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Evangelio de Bernabe

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EL EVANGELIO DE BERNABÉ

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El Evangelio de Bernabé:
El Testamento Islámico de Jesucristo

Introducción al Evangelio de Bernabé:

El Evangelio de Bernabé se aceptó como un Evangelio


Canónico en las Iglesias de Alejandría hasta 325 C.E. Ireneus
(130-200) escribió a favor del monoteísmo puro y se oponía a
Pablo por haber inyectado en la doctrina de Cristo creencias
de la religión romana pagana y la losofía Platónica. Él había
citado extensamente del Evangelio de Bernabé a favor de este
en sus Epístolas. Esto muestra que el Evangelio de Bernabé
estaba en la circulación en el primer y el segundo siglo de la
Era Cristiana.

En 325 C.E., cuando el Concilio de Nicea fue realizado, en


este se ordenó que todos Evangelios originales en la escritura
hebrea se deberán destruir. Un Edicto se publicó que
cualquiera que tuviese en posesión uno de estos Evangelios
deberá ser condenado a muerte.

En 383 C.E., el Papa se aseguró de guardar una copia del


Evangelio de Bernabé y lo mantuvo en su biblioteca privada.

En el cuarto año de Emperador Zeno (478 C.E.), los escritos


de Bernabé fueron descubiertos y allí también fueron
encontrado en este lugar una copia del Evangelio de Bernabé
escrito por su propia mano. (Acia Sanctorum Boland Junii
Tom II, páginas 422 y 450. Amberes 1698). La famosa Biblia
Vulgata parece estar basada en este Evangelio.

El Papa Sixtus (1585-90) tuvo a un amigo, Fra Marino. El


encontró el Evangelio de Bernabe en la biblioteca privada del
Papa. Fra Marino se interesó porque él había leído las
escrituras de Ireneus donde Bernabé se había citado
pródigamente. El manuscrito italiano pasó por manos
diferentes hasta cuando lo alcanzó “una persona de gran
nombre y la autoridad” en Ámsterdam, “que durante su
tiempo de vida a menudo se le escucho decir que habria que
colocar un alto valor a esta pieza”. Después que su muerte
entró como posesión de J. E. Cramer, un Consejero del Rey
de Prusia. En 1713 Cramer presentó este manuscrito al
famoso conocedor de libros, el Príncipe Eugene de Savoy. En
1738 llegó y se anexo junto con la biblioteca del Príncipe en
Hofbibliothek en Viena.

****************
NOTA DEL TRADUCTOR

La fecha del nacimiento y de la muerte de una persona, son


los datos que de nen la duración de su vida y sitúan a esta en
el tiempo en relación a otra persona. Desde épocas remotas,
los diversos pueblos del mundo han tenido gran cuidado en
registrar estos dos datos para las personas a quienes
consideran importantes. Por esto, es muy extraño que en el
caso de uno de los hombres más importantes – y para
muchos el más importante – que han existido, Jesucristo
(a.s.), no conozcamos esos datos de su vida.

En cuanto a la Natividad de Jesús (a.s.), es bien sabido que las


diversas iglesias cristianas di eren acerca de la fecha del
evento, celebrándolo los ortodoxos el 6 de enero, algunas
iglesias orientales, como los coptos, en octubre, etc. La Iglesia
Católica y la mayoría de las iglesias protestantes
conmemoran la Navidad el 25 de diciembre, pero es un
hecho admitido abiertamente en la actualidad, que esta fecha
fue escogida con el propósito de facilitar la conversión al
Cristianismo de diversos pueblos de Europa y Asia; los
griegos y los romanos ya consideraban sagrada dicha fecha
ya que era el día del nacimiento del dios sol (cuando el sol
despuntaba como si saliera del centro de la constelación de la
Virgen, que en ese día se veía en el horizonte oriental a la
hora del alba); los persas celebraban el natalicio del dios
Mitra, también hijo de una virgen; y, posteriormente, los
germanos y otros pueblos, por coincidencia o talvez por un
origen común en sus religiones, también tenían al 25 de
diciembre como el día del nacimiento de uno de sus dioses
principales. Al adoptar la iglesia esta fecha para la Navidad,
logró la adopción del Cristianismo por parte de los paganos.

Similarmente, no hay una fecha exacta para la supuesta


muerte de Cristo (a.s.). Cada año se establece una fecha
diferente; el primer viernes después del primer plenilunio
posterior al equinoccio de primavera, lo cual coincide con la
Pascua judía. ¿Por qué?

Los Evangelios dicen que Cristo (a.s.) en su última cena


celebró la Pascua de acuerdo a la usanza judía, pero su
supuesta cruci xión[i] iba a convertirse en la marca que
separaría a la religión judía de la cristiana. ¿Cómo es que no
se pudo jar una fecha de nida para un evento de tal
trascendencia? Aún en la actualidad, los ortodoxos
conmemoran la muerte de Jesús (a.s.) una o dos semanas
después que los católicos y protestantes; y la fecha elegida por
la iglesia Copta y la Armenia es también diferente. ¿Será
acaso que no hubo tal evento?

Quiero señalar aquí que los acontecimientos del pueblo


judío, desde la salida de Egipto hasta la destrucción de
Jerusalén, fueron minuciosamente registrados por el
historiador judío-romano Flavio Josefa en su famoso libro
Antigüedades Judías. Es muy extraño que en los manuscritos
originales del siglo II no haya mención alguna de la
cruci xión, y que en ediciones posteriores al siglo IV
(después de que el emperador Constantino había o cializado
al Cristianismo como la religión imperante) haya solamente
un pequeño párrafo, obviamente insertado a propósito y no
por el autor. El párrafo aparece entre el relato de una
rebelión de los esenios en Jerusalén y otro evento sin relación
alguna con la cruci xión, y dice solamente que siendo
Poncio Pilatos gobernador de Judea, un profeta llamado Jesús
fue cruci cado por los romanos acusado de blasfemia por el
pueblo judío. No habla del nacimiento de Jesús (a.s.), ni de
ninguno de sus milagros, ni de los terremotos, eclipses y otros
fenómenos que sucedieron después de la supuesta
cruci xión. ¿Cómo es posible que tales importantes eventos
no hubieran sido registrados por el principal historiador
judío ni por otros historiadores de la época?

Recientemente, varios investigadores cristianos han


estudiado los datos históricos, las Escrituras cristianas y
judías y otros documentos han sido descubiertos en las
últimas décadas, y concuerdan con la observación anterior y
han escrito varios libros que indican que la pasión y la
cruci xión de Cristo (a.s.), si realmente sucedieron, no
fueron exactamente como lo da por hecho la Historia
Sagrada (la narrativa o cialmente aceptada por la iglesia y,
supuestamente, basada en la Biblia); además, las
discrepancias, contradicciones e incoherencias de los relatos
que fueron legados por los cuatro evangelistas reconocidos
como canónicos por los cristianos, demuestran que es
imposible que los cuatro Evangelios canónicos hayan sido
escrito por apóstoles de Jesús (a,s,) ni por testigos
presenciales, y que la historia que cuentan es una
interpolación de varias fuentes para hacerles concordar con
una ideología que se trataba de imponer. Kenneth
Woodward[ii] resumió esto en la conocida revista inglesa
Newsweek.

Estos descubrimientos son muy recientes e interesantes, sin


embargo, no son algo completamente nuevo para los
musulmanes.

Desde hace 15 siglos, los musulmanes tenemos la obligación


de creer en los libros que fueron revelados por Dios a los
diversos profetas, tal como dice el Sagrado Corán: “…Creemos
en dios – y en lo que Él nos envió como Revelación, y en lo
que reveló a Abraham, Ismael, Isaac, Jacob y las tribus de
Israel y en lo que recibieron Moisés y Jesús y en lo que
recibieron de su Señor, los Profetas. No hacemos distinciones
entre ellos y nosotros somos musulmanes sometidos a Él…”.
(2:136). Dios envió revelaciones a sus profetas repetidas veces
y en diferentes épocas, y todos esos Libros o Escrituras
Divinas son igualmente respetables para nosotros. Sin
embargo, tanto el Sagrado Corán como el Santo profeta
Muhammad (s.a.w.) y la Historia misma nos ha indicado que
las escrituras previas al Corán no fueron preservadas tal
como Dios las entregó a los profetas sino que sufrieron
cambios. Solo el Sagrado Corán ha permanecido inalterable
durante 15 siglos y por ello este Libro es el Criterio absoluto
para distinguir la autenticidad o la alteración de los otros
Libros Sagrados.

Nosotros creemos en la Tora o Pentateuco, los 5 libros


revelados a Moisés (a.s.), los Salmos o Zabur que fueron
dados a David (a.s.) – y cualquier otro libro del Antiguo
Testamento que no diga cosas contrarias a la doctrina del
Sagrado Corán – y el Evangelio o Inyil que fue revelado al
profeta Jesucristo (a.s.). no obstante, el Evangelio que le fue
dado a Jesús (a.s.) no llegó a nosotros, sino solo los
“Evangelios” que fueron escritos por muy diversas personas
– algunos de los cuales fueron discípulos de Jesús (a.s.) y otros
de épocas muy posteriores – y a veces hasta 500 ó 1.000 años
después de la época de Jesús (AS). De todos estos libros, la
Iglesia Católica (y subsecuentemente la ortodoxa y las
protestantes) admitió a solamente cuatro como canónicos –
Mateo, Lucas, Marcos y Juan – y declaró el resto como
apócrifos.

Aquí surgen varias preguntas y confusiones. ¿Por qué estos


cuatro libros? ¿Eran los más antiguos? ¿Fue porque sus
autores fueron realmente apóstoles de Jesús (AS)? La
respuesta sería muy larga, pero puede reducirse como sigue.
Después de que Jesús (AS) partió de este mundo, sus
seguidores se dividieron en dos grupos, uno dirigido por los
apóstoles Pedro y Santiago que seguían la Ley Mosaica y no
pretendían ser una nueva religión, y que son llamados
Judeocristianos; y el otro grupo, como Paulino, dirigido por
el advenedizo Pablo, que despreciaba la Ley Judía y querían
extender las enseñanzas de Cristo (AS) a los gentiles
(paganos) aunque para ello tuvieran que introducir creencias
e ideas paganas (encarnación, trinidad, redención, etc. En las
enseñanzas de Jesús (AS). Los dos grupos estaban
enemistados pero, al nal, Pedro se alió a Pablo y así se
fortaleció el “cristianismo paulino. Este fortalecimiento no
fue doctrinal sino en cuanto a número de seguidores y fuerza
política. Al nal, el emperador romano Constantino se
convirtió al cristianismo y se encargó de eliminar a los
opositores al cristianismo paulino y a establecer a este como
la religión o cial. Los evangelios de Mateo, Lucas, Marcos y
Juan, fueron declarados Canónicos ya que eran los que
habían sido escritos por seguidores de Pablo y no por ser los
más antiguos o auténticos [iii]. Russell Watson[iv], en la
revista Newsweek, indica como surgieron los cuatro
evangelios canónicos (mateo, Marcos, Lucas y Juan), muy
probablemente escritos a partir de un documento común,
conocido como Q (por Quelle, que en alemán signi ca
“origen” o “fuente”), escrito en el siglo I por autores
judeocristianos, y mezclado con escritos propios de grupos
Judeocristianos (para escribir Mateo y Marco) o Paulinos
(para Lucas y Juan).

Canónico no quiere decir auténtico o verdadero, sino “para


ser usado en el Canon”, a sea en los ritos y las reglas
eclesiásticas. Similarmente, Apócrifo se ha convertido en un
sinónimo de falso, adulterado inventado, aunque su
signi cado es “para ser ocultado”, o sea, no es para la lectura
de los eles en general, sino para los clérigos[v]. Hay libros
que están incluidos en la Biblia católica y que no se aceptan
en las Biblias protestantes, tales como Tobías, Judith y la
Epístola de Santiago; de la misma manera en que algunos
Evangelios Apócrifos no son incluidos en el Canon católico o
protestante, pero sí son aceptados por la Iglesia Copta o la
Armenia. Acerca de los Evangelios Apócrifos dijo san
Agustín: “…Contienen muchas verdades y cosas buenas,
aunque también hay en ellos mentiras y cosas malas; y es
debido a que estas están mezcladas entre sí, que es mejor que
los eles no los lean, para que no se confundan…”. “Los
famosos Padres de la Iglesia”, tales como Orígenes, San Juan
Crisóstomo, Clemente de Alejandría, San Agustín, etc.,
frecuentemente citaban los Evangelios Apócrifos en sus
sermones y libros; y tanto la liturgia cristiana como la
iconografía contienen elementos sin duda de fuentes
consideradas actualmente apócrifas, como el Proto-evangelio
de Santiago [vi] el Evangelio Armenio de la Infancia y el
Evangelio de Tomás [vii], el Evangelio de los Hebreos y el
Evangelio Árabe de la Infancia, etc.

Uno de los Evangelios Apócrifos más antiguos es el Evangelio


de Bernabé, escrito en los primeros años de la era cristiana y
descubierto en el siglo pasado en Egipto, en la tumba de un
monje cristiano. Si este libro hubiera sido sacado a la luz
hubiera provocado un escándalo debido a las revelaciones
tan claras que hace acerca del profeta Muhammad (S.A.W.) y
porque niega la cruci xión de Cristo(AS), así que durante
muchos años permaneció oculto en la Biblioteca Imperial de
Viena. En 1907 fue descubierto por el Rev. Lonsdale Ragg y
su esposa Laura quienes lo tradujeron al inglés y publicaron
en Oxford. La autenticidad y la antigüedad de este evangelio
han sido demostradas por dichos investigadores y
concuerdan con datos históricos con ables. El autor fue el
apóstol Bernabé, el cual era un judío nacido en Chipre y que
vivió en Galilea, donde siguió a Jesús(AS). El libro es
mencionado en varios catálogos apócrifos muy antiguos y
muy anteriores al surgimiento del Islam, lo cual excluye la
posibilidad de falsi cación por parte de musulmanes. Por
ejemplo, está mencionado en el Decretum Gelasianum,
emitido en el siglo IV por el papa Gelasio (+496), donde
aparece con el nº7 como:

7. Evangelium nomine Barnabae, apocryphum.


También es mencionado en la Esticometría de Nicéforo,
publicada en Jerusalén en el Siglo IV. En dicho catálogo
el Evangelio de Bernabé está incluido en la lista de libros
apócrifos del Nuevo Testamento, y dice que tiene 1.360
“stichoi” (líneas de papiro):

3, barnaba epotolh, opcoix (1,360)

Y también está incluido con el número 18 en la lista de los


Sesenta Libros, que fue publicada a principio del siglo VII.

Este evangelio concuerda con las creencias musulmanas


acerca de Jesús (AS) y no tiene elementos que vayan en contra
de la doctrina Islámica: aclara que Jesús (AS) no fue hijo de
Dios sino solo un profeta Suyo; indica que nunca pretendió
traer una nueva religión, sino que solo quería que los judíos
cumplieran correctamente la Ley de Moisés (AS); y que Jesús
(AS) no fue cruci cado por los judíos y romanos sino que
Dios lo salvó, dejando a otra persona para que fuera
crucificada en su lugar.

Como musulmán al leer este evangelio me siento más


complacido que cuando leo los evangelios canónicos, donde
la mano del hombre puede verse casi físicamente, insertando
con sus calamos (o plumas) palabras como “hijo de Dios”,
“cargar con los pecados del mundo”, “redención”, etc. El
Evangelio de Bernabé no contiene esas palabras contrarias al
Islam. Para los musulmanes, los Evangelios de Mateo,
Marcos, Lucas y Juan son tan poco con ables como el
Evangelio de los hebreos, la Pistis Sophia, el Pastor de
Hermas, EL Evangelio de Tomás o el Proto-evangelio de
Santiago, etc. Si estos libros niegan alguno de los principios
del Islam (Monoteísmo, Profecía, Justicia, Liderazgo y
Resurrección) no podemos aceptarlos como correctos. En
cambio, el Evangelio de Bernabé no contiene cosas
contrarias a estos principios, así que, de todos, es el mejor.

Nunca conoceremos el verdadero Inÿïl, el Evangelio o


Buenas Nuevas que fue dado por Dios a Jesús (AS), pero
posiblemente el Evangelio de Bernabé es el que contiene la
doctrina más cercana a la que contenían las enseñanzas
originales de

Prólogo
La razón por la que traduje al castellano el Evangelio de
Bernabé fue procurar a los musulmanes de habla hispana
una fuente más fidedigna de la doctrina de Jesús (AS)* que los
evangelios canónicos. Los musulmanes que vivimos en países
cristianos solo escuchamos la versión de ellos acerca del
Evangelio, y, al parecernos tan diferente de nuestra religión
debido a que los evangelios que ellos conocen no son el
verdadero Evangelio, olvidamos que Jesús (AS) fue nuestro
profeta y que merece nuestro respeto y también debe ser
conocido por nosotros. Además, nuestros hijos crecen en una
sociedad no musulmana y, al oír a los cristianos decir que
Jesús (AS) fue hijo de Dios, o al verlos cómo a un dios, ellos se
confunden y es necesario que tengan una idea más correcta
acerca de la personalidad de este gran profeta.

El Sagrado Corán nos aclara todo perfectamente acerca de


Jesucristo (AS) y su madre y el Evangelio de Bernabé no
contradice a nuestro Libro sagrado, por lo que podemos
considerarlo correcto, ya que el Corán es el criterio de nitivo
para distinguir lo correcto de lo falso.

La idea de que Evangelio signi ca “biografía de Jesús (AS)”


no es correcta. Evangelio signi ca “buenas nuevas”, o sea, la
doctrina traída por un profeta de Dios. Jesús (AS) nunca
escribió su doctrina, y los evangelios que actualmente
conocemos fueron escritos entre 60 y 110 años después de su
partida de este mundo, y no fueron considerados como
únicos o canónicos por la Iglesia Cristiana sino hasta el siglo
IV de esta era. Debido a ello, sufrieron modi caciones y
alteraciones desde la época de Jesucristo (AS) hasta su
establecimiento como Escrituras o ciales. Por esto, ni los
evangelios canónicos ni los que la Iglesia ha decretado
apócrifos (que, al contrario de lo que la gente piensa, no
signi ca “falsos”, sino “que deben ser escondidos u
ocultados”) son el verdadero Evangelio de Jesús (AS).

El Evangelio de Bernabé fue escrito en los primeros años de


la era cristiana, y es citado por padres de la Iglesia tales como
Clemente de Alejandría y Orígenes, y está mencionado en el
Decreto Gelasiano, emitido en el siglo IV después de Cristo,
antes del advenimiento del Islam, por lo que no son ciertas
las acusaciones de que fue escrito por algún musulmán. A los
cristianos les parece sospechoso ya que predice el
surgimiento del profeta Muhammad (S.A.W.)** e incluso lo
menciona por su nombre; sin embargo, éste no es el único
libro que lo hace. El Cantar de los Cantares en la Biblia
menciona el nombre del Santo Profeta (S.A.W.), y Jesús (AS)
predijo su existencia llamándolo por uno de sus nombres:
Ahmad. Asimismo, el Santo Profeta Muhammad (S.A.W.) fue
profetizado en el Antiguo Testamento por Moisés (AS), en el
Génesis, Éxodo y Deuteronomio; por David (AS), Isaías (AS),
Miqueas (AS) y otros profetas. También está mencionado en
los libros sagrados de los zoroastrianos y los de los hindúes.
Así que no debe sorprendernos que Jesús(AS), conocedor de
la Biblia y otros libros, supiese el nombre de Muhammad
(S.A.W.).

A los lectores interesados en los temas que generalmente


suscitan polémica de este libro, tales como la predicción del
advenimiento de Muhammad (S.A.W.), la negación de la
divinidad de Jesús (AS), la cruci xión de Judas, etc., puedo
recomendarles la lectura de algunas obras tales como: La
Biblia el Corán y la Ciencia, por Maurice Bucaille; ¿Quién
murió en la cruz? y ¿Cruci xión o Cruci- cción? por Ahmad
Deedat.

Espero que nuestros hermanos reciban con agrado este libro


y que lo lean con interés, con mente abierta, y siempre
tomando a nuestro Corán como la palabra última y de nitiva
de El Dios Todopoderoso; y que, si los cristianos llegan a
leerlo, no lo tomen como una ofensa a sus creencias, las
cuales respetamos aunque no la compartamos del todo, ni
como un ataque, sino como una forma de acercamiento
entre cristianos y musulmanes, los cuales creemos en el
profeta Jesús (AS). Rogamos a Dios que ilumine a todos los
que busquen la verdad, guiándolos hacia el Islam, y que
acerque el regreso del profeta Jesucristo (AS) en la compañía
del Duodécimo Imam del Islam, el Imam Mahdi (AS), para
terminar con los sufrimientos de los musulmanes en el
mundo mediante el establecimiento del Islam en la Tierra.

Que la Paz sea con vosotros.

Dr. Mohammad Alí Anzal´dua Morales

Chihuahua, Chih, México 28 de enero de 1994 C. /15 de


Xa’abán de 1414 H.

Aniversario del nacimiento del Imam Mahdi (AS)

***************

VERDADERO EVANGELIO DE JESUS, LLAMADO EL


CRISTO, UN NUEVO PROFETA ENVIADO POR DIOS AL
MUNDO, SEGUN LA DESCRIPCION DE BERNABÉ, SU
APOSTOL

Bernabé, apóstol de Jesús el Nazareno, llamado Cristo, a


todos quienes viven sobre la Tierra les desea paz y consuelo.

Queridos hermanos: el Dios grande y Maravillosos nos visitó


durante estos últimos años a través de su Profeta Jesucristo,
en gran misericordia de enseñanza y milagros, por cuya
razón muchos, siendo engañados por Satanás, bajo la
pretensión de piedad, están predicando la doctrina más
impía, llamando a Jesús “hijo de Dios”, repudiando la
circuncisión ordenada por Dios para siempre, y
permitiéndose toda carne impura; entre los cuales también
Pablo ha sido engañado, y de esto no hablo sin sufrir; y por
esta causa estoy escribiendo aquella verdad que yo ví y
escuché en el trato que tuve con Jesús, para que podáis ser
salvados, y no engañados por Satanás pereciendo en el Juicio
de Dios. Por tanto cuidados de todo aquel que os predique
una nueva doctrina contraria a la que yo escribo, para que así
podáis ser salvados eternamente. Que el gran Dios esté con
vosotros y os proteja de Satanás y de todo mal. Amén.

1. EN ESTE PRIMER CAPITULO ESTA CONTENIDA LA


ANUNCIACIÓN DEL ANGEL GABRIEL A LA VIRGEN
MARIA ACERCA DEL NACIMIENTO DE JESUS.

En estos últimos días una virgen llamada María, del linaje de


David, de la tribu de Judá, fue visitada por el ángel Gabriel,
enviado por Dios. Esta virgen, que vivía en toda santidad sin
pecar, y siendo inmaculada y estando dedicada a la oración y
el ayuno, estaba sola un día, y entonces entró en su
habitación el ángel Gabriel, y la saludó, diciendo: <<Dios te
salve, María>>.

La virgen se asustó por la aparición del ángel, pero este le


consoló, diciendo: <<No temas María, pies has hallado favor
ante Dios, quien te ha escogido para que seas la madre de su
profeta, el cual será enviado al pueblo de Israel para que
puedan seguir. Su Ley con corazón sincero>>. La virgen
respondió: << ¿Pero cómo puedo tener hijos, siendo que
ningún hombre me ha conocido?>>. el ángel contestó:<<¡Oh
María!, Dios que pudo hacer al hombre sin necesidad de
hombre, es capaz de crear en tú un hombre sin necesidad de
hombre alguno, ya que para El nada es imposible>>. María
respondió: <<Yo se que Dios es Todopoderoso, por tanto, que
sea Su Voluntad>>.

El ángel respondió: <<Ahora ha sido concebido en tú el


profeta, a quien llamarás Jesús, y lo mantendrás alejado del
vino y la bebida embriagante y de toda carne impura, ya que
el niño es un santo de Dios>>. María se postró con humildad,
diciendo: <<He aquí la esclava de Dios, hágase en mí según tu
palabra>>. El ángel partió, y la virgen glori có a Dios,
diciendo: <<Glori ca mi alma al Señor y su Grandeza, y se
regocija mi espíritu en Dios, mi Salvador pues El se ha
dignado tomar en cuenta la insigni cancia de su sierva, tanto
que seré llamada bienaventurada por todas las naciones, ya
que El, que es Poderoso, me ha engrandecido y bendecido.
Bendito sea su Santo Nombre, pues su Misericordia se
extendió de generación en generación de quienes le temen.
Poderosa es su Mano, y El destruyó a los soberbios y acabó
con el orgullo que había en sus corazones. El derrumbó al
Poderoso de su trono, y exaltó a los humildes. A quien estaba
hambriento de él lo sació de cosas buenas, y al rico lo
despidió con las manos vacías. Ya que El recordó las
promesas hechas a Abraham y a su hijo por siempre>>.

2. LA ADVERTENCIA DEL ANGEL GABRIEL DADA A JOSE


ACERCA DEL EMBARAZO DE LA VIRGEN MARIA.

María, habiendo conocido la voluntad de Dios, temiendo que


las gentes pudieran considerar un pecado que ella estuviese
embarazada, y la apedreasen como culpable de fornicación,
escogió a un compañero de su propio linaje, un hombre
conocido con el nombre de José, de vida intachable; ya que él
siendo justo, temía a Dios y lo adoraba con ayuno y
oraciones, viviendo del trabajo de sus manos, pues era
carpintero.

A este hombre que la virgen conocía, lo escogió como


compañero y le dio a conocer el designio divino.

José, siendo un hombre piadoso, cuando se dio cuenta que


María estaba encinta, sintió que debía separarse de ella, ya
que temía a Dios. Pero, cuando estaba dormido, fue
reprendido por el ángel de Dios, quien le dijo: <<¿Oh José!,
por qué intentas repudiar a María, tu esposa? Has de saber
que lo que vive en ella ha sido hecho por la voluntad de Dios.
La virgen dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre
Jesús: y a él mantendrás alejado del vino y de las bebidas
embriagantes y de toda carne impura, ya que es un santo de
Dios desde el vientre de su madre. El es un profeta de Dios
enviado al Pueblo de Israel, para que él pueda convertir a
Judea a su corazón, y para que Israel camine bajo la Ley del
Señor, como está escrito en el libro de Moisés. El vendrá con
gran poder, que Dios le dará, y obrará grandes milagros, por
lo cual muchos serán salvados.

José, despertando del sueño, dio gracias a Dios, y vivió con


María toda su vida, sirviendo a Dios con toda sinceridad.

3. MARAVILLOSO NACIMIENTO DE JESUS, Y APARICION


DE ANGELES ALABANDO A DIOS.

Reinaba en ese tiempo en Judea Herodes, por decreto de


César Augusto, y Pilato era gobernador, durante el
sacerdocio de Anás y Caifás. Entonces, por decreto de
Augusto, todo el mundo fue censado; allí que cada uno fuera
a su propia tierra, y se presentaran por sus propias tribus para
ser empadronados. José, de acuerdo al mandato, partió de
Nazaret, una ciudad de Galilea, con María su esposa, que se
hallaba en estado avanzado de embarazo, para ir a Belén -ya
que ésa era su ciudad, siendo del linaje de David- para poder
se censados según el decreto del César.

Habiendo llegado José a Belén, ya que la ciudad era pequeña


y había una gran multitud de forasteros reunidos allí, no
pudo encontrar alojamiento, y por lo tanto tomó albergue
fuera de la ciudad en un refugio hecho par descanso de los
pastores. Mientras José permaneció allí se cumplieron los
días para que María diera a luz. La virgen fue rodeada por
una luz sumamente brillante, y dio a luz a su hijo sin dolor.
Ella lo tomó en sus brazos, y lo envolvió en trapos y lo colocó
en el pesebre, ya que no había lugar en la posada.

Entonces vino con alegría una multitud de ángeles sobre el


albergue, bendiciendo a Dios y anunciando la paz a quienes
temieran a Dios. María y José alabaron al Señor por el
nacimiento de Jesús, y ella lo alimentó con gran regocijo.

4. LOS ANGELES LES ANUNCIAN A LOS PASTORES EL


NACIMIENTO DE JESUS, Y ELLOS LO ENCUENTRAN Y
LO ANUNCIAN

Entonces estaban los pastores cuidando sus rebaños, como es


su costumbre. Y entonces, fueron rodeados por una luz
sumamente brillante, de la cual se les apareció un ángel
bendiciendo a Dios. Los pastores se llenaron de temor debido
a la luz y a la súbita aparición del ángel; por lo que el ángel
del Señor los consoló diciéndoles: <<En verdad os anuncio
una gran alegría, pues ha nacido en la ciudad de David un
niño que es un pesebre, con su madre, la cual bendice a
Dios>>. Y cuando él hubo dicho esto, vino una gran multitud
de ángeles bendiciendo a Dios, anunciando paz a los
hombres de buena voluntad. Cuando los ángeles se fueron,
los pastores hablaron entre ellos, diciendo: <<Vayamos hasta
Belén, y veamos la palabra que Dios nos ha anunciado por
medio de Su ángel>>.

Acudieron muchos pastores a Belén buscando al niño recién


nacido, y encontraron fuera de la ciudad que el niño había
nacido, según lo dicho por el ángel, y estaba acostado en un
pesebre. Ellos por lo tanto le rindieron homenaje, y le dieron
a la madre lo que ellos tenía, anunciándole lo que ellos
habían visto y oído. María entonces guardaba todas estas
cosas en su corazón, y José similarmente, dando gracias a
Dios. Los pastores regresaron a sus rebaños, anunciando a
todos qué gran cosa habían visto. Y así todo el país de Judea se
llenó de temor, y todo hombre a quien llegaban estas noticias
las guardaba en su corazón y decía: <<Nos preguntamos, ¿qué
será este niño?>>.

5. CIRCUNCISION DE JESUS

Cuando se cumplieron los ocho días según la Ley del Señor,


como está escrito en el libro de Moisés, tomaron al niño y lo
llevaron al templo para circuncidarlo. Y así, circuncidaron al
niño, y le dieron el nombre Jesús, como el ángel del Señor
había dicho antes de que fuese concebido en el vientre. María
y José sintieron que el niño debería ser para la salvación y
ruina de muchos. Mientras tanto, ellos temían a Dios, y
cuidaban al niño, con temor a Dios.

6. TRES MAGOS SON CONDUCIDOS POR UNA


ESTRELLA DESDE ORIENTE A JUDEA, Y HALLANDO A
JESUS, LE RINDEN HOMENAJE Y LE DAN REGALOS.

En el reinado de Herodes, rey de Judea, cuando nació Jesús,


tres magos del Oriente observaban las estrellas del cielo.
Entonces apareció ante ellos una estrella de gran brillantez,
por lo que, habiendo discutido entre ellos, decidieron acudir
a Judea, guiados por la estrella, la cual iba ante ellos, y
habiendo llegado a Jerusalén, preguntaron dónde había
nacido el Rey de los Judíos. Y cuando Herodes escuchó esto
se sintió atemorizado, y toda la ciudad se vio alterada.
Herodes, por tanto, convocó a los sacerdotes y escribas,
diciendo: <<¿Dónde debería nacer el Cristo?>>. Ellos
respondieron que él había de nacer en Belén, pues está
escrito por el profeta: <<Y tú, Belén, no eres pequeña entre las
princesas de Judea, pues de ti saldrá un líder, el cual
conducirá a Mi pueblo, Israel>>.

Entonces Herodes llamó a los magos y les preguntó a qué


habían venido; y ellos contestaron que habían visto una
estrella en el Oriente, la cual los había guiado hasta allí, y que
ellos deseaban rendir homenaje con regalos a este nuevo rey
manifestado por su estrella.
Entonces dijo Herodes: <<Id a Belén y buscad con toda
diligencia al niño; y cuando lo hayáis encontrado, venid y
decídmelo, ya que yo también quisiera acudir y rendirle
homenaje>>. Pero esto lo dijo engañosamente.

7. LA VISITA DE LOS MAGOS A JESUS, Y SU REGRESO A


SU PAIS, ADVERTIDOS EN UN SUEÑO

Los magos, por tanto, partieron de Jerusalén, y hé aquí que la


estrella que se había aparecido ante ellos en el Oriente fue
delante de ellos. Al ver la estrella los magos se llenaron de
alegría. Y así, habiendo venido a Belén. fuera de la ciudad,
vieron que la estrella se detenía sobre el albergue donde
había nacido Jesús. Los magos entonces avanzaron y
entrando al albergue encontraron al niño con su madre, y
arrodillándose le rindieron homenaje. Y los magos le
regalaron especies, con plata y oro, volviendo a contarle a la
Virgen todo lo que habían visto.

Y después, cuando ellos dormían, fueron advertidos pro el


niño que no fueran a Herodes, sino que partiesen a sus
hogares por otro camino, y que anunciaran todo lo que ellos
habían visto en Judea.

8. JESUS ES LLEVADO, HUYENDO, A EGIPTO, Y


HERODES ORDENA LA MASACRE DE LOS NIÑOS
INOCENTES

Viendo Herodes que los magos no regresaron, se sintió


burlado por ellos; y entonces determinó dar muerte a todo
niño que hubiese nacido entonces. Pero he aquí que mientras
José dormía, se le apareció un ángel del Señor, diciendo:
<<Levántate de prisa, y toma al niño con su madre e id a
Egipto, ya que Herodes desea matarlo>>, José se levantó con
gran temor, y tomó a María con el niño, y se fueron a Egipto,
vivieron allí hasta la muerte de Herodes quien, creyéndose
burlado por los magos, envió a sus soldados para que matasen
a todos los niños recién nacidos en Belén. Los soldados por
tanto fueron y mataron a todos los niños que había allí, como
Herodes lo había ordenado. Se cumplieron así las palabras
del profeta, que dijo: <<Hay lamentos y mucho llanto en
Ramah: Raquel se lamenta por sus hijos, pero no hay quien la
consuele, pues ellos ya no están>>.

9. JESUS, HABIENDO REGRESADO A JUDEA, SOSTIENE


UNA MARAVILLOSA DISCUSION CON LOS DOCTORES,
A LA EDAD DE 12 AÑOS

Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció en un


sueño a José, y le dijo: <<Regresa a Judea, ya que han muerto
los que querían la muerte del niño>>. José por lo tanto tomó
al niño con María -habiendo llegado él a la edad de siete
años- y volvió a Judea; donde, al oír que Arquelao, hijo de
Herodes, estaba reinando en Judea, fue a Galilea, temiendo
quedarse en Judea; y ellos se fueron a vivir a Nazaret. El niño
creció en gracia y sabiduría ante Dios y ante los hombres.
Jesús, habiendo llegado a la edad de 12 años, subió con María
y José a Jerusalén, para adorar allí según la Ley del Señor
escrita en el libro de Moisés. Cuando terminaron sus
oraciones regresaron ello, habiendo perdido a Jesús, ya que
ellos creían que él se había vuelto a casa con sus parientes.
María por lo tanto volvió con José a Jerusalén, buscando a
Jesús entre parientes y vecinos. Al tercer día encontraron al
niño en el templo, en medio de los doctores, discutiendo con
ellos acerca de la Ley. Y todos estaban asombrados por sus
preguntas y respuestas, diciendo: << ¿Cómo puede haber tal
doctrina en él, siendo que él es tan pequeño y aún no ha
aprendido a leer?>>.

María lo regañó, diciendo: <<Hijo, ¿qué nos has hecho? Mira,


tu padre y yo te hemos buscado, sufriendo, durante tres
días>>. Jesús respondió: << ¿Qué no sabes que servir a Dios
debe ponerse antes que el padre y la madre?>>. Jesús
entonces bajó con su madre y con José a Nazaret, y estuvo
sujeto a ellos con humildad y reverencia.

10. JESUS, A LA EDAD DE 30 AÑOS, EN EL MONTE DE


LOS OLIVOS, RECIBE MILAGROSAMENTE EL
EVANGELIO, DE MANOS DEL ANGEL GABRIEL

Jesús, habiendo alcanzado la edad de 30 años, como él


mismo me dijo, subió al Monte de los Olivos con su madre
para recoger aceitunas. Luego, al mediodía, cuando él estaba
rezando, al llegar a estas palabras: <<Señor, con misericordia…
>>, fue rodeado por una luz sumamente brillante y por una
multitud in nita de ángeles, los cuales decían: <<Bendito sea
Dios>>. El ángel Gabriel le presentó, como si fuera un espejo
reluciente, un libro, el cual descendió entrando al corazón de
Jesús, y en él estaba el conocimiento de los que Dios hizo y
dijo, y lo que Dios quería, en tal forma que todo le fue
claramente expuesto; como él me lo dijo: <<Créeme,
Bernabé, que yo conozco a todos lo profetas con todas sus
profecías, tanto que todo lo que yo digo ha salido de ese
libro>>.

Jesús, habiendo recibido esta visión, y sabiendo que él era un


profeta enviado a la casa de Israel, dio a conocer todo ello a
María su madre, diciéndole que era necesario que él sufriese
gran persecución por la causa de Dios, y que ya no podía
seguir viviendo con ella sirviéndola. Entonces, habiendo oído
esto, María contestó: <<hijo, cuando naciste todo esto me fue
anunciado; así que bendito sea el santo nombre de Dios>>,
Jesús partió por tanto ese día dejando a su madre, para
atender a su misión profética.

11. JESUS CURA MILAGROSAMENTE A UN LEPROSO, Y


ENTRA A JERUSALEN

Jesús, al descender de la montaña para entrar a Jerusalén, se


encontró a un leproso, el cual, por inspiración divina, supo
que Jesús era un profeta. Por tanto, con lágrimas le rogó,
diciendo: <<Jesús, hijo de David, ten piedad de mí>>. Jesús
respondió: << ¿Qué deseas, hermano, que yo haga para tú?>>.
El leproso respondió: <<Señor, dame salud>>. Jesús lo
respondió, diciendo: <<En verdad eres tonto; ruégale a Dios,
Quien te creó, y Él te dará salud; ya que yo soy un hombre
como tú>>. El leproso contestó: <<Yo sé que tú, señor, eres un
hombre, pero un santo del Señor. Por ello, rézale tú a Dios, y
El me dará la salud>>. Entonces Jesús, suspirando, dijo:
<<Señor Dios Todopoderoso, por el amor a Tus santos
profetas, dale la salud a este hombre enfermo>>.

Entonces, habiendo dicho esto, dijo él, tocando al hombre


enfermo con sus manos en el nombre de Dios: << ¡Oh
hermano, recibe tu salud!>>. Y cuando él hubo dicho esto, el
leproso fue sanado, tanto que la carne le quedó limpia como
la de un niño. Viendo él que había sido sanado, el leproso,
con voz fuerte, gritó: <<Venid aquí, Israel, a recibir al profeta
que Dios te envía>>. Jesús le rogó, diciendo: <<Hermano, no
te apresures, no digas nada>>, pero entre más le rogaba, más
gritaba él, diciendo: <<Ved al profeta!, ¡ved al santo de
Dios!>>. Y a estas palabras muchos que salían de Jerusalén se
regresaron, y entraron con Jesús a Jerusalén, recontando lo
que Dios, a través de Jesús, había hecho al leproso.

12. PRIMER SERMON DE JESUS DIRIGIDO A LAS


GENTES; MARAVILLOSO EN DOCTRINA ACERCA DEL
NOMBRE DE DIOS.

La ciudad entera de Jerusalén se conmoción por estas


palabras, así que todos corrieron juntos hacia el templo para
ver a Jesús, el cual entrando allí a rezar, así que apenas cabían
allí. Así que los sacerdotes le solicitaron a Jesús: <<Estas
gentes desean verte y escucharte; por tanto, sube al pináculo,
y si Dios te da una palabra, dile en el nombre del Señor>>.

Entonces subió Jesús al lugar desde el cual solían hablar los


escribas. Y habiendo ordenado silencio con la mano, abrió la
boca, y dijo: <<Bendito sea el santo nombre de Dios, Quién,
por Su Bondad, quiso crear a Sus criaturas para que lo
glori casen. Bendito sea el santo nombre de enviarlos para la
salvación del mundo, como habló El a través de Su siervo,
David, diciendo: “Antes que a Lucifer Yo te creé a ti a en la
brillantez de los santos”. Bendito sea el santo nombre de Dios,
Quien creo a los ángeles para que le obedecieran. Y bendito
sea Dios. Quién castigó y reprobó a Satanás y a sus
seguidores, los cuales no reverenciaron a aquél a quien Dios
quiso que rindieran homenaje. Bendito sea el santo nombre
de Dios, Quién creó al hombre del barro de la tierra, y lo
envió por encima de Sus obras. Bendito sea el santo nombre
de Dios, Quién con misericordia, miró las lágrimas de Adán y
Eva, los primeros padres del género humano. Bendito sea el
santo nombre de Dios, Quién justamente castigó a Caín, el
fratricida, envió el Diluvio sobre la tierra, incendió las tres
ciudades perversas, arrasó a Egipto, derrotó al Faraón en el
Mar Rojo, dispersó a los enemigos de Su pueblo, castigó a los
in eles, y castigó a los impenitentes. Bendito sea el santo
nombre de Dios, Quién con misericordia, miró a Sus
criaturas, y por lo tanto, les envió Sus santos profetas, para
que pudiesen caminar ante El en la verdad y la rectitud;
Quien liberó a Sus siervos de todo mal, y les dio esta tierra,
como lo prometió el a nuestro padre Abrahán y a su hijo por
siempre. Luego, a través de Su siervo Moisés, El nos dio esta
santa Ley, para que Satanás no nos engañe, y El nos exaltó
sobre todos los demás pueblos. Pero, hermanos, ¿qué
hacemos hoy, que no somos castigados por nuestros pecados?
>>.

Y entonces Jesús, con gran vehemencia, reprendió a las


gentes por haber olvidado la Palabra de Dios, y por haberse
entregado a la vanidad; reprendió a los sacerdotes por su
negligencia en el servicio de Dios y por su ambición
mundana; reprendió a los escribas porque predicaban
doctrinas varias y abandonaban la Ley de Dios; reprendió a
los doctores (de la ley) porque hacían inválida la Ley de Dios
a través de sus tradiciones. Y de tal sabia manera habló Jesús a
las gentes, que todos lloraron, desde el menor al mayor,
pidiendo misericordia a gritos, y solicitándole a Jesús que
rezara por ellos; excepto los sacerdotes y líderes, quienes en
ese día concibieron odio contra Jesús por haber hablado así él
contra los sacerdotes, escribas y doctores. Y ellos meditaron
acerca de su muerte, pero por temor a las gentes, que lo
habían recibido como profeta de Dios, no dijeron palabra.

Jesús levantó sus manos al Señor Dios y rezo, y la gente


lloraba diciendo: <<Así sea, oh Señor, así sea>>. Terminada la
oración, Jesús descendió del templo; y ese día partió de
Jerusalén, con muchos que le seguían. Y los sacerdotes
hablaron mal de Jesús entre ellos.

13. LA MARAVILLOSA DEVOCION DE JESUS Y SU


ORACION, Y EL MAGNIFICO CONSUELO DEL ANGEL
GABRIEL

Habiendo pasado algunos días, y percibiendo Jesús en su


espíritu el deseo de los sacerdotes, ascendió al Monte de los
Olivos para rezar. Y habiendo pasado la noche entera en
oración, rezando Jesús en la mañana dijo: <<Oh Señor, yo sé
que los escribas me odian, y que los sacerdotes están
decididos a matarme a mí, Tu siervo; por tanto, Señor Dios
Todopoderoso y Misericordioso, escucha por piedad las
oraciones de Tu siervo, y sálvame de sus intrigas, ya que Tú
eres mi salvación. Tu palabra es la Verdad, la cual durará por
siempre>>.

Cuando Jesús hubo dicho estas palabras, he aquí que vino a él


el ángel Gabriel, diciendo: <<No temas, oh Jesús, ya que un
millar de millares de quienes viven arriba en el cielo te
cuidan, y tú no morirás sino hasta que todo sea cumplido, y
el mundo esté cercano a su n>>. El ángel Gabriel respondió:
<<Levántate, Jesús, y recuerda a Abrahán, quien queriendo
hacer a Dios el sacrificio de su unigénito Ismael, y recuerda la
Palabra de Dios, y no pudiendo el cuchillo cortar a su hijo, a
mi palabra ofreció un cordero en sacri cio. Así harás tú
también, por lo tanto, oh Jesús, siervo de Dios>>.

Jesús contestó: <<De buena gana, pero ¿dónde encontraré el


cordero, si no tengo dinero y no es ilícito robarlo?>>.
Entonces el ángel Gabriel le mostró un cordero, el cual
ofreció Jesús en sacri cio, alabando y bendiciendo a Dios, El
cual es Glorioso por siempre.

14. DESPUES DE AYUNAR 40 DIAS, JESUS ESCOGE A LOS


DOCE APOSTOLES

Jesús descendió del monte, y pasó de noche, solo, al otro lado


del Jordán, y ayunó 40 días y 40 noches, sin comer nada día y
noche, suplicando continuamente al Señor por la salvación
de Su pueblo, al cual él había sido enviado por Dios. Y
cuando hubieron pasados los 40 días, él estaba hambriento.
Entonces se le apareció Satanás, y lo tentó con muchas
palabras, pero Jesús lo expulsó por el poder de las palabras de
Dios. Habiendo partido Satanás, vinieron los ángeles y le
administraron a Jesús todo lo que el necesitaba.

Jesús, habiendo regresado a la región de Jerusalén, fue


encontrado otra vez por las gentes con alegría sumamente
grande, y ellos le rogaron que se quedara a vivir con ellos: ya
que sus palabras, no eran como las de los escribas, sino que
tenían poder, ya que tocaban al corazón. Jesús, al ver que la
multitud de quienes habían regresado al buen camino era
grande, caminado en la Ley de Dios, subió a la montaña, y
pasó toda la noche en oración, y cuando llegó el día
descendió él de la montaña, y escogió a doce, a quienes él
llamó apóstoles, entre los cuales está Judas, el cual fue
cruci cado. Sus nombres son: Andrés y Pedro, su hermano,
pescadores; Bernabé, quien escribe esto, con Mateo el
publicano, que se sentaba en el puesto de la aduana; Juan y
Santiago, hijos de Zebedeo; Tadeo y Judas; Bartolomé y
Felipe; Santiago, y Judas Iscariote, el traidor. A éstos reveló él
siempre los secretos divinos, pero el Iscariote Judás, él lo hizo
su administrador de todo lo que era dado en caridad, pero
Judas robada la décima parte de todo.

15. MILAGRO OBRADO POR JESUS EN UNA BODA,


TRANSFORMANDO EL AGUA EN UNA BEBIDA
DELICIOSA

Cuando se aproximaba la esta de los Tabernáculos, cierto


hombre rico invitó a Jesús con sus discípulos y su madre a
una boda, Jesús fue entonces, y cuando ellos celebraban, se
acabó el vino. Su madre le dijo a Jesús: <<Ya no tienen vino>>.
Jesús respondió: <<Y a mí qué me importa, madre mía>>. Su
madre ordenó a los sirvientes que obedecieran lo que Jesús le
sindicase. Habían allí seis recipientes para agua para que las
gentes se puri cases, según la costumbre de Israel, para la
oración, Jesús dijo: <<Llenad estos recipientes con agua>>.
Los sirvientes así lo hicieron. Jesús le dijo: <<En el nombre de
Dios, dadles de beber a los que están festejando>>. Los
sirvientes entonces le dieron al maestro de ceremonias, para
que probara, el cual los reprendió diciendo: <<Oh siervos,
indignos, ¿por qué habéis guardado hasta ahora la mejor
bebida?>>, ya que él no sabía nada de lo que Jesús había
hecho.
Los sirvientes respondieron:<<Oh señor, hay aquí un hombre
santo de Dios, ya que él ha transformado el agua en esta
bebida>>. El maestro de ceremonias pensó que los sirvientes
estaban borrachos; pero los que estaban sentados cerca de
Jesús, habiendo visto todo lo sucedido, se levantaron de la
mesa y le rindieron homenaje, diciendo: <<En verdad tú eres
un santo de Dios, un verdadero profeta, enviado por Dios a
nosotros>>. Entonces sus discípulos creyeron en él, y muchos
regresaron sus corazones hacia el bien, diciendo: <<Alabado
ser Dios, Quien tiene piedad de Israel, y visita la casa de Judá
con amor, y bendito sea Su santo Nombre>>.

16. MARAVILLOSA ENSEÑANZA DADA POR JESUS A SUS


APOSTOLES ACERCA DE LA CONVERSION AL BIEN

Un día Jesús convocó a sus discípulos y subieron a la


montaña,. y cuando él se hubo sentado allí, sus discípulos se
acercaron a él, y él abrió su boca y los instruyó, diciendo:
<<Grandes son los bene cios que Dios ha concedido sobre
nosotros, por lo que es necesario que lo sirvamos con corazón
sincero. Y así como el vino nuevo se guarda en recipientes
nuevos, así también debéis vosotros convertiros en hombres
nuevos, si vais a contener la nueva doctrina que saldrá de mi
boca. Verdaderamente os digo, que así como un hombre no
puede ver con sus ojos al cielo y la tierra al mismo tiempo, así
es imposible amar a Dios y al mundo.

Ningún hombre en su sano juicio serviría a dos amos que


están en enemistad el uno con el otro; ya que si uno os amara,
el otro os odiaría. Así os digo en verdad que vosotros no
podéis servir a Dios y al mundo, ya que el mundo consiste en
falsedad, codicia y maldad. Por tanto no podéis hallar reposo
en el mundo, sino más bien persecución y perdición. Así que
servid a Dios y despreciad al mundo, ya que así encontraréis
reposo para vuestras almas. Escuchad mis palabras, ya que os
hablo con la verdad.

En verdad, bienaventurados sean los pobres que odian


verdaderamente en esta vida terrenal, ya que ellos serán
consolados.

Bienaventurados sean los pobres que odian verdaderamente


las delicias del mundo, ya que ellos abundarán en las delicias
del reino de Dios.

En verdad, bienaventurados sean los que comen a la mesa de


Dios, porque los ángeles les atenderán y servirán.

Vosotros estáis viajando como peregrinos. ¿Se carga el


peregrino a sí mismo con palacios y campos y otras cosas
mundanas en el camino? Claro que no; sino que él carga
cosas ligeras y valiosas por su utilidad y conveniencia en el
camino. Esto debería ser un ejemplo para vosotros; y si
deseáis otro ejemplo, yo os lo diría, para que podáis hacer
como os digo. No hagáis pesados vuestro corazones con
deseos mundanos, diciendo: “¿Quién nos vestirá?”, o “¿Quién
nos dará de comer?”; sino mejor ved a las ores y los árboles,
con las aves, a quienes Dios nuestro Señor vistió y alimentó
con mayor gloria que toda la gloria de Salomón. Y Él es capaz
de alimentarnos, así, el Dios que os creó y os llamó a Su
servicio.; Quien durante 40 años hizo que el maná
descendiera del cielo para Su pueblo, Israel, en el desierto, y
no dejó que sus ropas se volvieran viejas ni gastadas, siendo
ellos 640.000 hombres, mujeres y niños. Verdaderamente yo
os digo, que el cielo y la tierra perecerán, y sin embargo Su
misericordia sobre aquéllos que le escuchan no perecerá.
Pero los ricos del mundo, en su prosperidad, están
hambrientos y perecerán.

Hubo un hombre muy rico cuyos ingresos se incrementaban,


y decía: “¿Qué haré, oh alma mía? Voy a derribar mis
graneros porque son pequeños, y construiré unos nuevos y
más grandes: ¡así triunfarás, alma mía!” ¡Oh hombre
desgraciado!, ya que esa noche él murió. El debería haberse
preocupado por los pobres, y haberse procurado amigos, con
limosnas de las riquezas impías de este mundo, ya que ellos
traen tesoros en el reino de los cielos.

Decidme, os ruego, si vosotros dieseis vuestro dinero al banco


de un publicano, y él os devolviese diez veces y 20 veces más
dinero, ¿acaso no le daríais a ese hombre todo lo que
tuvieseis? Pero yo os digo, en verdad, que cualquier cosa que
deis y entreguéis por amor a Dios, la recibiréis de vuelta
multiplicada 100 veces, y duradera por toda la vida. Ved
entonces cuánto debéis conformaros para servir a Dios>>.

17. EN ESTE CAPITULO SE PERCIBE CLARAMENTE LA


INFIDELIDAD DE LOS CRISTIANOS Y LA VERDADERA
FE DE LOS CREYENTES

Cuando Jesús hubo dicho esto, contestó Felipe: <<Estamos


contentos de servir a Dios, pero deseamos, sin embargo,
conocer a Dios, ya que Isaías, el profeta, dijo:
“Verdaderamente Tú eres un Dios escondido”, y dijo Dios a
Moisés, Su siervo: “Yo soy el que soy”>>. Jesús contestó:
<<Felipe, Dios es un bien sin el cual no hay nada que sea
bueno; Dios es un Ser sin el cual no hay nada que sea; Dios es
una vida sin la cual no hay nada que viva; tan Grande es El,
que llena todo y está en todas partes. El, siendo Único, no
tiene igual. El no tuvo principio, no tendrá jamás un n, pero
a todo ha dado El un principio, y a todo le dará un n. Él no
tiene padre, ni madre; Él no tiene hijos, ni hermanos, ni
compañeros. Y como Dios no tiene cuerpo, por tanto Él no
come, ni duerme, ni muere, ni camina, ni se mueve, sino que
vive eternamente sin similitud humana, ya que Él es
Incorpóreo, Incompuesto, Inmaterial, de la naturaleza más
simple. Él es tan Bueno que sólo ama la bondad; Él es tan
Justo que cuando El castiga o perdona, no puede
contradecírsele. En resumen, te digo, Felipe, que aquí en la
tierra no lo puedes ver ni conocer perfectamente; pero en Su
reino lo verás- en tu corazón- por siempre; y en ello consiste
toda nuestra felicidad y gloria>>.

Felipe contestó: <<Maestro, ¿qué dices? Está escrito


ciertamente en Isaías que Dios es nuestro padre; ¿cómo,
entonces, no tiene hijos El?>>.Jesús contestó: <<Están escritas
en los profetas muchas parábolas, por lo que uno no debe
tomarlos al pie de la letra, sino atender el signi cado; ya que
todos los profetas, que son 144.000 -a quienes Dios envió al
mundo- hablaron obscuramente. Pero después de mí vendrá
el Esplendor de todos los profetas y santos, y arrojará luz
sobre la oscuridad de todo lo que los profetas dijeron, ya que
él es el mensajero de Dios>>. Y habiendo dicho esto, Jesús
suspiró y dijo: << ¡Ten piedad de Israel, Oh señor Dios!; y
mira con misericordia a Abrahán y a su descendencia, para
que ellos puedan servirte con corazón sincero>>.

Sus discípulos respondieron: << ¡Así sea, oh Señor, Dios


nuestro!>>. Jesús dijo: <<En verdad os digo, , que los escribas y
doctores han vuelto vacía la Ley de Dios con sus falsas
profecías, contrarias a las profecías de los verdaderos profetas
de Dios; por lo que Dios está furioso contra la casa de Israel y
contra esta generación sin fe>>. Sus discípulos lloraron al oír
estas palabras, y dijeron: <<Ten piedad, oh Dios, ten piedad
del templo y de la ciudad santa, y no la dejes al desprecio de
las naciones. Que ellas no desprecien Tu santo Convenio>>.
Jesús contestó: <<Así sea, Señor Dios de nuestros padres>>.

18. AQUI SE MUESTRA LA PERSECUCION DE LOS


SIERVOS, DE DIOS POR EL MUNDO, Y LA PROTECCION
DE DIOS SALVANDOLOS.

Habiendo dicho esto, dijo Jesús: <<Vosotros no me habéis


escogido, sino que yo os escogí a vosotros, para que seáis mis
discípulos. Si entonces el mundo os odia, verdaderamente
seréis mis discípulos; ya que el mundo siempre ha sido un
enemigo de los siervos de Dios. Recordad (a los) santos
profetas que fueron matados pro el mundo, como en el
tiempo de Elías, que 10.000 profetas fueron matados por
Jezabel, en tal forma que apenas pudo escapar el pobre Elías -
y 7.000 hijos de profetas con él- escondidos pro el capitán de
las huestes de Ahad. ¡Oh mundo impío, que conoces a Dios!
No teméis pues, ya que los cabellos de vuestra cabeza han
sido numerados para que no perezcan. Mirad las golondrinas
y otras aves, de las cuales no cae una pluma si no es con el
Permiso de Dios. ¿Tendrá entonces Dios más cuidado de los
pájaros que del hombre, para quien El creó todo? ¿Hay, acaso,
algún hombre que se preocupe más por su zapato que por su
propio hijo? Claro que no. Ahora, ¿Cómo va a ser posible que
penséis que Dios os abandonará, siendo que cuida de las aves?
¿Y para qué hablar de los pájaros? Una hoja de árbol no cae si
no es por la Voluntad de Dios.

Creedme, ya que os digo la verdad, que el mundo os temerá


grandemente si observáis mis palabras, ya que si él no
temiera ver revelada su maldad al descubierto, no os odiaría;
pero él teme que sea expuesta, por lo tanto os odiará y os
perseguirá. Si viereis que el mundo se burla de vosotros, es
tomado como burla por el mundo, el cual considera su
sabiduría como locura. Si Dios soporta al mundo con
paciencia poseeréis vuestra alma. Por lo tanto, si alguien os
da un golpe en un lado de cara, ofrecedle el otro para que lo
golpee. No paguéis mal por mal, ya que eso hacen los peores
animales; mejor pagad bien con el bien. Considerad a Dios,
que hace que el sol salga sobre los buenos y los malos, y
similarmente la lluvia. Así debéis vosotros hacer el bien a
todos; ya que está escrito en la Ley: “Sed santos, porque Yo,
vuestro Dios, soy Santo; sed puros, ya que Yo soy Puro; y sed
perfectos, ya que Yo soy Perfecto”. Verdaderamente os digo
que el siervo estudia para complacer a su amo, así que él no
se pone ninguna prenda de vestir que desagrade a su amo.
Vuestras ropas son vuestra voluntad a Dios, nuestro Señor.
Estad seguros de que Dios odia la pompa y el lujo de este
mundo, y por lo tanto, odiad al mundo>>.

19. JESUS PREDICE QUE SERA TRAICIONADO, Y,


DESCENDIENDO DE LA MONTAÑA, CURA A 10
LEPROSOS.

Cuando Jesús hubo dicho esto, Pedro contestó: <<Oh


maestro, ve que nosotros hemos dejado todo para seguirte;
¿qué será de nosotros?>>. Jesús respondió: <<Verdaderamente
vosotros en el Día del Juicio os sentaréis a mi lado, dando
testimonio contra las doce tribus de Israel>>.

Y habiendo dicho esto, Jesús suspiró, diciendo: <<Oh Señor,


¿qué cosa es ésta? pues yo he escogido a doce, pero uno de
ellos es un demonio>>.Los discípulos se a igieron y
apenaron pro esta palabra; por lo que el que esto escribe
preguntó en secreto a Jesús, con lágrimas, diciendo: <<Oh
maestro, ¿me engañará a mí Satanás, y entonces me volveré
un réprobo?>>. Jesús respondió: <<No te a ijas, Bernabé; ya
que aquéllos a quienes Dios escogió antes de la creación del
mundo no perecerán. Regocíjate, ya que tu nombre está
escrito en el libro de la vida>>.

Jesús consoló a sus discípulos, diciendo: <<No temáis, ya que


aquél que me odiará no está a igido por lo que dije, ya que él
no está el sentimiento divino>>. A estas palabras suyas los
escogidos fueron consolados. Jesús hizo sus plegarias, y sus
discípulos dijeron: <<Amén, así sea, Señor Dios
Todopoderoso y Misericordioso>>.

Habiendo terminado sus devociones, Jesús bajó de la


montaña con sus discípulos, y se encontró con 10 leprosos, los
cuales gritaron desde lejos: << ¡Jesús, hijo de David, ten
piedad de nosotros!>>. Jesús le dijo que se acercaran, y les
dijo: << ¿Qué queréis de mí, oh hermanos?>>. Todos ellos
gritaron: << ¡Danos salud!>>. Jesús respondió: << ¡Ah,
miserables que sois, al haber perdido la razón!, ya que decís:
“¡Danos salud!” ¿Que no veis que soy un hombre como
vosotros? Invocad a Dios, que os ha creado, y El, que es
Todopoderoso y Misericordioso, os sanará>>.

Con lágrimas respondieron los leprosos: <<Nosotros sabemos


que tú eres un hombre como nosotros, pero, sin embargo, un
santo de Dios y un profeta del Señor, por lo tanto ruega tú a
Dios, y Él nos sanará>>. Entonces los discípulos rogaron a
Jesús, diciendo: <<Señor, ten piedad de ellos >>. Entonces
Jesús rogó a Dios, diciendo: <<Señor Dios Todopoderoso y
Misericordioso, ten misericordia y escucha las palabras de Tu
siervo; y por el amor de Abrahán, nuestro padre, y por Tu
pacto sagrado ten piedad de la petición de estos hombres y
concédeles la salud>>. Entonces Jesús, habiendo dicho esto,
volteó hacia los leprosos y dijo: <<Id y presentaos a los
sacerdotes según lo que dice la Ley de Dios>>. Los leprosos
partieron, y en el camino fueron limpiados. Entonces uno de
ellos, viendo que había sido curado, regresó para buscar a
Jesús, y se trataba de un Ismaelita. Y habiendo hallado a Jesús
se arrodilló, reverenciándolo, diciendo: <<En verdad tú eres
un santo de Dios>>, y con gracias le rogó que lo recibiera
como sirviente. Jesús contesto: <<Diez fueron limpiados;
¿dónde están los otros nueve?>>. Y le dijo al que había sido
sanado: <<Yo no vengo a ser servido, sino a servir; por lo
tanto ve a tu casa, y recuenta cuánto ha hecho Dios en ti, para
que ellos sepan que las promesas hechas a Abrahán y a su
hijo, con el reino de Dios, se están aproximando>>. El leproso
sanado partió, y habiendo llegado a su barrio volvió a contar
cuánto había obrado Dios en él a través de Jesús.

20. MILAGRO EN EL MAR OBRADO POR JESUS, Y EL


DECLARA DONDE SERA RECIBIDO EL PROFETA

Jesús fue al Mar de Galilea, y habiéndose embarcado en una


nave, navegó hacia la ciudad de Nazaret; y entonces hubo una
gran tempestad en el mar, tanto que el barco estuvo próximo
a hundirse. Y Jesús dormía en la proa del barco. Entonces se
acercaron a él sus discípulos, y lo despertaron, diciendo:
<<Oh maestro, sálvate, porque perecemos>>. Ellos sentían
gran temor, por causa del fuerte viento en contra y por el
rugir del mar. Jesús se levantó, y levantando la vista hacia el
cielo, dijo: <<Oh Elohim Sebaoth, ten piedad de Tus
siervos>>. Entonces, cuando Jesús hubo dicho esto,
repentinamente cesó el viento, y el mar se volvió tranquilo.
Entonces los marineros temieron, diciendo: <<Y, ¿quién es
éste, a quien obedecen el mar y el viento?>>.

Habiendo llegado a la ciudad de Nazaret, los marineros


extendieron por toda la ciudad la noticia de lo que Jesús
había obrado, por lo que la casa donde estaba Jesús se vio
rodeada por todos los que vivían en la ciudad. Y los escribas y
doctores, representándose ante él, dijeron: <<Hemos
escuchado lo que hiciste en el mar y en Judea; danos por lo
tanto alguna señal aquí en tu propio país>>.

Jesús respondió: <<Esta generación impía pide una señal,


pero no le será dada a ellos, porque ningún profeta es
recibido en su propia tierra. En el tiempo de Elías había
muchas viudas en Judea, pero él sólo fue enviado a pedir
alimento a una viuda de Sidón. Muchos eran los leprosos en
Judea en el tiempo de Eliseo, no obstante, sólo Naamán, el
sirio, fue sanado>>.Entonces se enojaron los ciudadanos y lo
cogieron y lo llevaron a la cumbre de un precipicio para
arrojarlo desde allí. Pero Jesús, caminando en medio de ellos,
partió de allí.
21. JESUS CURA A UN ENDEMONIADO, Y LOS CERDOS
SE ARROJARON AL MAR. DESPUES CURA A UNA
CANAANITA.

Jesús subió a Cafarnaúm, y al acercarse a la ciudad, salió de


entre las tumbas uno que estaba poseído por el demonio, y en
tal forma que ninguna cadena podía contenerlo, y hacía gran
daño a las gentes. Los demonios gritaban por su boca,
diciendo: <<Oh santo de Dios, ¿por qué vienes antes de
tiempo a molestarnos?>>. Y le rogaban que no los arrojase.

Jesús les preguntó cuántos eran. Ellos respondieron: <<Somos


666>>. Cuando los discípulos oyeron esto, huyeron asustados,
y le rogaron a Jesús que se fuera. Entonces dijo Jesús: <<
¿Dónde está vuestra fe? Es necesario que los demonios se
vayan, no yo>>. Los demonios, por tanto, gritaron:
<<Saldremos, pero permítenos entrar en aquéllos cerdos>>.
Andaban por allí pastando, cerca del mar, unos 10.000
cerdos que pertenecían a los cananeítas. Entonces Jesús dijo:
<<Id y entrad en los cerdos>>. Con un rugido, los demonios
entraron en los cerdos, y los hicieron arrojarse de cabeza al
mar. Entonces los que alimentaban a los cerdos huyeron
hacia la ciudad, y contaron todo lo que Jesús había hecho que
sucediera.

Entonces los hombres de la ciudad vinieron y encontraron a


Jesús y al hombre que fue sanado. Los hombres se llenaron
de temor y rogaron a Jesús que se fuera y saliera de sus
fronteras. Jesús los dejó y se fue hacia la región de Tiro y
Sidón.

Y he aquí que una mujer de Canaán con sus dos hijos, que
había salido de su propio país para conocer a Jesús, al verlo
llegar con sus discípulos, grito: <<Jesús, hijo de David, ¡Ten
piedad de mi hija, que es atormentada por el demonio!>>.
Jesús no le contestó ni una palabra, ya que ella pertenecía al
pueblo incircunciso. Los discípulos se movieron a lástima, y
dijeron: << ¡Oh hijo maestro, ten piedad de ellos! ¡Mira cómo
gritan y lloran!>>. Jesús respondió: <<Yo sólo fui enviado al
Pueblo de Israel>>. Entonces la mujer, con sus hijos, fue ante
Jesús, llorando y diciendo: << ¡Oh hijo de David, ten piedad
de mí!>>. Jesús contesto: <<No está bien quitar el pan de la
mano de los hijos y dárselo a los perros>>. Y esto dijo Jesús
por razón de la impureza de ellos, ya que eran de las gentes
incircuncisas. La mujer respondió: <<Oh señor, los perros
comen las migajas que caen de la mesa de sus amos>>.
Entonces se asombró Jesús por las palabras de la mujer, y
dijo: << ¡Oh mujer, tu fe es grande!>>. Y habiendo levantado
las manos hacia el cielo, rezó a Dios y luego dijo: <<Oh mujer,
tu hija está libre, vete en paz>>. La mujer partió, y al llegar a
su casa encontró a su hija, la cual estaba alabando a Dios.
Entonces la mujer dijo: <<Verdaderamente no hay más dios
que el Dios de Israel>>. Entonces ella y toda su parentela se
convirtieron a la Ley (de Dios), según está escrita en el libro
de Moisés.

22. CONDICION MISERABLE DE LOS INCIRCUNCISOS


EN QUE EL PERRO ES MEJOR QUE ELLOS.

Los discípulos preguntaron a Jesús ese día, diciendo: <<Oh


maestro, ¿por qué diste esa respuesta a la mujer, diciendo que
ellos eran como perros?>>. Jesús contestó: <<Verdaderamente
os digo que un perro es mejor que un hombre
incircunciso>>. Entonces se a igieron los discípulos,
diciendo: <<Duras son estas palabras, ¿quién será capaz de
recibirlas?>>. Jesús respondió: <<Si consideráis, oh tontos, lo
que hacen el perro, que no tiene razón, para el servicio de sus
amo, encontraréis que lo que digo es verdad decidme, ¿cuida
el perro la casa de su amo y expone su vida contra los
ladrones? Sí, seguro. ¿Por qué recibe él? Muchos golpes e
insultos con poco pan, y él siempre le muestra a su amo una
cara alegre. ¿Es esto cierto?>>.

<<Cierto es, oh maestro>>, respondieron los discípulos.


Entonces dijo Jesús: <<Considerad ahora cuánto le ha dado
Dios al hombre, y veréis cuán injusto es él al no observar el
Pacto que Dios hizo con Abrahán, Su siervo. Recordad lo que
dijo David al rey Saúl de Israel, contra Goliat el listeo: “Mi
señor”, dijo David, “mientras tu siervo estaba vigilando el
rebaño de tu siervo vinieron el lobo, el oso y el león y
atraparon las ovejas de tu siervo; entonces tu siervo fue y los
mató, rescatando a las ovejas. ¿Y que es este incircunciso sino
uno como ellos? Por lo tanto, tu siervo irá en el nombre del
Señor Dios de Israel, y matará a ese impuro que blasfemas a
las gentes santas de Dios”>>.

Entonces dijeron los discípulos: <<Dinos, oh maestro, ¿por


qué razón debe el hombre ser circuncidado?>>. Jesús
respondió: <<Que sea su ciente para vosotros el que Dios lo
ordenase a Abrahán, diciendo: “Abrahán, circuncida tu
prepucio y el de los de tu casa, ya que este es un pacto entre
tú y Yo por siempre>>.

23. ORIGEN DE LA CIRCUNCISION, Y PACTO DE DIOS


CON ABRAHAM, Y MALDICION DE LOS INCIRCUNCISOS

Y habiendo dicho esto, Jesús se sentó, y sus discípulos


acudieron a su lado para escuchar sus palabras. Entonces dijo
Jesús: <<Adán el primero hombre habiendo comido, por
engaño de Satanás, el alimento prohibido por Dios en el
Paraíso, se rebeló su carne contra el espíritu; y entonces él
juró, diciendo: “¡Por Dios, te cortaré!”. Y habiendo roto un
pedazo de roca, cogió su carne para cortarla con el agudo lo
de la piedra; entonces fue reprendido por el ángel Gabriel.
Pero él respondió: “He jurado por Dios que lo cortaré; ¡yo
nunca seré un mentiroso!”.

Entonces el ángel le mostró la parte super ua de su carne, y


ésa la cortó él. Y de aquí, así como todo hombre toma su
carne de la carne de Adán, así está obligado él a observar todo
lo que Adán prometió con juramento. Esto cumplió Adán en
sus hijos, y de generación en generación fue transmitida la
obligación de la circuncisión. Pero en la época de Abrahán
había solo unos cuantos circuncidados sobre la tierra, ya que
la idolatría se había multiplicado en el mundo. Entonces Dios
le dijo a Abrahán el hecho acerca de la circuncisión, e hizo
este Pacto, diciendo: “Al alma que no tenga circuncidada su
carne, la expulsaré y dispersaré de mi pueblo por siempre”>>.

Los discípulos temblaron de temor por estas palabras de


Jesús, ya que él habló con espíritu vehemente. Entonces dijo
Jesús: <<Dejad que tema el que no haya circuncidado su
prepucio, ya que él está privado del Paraíso>>. Y habiendo
dicho esto, Jesús habló otra vez, diciendo: <<El espíritu en
muchos está listo para el servicio de Dios, pero la carne es
débil. El hombre que teme a Dios, por lo tanto, debería
considerar lo que es la carne, y dónde tiene su origen, y a qué
será reducida. Del barro de la tierra creó Dios la carne, y en
ella soplo el aliento de vida, infundiéndola allí. Y por lo tanto
cuando la carne estorbe al servicio de Dios debe ser aplastada
como arcilla y pisoteada, ya que el que odie tanto su carne en
este mundo, la guardará para al vida eterna.

Lo que la carne es en este momento, sus deseos lo


mani estan -o sea, que es un enemigo acérrimo de todo bien;
ya que ella desea el pecado. ¿Desearía entonces el hombre
dejar agradar a Dios, su Creador, para satisfacer a Sus
enemigos? Considerad esto: Todos los santos y profetas
fueron enemigos de su carne para el servicio de Dios; así que
ellos, prontamente y de buena gana, fueron a su muerte antes
que ofender la Ley de Dios dada por Moisés, Su siervo, e ir a
servir a los dioses falsos y mentirosos.

Recordad a Elías, quien huyó a través de lugares desiertos de


las montañas, comiendo sólo pasto, vestido con pieles de
cabra. ¡Ah durante cuántos días no comió él! ¡Ah, cuánto frío
soportó! ¡Ah, cuántos aguaceros lo empaparon!, y (eso) por
espacio de siete años, durante los cuales él soportó la feroz
persecución de la impía Jezabel.

Recordad a Eliseo, el cual comía pan de cebada, y vestía las


ropas más ásperas. En verdad os digo que ellos, al no temer
lastimar la carne, fueron temidos con gran terror por el rey y
el príncipe. Esto debería ser su ciente para querer castigar la
carne, oh hombres. Pero si contempláis los sepulcros, sabréis
lo que es la carne>>.

24. NOTABLE EJEMPLO DE COMO DEBERIA UNO HUIR


DE LOS BANQUETES Y FIESTAS

Habiendo dicho esto, Jesús lloró diciendo: << ¡Ay de aquéllos


que son esclavos de su carne!, porque es seguro que ellos no
tendrán bien alguno en la otra vida, sino sólo tormentos por
sus pecados. Os digo que hubo un rico glotón que no
prestaba atención a nada más que a la glotonería, y así todos
los días tenía un espléndido festín. Se paraba a su puerta un
hombre pobre, de nombre Lázaro, el cual estaba lleno de
llagas, y se conformaría con tener las migajas que caían de la
mesa del glotón. Pero nadie le daba; no, todos se burlaban de
él. Sólo los perros le tenían lástima ya que ellos le lamían sus
llagas. Sucedió que el hombre pobre murió, y los ángeles les
llevaron a los brazos de nuestro padre Abrahán.

El hombre rico también murió, y los demonios lo llevaron a


los brazos de Satanás; y entonces, sufriendo el mayor
tormento, levantó él la vista y de lejos vio a Lázaro en los
brazos de Abrahán. Entonces gritó el rico: “¡Oh padre
Abraham, ten piedad de mí, y envía a Lázaro para que con
sus dedos pueda traerme una gota de agua para refrescar mi
lengua, la cual está atormentada en esta llama!”.

Abrahán respondió: “Hijo, recuerda que tú recibiste tu bien


en la otra vida y Lázaro su mal; entonces ahora tú estarás en
tormento, y Lázaro en el consuelo”. El rico gritó otra vez,
diciendo: “Oh padre Abrahán, en mi casa hay tres hermanos
míos. Por lo tanto envía a Lázaro para que les anuncie cuanto
estoy sufriendo, para que ellos se arrepientan y no vengan
aquí”.

Abrahán respondió: “Ellos tienen a Moisés y los profetas,


dejan que los oigan”. El hombre rico dijo: “No, padre
Abrahán, pero si un muerto se levanta, ellos creerán”.
Abrahán contestó: “Quien no cree en Moisés y los profetas
tampoco creerá en los muertos, aun cuando se levantarán”>>.

<<Ved entonces si los pobres son benditos>>, dijo Jesús, <<que


tienen paciencia, y sólo desean lo necesario, odiando la carne.
Oh desgraciados son quienes llevan cargando a otros en el
funeral, para darles sus cuerpos como alimento a los gusanos,
y no aprenden la verdad. Tan lejos están de ello que viven
aquí como inmortales, ya que ellos construyen grandes casas
y obtienen grandes ganancias y viven con soberbia>>.

25. COMO DEBE UNO DESPRECIAR LA CARNE, Y COMO


DEBE UNO VIVIR EN EL MUNDO

Entonces dijo el que escribe: <<Oh maestro, verdaderas son


tus palabras y por lo tanto hemos abandonado todo para
seguirte. Dinos, entonces, cómo debemos odiar nuestra
carne; puesto que matarse uno mismo no es lícito, y viviendo
nosotros requiere que le demos a nuestra carne su
sustento>>.

Jesús respondió: <<Mantén tu carne como a un caballo, y


vivirás a salvo. Ya que a un caballo el alimento le es dado con
medida, y el trabajo sin medida, y se le pone la rienda para
que camine a voluntad (de uno), es amarrado para que no
moleste a alguien, se le guarda en un lugar pobre, y se le
golpea cuando no es obediente; así haz tú, oh Bernabé, y
vivirás siempre con Dios.

Y no te ofendan mis palabras, ya que David el profeta hizo lo


mismo, como con esa él, diciendo: “Yo soy como un caballo
ante Ti; y estoy siempre contigo”. Ahora dime, ¿quién es más
pobre, el que se contenta con poco, o el que desea mucho?
Verdaderamente te digo, que si tan solo tuviera el mundo un
alma sana, nadie amasaría nada para sí mismo, sino que todo
sería común. Pero en esto se conoce su locura, que entre más
amasa más desea. Y tanto como él amasa, ya que el reposo de
otros lo hace amasar igual. Por lo tanto que una sola túnica
sea su ciente para vosotros, tirad vuestra bolsa, no portéis
monedero, ni calcéis sandalias; y no penséis, diciendo: “¿Que
nos sucederá?”, sino tened en mente la Voluntad de Dios, y Él
os proveerá para satisfacer vuestras necesidades, tanto que
nada os faltará.

En verdad os digo, que amasar mucho en esta vida da


testimonio seguro de no tener nada qué recibir en la otra. Ya
que aquél que es nativo de Jerusalén construye casas en
Samaria, aun habiendo enemistad entre estas ciudades.
¿Entendéis?>>. <<Sí>>, dijeron los discípulos.

26. COMO DEBE UNO AMAR A DIOS, Y EN ESTE


CAPITULO ESTA CONTENIDA LA MARAVILLOSA
DISPUTA DE ABRAHAM CON SU PADRE

Entonces dijo Jesús: <<Hubo un hombre que iba de viaje, y al


ir caminando, descubrió un tesoro en un campo que iba a ser
vendido por cinco piezas de dinero. Inmediatamente el
hombre, cuando supo esto, vendió su túnica para comprar
ese campo. ¿Es eso creíble?>>. Los discípulos contestaron:
<<El que no lo creyera está loco>>.

Entonces Jesús dijo: <<Locos estaréis vosotros si no dais


vuestros sentidos a Dios para comprar vuestra alma, en
donde reside el tesoro del amor; ya que el amor es un tesoro
incomparable. Ya que aquél que ame a Dios para sí mismo; y
quien tenga a Dios, lo tiene todo>>.

Pedro dijo: <<h maestro, ¿cómo debe uno amar a Dios con
verdadero amor? Dinos>>. Jesús replicó: <<En verdad os digo
que aquél que no odie a su padre y a su madre, y a su propia
vida, e hijos y esposa, por el amor de Dios, ése tal o no es
digno de ser amado por Dios>>.

Pedro contestó: <<Oh maestro, está escrito en la Ley de Dios


en el libro de Moisés: “Honra a tu padre, para que vivas largo
tiempo sobre la tierra”. Y además dejo el: “Maldito sea el hijo
que no obedece a su padre y a su madre”; entonces Dios
ordenó que el hijo desobediente ha de ser apedreado por la
gente, con ira, a las puertas de la ciudad. ¿Y ahora nos ordenas
odiar al padre y a la madre?>>.

Jesús respondió: <<Cada palabra mía es cierta, ya que no es


mía, sino de Dios, Quien me envió a la casa de Israel. Por lo
tanto os digo que todo lo que vosotros poseéis Dios os lo ha
concedido; y así, ¿qué es más precioso, el don o el donador?
Cuando tu padre y tu madre, con toda otra cosa, sean un
obstáculo para ti en el servicio de Dios, abandónalos como
enemigos. ¿No le dijo Dios a Abrahán: “Vete de la casa de tu
padre y de tus parientes, y ven a vivir en la tierra que Yo te
daré a ti y a tu descendencia”? ¿Y por qué dijo esto Dios?
Porque el padre de Abrahán era un hacedor de ídolos, que
hacía y adoraba dioses falsos. De allí que hubiera enemistad
entre ellos, tanto que el padre quiso quemar al hijo>>.
Pedro contestó: <<Verdaderas son tus palabras; por lo tanto te
ruego que nos cuentes cómo burló Abrahán a su padre>>.
Jesús contestó: <<Abrahán tenía siete años cuando empezó a
buscar a Dios. Así, un día dijo a su padre: “Padre, ¿qué hizo al
hombre?”.

El padre tonto respondió: “El hombre; ya que yo te hice a tú,


y mi padre me hizo a mí”. Abrahán dijo: “Padre no es así; ya
que yo oí a un hombre viejo llorar y decir: “Oh Dios mío, ¿por
qué no me has dado hijos?”.

Su padre contestó: “Es verdad, hijo mío, que Dios ayuda al


hombre a que haga hombres, pero el no pone sus manos en
ello; sólo es necesario que el hombre venga a rezarle a su dios
y le dé sus corderos y ovejas, y su dios le ayudará”: Abrahán
respondió: ¿Cuántos dios, hay padre?”. El viejo contesto: “Son
in nitos en número, hijo mío”. Entonces dijo Abrahán: “Oh
padre, ¿qué haré si sirvo a un dios y otro me desea el mal
porque yo no le sirvo a él? De alguna manera habría
discordia entre ellos, y así surgirá la guerra entre dioses. Peso
si, acaso, el dios que me desea el mal mata a mi propio dios,
¿qué haré? Es cierto que él me matará a mí también”.

El viejo, riendo, contesto: “Oh hijo, no tengas miedo, ya que


ningún dios le hace la guerra a otro dios; no. En el gran
templo hay mil dioses con el gran dios Baal, y yo tengo ahora
70 años, y sin embargo nunca he visto que un dios golpea a
otro dios. Y seguramente todos los hombres no sirven a un
solo dios, sino un hombre a uno, y oro hombre a otro dios”.

Abrahán respondió: “Así, entonces, ¿ellos tienen paz entre


ellos?”. Dijo el padre: “Sí”. Entonces dijo Abrahán: “Oh padre,
¿Cómo son los dioses?”. El viejo contestó: “Tonto, cada día yo
hago un dios, el cual vendo a los demás para comprar yo el
pan, ¡y tú no sabes cómo son los dioses!”. Y entonces en ese
momento estaba él haciendo un ídolo. “Este”, dijo él, “es de
manera de palma, ése es de olivo, aquél pequeño es de mar l;
¡ve qué bien hecho está! ¿No parece como si estuviera vivo?
Ciertamente, ¡solo le falta respirar!.

Abrahán replicó: “Y entonces padre, ¿los dioses no respiran?


¿Entonces cómo dan ellos el aliento? Y estando sin vida,
¿cómo dan ellos la vida? Es cierto, padre, que éstos no son
Dios”. El anciano se enojó por estas palabras, diciendo: “Si
tuvieras edad para entender, te rompería yo la cabeza con
esta hacha; pero ten cuidado, ¡porque tú no tienes
entendimiento!”

Abrahán contestó: “Padre, si los dioses ayudan hacer


hombres, ¿cómo puede ser que el hombre haga a los dioses? Y
si los dioses están hechos de madera, es un gran pecado
quemar madera. Pero dime, padre, ¿cómo es cuando tú has
hecho tantos dioses, los dioses no te han ayudado a hacer
otros tantos hijos que pudieran hacerte el hombre más
poderoso del mundo?”.

El padre estaba fuera de sí, oyendo hablar así a su hijo. El hijo


siguió: “Padre, ¿estuvo el mundo alguna vez sin hombres?”.
“Sí”, respondió el hombre, “¿por qué?”. “Porque”, dijo
Abrahán, “quisiera saber quién hizo al primer dios”. “¡Ahora
vete de mi casa”, dijo el viejo, “y déjame hacer este dios
rápidamente, y no me hables; ya que, cuando tienes hambre
tú deseas pan y no palabras”.

Dijo Abrahán: “¡Un buen dios, ciertamente, al que tú cortas


como deseas, y él no se de ende!”. Entonces el anciano se
enojó, y dijo: “Todo el mundo dice que es un dios, y tú,
muchacho loco, dices que no los es. ¡Por mis dioses, si fueras
un hombre te mataría!”. Y habiendo dicho esto, le dio golpes
y puntapiés a Abrahán, y lo saco de la casa, correteándolo>>.

27. EN ESTE CAPITULO SE VE CLARAMENTE LO


IMPROPIA QUE ES LA RISA EN LOS HOMBRES, Y
TAMBIEN SE VE LA PRUDENCIA DE ABRAHAM

Los discípulos se rieron de la locura del viejo, y se


asombraron por la prudencia de Abrahán. Pero Jesús los
reprendió, diciendo: <<Habéis olvidado las palabras del
profeta, que dicen: “La risa actual es el heraldo del llanto por
venir”, y además. “No debes ir donde hay risa, sino siéntate
con los que lloran, ya que esta vida pasa en miserias”>>.
Entonces dijo Jesús: <<En el tiempo de Moisés, ¿no sabéis que
por reírse y burlarse de los demás Dios convirtió a muchos
hombres de Egipto en bestias odiosas? Tened cuidado y no os
riais de alguien, por cualquier razón, ya que seguramente
lloréis por ello>>.

Los discípulos respondieron: <<Nos reímos de la locura del


viejo>>. Entonces dijo Jesús: <<En verdad os digo, cada uno
ama a su cada cual, y en ello encuentra gusto. Por lo tanto, si
no estuvieseis locos no os reiríais de la locura>>.

Ellos contestaron: <<que Dios tenga piedad de Nosotros>>.


Dijo Jesús: <<Así sea>>.

Entonces dijo Felipe: <<Oh maestro, ¿cómo fue que el padre


de Abrahán quiso quemar a su hijo?>>. Jesús respondió: <<Un
día, habiendo llegado Abrahán a la edad de 12 años, le dijo su
padre: “Mañana es el festival de todos los dioses; por lo tanto
iremos al gran templo y le llevaremos un regalo a mi dios, el
gran Baal. Y tú escogerás para ti un dios, ya que estas en edad
de tener un dios”.

Abraham respondió con sarcasmo: “De buena gana, oh padre


mío”. Y así en la mañana fueron ellos antes que todos los
demás al templo. Pero Abrahán llevaba escondida bajo su
túnica un hacha. Entonces, habiendo entrado al templo, al
incrementarse la multitud, Abrahán se escondió detrás de un
ídolo en una parte oscura del templo. Su padre, cuando
partió, creyó que Abrahán se había ido antes que él a casa, así
que no se quedó a buscarlo.

28
Cuando todos se hubieron ido del templo, los sacerdotes
cerraron el templo y se fueron. Entonces Abrahán cogió el
hacha y cortó los pies de todos los ídolos, excepto al gran dios
Baal. A los pies de esté coloco el hacha, entre las ruinas de las
estatuas, ya que al ser viejas y compuestas de piezas, se
cayeron en pedazos. Entonces, Abrahán, saliendo del templo,
fue visto por ciertos hombres, los cuales sospecharon de él
que hubo era robado algo del templo. Así que lo agarraron, y
llegando al templo, cuando vieron a sus dioses rotos en
pedazos, gritaron lamentándose: “¡Venid rápidamente, oh
hombres, y matemos al que ha matado a nuestros dioses!”.

Cerca de 10.000 hombres llegaron allí corriendo, con los


sacerdotes, e interrogaron a Abrahán acerca de la razón por la
razón por la que había destruido a sus dioses. Abrahán
respondió: “¡Sois tontos! ¿Puede un hombre matar a Dios? Es
el gran dios el que los ha matado. ¿Qué no veis esa hacha que
tiene el junto a sus pies? Cierto es que él no quiere
compañeros”.

Entonces llegó allí el padre de Abrahán, el cual, consciente de


los muchos discursos de Abrahán contra sus dioses, y
reconociendo el hacha con la que Abrahán había roto los
ídolos en pedazos, gritó: “¡Ha sido este hijo mío traidor quien
ha matado a nuestros dioses! ya que esta hacha es mía”. Y les
recontó todo lo que había pasado entre él y su hijo.

Entonces los hombres reunieron una gran cantidad de


madera, y habiendo atado las manos y pies Abrahán, lo
pusieron sobre la madera, y le prendieron fuego. Entonces,
Dios, a través de Su ángel, ordenó al fuego que no quemase a
Abrahán Su siervo. El fuego llameó con gran furia, y quemó a
cerca de 2.000 de los que habían condenado a Abrahán a
muerte. Abrahán verdaderamente se halló libre, y fue llevado
por el ángel de Dios cerca de la casa de su padre, sin ver
quién lo llevaba; y así Abrahán escapó de la muerte>>.

29

Entonces dijo Felipe: <<Grande es la Misericordia de Dios


sobre los que lo aman. Dios, oh maestro, cómo llegó Abrahán
al conocimiento de Dios>>. Jesús respondió: <<Habiendo
llegado cerca de la casa de su padre, Abrahán temía entrar a la
casa; así que el se alejó una cierta distancia de la casa y se
sentó bajo un palmera, donde estando a solas dijo: Es
necesario que haya un Dios, el cual tiene vida y más poder
que el hombre, ya que él hace al hombre, y el hombre sin
Dios no pudo hacer al hombre”.

Entonces, mirando alrededor hacia las estrellas, la luna, y el


sol, él pensó que ellos eran Dios. Pero después de considerar
su variabilidad en sus movimientos, dijo: “Es necesario que
Dios no ese mueva, y que las nubes no lo oculten; o de lo
contrario los hombres serían reducidos a nada”.

Entonces, quedando así en suspenso, oyó que era llamado por


su nombre: “¡Abrahán!”. Y así volteando y no viendo a nadie
en ningún lado, dijo él: “Ciertamente oí que me llamaban por
mi nombre: “¡Abrahán!”. Dijo él: “¿Quién me llama?”.

Entonces oyó que se le decía: “Yo soy el ángel de Dios,


Gabriel”. Entonces Abrahán se llenó de temor; pero el ángel
lo consoló, diciendo: “no temas, Abraham, ya que tú eres
amigo de Dios; puesto que, cuando tú rompiste en pedazos
los dioses de los hombres, fuiste escogido por Dios de los
ángeles y profetas; tanto que tú estás inscrito en el libro de la
vida”.

Entonces dijo Abrahán: “¿Qué debo hacer, para servir al Dios


de los ángeles y los santos profetas?”. El ángel respondió: “Ve
a esa fuente y lávate, ya que Dios desea hablar contigo”:
Abrahán dijo: “Ahora, ¿cómo he de lavarme?”. Entonces el
ángel se presentó ante él como un apuesto joven, y se lavó en
la fuente, diciendo: “Haz tu a tu vez lo mismo, oh Abrahán”.
Cuando Abrahán se hubo lavado, el ángel dijo: “Sube a esa
montaña, ya que Dios desea hablar contigo allí”.

El subió a la montaña como el ángel le dijo, y habiéndose


sentado sobre sus rodillas, él se dijo: “¿Cuándo me hablará el
Dios de los ángeles?”. El oyó que era llamado con una voz
amable: “¡Abrahán!”. Abrahán contestó: “¿quién me llama?”.
La voz respondió: “Yo soy tu Dios, oh Abrahán”. Abrahán,
lleno de temor, inclinó su cara hacia la tierra, diciendo:
“¿Cómo ha de escucharte tu siervo, el cual es polvo y ceniza?”.

Entonces dijo Dios. “No temas, sino levántate, ya que Yo te he


escogido como siervo Mío, y Yo deseo bendecirte y hacer que
te multipliques en un gran pueblo. Por lo tanto vete de la casa
de tu padre y de tus parientes, y ve a vivir a la tierra que Yo de
daré a ti y a tu descendencia”.

Abrahán respondió: “Todo lo haré, Señor; pero cuídame que


ningún otro dios vaya a lastimarme”. Entonces Dios hablo,
diciendo: “Yo soy el Dios único, y no hay otro Dios más que
yo. Yo derribo, y sano; Yo mato, y doy la vida; Yo envío al
in erno, y saco de allí; y nadie es capaz de librarse de Mis
manos por sí mismo”. Entonces Dios le dio el Convenio de la
circuncisión; y así nuestro padre Abrahán conoció a Dios>>.

Y habiendo dicho esto, Jesús levantó sus manos, diciendo:


<<A Ti sean dados el honor y la gloria, oh Dios. ¡Así sea!>>.

30

Jesús fue a Jerusalén, cerca de la Senofegia (Tabernáculos),


una esta de nuestra nación. Los escribas y fariseos habiendo
percibido esto, se aconsejaron para atraparlo en las palabras
de él. Entonces, vino a él un doctor, diciendo: <<Maestro,
¿qué debo hacer para tener la vida eterna?>>.

Jesús contestó: << ¿Cómo está escrito en la Ley?>>. El tentador


contestó, diciendo: <<Ama al Señor tu Dios, y a tu prójimo,
amarás a Dios sobre todas las cosas, con todo tu corazón y tu
mente, y a tu prójimo como a tú mismo>>.
Jesús respondió: <<Has respondido bien; por lo tanto ve y
hazlo así, digo, y tendrás vida eterna>>. Él le dijo: <<¿Y quién
es mi prójimo?>>. Jesús respondió: <<Un hombre bajaba de
Jerusalén para ir a Jericó, una ciudad reconstruida bajo una
maldición. Este hombres en el camino fue atrapado por
ladrones, herido y desvestido; partiendo después ellos,
dejándolo medio muerto. Sucedió que allí paso (también) un
samaritano, quien, viendo al hombre herido, se movió a
compasión, y se apeó de su caballo, y tomó al hombre herido
y lavó sus heridas con vino, y las untó con bálsamo, y
vendándole las heridas y consolándolo, lo colocó sobre su
propio caballo. Entonces habiendo, llegado en la noche a la
posada, lo entregó a cargo del posadero. Y cuando se levantó
en la mañana, dijo “Cuida de este hombre, y te pagaré de
todo”. Y habiendo entregado cuatro piezas de oro al enfermo
para el posadero, dijo él: “Alégrate, ya que regresaré pronto y
te llevaré a mi propia casa>>.

<<Dime>>, dijo Jesús, <<¿Cuál de estos fue el prójimo?>> El


doctor respondió: <<El que mostró misericordia>>. Entonces
dijo Jesús: <<Has respondido correctamente; por lo tanto ve
tú y actúa similarmente>>. El doctor partió confundido.

31

Entonces se acercaron a Jesús los sacerdotes, y dijeron:


<<Maestro, ¿es lícito dar tributo al César?>>. Jesús volteó hacia
Judas, le dijo: << ¿Tienen algo de dinero?>>. Y tomando una
moneda en su mano, Jesús se volvió hacia los sacerdotes, y les
dijo: <<Esta moneda tiene una imagen; decidme: ¿De quién es
esta imagen?>>. Ellos respondieron: <<Del César>>. <<Dad
por lo tanto>>, dijo Jesús, <<al César lo que es del César, y a
Dios lo que es de Dios>>. Entonces ellos partieron
confundidos.

Y he aquí que se acercó un centurión, diciendo: <<Señor, mi


hijo está enfermo; ¡Ten piedad de mi vejez!>>. Jesús
respondió: << ¡Que el Señor Dios de Israel tenga misericordia
de Ti!>>. El hombre se iba; y Jesús dijo: <<Espérame, ya que
iré a tu casa, para rezar por tu hijo>>. El centurión respondió:
<<Señor, yo no soy digno de que tú, un profeta de Dios,
vengas a mi casa; es su ciente par a mí la palabra que has
dicho para curar a mi hijo; ya que tu Dios te ha hecho señor
sobre toda enfermedad, tal como me lo dijo Su ángel en mi
señor>>.

Entonces Jesús se maravilló grandemente, y volviéndose


hacia la multitud, dijo: <<Ved a este extranjero, ya que él
tiene más fe que todos los que he encontrado en Israel>>. Y
volteando hacia el centurión, dijo: <<Ve en paz, ya que Dios,
por la gran fe que El te ha dado, ha concedido la salud a tu
hijo>>. El centurión se fue, y en el camino se encontró a sus
sirvientes, quienes le anunciaron cómo había sido sanado su
hijo. El hombre respondió: << ¿A qué hora lo dejó la ebre?
>>. Ellos dijeron: <<Ayer, a la hora sexta, la calentura lo
dejó>>. El hombre supo que cuando Jesús dijo: <<El Señor
Dios de Israel tenga misericordia de ti>>, su hijo recibió la
salud. Entonces el hombre creyó en nuestro Dios, y habiendo
entrado a su casa, rompió en pedazos todos sus ídolos,
diciendo: <<Sólo hay el Dios de Israel, el Dios Verdadero y
Vivo>>. Por lo tanto dijo él: <<Nadie que no adore al Dios de
Israel comerá de mi pan>>.

32

Un erudito de la Ley invitó a Jesús a cenar, para tentarlo,


Jesús llegó allí con sus discípulos, y muchos escribas, para
tentarlo, le esperaban en lacas. Entonces, los discípulos se
sentaron a la mesa sin lavarse las manos. Los escribas
llamaron a Jesús, diciendo: << ¿Por qué tus discípulos no
observan las tradiciones de nuestros mayores, ya que o se
lavan sus manos antes de comer pan?>>.

Jesús contestó: <<Y yo os pregunto, ¿por qué causa habéis


anulado vosotros el precepto de Dios para observar vuestras
tradiciones? Vosotros decís a los hijos de padres pobres:
“Ofreced y haced votos al templo”. Y ellos hacen ofrendas de
lo poco que tienen para mantener a sus padres. Y cuando sus
padres desean tomar dinero, los hijos gritan: “Este dinero está
consagrado a Dios”, por lo cual sufren los padres. Oh falsos
escribas, hipócritas, ¿usa Dios este dinero? Seguramente no,
ya que Dios n come, como dijo El por Su siervo David el
profeta: “¿He de comer entonces la carne de toros y beber la
sangre de ovejas? Ofrecedme el sacri cio de la alabanza, y
ofrecedme vuestros votos; ya que si Yo estuviese hambriento
Yo no os pediría nada, viendo que todas las cosas están en
Mis manos, y la abundancia del Paraíso está conmigo”.
¡Hipócritas!, vosotros hacéis esto para llenad vuestro bolsillo,
y por lo tanto vosotros tasáis la ruda y la menta. ¡Oh
miserables!, ya que a los demás les mostráis el camino claro,
por el cual no iréis.

Vosotros, escribas y doctores, imponéis sobre los hombres de


los demás cargas de peso insoportable, pero vosotros mismos,
mientras tanto, no estáis dispuestos a moverlas con uno de
vuestros dedos. En verdad os digo, que todo mal ha entrado al
mundo bajo el pretexto de los mayores. Decidme, ¿quién
hizo que la idolatría entrara al mundo, si no fue el uso de los
mayores? ya que hubo un rey que amaba excesivamente a su
padre, cuyo nombre era Baal. Entonces, cuando el padre
murió, su hijo para su propio consuelo, mandó hacer una
imagen como su padre, y la colocó en la plaza de mercado de
la ciudad. E hizo un decreto de que todo el que se acercara a
herirlo. De aquí que los malvados, por razón del bene cio
que ellos recibían de ello, empezaron a ofrecerle a la estatua,
rosas y ores, y en poco tiempo las ofrendas fueron dinero y
alimentos, tanto que ellos la llamaron dios, para orarlo. Esa
cosa de costumbre fue transformada en ley, tanto que el
ídolo de Baal se extendió por todo el mundo; y cuánto
lamenta Dios esto, a través del profeta Isaías, diciendo:
“Verdaderamente esta gente me adora en vano, ya que ellos
han anulado Mi ley dada a ellos por Mi siervo Moisés, y
siguen las tradiciones de sus mayores”. Verdaderamente os
digo, que compran con las manos sucias no contamina a un
hombre, ya que aquello que entra al hombre no contamina al
hombre, sino que lo que sale del hombre contamina al
hombre>>.

Entonces dijo uno de los escribas: <<Si comemos puerco, u


otras carnes impuras, ¿no contaminarán ella mi conciencia?
>>.Jesús respondió: <<La desobediencia no entrarán en el
hombre, sino que saldrá de él, de su corazón; y por lo tanto,
él será contaminado cuando como alimentos prohibidos>>.

Entonces dijo uno de los doctores: <<Maestro, has hablado


mucho contra la idolatría como si el pueblo de Israel tuviese
ídolos, y así has sido injusto con nosotros>>.Jesús contesto:
<<Yo sé bien que en Israel hoy no hay estatuas de madera;
pero hay estatuas de carne>>.

Entonces dijeron todos los escribas con ira: << ¿Y así somos
nosotros idólatras?>>.”Amarás al Señor tu Dios con toda tu
alma, y con todo tu corazón, y con toda tu mente”. ¿Es esto
cierto?>>. Dijo Jesús. <<Es cierto>>, respondieron todos.

33

Entonces dijo Jesús: <<Verdaderamente todo lo que un


hombre ama, por lo cual él deja todo excepto eso, es su dios.
Y así el fornicador tiene a la prostituta como ídolo, el glotón y
el borracho tiene a su propia carne como ídolo, y el avaro
tiene a la plata y al oro como ídolos suyos, y así similarmente
todo otro pecador>>.

Entonces dijo el que lo había invitado: <<Maestro, ¿cuál es el


mayor pecado?>>. Jesús contesto: <<¿Cuál es la mayor ruina
de una casa?>>: Todos quedaron en silencio, cuando Jesús
apuntó con su dedo hacia la base, y dijo: <<Si los cimientos
ceden, inmediatamente la casa cae en ruina, en tal manera
que es necesario construirla toda de nuevo; pero si toda otra
parte cede, la casa puede ser reparada. Así te digo, que la
idolatría es el mayor pecado, ya que priva por completo al
hombre de fe, y consecuentemente, de Dios; así que él no
puede tener afecto espiritual. Pero todo otro pecado deja al
hombre la esperanza de obtener misericordia; y por lo tanto
le digo que la idolatría es el mayor pecado>>.

Todos quedaron asombrados ante las palabras de Jesús, ya


que ellos percibieron que de ninguna manera podían ser
refutadas. Entonces Jesús continuó: <<Recordad lo que Dios
habló lo que Moisés y Josué escribieron en la Ley, y veréis
cuán grave es este pecado. Dijo Dios, hablando a Israel: “No
harás para ti imagen alguna de aquellas cosas que están en el
cielo ni de aquellas cosas que están bajo el cielo, ni la haréis
de las cosas que están sobre el agua, ni de las que están bajo el
agua. Ya que Yo soy tu Dios, Fuerte y celoso, El cual tomara
venganza por este pecado en los padres y en los hijos, aun
hasta la cuarta generación”. Recordad cómo, cuando nuestro
pueblo hubo hecho el Becerro, y cuando ellos lo hubieron
adorado, por orden de Dios. Josué y la tribu de Leví pasaron
por la espada y mataron de ellos a 120.000 de quienes no
anhelaban la misericordia de Dios. ¡Oh juicio terrible de Dios
sobre os idólatras!>>.

34

Estaba parado ante la puerta allí uno que tenía encogido su


mano derecha de tal forma que no podía usarla. Entonces
Jesús, habiendo levantado su corazón hacia Dios, rezó, y
luego dijo: <<Para que podáis saber que mis palabras son
verdaderas, yo digo: “En el nombre de Dios, hombre, estira tu
mano enferma!”>>. El la estiró por completo, como si nunca
hubiera tenido enfermedad alguna en ella.

Entonces con temor a Dios empezaron a comer. Y habiendo


comido algo, Jesús dijo otra vez: <<En verdad os digo, que
sería mejor quemar una ciudad que dejar allí una mala
costumbre; ya que debido a eso se enoja Dios con los
príncipes y reyes de la tierra, a los cuales ha dado Dios la
espada para que destruyan las iniquidades>>.

Después dijo Jesús: <<Cuando seas, invitado, recuerda no


sentarte en el sitio más alto, para que si llega un mejor amigo
del an trión, el an trión no te diga: “¡Levántate y siéntate en
un sitio más bajo!”, lo cual sería una vergüenza para ti. Mejor
ve y siéntate en el lugar más humilde, para que el que te
invitó venga y te diga: “¡Levántate, amigo, y ven siéntate aquí
arriba!”; ya que entonces tú tendrás gran honor: porque todo
lo que se exalta a sí mismo será humillado, y el que se
humilla será exaltado.

Verdaderamente os digo, que si hombre conociese sus


miserias, siempre lloraría él aquí en la tierra y se consideraría
a sí mismo más vil que cualquiera otra cosa. No fue por otra
causa que el primer hombre con su esposa lloró 100 años sin
cesar, anhelando la Misericordia de Dios; ya que ellos
supieron ciertamente que ellos habían caído debido a su
orgullo>>. Y habiendo dicho esto, Jesús dio gracias; y ese día
se hizo público en todo Jerusalén que grandes cosas había
dicho Jesús, y el milagro que obró, tanto que las gentes dieron
gracias a Dios bendiciendo Su santo Nombre.

Pero los escribas y fariseos, habiendo entendido que él habló


contra las tradiciones de los ancianos, se llenaron de mayor
odio. Y como al Faraón, se les endureció el corazón, por o
cual buscaba la ocasión para matarlo, pero no la encontraban.

35

Jesús partió de Jerusalén, y se fue al desierto más allá del


Jordán; y los discípulos que estaban a su alrededor le dijeron
a Jesús: <<Oh maestro, dinos cómo Satanás cayó debido a su
soberbia, ya que sabíamos que él pecó de desobediencia, y
por qué el siempre tienta al hombre para que el mal>>. Jesús
contestó: <<Dios, habiendo creado una masa de tierra, y
habiéndola dejado durante 25.000 años sin hacerle nada
más; Satanás, que era como si fuera sacerdote y jefe de los
ángeles, por el gran entendimiento que él poseía, supo que
Dios de esa masa de tierra iba a hacer a 144.000 marcados
con el distintivo de la profecía, y al Mensajero de Dios, cuya
alma había creado El 60.000 años antes que a cualquier otra
cosa. Por lo tanto, no está bien que lo hagamos”.

Muchas, por lo tanto, abandonaron a Dios. Entonces dijo


Dios, un día cuando estaban congregados todos los ángeles:
“Que todo aquel que Me tema su Señor inmediatamente haga
reverencia a esta tierra”. Los que amaban a Dios se postraron,
pero Satanás, con los que eran de su forma de pensar, dijo:
“Oh Señor, nosotros somos espíritu, y por lo tanto no es justo
que reverenciemos a este barro”. Habiendo dicho esto,
Satanás se volvió horrible y de apariencia terrorí ca, y sus
seguidores se volvieron espantosos; ya que debido a su
rebelión Dios les quitó la belleza con la que Él los había
dotado al crearlos. Por ellos los santos ángeles, cuando
levantando sus cabezas, vieron que horrible monstruos se
había vuelto Satanás, y sus seguidores, pusieron sus rostros
contra el suelo, con temor, Entonces dijo Satanás: “Oh señor,
Tú me has hecho horrible injustamente, pero yo estoy
contento con ello, y es que yo deseo anular todo lo que Tu
hagas”. Y los otros diablos dijeron: “No lo llames Señor, oh
Lucifer, ya que tú eres Señor”.

Entonces dijo Dios a los seguidores de Satanás: “Arrepentíos


vosotros, y reconocedme como Dios, vuestro Creador”. Ellos
respondieron: “Nos arrepentimos de haberte hecho
reverencias, ya que Tú no eres Justo; sino que Satanás es justo
e inocente, y él es nuestro señor”. Entonces dijo Dios: “Partid
de ante Mí, oh malditos, ya que Yo no tengo misericordia
para vosotros”.

Y al partir Satanás escupió sobre esa masa de tierra, pero el


ángel Gabriel recogió el esputo con un poco de tierra, así que
por lo tanto ahora el hombre tiene el ombligo en su
vientre>>.

36

Los discípulos quedaron asombrados por la rebelión de los


ángeles. Entonces dijo Jesús: <<Verdaderamente os digo, que
el que no hace oración es más malvado que Satanás, y sufrirá
mayores tormentos. Porque Satanás no tuvo, antes de su
caída, ningún ejemplo de cómo temer, ni Dios hizo tanto
como enviarle algún profeta para invitarlo al
arrepentimiento: pero el hombre – ahora que todos los
profetas han venido excepto el Mensajero de Dios que
vendrá después de mí, porque Dios así lo desea, y cuyo
camino yo preparo – y el hombre, yo digo, a pesar de que
tiene ejemplos in nitos de la Justicia de Dios, vive
indiferentemente sin ningún temor, como si no hubiera
Dios. Así habló de esos tales el profeta David: “El tonto ha
dicho en su corazón: “No hay Dios, por lo tanto son ellos
corruptos y se han vuelto abominables, sin uno de ellos que
haga el bien”.

Haced oración incesantemente, oh discípulos míos, para que


podáis recibir. Ya que el que busca encuentra, y al que toca se
le abre, y el que pide recibe. Y en vuestra oración no busquéis
el mucho hablar, ya que Dios mira al corazón, como dijo El a
través de Salomón: “Oh siervo Mío, dame tu corazón”. En
verdad os digo, como Dios vive, que los hipócritas hacen
mucha oración en todas partes de la ciudad para ser vistos y
tenidos por santos por la multitud; pero sus corazones están
llenos de maldad, y por lo tanto ellos no quieren decir lo que
ellos piden. Es necesario que digáis vuestra oración
conscientemente si queréis que Dios la reciba. Ahora
decidme: ¿quién iría a hablar con el gobernador romano o
con Herodes, sin haber primero dispuesto su mente acerca
de a quién va a ver, y lo que va hacer? Seguramente nadie. y si
el hombre así para hablar con un hombre, ¿qué habría de
hacer el hombre para hablar con Dios, y pedir de El
misericordia para sus pecados, y al mismo tiempo
agradecerle por todo lo que Él le ha dado?

Verdaderamente os digo, que muy pocos hacer verdadera


oración, y por lo tanto Satanás tiene poder sobre ellos, ya que
Dios no quiere a aquéllos que lo honran con su labios;
quienes en el templo piden misericordia (con) sus labios, y su
corazones gritan por justicia. Así como Él dijo a Isaías el
profeta: “Llévate a este pueblo que me hace enojar, ya que
con sus labios ellos Me honran, pero su corazón está lejos de
Mí”. En verdad os digo que aquél que va a hacer oración sin
consideración se burla de Dios.

Ahora, ¿quién iría a hablar con Herodes dándole la espalda, y


por lo tanto hablando bien de Pilato el gobernador, al cual él
odia a muerte? Seguramente nadie. Sin embargo no es menos
lo que hace el hombre que va a hacer oración y no se prepara
a sí mismo. Él le vuelve la espalda a Dios y le da la cara a
Satanás y habla bien de él. Ya que en su corazón está el amor
a la iniquidad, de la cual no se ha arrepentido él.

Si alguno, habiéndote lastimado, te dijera con sus labios:


“Perdóname”, y con sus mansos te diese un golpe, ¿cómo
podrías perdonarle? Aun así tendrá Dios misericordia de
aquéllos que con sus labios dicen: “Señor, ten piedad de
nosotros”, y con su corazón aman la iniquidad y piensan en
nuevos pecados>>.

37

Los discípulos lloraban por las palabras de Jesús y le rogaron,


diciendo: <<Señor, enséñanos a hacer oración>>. Jesús
respondió: <<Considerad qué harías si el gobernador romano
os aprehendiese para daros muerte, y haced eso mismo
cuando vayáis a hacer oración. Y dejad que vuestras palabras
sean éstas: “Oh Señor nuestro Dios, santi cado sea Tu
Nombre, venga a nosotros Tu Reino, hágase siempre Tu
Voluntad, y así como es hecha en el cielo sea hecha en la
tierra; danos hoy el nosotros, y no nos dejes caer en
tentación, más líbranos del mal, ya que sólo Tú eres Dios, a
Quien pertenecen la Gloria y el Honor por siempre>>.
38

Entonces dijo Juan: <<Maestro, déjanos lavarnos como lo


ordenó Dios a través de Moisés>> Jesús dijo: << ¿Creéis acaso
que yo vengo a destruir la Ley y los profetas? En verdad os
digo, como vive Dios, que yo no vengo a destruirla, sino más
bien a cumplirla. Pues todo profeta ha observado la Ley de
Dios Presencia está sometida mi alma, nadie que rompa el
más mínimo precepto puede estar complaciendo a Dios, sino
que será el más humillado en el Reino de Dios, ya que él más
grave pecado. Pero os hago que atestigüéis que es necesario
observar lo que Dios dijo a través de Isaías el profeta, con
estas palabras: “Lávate y se limpio, llévate de ante Mi vista tus
pensamientos”.

Verdaderamente os digo, que toda el agua del mar no lavará a


aquél cuyo corazón a las iniquidades. Y además os digo, que
nadie hará oración complaciendo a Dios si él no está lavado,
sino que cargará su alma con pecado similar al de la idolatría.
Creedme, en realidad, que si el hombre hiciera oración a
Dios como es debido, él obtendría todo lo que pidiera.
Recordad a Moisés el siervo de Dios, quien con su oración
castigó a Egipto, abrió el Mar Rojo, y allí ahogó al Faraón y a
su ejército. Recordad a Josué, quien hizo que el sol se
detuviera; Samuel, quien derrotó con el temor a la
innumerables huestes de los listeos; Elías, quien hizo
descender fuego del cielo; Eliseo resucitó a un muerto; y así
tantos otros santos profetas, quienes por medio de la oración
obtenían todo lo que querían. Pero esos hombres ciertamente
no buscaban sus propios intereses, sino sólo Dios y Su
Honor>>.

39

Entonces dijo Juan: <<Bien has hablado, oh maestro, pero


todavía no sabemos cómo pecó de soberbia el hombre?>>
Jesús contestó: <<Cuando Gabriel hubo expulsado a Satanás,
y el ángel Gabriel hubo puri cado esa masa de tierra donde
escupió Satanás, Dios creo todo lo que vive, tanto los
animales que vuelan como aquellos que caminan y nada, y El
adomó el mundo con todo lo que éste tiene. Un día Satanás se
acercó a las puertas del Paraíso, y viendo a los caballos que
comían pasto, y que por lo tanto sería bueno para ellos que
pisotearon ese pedazo de tierra de tal manera que ya no
sirviese para nada. Los caballos se alborotaron e
impetuosamente se pusieron a correr sobre esa masa de
tierra que yacía entre lirios y rosas. Entonces Dios le dio
espíritu a aquella porción impura de tierra sobre la que
estaba el esputo de Satanás, y que Gabriel le había quitado a
la masa; e hizo surgir al perro, el cual, ladrando, llenó de
temor a los caballos, y ellos huyeron. Entonces Dios le dio su
alma al hombre, mientras todos los santos ángeles cantaban:
“Bendito será Tu santo Nombre, oh Dios nuestro Señor”.

Adán, habiéndose levantado sobre sus pies, vio en el aire una


escritura que brillaba como el sol, que decía: “Hay solamente
un Dios. Mohammed es el Mensajero de Dios. Entonces
Adán abrió su boca y dijo: “Te agradezco, oh Señor mi Dios,
por haberte designado crearme; pero dime, Te lo ruego, qué
signi ca el mensaje de estas palabras: “Mohammed es el
Mensajero de Dios” ¿Ha habido otros hombres antes que yo?”.
Entonces dijo Dios: “Bienvenido seas, oh Mi siervo Adán. Te
digo que tú eres el primer hombre a quien Yo he creado. Y al
que tú has visto (mencionado) es tu hijo, quien vendrá al
mundo dentro de muchos años, y será Mi mensajero, para el
cual he creado Yo todas las cosas; el cual dará luz al mundo
cuando él venga; cuya alma fue puesta en un esplendor
celestial 60.000 años antes de que Yo hiciese todo”.

Adán rogó a Dios, diciendo: “Señor, concédeme esta escritura


sobre las uñas de mis manos”. Entonces Dios le dio al primer
hombre sobre sus pulgares ese escrito: sobre la uña del pulgar
de la mano derecha decía: “Hay solamente un Dios”; y sobre
la uña del pulgar de la izquierda decía: “Mohammed es el
Mensajero de Dios”. Entonces con afecto paternal el primer
hombre besó estas palabras, y se frotó los ojos, y dijo:
“Bendito sea ese día cuando vengas al mundo”.

Viendo solo al hombre, dijo Dios: “No es bueno que él


parentesco solo”. Así que Él lo hizo dormir, y sacó una costilla
cercana a su corazón, llenando con carne el lugar. De esa
costilla hizo El a Eva, y la dio como esposa a Adán. El colocó a
ellos dos como señores del Paraíso, y les dijo: “Ved que yo os
doy todo fruto para que comáis, excepto las manzanas y el
grano”. Entonces dijo: “Cuidaos y de ninguna manera comáis
de estos frutos, pues os volveríais impuros, tanto que Yo no
toleraré que permanezcáis aquí, sino no que os expulsaré, y
sufriréis grandes miserias”.

40

Cuando Satanás tuvo conocimiento de esto se volvió loco de


indignación. Y así se acercó él a la puerta del Paraíso, donde
esta parada haciendo guardia una horrible serpiente, la cual
tenía piernas como de camello, y las uñas de sus pies
cortaban como navajas de cada lado. A ella le dijo el enemigo:
“Déjame entrar al Paraíso”. La serpiente respondió: “¿Y cómo
puedo dejarte entrar, habiéndome ordenado Dios que te
saque?”. Satanás contesto: “Ya ves cuánto te ama Dios, ya que
Él te ha puesto fuera del Paraíso para que hagas guardia ante
un trozo de barro, que es el hombre. Así que, si me llevas
dentro del Paraíso yo te haré tan terrible que todos huirán de
ti, y así cuando gustes podrás ir y quedarte allí”.

Entonces dijo la serpiente: “¿Y cómo te meteré?”. Dijo


Satanás: “Tu eres grande; por lo tanto abre tu boca, y yo
entraré a tu estómago, y así tú al entrar al Paraíso me pondrás
cerca de esos dos trozos de barro que acaban de empezar a
caminar sobre la tierra”. Entonces la serpiente lo hizo así, y
puso a Satanás cerca de Eva, ya que Adán, su esposo, estaba
durmiendo. Satanás se presentó ante la mujer como un bello
ángel, y le dijo: “¿Por qué, no coméis sobre la tierra”.

Eva respondió: “Nuestro Dios nos ha dicho que comiendo de


ellos seremos impuros, y por lo tanto Él nos expulsará del
Paraíso”. Satanás contestó: “El no dijo la verdad. Tú debes
saber que Dios es malvado y envidioso, y por lo tanto El no
tolera tener iguales, sino que quiere mantener a todos como
esclavos. Y El os ha hablado así, para que no os vayáis a volver
iguales a Él. Pero si tú y tu compañero actuáis según mi
consejo, comeréis de sus frutos igual que los demás, y no
permaneceréis sometidos a otros, sino como Dios conoceréis
el bien y el mal, y haréis lo que os plazca, porque vosotros dos
seréis iguales a Dios”.

Entonces Eva tomó y comió de esos (frutos), y cuando su


esposo despertó ella contó todo lo que Satanás había dicho; y
él tomó de ellos, ofreciéndoselos a su esposa, y comió.
Entonces, mientras el alimento era tragado, él recordó las
palabras de Dios; por lo que, queriendo detener el alimento,
él se metió la mano en la garganta, donde todo hombre tiene
la marca.

41

Entonces ambos supieron que estaban desnudos; por lo que,


sintieron vergüenza, cogieron hojas de higuera y se hicieron
coberturas para sus partes secretas. Cuando pasó el mediodía,
he aquí que Dios se les manifestó, y llamó a Adán, diciendo:
“Adán, ¿dónde estás?”. El respondió: “Señor, me escondí de
Tu Presencia porque yo y mi esposa estamos desnudos, y así
sentimos vergüenza de presentarnos ante Ti”.

Entonces dijo Dios: “¿Y quién os ha robado vuestra inocencia,


a no ser que hayáis comido del fruto por razón de lo cual
estáis impuros, y no podréis permanecer más en el Paraíso?”.
Adán respondió: “Oh Señor, la esposa que Tú me diste me
indujo a comer, y así he comido de ello”. Entonces dijo Dios a
la mujer: “¿Por qué diste tú ese alimento a tu esposo?”. Eva
respondió: “Satanás me engañó, y así comí yo”. “¿Y cómo
entró es réprobo”, dijo Dios. Eva respondió: “Una serpiente
que estaba parada en la puerta norte lo trajo cerca de mí”.
Entonces dijo Dios a Adán: “Por haber tú escuchado la voz de
tu esposa y por haber comido el fruto, maldita sea la tierra en
tus obras; ella producirá para ti abrojos y espinas, y comerás
tu pan con el sudor de tu frente. Y recuerda que eres tierra, y
a la tierra regresarás”.

Y habló El a Eva, diciendo: “Y tú que escuchaste a Satanás, y


diste el alimento a tu esposo, vivirás bajo el dominio del
hombre, quien te tendrá como esclava, y parirás a tus hijos
con di cultad”. Y habiendo llamado a la serpiente, Dios
llamó al ángel Miguel, el que sostiene la espalda de Dios, (y)
dijo: “Primero expulsa del Paraíso a esta malvada serpiente, y
cuando esté fuera córtale las piernas: pues si ella quisiese
caminar, deberá arrastrar su vientre sobre la tierra”.

Después Dios llamó a Satanás, quien vino riéndose, y le dijo:


“Ya que tú, maldito, has engañado a éstos y los hiciste que se
volvieran impuros, Yo decreto que toda impureza de ellos y
de todos sus hijos, que sean realmente penitentes y Me
adoren, que salga de sus cuerpos entrará por tu boca, y así
serás saciado con impureza”. Satanás entonces dio un
horrible rugido, y dijo: “Ya que Tú deseas hacerme aún, peor,
yo sin embargo haré lo que sea capaz de hacer”.

Entonces dijo Dios: “¡Vete, maldito, de Mi Presencia!”.


Entonces Satanás partió; y entonces dijo Dios a Adán (y) Eva,
que estaban llorando ambos: “Salid del Paraíso, y hacedme
penitencia, y que vuestra esperanza no muera, ya que Yo
enviaré a vuestro hijo en tal forma que vuestra descendencia
quitará el yugo de Satanás de todo el género humano; ya que
el vendrá Mi Mensajero, a él le daré todas las cosas”: Dios
hizo que el ángel Miguel los expulsase del Paraíso.

Entonces Adán, dando la vuelta, vio escrito sobre la puerta:


“No hay dios excepto Dios. Mohammed es Mensajero de
Dios”. Entonces, llorando, dijo: Que plazca a Dios, oh hijo
mío, que vengas pronto y nos saques de la miseria”>>.

<<Y así>>, dijo Jesús, <<pecaron Satanás y Adán por orgullo,


uno al despreciar al hombre, (y) el otro por desear hacerse
igual a Dios>>.

42

Entonces los discípulos lloran después de este discurso, y


Jesús estaba llorando, cuando ellos vieron a muchos que
venían a encontrarlo, ya que los jefes de los sacerdotes se
aconsejaron para atraparlo en su plática. Así que ellos
enviaron a los levitas y algunos de los escribas para
interrogarlo, diciéndole: << ¿Quién eres tú?>>. Jesús confesó, y
dijo la verdad: <<Yo soy el Mesías>>. Ellos dijeron: <<Eres tú
Elías o Jeremías, o alguno de los profetas antiguos?>>. Jesús
contestó: <<No>>.

Entonces dijeron ellos: << ¿Quién eres? Di, para que nosotros
podamos dar testimonio a aquéllos que nos enviaron>>.
Entonces dijo Jesús: <<Yo soy una voz que grita por toda
Judea, y grita: “Preparad el camino para el Mensajero del
Señor”, tal como está escrito en Isaías>>.

Ellos dijeron: <<Si tú no eres el Mesías ni Elías, ni ningún


profeta, ¿porque predicas nueva doctrina, y te haces de más
importancia que el Mesías?>>. Jesús respondió: <<Los
milagros que Dios obra por mis manos muestran que yo
hablo lo que Dios desea; y que no hago pasar por aquél de
quien habláis, ya que yo no soy digno de a ojar las cintas de
las sandalias del Mensajero de Dios a quien vosotros llamáis
“Mesías”, el cual fue hecho antes que yo, y vendrá después de
mí, y traerá las palabras de verdad, así que su religión no
tendrá fin jamás>>.

Los levitas y escribas partieron en confusión, y volvieron a


contar todo a los jefes de los sacerdotes, quienes dijeron: <<Él
tiene el demonio sobre su espalda y éste le cuenta todo>>.

Entonces dijo Jesús a sus discípulos: <<Verdaderamente os


digo, que los jefes y los ancianos de nuestro pueblo buscan la
ocasión contra mí>>. Entonces dijo Pedro: <<Entonces ya no
vayas a Jerusalén>>. Por lo tanto Jesús le dijo: <<Tú eres tonto,
y no sabes lo que dices, ya que es necesario que yo sufra
muchas persecuciones, porque así sufrieron todos los
profetas y los santos de Dios, Pero no temas, pues habrá
quienes estén con nosotros y habrán quienes estén contra
nosotros>>. Y habiendo dicho esto, Jesús partió y fue al monte
Tabor, y subió allí con Pedro, Santiago y Juan su hermano,
con el esto escribe. Entonces allí brilló una gran luz sobre él,
y sus ropas se volvieron blancas como la nieve y su cara
resplandecía como el sol, y he aquí que vinieron Moisés y
Elías hablando con Jesús acerca de todo lo que debe de
suceder a nuestra raza y a la ciudad santa.

Pedro hablo, diciendo: <<Señor, es bueno estar aquí. Por lo


tanto, si tú quieres, hacernos aquí tres tiendas, una para ti,
una para Moisés y la otra para Elías>>. Y mientras él hablaba
ellos fueron cubiertos por una nube blanca, y ellos oyeron
una voz que decía: <<Mirad a Mi siervo, con quien estoy bien
complacido; escuchadlo>>. Los discípulos se llenaron de
temor, y cayeron con sus caras sobre el suelo como muertos.
Jesús bajó y levantó a sus discípulos, diciendo: <<No temáis,
ya que Dios os ama, y ha hecho esto para que podáis creer en
mis palabras>>.

43

Jesús bajo hacia los ocho discípulos que lo esperaban abajo. Y


los cuatro narraron a los ocho todo lo que ellos habían visto;
y así partieron ellos ese día expulsando de su corazón toda
duda acerca de Jesús, excepto Judas Iscariote, quien no creía.
Jesús se sentó al pie de la montaña, y ellos comieron frutas
silvestres, ya que no tenían pan. Entonces dijo Andrés:
<<Todo nos has dicho muchas cosas del Mesías, por lo tanto,
dinos, por tu amabilidad, todo claramente>>. Y en manera
similar los otros discípulos le rogaron.

A esto, Jesús dijo: <<Todo el que trabaja, trabaja por un n en


el que encuentra satisfacción. Así que os digo que Dios,
porque verdaderamente es Perfecto, no tiene necesidad de
satisfacción, viendo que Él tiene satisfacción El mismo. Y así,
deseando trabajar, El creó antes que a todas las cosas el alma
de Su Mensajero, para quien El determinó crear todo, para
que las criaturas encontrasen alegría y bendición en Dios, de
donde Su Mensajero debería deleitarse en todas Sus criaturas,
las que El asignó para que fuesen sus siervos. ¿Y por qué esto,
sino porque El así lo quiso?

Verdaderamente os digo, que todo profeta cuando ha venido


ha traído para una nación sólo la marca de la misericordia de
Dios. Y así sus palabras no se extendieron sino a las gentes a
quienes ellos fueron enviados. Pero el Mensajero de Dios,
cuando él venga, Dios le dará a él come si fuera el sello de Su
Mano, tanto que él traerá salvación y misericordia para todas
las naciones del mundo que reciban su doctrina. El vendrá
con poder contra los infieles, y destruirá la idolatría tanto que
el hará que Satanás se confunda; ya que así lo prometió Dios
a Abrahán, diciendo: “En verdad, en tu descendencia Yo
bendeciré a todas las tribus de la tierra; y como tú has roto los
ídolos en pedazos, oh Abrahán, así lo hará tu
descendencia”>>.

Santiago respondió: << ¿Oh maestro dinos en quién fue hecha


esta promesa?, ya que los judíos dicen: “En Isaac”, y los
ismaelitas dicen: “En Ismael”>>. Jesús respondió: <<¿David de
quién fue hijo, y de qué linaje? Santiago respondió: <<De
Isaac; ya que Isaac fue padre de Jacob, y Jacob fue padre de
Judá, de cuyo linaje es David>>.Entonces dijo Jesús: <<Y el
Mensajero de Dios, cuando él venga, ¿de qué linaje será?>>.
Los discípulos contestaron: <<De David>>. Entonces dijo
Jesús: <<Os engañáis; ya que David en espíritu lo llamó
“señor”, diciendo así: “Dios dijo a mi Señor: “Siéntate tú a Mi
diestra hasta que Yo haga a tus enemigos que sean el lugar
para que descanses tu pie. Dios hará avanzar tu cayado, el
cual tendrá señorío en medio de tus enemigos”. Si el
Mensajero de Dios a quien llamáis Mesías fuera hijo de
David, ¿cómo podría David llamarlo “Señor”?. Creedme ya
que en verdad os digo que la promesa fue hecha en Ismael no
en Isaac”.

44

Entonces dijeron los discípulos “Oh maestro, está así escrito


en el libro de Moisés, que en Isaac fue hecha la promesa.”
Jesús contestó, con un lamento: “Así está escrito pero Moisés
no lo escribió, ni Josué, sino más bien nuestros rabinos, los
cuales no temen a Dios. Verdaderamente os digo, que si
consideráis las palabras del ángel Gabriel, descubriréis la
malicia de nuestros escribas y doctores. Ya que el ángel dijo:
“Abraham, todo el mundo sabrá cómo te ama Dios; pero
¿cómo sabrá el mundo el amor que tú le tienes a Dios?,
ciertamente es necesario que tú gagas algo por amor de Dios”.
Abraham contestó: “He aquí al siervo de Dios, listo para hacer
todo lo que Dios desee”. Entonces habló Dios, diciendo a
Abraham: “Toma a tu hijo, tu primogénito Ismael, y sube a la
montaña para sacri carlo”. ¿Cómo pudo ser Isaac
primogénito, si cuando Isaac nació, Ismael tenía siete años?”.

Entonces respondió Jesús: En verdad os digo, que Satanás


siempre busca anular las leyes de Dios; y por lo tanto el con
sus seguidores, los hipócritas y los pecadores – los primeros
con falsa doctrina, los últimos con mala vida – han
contaminado hoy casi todas las cosas, de forma que
difícilmente puede hallarse la verdad. ¡Ay de los hipócritas!,
ya que las alabanzas de este mundo se convierten para ellos
en insultos y tormentos del infierno.

Por lo tanto os digo que el Mensajero de Dios es un esplendor


que dará felicidad a todo lo que Dios ha hecho, ya que él está
adornado con el espíritu de caridad y misericordia, el
espíritu de justicia y piedad, el espíritu de gentileza y
paciencia, que él ha recibido de Dios tres veces más de lo que
Él ha dado a todas sus criaturas. ¡Oh tiempo bendito, cuando
él venga al mundo! Creedme que yo lo he visto y le he
rendido homenaje, así como todo profeta que lo ha visto,
viendo que su espíritu Dios les da a ellos el don de profecía. Y
cuando yo lo vi mi alma se llenó de consuelo, diciendo: “Oh
Mohamed. Dios está contigo, y que El me haga digno de
desata la cinta de tu sandalia, ya que obteniendo esto yo seré
un gran profeta y santo de Dios”.

45

Entonces vino el ángel Gabriel a Jesús, y le habló en tal forma


que nosotros también oímos su voz, que dijo:” Levántate y ve
a Jerusalén”. Por ello Jesús partió y subió a Jerusalén, Y el
sábado él entró en el templo, y empezó a enseñar a las gentes.
Entonces las gentes corrieron juntas al templo, con el sumo
pontí ce y los sacerdotes, quienes se acercaron a Jesús,
diciendo: “Oh maestro, se nos ha dicho que tú hablas mal de
nosotros; así que cuídate, no vaya a ser que un mal caiga
sobre ti”. Jesús respondió: “En verdad os digo que yo hablo
mal de los hipócritas, por lo tanto si vosotros sois hipócritas
yo hablo contra vosotros”.

Dijo Jesús: Verdaderamente os digo, que el que hace una


buena obra para que los hombres lo vean, él es un hipócrita,
puesto que en tanto que su obra no penetra el corazón que
los hombres no pueden ver, y así deja allí todo pensamiento
sucio y toda lujuria impura. ¿Sabéis quién es un hipócrita? El
que con su lengua sirve a Dios, pero su corazón sirve a los
hombres. ¡Oh, hombre miserable!, ya que al morir pierde
toda su recompensa. Y acerca de esto dijo el profeta David:
“no pongáis vuestra con anza en los príncipes, ni en los hijos
de los hombres, en quienes no hay salvación; ya que al morir
sus ideas perecen”. No antes de la muerte ellos se hallan
privados de la recompensa, ya que “el hombre es”, como dijo
Job el profeta de Dios, “inestable, así que él nunca continúa
en un estado”. Así que si hoy él te alaba, mañana estará
dispuesto a despojarte. Como Dios vive, ante Cuya Presencia
comparezco, el hipócrita es un ladrón y comete sacrilegio,
tanto que él hace uso de Ley para parecer bueno, y roba el
honor de Dios, a Quien pertenecen solamente la alabanza y
el honor por siempre. Además os digo, que el hipócrita no
tiene fe, ya que si él creyera que Dios ve todo y con terrible
juicio castigará la maldad, él lo mantiene lleno de iniquidad.
En verdad os digo, que el hipócrita es como un sepulcro, que
por fuera es blanco, pero dentro está lleno de putrefacción y
gusanos. Así entonces si vosotros, oh sacerdotes, hacéis todo
para complacer a los hombres, y habéis puesto a Dios fuera
de vuestra mente; entonces yo grito contra vosotros que sois
hijos del Demonio, y no hijos de Abraham, el cual dejó la casa
de su padre por amor a Dios, y estuvo dispuesto a sacri car a
su propio hijo. ¿Ay de vosotros, sacerdotes y doctores, si es
que lo sois, ya que Dios os arrebatará el sacerdocio!”.

46

Otra vez habló Jesús diciendo: “os pongo un ejemplo. Había


un terrateniente que plantó una viña, e hizo un arriate para
ella con el n de que no fuese pisoteada por las bestias. Y en
medio de ella construyó él una prensa para vino, y entonces
la dejó encargada a un trabajador. Entonces cuando llegó el
tiempo para recoger el vino él envió a sus sirvientes; a
quienes cuando los vieron los trabajadores, ellos apedrearon
a algunos y quemaron a algunos, y a otros los abrieron con
cuchillo. Y esto lo hicieron muchas veces. Decidme, ¿Qué
hará el dueño de la viña a los trabajadores?. Todos
contestaron “De mala manera los hará perecer, y su vida será
dada a otros trabajadores”.

Por lo tanto dijo Jesús: “No sabéis que la vida es la casa de


Israel, y los trabajadores son las gentes de Judea y Jerusalén?
¡Ay de vosotros!, ya que Dios está airado contra vosotros, que
habéis matado, abriéndolos, a tantos profetas de Dios; tanto
que en el tiempo de Ahab no se encontraba ni uno que
sepultase a los santos de Dios”. Y cuando él hubo dicho esto
los sacerdotes principales quisieron atraparlo, pero ellos
temieron a las gentes del pueblo, que lo alababan. Entonces
Jesús, viendo una mujer que desde su nacimiento había
quedado con la cabeza doblada hacia el suelo, dijo: “levanta
tu cabeza, oh mujer, en el nombre de nuestro Dios, para que
estos sepan que yo hablo la verdad, y Él quiere que yo la
anuncie”. Entonces la mujer se enderezó completamente,
ensalzando a Dios.

El jefe de los sacerdotes gritó, diciendo: “Este hombre no es


enviado de Dios; ya que vemos que él no guarda el descanso
del sábado, pues hoy él ha curado a una persona enferma”.
Jesús respondió: “Ahora decidme, ¿no es lícito hablar en el
sábado, y hacer oración para la salvación de otros? ¿Y quién
de vosotros que si su asno o su buey cayera en sábado en un
hoyo, no lo sacaría d allí aunque sea sábado? Seguramente
ninguno. ¿Y habré entonces roto el día sábado por haber
dado la salud a una hija de Israel? ¡De seguro, aquí se conoce
tu hipocresía! ¡Oh, cuántos hay hoy que temen que una paja
lastime el ojo ajeno, mientras que una viga está lista para
cortar sus propias cabezas! ¡Oh cuántos hay que temen a una
hormiga, pero no huyen de un elefante!”.

Y habiendo dicho esto, él se fue del templo. Pero los


sacerdotes furiosos deliberaron entre ellos, porque ellos no
eran capaces de atraparlo y hacer lo que querían con él, tal
como sus padres habían hecho contra los santos de Dios.

47

Jesús descendió, en el segundo año de su misión profética, de


Jerusalén y fue a Naín. Entonces, al acercarse a la puerta de la
ciudad, los ciudadanos iban cargando para llevar al sepulcro
al único hijo de su madre, una viuda, por el cual todos
estaban llorando. Entonces cuando Jesús hubo llegado, los
hombres supieron que Jesús, un profeta de Galilea, había
llegado y así ellos se pusieron a rogarle por el hombre
muerto, para que él, siendo profeta, lo reviviese; y también
sus discípulos lo hicieron. Entonces Jesús temió
grandemente, y dirigiéndose a Dios, dijo: ” Llévame del
mundo, oh Señor, porque el mundo está loco, y ellos casi me
llaman Dios”. Y habiendo dicho esto él lloró.

Entonces vino el ángel Gabriel, y dijo: “Oh, Jesús, no temas,


ya que Dios te ha dado poder sobre toda enfermedad, tanto
que todo lo que tú concedas en el nombre de Dios será
enteramente cumplido”. Entonces Jesús suspiró, diciendo:
“Hágase Tu Voluntad, Señor Dios Todopoderoso y
Misericordioso”. Y habiendo tomado la mano del muerto, él
dijo: “Yo te digo, muchacho, ¡en el nombre de Dios levántate
curado!”. Entonces el muchacho revivió, y entonces todos se
llenaron de temor, diciendo: “Dios ha hecho surgir un gran
profeta entre nosotros, y Él ha visitado a Su pueblo”.

48

En aquel tiempo el ejército de los romanos estaba en Judea,


estando nuestro país sujeto a ellos por los pecadores de
nuestros antepasados. Ahora era la costumbre de los romanos
llamar dios y adorar a quien trajera cualquier nuevo
bene cio para la gente común, y así (algunos) de estos
soldados encontrándose en Naím, ellos reprendían ora a uno,
ora a otro, diciendo: “Uno de vuestros dioses os ha visitado, y
vosotros no os dais cuenta de ello. Seguramente si nuestros
dioses nos visitasen nosotros les daríamos todo lo que
tuviéramos. Y ya veis cuánto tememos a nuestros dioses, ya
que a sus imágenes nosotros les damos lo mejor que
tenemos”. Satanás así instigaba esta manera de hablar para
que provocara no poca sedición entre las gentes de Naím.
Pero Jesús no se quedó en Naím, sino que se volvió para ir a
Cafarnaúm. La discordia de Naím era tal que algunos decían:
“Él es nuestro Dios que nos ha visitado”; otros decían ” Dios
es invisible, así que nadie lo ha visto, ni siquiera Moisés, Su
siervo; por lo tanto él no tiene cuerpo para engendrar con él;
así que él es un gran profeta de Dios”. Y así Satanás instigó
eso en el tercer año de la misión profética de Jesús, de lo cual
surgiría gran ruina para nuestro pueblo.

Jesús entro a Cafarnaúm, entonces los ciudadanos, cuando


supieron de él, reunieron a todos los enfermos que tenían, y
los pusieron frente al porche de la casa donde Jesús estaba
alojado con sus discípulos. Y habiendo llamado a Jesús, ellos
le rogaron por la salud de ellos. Entonces Jesús puso sus
manos sobre cada uno de ellos, diciendo: “Dios de Israel, por
Tu santo Nombre, da la salud a esta persona enferma”, y
entonces cada uno fue curado. El día sábado Jesús entró a la
sinagoga, y entonces corrieron juntas todas las gentes para
oírlo hablar.

49

El escriba ese día leía el salmo de David, donde dice David:


“Cuando Yo halle el tiempo, juzgaré correctamente”.
Entonces, después de la lectura de los profetas, se levantó
Jesús, e hizo señal de silencio con las manos y abriendo la
boca habló así; “Hermanos, habéis oído las palabras dichas
por David el profeta, nuestro padre, que cuando él hallase el
tiempo, juzgaría correctamente, yo os digo en verdad que
muchos juzgan, en cuyo juicio ellos caen por no otra razón
que ellos juzgan lo que no les atañe, y lo que les toca a ellos lo
juzgan antes de tiempo. Por ello el Dios de nuestros padres
nos gritó por medio de Su profeta David, diciendo; “Juzgad
justamente, oh hijos de los hombres”. Miserables por lo tanto
son aquellos que se paran en las esquinas de la calle, y no
hacen más que juzgar a todos los que pasan por allí, diciendo:
“Este es agradable, éste es feo, ése es bueno, éste es malo”. Ay
de ellos, porque ellos levantan el cetro de su juicio de la
Mano de Dios, Quien dijo: “Yo soy Testigo y Juez, y Mi honor
no le daré a nadie”, Verdaderamente os digo que éstos
testi can acerca de lo que no han visto ni oído en realidad,
juzgan sin haber sido constituidos jueces. Por lo tanto
abominables son ellos ante la vista de Dios, Quien pasará
tremendo juicio contra ellos en el Ultimo Día. Ay de vosotros,
ay de vosotros que habláis bien del mal, y llamáis bueno lo
malo, ya que vosotros condenáis a Dios como malhechor,
Quien es el autor del bien, y justi cáis como bueno a Satanás,
que es el origen de todo mal. Considerad qué castigo
tendréis, y que es horrible caer en el juicio de Dios, el cual
será entonces sobre aquellos que justi can a los malvados
por dinero, y no juzgan la causa de los huérfanos y las viudas.
Verdaderamente os digo, que los demonios temblarán por el
juicio de esos, de tan terrible que será. Tú hombre que eres
puesto como juez, no consideres otra cosa; ni parientes ni
amigos, ni honor ni ganancia, ya que asegurará para ti en el
Juicio de Dios. Pero yo te advierto que sin misericordia será
juzgado el que juzgue sin misericordia.

50

Dime, oh hombre, tú que juzgas a otro hombre, ¿no sabes que


todos los hombres tuvieron su origen en el mismo barro? ¿No
sabes que nadie es bueno sino solamente Dios? Por ello todo
hombre es un mentiroso y un pecador. Creedme, hombre,
que si tú juzgas a otros por una falta tu propio corazón tiene
que ser juzgado por ella. ¡Oh, que peligroso es juzgar! ¡Oh
cuántos han perecido por sus juicios falsos! Satanás juzgó que
el hombre era más vil que él; por lo tanto él se rebeló contra
Dios, su creador; y por ello él es impenitente, como yo lo sé
por haber hablado con él. Nuestros primeros padres juzgaron
que las palabras de Satanás eran buenas, por l tanto ellos
fueron expulsados del Paraíso, y condenaron a toda su
progenie. Verdaderamente os digo, como que Dios vive y
ante Su Presencia yo comparezco, que el falso juicio es el
padre de todos los pecados. Puesto que nadie peca sin
voluntad, y nadie desea lo que no conoce. Ay, por lo tanto,
del pecador que con el juicio considera al pecado digno y a la
bondad indigna, quien debido a eso rechaza la bondad y
escoge el pecado. Ciertamente él sufrirá un castigo
intolerable cuando Dios venga a juzgar al mundo. ¡Oh
tremendo Juicio de Dios! El juez perece, el juzgado se salva.
¿Y por qué esto, oh hombre, sino porque de prisa ellos
juzgaron falsamente a los inocentes? Cuán rápidamente se
acerca el bueno a la ruina por juzgar falsamente es mostrado
entonces por los hermanos de José, quienes lo vendieron
juzgando a su hermano. Tres amigos de Job juzgaron a Job, el
inocente amigo de Dios. David juzgó a Me boseth y a Urías,
Ciro juzgó a Daniel como carne para los leones; y no seréis
juzgados”. Y entonces, habiendo terminado Jesús su discurso,
muchos fueron convertidos al arrepentimiento, lamentando
sus pecados; y ellos habían abandonado todo para ir con él.
Pero Jesús dijo: “Quedaos en vuestros hogares y abandonad el
pecado y servid a Dios con temor, y así seréis salvados; ya que
yo no vengo a ser servido sino a servir”. Y habiendo hablado
así, salió él de la sinagoga y la ciudad, y se retiró al desierto a
orar, ya que él amaba grandemente la soledad.

51

Cuando él hubo rezado al Señor, sus discípulos acudieron a él


y dijeron; “Oh maestro, dos cosas quisiéramos saber, una es,
cómo hablaste tú con Satanás, quien no obstante, tú dices que
es impenitente; la otra es, cómo Dios vendrá a juzgar en el
Día del Juicio”. Jesús replicó: “En verdad os digo que yo tuve
compasión de Satanás, sabiendo de su caída; y tuve
compasión de la Humanidad a quien él tentó para pecar. Por
lo tanto yo recé y ayuné a nuestro Dios, Quien me habló por
medio del ángel Gabriel: ” ¿Qué buscas tú, Oh Jesús, y cuál es
tu petición?”. Yo contesté: “Señor, Tu sabes de qué mal
Satanás es la causa, y que debido a sus tentaciones muchos
perecen; él es Tu criatura, Señor, a quien Tú creaste; por lo
tanto, Señor, ten misericordia de él”.

Dios respondió “Jesús, mira, Yo lo perdonaré. Solamente


hazlo que diga: “Seño, Dios mío, yo he pecado, ten
misericordia de mí” y Yo lo perdonaré y lo restauraré a su
primer estado”. “Yo me alegré grandemente”, dijo Jesús,
“cuando oí esto, creyendo que yo había hecho las paces. Por
lo tanto llamé a Satanás, quién vino, diciendo:”¿Qué debo
hacer por ti, oh Jesús?”.

Yo contesté: “Tú lo harás por ti mismo, oh Satanás, ya que yo


no amo tus servicios, sino que por tu bien te he llamado”.
Satanás replicó: “Si tú no deseas mis servicios, ni yo deseo los
tuyos – ya que yo soy más noble que tú, por lo que tú no eres
digno de servirme: tú que eres barro, mientras que yo soy
espíritu”.

“Dejemos esto”, dije yo, “y dime si no sería bueno que


regresases a tu primera belleza y a tu primer estado. Debes
saber que el ángel Miguel debe, en el Día del Juicio, golpearte
con la espada de Dios 100.000 veces, y cada golpe te daré el
dolor de diez infiernos”.

Satanás replicó: “Veremos en ese día quién puede hacer más;


ciertamente tendré de mi lado muchos ángeles y los más
potentes idólatras que molestarán a Dios, y El sabrá qué gran
error cometió El al condenarme por causa de un vil pedazo
de barro”.

Entonces yo dije: “Oh Satanás, tú estás enfermo de la mente,


y no sabes lo que dices”, Entonces Satanás, en una manera
desa ante, movió la cabeza, diciendo; “Bueno, hagamos las
paces entre Dios y yo; y dí tú lo que debe hacerse, oh Jesús, ya
que tú eres sano de mente”.

Yo respondí: “Solamente necesitan decirse dos palabras”.


Satanás replicó: ¿”Qué palabras”?. Yo contesté: Estas: “Yo he
pecado; ten misericordia de mi”.

Dijo Satanás entonces: “Ahora de buena gana yo haré estas


paces si Dios me dice esas palabras”. “Vete ahora de mi” dije
yo, “Oh maldito, ya que tú eres el malvado autor de toda
injusticia y pecado, pero Dios es Justo y sin ningún pecado”.

Satanás partió gritando, y dijo: “No es así, oh Jesús, sino que


tú dices una mentira para complacer a Dios”. “Ahora
considerad”, dijo Jesús, ¿”cómo podría hallar él
misericordia?”. Ellos contestaron: ” Nunca señor, porque él es
impenitente. Háblanos ahora del juicio de Dios”.

52

“El día del Juicio de Dios será tan terrible que, en verdad os
digo, los réprobos antes escogerían diez in ernos que ir a oír
a Dios hablar con ira contra ellos, contra los cuales todas las
cosas creadas darán testimonio. Verdaderamente os digo, que
no sólo los réprobos temerán, sino los santos y los elegidos de
Dios, tanto que Abraham no con ará en su propia rectitud, y
puesto que Dios, para dar a conocer Su Majestad, privará a Su
Mensajero de la memoria, así que él no tendrá recuerdo de
cómo Dios le dio todas las cosas. Verdaderamente os digo
que, tendré que rendir cuentas. Como que Dios vive, ante
Cuya Presencia mi alma comparece, yo soy un hombre
mortal como son los otros hombres, ya que aunque Dios me
ha puesto como profeta sobre la casa de Israel para la salud
de los débiles y la corrección de los pecadores, yo soy el
siervo de Dios, y de esto vosotros sois testigos, e cómo hablo
yo contra esos hombres malvados que después de mi partida
del mundo anularán la verdad de mi evangelio por obra de
Satanás. Pero yo regresaré cerca del n, y conmigo vendrán
Enoc y Elías, y nosotros testi caremos contra los malvados,
cuyo nal será maldito”. Y habiendo hablado así Jesús
derramó lágrimas, y entonces sus discípulos lloraron en voz
alta, y levantaron sus voces, diciendo: “Perdón, oh Señor
Dios, y ten misericordia de Tu inocente siervo. Jesús
respondió: “Amén, amén”.

53

“Antes de que venga ese día”, dijo Jesús, “Gran destrucción


caerá sobre el mundo, pues habrá guerra tan cruel y
despiadada que el padre matará al hijo, y el hijo matará al
padre por razón de la separación entre las gentes, entonces
las ciudades serán aniquiladas, y el país quedará desierto,
vendrán tales pestilencias que no se encontrará a nadie para
que lleve a enterrar a los muertos, así que ellos serán dejados
como alimento para las bestias. A quienes queden sobre la
tierra Dios les enviará tal escasez que el pan se valuará por
encima del oro, y ellos comerán todo tipo de cosas impuras.
Oh época miserable, en la cual apenas podrá encontrarse
quien diga: “Yo he pecado, ten misericordia de mí, Oh Dios”.
Sino que con horribles voces ellos blasfemarán de Él, Quien
es Glorioso y Bendito por siempre. Después de esto, al irse
acercando ese día, durante 15 días, vendrá una señal horrible
sobre los habitantes de la tierra. El primer día el sol correrá
su curso en el cielo sin luz, sino negro como el tinte de las
ropas; y dará gruñidos, como un padre que se lamenta por un
hijo próximo a morir. El segundo día la luna se convertirá en
sangre y la sangre caerá sobre la tierra como rocío. El tercer
día las estrellas será vistas peleando entre ellas como un
ejército de enemigos. El cuarto día las piedras y las rocas se
estrellarán unas contra otras como crueles enemigos. El
quinto día toda planta y hierba llorará sangre. El sexto día el
mar se levantará sin dejar su lugar hasta una altura de 150
codos, y estará parado todo el día como una muralla. El
séptimo día, por el contrario, se hundirá tan profundamente
que apenas será visto. El octavo día los pájaros y los animales
de la tierra y del agua se reunirán todos juntos, y darán gritos
y rugidos. El noveno día habrá una tormenta de granizo tan
horrible que matará en forma tal que escasamente la décima
parte de los seres vivientes escapará. El décimo día vendrán
rayos y truenos tan horribles que la tercera parte de las
montañas se partirán y quemarán. El undécimo día todo río
correrá hacia atrás, y acarreará sangre y no agua. El
duodécimo día toda cosa creada llorará y se lamentará. El
decimotercer día el cielo será enrollado como un libro, y
lloverá fuego, así que toda cosa viviente morirá. El
decimocuarto día habrá un terremoto tan horrible que las
cimas de las montañas volarán por el aire como pájaros, y
toda la tierra se volverá un llano. El decimoquinto día
morirán los santos ángeles, y solamente Dios quedará vivo; a
Quien pertenecen el honor y la gloria”.

Y habiendo dicho esto, Jesús se golpeó la cara con ambas


manos, y luego golpeó el suelo con su cabeza. Y habiendo
levantado la cabeza, dijo él: “Maldito sea todo el que inserte
en mis dichos que yo soy el hijo de Dios”. A estas palabras los
discípulos cayeron como muertos, y entonces Jesús los
levantó, diciendo: “Temamos a Dios ahora, si no queremos
estar atemorizados de ese Día”.

54

“Cuando hayan pasado estos signos, habrá oscuridad sobre el


mundo durante 40 años, estando vivo sólo Dios, a Quien
pertenecen el honor y la gloria por siempre, cando hayan
pasado 40 años, Dios dará vida a Su Mensajero, quien se
levantará otra vez como el sol, resplandeciente como mil
soles. Él se sentará, y no hablará, ya que él estará como fuera
de sí mismo. Dios, resucitará a los cuatro ángeles favorecidos
de Dios, quienes buscarán al Mensajero de seguida Dios dará
vida a todos Sus profetas, quienes, siguiendo a Adán, irán
cada uno a besar la mano del Mensajero de Dios, con ándose
a su protección. E seguida dará vida Dios a todos lo elegidos,
quienes gritarán: ¡Oh Mohammed, acuérdate de nosotros!”. A
sus gritos despertará la misericordia en el Mensajero e Dios, y
él considerará qué debe hacer, temiendo por la salvación de
ellos. En seguida dará Dios vida a toda cosa creada, y ellos
regresarán a su existencia anterior, pero además cada uno
poseerá el poder del habla. Después dará vida Dios a todos lo
réprobos, a cuya resurrección, debido a su fealdad, todas las
criaturas de Dios temerán, y gritarán: “Que Tu Misericordia
no nos abandone, oh Señor Dios nuestro”.

Después de esto Dios hará que Satanás resucite, y a su aspecto


toda criatura estará como muerta, por temor a la horrible
forma de su apariencia”. Dijo Jesús: “Quiera Dios que yo no
vea a ese monstruo en ese Día. Solamente el Mensajero de
Dios no estará atemorizado por esas formas, ya que él
solamente tendrá temor a Dios.

Entonces el ángel, al sonido de cuya trompeta todos serán


resucitados, volverá a sonar su trompeta, diciendo: “Venid al
juicio, oh criaturas, ya que vuestro Creador desea juzgaros”.
Entonces aparecerá en medio del cielo sobre el Valle de
Josafat un trono brillante sobre el cual vendrá una nube
blanca, y entonces los ángeles gritarán: “Bendito seas Tú, Dios
nuestro, que nos has creado, y nos salvaste de la caída de
Satanás”. Entonces el Mensajero de Dios temerá, ya que él
percibirá que nadie ha amado a Dios como venera. Puesto
que el que quiera cambiar una moneda de oro debe tener 60
moneditas; entonces, si él sólo tiene una monedita no puede
cambiarla. Así, si el Mensajero de Dios temerá. ¿Qué harán
los impíos que están llenos de maldad?

55

El Mensajero de Dios irá a reunir a todos los profetas, a


quienes él hablará, pidiéndoles que vayan con él a rezarle a
Dios por los eles y cada uno se excusará por temor; ni yo,
como que Dios vive, iría allí, sabiendo lo que yo sé. Entonces
Dios, viendo esto, le recordará a Su Mensajero cómo creó El
todas las cosas por amor a él, y así su temor lo dejará, y él se
acercará al trono con amor y reverencia, mientras los ángeles
cantarán: “Bendito sea Tu santo Nombre, oh Dios, nuestro
Dios”.

Y cuando él se haya acercad al torno, Dios abrirá (su mente)


para Su Mensajero, tal como un amigo a otro cuando no se
han visto por mucho tiempo. El primero en hablar será el
Mensajero cómo creó Dios quien dirá: “Yo te adoro y te amo,
oh Dios mío , y con todo mi corazón y mi alma te doy gracias
por haberte dignado crearme para que sea Tu siervo, y por
haber hecho todo por amor a mi, para que yo pudiese amarte
por todas las cosas y en todas las cosas y sobre todas las cosas,,
por lo tanto que todas Tus criaturas te alaben, oh Dios mío”.
Entonces todas las cosas creadas por Dios dirán: “Te damos
gracias, oh Señor, y bendecimos Tu Santo Nombre”. En
verdad os digo, los demonios y los réprobos con Satanás
llorarán entonces tanto que saldrá de sus ojos más agua que la
que hay en el río Jordán. Sin embargo ellos no verán a Dios.
Y Dios le hablará a Su Mensajero, diciendo: “Bienvenido seas,
oh Mi siervo el; por lo tanto pide lo que quieras, a que tú lo
obtendrás todo”. El Mensajero de Dios contestará: “Oh Señor,
yo recuerdo que cuando me creaste, Tú dijiste que habías
querido hacer por amor a mi el mundo y el Paraíso, y los
ángeles y los hombres, para que ellos pudiesen glori carte
por mi Tu siervo. Por lo tanto, Señor Dios, Misericordioso y
Justo, yo te ruego que recuerdes la promesa hecha a Tu
siervo”.

56

Y Dios dará respuesta tal como un amigo que bromea con su


amigo, y dirá: “¿Tienes tú testigos de esto, Mi amigo
Mohammed? Y con reverencia él dirá: “Sí, Señor”. Entonces
Dios contestará: “Ve y llámalos, oh Gabriel”. El ángel Gabriel
vendrá al Mensajero de Dios, y dirá: Ismael, Moisés, David y
Jesús hijo de María”. Entonces partirá el ángel, y él llamará a
los testigos mencionados, quiénes avanzarán con temor. Y
cuando ellos estén presentes Dios les dirá: “¿Recordáis
vosotros lo que a rma Mi Mensajero?”. Ellos contestarán:
“¿Qué cosa, oh Señor?”. Dios dirá: “Que Yo hice todas las cosas
por amor a él, para que así todas las cosas me alabasen a
través de él”. Entonces cada uno de ellos responderá: “Hay
con nosotros tres testigos mejores que nosotros, oh Señor”. Y
Dios replicará: “¿Quiénes son esos tres testigos?”. Entonces
Moisés dirá: “El libro que Tú me diste es el primer”; y David
dirá: “El libro que Tú me diste es el segundo “; y el que os
habla dirá “Señor, el mundo entero, engañado por Satanás,
dirá que yo fui Tu hijo y Tu compañero pero el libro que Tú
me diste dijo verdaderamente que yo soy Tu siervo; y ese
libro confiesa lo que Tu Mensajero afirma”. Entonces hablará
el Mensajero de Dios, y dirá: “Así lo dice el libro que Tú me
diste, oh Señor”. Y cuando el Mensajero de Dios haya dicho
esto, Dios hablará, diciendo: “Todo lo que he hecho ahora, lo
he hecho para que todos sepan cuánto te amo”. Y cuando El
haya hablado así, Dios le dará a Su Mensajero un libro, en el
cual están escritos todos los nombres de los elegidos de Dios.
Entonces cada criatura hará reverencia a Dios, diciendo: “A ti
solamente, oh Dios, sean dadas la Gloria y el Honor, porque
Tú nos diste a Tu Mensajero”.

57

Entonces esa miserable criatura vendrá, y con la mayor


pasión será acusado por cada criatura. Entonces Dios llamará
al ángel Miguel, quien lo golpeará 100.000 veces con la
espada de Dios. El golpeará a Satanás, y cada golpe sera tan
pesado como diez in ernos, y Satanás, y ellos similarmente
serán acusados e insultados. Entonces al ángel Miguel, por
orden de Dios, golpeará a algunos 100 veces, a algunos 20, a
algunos diez, a algunos cinco. Y entonces descenderán ellos al
abismo, ya que Dios les dirá: “El in erno es vuestra morada,
oh malditos”.

Después de eso serán llamados al juicio todos los in eles


pecadores, contra quienes se levantarán primero todas las
criaturas inferiores al hombre, dando testimonio ante Dios
contra ellos; entonces ellos serán condenados por Dios a las
llamas infernales. En verdad os digo, que la camisa de pelo
brillará como el sol, y cada piojo que un hombre haya
portado por amor a Dios se convertirá en perla. Oh, tres y
cuatro veces benditos sean los pobres, quienes en verdadera
pobreza hayan servido a Dios desde el corazón, ya que en
este mundo ellos están destituidos de preocupaciones
mundanas, y por lo tanto estarán libres de muchos pecados, y
en ese día ellos no tendrán que rendir cuentas de cómo
gastaron las riquezas del mundo, sino que ellos serán
recompensados por su paciencia y su pobreza.
Verdaderamente os digo, que si el mundo supiera esto
escogería las camisas de pelo antes que la púrpura, los piojos
antes que el oro, los ayunos en lugar de los banquetes.

Cuando todos hayan sido examinados, Dios dirá a Su


Mensajero: “Mira, Oh amigo Mío, su maldad, cuán grande
fue, ya que Yo, el Creador de ellos puse todas las cosas
creadas a su servicio y en todas las cosas ellos me
deshonraron. Es más justo, por lo tanto, que Yo no tenga
piedad de ellos”. El Mensajero de Dios responderá: “Es
verdad, Señor, nuestro Glorioso Dios, ninguno de Tus
amigos y siervos podría pedirte que tengas misericordia de
ellos; no, yo, Tu siervo, antes que todos pido justicia contra
ellos.

Y habiendo dicho él estas palabras, todos los ángeles y


profetas, con todos los elegidos de Dios – no ¿por qué digo yo
los elegidos? – en verdad os digo, que las arañas y las moscas,
las piedras y la arena gritarán contra los impíos, y
demandarán justicia.

Entonces Dios hará regresar a la Tierra a cada ser viviente


inferior al hombre, y enviará a los impíos al In erno, los
cuales, yendo allí, verán otra vez esa Tierra, a la cual serán
devueltos los perros y caballos y otros animales viles.
Entonces ellos dirán: “oh Señor Dios, haznos regresar
también a esa Tierra”. Pero eso que ellos piden no les será
concedido”.

58

Mientras Jesús hablaba los discípulos lloraban amargamente.


Y Jesús lloró con muchas lágrimas. Entonces después de que
él hubo llorado, habló Juan: “Oh maestro, dos cosas deseamos
saber. Una es, cómo es posible que el Mensajero de Dios,
quien está lleno de misericordia y piedad, no vaya a tener
piedad de los réprobos ese día, viendo que ellos son del
mismo barro que él. La otra es, cómo debe entenderse que la
espada de Miguel sea pesada como diez in ernos; ¿es que,
entonces, hay más de un in erno?”. Jesús respondió: ¿”No
habéis oído lo que dijo David el profeta, de cómo los justos se
reirán de la destrucción de los pecadores, y entonces los
humillarán con estas palabras, diciendo: Yo vi al hombre que
puso su esperanza en su fuerza y sus riquezas, y olvidó a
Dios”? Verdaderamente, por lo tanto, os digo yo, que
Abraham se burlará de su padre, y Adán se burlará de todos
los pecadores; y esto será porque los elegidos serán
resucitados tan perfectos y cercanos a Dios que ellos no
concebirán en su mente el mínimo pensamiento contra Su
Justicia; por lo tanto, cada uno de ellos demandará justicia, y
sobre todo el Mensajero de Dios. Como que Dios vive, ante
Cuya Presencia yo comparezco, aunque ahora yo lloro por
lástima a la Humanidad, en ese día yo demandaré justicia sin
misericordia contra aquellos que desprecien mis palabras, y
más todavía contra quienes contaminen mi evangelio.

59

El in erno es uno, oh mis discípulos, y en él los condenados


sufrirán castigos eternamente. Sin embargo él tiene siete
cámaras o regiones, una más profunda que la otra, y el que
vaya a la más profunda sufrirá el mayor castigo. Entonces
son mis palabras ciertas en cuanto a la espada del ángel
Miguel, ya que el que cometa sólo un pecado merecerá el
In erno, y el que haya cometido dos pecados merecerá dos
in ernos. Por lo tanto en un in erno los pecadores sufrirán
castigos como si estuvieran en diez, o en 100 o en 1.000; y el
Dios Omnipotente, por Su Poder y por razón de Su Justicia,
hará que Satanás sufra como si estuviera en diez veces
100.000 infiernos, y al resto, cada uno según su maldad”.

Entonces respondió Pedro; “Oh maestro, ciertamente la


Justicia de Dios es grande, y hoy este discurso te ha puesto
triste; por lo tanto, te ruego, descansa y dinos mañana cómo
es el in erno”. Jesús contestó: “Oh Pedro, tú me dices que
descanse; oh Pedro, no sabes lo que dices, pues de ser así no
hablarías de esa manera. Verdaderamente os digo, que el
descanso en esta vida es el veneno de la piedad y el fuego que
consume toda buena obra. ¿Habéis olvidado cómo Salomón,
el profeta de Dios, con todos los profetas, reprobó la pereza?
Cierto es que él dijo: “El perezoso no trabajará el suelo por
temor al frío, ¡Así que en el verano él mendigará”! Luego él
dijo: “Todo lo que vuestra mano pueda hacer, hacedlo sin
descanso”. ¿Y qué dijo Job, el más inocente amigo de Dios”?
dijo: “Como el ave nació para volar, el hombre nació para
trabajar”. Verdaderamente os digo, que yo odio el descanso
por encima de todas las cosas.

El in erno es uno, y es contrario al Paraíso, como el invierno


es lo contrario del verano, y el calor al frío. Por lo tanto quien
quiera describir la miseria del in erno debe haber visto las
delicias del Paraíso de Dios.

60

Oh lugar maldito por la Justicia de Dios para la condena de


los in eles y los réprobos, del cual dijo Job, el amigo de Dios:
“No hay orden allí, ¡sino temor eterno!”. E Isaías el profeta
contra los pecadores, dijo: “Sus llamas no serán extinguidas
ni sus gusanos mueren”. Y David nuestro padre, llorando,
dijo: “Entonces lloverán sobre ellos rayos y centellas, y
piedras candentes y gran tempestad”. ¡Oh miserables
pecadores, qué odiosas les parecerán entonces las carnes
delicadas, las ropas costosas, los suaves lechos y la armonía de
las dulces canciones!”. ¡Qué enfermos los pondrán el hambre
furiosa, las llamas ardientes, las cenizas candentes, y los
crueles tormentos con amargo llanto!”.

Entonces Jesús emitió un quejido lamentable, diciendo: “En


verdad sería mejor nunca haber sido formados que sufrir
esos crueles tormentos. Ya que imaginaos a un hombre
sufriendo los tormentos en cada parte de su cuerpo, que no
tenga a nadie que le muestre compasión, sino que todos se
burlan de él; decidme, ¿no sería eso un gran dolor?”. Los
discípulos respondieron: “El mayor”. Entonces dijo Jesús:
“Ahora, esto es una delicia en comparación con el in erno.
Pues en verdad os digo, que si Dios pusiera en una balanza
todo el dolor que todos los hombre hubieren sufrido y sufran
hasta el Día del Juicio, y en el otro plato una sola hora del
dolor del in erno, los pecadores escogerían sin duda las
tribulaciones terrenales, en vez de las otras a manos de los
demonios, quienes son extraordinariamente despiadados.
¡Oh qué amargo frío, que sin embargo no templará sus
llamas! ¡Qué crujir de dientes, y llanto y sollozos!, ya que el
Jordán tiene menos agua que las lágrimas que en todo
momento uirán de los ojos de ellos. Y allí sus lenguas
maldecirán a todas las cosas creadas, con su padre y su
madre, y a su Creador, el Cual es bendito por siempre”.

61

Habiendo dicho esto, Jesús se lavó con sus discípulos, de


acuerdo a la Ley de Dios escrita en el libro de Moisés; y luego
ellos rezaron. Y los discípulos viéndolo triste no le hablaron
todo ese día, sino que cada uno quedó impactado por el
terror de sus palabras.

Entonces Jesús abriendo la boca después de la oración de la


noche, dijo: ” ¿Qué padre de familia, si supiera que un ladrón
quisiese entrar a su casa, se dormiría? Ninguno seguramente;
ya que él vigilaría y se mantendría listo para matar al ladrón.
¿No sabéis entones que Satanás es como un león rugiente que
anda alrededor buscando a quien devorar? Así busca él hacer
pecar al hombre. Verdaderamente os digo, que si el hombre
actuase como el mercader él no tendría temor ese día, ya que
él estaría bien preparado. Hubo un hombre que dio dinero a
sus vecinos para que comerciaran con él, y la ganancia sería
dividida en justa proporción. Y algunos comerciaron bien, así
que ellos doblaron el dinero. Pero algunos usaron el dinero
en servicio del enemigo del que les dio el dinero, hablando
mal de él. Decidme ahora, cuando el vecino llame a los
deudores para rendir cuentas, ¿cómo serán tratados?
Seguramente él recompensará a quienes comerciaron bien,
pero contra los otros su ira se desatará en reproches. Y
entonces él los castigará según la ley.

Como que Dios vive, ante Cuya Presencia mi alma


comparece; el vecino es Dios, Quien le dio al hombre todo lo
que éste tiene, con la vida misma, para que, el hombre
viviendo el ejemplo de ellos, se convierten al
arrepentimiento; por lo que los hombres que viven bien
serán recompensados con un gran premio, pero los malvados
pecadores, quienes por sus pecados mermen a la mitad lo que
Dios les dio, por sus vidas gastadas en el gastadas en el
servicio de Satanás el enemigo de Dios, blasfemando de Dios
y ofendiendo a los demás – decidme – ¿cuál será su castigo?.”
“Será sin medida”, dijeron los discípulos.

62

Entonces dijo Jesús: “El que viva bien debería tomar ejemplo
del mercader que pone cerradura a su tienda, y la cuida día y
noche con gran diligencia. Y vendiendo otra vez las cosas que
él compra es capaz de hacer ganancias; ya que si él percibe
que él perderá entonces él no venderá, no, ni siquiera a su
propio hermano. Así entonces deberíais hacer; ya que en
verdad vuestra alma es un mercader, y el cuerpo es la tienda;
en donde lo que se recibe del exterior, a través de los
sentidos, es comprado y vendido por ella. Y el dinero es el
amor. Ved entonces que con vuestro amor no vendáis ni
compréis el menor pensamiento con el cual no podáis
obtener ganancia. Pero dejad el pensamiento, las palabras y
las obras, que sean todos por el amor a Dios; ya que así
encontraréis seguridad en ese día. En verdad os digo, que
muchos hacen abluciones y van a rezar, muchos ayunan y
dan limosna, muchos estudian y predican a otros y el n de
ellos es abominable ante Dios; porque ellos limpian el
cuerpo y no el corazón , ellos gritan con la boca pero no con
el corazón; ellos se abstienen de carnes, pero se llenan de
pecados; le dan a otros cosas que no son buenas para ellos,
para ser tenidos por buenos; ellos estudian para saber cómo
hablar, no para trabajar y actuar; ellos le predican a otros
contra aquello que ellos mismos hacen, y así se condenan por
su propia lengua. Como que Dios vive, esos no conocen a
Dios con sus corazones; ya que si lo conocieran ellos lo
amarían; y ya que todo lo que un hombre tiene lo recibió él
de Dios, así debería gastar todo por el amor de Dios.”

63

Después de algunos días Jesús pasó cerca de una ciudad de


los samaritanos; y ellos no lo dejarían entrar a la ciudad, ni le
vendería pan a sus discípulos. Entonces dijeron Santiago y
Juan: “Maestro, ¿Te place que roguemos a Dios que envíe
fuego del cielo contra esas gentes?”. Jesús respondió:
“Vosotros no sabéis por qué espíritu sois conducidos, que así
habláis, recordad que Dios determinó destruir Nínive porque
El no encontró ni uno que temiese a Dios en esa ciudad, éste
habría huido a Tarso por temor a las gentes, así que Dios hizo
que fuese arrojado al mar, y recibido por un pez y arrojado
cerca de Nínive. Y él predicó allí de forma tal que las gentes
se convirtieron al arrepentimiento, y Dios tuvo misericordia
de ellos.

Ay de quienes claman por venganza; ya que sobre ellos


mismos vendrá, viendo que cada hombre tiene en sí mismo
causa para la venganza de Dios. Ahora decidme, ¿creasteis
vosotros a esta ciudad con sus gentes? Oh locos que sois, claro
que no, ya que todas las criaturas unidas no podrían crear ni
una sola mosca de la nada, y esto es crear. Si el Dios bendito
que creó esta ciudad la mantiene, ¿por qué deseáis vosotros
destruirla? Por qué no dijisteis: ” ¿Te place maestro, que
roguemos al Señor nuestro Dios que estas gentes se
conviertan a la penitencia” ciertamente este es un acto propio
de un discípulo mío, rogar a Dios por aquellos que hacen
mal. Así hizo Abel cuando su hermano Caín, maldito de Dios,
lo mató. Así hizo Abraham por el Faraón, quien le quitó a su
esposa, y al cual, por lo tanto, no mató el ángel de Dios, sino
que sólo lo a igió con la enfermedad. Así hizo Zacarías
cuando, por decreto del rey impío, fue matado en el templo.
Así hicieron Jeremías, Isaías, Ezequiel, Daniel y David, con
todos los amigos de Dios y los santos profetas. Decidme, si un
hermano fuera atacado de locura. ¿Lo mataríais porque habló
mal y golpeó a los que se le acercaban? Ciertamente vosotros
no lo haríais; sino que más bien restauraríais su salud con
medicinas adecuadas a su enfermedad.

64

Como que Dios vive, ante Cuya Presencia mi alma


comparece, un pecador es de mente enferma cuando él
persigue a un hombre. Pues decidme, ¿Hay alguno que se
rompiese la cabeza por la causa de romper la túnica de su
enemigo? ¿Entonces cómo puede tener mente sana el que se
separa de Dios, la cabeza de su alma, para poder herir el
cuerpo de su enemigo?

Decidme, oh, hombre, ¿quién es tu enemigo? Ciertamente tu


cuerpo, y todo lo que te elogie. Así que si tuvieses mente sana
besarías la mano de quienes te insultan y entregarías regalos a
aquellos que te persiguen y te golpean mucho; porque, oh
hombre, porque entre más que por tus pecados seas insultado
y perseguido en esta vida, menos lo serpas en el Día del
Juicio, pero dime, oh hombre, si los santos y profetas de Dios
han sido perseguidos y difamados por el mundo aun cuando
ellos eran inocentes, ¿qué te harán a ti oh, pecador?, y si ellos
soportaron todo con paciencia, rezando por sus
perseguidores, ¿qué te harán a ti, oh pecador?, y si ellos
soportaron todo con paciencia, rezando por sus
perseguidores, ¿qué deberías hacer tu, oh hombre, que eres
digno del in erno? Decidme, oh discípulos míos, ¿no sabéis
que Shimei maldijo al siervo de Dios, el profeta David, y le
arrojó piedras? Ahora, ¿Qué les dijo David a aquellos que
querían matar a Shimei? ¿”Qué te importa, oh Joab, que
quieres matar a Shimei? Déjalo que me maldiga, ya que ésta
es la voluntad de Dios, Quien convertirá esta maldición en
una bendición”.

Y así fue; ya que Dios vi la paciencia de David y o liberó la


persecución de su propio hijo, Absalón. Ciertamente ni una
hoja se agita sin la voluntad de Dios. Entonces, cuando estés
en tribulación no pienses lo mucho que tú has soportado, ni
en el que te a ige; sino considera cuánto, por tus pecados,
mereces recibir a manos de los demonios del in erno.
Vosotros estáis enojados con esta ciudad porque no nos
recibirá, ni nos vende pan. Decidme, ¿son estas gentes
vuestros esclavos? ¿Les habéis dado vosotros esta ciudad? ¿Les
habéis dado vosotros su grano? ¿O les habéis ayudado a
cosecharlo? Seguramente no; ya que vosotros sois extranjeros
en esta tierra y hombres pobres.

¿Qué cosa es entonces ésta que decís?”. Los dos discípulos


respondieron: “Señor, hemos pecado; Que Dios tenga
misericordia de nosotros”. Y Jesús respondió: “Así sea”.

65

La Pascua se acercó, por lo que Jesús, con sus discípulos,


subió a Jerusalén. Y él fue al estanque llamado “Probático”. Y
el baño se llamaba así porque el ángel de Dios cada día
agitaba el agua, y quien entrase primero al agua después de su
movimiento era sanado de todo tipo de enfermedad. Por lo
tanto un gran número de personas enfermas permanecían
junto al estanque, el cual tenía cinco porciones. Y Jesús vio
allí a un hombre paralítico, el cual había estado allí 38 años,
enfermo de una grave enfermedad. Entonces Jesús, sabiendo
esto por inspiración divina, tuvo compasión del hombre
enfermo, y le dijo: “¿Deseas ser sanado?”.

El hombre inválido respondió: “Señor, no tengo a nadie que


me meta al estanque cuando el ángel agita el agua, pero
mientras trato de entrar otro avanza antes que yo y entra allí”.
Entonces Jesús levantó la vista hacia el cielo y dijo: “Señor
Dios nuestro, Dios de nuestros padres, ten piedad de este
hombre inválido”. Y habiendo dicho esto, Jesús dijo: ” En el
nombre de Dios, hermano, sé curado; levántate y toma tu
camilla”. Entonces el paralítico se levantó, alabando a Dios, y
cargó su camilla sobre sus hombros y se fue a su casa
alabando a Dios.

Los que lo vieron gritaron: “Es el día sábado; no es lícito para


ti cargar tu cama”. El respondió: “El que me curó me dijo:
“levanta tu camilla, y vete a tu casa”. Entonces le preguntaron
ellos: “¿Quién es él?”. Él contestó: “No sé su nombre”.
Entonces, entre ellos dijeron: “Debe haber sido Jesús el
Nazareno”. Otros decían: “No, ya que él es un santo de Dios,
mientras que el que ha hecho esta cosa es un hombre
malvado, ya que él hace que se rompa el sábado”. Y Jesús
entró en al templo, y una gran multitud se acercó a él a
escuchar sus palabras; por lo que los sacerdotes se consumían
de envidia.

66

Uno de ellos vino a él, diciendo: “Buen maestro, tú enseñas


bien y verazmente; dime por lo tanto, ¿Qué recompensa nos
dará Dios en el Paraíso?”. Jesús respondió: “Tú me llamas
bueno, y no sabes que sólo Dios es Bueno, tal como dijo Job,
el amigo de Dios: “Un niño de un día de edad no está puro; si,
incluso los ángeles no están libres de falta ante la Presencia
de Dios”. Y él dijo además: “La carne atrae al pecado, y sobre
la iniquidad tal como una esponja sorbe el agua”.

Así que el sacerdote estaba callado, confundido. Y Jesús dijo:


“En verdad os digo; nada es más peligroso que las palabras.
Ya que así dijo Salomón: “La vida y la muerte están en poder
de la lengua”.

Y él se volvió hacia sus discípulos, y dijo: “Tened cuidado de


quien os bendiga, ya que ellos os engañan. Con la lengua
Satanás bendijo a nuestros primeros padres, pero miserable
fue el resultado de sus palabras. Así bendecían al Faraón los
sabios de Egipto. Así bendecía Goliat a los listeos. Así
bendijeron Ahab 400 falsos profetas; pero falsas eran sus
alabanzas, así que el alabado pereció con los alabadores. Por
ello no sin causa dijo Dios a Isaías el profeta: “Mi pueblo,
aquellos que te bendicen te engañan”.

Ay de vosotros escribas y fariseos, ay de vosotros sacerdotes y


levitas, porque vosotros habéis corrompido el sacri cio del
Señor así que quienes vienen a sacri car creen que Dios
come carne cocida como lo hace el hombre.

67

Ya que vosotros les decís: “traed vuestras ovejas y toros y


corderos al templo de vuestro Dios, y no comáis, sino dad
una porción a vuestro Dios de lo que El os ha dado”; y
vosotros no les contáis acerca del origen del sacri cio, que es
para un testimonio de la vida concedida al hijo de nuestro
padre Abraham, para que la fe y la obediencia de nuestro
padre Abraham, con las promesas hechas a él por Dios y las
bendiciones dadas a él, nunca sean olvidadas. Pero a través de
Ezequiel el profeta dijo Dios: “Llevaos de ante Mí estos
sacri cios vuestros, vuestras víctimas son abominables para
Mí”. Pues el tiempo se acerca en que será hecho lo que
nuestro Dios habló a través de Oseas el profeta, diciendo: “Yo
llamaré escogido al pueblo no escogido y como dijo El en
Ezequiel el profeta: “Dios hará un nuevo convenio con su
Pueblo, no de acuerdo al convenio que El dio a vuestros
padres, el cual ellos no observaron y El les quitará un corazón
de piedra, y les dará un nuevo corazón”; y todo esto será
porque vosotros no camináis ahora en Su ley. Y vosotros
tenéis la llave pero no abrís; más bien bloqueáis el camino
para aquellos que querrían caminar por él”.

El sacerdote partía para reportar todo al sumo sacerdote, el


cual estaba de pie cerca del santuario, pero Jesús dijo:
“Quédate, ya que yo responderé a tu pregunta”.

68

Tú me pides que te diga que nos dará Dios en el Paraíso. En


verdad os digo, que quienes piensan en el salario no aman al
amo. Un pastor que tiene un rebaño de ovejas, cuando ve
venir al lobo se prepara a defenderlas; por el contrario, el
pastor empleado cuando ve al lobo deja a las ovejas y huye.
Como que Dios vive, ante Cuya Presencia comparezco, si el
Dios de nuestros padres fuera vuestro Dios vosotros no
habríais pensado en decir: ¿”Qué me dará Dios?”, sino que
habríais dicho, como dijo David Su profeta: ¿”Qué le daré yo
a Dios por todo lo que Él me ha dado a mí “?.

Os hablaré por medio de una parábola para que podáis


entender. Había un rey que se encontró junto al camino a un
hombre despojado de sus ropas por ladrones, los cuales lo
habían herido mortalmente. Y él tuvo compasión de él, y
ordenó a sus esclavos que llevaran a ese hombre a la ciudad y
lo atendieran; y así lo hicieron ellos con toda diligencia. Y el
rey concibió un gran cariño por el hombre enfermo, así que
él le dio a su propia hija en matrimonio, y lo hizo su
heredero. Ahora, seguramente que este rey era muy
misericordioso; pero el hombre golpeó a los esclavos,
despreció las medicinas, abusó de la esposa del rey, habló mal
del rey, e hizo que sus vasallos se rebelaran contra él. Y
cuando el rey requería algún servicio, estaba listo para decir:
¿”Qué me dará el rey como recompensa”? Ahora, cuando el
rey oyó esto, ¿qué le hizo él a un hombre así de impío?”.

Todos ellos respondieron: “Ay de él, ya que el rey lo privó de


todo, y lo castigó cruelmente”. Entonces dijo Jesús: “Oh
sacerdotes, y escribas, y fariseos, y tú, sumo sacerdote que
oyes mi voz, yo os proclamo lo que Dios os dijo a través del
profeta Isaías: “Yo he alimentado esclavos y los exalté, pero
ellos me han despreciado”.

El rey es nuestro Dios, Quien halló a Israel en este mundo


lleno de miserias, y por lo tanto lo dio a Sus siervos José,
Moisés y Aarón, quienes lo atendieron. Y nuestro Dios
concibió tal amor por el pueblo de Israel que El castigó a
Egipto ahogó al Faraón, y destruyó 120 reyes de las
cananeítas y madianitas; El le dio Sus leyes, haciéndolo
heredero de toda esa tierra donde habita nuestro pueblo.
¿Pero cómo se comportó Israel? ¿Cuántos profetas mató él?
Cuántas profecías contaminó; cómo violó él la ley de Dios;
cuántos por esa causa se alejaron de Dios y fueron a adorar
ídolos, debido a vuestra ofensa, oh sacerdotes! ¡Y cómo
deshonráis a Dios con vuestra manera de viuda! Y ahora me
preguntáis: ¿”Qué nos dará Dios en el Paraíso?”. Vosotros
deberíais haber preguntado cuál es el castigo que Dios os
dará en el in erno; y entonces preguntar qué deberíais hacer
como verdadera penitencia para que Dios tenga misericordia
de vosotros; pues esto puedo deciros, y este n fui enviado a
vosotros.

69

Como que Dios vive, ante Cuya Presencia comparezco,


vosotros no recibiréis adulación de parte mía, sino la verdad.
Por ello os digo, arrepentíos y volveos hacia Dios tal como
nuestros padres lo hicieron después de pecar, y no
endurezcáis vuestros corazones”. Los sacerdotes se
consumían de furia por este discurso, pero por temor a las
gentes comunes ellos no dijeron palabra.
Y Jesús continuó, diciendo: “Oh doctores, oh escribas, oh
fariseos, o sacerdotes decidme. Vosotros deseáis ropas nas,
como las mujeres, pero no queréis hilar ni alimentar niños;
vosotros deseáis los frutos del campo, pero no deseáis
cultivar la tierra; vosotros deseáis los peces del mar, pero no
sedeáis ir a pescar; vosotros deseáis honor como ciudadanos,
pero no deseáis la carga de la república; vosotros deseáis los
diezmos y las primicias de los frutos como sacerdotes, pero
no deseáis servir a Dios de verdad. ¿Qué hará entonces Dios
con vosotros, viendo que deseáis todo bien aquí sin ningún
mal? Verdaderamente os digo que Dios os dará un lugar
donde vosotros tendréis todo mal y ningún bien”.

Y cuando Jesús hubo dicho esto, fue traído ante él un


endemoniado que no podía hablar ni ver, y estaba privado
del oído. Entonces Jesús, viendo su fe, levantó la vista hacia el
cielo y dijo: “Señor Dios de nuestros padres, ten misericordia
de este hombre enfermo y dale salud, para que estas gentes
sepan que Tú me enviaste”.

Y habiendo dicho esto, Jesús le ordenó al espíritu que


partiese, diciendo: “En el poder del nombre de Dios nuestro
Señor, vete, malvado, de este hombre”. El espíritu partió y el
hombre mudo habló, y vio con sus ojos. Entonces todos se
llenaron de temor, pero los escribas dijeron: “En el poder de
Belcebú, príncipe de los demonios, él expulsa los demonios”.

Entonces dijo Jesús: “Todo reino dividido contra si mismo se


destruye a sí mismo, y cae casa sobre casa. Si en el poder de
Satanás, Satanás es arrojado, ¿Cómo se mantendrá en pie su
reino? Y si vuestros hijos arrojan a Satanás, Satanás es arrojan
a Satanás con la escritura que Salomón el profeta les dio, ellos
testifican que yo expulso a Satanás en el poder de Dios. Como
que Dios vive, la blasfemia contra el Espíritu Santo no tiene
perdón ni en éste ni en el otro mundo, ya que el hombre
malvado por sí mismo se prueba, conociendo la
reprobación”. Y habiendo dicho esto Jesús salió del templo. Y
las gentes del pueblo lo ensalzaban, ya que ellos trajeron a
todos los enfermos que pudieron reunir, y Jesús, habiendo
dicho oración m les dio la salud a todos; por lo que ese día los
soldados romanos de Jerusalén, por obra de Satanás,
empezaron a agitar a las gentes del pueblo, diciendo que
Jesús era el Dios de Israel que vino a visitar a Su pueblo.

70

Jesús partió de Jerusalén después de la Pascua, y entró a las


fronteras de Cesarea Filipa. Entonces, habiéndole informado
el ángel Gabriel acerca de la sedición que empezaba entre la
gente del pueblo, preguntó él a sus discípulos: ¿”Qué dicen de
mi los hombres?”. Ellos dijeron: “Algunos dicen que tú eres
Elías, otros que Jeremías, y otros que eres uno de los antiguos
profetas”. Jesús respondió: “y vosotros, ¿quién decís que soy?”.
Pedro contestó: “Tú eres Cristo, hijo de Dios”. Entonces Jesús
se enojó, y con ira lo reprendió, diciendo: “¡Vete y aléjate de
mí, porque tú eres el demonio y buscas ofenderme!”. Y él
amenazó a los 11, diciendo: “¡Ay de vosotros si creéis esto, ya
que yo he invocado a Dios una gran maldición contra
quienes crean esto!”. Y él quería expulsar a Pedro; por lo que
los 11 le rogaron a Jesús por él, que no lo expulsara, pero él lo
reprendió otra vez, diciendo: “¡Ten cuidado y nunca jamás
vuelvas a decir esas palabras, porque Dios te condenaría!”.
Pedro lloró, y dijo: “Señor, he hablado tontamente ruega a
Dios que El me perdone”.

Entonces dijo Jesús: “Si Dios no quiso mostrarse a Moisés Su


siervo, ni a Elías, a quien El tanto amó, ni a ningún profeta,
¿piensas acaso que Dios deberá mostrarse a esta generación
impía? ¿Qué no sabéis que Dios creó todas las cosas de la nada
con una sola palabra, y todos los hombres tuvieron sus origen
en un pedazo de barro? Ahora, ¿cómo podría Dios tener
apariencia de hombre? ¡Ay de aquellos que se dejan engañar
por Satanás!”. Y habiendo dicho esto, Jesús rogó a Dios por
Pedro, y los 11 y Pedro estaban llorando y decían: “Así sea, así
sea. Oh Señor bendito, Dios nuestro”. Después Jesús partió y
entró a Galilea, para que esta vana opinión que el vulgo
empezó a tener acerca de él se extinguiera.

71

Habiendo llegado Jesús a su propia tierra, se extendió por


toda la región de Galilea que Jesús, el profeta, había venido a
Nazaret. Por ello con diligencia buscaron ellos a los enfermos
y los trajeron ante él, rogándole que los tocase con sus manos.
Y tan grande era la multitud que cierto hombre rico,
enfermo de parálisis, no pudiendo ser llevado a él pasando
por la puerta tuvo que ser cargado y subido al techo de la casa
en la que estaba Jesús, y habiendo hecho que el techo fuera
descubierto, fue bajado por medio de sábanas para ser puesto
frente a Jesús, Jesús se detuvo un momento, vacilante y
entonces dijo. “No temas, hermano, porque tus pecados te
son perdonados”.

Todos se ofendieron al escuchar esto, y ellos dijeron: ¿”Y


quién es éste que perdona los pecados?”. Entonces dijo Jesús:
“Como que Dios vive, yo no soy capaz de perdonar pecados,
ni hombre alguno, sino que sólo Dios perdona. Pero como
siervo de Dios yo puedo rogarle por los pecados de otro; y así
le rogué por este hombre enfermo, y estoy seguro que Dios
oyó mi suplica. Por lo tanto, para que podáis conocer la
verdad, yo digo a este hombre enfermo: En el nombre del
Dios de nuestros padres, el Dios de Abraham y sus hijos,
¡levántate curado!”. Y cuando Jesús hubo dicho esto, el
hombre enfermo se levantó curado; y glorificó a Dios.

Entonces las gentes del pueblo rogaron a Jesús que implorase


a Dios a favor de los enfermos que estaban parados afuera.
Por lo tanto Jesús salió hacia ellos, y habiendo levantado sus
manos, dijo: “Señor Dios de los ejércitos, el Dios Vivo, el Dios
Santo que nunca morirá: ¡ten misericordia de ellos!”.
Entonces todos respondieron “Amén”. Y habiendo dicho
esto, Jesús puso sus manos sobre los enfermos y todos ellos
recibieron salud. Por lo tanto ellos glori caron a Dios,
diciendo, “Dios nos ha visitado por mediación de Su profeta,
y un gran profeta nos ha enviado Dios”.

72

En la noche Jesús habló en privado con sus discípulos,


diciendo: “Verdaderamente os digo que Satanás desea
cribaros como trigo; pero yo he rogado a Dios por vosotros, y
sólo perecerá de vosotros el que me tienda trampas”. Y esto él
lo dijo por Judas, ya que el ángel Gabriel le dijo cómo Judas
tenía tratos con los sacerdotes y les reportaba todo lo que
Jesús decía. Con lágrimas se acercó a Jesús el que esto escribe,
diciendo: “Oh, maestro, dime, ¿quién es el que te
traicionará?”. Jesús respondió: “Oh Bernabé, ésta no es la hora
para que lo conozcas, pero pronto el malvado se revelará a sí
mismo, ya que yo partiré del mundo”.

Entonces lloraron los apóstoles diciendo: “Oh maestro,


¿entonces tú nos abandonarás? ¡Sería mucho mejor que
nosotros muriéramos antes que ser abandonados por ti!”.
Jesús contestó: “Que vuestros corazones no se agiten, y no
temáis: ya que yo no os he creado, ero Dios nuestro Creador
que os creó os protegerá. En cuanto a mí, he venido al mundo
a preparar el camino para el Mensajero de Dios el cual traerá
la salvación al mundo- ¡Pero tened cuidado y no os dejéis
engañar, ya que muchos falsos profetas vendrán al mundo.
¡Pero tened cuidado y no os dejéis engañar ya que muchos
profetas vendrán, los cuales tomará mis palabras para
alterarlas y contaminarán mi evangelio”.

Entonces dijo Andrés: “Maestro dinos alguna señal, para que


podamos conocerlo”. Jesús respondió: “El no vendrá en
vuestro tiempo, sino que vendrá algunos años después de
vosotros, cuando mi evangelio sea anulado, tanto que
escasamente habrá 30 eles. En ese tiempo Dios tendrá
misericordia del mundo y así El enviará a su Mensajero,
sobre cuya cabeza descansará una nube blanca, por lo cual
será conocido como un elegido de Dios, y será manifestado
por el mundo. El vendrá con gran poder contra los in eles y
destruirá la idolatría y se sabrá que yo fui veraz; y él ejecutará
la venganza contra aquellos que digan que yo soy más que
humano. Verdaderamente os digo que la luna le cuidará y
velará el sueño en su niñez y cuando él sea adulto él la
tomará en sus manos. Que el mundo se cuide y no lo vaya a
rechazar ya que el matará a los idólatras, pues muchos más
fueron matados por Moisés, el siervo de Dios; y Josué,
quienes no perdonaron las ciudades que fueron quemadas, y
mataron a los niños ya que a una vieja herida uno le aplica
fuego.

El vendrá con verdad más clara que la de todos los profetas, y


reprobará a quien use al mundo. Las torres de la ciudad de
nuestro padre se saludarán unas a otras de alegría; y así
cuando se vea que la idolatría cae al suelo y me con esen
como hombre igual que a los demás hombres, en verdad os
digo que el Mensajero de Dios vendrá.

73
En verdad os digo, que si Satanás os probase para ver si sois
amigos de Dios, ya que nadie asalta sus propias ciudades – si
Satanás tuviese su voluntad sobre vosotros él os dejaría
disfrutar vuestro placer; pero ya que él sabe que vosotros sois
enemigos suyos, él hará toda violencia para haceros perecer.
Pero no temáis, ya que él será contra vosotros como un perro
que está encadenado, ya que Dios ha escuchado mi súplica”.

Juan contestó: “oh maestro, no sólo pro nosotros, sino por


quienes crean en el evangelio dinos cómo el antiguo tentador
acecha al hombre”. Jesús respondió: “De cuatro formas tienta
ese malvado. La primera es cuando él tienta por sí mismo,
con pensamientos. La segunda es cuando él tienta por medio
de palabras y obras a través de sus sirvientes; la tercera es
cuando él tienta con falsa doctrina, la cuarta es cuando él
tienta con falsas visiones. Ahora bien, qué cauteloso debería
ser el hombre, y más aun ya que él tiene a su favor la carne
del hombre, la cual ama al pecado tal como el que tiene
ebre ama al agua. Verdaderamente os digo, que si un
hombre teme a Dios él tendrá victoria sobre todo como dijo
David, su profeta: “Dios le dará a Sus ángeles la encomienda
de cuidarte a ti, y ellos cuidarán tus caminos, para que el
demonio note haga tropezar. Mil caerán a tu izquierda y
10.000 a tu derecha, así que ellos no podrán acercarse a ti”.

Además, nuestro Dios con gran amor nos prometió por


medio del mismo David cuidarnos diciendo: “Yo te doy
entendimiento, el cual te enseñará; y en tus caminos por
donde tú camines. Yo haré a Mi Vista que descanse sobre ti”.
¿Pero qué diré? Él dijo por medio de Isaías: “¿Puede una
madre olvidar al hijo de su vientre? Pero Yo te digo, que
cuando ella olvide, Yo no te olvidaré.

Decidme entonces, ¿quién temerá a Satanás, teniendo como


guardianes a los ángeles y como protección al Dios Viviente?
No obstante, es necesario, como dijo el profeta Salomón:
Verdaderamente os digo, que el hombre debería hacer como
el banquero que examina el dinero, examinando sus
pensamientos, para que él no peque contra Dios su Creador.

74

Ha habido y hay en el mundo hombre que no consideran


pecado los pensamientos; pero ellos están en el mayor error.
Decidme, ¿cómo pecó Satanás? Es cierto que él pecó en el
pensamiento de que él era más digno que el hombre.
Salomón pecó al pensar en invitar a un festín a todas las
criaturas de Dios, por lo que un pez lo corrigió comiéndose
todo lo que él había preparado. Entonces, no sin causa, dijo
David nuestro padre, que “ascender en el corazón de uno lo
pone a uno en el valle de lágrimas”. ¿Y por qué gritó Dios a
través de Isaías Su profeta, diciendo: “Llevaos vuestros malos
pensamientos de delante de Mis ojos? ¿Y por qué propósito
dijo Salomón: “Con todo lo que guardas, guarda tu corazón”?
como que Dios vive, ante Cuya Presencia comparece mi
alma, todo se dice contra los malos pensamientos donde el
pecado se comete, ya que sin pensar no es posible pecar.
Ahora decidme, cuando el labrador planta la viña, ¿pone las
plantas muy profundas? Seguramente sí. Igual hace Satanás,
quien al plantar el pecado no se queda en el ojo o la oreja,
sino que pasa al corazón, el cual es la morada de Dios. Como
Él dijo a través de Moisés Su siervo: “Yo viviré en ellos, para
que ellos puedan caminar en Mi Ley”. Ahora decidme, si el
rey Herodes os diese a cuidar una casa en la cual él desease
vivir, ¿permitirías a Pilato, su enemigo, entrar allí o poner allí
a sus dioses? Ciertamente no. Entonces, cuánto menos
deberíais dejar a Satanás entrar en vuestro corazón, o poner
allí sus pensamientos; viendo que nuestro Dios os ha dado en
cuidado vuestro corazón, el cual es Su morada. Observad, por
lo tanto, que el banquero se considera el dinero, si la imagen
del César es correcta, si la plata es buena o falsa, y si tiene el
peso debido: por lo tanto él lo multiplicará mucho en su
mano. ¡Ah, mundo loco! qué prudente eres en tu negocio,
tanto que el Ultimo Día reprobarás y juzgará a los siervos de
Dios por negligencia y descuido. Ya que sin duda tus siervos
son más prudentes que los siervos de Dios. Decidme ahora,
¿quién es el que examina un pensamiento como el banquero
a una moneda de plata? Seguramente nadie”.

75

Entonces dijo Santiago: “Oh maestro, ¿cómo es el examen de


un pensamiento como (el de) una moneda?”. Jesús respondió:
“La buena plata en el pensamiento es la piedad, ya que todo
pensamiento impío viene del Demonio. La imagen correcta
es el ejemplo de los santos y causa toda debería hacerse. Por
eso el enemigo traerá allí pensamientos impíos contra
vuestro amor terrenal para corromper el amor a Dios”.

Bartolomé contestó: “oh maestro, ¿qué deberíamos hacer


para pensar poco, para que no caigamos en tentación?”. Jesús
respondió: “Dos cosas son necesarias para vosotros. La
primera es ejercitaros mucho, y la segunda es hablar poco: ya
que la ociosidad es una palangana donde se recoge todo
pensamiento impuro, y demasiado hablar es una esponja que
absorbe las iniquidades. Es por lo tanto, necesario no sólo que
vuestro trabajo mantenga ocupado al cuerpo sino también
que el alma esté ocupada con la oración, ya que ella necesita
rezar sin cesar jamás.

Os pongo un ejemplo: Hubo un hombre que pagaba mal, por


lo que nadie que lo conociera iría a labrar sus campos. Por lo
tanto él, como hombre malvado, dijo: “iré al mercado a
encontrar ociosos que no hacer nada, y por lo tanto vendrán
a labrar mis viñedos”. Este hombre salió de su casa, y
encontró a muchos extraños que estaban parados
ociosamente, no tenían dinero. A ellos les habló para que sus
manos fueran allí. Él es Satanás, el que paga mal; ya que él ha
salido del paraíso, y va en búsqueda de trabajadores.
Ciertamente él pone a trabajar para él a aquellos que están
parados ociosamente, quienes ellos sean, pero muchos más
aquellos que no lo conocen. No es de ninguna manera
prudente para nadie conocer el mal para escapar de él, sino
que conviene trabajar en el bien para vencerlo.
76

Os pongo un ejemplo. Hubo un hombre que tenía tres viñas,


las cuales encargó a tres trabajadores. Como el primero no
sabía cómo cultivar la viña, ésta sólo produjo hojas. El
segundo enseñó al tercero cómo deben ser cultivadas las
viñas; y éste escuchó excelentemente sus palabras, y el
cultivó la suya, como el otro le dijo, tanto que la viña del
tercero produjo mucho.

Pero el segundo dejó su viña sin cultivar, gastando su tiempo


solamente en hablar. Cuando llegó el tiempo para pagar la
renta al dueño de la viña, el primero dijo: “Señor, yo no sé
cómo debía ser cultivada tu viña; por lo tanto no he recibido
ningún fruto este año”. El dueño respondió: “Oh tonto, ¿vives
acaso solo en el mundo, que no pudiste pedir consejo a mi
segundo trabajador, el cual sabe bien cómo cultivar la tierra?
Cierto es que tú me pagarás”. Y habiendo dicho esto él lo
condenó a trabajar en prisión hasta que le pagara a su amo; el
cual movido a la piedad por su simplicidad, lo liberó
diciendo: “Vete, ya que yo no deseo que trabajes más en mi
viña; es suficiente para ti que te perdone la deuda”.

El segundo vino, al cual dijo el dueño:”¡Bienvenido, mi


experto en viñas!, ¿Dónde están los frutos que me debes?
Seguramente, ya que tú sabes bien cómo podar las viñas, el
viñedo que te encargué debe haber dado mucho fruto”. El
segundo respondió: ¡Oh Señor!, tu viñedo está atrasado
porque yo no podé los tallos ni labré la tierra; y el viñedo no
ha dado fruto, así que yo no puedo pagarte”. Entonces el
dueño llamó al tercer y admirado dijo: “Tú me dijiste que
este hombre, a quien encargué la segunda viña, te enseñó
perfectamente a cultivar el viñedo que te encargué. ¿Cómo
puede ser entonces que el viñedo que le encargué a él no
haya dado fruto, viendo que todo es el mismo suelo?

El tercero contestó: “Señor, las viñas no se cultivan solamente


hablando, sino que necesitan que el que las cultiva deba
sudar una camisa todos los días si quiere que se produzca su
fruto. ¿Y cómo ha de dar frutos el viñedo de tu trabajador, oh
Señor, si él no hace sino perder el tiempo hablando? Seguro
es, oh señor, que si él hubiese puesto en práctica sus propias
palabras, mientras que yo, que no puedo hablar tanto, te he
dado la renta de dos años, él te habría dado la rente del
viñedo para cinco años.

El dueño se enojó, y le dijo con burla al trabajador: “Y así tú


has hecho una gran recompensa!”. Y habiendo llamado a sus
sirvientes lo mandó golpear sin misericordia. Y entonces él lo
puso en prisión bajo la vigilancia de un cruel siervo que lo
golpeaba todos los días, y nunca quiso dejarlo en libertad a
pesar de las peticiones de sus amigos.

77

En verdad os digo que en el Día del Juicio muchos dirán a


Dios: “Señor, hemos predicado y enseñado según Tu Ley”.
Contra ellos incluso las piedras gritarán, diciendo: “Cuando
predicabais a otros, con vuestra propia lengua os
condenasteis a vosotros mismos, oh inicuos”. “Como que
Dios vive”. Dijo Jesús, “aquel que conoce la verdad y actúa
contrariamente a ella será castigado con un pena tan grave
que Satanás casi tendrá compasión de él. Decidme, todo
conocimiento tiene como n la sabiduría de actual según
todo lo que se sabe.

Decidme, si uno estuviera sentado ante una mesa y con sus


ojos viese carnes deliciosas pero con sus manos escogiese
cosas impuras y las comiese, ¿no estaría loco ése? “Si,
seguramente”, dijeron los discípulos. Entonces dijo Jesús: “Oh
loco más allá de toda locura eres tú, oh hombre, que con tu
entendimiento conoces el cielo, pero con tus manos escoges
la tierra; con tu entendimiento conoces a Dios pero con tu
afecto deseas el mundo; con tu entendimiento conoces el
Paraíso, pero con tus obras escoges las miserias del In erno.
¡Valiente soldado, que deja la espada y lleva la bayoneta para
pelear! Ahora, ¿no sabéis que el que camina de noche desea
luz, no sólo para ver la luz, sino más bien para ver el buen
camino para poder llegar a salvo a la posada? ¡Oh mundo
miserable, mil veces despreciado y aborrecido!, ya que
nuestro Dios por Sus santos profetas siempre ha querido
concederle que conozca el camino para ir a Su país y su
descanso; pero tú, malvado, no sólo no deseas ir, sino que lo
que es peor, has despreciado la luz. Verdadero es el proverbio
del camello, que no le gusta el agua clara para beber, ya que
no desea ver su propia cara fea. Así hace el in el que obra
mal; ya que él odia la luz por la cual sus malas obras pueden
ser conocidas. Pero el que recibe sabiduría, y no sólo no actúa
bien, sino que m lo que es peor, la emplea para el mal, es
como el que usa los dones como instrumentos para matar al
donante.

78

Verdaderamente os digo, que Dios no tuvo compasión de la


caída de Satanás, sino que Él tuvo compasión de la caída de
Adán. Y que sea su ciente para vosotros conocer la infeliz
condición del que conoce el bien y hace el mal”.

Entonces dijo Andrés: “Oh maestro, es un cosa buena dejar el


aprendizaje a un lado, para no caer en esa condición”. Jesús
contestó: “Si el mundo es bueno sin el sol, el hombre sin ojos,
y el alma sin entendimiento, entonces es bueno no saber.
Verdaderamente os digo, que el pan no es tan bueno para la
vida temporal como lo es el conocimiento para la vida
eterna. ¿No sabéis que aprender es un precepto de Dios?, ya
que así dijo Dios: “Pregunta a tus mayores, y ellos te
enseñarán”. Y de la Ley dijo Dios: “Mira que Mi precepto esté
ante tus ojos y cuando estés sentado y cuando camines y en
todo tiempo medita acerca de ello”. Si, entonces, es bueno no
aprender, ahora lo sabéis. ¡Oh infeliz aquel que desprecia la
sabiduría!, ya que él está seguro de perder la vida eterna”.

Santiago contestó: “Oh, maestro, nosotros sabemos que Job


no aprendió de ningún maestro, ni Abraham, no obstante
ellos llegaron a ser santos y profetas”. Jesús respondió:
“Verdaderamente os digo, que el que pertenece a la casa del
novio no necesita ser invitado a la boda, ya que él vive en la
casa donde se lleva a cabo la boda, sino más bien los que están
lejos de la casa. Ahora, ¿no sabéis que los profetas de Dios
están en la casa de la Gracia y Misericordia de Dios?, así que
ellos tienen la Ley de Dios mani esta en ellos; como dijo
David nuestro padre sobre este tema: “la Ley de su Dios está
en su corazón; por lo tanto su camino no será cavado”.
Verdaderamente os digo que nuestro Dios al crear al hombre
no solamente lo creó bueno y justo sino que le insertó en el
corazón una luz que debería mostrarle lo que es adecuado
para servir a Dios. Por lo tanto, aun cuando esta luz se
oscurezca después del pecado, sin embargo no está
extinguida, ya que toda nación tiene este deseo de servir a
Dios, aunque ellos hayan perdido a Dios de vista y adoren a
dioses falsos y mentirosos. Por lo tanto es necesario que el
hombre sea enseñado por lo profetas de Dios, para tener
clara la luz que muestre el camino para ir al Paraíso, nuestra
patria, sirviendo bien a Dios: Tal como es necesario que el
que tiene sus ojos enfermos sea guiado y ayudado”.

79

Santiago respondió: “¿Y cómo van a enseñarnos los profetas


si están muertos; y cómo va a ser enseñado el que no tiene
conocimiento de los profetas?”. Jesús contestó: “la doctrina e
ellos está escrita, así que debería ser estudiada, ya que la
escritura es para ti como un profeta. Verdaderamente,
verdaderamente, os digo que el que desprecia a la profecía no
solo desprecia al profeta, sino que también desprecia a Dios
que envió al profeta. Pero en cuanto a los que no conocen al
profeta, como son las naciones, yo os digo que si viviere en
esas regiones algún hombre que viva como su corazón le
enseñe, sin hacer a los demás lo que él no quisiera recibir de
los demás, y dando a su vecino lo que él quisiese recibir de
otros, ese hombre no serpa abandonado por la Misericordia
de Dios. Entonces, a su muerte, si no antes, Dios le mostrará y
le dará Su Ley con misericordia. ¿Acaso pensáis que Dios dio
la Ley por amor a la Ley? Seguramente esto no es cierto, sino
más bien es que Dios dio Su Ley para que el hombre pudiese
obrar al bien por amor a Dios. Y así si Dios encontrase a un
hombre que por amor a El obrase el bien, ¿acaso lo
despreciará? No, seguramente, sino que más bien El lo amará
más que a aquellos a quienes El dio la Ley.

Os digo como ejemplo: hubo un hombre que tenía grandes


posesiones; y en su territorio él tenía tierra desierta que solo
producía cosas infructuosas. Y así, cuando caminaba un día
por ese desierto, él halló entre esas plantas estériles un planta
que tenía frutas deliciosas. Entonces este hombre dijo:
¿”Cómo produce aquí esta planta estas frutas tan deliciosas?
Ciertamente no quiero que sea cortada para ser quemada con
las demás”. Y habiendo llamado a sus sirvientes los hizo que
cavasen para sacarla y plantarla en su jardín. Así será, os digo,
como nuestro Dios salvará de las llamas del In erno a
aquellos que actúen con rectitud, dondequiera que ellos
estén.

80

Decidme, ¿dónde vivió Job sino en Uz, entre idólatras? Y


acerca del tiempo del Diluvio, ¿Qué escribió Moisés?
Decidme. Él dijo: “Noé verdaderamente halló gracia ante
Dios”. Nuestro padre Abraham tenía un padre sin fe, ya que
éste hacía y adoraba falsos ídolos. Lot vivió entre los hombre
más malvados de la Tierra. Daniel, siendo niño, con Ananás,
Azarías y Misael, fueron llevados cautivos por
Nabucodonosor de tal manera que ellos apenas tenían cinco
años cuando fueron llevados; y ellos fueron criados entre la
multitud de siervos idólatras. Como que Dios vive, tal como
el fuego quema las cosas secas y las convierte en fuego, sin
hacer diferencia entre olivo o ciprés o palma, así nuestro
Dios tendrá misericordia de todo el que actúe con rectitud,
sin diferenciar entre judíos, escritas, griegos o ismaelitas.
Pero que vuestro corazón no se detenga allí, oh Santiago, ya
que donde Dios envió al profeta es necesario negar
enteramente tu propio juicio y seguir al profeta, y no decir:
“Por qué dice él así?, ¿Por qué prohíbe y ordena así?. Sino
decid: “Así lo quiere Dios. Así lo ordena Dios”. Ahora, ¿qué
dijo Dios a Moisés cuando los israelitas despreciaron a
Moisés? Él dijo: “Ellos no te han despreciado, sino que Me
han despreciado a Mi”.

Verdaderamente os digo, que el hombre debería pasar todo el


tiempo de su vida no en aprender cómo hablar o leer, sino
cómo obrar bien. Ahora decidme, ¿quién es aquel sirviente
de Herodes que no estudiaría como complacerlo sirviéndole
con toda diligencia? ¡Ay del mundo, que estudia sólo para
complacer a un cuerpo que es barro y estiércol, y no estudia
sino que olvida, el servicio a Dios, Quien hizo todas las cosas,
El Cual es Bendito eternamente!.

81

Decidme, ¿hubiera sido un gran pecado de los sacerdotes si,


cuando ellos cargaban el Arca del Testimonio de Dios la
hubieron dejado caer al suelo?. Los discípulos temblaron al
oír esto, ya que ellos sabían que Dios mató a Uzzah por haber
tocado el Arca de Dios sin derecho. Y ellos dijeron:
“Gravísimo hubiera sido ese pecado”. Entonces dijo Jesús:
“como que Dios vive, es un pecado aún mayor olvidar la
Palabra de Dios, con la cual El hizo todas las cosas, por medio
de la cual Él te ofrece vida eterna”. Y habiendo dicho esto
Jesús hizo oración; y después de su oración él dijo: “Mañana
tendremos que pasar a Samaria, pues así me lo ha dicho el
santo ángel de Dios”.

Temprano en la mañana de un cierto día, Jesús llegó cerca


del pozo de Jacob e hizo que dio a José su hijo. Entonces
Jesús, cansado del viaje, envió a sus discípulos a la ciudad a
que compraran comida. Y entonces él se sentó junto al pozo,
sobre la piedra del pozo. Y he aquí que una mujer de Samaria
vino al pozo para sacar agua. Jesús le dijo a la mujer: “Dame
de beber”. La mujer contestó: “¿Cómo?, ¿no te da vergüenza
que tú, siendo hebreo, me pidas que te dé de beber, siendo yo
una samaritana?”.

Jesús respondió;” Oh mujer, si tu supiese quien es el que te


pide bebida, quizás tú le habrías pedido a él que te de beber”.
La mujer respondió: “¿Pero cómo podrías tú darme de beber,
si tú no tienes recipiente para sacar el agua , ni cuerda, y el
pozo es profundo?”.

Jesús contestó: “Oh mujer, el que bebe del agua de este pozo,
la sed regresa a él, pero quien beba del agua que yo doy, no
tendrá sed otra vez, sino que a quienes tienen sed y se la dan a
que beban, ellos vendrán a la vida eterna”.

Entonces dijo la mujer: “Oh, señor, dame de esa agua tuya”.

Jesús respondió: “Ve y llama a tu esposo y a vosotros dos os


daré de beber”. Dijo la mujer: “No tengo esposo”.

Jesús contestó: “Bien has dicho tú la verdad, ya que tú has


tenido cinco esposos, y el que ahora tienes no es tu esposo”.

La mujer se confundió al escuchar esto, y dijo: “Señor, por


esto me doy cuenta de que tú eres un profeta; por lo tanto
dime, te ruego; los hebreos hacen oración sobre el monte
Sión en el templo construido por Salomón en Jerusalén, y
dicen que allí y en ninguna otra parte los hombres hallan la
Gracia y la Misericordia de Dios. Y nuestras gentes adoran en
estas montañas, y dicen que sólo sobre las montañas de
Samaria debe hacerse la adoración. ¿Quiénes son los
verdaderos adoradores?”

82

Entonces Jesús suspiró y lloró diciendo: “¡Ay de ti, Judea!,


porque te glori cas diciendo: “El Templo del Señor, el
Templo del Señor”, pero vives como si no hubiera Dios;
entregada por completo a los placeres y ganancias del
mundo; ya que esta mujer en el Día de Juicio te condenará al
In erno; ya que esta mujer busca conocer cómo hallar
Gracia y Misericordia ante Dios”. Y volviéndose hacia la
mujer él dijo: “Oh, mujer vosotros lo samaritanos adoráis a lo
que no conocéis, pero nosotros lo hebreos adoramos a lo que
conocemos. Verdaderamente, te digo, que Dios es espíritu y
verdad, y así e espíritu y verdad debe El ser adorado; ya que
la promesa de Dios fue hecha en Jerusalén, en el Templo de
Salomón, y no en otra parte. Pero créeme, vendrá un tiempo
en que Dios dará Su Misericordia a otra ciudad, y en todo
lugar será posible adorarlo en verdad. Y Dios en todo lugar
aceptará con misericordia la oración verdadera.

La mujer respondió: “nosotros esperaremos al Mesías;


cuando él venga él nos enseñará”. Jesús respondió: “Sí Señor”.

Entonces Jesús se alegró, y dijo: “Por lo que he visto hasta


ahora, oh mujer, tú eres el debes saber, por lo tanto es
necesario que tú conozcas la llegada del Mesías”. Jesús
respondió: “Yo fui enviado, ciertamente, a la casa de Israel
como un profeta de salvación; pero después de mi vendrá el
Mesías, enviado de Dios a todo el mundo; para quien Dios
hizo el mundo. Y entonces en todo el mundo Dios sera
adorado, y se recibirá la Misericordia, tanto que el año del
Jubileo, que ahora llega cada 100 años, será reducido por el
Mesías a cada año en todo lugar”. Entonces la mujer dejó el
pozo y corrió a la ciudad a anunciar tolo lo que ella había
oído hablar a Jesús.

83

Mientras la mujer estaba hablando con Jesús vinieron los


discípulos, y se asombraron de que Jesús estuviera hablando
así con un mujer. Sin embargo ninguno le dijo: ¿”Por qué
hablas así con una mujer samaritana?”. Entonces, cuando la
mujer partió, ellos dijeron: “Maestro, ven y come”. Jesús
contestó: “Debo comer otro alimento”. Entonces dijeron los
discípulos unos a otros: “Quizás alguien que pasaba ha
hablado con Jesús y fue a encontrarle alimento”. Y ellos le
preguntaron al que escribe esto, diciendo: ¿”Ha habido
alguien aquí, oh Bernabé, que pueda haberle traído comida al
maestro?”. Entonces respondió el que escribe: “No ha habido
aquí nadie más que la mujer a quien visteis, la cual trajo esta
vasija vacía para llenarla de agua”. Entonces Jesús dijo:
Vosotros no sabéis que el verdadero alimento es hacer la
Voluntad de Dios; porque no es el pan lo que sostiene al
hombre y le da vida, sino más bien la Palabra de Dios, por Su
Voluntad. Y así por esta razón los santos ángeles no comen,
sino que viven nutridos solamente por la Voluntad de Dios. Y
así nosotros, Moisés y Elías, y otro todavía, han estado
cuarenta días y cuarenta noches sin alimento alguno”.

Y levanto la vista, Jesús dijo: ¿”Cuánto falta para la cosecha?”.


Los discípulos respondieron: “Tres meses”. Jesús dijo: “Mirad
ahora, cómo la montaña está blanca de grano, en verdad os
digo, que hoy hay gran cosecha para ser recogida”. Y
entonces él apuntó hacia la multitud que había venido a
verlo; ya que la mujer habiendo entrado a la ciudad movió a
toda la ciudad, diciendo: “Oh hombres, venid a ver a un
nuevo profeta enviado por Dios a la casa de Israel”; y ella les
relató todo lo que había escuchado decir a Jesús. Cuando ellos
llegaron allí le rogaron a Jesús que se quedara con ellos; y él
entró a la ciudad y permaneció allí dos días, curando a todos
los enfermos y enseñando acerca del reino de Dios.

Entonces dijeron los ciudadanos a la mujer: “creemos más en


sus palabras y milagros que en lo que dijiste tú; ya que él es
ciertamente un santo de Dios, un profeta enviado para la
salvación de quienes crean el él”. Después de la oración del
mediodía los discípulos se acercaron a Jesús, y él les dijo:
“Esta noche será en el tiempo del Mesías, mensajero de Dios,
el Jubileo cada año – el cual viene ahora cada 100 años. Por lo
tanto yo no deseo que durmamos, sino que oremos,
inclinando la cabeza 100 veces, haciendo reverencia a
nuestro Dios, Poderoso y Misericordioso, el Cual es Bendito
por siempre, y entonces, cada vez digamos: “con eso que Tú,
Dios, nuestro, eres único, que Tú no tuviste principio, ni n
jamás; ya que por Tu Misericordia Tú dijiste a todas las cosas
su principio, y por Tu Justicia Tú darás a todo un n.
Con eso que Tú no tienes semejantes entre los hombres,
porque en Tu in nita Bondad Tú no estás sujeto al
movimiento ni a cambio alguno. Ten misericordia de
nosotros, ya que Tú nos creaste y nosotros somos las obras de
Tus Manos”.

84

Habiendo hecho la oración, Jesús dijo: “Demos gracias a Dios


porque Él nos ha dado gran Misericordia esta noche; ya que
Él ha hecho regresar el tiempo esta noche y nosotros hemos
hecho oración en compañía del Mensajero de Dios. Y yo
escuché su voz”. Los discípulos se alegraron mucho al
escuchar esto, y dijeron: “Maestro, enséñanos algunos
preceptos esta noche”.

Entonces dijo Jesús: ¿”Alguna vez habéis visto estiércol


mezclado con perfume?”. Ellos respondieron:” No, Señor ya
que nadie está tan loco como para hacer tal cosa”. “Ahora os
digo que hay en el mundo. Tanto que muchos de vida
intachable han sido engañados por Satanás, y mientras rezan
han mezclado con sus oraciones asuntos mundanos. Por lo
que ellos se han vuelto en esos momentos abominables ante
la vista de Dios. Decidme, cuando os preparáis para la
oración, ¿tenéis cuidado de que ninguna cosa impura os
toque? Sí, seguro. ¿Pero qué hacéis cuándo estáis rezando? Os
laváis el alma de los pecados a través de la Misericordia de
Dios. ¿Desearíais entonces, mientras estáis haciendo oración,
hablar de cosas mundanas?

Tened cuidado de no hacer eso, ya que cada palabra


mundana vuelve estiércol del Demonio sobre el alma del que
habla”. Entonces temblaron los discípulos, ya que él habló
con vehemencia de espíritu; y ellos dijeron: “Oh maestro,
¿qué haremos si cuando estamos haciendo oración un amigo
viene a hablar con nosotros?”. Jesús respondió: “Dejadlo que
espere y terminad la oración”.

Dijo Bartolomé: ¿”Pero qué pasará si él se ofende y se va


cuando vea que no hablamos con él?”. Jesús respondió: “Si él
se ofende, creedme que él no será un amigo vuestro ni un
creyente, sino más bien un in el y un compañero de Satanás.
Decidme, si fuerais a hablar con el paje de Herodes, y lo
hallaseis hablándole a Herodes en el oído, ¿os ofenderíais si él
no os responde? ¿Verdad que no, es esto cierto?. Los
discípulos respondieron: “Es ciertísimo”.

Entonces dijo Jesús: “Verdaderamente os digo, que todo el


que reza habla con Dios. ¿Es entonces correcto que dejéis de
hablar con Dios para hablar con el hombre? ¿Es correcto que
vuestro amigo se ofenda cuando lo hagáis esperar?, él es un
buen siervo del Demonio ya que esto desea el Demonio, que
Dios sea olvidado y abandonado por el hombre. Como que
Dios vive, en toda buena obra el que tema a Dios debe
separarse de las obras del mundo, para no corromper y
contaminar la buena obra.”

85

“Cuando un hombre obra mal o habla mal, si uno va a


corregirlo y a evitar esa obra, ¿Qué hace ése?”, dijo Jesús. Los
discípulos respondieron: “El hace bien, ya que él sirve a Dios,
el Cual siempre procura evitar el mal, así como el sol que
siempre busca ahuyentar las tinieblas”. Dijo Jesús: “Y yo os
digo al contrario que cuando uno obra bien o habla bien,
quienquiera que busque obstaculizarlo, bajo el pretexto de
algo que no sea mejor, él sirve al Demonio. ¡Qué va!, él se
vuelve compañero, ya que el Demonio no atiende sino a
impedir toda cosa buena. Pero ¿qué os diré ahora? Os diré tal
como dijo Salomón el profeta, santo y amigo de Dios: “De
mil que conozcas, uno es tu amigo”.

Entonces dijo Mateo: “Entonces no seremos capaces de amar


a nadie”. Jesús respondió: ” en verdad os digo que no es lícito
para vosotros odiar a cualquier cosa excepto el pecado; tanto
que ni siquiera podáis odiar a Satanás como criatura de Dios,
y todo lo que Dios creó es bueno y perfecto. Por lo tanto el
que odie a la criatura también odia al Creador. Pero el amigo
es una cosa singular, que no se halla fácilmente, pero se
pierde fácilmente. Como el amigo no soportará la
contradicción contra aquel a quien él ama supremamente;
cuidaos, sed cautelosos, y no escojáis como amigo a uno que
no ama a quien vosotros amáis.

¿Sabéis vosotros lo que signi ca amigo? Amigo no signi ca


otra cosa sino un médico del alma. Y así, tal como uno
raramente encuentra un buen médico que conozca las
enfermedades y entienda cómo aplicarles las medicinas a
ellas, así también son escasos los amigos que conocen las
fallas y saben cómo guiar hacia el bien. Pero aquí hay un mal:
Que hay muchos que tienen amigos que no se dignan ver las
faltas de su amigo; otros los excusan; otros los de enden bajo
pretextos terrenales; y lo que es peor, hay amigos que invitan
y ayudan a su amigo a errar, cuyo n será como su villanía,
cuidaos de no recibir a esos hombre como amigos, ya que en
verdad ellos son enemigos y asesinos del alma.

86

Que tu amigo sea tal que así como desea corregirte, así pueda
él recibir corrección; y tal como él desea que dejes todas las
cosas por el amor a Dios, así le contente también que lo
abandones por el servicio a Dios. Pero decidme, si un
hombre no sabe cómo amar a Dios, ¿Cómo va él a saber cómo
amarse a sí mismo?, ¿Y cómo sabrá él amar a los demás, sin
saber amarse a sí mismo? Seguramente esto es imposible. Por
lo tanto cuando quieras escoger a alguien como amigo, ya
que verdaderamente es supremamente pobre el que no tiene
ningún amigo, fíjate en considerar primero, no su buen
linaje, ni su buena familia, ni su casa rica, ni su ropa na, ni
su apariencia agradable, ni sus palabras bonitas, ya que tú
serás fácilmente engañado; sino que mira cómo teme él a
Dios, cómo desprecia las cosas mundanas, cómo ama las
buenas obras, y sobre todo, como odia él su propia carne, y
así encontrarás tú fácilmente al verdadero amigo: si él sobre
todas las cosas teme a Dios, y desprecia las vanidades del
mundo, si él siempre está ocupado en buenas obras, y odia a
su propio cuerpo como a un cruel enemigo. Ni tampoco
debes amar a ese amigo de tal manera que tu amor quede en
él, pues así serías un idólatra. Pero ámalo como un regalo que
Dios te ha dado, ya que así Dios lo adornará con mayor favor.
En verdad os digo, que quien haya encontrado un verdadero
amigo ha encontrado una de las delicias del Paraíso. ¡No!, esa
es la llave del Paraíso”.

Tadeo contestó: “Pero maestro, y si sucediera que un hombre


tenga un amigo que no sea tal como tú dijiste, ¿qué deba
hacer él? ¿Debe el abandonarlo?”. Jesús respondió: “Él debe
hacer como hace el marinero con el barco, que lo navega en
tanto que se da cuenta de que es provechoso, pero cuando él
ve que es una pérdida lo abandona. Así deberás tú hacer con
el amigo que es peor que tú, en las cosas de él en que él sea
una ofensa para ti, déjalo si no quieres que Misericordia de
Dios te deje a ti.

87

¡Ay del mundo debido a las ofensas! Debe ser que la ofensa
venga, porque todo el mundo yace en maldad. Pero aun así,
¡ay del hombre a través del cual viene una ofensa! Sería
mejor para el hombre que él tuviera una piedra de molino
alrededor de su cuello y que fuera sumido en las
profundidades del mal antes que él ofenda a su prójimo. Si tu
ojo es una causa de pecado para ti, sácatelo; ya que es mejor
que entres al Paraíso con un solo ojo a que entres con los dos
en el In erno. Si tu mano o tu pie te ofenden, haz
similarmente; ya que es mejor que entres al Reino de los
Cielos con un pie o una mano, que ir con dos manos y dos
pies al infierno”.

Dijo Simón, llamado Pedro: “Señor, ¿cómo he de hacer esto?


Cierto es que en poco tiempo estaría yo desmembrado”. Jesús
respondió. “Oh, Pedro, aleja la prudencia material e
inmediatamente hallarás la verdad. Ya que el que te enseña es
tu ojo, y el que te ayuda a trabajar es tu pie, y el que te
suministra todo es tu mano. Por lo tanto cuando esos sean
para ti una ocasión de pecado déjalo; ya que es mejor para ti
entrar al Paraíso ignorante, con pocas obras y pobre que
entrar al Infierno sabio, con grandes obras y rico. Todo lo que
pueda impedirte servir a Dios, arrójalo lejos de ti como un
hombre se deshace de todo lo que le estorba la vista”.

Y habiendo dicho esto, Jesús llamo a Pedro para que se


acerara a él, y le dijo: “Si tu hermano peca contra ti, ve y
corrígelo. Si él se enmienda, alégrate, porque tú has ganado a
tu hermano; pero si él no se corrige ve y convoca a dos
testigos y repréndelo de nuevo; y si él no se enmienda, ve y
díselo a la congregación; y si él entonces no se corrige,
considéralo un in el, y entonces tú no debes vivir bajo el
mismo techo que él, no comerás ante la misma mesa a la que
él se siente, ni beberás con él; tanto así que cuando sepas
dónde pisó él al caminar tú no deberás poner allí tu pie.

88

Pero cuídate de no considerarte superior; sino deberás decir


así: “¡Pedro, Pedro!, si Dios no te ayudase con Su Gracia tú
sería peor que él”. Pedro contestó: ¿”Cómo debo corregirlo?”.
Jesús respondió: “De la manera en que a ti mismo te gustaría
ser corregido. Y como quisieras ser tratado, trata así a los
demás. Creedme, Pedro, ya que en verdad yo te digo que cada
vez que corrijas a tu hermano con misericordia tú recibirás
misericordia de Dios, y tus palabras darán algún fruto; pero
si tú lo haces con rigor, tú serás rigurosamente castigado por
la Justicia de Dios, y ello no fructi cará. Dime, Pedro: esas
ollas de barro donde los pobres cocinan sus comidas, ¿acaso
las lavan ellos con piedras y martillos de hierro? Seguro que
no; sino más bien con agua caliente. Los recipientes se
rompen en pedazos con el hierro, las cosas de madera se
queman con el fuego; pero el hombre se corrige con
misericordia. Entonces, cuando corrijas a tu hermano dite a ti
mismo: “Si Dios no me ayuda, yo haré mañana peor que todo
lo que él ha hecho hoy”.

Pedro contestó: “¿Cuántas veces debo perdonar a mi


hermano, oh maestro?”. Jesús respondió: “Tantas como tu
quisieras ser perdonado por él. Dijo Pedro: “¿Siete veces al
día?”. Jesús contestó: “No sólo siete, sino setenta veces siete tú
lo perdonarás cada día; porque el que perdona será
perdonado, y el que condena será condenado”.

Entonces dijo el que escribe esto:<<! Ay de los príncipes,


porque ellos irán al in erno !>>. Jesús lo reprobó, diciendo:
<<Tú te has vuelto loco, oh Bernabé, al haber hablado así. En
verdad te digo, que el baño no es tan necesario para el
cuerpo, ni la rienda para el caballo, ni el timón para el barco,
como el príncipe es necesario para el estado. ¿Y por qué
causa dio Dios autoridad a Moisés, Josué, Samuel, David y,
Salomón, así como a tantos otros que juzgaron?

Entonces dijo el que escribe esto:<<Pero, ¿Cómo ha de


juzgarse, condenando y perdonando?>>. Jesús respondió: <<
No todos son jueces: puesto que sólo al juez le corresponde
condenar a otros, oh Bernabé. Y el juez debe condenar al
culpable, así como el padre ordena que le sea amputado su
hijo un miembro gangrenado, para que todo el cuerpo no se
vuelva podrido>>.

89
Dijo Pedro:<< Cuánto debo esperar a mi hermano para que se
arrepienta?>>. Jesús contestó:<<Tanto como tú quisieras que
se te esperara>>. Pedro respondió:<<Nadie entenderá esto;
por lo tanto háblanos más sencillamente>>. Jesús contestó:
<<Espera a tu hermano tanto como Dios lo espera>>.
<<Tampoco entenderán ellos esto>>, dijo Pedro. Jesús
respondió:<<Espéralo de manera tal que tenga tiempo de
arrepentirse>>.

Entonces Pedro se entristeció, y los demás también, porque


no entendían el signi cado. Entonces Jesús contestó:<<Si
vosotros tuvieseis razonamiento sano, y supierais que
vosotros mismos sois pecadores, nunca pensaríais en cortar la
misericordia de vuestro corazón para el pecador. Y así os digo
llanamente, que el pecador debe ser esperado para que se
pueda arrepentir, tanto como en tanto que él tenga un alma
que alentar atrás de sus dientes; ya que así lo espera nuestro
Dios, el Poderoso y Misericordioso. Dios no dijo:” En ese
momento en que el pecador ayune, de limosnas, haga
oración, y vaya de peregrinación, Yo lo perdonaré”. Por lo
tanto muchos han cumplido esto, y están eternamente
condenados. Pero Él dijo:” El momento en que el pecador
lamente sus pecados, Yo por Mi parte no recordaré más sus
iniquidades”. ¿Entendéis?>>, dijo Jesús. Los discípulos
respondieron:<< Parte entendemos, y parte no>>.

Dijo Jesús:<< ¿Cuál es la parte que no entendéis?>>. Ellos


contestaron:<< Que muchos que han hecho oración con
ayuno están condenados>>. Entonces dijo Jesús:<<
Verdaderamente os digo, que los hipócritas y los gentiles
hacen más oraciones, más caridades, y más ayuno que los
amigos de Dios. Pero como ellos no tienen fe, ellos no son
capaces de arrepentirse por amor a Dios, y así ellos están
condenados>>.

Entonces dijo Juan:<< Enséñanos, por amor, acerca de la fe>>.


Jesús contestó:<< Es hora de que hagamos la oración de la
aurora>>. Así que ellos se levantaron, y habiéndose lavado
hicieron oración a nuestro Dios, quien es Bendito por
siempre.

90

Cuando la oración fue efectuada, sus discípulos se acercaron


otra vez a Jesús, y él abrió la boca y dijo:<< Acércate, Juan,
porque hoy te hablaré de lo que has preguntado. La fe es un
sello con el cual Dios sella a sus elegidos: sello que EL dio a
Su Mensajero antes que a todas las cosas, le dio antes que
todo lo demás la fe, lo cual es como si fuera a semejanza de
Dios y de todo lo que Dios ha hecho y dicho. Y así el el vé
todas las cosas con la fe, mejor que uno ve con los ojos; ya que
los ojos pueden equivocarse; ¡qué va!, ellos casi siempre se
equivocan; pero la fe nunca se equivoca, ya que ella tiene
como fundamento a Dios y su palabra. Créeme que por la fe
son salvados todos los elegidos de Dios. Y es cierto que sin fe
es imposible para nadie complacer a Dios. Y es cierto que sin
fe es imposible para nadie complacer a Dios. Por ello Satanás
no busca reducir a nada los ayunos y la oración, las caridades
y peregrinaciones!; no!, más bien él incita a los incrédulos a
ellos, ya que a él le da gusto ver que el hombre trabaja sin
paga. Pero él se esfuerza con toda diligencia en reducir la fe a
la nada. Por lo tanto la fe debe ser especialmente cuidada con
diligencia, y el curso más seguro será abandonar el “por qué”,
ya que fue ese “por qué” quien sacó al hombre del paraíso y
cambió a Satanás del ángel más hermoso al demonio más
horrible>>.

Entonces dijo Juan:<<Pero, ¿cómo hemos de abandonar el


“por qué”, siendo que es la puerta del conocimiento?>>. Jesús
respondió:<<No, más bien el “por qué”, es la puerta del
infierno>>.

Entonces Juan se quedó callado, cuando Jesús añadió:


<<Cuando tú sabes que Dios ha dicho una cosa, quién eres tú,
oh hombre para decir. “¿Por qué has dicho eso oh Dios?, ¿Por
qué has hecho así? ¿Le dice acaso la vasija al alfarero que la
hizo, por qué me hiciste para contener agua y no para
contener perfume?; en verdad os digo: es necesario
fortaleceros a vosotros mismos con esta palabra con contra
tentación, que digáis: Así ha dicho Dios; así ha hecho Dios; así
lo quiere Dios, ya que haciendo así viviréis a salvo.

91

En ese tiempo hubo un gran disturbio en toda Judea por


causa de Jesús, ya que los soldados romanos, por operación
de Satanás, alborotaron a los hebreos, diciendo que Jesús era
Dios que había venido a visitarlos. Por lo tanto se provocó
tanta sedición, que casi para los 40 días toda Judea estaba
armada, de tal manera que se encontraba que el hijo estaba
en contra del padre, y el hermano contra el hermano, ya que
algunos decían que Jesús era Dios venido al mundo; otros
decían, no él es un hijo de Dios; y otros decían: no porque
Dios no tiene similitud humana, y por lo tanto no engendra
hijos; sin que Jesús de Nazaret es un profeta de Dios. Y esto
sucedía por los grandes milagros que Jesús hacía. Por lo tanto,
para calmar a la gente fue necesario que el sumo sacerdote
pasease en procesión vestido con sus túnicas rituales, con el
santo nombre de Dios, el tetragramaton sobre su frente, y de
manera similar desfilaron el gobernador Pilato y Herodes.

Entonces en Mizpeh se reunieron tres ejércitos, cada uno de


200.000 hombres con espadas. Herodes le habló pero ellos
no se calmaron. Entonces hablaron el Gobernador y el sumo
Pontí ce, diciendo; hermanos esta guerra es suscitada por
obra de Satanás, ya que Jesús está vivo, y a él solo tenemos
que recurrir, y pedirle que de testimonio de sí mismo, y
entonces creer en él, de acuerdo a su palabra. Entonces, con
esto se calmaron, todos, acordaron en su corazón creer en lo
que Jesús dijera. Y el gobernador y el sumo sacerdote
ofrecieron grandes recompensas al que viniera a anunciarles
donde podían encontrar a Jesús.
92

En ese tiempo nosotros con Jesús, por orden del Santo ángel,
habíamos ido al Monte Sinaí. Y allí Jesús con sus discípulos
pasó los cuarenta días. Cuando éstos pasaron Jesús se acercó
al río Jordán, para ir a Jerusalén. Y él fue visto por uno de los
que creían que Jesús era Dios. Entonces con gran alegría y
gritando siempre “nuestro Dios viene!, llegando a la ciudad él
movió a la ciudad, pequeños y grandes, para ver a Jesús, tanto
que la ciudad quedó vacía, ya que las ciudades llevaban a los
niños en brazos, y tanto que olvidaron llevar alimentos qué
comer.

Cuando percibieron esto, el gobernador y el sumo sacerdote


cabalgaron y enviaron un mensajero a Herodes, quien de
manera similar cabalgó para encontrar a Jesús, para que la
sedición de las gentes se aplacase. Entonces durante dos días
lo buscaron en el desierto cerca del Jordán, y al tercer día lo
hallaron, cerca de la hora del medio día, cuando él con sus
discípulos se puri caban para la oración, de acuerdo al libro
de Moisés.

Jesús se asombró grandemente, al ver que la multitud de


gente que cubría el terreno, y dijo a sus discípulos: “Quizás
Satanás ha provocado sedición en Judea. Que Dios quiera
quitarle a Satanás el dominio que él tiene sobre los
pecadores”. Y cuando él hubo dicho esto, la multitud se
acercó, y cuando lo reconocieron ellos empezaron a gritar
“Bienvenido seas oh Dios Nuestro”, y empezaron a hacerle
reverencias, como a Dios. Entonces dio un gran lamento y
dijo: “¡Iros de ante mí, oh locos!” ya que temo que la tierra se
abra y me devore con vosotros por vuestras palabras
abominables”. Entonces las gentes se llenaron de temor y
empezaron a llorar.

93

Entonces Jesús, levantando la mano en señal de silencio, dijo:


“Verdaderamente habéis errado grandemente, oh israelitas,
al llamarme a mí -un hombre- vuestro Dios. Y yo temo que
Dios in ija por esto una grave plaga sobre la ciudad santa,
entregándola en esclavitud a extranjeros. ! Oh mil veces sea
maldito Satanás que os ha movido a esto!”. Y habiendo dicho
esto, Jesús se golpeó la cara con ambas manos, y entonces se
levantó un ruido de llanto tal que nadie oír lo que Jesús decía.
Así que una vez más él levantó la mano en señal de silencio, y
habiéndose callado de llorar las gentes, él habló una vez más:
“Yo con eso ante el cielo, y pongo como testigo a todo lo que
habita sobre la Tierra, que soy ajeno a todo lo que habéis
dicho; viendo que yo soy un hombre, nacido de mujer
mortal, sujeto al juicio de Dios, sufriendo las miserias de
comer y dormir, de frío y el calor, como otros hombres. Por
lo tanto cuando Dios, sufriendo las miserias de comer y
dormir, del frío y el calor, como otros hombres. Por lo tanto
cuando Dios venga a juzgar, mis palabras como una espada,
atravesarán a cada uno de quienes crean que yo soy algo más
que un hombre”. Y habiendo dicho esto, Jesús vio una gran
multitud de Jinetes, por lo que se dio cuenta de que venía el
gobernador con Herodes y el sumo sacerdote.

Entonces dijo Jesús; quizá también ellos se han vuelto locos”.


Cuando el gobernador llegó allí, con Herodes y el Sacerdote,
todos desmontaron, y se formaron en círculo alrededor de
Jesús, de manera tal que los soldados no pudieron contener a
las gentes que estaban deseosas de escuchar a Jesús hablando
con el sacerdote. Jesús se acercó al sacerdote con reverencia,
pero este estaba deseoso de inclinarse y adorar a Jesús,
cuando Jesús gritó: “Ten cuidado con lo que haces, sacerdote
del Dios vivo, No peques contra nuestro Dios!”.

El sacerdote respondió “Ahora Judea está tan conmovida por


tus señales y tus enseñanzas que ellos gritan que tú eres Dios;
por lo tanto obligado por el pueblo, vengo aquí con el
gobernador romano y el rey Herodes. Te rogamos por lo
tanto de corazón que tengas a bien eliminar la sedición que
se ha levantado por culpa tuya; pues algunos dicen que tú
eres Dios, algunos dicen que eres hijo de Dios, y algunos
dicen que eres un profeta”.

Jesús respondió: “Y tú oh sumo sacerdote de Dios, ¿por qué


no has aplacado esta sedición? ¿También tú acaso, has
perdido la razón? ¿Han pasado al olvido las profecías con la
Ley de Dios? ¡Oh miserable Judea engañada de Satanás!”.

94

Y habiendo dicho esto, Jesús dijo otra vez: “Yo con eso ante
el cielo, y llamo como testigo a todo lo que vive sobre la
tierra, que yo soy ajeno a todo lo que los hombres han dicho
de mí, o sea, que soy más que un hombre; ya que soy un
hombre, nacido de una mujer, sujeto al juicio de Dios, que
vive aquí como otros hombres, sujeto a las miserias comunes,
como que Dios vive, ante cuya presencia mi alma comparece,
has pecado grandemente, oh sacerdote, al decir lo que has
dicho. Que Dios no quiera traer sobre la ciudad santa gran
venganza por este pecado”.

Entonces dijo el sacerdote: “Que Dios nos perdone, y ruega


así tú por nosotros”. Entonces dijeron el gobernador y
Herodes: “Señor, es imposible que el hombre haga lo que tú
haces; así que no entendemos lo que tú dices”.

Jesús respondió: “Eso que dices es verdad, ya que Dios obra el


bien en el hombre, tal como Satanás obra el mal. Ya que el
hombre es como una tienda, donde quien entra con su
consentimiento trabaja y vende allí. Pero dime, oh
gobernador, y tú, oh rey, vosotros decís esto porque sois
extraños a nuestra Ley; ya que sin leyes es el testamento y
convenio de nuestro Dios veríais que Moisés con una vara
hizo que el agua se convierta en sangre, el polvo en pulgas, el
rocío en tempestad, y la luz en oscuridad. El hizo que las
ranas y los ratones entrasen a Egipto, cubriendo el suelo, él
mató a los primogénitos y abrió el mar, donde ahogó al
Faraón. De estas cosas yo no he obrado ninguna. Y de Moisés,
todos con esan que él es un hombre muerto hasta ahora.
Jesús hizo que el sol se detuviera, y abrió el Jordán, lo cual yo
no he hecho. Y de Josué todos con esan que él actualmente
es un hombre muerto. Elías hizo que el fuego bajara
visiblemente del cielo, y lloviera fuego, lo cual yo no he
hecho. Y de Elías todos con esan que es u hombre. Y de
manera similar muchos otros profetas, santos, amigos de
Dios, que por el poder de Dios obraron cosas que no pueden
ser comprendidas por las mentes de aquellos que no conocen
a nuestro Dios, Todopoderoso y Misericordioso. El cual es
Bendito por siempre”.

95

Entonces el gobernador y el sacerdote y el rey rogaron a


Jesús que, para calmar a las gentes, se subiese a un lugar
elevado y hablase al pueblo. Entonces subió Jesús a una de las
doce piedras que Josué hizo que las doce tribus tomaran de
en medio del Jordán, cuando todo Israel pasó por el lecho
seco del río; y dijo con una voz fuerte: ” Que nuestro
sacerdote suba a un lugar alto donde pueda con rmar mis
palabras”. Entonces el sacerdote subió allí; a quien dijo Jesús
claramente, para que todos pudiesen oír; “Está escrito en el
testamento y convenio del Dios vivo, que nuestro Dios no
tuvo principio, ni él tampoco tendrá jamás un fin”.

El sacerdote contestó “Así está escrito allí” Jesús dijo “Está


escrito allí que Dios que nuestro Dios con sólo su palabra
creó todas las cosas”. “Así es”, dijo el sacerdote.

Jesús dijo: “Está escrito allí que Dios es invisible y Oculto a la


mente del hombre, ya que él es incorpóreo e indivisible, sin
variabilidad”. “Así es verdaderamente”, dijo el sacerdote.

Jesús dijo: “Está allí escrito cómo el cielo de los cielos no


puede contenerlo, ya que nuestro Dios es in nito”. “Así dijo
Salomón el profeta”, dijo el sacerdote, “oh Jesús”.

Dijo Jesús: “Está escrito allí que Dios no tiene necesidad, por
lo que él no come, no duerme, ni sufre de de ciencia
alguna”. “Así es”, dijo el sacerdote.

Dijo Jesús: “Está escrito allí que nuestro Dios está en todas
partes, y que no hay ningún otro dios excepto El, El cual
destruye y compone, y hace todo lo que le place”. “Así está
escrito”, dijo el sacerdote.

Entonces Jesús, habiendo levantado sus manos, dijo: “Señor


Dios nuestro ésta es mi fe con la que vendré ante Tu Juicio:
en testimonio contra todo el que crea lo contrario”. Y
volviéndose hacia las gentes, dijo: “Arrepentíos, ya que todo
lo que el sacerdote ha dicho está escrito en el libro de Moisés,
el convenio de Dios por siempre, vosotros podéis daros
cuenta de vuestro pecado; porque yo soy un hombre visible y
un pedazo de barro que camina sobre la tierra, mortal como
lo son los otros hombres. Y yo tuve un principio, y tendré un
fin y soy tal que no puedo crear de la nada ni a una mosca”.
Entonces las gentes levantaron sus voces llorando, y decían:
“Hemos pecado, Señor Dios nuestro, contra Ti; ten piedad de
nosotros”. Y rogaron a Jesús, todos ellos, que orase por la
seguridad de la ciudad santa, que nuestro Dios en su Ira no la
entregase para que fuese pisoteada por las naciones. Entonces
Jesús, habiendo levantado sus manos, oró por la ciudad santa
y por el pueblo de Dios, y todos gritaron. “Así sea Amén”.

96

Cuando la oración terminó, el sacerdote dijo en voz alta:


“Quédate, Jesús, ya que necesitamos saber quién eres, para
aplacar a nuestra nación”. Jesús respondió: “Yo soy Jesús, hijo
de María, de la estirpe de David, un hombre que es mortal y
teme a Dios, y yo busco que a Dios le sean dados honor y
gloria”.

El sacerdote contestó. “En el libro de Moisés está escrito que


nuestro Dios debe enviarnos al Mesías, quien vendrá para
anunciarnos lo que Dios desea, y traerá al mundo la
misericordia de Dios. Por lo tanto, te ruego, que nos digas la
verdad, ¿eres tú el Mesías de Dios a quien esperamos?”.

Jesús respondió: “Es cierto que Dios así lo ha prometido, pero


ciertamente yo no soy él, ya que él fue hecho antes que yo, y
vendrá después de mí”.

El sacerdote contestó: “Por tus palabras y señales creemos


con certeza que tú eres un profeta y un santo de Dios, así que
te pido en el nombre de toda Judea e Israel que por amor de
Dios nos digas de qué manera vendrá el Mesías”.

Jesús respondió: “Como que Dios vive, ante Cuya presencia


comparece mi alma, yo soy el Mesías a quien todas las tribus
de la Tierra esperan, tal como Dios lo prometió a nuestro
Padre Abrahán, diciendo: “En tu descendencia bendeciré yo a
todas las tribus de la Tierra”. Pero cuando Dios me lleve del
mundo, Satanás hará surgir otra vez esta maldita sedición,
haciendo que los impíos crean que yo soy Dios e hijo de Dios,
con lo cual mis palabras y mi doctrina serán contaminadas,
tanto que escasamente quedarán allí 30 eles: y entonces
Dios tendrá piedad del mundo, y enviará a su mensajero para
quien hizo él todas las cosas; quien vendrá desde el sur con
poder, y destruirá a los ídolos con los idólatras; quien le
quitará a Satanás el dominio que tiene sobre los hombres. El
traerá consigo la misericordia de Dios para salvación de
quienes crean en El, y bendito sea quien crea sus palabras.

97

Aunque soy indigno de desatar sus correas, he recibido de


Dios la gracia y merced de ver al Mensajero”. Entonces
contestó el sacerdote, con el gobernador y el rey diciendo:
“No te a ijas, oh Jesús, santo de Dios, ya que en nuestro
tiempo esta sedición ya no será, tanto que todos nosotros
escribiremos al sacro senado romano de manera que por
decreto imperial nadie la vuelva a llamar Dios o hijo de
Dios”.

Entonces dijo Jesús: ” Con vuestras palabras no me consuelo,


ya que donde esperáis luz vendrán tinieblas; sino que mi
consuelo está en el advenimiento del Mensajero, el cual
destruirá toda falsa opinión acerca de mí, y su fé se extenderá
y se apoderará del mundo entero, ya que así lo prometió Dios
a Abrahán nuestro padre, y lo que me consuela es que su fe
no tendrá fin, sino que será mantenida inviolada por Dios”.

El sacerdote contestó: “Después de la llegada del mensajero


de Dios, ¿vendrán otros profetas? Jesús respondió: “No
vendrán después de él verdaderos profetas enviados por
Dios, sino que vendrá un número de falsos profetas, lo cual
me a ige, ya que Satanás los hará surgir por el juicio justo de
Dios, y ellos se escudarán bajo el pretexto de mi Evangelio”.

Herodes contestó: ¿Cómo es un juicio justo de Dios que esos


hombres impíos deban venir?”. Jesús respondió “Es justo que
quien no crea en la verdad para su salvación deba creer en
una mentira para su condenación. Por lo tanto os digo, que el
mundo siempre ha despreciado a los verdaderos profetas y
ha amado a los falsos, como puede ser visto en el tiempo de
Miqueas y Jeremías. Ya que cada quien ama a su semejante”.

Entonces dijo el sacerdote: “¿Cómo será llamado el Mesías y


qué señal revelará su advenimiento?”. Jesús respondió: “El
nombre del Mesías es admirable, ya que Dios mismo le dio el
nombre cuando El creó su alma, y la puso en un esplendor
celestial. Dios dijo: “Espera Mohammed; ya que por amor a tí
yo crearé el Paraíso, el mundo y una gran multitud de
criaturas, lo cual te doy como regalo, tanto que quien te
bendiga será bendito, y quien te maldiga será maldito.
Cuando yo te envíe al mundo yo te enviaré como mi
mensajero de salvación, y tu palabra será veraz, tanto que el
Cielo y la Tierra fallarán, pero tu fe nunca fallará”.
Mohammed es su nombre bendito”. Entonces la multitud
levantó la voz, diciendo “Oh Dios!, enviamos a Tu mensajero:
Oh Mohammed, ven pronto para la salvación del mundo”.

98

Y habiendo dicho esto, la multitud partió con el sacerdote y


el gobernador con Herodes, teniendo grandes disputas acerca
de Jesús y acerca de su doctrina. Por lo tanto el sacerdote
rogó al gobernador que escribiera a Roma exponiendo todo
el asunto al senado; lo cual hizo el gobernador; y entonces el
senado tuvo compasión de Israel, y decretó que bajo pena de
muerte a nadie debería llamar a Jesús el Nazareno, profeta de
los judíos, no Dios ni hijo de Dios, decreto que fue jado en
el Templo, grabado sobre cobre.

Cuando la mayor parte de la multitud hubo partido,


quedaron unos 5000 hombres, sin contar a las mujeres y los
niños; los cuales estando cansados del viaje, habiendo estado
dos días sin pan, ya que por anhelar ver a Jesús habían
olvidado traerlo, por lo que comían hierbas crudas, por lo
tanto ellos no fueron capaces de irse como los demás.
Entonces Jesús, cuando se dio cuenta de esto, tuvo piedad de
ellos, y dijo a Felipe: “¿Dónde encontraremos pan para ellos
para que no perezcan de hambre?”.

Felipe contestó: “Señor, 2000 monedas de oro no podrían


comprar tanto pan como para que cada uno de ellos probara
un poco”. Entonces dijo Andrés: “Hay aquí un niño que tiene
cinco hogazas de pan y dos pescados, ¿pero de qué servirán
entre tantos?”.

Jesús contestó “Haced que la muchedumbre se siente”. Y ellos


se sentaron sobre el césped en grupos de 50 y 40. Entonces
dijo Jesús: “!En el nombre de Dios!”. Y él tomó el pan y oró a
Dios y entonces partió el pan, el cual dio a los discípulos y los
discípulos lo dieron a la multitud; y asimismo hicieron con
los pescados. Todos corrieron y todos estuvieron satisfechos.
Entonces dijo Jesús “Reunid las sobras”. Así los discípulos
reunieron los fragmentos, y llenaron doce canastos. Entonces
todos se ponían las manos sobre los ojos, diciendo: “¿Estoy
despierto, o soñando?” Y todos permanecieron por el período
de una hora como fuera de sí mismos debido al gran milagro.
Después Jesús, cuando hubo dado gracias a Dios, los despidió,
pero había 72 hombres que no quisieron dejarlo; por lo que
Jesús dándose de cuenta de su fe, los escogió como discípulos.

99

Jesús; habiéndose retirado a una hondonada del desierto en


Tiro cerca del Jordán, llamó a los 72 junto con los doce, y
cuando se hubo sentado sobre una roca, los hizo que se
sentaran cerca de él. Y abrió la boca con un suspiro y dijo:
“Este día hemos visto una gran maldad en Judea y en Israel, y
tan grande que mi corazón todavía tiembla dentro de mi
pecho por temor a Dios. Verdaderamente os digo, que Dios es
celoso de su Honor, y ama a Israel como un amante. Vosotros
sabías que cuando un joven ama a una dama, y ella no lo ama
a él, sino a otro, él se mueve a la indignación y mata a su rival.
Así, os digo, hace Dios: ya que, cuando Israel ama cualquier
otra cosa por razón de la cual olvida a Dios, Dios ha reducido
esa cosa a la nada. Ahora, ¿Qué cosa es más querida a Dios
aquí sobre la Tierra que el sacerdocio y el templo sagrado?
No obstante en el tiempo de Jeremías el profeta, cuando las
gentes habían olvidado a Dios y sólo presumían del templo,
ya que no había ninguno como él en todo el mundo, Dios
mostró su ira por medio de Nabucodonosor, rey de
Babilonia, y con un ejército lo hizo tomar la ciudad santa y
quemarla con todo y el templo sagrado, tanto que las cosas
sagradas que los profetas de Dios temblaban al tocar fueron
pisoteados bajo los infieles llenos de maldad.

Abrahán amaba a su hijo Ismael un poco más de lo que era


justo, así que Dios ordenó para matar ese mal amor del
corazón de Abrahán, que éste matara a su hijo: lo cual él
hubiera hecho si el cuchillo hubiese cortado.

David quería vehementemente a Absalón, y por lo tanto Dios


hizo que sucediera que el hijo se revelara contra su padre y
fuera suspendido del cabello y matado por Joab. ¡Oh terrible
Juicio de Dios, que Absalón amase su cabello por encima de
todas las cosas!, y éste se convirtió en una soga para colgarlo.

El inocente Job estuvo a punto de amar demasiado a sus siete


hijos y tres hijas, cuando Dios lo dejó en manos de Satanás, el
cual no sólo los privó de sus hijos y sus riquezas en un día,
sino que también lo a igió con una penosa enfermedad,
tanto que por siete años seguidos los gusanos salían de su
carne.

Nuestro padre Jacob amaba a José más que a sus otros hijos,
por lo que Dios hizo que éste fuera vendido, e hijo que Jacob
fuera engañado por esos mismos hijos, tanto que él creyó que
las bestias habían devorado a su hijo, y así vivió diez años
llorando su muerte.

100

Como que Dios vive, hermanos, temo que Dios se enoje


contra mí. Por lo tanto es necesario que vaya a través de
Judea e Israel, predicando a las doce tribus de Israel, para que
no sean engañadas”. Los discípulos respondieron con temor,
llorando: “Nosotros haremos cualquier cosa que nos
órdenes”. Entonces dijo Jesús: “Hagamos oración y ayunemos
durante tres días, y de aquí en adelante cada anochecer
cuando la primera estrella haya aparecido, cuando se hace la
oración a Dios, hagamos oración tres veces, pidiendo tres
veces misericordia: ya que el pecado de Israel es tres veces
más grave que otros pecados”.

“Así sea”, respondieron los discípulos. Cuando terminó el


tercer día, en la mañana del cuarto día, Jesús llamó juntos a
todos los discípulos y los apóstoles y les dijo: “Es su ciente
que se queden conmigo Bernabé y Juan, vosotros los demás
id a través de toda la región de Samaria y Judea e Israel,
predicando penitencia; ya que el hacha está lista cerca del
árbol, pronta a cortarlo. Y haced oración sobre los enfermos,
ya que Dios me ha dado autoridad sobre toda enfermedad”.

Entonces dijo el que escribe: “Oh maestro, si les preguntan a


tus discípulos de qué manera deben hacer para mostrar
penitencia, ¿qué deberán responder?”. Jesús respondió:
“cuando un hombre pierde una bolsa con dinero, ¿voltea él
sólo su ojo para verlo?, ¿o sólo su mano para tomarla?, ¿o su
lengua, para preguntar? No, ciertamente, sino que él voltea
todo su cuerpo y emplea toda fuerza de su alma para hallarla.
¿Es eso cierto?”. Entonces contestó el que escribe: “es
ciertísimo”.

101

Entonces dijo Jesús: “La penitencia es regresarse de la vida


malvada, puesto que debe darse vuelta a cada sentido al
contrario el que tenía mientras pecaba. Pues en vez de placer
debe haber lamento; en vez de risa, llanto; en vez de
banquetes, ayunos; en vez de dormir, vigilias; en vez de
descanso, actividad; en vez de lujuria, castidad; que el relato
de historias divertidas sea cambiado en oración, y a la avaricia
en caridad”.

Entonces contestó el que escribe: “Pero si les preguntan


cómo debemos lamentar, cómo debemos llorar, cómo
debemos ayunar, cómo debemos mostrar actividad, cómo
debemos permanecer castos, cómo debemos hacer oración y
dar limosnas: ¿qué respuesta darán ellos?. ¿Y cómo harán
penitencia correctamente si ellos no saben cómo
arrepentirse?”. Jesús respondió: “Bien has preguntado, oh
Bernabé, y deseo contestar completamente a todo si Dios
quiere. Así hoy te hablaré acerca de la penitencia en general,
y lo que digo a uno lo digo para todos.

Sabed entonces que la penitencia más que cualquier cosa


debe ser hecha por puro amor a Dios; de lo contrario será
vano arrepentirse. Así que os hablaré por medio de una
parábola. Todo edi cio, si se quitan sus cimientos, cae
arruinado; ¿es esto cierto?”. “Es cierto, contestaron los
discípulos.

Entonces dijo Jesús: “El cimiento de nuestra salvación es


Dios, sin El Cual no hay salvación. Cuando el hombre ha
pecado, él ha perdido el cimiento de su salvación; así que es
necesario que empiece desde los cimientos. Decidme, si
vuestros esclavos os han ofendido, y vosotros sabéis que ellos
no se apenan por haberos ofendido, sino que se apenan por
haber perdido su recompensa, ¿los perdonáis? Ciertamente
no. Os digo que así hará Dios a quienes se arrepienten por
haber perdido el Paraíso. Satanás el enemigo de todo bien,
tiene gran remordimiento por haber perdido el Paraíso y
ganado el in erno, pero sin embargo él nunca encontrará
misericordia, ¿y sabéis por qué? Porqué él no tiene amor a
Dios. ¡No! él odia a su Creador.

102

Verdaderamente os digo, que todo animal por su propia


naturaleza, si pierde lo que desea, lamenta el bien perdido.
Entonces, el pecador que sea verdaderamente penitente debe
tener gran deseo de castigarse por lo que ha obrado en
oposición a su creador: en tal manera que cuando el rece no
se atreva siquiera a anhelar el paraíso de Dios, ni que Él lo
libere del in erno, sino que en confusión de mente, se postre
ante Dios y diga en su oración: “Mira al culpable, oh Señor,
que te ha ofendido sin ninguna causa al mismo tiempo
cuando debería haber estado sirviéndote. Por lo tanto aquí él
busca que lo que él ha hecho sea castigado por tu mano, y no
por la mano de Satanás, Tu enemigo: para que el impío no se
regocije de Tus creaturas. Castiga, corrige como Te plazca, oh
Señor, ya que Tú nunca me darás tanto tormento como el
que este malvado merece”. Entonces el pecador, asiéndose a
esta manera (de pertinencia), encontrará mayor misericordia
de Dios en proporción a su anhelo de Justicia. Ciertamente,
un sacrilegio abominable es la risa del pecador; tanto que este
mundo fue justamente llamado “Valle de Lágrimas” por
nuestro padre David.

Hubo un rey que adoptó como hijo uno de sus esclavos, al


cual él hizo dueño de todo lo que poseía. Ahora, sucedió que
por engaño de un hombre malvado el miserable cayó de la
gracia del rey, así que él sufrió grandes miserias, no solo en lo
que poseía, sino que fue despreciado, y era privado de todo lo
que ganaba cada día trabajando. ¿Pensáis un hombre así
reiría alguna vez?>>. <<No, seguramente>>, contestaron los
discípulos, <<ya que si el rey lo hubiese sabido habría
provocado que lo matara, viéndolo reírse de la indignación
del rey, sino que es probable que él llorase día y noche>>.

Entonces Jesús lloró diciendo: <<Ay del Mundo!, pues está


seguro de un tormento eterno. Oh humanidad miserable!, ya
que Dios te ha escogido como a un hijo, concediéndote el
paraíso, pero tú, oh desgraciada, por operación de Satanás
caíste de la gracia de Dios, y fuiste arrojada fuera del Paraíso
y condenada al mundo sucio, donde consigues todas las cosas
con esfuerzo, y toda buena obra te es quitad a por el continuo
pecar. Y el mundo tontamente ríe, y, lo que es peor, el que es
mayor pecador se ríe más que el resto. Será, por lo tanto,
como habéis dicho: que Dios dará la sentencia de muerte
eterna para el pecador que se ríe de sus pecados y no llora
por ellos.

103

El llanto del pecador debe ser como el de un padre que llora


por su hijo que está a punto de morir. Oh locura del hombre,
que llora encima del cuerpo del cual ha partido el alma, pero
no llora por el alma de la que , por el pecado, ha partido la
misericordia de Dios! Decidme, si el marinero, cuando su
barco ha sido hundido por una tormenta, pudiese, con llorar,
recuperar todo lo que él perdió, ¿qué haría? Es cierto que él
lloraría amargamente. Pero yo os digo en verdad, que en cada
cosa por la que un hombre llora él peca, excepto solamente
cuando él llora por su pecado. Puesto que cada miseria que
llega al hombre viene a él de parte de Dios para su salvación,
así que él debería alegrarse por ellas. Pero el pecado viene del
Demonio para la condenación del hombre, pero de eso no se
entristece el hombre. Ciertamente aquí os podéis dar cuenta
de que el hombre busca la pérdida y no la ganancia>>.

Dijo Bartolomé: “Señor, ¿qué hará el que no pueda llorar ya


que su corazón es extraño al llanto?. Jesús contestó: No todos
los que derraman lágrimas lloran, oh Bartolomé. Como que
Dios vive, se hallan hombres de cuyos ojos no ha caído ni una
lágrima, pero ellos han llorado más que mil de los que
derraman lágrimas. El llanto de un pecador es un
consumirse de a icción terrenal por la vehemencia de la
pena. Tanto que justo como la luz del sol conserva contra la
putrefacción lo a que es expuesto a ella, así este consumirse
conserva el alma contra el pecado. Si Dios concediese al
verdadero penitente tantas lágrimas como agua tiene el mar,
él desearía muchas más: y así ese deseo consume esa pequeña
gota que él quisiese derramar, como un horno ardiente
consume una gota de agua. Pero aquellos que rompen a
llorar inmediatamente son como el caballo que corre más
rápido entre más ligera sea su carga.

104

Verdaderamente hay hombres que tienen tanto el


sentimiento interno como las lágrimas externas. Pero quien
sea así, será un Jeremías. Al llorar, Dios mide más el
sufrimiento que las lágrimas. Entonces dijo Juan: “Oh
maestro, ¿cómo pierde el hombre todas las otras cosas por las
que llora, aparte del pecado, al llorar por ellas?”.

Jesús contestó: “Si Herodes te diera un manto para que se lo


guardases, y después te lo pidiese, ¿tendrías razón para
llorar?”. No, dijo Juan. Entonces, dijo Jesús: “¿tiene el hombre
menos razón para llorar cuando pierde algo, o no tiene lo que
él quisiera; pues todo viene de la Mano de Dios? ¿Acaso no
tienes como tuyo propio al pecado?; por eso deberías llorar, y
no por otra cosa”.

Dijo Mateo: “Oh maestro, tú has confesado ante toda Judea


que Dios no tiene similitud humana, y ahora tú has dicho que
el hombre recibe de la Mano de Dios; entonces, si Dios tiene
manos Él tiene una similitud con el hombre.

Jesús respondió: “Estas en un error, oh Mateo, y muchos han


errado así, al no saber el sentido de las palabras. Puesto que el
hombre no debería considerar la (forma) exterior de las
palabras, sino el sentido, viendo que el lenguaje humano es
como si fuera un intérprete entre nosotros y Dios. Ahora, ¿no
sabéis que cuando Dios quiso hablar a nuestros padres sobre
el Monte Sinaí, y nuestros padres gritaron: “Háblanos oh
Moisés, y no dejes que Dios nos hable, o moriremos”? ¿Y que
Dios a través de Isaías el profeta, sino que, tan lejos como está
el cielo de la tierra, así están los caminos de Dios distantes de
los caminos de los hombres, y los pensamientos de Dios de
los pensamientos de los hombres?

105

Dios es tan inconmensurable que tiemblo al describirlo. Pero


es necesario que os haga una proposición. Os digo, entonces,
que los cielos son nueve y que ellos están distantes uno del
otro desde la Tierra. Por lo tanto la Tierra está distante del
cielo más alto un viaje de 4500 años. Yo os digo entonces, que
(la Tierra) es en proporción al primer cielo como la punta de
una aguja, y el primer cielo en manera similar es en
proporción al segundo como un punto, y similarmente todos
los cielos son inferiores cada uno al siguiente. Pero todo el
tamaño de la Tierra con el de todos los cielos es en
proporción al Paraíso como un punto, no!, como un grano de
arena. ¿Es esta la grandeza inconmensurable?

Los discípulos respondieron: “Si, seguro”. Entonces dijo


Jesús: Como que Dios vive, ante Cuya Presencia comparece
mi alma, el Universo ante Dios es pequeño como un grano de
arena, y Dios es tantas veces mayor (que él) como granos de
arena tomaría llenar todos los cielos y el Paraíso, y más,
ahora, considerad vosotros si Dios tiene cualquier
proporción con el hombre, el cual es un pequeño trozo de
barro que separa sobre la Tierra. Cuidaos entonces, de tomar
el sentido y no las palabras llanas, si es que deseáis tener vida
eterna. Los Discípulos contestaron: “Dios solo puede
conocerse a sí mismo, y verdaderamente es como dijo Isaías
el profeta: “Él está oculto a los sentidos humanos”.

Jesús respondió: “Así es cierto, cuando estemos en el Paraíso


conoceremos a Dios, como aquí uno conoce al mar por una
gota de agua salada. Volviendo a mi discurso, os digo que
solamente por el pecado debería llorar uno, ya que al pecar el
hombre traiciona a su Creador. ¿Pero cómo va a llorar el que
asiste a banquetes y estas? El llorará tanto como el hielo da
fuego! Es necesario que convirtáis los banquetes en ayunos si
deseáis tener el dominio de vuestros sentidos, ya que aun así
tienen dominio nuestro Dios”.

Dijo Tadeo: “Así entonces, ¿tiene Dios sentidos sobre los


cuales tener dominio?. Respondió Jesús: “Volvéis a decir:
“¿Dios tiene esto?, ¿Dios es así? Decidme, ¿tiene sentidos el
hombre?”. “Si”, contestaron los discípulos. “os engañáis”, Dijo
Jesús, “porque el es ciego, sordo, mudo y mutilado, ¿dónde
está su sentido? ¿Y cuando un hombre está desmayado?
Entonces estaban perplejos los discípulos; cuando Jesús dijo:
“Tres cosas hay que forman un hombre: éstas son, el alma, el
sentido y la carne, cada una por separado. Nuestro Dios creó
el cuerpo y el alma como habéis oído, pero vosotros no
habéis oído como creó el sentido. Por lo tanto mañana, si
place a Dios, yo os contaré todo”. Y habiendo dicho esto Jesús
dio gracias a Dios, y oró por la salvación de nuestro pueblo,
diciendo cada uno de nosotros: Amén”.

106

Cuando él hubo terminado la oración a la aurora, Jesús se


sentó bajo una palmera, y allí sus discípulos se acercaron a él.
Entonces dijo Jesús: “Como que Dios vive, ante Cuya
Presencia comparece mi alma, muchos están engañados
acerca de nuestra vida. Puesto que tan carcamente están
unidos el alma y el sentido, que la mayor parte de los
hombres a rmen que el alma y el sentido son la misma cosa,
dividiéndolo por operación y no por esencia, llamándole el
alma sensitiva, vegetativa e intelectual. Pero verdaderamente
os digo, el alma es una, la cual piensa y vive. Oh tontos,
¿Dónde va a encontrar el alma intelectual sin vida?
Seguramente, nunca. Pero la vida sin sentidos puede ser
hallada fácilmente, como puede verse el inconsciente cuando
lo abandona el sentido”.
Tadeo contestó: “Oh maestro, cuando el sentido deja al
hombre, un hombre no tiene vida”. Jesús respondió: “Eso no
es cierto, ya que el hombre es privado de la vida cuando el
alma parte; ya que el alma no regresa más al cuerpo, excepto
por milagro. Pero el sentido parte por razón del temor que
recibe, o por razón de gran pena que el alma tiene. Para el
sentido creó Dios el placer, y por eso sólo vive el, tal como el
cuerpo vive por el alimento y el alma vive por el
conocimiento y el amor. El sentido es entonces rebelde
contra el alma, a través de la indignación que tiene al ser
privado del placer del Paraíso debido al pecado. Por lo tanto
hay la mayor necesidad de nutrirlo con placer espiritual para
el que no quiera que viva de placer carnal. ¿Entendéis? en
verdad os digo, que Dios habiéndolo creado lo condenó al
in erno y a nieve y hielo intolerables; porque él dijo que era
Dios; pero cuando Él lo privó de sustento, quitándole su
alimento, él confesó que era un esclavo de Dios y la obra de
sus Manos. Y ahora decidme, ¿cómo obra el sentido en el
impío? Ciertamente, es como Dios en ellos: viendo que ellos
siguen al sentido, abandonando la razón y la Ley de Dios. Por
lo tanto ellos se vuelven abominables, y no obran nada
bueno.

107

Y así la primera cosa que sigue a penar por el pecado es


ayunar. Ya que él ve que un cierto alimento lo pone enfermo,
como él teme a la muerte, después de lamentar haberlo
comido, lo abandona, para que no lo vuelva a poner enfermo,
Así debería hacer el pecador. Al darse cuenta de que el placer
lo hizo pecar en contra de Dios su Creador al seguir al sentido
en estas cosas buenas del mundo, que se apene por haber
hecho eso, ya que ello lo privó de Dios, de su vida, y le da la
muerte eterna del In erno. Pero como el hombre mientras
vive tiene necesidad de tomar estas cosas buenas del mundo,
ayunar es necesario aquí, Así que proceda a morti car al
sentido y a reconocer a Dios como su Señor. Y cuando él ve
que el sentido aborrece los ayunos, que le ponga enfrente la
condición del in erno, donde no hay placer en absoluto, sino
sólo se recibe sufrimiento in nito; que ponga ante él las
delicias del Paraíso, que son tan grandes que un grano de las
delicias es mayor que todas las del mundo. Y entonces así se
calmará más fácilmente; porque es mejor contentarse con
poco para recibir mucho que estar desbocado en lo poco y lo
privado de todo y vivir en tormento.

Deberíais recordar al rico glotón para ayunar bien. Ya que él


deseando aquí en la Tierra agasajarse deliciosamente cada
día, fue privado eternamente incluso de una simple gota de
agua; mientras que Lázaro, estando contento con migajas
aquí en la tierra, vivirá eternamente en plena abundancia de
las delicias del Paraíso. Pero que el penitente sea cauteloso:
porque Satanás busca anular toda buena obra, y más en el
penitente que en los demás, porque el penitente se ha
revelado contra él, y el de ser su el esclavo se ha convertido
en un rebelde enemigo. Por lo tanto Satanás tratará de
provocar que él no ayune, de alguna manera como bajo el
pretexto de enfermedad, y cuando esto no le valga él lo
invitará al ayuno extremoso, para que él caiga enfermo y
después viva deliciosamente. Y si él no triunfa en esto, el
tratará de hacer que su ayuno sea simplemente abstención de
alimento físico, para que sea cómo el mismo, que nunca
come pero siempre peca.

Como que Dios vive, es abominable privar al cuerpo de


alimento y llenar el alma con orgullo, despreciando a los que
no ayunan, y considerándose uno mejor que ellos. Decidme,
¿presumirá el enfermo de la dieta que le fue impuesta por el
médico, y llamará locos a los que no se ponen a dieta?
Seguramente no, sino que el se sentirá apenado por la
enfermedad por cuya razón tuvo que ser puesto a dieta. Así
os digo, que el penitente no debería penar por el pecado de
su ayuno, y despreciar a los que no ayunan; sino que él
debería penar por el pecado por razón del cual el ayuna.
Tampoco debe el penitente que ayuna procurarse (cuando
rompe el ayuno) alimentos delicados, sino que debe
contentarse con alimentos austeros. ¿Acaso un hombre le da
alimentos delicados al perro que muerde y al caballo que
patea? No, ciertamente, sino más bien al contrario. Y que sea
suficiente para vosotros acerca del ayuno.

108

Escuchad, entonces, a lo que os diré acerca de la vigilia. Justo


como hay dos clases de sueño, es decir el del cuerpo y el del
alma, también así debéis ser cuidadosos de vigilar que
mientras que el cuerpo está en vigilia el alma no duerma, ya
que esto sería un error gravísimo. Decidme, en parábola: hay
un hombre que mientras camina se golpea contra una roca, y
para evitar golpearla otra vez con el pie, él la golpea con su
cabeza. ¿Cuál es el estado de ese hombre?>>. <<Miserable>>,
contentaron los discípulos, <<ya que ese hombre está loco>>.

Entonces dijo Jesús: <<Bien habéis contestado, ya que en


verdad os digo que el que está en vigilia del cuerpo pero
duerme con el alma está loco. Como la enfermedad espiritual
es más grave que la corporal, así es más difícil de curar. Por lo
tanto, ¿Debe presumirse ese miserable de no dormir con el
cuerpo, el cual es el pie de la vida, mientras que no se da
cuenta de su miseria de dormir con el alma, la cual es la
cabeza de la vida? El sueño del alma es olvidar a Dios y Su
terrible Juicio. El alma, entonces, que está en vigilia es
aquella que en todo y en todo lugar percibe a Dios, y en todo
a través de todo y por encima de todo da gracias a su
Majestad, sabiendo que siempre y en todo momento ella
recibe gracia y misericordia de Dios. Por lo tanto por temor a
su Majestad, siempre resuenan en sus oídos estas palabras
divinas: “Creaturas, venid al Juicio, ya que vuestro Creador
quiere juzgarlos”. Por ello viven habitualmente en el servicio
de Dios. Decidme, ¿qué deseáis más: ver por la luz de una
estrella o por la luz del sol?>>.

Andrés respondió: <<por la luz del sol; ya que por la luz de la


estrella no podemos ver las montañas vecinas, pero por la luz
del sol podemos ver el más pequeño grano de arena. Por lo
tanto caminamos con temor a la luz de la estrella, pero a la
luz del sol vamos con seguridad>>.

109

Jesús contestó: <<Así os digo que deberíamos mantener en


vigilia con el alma a la luz de la justicia (la cual) es nuestro
Dios, y no jactarnos de la vigilia del cuerpo. Es ciertísimo, por
lo tanto, que el sueño corporal debe ser evitado tanto como
sea posible, pero (evitarlo) completamente es imposible,
estando pesados la carne y el sentido con alimento y la mente
con negocios. Por lo tanto el que quiera dormir poco evite
mucho negocio y mucha comida. Como que Dios vive, ante
cuya Presencia comparece mi alma, es lícito dormir algo cada
noche, pero nunca es lícito olvidar a Dios y a Su terrible
Juicio: y el sueño del alma es ese olvido>>.

Entonces contestó el que escribe: “Oh maestro, ¿cómo


podemos tener siempre a Dios en la memoria? Ciertamente,
ello nos parece imposible”. Dijo Jesús con un suspiro: <<Esta
es la mayor miseria del hombre puede sufrir, oh Bernabé, ya
que el hombre no puede aquí en la Tierra tener a Su Creador
siempre en la memoria; excepto los que son santos, ya que
ellos siempre tienen a Dios en mente, porque ellos tienen en
ellos la luz de la gracia de Dios, así que ellos no pueden
olvidar a Dios. Pero decidme, ¿habéis visto a aquellos que
tallan piedras, como mediante la práctica constante han
aprendido a golpear de manera que hablan unos con otros y
al mismo tiempo están golpeando con la herramienta de
hierro que labra la piedra sin mirar al hierro, y sin embargo
no se golpean las manos? Haced vosotros de manera similar.
Desead ser santos si queréis vencer completamente esa
miseria de olvido. Cierto es que el agua horada las rocas más
duras con una sola gota golpeándolas por un largo período.

¿Sabéis por qué vosotros no habéis vencido esa miseria?


Porque no os habéis dado cuenta de que es pecado. Yo os digo
entonces que es un error, cuando un príncipe te da un regalo,
oh hombre, que cierres los ojos y le vuelves la espalda. Así se
equivocan quienes olvidan a Dios, puesto que en todo tiempo
el hombre recibe de Dios dones y misericordia.

110

Ahora decidme, ¿os concede Dios en todo tiempo sus


Favores? Sí, seguramente; ya que incesantemente Él os
proporciona el aliento por medio del cual vivís. En verdad,
en verdad os digo, cada vez que vuestro cuerpo recibe aliento
vuestro corazón debería decir: “Gracias a Dios!”.

Entonces dijo Juan:<<Es muy cierto lo que dices, oh maestro;


enséñanos por lo tanto la forma de llegar a esa bendita
condición>>. Jesús respondió: “Verdaderamente os digo, uno
puede alcanzar esa condición por poderes humanos, sino
más bien por la misericordia de Dios nuestro Señor. Es
verdad, ciertamente, que el hombre debería desear el bien
para que Dios se lo dé. Decidme, ¿cuándo estáis a la mesa,
tomarías esas carnes que ni siquiera quisieseis mirar? No,
seguramente. Así os digo que vosotros deseáis la santidad,
haceros santos en menos tiempo que el guiñar de un ojo,
pero para que el hombre pueda ser sensible del don y del
donante, nuestro Dios quiere que esperemos y pidamos.

¿Habéis visto a quienes practican tirar al blanco?


Seguramente tiran muchas veces en vano. Sin embargo, ello
nunca desean disparar en vano, sino que siempre tienen la
esperanza de dar en el blanco. Ahora haced esto, vosotros los
que queráis tener a nuestro Dios en mente, y cuando olvidéis,
lamentadlo; porque Dios os dará gracia para lograr todo lo
que he dicho.

El ayuno y la vigilia espiritual están tan unidos entre sí que, si


uno rompe la vigilia, inmediatamente se rompe el ayuno.
Puesto que al pecar el hombre rompe el ayuno del alma, y
olvida a Dios. Así es que la vigilia y el ayuno en cuanto al
alma son siempre necesarios para nosotros y para todos los
hombres, ya que para nadie es lícito pecar. Pero el ayuno del
cuerpo y sus vigilias, creedme, no son posibles en todo
tiempo, ni para todas las personas. Porque hay gentes
enfermas y ancianas, mujeres encintas, hombres que son
puestos a dieta, niños y otros que son de complexión débil.
Puesto que ciertamente todos, así como se visten de acuerdo
a su propia medida, deberían escoger su (manera de) ayuno.
Porque justos como las ropas de un niño no son adecuadas
para un hombre de 30 años, tampoco los ayunos y vigilias de
uno son adecuadas para el otro.

111

Pero tened cuidado ya que Satanás usará toda su fuerza (para


hacer lo que suceda) que vosotros (estéis) despiertos durante
la noche, y después estés durmiendo cuando por orden de
Dios deberíais estar rezando y escuchando la palabra de Dios.
Decidme, ¿le gustaría a alguno de vosotros que un amigo
suyo se comiera la carne y le diera los huesos?>>. Pedro
contestó: <<No maestro, pues ése tal no debería ser llamado
amigo, sino uno que se burla>>.

Jesús contestó con un suspiro: <<Has dicho bien la verdad, oh


Pedro, ya que verdaderamente todo el que guarda vigilia con
el cuerpo más de lo que es necesario, durmiéndose o
teniendo su cabeza pesada de cansancio cuando debería estar
rezando o escuchando las Palabras de Dios, ese miserable se
burla de Dios su Creador, y así es culpable de ese pecado. Más
aún, él es un ladrón, viendo que él roba el tiempo que
debería ser dado a Dios, y lo gasta cuando, y tanto como le
place.

En un recipiente del mejor vino un hombre dio a sus


enemigos a beber cuando el vino estaba en lo mejor, pero
cuando el vino bajó a las heces él lo dio a su amo para que
bebiera. ¿Qué, creéis, hará el amo a su sirviente cuando lo
sepa todo, y el sirviente esté ante él? Seguramente, él lo
azotará y lo matará en justa indignación según las leyes del
mundo. Y ahora, ¿qué hará Dios al hombre que pasa lo mejor
de su tiempo en negocios, y lo peor en oración y en el estudio
de la Ley? Ay del mundo, porque con esto y con mayor
pecado está pensado su corazón! Entonces, yo os digo que la
risa debería convertirse en llanto, los banquetes en ayunos, y
el sueño en vigilia, yo abarco en tres palabras todo lo que
habéis oído – que aquí en la Tierra uno debería llorar, y que
el llanto debería ser del corazón, porque Dios nuestro
Creador fue ofendido; que deberíais ayunar para tener
dominio sobre el sentido, y vigilar para no pecar; y que el
llanto físico y el ayuno y la vigilia físicos deben ser tomados
de acuerdo a la constitución de cada uno>>.

112

Habiendo dicho esto Jesús dijo: “Es necesario que busquéis de


las frutas del campo la sustancia para sostener vuestra vida,
ya que hace ocho días que no hemos comido pan. Por lo
tanto rezaré a nuestro Dios, y os esperaré con Bernabé>>. Así
todos los discípulos y apóstoles partieron de cuatro en cuatro
y de seis en seis según dijo Jesús. Se quedó allí con Jesús el
que escribe; y entonces Jesús, suspirando, dijo: Oh Bernabé,
es necesario que yo te revele grandes secretos, los cuales,
después que parta del mundo, tu deberás revelárselos a
este>>. Entonces contestó el que escribe, llorando, y dijo:
<<Déjame llorar, maestro y otros hombre también, porque
somos pecadores. Y tú que eres un santo y profeta de Dios, no
es bueno para tí llorar tanto>>.

Jesús contestó: “Créeme Bernabé, que no puedo llorar tanto


como debería. Porque si los hombres no me hubiesen
llamado Dios, yo habría visto a Dios aquí como El será visto
en el Paraíso, y habría estado a salvo par ano temer el Día del
Juicio. Pero Dios sabe que yo soy inocente, ya que nunca he
tenido el pensamiento de ser tenido por más que un pobre
esclavo. No, yo te digo que si yo hubiese sido llamado Dios yo
habría sido llevado al Paraíso cuando parta el mundo,
mientras que ahora ya no iré allí sino hasta el Día del Juicio.
Debes saber, oh Bernabé, que por esto debo yo tener gran
persecución, y seré vendido por uno de mis discípulos por 30
monedas. Por lo tanto estoy seguro de que el que me venderá
será matado en mi lugar, ya que Dios me llevará de la Tierra,
y cambiará la apariencia del traidor de manera tal que todos
creerán que él es yo; no obstante, cuando él muera una
muerte mala, yo viviré en ese deshonor por un largo tiempo
en el mundo. Pero cuando Mohamed venga, el sagrado
Mensajero de Dios, esa infamia será eliminada. Y esto lo hará
Dios porque yo he confesado la verdad del Mesías; y El me
dará esta recompensa, de que se sepa que yo esté vivo y que
soy ajeno a esa muerte de infamia>>.

Entonces contestó el que escribe: <<Oh maestro, dime quién


es el miserable, ya que quisiera ahorcarlo para que muera>>.
<<Tómalo con calma>>, respondió Jesús, <<porque Dios así lo
quiere, y él no puede hacer de otra manera; pero mira que
cuando mi madre esté a igida por ese evento tú le digas la
verdad, para que ella sea consolada>>. Entonces contestó el
que escribe: <<todo esto haré, oh maestro, si Dios quiere>>.

113

Cuando los discípulos vinieron, traían piñones, y por la


Voluntad de Dios ellos hallaron una buena cantidad de
dátiles. Así después de la oración del mediodía ellos
comieron como Jesús. Entonces los apóstoles y los discípulos,
viendo triste al que escribe, temieron que fuera necesario que
Jesús partiese pronto del mundo. Pero entonces Jesús lo
consoló, diciendo: <<No temáis, porque todavía no ha llegado
mi hora de partir de vosotros. Yo viviré con vosotros todavía
un poco más. Por lo tanto debo yo enseñarlos ahora, para que
vayáis, como he dicho, a través de todo Israel predicando
penitencia, para que Dios tenga misericordia del pecado de
Israel. Que todos por lo tanto se cuiden del lujo, y hagan
mucha más penitencia; porque todo árbol que no de buen
fruto será cortado y arrojado al fuego.

Hubo un ciudadano que tuvo un viñedo, y en medio de él


tenía un jardín, el cual tenía una hermosa higuera; entonces
después de tres años el propietario se dio cuenta de que ésta
no daba fruto, y viendo que los otros árboles daban fruto él
dijo a su labrador: “Corta ese mal árbol ya que gasta el suelo”.

El trabajador contestó: “No es así, mi señor, ya que es un


árbol hermoso”. “Ten cuidado”, dijo el dueño, “porque a mí
no me interesan las bellezas inútiles. Deberías saber que la
palma y el bálsamo, los cuales hice rodear con vallas costosas,
pero cuando éstos no dieron fruto, sino hojas que se
amontonaban y pudrían el suelo enfrente de la casa, hice que
ambos fueran quitados. ¿Y cómo perdonaré a una higuera
lejos de la casa, que estorba en mi jardín y viñedo donde
todos los demás árboles dan fruto? Ciertamente ya no la
toleraré”. Entonces dijo el trabajador: “Señor, el suelo es tan
rico. Espera, por lo tanto, un año más, ya que yo podaré las
ramas de la higuera, y le quitaré la tierra rica, poniéndola en
tierra pobre con piedras, y así dará fruto”. El dueño contestó:
“Ahora ve y hazlo; ya que yo esperaré, y la higuera dará
fruto”.

¿Entendéis esta parábola?>>. Los discípulos contestaron:


<<No señor; por lo tanto explícanosla>>.

114

Jesús respondió: “En verdad os digo, que el dueño que es


Dios, y el trabajador es su Ley. Dios, entonces, tenía en el
Paraíso la palma y el bálsamo; ya que Satanás es la palma y el
primer hombre el bálsamo. A ellos los arrojó fuera porque
ellos no dieron fruto en buenas obras, sino que dijeron
palabras impías que fueron la condenación de muchos
ángeles y muchos hombres. Ahora que Dios tiene al hombre
en el mundo, en medio de sus Creaturas que adoran a Dios,
todos ellos, de acuerdo a su precepto: y el hombre, digo, al no
dar fruto, Dios lo cortará y lo entregará al in erno, viendo
que él no disculpó al ángel ni al primer hombre, castigando al
ángel eternamente, y al hombre por un tiempo. Pero
entonces la ley de Dios dice que el hombre tiene demasiadas
cosas buenas en esta vida, y así es necesario que sufra
tribulaciones y sea privado de bienes terrenales, para que él
pueda hacer buenas obras. Así que nuestro Dios espera al
hombre a que sea penitente.

Verdaderamente os digo, que nuestro Dios ha condenado al


hombre a trabajar, para que, como dijo Job, el amigo y
profeta de Dios. “Como el pájaro nació para volar y el pez
para nadar, así el hombre nació para trabajar”. Por lo tanto
que cada uno trabaje, de acuerdo a su cualidad. Ahora
decidme, si David nuestro padre y Salomón su hijo
trabajaron con sus manos, ¿qué deben hacer los pecadores?”.
Dijo Juan: <<Maestro, trabajar es una cosa buena, pero eso
deben hacer los pobres>>.

Jesús respondió: <<Sí, porque ellos no pueden hacer de otra


forma. ¿Pero no sabes que el bueno, para ser bueno, debe
estar libre de necesidad? Así el sol y los otros planetas están
fortalecidos por los preceptos de Dios de manera que ellos no
puedan hacer de otra forma, así que ellos no tienen mérito.
Decidme, ¿acaso dijo Dios cuando dio el precepto de trabajo:
“el hombre podrá vivir del sudor de su frente”? Y dijo Job que
” como el pájaro nació para volar, así el hombre nació para
trabajar”. Por lo tanto (solamente) el que no sea hombre está
libre de este precepto. Seguramente por ninguna otra razón
son todas las cosas costosas, pero hay una gran multitud de
ociosos: si éstos trabajasen, algunos atendiendo la tierra y
algunos pescando en el agua, habría la mayor abundancia en
el mundo. Y de la falta de ello será necesario rendir cuentas
en el terrible Día del Juicio.

115

Que el hombre me diga otra cosa. ¿Qué ha traído él al


mundo, por razón de lo cual pueda él vivir del ocio? Cierto es
que él nació desnudo, e incapaz de cualquier cosa. Entonces,
de todo lo que él ha hallado, él no es el dueño, sino el
despensero. Y el tendrá que rendir cuentas de ello en ese
terrible día. La lujuria abominable, que hace al hombre como
las bestias brutas, debería ser temida grandemente; ya que el
enemigo es de la propia casa de uno, así que no es posible
entrar en ningún lugar sin que tú enemigo entre también.
Ah, cuántos han perecido por la lujuria! Por la lujuria vino el
Diluvio, tanto que el mundo pereció ante la misericordia de
Dios y sólo fueron salvados Noé y 83 personas humanas.

Debido a la lujuria castigó Dios a las tres malvadas ciudades


de donde escaparon solo Lot y sus dos hijas. Por la lujuria de
la tribu de Benjamín fue casi extinguida. Y yo os digo
verdaderamente que si yo os narrase cuántos han perecido
debido a la lujuria, el espacio de cinco días no sería
suficiente>>.
Santiago dijo: <<Oh maestro, ¿qué signi ca la lujuria?>>. Jesús
contestó: <<La lujuria es un deseo desbocado de amor, el
cual, no estando dirigido por la razón, rompe los límites del
intelecto y afecto humanos; así que el hombre, no
conociéndose así mismo, ama lo que él debería odiar.
Creedme, cuando un hombre ama una cosa, no porque Dios
le haya dado esa cosa, sino como su dueño, él es un
fornicador; porque el alma, que debería vivir en unión con su
Creador, él la ha unido a la creatura. Y así Dios lamenta a
través de Isaías, el profeta, diciendo: “Tú has cometido
fornicación, con muchos amantes; no obstante, regresa a mí y
yo te recibiré”. Como que Dios vive, ante Cuya Presencia
comparece mi alma, si no hubiera lujuria interna dentro del
corazón del hombre, él no caería en la externa; ya que si se
quita la raíz del árbol muere rápidamente. Que el hombre se
contente por lo tanto con la esposa que el Creador le dio, y
que olvide a toda otra mujer>>.

Andrés contestó: “Cómo puede un hombre olvidar a las


mujeres si vive en la ciudad donde hay tantas de ellas?>>.
Jesús replicó: <<Oh Andrés, cierto es que el que vive en la
ciudad ella le hará daño; ya que la ciudad es una esponja que
absorbe toda iniquidad.

116

El hombre debe vivir en la ciudad tal como el soldado vive


cuando tiene enemigos alrededor de la fortaleza,
defendiéndose contra todo asalto y siempre temiendo la
traición por parte de los ciudadanos. Aun así, digo, que
rechace toda tentación externa de pecado, y tema al sentido,
ya que éste tiene un deseo supremo de cosas impuras. ¿Pero
cómo se va a defender si él no controla al ojo, el cual es el
origen de todo pecado carnal? Como que Dios vive, ante
Cuya Presencia comparece mi alma, el que no tenga ojos
corporales está seguro de no recibir castigo excepto sólo en
tercer grado, mientras que el que tiene ojos lo recibe hasta
séptimo grado.

En el tiempo del profeta Elías sucedió que Elías vio un


hombre ciego que lloraba, un hombre de buena vida, y le
preguntó diciéndole: “¿Por qué lloras, oh hermano?”. El ciego
contestó: “Lloro porque no puedo ver a Elías el profeta, el
santo de Dios”. Entonces Elías lo reprendió, diciendo: “Cesa
de llorar, oh hombre, porque al llorar tú pecas”. El ciego
contestó: “Ahora dime, ¿es pecador ver a un santo profeta de
Dios, que resucita al muerto y hace que descienda fuego del
cielo?”. Elías respondió: “Tú no dices la verdad, ya que Elías
no es capaz de hacer nada de lo que dices, ya que él es un
hombre como tú, ya que todos los hombres del mundo no
pueden hacer que nazca una mosca”.

Dijo el ciego: “Tú dices esto, un hombre, porque Elías debe


haberte reprendido por algún pecado tuyo, así que lo odias”.
Elías contestó: “Quiera Dios que digas la verdad; ya que, oh
hermano, si yo odiase a Elías yo amaría a Dios, y entre más
odie yo a Elías más amo a Dios”. Entonces el hombre ciego se
enojó grandemente, y dijo: “Vive Dios que tú eres un hombre
impío! ¿Puede entonces ser amado Dios mientras que uno
odia a los profetas de Dios? Lárgate porque ya no te
escucharé!.

Elías contestó: “Hermano, ahora puedes ver con tu intelecto


cuán mala es la vista física. Porque tú deseas vista para ver a
Elías, y odias a Elías con tu corazón”. El ciego respondió:
“Ahora vete porque tú eres el diablo, que me haría pecar
contra el santo de Dios”. Entonces Elías dio un suspiro, y dijo
con lágrimas: “Tú has hablado la verdad, oh hermano, ya que
mi carne, que tú deseas ver, te separa de Dios”. Dijo el ciego:
“Yo no deseo verte; no, si ti viera ojos los cerraría para no
verte”.

Entonces dijo Elías: “Sabe hermano que yo soy Elías!”. el


ciego contestó: “Tú no dices la verdad”. Entonces dijeron los
discípulos de Elías: “hermano, él es en verdad el profeta de
Dios, Elías”. “Que me diga”, dijo el ciego, “si él es el profeta,
¿de qué linaje soy, y cómo me volví ciego?”.

117

Elías respondió: “Tú eres de la tribu de Leví; y porque tú, al


entrar al templo de Dios, miraste lujuriosamente a una
mujer, estando tú cerca del santuario, nuestro Dios te quitó la
vista”. Entonces el ciego dijo llorando: “Perdóname, oh santo
profeta de Dios, porque he pecado al hablar contigo; puesto
que si yo te hubiera visto hubiera pecado”.

Elías contestó: “Que Dios te perdone, oh hermano, porque en


cuanto a mí yo se que tú me dijiste la verdad, viendo que
entre más me odio más amo a Dios. Porque Elías no es tu
Creador, sino Dios; por lo tanto, en lo que a ti respecta, yo soy
el diablo”, dijo Elías llorando, “porque yo tengo que alejarte
de tu Creador. Llora entonces, oh hermano, porque tú no
tienes la luz que podía hacerte distinguir la verdad de lo falso,
y que si tu hubieses tenido eso tú no habrías despreciado mi
doctrina. Por lo tanto te digo, que muchos desean verme y
vienen desde lejos para verme, pero desprecian mis palabras.
Por lo tanto sería mejor para ellos, para su salvación, que no
tuviese ojos, viendo que todo el que encuentra placer en la
creatura, sea él quien sea, y no buscar encontrar placer en
Dios, ha hecho un ídolo en su corazón, y ha abandonado a
Dios”>>.

Entonces dijo Jesús, suspirando: <<Habéis entendido todo lo


que dijo Elías?>>. Los discípulos contestaron: <<En general,
hemos entendido, y estamos asombrados por el
conocimiento de aquí en la Tierra hay muy pocos que no son
idólatras>>.

118

Entonces dijo Jesús: <<Decís la verdad, porque ahora estaba


Israel deseos de establecer la idolatría que ellos tienen en sus
corazones, al considerarme Dios; muchos de los cuales han
despreciado ahora mi enseñanza, al decir que yo podía
hacerme soñar todo de Judea, si yo me confesase a Dios, y
que estoy loco por querer vivir en pobreza entre lugares
desiertos, y no vivir continuamente entre príncipes en la vida
delicada. Oh hombre infeliz, que aprecias la luz que es
común en las moscas y hormigas y desprecias la luz que es
común sólo a los ángeles y profetas y amigos de Dios!

Si, entonces, uno no cuida al ojo, oh Andrés, yo te digo que es


imposible no caer de cabeza en la lujuria. Por eso Jeremías el
profeta, llorando vehementemente, dijo en verdad: “Mi ojo es
un ladrón que se roba mi alma”. Por eso David nuestro padre
rezaba con el mayor anhelo a Dios nuestro Señor que
dirigiese su vista a otra parte para que no viera la vanidad, ya
que en verdad todo lo que tiene un n es vano. Decidme,
entonces, si uno tuviese dos monedas para comprar pan, ¿las
gastaría para comprar humo?. Seguramente que no, viendo
que el humo lastima los ojos y no da sustento al cuerpo. Que
así haga entonces el hombre, ya que con la vista externa de
sus ojos y la vista interna de su mente él trate de conocer a
Dios su Creador y complacer su Voluntad, y no haga de las
creaturas su fin, lo cual lo hace perder al Creador.

119

Porque verdaderamente cada vez que un hombre mira una


cosa y olvida a Dios, el cual la hizo para el hombre, él ha
pecado; ya que si un amigo tuyo te diese algo para guardarlo
en memoria suya, y tú lo vendieses y olvidases a tu amigo, tú
has pecado contra tu amigo. Así hace el hombre; ya que
cuando él mira a la creatura y no tiene en la memoria al
Creador , Quien la creó por amor al hombre, él peca contra
Dios su Creador, por ingratitud.

Por lo tanto el que mire a las mujeres y olvide a Dios, quién


creó a la mujer por el bien del hombre, él la amará y deseará.
Y hasta tal grado irrumpirá esta lujuria suya, que él amará
todo como la cosa amada; así que entonces viene ese pecado
del cual es una vergüenza acordarse. Si, entonces, el hombre
pone una venda ante sus ojos, él será el amo del sentido, el
cual no puede desear lo que no le es mostrado. Ya que así
estará la carne sujeta al espíritu, porque así como el barco no
puede moverse sin el viento, así la carne sin el sentido no
puede pecar.

Entonces que sea necesario para el penitente el relato de


historias divertidas en oración, lo muestra la razón misma,
aún cuando no fuera también un precepto de Dios. Porque
en cada palabra vana el hombre peca, y nuestro Dios borra el
pecado gracias a la oración. Porque la oración es el abogado
del alma; la oración es la medicina del alma; la oración es la
defensa del corazón; la oración es el alma de la fé; la oración
es la rienda del sentido; la oración es la sal de la carne que no
la deja corromperse por el pecado. Y os digo que la oración es
la mano de nuestra vida, con la cual el hombre que reza se
defenderá en el Día del Juicio: ya que él cuidará a su alma del
pecado aquí en la tierra, y preservará su corazón para que no
sea tocado por los malos deseos; ofendiendo a Satanás ya que
él mantendrá a su sentido dentro de la Ley de Dios y su carne
caminará en rectitud, recibiendo de Dios todo lo que pida.

Como Dios vive, ante Cuya Presencia estamos, un hombre


sin oración no puede ser un hombre de buenas obras, tal
como un hombre mudo no puede apelar por su causa ante
un hombre ciego; tal como una llaga no puede ser curada sin
ungüento; como un hombre no puede defenderse sin
movimiento, ni atacar a otro sin armas, navegar sin timón, o
preservar la carne muerta sin sal. Porque verdaderamente el
que no tiene mano no puede recibir. Si el hombre pudiera
convertir el estiércol en oro y el barro en miel, ¿qué haría?>>.
Entonces, quedándose Jesús callado, los discípulos
contestaron: <<Nadie haría otra cosa más que hacer oro y
miel>>.

Entonces dijo Jesús: <<¿Entonces por qué no cambiaría el


hombre las pláticas vanas por la oración?. ¿Acaso le ha sido
dado tiempo por Dios para ofender a Dios?. Ya que ¿qué
príncipe le daría a su súbdito una ciudad para que éste
pudiera hacerle la guerra?. Como que Dios vive, si el hombre
supiese de qué manera es transformada el alma por las
pláticas vanas, él se morderá la lengua con sus dientes para
cortársela antes que hablar. ¡Oh mundo miserable!, ya que
hoy los hombres no se congregan a rezar, pero en los porches
del templo y en el templo mismo tiene Satanás allí el
sacri cio de la plática vana, y lo que es peor, de cosas de las
que no pueden hablar sin vergüenza.

120

El fruto de las palabras vanas es éste: que debilita el intelecto


de tal manera que no está listo para recibir al verdad; así
como un caballo acostumbrado a cargar sólo una onza de
lana no puede cargar 100 libras de piedras. Pero lo que es
peor es el hombre que pasa su tiempo en bromas y chistes.
Cuando él está dispuesto a rezar, Satanás pondrá en su
memoria esos mismos chistes, tanto que cuando él debería
llorar por sus pecados para hacer que Dios tenga
misericordia y ganar el perdón por sus pecados, al reírse él
hace que Dios se enoje; El Cual lo castigará y expulsará.

Entonces, ¡hay de los que bromean y hablan vanamente! Pero


si nuestro Dios odia a los que bromean y platican vanamente,
¿cómo considerará a los que murmuran y calumnian a sus
prójimos, y en qué condición estarán los que tratan con el
pecado como un negocio sumamente necesario? ¡Oh mundo
impuro, no puede concebir cuán gravemente serás castigado
por Dios! Por lo tanto, aquel que quiera hacer penitencia,
algo, debe dar sus palabras a precio de oro>>.

Sus discípulos contestaron: <<Pero cómo va alguien a


comprar las palabras de un hombre a precio de oro?
Seguramente nadie. ¿Y cómo hará el penitencia? ¡Es cierto
que él se volverá codicioso!>>. Jesús respondió: <<Vosotros
tenéis vuestros corazones tan pesados que yo no soy capaz de
levantarlos. Por ello en cada palabra es necesario que yo os
diga el signi cado. Pero dad gracias a Dios, Quien os ha dado
la gracia de conocer los misterios de Dios. Yo no digo que el
penitente deba vender sus palabras, sino que yo digo que
cuando él hable él debe pensar que él está arrojando oro. Ya
que ciertamente, haciéndolo así, tal como el oro es gastado en
cosas necesarias, así el hablará (solamente) cuando sea
necesario hablar. Y justo como nadie gasta oro en una cosa
que le hará daño a su cuerpo, así que no hable él de algo que
pueda hacerle daño a su alma.

121

Cuando el gobernador ha arrestado a un prisionero el cual


examina mientras el notario escribe el caso, decidme, ¿cómo
habla ese hombre?>>. Los discípulos contestaron: <<El habla
con temor y va al grano, para no hacerse sospechoso, y él
tiene cuidado de no decir algo que pudiera desagradar al
gobernador, sino que trata de decir algo que pudiera hacerlo
quedar libre>>. Entonces contestó Jesús: <<Esto debe hacer el
penitente, entonces, para no perder su alma. Porque Dios le
ha dado dos ángeles a cada hombre como notarios: uno
escribe lo bueno, y el otro lo malo que el hombre hace. Si
entonces un hombre quiere recibir misericordia que mida
sus palabras más que como se mide el oro.

122

En cuanto a la avaricia, debe ser convertida en limosnas. En


verdad os digo, que así como la plomada tiene el centro como
su n, así el avaro tiene el in erno como su n, ya que es
imposible para los avaros que posean cualquier bien en el
Paraíso. ¿Sabéis por qué? Yo os lo diré. Como que Dios vive,
ante Cuya Presencia comparece mi alma, el avaro, aunque
esté silencioso con su lengua, con sus obras dice: “No hay otro
dios más que yo”. Tanto que como todo lo que él tiene está
dispuesto a gastarlo para su propio placer, sin considerar su
principio ni su n: que él nació desnudo y que al morir deja
todo.

Ahora decidme; si Herodes os diese un jardín que cuidar, y


quisieseis consideraros como dueños, sin enviarle fruto
alguno a Herodes enviase por frutas vosotros corrieseis a sus
mensajeros, decidme, ¿estaríais haciéndoos reyes de ese
jardín? Claro que sí. Ahora os digo que así el hombre avaro se
hace así mismo dios sobre las riquezas que Dios le ha dado.

La avaricia es una sed del sentido, el cual habiendo perdido a


Dios a través del pecado ya que él vive por el placer, y siendo
incapaz de deleitarse con Dios Quien está oculto para él se
rodea de cosas temporales a las cuales considera sus dioses; y
entre más se fortalece más se ve privado de Dios. Y así la
conversión del pecado viene de Dios, Quien le da la gracia
para arrepentirse. Como dijo nuestro padre David: “Este
cambio viene de la diestra de Dios”.

Es necesario que yo os diga de qué clase es el hombre, si


queréis saber como debe hacerse la penitencia. Y así hoy
demos gracias a Dios, Quien nos dio la gracia de comunicar
Su Voluntad por mi palabra>>.

Entonces el levantó sus manos y rezó diciendo: <<Señor Dios


Todopoderoso y Misericordioso, Quien en misericordia nos
creó, dándonos el rango de hombres, Tus siervos, con la fe de
tu Verdadero Mensajero, Te agradecemos por Tus bene cios
y quisiéramos solamente adorarte todos los días de nuestra
vida, lamentando nuestros pecados, rezando y dando
limosnas, ayunando y estudiando Tu palabra, instruyendo a
quienes son ignorantes de Tu Voluntad, soportando al
mundo por amor a Ti y por amor a Tu mensajero para quien
Tú nos creaste, y por amor a todos los santos y profetas>>. Los
discípulos contestaban siempre: <<Así sea. Así sea Señor. Así
sea, oh nuestro Dios Misericordioso>>.

123

Cuando fue el día, el viernes en la mañana, Jesús, después de


la oración, reunió a sus discípulos y les dijo: <<Sentémonos;
ya que así como en este Día Dios creó al hombre del barro de
la tierra; así os diré que cosa es el hombre, si Dios quiere>>.
Cuando todos estuvimos sentados, Jesús dijo otra vez:
<<Nuestro Dios para mostrar a Sus creaturas Su Bondad y
Misericordia y Su Omnipotencia, con Su Generosidad y
Justicia, hizo una composición de cuatro cosas contrarias la
una a la otra, y las unió en un objeto nal, el cual es el
hombre – y esas cosas son la tierra, el aire, el agua y el fuego
– para que cada uno pudiera templar a la opuesta. Y Él hizo
de estas cuatro cosas un recipiente, el cual es el cuerpo del
hombre, de carne, de huesos, sangre, médula y piel, con
nervios y venas, y con todas sus partes internas; y allí Dios
colocó el alma y el sentido, como las dos manos de esta vida:
dando como alojamiento al sentido cada parte del cuerpo, ya
que él se difunde allí como aceite. Y el alma le dio él como
alojamiento el corazón, donde, unida con el sentido, debe
gobernar la vida entera.

Dios, habiendo creado así al hombre, puso en él una luz que


se llama razón, la cual debía unir la carne, el sentido y el alma
en un solo n – trabajar para el servicio de Dios. Entonces,
poniendo El esta obra en el Paraíso, y siendo reducida la
razón por el sentido por operación de Satanás, la carne
perdió su reposo, el sentido perdió la delicia por la cual vivía,
y el alma perdió su belleza.

Habiendo llegado el hombre a tal situación, el sentido, que


no encuentra reposo en el trabajo, sino que busca el deleite,
al no ser controlado por la razón, siguió la luz que los ojos le
mostraban; pero, no siendo los ojos capaces de ver sino las
vanidades, él se engañó a sí mismo, y así, escogiendo cosas
terrenales, pecó. Así es necesario que por la misericordia de
Dios la razón del hombre sea nuevamente iluminada, para
distinguir el bien del mal y para distinguir el verdadero
deleite: sabiendo lo cual, el pecado se convierte a la
penitencia. Por lo tanto os digo verdaderamente, que si Dios
nuestro Señor no ilumina el corazón del hombre, los
razonamientos de los hombres no sirven de nada>>.

Juan contestó: << ¿Entonces para qué n sirve el habla del


hombre?>>. Jesús replicó: <<El hombre como hombre no vale
nada para convertir al hombre a la penitencia; sino que el
hombre como un medio que Dios usa convierte al hombre;
así que viendo que Dios obró en una manera secreta en el
hombre para la salvación del hombre, uno debería escuchar a
todo hombre, para que entre todos pueda ser recibido aquél
en quien Dios nos habla>>.

Santiago contestó: <<Oh maestro, si acaso viniere un falso


profeta y un maestro embustero pretendiendo instruirnos,
¿qué debemos hacer?>>.

124

Jesús respondió en parábola: <<Un hombre va a pescar con


una red, y allí atrapa él muchos peces, pero aquellos que son
malos él los arroja a lo lejos.Un hombre salió a sembrar, pero
solo el grano que cayó en buena tierra dio semilla. Así debéis
hacer vosotros, escuchando a todos y recibiendo sólo la
verdad, viendo que sólo la verdad da fruto para la vida
eterna>>.

Entonces dijo Andrés: << ¿Pero cómo puede distinguirse la


verdad?>>. Jesús respondió: <<Todo lo que esté de acuerdo en
el libro de Moisés, eso recibidlo como cierto; viendo que Dios
es uno, la verdad es una; por lo tanto se sigue que la doctrina
es una y el signi cado de la doctrina es uno; y por lo tanto la
fe es una. En verdad os digo que si la verdad no hubiese sido
borrada del libro de Moisés, Dios no habría dado a David
nuestro padre el segundo. Y si el libro de David no hubiese
sido contaminado, Dios no me habría encomendado el
Evangelio; ya que el Señor nuestro Dios es incambiable, y
sólo ha hablado un mensaje a todos los hombres. Por lo tanto,
cuando el Mensajero de Dios venga, el vendrá a limpiar todo
con lo que los impíos hayan contaminado mi libro>>.

Entonces contestó el que escribe: <<Oh maestro, ¿qué ha de


hacer un hombre cuando la Ley sea hallada contaminada y
hable un falso profeta?>>. Jesús respondió: <<Grande es tu
pregunta, oh Bernabé: por lo tanto te digo que en un tiempo
así pocos se salvan, viendo que los hombres no consideran su
n, el cual es Dios. Como que Dios vive, ante Cuya Presencia
comparece mi alma, toda doctrina que haga al hombre
desviarse de su n, el cual es Dios, es una doctrina muy mala.
Por lo tanto hay tres cosas que debes considerar en una
doctrina – a saber, amor hacia Dios, piedad hacia el prójimo,
y odio hacia uno mismo, el cual ha ofendido a Dios, y lo
ofende cada día. Por lo tanto toda doctrina que sea contraria
a estas tres cosas principales, evítala, porque es malísima.

125

Regresaré ahora a hablar acerca de la avaricia; y os digo que


cuando el sentido quiera adquirir una cosa o guardarla
tenazmente, la razón debe decir: “Esa cosa tendrá n”. Es
cierto que si ella tendrá n es una locura quererla. Por lo
tanto es más adecuado para uno querer y conservar aquello
que no tendrá fin.

Que la avaricia sea cambiada a limosnas, distribuyendo


justamente lo que un hombre haya adquirido injustamente.
Y que él haga tal lo que su mano derecha dé, la mano
izquierda no lo sepa. Porque los hipócritas cuando dan
limosnas desean ser vistos y elogiados por el mundo. Pero
verdaderamente ellos son vanos, viendo que para quien un
hombre trabaja él recibe su salario. Si, entonces, un hombre
quiere recibir algo de Dios, debe él servir a Dios solamente. Y
ved que cuando hagáis caridad, consideréis que estáis
dándole a Dios todo lo que dais por amor de Dios. Por lo
tanto no seáis lentos en dar, y dad de lo mejor que tengáis,
por amor de Dios.

Decidme, ¿deseáis vosotros recibir algo que sea malo?


Ciertamente no. ¡Oh polvo y cenizas! Entonces ¿cómo tenéis
fe en vosotros si dais algo malo por amor a Dios? Sería mejor
no dar nada que dar una cosa mala; porque al no dar tendréis
alguna excusa según el mundo; pero al dar una cosa sin valor,
dejando lo mejor para vosotros mismos, ¿cuál será la excusa?
Y esto es todo lo que tengo para deciros acerca de la
penitencia>>.

Bernabé contestó: << ¿Cuánto debe durar la penitencia?>>.


Jesús respondió: <<En tanto que un hombre está en el estado
de pecado él siempre debe arrepentirse y hacer penitencia
por ello. Por lo tanto como la vida humana siempre peca, así
siempre se debe hacer penitencia; a menos que toméis más
en cuenta a vuestros zapatos que a vuestra alma, ya que cada
vez que vuestros zapatos están rotos vosotros los
remendáis>>.

126

Habiendo reunido Jesús a sus discípulos, los envió de dos en


dos por la región de Israel, diciendo: <<Id y predicad como lo
habéis oído>>. Entonces ellos se inclinaron y él puso sus
manos sobre las cabezas, diciendo: <<En el nombre se Dios,
dad saludos a los enfermos, expulsad a los demonios, y
desengañad a Israel acerca de mí, diciéndoles lo que yo dije
ante el sumo sacerdote>>.

Ellos partieron entonces, todos ellos excepto el que escribe,


con Santiago y Juan: y fueron todos por la Judea, predicando
penitencia tal como Jesús les había dicho, curando todo tipo
de enfermedades, tanto que en Israel fueron con rmadas las
palabras de Jesús de que Dios es Uno y Jesús es profeta de
Dios. Cuando ellos vieron a tal multitud, hacían lo que Jesús
hacía en cuanto a curar a los enfermos.

Pero los hijos del demonio encontraron otra manera de


perseguir a Jesús, y esto fue los sacerdotes y escribas. Así que
ellos empezaron a decir que Jesús aspiraba a la monarquía
sobre Israel. Pero ellos temían a la gente común, así que
conspiraban contra Jesús secretamente.

Habiendo pasado por Judea los discípulos regresaron a Jesús,


el cual los recibió como un padre recibe a sus hijos, diciendo:
<<Decidme, ¿cómo ha obrado el Señor nuestro Dios?
¡Ciertamente he visto a Satanás caer bajo vuestros pies y a
vosotros pisoteándolo como el viñador pisando las uvas!>>.

Los discípulos respondieron: <<Oh maestro, hemos sanado a


incontables personas enfermas, y expulsamos a muchos
demonios que atormentaban a los hombres>>. Dijo Jesús:
<<Dios os perdone, oh hermanos, porque habéis pecado al
decir “hemos sanado”, viendo que es Dios quien ha hecho
todo>>. Entonces dijeron ellos: “Hemos hablado tontamente;
por lo tanto, enséñanos como hablar”.

Jesús contestó: <<En toda obra buena decid: “Dios ha hecho”


y en toda mala decid: “Yo he pecado”>>. <<Así haremos>>, le
dijeron los discípulos. Entonces dijo Jesús: <<¿Qué dijo
entonces Israel, habiendo visto que Dios hace por manos de
tantos hombre lo que Dios hizo por mis manos?>>.

Los discípulos contestaron: <<Ellos dicen que hay un Dios


solamente y que tú eres el profeta de Dios>>.

Jesús respondió con cara alegre: << ¡Bendito sea el Santo


Nombre de Dios, el Cual no ha despreciado el deseo de mí,
Su siervo!>>. Y cuando él hubo dicho esto ellos se retiraron a
descansar.

127

Jesús partió del desierto y entró a Jerusalén; y así que todas las
gentes corrieron al templo para verlo. Entonces después de la
lectura de los Salmos Jesús subió al pináculo donde los
escribas solían subir, y, habiendo hecho señal de silencio con
la mano, dijo: <<Bendito sea el santo Nombre de Dios – oh
hermanos – Quien nos creó del barro de la tierra, y no de
espíritu llameante. Porque cuando nosotros pecamos
encontramos misericordia ante Dios, la cual Satanás nunca
encontrará, ya que por su soberbia él es incorregible,
diciendo que él es siempre noble, ya que él es espíritu
llameante.

¿Habéis oído, hermanos, lo que dijo nuestro padre David


acerca de nuestro Dios, que El recuerda que somos polvo y
que nuestro espíritu se va y no regresa de nuevo, por lo tanto
Él tiene misericordia de nosotros? Benditos sean los que
conozcan estas palabras, ya que ellos no pecarán contra su
Señor eternamente, ya que después de que pecan ellos se
arrepienten, así que su pecado no permanece. Ay de los que
se ensalzan, porque ellos serán humillados a los carbones
ardientes del in erno. Decidme hermanos, ¿cuál es la causa
de la auto exaltación? ¿Hay acaso bien alguno aquí en la
Tierra? No, por seguro, ya que como dijo Salomón, el profeta
de Dios: “Todo lo que hay bajo el sol es vanidad”. Pero si las
cosas del mundo no nos dan razón para ensalzarnos en
nuestro corazón, mucho menos nos da razón nuestra vida; ya
que está cargada de muchas miserias, ya que todas las
creaturas inferiores al hombre pelean contra nosotros. ¡Oh,
cuantos han sido matados por el calor ardiente del verano;
cuántos han sido por la escarcha y el frío del invierno;
cuántos han sido matados por el relámpago y el granizo;
cuántos se han ahogado en la mar por la furia de los vientos;
cuantos han muerto de peste, de hambre, o porque han sido
devorados por las bestias salvajes, mordidos por las
serpientes, ahogados por el alimento! ¡Oh hombre infeliz,
que se exalta a sí mismo habiendo tanto que lo aqueja,
estando las criaturas acechándolo en todo lugar! ¿Pero qué
diré de la carne y el sentido, que desean sólo iniquidad; del
mundo, que no ofrece más que pecado, de los malvados, que,
sirviendo a Satanás, persiguen a quien vive de acuerdo con la
Ley de Dios? Cierto es, hermanos, que si el hombre, como
dijo nuestro padre David, considerase con sus ojos la
eternidad, él no pecaría.

Ensalzarse en el corazón no es sino poner un candado a la


piedad y la misericordia de Dios, para que él no perdone.
Porque nuestro padre David dijo que nuestro Dios recuerda
que no somos más que polvo y que nuestro espíritu se va y no
regresa otra vez. El que se ensalza a sí mismo, entonces, niega
que él es polvo, y por lo tanto, no conociendo su origen, él no
pide ayuda, y así hace enojar a Dios, Quien puede ayudarlo.
Como que Dios vive, ante Cuya Presencia comparece mi
alma, Dios perdonaría a Satanás si Satanás conociese su
propia miseria y pidiese misericordia a su Creador, Quien es
Bendito eternamente.

128

Entonces, hermanos, yo, un hombre, polvo y barro, que


camina sobre la Tierra, os digo: Haced penitencia y conoced
vuestros pecados, Yo digo, hermanos, que Satanás, por medio
de los soldados romanos, os engañó cuando dijisteis que yo
era Dios. Por lo, tanto tened cuidado y no los creáis, viendo
que ellos han caído bajo la maldición de Dios, adorando a los
dioses falsos y mentirosos; así como nuestro padre David
invocó una maldición sobre ellos, diciendo: “Los dioses de las
naciones son plata y oro, la obra de sus manos; que tienen
ojos y no ven, tienen orejas y no oyen, tienen nariz y no
huelen, tienen boca y no comen, tienen lengua y no hablan,
tienen manos y no tocan, tienen pies y no caminan”. Por lo
tanto dijo David nuestro padre, rezando a nuestro Dios vivo:
“Que como ellos sean los que los hacen y los que en ellos
confían”.

¡Oh soberbia sin precedente, este orgullo del hombre, que


siendo creado por Dios de la tierra olvida su condición y
quisiera hacer a Dios a su propio gusto! Así él
silenciosamente se burla de Dios, tal como si dijera: “No tiene
caso servir a Dios”. Porque así lo muestran los sus obras. A
esto desea Satanás reduciros, oh hermanos, al hacer que
creáis que yo soy Dios; ya que, no siendo capaz de crear una
mosca, y siendo temporal y mortal, no os puedo dar nada de
utilidad, viendo que yo mismo tengo necesidad de todo.
¿Cómo, entonces, podría yo ayudaros en todas las cosas,
como es propio de Dios?

¿Podremos entonces nosotros, que tenemos como nuestro


Dios al gran Dios que creó al Universo con su Palabra,
burlarnos de los gentiles y sus dioses?. Hubo dos hombres
que vinieron aquí al templo a rezar: uno era un fariseo y el
otro un publicano. El fariseo se acercó al santuario, y rezando
con su cara levantada decía: “Gracias te doy, oh Señor Dios
mío, porque no soy como otros hombres, pecadores, que
hacen toda maldad, y especialmente este publicano; ya que
yo ayuno dos veces a la semana y doy el diezmo de lo que
poseo”. El publicano permanecía alejado, postrado en el
suelo, y golpéandose al pecho decía con la cabeza agachada:
“¡Señor, yo no soy digno de mirar al cielo ni a Tu Santuario,
porque yo he pecado mucho; ten misericordia de mí”.

Verdaderamente os digo que el publicano salió del templo en


mejor estado que el fariseo, ya que nuestro Dios lo justi có,
perdónale todos sus pecados. Pero el fariseo salió en peor
estado que el publicano, porque nuestro Dios lo rechazó,
viendo sus obras como una abominación.

129

¿Acaso el hacha se jacta de haber cortado el bosque donde un


hombre ha puesto un jardín?. No, seguramente, ya que el
hombre hizo todo, sí, e hizo el hacha, con sus manos. Y tú, oh
hombre, ¿te jactarías de haber hecho algo que es bueno,
viendo que es nuestro Dios te creó de barro y obró en tí todo
el bien que es hecho?. ¿Y por qué desprecias tú a tu prójimo?
¿Qué no sabes que si Dios no te hubiese protegido de Satanás
tú serías peor que Satanás?

¿No sabes acaso que un sólo pecado cambio al ángel más


bello en el demonio más repulsivo; y que al hombre más
perfecto que ha existido en el mundo – el cual fue Adán – el
pecado lo cambió en un ser miserable, sometiéndolo a lo que
nosotros sufrimos, junto con toda su descendencia? ¿Que
decreto, entonces, tienes tú, en virtud del cual puedas vivir a
tu placer sin ningún temor? ¡ay de ti, oh barro!, porque ya
que tú has exaltado a tí mismo por encima de Dios, Quien te
creó, tú serás humillado bajo los pies de Satanás, el cual está
acechándote>>.

Y habiendo dicho esto, Jesús rezó, levantando sus manos al


Señor, y las gentes dijeron: <<Así sea! ¡Así sea!>>. Cuando el
hubo terminado su oración descendió del pináculo. Entonces
fueron traídos ante él muchos enfermos a los cuales él curó, y
partió del templo. Entonces Simón, un leproso a quien Jesús
había sanado, lo invitó a comer pan. Los sacerdotes y
escribas, quienes odiaban a Jesús, reportaron a los soldados
romanos lo que Jesús había dicho contra sus dioses. Porque
ciertamente ellos estaban buscando cómo matarlo, pero no
encontraban cómo, ya que ellos temían a la gente.

Jesús, habiendo entrado a la casa de Simón, se sentó a la


mesa. Y mientras él estaba comiendo, he aquí una mujer
llamada María, una pecadora pública, entró a la casa, y se
dejó caer al suelo atrás de los pies de Jesús, y los lavó con sus
lágrimas, los untó con un precioso ungüento, y los secó con
los cabellos de su cabeza. Simón se escandalizó, con todos los
comenzales, y ellos dijeron: <<Si este hombre fuera un
profeta él sabría quién y de qué clase es esta mujer, y no le
permitiría tocarlo>>. Entonces dijo Jesús: <<Simón, tengo una
cosa que decirte>>. Simón respondió: <<Habla maestro, ya
que yo deseo tu palabra>>.

130

Jesús dijo: <<Hubo un hombre que tenía dos deudores. Uno


le debía a su acreedor 50 monedas y el otro 500. Entonces,
cuando ninguno de los dos tenía con qué pagar, el acreedor,
movido a compasión, le perdonó la deuda a cada uno. ¿Cuál
de ellos amará más a su acreedor?>>. Simón contestó:
<<Aquel al que le fue perdonada la deuda mayor>>.

Dijo Jesús: <<Has dicho bien; yo te digo, por lo tanto, mira a


esa mujer y a ti mismo; porque vosotros dos eráis deudores
de Dios; uno por la lepra del cuerpo, y la otra por la lepra del
alma, que es el pecado. Dios nuestro Señor, movido a
compasión a través de mis oraciones, quiso sanar tu cuerpo y
su alma. Tú, por lo tanto, me amas poco, porque tú has
recibido poco como regalo. Y así, cuando yo entré a tu casa tú
no me besaste ni ungiste mi cabeza. Pero esta mujer
inmediatamente al entrar yo en tu casa se puso a mis pies, los
cuales ella lavó con lágrimas y los ungió con ungüento
preciosos. Por lo tanto en verdad te digo, que muchos
pecados le son perdonados a ella, porque ella amó mucho>>.
Y volviéndose a la mujer él dijo: <<Vete en paz, porque el
Señor nuestro Dios ha perdonado tus pecados; pero vé que
no peques más. Tu fe te ha salvado>>.

131

Sus discípulos se acercaron a Jesús después de la oración de la


noche, y dijeron: <<Oh maestro, ¿cómo debemos escapar de
la soberbia?>>. Jesús contestó: <<Habéis visto a un hombre
pobre invitado a comer pan en la casa de un príncipe?>>.
Juan contestó: <<Yo he comido pan en la casa de Herodes.
Porque antes de conocerte yo iba a pescar, y solía vender el
pescado a la familia de Herodes. Entonces, un día cuando él
estaba en un banquete, habiendo llevado yo un buen
pescado, él me hizo quedarme y comer allí>>.

Entonces dijo Jesús: <<Ahora, ¿cómo pudiste comer pan con


in eles? ¡Que Dios te perdone, Juan! pero dime, ¿Cómo te
comportaste a la mesa? ¿Trataste de tener el lugar más
honorable? ¿Pediste la comida más delicada? ¿Hablaste a la
mesa cuando no te preguntaban? ¿Te consideraste más digno
de sentarte a la mesa que los demás?>>. Juan contestó:
<<Como que Dios vive, yo no me atreví a levantar los ojos,
viéndome a mi, un pobre pescador, mal vestido, sentado
entre los varones del rey. Entonces, cuando el rey me dio un
pequeño pedazo de carne, me pareció que el mundo caía
sobre mi cabeza, por la grandeza del favor que el rey me
hacía. Y verdaderamente digo que, si el rey hubiera sido de
nuestra Ley, yo hubiera estado dispuesto a servirlo todos los
días de mi vida>>.

Jesús gritó: <<Detente Juan, porque temo que Dios te arroje al


abismo, como a Abiram por tu soberbia!>>. Los discípulos
temblaron de temor por las palabras de Jesús; cuando el dijo
otra vez: <<Temamos a Dios, que él no nos arroje al abismo
por nuestra soberbia. Oh hermanos, ¿habéis oído de Juan qué
es lo que se hace en la casa de un príncipe? ¡Ay de los hombre
que entran al mundo, ya que como ellos viven en soberbia
ellos mueren en desprecio y entrarán a la confusión!. Porque
este mundo es una casa donde Dios agasaja a los hombres,
donde han comido todos los santos y profetas de Dios. Y
verdaderamente os digo, todo lo que un hombre recibe, él lo
recibe de Dios. Por lo tanto el hombre debería comportarse
con la más profunda humildad; conociendo su propia vileza
y la grandeza de Dios, con la gran generosidad con que El nos
sustenta. Por lo tanto no es lícito para el hombre decir: “Ah,
¿porque se hace y se dice esto en el mundo?”, sino más bien
considerarse así mismo como él es en verdad, indigno de
pararse en el mundo ante la mesa de Dios. Como que Dios
vive, ante Cuya Presencia comparece mi alma, no hay nada
tan pequeño recibido aquí en el mundo de la mano de Dios,
sino que en pago el hombre debería pasar su vida para el
amor de Dios.

Como que Dios vive, tú no pecaste, oh Juan, al comer con


Herodes, ya que fue la disposición de Dios que así lo hicieras,
para que tú pudieses ser nuestro maestro y el maestro de
todo el que tema a Dios, Haced así>>, dijo Jesús, <<para que
podáis vivir en el mundo como Juan vivió en la casa de
Herodes cuando el comió pan con él, ya que así estaréis en
verdad libres de toda soberbia>>.

132

Caminando Jesús a lo largo del mar de Galilea fue rodeado


por una gran multitud de gente, así que él se subió a un
pequeño bote que estaba solo a corta distancia de la costa, y
ancló cerca de la tierra para que la voz de Jesús pudiese ser
escuchada. Entonces todos se acercaron al mar, y sentándose
esperaron su palabra. El entonces abrió la boca y dijo: <<He
aquí que un sembrador fue a sembrar, y entonces cuando el
sembraba algunas de las semillas cayeron en el camino, y
estas fueron pisoteadas bajo los pies de las gentes y comidas
por los pájaros; algunas cayeron sobre las rocas, y entonces
cuando germinaron, como no tenían humedad, fueron
quemadas por el sol; algunas cayeron en el seto, y entonces
cuando germinaron las espigas ahogaron a la semilla; y
algunas cayeron en buena tierra, y entonces dieron fruto,
hasta 30, 60 y 100 veces>>.
Otra vez habló Jesús: <<Hé aquí que el padre de una familia
sembró buena semilla en su campo; entonces, cuando los
sirvientes del buen hombre dormían, vino el enemigo del
hombre su amo y sembró malas hierbas sobre la buena
semilla. Entonces, cuando el grano germinó, se vió brotar
entre el grano una gran cantidad de malas hierbas. Los
sirvientes vinieron al amo y dijeron: “Oh señor, ¿no
sembraste tu buena semilla en tu campo? ¿Por qué entonces
ha brotado allí una gran cantidad de cizaña?” El amo
respondió: “Buena semilla sembré yo, pero mientras los
hombres dormían el enemigo del hombre vino y sembró
malas hierbas sobre el grano”.

Dijeron los sirvientes: “¿Quieres que vayamos y arranquemos


la cizaña de entre el grano?”. El amo respondió: “No lo hagáis,
porque podríais arrancar el grano con ellas; pero esperad
hasta que llegue el tiempo de la cosecha. Porque entonces
iréis y arrancaréis la cizaña de entre el grano, y arrojaréis las
hierbas al fuego para quemarlas, pero el grano lo pondréis en
mi granero”>>.

Otra vez dijo Jesús: <<Salieron muchos hombres a vender


higos. Pero cuando ellos llegaron al mercado, hé aquí que las
gentes no buscaban buenos higos sino hojas bonitas. Por lo
tanto los hombres no fueron capaces de vender sus higos. Y
viendo esto, un malvado ciudadano dijo: “En verdad puedo
volverme rico”. Entonces él llamó a sus dos hijos y dijo: “Id y
colectad una gran cantidad de hojas con higos malos”. Y éstas
ellos vendieron por su peso en oro, porque los hombres
estaban muy complacidos con las hojas. Entonces las gentes,
comiendo los higos (malos), se enfermaron de una grave
enfermedad>>.

Otra vez dijo Jesús: <<He aquí que un ciudadano tenía una
fuente, de la cual todos los ciudadanos vecinos tomaban agua
para lavar sus impurezas; pero el ciudadano dejaba que sus
propias ropas se pudrieran>>.

Otra vez dijo Jesús: <<Salieron dos hombres a vender


manzanas. Uno escogió vender la cáscara de las manzanas
por su peso en oro, no importándole nada la sustancia de las
manzanas. El otro quiso dar las manzanas, recibiendo sólo un
poco de pan por su viaje. Pero las gentes compraban las
cáscaras de las manzanas por su peso en oro, no
importándoles el que estaba dispuesto a dárselas, no, incluso
lo despreciaban>>.

Y así ese día habló Jesús a la multitud en parábolas. Entonces


habiéndolos despedido, él fue con sus discípulos a Naím,
donde él había resucitado al hijo de la viuda; el cual, con su
madre, lo recibió en su casa y lo atendió.

133

Sus discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron,


diciendo: <<Oh maestro, dínos el signi cado de las parábolas
que tu hablaste a las gentes>>. Jesús respondió: <<La ora de la
oración se acerca; por lo tanto cuando haya terminado la
oración de la noche yo os diré el signi cado de las
parábolas>>.

Cuando la oración hubo terminado, los discípulos se


acercaron a Jesús y él les dijo: <<El hombre que sembró la
semilla, sobre el camino, sobre las rocas, sobre las espinas,
sobre la buena tierra, es el que enseña la Palabra de Dios, la
cual cae sobre un gran número de hombres. Cae sobre el
camino cuando llega a los caminos de los marineros y los
mercaderes, los cuales por la razón de los largos viajes que
hacen, y la variedad de naciones con quienes tienen trato,
tienen la Palabra de Dios borrada de su memoria por Satanás.
Cae sobre las piedras cuando llega a los oídos de los
cortesanos, ya que por razón de la gran ansiedad con que
ellos sirven al cuerpo de un príncipe la Palabra de Dios no se
hunde en ellos. Puesto que, aunque quizás ellos tengan algo
de memoria de ella, tan pronto como tienen alguna
tribulación la Palabra de Dios se va de sus memorias: ya que,
como ellos no sirven a Dios, ellos no pueden esperar ayuda
de Dios.

Cae entre espinas cuando llega a los oídos de los que aman su
propia vida, porque, aunque la palabra de Dios crezca ante
ellos, cuando crecen los deseos carnales ellos ahogan la buena
semilla de la palabra de Dios, ya que los placeres carnales
hacen que los hombre olviden la Palabra de Dios. La que cae
en buena tierra es cuando la Palabra de Dios llega a los oídos
del que teme a Dios, y entonces da el fruto de la vida eterna.
Verdaderamente os digo, que en toda condición cuando el
hombre teme a Dios la Palabra de Dios fructificará en él.

De la parábola del padre de una familia, en verdad os digo


que él representa a Dios nuestro Señor; padre de todas las
cosas, ya que El creó todas las cosas. Pero El no es un padre a
la manera de la naturaleza, porque El es incapaz del
movimiento, sin el cual la generación es imposible. Es
entonces, nuestro Dios, a quien pertenece este mundo; y el
campo dónde él siembra es la Humanidad, y la semilla es la
Palabra de Dios. Así cuando los maestros son negligentes al
predicar la Palabra de Dios, al estar ocupados en los negocios
del mundo, Satanás siembra el error en el corazón de los
hombres, de donde vienen incontables sectas de doctrina
impía. Los santos y profetas gritan: “Oh Señor, ¿no les diste
tú, entonces, buena doctrina a los hombres? ¿Por qué
entonces, hay tantos errores?”.

Dios contesta: “Yo he dado buena doctrina a los hombres,


pero mientras que los hombres han desistido de la vanidad
Satanás ha sembrado errores para anular mi Ley”. Los santos
dicen: “Oh Señor, nosotros dispersaremos estos errores
destruyendo a los hombres”. Dios responde: “No lo hagáis,
porque los eles están íntimamente unidos a los in eles por
parentesco que los justos serán perdidos con los in eles. Pero
esperad hasta el Juicio, porque en ese tiempo los in eles
serán reunidos por mis ángeles y serán arrojados al fuego con
Satanás, mientras que los buenos eles vendrán a Mi Reino”.
Cierto es, muchos padres in eles engendrarán hijos eles,
por bien de los cuales Dios espera al mundo que se
arrepienta.

134

Los que llevan buenos higos son los verdaderos maestros que
predican la buena doctrina, que se complace en las mentiras,
busca de los maestros hojas de palabras bellas y adulación.
Viendo lo cual, Satanás se une con la carne y el sentido, y trae
una gran cantidad de hojas; o sea, una cantidad de cosas
mundanas, con lo cual él cubre el pecado; recibiendo lo cual,
el hombre se pone enfermo y listo para la muerte eterna.

El ciudadano que tiene agua y da agua a los demás para que


laven sus impurezas, pero deja que sus propias ropas se
pudran, es el maestro que a los demás predica la penitencia
pero él mismo vive todavía en pecado. ¡Oh hombre
miserable, porque no los ángeles sino su propia lengua
escribe en el aire el castigo que es adecuado para él!

Si uno tuviera la lengua de un elefante, y el resto de su


cuerpo fuera tan pequeño como una hormiga, ¿no sería esto
algo monstruoso? Sí, seguramente. Ahora yo os digo,
verdaderamente, que más monstruoso es el que predica
penitente a los demás, pero él mismo no se arrepiente de sus
pecados.

Los dos hombres que venden manzanas son: el uno, el que


predica por amor a Dios, por lo que él no adula a nadie, sino
que predica la verdad, buscando sólo los medios de vida
como un hombre pobre. Como que Dios vive, ante Cuya
Presencia comparece mi alma, dicho hombre no es recibido
por el mundo, sino más bien que despreciado. Pero el que
vende la cáscara por su peso en oro, y tira la manzana, es el
que predica para complacer a los hombres; y, así adulando al
mundo, él arruina el alma que sigue su adulación. ¡Ah,
cuántos han perecido por esta causa!>>.

Entonces contestó el que escribe y dijo: <<¿Cómo debería


escuchar la palabra de Dios; y como puede uno conocer al
que predica por amor a Dios?>>. Jesús contestó: <<El que
predica debería ser escuchado como si fuera Dios quien
hablase, cuando él predique buena doctrina; porque Dios
está hablando a través de su boca. Pero el que no reprueba los
pecados, teniendo respeto de personas, adulando a los
hombres en particular, debe ser evitado como una horrible
serpiente, ya que en verdad él envenena el oído humano.
¡Entendéis vosotros? Verdaderamente os digo, que así como
un hombre herido no tiene necesidad de vendas bonitas para
envolver sus heridas, sino más bien de un buen ungüento, así
tampoco el pecador tiene necesidad de palabras bellas, sino
más bien de unos buenos reproches, para que él pueda cesar
de pecar>>.

135
Entonces dijo Pedro: <<Oh maestro, dime cómo los perdidos
serán atormentados, y cuánto tiempo estarán en el in erno,
para que el hombre pueda huir del pecado>>. Jesús
respondió: <<Oh Pedro, es una gran cosa lo que has
preguntado, no obstante, si place a Dios, yo te contestaré.
Sabed, por lo tanto, que el in erno es uno, sin embargo tiene
siete centros, ya que siete son las puertas del in erno que
Satanás ha generado; así hay siete castigos allí.

Porque el soberbio, que es el más alto en corazón, será


hundido en el centro más bajo, pasando por todos los centros
encima de él, y sufriendo en todos ellos todos los dolores que
hay allí. Y como aquí buscaba él ser más alto que Dios, al
desear actuar según su propia manera, contrario a lo que Dios
ordena, y no deseando reconocer a nadie por encima de él,
así allí será puesto él bajo los pies de Satanás y sus demonios,
los cuales le pisotearán como son pisadas las uvas cuando se
hace el vino, y él será siempre burlado y despreciado por los
diablos.

El envidioso, que aquí se disgusta por el bienestar de su


prójimo y se regocija por su desgracia, bajará al sexto centro,
y allí será mordido por las fauces de un gran número de
serpientes infernales. Y le parecerá que todas las cosas en el
In erno se alegran de su tormento, y se quejan de que él no
haya caído hasta el séptimo centro. Porque aunque los
condenados sean incapaces de alegría alguna, así la Justicia
de Dios hará que así le parezca al miserable hombre
envidioso, Como cuando le parece a uno en un sueño que es
espoleado por alguien y siente tormento por ello – así será el
objeto puesto ante el miserable hombre envidioso. Ya que
cuando no hay alegría en absoluto le parecerá a él que todos
se regocijan por su desgracia, y lamentan que no le haya ido
peor.

El codicioso descenderá al quinto centro, donde él sufrirá


suma pobreza, como sufrió el rico festejador. Y los demonios,
para mayor tormento, le ofrecerán lo que él desee, y cuando
él lo tenga en sus manos otros demonios con violencia se lo
arrebatarán de las manos con estas palabras: “Recuerda que
tú no dabas por amor de Dios, así Dios no quiere que tú ahora
recibas”. ¡Oh hombre infeliz!, ahora él se encontrará en esa
condición en la que él recordará la pasada abundancia y mire
la penuria del presente; ¡y que con los bienes que entonces él
no tenga él podría haber adquirido delicias eternas!

Al cuarto centro irá el lujurioso, donde los que transforman


el camino que les fue dado por Dios estarán como el grano
que se cuece en el estiércol ardiente del demonio. Y allí serán
ellos abrazados por horribles serpientes infernales. Y los que
hubieren pecado con rameras, todos estos actos de impureza
serán transformados para ellos en unión carnal con las furias
infernales; las cuales son demonios como mujeres, cuyo
cabello es serpientes, cuyos ojos son azufre llameante, cuya
boca es venenosa, cuya lengua es cortante, cuyo cuerpo está
rodeado todo con ganchos de púas como los que se usan para
atrapar a los peces tontos, cuyas garras son como las de dos
grifos, cuyas uñas son navajas, y cuyos órganos genitales
tienen dentro fuego. Entonces con éstas todos los lujuriosos
gozarán las brasas infernales que serán su lecho.

Al tercer centro bajará el perezoso que no trabaja ahora. Aquí


hay ciudades construidas y palacios inmensos, que tan
pronto como son terminados tienen que ser demolidos
inmediatamente, porque una sola piedra no está colocada
correctamente. Y estas piedras enormes son colocadas sobre
los hombros del perezoso, el cual no tiene libre las manos
para refrescar su cuerpo al caminar y aliviar la carga, ya que
la pereza le habrá quitado la fuerza a sus brazos, y sus piernas
están encadenadas con serpientes infernales. Y lo que es peor,
detrás de él están los demonios, quienes lo empujan, y lo
hacen caer muchas veces al suelo bajo el peso; ni nadie lo
ayuda a levantarlo; no, siendo demasiado para levantar, una
doble cantidad es colocada sobre él.

Al segundo centro descenderá el glotón. Ahora hay allí


escasez de alimento, en tal grado que no habría nada para
comer sino escorpiones vivos y serpientes vivas, los cuales
dan tal tormento que sería mejor nunca haber nacido para
comer ese alimento. En verdad le son ofrecidas por los
demonios, en apariencia, carnes delicadas; pero ya que ellos
tienen sus manos y pies atados con grilletes de fuego, ellos no
pueden extender la mano en la ocasión que la carne le es
presentada. Pero lo que es peor, esos mismos escorpiones que
él come devorarán su estómago, y no siendo capaces de salir
rápidamente, abrirán las partes internas del glotón. Y cuando
ellos salen sucios e impuros, como ellos son, ellos son
comidos otra vez.

El colérico desciende al primer centro, donde él es insultado


por todos los demonios y por todos los condenados que van
más bajo que él. Ellos lo golpean y pinchan, haciéndole yacer
sobre el camino por donde ellos pasan, plantándole sus pies
en la garganta. Sin embargo no es capaz de defenderse, ya
que él tiene sus manos y pies atados. Y lo que es peor, él no es
capaz de dar escape a su ira insultando a otros, ya que su
lengua está atrapada por un gancho, como el que usa el
vendedor de pescado.

En este maldito lugar habrá un castigo general, común a


todos los centros, como la mezcla de varios granos para hacer
una hogaza. Ya que el fuego, el hielo, la tormenta de truenos,
relámpagos, azufre, frío, viento, frenesí, terror, serán todos
unidos por la Justicia de Dios, y en tal manera que el frío no
templará al calor ni el fuego al hielo, sino que cada uno dará
tormento al miserable pecador.

136

En este lugar maldito vivirán los in eles eternamente; tanto


que si el mundo estuviera lleno con granos de mijo, y un sólo
pájaro una vez en cien años se llevase un solo grano para
vaciar el mundo – si cuando estuviera vacío fuera posible
que los in eles fueran a ir al Paraíso, ellos descansarían
felices. Pero no hay esta esperanza, ya que su tormento no
puede tener n, ya que ellos no estuvieron dispuestos por
amor de Dios a poner n a su pecado. Pero los eles tendrán
consuelo, porque su tormento tendrá fin>>.

Los discípulos se atemorizan al oír esto, y dijeron: <<Señor,


¿entonces los eles deben entrar al in erno?>>. Jesús
respondió: <<Todos, sean quienes sean, deben entrar al
in erno. Es cierto, sin embargo, que los santos y profetas de
Dios irán allí para mirar, sin sufrir castigo alguno; y los justos,
sólo sufriendo temor. ¿Y qué digo yo? Os digo que allí irá
incluso el Mensajero de Dios,para contemplar la Justicia de
Dios. Entonces en In erno arderá ante su presencia. Y ya que
el tiene carne humana, todos los que tengan carne humana y
estén siendo castigados, en tanto que el Mensajero de Dios
permanezca allí para contemplar el in erno, durante ese
tiempo estarán ellos sin castigo. Pero él permanecerá allí solo
lo que toma cerrar y abrir los ojos. Y esto lo hará Dios para
que toda creatura sepa que ella ha recibido bene cio del
Mensajero de Dios.

Cuando el vaya allí todos los demonios gritarán, y tratarán de


esconderse debajo de las brasas ardientes, diciendo unos a
otros: “Volad, volad, que aquí viene Mohammed nuestro
enemigo!”. Al oír lo cual Satanás se golpeará la cara con
ambas manos, y gritando dirá: “¡Tú eres más noble que yo, a
mi pesar, y eso es injusto!”.

En cuanto a los eles, los cuales son en 72 grados, aquellos de


los últimos dos grados, los cuales hayan tenido la fe sin obras
– uno entristeciéndose por las buenas obras, y el otro
deleitándose en el mal – ellos vivirán en el in erno 70.000
años. Después de esos años vendrá al in erno el Angel
Gabriel, y los oirá diciendo: “Oh Mohammed, donde están tus
promesas hechas a nosotros, diciendo que quienes tengan tu
fe no vivirán en el in erno eternamente?”. Entonces el ángel
de Dios regresará al Paraíso, y habiéndose acercado con
reverencia al Mensajero de Dios le marrará lo que oyó.
Entonces su Mensajero le hablará a Dios y dirá: “Señor, Dios
mío, recuerda la promesa hecha a mí, Tu siervo, acerca de los
que recibieron mi fe, de que ellos no vivirán eternamente en
el In erno”. Dios responderá: “Pide lo que quieras, oh Mi
amigo, ya que Yo te daré todo lo que pidas”.

137

Entonces el mensajero de Dios dirá: “Oh Señor, hay entre los


eles quienes han estado en el In erno 70.000 años. ¿Donde,
Señor, está tu misericordia? Te ruego, Señor, que los libres de
esos amargos castigos”. Entonces Dios ordenará a los cuatro
ángeles favoritos de Dios que vayan al in erno y saquen a
todo el que tenga la fe de Su Mensajero, y los conduzca al
paraíso. Y esto ellos harán. Y será tal la ventaja de la religión
del Mensajero de Dios, que quienes hayan creído en él, aún
cuando no hayan hecho ninguna buena obra, ya que ellos
murieron en esta fe, irán al Paraíso después del castigo del
que he hablado>>.
138

Cuando la mañana llegó, temprano, todos los hombre de la


ciudad, con las mujeres y los niños, acudieron a la casa donde
estaba Jesús con sus discípulos, y le rogaron diciendo:
<<Señor, ten piedad de nosotros, porque este año los gusanos
se han comido el grano, y no recibiremos pan alguno en
nuestra tierra>>.

Jesús contestó: <<Oh qué miedo el vuestro! ¿No sabéis que


Elías, el siervo de Dios, mientras continuó la persecución de
Ahab durante tres años, no vio pan, alimentándose sólo de
hierbas silvestres? David nuestro padre, el profeta de Dios,
por dos años comió frutas y hierbas silvestres, andando
perseguido por Saúl, tanto que solamente dos veces comió
pan él>>.

Los hombres respondieron: <<Señor, ellos eran profetas de


Dios, alimentados de placer espiritual, y por lo tanto ellos
soportaron bien; pero ¿como vivirán estos pequeños?>>, y
ellos le mostraron la multitud de sus hijos. Entonces Jesús
tuvo compasión de su miseria, y dijo: <<¿Cuánto falta para al
cosecha?>>. Ellos respondieron: <<Veinte días>>. Entonces
dijo Jesús: <<Ved que durante estos veinte días nos
dediquemos al ayuno y la oración; ya que Dios tendrá
misericordia de vosotros. En verdad os digo, Dios ha
provocado esta escasez porque aquí empezó la locura de los
hombres y el pecado de Israel cuando ellos dijeron que yo
era Dios, o hijo de Dios>>.

Cuando ellos hubieron ayunado por 19 días, en la mañana del


vigésimo día, ellos vieron los campos y los cerros cubiertos
de grano maduro. Entonces corrieron ellos ante Jesús, y le
contaron todo. Y cuando él lo hubo oído Jesús le dio las
gracias a Dios, y dijo: <<Id, hermanos, recoged el pan que
Dios os ha dado>>. Los hombres recogieron tanto grano que
no sabían donde almacenarlo; y esto fue la causa de plenitud
en Israel. Los ciudadanos se aconsejaron a poner a Jesús
como rey de ellos; sabiendo lo cual él huyó de ellos. Por lo
tanto los discípulos anduvieron buscándolo durante quince
días.

139

Jesús fue hallado por el que escribe, y por Santiago con Juan.
Y ellos, llorando, dijeron: “Oh maestro, ¿por qué escapaste de
nosotros ? Te hemos buscado penando; sí todos los discípulos
te buscan llorando”, Jesús contestó: “Huí porque supe que
una hueste de demonios está preparando para mí lo que en
corto tiempo veréis. Porque se levantarán contra mí los jefes
de los sacerdotes con los ancianos del pueblo, y obtendrán
autoridad del gobernador romano para matarme, ya que
ellos temerán que yo quiera usurpar el reino de Israel. Más
aún yo seré vendido por uno de mis discípulos, como José
fue vendido por uno de mis discípulos, como José fue
vendido en Egipto. Pero el justo Dios lo hará fallar, como dijo
el profeta David: “El hará caer en el hoyo a quien tendió una
trampa para su vecino”. Ya que Dios me salvará de las manos
de ellos, y me sacará del mundo”.

Los tres discípulos tuvieron miedo; pero Jesús los consoló


diciendo “No temáis, porque ninguno de vosotros me
traicionará”. Con lo cual ellos recibieron algo de consuelo. Al
día siguiente vinieron, de dos en dos, 36 de los discípulos de
Jesús; y él permaneció en Damasco esperando a los demás. Y
todos ellos se lamentaban, porque supieron que Jesús debería
partir del mundo. Entonces él abrió la boca y dijo: “Infeliz
ciertamente es el que camina sin saber a dónde va; pero más
infeliz es el que es capaz y sabe cómo llegar a una buena
hostería, y sin embargo desea y quiere permanecer en el
camino inhóspito, en la lluvia, y en peligro de asaltantes.
Decidme hermanos, ¿es este mundo nuestro país nativo ?
Seguramente no, ya que el primer hombre fue arrojado al
mundo como en exilio, y allí el sufre el castigo a su error.
¿Puede hallarse acaso algún exiliado que no aspire a regresar
a su propio rico país cuando él se encuentra en pobreza ?.
Seguramente la razón lo niega, pero la experiencia lo prueba,
porque los amantes del mundo no pensarán en la muerte; no,
cuando uno les habla de ello, ellos no escucharán a sus
palabras.

140

Creed, oh hombres, que yo vine al mundo con un privilegio


que ningún hombre ha tenido, ni siquiera el Mensajero de
Dios lo tiene; ya que Dios no creó al hombre par ponerlo en
el mundo, sino más bien para colocarlo en el paraíso. Seguro
es que el que no tiene esperanza de recibir nada de los
romanos, ya que ellos son de una ley que es extraña a él, no
está dispuesto a dejar su propio país con todo lo que el tiene,
para nunca regresar e ir a vivir a Roma. Y mucho menos
haría eso él cuando él mismo sabe que ha ofendido a César.
Así mismo os digo en verdad y Salomón, el profeta de Dios,
grita conmigo: “Oh muerte, qué amargo es tu recuerdo para
los que tienen descanso en sus riquezas”. Yo no digo esto
porque yo tenga que morir ahora; ya que yo estoy seguro de
que viviré hasta cercano el n del mundo. Pero yo os hablaré
de esto para que podáis aprender a morir. Como que Dios
vive, todo lo que es hecho, aunque sea una vez, muestra que
para hacer bien una cosa es necesario ejercitarse uno en ello.

¿Habéis visto a los soldados, cómo en tiempo de paz ellos se


ejercitan unos con otros como si estuvieran en guerra?, ¿pero
cómo va a morir una buena muerte elhombre , si no ha
aprendido a morir bien ?. “Preciosa es la muerte del santo a la
vista del Señor”, dijo el profeta David, ¿Sabéis por qué ? Yo os
lo diré: es por qué? Yo os lo diré: es porque, así como todas las
cosas raras son preciosas, así la muerte de los que mueren
bien, como son escasos, es preciosa a la vista de Dios nuestro
Creador. Con seguridad, cuando un hombre empieza algo,
no sólo está dispuesto a terminar lo mismo, sino que él se
esfuerza para que su plan pueda tener una buena conclusión.

Oh hombre miserable, que aprecia a su ropa más que así


mismo; ya que cuando él corta tela él mide cuidadosamente
antes de cortarla; y cuando está cortado la cose él con
cuidado. Pero su vida – la cual nació para morir, tanto que
sólo no muere el que no nació – ¿ por qué no miden los
hombres su vida con la muerte ?

¿Habéis visto a los que construyen, cómo para cada piedra


que colocan tienen ellos en vista los cimientos, midiéndolos
para que estén derechos, para que la pared no caiga ? !Oh
hombre miserable! porque con mayor ruina caerá el edi cio
de su vida, ya que él no mira al cimiento de la muerte.

141

Decidme: cuando un hombre nace, ¿cómo nace?, él nace


desnudo. Y cuando él es colocado muerto bajo la tierra, ¿qué
ventaja tiene él ? Un vil trapo de tela, con el cual él es un
venado: y ésta es la recompensa que el mundo le da. Ahora si
los medios en toda obra deben ser proporcionales al
comienzo y al nal, para que la obra pueda ser llevada a buen
n, ¿ qué n tendrá el hombre que desea riquezas terrenales ?
El morirá, como dijo David, el profeta de Dios: “El pecador
morirá una muerte pésima”. Si un hombre cosiendo tela
enhebrase vigas en vez de hilo en la aguja, ¿cómo alcanzaría
la obra (su n) ? De seguro el trabajaría en vano, y sería
despreciado en vano y sería despreciado por sus vecinos.
Ahora bien, el hombre no ve que él está haciendo esto
constantemente cuando él acumula bienes mundanos,
porque la muerte es la aguja, donde las vigas de los bienes
terrenales no pueden ser enhebrados. No obstante en su
locura él se esfuerza constantemente para hacer que el
trabajo tenga éxito, pero en vano.

Y el que no crea en mis palabras, que mire las tumbas porque


allí encontrará él la verdad. El que quisiere volverse sabio
más que todos los demás en el temor de Dios, que estudie el
libro de la tumba, ya que allí encontrará él la verdadera
doctrina para su salvación. Ya que él sabrá cuidarse del
mundo, la carne y el sentido, cuando él vea que la carne está
reservada para ser alimento de los gusanos.

Decidme, si hubiere un camino que fuera tal que caminando


por el medio de él un hombre fuese seguro, pero caminando
por las orillas se rompiese él de cabeza; ¿qué dirías si vieseis a
los hombres compitiendo unos con otros, y esforzándose en
emulación para quedar más cerca de la orilla y matarse? ¡Qué
asombrados estaríais! Seguramente diríais: “Ellos están locos
y frenéticos, y si no están locos están desesperados”. “Así es”,
respondieron los discípulos..

Entonces Jesús lloró y dijo: “Así verdaderamente, son los


amantes del mundo. Ya que si ellos vivieran de acuerdo a la
razón, que mantiene un lugar medio en el hombre, ellos
seguirían la ley de Dios, y serían salvados de la muerte eterna.
Pero ya que ellos siguen a la carne y al mundo ellos están
locos, y crueles enemigos de sí mismos, esforzándose para
vivir más arrogantemente y más lascivamente unos que
otros”.

142

Judas, el traidor, cuando vio que Jesús había escapado de las


gentes, perdió la esperanza de volverse poderoso en el
mundo, porque él cuidaba del bolso de Jesús donde se
guardaba todo lo que le era dado por amor de Dios. El tenía
esperanza de que Jesús se volviese rey de Israel, y así él
mismo fuese un hombre poderoso. Por lo tanto, habiendo
perdido esta esperanza, él se dijo en su corazón: “Si este
hombre fuera un profeta, él sabría que yo robo su dinero; así
que él perdería la paciencia y me expulsaría de su servicio,
sabiendo que yo no creó en él. Y si él fuera un hombre sabio
él no huiría del honor que Dios quiere darle. Por lo tanto
sería mejor que yo haga arreglos con los jefes de los
sacerdotes y con los escribas y fariseos, y vea cómo
entregárselos en sus manos, ya que así podré obtener yo algo
bueno”. Entonces, habiendo hecho su resolución, él informó
a los escribas y fariseos cómo había sucedido el asunto en
Naím. Y ellos se aconsejaron con el sumo sacerdote, diciendo:
“¿Qué haremos si este hombre se vuelve rey ? Ciertamente
nos irá mal; ya que él está dispuesto a reformar la adoración a
Dios según la antigua costumbre, ya que él no puede
prescindir de nuestras tradiciones. Ahora, ¿cómo nos irá bajo
la soberanía de ese hombre? Seguramente todos nosotros
pereceremos con nuestros hijos: ya que siendo expulsados de
nuestro puesto tendremos que mendigar nuestro pan.

Nosotros ahora, alabado sea Dios, tenemos un rey y un


gobernador que son ajenos a nuestra Ley, así como a nosotros
no nos importa la de ellos. Y así nosotros podemos hacer lo
que queremos; ya que incluso aunque pequemos, nuestro
Dios es tan misericordioso que él es aplacado con sacri cio y
ayuno. Pero si este hombre se vuelve rey él no será aplacado
a nos ser que él vea la adoración de Dios según como lo
escribió Moisés; y lo que es peor, él dijo que el Mesías no
vendrá del linaje de David como nos lo ha dicho uno de sus
principales discípulos, no que dijo que él vendrá del linaje de
Ismael y no en Isaac. ¿Cuál será entonces el fruto si se deja
que este hombre viva ? Seguramente los ismaelitas se aliarán
con los romanos, y éstos les darán nuestra tierra en posesión;
y así Israel otra vez estará sujeto a la esclavitud como lo fue
antes “. Por lo tanto, habiendo odio la propuesta, el sumo
sacerdote dio respuesta de que él debía tratar con Herodes y
con el gobernador, “porque las gentes están tan inclinadas
hacia él que sin los soldados no seremos capaces de hacer
nada; y quiera Dios que con los soldados podamos completar
este asunto”. Entonces, habiéndose aconsejado entre ellos,
planearon atraparlo de noche, cuando el gobernador y
Herodes hubieran estado de acuerdo.

143

Entonces, vinieron todos los discípulos a Damasco, por la


Voluntad de Dios. Y ese día Judas el traidor, más que ninguno
otro, manifestó haber sufrido mucha pena por la ausencia de
Jesús. Por lo tanto Jesús le dijo: <<Que todo hombre se cuide
de quien sin ocasión se esfuerza para darte señales de
amor>>. Y Dios nos quitó el entendimiento, para que no
pudiésemos saber con qué propósito dijo él esto.

Después de la llegada de todos los discípulos, Jesús dijo:


<<Regresemos a Galilea, porque así me lo ha dicho el ángel
de Dios, que es necesario que yo vaya allí>>. Así que, un
sábado en la mañana, Jesús llegó a Nazaret. Cuando los
ciudadanos reconocieron a Jesús, todos quisieron verlo.
Entonces un publicano, de nombre Zaqueo, que era de corta
estatura, no siendo capaz de ver a Jesús por razón de la gran
multitud, se trepo a un sicomoro, y allí espero a que pasara
Jesús cuando fuera a la sinagoga. Jesús entonces, habiendo
llegado a ese lugar, levantó la vista u dijo: <<Baja, Zaqueo,
porqué hoy permaneceré en tú casa>>.

El hombre bajo y lo recibió con agrado, haciendo un


banquete espléndido. Los fariseos murmuraron, diciendo a
los discípulos de Jesús: <<¿Por qué ha ido vuestro maestro a
comer con publicanos y pecadores?>>. Jesús respondió:
<<¿Por qué causa entra el médico a una casa? Decidme, y yo
os diré por qué he venido aquí>>. Ellos contestaron: <<A
curar al enfermo>>. <<Decís la verdad>>, dijo Jesús, <<ya que
los sanos no tienen necesidad de medicina, sólo los enfermos.

144

Como que Dios vive, ante Cuya Presencia mi alma


comparece, Dios envió a Sus profetas y siervos al mundo
para que los pecadores se arrepintiesen; y El no los envió
para el bien de los justos, ya que ellos no tienen necesidad de
arrepentimiento, así como el que está limpio no tiene
necesidad de baño. Pero verdaderamente os digo, si vosotros
fueseis verdaderos fariseos vosotros estaríais complacidos de
que yo acuda a los pecadores para salvarlos.

Decidme, ¿conocéis vosotros vuestro origen, y por que el


mundo empezó a recibir fariseos? Seguramente os lo diré,
viendo que no lo sabéis. Por lo tanto escuchad mis palabras.
Enoc, un amigo de Dios, que caminó con Dios en la verdad,
no dándole importancia al mudo, fue trasladado al Paraíso; y
allí vive él hasta el juicio ya que cuando el n del mundo se
acerque él regresará al mundo con Elías y otro. Y así los
hombres, teniendo conocimiento de esto, deseando el
Paraíso, empezaron buscar a Dios su Creador. Porque
“Fariseo” estrictamente signi ca “busca a Dios” en el idioma
de Canaán, ya que allí empezó este nombre para designar a
los hombres buenos, ya que los canaanitas eran dados a la
idolatría, la cual es la adoración de manos humanos.

Entonces los caanitas viendo a ésos de nuestras gentes que se


separaban del mundo para servir a Dios, burlándose cuando
veían a uno de ellos, decían: “¡Fariseo!”, osea, “él busca a
Dios”; como diciendo: “Oh hombre loco, tú no tienes estatuas
de ídolos y adoras al viento; por lo tanto mira tu destino y ven
a servir a nuestros dioses”>>. <<En verdad os digo>>, dijo
Jesús, <<que todos los santos y profetas de Dios fueron
fariseos; no de nombre, como nosotros, sino en toda obra. Ya
que en todos sus actos ellos buscaban a Dios su Creador, y por
amor a Dios abandonaban las ciudades y sus propios bienes,
vendiendo éstos y dándolos a los pobres por amor a Dios.

145

Como que Dios vive, en el tiempo de Elías, amigo y profeta


de Dios, había doce montañas habitadas por 17000 fariseos; y
era así que en tan número no se hallaba un solo impío, sino
que todos eran elegidos de Dios. Pero ahora, cuando Israel
tiene más de 100.000, ¡ojalá que de cada mil hubiera un
elegido!>>.

Los fariseos respondieron indignados: <<Así, entonces


nosotros somos todos réprobos, ¡y tú consideras nuestra
religión como reprobación!>>. Jesús contesto: <<Yo no
considero reprobación sino aprobación la religión de los
verdaderos fariseos, y por ello estoy dispuesto a morir. Pero
venid, veamos si vosotros sois fariseos. Elías, el amigo de
Dios, a petición de su discípulo Eliseo, escribió un pequeño
libro en el que él incluyó toda la sabiduría humana con la
Ley de Dios nuestro Señor>>.

Los fariseos se confundieron cuando escucharon nombrar al


libro de Elías, ya que ellos sabían que, a través de sus
tradiciones, nadie observaba esa doctrina. Entonces ellos
quisieron irse con el pretexto de que tenían algo qué hacer.
Entonces dijo Jesús: <<Si fueseis fariseos abandonaríais todo
el otro quehacer para atender a éste; ya que el fariseo busca
sólo a Dios>>. Entonces en confusión se quedaron a escuchar
a Jesús, quien dijo otra vez: <<“Elías, siervo de Dios” -ya que
así empieza el pequeño libro- “a todos los que desean
caminar con Dios su Creador, escribe esto. Quien desee
aprender mucho, ellos aman a Dios poco, porque el que teme
a Dios está contento con saber sólo lo que Dios quiere.Los
que buscan palabras bellas no buscan a Dios, Quien no hace
sino reprobar nuestros pecados. Los que desean buscar a
Dios, que cierren las puertas de sus casas, ya que el amo no se
deja encontrar fuera de su casa, en un lugar donde él no es
querido. Guardad por lo tanto vuestros sentidos y guardad
vuestro corazón, ya que Dios no es hallado fuera de nosotros,
en este mundo donde El es odiado.

Los que quieran hacer buenas obras, que se atiendan a si


mismos, ya que no vale la pena ganar todo el mundo y perder
su propia alma. Los que quieran enseñar a otros, que vivían
mejor con los otros, ya que nada puede ser aprendido del que
le enseña es peor que él?. Los que buscan a Dios, que él huya
de la conversación de los hombres; porque Moisés estando
solo en el monte Sinaí encontró a Dios y habló con El, tal
como un amigo que habla con otro.

Los que buscan a Dios, solo una vez en 30 días han de venir a
donde los hombres del mundo; ya que un día pueden ser
hechas obras para dos años con respecto al negocio del que
busca a Dios. Cuando él camine, que no vea sino a sus
propios pies.Cuando él hable, que no diga sino lo que sea
necesario.Cuando ellos coman, que se levanten de la mesa
todavía hambrientos; pensando cada día que no llegarán al
siguiente; pasando el tiempo como uno respira. Que un
vestido, depiel de animales, sea su ciente.Que el trozo de
tierra duerma sobre la tierra desnuda; para cada noche que
dos horas de sueño sean su cientes. Que no odie a nadie sino
a sí mismo; que no condene a nadie sino a sí mismo.

En la oración, que se pare con todo temor como si estuviese


en el Juicio por venir. Ahora haced esto en el servicio de Dios,
con la ley que Dios os dio a través de Moisés, ya que de esta
manera encontraréis a Dios en todo tiempo y lugar y tanto
que sentiréis que vosotros estáis en Dios y Dios con vosotros”.
Este es el pequeño libro de Elías, oh fariseos, así que otra vez
os digo que si fuerais fariseos os deberíais de haber alegrado
de que yo entre aquí, ya que Dios tiene misericordia de los
pecadores>>.

146

Entonces dijo Zaqueo: <<Señor, mira que te daré, por amor a


Dios, el cuádruple de todo lo que he recibido de la usura>>.
Entonces dijo Jesús: <<Este día la salvación ha venido a esta
casa. En verdad, en verdad, muchos publicanos, rameras, y
pecadores entrarán al Reino de Dios, y los que se consideran
a sí mismos justos entrarán a las llamas eternas>>.

Al oír esto, os fariseos partieron indignados. Entonces dijo


Jesús a los que se convirtieron al arrepentimiento, y a su
discípulos: <<Hubo un padre que tenía dos hijos, y el menor
dijo: “Padre, dame mi porción de bienes”; y su padre se los
dio. Y él, habiendo recibido su porción, partió, y se fue a un
país lejano, donde él gastó toda su riqueza con rameras,
viviendo lujosamente. Después de esto hubo una gran
hambre en ese país, tanto que el hombre miserable fue a
servir a un ciudadano, el cual lo puso a alimentar cerdos,
comiendo bellotas. Pero cuando se ponía a pensar decía: “¡Oh
cuántos en la casa de mi padre tienen abundancia y
banquetes, y yo perezco de hambre aquí! Me levantaré, por lo
tanto, e iré a mi padre, y le diré: “Padre, he pecado contra el
cielo y contra ti:, trátame como a uno de tus siervos”.

El pobre hombre fue, y entonces sucedió que su padre lo vio


llegar desde lejos, y se movió a compasión por él. Así que
salió a encontrarlo, y habiendo llegado a él lo abrazó y lo
besó. El hijo se arrodillo, diciendo: “Padre, he pecado contra
el cielo y contra tí, trátame como a uno de tus siervos, porque
yo no soy digno de ser llamado hijo tuyo”. El padre
respondió: “Hijo, no digas eso, porque tú eres mi hijo, y yo te
dejaré en la condición de esclavo mío”. Y él llamo a sus
siervos y dijo: “Traed túnicas nuevas y vestid a este hijo mío,
y dadle calzado nuevo; ponedle el anillo en su dedo, e
inmediatamente matad el becerro gordo y haremos una
esta. Porque este hijo mío estaba muerto y ahora ha vuelto a
la vida, estaba perdido y ha sido hallado”.
147

Mientras ellos festejaban en la casa, hé aquí que el hijo mayor


llegó a la casa, y él, oyendo que festejaban dentro, se asombró,
y habiendo llamados a unos de los sirvientes, le preguntó por
que razón estaban celebrando de esa manera. El sirviente le
respondió: “Tu hermano ha venido y tu padre ha matado el
becerro gordo, y ellos están festejando”. El hijo mayor se
enojó mucho cuando oyó esto, y no quería entrar a la casa.
Por lo tanto salió su padre y le dijo: “Hijo, tu hermano ha
venido, ven tú has matado el becerro gordo”. El padre
respondió: “Hijo, tú siempre estas conmigo y todo es tuyo;
pero éste estaba muerto y ha revivido, estaba perdido y ahora
ha sido hallado, por lo tanto tenemos que alegrarnos”. El hijo
mayor se enojó más, y dijo: “Ve tú alegrate, ya que yo no
comeré a la mesa de fornicadores”. Y él partió y dejó a su
padre, sin recibir siquiera moneda de dinero>>. <<Como que
Dios vive>>, dijo Jesús, <<así mismo hay regocijo entre los
ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente>>.

Y cuando hubieron comido él partió, ya que quería ir a Judea.


Entonces los discípulos dijeron: <<Maestro, no vayas a Judea,
ya que sabemos que los fariseos se han aconsejado con el
sumo sacerdote contra ti>>. Jesús respondió: <<Yo lo supe
antes que ellos, pero yo no les temo, ya que ellos no pueden
hacer nada contrario a la Voluntad de Dios. Por lo tanto que
hagan lo que deseen; ya que yo no les temo, sino que temo a
Dios.

148

Decidme ahora: los fariseos de hoy, ¿son ellos fariseos?, ¿son


ellos siervos de Dios? Seguramente no, y yo os digo en
verdad, que o hay peor cosa sobre la Tierra que esto, que un
hombre se cubra con la profesión y el ropaje de la religión
para cubrir su maldad. Yo os cantaré un solo ejemplo de los
fariseos de antaño, para que podáis conocer a los actuales.
Después de la partida d Elías, debido a la gran persecución
por los idólatras, la santa congregación de los fariseos se
dispersó. Porque en ese mismo tiempo de Elías fueron
matados en un año más de 10.000 profetas que eran
verdaderos fariseos.

Dos fariseos fueron a las montañas para vivir allí; y uno vivió
15 años sin saber nada de su vecino, aunque ellos sólo estaban
separados por apenas una hora de viaje. ¡Ved, entonces
salieron en búsqueda de agua, y así ellos se encontraron.
Entonces el de más edad (porque era su costumbre que los
mayores hablasen antes que todos los demás, y ellos
consideraban un gran pecado que un hombre joven hablase
antes que un hombre mayor, el mayor, por lo tanto: “¿Dónde
vives tú, hermano?”. El contestó, apuntado con el dedo hacia
su morada: “Aquí vivo”; ya que ellos estaban cerca de la
vivienda del más joven.

Dijo el mayor: “¿Cuánto hace, hermano, que vives aquí?”. El


más joven respondió: “Quince años”.Dijo el mayor: “¿Acaso
viniste cuando Ahab mató a los siervos de Dios?”. “Así es”,
contestó el joven. Dijo el mayor: “Oh hermano, ¿sabes tú
quien es ahora rey de Israel?”. El más joven contestó: “Es Dios
que es Rey de Israel, ya que los idólatras no son reyes sino
perseguidores de Israel”. “Es cierto”, dijo el mayor, “pero yo
quiero decir, ¿quién es el que ahora persigue a Israel?”. El más
joven respondió: “Los pecados de Israel persiguen a Israel, ya
que, si ellos no hubiesen pecado, Dios no habría hecho surgir
contra Israel a los príncipes idólatras”.

Entonces dijo el mayor: “¿Quién es ese príncipe in el a quien


Dios ha enviado para castigo de Israel?”. El más joven
contestó: “Ahora, ¿cómo voy a saberlo, si estos 15 años yo no
he visto a hombre alguno más que a ti, y no sé leer, por lo que
no son enviadas cartas?”. Dijo el mayor: “¡Pero que nuevas
son tus pieles de oveja! ¿Quién te las ha dado, sino tú no has
visto a ningún hombre?”.

149

El más joven respondió: “El que mantuvo buenas las ropas


del pueblo de Israel durante 40 años en el desierto ha
mantenido mis pieles tales como tú las viste”. Entonces el
mayor se dio cuenta de que el más joven era más perfecto
que él, ya que él había tenido cada año contacto con las
gentes. Por lo tanto, para poder tener el bene cio de su
conversión, él dijo: “Hermano, tú no sabes leer, y yo se leer, y
tengo en mí casa los Salmos de David. Ven, entonces, para
que yo pueda cada día darte una lectura y explicarte lo que
dijo David”.

El más joven respondió: “Vayamos ahora”. Dijo el mayor:


“Oh hermano, hace hora dos meses desde que bebí agua.
Vayamos, por lo tanto, y veamos lo que Dios dijo a través de
Su profeta David”. El más joven respondió: “Vayamos ahora”.
Dijo el mayor: “Oh hermano, hace ahora dos meses desde
que bebí agua. Vayamos, por lo tanto, y veamos lo que Dios
dijo a través de Su profeta David: “el Señor es capaz de
darnos agua”.

Por lo tanto ellos regresaron a la vivienda del mayor, ante


cuya puerta hallaron un manantial de agua fresca. Dijo el
mayor: “Oh hermano, tú eres un santo de Dios; ya que por tu
bien ha dado Dios este manantial”. El más joven contestó:
“Oh hermano, humildemente dijiste esto; pero cierto es que
si Dios hubiera hecho esto para mí El habría puesto un
manantial cerca de mi morada, para que yo no partiese en
busca de ella. Porque yo te con eso que he pecado contra ti.
Cuando tú dijiste que durante dos días que tú buscaste agua; y
que yo había estado durante dos meses sin beber, entonces yo
sentí una exaltación dentro de mí, como si yo fuera mejor
que tú”. Entonces dijo el mayor: “Oh hermano, tu dijiste la
verdad, por lo tanto tú no pecaste”.

Dijo el más joven: “Oh hermano, tu has olvidado lo que dijo


nuestro padre Elías, que el busca a Dios debe condenarse sólo
a sí mismo. Seguramente él no lo escribió para que lo
supiésemos, sino más bien para que lo observásemos”. Dije el
de más edad, dándose cuenta de la veracidad y rectitud de su
compañero: “Es cierto; y nuestro Dios te ha perdonado”. Y
habiendo dicho esto él tomó los Salmos, y leyó lo que dijo
nuestro padre David: “Yo pondré un guardián sobre mi boca
par que mi lengua no se incline a palabras de iniquitud,
excusando mi pecado con pretextos”. Y aquí el hombre
mayor dio un discurso acerca de la lengua, y el más joven
partió. Entonces pasaron otros 15 años hasta que se
encontraron, ya que el más joven había cambiado de morada.

Entonces, cuando él lo encontró otra vez, el mayor dijo: “Oh


hermano, ¿por qué no regresaste mas a mi vivienda?”.El más
joven respondió: “Porque todavía no he aprendido bien lo
que tú me dijiste”. Entonces dijo el mayor: ¿Cómo puede ser
esto, si han pasado 15 años?”. El más joven replicó: “En cuanto
a las palabras, yo las aprendí en una sola hora y nunca las he
olvidado; pero todavía no las he observado. ¿Qué propósito
tiene, entonces, aprender mucho y no observarlo? Nuestro
Dios no busca que nuestro intelecto sea bueno, sino más bien
nuestro corazón. Así, en el Día del Juicio, El no nos
preguntará lo que aprendimos, sino lo que hicimos”.

150

El mayor contestó: “Oh hermano no digas eso, porque tú


desprecies el conocimiento, el cual nuestro Dios quiere que
sea apreciado”. El más joven replicó: “ahora, como voy a
hablar sin caer en pecado; ya que tu palabra es cierta, y la mía
también. Yo digo, entonces, que aquéllos que conocen los
mandamientos de Dios escritos en la Ley deberían observar
aquéllos primero si ellos después quisieran aprender más. Y
todo lo que un hombre aprende, que lo observe, y no
meramente lo conozca”. Dijo el mayor: “Oh hermano, dime,
¿con quién has hablado, que dices que no has aprendido todo
lo que yo dije?”. El más joven respondió: “Oh hermano, yo
hablo conmigo mismo. Todos los días me pongo a mí mismo
ante el juicio de Dios, para rendir cuentas de mí mismo. Y
siempre encuentro dentro de mí a uno que excusa mis
faltas”. Dijo el mayor: “Oh hermano, ¿que faltas tienes tú, que
eres perfecto?”.

El más joven respondió: “Oh hermano, no digas eso, porque


yo estoy entre dos grandes faltas: una es que yo no me
reconozco a mí mismo como el mayor de los pecadores, la
otra es que yo no hago penitencia por ello más que los demás
hombres”. Dijo el mayor: “oh hermano, ¿de quien es la
bondad o de quien son las faltas que tú consideras en esta
montañas, viendo que no hay hombres aquí”. El más joven
respondió: “yo debo considerar la obediencia del sol y los
planetas, ya que ellos sirven a su Creador mejor que yo. Pero
a ellos yo condeno, ya sea porque no dan luz como yo deseo,
o porque su calor es demasiado grade, o hay demasiado o
muy poca lluvia sobre el suelo”.

Entonces, al oír esto, el mayor dijo: “Hermano, ¿donde has


aprendido tú esta doctrina, ya que yo tengo ahora 90 años,
por 75 de los cuales yo he sido un fariseo?”. El más joven
contesto: “Oh hermano, tú dices esto en humildad, ya que tú
eres un santo de Dios. Sin embargo, te respondo que Dios
nuestro Creador no mira al tiempo sino mira al corazón: por
lo tanto David, teniendo 15 años de edad, más joven que otros
seis hermanos suyos, fue escogido rey de Israel, y se volvió
un profeta de Dios nuestro Señor”>>.

151

<<Este hombre era un verdadero fariseo>>, dijo Jesús a sus


discípulos, <<y quiera Dios que podamos en el Día del Juicio
tenerlo como amigo nuestro>>. Jesús entonces se embarcó en
una nave, y los discípulos lamentaron haber olvidado traer
pan. Jesús los reprendió, diciendo: <<Tened cuidado de la
levadura de los fariseos de hoy, porque un poco de levadura
echa a perder una masa de harina>>. Entonces dijeron los
discípulos unos a otros: <<¿Pero qué levadura tenemos, si no
tenemos ningún pan?>>. Entonces dijo Jesús: <<Oh hombres
de poca fe, ¿Habéis entonces olvidado lo que Dios hizo en
Naím, donde no había señal de grano? ¿Y cuántos comieron y
quedaron satisfechos con cinco panes y dos peces? La
levadura del fariseo s falta de fe de Dios, y cuidado del ego, lo
cual ha corrompido no sólo a los fariseos de hoy en día, sino
que ha corrompido a Israel. Porque la gente sencilla, no
sabiendo leer, hace lo que ellos ven hacer a los fariseos, ya
que ellos los consideran santos.

¿Sabéis vosotros lo que es el verdadero fariseo? El es el aceite


de la naturaleza humana. Porque así como el aceite descansa
encima de todo líquido, así la bondad del verdadero fariseo
ota encima de toda bondad humana. El es un libro viviente,
que Dios da al mundo; ya que todo lo que él dice y hace está
de acuerdo con la Ley de Dios. Por lo tanto el que hace como
él observa la Ley de Dios. El verdadero fariseo es sal que no
deja que la carne humana se pudra; ya que todo el que lo vé
se mueve al arrepentimiento. El es una luz que ilumina el
camino de los peregrinos, ya que todo el que considera su
pobreza con su penitencia se da cuenta de que en este mundo
nosotros no deberíamos cerrar nuestro corazón. Pero el que
enrancia el aceite, corrompe el libro, echa perder la sal,
extingue la luz; ese hombre es un fariseo. Si, por lo tanto, no
quereís perecer, tened cuidado y o hagáis como hacen los
fariseos de hoy en día>>.

152

Habiendo llegado Jesús a Jerusalén, y habiendo entrado un


día sábado al Templo, los soldados se acercaron a tentarlo y
atraparlo, y ellos dijeron: <<Maestro, ¿es ilícito hacer guerra?
>>. Jesús contestó: <<Nuestra fe nos dice que nuestra vida es
una guerra continua sobre la Tierra>>.

Dijeron los soldados: <<¿Entonces querrías tú convertirnos a


tu fe, y que así abandonásemos la multitud de dioses (ya que
Roma sola tiene 28.000 dioses que se vén) y siguiésemos a tu
Dios que es solamente uno y por eso él no puede ser visto, no
se sabe dónde está, y tal vez él sea sólo vanidad?>>. Jesús
contestó: <<Si yo te hubiese creado, como nuestro Dios te
creó, yo trataría de convertirte>>. Ellos respondieron:
<<¿Pero cómo nos ha creado Tu Dios, si no se sabe dónde
está? Muéstranos a tu Dios, y nosotros nos volveremos
judíos>>.

Entonces dijo Jesús: <<Si tuvieseis ojos para verlo yo os lo


mostraría, pero ya que sois ciegos, yo no os lo puedo
mostrar>>. Los soldados contestaron: <<De seguro, el honor
que esta gente te rinde te debe haber quitado el
entendimiento. Porque todos tenemos dos ojos en la cabeza,
y tú dices que somos ciegos>>.

Jesús respondió: <<Los ojos carnales sólo pueden ver cosas


burdas y externas; vosotros por lo tanto sólo podéis ver a
vuestros dioses de madera, plata y oro que no pueden hacer
cosa alguna. Pero nosotros los de Judea tenemos ojos
espirituales, que son el temor y la fe en Dios, por lo tanto
nosotros podemos ver a nuestro Dios en todo lugar>>. Los
soldados contestaron: <<Ten cuidado de como hablas,
porque si tratas con desprecio a nuestros dioses nosotros tres
pondremos en manos de Herodes, el cual tomará venganza
por nuestros dioses, los cuales son omnipotentes>>. Jesús
contestó: <<Si ellos son omnipotentes como decís,
perdonadme, ya que yo os adoraré>>. Los soldados se
alegraron al oír esto, y empezaron a ensalzar a sus ídolos.
Entonces dijo Jesús: <<Aquí no hay necesidad de palabras
sino de obras; haced entonces que vuestros dioses creen una
mosca, y yo los adoraré>>. Los soldados se desanimaron al oír
esto, y no supieron que decir, así que Jesús dijo:
<<Seguramente, viendo que ellos no hacen una simple mosca
de la nada, yo por ellos no abandonaré al Dios que creó todo
con una sola palabra; cuyo nombre solo atemoriza
ejércitos>>. Los soldados contestaron: <<Adonai Sabaoth!<<. Y
entonces de inmediato los soldados rodaron fuera del
Templo como una rueda barriles de madera cuando se lavan
para llenarlos con vino; tanto que sus cabezas y pies
golpearon el suelo, y eso sin que nadie los tocara. Y ellos se
asustaron tanto y huyeron de tal manera que nunca más
volvieron a ser vistos en Judea.

153

Los sacerdotes y fariseos murmuraron entre sí y dijeron: <<El


tiene la sabiduría de Baal y Astaroth, y así por el poder de
Satanás él ha hecho esto>>. Jesús abrió la boca y dijo:
<<Nuestro Dios ordenó que no robemos los bienes de nuestro
prójimo. Pero este sencillo precepto ha sido tan violado y
abusado que ha llenado el mundo de pecado, y tal pecado
que nunca será perdonado como otros pecados son
perdonados: ya que para todo otro pecado, si un hombre lo
lamenta y ya no lo comete, y ayuna con oración y limosnas,
nuestro Dios, Poderoso y Misericordioso, lo perdona. Pero
este pecado es de tal clase que nunca será perdonado, excepto
si lo que fue tomado injustamente es restituido>>.
Entonces dijo un escriba: <<Oh maestro, ¿cómo ha llenado al
mundo de pecado el robo? Seguramente ahora, por la gracia
de Dios, hay sólo unos pocos ladrones, y ellos no pueden
dejarse ver sino que son inmediatamente colgados por los
soldados>>. Jesús respondió: <<El que no conoce los bienes,
ellos no pueden conocer a los ladrones. No, en verdad os digo
que muchos roban que no saben lo que hacen, y por lo tanto
el pecado de ellos es mayor que el de los demás, porque la
enfermedad que no es conocida no es curada>>.

Entonces los fariseos s acercaron a Jesús y dijeron: <<Oh


maestro, ya que tu solo en Israel conoces la verdad,
enséñanos>>. Jesús respondió: <<Yo no digo que yo solo en
Israel conozca la verdad, porque esta palabra “sólo” pertenece
sólo a Dios y no a otros. Porque el es la verdad, el cual solo
conocer la Verdad. Por lo tanto, si yo dijese eso yo sería un
mayor ladrón, ya que yo estaría robando el honor de Dios. Y
al decir que sólo yo conozco a Dios yo estaría cayendo en una
ignorancia mayor que todos. Vosotros, por lo tanto,
cometisteis un grave pecado al decir que sólo yo conozco la
verdad. Y yo os digo que, si vosotros dijisteis esto para
tentarme, vuestro pecado es aun mayor>>.

Entonces Jesús, viendo que ellos se contenían, dijo otra vez:


<<Aunque no sea yo el único en Israel que conoce la verdad,
sólo yo hablaré; así que escuchadme, ya que vosotros me
habéis preguntado. Todas las cosas creadas pertenecen al
Creador, de tal manera que nadie puede reclamar nada. Así
el alma, el sentido, la carne, el tiempo, los bienes, y el honor,
todos son posesiones de Dios, así que si un hombre no los
recibe como Dios quiere él se vuelve un ladrón. Y de manera
similar, si él los gusta contrario a lo que Dios quiere, él
también es un ladrón. Yo os digo , por lo tanto, como que
Dios vive, ante Cuya Presencia comparece mi alma, cuando
toméis el tiempo, diciendo: “Mañana haré así, yo diré tal cosa,
yo iré a tal lugar”, sin decir: “Si Dios quiere”, vosotros sois
ladrones: Y vosotros seréis mayores ladrones si gastáis la
mejor parte de vuestro tiempo dándoos placer y no
complaciendo a Dios, y gastáis la mejor parte en el servicio
de Dios; entonces vosotros ciertamente seréis ladrones.
Quien comete pecado, sea de la forma que sea, él es un
ladrón; ya que él roba el tiempo y el alma y su propia vida, la
cual debería servir a Dios, y la da a Satanás, el enemigo de
Dios.

154

El hombre, por lo tanto, que tiene honor, y vida, y bienes


cuando sus posesiones le son robadas, el ladrón será colgado
en la cruz; cuando su vida es tomada, el asesino será
decapitado. Y esto es justo, porque Dios así lo ordenó. Pero
cuando el honor de un prójimo es arrebatado, ¿porqué no es
cruci cado el ladrón? ¿Son los bienes, acaso, mejores que el
honor? ¿Ha ordenado Dios, acaso, que el toma bienes sea
castigado y el que toma vida con bienes sea castigado, pero el
que toma el honor se vaya libre? Seguramente que no; ya que
por razón de sus murmuraciones nuestros padres no
entraron a cerca de 70.000 de nuestras gentes.

Como que Dios vive, ante Cuya Presencia comparece, mi


alma, el que roba el honor es merecedor de mayor castigo
que el que roba a un hombre su bienes y su vida. Y el que
escucha al murmurador es similarmente culpable, ya que
uno recibe a Satanás sobre la lengua el otro en sus oídos>>.
Los fariseos se consumían de furia al oír esto, ya que ellos no
podían condenar sus palabras. Entonces se acercó a Jesús un
doctor, y le dijo: <<Buen maestro, díme, ¿por qué Dios no les
dio grano y frutas a nuestros padres? Sabiendo que ellos
debían caer, seguramente El debió haberles permitido grano,
no haber tolerado que los hombres lo vieran>>.

Jesús contesto: <<Hombre, tú me llamaste bueno, pero tu


erraste, por que solo Dios es bueno. Y mucho más te
equivocas el preguntar por qué Dios no hizo de acuerdo con
tu pensamiento. Sin embargo te contestaré todo. Yo te digo,
entonces, que Dios nuestro Creador al hacer Su obra no se
conformó El mismo a nosotros, por lo tanto no es ilícito para
la criatura buscar su propio camino y conveniencia, sino más
bien el honor de Dios su Creador, para que la creatura pueda
depender del Creador y no el Creador de la creatura. Como
que Dios vive, ante Cuya Presencia comparece mi alma, si
Dios hubiera concebido todo al hombre, el hombre no se
habría reconocido a sí mismo como siervo de Dios; y así él se
habría considerado a sí mismo señor del Paraíso. Por lo tanto
el Creador, Quien es Bendito por siempre, le prohibió el
alimento, para que el hombre permaneciese sujeto a El.

Y en verdad os digo, que quien tiene clara la luz de sus ojos vé


todo claro, y saca luz incluso de la oscuridad misma; pero el
ciego no. Así que yo digo que, si el hombre no hubiese
pecado, ni yo ni tú habríamos conocido la Misericordia de
Dios y Su Equidad. Y si Dios hubiese hecho al hombre
incapaz de pecar él habría sido igual a Dios en eso; así que
Dios Bendito creó al hombre bueno y recto, pero libre para
hacer lo que quisiese en cuanto a su propia vida y salvación o
condenación>>. El doctor se asombró al oír esto y partío
confundió.

155

Entonces el sumo sacerdote llamó en secreto a dos sacerdotes


ancianos y los envió a Jesús, que había salido del Templo y
estaba sentado en el ponche de Salomón, esperando para
rezar la oración del mediodía. Y cerca de él tenía a sus
discípulos con una gran multitud de gente. Los sacerdotes se
acercaron a Jesús y dijeron: <<Maestro, ¿por qué el hombre
comió grano y fruta? ¿Quería que él lo comiera, o no?>>. Y
esto lo dijeron tentándolo; ya que si él dijera: <<Dios lo
quería>>, ellos contestarían: <<¿Por qué lo prohibió El?>>, y si
El decía: <<Dios no lo quiso>>, ellos dirían: <<Entonces el
hombre tiene más poder que Dios, ya que él actúa contrario a
la Voluntad de Dios>>.

Jesús respondió: <<Vuestra pregunta es como un camino


sobre una montaña, que tiene un precipicio a la derecha y
uno a la izquierda: pero yo caminaré al darse cuenta que él
conocía sus corazones. Entonces dijo Jesús: <<Todo hombre,
ya que él tiene necesidad, hace todo para su propio uso. Pero
Dios, Quien no tiene necesidad de cosa alguna, obra según Su
Complacencia. Por lo tanto al crear al hombre El lo creó libre
para que pudiese saber que Dios no tenía necesidad de él; por
ejemplo, como hace un rey, quien para mostrar sus riquezas,
y para que sus riquezas, y para que sus esclavos lo amen más,
les da la libertad a sus esclavos. Dios, entonces, creó al
hombre libre para que pudiese amar a su Creador mucho
más y pudiese conocer Su Generosidad. Ya que aunque Dios
es Omnipotente, al no tener necesidad del hombre,
habiéndolo creado por Su Omnipotencia. El lo dejó libre por
su Generosidad, de tal manera que él pudiese resistir el mal y
hacer el bien. Porque aunque Dios tiene contradicción para
que, habiendo obrado Su Omnipotencia y Generosidad en el
hombre, El no impediría el pecado en el hombre, yo digo,
para que en el hombre pudiese obrar la Misericordia de Dios,
y su Equidad. Y en señal de que digo la verdad, yo os digo que
el sumo sacerdote, quien dijo: <<Este hombre tiene el
demonio a su espalda, y él le cuanta doto: ya que él aspira a
reinar sobre Israel; pero ya lo verá Dios>>.

156

Cuando hubo hecho la oración del mediodía, Jesús, al salir


del Templo, encontró a un hombre que era ciego desde el
vientre de su madre. Sus discípulos le preguntaron, diciendo:
<<Maestro, ¿quién pecó en ese hombre, su padre o su madre,
por lo que nació ciego?>>. Jesús respondió: <<Ni su padre ni
su madre pecaron en él, sino que Dios lo creó así para
testimonio del Evangelio>>. Y habiendo llamado al ciego yo
juraría por ciego para que se levantara, él escupió en el suelo
e hizo lodo y se lo puso sobre los ojos al ciego, y le dijo: <<¿Ve
a la piscina de Siloam y lavate!>>.

El ciego fue, y habiéndose lavado recibió luz; y entonces; al


regresar a su casa, muchos que lo encontraban decían: <<Si
este hombre fuera ciego yo juraría por cierto que él es el que
solía sentarse a la hermosa puerta del Templo>>. Otros
decían: <<ES él, ¿pero cómo ha recibido la luz?>>. y ellos lo
acosaban diciendo: <<¿Eres tú el ciego que solía sentarse a la
hermosa puerta del Templo?>>. El contestaba: <<Yo soy él, ¿y
qué?>>. Ellos decían: <<Pero cómo recibiste la luz?>> El
respondió: <<Un hombre hizo lodo, escupiendo en el suelo y
puso este lodo sobre mis ojos, y me dijo: “Ve y lavate en la
piscina de Siloam”. Yo fui y me lavé, y ahora veo: ¡¡Bendito
sea el Dios de Israel!>>.

Cuando el hombre ciego de nacimiento fue de nuevo a la


puerta hermosa del Templo, todo Jerusalén estaba lleno del
asunto. Entonces él fue llevado ante el jefe de los sacerdotes,
el cual estaba conspirando con los sacerdotes y los fariseos
contra Jesús. El sumo sacerdotes le preguntó, diciendo:
<<Hombre, ¿naciste ciego?>>. <<Sí>>, contestó él. <<Ahora da
gloria a Dios>>, dijo el sumo sacerdote, <<y cuéntanos qué
profeta se te apareció en un sueño y te dio la luz. ¿Fue nuestro
padre Abrahán, o Moisés el siervo de Dios, o algún otro
profeta? Ya que otros no podrían hacer eso>>. El ciego de
nacimiento replicó: <<Ni Abrahán ni Moisés, ni ningún
profeta ví yo en un sueño y me curó, sino que cuando estaba
yo sentado a la puerta del Templo un hombre me hizo
acercarme a él y, habiéndome hecho lodo de la tierra
escupiendo en ella, me puso algo de ese lodo sobre mis ojos y
me envió a la piscina de Siloam a lavarme; así que fui, y me
lavé, y volví con luz en mis ojos>>.

El sumo sacerdote le preguntó el nombre de ese hombre. El


ciego de nacimiento contesto: <<El no me dijo su nombre,
pero un hombre que lo vio me llamó y me dijo: “Vé y lavate
como dijo ese hombre, ya que el es Jesús el Nazareno, un
profeta y santo del Dios de Israel”>>. Entonces dijo el sumo
sacerdote: <<¿Te curó él acaso hoy, o sea, en sábado?>>. El
ciego respondió: <<Hoy me curo él>>. Dijo el sumo
sacerdote: <<Mira pues, cómo ese hombre es un pecador, ya
que él no guarda el sábado!>>.

157

El ciego respondió: <<Si él es pecador yo no lo sé; pero esto es


lo que sé, que yo era ciego,y él me dio la luz>>. Los fariseos
no creyeron esto: así lo dijeron ellos al sumo sacerdote:
“Envía a buscar a su padre y su madre del ciego, y cuando
ellos llegaron ante el sumo sacerdote, él los interrogó,
diciendo: <<¿Es este hombre vuestro hijo?>>. Ellos
respondieron: <<Ciertamente el es nuestro hijo>>.Entonces
dijo el sumo sacerdote: <<El dijo que él nació ciego, y ahora el
vé; ¿cómo puede esto suceder?>> El padre y la madre del
ciego de nacimiento replicaron: <<Verdaderamente el nació
ciego de nacimiento: <<Da gloria a Dios, y dí la verdad>>.
Ahora el padre y la madre del ciego temían hablar, debido a
que un decreto había sido emitido por el senado romano de
que ningún hombre debía hablar en favor de Jesús, el profeta
dijeron: <<El tiene edad, preguntadle>>.

El sumo sacerdote, entonces, dijo al ciego de nacimiento:


<<Da gloria a Dios y dí la verdad, porque nosotros conocemos
a ese hombre, el que dices que te curó, y él es un pecador>>.
El ciego de nacimiento respondió: <<Si él es un pecador, yo
no lo se; pero esto es lo que sé, que yo no veía y él me
iluminó. De seguro, desde el principio del mundo hasta
ahora, nunca ha sido iluminado un ciego de nacimiento se
asombró por la incredulidad de ellos, y dijo: <<Os lo he dicho,
¿así que por qué me preguntaís otra vez? ¿Os volvéis vosotros
también sus discípulos?>>. El sumo sacerdote entonces lo
insultó diciendo: <<Tú naciste por completo en pecado, ¿y
vas a enseñarnos? ¡Vete, y hazte tú discípulo de ese hombre!,
ya que nosotros somos discípulos de Moisés, y sabemos que
Dios habló a Moisés, pero a lo que se re ere a este hombre,
nosotros no sabemos quién es>>. Y ellos lo arrojaron fuera de
la sinagoga y templo, prohibiéndole hacer oración con los
puros entre Israel.
158

El ciego de nacimiento fue a ver a Jesús, quién lo consoló


diciendo: <<Nunca has sido tú tan bendito como lo eres
ahora, ya que tú estas bendito por nuestro Dios, quién habló a
través de David, nuestro padre y Su profeta, contra los
amigos del mundo, diciendo: “Yo maldigo vuestra
bendición”. Porque la tierra no es tan contraria al aire, ni el
agua al fuego, ni la luz a la oscuridad, ni el frío al calor, ni el
amor al odio, como la Voluntad de Dios es contraria a la
voluntad del mundo>>.

Los discípulos entonces preguntaron, diciendo: <<Señor,


grandes son tus palabras; dinos, por lo tanto, el signi cado, ya
que todavía no entendemos>>. Jesús contesto: <<Cuando
conozcáis al mundo, veréis que yo he dicho la verdad, y así
conoceréis la verdad en cada profeta. Sabed, entonces, que
hay tres clases de mundos comprendidos en un solo nombre:
uno es el de los cielos y la Tierra, con el agua, el aire y el
fuego, y todas las cosas que son inferiores al hombre. Ahora
bien, este mundo en todas las cosas sigue la Voluntad de Dios,
ya que, como dijo David, el profeta de Dios: “Dios les dio un
precepto que ellos no transgreden”.

El segundo s que todos los hombres, tal como la “casa de


Fulano” nos e re ere a las paredes, sino a la familia. Ahora
bien, este mundo, otra vez, ama a Dios; porque por
naturaleza todos anhelan a Dios, ya que en tanto que según la
naturaleza todos anhelan Dios? Porque ellos anhelan todos
un bien in nito sin ningún mal, y esto es solamente Dios. Por
lo tanto Dios Misericordioso envió a Sus profetas al mundo,
para su salvación.

El tercer mundo es la condición caída del hombre de


pecador, que se ha transformado a sí misma en una ley
contraria a Dios, el Creador del mundo. Esto hace que el
hombre se vuelva como los demonios, los enemigos de Dios.
Y a este mundo Dios odia tan severamente quitado su don de
profecía. ¿Y que?digo? Como que Dios vive, ante Cuya
Presencia comparece mi alma, cuando el Mensajero de Dios
venga al mundo, si él concibiese amor al mal mundo,
seguramente Dios le quitará a él todo lo que El le dio cuando
El lo creó, y lo condenaría: tan grandemente contrario al
mundo es Dios>>.

159

Los discípulos contestaron: <<Oh maestro, sumamente


grandes son tus palabras, así que ten misericordia de
nosotros, ya que no lo entendemos>>. Dijo Jesús: <<¿Creéis
acaso que Dios creó a Su Mensajero para que fuera un rival,
que quisiera hacerse a sí mismo igual a Dios? Seguramente
no, sino más bien como un buen esclavo, que no querría lo
que su Señor no quisiese. Vosotros no sois capaces de
entender esto porque no sabéis qué cosa es el pecado. Por lo
tanto escuchad a mis palabras. En verdad, en verdad os digo,
que el pecado no puede surgir en el hombre sino como una
contradicción a Dios, ya que solamente es pecado lo que Dios
no desea: tanto que todo lo que Dios quiere es lo más ajeno al
pecado. Por lo tanto si nuestros sacerdotes y el sumo
sacerdote, con los fariseos, me persiguieran porque las gentes
de Israel me llamaron Dios, ellos estarían haciendo una cosa
que agrada a Dios, y Dios los recompensaría; pero como ellos
me persiguen por una razón contraria, ya que ellos no
querrán que yo diga la verdad acerca de como han
contaminado ellos el libro de Moisés y el de David, profetas y
amigos de Dios, con sus tradiciones, y por lo tanto me odian y
desean mi muerte -así que Dios los aborrece.

Decidme -Moisés mató hombres y Ahab mató hombres- ¿es


esto en cada caso asesinato? Ciertamente no; porque Moisés
mató a los hombres para destruir el culto al verdadero Dios y
para conservar la idolatría. Por lo tanto a Moisés el dar
muerte a hombres le fue convertido en un sacri cio,
mientras que a Ahab le fue convertido en sacrilegio: tanto
que una y la misma acción produjo estos dos efectos
contrarios.

Como que Dios vive, ante cuya Presencia mi alma


comparece, si Satanás hubiera hablado a los ángeles para ver
cómo amaban ellos a Dios, él no habría sido rechazado por
Dios, pero como él buscó alejarlos de Dios, por lo tanto él es
un réprobo>>.

Entonces contestó el que escribe: <<¿Cómo, entonces, ha de


entenderse lo que fue dicho por Miqueas, el profeta, acerca
de la mentira que Dios ordenó que fuese dicha por boca de
los falsos profetas, como está escrito en el libro de los reyes
de Israel?>>. Jesús contestó: <<Oh Bernabé, recita brevemente
todo lo que se trató, para que podamos ver la verdad
claramente>>.

160

Entonces dijo el que escribe: <<Daniel el profeta,


describiendo la historia de los reyes de Israel y sus tiranos,
escribió así: El rey de Israel se unió con el rey de Judá para
pelar contra los hijos de Belial (o sea, los impíos) que eran los
amonitas. Entonces Josafat, rey de Judá, y Ahab, rey de Israel,
estando ambos sentados en un trono en Samaría, se
presentaron allí ante ellos 400 falsos profetas, quienes
dijeron al rey de Israel: “Levante contra los amonitas, ya que
Dios te los entregará en las manos, y tú dispersarás a Amón”.
Entonces dijo Josafat: ¿Hay aquí algún profeta del Dios de
nuestros padres?”. Ahab respondió: “Hay uno solamente, y el
es malo, ya que él siempre predica el mal acerca de mi y a él
lo tengo en prisión”. -Y esto él dijo, “Hay uno solamennttee”,
por que todos los que habían eran tantos como los que allí se
encontraban habían sido matados por decreto de Ahab, así
que los profetas, tal como tú has dicho, oh maestro, habían
huido a las cimas de la s montañas donde no vivían
hombres.- “Entonces dijo Josafat: “Mandalo traer, y veamos
que dice”.
Ahab por lo tanto ordenó que Miqueas, fuera traído, y éste
vino con grilletes en sus pies, y su cara azorada como un
hombre que vive entre la vida y la muerte. Ahab le preguntó,
diciendo: Habla Miqueas, en el nombre de Dios. ¿Debemos ir
contra los amonitas? ¿Entregará Dios sus ciudades en nuestras
manos?” Miqueas respondió: “¡Levantaos, levantaos, ya que
prósperamente te levantarás, y aún más prósperamente
bajarás!”. Entonces los falsos profetas alabaron a Miqueas
como verdadero Dios, y rompieron los grilletes de sus pies.

Josafat, que temía a Dios, y nunca había doblado sus rodillas


ante los ídolos, le preguntó a Miqueas, diciendo: “Por amor
del Dios de nuestros padres, dí la verdad al pueblo de Israel
¿cómo tú has visto el resultado de esta guerra?”.Miqueas
contesto: “Oh Josafat, yo temo tu cara así que te diré que he
visto al pueblo de Israel como ovejas sin pastor”. Entonces
Ahab, sonriendo, dijo a Josafat: “Yo te dije que este hombre
sólo predica el mal, pero tú no lo creíste”. Entonces dijeron
ellos dos: “¿Pero cómo sabes esto, oh Miqueas?”.

Miqueas respondió: “Me pareció que había congregado un


concilio de ángeles ante la Presencia de Dios, y oí a Dios decir
así: ¿Quién engañará a Ahab para que vaya contra Amón y sea
matado?. Entonces uno dijo una cosa y otro dijo otra.
Entonces vino un ángel y dijo: Señor, yo pelearé contra Ahab,
e iré a sus falsos profetas y pondré la mentira en su boca, y así
él se levantará y será matado. Y al oír esto, Dios dijo: Id
entonces y hacedlo, ya que tú prevalecerás”. Entonces se
enfurecieron los falsos profetas, y su jefe golpeó la mejilla de
Miqueas, diciendo: “Oh rechazado de Dios, ¿Cuándo partió
de nosotros el ángel que trajo la mentirá? Miqueas respondió:
“Tú lo sabrás cuando hayas de casa en casa por temor a ser
matado por haber engañado a tu rey”. Ellos se levantaron,
entonces, y según la palabra de Miqueas sucedió el asunto. ya
que el rey de los amonitas dijo a sus siervos: “Mirad que no
vayáis a pelear contra el rey de Judá, ni contra los príncipes
de Israel, sino matad al rey de Israel, Ahab, mi enemigo”>>.
Entonces dijo Jesús: <<Para allí, Bernabé, porque es su ciente
para nuestro propósito>>.

161

<<¿Habéis escuchado todo?>>, dijo Jesús. Los discípulos


respondieron: <<Sí, señor>>. Entonces Jesús dijo: <<Mentir es
ciertamente un pecado, pero el asesinato es uno mayor,
porque la mentira es un pecado que afecta al que la dice, pero
el asesinato, mientras que afecta al que lo comete, es tal que
destruye también la cosa más querida que Dios tiene aquí en
la Tierra, o sea, el hombre. Y mentir puede ser remediado
diciendo lo contrario de lo que había sido dicho; mientras
que el asesinato no tiene remedio, ya que no es posible dar
vida otra vez a los muertos. Decidme, entonces, ¿pecó Moisés,
el siervo de Dios, al matar a todos los que él mató?>>. Los
discípulos respondieron: <<Dios no lo quiera; ¡Dios no quiera
que Moisés hubiera pecado al obedecer a Dios que se lo
ordenó!>>.
Entonces dijo Jesús: <<Y yo os digo, Dios no quiera que
hubiera pecado aquel ángel que engañó a los falsos profetas
de Ahab con la mentira; ya que así como Dios recibió la
matanza de hombres como sacri cio, así recibió El la
mentira como alabanza. En verdad, en verdad os digo, que así
como se equivoca el niño que hace que sus zapatos sean
hechos a la medida de un gigante, asimismo se equivoca el
que quiera someter a Dios a la ley. Por lo tanto, cuando creáis
que sólo es pecado aquello que Dios no quiere, vosotros
hallaréis la verdad, tal como yo os he dicho. Entonces, como
Dios no es compuesto ni cambiable, así también El no puede
desear y no desear una misma cosa; ya que entonces El
tendría contradicción en Si Mismo, y consecuentemente
dolor, y no sería infinitamente Bendito>>.

Felipe contestó: <<¿Pero cómo ha de entenderse el dicho del


profeta Amós, de que “no hay mal en la ciudad que Dios no lo
haya hecho”?>>. Jesús respondió: <<Vé ahora aquí, Felipe qué
grande es el peligro de con ar en la letra, como hacen los
fariseos, quienes han inventado para sí mismos la
“predestinación de Dios en los elegidos”, de tal manera que
ellos dicen en realidad que Dios es injusto, un engañador y
un mentiroso y que odia el Juicio que caerá sobre ellos.

Por lo tanto yo digo que aquí Amós el profeta de Dios habla


del mal que el mundo llama mal; ya que si él hubiera usado
el lenguaje de los justos él no habría sido entendido por el
mundo. Porque todas las tribulaciones son un bien, ya sea
porque ellas purgan el mal que hemos hecho, o son un bien
porque nos hacen restringirnos de hacer el mal, o son un
bien porque hacen que el hombre conozca la condición de
esta vida, para que podamos amar y anhelar la vida eterna.
Por ello, si el profeta Amós hubiera dicho: “No hay bien en la
ciudad sino el que Dios ha obrado”, él habría dado ocasión de
desesperación al a igido, ya que ellos se considerarían en
tribulación y a los pecadores como prósperos. Y, lo que es
peor, muchos, creyendo que Satanás tiene tal soberanía sobre
el hombre, habrían temido a Satanás y le habrían adorado,
para así no sufrir tribulaciones. Amós por lo tanto hizo como
hace el intérprete romano, quien no considera sus palabras
como uno hablando en presencia del sumo sacerdote, sino
que considera la voluntad y el negocio del judío que no sabe
hablar el idioma romano.

162

Si Amós hubiera dicho: “No hay bien en la ciudad sino el que


Dios ha hecho”, como que Dios vive, ante Cuya Presencia
comparece mi alma, él habría cometido un gravísimo error,
ya que el mundo no considera bueno sino las iniquidades y
los pecados que son hechos en el camino de la vanidad. Por
lo tanto los hombres habrían actuado mucho más
inicuamente, creyendo que no hay ningún pecado ni maldad
“que Dios no haya hecho”, al oír lo cual la Tierra tiembla>>. Y
cuando Jesús hubo dicho esto, inmediatamente sucedió un
gran terremoto, tanto que todos cayeron como muertos. Jesús
los levantó, diciendo:<< Ved ahora si os dije la verdad. Que
esto, entonces, sea su ciente para vosotros; que Amós,
cuando él dijo que “Dios ha hecho mal en la ciudad”,
hablando con el mundo, habló de las tribulaciones, las cuales
sólo los pecadores llaman mal. Hablemos ahora de la
predestinación, de la cual deseáis saber, y dé lo cual os
hablaré cerca del Jordán, del otro lado, si Dios quiere>>.

163

Jesús fue al desierto más allá del Jordán con sus discípulos, y
cuando hicieron la oración del mediodía él se sentó cerca de
una palmera, y a la sombra de la palmera sus discípulos se
sentaron. Entonces dijo Jesús: <<Tan secreta es la
predestinación, oh hermanos, que yo os digo,
verdaderamente, que sólo por un hombre será claramente
conocida. El es a quien la nación busca para quien los
secretos de Dios son tan claros que, cuando él venga al
mundo, benditos será quienes escuchen sus palabras, ya que
Dios los cubrirá con Su Misericordia tal como esta palmera
nos da sombra. Si tal como este árbol nos protege del ardiente
calor del sol, asimismo la Misericordia de Dios protegerá de
Satanás a quienes crean en este hombre>>.

Los discípulos contestaron: <<Oh maestro, ¿quién será ese


hombre del que hablas, que vendrá al mundo?>>. Jesús
respondió con corazón alegre: <<El es Mohammed, el
Mensajero de Dios, y cuando el venga al mundo, así como la
lluvia hace que la tierra dé fruto cuando no ha llovido por un
largo tiempo, asimismo será el ocasión de buenas obras entre
los hombres, a través de la abundante misericordia que él
traerá. Porque él es una nube blanca llena de la Misericordia
de Dios, cuya misericordia dejará caer Dios sobre los eles
como lluvia.

164

Yo entonces os diré ahora lo poco que Dios me ha concedido


conocer acerca de esta misma predestinación. Los fariseos
dicen que todo ha sido así predestinado que él es el efecto no
puede volverse réprobo por ningún medio puede volverse
elegido; y que, tal como Dios ha predestinado las buenas
obras como el camino por el que caminarán los escogidos a la
salvación, asimismo El ha predestinado el pecado como el
camino por el que los réprobos caminarán hacia la
condenación. Maldita sea la lengua que dijo esto, con la mano
que lo escribió, ya que esta es la fe de Satanás. Por ello puede
uno conocer de qué manera son los fariseos del tiempo
actual, ya que ellos son fieles siervos de Satanás.

¿Qué otra cosa puede signi car la predestinación sino una


voluntad absoluta para poner n a una cosa de la que uno
tiene los medios en la mano?, porque sin los medios uno no
puede destinar un n. ¿Cómo, entonces, destinará la casa el
que no sólo carece de piedra y dinero qué gastar, sino que ni
siquiera tiene tierra como para poner el pie? Seguramente
nadie podría hacer eso. No más, entonces, os digo, es la
predestinación, que quita el libre albedrío que Dios le dio al
hombre por Su pura Generosidad, la ley de Dios. De cierto no
es predestinación sino abominación lo que estaríamos
estableciendo.

Que el hombre es libre lo muestra el libro de Moisés donde,


cuando nuestro Dios dio la ley sobre el Monte Sinai, El habló
así: “Mi mandamiento no es en el cielo que tú te debas
excusar a ti mismo, diciendo: ‘Pero, ¿quién nos traerá el
mandamiento de Dios?, y ¿quién, acaso, nos dará la fuerza
para observarlo?’. Ni está más allá del mar, que de manera
similar tú te debas excusar a ti mismo. Pero Mi mandamiento
está cerca de tu corazón, que cuando tú lo desees puedas
observarlo”.

Decidme, si el rey Herodes ordenase a un anciano que se


vuelva joven y a un enfermo que se ponga sano, y cuando
ellos no lo hicieran entonces él los mandará matar, ¿sería esto
justo?>>. Los discípulos respondieron: <<Si Herodes diera
esta orden, él sería sumamente injusto e impío>>. Entonces
Jesús, suspirando, dijo: <<Estos son los frutos de las
tradiciones humanas, oh hermanos; porque al decir que Dios
ha predestinado al réprobo de tal manera que él no puede
volverse elegido, ellos blasfeman contra Dios diciendo que es
impío e injusto. Ya que El ordena al pecador que no peque, y
cuando éste peca, que se arrepienta; mientras que dicha
predestinación le arrebata al pecado el poder para no pecar, y
lo priva por completo de arrepentimiento.

165

Pero oíd lo que dijo Dios a través de Joel el profeta: “Como


que Yo vivo – dijo vuestro Dios – Yo no deseo la muerte del
pecado, sino que busco que él se convierta al
arrepentimiento”. ¿Predestinará entonces Dios lo que El no
desea? Considerad lo que Dios dijo, y lo que dicen los fariseos
de esta época actual. Además, Dios dijo por el profeta Isaías:
“Yo he llamado, y vosotros no me escucharíais”. Y cuánto ha
llamado Dios, oíd cómo lo dice El por el mismo profeta:
“Todo el día he extendido Mi mano hacia un pueblo que no
cree en Mi, sino que Me contradice”. Y nuestros fariseos,
cuando dicen que los réprobos no pueden volverse elegidos;
¿qué dicen ellos, entonces, sino que Dios se burla de los
hombres tal como se burlaría de un ciego el que le mostrase
algo blanco, y como se burlaría de un sordo el que le hablase
al oído? Y que los efectos pueden ser reprobados, considerad
lo que dijo nuestro Dios por el profeta Ezequiel: “Como que
Yo vivo – dijo Dios – si el justo abandona su rectitud y hace
abominaciones, él perecerá, y Yo ya no recordaré ninguna de
sus obras piadosas; porque con ar en ellas lo abandonará
ante Mi y no lo salvará”. Y de llamar a los réprobos, ¿qué dijo
Dios por el profeta Oseas sino esto: “Yo invitaré a un pueblo
no elegido, Yo los llamaré elegidos”? Dios es Veraz, y no
puede decir una mentira: ya que siendo Dios la verdad, El
dice la Verdad. Pero los fariseos de este tiempo actual
contradicen a Dios por completo>>.

166
Andrés replicó: <<¿Pero cómo ha de entenderse lo que Dios
dijo a Moisés, de que El tendrá misericordia de quien El se
quiera apiadar y se endurecerá contra quien quiera El
endurecerse?>>. Jesús respondió: <<Dios dijo esto para que el
hombre no crea que él se salva por su propia virtud, sino que
se dé cuenta que la vida y la Misericordia de Dios le fueron
otorgados por Dios de Su Generosidad. Y El lo dijo para que
los hombres rechacen la opinión de que hay otros dioses
aparte de El. Sí, por lo tanto, El endureció al Faraón, El lo
hizo porque éste había a igido a nuestro pueblo y trató de
reducirlo a la nada destruyendo a todos los hijos varones de
Israel; así que Moisés estuvo a punto de perder la vida.

De acuerdo a esto, en verdad os digo, que la predestinación


tiene como sus cimientos a la ley de Dios y el libre albedrío
humarlo. Si, e incluso si Dios pudiese salvar al mundo entero
para que ninguno pereciese El no quería hacer así ya que
entonces privaría al hombre de la libertad, la cual El preservó
para él para que pudiese despreciar a Satanás, para que este
bulto de barro burlado del espíritu, aun cuando pecara como
el espíritu hizo, pueda tener poder para arrepentirse e ir a
vivir en ese lugar de donde el espíritu fue expulsado. Nuestro
Dios desea, digo, procurar con Su Misericordia el libre
albedrío del hombre, y no quiere abandonar a la criatura con
Su Omnipotencia. Y así en el Día del Juicio nadie será capaz
de presentar excusa alguna por sus pecados, ya que entonces
se hará mani esto a ellos cuánto ha hecho Dios para la
conversión de ellos, y con frecuencia los ha invitado El al
arrepentimiento.

167

Entonces, si vuestra mente no se conforma con esto, y


queréis decir otra vez: “¿Por qué es así?”, yo os develaré un
“porque”. Es éste. Decidme, ¿por qué no puede una sola
piedra descansar encima del agua, y sin embargo la tierra
rme entera descansa encima del agua? Decidme, ¿por qué es
que, mientras que el agua extingue al fuego, y la tierra huye
del aire, así que nadie puede unir tierra, aire, agua, y fuego en
armonía, no obstante ellos están unidos en el hombre y se
conservan armoniosamente?

Si, entonces, vosotros no sabéis esto -no, todos los hombres,


como hombres, no pueden saberlo – ¿cómo entenderán ellos
que Dios creó de la nada al Universo con una sola palabra?.
¿Cómo entenderán ellos la eternidad de Dios? Seguramente
ellos de ninguna manera serán capaces de entender esto, ya
que, siendo nito el hombre y compuesto con su cuerpo, el
cual, como dijo el profeta Salomón, siendo corruptible,
oprime al alma, y siendo las obras de Dios proporcionales a
Dios, ¿cómo serán ellos capaces de comprenderlas?

Isaías, el profeta de Dios, viendo que ello era así, exclamó,


diciendo: “¡Verdaderamente Tú eres un Dios oculto!”. Y del
Mensajero de Dios, cómo lo creó Dios, el dijo: “Su
generación, ¿quién la narrará?”. Y de las obras de Dios, él dijo:
“¿Quién fue Su consejero?”. Por lo tanto Dios dijo a la
naturaleza humana: “Así como el cielo es exaltado sobre la
Tierra, así son Mis Caminos exaltadas sobre vuestros
caminos y Mis Pensamientos sobre vuestros pensamientos”.
Por lo tanto os digo, la manera de la predestinación no está
mani esta a los hombres, y este hecho es verdadero, como os
lo he dicho.

¿Debe el hombre, entonces, porque él no puede descubrir la


manera, negar el hecho?. Ciertamente, yo nunca he visto
todavía a alguien que rechace la salud, aunque la manera de
ella no sea entendida. Porque aun ahora yo no sé cómo Dios,
por mi toque, sana a los enfermos>>.

168

Entonces dijeron los discípulos: <<Verdaderamente Dios


habla en ti, ya que nunca hemos oído a hombre alguno
hablar como tú hablas>>. Jesús respondió: <<Creédme,
cuando Dios me escogió para enviarme a la casa de Israel, El
me dio un libro como un espejo claro el cual descendió a mi
corazón de tal manera que todo lo qué yo hablo sale de ese
libro. Y cuando ese libro haya terminado de salir de mi boca,
yo seré llevado fuera del mundo>>.

Pedro contestó: <<Oh maestro, ¿está lo que ahora dices escrito


en ese libro?>>. Jesús replicó: <<Todo lo que yo digo para el
conocimiento de Dios y el servicio de Dios, para el
conocimiento del hombre y para la salvación de la
humanidad – todo ello sale de este libro, el cual es mi
Evangelio>>.

Dijo Pedro: <<¿Está allí escrita la gloria del Paraíso?>>.

169

Jesús respondió: <<Escuchad, y yo os diré de qué manera es el


Paraíso, y como vivirán allí los santos y los eles sin n,
porque esto es una de las mayores bendiciones del Paraíso, ya
que todo, por grande que sea, si tiene un n, se vuelve
pequeño; si, se vuelve nada. El Paraíso es la casa donde Dios
almacena Sus delicias, las cuales son tan grandes que el suelo
que es pisado por los pies de los santos y bienaventurados es
tan precioso que una dracma de él es más preciosa que cien
mundos. Esas delicias fueron vistas por nuestro padre, David,
profeta de Dios, ya que Dios se las mostró, lo hizo que viera
las glorias del Paraíso: entonces, cuando él volvió en sí, se
tapó los ojos con ambas manos, y llorando dijo: “¡No miréis
más a este mundo, oh ojos míos, porque todo es vano, y no
hay nada bueno!”.

De estas delicias dijo Isaías el profeta: “Los ojos de los


hombres no han visto, sus oídos no han oído, ni el corazón
humano ha concebido, lo que Dios ha preparado para los que
lo aman”. ¿Sabéis vosotros por qué ellos no han visto, oído ni
concebido dichas delicias? Es porque mientras ellos viven,
aquí abajo ellos no son dignos de contemplar tales cosas. Así
que, cuando nuestro padre David las vio verdaderamente, yo
os digo que él las vio con la luz divina. Como que Dios vive,
ante Cuya Presencia comparece mi alma, como las delicias
del Paraíso son in nitas y el hombre es nito, el hombre no
puede contenerlas; tal como una pequeña jarra de barro no
puede contener al mar.

¡Mirad, entonces, qué hermoso es el mundo en el verano,


cuando todas las cosas dan fruto! El campesino mismo,
intoxicado de alegría por razón de la cosecha por llegar, hace
resonar los valles y las montañas con su canto, ya que él ama
su labor supremamente. Levantad ahora vuestros corazones
al Paraíso, donde las cosas son fructíferas con frutos
proporcionales al que los cultivó.

Como que Dios vive, esto es su ciente en cuanto al


conocimiento del Paraíso, que sepáis que Dios creó al Paraíso
como hogar de Sus delicias. Ahora, ¿no creéis que la bondad
inconmensurable debe tener cosas inconmensaurablemente
buenas?, ¿o que la belleza inconmensurable ha de tener cosas
inconmesurablemente bellas? Tened cuidado, ya que erraréis
grandemente si no creéis esto.

170

Dios dice así al hombre que le sirva elmente: “Yo conozco


tus obras, que tú haces para Mi. Porque tú me sirves como
Dios tu Creador, sabiendo que tú mismo eres Mi obra, y no
Me pides nada excepto gracia y misericordia para servirme
elmente; porque tú no pones n a tu servicio para Mi, ya
que tú deseas servirme eternamente; asimismo haré Yo, ya
que Yo te recompensaré como si tú fueras Dios, igual a Mi. Ya
que no sólo pondré Yo en tus manos la abundancia del
Paraíso, sino que Yo me daré a Mi mismo como un regalo; así
que, así como tú quieres ser Mi sierva por siempre, asimismo
te daré tu premio por siempre”>>.

171

<<¿Qué pensáis del Paraíso?>>, dijo Jesús a sus discípulos,


<<¿hay una mente que pueda comprender tales riquezas y
delicias? Es necesario que el hombre tenga un conocimiento
tan grande como el de Dios si él quiere conocer lo que Dios
dará a Sus siervos. ¿Habéis visto cuando Herodes hace un
regalo a alguno de sus barones favoritos, de qué manera se lo
da?>>. Juan respondió: <<Yo lo he visto dos veces; y
ciertamente la décima parte de lo que él da sería su ciente
para un hombre pobre>>.

Dijo Jesús: <<Pero si un pobre le diera un regalo a Herodes,


¿qué le daría?>>. Juan contestó: <<Una o dos moneditas>>.
<<Ahora, que éste sea vuestro libro en el que estudiéis el
conocimiento del Paraíso>>, dijo Jesús, <<porque todo lo que
Dios le ha dado en este mundo actual para su cuerpo es como
si Herodes le diera una monedita a un pobre; pero lo que
Dios le dará al cuerpo y al alma en el Paraíso es como si
Herodes diese todo lo que él tiene e incluso su propia vida, a
uno de sus sirvientes.
172

Dios dice así al que lo ama y lo sirve elmente: “Mira y


medita acerca de las arenas del mar, oh siervo Mío, cuántas
son. Así que, si el mar te diese un solo grano de arena, ¿te
parecería pequeño? Claro que si. Como que Yo, tu Creador,
vivo, todo lo que Yo he dado en este mundo a todos los
príncipes y reyes de la Tierra es menos que un grano de
arena que el mar te diese, en comparación con lo que Yo te
daré en Mi paraíso”>>.

173

<<Considerad, entonces>>, dijo Jesús, <<la abundancia del


Paraíso. Ya que si Dios ha dado al hombre en este mundo una
onza de bienestar, en el Paraíso El le dará diez veces 100.000
cargas. Considerad la cantidad de frutos que hay en este
mundo, la cantidad de alimento, la cantidad de ores, y la
cantidad de cosas que sirven al hombre. Como que Dios vive,
ante Cuya Presencia comparece mi alma, así como el mar
tiene todavía arena arriba y abajo cuando uno toma un grano
de él, asimismo la calidad y cantidad de higos en el Paraíso es
superior a la clase de higos que comemos aquí. Y de manera
similar toda otra cosa en el Paraíso. Pero más aún, yo os digo
que verdaderamente, así como una montaña de oro y perlas
es más preciosa que la sombra de una hormiga, asimismo son
las delicias del Paraíso más preciosas que todas las delicias de
los príncipes del mundo que ellos tiene y tendrán hasta el
Juicio de Dios, cuando el mundo llegue a su fin>>.

Pedro contestó: <<¿Entrará, entonces, al Paraíso el cuerpo que


ahora tenemos?>>. Jesús contestó: <<Ten cuidado, Pedro, o de
lo contrario te volverás un Saduceo; ya que los Saduceos
dicen que la carne no resucitará, y que no hay ángeles. Por lo
tanto sus cuerpos y almas tienen negada la entrada al Paraíso,
y ellos están privados del servicio de los ángeles en este
mundo. ¿Acaso olvidaste cómo dijo Job, profeta y amigo de
Dios: “Yo sé que mi Dios vive; y en el último día yo seré
resucitado en mi carne, y con mis ojos yo veré a Dios mi
Salvador”?. Pero creédme, esta carne nuestra será puri cada
tanto que no poseerá una sola propiedad de las que ahora
tiene; ya que será purgada de todo mal deseo, y Dios la
reducirá a una condición tal como la de Adán antes de que él
pecado. Dos hombres sirven a un amo en una y misma obra.
Uno sólo vé el trabajo, y da órdenes al segundo, y el segundo
ejecuta todo lo que el primero ordena.

¿Os parece justo digo, que el amo recompense sólo al que vé y


ordena, y arroje de su casa al que se cansó trabajando? Seguro
que no. ¿Cómo entonces soportará esto la Justicia de Dios? El
alma y el cuerpo con el sentido del hombre sirven a Dios; el
alma sólo vé y ordena el servicio, ya que el alma, al no comer
pan, no ayuna, el alma no camina, no siente frío ni calor, no
cae enferma, y no esmaltada, porque el alma es inmortal: ella
no sufre ninguno de los dolores corporales que el cuerpo
sufre a merced de los elementos. ¿Es, entonces, justo, digo yo,
que sólo el alma entre al Paraíso, y no el cuerpo, que tanto se
ha cansado de servir a Dios?>>.

Pedro contestó: <<¿Pero cómo ha de pecar el cuerpo sin el


alma? Ciertamente es imposible. Por lo tanto, al quitar la
misericordia de Dios del cuerpo, tú condenas el alma al
infierno.

174

Como que Dios vive, ante Cuya Presencia comparece mi


alma, nuestro Dios prometió. Su Misericordia al pecador,
diciendo: “En la hora en que el pecador lamente su pecado,
Yo Mismo no recordaré jamás sus iniquidades”. Ahora,
¿quién va a comer las carnes del Paraíso, si el cuerpo no va
allí? ¿El alma? Seguramente no, ya que ella es espíritu>>.
Pedro contestó: <<Así entonces, los benditos comerán en el
Paraíso: ¿pero cómo será la carne eliminada de impurezas?>>.

Jesús respondió: <<¿Pero qué bendiciones tendrá el cuerpo si


él no come ni bebe? Seguramente es adecuado dar gloria en
proporción a la cosa glori cada. Pero tú te equivocas, Pedro,
al pensar que esa carne estará envuelta en impureza, porque
este cuerpo en el tiempo actual come carnes corruptibles, y
así es que sale la putrefacción; pero en el Paraíso el cuerpo
será incorruptible, impasible, e inmortal, y libre de toda
miseria; y las carnes, que son sin defecto alguno, no
generarán ninguna putrefacción.

175

Dios dijo así en Isaías el profeta, despreciando a los réprobos:


“Mis siervos se sientan ante Mi mesa en Mi casa y comerán
festivamente, con alegría y con el sonido de arpas y órganos,
y Yo no dejaré que tengan necesidad de cosa alguna. Pero
vosotros que sois Mis enemigos seréis expulsados lejos de Mi,
y moriréis en la misería, mientras todo siervo Mío os
despreciará”>>.

176

<<¿De qué sirve decir: “Ellos comerán festejando”?>>, dijo


Jesús a sus discípulos; <<seguramente Dios habla claro. ¿Pero
para qué propósito son los cuatro ríos de precioso licor en el
Paraíso, con tantas frutas? Ciertamente, Dios no come, los
ángeles no comen, el alma no come, el sentido no come, sino
más bien la carne, la cual es nuestro cuerpo. Por lo tanto la
gloria del Paraíso es para el cuerpo las carnes, y para el alma
y el sentido Dios y la conversación de los ángeles y espíritus
benditos. Esa gloria será revelada mejor por el Mensajero de
Dios, quien (ya que Dios creó todas las cosas por amor a él)
conoce todas las cosas mejor que ninguna otra criatura>>.

Dijo Bartolomé: <<Oh maestro, ¿será la gloria del Paraíso


igual para todos los hombres? Si es igual, no será justo, y si no
es igual, los menores envidiarán a los mayores>>. Jesús
respondió: <<No será igual, porque Dios es Justo; pero todos
estarán contentos, porque no hay envidia allí. Dime,
Bartolomé: hay un amo que tiene muchos sirvientes, y él
vista a todos los sirvientes con la misma tela. ¿Se quejan
entonces los niños, que están vestidos con ropas de niño,
porque no tienen vestidos de hombres adultos? Claro que es
lo contrario, si los mayores quisieran ponerles sus ropas
mayores ellos se enojarían, porque, no siendo las ropas de su
talla, ellos se sentirían burlados. Ahora, Bartolomé, levanta tu
corazón a Dios en el Paraíso, y verás que toda gloria, aunque
sea más para unos y menos para otros, no producirá envidia
alguna>>.

177

Entonces dijo el que escribe: <<Oh maestro, ¿tiene el Paraíso


luz del sol como la tiene este mundo?>>. Jesús contestó: <<Así
me ha dicho Dios, oh Bernabé: “El mundo en que vivimos
vosotros los hombres que sois pecadores tiene el sol y la luna
y las estrellas que lo adornan, para vuestro bene cio y
agrado; para esto los he creado Yo. ¿Crees, entonces, que la
casa donde vivan Mis eles no será mejor? Ciertamente, te
equivocas, al pensarlo; porque Yo, tu Dios, soy el sol del
Paraíso, y Mi mensajero es la luna que recibe todo de Mi; y
las estrellas son Mis profetas que os han predicado Mi
Voluntad. Por lo tanto Mis eles, así como ellos reciben Mi
Palabra de Mis profetas aquí, de manera similar obtendrán
delicia y alegría de ellos en el Paraíso de Mis delicias”>>. <<Y
que esto sea su ciente para vosotros>>, dijo Jesús, <<en
cuanto al conocimiento del Paraíso>>.

178

Entonces Bartolomé dijo otra vez: <<Oh maestro, tenme


paciencia si te pregunta una palabra>>. Jesús respondió: <<Di
lo que quieras>>. Dijo Bartolomé: <<El Paraíso es
seguramente grande; ya que, habiendo allí tantas cosas
buenas, tiene que ser grande>>. Jesús respondió: <<El Paraíso
es tan grande que ningún hombre puede medirlo. En verdad
os digo que los cielos son nueve, entre los cuales están
colocados los planetas, que están distantes el uno del otro 500
años de viaje para un hombre: y la Tierra de manera similar
está distante del primer cielo un viaje de 500 años.

Pero deja tú de medir el primer cielo, el cual es por sí mucho


mayor que el mundo entero tal como la Tierra entera es
mayor que un grano de arena. Así también el segundo cielo
es mayor que el primero, y el tercero que el segundo, y así
hasta el último cielo, cada uno es similarmente mayor que el
siguiente. Y en verdad os digo que el Paraíso es mayor que
toda la Tierra y todos los cielos juntos, tal como la Tierra es
mayor que un grano de arena>>.

Entonces dijo Pedro: <<Oh maestro, el Paraíso necesita ser


mayor que Dios, ya que Dios será visto dentro de él>>. Jesús
respondió: <<Deténte, Pedro, porque tú blasfemas sin
saberlo>>.

179
Entonces vino el ángel Gabriel a Jesús y le mostró un espejo
brillante como el sol, en donde él vio escritas estas palabras:
<<Como que Yo vivo eternamente, así como el Paraíso es
mayor que todos los cielos y la Tierra, y como la Tierra
entera es mayor que un grano de arena, asimismo Yo soy más
Grande que el Paraíso; y tantas veces más como granos de
arena tiene el mar, y como gotas de agua hay en el mar, y
como hojas de pasto hay sobre el suelo, y como hojas hay en
los árboles, y como piel hay sobre los animales; y muchas
veces más que los granos de arena que llenarían los cielos y el
Paraíso, y más>>.

Entonces dijo Jesús: <<Hagamos reverencia a nuestro Dios el


Cual es Bendito eternamente>>. Entonces ellos inclinaron sus
cabezas 100 veces y se postraron de cara al suelo en oración.

Cuando la oración hubo terminado, Jesús llamó a Pedro y le


dijo y a todos los discípulos lo que él había visto. Y a Pedro le
dijo: <<Tu alma, que es mayor que toda la Tierra, por un ojo
vé el sol, el cual es mil veces mayor que toda la Tierra>>.

<<Es verdad>>, dijo Pedro. Entonces dijo Jesús: <<Asimismo,


a través de los ojos del Paraíso, verás tú a Dios nuestro
Creador>>. Y habiendo dicho esto, Jesús dio gracias a Dios
nuestro Señor, rezando por la casa de Israel y por la ciudad
santa. Y todos contestaron: <<Así sea, Señor>>.

180

Un día, estando Jesús en el porche de Salomón, se acercó allí


a él un escriba, uno de los que hacía discursos a la gente, y le
dijo: <<Oh maestro, he dado muchas veces discursos a esta
gente, y hay en mi mente un pasaje de las Escrituras que no
soy capaz de entender>>. Jesús contestó: <<¿Y qué es?>>. Dijo
el escriba: <<El que le dijo Dios a Abrahán nuestro padre: “Yo
seré tu gran recompensa”. Ahora, ¿cómo puede el hombre
merecer tal recompensa?>>.

Entonces Jesús se alegró en espíritu, y dijo: <<¡Seguramente


tú no estas lejos del Reino de Dios! Escúchame, ya que yo te
diré el signi cado de esa enseñanza. Dios, siendo in nito, y
el hombre nito, el hombre no puede merecer a Dios -y ¿es
esta tu duda, hermano?>>. El escriba respondió, llorando:
<<Señor, tú conoces mi corazón; habla, por lo tanto, ya que
mi alma desea oír tu voz>>. Entonces dijo Jesús: <<Como que
Dios vive el hombre no puede merecer ni el pequeño aliento
que él recibe cada momento>>.

El escriba estaba fuera de sí, al oír esto, y similarmente lo


discípulos se maravillaron, ya que ellos recordaron lo que
Jesús dijo, que cualquier cosa que ellos dieran por amor a
Dios, lo recibirían multiplicado cien veces. Entonces dijo él:
<<Si alguien te prestara cien monedas de oro, y tú gastases
esas monedas, ¿podrías decirle a ese hombre: “Te doy una
hoja seca de vid; dáme por lo tanto tu casa, porque yo la
merezco”?>>. El escriba respondió: <<No, señor, porque él
primero debería pagar lo que él debía, y entonces, si él
desease algo, él le debería dar cosas buenas, ¿pero de qué
sirve una hoja seca?>>.

181

Jesús contestó: <<Bien has dicho, oh hermano; así que dime,


¿quién creó de la nada al hombre? Ciertamente fue Dios,
Quien también le dio el mundo entero para su bene cio.
Pero el hombre al pecar lo gastó todo, por razón de cuyos
pecados todo el mundo se volvió contra el hombre, y el
hombre en su miseria no tiene nada qué dar a Dios sino obras
corrompidas por el pecado. Y que, al pecar cada día; él
corrompe sus propias obras, así que Isaías el profeta dice:
“Nuestras obras piadosas son ‘como un trapo menstrual'”.
¿Cómo, entonces, tendrá mérito el hombre, viendo que él es
incapaz de dar satisfacción?. ¿Es, acaso, que el hombre no
peca? Cierto es que nuestro Dios dijo por su profeta David:
“Siete veces al día cae el virtuoso”; ¿cuántas, entonces, caerá el
impío? Y si nuestras obras piadosas son corruptas, ¡qué
abominables son nuestras impiedades! Como que Dios vive,
no hay nada que el hombre deba enviar más que decir: “Yo
merezco”. Que el hombre conozca, hermano, las obras de sus
manos, y él inmediatamente verá su mérito. Toda cosa buena
que sale de un hombre, ciertamente el hombre no lo hace,
sino que Dios lo obra en él; ya que su ser es de Dios Quien lo
creó. Lo que el hombre hace es contradecir a Dios su Creador
y cometer pecado, por lo que él no merece recompensa, sino
tormento.

182

No sólo creó Dios al hombre, digo, sino que El lo creó


perfecto. El le dio el mundo entero; después de la partida del
Paraíso El le dio dos ángeles para cuidarlo, él le envió los
profetas, El le otorgó la Ley, El le otorgó la fe, cada momento
El lo libra de Satanás, El está dispuesto a darle el Paraíso; no,
aún más, Dios quiere darse a si Mismo al hombre.
Considerad, entonces, la deuda, ¡es una gran deuda!, una
deuda para pagar la cual vosotros habríais tenido que crear
vosotros mismos al hombre de la nada, haber creado tantos
profetas como los que Dios envió, con un mundo y un
Paraíso; no, más aún, con un Dios grande y bueno como lo es
nuestro Dios, y dárselo todo a Dios. Así sería cancelada la
deuda y quedaría para vosotros solamente la obligación de
dar gracias a Dios. Pero ya que vosotros no sois capaces de
crear una sola mosca, y viendo que hay sólo un Dios que es
Señor de todas las cosas, ¿cómo seréis capaces de cancelar
vuestra deuda? Ciertamente, si un hombre os prestase cien
monedas de oro, vosotros estaríais obligados a restaurarle
cien monedas de oro.

Por lo tanto, el sentido de esto, oh hermano, es que Dios,


siendo Señor del Paraíso y de todo, puede decir lo que le
plazca, y dar a quienquiera que El le plazca. Así que, cuando
El le dijo a Abrahán: “Yo seré tu gran recompensa”, Abraham
no podía decir: “Dios es mi recompensa”, sino “Dios es mi
regalo y mi deuda”. Entonces, cuando dés discursos a las
gentes, oh hermano, tú deberías explicar así este pasaje: que
Dios le dará al hombre tales y cuales cosas si el hombre obra
bien. Cuando Dios te hable, oh hombre, y diga: “Oh siervo
Mío, tú has actuado bien por amor a Mi, ¿qué recompensa
pides tú de Mi, tu Dios”?, responde: “Señor, viendo que yo soy
la obra de Tus manos, no es adecuado que haya pecado en
mi, lo cual ama Satanás. Por lo tanto, Señor, para Gloria Tuya
propia, ten misericordia de la obra de Tus manos”.

Y si Dios dice: “Yo te he perdonado, y ahora quiere


recompensarte”, responde: “Señor, yo merezco el castigo por
lo que he hecho, y por lo que Tú has hecho tu mereces ser
glori cado. Castiga, Señor, en mi lo que he hecho, y salva a lo
que tú has obrado”. Y si Dios dice: “¿Qué castigo te parece
adecuado por tu pecado?”, contesta: “Tanto, oh Señor, como
sufrirán todos los condenados”. Y si Dios dice: “¿Por qué
solicitas tú tan gran castigo, oh Mi siervo el?”, responde:
“Porque cada uno de ellos, si hubieran recibido de Ti tanto
como yo recibí, te habrían servido más elmente de lo que
yo he hecho”.

Como que Dios vive, ante Cuya Presencia comparece mi


alma, ese hombre agradará más a Dios que todos Sus santos
ángeles. Ya que Dios ama la verdadera humildad, y odia la
soberbia>>.

Entonces el escriba dio gracias a Jesús, y le dijo: <<Señor,


vayamos a la casa de tu siervo, ya que tu siervo te dará carne a
ti y a tus discípulos>>. Jesús respondió: <<Yo iré allí cuando
me prometas llamarme “hermano”, y no “señor”, y que tú seas
mi hermano, y no mi siervo>>. El hombre lo prometió, y
Jesús fue a su casa.

183

Mientras ellos estaban sentados a la mesa, el escriba dijo:


<<Oh maestro, tú dijiste que Dios ama la verdades humildad.
Dinos por lo tanto qué es humildad, y cómo puede ser
verdadera o falsa>>. Jesús contestó: <<En verdad os digo que
el que no se vuelva como un niño pequeño no entrará en el
Reino del cielo>>. Todos se asombraron al oís esto, y ellos se
dijeron unos a otros: <<¿Pero cómo va a volverse niño el que
tiene 30 ó 40 años de edad? Ciertamente esto es algo difícil
de entender>>. Jesús respondió: <<Como que Dios vive, ante
Cuya Presencia comparece mi alma, mis palabras son ciertas.
Yo os digo que un hombre tiene necesidad de volverse como
un niño pequeño: ya que ésta es la verdadera humildad. Pues
si le preguntáis a un niño pequeño: “¿Quién hizo tus ropas?”,
él contestará: “Mi padre”. Si le preguntáis de quien es la casa
donde vive él, él dirá: “De mi padre”. SI decís: “¿Quién te da
de comer?”, él replicará: “Mi padre”. Si decís: “¿Quién te
enseñó a caminar y a hablar?”, él contestará: “Me caí, y me
descalabré”. Si decís: “Pero, ¿por qué te caíste?”, él contestará:
“¿No veis que soy pequeño, por lo que no tengo la fuerza para
caminar y correr como un hombre grande?, así necesito que
mi padre me lleve de la mano para caminar rmemente.
Pero para que yo pueda caminar bien, mi padre me dejó por
un rato, y yo, queriendo correr, me caí”. Si decís: “¿Y qué dijo
tu padre?”, él responderá: “¿Por qué no caminaste despacio?
Fíjate bien y no te apartes de mi lado en lo futuro”>>.

184

<<Decidme, ¿es eso cierto?>>, dijo Jesús.Los discípulos y el


escriba contestaron: <<Es ciertísimo>>. Entonces dijo Jesús:
<<El que en verdad reconoce a Dios como autor de todo bien,
y a si mismo como autor del pecado, será verdaderamente
humilde. Pero el que hable con la lengua como habla el niño,
pero él contradice lo mismo con sus actos, ciertamente tiene
falsa humildad y verdadera soberbia. Porque la soberbia está
entonces en su cumbre cuando hace uso de cosas humildes,
para no ser reprendido y reprobado por los hombres.

La verdadera humildad es una pequeñez del alma por lo cual


el hombre se conoce en verdad a si mismo; pero la falsa
humildad es una niebla del in erno que oscurece así el
entendimiento del alma, así que lo que el hombre debería
adjudicarse a sí mismo, se lo ascribe a Dios, y lo que él
debería ascribir a Dios, se lo adjudica a sí mismo. Así, el
hombre de falsa humildad dirá que él es un malvado
pecador, pero cuando uno le dice que él es un pecador él se
enfurecerá contra el que se lo dijo, y lo perseguirá.

El hombre de falsa humildad dirá que Dios le dio todo lo que


él tiene, pero que él, por su parte, no ha dormido, sino hecho
buenas obras. Y estos fariseos de la época actual, hermanos,
decidme cómo caminan>>. El escriba respondió, llorando:
<<Oh maestro, los fariseos de la época actual tienen las ropas
y el hombre de fariseos, pero en sus corazones no engañarían
a las gentes sencillas! ¡Oh tiempo antiguo, qué cruelmente
nos has tratado, que nos ha quitado a los verdaderos fariseos y
nos has dejado a los falsos!>>.

185

Jesús respondió: <<Hermano, no es el tiempo el que ha hecho


esto, sino más bien el mundo malvado. Porque en todo
tiempo es posible servir a Dios en verdad, pero al
acompañarlo con el mundo, o sea con las malas costumbres
de cada época, el hombre se vuelve malo.

¿No sabes acaso que Gehazi, sirviente de Eliseo, el profeta,


mintiendo, y avergonzando a su maestro, tomó el dinero y las
ropas de Naamán el sirio? Y sin embargo Eliseo tuvo un gran
número de fariseos que hoy en día evitan toda buena obra y
todo ejemplo santo: y el ejemplo de Gehazi es su ciente para
los que son reprobados por Dios>>. El escriba contestó: <<Oh
maestro, ¿qué diré yo? De seguro muchos no lo creen,
aunque está escrito por Daniel el profeta; pro en obediencia a
ti narraré la verdad.

Ageo tenía 15 años cuando, habiendo vendido su patrimonio


y habiéndolo dado a los pobres, salió de Anathoth para servir
al profeta Obadías. Ahora, el anciano Obadías, que conocía la
humildad de Ageo, lo usaba como un libro con el cual
enseñaba a sus discípulos. Por lo tanto él frecuentemente le
enviaba de regalo ropas y alimentos delicados, pero Ageo
siempre enviaba de vuelta al mensajero, diciendo: “Ve,
regresa a la casa, porque has cometido un error. ¿Me enviaría
Obadías estas cosas? Seguro que no; ya que él sabe que yo no
hago nada bueno, y solamente cometo pecados”.

Y Obadías, cuando tenía algo malo, solía dárselo al día


siguiente a Ageo, para que él lo viera. Entonces Ageo, cuando
lo veía, se decía a si mismo: “Ahora, mira, ciertamente
Obadías te ha olvidado, ya que esta cosa es solamente
adecuada para mi, ya que yo soy peor que todos. Y no hay
nada tan vil que, recibiéndolo de Obadías, por cuyas manos
Dios me lo concede, no fuese un tesoro”.

186

Cuando Obadías deseaba enseñar a alguien cómo rezar, él


llamaba Ageo y decía: “Recita aquí tu oración para que todos
puedan oír tus palabras”. Entonces Ageo decía: “Señor Dios
de Israel, mira con misericordia a Tu sirvo, el cual te invoca,
ya que Tu lo creaste. Justo Señor Dios, recuerda Tu Justicia y
castiga los pecados de Tu siervo, para que yo no contamine
Tu obra, Señor Dios mío, yo no te puedo pedir las delicias
que Tu concediste a Tus siervos eles, porque yo no hago
sino pecados. Por lo tanto, Señor, cuando Tú vayas a darle
una enfermedad a uno de Tus siervos, recuérdame a mi Tu
siervo, para Tu propia Gloria”>>.

<<Y cuando Ageo hacia así>>, dijo el escriba, <<Dios lo amaba


tanto que a todos los que en ese tiempo estaban con él Dios
les dio el don de la profecía. Y nada pedía Ageo en oración
que Dios le negase>>.

187

El buen escriba lloraba al decir esto, como llora el marinero


cuando vé su barca rota. Y él dijo: <<Oseas, cuando fue a
servir a Dios, era príncipe de la tribu de Ne alí, y tenía 40
años. Y así, habiendo vendido su patrimonio y dándoselo a
los pobres, fue a ser discípulo de Ageo. Oseas estaba tan
in amado de la caridad que para todo lo que le pedían él
decía: “Esto me dio Dios para ti, oh hermano, ¡acéptalo, por lo
tanto!”. Por esa razón él pronto quedó con sólo dos vestidos, o
sea, una túnica de saco y un manto de pieles. El vendió, digo,
su patrimonio y lo dio a los pobres, porque de otra manera
nadie podría ser llamado fariseo.

Oseas tenía el libro de Moisés, el cual leía con gran


entusiasmo. Un día Ageo le dijo: “Oseas, ¿quién te quitó todo
lo que tenías?”. Sucedió que un discípulo de un profeta
vecino iba a ir a Jerusalén, pro no tenía manto. Así que,
habiendo oído de la caridad de Oseas, fue a verlo, y le dijo:
“Hermano, quisiera ir a Jerusalén para hacer un sacri cio a
nuestro Dios, pero no tengo un manto, así que no sé qué
hacer”.
Cuando él oyó esto, Oseas dijo: “Perdóname, hermano,
porque yo he cometido un gran pecado contra ti: ya que Dios
me dio un manto para que te lo diera a ti, y yo lo había
olvidado. Ahora por lo tanto acéptalo, y ruega a Dios por mí”.
El hombre, creyendo esto, aceptó el manto de Oseas y partió.
Y cuando fue a casa de Ageo dijo: “¿Quién te quitó tu manto?”.
Oseas replicó: “El libro de Moisés”. Ageo estuvo muy
complacido de oír esto, ya que él se dio cuenta de la bondad
de Oseas.

Sucedió que un hombre pobre fue asaltado por ladrones y


dejado desnudo. Entonces Oseas, al verlo, se quitó su propia
túnica y se la dio al desnudo, quedando él con un pequeño
pedazo de piel de cabra sobre sus partes privadas. Entonces,
como él no iba a ver a Ageo, el buen Ageo pensó que Oseas
estaba enfermo. Así que él fue con dos discípulos a verlo: y
ellos lo encontraron envuelto en hojas de palma. Entonces
dijo Ageo: “Dime ahora, ¿por qué no has ido a visitarme?”.
Oseas respondió: “El libro de Moisés se llevó mi túnica, y
temí ir sin túnica a verte”. Así que Ageo le dio otra túnica.

Sucedió que un hombre joven, viendo que Oseas leía el libro


de Moisés, lloró, y dijo: “Yo también aprendería a leer si
tuviera un libro”. Oyendo lo cual, Oseas le dio el libro
diciendo: “Hermano, este libro es tuyo, ya que Dios me lo dio
para que yo se lo diera a uno que, llorando, desease un libro”.
El hombre le creyó, y aceptó el libro.

188

Había un discípulo de Ageo cerca de Oseas; y él, queriendo


ver si su propio libro estaba bien escrito, fue a visitar a Oseas,
y le dijo: “Hermano, toma tu libro y veamos si es igual al
mío”. Oseas contestó: “Me a sido quitado”. “¿Quién te lo
quitó?”, dijo el discípulo.Oseas respondió: “El libro de
Moisés”. Oyendo esto, el otro fue a ver a Ageo y le dijo: “Oseas
se ha vuelto loco, ya que él dice que el libro de Moisés le
quitó el libro de Moisés”. Ageo contestó: “Dios quisiera, oh
hermano, que yo estuviera loco de manera similar, ¿y que
todos los locos fueran como Oseas!”.

Ahora, los ladrones sirios, habiendo arrasado la tierra de


Judea, agarraron al hijo de una pobre vida, que vivía cerca del
Monte Caramelo, donde vivían los profetas y fariseos.
Sucedió, por casualidad, que habiendo ido Oseas a cortar
leña se encontró a la mujer, que estaba llorando. Entonces él
de inmediato empezó a llorar; ya que siempre que veía que
alguien reía él reía, y cuando él veía llorar a alguien él
lloraba. Oseas entonces le preguntó a la mujer la razón de su
llanto, y ella le contó todo. Entonces dijo Oseas: “Ven,
hermana, ya que Dios quiere darte tu hijo”. Y ambos fueron a
Hebrón, donde Oseas se vendió a si mismo, y dio el dinero a
la viuda, la cual, no sabiendo cómo había obtenido él ese
dinero, lo aceptó y rescató a su hijo.

El que había comprado a Oseas lo llevó a Jerusalén, donde él


tenía una morada, no conociendo a Oseas. Ageo, al ver que
Oseas no podía ser hallado, quedó a igido. Entonces el ángel
de Dios le contó cómo había sido llevado como esclavo a
Jerusalén.

El buen Ageo, cuando oyó esto, lloró por la ausencia de Oseas


como una madre llora por la ausencia de su hijo. Y habiendo
llamado a dos discípulos él fue a Jerusalén. Y por la Voluntad
de Dios, a la entrada de la ciudad él encontró a Oseas, quien
iba cargado de pan para llevarlo a los trabajadores en la viña
de su amo. Habiéndola reconocido, Ageo dijo: “Hijo, ¿cómo
es que has abandonado a tu anciano padre, el cual te busca
lamentándose?”.

Oseas contestó: “Padre, fui vendido”. Entonces dijo Ageo


enojado: “Que Dios te perdona, oh padre mío; porque el que
me vendió es tan bueno que si él no estuviera en el mundo
nadie podría llegar a ser santo”. “¿Quién, entonces, es él?”,
dijo Ageo. Oseas respondió: “Oh padre mío, fue el libro de
Moisés”.

Entonces el buen Ageo quedó como fuera de sí mismo, y


dijo: “¡Quiera Dios, hijo mío, que el libro de Moisés me
vendiera a mi también con todos mis hijos, tal como te vendí
a ti!”.

Y Ageo fue con Oseas a la casa de su amo, el cual, cuando vio


a Ageo, dijo: “Bendito sea nuestro Dios, Quien envió Su
profeta a mi casa”; y él corrió a besarle la mano. Entonces dijo
Ageo: “Hermano, besa la mano de tu esclavo al que
compraste, porque él es mejor que yo”. Y él le narró todo lo
que había pasado; así que el amo le dio la libertad a Oseas. Y
eso es todo lo que tú quisiste que te contará, oh maestro>>,
dijo el escriba.

189

Entonces dijo Jesús: <<Esto es cierto, ya que me lo asegura


Dios. Por lo tanto, para que cada uno sepa que ésta es la
verdad, ¡en el nombre de Dios que el sol se quede quieto, y no
se mueva durante 12 horas?>>. Y así sucedió, para gran terror
de todo Jerusalén y Judea. Y Jesús dijo al escriba: <<Oh
hermano, ¿qué quieres aprender de mi, si tienes tanto
conocimiento? Como que Dios vive, esto es su ciente para la
salvación del hombre, ya que la humildad de Ageo, con la
caridad de Oseas, cumplen toda la Ley y las enseñanzas de
todos los profetas.

Dime hermano, cuando viniste a preguntarme al Templo,


¿pensaste, acaso, que Dios me había enviado a destruir la Ley
y los profetas?. Cierto es que Dios no haría esto, ya que El es
incambiable, y por lo tanto lo que Dios ordenó como camino
de salvación para el hombre, eso hizo que los profetas lo
dijeran. Como que Dios vive, ante Cuya Presencia comparece
mi alma, si el libro de Moisés con el libro de nuestro padre
David no hubiesen sido corrompidos por las tradiciones
humanas de los falsos fariseos y doctores, Dios no me habría
dado Su Palabra. ¿Y para qué hablar del libro de Moisés y el
libro de David? Toda profecía han corrompido ellos, tanto
que hoy en día una cosa no es intentada porque Dios la
hubiese ordenado, sino que los hombres miran a si los
doctores la dijeron, y si los fariseos la observan, como si Dios
estuviera equivocado, y los hombres no pudiesen errar.

¡Ay, entonces, de esta generación in el, porque sobre ellos


caerá la sangre de cada profeta y hombre justo, con la sangre
de Zacarías hijo de Baraquías, a quien ellos mataron entre el
templo y el altar!. ¿A qué profeta no han perseguido ellos?. ¿A
qué hombre justo han dejado ellos que muera de muerte
natural? ¡Escasamente a uno! Y ahora ellos intentan matarme.
Ellos se jactan de ser hijos de Abraham, y de poseer el
hermoso Templo. Como que Dios vive, ellos son hijos de
Satanás, y por lo tanto ellos hace su voluntad; por lo tanto el
Templo, con la ciudad santa, será arruinado, tanto que no
quedará del Templo piedra sobre piedra.

190

Dime, hermano, tú que eres un doctor experto en la Ley, ¿en


quién fue hecha la promesa del Mesías a nuestro padre
Abrahán?. ¿En Isaac o en Israel?>>. El escriba respondió: <<Oh
maestro, temo decirte esto, debido a la pena de muerte>>.
Entonces dijo Jesús: <<Hermano, me a ijo de haber venido a
comer pan en tu casa, ya que tú amas esta vida actual más que
a Dios tu Creador; y por esta causa tú temes perder tu vida,
pero no temes perder la fe y la vida eterna, las cuales se
pierden cuando la lengua habla contrario a lo que el corazón
sabe de la Ley de Dios>>.

Entonces el buen escriba lloró, y dijo: <<Oh maestro, si yo


hubiera sabido cómo dar fruto, yo habría predicado muchas
cosas que he dejado de decir ya que podría surgir la sedicción
entre la gente>>.

Jesús respondió: <<Tu no deberías respetar ni a las gentes, ni


a todo el mundo, ni a todos los santos, ni a todos los ángeles,
cuando causase ofensa a Dios. Así que deja que todo el
mundo perezca antes que ofender a Dios a tu Creador, y no lo
conserves con el pecado. Porque el pecado destruye y no
conserva, pero Dios es Poderoso para crear tantos mundos
como granos de arena hay en el mar, y más>>.

191

El escriba entonces dijo: <<Perdóname, oh maestro, porque


he pecado>>. Dijo Jesús: <<Que Dios te perdone; porque
contra El pecaste>>. Entonces dijo el escriba: <<Yo he visto un
libro antiguo escrito por mano de Moisés y de Josué el que
hizo detenerse el sol como tú lo has hecho, siervos y profetas
de Dios, y dicho libro es el verdadero libro de Moisés. Allí
está escrito que Ismael es el padre del Mesías, e Isaac el padre
del mensajero de Mesías. Y así decía el libro, que dijo Moisés:
“Señor Dios de Israel, Poderoso y Misericordioso, mani esta
a Tu siervo el esplendor de Tu Gloria”. Así que entonces Dios
le mostró a Su Mensajero en brazos de Ismael, y a Ismael en
brazos de Abraham. Cerca de Ismael estaba Isaac, en cuyos
brazos había un niño, quien con su dedo apuntaba al
Mensajero de Dios, diciendo: “Ese es para el cual Dios creó
todas las cosas”.

Entonces Moisés gritó con alegría: “¡Oh Ismael, tú tienes en


tus brazos a todo el mundo, y el Paraíso! Acuérdate de mi,
siervo de Dios, para que yo halle gracia a la vista de Dios por
medio de tu hijo, para el cual Dios hizo todo”.

192

En este libro no se encuentra que Dios coma la carne de las


reses u ovejas; en ese libro no se encuentra que Dios haya
limitado Su Misericordia solamente a Isaac, sino más bien
que Dios tiene misericordia de todo hombres que busque a
Dios su Creador sinceramente.

Todo ese libro yo no pude leer, debido al sumo sacerdote, en


cuya biblioteca estaba yo, el cual me lo prohibió, diciendo
que un ismaelita lo había escrito>>. Entonces dijo: Jesús:
<<Ten cuidado de no volver a retener la verdad, porque en la
fe del Mesías Dios dará la salvación a los hombres, y sin ella
nadie será salvado>>.

Y entonces terminó Jesús su discurso. Entonces, cuando ellos


estaban sentados a la mesa, he aquí que María, la que lloró a
los pies de Jesús, entró a la casa de Nicodemo (ya que ése era
el nombre del escriba), y llorando se puso a los pies de Jesús,
diciendo: <<Señor, tu sierva, que a través de ti encontró
misericordia con Dios, tiene una hermana, y un hermano
que ahora yace enfermo en peligro de muerte>>.

Jesús contestó: <<¿Dónde está tu casa? Dime, ya que yo iré a


rezar a Dios por la salud de él>>. María respondió: <<Betania
es el hogar de mi hermano y mi hermana, ya que mi propia
casa está en Magdala: mi hermano, por lo tanto, está en
Betania>>. Dijo Jesús a la mujer: <<Ve tú inmediatamente a la
casa de tu hermano, y espérame allí, ya que yo acudiré a
curarlo. Y no temas, ya que él no morirá>>. La mujer partió, y
habiendo llegado a Betania encontró que su hermano había
muerto ese día, así que lo tendieron en el sepulcro de sus
padres.

193

Jesús permaneció dos días en casa de Nicodemo, y al tercer


día partió hacia Betania; y cuando él estaba cerca del pueblo
envió a dos de sus discípulos por delante, para anunciar su
llegada a María. Ella salió corriendo del pueblo, y cuando ella
hubo hallado a Jesús, dijo, llorando: <<Señor, tú dijiste que mi
hermano no morirá; pero ahora él ha estado sepultado
cuatro días. ¡Ojalá que hubieses venido antes de que yo te
llamara, ya que entonces él no habría muerto!>>.

Jesús contestó: <<Tu hermano no está muerto, sino que


duerme, así que yo vengo a despertarlo>>. María respondió,
llorando: <<Señor, de ese sueño él será despertado el Día del
Juicio por el ángel de Dios sonando su trompeta>>. Jesús
contestó: <<María, créeme que él se levantará antes de ese
día, ya que Dios me ha dado poder sobre su sueño; y en
verdad te dijo que él no regreso muerto, ya que sólo está
muerto el que muere sin hallar misericordia con Dios>>.
María regresó rápidamente a anunciar a su hermana Martha
la llegada de Jesús.

Sucedió entonces que estaban reunidos allí a la muerte de


Lázaro un gran número de judíos de Jerusalén, y muchos
escribas y fariseos. Martha, habiendo oído de su hermana
María de la llegada de Jesús, se levantó de prisa y salió
corriendo, y entonces la multitud de judíos, escribas, y
fariseos, la siguieron para consolarla, ya que ellos supusieron
que ella iba al sepulcro a llorar sobre su hermano. Entonces,
cuando ella llegó al lugar donde Jesús le había hablado a
María, Martha dijo llorando: <<Señor, ¡ojalá que hubieses
estado aquí, porque entonces mi hermano no habría
muerto!>>.

María entonces llegó llorando; así que Jesús derramó


lágrimas, y dijo suspirando: <<¿Dónde lo habéis colocado?>>.
Ellas respondieron: <<Ven y mira>>. Los fariseos se dijeron
entre ellos: <<Ahora bien, este hombre, que resucitó al hijo de
la viuda en Naim, ¿por qué dejó que este hombre muriera,
habiendo dicho que él no morirá?>>.

Habiendo llegado Jesús al sepulcro, donde todos estaban


llorando, dijo: <<No lloréis, porque Lázaro duerme, y yo
vengo a despertarlo>>. Los fariseos se decían unos a otros:
<<¡Ojalá que tú durmieras así!>>. Entonces dijo Jesús: <<Mi
hora aún no ha llegado; pero cuando llegue yo dormiré de
manera similar, y seré despertado rápidamente>>. Entonces
dijo Jesús: <<Retirad la piedra del sepulcro>>.

Dijo Martha: <<Señor, el ya hiede, pues ha estado muerto


cuatro días>>. Dijo Jesús: <<¿Para qué entonces he venido
aquí, Martha? ¿No crees tú en mi, que yo lo despertaré?>>.
Martha contestó: <<Yo sé que tú eres el santo de Dios, Quien
te envió a este mundo>>.

Entonces Jesús levantó sus manos al cielo, y dijo: <<Señor


Dios de Abraham, Dios de Ismael e Isaac, Dios de nuestro
padres, ten misericordia de la a icción de estas mujeres, y da
gloria a Tu santo Nombre>>. Y cuando todos hubieron
contestado <<¿Amén>>, Jesús dijo con voz fuerte <<Lázaro, sal
de allí>>. Entonces el que estaba muerto se levantó; y Jesús
dijo a sus discípulos: <<¡Desatádlo!>>, ya que él estaba
envuelto en el sudario con la tela sobre su cara, tal como
nuestros padres solían enterrar a sus muertos.

Una gran multitud de los judíos y algunos de los fariseos


creyeron en Jesús, ya que el milagro fue grande. Los que
permanecían en su incredubilidad partieron y fueron a
Jerusalén y anunciaron al jefe de los sacerdotes la
resurrección de Lázaro, y cómo muchos se habían vuelto
nazarenos; ya que así llamaban ellos a los que eran movidos
al arrepentimiento a través de la Palabra de Dios que Jesús
predicaba.

194

Los escribas y fariseos se aconsejaron con el sumo sacerdote


para matar a Lázaro; ya que muchos renunciaron a sus
tradiciones y creyeron en la palabra de Jesús, debido a que el
milagro de la resurrección de Lázaro fue grande, viendo que
Lázaro tenía conversación con los hombres, y comía y bebía.
Pero como él era poderoso, teniendo seguidores en Jerusalén,
y siendo dueño con su hermana de Magdala y Betania, ellos
no sabían qué hacer. Jesús entró a Betania, a la casa de Lázaro,
y Martha, con María, le sirvieron.

María, sentada un día a los pies de Jesús, estaba escuchando a


sus palabras, y entonces Martha le dijo a Jesús: <<Señor, ¿no
vés que mi hermana no te cuida, ni te proporciona lo que
debes comer tú y tus discípulos?>>. Jesús contestó: <<Martha,
Martha, no te jes en lo que tú deberías hacer; ya que María
ha escogido una parte que no le será quitada nunca>>.

Jesús, sentado a la mesa con una gran multitud que creía en


él, habló, diciendo: <<Hermanos, sólo tengo un poco de
tiempo para permanecer con vosotros, ya que está cerca la
hora de que yo parta del mundo. Por lo tanto os traigo a la
memoria las palabras de Dios dadas a Ezequiel el profeta,
diciendo: “Como que Yo, vuestro Dios, vivo eternamente, el
alma que peca, morirá, peor si el pecador se arrepiente él no
morirá sino que vivirá”. Así que la muerte actual no es
muerte, sino más bien el nal de una larga muerte: así como
el cuerpo se separa del sentido durante un desmayo, aunque
tenga al alma dentro de sí, no tiene otra ventaja sobre los
muertos y enterrados excepto ésta, que el cuerpo enterrado
espera que Dios lo resucite, mientras que el inconsciente
espera que el sentido regrese. Mirad, entonces, la vida
presente que es muerte, al no tener percepción de Dios.

195

Los que crean en mi no morirán eternamente, ya que a través


de mi palabra ellos percibirán a Dios dentro de ellos, y por lo
tanto lograrán su salvación. ¿Qué es la muerte sino un acto
que la naturaleza hace por orden de Dios? Tal como sería si
uno tuviera un pájaro amarrado, y detuviera la cuerda con la
mano; cuando la cabeza desea que el pájaro se escape
volando, ¿qué hace? Ciertamente que naturalmente le ordena
a la mano que el pájaro se escape volando, ¿qué hace?
Ciertamente que naturalmente le ordena a la mano que se
abra; y así de inmediato el ave se escapa volando. “Nuestra
alma>>, como dijo el profeta David, “es como una golondrina
liberada de la trampa del cazador”, cuando el hombre vive
bajo la protección de Dios. Y nuestra vida es como una
cuerda con la que la naturaleza detiene al alma atada al
cuerpo y el sentido del hombre. Por lo tanto cuando Dios
desea, y ordena a la naturaleza que abra, la vida se rompe y el
alma se escapa a las manos de los ángeles a quienes Dios
ordenó que reciban las almas.

Que, entonces, los amigos no lloren cuando su amigo muere;


ya que Dios así lo a querido. Pero que él llore sin cesar
cuando él peque, porque así el alma muere, ya que se separa
de Dios, la verdadera Vida. Si el cuerpo es horrible sin su
unión con el alma, mucho más terrible es el alma sin la unión
con Dios, el Cual con Su Gracia y Misericordia la embellece y
vivifica>>.

Y habiendo dicho esto Jesús dio gracias a Dios; y entonces


Lázaro dijo: <<Señor, esta casa pertenece a Dios mi Creador,
con todo lo que El me ha dado en custodia, para el servicio de
los pobres. Por lo tanto, ya que tú eres pobre, y tienes un gran
número de discípulos, ven tú a vivir aquí cuando de plazca, y
tanto como te plazca, ya que el siervo de Dios te servirá y
administrará tanto como se necesite, por amor a Dios>>.

196

Jesús se alegró cuando oyó esto, y dijo: <<¡Vé ahora qué buena
cosa es morir! Lázaro ha muerto una vez solamente, y ha
aprendido tal doctrina como no es conocida a los hombres
más sabios del mundo que han crecido entre libros. Dios
quiera que todo hombre muriera una vez solamente y
regresase al mundo, como Lázaro, para que los hombres
pudieran aprender a vivir>>.

Juan contestó: <<Oh maestro, ¿me está permitido decir una


palabra?>> <<Di mil palabras>>, respondió Jesús, <<porque tal
como un hombre está obligado a dispensar sus bienes en el
servicio de Dios, asimismo está él obligado a dispensar
doctrina; y mucho más está él obligado a hacerlo si la palabra
tiene poder para mover una alma a la penitencia, mientras
que los bienes no pueden devolver la vida a los muertos. Así
que es un asesino el que tiene poder para ayudar a un pobre
y, como él no lo ayuda, el pobre muere de hambre; pero más
grave asesino es el que por medio de la Palabra de Dios podía
haber convertido al pecador al arrepentimiento, y no lo
convierte, sino que se queda, como dice Dios, “como un
perro mudo”. Contra éstos dice Dios: “El alma del pecador
que perece porque tú ocultaste Mi Palabra, Yo la requerir? de
tus manos, oh siervo in el”. ¿En qué condición, entonces,
están ahora los escribas y fariseos que tienen la llave y no
quieren entrar, sino que impiden el paso a todos los que
quisieran entrar a la vida eterna?.

Tú me pides, oh Juan, permiso para decir una palabra,


habiendo escuchado 100,000 palabras mías. En verdad te
digo, yo estoy obligado a escucharte 10 veces por cada una
que tú me hayas escuchado. Y el que no escuche a otro, cada
vez que él hable él pecará; ya que nosotros deberíamos hacer
a los demás lo que nosotros quisiéramos para nosotros
mismos, y no a los otros lo que a nosotros no nos gustaría
recibir>>.
Entonces dijo Juan: <<Oh maestro, ¿por qué no ha concedido
Dios esto a los hombres, que ellos mueran una vez y regresen
como Lázaro ha hecho, para que ellos puedan aprender a
conocerse a si mismos y a su Creador?>>.

197

Jesús respondió: <<Dime, Juan; hubo un dueño de una casa


que le dio una hacha perfecta a uno de sus sirvientes para que
derribara el bosque que obstruía la vista de su casa. Pero el
trabajador olvidó el hacha, y dijo: “Si el amo me diera una
hacha vieja yo cortaría fácilmente la madera”. Dime, Juan,
¿qué dijo el amo? Seguramente que él se enojó, y tomó el
hacha vieja y lo golpeó en la cabeza, diciendo: “¡Tonto y
estúpido! Te di una hacha con la cual pudiste haber
derribado el bosque sin cansancio, ¿buscas tú esta hacha, con
la cual uno debe trabajar con gran esfuerzo, y todo lo que se
corta se desperdicia y no sirve para nada? Yo quiero que
cortes el bosque de manera tal que el trabajo sea bueno”. ¿Es
eso cierto?>>.

Juan respondió: <<Es ciertísimo>>. Entonces dijo Jesús:


<<Dijo Dios: “Como que Yo vivo eternamente, Yo he dado
una buena hacha a cada hombre, la cual es la visión del
entierro de un muerto. El que cuide bienes esta hacha
elimina el bosque del pecado de su corazón sin dolor; por lo
tanto ellos reciben Mi Gracia y Misericordia; dándoles el
mérito de la vida eterna por sus buenas obras. Pero el que
olvida que él es mortal, aunque una vez tras otra vé morir a
otros, y dice: ‘Si yo viera la otra vida, yo haría buenas obras’,
Mi ira caerá sobre él, y así lo a igiré con muerte tal que él
nunca recibirá bien alguno”. Oh Juan>>, dijo Jesús, <<¡cuán
grande es la ventaja del que de la caída de los demás aprende
a pararse sobre sus pies!>>.

198

Entonces dijo Lázaro: <<Maestro, verdaderamente te digo,


que yo no puedo concebir la pena que merece el que una vez
tras otra vé al muerto siendo llevado a la tumba y no tiene a
Dios nuestro Creador. Ese, por las cosas de este mundo, las
cuales él debería abandonar por entero, ofende a su Creador
Quien lo da todo>>. Entonces dijo Jesús a sus discípulos:
<<Vosotros me llamáis Maestro, y hacéis bien, ya que Dios os
enseña a través de mi boca. Pero ¿cómo llamaréis a Lázaro?
En verdad él es aquí maestro de todos los maestros que
enseñan doctrina en este mundo. Yo ciertamente os he
enseñado cómo deberíais vivir bien, pero Lázaro os enseñará
cómo morir bien. Como que Dios vive, ante Cuya Presencia
comparece mi alma, él ha recibido el don de la profecía; por
lo tanto escuchad a sus palabras, las cuales son las verdad. Y
tanto más deberíais escucharlo, como que vivir bien es vano
si uno muere malamente>>.

Dijo Lázaro: <<Oh maestro, te agradezco que hagas que la


verdad sea apreciada, por lo tanto Dios te dará gran mérito>>.
Entonces dijo el que escribe: <<Oh maestro, ¿cómo había
Lázaro diciendo la verdad al decirte “Tú tendrás mérito, si tu
dijiste a Nicodemo que el hombre no merece nada sino
castigo? ¿Serás tú, según eso, castigado por Dios?>>. Jesús
contestó: <<Dios quiera que yo reciba el castigo de Dios en
este mundo, ya que yo no lo he servido tan elmente como
yo estaba obligado a hacer. Pero Dios me ha amado tanto, por
Su Misericordia, que todo castigo me es retirado, tanto que
yo sólo seré atormentado en otra persona. Porque el castigo
era adecuado para mi, ya que los hombres me han llamado
Dios; pero como yo he confesado, no sólo que yo no soy Dios,
como es la verdad, sino que también he confesado que yo no
soy el Mesías, por lo tanto Dios ha alejado de mi el castigo, y
hará que un malvado lo sufra en mi nombre, así que la
vergüenza será sólo mía. Así que yo te digo, oh Bernabé, que
cuando un hombre habla de lo que Dios le dará a su prójimo,
que diga que su prójimo lo amerita; pero que se je que,
cuando él hable de lo que Dios le dará a él mismo, que no
diga: “Dios me dará”. Y que se je de no decir: “Yo merezco”,
ya que Dios se complace en otorgar Su Misericordia a Sus
siervos cuando ellos confiesan que ameritarán el infierno por
sus pecados.

199

Dios es tan Rico en Misericordia que, así como el agua de mil


mares, si hubiera tantos, no podría apagar una chispa de las
llamas del in erno, sin embargo una sola lágrima de uno que
se lamenta por haber ofendido a Dios a paga el in erno
entero, por la gran misericordia con que Dios lo socorre.
Dios, por lo tanto, para confundir a Satanás y para manifestar
Su propia Generosidad, quiere llamar mérito en presencia de
Su Misericordia cada buena obra de Su siervo el, y quiere
que él hable así de su prójimo. Pero de sí mismo un hombre
debe cuidarse de decir: “Yo tengo mérito”; ya que él sería
condenado>>.

200

Jesús entonces se volvió hacia Lázaro, y dijo: <<Hermano, es


necesario que permanezca sólo un tiempo corto en el
mundo, por lo tanto cuando yo esté cerca de tu casa yo no iré
nunca a otro lugar, ya que tú me atenderás, no por amor a mi,
sino por amor a Dios>>.

Estaba cerca la Pascua de los judíos; así que Jesús dijo a sus
discípulos: <<Vayamos a Jerusalén a comer el cordero
pascual>>. Y él envió a Pedro y Juan a la ciudad, diciendo:
<<Vosotros hallaréis una hembra de asno con un pollino
cerca de la puerta de la ciudad: soltádla y traédla aquí;
porque es necesario que yo entre montado a Jerusalén. Y si
alguien os pregunta diciendo: “¿Para qué el soltáis?”, decidles:
“El maestro tiene necesidad de ella”, y ellos os permitirán
traerla aquí>>.

Los discípulos fueron, y encontraron todo lo que Jesús les


había dicho, y entonces trajeron a la burra y el pollino. Los
discípulos entonces pusieron sus mantos sobre el pollino, y
Jesús se montó sobre él. Y sucedió que, cuando los hombres
de Jerusalén oyeron que Jesús de Nazaret venía, los hombres
salieron con sus hijos ansiosos por ver a Jesús, llevando en las
manos ramas de palmera y olivo, cantando: <<¡Bendito sea le
que viene a nosotros en el nombre de Dios! ¡Hossana, hijo de
David!>>. Habiendo entrado Jesús a la ciudad, los hombres
extendían sus túnicas bajo las patas del asno, cantando:
<<¡Bendito sea el que viene a nosotros en el nombre de Dios!
¡Hossana, hijo de David!>>.

Los fariseos reprocharon a Jesús, diciendo: <<¿No vés lo que


éstos dicen? ¡Haz que se callen!>>. Entonces dijo Jesús:
<<Como que Dios vive, ante Cuya Presencia comparece mi
alma, si los hombres se callaran; las piedras gritarían contra la
in delidad de los malvados pecadores>>. Y cuando Jesús
hubo dicho esto todas las piedras de Jerusalén gritaron con
gran ruido: <<¡Bendito sea el que viene a nosotros en el
nombre del Señor Dios!>>. No obstante, los fariseos
permanecieron aún incrédulos y, habiéndose reunido, se
aconsejaron para atraparlo en sus palabras.

201

Habiendo entrado Jesús al Templo, los escribas y fariseos


trajeron ante él a una mujer acusada de adulterio. Ellos se
decían entre ellos: <<Si él la salva, es contrario a la ley de
Moisés, y así lo tendremos como culpable, y si él condena, es
contrario a su propia doctrina, ya que él predica
misericordia>>. Así que ellos vinieron a Jesús y dijeron:
<<Maestro, hemos hallado a esta mujer en adulterio. Moisés
ordenó que debería ser apedreada. ¿Qué dices Tú?>>.
Entonces Jesús se inclinó y arrodilló y con su dedo hizo un
espejo en el cual cada uno veía sus propias iniquidades.
Como ellos todavía insistían en la respuesta, Jesús se levantó
y, apuntando al espejo con su dedo, dijo: <<Aquél de vosotros
que esté libre de pecado, que sea el primero en apedrearla>>
Y otra vez él se hincó, formando el espejo. Los hombres, al
ver esto, salieron uno por uno, empezando por el más
anciano, ya que ellos se avergonzaron al ver sus
abominaciones.

Habiéndose levantado Jesús, y no viendo a nadie sino a la


mujer, dijo: <<Mujer, ¿dónde están los que te condenaban?>>.
La mujer contestó: <<Señor, ellos se han ido, y si tú me
perdonas, como que Dios vive, yo ya no pecaré>>. Entonces
dijo Jesús: <<¡Bendito sea Dios! Vete en paz y no peques más,
ya que Dios no me envió a condenarte>>.

Entonces, estando reunidos los escribas y fariseos, Jesús les


dijo: <<Decidme: si uno de vosotros tuviera cien ovejas, y
perdiera una de ellas, ¿no iríais vosotros a buscarla, dejando a
las 99? Y cuando él las encontrase, ¿no la podríais sobre
vuestros hombros y, habiendo convocado a vuestros vecinos,
les diríais: “Alegráos conmigo, porque he encontrado la oveja
que yo había perdido”? Seguramente que lo haríais.

Ahora decidme, ¿amará menos nuestro Dios al hombre, para


quien él hizo el mundo? Como que Dios vive, asimismo hay
alegría por un pecador que se arrepiente; ya que los
pecadores dan a conocer la misericordia de Dios.

202

Decidme, ¿por quién es más amado el médico: por los que


nunca han tenido ninguna enfermedad, o por aquéllos a
quienes el médico ha curado de graves enfermedades?>>. Le
dijeron los fariseos: <<¿Y cómo va a amar al médico el que
está sano? Seguramente él lo amará sólo porque no está
enfermo; y no habiendo tenido conocimiento de la
enfermedad él sólo amará poco al médico>>. Entonces con
vehemencia de espíritu habló Jesús, diciendo: <<Como que
Dios vive, vuestras propias lenguas condenan vuestra
soberbia, tanto como que nuestro Dios es amado más por el
pecador que se arrepiente, que por los justos. Porque el justo
no tiene conocimiento de la Misericordia de Dios. Así que
hay más regocijo en la presencia de los ángeles de Dios por
un pecador que se arrepiente que por 99 personas rectas.

¿Dónde están los justos en nuestro tiempo? Como que Dios


vive, grande es el número de los injustos, siendo su condición
como la de Satanás>>. Los escribas y fariseos contestaron:
<<Nosotros somos pecadores, así que Dios tendrá
misericordia de nosotros>>. Y esto lo decían para tentarlo; ya
que los escribas y fariseos consideraban el mayor insulto el
ser llamados pecadores. Entonces dijo Jesús: <<Me temo que
seáis justos injustos. Porque si habéis pecado y negáis vuestro
pecado, llamándoos justos a vosotros mismos, vosotros sois
injustos; y si en vuestro corazón os consideráis justos a
vosotros mismos, y con vuestra lengua decís que sois
pecadores, entonces vosotros sois doblemente justos
injustos>>.

Entonces los escribas y fariseos al oír esto se confundieron y


partieron, dejando a Jesús con sus discípulos en paz, y ellos
fueron a casa de Simón el leproso, cuya lepra había limpiado
y curado Jesús. Los ciudadanos habían reunido a los
enfermos en casa de Simón y le rogaron a Jesús que sanase a
los enfermos.

Entonces Jesús, sabiendo que su hora estaba cercana, dijo:


<<Llamad a los enfermos, tantos como haya, porque Dios es
Poderoso y Misericordioso para curarlos>>. Ellos
respondieron: <<No sabemos que haya más enfermos en
Jerusalén>>. Jesús respondió llorando: <<¡Oh Jerusalén, oh
Israel, lloro por ti, porque tú no conoces a tu visitante!
¡Porque yo hubiera querido reunirte al amor de Dios tu
Creador, como una gallina reúne a sus pollitos bajos sus alas,
pero tú no quieres!. Así que Dios te dice esto:

203

“Oh ciudad, de corazón duro y perversa de mente, Yo te he


enviado a Mi siervo, con el n de que él convierta a la verdad
de tu corazón, y que arrepientas; pero tú, oh ciudad de
confusión, has olvidado todo lo que Yo hice a Egipto y al
Faraón por amor a ti, oh Israel. Muchas veces lloraste tú a Mi
siervo para que él curase tu cuerpo de enfermedad, pero tú
trataste de matar a Mi siervo porque él quería curar tu alma
de pecado. ¿Quedarás tú sola, entonces, sin ser castigada por
Mi? ¿Vivirás tú, entonces, eternamente? ¿Y te librará de Mis
Manos tu soberbia? Seguro que no. Porque Yo traeré
príncipes con un ejército contra ti, y ello te rodearán con
fuerza, y de tal manera Yo te entregaré en manos de ellos que
tu soberbia caerá al infierno.

Yo no perdonaré a los ancianos ni a las viudas, Yo no


perdonaré a los niños, sino que Yo os entregaré a todos al
hambre, la espada, y la vergüenza: y el Templo, donde Yo he
mirado con misericordia, lo desolaré Yo junto con la ciudad,
tanto que vosotros seréis sólo una fábula, una ilusión y un
proverbio entre las naciones. Así se está juntando Mi ira
sobre ti, y Mi indignación no duerme”>>.

204

Habiendo dicho esto, Jesús dijo otra vez: <<¿No sabéis que
hay otros enfermos? Como que Dios vive, hay más pocos en
Jerusalén que tienen sus almas sanas que los que están
enfermos en sus cuerpos. Y para que conozcáis la verdad, yo
os digo, ¡oh enfermos, en el nombre de Dios, que la
enfermedad os deje!>>. Y cuando él hubo dicho esto, ellos
fueron curados inmediatamente.

Los hombres lloraron cuando oyeron acerca de la Ira de Dios


sobre Jerusalén, y rogaron pidiendo misericordia, y entonces
Jesús dijo: <<Dice Dios: “Si Jerusalén llora pro sus pecados y
hace penitencia, caminando en Mis Caminos. Yo nunca más
recordaré sus iniquidades, Yo no le haré nada del daño que
he dicho. Pero Jerusalén llora por su ruina y no por haberme
deshonrado, pro lo que ella ha blasfemado Mi nombre entre
las naciones. Por lo tanto es MI Furia encendida mucho más.
Como que Yo vivo eternamente, si Job, Abraham, Samuel,
David y Daniel, Mis siervos, con Moisés, rogasen por gesta
gente, Mi Ira sobre Jerusalén no sería aplacada”>>. Y
habiendo dicho esto, Jesús se retiró entrando a la casa,
mientras que todos se quedaron atemorizados.

205

Mientras que Jesús cenaba con sus discípulos en la casa de


Simón el leproso, he aquí que María la hermana de Lázaro
entró a la casa y, habiendo roto el sello de un recipiente,
vertió perfume sobre la cabeza y ropas de Jesús. Al ver esto,
Judas el traidor quiso impedir a María que hiciese tal cosa,
diciendo: ve y vende el perfume y Tráeme el dinero para que
yo pueda darlo a los pobres?. Dijo Jesús: Por qué le impides
que lo haga? Déjala en paz, porque a los pobres siempre los
tendréis con vosotros, pero a mí no tendréis siempre.

Judas contestó: Oh maestro, este perfume podría haber sido


vendido por 300 monedas; mira entonces cuántas gentes
pobres podrían haber ayudado. Jesús respondió: Oh Judas, yo
conozco tu corazón: ten paciencia por lo tanto, y yo te daré
todo.Todos comían con temor, y los discípulos estaban
a igidos, porque ellos supieron que Jesús debería partir
pronto de ellos. Pero Judas estaba indignado porque él sabía
que estaba perdiendo 30 monedas por el perfume no
vendido, ya que él robaba la décima parte de todo lo que le
daban a Jesús.

El fue a encontrarse con el Sumo sacerdote, quien estaba


reunido con un gran número de sacerdotes, escribas y
fariseos: a quienes Judas habló, diciendo: Qué me daréis, si yo
entrego en vuestras manos a Jesús, el que quiere hacerse rey
de Israel?. Ellos contestaron: Cómo lo vas a entregar en
nuestras manos?. Dijo Judas: Cuando yo sepa que él sale de la
ciudad a rezar os lo diré, y os conduciré al lugar donde él se
encuentre; ya que aprehenderlo en la ciudad sería imposible
sin disturbios.El sumo sacerdote respondió: Si tú lo entregas
en nuestras manos, nosotros te daremos 30 monedas de oro,
y tú verás qué bien te trataremos.

206

Cuando el día llegó, Jesús subió al templo con una gran


multitud de gente. Entonces el sumo sacerdote se acercó a él,
diciendo: Dime, oh Jesús, has olvidado todo lo que confesaste
de que tú no eres Dios, ni hijo de Dios, ni siquiera el Mesías?.
Jesús respondió: Claro que no, yo no lo he olvidado; porque
ésta es mi confesión la cual diré ante el juicio de Dios en el
día del juicio. Porque todo lo que está escrito en el libro de
Moisés es ciertísimo, tanto que como solo Dios nuestro
Creador es Dios, y yo soy el siervo de Dios y deseo servir al
mensajero de Dios a quien vosotros llamáis Mesías.

Dijo el sumo sacerdote: Entonces por qué vienes al templo


con una multitud tan grande?, buscas, acaso, hacerte rey de
Israel? ten cuidado, o de lo contrario algún peligro podría
caerte. Jesús contestó: Si yo buscara mi propia gloria y
deseara mi porción en este mundo, yo no habría huido
cuando la gente de Naím quería hacerme rey. Créeme,
verdaderamente, que yo no busco nada en este mundo.

Entonces dijo el sumo sacerdote: Queremos saber alguna


cosa acerca del Mesías. Y entonces los sacerdotes, escribas y
fariseos hicieron un círculo alrededor de Jesús, Jesús
contestó: Cuál es esa cosa que tú quieres saber acerca del
Mesías? es acaso la mentira? ten por seguro que yo no te diré
la mentira. Pues si yo hubiese dicho la mentira yo hubiera
sido adorado por ti, y por los escribas y fariseos con todo
Israel: pero como yo os digo la verdad vosotros me odiáis y
tratáis de matarme.

Dijo el sumo sacerdote: Ahora sabemos que tienes el diablo


en tu espalda; porque tú eres un samaritano, y no tienes
respeto al sacerdote de Dios.

207
Jesús respondió: Como que Dios vive, yo no tengo al diablo
en mi espalda, sino que yo busco expulsar al demonio. Así
que, por esta causa el demonio agita al mundo contra mí,
porque yo no soy de este mundo, sino que busco que Dios sea
glori cado,Quien me envío al mundo. Por lo tanto oídme, y
os diré quien tiene al demonio en su espalda. Como que Dios
vive, ante cuya presencia comparece mi alma, el que trabaja
según la voluntad del demonio, él tiene al demonio en su
espalda, el cual le ha puesto las riendas de su voluntad y lo
cabalga a su gusto, haciéndolo correr hacia toda inequidad.

Así como una ropa cambia de nombre cuando cambia de


propietario , aunque todo es la misma tela; así también los
hombres, aunque ellos sean de un material, son diferentes
por razón de las obras que actúan en el hombre. Si yo he
pecado, por qué no me reprendéis como a un hermano, en
lugar de odiarme como a un enemigo? en verdad los
miembros de un cuerpo se ayudan unos con otros cuando
están unidos con la cabeza, y los que son cortados de la
cabeza no pueden dar socorro. Porque las manos de un
cuerpo no sienten el dolor de los pies de otro cuerpo, sino al
de cuerpo al que están unidas. Como que Dios vive, ante cuya
Presencia comparece mi alma, el que teme y ama a Dios su
Creador tiene el sentimiento de misericordia sobre aquellos
sobre quienes Dios su cabeza, tienen misericordia; y ya que
Dios no desea la muerte del pecador, sino que espera que
cada uno se arrepienta, si vosotros fueseis de ese cuerpo al
que yo estoy incorporado, como que Dios vive, vosotros me
ayudaríais a actuar según mi cabeza.

208

Si yo obro iniquidades, reprendédme, y Dios os amará, ya


que vosotros estaréis haciendo Su Voluntad, pero si nadie
puede reprocharme de pecado entonces vosotros no sois
hijos de Abrahán, como os llamáis a vosotros mismos, ni
estáis incorporados con esa cabeza a la que Abrahán fue
incorporado. Como que Dios vive, tan intensamente amó
Abrahán a Dios, que él no va dispuesto a matar a su propio
hijo en obediencia a Dios.

El sumo sacerdote contestó: Esto te pregunto, y yo no busco


matarte, así que dinos: quién fue este hijos de Abrahán?. Jesús
respondió: El celo de Tu Honor, oh Dios, me in ama, y yo no
puedo contenerme. En verdad yo digo, el hijo de Abrahán
fue Ismael, de quien debe descender el Mesías prometido a
Abrahán, que en El todas las tribus de las tierras serían
bendecidas.

Entonces se enfureció el sumo sacerdote, al oír esto, y gritó:


Lapidemos a este hombre impío, porque él es un ismaelita, y
ha blasfemado contra Moisés y contra la Ley de Dios.
Entonces cada escriba y fariseo, con los ancianos del pueblo,
recogieron piedras para apedrear a Jesús, el cual se esfumó
ante sus ojos y salió del templo. Y entonces, debido al gran
deseo que tenían de matar a Jesús, ciegos de furia y odio, se
golpearon unos a otros de tal manera que murieron allí mil
hombres; y contaminaron el santo templo. Los discípulos y
creyentes, quienes vieron a Jesús salir del templo, lo
siguieron a casa de Simón.

Entonces Nicodemo llegó allí y le aconsejó a Jesús que saliera


de Jerusalén y fuera más allá del arroyo del cedrón, diciendo:
Señor yo tengo un jardín con una casa más allá del arroyo del
Cedrón. Te ruego, por lo tanto, que vayas allí con algunos de
tus discípulos, para permanecer allí hasta que haya pasado
este odio de los sacerdotes; ya que proveeré lo que sea
necesario para vosotros. Y deja a la multitud de tus discípulos
aquí en la casa de Simón y en mi casa, ya que Dios proveerá
para todos. Y esto hizo Jesús, queriendo sólo tener consigo a
los doce primeros llamados apóstoles.

209

En ese tiempo, mientras la Virgen María, madre de Jesús,


estaba parada en oración, el ángel Gabriel la visitó y le narró
la persecución de su hijo, diciendo: No temas, María porque
Dios lo protegerá del mundo. Así que María, llorando, partió
de Nazaret, y vino a Jerusalén a la casa de María Salomé, su
hermana, buscando a su hijo. Pero como él se había retirado
secretamente más allá del arroyo del Cedrón, ella ya no pudo
volver a verlo en este mundo; excepto después del acto de
vergüenza, ya que entonces el Angel Gabriel, con los ángeles
Miguel Rafael, y Uriel, por orden de Dios lo llevaron ante
ella.

210

Cuando el Templo cesó la confusión por la partida de Jesús,


el sumo sacerdote subió a lo alto, y habiendo hecho señal de
silencio con sus manos, él dijo: Hermanos qué hacemos? No
veis que él ha engañado al mundo entero por medio de sus
artes diabólicas? Ahora, cómo desapareció él, si no es un
mago?. Seguramente si él fuera un santo y profeta, él no
blasfemaría contra Dios y contra Moisés su siervo , y contra el
Mesías, el cual es la esperanza de Israel. Y qué diré? El ha
blasfemado a todo nuestro sacerdocio, así que
verdaderamente os digo, si él no es eliminado del mundo
Israel será contaminado, y nuestro Dios nos entregará a las
naciones. Mirad ahora, cómo por culpa suya este Templo
santo ha sido contaminado.

Y de tal manera habló el sumo sacerdote que muchos


abandonaron a Jesús, así que la persecución secreta se
convirtió en abierta, tanto que el sumo sacerdote fue en
persona a ver a Herodes, y al gobernador romano, acusando a
Jesús de que él quería hacerse rey de Israel, y de esto ellos
tenían falsos testigos. Entonces se celebró un consejo general
contra Jesús, puesto que el decreto de los romanos los hacía
temer. Porque así fue dos veces que el Senado Romano había
emitido un decreto acerca de Jesús de Nazaret profeta de los
judíos, ya fuera Dios o hijo de Dios; en el otro prohibía, bajo
sentencia capital, que cualquiera dispusiese acerca de Jesús
de Nazaret, profeta de los judíos. Así, que por esta causa,
había gran división entre ellos. Algunos querían que
escribiese otra vez a Roma contra Jesús; otros decían que
debían dejar a Jesús en paz, sin importar lo que dijera, como
un tonto, otros apelaban a los grandes milagros que él obraba.

Por lo tanto el sumo sacerdote habló que bajo pena de


anatema nadie debía decir palabra alguna de defensa de
Jesús; y él habló a Herodes, y al gobernador diciendo: Ten
cuidado, pues por tu favoritismo a ese hombre este país
podría rebelarse; ya que yo te acusaré ante el César como un
rebelde. Entonces el gobernador temió al Senado y se puso de
parte de Herodes, ya que antes de esto ellos se odiaban a
muerte, y ellos unieron fuerzas para la muerte de Jesús, y
dijeron al sumo sacerdote: Cuando sepas donde está el
malhechor, envíalo a nosotros, ya que nosotros te daremos
soldados. Esto fue hecho para cumplir la profecía de David,
quien había predicho acerca de Jesús, profeta de Israel,
porque él anuncia la salvación del mundo. Entonces, en ese
día, hubo una búsqueda general de Jesús por todo Jerusalén.

211

Jesús estando en la casa de Nicodemo más allá del arroyo de


Cedrón, consoló a sus discípulos, diciendo: Está cercana la
hora en que yo parta del mundo; consoláos y no estéis tristes,
ya que a donde yo voy no sentiré ninguna tribulación. Ahora,
seréis mis amigos si os entristecéis por mi bienestar? No,
ciertamente, sino más bien enemigos. Cuando el mundo se
alegre, estad tristes vosotros, porque el regocijo del mundo se
convierte en llanto; pero vuestra tristeza se convertirá en
alegría y vuestra alegría nadie os la quitará; ya que el regocijo
que siente el corazón en dios su creador ni el mundo entero
puede quitárselo. Mirad que no olvidéis las palabras que Dios
os ha hablado por mi boca. Ser vosotros mis testigos contra
todo el que corrompa el testimonio que yo he dado con mi
Evangelio contra el mundo, y contra los amantes del mundo.

212

Entonces levantando sus manos al Señor, él rezó, diciendo:


Señor Dios nuestro, Dios de Abrahán, Dios de Ismael e Isaac,
Dios de nuestros padres, ten misericordia de aquéllos a
quienes Tú me diste, y sálvalos del mundo. Yo no digo,
sácalos del mundo, porque es necesario que ellos den
testimonio contra los que corromperán mi Evangelio. Pero
yo les ruego que los guardes del mal, que el día del juicio ellos
vengan conmigo a dar testimonio contra el mundo y contra
la casa de Israel que ha corrompido Tu Testamento. Señor
Dios poderoso y celoso que tomas venganza de la idolatría
contra los hijos de padres idólatras, incluso hasta la cuarta
generación, maldice eternamente a todo el que corrompe mi
Evangelio que tú me, diste, cuando ellos escriban que yo soy
hijo Tuyo. Porque yo barro y polvo, soy siervos de tus siervos,
y nunca he pensado de mí mismo que yo sea Tu buen siervo:
ya que yo no puedo darte nada en retorno por lo que Tú me
has dado, puesto que todas las cosas son Tuyas. Señor Dios, el
misericordioso, que mostraste misericordia a los que te
temen, ten misericordia de quienes creen en mis palabras
que Tú me diste. Porque así como Tú eres Dios verdadero, así
Tú palabra que yo he hablado es verdadera; ya que es Tuya,
pues yo siempre he hablado como el que lee, el cual no
puede leer sino lo que está escrito en el libro que lee:
asimismo he dicho yo lo que Tú me diste.

Señor Dios, El Salvador, salva a aquellos a quienes Tú me


enviaste, para que Satanás no sea capaz de hacer nada en
contra de ellos, y no los salves sólo a ellos, sino a todo el que
crea en ellos. Señor, generoso y rico en misericordia, concede
a tu siervo estar en la congregación de Tu Mensajero en el día
del juicio: y no sólo yo, sino cada uno de aquéllos a quienes
me enviaste, con todos los que creen en mí a través de las
predicaciones de ellos. Y haz esto, Señor, por Ti mismo, para
que Satanás no se jacte contra ti, Señor. Señor Dios, quien
por Tu Providencia proporcionaste todas las cosas necesarias
para Tu pueblo Israel, recuerda a todas las Tribus de la
Tierra, a las cuales Tú me prometiste bendecir con Tu
Mensajero, para que Satanás, Tu enemigo, pierda su imperio.
Y habiendo dicho esto, Jesús dijo tres veces: Así sea, Señor,
Grande y Misericordioso. Y ellos contestaron, llorando: Así
sea, todos excepto Judas, ya que él no creía en nada.

213

Habiendo llegado el día para comer el cordero, Nicodemo


envío en secreto el cordero al jardín para Jesús y sus
discípulos, anunciando todo lo que había sido decretado por
Herodes por el gobernador y el sumo sacerdote. Entonces
Jesús se alegró en espíritu, diciendo: Bendito sea Tu santo
Nombre, oh señor, porque Tú no me has separado del
número de tus siervos que han sido perseguidos y matados
por el mundo. Te agradezco, mi Dios, porque yo he
cumplido Tu obra. Y volviéndose a Judas, le dijo: Amigo mío,
por qué te quedas? Mi hora está cerca, así que ve y haz lo que
tienes que hacer. Los discípulos pensaron que Dios estaba
enviando a Judas a comprar algo para el día de la Pascua;
pero Jesús sabía que Judas lo estaba traicionando, has que,
deseando partir del mundo, él habló así.

Judas contestó: Señor, permíteme comer, e iré.Comamos,


dijo Jesús, porque yo he deseado mucho comer este cordero
antes de que yo parta de vosotros. Y habiéndose levantado, él
tomó una toalla y se la amarró a la cintura, y habiendo puesto
agua en una palangana, él se puso a lavar los pies de sus
discípulos.

Empezando con Judas, Jesús llegó a Pedro: Señor, vas tú a


lavar mis pies?. Jesús respondió: Lo que yo sé tú no lo sabes,
pero lo sabrás después. Pedro contestó: Tú nunca lavarás mis
pies. Entonces Jesús se levantó, y dijo: Ni tú vendrás entonces
en mi compañía en el Día del Juicio. Pedro contestó: No sólo
lava mis pies, Señor, sino mis manos y mi cabeza.

Cuando los discípulos fueron lavados y se sentaron a la mesa


a comer, Jesús dijo: Yo os he lavado, pero no todos estáis
limpios; ya que toda el agua del mar no lavará al que no crea
en mí. Esto dijo Jesús, ya que él sabía quien lo estaba
traicionando. Los discípulos se entristecieron por estas
palabras, y Jesús dijo otra vez: En verdad os digo, que uno de
vosotros me traicionará, de manera tal que seré vendido
como un cordero; pero hay de él, porque él cumplirá todo lo
que nuestro padre David dijo de ése, que “caerá en el hoy el
que lo había preparado para otros”.

Entonces los discípulos se miraron unos a otros, diciendo con


pena: quién será el traidor?. Judas dijo entonces: Seré yo, oh
maestro?. Jesús contestó: Tú lo has dicho quien será el que
me traicionará, pero los once apóstoles no lo oyeron. Cuando
el cordero fue comido, el Demonio vino a la espalda de Judas,
y él salió de la casa, diciendo Jesús otra vez: Lo que has de
hacer, házlo pronto.

214

Habiendo salido de la casa, Jesús se retiró al jardín a rezar, de


acuerdo a su costumbre para rezar, doblando sus rodillas cien
veces y postrándose sobre su rostro. Judas, entonces, fue al
sumo sacerdote, y dijo: Si me dais lo prometido, esta noche
entregaré en vuestras manos a Jesús, a quien buscáis: ya que
él está solo con once compañeros. El sumo sacerdote
respondió: Cuánto quieres?. Dijo Judas: Treinta monedas de
oro. Entonces de inmediato el sumo sacerdote le contó el
dinero, y envió un fariseo al gobernador para traer soldados,
y a Herodes, y ellos dieron una legión de ellos, ya que ellos
temían al pueblo; así que ellos tomaron sus armas, y con
antorchas y linternas en estacas salieron de Jerusalén.

215

Cuando los soldados con Judas se acercaban al lugar donde


estaba Jesús, Jesús oyó que mucha gente se acercaba, así que
con temor se retiró adentro de la casa. Y los once estaban
dormidos. Entonces Dios, viendo el peligro de su siervo,
ordenó a Gabriel, Rafael y Uriel, Sus ministros, que sacaran a
Jesús del mundo. Los santos ángeles vinieron y sacaron a
Jesús por la ventana que da hacia el Sur. Ellos lo cargaron y lo
pusieron en el tercer cielo en la compañía de los ángeles
bendiciendo a Dios por siempre.

216

Judas entró impetuosamente antes que todos en el cuarto


donde Jesús había sido llevado. Y los discípulos estaban
dormidos. Entonces el Dios Magní co actúo
maravillosamente, de manera tal que Judas fue cambiado en
voz y cara para ser como Jesús que todos creímos que él era
Jesús. Y él, habiéndonos despertado, preguntaba a donde
estaba el Maestro. Así que nos extrañó, y contestamos: Tú,
Señor, eres nuestro maestro; nos ha olvidado ahora?.

Y él sonriendo, decía: Ahora sois tontos, que no me


reconocéis que soy Judas Iscariote. Y cuando él estaba
diciendo esto los soldados entraron, y pusieron sus manos
sobre Judas, ya que él era en todo semejante a Jesús.
Nosotros, habiendo oído lo que Judas dijo, y viendo la
multitud de soldados, escapamos como fuera de nosotros. Y
Juan, que estaba envuelto en una tela de lino, despertó y
huyó, y cuando un soldado lo agarró por la tela, él dejó la
sábana y huyó desnudo. Porque Dios escuchó la oración de
Jesús, y salvó del mal a los once.

217

Los soldados tomaron a Judas y lo ataron, no sin burla. Ya


que él verazmente negaba que él fuera Jesús; y los soldados
burlándose de él, decían: Señor, no temas, ya que nosotros
venimos a hacerte rey de Israel, y te hemos amarrado ya que
sabemos que tú rechazas el reino.

Judas contestó: Ahora habéis perdido nuestros sentidos,


habéis venido a aprehender a Jesús de Nazaret, con armas y
linternas como contra un ladrón; y vosotros me habéis atado
a mí que os he conducido, para hacerme rey. Entonces los
soldados perdieron la paciencia, y con golpes y puntapiés
empezaron a arrastrar a Judas, y ellos lo llevaron con furia a
Jerusalén.

Juan y Pedro seguían a los soldados desde lejos; y ellos le


a rmaron al que escribe que ellos vieron todo el examen de
Jesús que fue hecho por el sumo sacerdote, y por el sanedrín
de los fariseos, que se habían reunido para condenar a Jesús a
muerte. Entonces Judas habló muchas palabras de locura,
creyendo que él era realmente Jesús, y que por temor a la
muerte él estaba ngiendo locura. Entonces los escribas le
cubrieron los ojos con una benda, y burlándose de él decían:
Jesús, profeta de los nazarenos, ya que así llamaban a los que
creían en Jesús, dinos quién fue el que te pegó?. Y ellos se
burlaban de él y le escupían en la cara.

Cuando amaneció se reunió el gran consejo de escribas y


ancianos del pueblo; y el sumo sacerdote con los fariseos
buscaron falsos testigos contra Judas, creyéndolo que era
Jesús: pero ellos no encontraron lo que buscaban. Y para qué
decir que los jefes de los sacerdotes creían que Judas era
Jesús? No, todos los discípulos, junto con el que escribe; y más
aún, la pobre virgen madre de Jesús, con sus parientes y
amigos, lo creía, tanto que el sufrimiento de todos era
increíble. Como que Dios vive, el que escribe olvidó todo lo
que Jesús había dicho: que como iba él a ser sacado del
mundo, y que él sufriría en una tercera persona, y que él no
moriría sino hasta cerca del n del mundo. Así que él fue con
la madre de Jesús y con Juan a la cruz.

El sumo sacerdote hizo que Judas fuera llevado ante él atado,


y le preguntó acerca de sus discípulos y su doctrina. Entonces
Judas, como si estuviera fuera de sí, no contestó nada al
punto. El sumo sacerdote entonces le ordenó que por el Dios
vivo de Israel le dijese la verdad.
Judas respondió: Ya te he dicho que yo soy Judas Iscariote, el
que prometió entregar en nuestros manos a Jesús el
Nazareno; pero vosotros, no sé por qué arte, estáis fuera de
vosotros, ya que creeréis de todos modos que yo soy Jesús. El
sumo sacerdote contestó: Oh perverso seductor, tú has
engañado a todo Israel, empezando por Galilea hasta aquí en
Jerusalén, con tu doctrina y tus milagros falsos: Y ahora
piensas que escaparás del castigo merecido, adecuado para ti,
ngiéndote loco ? Como que Dios vive, tú no escaparás de él.
Y habiendo dicho esto él ordenó a sus sirvientes que
golpearan y patearan a Judas, para que su entendimiento
regresara a su cabeza. La burla que él sufrió entonces a
manos de los sirvientes del sumo sacerdote es creencia
pasada, ya que ellos entusiastamente inventaron nuevas
formas para dar gusto al consejo. Así que ellos lo vistieron
como un bufón, y así lo trataban con manos y pies de manera
tal que habrían movido a compasión a los mismos canaanitas
si ellos hubieran contemplado eso. Pero los jefes de los
sacerdotes, fariseos y los ancianos del pueblo tenían sus
corazones tan exasperados contra Jesús que, creyendo que
Judas era realmente Jesús, se deleitaban al verlo tratado así.

Después ellos lo condujeron atado al gobernador, el cual


secretamente sentía simpatía por Jesús. Así que él creyendo
que Judas era Jesús, lo hizo entrar a su aposento, y le habló,
preguntándole porque causa los jefes de los sacerdotes y el
pueblo lo habían entregado en sus manos. Judas respondió: Si
yo te digo la verdad, tú no me creerás; ya que quizás tú estés
engañado como el jefe de los sacerdotes y los fariseos están
engañados.

El gobernador contestó, creyendo que él quería hablar acerca


de la ley: Qué no sabes que yo no soy un judío?, pero los jefes
de los sacerdotes y ancianos de tu gente te han entregado a
mis manos; así que dinos la verdad, para que yo pueda hacer
lo que es justo. Ya que yo tengo poder para dejarte libre o
para condenarte a muerte.

Judas respondió: Señor, créeme, si tu me condenas a muerte,


tú cometerás un grave error, ya que tú matarás a una persona
inocente; ya que soy Judas Iscariote, y no Jesús, el cual es un
mago, y por medio de su arte me ha transformado así.
Cuando él oyó esto el gobernador se maravilló mucho, así
que él quiso ponerlo en libertad.

El gobernador por lo tanto salió, y sonriendo dijo: En un


caso, al menos, este hombre no es merecedor de muerte, sino
más bien de compasión. Este hombre, dijo el gobernador,
dice que él no es Jesús, y él dice que Jesús el Galileo lo
transformó así por medio de su arte mágico. Así que, si esto
es cierto, sería un gran error matarlo, ya que él es inocente.
Pero si él es Jesús y niega que él es, ciertamente él ha perdido
su entendimiento, y sería impío matar a un loco.

Entonces los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo,


con los escribas y fariseos, gritaron diciendo: El es Jesús de
Nazarert, ya que nosotros lo conocemos; ya que si él no fuera
el malhechor nosotros no lo habíamos puesto en tus manos.
Ni está él loco, sino más bien es maligno, ya que con este
truco él intentó escapar de nuestras manos, y la sedición que
él provocaría si escapara sería peor que la anterior.

Pilato, ya que este era el nombre del gobernador, para


deshacerse de ese caso dijo: El es un galileo, y Herodes es rey
de Galilea; así que no me corresponde juzgar este caso,
llevádlo entonces a Herodes. Entonces ellos llevaron a Judas
ante Herodes, el cual desde hacía mucho tiempo quería que
Jesús fuera a su casa. Pero Jesús nunca había querido ir a su
casa, porque Herodes era un Gentil, y adoraba los dioses
falsos y mentirosos, viviendo a la manera de los impuros
Gentiles. Ahora cuando Judas fue llevado allí, Herodes le
preguntó muchas cosas, a las cuales judas dio respuestas que
no venían al caso, negando que él fuera Jesús.

Entonces Herodes se burló de él, con toda su corte, e hizo que


fuera vestido de blanco como se viste a los tontos, y lo envío
de regreso a Pilato, diciéndole: No dejes de hacer justicia al
pueblo de Israel. Y esto Herodes escribió, porque los jefes de
los sacerdotes y los escribas y fariseos le habían dado una
buena cantidad de dinero. Habiendo oído el gobernador de
un sirviente de Herodes que esto fue así, para poder él
también ganar algo de dinero, ngió que quería dejar a Judas
en libertad. Así que lo hizo azotar por sus esclavos, los cuales
habían sido pagados por los escribas para matarlo con los
azotes. Pero Dios, Quien había decretado todo, reservaba a
Judas para la cruz, para que él sufriera la horrible muerte
para la cual él había vendido a otro.

El no permitió que Judas muriera por los azotes , no obstante


que los soldados lo azotaron tan gravemente que su cuerpo
estaba empapado en sangre. Entonces, burlándose ellos lo
vistieron con un viejo manto púrpura, diciendo: Es adecuado
a nuestro nuevo rey que lo vistamos y lo coronemos; así que
ellos reunieron espinas e hicieron una corona, como las de
oro y piedras preciosas que usan los reyes sobre la cabeza. Y
esta corona de espinas la colocaron ellos sobre la cabeza de
Judas, poniendo en su mano una caña como cetro, y lo
hicieron sentarse en un lugar alto. Y los soldados venían ante
él, inclinándose en burla, saludándolo como rey de los judíos.
Y ellos estiraban la mano como para recibir regalos, de los
que los nuevos reyes acostumbraban a dar, y al no recibir
nada golpeaban a Jesús diciendo: Ahora.¿ Cómo eres tú
coronado, rey tonto, si no pagas a tus soldados y tus
sirvientes?.

Los jefes de los sacerdotes con los escribas y fariseos, viendo


que Judas no murió por los azotes, y temiendo que Pilato
fuese a liberarlo, hicieron un regalo de dinero al gobernador;
el cual, habiéndolo recibido, entregó a Judas a los escribas y
fariseos como reo de muerte. Entonces ellos condenaron a
dos ladrones junto con él a la muerte en la cruz. Así que ellos
lo condujeron al Monte Calvario, donde ellos solían colgar a
los malhechores, y allí lo cruci caron desnudo, para mayor
ignominia.
Judas en verdad no hacía más que gritar: Dios ¿Por qué me
has abandonado, viendo que el malhechor ha escapado y yo
muero injustamente?. Verdaderamente digo que la voz, la
cara, y la persona de Judas eran tan similares a Jesús, que sus
discípulos y creyentes creyeron completamente que él era
Jesús; así que algunos se apartaron de la doctrina de Jesús,
creyendo que Jesús había sido un falso profeta, y que por
artes mágicas él había hecho los milagros que hizo, ya que
Jesús habría dicho que él no habría de morir sino hasta cerca
del n del mundo; ya que en este tiempo él sería llevado del
mundo.

Pero los que permanecían rmes en la doctrina de Jesús


estaban tan a igidos de pena, viendo morir al que era
enteramente como Jesús, que ellos no recordaron lo que
Jesús había dicho. Y así en compañía con la madre de Jesús
ellos fueron al Monte Calvario, y no sólo estuvieron
presentes en la muerte de Judas, llorando continuamente,
sino que por medio de Nicodemo y José de Arimatea ellos
obtuvieron del gobernador el cuerpo de Judas para
sepultarlo. Así que, ellos lo bajaron de la cruz con tanto llanto
que seguramente nadie podría creerlo, y lo sepultaron. En el
nuevo sepulcro de José; habiéndolo envuelto en cien de
ungüentos preciosos.

218

Entonces cada hombre regresó a su casa. El que escribe, con


Juan y Santiago su hermano, fueron a Nazaret con la madre
de Jesús. Aquellos discípulos que no temían a Dios fueron de
noche y robaron el cuerpo de Judas y lo escondieron,
extendiendo un rumor de que Jesús había resucitado; de lo
cual surgió gran confusión. El sumo sacerdote entonces
ordenó, bajo pena de anatema, que nadie hablara de Jesús de
Nazaret. Y así surgió una gran persecución, y muchos fueron
lapidados y muchos azotados, y muchos exiliados del país,
porque ellos no se callaban sobre ese asunto.

Llegaron a Nazaret las noticias de que Jesús, su


conciudadano, habiendo muerto en la cruz había resucitado.
Entonces, el que escribe le rogó a la madre de Jesús que se
alegrase y dejase de llorar, ya que su hijo había resucitado. Al
oír esto, la virgen María, llorando, dijo: Vayamos a Jerusalén a
encontrar a mi hijo. Moriré contenta cuando lo haya visto.

219

La virgen regresó a Jerusalén con el que escribe, y Santiago y


Juan, en el día en que el decreto del sumo sacerdote fue
emitido. Así que, la Virgen, que temía a Dios, aunque ella
sabía que el decreto del sumo sacerdote era injusto, ordenó a
los que vivían con ella que olvidaran a su hijo. Entonces,
como fue afectado cada uno! Dios, Quien conoce el corazón
de los hombres, sabe que entre la pena por la muerte de
Judas, a quien creíamos que Jesús era nuestro maestro, y el
deseo de verlo levantado de nuevo, nosotros con la madre de
Jesús, nos consumíamos. Así que los ángeles guardianes de
María ascendieron al tercer cielo, donde Jesús estaba en
compañía de los ángeles, y le contaron todo.

Entonces Jesús le rogó a Dios que le diera poder para ver a su


madre y a sus discípulos. Entonces el Dios misericordioso
ordenó a sus cuatro ángeles favoritos, quienes son Gabriel,
Rafael, Uriel, Miguel, que llevaran a Jesús a la casa de su
madre, y que allí mantuvieran vigilancia sobre él
continuamente durante tres días, permitiendo que sólo
pudiera ser visto por los que creían en su doctrina. Jesús vino,
rodeado de esplendor, al cuarto donde estaba la Virgen María
con sus dos hermanas, y Martha y María Magdalena, y
Lázaro, y el que escribe, y Juan y Santiago y Pedro.

Entonces, por el temor ellos cayeron como muertos. Y Jesús


levantó a su madre y a los otros del suelo, diciendo: No
temáis, porque yo soy Jesús. Cada uno de ellos permaneció
por largo tiempo como fuera de sí ante la presencia de Jesús,
ya que todos creían que Jesús estaba muerto. Entonces la
Virgen, llorando, dijo: Dime, hijo mío, por qué Dios,
habiéndote dado el poder de resucitar a los muertos, te dejó
morir, para vergüenza de tus parientes y amigos, y para
vergüenza de tú doctrina ? Ya que todos los que te aman han
estado como muertos.

220

Jesús replicó, abrazando a su madre: Créeme, madre, ya que


en verdad te digo que yo no he muerto jamás; ya que Dios
me ha reservado hasta cerca del n del mundo. Y habiendo
dicho esto él rogó a los cuatro ángeles que se manifestaran, y
dieran testimonio de como había sucedido el evento. Así que
los ángeles se manifestaron como cuatro soles radiantes,
tanto que por temor todos cayeron otra vez como muertos.

Entonces Jesús dio cuatro sábanas a los ángeles para que se


cubrieran, para que pudieran ser vistos y oídos hablar por su
madre y los compañeros de ella. Y habiendo levantado a cada
uno, él los consoló, diciendo: Estos son los ministros de Dios:
Gabriel, el que anuncia los secretos de Dios; Miguel, quien
combate a los enemigos de Dios; Rafael; el que recibe las
almas de los que mueren; y Uriel, el que llamará a todos al
juicio el último día.

Entonces los cuatro ángeles narraron a la Virgen cómo Dios


envió a por Jesús, y transformó a Judas, para que él sufriera el
castigo para el cual él había vendido a otro. Entonces dijo el
que escribe: Oh, Maestro, si Dios es misericordioso, por qué
no ha atormentado él, haciéndonos creer que tú estabas
muerto; y que tú madre haya llorado tanto por ti, que ha
estado a punto de morir; y que tú, que eres un santo de Dios,
haya permitido Dios que sobre ti cayera la calumnia de que
fuiste matado entre los ladrones en el Monte Calvario?.

Jesús respondió: Créeme, Bernabé,que todo pecado, por


pequeño que sea, Dios lo castiga grandemente, ya que Dios es
ofendido por el pecado. Así, que ya que mi madre y mis eles
discípulos que estaban conmigo me amaron un poco con
amor terrenal, el Justo Dios ha querido castigar este amor con
el sufrimiento presente, para que no sea castigado en las
llamas del in erno. Y aunque yo he sido inocente en el
mundo, como los hombres me llamaron “Dios”, e “Hijo de
Dios”, para que yo no sea burlado por los demonios en El Día
del juicio, a querido que yo sea burlado por los hombres en
este mundo por medio de la muerte de Judas, haciendo que
todos los hombres creyeran que yo morí en la cruz. Y esta
burla continuará hasta el advenimiento de Mohammed, El
Mensajero de Dios, quien, cuando venga, revelará este
engaño a aquellos que crean en la Ley de Dios.

Habiendo hablado así, Jesús dijo: Tú eres justo, oh Señor Dios


nuestro, porque a ti sólo pertenecen el honor y la gloria sin
fin.

221

Y Jesús se volvió hacia el que escribe, y le dijo: Mira, Bernabé,


que por todos los medios escribas mi Evangelio acerca de
todo lo que sucedió durante mi estancia en el mundo. Y
escribe de manera similar lo que sucedió a Judas, para que los
eles puedan ser desengañados, y todos puedan creer la
verdad. Entonces contestó el que escribe: Todo lo haré, si
Dios quiere, oh Maestro; pero lo que sucedió a Judas, yo no lo
sé, porque no lo vi todo.

Jesús respondió: Aquí están Juan y Pedro quienes vieron


todo, y ellos te contarán todo lo que pasó. Y entonces Jesús
nos ordenó que llamáramos a sus eles discípulos para que
pudieran verlo. Entonces Santiago y Juan llamaron a los siete
discípulos con Nicodemo y José, y muchos otros de los 72, y
ellos comieron con Jesús.

Al tercer día Jesús dijo: Id al Monte de los Olivos con mi


madre, ya que allí ascenderé otra vez al cielo, y vosotros
veréis que me llevará. Así ellos fueron todos, excepto 25 de
los 72 discípulos, quienes por temor habían huido a
Damasco. Y cuando todos estaban parados rezando, al
mediodía vino Jesús con una gran multitud de ángeles que
estaban alabando a Dios: y el esplendor de su rostro los hizo
sentir temor, y ellos cayeron con sus caras al suelo. Pero Jesús
los levantó, consolándolos, y diciendo: No temáis, yo soy
vuestro maestro. Y él reprobó a muchos que creyeron que él
había muerto y resucitado, diciendo: Entonces nos
consideráis a mí y a Dios como mentirosos?, ya que Dios me
ha concedido que viva casi hasta el n del mundo, tal como
yo os dije. En verdad os digo, yo no morí, sino Judas el
traidor. Tener cuidado, pues Satanás hará todo esfuerzo para
engañaros, pero ser vosotros mis testigos en todo Israel, y por
todo el mundo, de todas las que habéis visto y oído.

Y habiendo hablado así, él rezó a Dios por la salvación de los


eles, y la conversión de los pecadores. Y, terminada su
oración, él abrazó a su madre, diciendo: La paz sea contigo,
madre mía, descansa en Dios que te creó a ti y a mí. Y
habiendo hablado así, se volvió, hacia sus discípulos,
diciendo: Que la Gracia y la Misericordia de Dios sean con
vosotros. Entonces ante los ojos de ellos, los cuatro ángeles lo
subieron al cielo.

222

Después que Jesús hubo partido, los discípulos se


diseminaron por las diferentes partes de Israel y del mundo,
y la verdad, odiada por Satanás, fue perseguida, como
siempre lo ha sido, por la falsedad. Ya que ciertos hombres
impíos, pretendiendo ser discípulos, predicaron que Jesús
murió y no resucitó. Otros predicaron que él realmente
murió, pero resucitó. Otros predicaron, y todavía predican,
que Jesús es hijo de Dios, entre los cuales está Pablo el
engañado del Demonio. Pero nosotros, todo lo que hemos
escrito, eso predicamos a los que temen a Dios, para que ellos
puedan ser salvados en el último día del Juicio de Dios.
Amén.

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