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LAS GUERRAS CARLISTAS

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LAS GUERRAS CARLISTAS EN


ESPAÑA.

El acontecimiento por el que se originaron dichos enfrentamientos fue la


Pragmática Sanción de 1830, por la que se derogaba la ley sálica, una ley que
prohibía a las mujeres acceder al trono de España.

Este hecho se debió a que Fernando VII, ya muy enfermo, no había tenido
descendencia masculina y, sin embargo, había tenido una hija, Isabel, quien a partir
de 1830 pasaba a ostentar el título de princesa de Asturias.

Ante esto, el hermano del monarca (el infante Carlos María Isidro) viendo que
se le cerraba el acceso al trono de España aprovechó en el año 1832 el estado de
salud de su hermano para que este derogara la Pragmática Sanción. El problema
fue que, antes de su muerte, la volvería a validar haciendo de nuevo imposible el
acceso de su hermano al trono.

El 29 de septiembre de 1833, fallecía Fernando VII y con ello llegaba al poder


Isabel II, aunque por su minoría de edad, el trono de España fue regentado por su
madre, María Cristina.

La sucesión al trono de Fernando VII desencadenó una guerra civil entre los
partidarios de su hija Isabel y los de su hermano Carlos María Isidro, llamados
carlistas.

• El carlismo agrupaba a los partidarios del absolutismo y en general


todos aquellos sectores que se veían amenazados por las reformas liberales, la
mayor parte procedía del campesinado, el artesanado, la pequeña nobleza y el bajo
clero, especialmente el clero regular. Su programa se resumía en el lema “Dios,
Patria y Rey”, defendían la monarquía tradicional absoluta, los privilegios de la
nobleza y la primacía de la Iglesia. Las zonas de mayor implantación del carlismo
fueron Navarra, el País Vasco, el interior de Cataluña y la zona del Maestrazgo
aragonés y valenciano.
• Con el bando isabelino se alinearon los liberales, que vieron la defensa
de los derechos dinásticos de la niña Isabel una oportunidad para regresar al poder.
PRIMERA GUERRA CARLISTA (1833-1839)

El primer levantamiento se produce el 2 de octubre, cuando los Voluntarios


Realistas de Talavera de la Reina, dirigidos por Manuel María González, alzados en
armas bajo el grito de “¡Don Carlos, rey de España!”. Provocando que en otras
zonas de España se unieran a dicha revolución. Localizándose especialmente en el
Norte y el Este del territorio español.

Inicialmente, los enfrentamientos se producen en focos secundarios en forma


de guerrilla o como partidas rebeldes. Llegando a extenderse por el norte peninsular,
en especial en el País Vasco, Cataluña, Asturias y Aragón. Sin embargo, la rápida
reacción por parte de los organismos gubernamentales dio por fracasada la
revolución en los principales núcleos urbanos.

La insurrección de los carlistas hubiese fracasado de no ser que el coronel


Tomás de Zumalacárregui consiguiese dotarse en un ejercito poderoso. Gracias a
esto los Carlistas lograron resistir llegando incluso a hacerse con el transporte de
mercancías que llegaba desde Francia, además de conseguir que Carlos María
Isidro volviese de su exilio y controlar el mismo la marcha de la guerra el 12 de julio
de 1834.

Durante este primer periodo las victorias se dieron para el bando carlista.

Esto llevó a Zumalacárregui a llevar a 30000 hombres para lanzarse contra el


asedio de Madrid en el año 1835. Pero dicha ofensiva fracasó, debido a que el alto
mando carlista obligo a frenar la ofensiva y centrar sus esfuerzos en estableced un
cerco sobre la ciudad de Bilbao. La ciudad logro evitar la entrada de las tropas
liberales provocando la muerte de Zumalacárregui generando una gran pérdida para
el bando carlista, que supuso la desintegración del ejercito, volviendo a las guerrillas
iniciales.

Con Mendizábal en el gobierno y Baldomero Esparteros al frente de las


tropas isabelinas la idea del asedio sobre Madrid se fue desmenuzando.

Pero el infante Don Carlos, harto de tantos fracasos por parte de sus tropas,
decidió encabezar una ofensiva contra Madrid bajo su mando llevando a 12000
infantes y 1600 jinetes. El ataque comenzó el 15 de mayo de 1837, y apunto estuvo
de hacerse con la victoria, pero fue frenado y derrotado por la llegada del ejercito de
Espartero el 13 de septiembre habiendo comenzado el sitio el día anterior
generando el miedo en las tropas carlistas que comenzaron una huida en masa
regresando a Estella 4000 hombres de los 15000 movilizados.
Tras la derrota el general Maroto, sabedor que la derrota estaba cerca,
aceleró las negociaciones con el general Esparteros produciéndose el convenio de
Vergara también conocido como el “abrazo de Bergara” el 31 de agosto de 1838
provocando la descomposición del ejercito carlista y la huida de Don Carlos a
Bourges al no reconocer los términos de la paz.

La guerra se dio por finalizada tras la firma del convenio, pero hasta el año
1840 siguieron dándose algunas insurrecciones armadas en las zonas del
Maestrazgo aragonés y en tierras catalanas.

Con la derrota, muchos de los carlistas se vieron abocados al exilio. Alrededor


de 26000 personas marcharon hacia Portugal y Francia.

Además el carlismo tuvo en sus filas una división interna. Por un lado
encontramos a los carlitas moderados que apoyaban la paz frente a los radicales,
que buscaban la pureza absolutista.

Don Carlos rechazó sus derechos dinásticos abdicando en su hijo Carlos Luís
provocando que de nuevo ambas corrientes carlistas uniesen sus pretensiones
debido a un acuerdo firmado en el convenio de Vergara, para que se diese la boda
entre Carlos Luís e Isabel de Borbón. Pero este enlace no se produjo porque Isabel
había contraído matrimonio con Francisco de Asís de Borbón.
SEGUNDA GUERRA CARLISTA (1846-1849)

Surge tras la negativa de la reina Isabel II en contraer matrimonio con su


primo Carlos Luís de Borbón.

Durante esta etapa los carlistas cambian sus tácticas a través de dos vías: la
política y la armada. La primera de estas medidas consistió en atacar las debilidades
de los liberales mientras que por otra parte volvieron a la insurrección armada.

El foco de esta guerra se dio dentro de las fronteras catalanas y también será
conocida como la guerra dels matiners o guerra de los madrugadores.

TERCERA GUERRA CARLISTA (1872-1876)

Tras el triunfo de la revolución de 1868, La Gloriosa, la reina Isabel II fue


derrocada. Para sucederla, se había escogido a Amadeo I de Saboya quien instauró
en España un gobierno mucho más liberal, pero que no fue muy apoyado por parte
del pueblo. Dicha situación fue aprovechada por los carlistas dirigidos por Carlos
María de Borbón, conocido como Carlos VII, que consiguió posicionar a todos los
opositores del nuevo gobierno en su favor teniendo suficientes apoyos para volver a
los campos de batalla.

El alzamiento se iba a producir el 21 de abril de 1873. Muchos campesinos


iban a tomar parte en la contienda junto a los carlistas, pero tenían escasa
preparación militar y no llevaban armamento adecuado. Esto provocó su derrota en
la batalla de Oroquieta que estuvo a punto de suponer el final de la contienda.

Pero en diciembre de ese mismo año, se produjo un nuevo levantamiento que


consiguió que los carlistas se hiciesen con la zona de las vascongadas a excepción
de las capitales.

Por otra parte, a comienzos del año 1873, el rey Amadeo abdica dando lugar
al inicio de la Primera República Española. Esta crisis política provocó que los
carlistas tomasen cierta ventaja, que aprovecharon tomando Bilbao.

Pero el sitio sobre Bilbao apenas duró unos meses, desde febrero hasta
mayo de 1874. La ciudad fue recuperada debido a una brillante campaña
republicana. Tras esto, el gobierno decidió lanzarse a por la localidad de Estella,
lugar en el que se encontraba la “corte” de Carlos VII. Esta campaña se saldó con
una gran derrota para el bando republicano.

El 29 de Septiembre de 1874 se produjo el pronunciamiento militar que


devolvió a España la monarquía borbónica de la mano del general Arsenio Martínez
Campos acabando así con la República y entregando el trono a Alfonso de Borbón,
que será conocido como Alfonso XII.

Con la vuelta de la monarquía de los Borbones muchos de los carlistas


moderados retiraron sus apoyos a Carlos María de Borbón dejando su bando muy
debilitado.

Consecuencias:

Las principales consecuencias de las guerras carlistas fueron las siguientes:

• La muerte de miles de españoles, tanto en los campos de batalla


como en las represalias que siguieron a la toma de pueblos y ciudades.

• El exilio en Francia de gran cantidad de familias de Cataluña, Aragón


y Navarra, debido a su apoyo a la causa del carlismo

• La extensión de las ideas del liberalismo, que fueron arraigando en


sectores de la sociedad española, en especial la burguesía

• La caída de la Primera República y la restauración de la monarquía


borbónica.

• La desaparición de los fueros vasco-navarros, que fueron


suprimidos al promulgarse la Constitución española de 1876.
.

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