La Masonerc3ada y La Muerte El Simbolismo Masc3b3nico de Los Cementerios
La Masonerc3ada y La Muerte El Simbolismo Masc3b3nico de Los Cementerios
La Masonerc3ada y La Muerte El Simbolismo Masc3b3nico de Los Cementerios
DE LOS CEMENTERIOS
Figueroa, Diego; Albariño, Julio; Gutiérrez, Pablo; Goldin, Ana Laura; Pagés, Alejandro
RESUMEN
El presente trabajo forma parte del Proyecto “La Masonería en la República
Argentina” del Instituto Argentino de Masonología, dirigido por el Dr. Jorge Francisco
Ferro, especialista en Sociología de las Sociedades Secretas y de la Masonería e
Investigador Científico en el CONICET, contando además con el asesoramiento de
Eduardo Callaey, miembro de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados
Masones y de la Academia de Estudios Masónicos.
Nuestro objetivo es establecer ciertas pautas y lineamientos desde el punto de vista
masonológico aplicables a las investigaciones sobre Masonería, cuyo estudio científico es
una cuestión sumamente amplia, compleja y de límites todavía imprecisos.
En primer lugar, nos centraremos en la amplia variabilidad existente dentro de la
Masonería, incluso en la Argentina. Posteriormente, analizaremos las manifestaciones
funerarias masónicas que es posible encontrar en los cementerios de la Ciudad de Buenos
Aires, explicando el significado de los símbolos masónicos y su contexto dentro del
simbolismo de la Logia. Por último, analizaremos las relaciones existentes entre las
manifestaciones funerarias egipcias del cementerio de La Plata, la Masonería de fines del
siglo XIX y la clase dirigente argentina.
INTRODUCCIÓN
En los últimos tiempos, atravesamos un auge cada vez mayor del interés que
despierta la Masonería en los medios de comunicación y en el público en general, además
de manifestarse esto también en el creciente número de investigaciones científicas
dedicadas al tema, incluso dentro de la Arqueología. Pero el estudio del fenómeno
masónico exige, por sus propias características, que sean tenidos en cuenta ciertos criterios
de investigación para poder acceder a su adecuada comprensión. Debido a esto, el objetivo
de este trabajo consiste en establecer ciertas pautas y lineamientos aplicables a las
investigaciones arqueológicas sobre Masonería, centrándonos en la amplia variabilidad
existente en la misma. Posteriormente, analizaremos las manifestaciones funerarias
masónicas que es posible encontrar en los cementerios de la Ciudad de Buenos Aires,
explicando el significado de los símbolos masónicos y la necesidad de situarlos en el
contexto de la Logia para poder comprenderlos adecuadamente.
LA VARIABILIDAD EN LA MASONERÍA
Como afirma Ferrer Benimelli, “resulta cada vez más anacrónico hablar de
masonería en un sentido unívoco, debido a la existencia de tantas masonerías
independientes unas de otras, y a la variabilidad tan extraordinaria de ritos dentro de las
mismas” (Ferrer Benimelli, 1976: 58). A partir del nacimiento oficial de la Masonería
Moderna, el 24 de junio de 1717, se produciría con su expansión una multiplicación de
Logias, Obediencias y Ritos. Desde el siglo XVIII la Masonería se fue dividiendo en
numerosas y diversas ramas por motivos políticos, ideológicos, religiosos, filosóficos,
geográficos y culturales, dando origen a la variedad de las Obediencias actuales. Por otro
lado, el rápido éxito de la Masonería provocó un desarrollo extraordinario de sociedades
secretas herméticas, cabalísticas y esotéricas, además de organizaciones o grupos para-
masónicos con fines políticos que se inspiraban en la organización de las Logias (Ferrer
Benimelli, 1976; Corsetti 1992). Los rituales también sufrieron importantes modificaciones
y, a partir de 1740, se produce el desarrollo de los llamados “Altos Grados”, los cuales
fueron instituyéndose incesantemente (Hutin, 1980). Estos Altos Grados, que fueron
superpuestos a la Masonería Simbólica (Aprendiz, Compañero y Maestro) y que dieron
origen a ritos de 25, 33, 90 y hasta 120 grados, pueden clasificarse, según René Guénon, en
tres grupos principales. Por un lado, aquellos que reflejan simplemente las concepciones
particulares de sus autores, producto de una tendencia de querer inventar un sistema para sí
mismo basándose en las propias interpretaciones herméticas o filosóficas. Por otro lado,
aquellos grados que tienen un vínculo directo con la Masonería, cuyo simbolismo se
relaciona más o menos estrechamente con ella y pueden ser considerados extensiones o
desarrollos del grado de Maestro. Como ejemplo, podemos mencionar el grado de Royal
Arch, el cual es estrictamente masónico y cuyo origen operativo directo es indudable,
siendo un complemento de la Maestría. Por último, tenemos el caso de los grados que
pueden considerarse vestigios o recuerdos de antiguas organizaciones iniciáticas
occidentales, los cuales fueron injertados o se cristalizaron alrededor de la Masonería. Este
hecho nos remite al papel “conservador” de ésta ya que la razón de ser de estos grados es el
hecho de que conservan lo que aún puede mantenerse de las iniciaciones de que se trata
luego de su desaparición en cuanto formas independientes (Guénon, 1970). A modo de
ejemplo, podemos mencionar que en diversos ritos de la Masonería es posible encontrar
referencias y simbolismos vinculados a la extinguida Orden del Temple, lo cual nos lleva a
considerar los vínculos existentes entre ambas organizaciones y la existencia de lo que
podríamos llamar un “Templarismo Masónico” (Callaey, 2005; Ferro 2005). A todo esto,
debemos agregar que a lo largo de la historia europea es posible observar que diversas
familias, linajes o clanes, han sido depositarias exclusivas de determinados ritos y
filiaciones masónicas practicadas en el más riguroso secreto por los familiares y un
pequeño círculo de amigos y allegados. Entre ellos podemos mencionar a los marqueses de
Chefdebien de Saint-Amat, señores de Montpellier, jefes hereditarios del “Rito Antiguo y
Primitivo de Narbona”, el cual reveló su existencia en el siglo XVIII. En Escocia, el clan
de los Roslin fue soberano exclusivo de la “masonería de Heredom”, nombre genérico de
la obediencia masónica de la Royal Order of Scotland. Por último, debemos mencionar la
neta filiación de la Casa de Estuardo con la llamada “masonería escocesa”, la cual,
paradójicamente, tuvo su gran desarrollo en Francia, introducida por los círculos de
exiliados escoceses estuardistas (Gower 1992; Ferro, 1990). En la actualidad no existe un
poder central único en la Masonería. Las Logias pueden formar grupos que se administran
por sí mismos, pudiendo formar en cada nación una federación dirigida por una Gran
Logia. Además, en cada país pueden existir varias Grandes Logias y diferentes
Obediencias (Hutin, 1980). Por todo lo antedicho, resulta más conveniente referirse a
“Obediencias Masónicas” que a una “Orden Masónica” homogénea y monolítica (Callaey,
2004). En otras palabras, no es posible hablar de “la” Masonería ofreciendo una imagen
simplista y estereotípica que no hace más que ocultar la variabilidad existente en la misma
y que impide su comprensión. Lo último a tener en cuenta es la distinción que es necesario
realizar entre “masones” y “Masonería”. Siguiendo a Guénon, la Masonería posee una
“ortodoxia”, la cual consiste en seguir fielmente la Tradición Masónica, conservando con
cuidado los símbolos y las formas rituales que expresan esta Tradición y que son como su
ropaje, es decir, la ortodoxia masónica se refiere “al conjunto del simbolismo considerado
como un todo armónico y completo y no exclusivamente a este o aquel símbolo en
particular” (Guénon, 1970: 73). Si estos símbolos y formas rituales no se respetaran o se
modificaran por completo, ya no estaríamos en presencia de una Masonería sino de otra
cosa de muy distinto carácter, lo que podría ser una organización “pseudo-masónica” o
“para-masónica” o de otro tipo. Pero Guénon aclara que, para ser ortodoxa, la Masonería
no debe apegarse a un formalismo estrecho ni ser inflexible en lo ritual, sin poder añadir ni
suprimir nada, lo cual sería muestra de un dogmatismo muy ajeno al espíritu masónico. La
Tradición Masónica no excluye la evolución ni el progreso, y los rituales pueden y deben
ser modificados para adaptarse a las condiciones variables del tiempo y lugar, pero
solamente en la medida en que no se afecte ningún aspecto esencial del simbolismo y del
ritual. Esto nos advierte para poder diferenciar la verdadera Tradición Masónica de
aquellas concepciones individuales de los masones que nada tienen que ver con ésta, de la
misma forma que las tendencias filosóficas, políticas e ideológicas de los masones no
representan necesariamente las de la Masonería. La confusión e ignorancia de esto es lo
que ha provocado tantos malentendidos y falsas concepciones, como aquella que asocia a
la Masonería con un ferviente anticlericalismo, generalizando las tendencias irreligiosas de
ciertos masones de ciertas Obediencias. Para finalizar, todo lo expuesto anteriormente nos
muestra la necesidad de considerar la amplia variabilidad existente en la Masonería, la cual
debe ser tenida en cuenta por aquellas investigaciones dedicadas a su estudio.
CONCLUSIÓN
Como hemos demostrado a lo largo de este trabajo, el estudio científico del
fenómeno masónico es una cuestión sumamente amplia, compleja y de límites todavía
imprecisos debido a los diferentes enfoques y puntos de vista, actualmente en desarrollo,
desde los cuales es posible abordar el tema. Esperamos haber logrado con este trabajo un
aporte a todas aquellas investigaciones que centren su interés en la Masonería,
especialmente a la “Arqueología Masónica”, es decir, a las investigaciones arqueológicas
dedicadas al estudio y comprensión de las expresiones simbólicas masónicas, ya sea en los
cementerios, en los edificios urbanos o de cualquier otro carácter. Para esto, ofrecemos las
herramientas conceptuales y metodológicas de la Masonología científica y resaltamos la
importancia de tener en cuenta la variabilidad existente en la Masonería. De la misma
forma, consideramos fundamental el testimonio directo y la colaboración de los mismos
masones, quienes son los que realmente viven la Masonería y la conocen en profundidad,
luego de haber atravesado las puertas del Templo y recibido la Luz…
BIBLIOGRAFÍA:
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ANEXOS