Septiembre de 1888, Londres.
Hace un frío del copón. Para colmo, y por culpa de la espesa niebla, al ir a encender la pipa, me he chamuscado la perilla. Maldita sea, igual va a tener razón mi madre, y tenía que haber opositado a Correos.
Permítanme que me presente.
Mi nombre es Tom Marmande, pero mis amigos me llaman Cherry. Es que me quieren mucho. Soy inspector de policía, y últimamente ando tras los pasos del puñetero Jack el DesTRIPador. Y digo puñetero, más que nada porque no hay manera humana de dar con él. He consultado la guía telefónica, he puesto anuncios en El Trajín, incluso he tenido una tensa conversación con el cotilla del 5º. Nada, todos mis esfuerzos han sido en vano.
Mi jefe en Scotland Yard, piensa que estoy demasiado obsesionado con el caso, y quiere que me tome unas vacaciones pagadas. Pagadas por mi, claro. Y de paso, asignar la investigación a otro inspector. De eso, ni hablar. Hasta ahí podíamos llegar.
Lo que no sabe mi jefe, es el motivo oculto de mi mayúsculo interés por atrapar a ese criminal.
Todos los detectives, deseamos dedicarnos a una gratificante actividad tras nuestro retiro: A Sherlock Holmes le pirraba la apicultura, mientras que Hércules Poirot deseaba exprimir sus células grises con el cultivo de los calabacines...
Pues bien, mi mayor deseo, es poder dedicarme al macetohuerto, una vez haya conseguido mi ansiado retiro. Que tal y como está el tema, vaya usted a saber cuándo será eso, pero en fin...
Ahora bien, hay una cosa que me tiene harto preocupado. Que me tiene harto y preocupado, vamos. Me refiero a las temibles plagas.
A lo largo de toda mi carrera profesional contra el crimen, he logrado resolver casos aparentemente irresolubles, he atrapado criminales culpables de horrendos asesinatos, he restituido valiosísimas joyas a sus legítimos dueños, y sin embargo, soy incapaz de dar con el remedio de-fi-ni-ti-vo que elimine de-fi-ni-ti-va-men-te ciertas plagas de mi adorado macetohuerto. Cagontó, que diría el filósofo.
En estos momentos, mi balcón sufre una incipiente plaga de trips. Y no es cuestión de dejar que se reproduzcan a lo burro, y me joroben las plantas. Que después vendrá la araña roja, y las rematará.
Yo les enseño mi placa de inspector, pero se quedan igual. Ni se van, ni nada. A veces incluso, me parece oir una diminuta risita. Igual es mi imaginación, o la vecina de al lado, no se.
Así pues, he tomado una decisión. Mientras localizo al temible Jack el DesTRIPador para que me ayude con la tarea, he comprado unas trampas cromáticas con ungüento pegajoso incorporado.
Adjunto al presente informe, una fotografía de uno de los artefactos, en la que se puede apreciar las primeras víctimas. R.I.P.
De paso, adjunto otras fotografías, en las que aparecen dos capullos (con perdón) de flor de cebolla, el apio también en flor, una panorámica general del macetohuerto, y unas hojas de tomatera, con señales evidentes de haber sido masticadas por unos cuantos trips, sin consideración alguna por la propiedad ajena.
Firmado:
Tom Marmande
Detective Inspector, placa nº 69.
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martes, 15 de mayo de 2012
martes, 14 de septiembre de 2010
Ahí viene la plaga.
Ahí viene la plaga, le gusta bailar.
Ahí viene la plaga, le gusta bailar.
Y cuando está rocanroleando,
es la reina del lugar.
Le llega el turno al roncanrol… esto… a las plagas.
Si me lo permitís, voy a soltaros el ladrillazo contándoos qué plagas he tenido en mis cultivos del balcón, los tratamientos que he utilizado, y la cara de gil que se me ha quedado tras comprobar que no han servido de nada.
Comenzamos por orden alfabético trastocado (esto es: al tuntún):
Cochinilla algodonosa
Que recuerde, sólo los pimientos la han sufrido (además de otras plantas ornamentales como la bouganvilla). Es muy resistente, así que el tratamiento que ha dado mejores resultados ha sido el de retirarlas con un algodón empapado en agua y jabón. Mano de santo (y no me refiero a la mia). Hay que actuar cuanto antes, pues la población se multiplica a ojos vista.
Pulgón
La han sufrido el perejil (y la schefflera). Para su relativa fácil eliminación utilice café soluble con toda su cafeína, diluido en agua (una cucharadita en ½ litro). La desventaja de este tratamiento es que mancha. Cuidadín, pues. Hay que actuar pronto, pues destruyen los brotes jóvenes, y se reproducen muy rápido. Además, facilitan la aparición de otras plagas.
Trips
Uff… lechuga, espinaca, apio, rábanos, pepinos, y en menor medida tomateras, además de plantas ornamentales como el romero, han sufrido esta plaga. Se supone que no es una plaga desastrosa, pero es desesperante ver cómo las hojas del apio o la lechuga toman un aspecto feísimo “gracias” a las picaduras de este insecto. He utilizado el café, el jabón potásico, etc. con resultados bastante decepcionantes. Continuará.
Araña roja
Re-uff… prácticamente cualquier cultivo puede ser atacado por este simpático (para su familia) bichito. En mi caso, lo han sufrido: tomateras, maíz, berenjena, cebollas, puerro, y pepinos, además de plantas ornamentales varias como el jazmín. He probado con café, jabón potásico, etc. con resultados negativos. Para el maíz, utilicé un algodón empapado en agua y jabón, y limpié las hojas, con resultados satisfactorios. Lástima que este método no pueda ser utilizado en todas las plantas (las hojas del maíz se prestan a ello). Se supone que detestan la humedad y se propone vaporizar las plantas, pero ojito a los hongos. De todas formas, tampoco les afecta mucho la vaporización. Doy fe (y eso que no soy notario). Para colmo de males, la araña roja es muy suya y crea resistencias, por lo que los tratamientos han de ser de varios tipos y aplicados simultáneamente. O eso dicen. Es la plaga que más temo.
Minadores
Sólo lo han padecido los rábanos. Método utilizado: aplastar al bichito dentro de la hoja, decir “puaaaajjjjj”, y a otra cosa, mariposa.
Gusanitos varios
Han devorado un montón de hojas de pimientos. He utilizado dos tratamientos simultáneos: mis dedos pulgar e índice. En este caso, dedos de santo.
Avispas
He sorprendido a varias avispas picoteando las hojas de maíz, sobre todo, en días muy calurosos. El tratamiento utilizado ha sido apartarme de su vista, no sea que encima me piquen. Sólo faltaría eso. Intenté atraparlas con un recipiente con agua y azúcar (según leí en un libro), pero por lo visto querían cerveza. No les dí, hasta ahí podíamos llegar. Encima, pagándoles sus vicios.
Oídio
Lo han sufrido las tomateras y las lechugas. Para las tomateras, como preventivo se puede utilizar azufre, pero ojito a los ojitos pues es altamente corrosivo. Para las lechugas, utilicé la bolsa de la basura: las tiré a la ídem. Una vez me pasé al lado oscuro, y utilicé un producto multipropósito de esos, que además de cargarse al oídio, se cargó las tomateras. Demolition Man, creo que se llamaba. Lo curioso, es que encima te cobran por comprarlo.
Mildiu
Lo han sufrido las tomateras, y las patatas, y de qué manera. El tratamiento utilizado como preventivo ha sido el cobre pulverizado. Además de que dejas todo el balcón de color azul, es evidente que no es milagroso. Y también te cobran por comprarlo.
Virus varios y bacteriosis a demanda
Mis plantas las han sufrido. No puedo decir más, puesto que no se distinguir unos de las otras. No hay tratamientos eficaces, al menos para cuatro plantas matadas (nunca mejor dicho). Plan B: tirarlas a la basura para que el resto no se contagie, mientras se murmura una retahíla de palabras mal sonantes sin que las oigan tus hijos pequeños.
Resumiendo
Las plagas han tomado mis dos humildes balcones como si fueran el Ritz Plaguil. Yo hago lo que puedo para convencerles de que hay sitios mejores, con vistas fantásticas, y vegetales más estilizados y sabrosos que los mios, pero… de momento no tengo mucho éxito.
Eso sí, mis plantas tienen más proteínas de origen animal que ningunas otras.
Os chinchais.
Ahí viene la plaga, le gusta bailar.
Y cuando está rocanroleando,
es la reina del lugar.
Le llega el turno al roncanrol… esto… a las plagas.
Si me lo permitís, voy a soltaros el ladrillazo contándoos qué plagas he tenido en mis cultivos del balcón, los tratamientos que he utilizado, y la cara de gil que se me ha quedado tras comprobar que no han servido de nada.
Comenzamos por orden alfabético trastocado (esto es: al tuntún):
Cochinilla algodonosa
Que recuerde, sólo los pimientos la han sufrido (además de otras plantas ornamentales como la bouganvilla). Es muy resistente, así que el tratamiento que ha dado mejores resultados ha sido el de retirarlas con un algodón empapado en agua y jabón. Mano de santo (y no me refiero a la mia). Hay que actuar cuanto antes, pues la población se multiplica a ojos vista.
Pulgón
La han sufrido el perejil (y la schefflera). Para su relativa fácil eliminación utilice café soluble con toda su cafeína, diluido en agua (una cucharadita en ½ litro). La desventaja de este tratamiento es que mancha. Cuidadín, pues. Hay que actuar pronto, pues destruyen los brotes jóvenes, y se reproducen muy rápido. Además, facilitan la aparición de otras plagas.
Trips
Uff… lechuga, espinaca, apio, rábanos, pepinos, y en menor medida tomateras, además de plantas ornamentales como el romero, han sufrido esta plaga. Se supone que no es una plaga desastrosa, pero es desesperante ver cómo las hojas del apio o la lechuga toman un aspecto feísimo “gracias” a las picaduras de este insecto. He utilizado el café, el jabón potásico, etc. con resultados bastante decepcionantes. Continuará.
Araña roja
Re-uff… prácticamente cualquier cultivo puede ser atacado por este simpático (para su familia) bichito. En mi caso, lo han sufrido: tomateras, maíz, berenjena, cebollas, puerro, y pepinos, además de plantas ornamentales varias como el jazmín. He probado con café, jabón potásico, etc. con resultados negativos. Para el maíz, utilicé un algodón empapado en agua y jabón, y limpié las hojas, con resultados satisfactorios. Lástima que este método no pueda ser utilizado en todas las plantas (las hojas del maíz se prestan a ello). Se supone que detestan la humedad y se propone vaporizar las plantas, pero ojito a los hongos. De todas formas, tampoco les afecta mucho la vaporización. Doy fe (y eso que no soy notario). Para colmo de males, la araña roja es muy suya y crea resistencias, por lo que los tratamientos han de ser de varios tipos y aplicados simultáneamente. O eso dicen. Es la plaga que más temo.
Minadores
Sólo lo han padecido los rábanos. Método utilizado: aplastar al bichito dentro de la hoja, decir “puaaaajjjjj”, y a otra cosa, mariposa.
Gusanitos varios
Han devorado un montón de hojas de pimientos. He utilizado dos tratamientos simultáneos: mis dedos pulgar e índice. En este caso, dedos de santo.
Avispas
He sorprendido a varias avispas picoteando las hojas de maíz, sobre todo, en días muy calurosos. El tratamiento utilizado ha sido apartarme de su vista, no sea que encima me piquen. Sólo faltaría eso. Intenté atraparlas con un recipiente con agua y azúcar (según leí en un libro), pero por lo visto querían cerveza. No les dí, hasta ahí podíamos llegar. Encima, pagándoles sus vicios.
Oídio
Lo han sufrido las tomateras y las lechugas. Para las tomateras, como preventivo se puede utilizar azufre, pero ojito a los ojitos pues es altamente corrosivo. Para las lechugas, utilicé la bolsa de la basura: las tiré a la ídem. Una vez me pasé al lado oscuro, y utilicé un producto multipropósito de esos, que además de cargarse al oídio, se cargó las tomateras. Demolition Man, creo que se llamaba. Lo curioso, es que encima te cobran por comprarlo.
Mildiu
Lo han sufrido las tomateras, y las patatas, y de qué manera. El tratamiento utilizado como preventivo ha sido el cobre pulverizado. Además de que dejas todo el balcón de color azul, es evidente que no es milagroso. Y también te cobran por comprarlo.
Virus varios y bacteriosis a demanda
Mis plantas las han sufrido. No puedo decir más, puesto que no se distinguir unos de las otras. No hay tratamientos eficaces, al menos para cuatro plantas matadas (nunca mejor dicho). Plan B: tirarlas a la basura para que el resto no se contagie, mientras se murmura una retahíla de palabras mal sonantes sin que las oigan tus hijos pequeños.
Resumiendo
Las plagas han tomado mis dos humildes balcones como si fueran el Ritz Plaguil. Yo hago lo que puedo para convencerles de que hay sitios mejores, con vistas fantásticas, y vegetales más estilizados y sabrosos que los mios, pero… de momento no tengo mucho éxito.
Eso sí, mis plantas tienen más proteínas de origen animal que ningunas otras.
Os chinchais.
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