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El existencialismo es un humanismo

j e a n - pa u l S A RT R E

Esta fue la famosa conferencia leída por este filósofo francés el lunes 29 de
octubre de 1945 en la Salle des Centraux de París, organizada por el club Maintenant
que habían fundado Jacques Calmy y Marc Beigbeder. Ese día nació el movimiento
existencialista y la fama mundial tanto de Sartre como de su compañera de siempre,
Simone de Beauvoir. La conferencia fue publicada durante el siguiente año por un editor
parisino, sin el consentimiento del autor. Dado que el movimiento existencialista fue
reducido a un humanismo, la tradición filosófica lo ha inscrito en el pensar sobre la
dignidad intrínseca del hombre.

Q uisiera defender al exis-


tencialismo de una serie
de reproches que se le han
formulado.
En primer lugar, se le
ha reprochado el invitar a las gentes a per-
manecer en un quietismo de desesperación,
los comunistas de la subjetividad pura, por lo
tanto del yo pienso cartesiano, y por lo tanto
del momento en que el hombre se capta en
su soledad, lo que nos haría incapaces, en
consecuencia, de volver a la solidaridad con
los hombres que están fuera del yo, y que no
puedo captar en el cogito.
porque si todas las soluciones están cerra- Y del lado cristiano, se nos repro-
das, habría que considerar que la acción cha que negamos la realidad y la seriedad de
en este mundo es totalmente imposible y las empresas humanas, puesto que si supri-
desembocar finalmente en una filosofía mimos los mandamientos de Dios y los va-
contemplativa, lo que además, dado que la lores inscritos en la eternidad, no queda más
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contemplación es un lujo, nos conduce a una que la estricta gratuidad, pudiendo cada uno
filosofía burguesa. Estos son sobre todo los hacer lo que quiere y siendo incapaz, desde
reproches de los comunistas. su punto de vista, de condenar los puntos de
Se nos ha reprochado, por otra vista y los actos de los demás.
parte, que subrayamos la ignominia humana, A estos diferentes reproches trato
que mostramos en todas las cosas lo sórdido, de responder hoy; por eso he titulado esta
lo turbio, lo viscoso, y que desatendemos pequeña exposición: El existencialismo es un
cierto número de bellezas risueñas, el lado humanismo. Muchos podrán extrañarse de
luminoso de la naturaleza humana; por que se hable aquí de humanismo. Trataremos
ejemplo, según Mlle. Mercier, crítica católi- de ver en qué sentido lo entendemos. En todo
ca, que hemos olvidado la sonrisa del niño. caso, lo que podemos decir desde el principio
Los unos y los otros nos reprochaban que es que entendemos por existencialismo una
hemos faltado a la solidaridad humana, que doctrina que hace posible la vida humana y
Autorretrato de
consideramos que el hombre está aislado, en que, por otra parte, declara que toda verdad
Vincent Van Gogh. gran parte, además, porque partimos dicen y toda acción implica un medio y una subje-

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filosofía

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que repiten estos tristes proverbios, las gentes


que dicen: qué humano cada vez que se les
¿Qué significa aquí que la existencia precede a la muestra un acto más o menos repugnante,
esencia? Significa que el hombre empieza por existir, se las gentes que se alimentan de canciones re-
alistas, son ésas las gentes que reprochan al
encuentra, surge en el mundo, y que después se define. existencialismo ser demasiado sombrío, y a
tal punto que me pregunto si el cargo que le
El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no
hacen es, no de pesimismo, sino más bien de
es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo optimismo. En el fondo, lo que asusta en la
doctrina que voy a tratar de exponer ¿no es el
será después, y será tal como se haya hecho.
hecho de que deja una posibilidad de elección
al hombre? Para saberlo, es necesario que
volvamos a examinar la cuestión en un pla-
no estrictamente filosófico. ¿A qué se llama
tividad humana. El reproche esencial que nos existencialismo?
hacen, como se sabe, es que ponemos el acen- La mayoría de los que utilizan esta
to en el lado malo de la vida humana. Una palabra se sentirían muy incómodos para
señora de la que me acaban de hablar, cuan- justificarla, porque hoy día que se ha vuelto
do por nerviosidad deja escapar una palabra una moda, no hay dificultad en declarar que
vulgar, dice excusándose: creo que me estoy un músico o que un pintor es existencialista.
poniendo existencialista. En consecuencia, se Un articulista de Clartés firma “El existencia-
asimila fealdad a existencialismo; por eso se lista”; y en el fondo, la palabra ha tomado hoy
declara que somos naturalistas; y si lo somos, tal amplitud y tal extensión que ya no signifi-
resulta extraño que asustemos, que escanda- ca absolutamente nada. Parece que, a falta de
licemos mucho más de lo que el naturalismo una doctrina de vanguardia análoga al supe-
propiamente dicho asusta e indigna hoy día. rrealismo, la gente ávida de escándalo y de
Hay quien se traga perfectamente una novela movimiento se dirige a esta filosofía, que, por
de Zola como La tierra, y no puede leer sin otra parte, no les puede aportar nada en este
asco una novela existencialista; hay quien dominio; en realidad, es la doctrina menos
utiliza la sabiduría de los pueblos que es bien escandalosa, la más austera; está destinada
triste y nos encuentra más tristes todavía. estrictamente a los técnicos y filósofos. Sin
No obstante, ¿hay algo más desengañado que embargo, se puede definir fácilmente. Lo que
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decir la caridad bien entendida empieza por complica las cosas es que hay dos especies de
casa, o bien al villano con la vara del avella- existencialistas: los primeros, que son cris-
no? Conocemos los lugares comunes que se tianos, entre los cuales yo colocaría a Jaspers
pueden utilizar en este punto y que muestran y a Gabriel Marcel, de confesión católica;
siempre la misma cosa: no hay que luchar y, por otra parte, los existencialistas ateos,
contra los poderes establecidos, no hay que entre los cuales hay que colocar a Heidegger,
luchar contra la fuerza, no hay que pretender y también a los existencialistas franceses y a
salir de la propia condición, toda acción que mí mismo. Lo que tienen en común es sim-
no se inserta en una tradición es romanticis- plemente que consideran que la existencia
mo, toda tentativa que no se apoya en una precede a la esencia, o, si se prefiere, que hay
experiencia probada está condenada al fraca- que partir de la subjetividad. ¿Qué significa
so; y la experiencia muestra que los hombres esto a punto fijo?
van siempre hacia lo bajo, que se necesitan Consideremos un objeto fabricado,
cuerpos sólidos para mantenerlos: si no, tene- por ejemplo un libro o un cortapapel. Este
mos la anarquía. Sin embargo, son las gentes objeto ha sido fabricado por un artesano que

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se ha inspirado en un concepto; se ha referi-


do al concepto de cortapapel, e igualmente a
una técnica de producción previa que forma
parte del concepto, y que en el fondo es una
receta. Así, el cortapapel es a la vez un objeto
que se produce de cierta manera y que, por
otra parte, tiene una utilidad definida, y no
se puede suponer un hombre que produjera
un cortapapel sin saber para qué va a servir
ese objeto. Diríamos entonces que en el caso
del cortapapel, la esencia es decir, el conjunto
de recetas y de cualidades que permiten pro-
ducirlo y definirlo precede a la existencia; y
así está determinada la presencia frente a mí
de tal o cual cortapapel, de tal o cual libro.
Tenemos aquí, pues, una visión técnica del
mundo, en la cual se puede decir que la pro- universalidad que tanto el hombre de los Sofonisba Anguis-

ducción precede a la existencia. bosques, el hombre de la naturaleza, como el sola (1535-1625),


autorretrato.
Al concebir un Dios creador, este burgués, están sujetos a la misma definición Considerada la
Dios se asimila la mayoría de las veces a un y poseen las mismas cualidades básicas. Así primera mujer
artesano superior; y cualquiera que sea la pues, aquí también la esencia del hombre pintora de éxito
del Renacimiento
doctrina que consideremos, trátese de una precede a esa existencia histórica que encon- italiano.
doctrina como la de Descartes o como la de tramos en la naturaleza.
Leibniz, admitimos siempre que la voluntad El existencialismo ateo que yo
sigue más o menos al entendimiento, o por represento es más coherente. Declara que si
lo menos lo acompaña, y que Dios, cuando Dios no existe, hay por lo menos un ser en
crea, sabe con precisión lo que crea. Así el el que la existencia precede a la esencia, un
concepto de hombre, en el espíritu de Dios, ser que existe antes de poder ser definido por
es asimilable al concepto de cortapapel en ningún concepto, y que este ser es el hombre,
el espíritu del industrial; y Dios produce al o como dice Heidegger, la realidad humana.
hombre siguiendo técnicas y una concepción, ¿Qué significa aquí que la existencia precede
exactamente como el artesano fabrica un a la esencia? Significa que el hombre empieza
cortapapel siguiendo una definición y una por existir, se encuentra, surge en el mundo, 247
técnica. Así, el hombre individual realiza y que después se define. El hombre, tal como
cierto concepto que está en el entendimiento lo concibe el existencialista, si no es definible,
divino. En el siglo XVIII, en el ateísmo de es porque empieza por no ser nada. Sólo será
los filósofos, la noción de Dios es suprimida, después, y será tal como se haya hecho. Así,
pero no pasa lo mismo con la idea de que la pues, no hay naturaleza humana, porque no
esencia precede a la existencia. Esta idea la hay Dios para concebirla.
encontramos un poco en todas partes: la en- El hombre es el único que no sólo
contramos en Diderot, en Voltaire y aun en es tal como él se concibe, sino tal como él se
Kant. El hombre es poseedor de una natura- quiere, y como se concibe después de la exis-
leza humana; esta naturaleza humana, que es tencia, como se quiere después de este impul-
el concepto humano, se encuentra en todos so hacia la existencia; el hombre no es otra
los hombres, lo que significa que cada hom- cosa que lo que él se hace, …este es el primer
bre es un ejemplo particular de un concepto principio del existencialismo. Es también lo
universal, el hombre; en Kant resulta de esta que se llama la subjetividad, que se nos echa

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en cara bajo ese nombre. Pero ¿qué queremos sí mismo, y por otra, imposibilidad para el
decir con esto sino que el hombre tiene una hombre de sobrepasar la subjetividad huma-
dignidad mayor que la piedra o la mesa? Pues na. El segundo sentido es el sentido profundo
queremos decir que el hombre empieza por del existencialismo. Cuando decimos que el
existir, es decir, que empieza por ser algo que hombre se elige, entendemos que cada uno
se lanza hacia un porvenir, y que es cons- de nosotros se elige, pero también queremos
ciente de proyectarse hacia el porvenir. El decir con esto que, al elegirse, elige a todos
hombre es ante todo un proyecto que se vive los hombres. En efecto, no hay ninguno de
subjetivamente, en lugar de ser un musgo, nuestros actos que, al crear al hombre que
una podredumbre o una coliflor; nada existe queremos ser, no cree al mismo tiempo una
previamente a este proyecto; nada hay en el imagen del hombre tal como consideramos
cielo inteligible, y el hombre será, ante todo, que debe ser. Elegir ser esto o aquello es afir-
lo que habrá proyectado ser. No lo que querrá mar al mismo tiempo el valor de lo que ele-
ser. Pues lo que entendemos ordinariamente gimos, porque nunca podemos elegir mal; lo
por querer es una decisión consciente, que que elegimos es siempre el bien, y nada puede
para la mayoría de nosotros es posterior a lo ser bueno para nosotros sin serlo para todos.
que el hombre ha hecho de sí mismo. Yo pue- Si, por otra parte, la existencia precede a la
do querer adherirme a un partido, escribir esencia y nosotros quisiéramos existir al mis-
un libro, casarme; todo esto no es más que la mo tiempo que modelamos nuestra imagen,
manifestación de una elección más original, esta imagen es valedera para todos y para
más espontánea que lo que se llama voluntad. nuestra época entera. Así, nuestra responsa-
Pero si verdaderamente la existencia precede bilidad es mucho mayor de lo que podríamos
a la esencia, el hombre es responsable de lo suponer, porque compromete a la humanidad
que es. Así, el primer paso del existencialis- entera. Si soy obrero, y elijo adherirme a un
mo es poner a todo hombre en posesión de lo sindicato cristiano en lugar de ser comunista;
que es, y asentar sobre él la responsabilidad si por esta adhesión quiero indicar que la re-
total de su existencia. Y cuando decimos que signación es en el fondo la solución que con-
el hombre es responsable de sí mismo, no viene al hombre, que el reino del hombre no
queremos decir que el hombre es responsable está en la tierra, no comprometo solamente
de su estricta individualidad, sino que es res- mi caso: quiero ser un resignado para todos;
ponsable de todos los hombres. en consecuencia, mi proceder ha comprome-
Hay dos sentidos de la palabra sub- tido a la humanidad entera. Y si quiero —he-
jetivismo, y nuestros adversarios juegan con cho más individual— casarme, tener hijos,
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los dos sentidos. Subjetivismo, por una parte, aun si mi casamiento depende únicamente
quiere decir elección del sujeto individual por de mi situación, o de mi pasión, o de mi de-
seo, con esto no me encamino yo solamente,
sino que encamino a la humanidad entera en
la vía de la monogamia. Así soy responsable
Pero si verdaderamente la existencia precede a la para mí mismo y para todos, y creo cierta
imagen del hombre que yo elijo; eligiéndome,
esencia, el hombre es responsable de lo que es. Así, elijo al hombre.
Esto permite comprender lo que
el primer paso del existencialismo es poner a todo
se oculta bajo palabras un tanto grandilo-
hombre en posesión de lo que es, y asentar sobre él cuentes como angustia, desamparo, desespe-
ración. Como verán ustedes, es sumamente
la responsabilidad total de su existencia.
sencillo. Ante todo, ¿qué se entiende por
angustia? El existencialista suele declarar que

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el hombre es angustia. Esto significa que el


hombre que se compromete y que se da cuen-
ta de que es no sólo el que elige ser, sino tam-
bién un legislador, que elige al mismo tiempo
que a sí mismo a la humanidad entera, no
puede escapar al sentimiento de su total
y profunda responsabilidad. Ciertamente
hay muchos que no están angustiados; pero
nosotros pretendemos que se enmascaran
su propia angustia, que la huyen; en verdad,
muchos creen al obrar que sólo se compro-
meten a sí mismos, y cuando se les dice: pero
¿si todo el mundo procediera así? se encogen
de hombros y contestan: no todo el mundo
procede así. Pero en verdad hay que pre-
guntarse siempre: ¿qué sucedería si todo el
mundo hiciera lo mismo? Y no se escapa uno
de este pensamiento inquietante sino por una
especie de mala fe.
El que miente y se excusa decla-
rando: todo el mundo no procede así, es
alguien que no está bien con su conciencia, jamás ninguna prueba, ningún signo para Autorretrato de

porque el hecho de mentir implica un valor convencerme de ello. Si una voz se dirige a Alberto Durero.

universal atribuido a la mentira. Incluso mí, siempre seré yo quien decida que esta
cuando la angustia se enmascara, aparece. voz es la voz del ángel; si considero que tal o
Es esta angustia la que Kierkegaard llamaba cual acto es bueno, soy yo el que elegiré decir
la angustia de Abraham. Conocen ustedes la que este acto es bueno y no malo. Nadie me
historia: un ángel ha ordenado a Abraham designa para ser Abraham, y sin embargo
sacrificar a su hijo; todo anda bien si es ver- estoy obligado a cada instante a hacer actos
daderamente un ángel el que ha venido y le ejemplares. Todo ocurre como si, para todo
ha dicho: tú eres Abraham, sacrificarás a tu hombre, toda la humanidad tuviera los ojos
hijo. Pero cada cual puede preguntarse; ante fijos en lo que hace y se ajustara a lo que
todo, ¿es en verdad un ángel, y yo soy en ver- hace. Y cada hombre debe decirse: ¿soy yo 249
dad Abraham? ¿Quién me lo prueba? Había quien tiene derecho de obrar de tal manera
una loca que tenía alucinaciones: le hablaban que la humanidad se ajuste a mis actos? Y
por teléfono y le daban órdenes. El médico si no se dice esto es porque se enmascara su
le preguntó: Pero ¿quién es el que habla? angustia. No se trata aquí de una angustia
Ella contestó: Dice que es Dios. ¿Y qué es lo que conduzca al quietismo, a la inacción. Se
que le probaba, en efecto, que fuera Dios? Si trata de una simple angustia, que conocen
un ángel viene a mí, ¿qué me prueba que es todos los que han tenido responsabilidades.
un ángel? Y si oigo voces, ¿qué me prueba Cuando, por ejemplo, un jefe militar toma la
que vienen del cielo y no del infierno, o del responsabilidad de un ataque y envía cierto
subconsciente, o de un estado patológico? número de hombres a la muerte, elige hacerlo
¿Quién prueba que se dirigen a mí? ¿Quién y elige él solo. Sin duda hay órdenes superio-
me prueba que soy yo el realmente señalado res, pero son demasiado amplias y se impone
para imponer mi concepción del hombre y una interpretación que proviene de él, y de
mi elección a la humanidad? No encontraré esta interpretación depende la vida de catorce

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o veinte hombres. No se puede dejar de tener, suprimir a Dios con el menor gasto posible.
en la decisión que toma, cierta angustia. Cuando hacia 1880 algunos profesores fran-
Todos los jefes conocen esta an- ceses trataron de constituir una moral laica,
gustia. Esto no les impide obrar: al contrario, dijeron más o menos esto: Dios es una hipó-
es la condición misma de su acción; porque tesis inútil y costosa, nosotros la suprimimos;
esto supone que enfrentan una pluralidad de pero es necesario, sin embargo, para que
posibilidades, y cuando eligen una, se dan haya una moral, una sociedad, un mundo vi-
cuenta que sólo tiene valor porque ha sido gilado, que ciertos valores se tomen en serio
la elegida. Y esta especie de angustia que es y se consideren como existentes a priori; es
la que describe el existencialismo, veremos necesario que sea obligatorio a priori que sea
que se explica además por una responsabi- uno honrado, que no mienta, que no pegue a
lidad directa frente a los otros hombres que su mujer, que tenga hijos, etc., etc. Haremos,
compromete. por lo tanto, un pequeño trabajo que permi-
No es una cortina que nos sepa- tirá demostrar que estos valores existen, a
ra de la acción, sino que forma parte de la pesar de todo, inscritos en un cielo inteligi-
acción misma. Y cuando se habla de desam- ble, aunque, por otra parte, Dios no exista.
paro, expresión cara a Heidegger, queremos Dicho en otra forma y es, según creo yo, la
decir solamente que Dios no existe, y que de tendencia de todo lo que se llama en Francia
esto hay que sacar las últimas consecuencias. radicalismo, nada se cambiará aunque Dios
Autorretrato de
El existencialismo se opone decididamen- no exista; encontraremos las mismas normas
Francisco de Goya. te a cierto tipo de moral laica que quisiera de honradez, de progreso, de humanismo, y
habremos hecho de Dios una hipótesis supe-
rada que morirá tranquilamente y por sí mis-
ma. El existencialista, por el contrario, piensa
que es muy incómodo que Dios no exista,
porque con él desaparece toda posibilidad de
encontrar valores en un cielo inteligible; ya
no se puede tener el bien a priori, porque no
hay más conciencia infinita y perfecta para
pensarlo; no está escrito en ninguna parte
que el bien exista, que haya que ser honrado,
que no haya que mentir; puesto que precisa-
250
mente estamos en un plano donde solamente
hay hombres.
Dostoievsky escribió: Si Dios no
existiera, todo estaría permitido. Este es el
punto de partida del existencialismo. En
efecto, todo está permitido si Dios no existe
y, en consecuencia, el hombre está abandona-
do, porque no encuentra ni en sí ni fuera de
sí una posibilidad de aferrarse. No encuentra
ante todo excusas. Si, en efecto, la existencia
precede a la esencia, no se podrá jamás ex-
plicar la referencia a una naturaleza humana
dada y fija; dicho de otro modo, no hay de-
terminismo, el hombre es libre, el hombre es
libertad. Si, por otra parte, Dios no existe,

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no encontramos frente a nosotros valores


u órdenes que legitimen nuestra conducta.
Así, no tenemos ni detrás ni delante de noso-
tros, en el dominio luminoso de los valores,
justificaciones o excusas. Estamos solos, sin
excusas. Es lo que expresaré diciendo que el
hombre está condenado a ser libre. Condena-
do, porque no se ha creado a sí mismo, y sin
embargo, por otro lado, libre, porque una vez
arrojado al mundo es responsable de todo lo
que hace.
El existencialista no cree en el po-
der de la pasión. No pensará nunca que una
bella pasión es un torrente devastador que
conduce fatalmente al hombre a ciertos actos
y que por consecuencia es una excusa; piensa
que el hombre es responsable de su pasión.
El existencialista tampoco pensará que el
hombre puede encontrar socorro en un signo
dado sobre la tierra que lo oriente; porque rra y entrar en las Fuerzas francesas libres es Autorretrato

piensa que el hombre descifra por sí mismo decir, abandonar a su madre o bien de per- Rembrandt van Rijn.

el signo como prefiere. Piensa, pues, que el manecer al lado de su madre, y ayudarla a vi-
hombre, sin ningún apoyo ni socorro, está vir. Se daba cuenta perfectamente de que esta
condenado a cada instante a inventar al hom- mujer sólo vivía para él y que su desaparición
bre. Ponge ha dicho, en un artículo muy her- y tal vez su muerte la hundiría en la deses-
moso: el hombre es el porvenir del hombre. peración. También se daba cuenta de que
Es perfectamente exacto. Sólo que si se en- en el fondo, concretamente, cada acto que
tiende por esto que ese porvenir está inscrito llevaba a cabo con respecto a su madre tenía
en el cielo, que Dios lo ve, entonces es falso, otro correspondiente en el sentido de que la
pues ya no sería ni siquiera un porvenir. Si ayudaba a vivir, mientras que cada acto que
se entiende que, sea cual fuere el hombre que llevaba a cabo para partir y combatir era un
aparece, hay un porvenir por hacer, un por- acto ambiguo que podía perderse en la arena,
venir virgen que lo espera, entonces es exac- sin servir para nada: por ejemplo, al partir 251
to. En tal caso está uno desamparado. Para para Inglaterra, podía permanecer indefini-
dar un ejemplo que permita comprender me- damente, al pasar por España, en un campo
jor lo que es el desamparo, citaré el caso de español; podía llegar a Inglaterra o a Argel
uno de mis alumnos que me vino a ver en las y ser puesto en un escritorio para redactar
siguientes circunstancias: su padre se había documentos. En consecuencia, se encontraba
peleado con la madre y tendía al colaboracio- frente a dos tipos de acción muy diferentes:
nismo; su hermano mayor había sido muerto una concreta, inmediata, pero que se dirigía
en la ofensiva alemana de 1940, y este joven, a un solo individuo; y otra que se dirigía a un
con sentimientos un poco primitivos, pero conjunto infinitamente más vasto, a una co-
generosos, quería vengarlo. Su madre vivía lectividad nacional, pero que era por eso mis-
sola con él muy afligida por la semitraición mo ambigua, y que podía ser interrumpida
del padre y por la muerte del hijo mayor, y su en el camino. Al mismo tiempo dudaba entre
único consuelo era él. Este joven tenía, en ese dos tipos de moral. Por una parte, una moral
momento, la elección de partir para Inglate- de simpatía, de devoción personal; y por otra,

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una moral más amplia, pero de eficacia más lo define. Ahora bien, como exijo a este afec-
discutible. Había que elegir entre las dos. to justificar mi acto, me encuentro encerrado
¿Quién podía ayudarlo a elegir? ¿La doctrina de un círculo vicioso.
cristiana? No. La doctrina cristiana dice: sed Por otra parte, Gide ha dicho muy
caritativos, amad a vuestro prójimo, sacri- bien que un sentimiento que se representa y
ficaos por los demás, elegid el camino más un sentimiento que se vive son dos cosas casi
estrecho, etc., etc. Pero ¿cuál es el camino indiscernibles: decidir que amo a mi madre
más estrecho? ¿A quién hay que amar como a quedándome junto a ella o representar una
un hermano? ¿Al soldado o a la madre? ¿Cuál comedia que hará que yo permanezca con mi
es la utilidad mayor: la utilidad vaga de com- madre, es casi la misma cosa. Dicho en otra
batir en un conjunto, o la utilidad precisa de forma, el sentimiento se construye con actos
ayudar a un ser a vivir? ¿Quién puede decidir que se realizan; no puedo pues consultarlos
a priori? Nadie. Ninguna moral inscrita pue- para guiarme por él. Lo cual quiere decir
de decirlo. La moral kantiana dice: no tratéis que no puedo ni buscar en mí el estado au-
jamás a los demás como medios, sino como téntico que me empujará a actuar, ni pedir a
fines. Muy bien; si vivo al lado de mi madre una moral los conceptos que me permitirán
la trataré como fin, y no como medio, pero actuar. Por lo menos, dirán ustedes, ha ido a
este hecho me pone en peligro de tratar como ver a un profesor para pedirle consejo. Pero
medios a los que combaten en torno mío; y si ustedes, por ejemplo, buscan el consejo
recíprocamente, si me uno a los que com- de un sacerdote, han elegido ese sacerdote y
baten, los trataré como fin, y este hecho me saben más o menos ya, en el fondo, lo que él
pone en peligro de tratar a mi madre como les va a aconsejar. Dicho en otra forma, elegir
medio. el consejero es ya comprometerse. La prueba
Si los valores son vagos, y si son está en que si ustedes son cristianos, dirán:
siempre demasiado vastos para el caso pre- consulte a un sacerdote. Pero hay sacerdotes
ciso y concreto que consideramos, sólo nos colaboracionistas, sacerdotes conformistas,
queda fiarnos de nuestros instintos. Es lo sacerdotes de la resistencia. ¿Cuál elegir? Y si
que ha tratado de hacer este joven; y cuando el joven elige un sacerdote de la resistencia o
lo vi, decía: en el fondo, lo que importa es el un sacerdote colaboracionista ya ha decidido
sentimiento; debería elegir lo que me empuja el género de consejo que va a recibir. Así, al
verdaderamente en cierta dirección. Si siento venirme a ver, sabía la respuesta que yo le da-
que amo a mi madre lo bastante para sacrifi- ría y no tenía más que una respuesta que dar:
carle el resto mi deseo de venganza, mi deseo usted es libre, elija, es decir, invente. Ninguna
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de acción, mi deseo de aventura me quedo moral general puede indicar lo que hay que
al lado de ella. Si, al contrario, siento que mi hacer; no hay signos en el mundo. Los cató-
amor por mi madre no es suficiente, parto. licos dirán: sí, hay signos. Admitámoslo: soy
Pero ¿cómo determinar el valor de un senti- yo mismo el que elige el sentido que tienen.
miento? ¿Qué es lo que constituía el valor de He conocido, cuando estaba prisionero, a
su sentimiento hacia la madre? Precisamente un hombre muy notable que era jesuita. Ha-
el hecho de que se quedaba por ella. Puedo bía entrado en la orden de los jesuitas en la
decir: quiero lo bastante a tal amigo para siguiente forma: había tenido que soportar
sacrificarle tal suma de dinero; no puedo de- cierto número de fracasos muy duros; de
cirlo si no lo he hecho. Puedo decir: quiero lo niño, su padre había muerto dejándolo en
bastante a mi madre para quedarme junto a la pobreza, y él había sido becario en una
ella, si me he quedado junto a ella. No puedo institución religiosa donde se le hacía sentir
determinar el valor de este afecto si no he continuamente que era aceptado por caridad;
hecho precisamente un acto que lo ratifica y luego fracasó en cierto número de distin-

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ciones honoríficas que halagan a los niños;


después hacia los dieciocho años, fracasó en
una aventura sentimental; por fin, a los vein- La doctrina que yo les presento es justamente lo
tidós, cosa muy pueril, pero que fue la gota opuesto al quietismo, porque declara: Sólo hay
de agua que hizo desbordar el vaso, fracasó
en su preparación militar. Este joven podía, realidad en la acción. Y va más lejos todavía, porque
pues, considerar que había fracasado en todo; agrega: El hombre no es nada más que su proyecto,
era un signo, pero, ¿signo de qué? Podía refu-
giarse en la amargura o en la desesperación. no existe más que en la medida en que se realiza, no
Pero juzgó, muy hábilmente según él, que es, por lo tanto, más que el conjunto de sus actos,
era el signo de que no estaba hecho para los
triunfos seculares, y que sólo los triunfos de nada más que su vida.
la religión, de la santidad, de la fe, le eran
accesibles. Vio entonces en esto la palabra de
Dios, y entró en la orden. ¿Quién no ve que la
decisión del sentido del signo ha sido tomada ranza. Los marxistas con quienes he hablado
por él solo? Se habría podido deducir otra me contestan: Usted puede, en su acción, que
cosa de esta serie de fracasos: por ejemplo, estará evidentemente limitada por su muerte,
que hubiera sido mejor que fuese carpintero contar con el apoyo de otros.
o revolucionario. Lleva, pues, la entera res- Esto significa contar a la vez con lo
ponsabilidad del desciframiento. El desam- que los otros harán en otra parte, en China,
paro implica que elijamos nosotros mismos en Rusia para ayudarlo, y a la vez sobre lo
nuestro ser. que harán más tarde, después de su muerte,
El desamparo va junto con la an- para reanudar la acción y llevarla hacia su
gustia. En cuanto a la desesperación, esta cumplimiento, que será la revolución. Usted
expresión tiene un sentido extremadamente debe tener en cuenta todo eso; si no, no es
simple. Quiere decir que nos limitaremos moral. Respondo en primer lugar que conta-
a contar con lo que depende de nuestra vo- ré siempre con los camaradas de lucha en la
luntad, o con el conjunto de probabilidades medida en que esos camaradas están com-
que hacen posible nuestra acción. Cuando se prometidos conmigo en una lucha concreta
quiere alguna cosa, hay siempre elementos y común, en la unidad de un partido o de un
probables. Puedo contar con la llegada de grupo que yo puedo controlar más o menos,
un amigo. El amigo viene en ferrocarril o en es decir, en el cual estoy a título de militante
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tranvía: eso supone que el tren llegará a la y cuyos movimientos conozco a cada instan-
hora fijada, o que el tranvía no descarrilará. te. En ese momento, contar con la unidad
Estoy en el dominio de las posibilidades; pero del partido es exactamente como contar con
no se trata de contar con los posibles, sino que el tranvía llegará a la hora o con que el
en la medida estricta en que nuestra acción tren no descarrilará. Pero no puedo contar
implica el conjunto de esos posibles. A partir con hombres que no conozco fundándome
del momento en que las posibilidades que en la bondad humana, o en el interés del
considero no están rigurosamente compro- hombre por el bien de la sociedad, dado que
metidas por mi acción, debo desinteresarme, el hombre es libre y que no hay ninguna na-
porque ningún Dios, ningún designio puede turaleza humana en que pueda yo fundarme.
adaptar el mundo y sus posibles a mi volun- No sé qué llegará a ser de la revolución rusa;
tad. En el fondo, cuando Descartes decía: puedo admirarla y ponerla de ejemplo en la
vencerse más bien a sí mismo que al mundo, medida en que hoy me prueba que el prole-
quería decir la misma cosa: obrar sin espe- tariado desempeña un papel en Rusia como

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el existencialismo es un humanismo

presento es justamente lo opuesto al quie-


tismo, porque declara: Sólo hay realidad en
Ahora bien, en realidad, para el existencialismo, no la acción. Y va más lejos todavía, porque
hay otro amor que el que se construye, no hay otra agrega: El hombre no es nada más que su
proyecto, no existe más que en la medida en
posibilidad de amor que la que se manifiesta en el amor; que se realiza, no es, por lo tanto, más que el
no hay otro genio que el se manifiesta en las obras de conjunto de sus actos, nada más que su vida.
De acuerdo con esto, podemos comprender
arte; el genio de Proust es la totalidad de las obras de por qué nuestra doctrina horroriza a algunas
personas. Porque a menudo no tienen más
Proust; el genio de Racine es la serie de sus tragedias;
que una forma de soportar su miseria, y es
fuera de esto no hay nada. pensar así: Las circunstancias han estado
contra mí; yo valía mucho más de lo que he
sido; evidentemente no he tenido un gran
amor, o una gran amistad, pero es porque no
no lo desempeña en ninguna otra nación. he encontrado ni un hombre ni una mujer
Pero no puedo afirmar que esto conducirá que fueran dignos; no he escrito buenos li-
forzosamente a un triunfo del proletariado; bros porque no he tenido tiempo para hacer-
tengo que limitarme a lo que veo; no puedo los; no he tenido hijos a quienes dedicarme,
estar seguro de que los camaradas de lucha porque no he encontrado al hombre con el
reanudarán mi trabajo después de mi muerte que podría haber realizado mi vida. Han
para llevarlo a un máximo de perfección, quedado, pues, en mí, sin empleo, y entera-
puesto que estos hombres son libres y deci- mente viables, un conjunto de disposiciones,
dirán libremente mañana sobre los que será de inclinaciones, de posibilidades que me
el hombre; mañana, después de mi muerte, dan un valor que la simple serie de mis actos
algunos hombres pueden decidir establecer no permite inferir. Ahora bien, en realidad,
el fascismo, y los otros pueden ser lo bastan- para el existencialismo, no hay otro amor
te cobardes y desconcertados para dejarles que el que se construye, no hay otra posibi-
hacer; en ese momento, el fascismo será la lidad de amor que la que se manifiesta en el
verdad humana, y tanto peor para nosotros; amor; no hay otro genio que el se manifiesta
en realidad, las cosas serán tales como el en las obras de arte; el genio de Proust es la
hombre haya decidido que sean. totalidad de las obras de Proust; el genio de
¿Quiere decir esto que deba aban- Racine es la serie de sus tragedias; fuera de
254
donarme al quietismo? No. En primer lugar, esto no hay nada. ¿Por qué atribuir a Racine
debo comprometerme; luego, actuar según la posibilidad de escribir una nueva tragedia,
la vieja fórmula: no es necesario tener espe- puesto que precisamente no la ha escrito?
ranzas para obrar. Esto no quiere decir que Un hombre que se compromete en la vida
yo no deba pertenecer a un partido, pero sí dibuja su figura, y fuera de esta figura no hay
que no tendré ilusión y que haré lo que pue- nada. Evidentemente, este pensamiento pue-
da. Por ejemplo, si me pregunto: ¿llegará la de parecer duro para aquel que ha triunfado
colectivización, como tal, a realizarse? No sé en la vida. Pero, por otra parte, dispone a
nada; sólo sé que haré todo lo que esté en mi las gentes para comprender que sólo cuenta
poder para que llegue; fuera de esto no puedo la realidad, que los sueños, las esperas, las
contar con nada. esperanzas, permiten solamente definir a un
El quietismo es la actitud de la hombre como sueño desilusionado, como
gente que dice: Los demás pueden hacer esperanzas abortadas, como esperas inútiles;
lo que yo no puedo. La doctrina que yo les es decir que esto lo define negativamente y

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filosofía

no positivamente; sin embargo, cuando se


dice: tú no eres otra cosa que tu vida, esto no
implica que el artista será juzgado solamente
por sus obras de arte; miles de otras cosas
contribuyen igualmente a definirlo. Lo que
queremos decir es que el hombre no es más
que una serie de empresas, que es la suma,
la organización, el conjunto de las relaciones
que constituyen estas empresas.
En estas condiciones, lo que se nos
reprocha aquí no es en el fondo nuestro pesi-
mismo, sino una dureza optimista.
Si la gente nos reprocha las obras
novelescas en que describimos seres flojos,
débiles, cobardes y alguna vez francamente
malos, no es únicamente porque estos seres
son flojos, débiles, cobardes o malos; por-
que si, como Zola, declaráramos que son así
por herencia, por la acción del medio, de la
sociedad, por un determinismo orgánico o
psicológico, la gente se sentiría segura y diría:
bueno, somos así, y nadie puede hacer nada; se está perfectamente tranquilo, no hay nada Autorretrato de

pero el existencialista, cuando describe a un que hacer, se será cobarde toda la vida, hága- Marie Louise
Élisabeth Vigée
cobarde, dice que el cobarde es responsable se lo que se haga; si se nace héroe, también se Lebrun, con su hija
de su cobardía. No lo es porque tenga un estará perfectamente tranquilo, se será héroe Julie.
corazón, un pulmón o cerebro cobarde; no toda la vida, se beberá como héroe, se comerá
lo es debido a una organización fisiológica, como héroe. Lo que dice el existencialista es
sino que lo es porque se ha construido como que el cobarde se hace cobarde, el héroe se
hombre cobarde por sus actos. No hay tem- hace héroe; hay siempre para el cobarde una
peramento cobarde; hay temperamentos posibilidad de no ser más cobarde y para el
nerviosos, hay sangre floja, como dicen, o héroe de dejar de ser héroe. Lo que tiene im-
temperamentos ricos; pero el hombre que portancia es el compromiso total, y no es un
tiene una sangre floja no por eso es cobarde, caso particular, una acción particular lo que
255
porque lo que hace la cobardía es el acto de compromete totalmente.
renunciar o de ceder; un temperamento no es Así, creo yo, hemos respondido a
un acto; el cobarde está definido a partir del cierto número de reproches concernientes al
acto que realiza. Lo que la gente siente oscu- existencialismo. Ustedes ven que no puede
ramente y le causa horror es que el cobarde ser considerada como una filosofía del quie-
que nosotros presentamos es culpable de ser tismo, puesto que define al hombre por la
cobarde. Lo que la gente quiere es que se naz- acción; ni como una descripción pesimista
ca cobarde o héroe. Uno de los reproches que del hombre: no hay doctrina más optimista,
se hace a menudo a Chemins de la Liberté puesto que el destino del hombre está en él
se formula así: pero, en fin, de esa gente que mismo; ni como una tentativa para desco-
es tan floja, ¿cómo hará usted héroes? Esta razonar al hombre alejándole de la acción,
objeción hace más bien reír, porque supone puesto que le dice que sólo hay esperanza en
que uno nace héroe. Y en el fondo es esto lo su acción, y que la única cosa que permite
que la gente quiere pensar: si se nace cobarde, vivir al hombre es el acto. En consecuencia,

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el existencialismo es un humanismo

en este plano, tenemos que vérnoslas con una Descartes, contrariamente a la filosofía de
moral de acción y de compromiso. Sin em- Kant, nos captamos a nosotros mismos frente
bargo, se nos reprocha además, partiendo de al otro, y el otro es tan cierto para nosotros
estos postulados, que aislamos al hombre en como nosotros mismos. Así, el hombre que
su subjetividad individual. Aquí también se se capta directamente por el cogito, descu-
nos entiende muy mal. bre también a todos los otros y los descubre
Nuestro punto de partida, en efec- como la condición de su existencia. Se da
to, es la subjetividad del individuo, y esto cuenta de que no puede ser nada (en el sen-
por razones estrictamente filosóficas. No tido que se dice que es espiritual, o que se es
porque somos burgueses, sino porque que- malo, o que se es celoso), salvo que los otros
remos una doctrina basada sobre la verdad, lo reconozcan por tal.
y no un conjunto de bellas teorías, llenas de Para obtener una verdad cualquie-
esperanza y sin fundamentos reales. En el ra sobre mí, es necesario que pase por otro.
punto de partida no puede haber otra verdad El otro es indispensable a mi existencia tanto
que ésta: pienso, luego soy; ésta es la verdad como el conocimiento que tengo de mí mis-
absoluta de la conciencia captándose a sí mis- mo. En estas condiciones, el descubrimiento
ma. Toda teoría que toma al hombre fuera de de mi intimidad me descubre al mismo tiem-
ese momento en que se capta a sí mismo es po el otro, como una libertad colocada frente
ante todo una teoría que suprime la verdad, a mí, que no piensa y que no quiere sino por
pues, fuera de este cogito cartesiano, todos o contra mí. Así descubrimos en seguida un
los objetos son solamente probables, y una mundo que llamaremos la intersubjetividad,
doctrina de probabilidades que no está sus- y en este mundo el hombre decide lo que es y
pendida de una verdad se hunde en la nada; lo que son los otros.
para definir lo probable hay que poseer lo Además, si es imposible encontrar
verdadero. Luego para que haya una verdad en cada hombre una esencia universal que
cualquiera se necesita una verdad absoluta; constituya la naturaleza humana, existe,
y ésta es simple, fácil de alcanzar, está a la sin embargo, una universalidad humana de
mano de todo el mundo; consiste en captarse condición. No es un azar que los pensadores
sin intermediario. de hoy día hablen más fácilmente de la con-
En segundo lugar, esta teoría es dición del hombre que de su naturaleza. Por
la única que da una dignidad al hombre, la condición entienden, con más o menos cla-
única que no lo convierte en un objeto. Todo ridad, el conjunto de los límites a priori que
256
materialismo tiene por efecto tratar a todos bosquejan su situación fundamental en el
los hombres, incluido uno mismo, como universo. Las situaciones históricas varían: el
objetos, es decir, como un conjunto de reac- hombre puede nacer esclavo en una sociedad
ciones determinadas, que en nada se distin- pagana, o señor feudal, o proletario. Lo que
gue del conjunto de cualidades y fenómenos no varía es la necesidad para él de estar en
que constituyen una mesa o una silla o una el mundo, de estar allí en el trabajo, de estar
piedra. Nosotros queremos constituir preci- allí en medio de los otros y de ser allí mortal.
samente el reino humano como un conjunto Los límites no son ni subjetivos ni objetivos,
de valores distintos del reino material. Pero o más bien tienen una faz objetiva y una faz
la subjetividad que alcanzamos a título de subjetiva. Objetivos, porque se encuentran
verdad no es una subjetividad rigurosamente en todo y son en todo reconocibles; subjeti-
individual porque hemos demostrado que vos, porque son vividos y no son nada si el
en el cogito uno no se descubría solamente hombre no los vive, es decir, si no se deter-
a sí mismo, sino también a los otros. Por el mina libremente en su existencia por relación
yo pienso, contrariamente a la filosofía de a ellos. Y si bien los proyectos pueden ser

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filosofía

diversos, por lo menos ninguno puede per-


manecerme extraño, porque todos presentan
en común una tentativa para franquear esos
límites o para ampliarlos o para negarlos o
para acomodarse a ellos. En consecuencia,
todo proyecto, por más individual que sea,
tiene un valor universal. Todo proyecto, aun
el del chino, el del hindú, o del negro, puede
ser comprendido por un europeo.
Puede ser comprendido; esto quie-
re decir que el europeo de 1945 puede lan-
zarse a partir de una situación que concibe
hasta sus límites de la misma manera, y que Autorretrato de
puede rehacer en sí el camino del chino, del Pablo Picasso.

hindú o del africano. Hay universalidad en


todo proyecto en el sentido de que todo pro- ferencia entre ser un absoluto temporalmente
yecto es comprensible para todo hombre. Lo localizado, es decir que se ha localizado en la
que no significa de ninguna manera que este historia, y ser comprensible universalmente.
proyecto defina al hombre para siempre, sino Esto no resuelve enteramente la
que puede ser reencontrado. Hay siempre objeción de subjetivismo. En efecto, esta
una forma de comprender al idiota, al niño, objeción toma todavía muchas formas. La
al primitivo o al extranjero, siempre que se primera es la que sigue. Se nos dice: Entonces
tengan los datos suficientes. En este sentido ustedes pueden hacer cualquier cosa; lo cual
podemos decir que hay una universalidad se expresa de diversas maneras. En primer
del hombre; pero no está dada, está perpe- lugar se nos tacha de anarquía; en seguida
tuamente construida. Construyo lo universal se declara: no pueden ustedes juzgar a los
eligiendo; lo construyo al comprender el demás, porque no hay razón para preferir un
proyecto de cualquier otro hombre, sea de la proyecto a otro; en fin, se nos puede decir:
época que sea. Este absoluto de la elección todo es gratuito en lo que ustedes eligen, dan
no suprime la relatividad de cada época. Lo con una mano lo que fingen recibir con la
que el existencialismo tiene interés en de- otra. Estas tres objeciones no son muy serias.
mostrar es el enlace del carácter absoluto del En primer lugar, la primera objeción: pueden
compromiso libre, por el cual cada hombre elegir cualquier cosa, no es exacta. La elec- 257
se realiza al realizar un tipo de humanidad, ción es posible en un sentido, pero lo que no
compromiso siempre comprensible para es posible es no elegir. Puedo siempre elegir,
cualquier época y por cualquier persona, y la pero tengo que saber que, si no elijo, también
relatividad del conjunto cultural que puede elijo. Esto, aunque parezca estrictamente
resultar de tal elección; hay que señalar a la formal, tiene una gran importancia para
vez la relatividad del cartesianismo y el ca- limitar la fantasía y el capricho. Si es cierto
rácter absoluto del compromiso cartesiano. que frente a una situación, por ejemplo, la
En este sentido se puede decir, si ustedes situación que hace que yo sea un ser sexuado
quieren, que cada uno de nosotros realiza lo que puede tener relaciones con un ser de otro
absoluto al respirar, al comer, al dormir, u sexo, que yo sea un ser que puede tener hijos
obrando de una manera cualquiera. No hay estoy obligado a elegir una actitud y que de
ninguna diferencia entre ser libremente, ser todos modos lleva la responsabilidad de una
como proyecto, como existencia que elige su elección que, al comprometerme, compro-
esencia, y ser absoluto; y no hay ninguna di- mete a la humanidad entera, aunque ningún

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el existencialismo es un humanismo

promete a la construcción de su cuadro, y


que el cuadro por hacer es precisamente el
Lo que el existencialismo tiene interés en demostrar cuadro que habrá hecho; está bien claro que
no hay valores estéticos a priori, pero que hay
es el enlace del carácter absoluto del compromiso
valores que se ven después en la coherencia
libre, por el cual cada hombre se realiza al realizar del cuadro, en las relaciones que hay entre
la voluntad de creación y el resultado. Nadie
un tipo de humanidad, compromiso siempre
puede decir lo que será la pintura de maña-
comprensible para cualquier época y por cualquier na; sólo se puede juzgar la pintura una vez
realizada. ¿Qué relación tiene esto con la mo-
persona, y la relatividad del conjunto cultural que
ral? Estamos en la misma situación creadora.
puede resultar de tal elección. No hablamos nunca de la gratuidad de una
obra de arte. Cuando hablamos de un cuadro
de Picasso, nunca decimos que es gratuito;
comprendemos perfectamente que Picasso se
ha construido tal como es, al mismo tiempo
valor a priori determine mi elección, esto que pintaba; que el conjunto de su obra se
no tiene nada que ver con el capricho; y si se incorpora a su vida.
cree encontrar aquí la teoría gideana del acto Lo mismo ocurre en el plano de la
gratuito, es porque no se ve la enorme dife- moral. Lo que hay de común entre el arte y
rencia entre esta doctrina y la de Gide. Gide la moral es que, con los dos casos, tenemos
no sabe lo que es una situación; obra por creación e invención. No podemos decir a
simple capricho. Para nosotros, al contrario, priori lo que hay que hacer. Creo haberlo
el hombre se encuentra en una situación mostrado suficientemente al hablarles del
organizada, donde está él mismo comprome- caso de ese alumno que me vino a ver y que
tido, compromete con su elección a la huma- podía dirigirse a todas las morales, kantia-
nidad entera, y no puede evitar elegir: o bien na u otras, sin encontrar ninguna especie
permanecerá casto, o bien se casará sin tener de indicación; se vio obligado a inventar él
hijos, o bien se casará y tendrá hijos; de todos mismo su ley. Nunca diremos que este hom-
modos, haga lo que haga, es imposible que no bre que ha elegido quedarse con su madre
tome una responsabilidad total frente a este tomando como base moral los sentimientos,
problema. Sin duda, elige sin referirse a valo- la acción individual y la caridad concreta, o
258
res preestablecidos, pero es injusto tacharlo que ha elegido irse a Inglaterra prefiriendo
de capricho. Digamos más bien que hay que el sacrificio, ha hecho una elección gratuita.
comparar la elección moral con la construc- El hombre se hace, no está todo hecho desde
ción de una obra de arte. Y aquí hay que el principio, se hace al elegir su moral, y la
hacer en seguida un alto para decir que no se presión de las circunstancias es tal, que no
trata de una moral estética, porque nuestros puede dejar de elegir una. No definimos al
adversarios son de tan mala fe que nos re- hombre sino en relación con un compromiso.
prochan hasta esto. El ejemplo que elijo no es Es, por tanto, absurdo reprocharnos la gra-
más que una comparación. tuidad de la elección.
Dicho esto, ¿se ha reprochado En segundo lugar se nos dice: no
jamás a un artista que hace un cuadro el no pueden ustedes juzgar a los otros. Esto es
inspirarse en reglas establecidas a priori? ¿Se verdad en cierta medida, y falso en otra. Es
ha dicho jamás cuál es el cuadro que debe verdadero en el sentido de que, cada vez que
hacer? Está bien claro que no hay cuadro el hombre elige su compromiso y su proyecto
definitivo que hacer, que el artista se com- con toda sinceridad y con toda lucidez, sea

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filosofía

cual fuere por lo demás este proyecto, es im-


posible hacerle preferir otro; es verdadero en
el sentido de que no creemos en el progreso;
el progreso es un mejoramiento; el hombre
es siempre el mismo frente a una situación
que varía y la elección se mantiene siempre
una elección en una situación. El problema
moral no ha cambiado desde el momento en
que se podía elegir entre los esclavistas y los
no esclavistas, en el momento de la guerra
de Secesión, por ejemplo, hasta el momento
presente, en que se puede optar por el M.R.P.
o los comunistas.
Pero, sin embargo, se puede juz-
gar, porque, como he dicho, se elige frente a
los otros, y uno se elige a sí frente a los otros.
Ante todo se puede juzgar (y éste no es un
juicio de valor, sino un juicio lógico) que
ciertas elecciones están fundadas en el error
y otras en la verdad. Se puede juzgar a un
hombre diciendo que es de mala fe. Si hemos
definido la situación del hombre como una
elección libre, sin excusas y sin ayuda, todo en el desamparo no puede querer sino una Autorretrato de

hombre que se refugia detrás de la excusa de cosa, la libertad, como fundamento de todos Frida Kahlo.

sus pasiones, todo hombre que inventa un los valores. Esto no significa que la quiera en
determinismo, es un hombre de mala fe. abstracto. Quiere decir simplemente que los
Se podría objetar: pero ¿por qué actos de los hombres de buena fe tienen como
no podría elegirse a sí mismo de mala fe? última significación la búsqueda de la liber-
Respondo que no tengo que juzgarlo mo- tad como tal. Un hombre que se adhiere a tal
ralmente, pero defino su mala fe como un o cual sindicato comunista o revolucionario,
error. Así, no se puede escapar a un juicio persigue fines concretos; estos fines implican
de verdad. La mala fe es evidentemente una una voluntad abstracta de libertad; pero esta
mentira, porque disimula la total libertad del libertad se quiere en lo concreto. Queremos 259
compromiso. En el mismo plano, diré que la libertad por la libertad y a través de cada
hay también una mala fe si elijo declarar que circunstancia particular. Y al querer la liber-
ciertos valores existen antes que yo; estoy en tad descubrimos que depende enteramente
contradicción conmigo mismo si, a la vez, de la libertad de los otros, y que la libertad de
los quiero y declaro que se me imponen. Si se los otros depende de la nuestra. Ciertamente
me dice: ¿y si quiero ser de mala fe?, respon- la libertad, como definición del hombre, no
deré: no hay ninguna razón para que no lo depende de los demás, pero en cuanto hay
sea, pero yo declaro que usted lo es, y que la compromiso, estoy obligado a querer, al mis-
actitud de estricta coherencia es la actitud de mo tiempo que mi libertad, la libertad de los
buena fe. Y además puedo formular un juicio otros; no puedo tomar mi libertad como fin
moral. Cuando declaro que la libertad a tra- si no tomo igualmente la de los otros como
vés de cada circunstancia concreta no puede fin. En consecuencia, cuando en el plano de
tener otro fin que quererse a sí misma, si el la autenticidad total, he reconocido que el
hombre ha reconocido que establece valores, hombre es un ser en el cual la esencia está

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el existencialismo es un humanismo

precedida por la existencia, que es un ser humana elige sacrificarse y renunciar al


libre que no puede, en circunstancias diver- hombre que ama. Por el contrario, la Sanse-
sas, sino querer su libertad, he reconocido al verina de la Cartuja de Parma, que estima
mismo tiempo que no puedo menos de que- que la pasión constituye el verdadero valor
rer la libertad de los otros. Así, en nombre de del hombre, declararía que un gran amor
esta voluntad de libertad, implicada por la merece sacrificios; que hay que preferirlo a la
libertad misma, puedo formar juicios sobre trivialidad de un amor conyugal que uniría
los que tratan de ocultar la total gratuidad a Stephen y a la joven tonta con quien debe
de su existencia, y su total libertad. A los casarse; elegiría sacrificar a ésta y realizar
que se oculten su libertad total por espíritu su felicidad; y como Stendhal lo muestra, se
de seriedad o por excusas deterministas, los sacrificará a sí misma en el plano apasionado,
llamaré cobardes; a los que traten de mostrar si esta vida lo exige. Estamos aquí frente a
que su existencia era necesaria, cuando es la dos morales estrictamente opuestas: preten-
contingencia misma de la aparición del hom- do que son equivalentes; en los dos casos, lo
bre sobre la tierra, los llamaré inmundos. que se ha puesto como fin es la libertad. Y
Pero cobardes o inmundos no pueden ser pueden ustedes imaginar dos actitudes rigu-
juzgados más que en el plano de la estricta rosamente parecidas en cuanto a los efectos:
autenticidad. Así, aunque el contenido de la una joven, por resignación prefiere renunciar
moral sea variable, cierta forma de esta mo- a su amor; otra, por apetito sexual prefiere
ral es universal. Kant declara que la libertad desconocer las relaciones anteriores del hom-
se quiere a sí misma y la libertad de los otros. bre que ama. Estas dos acciones se parecen
De acuerdo; pero él cree que lo exteriormente a las que acabamos de descri-
formal y lo universal son suficientes para bir. Son, sin embargo, enteramente distintas:
constituir una moral. Nosotros pensamos, la actitud de la Sanseverina está mucho más
por el contrario, que los principios demasia- cerca que la de Maggie Tulliver de una ra-
do abstractos fracasan para definir la acción. pacidad despreocupada. Así ven ustedes que
Todavía una vez más tomen el caso de aquel este segundo reproche es, a la vez, verdadero
alumno: ¿en nombre de qué, en nombre de y falso. Se puede elegir cualquier cosa si es en
qué gran máxima moral piensan ustedes que el plano del libre compromiso.
podría haber decidido con toda tranquilidad La tercera objeción es la siguiente:
de espíritu abandonar a su madre o perma- reciben ustedes con una mano lo que dan
necer al lado de ella? No hay ningún medio con la otra: es decir, que en el fondo los va-
de juzgar. El contenido es siempre concreto lores no son serios, porque los eligen. A eso
260
y, por tanto, imprevisible; hay siempre inven- contesto que me molesta mucho que sea así:
ción. La única cosa que tiene importancia pero si he suprimido a Dios padre, es necesa-
es saber si la invención que se hace, se hace rio que alguien invente los valores. Hay que
en nombre de la libertad. Examinemos, por tomar las cosas como son. Y, además, decir
ejemplo, los dos casos siguientes; verán en que nosotros inventamos los valores no sig-
qué medida se acuerdan y sin embargo se nifica más que esto: la vida, a priori, no tiene
diferencian. Tomemos El molino a orillas del sentido. Antes de que ustedes vivan, la vida
Floss. Encontramos allí una joven, Maggie no es nada; les corresponde a ustedes darle
Tulliver, que encarna el valor de la pasión un sentido, y el valor no es otra cosa que este
y que es consciente de ello; está enamorada sentido que ustedes eligen.
de un joven, Stephen, que está de novio con Por esto se ve que hay la posibili-
otra joven insignificante. Esta Maggie Tulli- dad de crear una comunidad humana. Se me
ver, en vez de preferir atolondradamente su ha reprochado el preguntar si el existencia-
propia felicidad, en nombre de la solidaridad lismo era un humanismo. Se me ha dicho: ha

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filosofía

escrito usted en La Náusea que los humanis- to, está en el corazón y en el centro de este
tas no tienen razón, se ha burlado de cierto rebasamiento.
tipo de humanismo; ¿por qué volver otra vez No hay otro universo que este uni-
a lo mismo ahora? En realidad, la palabra verso humano, el universo de la subjetividad
humanismo tiene dos sentidos muy distintos. humana. Esta unión de la trascendencia,
Por humanismo se puede entender una teoría como constitutiva del hombre no en el sen-
que toma al hombre como fin y como valor tido en que Dios es trascendente, sino en el
superior. Hay humanismo en este sentido en sentido de rebasamiento y de la subjetividad
Cocteau, por ejemplo, cuando, en su relato en el sentido de que el hombre no está en-
Le tour du monde en 80 heures, un personaje cerrado en sí mismo sino presente siempre
dice, porque pasa en avión sobre las monta- en un universo humano, es lo que llamamos
ñas: el hombre es asombroso. Esto significa humanismo existencialista. Humanismo
que yo, personalmente, que no he construido porque recordamos al hombre que no hay
los aviones, me beneficiaré con estos inventos otro legislador que él mismo, y que es en el
particulares, y que podré personalmente, desamparo donde decidirá de sí mismo; y
como hombre, considerarme responsable y porque mostramos que no es volviendo hacia
honrado por los actos particulares de algu- sí mismo, sino siempre buscando fuera de sí
nos hombres. Esto supone que podríamos un fin que es tal o cual liberación, tal o cual
dar un valor al hombre de acuerdo con los realización particular, como el hombre se
actos más altos de ciertos hombres. Este realizará precisamente como humano.
humanismo es absurdo, porque sólo el pe- De acuerdo con estas reflexiones
rro o el caballo podrían emitir un juicio de se ve que nada es más injusto que las obje-
conjunto sobre el hombre y declarar que el ciones que nos hacen. El existencialismo no
hombre es asombroso, lo que ellos no se pre- es nada más que un esfuerzo por sacar todas
ocupan de hacer, por lo menos que yo sepa. las consecuencias de una posición atea cohe-
Pero no se puede admitir que un hombre rente. No busca de ninguna manera hundir
pueda formular un juicio sobre el hombre. al hombre en la desesperación. Pero sí se
El existencialismo lo dispensa de todo juicio llama, como los cristianos, desesperación
de este género; el existencialista no tomará a toda actitud de incredulidad, parte de la
jamás al hombre como fin, porque siempre desesperación original. El existencialismo no
está por realizarse. Y no debemos creer que es de este modo un ateísmo en el sentido de
hay una humanidad a la que se pueda rendir que se extenuaría en demostrar que Dios no
culto, a la manera de Augusto Comte. El cul- existe. Más bien declara: aunque Dios existie-
261
to de la humanidad conduce al humanismo ra, esto no cambiaría; he aquí nuestro punto
cerrado sobre sí, de Comte, y hay que de- de vista. No es que creamos que Dios existe,
cirlo, al fascismo. Es un humanismo que no sino que pensamos que el problema no es el
queremos. de su existencia; es necesario que el hombre
Pero hay otro sentido del huma- se encuentre a sí mismo y se convenza de que
nismo que significa en el fondo esto: el hom- nada pueda salvarlo de sí mismo, así sea una
bre está continuamente fuera de sí mismo; prueba válida de la existencia de Dios. En
es proyectándose y perdiéndose fuera de sí este sentido, el existencialismo es un optimis-
mismo como hace existir al hombre y, por mo, una doctrina de acción, y sólo por mala
otra parte, es persiguiendo fines trascenden- fe, confundiendo su propia desesperación
tales como puede existir; siendo el hombre con la nuestra, es como los cristianos pueden
este rebasamiento mismo, y no captando los llamarnos desesperados. ❋
objetos sino en relación a este rebasamien-

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