Moda Imperio Bizantino
Moda Imperio Bizantino
Moda Imperio Bizantino
1. Contexto histórico:
Tras la caída del Imperio Romano de Occidente en el año 476 se acaba el período histórico
denominado Antigüedad, para dar inicio a una nueva etapa que perdurará durante mil años, la
Edad Media (476-1453/1496). Este nuevo período se inicia en occidente con la invasión de los
pueblos germánicos que fragmentarán la realidad política europea, dando lugar a diferentes
reinos que asumirán como propio, en mayor o menor medida, el legado romano.
Bizancio era un antigua polis griega, fundada en el año 660 a.C. a orillas del Bósforo, el estrecho
que separa Asia de Europa; fue conquistada por el Imperio Romano y renombrada por el
Emperador Constantino el Grande en el 330, con la nueva denominación de Constantinopla.
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Los emperadores bizantinos asumirán en su persona no solo el poder del ámbito civil, sino que también
serán considerados la máxima autoridad religiosa, siendo la cabeza de la Iglesia Cristiana de Oriente y
entrando por ello en conflicto con los papas romanos en varias ocasiones.
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- 602-610: en el año 602 el soldado Focas asesinará al emperador Mauricio e instaurará
una tiranía que casi logra destruir el Imperio, estando a punto de caer en las manos de
Persia.
- 610-717: Focas será derrocado por el ejército al que antes pertenecía y ejecutado por el
que será su sucesor, Heraclio, quien tuvo que formar rápidamente un ejército lo
suficientemente fuerte como para hacer frente a la amenaza persa. La aparición y auge
de la religión islámica causó también un enorme daño al Imperio Bizantino, cristiano y
ortodoxo, perdiéndose los territorios de Siria, Palestina, Egipto y norte de África.
- 717-775: el emperador León III se enfrentará al nuevo enemigo musulmán, el cual llega
hasta las puertas de la capital; el Imperio saldrá victorioso, pero no será hasta la llegada
al poder de Constantino V que esta cuestión puede zanjarse con una clara victoria del
ejército católico. En estos momentos surge por primera vez la cuestión iconoclasta2, que
buscaba la desaparición de las imágenes religiosas para evitar la idolatría; lo que
comenzó como un debate interno acabará desembocando en un verdadero conflicto
que aleje aún más a la iglesia oriental de la occidental.
- 843-1025: este es probablemente el periodo más brillante de la historia bizantina, en
todos los sentidos, religiosos, militares, artísticos y políticos. Poco a poco logró
recuperar territorios perdidos en Siria, Asia Menor, los Balcanes, parte de Italia y varias
islas mediterráneas; el arte bizantino se convertirá también en un modelo a seguir para
el mundo occidental, la Iglesia Ortodoxa adquiere un mayor poder, acaparando tierras
y proliferan los monasterios.
- 1025-1081: este periodo supuso grandes cambios en la estructura del Imperio, ya que
al igual que pasa en Occidente, se pasará de una sociedad formada por campesinos
libres propietarios de pequeños terrenos a concentración de tierras bajo grandes
terratenientes, entre ellos la propia Iglesia. Comenzará el declive de Bizancio, perdiendo
territorios y viendo muy reducida su influencia; a ello se sumará el Cisma de Oriente,
que separará por completo a las iglesias occidental y ortodoxa3.
- 1081-1180: este periodo está marcado por la dinastía Commena, quienes rescataron al
Imperio de la ruina e impusieron el predominio de la aristocracia militar; se asentó aún
más el poder de los grandes terratenientes. Intentaron recuperar sus antiguos dominios
occidentales, pero las potencias occidentales y la presión de los turcos hicieron que este
intento de “reconquista” tuviera un final desastroso.
- 1180-1204: en pocos años se suceden multitud de emperadores y se pierden numerosos
territorios en Serbia y Bulgaria e incluso estallaron varias guerras civiles. El periodo
culminará con la toma de la ciudad de Constantinopla por los venecianos.
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La representación de la divinidad y los santos mediante imágenes figurativas (pinturas y esculturas) fue en los inicios
del cristianismo para instruir a aquellos incapaces de leer las Sagradas Escrituras; sin embargo, con el paso del tiempo,
el pueblo comenzó a asociar las imágenes como receptáculos de la divinidad, capaces de realizar milagros y
venerándose a la figura en sí. Algunos miembros del claro vieron esto como un regreso de las costumbres paganas y
pidieron la eliminación de estas imágenes; esto dividió al clero y a los políticos entre iconódulos (a favor de las
imágenes) e iconoclastas (quienes buscaban su destrucción) y durante 100 años unos y otros se alternaron en el
poder.
El conflicto desembocó en una guerra civil que se zanjó con la victoria de los icnódulos en el año 843, bajo el reinado
de la emperatriz Teodora.
3 El conflicto, de largo recorrido, vino dado por el deseo del obispo de Roma de contar con poder sobre todos los
demás obispos, incluidos los orientales; esto generó una discusión en el seno de la propia Iglesia, ya que desde
Constantinopla se defendía que el obispo romano era igual a sus pares. La falta de acuerpo acabó por llevar a la
separación definitiva de ambas Iglesias, quedando la Occidental bajo el dominio del Papa de Roma y la Ortodoxa bajo
el Patriarca de Constantinopla.
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- 1204-1282: el Imperio
permanecerá bajo el
dominio de la ciudad de
Venecia hasta el 1261,
cuando es recuperada por
Miguel VIII, quien convierte
Bizancio de nuevo en una
potencia a tener en cuenta,
aunque por un breve periodo
de tiempo.
- 1282-1453: la decadencia
fue definitiva y Bizancio se
vio acorralado por las
potentes naciones europeas
y el empuje del Imperio
Otomano, hasta que
finalmente cayó bajo el
dominio del sultán Mohomet II.
En el caso de la mujer hay que señalar que su vida y actividades públicas eran limitadas y su rol
fundamental era el de madre y ama de casa, pasando gran parte de su tiempo en la vivienda.
Sin embargo, desde el gobierno de la Emperatriz Teodora (501-548), esposa de Justiniano, se
produjeron algunos avances en los derechos femeninos, como la libertad para abortar, la
descriminalización del adulterio, el establecimiento de duras penas para los violadores, la
prohibición de la prostitución forzosa, el matrimonio entre miembros de diferentes clases
sociales y el divorcio.
El arte bizantino está fundamentado en dos estilos, el griego y el paleocristiano, los cuales se
van a combinar con las influencias orientales que llegarán al Imperio a través de sus contactos
comerciales, políticos, militares,… Se trata de un arte fundamentalmente religioso, siendo
prácticamente imposible encontrar manifestaciones artísticas que no se relacionen con este
ámbito; se puede dividir en cuatro etapas:
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- Arte protobizantino (527 – 726): este periodo abarca el gobierno de Justiniano y termina
con el inicio del conflicto iconoclasta.
- Periodo iconoclasta (726–843): produjo una crisis artística en el ámbito figurativo.
- Primera Edad de Oro Bizantina (913 – 1204).
- Segunda Edad de Oro Bizantina (1261 – 1453).
En los templos predomina la planta centralizada, cubierta generalmente con una cúpula sujeta
por cuatro grandes pechinas (una de las grandes innovaciones arquitectónicas bizantinas);
generalmente los materiales utilizados para la construcción son muy sencillos y económicos ya
que la grandiosidad del edificio se va a mostrar a través de los mosaicos y revestimientos
marmóreos que cubrirán las superficies y que servirán tanto para decorar los edificios como para
impresionar al pueblo con su majestuosidad.
Las representaciones no son nunca aleatorias y vienen marcadas por un programa iconográfico
determinado e “impuesto” por las políticas imperiales, que señalan que temas deben tratarse y
en parte del tempo deben colocarse. De este modo existe una cierta unificación en los
programas decorativos de todas las iglesias ortodoxas:
- El nivel inferior den los muros: patriarcas del Antiguo Testamento, profetas, apóstoles,
mártires y obispos.
- En el nivel medio (trompas, pechinas, tímpanos...): escenas la vida de Cristo.
- En el nivel superior (cúpulas y bóvedas de horno en los ábsides): Cristo en majestad, la
Virgen y los ángeles.
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2. Noticias generales de la indumentaria:
Durante la Alta Edad Media, a diferencia de lo que ocurría en Occidente, Bizancio mantenía una
buena posición económica, gracias especialmente a un activo comercio marítimo y terrestre;
gracias a estas comunicaciones, numerosos comerciantes sirios y alejandrinos se establecieron
en el norte de África y en el este de Francia, extendiéndose incluso hasta el Rin, y se convirtieron
en el mejor difusor de la indumentaria bizantina, triunfando en Europa especialmente entre los
siglos IX y XII y destacando las sedas enviadas por los Emperadores a los Papas romanos y
monarcas occidentales, totalmente historiadas4 o bordadas con escenas vegetales o animales.
se desconocía el proceso de su
elaboración. Pero en el siglo VI, el emperador Justiniano organizó una trama de contrabando
con la ayuda de monjes cristianos que viajaron a China y robaron gusanos de seda y semillas de
morera que transportaron hasta Constantinopla.
Hay que señalar que durante el periodo bizantino el color púrpura seguía están limitado al
Emperador, aunque en ocasiones los monarcas enviaban estos tejidos a otros soberanos
extranjeros como regalo, pero su exportación comercial estaba totalmente prohibida. El
4 Ejemplo de ello es el manto que Teodora viste en los mosaicos de San Vital de Rávena (s.VI), bordado con las
escenas de la Epifanía de los Reyes Magos.
5 A este camino se le denominó la Ruta de la Seda.
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protocolo de la indumentaria estaba perfectamente marcado y la ropa servía como un claro
indicador visual de la clase social.
El traje bizantino se extendería por los Balcanes y Rusia, donde además de influir durante varios
siglos en la indumentaria de estas zonas, se asentó en la corta y en el ámbito litúrgico,
perviviendo aún hoy en la indumentaria de la religión ortodoxa.
3. La indumentaria femenina:
La vestimenta bizantina, tanto masculina como femenina, contaba con varias capas de prendas
colocadas unas encima de otras:
- Prenda interior: una larga túnica que cubría hasta los tobillos, ligeramente ajustada y
con mangas estrechas que acababan en las muñecas, muchas veces decoradas en los
puños con bordados de seda y oro.
- Túnica superior: era más holgada que la inferior, podía tener incluso un cuello alto y las
mangas podían ser más amplias, asomando por la boda la túnica inferior. Esta prenda
estaba enormemente decorada en el caso de las emperatrices, pudiendo decorarse con
bordados con hilo de oro, sedas, franjas de diferentes colores, piedras preciosas y
semipreciosas cosidas,…
- Prenda de encima: sobre las túnicas era habitual llevar una palla (manto de tradición
romana) que envolvía el cuerpo y que también podía estar ricamente bordada con
múltiples temáticas.
Desde el siglo X, en muchas ocasiones, las diferentes prendas son usadas por ambos sexos,
habiendo pocas diferencias entre los trajes de hombres y mujeres, especialmente desde que la
túnica masculina se alarga y llega también hasta los pies, algo que se mantendrá en el mundo
bizantino hasta el siglo XV prácticamente.
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En la sociedad bizantina no era habitual el uso de sombreros de manera generalizada y menos
en el caso de las mujeres, quienes solían llevar el cabello cubierto con un velo. En el caso de las
emperatrices o mujeres de la corte, el pelo podía recogerse en una redecilla de hilo de oro, que
en ocasiones contaba con incrustaciones; el pelo normalmente era llevado muy largo y podía
peinarse en intrincados moños decorados con hileras de perlas.
Las mujeres bizantinas no estaban especialmente preocupadas por los productos cosméticos,
aunque si era una sociedad muy higiénica; sin embargo tenían un gusto especial por los
perfumes, generalmente de origen chino, persa e hindú, destacando el gremio de los
perfumistas bizantinos.
4. La indumentaria masculina:
Al igual que las mujeres, los hombres se vestían con varias capas de prendas, que permanecieron
más o menos inmutables a lo largo de los siglos, aunque en los primeros siglos de la historia
bizantina los hombres de la alta sociedad perpetuaron el uso de la toga, aunque con el tiempo
fue sustituida por la túnica en forma de T, con manga larga.
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Es posible encontrar un tercer tipo de manto, de patrón circular, con aberturas para la cabeza y los brazos y que
podía contar, o no, con una capucha. Esta prenda recuerda a la paenulla romana.
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Desde el siglo X, el traje imperial se completó con un largo
echarpe bordado de oro y piedras preciosas que recibía el
nombre de loros y que se enrollaba sobre el cuerpo; desde el
siglo XI también se convirtió en habitual el uso del thorakion,
una banda de tela colocada desde la espalda hacia delante, con
una abertura para la cabeza y que podía sujetarse con un
cinturón. Ambas prendas fueron usadas también por las
emperatrices.
Si bien los sombreros no eran la tónica en el mundo civil, si cobraron gran importancia en el
ámbito religioso, algo que perdurará hasta hoy en día; el tocado masculino religioso más
habitual era el zucchetto, de diferentes colores que servían para indicar el rango eclesiástico del
portador, al igual que la tonsura portada por los monjes.
Los hombres tendían a llevar el pelo corto con un pequeño flequillo; antes del siglo IX lo habitual
era que se rasuraran la barba, aunque poco a poco comenzaron a aparecer los bigotes y
pequeñas barbas estilizadas.
5. El calzado:
El calzado bizantino era de origen oriental y común a ambos sexos; eran habituales los zapatos
cerrados realizados en seda bordada y decorados con oro y pedrería de diferentes colores, con
una puntera ligeramente puntiaguda. La emperatriz Teodora llegó a calzar zapatos de oro.
El segundo tipo de calzado más habitual eran las botas de media caña, más habituales entre los
obreros o las clases menos privilegiadas.
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6. Orfebrería:
Aunque en las primeras décadas las joyas eran de influencia grecorromana, rápidamente se
pusieron de moda las de origen oriental, especialmente las persas y eran llevadas tanto por
hombres como por mujeres de las clases sociales más elevadas. Eran habituales los anillos,
pendientes, collares, pulseras, brazaletes, fíbulas,… realizados con oro y multitud de piedras
preciosas entre las que destacan las perlas, los rubís, las esmeraldas, los zafiros y los diamantes.
En la indumentaria imperial destaca el uso del maniakis, una gran banda de tela totalmente
bordada con piedras preciosas y oro que cubre los hombros y pecho de los emperadores y
emperatrices y que es de origen persa. Destacan también las coronas usadas por ambos
gobernantes, el stephanos era una corona rígida ligeramente ensanchada en su parte superior
y la stemma, una corona con grandes cadenas colgantes decoradas con piedras que caían sobre
las sienas y el pecho.