Science">
Lectura 1
Lectura 1
Lectura 1
«La verdadera función social de la filosofía reside en la crítica de lo establecido […]. La meta
principal de esta crítica es impedir que los hombres se abandonen a aquellas ideas y formas
de conducta que la sociedad en su organización actual les dicta. Los hombres deben aprender
a discernir la relación entre sus acciones individuales y aquello que se logra con ellas, entre
sus existencias particulares y la vida general de la sociedad, entre sus proyectos diarios y las
grandes ideas reconocidas por ellos.»
HORKHEIMER, M.: «La función social de la filosofía» (1940),
en Teoría crítica, Buenos Aires, Amorrortu, 1974.
Actividad introductoria
Coro:
¿Quiénes somos?, ¿De dónde venimos?
¿A dónde vamos?
¿Estamos solos en la galaxia
O acompañados?
Luego de analizar la canción, responde:
¿Y si existe un más allá?
¿Y si hay reencarnación? 1. ¿Crees que son necesarias/importantes las
preguntas que se realizan en la canción? ¿Por
[Coro] qué?
2. ¿Te habías realizado alguna de esas preguntas
¿Qué es el ser?, ¿Qué es la esencia? antes?
¿Qué es la nada?, ¿Qué es la eternidad? 3. ¿Cuáles fueron las respuestas que obtuviste?
¿Somos alma?, ¿Somos materia? ¿De qué tipo fueron? ¿Quién te las facilitó?
¿Somos sólo fruto del azar? 4. ¿Crees que alguien podría dar las respuestas
¿Es fiable el carbono 14? últimas a todas esas preguntas?
¿Es nuestro antepasado el hombre de Orce? 5. ¿Qué es la verdad?
6. ¿Aceptarías respuestas provenientes de
[Coro] diferentes tipos de conocimiento para una
misma pregunta?
¿Y si existe un más allá? 7. ¿Afrontarías el cuestionamiento de tus
¿Y si hay reencarnación? creencias?
8. ¿Crees que tememos más al cuestionamiento
[Coro x2] de nuestras creencias o a que otros nos
juzguen?
Introducción
Desde tiempos inmemoriales, el ser humano, a diferencia de los demás seres que habitan la
tierra, ha gozado de una constante inquietud de saber. Este deseo de escrutar su entorno y de
comprenderse a sí mismo, ha sido una exigencia propia de su ser. Muy atinada es la reflexión
que sobre el particular, realiza el filósofo de la ciencia de origen argentino, Mario Bunge, al
inicio de una de sus obras: “Mientras los animales inferiores sólo están en el mundo, el
hombre trata de entenderlo” (La ciencia, su método y su filosofía, 1959).
A lo largo de la historia del pensamiento humano, en Oriente u Occidente, la humanidad se
ha esforzado por entender el mundo al que pertenece, y al mismo tiempo entenderse ella
misma; algunas veces con acierto, otras no tanto, lo cierto es que, en ese desasosiego por
hallar respuestas que satisfagan su sed de saber, la civilización humana ha debido
experimentar incontables contradicciones; así, a partir de la duda, algunas veces ha
encontrado la razón, de la ignorancia ha hecho emanar la verdad y de la incredulidad ha
resultado la fe. No obstante, en algunas otras ocasiones, el ser humano no ha encontrado más
que vacío y penumbra, cuando pretendió llenar su espíritu de claridad. Si el ser humano tiene
una innata sed de saber, qué mejor forma de cuestionarse quiénes somos y qué hacemos en
este mundo.
La Filosofía no será la única forma por medio de la cual se acceda a la verdad –que es una
sola, pero tiene muchas manifestaciones– sin embargo, constituye una visión crítica de la
realidad, desprovista de concepciones míticas y sensacionalistas; ésa, es la visión que se
desea presentar en estos Apuntes de Filosofía.
A lo largo del devenir histórico de la humanidad, la civilización ha buscado respuestas que
satisfagan sus múltiples inquietudes. El presente escrito es sólo un esfuerzo más de esa
inquietante pasión del ser humano por la búsqueda de la verdad, en aras de comprender el
mundo que le rodea, comprenderse a sí mismo, e intentar entender la trascendencia. Si se
logra una parte, al menos, de estos propósitos, el esfuerzo ha valido la pena… (Apuntes de
filosofía, 2016)
Tipos de conocimiento
La historia de la humanidad empezó hace cientos de miles de años y prácticamente desde que
el ser humano empieza a tener conciencia del mundo, de las cosas que le rodean, conciencia
de sí mismo, de los demás; busca intensamente explicaciones que le satisfagan; en ese intento
de encontrar explicaciones nacen diferentes tipos de conocimiento; precisamente por la
necesidad de descubrir, desentrañar, interpretar y explicar la realidad.
«Nadie puede negar que la historia humana es la historia de cómo el ser humano descubre,
interpreta y explica la realidad.»
Sin embargo, este intento de explicar la realidad, antes de llegar a la filosofía, pasó por etapas
previas; pues la evolución del pensamiento humano fue lenta. El ser humano debió dominar,
previamente, otras cosas vinculadas con
su subsistencia, como el clima, sus
necesidades primarias, crear el lenguaje,
etc.
Piensa en cómo fue la vida de nuestros
antepasados primitivos, e imagínate cómo
intentarían explicar el mundo...
En efecto, para llegar al pensamiento
filosófico el ser humano tuvo de superar
muchas cosas, pues todo lo que le rodeaba
le era desconocido y sus experiencias con
la realidad eran limitadas; pero a partir de
ello, empieza a construir las
explicaciones, que reflejan su actitud ante la realidad. El resultado de estas explicaciones son
los diferentes tipos de conocimientos que manejamos hasta nuestros días, cada uno de los
cuales ha contribuido de manera única a nuestra comprensión del cosmos y de nosotros
mismos, estos son:
A. El mito y la magia
Fue el primer intento de explicar la realidad y debió perdurar muchos años. Su característica
es que en este período el ser humano explica su medio, acudiendo a “mitos” que se
transmitían de generación en generación, eran explicaciones sin mucho fundamento que
incluso llegaban a atribuir a ciertos fenómenos como la lluvia o el fuego características de
seres vivos, es decir, animistas; ahora esto nos parece irrisorio, pero pensemos un poco, cómo
el hombre primitivo podría explicarlos. Aunque resulte difícil de pensar, estas explicaciones
fueron los inicios rudimentarios del pensamiento científico y filosófico.
Uno de los mitos que más importancia ha tenido a la largo de la historia occidental ha sido el
mito de Adán y Eva, escrito en el libro del Génesis de la Biblia. En este mito, Eva ocupa el
lugar central de la historia, representando dos papeles muy importantes: por un lado, es la
primera mujer de la historia y, por otro, es la que se deja llevar por el despertar de la
curiosidad a la hora de morder una fruta que le había
sido prohibida sin recibir explicación alguna a cambio.
Una curiosidad que se convertirá en la actitud filosófica
por excelencia.
Desde una perspectiva teológica, esta historia es
fundamental para muchas tradiciones religiosas y se
interpreta como un relato sobre el origen de la
humanidad, el pecado, y la necesidad de la redención.
Sin embargo, en muchas culturas, los mitos también son
considerados como formas de transmitir sabiduría,
valores y explicaciones sobre el mundo que van más
allá de la simple narración de eventos históricos.
En este contexto, el mito no implica necesariamente una
historia falsa, sino más bien un relato simbólico que busca explicar aspectos fundamentales
de la existencia humana, la naturaleza, o la relación entre los humanos y lo divino.
Otro ejemplo clásico de mito es el mito de Prometeo, que proviene de la mitología griega.
Prometeo era un titán conocido por su astucia y su afinidad con los seres humanos. Según la
historia, después de crear a los seres humanos a imagen de los dioses, Prometeo deseaba
otorgarles conocimiento y habilidades para mejorar sus vidas.
En un acto de desafío contra la voluntad de
Zeus, el dios supremo, Prometeo robó el
fuego de los dioses y lo entregó a los
humanos. El fuego simboliza el
conocimiento y la civilización. Como castigo
por este acto, Zeus condenó a Prometeo a un
castigo eterno: ser encadenado a una roca,
donde un águila (o buitre, dependiendo de la
versión del mito) lo devoraría diariamente,
solo para que su hígado volviera a
regenerarse durante la noche.
Este mito de Prometeo aborda temas fundamentales como la rebelión contra la autoridad
divina, la generosidad hacia los seres humanos, y el sufrimiento como consecuencia de
desafiar el orden establecido. A lo largo de la historia, el mito de Prometeo ha sido
interpretado y reelaborado en diversas formas literarias y artísticas, convirtiéndose en un
relato fundamental dentro de la mitología griega y una reflexión sobre el papel de la
humanidad en el universo.
Por otro lado, el misticismo y lo sobrenatural dan forma a un conocimiento mágico,
buscando controlar fuerzas invisibles mediante rituales y prácticas específicas. Cabe
mencionar que el pensamiento mágico ha estado presente en diversas culturas y períodos de
la historia humana. Este tipo de pensamiento se caracteriza por la creencia en la existencia
de conexiones causales no racionales, donde acciones simbólicas o rituales pueden influir en
eventos a distancia de manera inexplicable desde una perspectiva científica.
El pensamiento mágico a menudo se asocia con las primeras etapas del desarrollo humano,
cuando las explicaciones sobre los fenómenos naturales eran principalmente mitológicas o
místicas. En las sociedades antiguas, las prácticas mágicas estaban intrínsecamente ligadas a
la religión y al intento de influir en las fuerzas sobrenaturales para obtener beneficios o
protección.
Por ejemplo, en la antigua Mesopotamia, Egipto, Grecia y Roma, así como en las culturas
indígenas de América y África, se encuentran ejemplos de pensamiento mágico en forma de
rituales, amuletos y hechizos. En estas sociedades, la magia estaba integrada en la vida
cotidiana y se utilizaba para explicar eventos, prevenir desgracias o buscar favores divinos.
El pensamiento mágico también jugó un
papel importante en la Edad Media,
especialmente durante la época de la brujería
y la alquimia. Se creía en la existencia de
fuerzas ocultas y prácticas místicas que
podrían alterar la realidad. Sin embargo, es
importante señalar que el pensamiento
mágico no se limita a un periodo específico;
ha persistido en diversas formas a lo largo de
la historia y, en algunos aspectos, sigue
presente en ciertos aspectos de la sociedad
contemporánea. En la actualidad, aunque
muchos aspectos del pensamiento mágico
han sido reemplazados por explicaciones
científicas, aún pueden encontrarse
manifestaciones en tradiciones culturales,
supersticiones y prácticas espirituales.
B. La religión
Con el desarrollo de las civilizaciones, los sistemas de conocimiento religioso emergieron,
ofreciendo respuestas al propósito de la vida y estableciendo normas éticas para la
convivencia. Las religiones se convirtieron en un faro moral y espiritual, influyendo en la
configuración de sociedades y estructuras políticas.
En la antigüedad, la religión se
La religión
manifestó de una manera diferente a
las religiones que conocemos hoy
El conocimiento religioso se caracteriza porque el en día. El pueblo griego no contó
ser humano explica la realidad o los fenómenos
con textos sagrados; así, los poemas
que le son desconocidos atribuyéndolos a seres
fuera del contexto en que vivimos (divinidades). homéricos de La Ilíada y La Odisea
y los de Hesíodo tales como
Teogonía y Los Trabajos y los días,
constituyeron para los griegos un eficaz sustento espiritual, es decir, representaron para los
antiguos helenos lo que para el judaísmo representó La Thorá, o libro de la Ley, y en general,
el Antiguo Testamento para todos los hebreos. (Apuntes de Filosofía, 2016)
En Homero y Hesíodo, el ser humano, la naturaleza y en general todo cuanto existe tienen
una relación íntima con lo divino, porque nada sucede sin la intervención de los dioses. Zeus,
Poseidón, Apolo, Afrodita, entre otras son fuerzas naturales que se personifican o se les da
una forma humana, con todas las cualidades propias del ser humano. En todo caso, los dioses
son entidades que poseen las mismas cualidades que tiene cualquier persona en particular;
pero amplificadas e idealizadas.
Es importante subrayar que “los dioses griegos están situados dentro del mundo; son
descendientes del cielo y de la tierra, las dos mayores y más relevantes partes del universo;
y se generan por obra del ingente poder de Eros, el cual pertenece igualmente al mundo como
una primera fuerza omnigeneratriz. Están, pues, sujetos a lo que llamaríamos una ley natural,
aun cuando el espíritu hipostático de Hesíodo se representa esta ley como un dios entre otros
más bien que como un principio gobernador de todas las cosas. Pero en la concepción
hesíodica encontramos ya el germen de la búsqueda de un principio natural único con que
nos tropezamos en los filósofos posteriores”. (La teología de los primeros filósofos, 1992)
Por tanto, lo que la religión pretende es elevarse por encima de su propio origen humano;
dicho de otro modo, exige a todo ciudadano precisamente el no pretender ir más allá de su
propia condición o existencia humana. (Introducción a la filosofía, 1994)
Posteriormente, al suscitarse la dominación romana, poco antes del siglo II a. C, que arrasó
con buena parte de la cultura griega, la mitología romana terminó siendo una adaptación de
la cultura mítica griega a la Roma imperial (ver cuadro); por lo que la mitología del imperio
va a prevalecer por encima de la cultura griega, aun cuando fue esta última su fuente primera.
Mitología greco-romana
Nombre griego Nombre romano Símbolo Representa a:
Zeus Júpiter Águila/rayo Poder
Hera Juno Pavo real Matrimonio
Deméter Ceres Gavilla/hoz Agricultura
Poseidón Neptuno Tres dientes El mar
Hestia Vesta Fuego Virtudes familiares
Hades Plutón Cuerno La muerte
Atenea Minerva Lechuza/olivo Inteligencia
Hermes Mercurio Alas Comercio
Ares Marte Casco/lanza La guerra
Afrodita Diana Paloma Amor-belleza
Apolo Febo Arco/lira Artes-letras
Artemisa Diana Ciervo Caza-pureza
Dionisos Baco Copa Vino
Eros Cupido Corazón atravesado Amor
La filosofía es un saber racional que parte del ser humano y supone la razón, la teología, en
cambio, es un saber divino-humano que supone la fe, que, al modo bíblico de la Carta a los
Hebreos: es garantía de lo que se espera, y prueba de las realidades que no se ven (Hb. 11,1).
El saber filosófico supone el ejercicio de la razón; mientras en la teología se está sujeto a un
dogma, en la filosofía no se está “amarrado” a nada, más que a la razón misma como agente
esencial. La certeza de que el saber racional es autónomo, no está sometido al juicio de una
revelación divina, como sí lo está la teología.
No obstante, de ninguna manera se debe suponer que por observarse marcadas diferencias
entre filosofía y teología, ambos tipos de saber son incompatibles. La teología y la filosofía
son distintas, pero no son excluyentes entre sí. No debe considerarse que porque alguien es
creyente no puede al mismo tiempo cuestionarse alguna verdad, echando mano así, de
alguna argumentación filosófica; y, al mismo tiempo es incorrecto pensar que porque
alguien es filósofo, o realiza alguna actividad ligada con la filosofía, deba ser necesariamente
ateo. En todo caso, la filosofía no es atea en sí misma; ateos son algunos filósofos, aquellos
que proponen una serie de filosofías o doctrinas que contradicen verdades religiosas, cosa
muy distinta a generalizar la tendencia religiosa de los filósofos.
Por lo menos, desde una perspectiva filosófica con orientación teísta, si alguien preguntara
por qué creer en Dios, una respuesta podría ser porque es más fácil aceptar la creencia en el
Ser Superior por la fe, que negarlo por la razón. Si alguien argumentara una razón para
negar a Dios, bien se pueden argumentar mil motivos para creer en Él; y, por el contrario, si
alguna persona sentenciara mil razones para no creer en Dios, se le dirá que una sola razón
es suficiente para aceptar que él existe, y esa razón es que existe el hombre. Esta concepción
tan cartesiana, es un acto de fe y al mismo tiempo una argumentación muy humana, y, por
qué no, hasta filosófica, presente en muchos filósofos, pensadores, científicos e ideólogos a
lo largo de la historia.
La historia ha sido testigo de cómo grandes filósofos fueron hombres de fe, tal es el caso de
San Agustín, obispo de Hipona, converso del paganismo y de corrientes neoplatónicas, que
fue también ejemplar pastor de almas y filósofo renombrado, dentro de la historia
eclesiástica y en los anales de la historia universal. Vigente y ejemplar además es la vida y
obra teológica y filosófica de Santo Tomás de Aquino, por muchos siglos el teólogo y filósofo
oficial de la Iglesia Católica. Caso similar se presenta con Karol Wojtyla, nombre de pila del
papa Juan Pablo II. Él, que en su juventud estudió y enseñó filosofía, es un destacado escritor
de obras filosóficas y asiduo lector de autores ateos como Nietzsche y Marx, fue por más de
un cuarto de siglo el líder espiritual de más de mil millones de católicos en todo el mundo;
su vida fue extraordinaria, por sus dotes intelectuales y su probada espiritualidad.
Los anteriores son solamente algunos ejemplos de cómo se puede ejercitar el saber
haciendo uso de la filosofía y la teología; se destaca que entre ellas existe diferencia, pero
hay suficientes coincidencias para bien del permanente cuestionamiento que hace el ser
humano de todo cuanto lo rodea, y que tanto la filosofía puede estar al servicio de Dios,
como la teología puede estar al servicio de las personas. Si alguien quiere hoy, en pleno siglo
XXI, seguir haciendo la guerra entre religión y filosofía, será más por ignorancia y
terquedad, o por ingenuidad y necedad, porque no hay motivo razonable que exija la
separación a ultranza de ambas orientaciones que, como dijimos, tienen como propósito,
interpretar la verdad aunque por caminos distintos. (Apuntes de filosofía, 2016)
D. Conocimiento científico
Como se ha mencionado, el desarrollo de los tipos de conocimiento anteriores sentó las bases
para que finalmente surgiera el conocimiento científico, impulsado por el método científico
basado en la observación y la experimentación. Este enfoque transformador permitió
comprender el mundo de manera objetiva y verificable, dando lugar a avances tecnológicos
significativos que han remodelado la sociedad y mejorado nuestras vidas.
La ciencia es un saber descriptivo que
nos dice cómo son las cosas y,
dependiendo de los contenidos y los
fenómenos que estudian, se distinguen
unas de otras. Así, la medicina se ocupa
de la salud del cuerpo; la psicología, de la
mente y de sus manifestaciones en la
conducta del ser humano; la ecología, del
orden que hay o debe haber entre los
organismos vivos y el medio ambiente; la
geología, de la estructura de la que está
compuesta la Tierra, etc. En definitiva, esta clase de saber es sectorial, ya que se ocupa de
parcelas de la realidad, progresa y nos aporta información, es experimental, intersubjetivo,
crítico y útil en determinados aspectos vitales para el desarrollo humano. (Filosofía, 2019)
La filosofía, por su parte, tiene como objeto, no el dar respuestas sino más bien el hacerse
preguntas. Por ello se dice que mientras la ciencia es un eterno responder, la filosofía es un
eterno preguntar, es un eterno cuestionamiento, sobre la vida, sobre la existencia, sobre el ser
humano, sobre el comportamiento, sobre el bien, sobre el mal, sobre lo bello y lo sublime,
en fin, sobre el ser y sobre el conocer.
La ciencia da respuestas, pero estas abarcan siempre campos concretos de la realidad. ¿Cómo
se reproducen los animales y las plantas? ¿Cómo se transmite la herencia? ¿Cómo reaccionan
químicamente unas sustancias con otras? ¿Cómo se relacionan la masa y la aceleración para
originar fuerzas físicas? ¿Cómo interactúan los astros en el
espacio-tiempo universal? La filosofía, en cambio, se
pregunta, se cuestiona, no por campos particulares de esa
realidad sino por la esencia misma de la realidad, y aunque
responde, su propósito mismo no está tanto en la respuesta que
da sino en el cuestionamiento mismo.
Pero si bien la ciencia es la que da respuestas y la filosofía la
que se hace preguntas, se acepta que la última de las
respuestas, la respuesta en ultimidad, la respuesta final,
siempre la dará la filosofía. Por ello entonces, está en la
naturaleza del filósofo el hacerse preguntas, y en la del
científico, el dar respuestas. La respuesta que aún no se ha
dado, eso sí, la dará la filosofía.
Bien dice entonces Antonio González que la filosofía, como saber racional, comienza
justamente donde terminan las ciencias, porque el filósofo es justamente, alguien que se
pregunta por la raíz misma de las ciencias.
Otra diferencia fundamental entre Diferencias
filosofía y ciencia es el método que
La filosofía explica que
utilizan. La ciencia trabaja usando el Las ciencias explican las
haya cosas, lo cual ya es
cosas unas por otras. Su
llamado método científico, que más difícil. Su pregunta es:
pregunta es: ¿Cómo son las
incluye tanto la inducción (ir de lo ¿Qué son las cosas? ¿Por
cosas?
qué hay cosas?
particular a lo general), como la
deducción (ir de lo general a lo Las ciencias dan respuestas. La filosofía se hace
particular). El método científico no es Logran conocimientos preguntas. No hay
imperiosamente ciertos y unanimidad alguna acerca
una receta fija, cerrada, esquemática, aceptados universalmente. de lo que conoce.
compuesta de pasos secuenciales
invariables e inmodificables; es más El conocimiento filosófico
El conocimiento científico
bien una guía de trabajo, una brújula, no tiene un carácter
tiene un carácter progresivo.
progresivo. ¿Por qué
que se va construyendo y modificando ¿Cómo nacemos? Desde
nacemos? Muy poco se ha
Hipócrates a la actualidad se
en el curso mismo de la investigación, avanzado desde Platón
ha cambiado y avanzado
y que sólo exige cumplir con tres hasta la actualidad.
mucho.
requisitos: Rigor, apertura y
continuidad.
La filosofía en cambio tiene como método fundamental a la intuición. Cabe hacer algunas
aclaraciones a esto. Se reconocen tres métodos históricos en la filosofía:
a) La mayéutica (Sócrates); esto es, conocer preguntando;
b) La dialéctica (Platón); esto es, conocer dialogando; y
c) La lógica (Aristóteles); esto es, conocer demostrando. (Apuntes para el estudio de
la filosofía, 2010)
Ciencia Filosofía
¿Qué se pregunta? ¿Cómo es el cuerpo humano? ¿Qué estoy haciendo yo aquí?
¿Cómo está constituido el ¿Adónde iremos? ¿Quisimos o no
universo? ¿Cómo reaccionan los quisimos nacer? ¿Cuál es nuestro
ácidos con los metales? ¿Cómo papel en la existencia? ¿Preceden las
se estructuran los minerales? cosas a los conceptos universales o
los conceptos universales preceden
a las cosas?
¿Qué tipos de Los ácidos reaccionan violenta y El hombre es un no-poder-no. El
respuestas da? espontáneamente con los hombre es un ente caído. Todo viene
metales. Los cristales se del agua. Existe la idea. Pienso, luego
estructuran de acuerdo a leyes. existo. Yo sólo sé que no sé nada. El
El universo está constituido por hombre es un ser-en-situación. Los
Hidrógeno y Helio en su mayor universales preceden a las cosas.
proporción.
¿Es la filosofía opuesta a la ciencia?
El filósofo de la ciencia italiano Evandro Agazzi dice que, en la actualidad, las ciencias
buscan también asumir el punto de vista de la totalidad, no sólo en la interpretación de sus
resultados teóricos sino también en la construcción de las propias teorías científicas. La
ciencia exige la coherencia lógica necesaria para que sus resultados sean compatibles con
ciertos criterios muy generales de inteligibilidad. Pero la totalidad es precisamente lo que
caracteriza la perspectiva filosófica en sentido lato y la perspectiva metafísica en particular.
Por separado, las respuestas entonces lucen inconclusas; solo juntas, ciencia y filosofía, y
por qué no, también otras formas de conocimiento, podrían llegar a mayores y más
aceptables aproximaciones. (Apuntes para el estudio de la filosofía, 2010)
E. El arte
El arte es un tipo de conocimiento diferente de la forma de conocimiento más académica y
conceptual, que ofrece una comprensión única y significativa del mundo que nos rodea.
Como expresión creativa, el conocimiento artístico, ha sido un medio para reflejar
emociones, cultura e identidad. Por lo que sus productos, obras artísticas, han contribuido a
la comprensión de la experiencia humana, siendo fuente de inspiración y reflexión.
El arte no se limita al
conocimiento intelectual. Gracias
a sus diferentes expresiones (la
pintura, la música, la literatura, la
danza, la escultura, etc.), el arte
tiene la capacidad de expresar y
comunicar emociones,
pensamientos y experiencias
humanas de una manera más
sensorial y visceral, que va más
allá de las palabras o el lenguaje hablado. A través de la estética, el ritmo, el color, el sonido
y el movimiento, el arte puede despertar una gama de respuestas emocionales y físicas que
causan un gran impacto. De esta manera, el arte puede invitar a la interpretación y al análisis,
y dar paso a una comprensión más profunda de temas complejos y abstractos.
Además, a través de la imaginación y la creatividad, el arte brinda la capacidad de crear
mundos imaginativos y ficticios, lo cual, como ya se dijo con el mito, a pesar de ser un
conocimiento que carece de rigurosidad, contribuye sustancialmente a expandir nuestra
comprensión de la realidad.
Por otra parte, la exploración de esas ideas y realidades alternativas puede conllevar desafiar
nuestras percepciones convencionales sobre esa realidad, lo que también puede interpretarse
como cuestionamiento del statu quo. Por lo que, muchos artistas utilizan sus obras para
transmitir no solo mensajes espirituales y
filosóficos que provocan reflexiones sobre la
condición humana y la naturaleza del mundo,
sino también aprovechan la oportunidad de
convertirlas en poderosas formas de transmitir
mensajes de crítica social y política, que
desafían las normas establecidas y cuestionan
las estructuras de poder. En ese sentido, el arte
puede tener la capacidad de provocar el cambio
y transformar la cultura de una sociedad, si así
se desea.
En conclusión, el arte puede ser considerado como un tipo de conocimiento que enriquece
nuestra comprensión del mundo y nos permite explorar y expresar la complejidad de la
experiencia humana de maneras únicas y significativas.
Arte Filosofía
Medio de Los artistas utilizan una Los filósofos expresan sus ideas
Expresión variedad de medios y formas de principalmente a través de la
expresión, desde la pintura y la escritura y el discurso
escultura hasta la música y la argumentativo. Utilizan el
literatura, para comunicar su lenguaje y la lógica para explorar y
visión del mundo y su explicar conceptos abstractos y
experiencia personal. teorías filosóficas.
G. Sentido común
Entre todos estos, el conocimiento de sentido común, basado en la experiencia cotidiana y el
sentido práctico, ha sido un hilo conductor. Es el saber inherente que guía las decisiones
diarias, aportando una comprensión intuitiva del mundo que nos rodea.
El sentido común es un nivel o modo de conocimiento que está al alcance de toda persona.
No sucede esto con, por ejemplo, la filosofía y la ciencia, y algunas veces, con la fe. El ser
humano normalmente accede al conocimiento por medio del sentido común, utilizando la
sensibilidad en mucho mayor grado que la inteligencia y la razón. La ciencia nos enseña
cómo son las cosas; la filosofía, qué son las cosas; y el sentido común, cómo aparecen, como
parecen las cosas; y este es un conocimiento importante, aunque no sea definitivo ni
completo. Puede ser que la ciencia y la filosofía sean conocimientos más profundos, pero
probablemente no sean más importantes.
Por ello, es rechazable identificar al conocimiento por el sentido común como un “saber
vulgar”, forma con la que a veces se le conoce y con la cual se le sabe identificar. Este “saber
vulgar” es propio, dice Galindo Pohl, de un “estado inferior”, carece de sistema, de relación
ordenada, de método, aunque ya tiene una noción rudimentaria de la causalidad. Sin embargo,
pese a los “factores que lo enturbian”, en el “saber vulgar” hay un saber auténtico, una
cantidad limitada de verdades objetivamente válidas, y aunque hay en él ingenuidad, es un
fiel trasunto de la realidad. Sancho Panza es un magnífico ejemplo de “saber vulgar”,
termina diciendo este autor. El sentido común es, al contrario, simplemente una forma de
búsqueda de la verdad, de conocimiento de la realidad, un nivel de verdad de las cosas, sin
el cual, las personas no tendríamos la posibilidad de supervivencia.
Sancho Panza, el fiel escudero de Don Quijote en la famosa novela Don Quijote de la
Mancha escrita por Miguel de Cervantes, es comúnmente considerado un excelente
ejemplo de sabiduría popular o sentido común por varias razones:
• Pragmatismo y Realismo: Sancho Panza es conocido por su pragmatismo y realismo,
en contraste con la idealización del mundo de Don Quijote. A menudo ofrece
observaciones y consejos basados en su experiencia práctica y su comprensión de la
vida cotidiana, lo que refleja la sabiduría acumulada a través de las experiencias
comunes de las personas. Además, su comprensión instintiva de lo que es posible y
razonable en situaciones dadas lo convierte en un contrapunto efectivo al idealismo del
caballero andante.
• Conocimiento de la Naturaleza Humana: en la obra literaria, el personaje manifiesta
una profunda comprensión de la naturaleza humana y de las motivaciones de las
personas que lo rodean. A menudo es capaz de discernir las verdaderas intenciones de
otros personajes y anticipar las consecuencias de sus acciones, lo que sugiere una
perspicacia basada en la observación y la intuición.
• Valores Tradicionales: finalmente, Sancho Panza personifica muchos valores
tradicionales asociados con el sentido común, como la prudencia, la lealtad, la humildad
y el respeto por las normas sociales establecidas. Estos valores se reflejan en su
comportamiento y sus decisiones a lo largo de la novela.
Probablemente pueda considerarse al conocimiento por el sentido común como un
conocimiento provisional, no reflexivo, o precientífico. En todo caso, el anterior sería un
juicio siempre relativo. Es producto de un tipo de certeza casi natural, común a todos,
utilizado aún por los que lo niegan y dicen no aceptarlo. Ya que con él, las personas se hacen
una idea del mundo, del universo, adquieren conciencia de su propio yo, establecen un
determinado grado de orden entre las cosas, y de alguna manera se interrogan por el origen
y la causa de las cosas y de todo. Además, el ser humano habla y se comunica utilizando en
mucho mayor grado el sentido común, por lo que se puede decir que este es el recurso más
importante de su discurso.
Ciertamente, por el alto grado de
irreflexividad e irracionalidad que le
acompaña, a menudo el sentido común
se impurifica por la influencia de la
cultura, de los códigos simbólicos que
acompañan a toda persona. Por ello
normalmente se le considera justamente
como una mera opinión, parte de la
doxa platónica. Pero, ¿Cómo rechazarlo
si la filosofía precisamente arranca de la
admiración y de la necesidad de
explicación de una realidad que en su
primer instante se le revela por medio de los sentidos y de la experiencia directa? E incluso,
¿acaso la ciencia no plantea soluciones a interrogantes que responden a ese tipo de necesidad
de explicación? Luego, y como ya ha sucedido con la fe, la filosofía y la ciencia, antes que
plantear un rechazo al conocimiento por el sentido común, debe aceptársele como
complementario, como ayuda, como recurso. Y es que a los filósofos y a los científicos, en
muchos casos, el sentido común y la fe parecieran disgustarles. (Apuntes para el estudio de
la filosofía, 2010)
Entre los temas que inquietaron a los griegos se encuentran los fenómenos de la naturaleza
que por sus características contrarias juegan un papel importante en la realidad, al igual que
las dicotomías que hay en la vida del ser humano y por lo tanto en la sociedad, tales como el
nacimiento y la muerte, el amor y el odio, la guerra y la paz, entre otros ejemplos. Fue
entonces el interés incondicional por la búsqueda del saber lo que movió a los primeros
filósofos a llevar este quehacer como un fin en sí mismo, a través de la razón; ésta permitió
una nueva perspectiva de la realidad, distinta en cierto sentido a la mítico-religiosa, que era
con la cual se explicaba. He aquí el gran paso del mito al logos, cuyo significado de este
último es razón. (Filosofía I, 2016)
La génesis de la filosofía
Fueron estas condiciones de libertad y democracia en la vida política de los griegos las que
hicieron posible el desarrollo libre de las ideas. Esta libertad de que gozan los pueblos griegos
habría que contrastarla con los pueblos del Oriente, donde los ciudadanos se ven sujetos al
poder religioso y político que limita el desarrollo del pensamiento y de la cultura.
En fin, son los grandes cambios económicos y políticos posteriores a las Guerras Médicas
(490-479 a. de C.) los que permitieron en Arenas el florecimiento de la filosofía y de la
cultura. (Introducción a la filosofía, 1994)
Tal como se ha señalado, la religión en la antigua Grecia estaba basada en mitos y leyendas
que explicaban el origen del mundo y la vida humana, al tiempo que era una sociedad
pluralista en términos religiosos. Esto quiere decir que contaban con una amplia variedad de
dioses y cultos adorados en diferentes regiones y ciudades-estado. Esta diversidad religiosa
creó un ambiente propicio para la exploración intelectual y el cuestionamiento de las
creencias tradicionales, ya que los griegos estaban expuestos a diferentes puntos de vista
religiosos y tenían la libertad de adoptar ideas nuevas y diferentes.
Las dudas y cuestionamientos que surgieron sobre las explicaciones mitológicas,
especialmente entre los pensadores más críticos llevaron a la búsqueda de respuestas
racionales y lógicas a través de la filosofía, en lugar de aceptar los mitos como verdades
absolutas.
Debido a lo anterior, los primeros filósofos, al cuestionar y reflexionar sobre la naturaleza de
los dioses y el universo, se aventuraron en territorio religioso, explorando las creencias
religiosas tradicionales a través de preguntas metafísicas y éticas. Esto, con el objetivo de
comprender la existencia y la naturaleza de lo divino a través de la observación del mundo
natural y de la razón. Por lo que los filósofos presocráticos, como Tales de Mileto,
Anaximandro y Anaxímenes, especularon sobre el origen y la naturaleza del cosmos dejando
de lado las explicaciones mitológicas.
Referencias:
Albarrán, M. (1994). Introducción a la filosofía 1. México: McGraw-Hill.
Badía, S. (2010). Apuntes para el estudio de la filosofía. San Salvador: Universidad Don
Bosco.
Lozano, M., Martínez, J., López, M. y Figueroa P. (2019) Filosofía 1° Bachillerato. España:
McGraw-Hill.
Martínez, B. (2016). Apuntes de filosofía. Una introducción al pensamiento filosófico. San
José: Imprenta Nacional.
Morgan, K. y Serrato, S. (2016). Filosofía I. México: Dirección General de Bachillerato.