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Capacitación
Capacitación
Capacitación
La leche materna es el alimento ideal para los lactantes. Es segura y limpia y contiene
anticuerpos que protegen de muchas enfermedades propias de la infancia. Además,
suministra toda la energía y nutrientes que una criatura necesita durante los primeros
meses de vida, y continúa aportando hasta la mitad o más de las necesidades
nutricionales de un niño durante la segunda mitad del primer año, y hasta un tercio
durante el segundo año.
Datos clave
Amamantar por seis meses o más se asocia con una reducción del 19% en el riesgo de
leucemia en la niñez, comparado con un período más corto o con no amamantar.
Los bebés que son amamantados tienen un 60% menos riesgo de morir por síndrome
de muerte súbita infantil, comparados con los que no son amamantados. El efecto es
aún mayor para infantes que reciben lactancia materna exclusiva.
El apego entre madre e hijo aumenta cuando las madres interactúan con sus hijos
mientras amamantan. Períodos más prolongados de lactancia materna se asocian con
respuestas más sensibles de las madres y la seguridad que se genera con el apego.
La duración de la lactancia materna esta positivamente asociada con los
ingresos
El mejor comienzo:
Si la madre y el bebé están sanos, independientemente del tipo de parto que hayan
tenido, es importante que el recién nacido sea colocado encima de su madre, en
estrecho contacto piel con piel y permitirles a ambos mantener dicho contacto, sin
interrupciones ni interferencias, al menos hasta que el bebé haya hecho la primera
toma de pecho, e idealmente durante todo
el tiempo que madre a hijo deseen.
Técnica de la lactancia
La mayoría de los problemas de lactancia se deben a problemas en la técnica de
lactancia, bien por una posición inadecuada, un agarre no correcto o una combinación
de ambos.
Un buen agarre
Una buena técnica de lactancia evita la aparición de complicaciones como grietas y
dolor, vacía correctamente el pecho y permite una producción de leche adecuada para
cada bebé.
Para un buen agarre es importante que todo el cuerpo del bebé esté enfrentado a la
madre, y que al abrir la boca introduzca gran parte de la areola, especialmente por la
parte inferior (donde tiene la barbilla) para que al mover activamente la lengua no
lesione el pezón. Los signos que nos indicarán un buen agarre son: que el mentón del
bebé toca el pecho, que la boca está bien abierta, el labio inferior está hacia fuera
(evertido) y las mejillas estén redondas o aplanadas (no hundidas) cuando succiona.
Además se tiene que ver más areola por encima de la boca que por debajo.
Posturas para amamantar
No existe una única posición adecuada para amamantar, lo importante es que la
madre esté cómoda, que el agarre sea adecuado, y que el bebé esté enfrentado y
pegado al cuerpo de la madre. A continuación te explicamos algunas posturas que
pueden favorecer el inicio de una lactancia feliz y duradera.
Lactancia a demanda
Lactancia a demanda significa ofrecer el pecho siempre que el bebé lo pida, (sin contar
el número de tomas) y todo el tiempo que pida (sin fijarnos en la duración de cada
toma). No es conveniente retirar al bebé del pecho, sino que es preferible que suelte el
pecho espontáneamente.
Los bebés quieren mamar cuando hacen movimientos de chupeteo, bostezan, se
llevan la mano a la boca o hace sonidos de llamada. No es necesario esperar a que
lloren.
Los bebés necesitan agarrarse al pecho no sólo para comer sino también para
tranquilizarse. Por otro lado, cada vez que succiona del pecho, las hormonas de la
lactancia se ponen en funcionamiento, incluso aunque el niño no esté sacando leche.
Para evitar interferencias no se recomiendan el empleo de chupetes ni tetinas, hasta
que la lactancia esté bien instaurada (al menos las primeras 4-6 semanas). Además las
tetinas pueden favorecer un mal agarre y la aparición de grietas.
Tampoco se recomienda el uso de pezoneras de manera sistemática. Sólo en casos
especiales, y prescritas por un profesional experto en lactancia, pueden resultar útiles.
Para el bebé puede ser más fácil encontrar el pezón recubierto por la pezonera, pero le
será más difícil extraer la leche, sobre todo la del final de la toma, que contiene más
grasa.
Cafeína: Se debe evitar el consumo en exceso de café, bebidas con cola, té y chocolate.
Y en todo caso, consumirlos justo después de la toma de pecho. Grandes dosis de
cafeína (más de 3 tazas de café) pueden producir irritabilidad y falta de sueño en el
bebé, aunque en algunos casos se pueden presentar síntomas con dosis más bajas.
Tabaco: el humo del tabaco es muy perjudicial para la salud y el momento del
embarazo y la lactancia puede ser una buena excusa para dejar de fumar. Si resulta
imposible dejarlo, es importante no fumar nunca en presencia del bebé, tampoco
hacerlo dentro de casa y fumar justo después de darle la toma (así estará más alejada
de la siguiente). Siempre será mejor darle el pecho que darle una leche artificial,
porque la lactancia materna disminuye el riesgo de infecciones respiratorias y asma a
las que son más propensos estos bebés. Los hijos de madre o padre fumadores no
deben dormir con sus padres en la misma cama (colecho).
Alcohol: el alcohol también es perjudicial para la salud de la madre y del bebé. El
alcoholismo crónico es incompatible con la lactancia. Aunque tomar vino o cerveza con
moderación no perjudica la salud de la madre, puede perjudicar al bebé amamantado
y es preferible evitarlo. En cualquier caso, no se debe dar el pecho en las 3 horas
siguientes a haber bebido alcohol y no se debe practicar el colecho en estos casos.
Si regresa al trabajo poco después del nacimiento de su bebé, es mejor que haga un
plan de cómo trabajar y amamantar. Busque una guardería o una niñera cerca de su
trabajo y hable con ellos sobre sus planes para amamantar. Puede usar un extractor de
leche para recolectar y almacenar leche para que su bebé tenga mientras está en el
trabajo.
Grietas en el pezón
Al empezar con la lactancia es posible que los pezones estén más sensibles y pueden
producirse grietas, es conveniente:
• Cambiar los discos absorbeleches a menudo y que sean transpirables para que la piel
permanezca seca.
• La mejor prevención es que la postura de la madre y del bebé sea correcta y, sobre
todo, que su boca abarque la mayor parte de la areola.
Si a pesar de todo salen grietas, es importante que los pezones estén secos, no hay que
lavarse tras la toma, sí extraer un poco de leche y extenderla sobre los pezones
dejándolos secar al aire libre, o incluso con aire del secador durante unos segundos. Si
persisten o se observa empeoramiento, acudir a un profesional sanitario para hacer
una valoración y tratamiento.
Conviene diferenciar entre el pecho hinchado, caliente y duro por aumento del flujo
sanguíneo y acumulación de leche, de unos pechos edematosos, brillantes y rojos
propio de los pechos ingurgitados. En el pecho hinchado aplicar antes de las tomas
calor local mediante una ducha, paño o bolsa de agua caliente, facilita la salida de la
leche y reblandece la areola. Incluso antes de la toma puede ser útil vaciarlo un poco
manualmente. Después de la toma aplicar frío local durante unos minutos. Dar de
mamar con más frecuencia y asegurar el buen agarre del bebé al pecho. Si el pecho
está brillante, con zonas enrojecidas, el pezón tan estirado que el bebé puede tener
problemas para agarrarse, la leche no fluye fácilmente, incluso la madre puede tener
unas décimas de fiebre,entonces estamos ante un pecho ingurgitado.
Mastitis
Es una infección en una zona de la mama que la mayoría de las veces ocurre por
sobreinfección de leche retenida y que se manifiesta con dolor, calor y enrojecimiento
de la zona. Es muy importante vaciar totalmente el pecho después de la toma,
orientando la cabecita del bebé hacia la zona inflamada, de forma que la mandíbula
del bebé quede sobre la zona a vaciar y cambiar las posturas a lo largo de las diversas
tomas del día. No es aconsejable interrumpir la lactancia. Ante la sospecha acudir
siempre al médico o médica de familia o matrona, quienes darán las indicaciones y el
tratamiento a seguir.
Cuidados de la madre
Higiene
Alimentación
Suplementos vitamínicos
A pesar de que se consuman grandes cantidades de frutas y verduras, la mayoría de
médicos recomiendan tomar suplementos vitamínicos durante la lactancia.
En función de cada mujer y sus necesidades, es posible seguir con las vitaminas
prenatales o que el médico recete otros complejos multivitamínicos.
En general, las vitaminas y los minerales que no deben faltar durante la lactancia son
los siguientes:
Calcio.-La madre deberá consumir al menos 3 o 4 porciones diarias de alimentos ricos
en calcio (leche, yogur, sardinas, almendras, espinacas o tofu) para conseguir el aporte
necesario, unos 1.000 mg diarios. Para asegurarse que esto se consigue, lo mejor es
tomar un suplemento de calcio.
Vitamina D.-Es importante para el crecimiento de los huesos porque ayuda a absorber
mejor el calcio. No es posible conseguir la cantidad de vitamina D necesaria durante la
lactancia con la alimentación y, por tanto, será necesario un aporte externo.
Además, las mujeres lactantes deben aumentar la ingesta diaria de las vitaminas del
grupo A y B presentes en frutas
y verduras entre un 30 y un
50%, ya que sus requerimientos
aumentan considerablemente
en este periodo.
Bebidas en la lactancia
La hidratación continua es muy importante durante la lactancia para asegurar la
producción de leche diaria.
La leche materna contiene un 85-90% de agua. Por este motivo, se aconseja tomar al
menos 2 litros (8 vasos) de agua al día, aparte de la cantidad de agua proveniente de
frutas y verduras.
El consumo de agua también se puede alternar con otras bebidas como las infusiones,
los zumos naturales, los caldos y las sopas.
Higiene bucodental
Mitos
Anexo