones. Entre los abipones de la
Argentina se agregaba -in al final de cada palabra si algún participante (cualquie-
ra fuera su rol) era miembro de los hocheri (clase guerrera). Entre los chinook
"
wishram, las escenas formales se definen por la relación entre una; fuente'¡(por
ejemplo, un jefe o patrocinante de una ceremonia), un orador que repite las
palabras de la fuente y otros que constituyen la audiencia o público. La fuente de
quien se repiten las palabras a veces no se encuentra presente; los destinatarios a
veces son espíritus del entorno circundante. En presencia de un niño, en Alemania
los adultos a menudo usan entre ellos el término de apelación que sería apropiado
para el niño. A veces, las reglas para los participantes son internas a un género e
independientes de los participantes del evento en el que se incrustan. Así, los
actores masculinos y femeninos de los mitos yana usan las formas de habla apro-
piadas para hombres y mujeres, respectivamente, sin considerar el sexo del narrador.
Se requiere el uso del habla de los hombres cuando tanto el destinador como el
destinatario son adultos y varones a la vez; de otro modo, se emplea el habla "de
las mujeres". Los grupos difieren en sus definiciones de los participantes en forma
reveladora, particularmente al definir la ausencia (por ejemplo, niños, mujeres
jóvenes) y la presencia (por ejemplo, sobrenatural) de participación. Mucho de
la conducta religiosa puede interpretarse como parte de una teoría nativa de la
comunicación. Los diversos componentes pueden agruparse como participantes
(mnemotécnicamente, P).
r 9.
'
72
Dell Hymes
,
, 12. ¡Canales. Se entiende por selección del canal la selección de los modos de
í jgjt -.
transmisión del habla: oral, escrita, telegráfica, por código de luces u otro medio.
En lo que respecta a los canales, se deben distinguir también modos de uso. El
canal oral, por ejemplo, puede emplearse para cantar, tararear, silbar o salmodiar
rasgos del habla tanto como para hablar. Dos metas importantes de la descripción
son las consideraciones respecto de la-interdependencia de los canales en
interacción y de la jerarquía relativa existente entre ellos.
13. Formas del habla. Es un problema teórico y empírico de gran importancia el
distinguir cuáles son los recursos verbales de una comunidad. Obviamente es
superficial y, sin duda, confuso hablar de la lengua de una comunidad (Ferguson
"
y Gumperz, 1960). Aun cuando no haya más que una sola lengua" presente en
una comunidad (no se conocen casos en el mundo contemporáneo), esa lengua
estará organizada en diversas formas de habla. Tres son los criterios que, pareciera,
cabe reconocer en la actualidad: la proveniencia histórica de los recursos
lingüísticos, la presencia o ausencia de inteligilibilidad mutua y la especializa-
ción en el uso. Los criterios frecuentemente no coinciden. Para el primero se
sugiere lengua y dialecto; para el segundo códigos; y variedades y registros, para el
,
74
Modelos de la interacción entke lenguaje y vida social
gibilidad puede surgir cuando el habla se da en una lengua sin relación histórica
con la propia, pero también del uso de una simple transformación del habla
propia, por ejemplo, el lenguaje secreto de los niños o la jerigonza. En resumen,
algunas formas del habla derivan de otras por adición, borrado, sustitución y
permutación en distintas combinaciones. Por último, las formas del habla común-
mente están especializadas para usos de diversa índole. El término registro se ha
hecho familiar en el uso lingüístico inglés en referencia a situaciones específicas;
el término variedades, o variedades funcionales ha sido empleado en la lin-
" "
,
do usted entiende el Zen, sabe que el árbol realmente está allí" -la única vez
que alguien dijo algo sobre filosofía o experiencia zen en toda la semana-. Los
zenbos nunca conversan entre ellos sobre koans o sobre experiencia sanzen
(Snyder, 1969: 52).
75 .
Dfxl Hymes
de vacilación ("eh", etc.). Para muchos negros, es una pauta normal rebobinar
hasta el comienzo de la emisión (tal vez más de una vez). La norma negra puede
interpretarse por los blancos no como una norma diferente sino como un defecto
(debo este ejemplo a David Dalby).
Las nonnas de interpretación implican el sistema de creencias de una comunidad.
El precedente clásico en el análisis etnográfico de una lengua es el tratamiento
que realizara Malinowski (1935) del ritual y las fórmulas mágicas Trobriand, bajo
el título de contexto dogmático (las otras denominaciones de Malinowski se rcla-
cionan grosso modo con las presentadas aquí de la siguiente manera: su contexto
sociológico y su contexto ritual abarcan toda la información de lo que hace a
situación, participantes, fines como meta y como resultado, normas de
interacción y aspectos genéricos de nivel más alto; la estructura se refiere al
conjunto de pautas relevantes de la forma verbal de un acto o evento; el modo de
recitado se refiere a las características salientes del aspecto vocal del uso del
canal y de la forma del mensaje).
Los procesos de interpretación discutidos por Garfinkel (1986 [1972]), que
por lo general incluyen recursos ad hoc, pertenecerían a esta categoría. Estas dos
clases de normas pueden agruparse mnemotécnicamente en N.
eros. Se entiende por géneros categorías tales como poema, mito, cuento,
proverbio, acertijoTmajdiciÓn, rezo, oración, conferencia, publicidad, carta for-
*
mal editorial, etc. Desde cierto punto de vista, el análisis del habla en actos es un
,
7A .
Modelos de la interacción entre lenguaje y vida social
bien puede ser cierto {acerca de los géneros, véase Ben-Amos, 1969). La noción
habitual de habla "casual" o no marcada, no obstante, señala el hecho de que
existe un amplio espectro entre los géneros en lo que hace al número y al carácter
explícito de los marcadores formales. Es un hecho que existe un amplio espectro,
dada la facilidad con la cual se han identificado tales marcadores. Aun así, el
habla casual "no marcada" se sigue reconociendo como tal por los contextos en
donde no se la espera o en donde se la explota para lograr un efecto particular. Su
menor visibilidad puede estar en función de nuestras orientaciones y de nuestro
uso de ella; su perfil puede ser tan agudo como cualquier otro, una vez que
logremos verla como extraña.
Los géneros a menudo coinciden con los eventos de habla, pero deben tratarse
como analíticamente independientes de ellos. Pueden tener lugar en (o como)
eventos diferentes. El sermón como género es, por su tipo, idéntico a cierto lugar
en un servicio religioso, pero se pueden invocar sus propiedades en otras situacio-
nes para lograr un efecto serio o humorístico. Con frecuencia, un mismo género se
repite en varios eventos, como sucede con un género de cántico empleado por las
mujeres del estado de Bihar (India), que es, asimismo, la forma prescripta para un
conjunto de actos relacionados entre sí y que se reiteran en bodas, visitas familia-
res y protestas al marido (K. M. Tiwary, comunicación personal). Se requerirá
mucho trabajo empírico para aclarar cuáles son las relaciones entre géneros, even-
tos, actos y otros componentes (mnemónicamente, G).
Como se ha mostrado, los dieciséis componentes pueden agruparse bajo las
letras de la palabra clave SPEAKING: settings [situación], participcints [partici-
pantes], ends [fines], actsequences [secuenciasdel acto], instrumentalities [instru-
mentos] , norms [normas], y genres [géneros]. El hecho de que la palabra clave no
sea totalmente etnocéntrica se ve en la posibilidad de denominar y reagrupar
los componentes necesarios en términos del francés PARLANT: participants,
actes, raison (résultat), lócale, agents (instrumentos), normes, ron (tono o clave),
types (géneros).
Regías (Relaciones) de habla. Para descubrir el sistema del habla local, sin duda
deben emplearse algunaTd¡rectrices familiares. Uno debe determinar cuál es la
taxonomía local de los términos y considerarla una guía esencial si bien nunca
. ,
r Muchas de las generalizaciones sobre las reglas del habla adoptarán la forma
(de afirmaciones acerca de la relación entre los componentes. No_está claro aún
que en tales afirmaciones exista alguna prioridad asignable a ciertos componen-
tes en particular. Hasta lo que se puede decir hoy, cualquier componente jiuede
ser tomado como punto de partida, y los otros, considerados con relación a él.
Uña vez que se han analizado correctamente las sociedades individuales, es pro-
bable que aparezcan jerarquías de precedencia entre los componentes y que se
encuentren diferencias entre caso|0ales diferencias en la jerarquía de los compo-
nentes serán, entonces, parte importante de la taxonomía de los sistemas
%
estructura jjgcuencial del acto mismo se formula a través de una suerte de sin-
"
taxis", por medio de reglas de reescritura (Chomsky, 1965). Una vez que se han
reformulado de esta manera las descripciones de eventos en prosa, se gana mucho
en la comprensión de la estructura; o, podría uno decir, se exige una clarificación
considerable de lo que uno entendió como que era la estructura. Se separa la
forma del evento del obligatorio follaje verbal de las oraciones en prosa, y se la
puede ver más claramente. A los fines de comparar los eventos dentro de una
sociedad y entre sociedades se necesitan algunos formatos estándar concisos. La
,
78
Modelos de la interacx;ión entre lenguaje y vida social
79
Dell Hymes
I lengua abipona
N - habla valentía
+ habla cobardía
Secuencia: (?) + reprimenda
"
Reprimenda" (Pl) burla + (P2) respuesta
respuesta
Burla ??
(P2) Respuesta -
habla
+ habla
(Pl) Respuesta (¿orgullo?)-habla
R2 + habla
80
Modelos de la interacción entre lenguajey vida social
larse" y "reprochar", por ejemplo, como tampoco si hubieran hecho una distin-
ción entre ambos como lo hacemos aquí. Dado que en inglés los dos términos
" "
superponen sus sentidos, es razonable emplear el término reprochar para lo que
respecta a ofensas (causa de una desgracia, ofensa a las tradiciones como réplica a
" "
reprender ) y "burlarse" en los otros casos, en tanto seguimos a Sherzer en su
elección de burlarse" para la categoría general. La información sobre otras cultu-
"
ras indígenas de América del Sur y una teoría general de los actos de habla en el
futuro podrán apoyar o cambiar esta interpretación.
El análisis ha partido de la perspectiva "sintáctica" del componente de la
secuencia del acto. El análisis también permite partir desde categorías o desde un
"
léxico" de actos. Los actos de reprender y responder del primer participante
pueden ser en cierta medida una suerte de subcategorización en el contexto del
evento, o bien el componente del segundo participante:
81
Dell Hymes
"
irónico, peyorativo", en los géneros de habla no poéticos. Las funciones mismas
pueden enunciarse en términos de relaciones entre componentes, de manera tal
que la función poética, por ejemplo, puede requerir de determinada relación
entre elección del código, elección del tópico y de la forma del mensaje en un
período de la sociedad dado.
Sería, no obstante, engañoso pensar que la definición de funciones puede
reducirse a otros componentes o derivarse de ellos. Tal idea tal sería un residuo
inhabilitante proveniente de la ideología conductista. En definitiva las funcio-
,
nes para las que sirve el habla deben derivarse directamente de los propósitos y
necesidades de las personas involucradas en la acción social y son lo que son:
,
hablar para seducir para permanecer despierto, para evitar una guerra. El análisis
,
formal del habla es un medio para la comprensión de los propósitos y las necesi-
dades de los hombres , y de su satisfacción; es un medio indispensable, pero sólo un
medio, y no la comprensión en sí.
82
MODELOS DE LA INTER ACCIÓN ENTRE LENGUAJE Y VIDA SOCIAL
Explicación
Lefebvre, 1968: 34, 45-46). Hacer esto no es sólo ver las lenguas como parte de
sistemas del habla sino también ver los sistemas del habla desde la perspectiva de
la cuestión central de la naturaleza del orden sociocultural -entendiendo por una
teoría del mantenimiento del orden una teoría que implique una teoría del cam-
bio correspondiente, y a la inversa.*
Cada caso, o cada tipo de caso, sin duda puede valorarse por derecho propio
como expresión de la humanidad. Mi propio trabajo surge en parte de un deseo
por comprender los significados del lenguaje en las vidas individuales y por
trabajar a los fines de acabar con la frecuente alienación de los seres humanos a
algo que los seres humanos han creado (véase Berger 1967, cap. 1; especialmente,
,
como fundamental para la teoría, y el orden social como central para lo que se habrá de
explicar (pp. X, 16 Cap. 2). Cohén habla sencillamente de "orden social". Yo empleo
,
"
orden sociocultural para volver explícita la inclusión del orden simbólico o cognitivo
"
concepción racional del cambio lingüístico-y por cierto, del lenguaje mismo-es la posibi-
,
lidad de describir ordenadamente que la diferenciación presente en una lengua que sirve a
una comunidad (...) nativa como el gobierno de estructuras heterogéneas no es una
cuestión de muhidialectalismo o de
mera ejecución, sino que es parte de la competencia
' '
lingüística unilingüe (...). En una lengua que sirve a una comunidad compleja (es decir,
real), lo disfuncional sería la ausencia de heterogeneidad estructurada (p. 101). Las conclu-
"
siones (pp. 187-188) muestran que una teoría adecuada debe ser sociolingüística y debe
basarse en descripciones sociolingüísticas.
83
Dell Hymes
pp. 12-13 y notas 1,2 y 11; Lefebvre; 1966, cap. VIII y 1968; 72-74; y Merleau-
Ponty, 1967). Los motivos individualizadores, interpretativos y fenome-
nológicos son consistentes con el interés por la explicación general y causal.
Cada caso y cada tipo tienen su valor, ya que extienden y prueban el conoci-
miento general, y sólo por medio de una visión general de las condiciones y
posibilidades puede estimarse con precisión el valor de los modos de habla
individuales.
Necesitamos un amplio espectro de descripciones en serie, cualesquiera sean
los motivos que individualmente las produzcan. Ni un modelo descriptivo ni una
teoría explicativa son convincentes si no han pasado la prueba de las situaciones
diversas, de un cuerpo general de datos. Recuérdese que la exposición de Darwin
sobre la selección natural y la exposición de Tylor (1871, cap. 1) sobre una
ciencia de la cultura en parte fueron convincentes por dicha razón. Necesitamos
algún ordenamiento inicia! de la diversidad, si bien este ordenamiento no tiene
que concebirse como histórico o único. La descripción y la taxonomía
sociolingüísticas son, juntas, las condiciones del éxito para comprender y explicar
la interacción entre lenguaje y vida social.
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