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Sociedad,

cultura y literatura
Carlos Arcos Cabrera, compilador

Sociedad,
cultura y literatura
© De la presente edición:

FLACSO, Sede Ecuador


La Pradera E7-174 y Diego de Almagro
Quito-Ecuador
Telf.: (593-2) 323 8888
Fax: (593-2) 3237960
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Quito-Ecuador
Telf.: (593-2) 2903 763
www.ministeriodecultura.gov.ec

ISBN: 978-9978-67-207-5
Cuidado de la edición: Bolívar Lucio y Paulina Torres
Diseño de portada e interiores: Antonio Mena
Imprenta: Rispergraf
Quito, Ecuador, 2009
1ª. edición: junio 2009
Índice

Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

PARTE 1

Martins Pena e o dilema de uma sensibilidade


popular numa sociedade escravista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
Antonio Herculano Lopes

Humberto Salvador y la entrada de


Sigmund Freud en las letras ecuatorianas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
Fernando Balseca

El problema de la subjetividad en
Autorretrato de memoria de Gonzalo Millán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
Biviana Hernández

Cuerpo, sensualidad y erotismo: espacio de resistencia


desde el cual las narradoras centroamericanas impugnan
los mandatos simbólico-culturales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
Consuelo Meza Márquez

Diferenças culturais e dilemas da representação . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105


Diana I. Klinger
Opiniones cruzadas sobre veinte años
de narcotráfico en Colombia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
Gabriela Pólit Dueñas

Entre un tapete persa, un Cadillac y Walden.


Las Hojas Muertas de Bárbara Jacobs . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
Hélène Ratner Zaragoza

“Caracas, ciudad multicultural de los noventa en las novelas:


La Última Cena de Stefanía Mosca (1957)
y Trance de Isabel González (1963)” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151
Laura Febres de Ayala

Hasta no verte Jesús mío (1969) de Elena Poniatowska:


¿testimonio o Literatura contestataria? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169
María Miele de Guerra

Dimensôes sensíveis da brasilidade modernista;


eboços de uma genealogia literária . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179
Mônica Pimenta Velloso

Desde la sumisión a la rebeldía:


El deseo de sujeto femenino y su negación como estrategia
de subversión en la obra de María Carolina Geel . . . . . . . . . . . . . . . . 193
Pamela Baeza Acevedo

Cinco imágenes, un ensayo y su propia refutación . . . . . . . . . . . . . . . 211


Ramiro Noriega Fernández

Letras judaicas americanas: diálogo norte/sur en las


autobiografías de Ariel Dorfman e Ilan Stavans . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229
Rodrigo Cánovas

Reordenando el margen discursivo de la violencia.


Los Santos Malandros: una nueva representación
simbólica/medial en Venezuela . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 243
Daniuska González
La construcción del sujeto cultural en el discurso y
metadiscurso poético y visual mapuche . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255
Sonia Betancour

El modelo mito-poético del mundo en la cultura


quechua durante el Tawuantin Suyo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 271
Ileana Almeida

Estrategias del discurso artístico mapuche como


proyecto de autonomía estético-cultural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 283
Mabel García Barrera

Traducción y literatura chicana:


¿cuán efectiva puede ser la adaptación? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 303
Judith Hernández

PARTE 2

Cine, performatividad y resistencia. Apuntes para la


crítica del documental indigenista en Ecuador . . . . . . . . . . . . . . . . . . 321
Christian León

Modernismo brasileiro e mídias audiovisuais:


antropofagia globalizada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 337
Sonia Cristina Lino

¿Recuerdas Juan?: el rastro del olvido


en una película de J. Carlos Rulfo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 351
Sua Dabeida Baquero

Energúmenos, best-sellers y cintas de vídeo:


mal y subdesarrollo en El exorcista y Satanás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 365
Emilio José Gallardo Saborido
PARTE 3

Entre la ira y la esperanza:


una escritura y lectura desde la interdisciplinariedad . . . . . . . . . . . . . . 385
Michael Handelsman

La polémica periodística y la formación de la inteligencia


en Colombia en la segunda mitad del siglo XIX . . . . . . . . . . . . . . . . . 399
Germán Alexander Porras Vanegas

Tradição e Modernidade no Brasil Rural


de Maria Isaura Pereira de Queiroz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 409
Aline Marinho Lopes

El barroco y la modernidad latinoamericana.


Una lectura a la obra de Bolívar Echeverría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 421
Gustavo Morello

Pensamento crítico latino-americano e os projetos


de sociedade na visão dos uruguaios Rodó e
Vaz Ferreira e do peruano Mariátegui . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 437
Sonia Ranincheski

Sociología, literatura e fome:


um retrato da intolerância . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 453
Tânia Elias Magno da Silva
Hasta no verte Jesús mío
de Elena Poniatowska:
¿testimonio o Literatura contestataria?

María Miele de Guerra*

Introducción

La obra literaria es un producto cultural elaborado por el ser humano en


un momento y lugar determinado. Es el resultado significativo del juego
entre los cánones literarios, reglas sociales y la libertad del autor para
hacer uso de las mismas. La escritora contemporánea rompe con esas re-
glas y crea universos que corresponden a sus propios valores y a su pers-
pectiva de mujer. El resultado es un una imagen de la realidad, pero visua-
lizada con ojos de mujer a través de un discurso propio, que da lugar a
una abundantísima publicación de textos, anteriormente rezagados, como
la expresión oral, la narrativa femenina y la marginal. Ellos han llegado a
constituir un corpus propio que merece sus propios créditos.
Entre estos aportes encontramos a la literatura testimonial o la litera-
tura escrita como testimonio, la cual, además de explicar la condición de
ser latinoamericano, subvierte a través de historias personales de testigos
presenciales –reales o inventados– la “historia oficial”. Su compromiso es
reformar las estructuras del poder político por lo que desempeña una fun-
ción crítica en la sociedad y, en este sentido, el testimonio constituye su
mejor aliado. La tarea más urgente es analizar y definir los rasgos especí-
ficos de la escritura de estas mujeres; esos que comparten con la oralidad
y que la sitúan en la marginalidad con respecto a otros discursos y que for-
man parte de la literatura de los oprimidos y las minorías, pero también
de las mayorías silenciadas.
* Universidad Metropolitana (Caracas, Venezuela)

169
María Miele de Guerra

¿Testimonio o Literatura contestataria?

La escritura de las mujeres en América puede leerse como una afirma-


ción cultural y una expresión del espíritu de la época; su lenguaje ha si-
do formulado por voces de resistencia y de cuestionamiento hacia los
sistemas que producen injusticia y represión. La realidad que nos mues-
tra Elena Poniatowska en su libro Hasta no verte Jesús mío, cuyo prota-
gonista, Jesusa Palancares, una mexicana, nos relata lo que ella ha debi-
do luchar para sobrevivir y todos los vejámenes que debió enfrentar en
su miserable vida. Ya desde muy niña, Jesusa sufre muchos quebrantos
en su vida emocional, entre ellos la muerte de su madre y el abandono
de su padre, quien a pesar de cuidarla y mantenerla, siempre estaba
ausente.
La trama se desenvuelve en una sociedad corrompida que la forzó a
crecer súbitamente para sobrevivir, debido a que se encontraba lejos de su
familia. La única solución para ella era someterse a trabajos mal pagados,
lo que suponía una explotación infantil, muy frecuente en aquella época,
en la cual los niños eran obligados a trabajar para poder sobrellevar la
pobreza reinante en los hogares:

Como no tenía pensamientos jugaba con la tierra, me gustaba harto ten-


tarla, porque a los cinco años todavía vemos la tierra blanca. Nuestro
Señor hizo toda su creación blanca a su imagen y semejanza, y se ha ido
ennegreciendo con los años por el uso y la maldad. (Poniatowska, 1969)

El destino hace que Jesusa se reencuentre con su padre, que ahora per-
tenece al ejército carrancista y por el que conoce un mundo en el que
el objetivo es derrotar al enemigo, sin importar los derechos inaliena-
bles del hombre: vida, libertad y felicidad. La participación de la mu-
chacha en la Revolución Mexicana nos permite conocer este aconteci-
miento desde otro punto de vista, más real y emocional, no solo con
hechos históricos, sino que también con el día a día de esta joven, que
debe asumir la dura vida de ser parte del ejército como un “soldado”

1 Poniatowska Elena (1969) Hasta no verte Jesús mío. México. Editorial Era

170
Hasta no verte Jesús mío (1969) de Elena Poniatowska

más, dejando atrás su feminidad y la posibilidad de tener una vida pro-


pia y plena.
Además de todo esto, a los quince años se ve forzada a contraer matri-
monio, lo que parece absurdo al contraponerlo con la actualidad, puesto
que apenas es una niña y, por otra parte, la situación está alejada del verda-
dero concepto del matrimonio cuya base es el amor y no el simple capricho
de un hombre frente al desprecio de una mujer. En la novela, tras lograr su
objetivo, él la deja sola y encerrada, mientras lucha en la revolución.

Como no se me concedió irme, forzosamente el oficial se casó conmigo,


pero no por mi voluntad. Todo porque el capitán del barco no quiso ha-
cerse cargo de mí... me llevó a su casa. Allí me encerró y luego se fue a
parrandear. (Poniatowska, 1969: 84)

La libertad que siempre tuvo Jesusa se ve coartada, restringida y si a esto


se le suma el abandono que sufre nuevamente, la joven, a manera de rebe-
larse y de pasar el tiempo, cae en un mundo de vicios, como el alcoholis-
mo; única solución a sus problemas y a su soledad. Al enterarse su espo-
so de sus nuevos hábitos, decide llevarla consigo en luchas y así se con-
vierte en un guerrillero con las características de cualquier hombre y reci-
biendo el mismo trato que ellos.
En el transcurso de ese tiempo, la protagonista se ve sometida a cons-
tantes abusos físicos sin razón aparente, propinados por su pareja, hasta
que un día cansada de recibir las golpizas, la joven se enfrenta al abusador
y lo amenaza de muerte, con lo que él deja de maltratarla.
Luego de estos incidentes su esposo muere en el campo de batalla y de
aquí en delante ella toma el control de su vida. “Como padecí tanto con
Pedro dije yo: mejor me quedo sola. Dicen que el buey solo bien se lame,
¿por qué la vaca no?”. Con esto reniega la imagen femenina de ese enton-
ces, proponiéndose no volver a enlazarse con otra persona: “Son como el
león y la leona, el león, cuando está conquistándosela a la leona, la rela-
me, la adula, la busca y todo. No más la tiene en sus garras y le pega sus
buenas tarascadas, así son los hombres” (Poniatowska, 1969: 173). Con
esto Jesusa nos da a conocer su opinión acerca del sexo opuesto. Según
ella, todos son iguales.

171
María Miele de Guerra

Después de quedar viuda decide emprender rumbo a su tierra, pero


algunos imprevistos la obligan a quedarse en la capital mexicana que,
entonces, popularmente era conocida como “Defe”. Impulsada por la ne-
cesidad se ve forzada a vivir de arrimada en cualquier parte donde le pu-
diesen brindar ayuda; además debe buscar trabajo, pero su analfabetismo
hace que recorra un año las calles de la ciudad, sin darse cuenta que en
casi todas las puertas había ofertas. Allí una muchacha le ayuda y detiene
su larga e infructuosa búsqueda.
Jesusa es analfabeta y esta característica le cierra las puertas para en-
contrar una salida a su miseria. Si bien es cierto, este flagelo todavía es un
problema para ciertos sectores sociales, la idea de educarse no está lejos de
cada individuo; al contrario, sabemos y queda claro al leer la siguiente cita
que: “La educación es un seguro para la vida y un pasaporte para la eter-
nidad” (1969: 52).
En un trabajo Jesusa conoce al grupo llamado “Obra Espiritual” (Esta
es quizá su mejor época; cuando se mezcla la filosofía con ciertos rasgos
del catolicismo). Este grupo le hace creer en la reencarnación y hasta la
convence que está viviendo su tercera existencia. Así continúa hasta el fin
–casi setenta años– cuando recurre a la fantasía para pedirle a Dios que la
deje morir en la punta de un cerro debajo de un árbol (como su padre) y
devorada por los zopilotes.
Elena Poniatowska, en ensayos y entrevistas, nos relata el descubri-
miento de Josefina Bórquez, una lavandera, cuya vida y métodos de tra-
bajo le interesaron y que más tarde se convertiría en la protagonista-narra-
dora de su novela, aunque bajo el nombre de Jesusa Palancares. Este es el
caso de Hasta no verte Jesús mío. El personaje de la obra es una mujer
mexicana que existe en la realidad y a quien Poniatowska entrevistó du-
rante largas horas. La autora tomó el producto de sus entrevistas (graba-
ciones y apuntes) y lo reconstruyó. De esta forma surge el personaje de
Jesusa cuyo valor radica en que sus palabras no son ficción, sino historia
vivida. Ella nos la cuenta con sus creencias, diferentes situaciones y humi-
llaciones de las que fue víctima.
Jesusa nos repasa una vida de casi setenta años, en la cual la idea de la
muerte y el deseo de morir la obsesiona desde su infancia, cuando presen-
cia el entierro de su madre a quien ella quiere acompañar en la tumba:

172
Hasta no verte Jesús mío (1969) de Elena Poniatowska

No sé si la causa era la pobreza o porque así se usaba, pero el entierro de


mi madre fue muy pobre. La envolvieron en un petate y vi que la tiraban
así nomás y que le echaban tierra encima. […] me aventé dentro del pozo
y con mi vestido tapé la cabeza a mi mamá para que no le cayera tierra en
la cara […] Yo no me quería salir. Quería que me taparan allí con mi
mamá. (1969: 17)

El título de este trabajo ¿Testimonio o Literatura Contestataria ? encierra la


urgencia de una comunicación y su diferencia en el testimonio femenino
en Latinoamérica.
Siguiendo a Candida Marìa Sant Anne (2000)2, definimos como lite-
ratura testimonio aquella en la que el relato de una persona que pertene-
ce a un determinado gupo social –generalmente marginado o subalterno
y que no dipone de los medios propios– se da a conocer a través de otra,
capacitada para expresar lo que la primera no puede hacer; pero que , sin
embargo, sostiene los mismos planteamientos e ideales.
Igualmente Silvia Nagy-Zekmi, en un artículo titulado “¿Testimonio
o Fcción? Actitudes Académicas”, trata de definir y de ubicar al testimo-
nio como producto literario postmoderno. La autora señala ciertas carac-
terísticas que debe cumplir esta modalidad para ser aceptada como tal.
Primero, ser un relato de experiencias vividas que se publican en forma
impresa; en este sentido, la obra Hasta no verte Jesús mío cumple a cabali-
dad con lo estipulado. Segundo, el testimonio femenino es ofrecido por
una(s) mujer(es) marginada(s) cuyos derechos han sido violentados.
En el caso de Hasta no verte Jesus mío el primer hablante quiso perma-
necer en el anonimato hasta que Elena Poniatowska divulgó cómo se
había hecho la historia “porque ella está dispuesta a ser la voz de los mexi-
canos que sufren” (Poniatowska, 2007). Asimismo, Jean Franco, al refe-
rirse al testimonio, asocia subalternidad con oralidad y enfoca la forma
oral del testimonio como la materia prima del autor que escribe desde una
“posición diferente que la del hablante” (1988: 109-116). Para este autor
novela es poder patriarcal y oralidad, es el discurso del subalterno: esta es
la explicación del testimonio en la novela Hasta no verte Jesús mío. El dis-

2 Ver “Vertientes del Testimonio latinoamericano” en Hispanista Vol. I N.º 3 (Octubre-Noviem-


bre-Diciembre) s/p.

173
María Miele de Guerra

curso de la obra no puede ser catalogado como patriarcal, poder, ya que


la autora es un subalterno, marginado que habla por la boca de Elena.
La literatura testimonial presenta un testigo o testigos auténticos. En
la ejecución de la novela testimonial se habla de una supresión en el uso
del yo. El autor debe “despojarse” de su individualidad, pero para asumir
la de su informante. Poniatowska interfiere en el texto, puesto que tuvo
que armarlo, creando diálogos y capítulos, eliminando alusiones a la
“Obra Espiritual”. Se trata de la perspectiva de Jesusa y su referente real
predomina en el texto. Lo que ve Jesusa y cómo lo ve es lo importante:

Mi mamá no me regañó ni me pegó nunca. Era morena igual a mí, chap-


arrita, gorda y cuando se murió nunca volví a jugar […]
Mi papá se iba por toda la playa hasta llegar a una roca que está al pie del
faro. Las rocas despuntan dentro del agua y cuando les da la ola se abre la
concha del ostión y se alimenta con el líquido de la ola; luego se cierra la
concha otra vez. Entonces con su machete ¡pácatelas!, mi papá arrancaba
las grandes ostras. (1969: 20-22)

Estas citas presentan la interpretación de la realidad de acuerdo con Jesusa.


El recuerdo de la madre se refiere al carácter y en la identificación física:
igual a ella. De ahí el gran significado de la pérdida. La figura del padre,
por otro lado, aparece como el proveedor, el hombre trabajador, fuerte y
también creativo. Jesusa Palancares, es una mujer marginada que alcanza
la posición de sujeto hablante en una narrativa que desmitifica los ideales
de la revolución mexicana en cuanto retrata el reverso de una realidad.

Yo creo que fue una guerra mal entendida porque eso de que se mataran
unos contra otros, padres contra hijos, hermanos contra hermanos; car-
rancistas, villistas, zapatistas, pues eran puras tarugadas porque éramos los
mismos pelados y muertos de hambre. Pero ésas son cosas que, como
dicen, por sabidas se callan. (1969: 94)

El texto de Hasta no verte es un encuentro de dos fragmentos de la cultu-


ra mexicana. Hay una autoría doble: la voz es genuinamente de Jesusa,
quien expone, a través del texto, su cosmovisión, sus ideas acerca de la
revolución y de sus protagonistas, su crítica social:

174
Hasta no verte Jesús mío (1969) de Elena Poniatowska

Pero adoran al puesto, no al hombre. Así fue la revolución, que ahora soy
de éstos, pero mañana seré de los otros, a chaquetazo limpio, el caso es
estar con el más fuerte, el que tiene más parque…También ahora es así.
Le caravanean al que está allá arriba encaramado (1969: 71)

En el relato oral se refleja y sobreentiende la ideología, su desarraigo, su


defensa ante los maltratos, su posición ante el destino de los que nada tie-
nen. En una situación social de desigualdad e injusticia, la narración auto-
biográfica de Jesusa proyecta un carácter rebelde e independiente que se
resiste a la explotación
La trayectoria de vida que se narra es marcada no solo por una exis-
tencia llena de trabajos, de un sinfín de atropellos, de miseria y fatigas;
pero, también, de valor, independencia, decisión, lucha, de una capacidad
de mirar críticamente su entorno y, por último, de una fe en la Obra
Espiritual cuya creencia estaría centrada en la reencarnación: espacio para
su consuelo y fantasía, ya que este camino sería considerado por Jesusa
como el único cambio que cree posible, por lo mucho que ha purgado en
esta vida. Una vida que, al fin y al cabo, se choca a cada paso con la in-
mensa urbe que crece a su alrededor y que, aunque se “modernice”, sigue
siendo clasista, pues o abre un espacio digno a la subalternidad: una vida
que sigue siempre en compás de espera.
El valor real de estas narraciones no se basa en la verdad de los hechos
narrados, sino en lo que representan, de allí su importancia para entender la
etnia, el lugar, la época y las circunstancias del relato narrado. Sin embargo
tenemos que reconocer que la escritura aun siendo privada, en estos casos se
convierte en pública y se hace difícil determinar lo que es real de lo que no
lo es. La interacción de Jesusa con Poniatowska es sumamente interesante.
La ilusión de la desaparición del autor anima al lector a aceptar la historia de
Jesusa como “la verdad”, pero no excluye la idea de que ella presente como
la verdad sus ideas y opiniones y oculte inconscientemente ciertas motivacio-
nes como por ejemplo las raíces indias de su madre, la reiteración a que ella
no es de piel morena o la integridad sexual ante el acoso masculino:
Yo nunca me quité los pantalones, nomás me los bajaba cuando él me
ocupaba, pero que dijera yo, me voy a acostar, me voy a desvestir porque
me voy a cobijar, eso no, tenía que traer los pantalones puestos a la hora

175
María Miele de Guerra

que tocaran… Mi marido no era hombre que lo estuviera apapachando a


uno… Era hombre muy serio. (1969: 86)

Estas declaraciones de Jesusa nos sirven para darnos cuenta que, en cier-
tos momentos, revela o encubre aspectos de su carácter: por una parte es
una crítica acerba de la versión oficial de la historia mexicana, la voz de la
mujer de clase inferior a la cual han silenciado tanto social como literaria-
mente; pero, por otra, parte reconstruye una imagen ante la Jesusa que
quiere ocultarse: “Sé que está aquí por mis pertenencias, no porque me
quiere. Me acuesto pero no me duermo. Siento coraje. Todo viene de muy
lejos de muy dentro (1969: 314).
Elena Poniatowska ha servido de voz literaria a los marginados socia-
les y ha descrito su opinión sobre eventos y desarrollos sociales y políti-
cos, “es el espejo estético de los social” (Lectura y plática. Acaba de reci-
bir el premio Rómulo Gallegos por su novela El tren pasa primero; el jura-
do justificó su premio, destacando su torrente literario, su pasión por el
lenguaje, el absurdo y el poder autoritario de los tópicos de la sociedad
(economía-discriminación-explotación).
A partir del Premio Nobel de la Paz, otorgado a Rigoberta Menchú en
1992, el testimonio se ha concebido primordialmente como discurso de
resistencia. La propia Elena lleva colgando de la espalda el cartel de “rebel-
de” por ser la conciencia crítica de México.
Literatura que sube de la calle, la que sale de la boca de los hombres y
mujeres, la de las voces que escuchamos, la del grito… La que hacemos
entre todos apenas amanece. Es la crónica de nuestras horas, de nuestros
días y de nuestras vías.
(Poniatowska, 2007)

La experiencia histórica, política y social no puede ser desligada de lo que


es la producción latinoamericana. Los hechos que se dieron durante el
pasado y el presente marcan la historia, nuestra conciencia, valores, incli-
naciones y temores. Jesusa representa la simbiosis y la heterogeneidad de
la mayoría de nuestra realidad social. No obstante, esta mayoría ha sido
marginada y hasta se le ha negado el derecho de ser escuchada. Hasta no
verte Jesús mío tiene el gran poder de provocar en los lectores la reflexión
y con ella la esperanza de un mundo mejor.

176
Hasta no verte Jesús mío (1969) de Elena Poniatowska

Bibliografía

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Poniatowska, Elena (2007). “La Resistencia Civil Pacifica”. La Hora del
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Yúdice, George. (1993). “Testimonio y concientización.” Revista de Crí-
tica Literaria Latinoamericana. N.º 36.

177

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