Video Expo Sociales
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«En casi todos los parámetros posibles que se analicen, y en todas las áreas de
los derechos humanos: económicos, sociales y culturales, así como los civiles
y políticos, Myanmar ha sufrido un enorme retroceso,» declaró el Jefe de
Derechos Humanos de las Naciones Unidas Volker Türk.
Según afirman fuentes fiables, al menos 2,890 personas han resultado muertas
a manos de los militares y de otros que colaboran con ellos, de las cuales al
menos 767 habían sido previamente detenidas. Esta viene a ser con certeza
una infravaloración del número real de civiles muertos como resultado de las
acciones militares. Otros 1.2 millones de personas han sido desplazadas
internamente y más de 70,000 han abandonado el país, uniéndose a otro
número superior al millón de personas.
«Debemos encontrar una salida a esta situación catastrófica, la cual nos deja a
diario escenas de mayor sufrimiento humano y de violaciones de derechos,»
«Dos de las condiciones fundamentales que se acordaron: detener todo acto de
violencia y permitir el acceso de ayuda humanitaria, no se han cumplido. De
hecho, hemos sido testigos de todo lo contrario. La violencia está fuera de
control y se ha restringido en gran medida la ayuda humanitaria.» Volker
Türk.
El Alto Comisionado señaló otras medidas que serían cruciales para conseguir
unos cimientos políticos para resolver esta crisis: la puesta en libertad de todos
los prisioneros y prisioneras políticos, incluyendo a la Consejera de Estado
Aung San Suu Kyi y al Presidente U Win Myint, tal como solicitó el Consejo
de Seguridad de las Naciones Unidas; un diálogo inclusivo con todas las
partes, en el que participen tanto la Presidencia de la ASEAN como el Enviado
Especial de las Naciones Unidas; así como permitir un acceso significativo al
país a la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas con el objeto
de que supervisen la situación de manera independiente e imparcial.
«El restaurar el respeto por los derechos humanos es clave para acabar con esta
crisis, para terminar con esta situación donde los generales de Myanmar están
tratando de apuntalar por la fuerza bruta un sistema de décadas de funcionamiento
en base al cual no tienen que obedecer a nadie fuera del poder militar,»
«¿Cómo puede un militar que afirma defender un país, haber llevado a su propio
pueblo, que integra a todos los sectores de la rica y diversa sociedad de Myanmar, a
tal punto de desesperación?»
«El mes pasado, el Consejo de Seguridad se unió para adoptar una resolución
pionera que exigía un final inmediato a la violencia, entre otros pasos urgentes.
Ahora ha llegado el momento de que el mundo se una y adopte medidas conjuntas
para detener los asesinatos, proteger al pueblo de Myanmar y garantizar el respeto
por sus derechos humanos universales.»