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Salmanticensis 1956 Volumen 3 N.º 1 RECENSIONES

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R E C E N S I O N E S

CAZELLES, GELIN, BOTTE, VERMES, BLOCH, DESCAPMS, DEMANN, TONNEAU, DANtÉLOU, LUNEAU,
CHATiLLON, HUBRY, BLANC, LEROY, MAUBARAc, GADET, Moïse, l'homme de l'alliance.
Tournai, Desclëe, 1955.—406 p.

EspeciaUstas conocidos en diversas materias han contribuido a este segundo volumen


oíblico de «Cahiers Siorüens». Para que el lector pueda darse cuenta del contenido
del libro he aquí temario general: 1) Antiguo Testamento: Moisés ante Ia historia J
en el A. T.; 2) El Judaismo y Moisés: en Pilón y en Ia tradición rabínica; 3) Nuevo
Testamento; Moisés y los Evangeü'os, Moisés y San Pablo: Ia Ley; 4) Tradición cris-
tiana: siria, griega, latina; 5) Liturgia e iconografia; 6) Moisés en el fclam.
Los autores de cada sección son Ia mejor garantía de Ia seriedad científica d* sus
estudios. La parte dedicada al A. T. es Ia más breve. Era tal el material que había
sobre Moisés en Ia Biblia que ello solo exigiría más de un volumen del tipo exegético.
Por otra parte Ia cuestión delicada de Ia autenticidad mosaica del Pentateuco nece-
sitaría un estudio preliminar muy amplio que no podria ser recogido en un libro de
alta divulgación en el que era necesario considerar al legislador hebreo en sus múltiples
interpretaciones históricas. Desde el punto de vista exegético descuellan las monografías
de Descamps y de Demann sobre Ia figura de Moisés en los Evangelios y en San Pablo.

M. García Cordero, O. P.

HEiNRiCH ScHLiER, Die Zeit der Kirche. Exegetische Aufsätze und Vorträge. Freiburg,
Herder, 1956—316 p., 23 cm.

El autor de este libro es un exégeta bien conocido en Alemania, e incluso interna-


cionalmente. Después de haberse convertido al Catolicismo, se ha asociado, desde hace
años, al movimiento exegético-tecSogico ~qüT Ia Iglesia Católica alemana fomenta hoy
dla con gran ardor.
En este volumen, magníficamente editado y presentado por Ia Casa Herder, reune
H. Schlier una serie de artículos o tratados sobre dos aspectos muy importantes del
Nuevo Testamento: el «mundo» y Ia «Iglesia». Entre los 21 tratados que se recogen
en el libro se pueden destacar los dedicados al misterio de Israel, a los Judíos (Rom. 2,
1-29) y a los Paganos (Rom. 1, 18-32), al conocimiento natural de Dios, al enjuiciamiento
del Estado en el Nuevo Testamento, al Bautismo, a Ia jerarquias y a los carismas, al
kerygma y a Ia sophia, a Ia predicación en el servicio divino de Ia Iglesia, etc.
Todos los temas son tratados desde el punto de vista exegético-teológico, con mucho
acierto, profundidad y erudición. Esa serie de cuestiones estudiadas tiene una impor-
tancia especial por haber surgido casi todas ellas —al menos bajo un nuevo aspecto—
en los últimos 20 años. Y brotan de situaciones especiales con las que ha tenido que
enfrentarse Ia Iglesia y Ia teología. En Io que llevamos de siglo los autores católicos
estudian cada día con un redoblado interés los problemas que se suscitan en toda Ia
Biblia, y de un modo especial en el Nuevo Testamento. La teología bíblica gana conti-
nuamente en amplitud, y gracias a ella los sabios católicos van desentrañando las pro-
fundas virtualidades de Ia palabra divina. H. Schlier hace esto mismo con gran com-
petencia, fijándose sobre todo en Ia doctrina que acerca de dichos temas expone San
Pablo en las Epístolas a los Romanos, Corintios, Efesios y en las cartas Pastorales.
Esta importante colección de temas exegético-teológicos será de gran importancia,
ante todo, para los teólogos, los cuales podrán dejarse guiar, en Ia explicación de esos
problemas del Nuevo Testamento, por un gran maestro de Ia Exégesis. Y también Io
serán para los laicos que hoy más que nunca buscan con gran ahinco una mayor diluci-

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280 RECENSIONES 2

dación de los problemas bíbUcos y teológicos. Por todo Io cual, iios atrevemos a reco-
mendar el libro de H, SchUer, teniendo en cuenta que será una obra que ha de prestar
muchos servicios a todos los cristianos.
J. Sateuero, O. P.

CoNRADUs M. BERTi, o. S. M., Methodologícte theologicae elementa. Romae, Desclée,


1955.—251 p.

Se equivocaría grandemente quien pensara encontrar en esta obra un tratado de


metodología, en sentido corriente, para el estudio de üi teología, pues de Io que aquí
se trata es de una metodologia transcendente para Ia contemplación y síntesis de todas
las verdades teológicas en ciertos principios supremos, de marcado sabor lulista.
Para que el lector pueda formarss una idea aproximada de ella vamos a enumerar
simplemente estos principios, contenidos en las tres primeras partes de Ia obra.
Primera parte, en Ia que se trata «de Methodologiae theologicae primis altissimisqu»
principiis».
Son cinco: I. Deus charitas est. n. Pater, Pilius, Spiritus Sanctus, singillatim con-
siderati: tota Trinitas simul inspecta, m. Creatio, Ruina, Recreatio: Relationes cuín
Patre et Pilio virtute Spiritus Sancti, Sigilumque Trinitarium. IV. Motus circular)s, seu
Motus descendens atque ascendens. V. Pidei Concordia seu Harmonia UniversaIis.
Parte segunda, o de los principios remotos de Ia Metodología teológica.
I. De Sunima Triade quatenus in ea reponitur exemplar supremum et fons prlmus
efc flnis ultimus omnis magisterii et discipulatus. n. De Humanitate ac signanter de
Ecclesia, prout est creata reproductio RHi Dei ac Summae Trladis: ubi disseretur
praesertim de Ecclesia quatenus est fUia ac discipula Dei, mater ac magistra cum at
Bub Deo et quatenus est creata reproductio Increatae Trmitatis. (Esse). HI. De Deo lo-
quente ac docente per seipsum et creaturas, seu de modis Magisteriì Divini: ubi hujus
Magisterii Viginti et unus Modi erunt exhibendi, ac singulorum valor ponderandus.
rV. De Humanitate in genere, speciatim de Ecclesia, atque in particular! de Theologo
prout sunt addiscentes ac docentes, seu de modis discipulatus ac magisterii eorundem :
ubi, praesertlm, enunciandae erunt Duodecim operationes Theologicae. (Operari).
Tercera parte, o de los principios próximos de Ia Metodología. Estos principios son
las «Duodecim operationes Theologicae»: I. Inquisitio. H. Receptio. IH. Accurata
determinatío. IV. Custodia fldelis. V. Contemplatio assidua et quieta. VI. L·iteUigentia.
VII. Clarificatione. VIII, Scientifico progressu. IX. Sapienti ordinatione. X. Diffusione.
XÏ. Defensione. XTT. De errorum Catholicam Doctrinam impugnantium offensione.
En Ia parte cuarta trata De principiorum applicatione ad praecipuas disciplinas
stricte theologicas, o sea, a Ia Teologica Dogmatica, Moral, Ascética y Místia, y Pasto-
ral (p. 211-232), terminando con un apéndice sobre los principios y el método de Ia Filo-
sofia perenne (pp. 233-241).
En las relaciones que halla el P. Berti entre los principios y otras verdades de fe
o teológicas, se encuentran cosas tan especiales como las siguientes : «sicut horum pri-
vilegiorum (de Ia Asunción y de Ia Inmaculada) origo seu fons summus est amor, ita
et est eorundem intima essentiay> (p. 14), «vírtute Epiritus Sancti Divini AmoriLs, Pilius
Dei incessabiliter resptcit Aeternum Patrem» (p. 18), «prima Persona secundam taliter
infinito Amoris Spiritu amat atque ab ea redamatur, ut corum Amor minime contineatur
Intus sed ad extra per creationem et dein per Re^reationem erumpat» (p. 15), «omnes
et omnia, licet non eadem mensura et perfectione, divina quadam gaudent ]iliatione,
ergo et minori cum Pilio Dei fraternitate: ex primo enim rigurose scatet secundum»
(p. 36). «prima persona quatenus virtute Amoris aeternaliter gignit Seeunaam, se habet
precise ut Pater ad Filium» (p. 79)...
M. Cuervo, O. P.

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3 DE RE THEOLOGICA 281

pRANCisco OLGiATi, Silabario de Ia Teologia. Versión española de Ia segun<Ja edición


italiana por Antonio Briva, Pbro. Barcelona, Luis GOi, 1956.—371 p.

Se nos oírece con Ia traducción de esta obra uno más de los libros que el incansable
Mons. Olgiati ha publicado en su lengua, dirigidos a Ia instrucción de los seglares en
las materias que pertenecen a ta, cultura católica. Mas no dudamos en afirmar que éste
es uno de los más interesantes y aun el construido con más ambiciones científicas. Por
otra parte, es obra de gran actualidad y ha de ser útilísima para aquellos seglares
que quieran penetrar en el conocimiento de los problemas más importantes que hoy
tiene planteados Ia teología.
Es cierto que, como dice el A. en el breve prólogo a esta segunda edición, «la teología
representa una exigencia menos urgente que Ia exposición de Ia íe y los dogmas, y puede
referirse a un número más reducido de personas: aquellas que sienten Ia necesidad
de 'reflexionar' sobre su Cristianismo para poderlo vivir más conscientemente y con
mayor empeño». Pero también es verdad que, gracias a Dios, cada dia son más nume-
rosos !os fie!es que se preocupan por adquirir una mayor formación inte!ectual en este
aspecto; sobre toc3o entre los qiie se dedican al apostolado en las filas de Ia Acción
Católica, Ia cual ha promovido y promueve laudablemente Ia preparación intelectual
de sus miembros para el ejercicio de Ia misión apostólica que reciben de Ia Iglesia.
Además, cada día se habla más de una «teología para los laicos» (mejor será decir :
seglares) y han aparecido algunas obras a este fin, no siempre aptas para conseguir
eI propósito, o por su oscuridad, o por reducirse a un informe conjunto de temas
abigarrado y revuelto, construido con miras apologéticas y no formativas, como alguna
que conocemos. Otras, por su estructura didáctica y más al estilo de los clásicos ma-
iiuales, exigen Ia dirección de un maestro y el estudio ordenado de unos cursos (como
nuestra obra «La Verdad cristiana») y por ello no siempre son a propósito para inte-
resar desde el primer momento al seglar, acostumbrado a Ia lectura de übros más
leves, presentados en forma de ensayos, más que de tratados sistemáticos. Estas razones
nos mueven a declarar que se hacía necesaria una obra de las características de Ia
que nos ocupa y en genera! estimamos que el A. ha logrado suficientemente este objetivo.
Comprende Ia obra dos partes. La primera (p. 11-186) es una introducción a Ia
teología, construida al modo actual, con soltura y sencillez y con solidez bastante, por
otra parte, para no ser un simple trabajo «periodístico».
Comienza por plantear el estado actual de Ia teología y principalmente los ataques
que a Ia misma se dirigen, ya desde los tiempos del «modernismo» desde los campos
de Ia filosofía, Ia crítica, Ia historia y Ia vida. A continuación, en el c. I: Orientación
inicial propone Ia idea central de Ia que intenta partir para conocer bien Io que !a
teología y cuál es su objeto formal : (ú& doctrina del Cuerpo Místico de Cristo o <iel
Cristo total que favorece inmensamente Ia penetración en el alma del Crtetianismo y
ayuda a proponer seguidamente el planteamiento y Ia solución de Ias cuestiones teoló-
gicas» (p. 40). Bien estudiada está, dentro de su brevedad, esta doctrina del Cuerpo
Místico, principalmente bajo Ia dirección de Garrigou-Lagrange, sin olvidar otros tra-
tadistas de nota y Ia Encíclica «Mystici Co^poris Christi» de Pío XH. Se ve, y e¡ A. no
Io niega ni intenta disimularlo, Ia influencia que en su concepción tienen los ilustres
teólogos de Innsbruck en orden a Ia atribución del «sujeto» a Ia teología, contra Î&
tesis tradicional que Io pone en «Deus sub ratione deitatis».
El c. II se dedica a dar el concepto de Dogma contra los fateos conceptos soste-
nidos por el protestantismo «ortodoxo», el liberal el racionalismo y el modernismo.
El c. in Las ]uentes y el conocimiento del dogma se ocupa de Ia Sagrada Escritura,
Ia Tradición y el Magisterio de Ia Iglesia. En este capítulo el A. utiliza con bastante
buen sentido los grandes Diccionarios y al hablar de Ia Tradición esboza un estudio
de Ia evolución del dogma, siguiendo de una manera fiel las corrientes más modernas
y en este sentido apunta algo que nos es carísimo: Ia Influencia de Ia que llamamos
nosotros revelación «exercita» (o mejor: verdad «exercite» contenida en el depósito) en
Ia evolución dogmática, tal como fué propuesta y propugnada por San Agustín. Pero
el A. no insiste en ello; se limita a recoger algo de esto de un artículo del P. Filograssi
en «La Civiltà Cattolica» en el que se alude, poco más, al uso y costumbres de Ia Iglesia.

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282 RECENSIONES 4

El c. rv La ciencia teológica es un somero siunario de las cuestiones que están im-


pUcadas en Ia Introducción y requeriría, para dar una idea cabal de eUas, que se hubiese
desarrollado algo más, sobre todo en aquellos aspectos que son más interesantes, como
el de Ia analogia.
La segunda parte (p. 187-351) diflere grandemente de Ia primera: Ia componen
cinco estudios monográficos de muy varia naturaleza, extensión y valor El primero,
sobre Ia doctrina de Ia Trinidad en San Agustín; el segundo, sobre Santo Tomás y Ia
doctrina del Verbo Encarnado; el tercero, sobre U Eucaristía y üi teología tomista;
el cuarto, sobre Ia teología franciscana y Ia Mariología y el quinto, sobre el Primado
de Pedro a través de Ia arqueología.
No pasan de ser unos ensayos, en los cuales se ha sabido utilizar Ia bdbliografia
pertinente y, desde luego, pueden servir muy bien de iniciación y dar una muestra de
cómo se puede hacer una investigación histórico^octrinal sobre un punto determinado
de Ia doctrina teológica.
Volvemos a decir, por tanto, que Ia obra es utiUsima y que ha de producir muy
buenos frutos entre los lectores a quienes va destinada. Y también que puede ser leída
con provecho por los mismos eclesiásticos y aun por Ios universitarios.
Echamos de menos con frecuencia Ia precisión de las citas. Casi nunca se indican
las obras o artículos que se recogen; suele limitarse el A. a dar el nombre del escritor
al que clta y nada mas. Esto supone una dificultad no pequeña. Y aun contando con
que es una obra que no se destina a los teólogos, conviene tener en cuenta que los
seglares que Ia lean, si están preparados para aprovecharse de ella han de ser ilus-
trados, y éstos sentirán el deseo de computear aquellas citas y ver en las fuentes Io que
encuentran resumido en esta obra.
Otro reparo que debemos hacer se reflere a Ia traducción. Es lástima que el tra-
ductor no haya cuidado un poco más Ia sintaxis y que nos de con tanta frecuencia
extranjerismos que repetidamente han sido reprobados por los buenos escritores. Pero
en este aspecto ya sabemos que se clama en el desierto...
E. González

Trro SzABó, O. P. M., De Ss. Trinitate in creaturis refulgente, doctrina S. Bonaventurae,


Romae, Herder, 1955.—209 p.

Se divide en dos partes, De gradíbus analogiae Ss. Trinitatis (p. 19-99), y, De ana-
logia Ss. Trinitatis in singulis creaturis (p. 103-193). La primera mucho más importante
que Ia segunda se condensa en aquel beUo pasaje del Brevioloquium de S. Buenaven-
tura, p. 2, c. 12: «Creatura mundi est quasi quidam liber, in quo, reiucet, repraesentatur
et legitur Trinitas fabricatrix secundum tripUcem gradum expressionis, scilicet per mo-
dum vestigii, imaginte et similitudinis; ita quod ratio vestigii reperitur in omnibus
creaturis, ratio imaginis In solis intellectualibus seu spiritibus rationaUbus, ratio simi-
litudinis in solis deiformibus. Ex quibus quasi per quosdam scalares gradus intellectus
humanus natus est gradatim ascendere in sununum principium quod est Deus» (p. 19).
El autor Io toma como base de esta primera parte en Ia <me nos expone la analogía
trinitaria del Doctor Seraflco, siguiendo los pasos en. él señalados. Era lógico que los
conceptos precisos de vestigio, imagen y semejanza, presidieran a toda esta exposición.
Pero hemos de confesar que por más que los hemos buscado, sólo descripciones más o
menos concretas de los mismos hemos encontrado, llegando a Ia conclusión que los
conceptos de imagen y semejanza son muy distintos en Sto. Tomás y en San Buenaven-
tura. Así para San Buenaventura Ia semejanza nunca existe sin Ia imagen (p. 56), mien-
tras que en Santo Tomás Ia semejanza no incluye Ia imagen, y se da perfectamente sin
ella. Otro tanto podriamos decir también del vestigicio, ya que según San Buenaventura
el principio «quod» de las operaciones de Dios ad extra, son las Personas divinas (p. 25),
mientras que para Santo Tomás es Ia esencia de Dios, con Ia cual se identifican las
Personas. Y por eso mismo Ia expUcación del vestigio de Ia Trinidad en las creaturas
es muy distinta en los dos autores.

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5 DE RE THEOLOGICA 283

A Io largo de Ia explicación de Ia analogía trinitaria de San Buenaventura se


advierte en el P. Szabó un particular interés en hacer al Doctor Seráfico precursor de
Escoto en tes doctrinas de éste sobre Ia univocidad del ser, Ia distinción formal ex
natura rei, Ia existencia en Dios de las perfecciones puras de las creaturas según su
propia forma, etc., concluyendo que el conocimiento analógico de Dios por medio de
!as creaturas tiene un valor objetivo mucho mas grande en San Buenaventura y Escoto,
que en Santo Tomás (p. 51-54). No creemos que sea un gran timbre de gloria para
San Buenaventura ser precursor de esas doctrinas de Escoto, así como tampcco que
tales doctrinas ganen nada en objetividad con su patronato. Pero Io que de ninguna
manera acertamos a comprender es que con elementos unívocos, que además existen
en Dios según su forma propia, se pueda construir un conocimiento análogo, del ser
divino, ni cómo se pueda salvar en este caso su absoluta transcendencia sobre todas
ias cosas creadas.
Para hacer un juicio comparativo entre dos cosas, es necesario conocer las dos
con exactitud. Y el P. Szabó da muestras de conocer muy imperfectamente Ia analogía
del conocimiento de Dios, según Santo Tomás. Pues Ie atribuye nada menos que el
haber sido partidario de Ia famosa dtetinción formal, en su primera época literaria
(p. 31-35>, y que las perfecciones puras de las creaturas sólo existen en Dios virtual-
mente (p. 37 et passim). Con semejantes elementos de juicio nada de extraño tiene
que el P. Szabó llegue a tal conclusión, aún a costa de Ia trascendencia divina. No;
ni Santo Tomás enseñó jamás Ia distinción formal, ni tampoco que las perfecciones
puras de las creaturas existan en Dios solamente virtute, sino todo Io contrario. Pero
tampoco enseña que estas perfecciones se hallen en Dios según su forma propia, sino
formaliter in forma altiorís ordtnis, o sea, de Ia deidad. De este modo es como se salva
el verdadero conocimiento analógico de Dios, su objetividad, y Ia eminencia del ser
divuio. ¿No se ha fijado el P. Szabó en el artículo tercero de Ia cuestión trece de Ia
Primera Parte, donde pregunta el Angélico Doctor: Utrum aliquod nomen dicatur de
Deo proprie? Pues bien, alU está bien clara Ia respuesta: «Quantum igitur ad Id, quod
significant hujusmodl nomina (los que expresan las perfecciones puras de las creaturas),
proprie competunt Deo, et magis proprie quam ipsis creaturis, et per prius dicuntur de
eo. Quantum vero ad modum signiñcandi, non proprie dicuntur de Deo; habent enlm
modum slgniflcandi, qul creaturis competit». Es Ia base contra el agnosticismo de todos
los colores.
En Ia segunda parte expone las diversas analogías de Ia Trinidad que la fecundidad
del ingenio de San Buenaventura encontró en las creaturas. En esta parte echamos
también de menos un estudio analíticoKxritico de las analogías bonaventurianas de Ia
Trinidad en relación con Ia analogía agustiniana elaborada y sistematizada por Santo
Tomás, Ia cual Ie sirvió de gula en su exposición del más alto misterio de nuestra fe,
y en Ia transformación que Uevó a cabo de Ia teologte, trinitaria de su tiempo.
La presente obra forma parte de Ia Biblioteca de Ia Academia CatoUca Húngara.
M. Cuervo, O. P.

BARTOLOMÉ M.» XrBERTA, c. D., El Yo de Jesucristo. Barcelona, Herder.—172 p., 18 cm.

El P. Xiberta ha publicado numerosos estudios sobre historia de Ia filosofía y


teología medievales, ocupando lugar destacado entre los cultivadores de estas dtecl-
plinas. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha editado algunos de sus
tratados teológicos.
No es, pues, necesaria Ia presentación de Ia obrita, que lleva por título: «El Yo de
Jesucristo» y por subtitulo: «Un Conflicto entre dos cristologlas».
La obra consta de dos partes. En Ia primera, que comprende 82 páginas, después de
una breve introducción para el planteamiento del problema y de Ia controversia susci-
tada, expone sucintamente el desarrollo de ésta hasta el año 1954. En Ia segunda, que
abarca 90 páginas, insiste nuevamente en Ia oposición existente entre las dos teorías

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284 RECENSIONES 6

en curso, anaJiza las causas que ban influído en posiciones tan antagónicas, destaca las
exigencias del dogma para pronunciarse en íavor de Ia interpretación tradicional, en
Io íundamental, pero afirmando que ninguna de las soluciones satisface plenamente y
proponiendo una nueva, Ia suya.
Hemos de confesar que concedemos más valor a Ia primera parte, meramente expo-
sitiva e histórica, que a Ia segunda. Resulta muy interesante y hasta intrigante te
presentación del problema. Está asimismo expuesto con Ia perfección, conciUable con
Ia brevedad, el juicio acerca de cada uno de los 27 teólogos, que hace desfllar en Ia
contienda, con especial interés, de los dos principales representantes, en el período más
álgido de Ia controversia, de tes posiciones opuestas, P. Oaltier y Mons. Párente, haciendo
resaltar el antagonismo de las afirmaciones de ambas teorías, colocándolas frente a
frente.
El problema a resolver es éste: ¿Es compatible Ia fórmula dogmática: «En Cristo
hay una persona y dos naturalezas», con Ia fórmula: «En Cristo hay un Yo divino y
un yo humano»? ¿Es compatible Ia misma fórmula dogmática: En Cristo hay una
persona y dos naturalezas con Ia fórmute: El Yo divino, el Verbo ejerce influjo ope-
rativo en Ia naturaleza humana asumida?, o por el contrario, ¿no ejerce influjo alguno
sobre las operaciones de Ia naturaleza humana, siendo únicamente sujeto de atribución
de estas acciones?
Al margen de este problema han surgido otros sobre Ia conciencia humana de
Cristo, que son examinados también en te obra, resultando un problema harto com-
plejo. Esta complejidad expUca el hecho singular de que teólogos procedentes de las
mismas escuelas se muestren partidarios de soluciones distintas, o, al menos, sostengan
distintos juicios dentro de Ia misma solución fundamental.
Ningún reparo tenemos que hacer a esta primera parte que estimamos meritoria.
Nos parece también acertada Ia nueva exposición, que hace al principio de Ia segunda
parte de las soluciones en pugna.
Sin embargo, nos permitimos notar Io siguiente: l.°, que no parece justo atribuir
a las diversas teorias acerca del constitutivo formal de te persona Ia obscuridad del
problema presente, como Io hace el autor, con evidente menosprecio de estas teorías;
2.0, que no creemos que Ia solución que sugiere arroje luz sobre Ia cuestión, sino mas
bien que contribuye a hacerla más obscura.
De todos modos aplaudimos Ia intención y aceptamos con agrado esta aportación
del conocido Profesor de Dogma del Colegio Carmelitano Biternacional de San Alber-
to, de Roma.
M. García Conde

WiLLiAM A. V*N Roo, S. J., Grace and original justice, according to St. Thomas, Romae,
apud Aedes Universitatis Gregorianae, 1955.—211 p.

Es una tesis doctoral en Ia que el autor se propone precisar el pensamiento de


Banto Tomas de Ia justicia original. Se divide en tres partes, En Ia primera titulada
Man in the state of innocence, analiza, en los textos de Santo Tomás, Ia doctrina de
éste acerca de Ia triple sujeción en el estado de inocencia, elementos material y formal
de Ia justicia original, Ia perfección del entendimiento del primer hombre, de su vo-
!untad por medio de Ia gracia y las virtudes, justicia, armonia e integridad del estado
de inocencia (p. 15-93). Esta primera parte, calcada toda eUa sobre el examen de los
mismos testimonios de Santo Tomás respecto de los diferentes aspectos de Ia justicia
original, es considerada por el autor como básica para poder penetrar en su pensa-
miento.
En Ia segunda parte, Grace and original justice, examina Ia cuestión del donum
naturae and donum personae, viniendo a concluir que tal distinción no existe en Santo
Tomás respecto de te justicia original, para quien Ia gracia santificante es como el
elemento formal de Ia justicia original en Ia triple sujeción del estado de inocencia,
y a su vez concedido por Dios a Ia naturaleza humana en Ia persona de Adán. La

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7 DE RE THEOLOGICA 265

teorías del donum naturae en Ui triple sujeción del estado de inocencia, excogitada
por R. Martín, Bitremieux y Kors, se esfuma por sí sola al análisis de los textos de
6anto Tomás, como hace ver Van Boo en este capítulo, y en el que Ie sigue sobre el
papel que Ia gracia santificante y tes virtudes tienen en Ia justicia original (p. 97-152).
En Ia tercera parte, Formal and, efJicient causality in original justice, determina el
género de causalidad de Ia gracia en Ia justicia original. Los partidarios de Ia dis-
tinción real adecuada entre Ia gracia y Ia justicia original, que son los mismos que
conciben ésta como un don in linea naturae, contrapuesto al don gratuito de Ia gracia,
sostienen Ia causalidad eficiente. Una vez concebida Ia gracia como elemento cuasi
formal de Ia justicia original es lógico admitir también, y sobre todo, Ia causalidad
formal. Sin embargo, el autor tiene buen cuidado de advertir que, tanto Ia causaUdad
eficiente como Ia formal se debe tomar aquí en un sentido análogo a Ia que tiene Ia
caridad respecto de Us virtudes, toda vez que Ia justicia original no constituye un todo
natural, sino un todo de orden, en el que intervienen muchos elementos coordinados
entre sí, dominados por una forma, o cuasi forma, como dice Santo Tomás, que es Ia
gracia santificante (p. 157-202).
Nos parece que está muy en su punto el P. Van Roo cuando rechaza Ia concepción
de Ia justicia original que Ia hace consistir en un donum naturae, Ia cual el mismo
Banto Tomás rechaza como una opinión de poca autoridad (11 Sent., d. 29, q. 1, a. 2).
Pero tampoco nos parece conforme con Ia mente del Doctor Angélico Ia que concibe
Ia gracia como Ia forma de Ia justicia original. Nunca, ni una sola vez, dice Santo
Tomás que Ia gracia es como Ia forma de Ia justicia original, sino Ia rectitud sobre-
natural de Ia mente a Dios como fin último (II Sent., d. 32, q. 1, a. 1 ad 1 ; 100, 1 ad 2m),
Io cual es muy distinto. La gracia es raíz, en Ia expresión y en el concepto de Santo
Tomás, no forma, de esta sujeción de Ui mente a Dios, Ia cual a su vez es causa de
las otras dos sujeciones que integran Ia justicia original. Y en ese sentido entre Ia
gracia y Ia justicia original no existe una distinción real adecuada, sino tan sólo inade-
cuada. La gracia es, sin duda, causa, o raíz de donde brota Ia sobrenaturalidad de Ia
sujeción de Ia mente a Dios como fin, así como también de toda Ia sobrenaturalidad
del estado de inocencia o justicia original. Pero no Io es, al menos en sentido directo,
de las otras dos sujeciones a Ia superior de Ia mente, sino que éstas son causadas por
virtudes gratuitas que acompañaban a Ia gracia del primer hombre cuando Dios Io creó
(¡I Sent., d. 32, q. 1 a 2 ad 2m). La rectitud sobrenatural de Ia mente a Dios es causa
de Ui sujeción del cuerpo al alma, y de las potencias inferiores a Ia superior de Ia razón,
en primer iugar, como causa final, puesto que por razón de aquéUa fueron éstas conce-
didas al hombre en el estado de inocencia, y, en un sentido analógico muy restringido,
también como causa formal, por razón de su principalidad y de Ia sobrenaturalidad
del estado de inocencia que también participan las sujeciones inferiores a través de
Ia rectitud de Ia mente, Ia cual Ia recibe de Ut gracia como de su fuente y raíz.
Por eso creemos que esta tesis doctoral, bien concebida y expuesta ordenadamente,
no encarna el pensamiento integral de Sto. Tomás, a pesar de que se acerca bastan-
te a él.
M. Cuervo, O. P.

NicoLAs LÓPEZ MARTÍNEZ, El más allá de los niños. Problemas escatológicos de Ia infan-
cia. Burgos, 1955.—118 p. 24 cm.

Se trata de una lección inaugural d3 curso en el Seminario Metropolitano de Burgos.


Su autor, profesor de Teología en dicho Seminario, aborda con dominio y erudición el
deUcado tema, tan traído y llevado en nuestros días, valorando posiciones, para acabar
«plenamente identificado con Ia doctrina tradicional en Io referente a Ia existencia
del limbo y añadir una explicación del mismo en consonancia con los más firmes prin-
cipios teológicos».
L. T. Riesco

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286 RECENSIONES 8

RiCARDO PRANCO, 8. I., El final del reino de Cristo en algunos autores antenicenos. Ex-
cerpta ex dissertation« ad Lauream üi PacuItate Theologica P. Universitatis Gre-
gorianae. G<ranada, 1955.—48 p. 20 cm.

Uno de los textos pauUnos difíciles de entender es aquel en que el Apóstol trata
de Ia entrega del Reino del Hijo al Padre al final de los siglos (1 Cor. 15, 24-28). No
hay duda que un estudio sistemático de Ia exégesis patrística sobre este texto resul-
taría interesante. Es Io que ha procurado hacer el P. Franco en el trabajo presentado
para Tesis doctoral en Teología, aunque limitándose al período anteniceno y, dentro
de él, a cuatro autores: San Ireneo y Orígenes por una parte, y TertuUano y Nova-
ciano por otra.
En Ia presente publicación, a pesar de que el título es más general, el autor sólo
incluye a TertuUano, a quien considera como «primer representante de una corriente
de exégesis: Ia que subordina el texto a Ia solución del problema trinitario, que tuvo
andando el tiempo las peores consecuencias».
L. T. Riesco

P. ARMiNjóN, Le mouvement oecuménique. Efíorts íaits pour réaUser l'union ou Ie


rapprochement des EgUses chrétiennes. Paris, P. LethieUeux, 1955.—95 p., 19 cm.

La présente obra, de carácter divulgativo, da cuenta de los esfuerzos llevados a cabo,


particularmente a partir de Ia primera guerra mundial, para poner fln a Ia desunión
*ntre las diversas Iglesias cristianas.
Es sabido cómo en 1948 se constituyó un Consejo ecuménico en el que están repre-
sentadas Ia mayor parte de las Iglesias protestantes, y algunas de las Iglesias ortodoxas
orientales. En el cap. n (p. 13-16) trata el autor de cuál sea a este respecto Ia posición
de Ia Iglesia catóUca romana.
L. T. Riesco

Pecado, confesión, psicoanálisis. Estudios de psicología religiosa. Bilbao, Desclée de


Brouwer, 1956.

Una comisión de Padres Carmelitas Descalzos de Ia provincia de Navarra se ha


encargado de te dirección técnica de Ui colección de Estudios de psicología religiosa,
que publica Ediciones Desclée de Brouwer de Bilbao. El volumen que tenemos a Ia vista
hace el número 2, cuyos trabajos están tomados del tomo publicado en francés «Trouble
et lumière de «Études Carmelitaines», fuera de uno: «¿Está inserita Ia moral en nuestro
psiquismo?», que se ha sacado de «Limites de l'Humain».
Sirve de L·itroducción un Mensaje del P. Gemelli, al V Congreso internacional de
psicología de Avon, promovido por el famoso P. Bruno, tan conocido por quienes hayan
recorrido los volúmenes de «Études Carmelitaines».
Siguen una serie de estudios, de extensión generalmente corta, que se leen con gusto
y con provecho. Como en toda esta clase de colecciones, no todo es de caUdad superior,
en su género. Podemos, con todo, asegurar, que, a Io largo de las 233 páginas del
volumen, se encuentra mucho bueno y provechoso. Destacamos singularmente los tra-
bajos del P. Gabriel de Santa María Magdalena: Normas actuales de santidad; del
Dr. E. De Greef : ¿Está inscrita Ia moral en nuestro psiguismo? ; del P. Luis Beir-
naert: Sentido cristiano del pecado y sentimiento de culpabilidad; del Dr. Cossa: La
mala conciencia y los trastornos mentales, con Reflexiones sobre Ia discusión gue siguió
a esa conferencia, por el Dr. Nodet.
Hay observaciones no fáciles de digerir por Io no iniciados en estos menesteres de
Ia psicología reUgiosa; pero creemos que a nadie puede estorbar nada de Io que el

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9 DE RE MORALI 287

tomo contiene; antes hay muchos datos que pueden ser revetedorespara confesores,
directores de alnias, prefectos y maestros de novicios, teólogos moralistas, etc.
Nos ha llamado te atención una apreciación del P. PeUpe de Ia Trinidad, respecto
de Santo Tomas, que consideramos infundada. Dice que el Angélico «deja en el cielo
a Ia mayor parte de los ángeles y condena al infierno a Ia mayor parte de los miembros
del género humano», p. 24. «No cabe duda, afiade, que el pesimismo de Santo Tomás
con respecto a Ia humanidad responde a Ia objetividad de los hechos». No cita pasaje
alguno de las obras del Maestro, ni se refiere a ninguna teoría particular de donde
se pueda concluir con verosimilitud este pesimismo que se Ie atribuye a priori. Sin
salirnos de Ia Suma teológica, los artículos 5 y 6 de te cuestión 19 de Ia prima secundae,
con Ia teoría del acto pasional desarrollada en las cuestiones 74 y 77, ¿no rezuman ese
optimismo subjetivo que tiene en cuenta el barro del que hemos sido formados? Los
principios que sistematizan Ia Moral de Santo Tomás, llevan lógicamente a todas las
conclusiones sanas a que hoy podemos llegar con Ia ayuda de Ia luz de te moderna
psicología.
Por Io demás, Ia ortodoxia de todas las afirmaciones de los distintos estudios está
garantizada por Ia competencia científica, y hasta teológica, de sus autores. Lo que
no es decir que algunas no pequen de gratuitas, por no responder a las leyes de Ia
inducción. Así por ejemplo, Ia conferencia, interesante, por cierto, de Ia Dra. Francisca
Dolto: Cómo se crea en el niño una falsa culpabilidad, que subtitula: documentos clí-
nicos, puede dar lugar a conclusiones exageradas o falsas, si se generalizan casos que
no deben tomarse como tipos, porque no son efectos de causas universales. Como lección
están bien esos ejemplos, que pueden orientar acerca del modo de evitar ciertos errores
en Ia educación, que pueden ser, en ocasiones, fatales. Y ya es bastante. Pero nada más.
En resumen: muy recomendable y útil este segundo volumen de Ia colección «Es-
tudios de psicología reUgiosa».
A. Peinador, C. M. F.

P. ALONSO-M. HAMELiN, O. F. M., Le tractatus de usuris de Maître Atexandre d'Alexandrie.


Thesis ad lauream in Pontificio Athenaeo Antoniano.

Es una parte unicamente de Ja Disertación ad Lauream Io que ofrecemos a los lec-


tores de «Salmanticensis». En eUa, omitida Ia parte doctrinal del tractatus de usuris de
Alejandro Lombardo, se recogen observaciones históricas y literarias referentes a los
manuscritos en que se encuentra el tratado, a Ia relación entre ellos; a las fuentes del
tratado; a Ia influencia de Alejandro de Alejandría sobre sus sucesores; a Ia auten-
ticidad, data y lugar de Ia redacción ; a Ia forma literaria y a Ia unicidad, en fin, del
tratado.
El trabajo completo hubiera ofrecido mayor interés, sin duda, que este fragmento
del cual apenas se saca otra cosa que dar a conocer una figura, para nosotros casi del
todo desconocida, de Ia teología del medio evo, sucesor de Escoto en Ia Cátedra de
París, Provincial en Italia y General de toda Ia Orden franciscana: que dejó este
mundo a Ia temprana edad de 45 años.
Las 58 páginas de este resumen se recorren fácilmente y con agrado, acabándolas
con el pesar de no poder regustar las conclusiones doctrinales de un teólogo cierta-
mente no mediocre o del montón, cuando San Antonino de Florencte Ie distinguió sin-
gularmente, sobre un problema moral económico muy traído y llevado en los autores
de aqueUa época.
Hacemos votos porque sea pronto una realidad Ia publicación de te monografía
íntegra del tractatus de usuris de Alejandro Lombardo.
A. Peinador, C. M. F.

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286 RECENSIONES 10

ANTONio QuACQüARELU, La concezione de/ia Storia nei Podrí prima di S. Agostino. Parte
Prima. Roma, Scientia et religio, 1955—198 p. 1.900 1. it.

Un tema sugesUvo ofrece el título. Vivknos en época historicista. La historia tiene


hoy una cierta primacía en el campo de Ia ciencia humana. Está sobre todo de moda
Ia historiología. Existe pasión por hacer filosofía de Ia historia.
En esta corriente histórica de actualidad entra de Ueno el estudio de A. Quacqua-
reUi. Nuestro autor no ha querido centrar su atención en Ia personalidad de San Agustin
como gran filósofo de Ia historia. Aquí ya muchos rompieron lanzas. Ha pretendido, en
cambio, explorar el concepto de historia de los padres anteriores. Este campo, opina
Quacquarelli, no ha sido suficientemente estudiado. Estos padres, además, deberán aportar
elementos valiosos que preparen lógicamente Ia síntesis grandiosa posterior agustiniana.
La búsqueda de tales valores —podemos decir— es el objetivo que el autor se pro-
pone. Para ello examina minuciosamente los textos que pueden reflejar ese concepto
de historia en las obras de San Justino, San Ireneo, Tertuliano, Minucio, PeUx, San
Cipriano, Lactancio, Ticonio, San Ambrosio y San Jerónimo. Todos, como se ve, occi-
dentales, menos Justino. En Ia «prefazione» nos promete Ia publicación de otro volumen
sobre los padres orientales desde Clemente Alejandrino hasta San Juan Crisostomo
(será Ia Parte Seconda) acompañado de un estudio especial de las obras historiográ-
ficas griegas y latinas contemporáneas.
Puntos que merecen destacarse en el concepto patrístico de historia preagustiniano,
según el estudio de Quacquarelli: En Ia historia de Ia humanidad ha entrado un pueblo
nuevo. Ia Iglesia, que resumirá en adelante Ia historia universal. El generador de Ia
historia humana no es el destino, sino el hombre poseído de libertad para el bien y
para el mal. El que dirige y ordena en último término los tiempos y los pueblos es efl
Dios vivo. El cristianismo significa Ia fase final de Ia existencia humana. El Imperio
Romano, para los padres más antiguos, viene a ser Ia forma política última y prepa-
ratoria al Cristianismo, para los posteriores, en cambio, no es imprescindible, puede
desaparecer como forma política sin detrimento de ulterior desarrollo histórico cris-
tiano. Punto álgido de Ia historia universal es Ia encarnación del Verbo. La familia
humana es única en su origen, polarizada en torno a Adán y Cristo. Los valores clásicos
no son fruto del paganismo sino de las fuerzas del bien existentes en el hombre. La
historia es un drama, una lucha continua entablada entre el bien y el mal, mejor:
entre las dos ciudades, de Dios y del diablo, cuya coexistencia terrena expondrá más
tarde San Agustín,
Las 198 páginas de La concezione della Storia se leen con avidez. El tema se man-
tiene interesante a través de todas ellas. El autor abunda en reflexiones personales que
manifiestan su competencia en el campo de Ia historiología. Esperemos Ia publicación
de Ia Segunda Parte y nos haremos cargo del patrimonio histórico que el obispo tìe
Hipona pudo utilizar para componer su obra magna De Civitate Deí.
J. Sánchez Vaquero

MANUEL M. MARTÍNEZ, O. P., Fray Bartolomé de las Casas, «EZ gran calumniado», Madrid,
Imprenta La Rafa, 1955.—210 p.

Tenía el P. Las Casas una personalidad tan recia y desbordante que desde un
princ!pio se conquistó Ia admiración de sus contemporáneos. Su intervención en Ia
evangelización del nuevo mundo, entonces descubierto por España, y su influjo en Ia
legislación de Indias fueron de una importancia verdaderamente extraordinaria. Como
nadie intuyó desde un principio Ia importancia que un hecho tan transcendente tenía
para Ia Iglesia y para España. Para Ia Iglesia, con Ia extensión y dilatación del imperio
y principado de Jesucristo a tantas almas que no Ie conocían. Para España, «porque
los reyes de España, por disposición divina fueron elegidos, más que otros ningunos

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11 DE RE HUTORICA 289

reyes, para ser ministros medianeros de los mayores servicios que reyes cristianos a Dios
eterno jamás hicieron» (Hist, de las Indias, lib, I, c 137). Y con Ia conquista de nuevos
y extensos territorios se extendió también su imperio, se llenaron las arcas con los
tesoros que de aUl Ie vinieron, y se acrecentó su fuerza y poderío. «Pues aprovecha
mucho... que el Rey sea rico, y tenga guardados muchos tesoros, porque, con tener
fama de eUo, los reinos enemigos no osan atreverse contra el tal reino a mover fácil-
mente buUicio de guerra, ni en alguna manera inquietarlo, antes procuran tener per-
petuamente su amistad» (ibid.).
Gran apóstol de los indios, y gran patriota, sentía vivamente los desmanes y
desafueros, que nunca faltan en conquistadores y encomenderos, que se oponían a estos
dos fines, los cuales en su espíritu se haUaban siempre estrechamente unidos, estando
el segundo subordinado al primero, y dependiendo el buen nombre de España del más
exacto cumplimiento de Ia virtud, de Ia justicia y del derecho. Y por eso denunciaba
aquéUos a los Reyes Católicos de España y su Consejo, en los que siempre halló buena
acogida, con franca virUidad y fuego encendido de apóstol. Por temperamento tendía
a Ia hipérbole, pero Ia veracidad sustancial de sus denuncias es intangible histórica-
mente, aún hoy. De aquí que, gracias en gran parte al P. Las Casas, el descubrimiento
y conquista de América constituyen uno de los timbres de gloria más grandes de España,
por Io cristiana y humanitaria que fué su labor, sobre todo comparada con otras que
se realizaron después, en las que ni siquiera hubo una voz que protestara contra las
injusticias que se cometían, ni una autoridad suprema que estuviera dispuesta a escu-
charla y atenderla.
Pero las acusaciones del P. Las Casas contra los excesos de conquistadores y enco-
menderos, motivaron en los enemigos de España, a partir del siglo XVn, Io que se
Uamó Ia leyenda negra, Ia cual a su vez dió lugar a otra leyenda más negra todavía
contra el propio P. Las Casas, inspirada toda ella únicamente en el ardor patriótico de
algunos, y en el más completo desconocimiento de Ia obra y desbordante personalidad,
religiosa y patriótica, del gran apóstol de los indios
El P. Martínez pulveriza los juicios adversos que del P. Las Casas hicieron Menéndez
y Pelayo, Menéndez Pidal, Serrano y Sanz, y P. Bayle (p. 9-75). Exculpa, de una manera
totalmente convincente, al P. Las Casas de haber sido el causante de Ia leyenda negra
contra España (p. 79-127). Demuestra con toda evidencia su gran amo;- patriótico, reco-
nocido por reyes y contemporáneos (p. 131-180). Y termina con una larga serie de tes-
timonios de personas de su tiempo de todos los matices y clases sociales, incluso de
consejeros del Reino, en los que se ensalza Ia memoria, actividad prodigiosa, doctrina
y obra realizada por el P. Las Casas (p. 183-208).
El autor de este opúsculo, que demuestra poseer un profundo conocimiento de Ia
obra y escritos del P. Las Casas, intenta deshacer en él los grandes prejuicios que contra
el P. Las Casas existen en muchos, como preámbulo para una obra de mayor enver-
gadura en Ia que hará un estudio completo deI gran apóstol de América, examinando
a fondo su carácter, su psicología, sus ideas, su profunda espiritualidad, y los móviles
altísimos que inspiraron sus múltiples actividades y empresas
En eUa esperamos que 1103 resuelva también Ia cuestión si las ideas de nuestros
grandes teólogos del siglo XVI, acerca del derecho de los indios, procedían de Ia prác-
tica y doctrinas del P. Las Casas, aunque perfi!adas y sistematizadas después por elíos,
o más bien el P. Las Casas fué un eminente ejecutor y propagandista de las ideas
de nuestros teólogos. Cuestión verdaderamente interesante para Ia historia de Ia teología.
Mientras tanto quedamos esperando con ansiedad Ia obra del P. Martínez, en Ia
que de seguro nos ha de decir muchas cosas interesantes.
M. Cuervo, O. P.

Santiago en Ia historia, Ia literatura y el arte. 2 vol. Madrid, Editora Nacional, 1954-55.

La presente obra recoge una serie de conferencias, que organizó e! Colegio Mayor
Universitario de Ia Estila, en el año santo compostelano de 1954.
20

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290 RECENSIONES 12

Las conferencias, de gran interés, son debidas a relevantes personalidades inte-


lectuales y representativas de las culturas europeas, y se reíieren a estos cuatro temas :
En torno al sepulcro del Apóstol (P. Inigues^3. Portela-P. Pedret-T. Ayuso), La cris-
tiandad, camino de Santiago (Marqués Taliani-Principe A. de Babiera-P. S. Cantón-
Ch. Pichon-M. Card. Peltin^I. Pilguiera), Santiago en Ia historia (R. Prieto*J. L. Ortiz-
P. Guinard-M. Legendre-W. Starkie-E. Manera-R.Gibert), Proyección cultural del tema
de Santiago (J. Camón-M. Pisac-P. F. Embid-L. L. Rodó).
L. CasteUanos

PRANCESco OLGIATt, L'Università Cattolica del Sacro Cuore. VoI. I. Milano, Vita e Pen-
siero, 1955.—499 p. 19 cm.

Obra que trata de dar una idea, Io más compieta posible, de Io que es Ia Univer-
sidad Católica del Sagrado Corazón, de Milán.
La obra comprenderá dos volúmenes. En el primero, o.ue es el que ahora presen-
tamos a nuestros lectores, el Prof. Olgiati, con ese estilo movido y abierto que Ie carac-
teriza, hace un estudio minucioso de los antecedentes de Ia Universidad, llegando Justa-
mente hasta Ia fecha de Ia fundación en 7 de diciembre de 1921. Divide su estudio en
tres partes : El laicismo italiano de 1848 a 1921 (p. 31-260), El ideal de una Universidad
católica en Italia : anhelos y tentativas, fracasos y esperanzas (p. 261-424), El nacimiento
de Ia Universidad Católica del Sagrado Corazón (p, 425^99).
L. Castellanos

TiX>DORO BAUMANN, S. J., La misa romana, Bilbao, «El Mensajero del Corazón de Je-
sús», 1954.—470 p.

El subtítulo que el autor pone a su obra «síntesis teológica e histórica de Ia liturgia


eucarística romana» expresa muy bien el alcance de Ia misma.
Precisamente el Padre Baumann es el tradu:-tor español de Ia obra del Padre
Jungmann, Missarum sollemnia, y como nos dice en el prólogo, pensó que no estarla
do más hacer para el gran público un como compendio de Ia obra del erudito alemán,
desprendiéndola de toda su agobiante erudición y presentándonos los resultados de una
manera mucho más ágil y agradable.
Lo ha conseguido indudablemente. 1La «misa» de Baumann se lee muy bien y
da al católico culto y aun al mismo sacerdote una idea amplia, en el sentido histórico
y teológico, del santo sacrificio. Bueno, pero no vaya a creerse que se reduce a resumir
a Jungmann. No, pues sabe presentar con originalidad los problemas y sin restarle peso
de citas y autoridad de autores, cuando el momento Io requiere. Tanto que para semi-
narios, por ejemplo, podría ser un excelente libro de texto el volumen que estamos
reseñando. Porque, a mayor abundamiento, es claro en Ia exposición y preciso en los
conceptos y va avalado con varios índices de autores, materias, Sagrada Escritura, et-
cétera, de donde se echa de ver el origen nórdico de su autor, metódico y serio.
La obra va dividida en tres partes. La primera se refiere a Io que ahora lUimaii
«antemisa», o sea, Ia misa de los catecúmenos. La segunda parte estudia Ia misa sacri-
ficai (ofertorio, canon y comunión) y Ia tercera, Ia postmisa, o sean, los iitos finales
y adicionales.
Por tanto observa Ia división clásica y lógica, en Ia cual va colocando, según el
momento Io pide, Ia explicación histórica, teológica y litúrgica.
Sin embargo, como ocurre también en Ia obra de Jungmann, se echa de menos una
gran síntesis, al principio o al fln, de Io que es Ia misa en conjunto, de su grandiosa
realidad sobrenatural, porque queda atomizada Ia exposición en muchos pequeños deta-
lles, sin que el lector se haga cargo de toda Ia magnificencia del edificio.

C. Sánchez Aliseda

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13 DE RE PHILOSOPHlCA 291

PBANOBco SuAREZ1 S, J., Guerra, intervención, paz internacional. Estudio, traducción y


notas por Luciano Pereña Vicente.—Espasa^alpe, S. A. : «Colección Austral», nú-
mero 1.273, 1956.

El istituto «Francisco de Vitoria» del Consejo Superior de Investigaciones Cien-


tíficas publicó en 1954 Ia obra de Luciano Pereña Vicente titulada «Teoría de Ia guerra
en Francisco Suárez». En el primero de los volúmenes de que consta esta obra se
contiene un estudio completo sobre el tema ; en el segundo volumen el Dr. Pereña publicó
traducidos al castellano los textos suarecianos que hacen al caso.
Con esta obra el Dr. Pereña se ha revelado como un especialista de primer orden
en el conocimiento de las doctrinas del Doctor Eximio, sobre todo, en Io referente al
problema de Ia guerra. Este estudio íué galardonado por el Consejo Superior de Inves-
tigaciones Científicas, to Asociación L·iternacional Francisco Suárez y Ia Real Academia
de Ia Historia.
Ahora presenta en to conocida colección «Austral» un resumen de Io contenido
en Ia obra lata a que nos hemos reíerido. Pero si hemos de ser justos no podemos
decir que las cuarenta y seis páginas de introducción, que preceden a los textos de
Suare2, sean un mero resumen del primer tomo de su libro «Teoría de Ia guerra en
Francisco Suárez». No podría serlo, teniendo en cuenta el volumen de Ia obra lata, su
superior aliento científico y Ia diversidad del público al que se destina, sin hablar
de que Ia materia requiere una disposición distinta de un tratado ampUo y en un
estudio escueto en plan de alta vulgarización, como es el tomo de Ia Colección Austral
que presentamos. Mas no decimos esto en son de Crítica peyorativa; al contrario, que-
remos insinuar que el estudio del Dr, Pereña que aparece como preliminar en el volumen
que reseñamos, es una obra totalmente nueva, que se lee con grandísimo interés. Se
refiere en primer lugar a Ia estructura externa y a Ia significación histórica del pro-
blema de Ia guerra en Francisco Suárez; había luego del pensamiento suareciano en
Io tocante al Derecho de intervención, asunto que no había sido tratado en Ia obra
anterior. En una tercera parte explica el autor los capítulos dedicados por Suárez a
estudiar el concepto de Ia paz internacional así como los fundamentos de una paz
justa, refiriéndose especialmente a Ia responsabilidad colectiva del Estado a las san-
ciones internacionales que deben aplicarse a los que deUnquen contra Ia paz inter-
nacional.
A continuación el autor nos da el texto de Suárez tomado del tratado de Ia caridad
en el que el doctor Eximio, como otros tratadistas de su tiempo, incluyó su tratado
de Ia guerra; en una segunda parte encontramos el tratado de Suárez sobre el derecho
de intervención. Termina esta antología suareciana con el precioso capítulo suareciano
sobre el concepto de paz que corresponde a Ia disputa XI sobre Ia caridad.
Para Ia traducción de los textos de Suárez no podemos tener más que elogios. El
traductor de un texto teológico de nuestra época clásica puede tropezar en un doble
escoUo. El hacer una versión demasiado apegada a los términos del original tendría
como resultado un escrito arcaico y de difícil lectura para un lector de nuestros dias.
Por otra partc, el desasirse con una libertad excesiva de los textos en los cuales Suárez
vació su pensamiento, sería correr el grave riesgo de que Ia versión perdiera autenti-
cidad. El Dr. Pereña ha salvado este doble escoUo con rara habilidad. Su traducción es
literal, con Io cual el lector puede estar seguro de que tiene en Ia mano, no solamente
el pensamiento verdadero de Suárez, sino también sus palabras. Pero el traductor ha
sabido elegir palabras modernas adecuadas al gusto y al pensamiento actual; además
de eso ha utilizado inteligentemente los signos de puntuación para facilitar Ia lectura.
Por otra parte, en Ia disposición material de las citas, se ha apartado del escrito de
Suárez, suprimiendo tos citas que éste hace en el cuerpo del texto, y sustituyéndolas
por Uamadas. Y este es un trabajo que también tenemos que agradecer al Dr. Pereña.
Porque Suárez, como los demás autores de su tiempo, fué a veces poco escrupuloso y
poco preciso en sus citas; el Dr. Pereña las ha verificado una a una y nos las ha dado
con arreglo a los cánones modernos de Ia más exigente metodología.
El libro del Dr. Pereña contribuirá grandemente a conocer el pensamiento de uno

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292 RECENSIONES 14

de nuestros más grandes internacionalistas, no sólo por el acierto en Ia elección de


los textos y por el escrúpulo de Ia traducción, sino también, principalmente, por Ia
espléndida introducción en Ia que el autor, conocedor como pocos del tema que trata,
explica e interpreta el pensamiento del Suárez dentro del marco histórico en el que
escribió. Felicitamos cordialmente al autor por su docto e interesante trabajo.
T. García Barberena

MARCEL DE CORTE, Ensayo sobre el fin de nuestra civilización, Valencia, Pomento de


de Cultura, s. a.-260 p.

El autor pertenece a esa serie de investigadores contemporáneos de Ia Filosofía de


ia Historia que opinan que Ia «civilización moderna se desmorona», que «el hombre
moderno, en tanto que moderno, continúa evolucionando en todas partes hacia Ia catás-
trofe»; o en términos más generales y menos trágicos, sostienen que en virtud de
una ley denominada «movimiento de Ia civilización», éstas mueren como los hombres,
para dejar lugar a otras civüizaciones tan imprevisibles en su forma futura, como no
Ia tiene el rostro del niño que aún no ha sido engendrado». Nuestro tiempo ^segun el
sentir de esos pensadores— es una de esas épocas de crisis, de derrumbamiento de Ia
cultura preeente y de tránsito hacia otra desconocida.
El pensimismo que va implícito en esta mentalidad ha sido poderosamente refor-
zado por las hecatombes provocadas por Ia segunda guerra mundial. Los que, como el
autor, vivieron «en medio de aquel siglo de hierro y de fuego» sintieron brotar en sus
mentes una porción de juicios peyorativos acerca del verdadero valor de tal civilización;
Ia cual, a pesar de las deslumbradoras apariencias de sus descubrimientos científicos
y refinada técnica, resulta ser en el fondo profundamente inhumana, como se echó de
ver palmariamente en los efectos bélicos y en los «crímenes de guerra».
Pero Marcel de Corte, espíritu sensible y analizador agudo, no se contenta con anate-
matizar Ia «civilización técnica» por causa de sus desagradables efectos; penetra más
en Ia complicada problemática que nos ofrece Ia civilización en Ia sociedad contemporánea.
Después de establecer Ia noción de civilización y su relación con Ia vida, el carácter
cíclico de todo Io humano, y las señales visibles de Ia grave decadencia de Ia civiliza-
ción contemporánea —Ia conciencia que de eUo tenemos, Ia tendencia a universalizarse,
a desarrollarse «separadamente» de los hombres concretos reales : abstracción, cálculo,
utilidad, materialismo, el autor trata de sintetizar los principales desórdenes o lacras
de Ia civilización actual en estos cuatro: 1.« La disyunción entre el «espíritu», forma
mentís abstracta, y Ia vida. 2.0 El conflicto entre Io político y Io social. 3.0 El prestigio
de Ia técnica, que conduce al colectivismo. Y 4.0 Ia influencia que las causas precedentes
han ejercido en el cristianismo «en Ia medida en que éste participa en las fluctuaciones
de Ia historia por intermedio de sus miembros».
El análisis es concienzudo y fino: el autor conoce Ia filosofía contemporánea y Ia
vida actual : su pensamiento central es que nuestra civilización es, sobre todo, industrial,
obra de Ia burguesía; Ia cual por su tendencia calculadora, abstracta, ha desfigurado
el valor del dinero y en general de Ia técnica y de Ia riqueza, ha roto los lazos vitales
entre los hombres; ha dislocado las sociedades naturales: familia, municipio...; es en
una palabra, poco humana. Además ha contribuido al descenso del tono vital —o efi-
cacia— de Ia religión cristiana hasta en aquellos que deberían servir de ejemplo para
el pueblo.
En consonancia con sus principios y conclusiones propone los remedios que «debe-
mos preparar» para superar Ia crisis; entre otros el espíritu religioso y una nobleza
nueva, es decir, una «éllte» de hombres escogidos, quienes al mismo tiempo que dirijan,
sirvan de modelos. «El porvenir pertenece a los santos y a los héroes»,
El análisis resulta unilateral, a pesar de Ia riqueza de datos que acumula. Marcel
de Corte nutre cierta fobia contra el racionalismo y sus procedimientos abstractos. Esto
parece que no Ie deja ver más que los aspectos peyorativos de Ia civüización, quedando

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15 EjE RE PHttOSOPHICA 293

en Ia penumbra o en Ia obscuridad completa Io mucho bueno que ofrece Ia técnica,


por ejemplo.
El autor peca por Io que calla, más que por Io que dice. Besulta inconscientemente
pesimista hasta el exceso. No aparece demostrado como inevitable el fin catastrófico de
nuestra civilización, que es Io que pretendía demostrar el autor en este !ibro.
La traducción es muy defectuosa. Hasta Ia afean defectos gramaticales inexcusab!es.

P. de Zamayón, O. F. M. Cap.

ANTÓN KocH, S. I. - ANTONio SANCHO, Doccte, VI. El hombre en Ia vida social. Barce-
lona, Herder, 1955.—576 p. 150 ptas.

La colección Docete —formación básica del Predicador y Conferenciante—, cuyo


tomo VI presentamos, comenzó a publicarse en nuestro idioma en 1952. Intenta ser un
instrumento de consulta y de trabajo para los que están Uamados a difundir Ia palabra
de Dios y Ia doctrina de Ia Santa Iglesia.
El propósito ha sido logrado. Docete es en Ia actualidad —y Io seguirá siendo durante
varios lustros— Ia Enciclopedia de Ia predicación sagrada. La critica ha tributado a
los precedentes volúmenes los más encomiásticos elogios. En general son justos y los
hacemos nuestros. Los merece l.° por su contenido: Exposición general profunda, siem-
pre completa, del tema, conteniendo un sermón en oroquis; las fuentes tanto para Ia
doctrina (Sagrada Escritura, Magisterio Eclesiástico, Santos Padres y Doctores, Santos
Prelados, etc., Pensadores y poetas, etc.), como por los ejemplos de Ia Sagrada Escritura,
de Ia vida de los Santos, de Ia Historia, imágenes, similes, etc. 2.0 Merécelos también
por su método: No Io da todo hecho: ofrece amplia documentación, sugiere, orienta;
pero simultáneamente deja abierto ancho cauce para Ia elaboración personal del pre-
dicador, superando con esto los sermonarios usuales. 3.0 Finalmente, por el orden en Ia
agrupación de los temas a Io largo de Ia colección en sus diversos tomos y en Ia dispo-
sición de Ia materia de cada uno de ellos.
La del presente versa sobre «El Hombre en Ia vida social», abarcando concreta-
mente Ia Familia, Ia Sociedad civil y las virtudes y los vicios sociales.
Partiendo de Ia doctrina sacramental de Ia Iglesia relativa al matrimonio, se ahonda
en el sentido profundo de las relaciones entre los esposos, señalando los peligros que
amenazan a éstos y también las bendiciones con que Dios ha colmado el amor cristiano.
Es decir, expone con seguridad de criterio Ia doctrina sobre Ia famiUa con sus sociedades
integrantes : conyugal, parental, heril ; sus deberes, sus virtudes y sus peligros. En
conexión con esto prosigue exponiendo las enseñanzas católicas sobre Ia sociedad civil :
El Estado, Ia autoridad (en general), libertad ciudadana, sacrificio por Ia comunidad,
guerra, paz, etc. Después de Io cual siguen una serie de títulos que podrían denomi-
narse «Sección tercera: Virtudes y vicios sociales», los cuales integran más de Ia mitad
del tomo. En esta sección se abordan las mismas relaciones humanas con notable ampli-
tud, incluyendo el desarrollo de un extenso temario (53 temas), cuya sola enumeración
resulta sugestiva:
Trato mutuo. Amistad. Saludo. Cortesía. Honradez. Engaño. El derecho. La justicia.
El hablar. Veracidad. Sinceridad. El arte de callarse. Pecados de lengua. Mentira. Hipo-
cresía. Adulación. Honor. Buena fama. Calumnia. Juicio malicioso. Ofensa. Mofa. Ultraje.
Pedir y otorgar perdón. Amor al prójimo. Necesidad de ayuda. Prontitud para ayudar.
Misericordia. Pobreza. Ayuda a los pobres. Caridad. Limosna. Magnanimidad. Hospita-
lidad. Gratitud. Ingratitud. Ayuda a los enfermos. Ayuda a las benditas almas. Bondad.
Benevolencia. Suavidad. Indulgencia. Consideración. Tacto. Delicadeza. Compasión. Du-
reza. Defensa de los animales. Enemistad. Pleito. Querella. Unión. Odio. Asesinato. Duelo,
Venganza. Espíritu de venganza. Amor al enemigo. Seducción. Escándalo. Buen ejemplo.
Apostolado. Espíritu de apostolado. Celo por las almas. Corrección. Consejo. Ser luz.
En total nos ofrece este tomo 98 títulos, algunos de los cuales constituyen estudios
monográficos en compendio. En su afán por ser completo el autor no retrocede ante

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294 RECENSIONES 16

temas algo delicados como los 608, 609, 610: Abusos en Ia vida matrimonial, Aborto,
Adulterio... Con todo, no intentaron los autores componer un tratado de Sociología. Así,
pues, no se busque en el libro título alguno acerca de Sindicatos, v. gr., a pesar de Ia
creciente importancia de este asunto.
Quizá esa misma idea —no ser un tratado científico— haya sido Ia causa de que
Ia obra no incluya un índice de autores citados, que habría sido de desear; como muy
digna de alabanza es Ia Guía Litúrgica que al final se incluye. Varios sacerdotes haUan
en los comienzos poco fácil el manejo de Ia obra por las frecuentísimas citas y refe-
rencias a otros títulos, aun de los demás tomos: Io cual obUga a tenerlos todos a Ia
vista simultáneamente, cosa no siempro al alcance del lector. No creemos que tenga
mucha importancia este reparo: una breve práctica familiariza al lector con el método
y Ia distribución de materias ; y asl facilita el manejo de este precioso Ubro y Ia rápida
utilización de sus riquezas teóricas y prácticas.
P. de Zamayón, o. P. M. Cap

CESARE VASOLi, Guglielmo D'Occam, Pirenze, La Nuova Italia.—338 p.

Es sabido que G. de Ockham fué el principal factor que originó en el siglo xrv k>
que &e llamó dentro del Escolasticismo o filosofía medieval «la vía moderna», represen-
tada por el movimiento nominalista, en oposición a «la via antiqua», que habían se-
guido señaladamente Santo Tomás, Duns Escoto, Egitíio Romano, etc. Añádase a esto
que el innovador franciscano inglés y el movimiento por él iniciado eran predomi-
nantemente de carácter analitlco<ritico, con marcado énfasis en los métodos dialécticos.
Y así se comprenderá fácilmente, por una parte, Ia gran popularidad que pronto tuvo
Ockham en las nuevas universidades de los siglos XIV y XV e incluso en las de París
y Oxford, y, por otra parte, los criterios d* polémica y parcialidad con que, casi inevi-
tablemente, se han enfocado generalmente en una y otra dirección desde el principio
las doctrinas ocanüstas.—Cesare Vasoli escribe para Ia «Nuova Italia», de Hrenze, esta
obra «Guglielmo D'Occam» como un intento de situar al «maggior filosofo della crisi
della scolastica» en el propio ambiente histórico del gran pensador, pretendiendo inter-
pretarle con serenidad e imparcialidad. El autor estudia a Ockham a través principal-
mente de los más salientes puntos doctrinales de innovación ocamista, tales como to
Lógica, el concepto de'. individuo y Ia intuición, el problema del conocimiento, Ia crítica
ocamista de Ia concepción aristotélica del mundo físico y metafísico, Ia Teodicea, Ia
teologia moral, etc. Acaso Io más original e interesante en Ia obra es su último capítulo
sobre Ia polémica teológico-política acerca de las re'aciones de Ia Iglesia y el Imperio
en que se estudia Ia razón histórica que justifica Ia actitud crítica y polémica del maestro
nominaüsta y las posibles repercusiones o consecuencias en orden a Ia cultura contem-
poránea, a las relaciones actuales entre Ia filosofía y las ciencias naturales y entre Ia
teología y el pensamiento político. Merece que hagamos resaltar aquí también el trabajo
de tipo bibUográfico que el autor ofrece a los lectores en treinta y dos bien nutridas
páginas sobre las obras de ockham y toda clase de aportaciones histórico^ríticas para
un conocimiento exacto y equitativo del Padre del Nominalismo. TaI vez al autor de
este libro Ie sobre algo de Ia simpatía que ciertamente falta a otros muchos autores
en el enjuiciamiento de GuUlermo de Ockham.
J. Valbuena, O. P.

G. MiCHnxs, O. F. M. Cap., Principia generalia de Personis in Ecclesia, 2.> ed. Torna-


ci, 1955.-XVin, 708 p.

El P. Michiels es un auténtico tratadista de Derecho canónico, con Io cual quere-


mos significar que sus obras descuellan, señeramente, del nivel común de las obras
de texto o de las clásicas Instituciones, para elevarse al ptono más dominante y por
pocos alcanzado, de los verdaderos Tratados de Derecho canónico. Algunos de los temas

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17 DE RE CANONICA 295

Ilegan a desarrollarse con tal amplitud y, sobre todo, en forma tan sistemàtica, que
bien pueden calificarse de estudios monográficos. Con ello el P, Michiete na prestado
a Ia ciencia del Derecho una de las mas valiosas y decisivas aportaciones. Entre sus
obras creemos que destaca por este carácter científico el tratado «De Personis», ed. 2.a,
que ahora reseñamos. De Ia extensión y densidad de esta obra dice bastante el saber
que en las 708 páginas de que consta —incluidos los índices— se explican sólo 20 cáno-
nes, de! 87 al 107, La materia de este tratado «De Personis» se limita, por consiguiente,
a Ia parte general de las personas, y comprende las personas fisicas, con las cualidades
principales que modifican su condición jurídica; las personas morales, con una amplia
exposición del concepto y naturaleza de Ia persona moral o jurídica ; los ocíos jurídicos
de las personas y los vicios que a ellos se oponen; y, por último, Ia precedencia entre
las diversas personas en Ia Iglesia.
La doctrina sobre cada uno de estos temas se expone con orden, con profundidad
y con lucidez de estilo. Tanto en Ia fuerza de Ia argumentación como en el curso repo-
sado del estilo va siempre impreso un sello personal del autor, en el que se revela su
tenaz esfuerzo por penetrar hasta el fondo de las cuestiones, encontrar allí Ia solu-
ción definitiva o Ia más probable, y ofrecer esa solución en Ia bandeja de un terso y
amplio estilo.
En Io tocante a Ia exégesis de los cánones o aplicación de Ia doctrina —que en otros
tratados del P. Michiels es con alguna frecuencia objeto de crítica o disentimiento—
en este tratado «De Personis», por su caráeter eminentemente doctrinal, apenas si hay
!ugar a Ia divergencia de opiniones y, cuando existe, Ia doctrina del autor suele ser
Ia mejor fundada. Así, por ej., en Ia interpretación del canon 87, el P. Michiels sostiene
que el bautismo es no sólo Ia condición necesaria para adquirir Ia personalidad jurí-
dica en Ia Iglesia, sino Ia verdadera raíz o título jurídico de Ia personalidad misma en
cuanto eclesiástica. Por esta causa afirma el autor, contra algunos, como Gismondi y
Ciprotti, que los infieles o no bautizados carecen de toda personalidad, siquiera funda-
mental, directa y propiamente eclesiástica o ex iure ecclesiastico (p. 14 ss.X
Por Io que respecta a Ia importante cuestión de Ia necesidad de pedir el consen-
timiento o el consejo de otros para determinados actos puestos por el Superior (ca-
non 105), sorprende Ia conclusión personal a Ia que llega el autor, después de haber
expuesto los argumentos en pro y en contra de Ia validez del acto del Superior (p. 520-521).
Los argumentos alegados en contra de Ia validez aparecen mucho más fuertes y hasta
convincentes. Así parece reconocer'.o también el mismo autor. Pero, al fin, concluye,
inesperadamente, afirmando que, por gravísimas razones de orden práctico, Ia sentencia
benigna o favorable a Ia validez del acto es no sólo extrínseca, sino aun intrínseca-
mente probable, con verdadera y sóHda probabilidad. La conclusión nos parece algo
Incoherente, aparte de que no se ve Ia gravedad de las consecuencias prácticas si se
tienen presentes los principios generales de Derecho y si se hace de ellos una recta
aplicación.
Deseamos que Ia nueva edición de esta obra «De Personis» tenga tan buena o mejor
acogida que Ia anterior y felicitamos cordiaünente al autor por Ia magnífica obra
realizada.
M. Cabreros de Anta, C. M. P.

PÉLDC Rurz QARCíA, índice de legislación para el clero castrense de los ejércitos de
tierra, mar y aire. 2.« ed. Madrid, Hidalgo, 1955—328 p. 17 cm.

Obra útilísima a todos los CapeUanes castrenses, por no decir necesaria, en Ia que
encontrarán recopilado ordenadamente por materias, dentro de riguroso orden alfa-
bético, cuanto les interesa conocer para e! desempeño exacto de su misión de Cape-
llanes, en el doble aspecto de militares y de sacerdotes.
El autor recoge en Leyes, Decretos, Keglamentos, Ordenes Circulares y Ordenes
Comunicadas todo Io legislado a este respecto. Al final, una serie de Apéndices muy
útiles, con formularios de programas, certificados, instancias, etc.
L. CasteUanos

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R EC EN SIO N ES

JosÉ LLAMAS, O. S. A., Biblias Medievales Romanceadas. Biblia medieval romanceada


judío-cristiana Versión del Antiguo Testamento en el siglo XIV, sobre los tc<ctos
hebreo y latino. Edición y estudio introductorio por..., vol. I: Oénesis-Reyes; vol U:
Paralipómenos-Macabeos. Madrid, Consejo Superior de L·ivestigacionee Científica«.
Ewtituto «Prancisco Suárez». 1050-1955.—LX-606; Xn-994 p., 25 cm.

Puesto que Ia inmensa mayoría de códices conteniendo el texto de las antiguas tra-
ducciones de Ia Biblia en romance casteUano se baUan en Ia BibUoteca del Escorial, lógico
era que fueran los Padres Agustinos, custodios del famoso monasterio, los llamados a
publicar aqueUos tesoros depositados en dicha Biblioteca. Hasta muy recientemente
se había trabajado poco a este respecto. Las tareas para Ia pubUcación de estos manus-
critos bíblicos fueron empezadas hace años por algunos estudiosos, con finalidad lite-
raria (AMÉRICO CASIRO, AGUSTÍN MlLLARES, ANGEL O. BALTISIESA, Biblia MedlOVOl TOmUH-
ceada según los manuscritos escurialenses I-I-3, I-M y I-L4. I. Pentateuco, Buenos Aires
1927). Pero ha sido el Padre Llamas el erudito que más se ha ocupado de los manuscri-
tos bíblicos del Escorial, publicando una serie de artículos en las revistas «Estudios
Bíblicos», «Sefarad» y «Ciudad de Dios». Véase su elenco en nuestro trabajo: Los es-
tudios bíblicos en España desde 1900 hasta 1955, «Salmanticensis», 2 (1955), 454 y 460.
En los volúmenes que presentamos, se publica el Ms. bítóico I-L4, esorito con letra
gótica del siglo XIV. Dicho manuscrito contiene una traducción casteUana de todo el
Antiguo Testamento, faltando el libro de Baruch y las partes deuterocanónicas de Da-
niel y Ester. En su mayor parte se trata de una versión directa de los textos hebraicos
originales. El salterio es una versión de Ia recensión galicana y los deuterocanónicos
han sido vertidos de Ia Vetus Latina. El traductor es un judío, sin que sea posible in-
dividualizarlo; los destinatarios, en cambio, parece que .>can cristianos. En cuanto a Ia
reproducción del texto en esta edición nos dlce el Padre Llamas: «Hasta muy avan_
zado el volumen hemos sido más respetuosos con Ia ortografía del original, para que el
lector se avezase a eUa. Desde este punto Ia hemos aliviado copiosamente de sus ar-
eaismos, pensando que el lector moderno prefería entregarse con mayor desembarazo
ortográfico a Ia captura del pensamiento bíbUco transmitido por estas versiones» (pág, LX).
El primer tomo se abre con una larga introducción en Ia cual se trata de Ia existeai-
cia en España de Biblias traducidas, desde muy antiguo, en romance casteUano. Describe
sumariamente los manuscritos del Escorial que contienen el texto de Ia mayoría d«
aqueUas versiones. En el manuscrito I-I-3 se encuentra el texto de Ia Biblia medieval
romanceada judío^preferrariense (siglo XIV) ; en I-I-5 y I-I-7 el de una antigua Biblia
judia medieval romanceada (siglo XTV) ; en los Mass. I-H5, I-im, Y-H5, I-I-2 se reproduce
el texto de Ia Biblia medieval romanceada prealfonsina, mientras que Y-I-8 y Y-H-19
contienen, respectivamente, Ia Biblia Alfonsina y Ia Moderna Biblia judía romanceada.
En un breve prólogo con que se encabeza el tomo n, se dan algunos pormenores con
el fln de poner más de reUeve Ia índole del texto de I-M, que el autor publica. Sentimos
que el excesivo número de paginas del segundo tomo, no haya permitido Ia inserción del
glosario alfabético de los vocablos más raros o que se juzgare pudieran oírecer interés
de orden filológico, tal como se prometió en el tomo primero. Auguramos que el Ubro del
Padre Llamas haUe amplio eco entre los bihUstas y filólogos.

L. Arnaldich, O. P. M.

PABLO Luis SuÁREz, C. M. P., Noemática Bíblico Mesiánica de Alfonso Tostado de Ma-

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2 DE RE BIBLICA 689

drigal, obispo de Avila (1400-1455). Tesis doctoral en el Instituto Bíblico de Roma:


Diciembre de 1949. Madrid, Editorial Cocuisa, 1956—159 p., 26 cm.

Dice el autor en Ia Introducción que «las páginas que ofrecemos al lector sobre Ia
Noemática Mesiánico-BíbUca de Alfonso de Madrigal son una pequeña parte de nuestros
estudios en torno a Ia obra exegética de este gran sabio español» (pág. 7). Abren el
libro unos Prelimtaares, de los cuales el A) es una bibliografía general. Lamentamos
decir que semejante bibliografía resulta oscura, con indicaciones incompletas, algunas
de las cuales se parecen a un enigma. Valga el siguiente ejemplo: «BiBLioiECA EscuRM-
LENSis : Lt. A. Plut. Tf, núm. 3 (tomo I, p. 127). Cf. BHV., H, s. v. Contiene Paradoxas
en castellano». En Ia transcripción de obras extranjeras se encuentran muchos errores.
AsI, por ejemplo, escribe Geschicte, por Geschichte. Anotamos Ia cita de dos obras:
CHEVALiER, blo-bibliografía (?). Déxiéme (?) vol.; MANGENOi, Alphonse Tostat, Dthc.
Band (?) I. Los interrogantes son nuestros. En el preliminar B) despacha en dos pági-
nas Ia biografía del Abulense. Es chocante cómo el autor raciocina para hallar el año
del nacimiento de Alfonso de Madrigal. Dice en pág. 11, nota 1 : «Se ignora el año pre-
ciso de su nacimiento. Suponiendo, como aflrman algunos autores; v. g. BELLARMi-
NO, O. c. VI, pág. 102, que vivió apenas cuarenta años, se debe poner que nació el 1405,
pues Ia fecha del fallecimiento, 1455, es cierta». En el tercer preliminar señala las obras del
Abulense. En Ia página 17 habto de las ediciones de sus obras. De Io que dice el autor
no podrá el lector colegir con certeza cuántas son las ediciones de las obras del Tosta-
do, nl el tiempo y lugar de edición. En Ia página 19 se inserta una bibliografía noemá-
tica, que nos parece incompleta y anticuada. Se desfiguran nombres y apellidos de
los autores (Assuad, por Assouad ; Joa. Balestri, por Joseph Balestri. El nombre de los
autores se escriben unas veces en latín (Joachim Blázquez), otras en castellano (Martín
Becano), y en otros casos se omite. El trabajo que cita de J. Blázquez se publicó en
«Rev. Es. de Teología», I (1940), sin ulteriores indicaciones. En Ia página 20 se inserta
un elenco de revistas nacionales y extranjeras con sus siglas correspondientes. De las
extranjeras pocas hay cuyo título esté escrito rectamente. Pero preguntamos: ¿A qué
vlene esta lista de revistas francesas, alemanas, suecas e inglesas, con sus siglas, si en
el cuerpo de Ia obra no se citan nl una sola vez?
El cuerpo de Ia obra comprende sels capítulos. Con avidez leímos uno tras otro
para llegar a tener una idea de los sentidos bíblicos según Alfonso de Madrigal y hemos
de confesar que nos hemos visto defraudados. Se acumulan textos entresacados de las
obras del autor, se aducen testimonios de escritores contemporáneos y posteriores, pero
falta un sentido crítico que cribe aquellos textos y construya una síntesis clara y deflnida
del pensamiento del Abulense. Notamos en el Padre Suárez demasiado afán para pro-
bar que en las obras del Tostado se hallan todos y cada uno de los elementos que ac-
tualmente distinguen los exégetas en el carisma inspirativo y en Ia noemática. En
todo este cuerpo de Ia obra vemos una negligencia tipográfica tal que nos hace sospe-
char que el autor no ha corregido las pruebas. Este descuido y desaliño crece en las no-
tas. Véase, por ejemplo, Ia nota de Ia pág. 55 y en general, todas en las que se citan
textos, autores o títulos de libros en lengua que no sea to española.
Lamentamos no haber podido hacer mejor presentación de esta tesis doctoral del
Padre Suárez. Alabamos, sin embargo, Ia elección del tema, y confiamos que, cuando
se decida a publicar todo el inmenso material que tiene recogido acerca del Tostado,
nos ofrecerá un conjunto armónico y claro sobre to mente del Abulense en estas apa-
sionantes cuestiones hermenéuticas.
L. Arnaldich, O. P. M.

B. ORCHARD, E. P. SurcLHTE, R. C. PULLER, R. RussELL, Veroum Dei. Comentario a Ia


Sagrada Escritura. Tomo primero: Introducción general, Antiguo Testamento:
Génesis a Paralípómenos. Prefacio de su Emcto. Rvma. Bernard Griffin, Cardenal

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690 RECENSIONES 3

Arzobispo de Westminster. Proemio de su Excia. Bevma. Gregorio Modrego, Arzobis-


po^Dbispo de Barcelona» Barcelona, Editorial Herder, 1956.—XXXI, 939 p, 23 cm.

Un equipo de Padres Dominicos, profesores todos úe Sagrada Escritura, y al frente


el joven y dinámico Padre Maximiliano Oarcia, profesor de exégesis de esta Universidad
Pontificia, ha emprendido Ia tarea de verter al casteUano el A Caholic Commentary on
Holy Scripture, publicada en 1953 en Edimburgo, con Ia coteboración de los mejores
exégetas católicos ingleses de Ì& actualidad. Los traductores se han propuesto adaptar
Ia obra al público español adornándola con algunas notas, que se han relegado al final
del volumen, y completando Ia bibUografía con algunos estudios publicados por escri-
turistas españoles. El Padre Florentino Pérez, O. S. B., ha insertado un capítulo sobre
las versiones de Ia BibUa en español. Sobre las notas adicionales de los traductores
debemos lamentar su colocación al final del volumen y Io amazacotado de su texto. En
cuanto a Ui bibliografía española, aunque los traductores se hayan limitado a recoger
Io que han creido más útil para los lectores, no cabe duda que han pasado por alto
estudios que merecían figurar en esta edición
Este primer tomo abarca Ia L·itroducción General, Ia introducción al Antiguo Tes-
tamento y comentario a te mayoría de los libros históricos viejotestamentarios. En Ia
introducción no solamente se estudian los tratados fundamentales de Ia inspiración,
canon, texto y hermenéutica, sino que se incluyen estudios sobre otros temas que con-
tribuyen a Ia mejor inteligencia del sagrado texto. La reconocida competencia y espe-
cialización de los profesores que firman cada uno de los diversos temas ofrece una
garantía de seriedad y perfección.
En Ia introducción al Antiguo Testamento se estudian, en diversos apartados: La
significación del Antiguo Testamento (SutcUffe), Ia religión de Brael (Id.), los pueblos
gentiles circunvecinos (Power) y Ia cronología del A. Testamento (Sutcliffe). De este
último autor son también Ia Introducción al Pentateuco y el comentario al Génesis. Un
estudio sobre los libros históricos en general y el comentario sobre Josué y Jueces se
deben al Padre Power, de quien es también el comentario al Exodo. El Padre Saydon
comenta el Levítico y los Números, Mackenzie el Deuteronomio. Los comentarios a los
otros libros históricos se deben a W. Leonard (Rut), Mc Kay (1 y 2 de Samuel), K. Smyth
(1 y 2 de los Reyes) y Sutcliffe (1 y 2 Paralipómenos).
El libro se abre con un elenco de nombres de las personas que forman el comité de
redacción de Ia obra y el de los traductores y adaptadores (pág. VH). Siguen a con-
tinuación: Ia lista de colaboradores (pág IX-X), un prefacio del Cardenal Griffin
<xm-XTV), un proemio del Arzobispo-Obispo de Barcelona (XV-XVI), un prólogo de
Ia edición original (XVII-XX) y una nota de los traductores (pág. XXI). Se da una
lista de las abreviaturas empleadas en el curso de Ia obra (págs. XXni-XVIH), Ia
transcripción de letras hebreas (XXDC) e índice de artículos del tomo primero (pág XXXI)
Mucho deseamos que esta obra sólida y moderna halle amplio eco entre el público
español. En sl tiene eUa un gran valor intrínseco, que los recensores de todo el mundo
han puesto de relieve, y los traductores han sabido verter elegantemente en lengua cas-
tellana los matices más sutiles del original inglés. Hoy por hoy, no tememos en equi-
vocarnos si decimos que esta edición debe considerarse como el mejor comentario ma-
nual y científico que poseemos en lengua española. Lo único que Ia hace desmerecer, y
que los mismos traductores reconocen implícitamente, es Ia ausencia del texto bfbUco.
El original inglés carecía del mismo y los traductores no Io han incluido por no au-
mentar el volumen y el precio de Ia obra. MiI plácemes a los traductores, en especial
P. Maximiliano, nuestro adnürado colega en esta Universidad de Salamanca.
L. Arnaldich, O. P. NL

P. G. ViTTONATTO, O. P., 11 libro di Geremia. La Sacra Bibbia tradotta dal testi originali,
commentata da professori dello sudio domenicano di Torino. Testo latino deUa
Volgata.Torino, L. I. C- E.-R. Berruti. O. 1955.—585 p.

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4 DE RE BKLICA 691

Con este grueso volumen sobre el Hbro de Jeremías se reanuda el comentario a Ia


S. E. iniciado por el P. Sales en 1911 y continuado después por el malogrado P. Girotti,
muerto trágicamente en un campo de concentración por haber defendido los derechos
de los judíos en Ia época del nacismo. No obstante este nuevo volumen está concebido
en otro plan mucho más amplio sin perder el carácter pastoral que tenía Ia susodicha
colección. La cultura bíblica ha progresado natablemente, y las exigencias del público
culto eclesiástico no se contentan con meras acotaciones marginales al texto sagrado,
sino que desean exposiciones sistemáticas y profundas de Ia palabra divina. Por eso los
encargados de continuar Ia colección iniciada por el P. Sales han creído dar una mayor
cabida a Ia investigación científica para exponer ampliamente el texto sagrado. Otra
novedad en esta nueva serie es que Ia traducción italiana se basa no en Ia Vulgata,
sino en los textos originales. Con Ia encíclica Divino afftonte Spiritu se ha dado mayor
beligerancia a los textos originales sin despreciar el clásico de Ia Vulgata. No se puede hacer
un comentario científico de Ia S.E. sino a base de los textos originales.
La introducción es amplia y sustanciosa. En ella se abordan los diversos proble-
mas generales que plantea el libro de Jeremías, y sobre todo es interesante el estudio
que hace de Ia diferencia de textos masorético y griego. La hipótesis de una doble recen-
sión tiene preferencias para el autor como solución más lógica del intrincado problema.
El comentario es ponderado y objetivo, basado siempre en el sentido original. Como
apéndice se insertan unas ilustraciones fotograflcas que ayudan a entender diversas
alusiones del gran profeta de asedio de Jerusalén, La obra, pues, es muy completa y
sin duda es una buena contribución a los estudios bíblicos.

M. García Cordero, O. P

PAUL AuvRAY, initiation à l'Hébreu biblique. Précis de grammaire. Textes expliqués. Vo-
cabulaire. Tournai (Belgique)-Paris-Rome-New York. Desclée etCie, S. A.—279 p., 23 cm.

El autor rompe con los moldes usados hasta ahora en Ia enseñanza de Ia lengua hebraica.
Como indica el mismo título, consta el libro de un compendio gramatical, de Ia explicación
de un número determinado de textos bíblicos y de un vocabulario. Reúne en Ia parte gra-
matical las reglas indispensables para abordar te lectura y examen de cualquiera pe-
rtcopa bíblica. La parte gramatical abarca veintitrés lecciones. A nuestro parecer, no
siempre hallará el estudiante en estas páginas aquella claridad que, por ejemplo, presen-
ta Ia gramática hebraica del Padre Ubach (Legisne Toram? Grammatica practica Un-
guae hébraicae seminariis scholisque publicis accomodata¡ ed. 3, vol. I Phonologiam et
morphologiam complectens. Montserrat-Roma). La novedad mayor de Ia gramattca de
Auvray está en Ia segunda parte, o sea, en Ia de los «textos explicados». Estos textos son :
Ier. 29, 1-32; 2 Sam. 7, 1-29; Ps. 95, 1-11; fc. 1, 2-12. En su selección y disposición ha
tenido el autor en cuenta Ia mayor o menor dificultad de los mismos. Para nosotros es
Ia parte más interesante y lograda del libro. La tercera parte comprende un amplio
vocabulario en donde se reúnen unas dos mil palabras hebraicas clasificadas en vein-
tiséis listas. El elenco numerado de palabras se haUa en Ia página de Ia Izquierda; en
Ia de Ia derecha va una explicación amplia de ciertos términos. Termina el libro con un
índice de palabras hebreas que han sido objeto de alguna observación particular en
el curso de Ia obra. Sigue un índice bíblico, otro analítico y Ia tabla de materias.
Mucho nos gusta el método empleado por el autor y creemos que está destinado a
tener éxito en Ia práctica. Sin embargo, el libro que reseñamos resulta una obra muy
personal del autor, y difícilmente podría generalizarse como Ubro de texto. Lo me-
jor sería que cada profesor de lengua hebraica escribiese su gramática inspirándose en
el método seguido por Auvray, método que a nosotros nos parece magnífico.

L- Arnaldich, O. P. M.

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692 RECKNSIONES 5

PAUi Ro8TENNE, La /e de los ateos. Valencia, Edic. Fomento de Cultura, S. A.—259 p., 19 cm.

La prtmera y superficial Impresión de este libro nitidamente impreso, es de expec-


tativa y cautela. Autor para nosotros desconocido, libro sin año de edición (martingala
ya corriente en no pocas editoriales), prólogo de Danlel-Rops, inspiración que se con-
fiesa en Ia abigarrada confusión de Camús, Sartre, Oraham Greene, Malzaux Mauriac,
división en fragmentos sln número ni epigrafe alguno de capítulos, el mismo titulo
paradógico, son datos que nos acucian y nos ponen en guardia.
Y sin embargo, a las pocas páginas el autor nos ha cautivado. Sabemos que es
Profesor belga, critico, colaborador de Ui «Revue Nouvelle»; vemos una erudición actual
y amplia, un estilo elegante preñado de originales imágenes, un tono cálido con serena
elocuencia y un profundo sentido cristiano, una filosofía teologal ortodoxa y un género
nuevo y pujante de teología moderna.
La teste, desnudándola de su posición paradógica, viene a ser que el mundo hoy ha
evolucionado al ateísmo, que ni en Ia ciencia ni en Ia naturaleza dominada encuentra
donde saciar su apetito de felicidad y paz, que el hombre tiene un destino que Dios Ie
dió, que para Uevarle a él hace falta comprensión y cordialidad y que Ia toma obligada
de contacto con el üitelectual descreído y angustiado ha de estar informada por el amor...
Pero esto, dicho asl, parece un cúmulo de vulgaridades: y el libro original, intere-
sante, poderoso, es todo Io contrario. Su forma, sus enfoques, sus frases muchas veces
agudas y siempre expresivas, su documentación es muy personal y su tono actuaUsimo
y rebosante de novedad.
El hombre, dice, coronamiento de un inmenso movimiento que eleva hacia Io más
alto Ia creación entera, por muy manchado y borroso que aparezca, tiene su porvenir
y quizá en nuestro tiempo descreído inicie las etapas de su ascensión a Dios.
Para romper Ia inercia, dice el prologuista Daniel Rops, inicia en Ia medida exacta
que hoy se impone, un diálogo entre los hombres de buena voluntad.
Algo de Ia mentalidad del autor y de su tendencia demostrativa se puede alcanzar
de que antepone a sus palabras un texto del profeta Oseas sobre Ia vuelta al Señor en Ia
aflicción y Ia Uegada del día en que nos resucitará y viviremos en su presencia —fondo
de catástrofe y augurio de esperanza— y una frase de San Anselmo : «No trato de com-
prender para creer, sino de creer para comprender». Y se toma no en un sentido de
tendencia meramente subjetiva, sino en el de una tendencia innata del hombre hacia
Dios.
MaraviUosa es Ia descripción de las élites que son inspiradoras y se asemejan al
huracán que no sólo arranca las hojas del árbol, sino que las arrastra en pos de sí.
Pero el libro es tan denso y cada página tan sugestiva, que es imposible una des-
colorida síntesis. Sólo es oportuna Ia invitación a una lectura, que de seguro no de-
fraudará.
J. Artero

JOHANNES BwNKTWNE, Die Lehre von Gott. Ester Band: Von der Erkennbarkeit, vom
Wesen und von den Vollkomenheiten Gottes. Paderborn, Verlag Ferdinand Schö-
ningh, 1953.—298 p., 14,80 D. M.

JOHANNES BWNKTMNE, Die Lehre von Gott. Zweiter Band : Von der göttlichen Trinität.
Paderborn, Verlag Ferdinand Schönmgh, 1954.—234 p., 9,30 D. M.

JOHANNES BRnncTMNE, Die Lehre von der Schöpfunff. Paderborn, Verlag Ferdinand
Schöningh, 1956.—263 p., 17 D. M.

Unimos, en única nota bibliográfica, los tres volúmenes del docto profesor de Pa-
derborn por ofrecer características comunes e idénticas normas didácticas. Existen ya

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6 DE RE DOGMATICA 693

en alemán excelentes textos de teología Dogmática. Lercher, Stentrup, Heinrich, Pohle-


Gummersbach, Stote, Schmaus, Diekamp, Premm y Ludwig Otto —por cltar algunos nom-
bres recientes—, honran Ia ciencia teológica de una nación. La Hsta continúa abierta.
El manual de Brinktrine no padece, en parangón con los mencionados, ningún desdoro.
Sin Ia pretensión de brlUantes novedades brinda al alumno un método ordenado, de
BObria senciUez y rara claridad. Procede de una manera temática como Io exige el estilo
de hoy y Ia experiencia Io reclama, pues así el estudiante puede retener con mayor
facilidad los datos fundamentales de Ia doctrina revelada.
Nos encontramos ante un pensamiento teológico maduro, fiel al sentir tradicional y
experto conocedor de los problemas que plantea Ia ciencia moderna en los campos
bíblico, patrístico y litúrgico. Las grandes verdades de nuestra Fe —idénticas en todo
libro de texto— son puestas en relieve con singular acierto.
En el primer volumen -DE DEO UNO— siguiendo las huellas de Sar. Agustín y de
los Padres de Occidente, estudia Ia esencia de Dios, que se tripersonaliza en el volumen
segundo. Hay materias que el autor desarrolla con amplitud. Notable su monografía
sobre el nombre de Jahwé en el Antiguo y Nuevo Testamento (p. 69-83). Algunos errores
modernos o son expuestos con excesiva brevedad o se silencian por completo. Un ejem-
plo, el existencialismo, apenas nacido y ya casi en el ocaso, y el comunismo. Los nombres
de Brunner y Bochenski apenas sacian Ia curiosidad intelectual del alumno.
Considero, empero, un acierto indiscutible Ia brevedad de Brinktrine al tratar cues-
tiones de escuela. La Inspiración de! autor es abiertamente tomista. WIr schliessen uns
eng an den M. Thomas an. Hay que confesar que es siempre equilibrado y no escamotea
las dificultades, nl los argumentos de Ia sentencia opuesta. AsI Ia obra, en su conjunto,
aparece de una serenidad maravillosa y de justas proporciones. Adquieren fuertes relieves
los trazos fundamentales del mensaje cristiano, mientras Io accidental es relegado a
segundo término. Cierra el tratado oportuno apéndice sobre el principio de causalidad,
fundamento de todas las pruebas a posteriori, demostrativas de Ia existencia de Dios.
En los ExKuRS se tocan cuestiones de actualidad.

Se Inicia el volumen segundo —Dios TRiNnwu>— con un estudio preliminar en el que


enfrenta Ia razón humana con el misterio divino. La existencia de un Dios en tres
personas es insondable arcano para Ia Inteligencia del hombre. Las analogías son como
huellas en Ia arena y Ia misma imagen interior del alma es pálido reflejo del misterio
trinitario. Las tesis son las mismas que se encuentran en todo manual. Nadie debe
asombrarse de esta repetición inevitable. Las verdades reveladas no cambian con el
correr de los siglos. La palabra de Dios viene en ayuda de nuestra pobreza y los tes-
timonios elocuentes de Ia tradición griega y latina son citados en su idioma original.
Interesante Ia iconografía trinitaria y el estudio de las procesiones inmanentes. Los
textos que aduce el autor —casi exclusivamente orientales— en favor de Ia procesión
del Espíritu Santo Paire Filiogue, Uevan el convencuniento a todo lector desapasiona-
do e imparcial. Nos duele, es cierto, Ia inverosímil brevedad del autor al mencionar
los Padres de Occidente, en especial al Doctor de Ia Trinidad, San Agustín. -
En contadas páginas se estudian las misiones y relaciones divinas y se dan reglas
prácticas sobre ternünología trinitaria. La consubstancialidad triunfa en el concilio de
Nicea y Ia unidad comunitaria de operaciones ad extra pasa a ser doctrina üidlscutible
en teología. Nociones y actos nocionales, propiedades y apropiaciones, períchoresis y
nombres personales tienen su puesto de honor en el estudio de Brinktrine. Como colo-
fón, un esbozo sobrio y exacto sobre las trinidades acristianas y Ia Trinidad que es un
golo Dlos. Padre, Hijo y Espíritu Santo. Das Haptmysterium unseres Glaubens ist ori-
ginal unableitbar.

Idéntica pericia profesional del autor en el tratado DE DEO CREANTE. Como introito
un apunte literario selecto. El nombre del Angélico da ambientación al tema y unas
consideraciones generales enmarcan el acto creador. Sigue de cerca el orden de Ia Suma:
producción de las oriaturas, su distinción, conservación y gobierno. La causalidad efir
ciente de todos los seres se encuentra en Dios que creó el mundo de Ia nada. El argu-

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694 RECENSIONES 7

rnento bíblico Io considera apodíctico. La creación en el tiempo es un hecho que perte-


nece a Ia fe, Ia posibilidad de un mundo intemporal es materia sujeta a discusión. El
concurso inmediato y previo es una verdad indiscutible para el autor No obstante
menciona Ia sentencia contraria, aunque con marcada brevedad.
La angelogía plantea sus problemas. Existencia, esencia, distinción, jerarquia y
orden en los ejércitos del cielo, creación en el tiempo, apariciones, movimiento local, lo-
cuciones, poder sobre los cuerpos y las almas, sobrenaturaleza y momentos angélicos,
son temas que centran Ia atención del alumno en el texto de Brinktrine. La inteligencia
V querer de los ángeles vence en profundidad y amplitud al querer y entendimiento del
hombre, no en vano son substancias espirituales. La felicidad eterna es galardón del
Señor y corona de justicia. El ministerio de los puros espíritus es consuelo para nuestra
tìebilidad. El demonio ejerce su influencia en el mundo de las almas y de los cuerpos
y es de temer su actividad maléfica.
La cosmogonía mosaica ofrece innegable aflnidad con las ciencias profanas. Los días
biblicos han de entenderse en relación con los problemas de Ia ciencia moderna. Las
conclusiones de Ia astronomía, paleontología y biogénesis han de tomarse en conside-
ración si no queremos errar. La antropología estudia los constitutivos esenciales del
ser humano, su origen somático y anímico. Y, en un plano superior, los dones preter y
supranaturales de nuestros primeros padres, así como su pecado y fatales consecuencias.
El pecado original, su existencia, naturaleza y transmisión ofrecen amplio campo
a Ia especulación teológica del alumno.
A Io largo de materia tan extensa y fundamental, el autor invita a Ia investiga-
ción personal por medlo de sugerencias precisas y bibliografía modema. El argumento
patristico consiste en una serie de citas en su idioma original. Desearíamos una refe-
rencia a Ia Patrología de Migne, o, al menos, al Enchiridion de Bouet de Journel para
facilitar Ia constatación del estudiante aplicado. Para compensar Ia brevedad, inherente
a todo libro de texto, se hacen alusiones a diversos artículos de reconocidos especialistas.
Los alumnos suelen pasar por alto dicho aparato científico.
Nos place destacar en toda Ia obra de Brinktrine el denso contenido de su pensa-
miento teológico, su ponderación y sobriedad. No hay censura en sus palabras ni acritud
en sus disputas. Más bien se nota una deliberada intención de evitarlas. Las divisiones
son exactas, los resúmenes ceñidos, los abundantes corolarios orientados a los proble-
mas modernos y el método escolástico. Las cuestiones se van escalonando progresiva-
mente y existe unidad y coherencia en todos los tratados. Las citas en hebreo, griego
y latüi Io consideramos un acierto, no un defecto. La claridad es norma constante de
su conducta.
Nos hubiera gustado mayor atención a los errores de nuestro tiempo —intuicionis-
mo, existencialismo y comunismo— y un uso más frecuente de Ia enciclica de Pío XII,
Humani generts, El üiflujo agustiniano en las doctrinas trinitarias es casi silenciado,
omisión, en una obra de texto, grave.
Se pudiera objetar contra el método didáctico de este manual que hace perder el
interés y gusto por Ia búsqueda y limita el campo a Ia actividad personal del alumno
formado en Ia escuela activista, incapacitado para un trabajo receptivo. La solución
no debemos buscarla en los libros sino en los programas. Hay quienes, para soslayar este
inconveniente, enuncian las tesis como conclusión, o dan útiles consejos al lector y mul-
tiplican el aparato científico, con pocas probabilidades de éxito. Brinktrlne prefiere re-
mitir al alumno a recientes estudios de revistas especializadas.
Se pueden discutir detaUes, orientaciones4 sentencias, posiciones del autor, no obs-
tante el uso de este libro de texto Io Juzgamos altamente útil para un prinipr contacto
con Ia Teología Dogmática. El libro de texto no pierde actualidad. Hoy, dada Ia extensión
de las ciencias sagradas, se siente necesidad de emplear un manual que no engendre
fastidio en los principiantes y sea gula seguro en los intrincados problemas de Ia Dog-
mática. El texto de Brlnktrine es claro, sencillo, ponderado, denso de doctrina, de justo
equilibrio, experiencia probada, pensamiento ortodoxo. estiU> conciso y sencillo.
La presentación tipográfica esmerada, digna de mención especial.
L. Arias, O. S. A,

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8 DE RE DOGMATICA 695

jEsús BuJANDA, S. J., Angeles, demonios, magos y Teología católica. Madrid, Ed. Fax,
1955.—385 p., 16 x 11 cm.

El autor. Proíesor de Ia Facultad Teológica de Granada, y autor de varios manua-


les teológicos y ascéticos, aonde Ia doctrina segura y amplia se concierta con su presen-
tación lúcida y por ello aptísima para Ia formación religiosa de los seglares que desean
instruirse con suflciente amplitud y prepararse para el apostolado, manifiesta de nuevo
en este libro su ciencia amplia, su mentalidad actual y su adaptación provechosa.
Hoy que, como siempre, Ia ignorancia y el descreimiento dan margen tan crecido
a Ia superstición, es necesario saber a qué atenerse en cuanto al mundo espiritual, án-
geles y demonios que nos influyen. ¡ Y es tan fácil en esta materia soñar y desorientarse !
En forma de teología clásica —no puede ser de otra manera— se expone ordenada,
escolásticamente Io que son los ángeles, Io que enseña Ia Biblia y propone el Magisterio
eclesiástico, su naturaleza espiritual, su inmortalidad, número, hablas, poder, etc. Todo
con claros ejemplos y claros testimonios. Su poder y sus milagros están abundantemente
expuestos.
En muchas de estas cuestiones se curiosea mucho, se imagina bastante y se sabe
Io que decía S. Agustín : «Yo confieso que no Io sé» (Eiiq. c. 58). Y se ha adelantado
solamente en reconocer más cosas que no sabemos.
Más sabemos de sus oflcios. y el P. Bu]anda Io documenta muy bien hasta con
alusiones a Ia erudición profana, Orfeo, Eplcteto, Sócrates, Cicerón. Y es muy curioso su
«excursus» sobre reliquias angélicas y otras tan raras como éstas: nos pone en guardia
contra Ia inocente credulidad que en esta materia angélica se cruza con Ia ciencia ver-
dadera. Así es Ia del autor sobre Ia custodia angélica, capítulo bello y confortador.
Los tres capítulos del mal que nos pueden hacer los demonios, tentar, poseer y
maleficiar, están tratados con Ia amenidad que puede insinuarnos Ia anécdota —y hay
muchas— de Ia pág. 121, en Ia que cuando un novicio que reprendido por el Prior, por
haber hurtado Ia palmatoria de otro. Ie respondió que el demonio Ie había engañado,
se vió desmentido por el mismo diablo que dijo: «Mentira. A mí no se me ocurrió tal
cosa». Se explica en este libro con mucha casuística a ser cautos en atribuir al diablo
Io que nosotros hacemos o imaginamos.
Muy interesante y equilibrado está en el asunto de obsesos, lunáticos, endemoniados
y exorcismos y engaños históricos como el de London, que ejemplarmente se desarroUa.
Curiosos y con muchas entretenidas historias son los capítulos de Ia Magia blanca,
con efectos naturales y negra más difícil de dilucidar. Un variado ejemplario de pres-
tidigitación Ilustra las cuestiones. Magos y zahoríes desfilan y acrecientan las dificul-
tades de tomar una posición «nítida y tajante», pero se dan principios y normas para
dilucidar.
También Ia adivinación y Ia astrología tienen sus capítulos interesantes y anecdó*
ticos con erudición bibliográfica y de experiencia, y Io mismo los brujos tanto de regiones
salvajes como de urbes cosmopolitas.
No podía faltar Ia cita y estudio del P. Martín del EIo1 S. J., tan admirado, como
montañés, por Menéndez y Pelayo. Ni tampoco el mesmerismo y el hipnotismo ni los
trucos de los espiritistas y las maravUlas de los faquires.
El es, por tanto, de buena teología, notable amenidad y rico en criterios, con nota-
ble erudición y eJempUficación histórica y actual, erudita y personal.

J. Artero

Dirección espiritual y Psicología. Bilbao, Desclée de Brouwer, 1954. 414 p. (Estudios de


Psicología reUgiosa, I).

Con el presente tomo inicia Desclée Ia «Colección Estudios de Psicología religiosa»


que aparece bajo Ia dirección técnica de una Comisión de PP. Carmelitas Deecateos

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696 RECENSIONES 9

de Ia provincia de Navarra. Pretende ir publicando periódicamente trabajos de psico-


logia religiosa a base de los volúmenes de «Etudes Carmelitaines» aparecidos estos
últimos años. «Sin embargo, en Ia colección española se intercalarán trabajos originales
de autores de nuestra patria, tanto teólogos como médicos u hombres de ciencia»
(prólogo, p. 9).
Este primer tomo ofrece los trabajos presentados al congreso extraordinario, cele-
brado en Avon el año 1950. Propio de Ia edición española es Ia ponencia leida en Avon
por el P. Lucinio del SS. Sacramento sobre La dirección espiritual en Ia escuela car-
melitana (p. 281-306) y que no apareció en el volumen francés de «Etudes Carmeli-
taines». Sin embargo, suprime dos breves estudios, de Oliver Lacombe uno, y de Louis
Massignon el otro, sobre Ia dirección espiritual en Ia India y en el L·lam respectivamente.
Conocida es de todos Ia aceptación que han tenido los volúmenes de «Etudes Carme-
litaines». El tema del que reseñamos es de suma importancia y de actualidad. Se estudia
Ia dirección espiritual considerando diversos aspectos de ella. Algunos previos (algunos
aspectos de Ia psicología femenina), otros directamente relacionados, bien en un terre-
no canónico, bien positivo, bien psicológico, bien práctico, espiritual o teológico. Así,
dirección espiritual y confesión; el voto de obediencia al director; Ia dirección espi-
ritual según san Juan de Ia Cruz, según las obras más importantes de Santa Teresa,
según las cartas de Ia misma; Santa Teresa del N. Jesús y Ia dirección; dirección es-
piritual y psicopatologla; práctica de Ia dirección espiritual y psicoanálisis; Ia direc-
ción espiritual de los Jóvenes; Ia gracia de estado en Ia dirección espiritual, etc.
Las flrmas de prestigio universal que colaboran en algunos de los trabajos hacen
aún más sugestivo el presente volumen.
Por todo ello merecen nuestro sincero elogio primeramente «Etudes Cannelitaines»,
y después Ia Comisión de PP. Carmelitas Descalzos de Navarra que ha facilitado a los
lectores de habla española el poder saborearlos en Ia lengua de Cervantes. La inicia-
tiva de Ia Comisión es también digna de encomio. Tratándose de citas de autores espa-
ñoles (Santa Teresa, San Juan de Ia Cruz) creemos más propio citarlos siempre —a po-
der ser— según el texto fategro original.
Adolfo de Ia Madre de Dios, O. C- D.

Spanische Forschungen der Görresgesellschaft. Ser I. Gesammelte Aufsetze Zur KuI-


turgesch. Spaniens. VoI. 10 y 11. ed. por J. VmcKE,, en unión con E. SCHR*MM,
G. ScHREiBER y J. VrvES. Münster, 1955.

La Görresgesellschaft o Sociedad alemana que lleva el nombre del gran publicista


J. Gorres y tanto se ha distinguido en los últimos decenios por sus estudios españolistas,
quiere suplir ahora con Ia rapidez de los volúmenes que va publicando, los varios años
en que las catástrofes de Ia guerra Ie impusieron un forzado silencio. Por esto, después
de sacar a luz, no hace mucho, el vol. 9 de esta serie, publica ahora rápidamente los
volúmenes 10 y 11, que tenemos ante nosotros. En ambos aparecen las condiciones y ca-
racterísticas de las publicaciones precedentes : se trata de trabajos de investigación, rea-
lizados por alemanes y españoles con el objeto de dar a conocer Ia cultura española
o hispano-americana. Desde luego nos congratulamos con los dirigentes de esta publi-
cación, que tan dignamente siguen Ia iniciativa de su fundador E. FiNKE. Precisamen-
te el vol. 11 está dedicado al centenario de su nacimiento, 1955.
El vol. 10 se pubUca para celebrar Ia nueva apertura del Instituto de investigación
de Ia Sociedad Goerresiana en Madrid y comprende seis importantes trabajos con una
especie de apéndice del Dr. J. Vives. El primero lleva el título de El oro de Ia India
occidental y Ia política de crédito de Carlos V, por el prof, univ. RAMÓN C*RANDE, de
Sevilla. El autor es especialista en esta materia, según aparece en su obra Carlos V
y sus banqueros^ Pues bien, en este trabajo nos ofrece una síntesis de sus investigacio-
nes, que pueden verse más ampliamente expuestas en el vol. ni de dicha obra. Se trata
de explicar con gran abundancia de documentación los importantes servicios que Ie

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10 DE RE HlSTORICA 697

prestó para sus grandes empresas el oro, que comenzó a recibir Carlos V de América,
particularmente a partir del año 1522.

El segundo trabajo, obra del DR. WOLFGANG F1RHR. voN LoiMEYSEN, de Gottingen, se
titula Jaime Fabré, un arquitecto catalán del siglo 14. En él se plantea un problema
de gran interés y muy discutido por los especialistas en Ia materia, sobre el arquitecto
de las catedrales de Gerona, Pahna de MaUorca y Barcelona, que todos convienen que
están relacionados entre sí. Aumenta el interés, si se tiene presente el nombre del ar-
quitecto de Ia catedral de Bayona, que es Jacobus de Favarlís, el mismo que se da al
autor de las catedrales anteriores. Se propone, pues, Ia cuestión sobre si se trata de
una misma persona. El Dr. Lolmeysen, con una sólida argumentación, pondera por una
parte Ia extraordinaria significación de Ia arquitectura catalana de los siglos XIV y XV,
y por otra hace ver las excepcionales cualidades de J. Pabré. De él se sabe con toda
certeza, que fué el arquitecto de Ia Iglesia de Santo Domingo de Paüna de M. Por
otra parte consta, que en 1317 se encarga oficialmente de Ia continuación de Ia cate-
dral de Barcelona. Además se descubre claiamente su actividad en Ia de Bayona, y se
sabe que en 1320 construye el coro de Ia de Gerona. Mas aún : el autor nota sus traba-
jos en Santa María del Mar de Barcelona en torno al año 1329 y en Ia cripta de Ia
catedral poco después.

Sigue a continuación el trabajo titulado El derecho de patronato de Ia corona de


Aragónt obra del prof, univ. DR. JuAN ViNCKE, uno de los más entusiastas colaboradores
de E. Finke y de los más competentes conocedores de las cosas de España. Es bien
conocida Ia importancia que tuvo el célebre patronato español en sus relaciones con te
Iglesia,. Desde luego, no se trata propiamente de ese patronato, sino del que Io preparó
anteriormente. Así pues, el autor expone cómo desaparecieron en Aragón las llamadas
Iglesias propias y el desarrollo que tuvo luego el derecho de patronato de Aragón como
base de los llamados derechos del Patronato de los siglos XVI y siguientes.

Entrando de lleno en el campo de las investigaciones hispanoamericanas, el di-


rector de estudios superiores, DR. RODOLFO REiNHARD, presenta su colaboración sobre
La ética colonial española en Chile en el siglo XVI. En él vuelve a removerse Ia tan
discutida cuestión sobre si los españoles se sirvieron de las armas, y hasta qué punto Io
hicieron, para Ia evangelización de Ia región chilena, y en genera^ del Nuevo Mundo.
El autorhace ver cómo el dominico Pr. GiI González de San Nicolás se manifiesta en
abierta oposición con los franciscanos, tomando como base las doctrinas del P. Las
Casas, y aunque el autor quiere hacer justicia a Pr. GiI G., sin embargo se nota que
atribuye demasiada importancia al P. Las Casas, a quien modernamente se ha desauto-
rizado por completo, a pesar de reconocer todos su excelente voluntad y sus extraordi-
narios méritos.

El incansable hispanista y prof, univ. JORGE ScHREisER, de Münster, vuelve a su tema


con el título El Santo Monte de Montserrat. En efecto, había publicado anteriormente
otro ensayo titulado Montserrat, en el recuerdo de Alemania (en Span. Forsch, vol. 7,
p. 258 s.). Como el trabajo anterior se basaba en una obra de Adam Berg, de 1580, en Ia
que se tratan diversas cuestiones sobre Montserrat, así éste se refiere a una edición de
Pugger, hecha en Augsburgo en 1608, que trata otros temas semejantes. Se hace, pues,
un examen detallado sobre esta edición, y se añaden sobre eUa algunas importantes
observaciones: Ia significación de su dedicatoria a Ia esposa del célebre Marcos Pugger,
Ia importancia extraordinaria de carácter cúltico de Ia veneración que se tenía en
Alemania a esta Montaña Santa y a su célebre ermitaño Garín. Asimismo se deducen
las consecuencias de esta leyenda por referirse a Ia lejana España, tierra mariana por
antonomasia y de cruzada constante contra los moros.

El prof, univ. JORGE WEiSE, de Tubinga, nos ofrece un estudio, el más amplio del
volumen, El elemento de Io heroico en Ia literatura piadosa española. Poniendo como

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B98 RBCENSIONES 11

base treinta y tres escritores clásicos españoles de Ia Edad de Oro de Ia literatura espa-
ñola, en ediciones corrientes que el autor tiene a mano, examina el sentido que en
eUos tiene todo Io heroico: las virtudes heroicas; las acciones heroicas, etc. Todo esto,
de un modo especial en Ia literatura religiosa, poniéndola en relación con las pos-
trimerías del gótico, del humanismo y del renacimiento.
A estos seis trabajos añade el conocido investigador de Ia biblioteca Baünesiana de
Barcelona, DR. JosÉ Vrres, una nota o boletín de gran interés para los aficionados. Lleva
el titulo de Informe: trabajos españoles sobre Ia arqueología visigótica. Como se in-
dica en el título, se trata de un boletín, en que se da cuenta de las publicaciones reali-
zadas últimamente por los investigadores españoles sobre el período visigodo.
El vol. 11 está todo él dedicado a Ia celebración del centenario del nacimiento de
Enrique Pinke, benemérito fundador de Ia colección «Spanische Forschungen», gran in-
Testigador catóUco y promotor de Ia investigación alemana. Los catorce trabajos en él
incluidos tocan importantea puntos sobre Ut historia cultural de España y sus relaciones
con Alemania.
Encabeza el volumen un prólogo de su actual director JUAN ViNCKE, de Priburgo,
en el que. partiendo de unas palabras del homenajeado, en las que se lamentaba de
ser un autodidacta, hace ver cómo en reaUdad, por sus extraordinarias dotes personales,
eso mismo Ie comunicó un espíritu más amplio y fecundo, que sin trabas de ningún
género, Ie ayudó poderosamente a Ia realización de interesantísimos trabajos de in-
vestigación.
El profesor universitario, SANTWoo ALCOsÉ, de Barcelona, en su trabajo El hombre
fósil de España, después de exponer a grandes rasgos el estado prehistórico de Ia cul-
tura en Ia Península ibérica, recorre brevemente los dos períodos del Neolítico antiguo
y moderno, especificando los restos encontrados en España a Io largo de ambos períodos.
Es un buen trabajo sintético, que da una idea de conjunto acerca del actual estado de
los estudios sobre el hombre fósil en España.
El profesor de Viena, CARios TREMER, presenta una investigación Sobre Ui toponí-
mica ibérica. En eUa expone una serie de interesantes observaciones, que contribuyen
a ilustrar el influjo de Ia lengua ibérica primitiva en el lenguaje actual. En este punto
ha trabajado particularmente con gran competencia el bien conocido filólogo Menéndez
Pidal; pero el autor añade importantes datos sobre el influjo ibérico en Ia toponimia.
En este sentido aparece igualmente el influjo y re&ción íntima del indogermánico en el
lenguaje español y el parentesco que puede apreciarse con el alemán moderno. Como
observa muy bien el autor, así como es fácil de advertir el influjo directo del latín en
el español, no Io es tanto el de las lenguas primitivas. Io cual no debe ser obstáculo
para que se estudie con detención y se llegue a reconocer con toda claridad.
Particularmnte interesante nos parece el estudio del DR. JosÉ VrvES, conocido espe-
cialista en las inscripciones cristianas españolas, sobre las Características Regionales de
los Formutorios Sepulcrates crtetianos. Parte el autor de Ia base de su obra reciente y
fundamental Inscripciones cristianas de Ia España romana visigoda y de otra seme-
jante de LE BLANT, Inscripcions chrétiennes de Ia Gaule antérieures au VlIl siécie. Sobre
esta base, pues, establece una serie de principios sobre los formularios empleados en
las inscripciones de tas sepulturas cristianas en las regiones de Lyon, Vienne, Arles y Ia
Marca Hispánica. Aunque no se pueden establecer normas y principios que se observa-
ran matemáticamente en los diversos territorios, se puede llegar a una norma relati-
vamente general. Así, por ej.: cuándo Ia palabra quiescit o requieseit sustituye a iacet;
cuándo empieza a usarse Ia expresión recessit y decessit y cuándo fueron sustituidas
por obiit. Lo mismo estudia el autor sobre los demás elementos, como son : el nombre
acompañado de bonae memoriae o "algo equivalente; las expresiones sobre el tiempo que
vivió, c«¿ vixit, etc.

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12 DE RE HlSTORTCA ftQQ

EI benemérito fllólogo de Barcelona, AÑTONio GRŒRA, tan buen conocedor de las


antigüedades de Ia España cristiana, con su interesante traabjo Nomenclatura Hagiográ-
fica y Personal en Ia Marca Hispánica hacia el año 1000, nos introduce en Ia vida
mtima cristiana de los siglos X y XI. Ante todo pondera Ia lentitud con que se fué
introduciendo el culto de los Santos, como aparece en los títulos de las Iglesias y nom-
bres de personas. A manera de prueba añade una Usta de varias páginas de títulos de
Iglesias y otras instituciones y el tiempo en que se introdujeron. De estos y de otros
datos del autor se deduce que antes del año mil existían pocos titulares de santos. En
cambio, en los siglos XII y XEI son abundantísimos. Todo esto, por Io que se refiere
a Ia Marca Hispánica. A continuación se dan los nombres, que más frecuentemente ocu-
rren, entre los cuales se advierte un buen número de origen germánico, Io cual se
explica teniendo presente el origen de Ia Marca Hispánica.

El profesor de Priburgo, CLEMENTE BAUER, nos ofrece un estudio relativamente largo,


sobre La Historia de los concordatos españoles de Ia Baja Edad Media : el Concordato de
1482i Como es sabido, se trata del Concordato, obtenido de Sixto ^T por los Reyes Ca-
tólicos, Don Fernando y D.1 fcsabel, que tiene una gran significación, porque en él se
inicia aquella aerie de facultades concedidas a los Reyes de España, que constituyen Io
que se denominó el Patronato español. De este modo, este Concordato forma Ia base
del Patronato. El historiador Prescott, en su History of the reign of nFerdinand and
Isabella», Io designó ya como un «celebrated concordate», Desde entonces se ha venido
estudiando con particular interés. El autor da una excelente síntesis sobre su historia,
sus fuentes, su contenido y sus resultados.

El director de Ia Biblioteca Central y Catedrático de Ia Universidad de Barcelona,


FELiPE MATÉu Y LLOPis presenta un trabajo, que debe ser considerado como continua-
ción del aparecido en el vol. IX de esta misma colección, sobre las intitulaciones rea-
les. El presente se titula Rex Navarrae: Notas sobre Ia intitulación real diplomática en
el Reino de Navarra. Sigue el autor cronológicamente el estudio sobre el títido que
fueron tomando los señores o reyes de Navarra hasta 905 y desde esta fecha hasta el
siglo XVI. AsI aparecen los titulos de Rex in Pampilona, Rex Pampilonenstum et Ara-
gonensium, Rex Navarre, Rex Francorum et Navarre, etc.: hasta quedar definitivamen-
te Rex Navarrae.

El incansable investigador de Barcelona, JORGE RuBió, presenta su erudito trabajo


El B. fra Matéu d'Agrigento a Catalunya i Valencia: Notes sobre Ia vida religiosa a
una cort del Renaixement. Siciliano de origen, pertenecía Fra Mateo d'Agrigento al mo-
vimiento de los observantes franciscanos, como sus contemporáneos San Bernardino
de Sena y San Juan de Capistrano. Ahora bien, durante el reinado de Alfonso el Mag-
nánimo (1416-1458) estuvo en Cataluña y sobre todo predicó con extraordinario celo en
Valencia, apoyado principalmente por Ia piadosa reina D.a María. Su primera entrada
en España, según parece, tuvo lugar en 1426, y en 1427 predicó con extraordinario fruto
te cuaresma de Valencia. Sin tratar el autor de agotar Ia materia sobre Ui actividad
de este gran apóstol en Ia Península ni de Ia introducción de Ia Observancia en ella,
expone interesantes datos sobre su predicación en Ia Corona de Aragón. Es üiteresante
el rasgo, bien atestiguado en los documentos, sobre Ia devoción al nombre de Jesús,
que Mateo d'Agrlgento propagó intensamente en España, como Io había hecho en Ita-
lia San Bernardino de Sena. Y, como éste sufrió contradiciones por Ia supuesta nove-
dad de Ia devoción, de semejante manera las tuvo que sufrir aquí Fra Mateo. De par-
ticular interés es igualmente Ia estancia de Fra Mateo en Barcelona de 1427 a 1428 y
Io que trabajó por Ia exención de los conventuales en favor de los observantes. Para
ello utilizó el favor, que Ie prestaba Ia reina D.» María.

El gran pubUcista alemán HUBERTO jEDiN, publica un estudio sobre La Autobiogra-


fía de Don Martin Pérez de Ayala (t 1566). Son bien conocidas las flguras, por una
parte, del gran teólogo Pérez de Ayala, que tan activamente participó en las tres eta-

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700 RECENSIONES 13

pas del Concilio de Trento, primero como teólogo del emperador y luego como obispo de
Cádiz y Segovía; y por otra, el gran especialista e historiador del Concilio de Trento
en nuestros días, Huberto Jedin. Era ya conocida Ia Autobiografia, escrita por Martín
Pérez de Ayala y publicada en Nueva Colección de autores españoles, t. II ; pero habla
pasado casi desapercibida, si bien ya Nicolás Antonio y Hurter hacen mención de ella.
Así. pues, el autor hace un estudio detenido sobre Ia misma, proponiendo en Ia primera
parte una exposición algo detallada de su contenido, y dando, en Ia segunda, un juicio
de conjunto sobre su valor objetivo y fuentes utilizadas, y sobre sus cualidades litera-
rias. La conclusión es, que se trata de una obra de innegable objetividad, y por consi-
guiente, de muy especial valor histórico.

El abogado seviUano, ENw<juE OwE, ofrece el trabajo Gómalo Fernández de Oviedo


al Emperador Carlos V sobre Ia situación en Santo Domingo. Se trata sencillamente de
te reproducción critica de una de las ocho cartas conservadas en el Archivo General
de Indias, de SeviUa, del cronista de Carlos V y gobernador de Ia plaza de Santo Do-
mingo. Seis de dichas cartas habían sido ya publicadas. Las dos últimas estaban toda-
vüi inéditas. Ahora, pues, se publica Ia última. Después de una sencUla introducción, se
reproduce el texto íntegro.

El profesor de Colonia, CARLOS Auousio PELtERER, presenta el estudio Sobre las


juentes de Ia teoría musical de Cerone. Domingo Pedro Cerone fué renombrado músico
italiano en las cortes de Felipe n y Felipe HI y compuso el tratado «El Melopeo y
Maestro», que fué indudablemente Ia mejor enciclopedia musical española de princi-
pios del siglo XVII. El autor, pues, trata de dar a conocer a este músico
y valorar su obra Para ello, después de dar una idea de conjunto del Tratado de
Cerone en sus 22 libros, entra el autor en Ia parte principal de su trabajo, en Ia que
recorre los autores utilizados o citados por Cerone y da un juicio sobre ellos.

El DR ENRiQUE BiHLER, de Munich, estudia La poesía española de Ia Edad Media a


Ia luz de Ia critica de P. Martin Sarmiento. Partiendo el autor de Ia base de los diver-
sos críticos españoles que han tratado sobre Ia poesía medieval española, como Company,
Pedro Pidal, Amador de los Ríos, Menéndez y Pelayo y otros, se fija particularmente
en Martin Sarmiento, del siglo XVIII. En realidad, el abad benedictino, Martín Sar-
miento con sus Memorias, escritas entre 1740-1745, dió principio al estudio y crítica de
Ia poesía medieval española. El fué, pues, el iniciador de estos estudios, y no Luis Ve-
lázquez, como afirman algunos. Así Io defiende el autar del presente estudio, que trata
de dar una idea de Ia poesía medieval española sobre Ia base de los trabajos de Sar-
miento.
El escritor, ROBERio PAGEART, del Soudan francés, presenta un interesante trabajo
sobre Werther en España. Como es conocido, se trata de una de las más célebres obras
de Goethe. El autor, pues, expone cómo dicha obra en sólo 1797 fué editada quince
veces en Francia y asimismo era leída con pasión en L·iglaterra, Italia, etc. En cambio,
en España tardó mucho en introducirse, debido sin duda a Ia predisposición española
contra las ideas racionalistas alemanas. Sólo, entrado ya el siglo XLX se hicieron tra-
ducciones españolas, y en pleno siglo XLX llegó a f>er muy leído y apreciado en E$pana
como prototipo de las Pasiones. El autor recorre Ia historia de dicha obra en España
hasta nuestros días, y atestigua que ha encontrado y encuentra todavía oposición, de-
bida a causas religiosas, morales y sentimentales.
El profesor universitario de Maguncia, EDMUNDO ScHRAMM escribe Sobre Ia cuestión :
Donoso Cortés y Alemania, La actuación de este gran poUtico y pensador español en
Alemania no ha sido todavía suficientemente estimada y comprendida. El presente tra-
bajo ofrece algo nuevo e interesante para esta mejor comprensión.

El ya nombrado hispanista y profesor universitario de Münster, JORGE SCHREKER,

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14 DE RE Hp3TOMCA 701

nos habla de Ulrico v. Hassell, Cónsul General en Barcelona, relaciones comerciales Ms-
pano-alemanas después de Ia primera guerra europea. Sobre Ia base de Ia intervención
personal del autor, se expone brevemente el desarrollo de este interesante tema, en el
que tan importante papel desempeñó el Cónsul General alemán U. v. Hassell.

B. Llorca, S. I.

G. P. Rossi, C. M., Antiche e nuove edteioni deffli opuscoli dl San Tommaso d'Aquino
e il problema delta loro autenticità. Piacenza, Collegio Alberoni, 1955.—73 p.

Cuantos han tenido que tocar Ia cuestión de los escritos auténticos de Santo Tomás
habrán comprobado las grandes divergencias que hay sobre ello, Io mismo entre los
antiguos que entre los modernos, cuando se trata de los opúsculos. El autor de este
estudio se ha ocupado recientemente del caso en varias ocasiones, y conoce por tanto
sus dificultades y el camino que con mayores garantías puede llevarnos a una solución
fundada. Lo que se propone al tratar de nuevo el problema es hacer ver Ia necesidad de
estudiarlo «nel suo complesso generale», necesidad que muchos no comparten, con
grave detrimento para Ia producción legítima del Aquinatense.
Los criterios básicos para resolver esta cuestión exigen ante todo el examen de los
manuscritos, relegando a segundo término el testimonio de los catálogos. Cronológica-
mente éstos son posteriores, en general, a las colecciones manuscritas de opúsculos, y
además tributarios de las mismas. Las divergencias de procedimiento, que podemos
llamar controversia Mandonnet<Jrabmann y que todos hemos presenciado, se resolvieron
en favor del segundo, quien daba Ia prelación a Ia tradición manuscrita. Hoy nadie
cree en el imaginario «catálogo oficial», contra cuya sombra dispara Rossi, con macha-
cona insistencia, sus más acerados dardos.
Después de haber centrado el problema y señalado Ia trayectoria que nos llevará
a feliz término, se ocupa el autor de Ia afortunada aportación que para ello supone Ia
Tabula aurea de Pedro de Bérgamo (1473) y Ia edición consiguiente de Paulo Sonci-
nate (1488), quienes garantizan, a base de Ia tradición manuscrita, Ia autenticidad de
medio centenar largo de opúsculos. Viene inmediatamente después (antes de 1490) Ia
Summa opusculorum en Ia que, además de Ia TaZmZo aurea y de Ia colección de Son-
cinate, se utilizan manuscritos y catálogos, sobre todo el de San Antonino, obteniendo
asi un elenco de 70 opúsculos; si bien sobre Ia autenticidad de algunos de ellos aña-
didos a los de Tabula el autor anónimo, por no saber valorar Ia fuerza de Ia tradi-
ción manuscrita, no se atreve a pronunciarse con resolución.
En Ia edición veneciana de 1490 hecha por Pizzamano, que colecciona 72 opúsculos,
se quiebra Ia línea ascendente iniciada por Ia Tabula. De una manera arbitraria siem-
bra Ia duda sobre el valor del testimonio de los manuscritos, neutralizando asl Ias le-
gítimas conquistas de sus inmediatos predecesores. Y para colmo de males, ésta será
Ia edición que se repetirá en adelante, quedando consagrada en 1570 al adoptarla en
Ia Piana.
Las ediciones modernas (Mandonnet, Perriet, Spiazzi) no han tratado en serio de
resolver el problema, aunque en Ia primera de eUas se creyó haber dado con Ia clave
para lograrlo. El pleito añejo queda por tanto sub IUe1 y es preciso afrontario de nuevo
hasta llegar a una solución fundada.
Para facilitarlo el autor presenta un cuadro que comprende Ia aportación de siete
antiguas colecciones manuscritas (siglo XHI y principios del XIV), cinco catálogos tam-
bién antiguos que ofrecen garantías de verdad, Ia Tabula aurea y por último las
siete ediciones principales ya mencionadas.
El estudio de Rossi supone un avance sobre los anteriores, a algunos de los cuaJes
trata con manifiesta injusticia, subrayando sus desaciertos y desestimando el valor
positivo de sus aportaciones. El Padre Mandonnet, entre eUos, contra quien desahoga
principahnente sus iras« realizó, el primero en los tiempos modernos, en este campo
26

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702 RECENSIONES 15

de !os escritos de Santo Tomás, incluidos los opúsculos, una labor personal de investiga»
dón directa metódica y precisa, logrando exponerla en forma ordenada y armónica,
cualidades que no brillan en el estudio que analizamos.
V. Beltrán de Heredia

RAFAEL GARCÍA Y GARcíA DE CASTRo, Arzobispo de Granada, Criterios de Menéndez Pe-


layo. Granada, 1956.—194 p., 19 cm.

Desde su brUIante juventud fué el Sr. Arzobispo de Granada estudiante asiduo de


Ia Biblioteca Menéndez Pelayo en Santander. Y desde su primera biografía del gran
Maestro y sus capítulos de Hisfc>ria de los apologistas españoles hasta el prólogo y
edición en Ia B. A. C. de los Heterodoxos, siempre fué un apasionado del gran polígra-
fo y siempre ha seguido con diligencia Io que sobre él se ha ido publicando AsI se ve
en este nuevo Ubro cómo está al dla en los estudios y publteaciones sobre D. Marcelino
y se ve igualmente cuán hondo ha penetrado en sus ideas, cómo ha comprendido Ia
transcendencia de sus ideales y« sobre todo, Io prodigiosamente ejemplar y formativo
de estas ideas y de estos ideales para provecho de todas las generaciones y de Ia nuestra
actual en muy primer término.
Y para que el manejo fuera más fácil y Ia enseñanza más certera y fecunda se han
organizado una docena larga de capítulos en los qus se pone de relieve o se deflende Ia
egregia personalidad de Menéndez Pelayo, su formación, su ecuanimidad, su hispanismo,
su catolicismo, su filosofía y teología... en fin, una luminosa colección de facetas que
realzan Ia figura del Maestro y su adoctrinadora presencia en los más importantes
problemas.
Y todo, Io volvemos a repetir, está hecho con pleno conocimiento de causa, agudo
anáUsls, organización sistemática y ceñida, pero fecunda brevedad.
Mucho se Ie ha contagiado al Dr. García de; Castro el magnificente estilo del
Maestro, así es que el de este libro es tan clásico y luminoso: Pero es que a veces,
aun sln cita expUcita, quien habla es el mismo polígrafo, Io que da a muchas páginas
un tono d« autenticidad y una belleza de estilo singularmente cautivadoras.
Es un libro éste de verdadera criteriología y recomendabiUsimo para lectura de Ia
juventud intelectual, universitaria, tan falta hoy de criterios fijos y doctrinas ortodo-
xas. Y como sus páginas rebosan amenidad, erudición y simpatía, Ia lección se adentra
en el hombre ffcunda y suavemente.
También para los mayores, aun los mejor formados, el libro es de lectura deleitable
y provechosa.
J. Artero

B. GoLz, O. P. M., Paeáagogiae christianae elementa ad. mentem encyclicae «Divini


illiu3 Magistri». Romae.—Friburgi Brisg.—Barcinone, Herder, 1956.—256 p.

Se estaba haciendo esperar un manual de pedagogía que se atuviera a las normas


señaladas por Ia S. Congregación de Seminarios y Universidades en su circular de 21
de diciembre de 1944 (AAS, 37, 1945, p. 173-176). Y ya Io tenemos. Su autor, profesor
de Ia asignatura durante muchos años en el Ateneo Antoniano de Roma y en el Co-
legio Pedagógico de Grottaferrata, intenta conformarse estrictamente a Ia línea que
marcó Ia citada circular y Io ha conseguido plenamente.
Pero no es el suyo un Ubro de texto para los alumnos, slno que está destinado
más bien al profesor, según se advierte ya en el prólogo.
La pedagogía viene considerada en sus páginas desde sus fundamentos filosóficos y
se presenta como base principal de Ia misma, casi Ia única, Ia encíclica del Papa Pío D£
sobre Ia educación de Ia juventud..

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lfi DE RE PfflLOSÔPtóCA 703

Señalemos brevemente el esquema del libro. Tiene cuatro partes: 1) El proceso


educativo. Después de un capítulo introductorio para encuadrarlo metodológicamente,
analiza los conceptos fundamentales: Ui educación y su esencia, sus funciones y los
medios específicos. 2) El educador y el educando, donde se exponen las cualidades de
aquél, y Ia educación psíquica, física y moral de éste. 3) Parte jurídica. Sobre el
texto de Ia encíclica diserta en torno a Ia doctrina catoUca. precisando cuáles son los
respectivos derechos de Ia Iglesia, Ia familia y el Estado a Ia educación. 4) Parte histó-
rica, en Ia que se dibuja un sintético cuadro de Ia marcha que ha seguido Ia educación
cristiana en los siglos.
Hay que advertir que en Ia primera parte se ha cuidado de montar las ideas bá-
sicas de Ia pedagogía en derredor de un eje histórico, realizando un sucinto análisis de
los sistemas de Rousseau, Pestalozzi y Herbart, principalmente.
En su conjunto Ia obra presenta, pues, un panorama amplio de los problemas
educativos que indudablemente ofrecen una guía valiosa para el profesor. El campo
de los estudios pedagógicos se va extendiendo, sin embargo, tanto cada dla, que el pro-
fesor se verá obligado a reUenar y completar puntos importantes que se tratan aquI
apenas o quizás sólo son sugeridos.
Quizás convendría añadir, a riesgo de saürnos un poco del tema, que el tiempo
concedido a las explicaciones de pedagogía en el cuadro de estudios del Seminario es
demasiado reducido, para que pueda aspirarse a dar más amplitud a su estudio. La
verdad es que el profesor tendrá que contentarse a su vez con señalar las líneas
maestras y proporcionar a sus alumnos una orientación muy general.
Estos tendrán que completar después y en otra parte, durante los años del curso
filosófico, y aún del teológico, Ia visión ofrecida en estas páginas y en el aula de
pedagogía.
Por ventura, para ser completos, deberíamos decir también que el curso fllosóflco
no es seguramente el momento más adecuado para Ia formación pedagógica, sobre todo
si esta materia se sitúa en el primer año. No están entonces todavía los alumnos ca-
pacitados para reflexionar sobre problemas tan complejos y de tan extensa aplicación
para toda su vida ministerial. Nótese que ellos mismos se encuentran en momentos
delicados de su propio proceso volutivo. Esto les incapacita para una visión serena y
total de muchas aplicaciones y de determinadas crisis psiquícc-pedagógicas.
Acaso, pensando en todo esto, el autor se ha limitado a una muy sumaria referen-
cia a los problemas educativos que se relacionan con Ia evolución psíquica.
Estas son observaciones que no afectan directamente a Ia obra que nos ocupa,
aunque deban tenerse de algún modo en cuenta para enjuiciar un libro de texto de
pedagogía para seminaristas.
Hemos de reconocer que no todo puede darse en unas doscientas páginas. Pero Io
que aquí se ofrece es sólido y representa una visión panorámica muy estimable y que
abre hermosas perspectivas al lector. En todo caso reputamos el Ubro del P. Gote como
un precioso auxiliar para el profesor y para el alumno de pedagogía de nuestros Se-
minarios.
G. Mártll

P. PoRTER, O. P. M., Guides en education. Anthologie biobibliographique. France-Belgi-


que-Suisse. Montreal, Les Éditions Franciscaines, 1954.—333> p.

El libro del P. Porter es un excelente instrumento de trabajo para quien quiera


conocer Ia producción pedagógica de autores católicos en lengua francesa. En realidad
éste es el único objetivo del mismo, logrado por cierto con rotundo éxito. Puntualicemos
todavía más: se trata de educadores o pedagogos europeos. Pero Ia lista es larga. He
contado 132 nombres. De cada uno de ellos ofrece Ia biografía, y las actividades en el
terreno de Ia pedagogía teórica o de Ia prácUca de Ia educación. Se añaden unas Uneas

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704 RECENSIONES 1?

sobre sus ideas principales. Y se inserta por último una cuidada ficha bibliográfica,
en Ia que se recogen las publicaciones del interesado, libros y artículos más importantes.
Entre los nombres los hay de autores de reconocido prestigio en el mundo; aunque
se encuentran acaso también algunos menos conocidos. Un buen arsenal de figuras y
de documentación.
A modo de prólogo recoge el autor un trabajo suyo titulado «Perspectivas pedagó-
gicas del Canadá francés», donde, después de hacer una breve historia de Ia vida reli-
giosa en el Canadá, examina Ia situación actual y señala Ia orientación que debe
seguir Ia educación reUgiosa.
Kntiende que el maquinismo y Ia industrialización han supuesto una honda trans-
formación en Ia familia tradicional del Canadá francés, que en Ia actualidad se en-
cuentra expuesta a Ia influencia del espiritu americano: desvinculación de Ia fami-
lia y primacía de los valores materiates.
Se impone una educación cristiana, que tenga en cuenta los progresos conquistados
por Ia pedagogía actual, pero que ahonde en los valores auténticamente cristianos,
apoyada en Ia familia y en Ia parroquia.
G. Mártil

P. COSMAs SARTORi, O. P. M., Jurisprudentiae ecclesiasticae elementa. Manuale theore-


tico-practicum ad usum religiosorum pro negotiis in Curia Romana pertractondis.
Bd. 3.* valde aucta. Romae, 1955.—132 p

De acuerdo con el subtítulo, divídese este manual en dos partes. La primera, des-
pués de unos prenotandos relativos a Ia noción de jurisprudencia, sus divisiones, vici-
situdes históricas y necesidad de Ia misma, trata de Ia Curia Romana, especialmente
de las SS. Congregaciones, del modo de acudir a ellas, y de Ia forma de los rescriptos;
de las Curias diocesanas y de los casos más frecuentes de acudir a las mismas; de Ia
Curia general de Ia Orden franciscana, del método a seguir en el recurso a eUa, y,
por último, del Procurador General de los franciscanos.
En Ia parte segunda indica el autor cómo deben proceder los religiosos cuando ha-
yan de acudir a las SS. Congregaciones en los casos más frecuentes —fíjase principal-
mente en su Orden—, ya sea para cumplimentar Io establecido en el Codex, v gr., tocan-
te a Ia erección de las casas en general, o de aquellas en particular donde haya de
ponerse el noviciado, ya sea para obtener dispensas, bien de ciertos impedimentos, bien
de cumplir algunas prescripciones. Como botones de muestra mencionaremos varias dis-
pensas relativas a los impedimentos para el ingreso en el noviciado, a Ia reducción del
plazo de los votos temporales, a los estudios y edad para recibir las órdenes sagradas, a
Ia clausura, al rezo del oficio divino, a Ia exclaustracióny secularización, etc. A las facul-
tades para enajenar bienes, para reservar Ia sagrada Eucaristía, para aceptar parro-
quias, para obtener indulgencias, para leer libros prohibidos, etc., etc.
A manera de colofón trae un apéndice donde se contienen ocho modelos indicando
el modo cómo deben redactarse las preces que se hayan de enviar a Roma para obte-
ner las gracias mencionadas.
No cabe duda que esta obra puede prestar muy buenos servicios a los religiosos,
no ya sólo de Ia orden franciscana, a Ia que primordialmente se dirige, sino también
de las demás Ordenes y Congregaciones religiosas.
El hecho de haber logrado tres ediciones en poco tiempo es un testimonio fehacien-
te de Ia favorable acogida que Ie han dispensado.
S. Alonso. O. P.

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18 DE RB CANONICA 705

MflKCELiNo CABREROS DE ANTA, C. M. P., Estudios Canónicos. Madrid. Ed. Cocuisa. 1956.—
800 p , 150 ptas.

El P. Cabreros, sin duda muy conocido ya por !os cultivadores de los estudios canó-
nicos, acaba de publicar una obra en Ia que nos facilita Ia lectura de sus principales tra-
bajos, entre los muchos que salieron de tan fecunda pluma. Hace muchos años que
tan insigne canonista viene escribiendo en revistas nacionales y extranjeras notables
estudios, de investigación casi todos, acerca de los puntos del derecho más interesantes
y de más densidad doctrinal ; pero era difícil conocerlos todos, precisamente por esa
doble condición de ser muchos y de encontrarse diseminados por tan diferentes colec-
ciones de revistas. Al ofrecérnoslos ahora casi todos, y ciertamente de los principales,
nos facilita el trabajo enormemente.
He aquí los temas que en Ia obra se estudian: Probabilismo canónico (p. 9-18). Ig-
norancia de Ia ley penal (p. 19-28). Investigación subjetiva y objetiva ide Ia ley (p. 29^8).
Los estatutos en el Código de Derecho Canónico (p. 49-72). El precepto penal (p. 73^4).
Adquisición de privilegios por prescripción (p. 85-92). El elemento psicológico en Ia in-
troducción de Ia costumbre (p. 93-104). Canon 105: Consentimiento y consejo (p. 105-
118). El privilegio del fuero en el Concordato Español (p. 119-146). Elección y postu-
lación (p. 147-152). Reconocimiento de Ia personalidad civil a las personas jurídicas
eclesiásticas (p. 153-168). El derecho de presentación (p. 169-182). Concepto de potestad
ordinaria y delegada (p. 183-218). Facultad del párroco para predicar en toda Ia dióce-
sis (p. 219-222). Los derechos de estola y Ia obligación de Ia limosna (p. 223-230). La po-
testad de los superiores en Ia Congregación Claretiana (p. 231-268). Religioso, apóstata y
fugitivo (p. 269-278). Los religiosos en el Concordato de 1953 (p. 279-292). La ley peculiar
de los Institutos Seculares (p. 293-330). Validez del bautismo conferido en el útero ma-
terno (p. 331-354). Bautismo de urgencia de los fetos abortivos (p. 355-366). Misa en Ia
noche de Navidad (p. 367-370). Facultad de binar (p. 371-376). Absolución de reserva-
dos (p. 377-382). Impedimento público de matrimonio (p. 383-386). Separación de los
cónyuges (p. 387-392). Oratorio privado (p. 393-398). Cantidad en Ia colación vespertina
(p. 399^04). Bula de ayuno y abstinencia (p. 405^08). Testamento en favor de las causas
pías (p. 409^12>. Cuestiones jurídico-morales en torno a Ia escuela laica íp. 413-446). La
enajenación de los bienes eclesiásticos (p. 447^78). Tribunal de Ia Rota de Ia Nunciatura
Apostólica en España (p. 479-518). La prerrogativa de Ia competencia judicial y el fue-
ro de conexión (p. 519-544). El principio de oralidad (p. 545-570). La intervención de
tercero en Ia causa (p. 571-588). Apelación contra Ia sentencia del juez delegado
(p. 589-616). La apelación propuesta por el defensor del vínculo matrimonial (p. 617^24).
Oposición de tercero a Ia ejecución de Ia sentencia (P- 625-632). La acción ejecutiva en
el proceso canónico (p. 633-656). Las últimas fases del proceso criminal canónico (p. 657-
676i. El tribunal competente en las causas matrimoniales (p. 677-700). Sujeto de Ia
acción judicial en las causas matrimoniales (p. 701-724). La intervención y oposición
de tercero en las causas matrimoniales (p. 725-726). El proceso jurídico de beatificación
y canonización (p. 727-744). Eficacia de Ia suspensión fuera de Ia propia diócesis (p. 745-
747). A continuación nos hallamos con los índices de cánones, de autores y con el ana-
lítico-sistemático de materias.
Nos advierte el autor en el prólogo que sólo se hace responsable de Ia doctrina que
ahora expone, porque conflesa noblemente que acerca de algunos problemas discutidos
ha modificado radicalmente Ia opinión que sostenía cuando escribió de ellos por pri-
mera vez.
Las características tan diversas que ofrecen entre sí a^*unos de estos trabajos obe-
decen en gran parte a Ia eliminación de todas aquellas circunstancias temporales y am-
bientales en que se hallaba el autor cuando escribió hace años, y que en Ia actualidad
no tienen ya ningún interés.
En casi todos estos trabajos descuellan sobremanera Ia originalidad del autor, el
vasto conocimiento de las fuentes del derecho que posee, y Ia solidez de su formación
jurídica. Los juristas romanos, los civilistas modernos y los canonistas de todos los

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706 RECENSIONES 19

tiempos, son barajados con gran dominio y maestría por el P. cabreros, a Ia vez que
con criterio acertado.
No pasamos a reseñar el contenido doctrinal de tan admirable colección de estu-
dios canónicos, porque el fljarnos en unos, descuidando los demás, podría ser considera-
do como muestra de menosprecio hacia éstos; y querer resumir Ia doctrina de cada uno
de eUos es una labor que excede los límites normales en una nota bibliográfica. Báste-
nos indicar a los eclesiásticos y civilistas interesados por los problemas jurídicos que
en Ia lectura de estos estudios canónicos haUarán una fuente abundante y sana de
conocimientos y explicaciones acerca de las principales instituciones jurídicas y disfru-
tarán grandemente al poder profundizar con facilidad en Ia consideración de las bases
más s61idas sobre las que se apoya nuestro derecho.

A. Alonso Lobo, O. P.

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