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Historia Yauyos
Historia Yauyos
Historia Yauyos
YAUYOS 2001
PRESENTACIN Entre la dcada de los aos 20 y 40 la Historia Oficial es creada, ello no quiere decir que mucho antes a este perodo no haba una Historia, la haba pero era una historia oral, muy reciente y muy vivida que se transmita de generacin en generacin a pesar de la existencia de documentos oficiales que certificaban la validacin de dichos acontecimientos. Los cincuenta aos posteriores a la guerra del salitre entre Per y Chile estuvieron enmarcados por dos series de fenmenos. De un lado el impacto liquidatorio de la derrota y la subsecuente diversificacin econmica. Del otro lado, la crisis coyuntural capitalista, con sus efectos en todas las periferias dominadas, incluyendo el Per. Desde los comienzos de este perodo se inaugur un nuevo tipo de relaciones entre el capitalismo internacional y la debilitada economa peruana. Hasta entonces, ese capitalismo se haba limitado principalmente a la inversin indirecta y al control del comercio exterior. Las grandes empresas pusieron en jaque al pequeo estado y convirtieron en intermediarios a sus clases dirigentes. Los empresarios nacionales y la derrotada burguesa del siglo XIX mantuvieron slo algunas de sus posiciones; primero, asegurndose el control poltico del presupuesto
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estatal; y segundo, conque algunos sectores agropecuarios se hicieran de aliados con el capital extranjero. A ello se agreg, la puesta en marcha de algunas empresas mixtas con la ayuda del estado. Las antiguas clases dirigentes se consideraron satisfechas por todo ese proceso y pensaron que era suficiente completarlo con un aparato poltico e ideolgico que reuna, al mismo tiempo, tcnicas burocrticas modernizadas con objetivos y esquemas conservadores. Los dos grupos de presin de la elite criolla (demcratas y civilistas) se unieron para crear, durante 25 aos, una repblica aristocrtica, preocupada al mismo tiempo de mejorar sus servicios de informacin estadstica y de cerrar el paso a cualquier participacin popular. Construyndose, as de esta manera, la historia oficial del Per, en donde todo protagonismo se desarrolla en Lima, capital de la Repblica y sede del gobierno central, as como de la participacin e intervencin de las diversas instituciones que posibilitan la existencia del Estado peruano, eliminando por consiguiente la participacin de las otras regiones, no importa cuanta sangre se tenga que derramar y quienes sean las vctimas o los triunfadores, locales, departamentales o regionales en el proceso de construccin de la
historia, esta solo marca una referencia el Estado y sus instituciones. Desarrollando conflictos, que a la par son de difcil solucin ya que en la Historia Nacional no se hace referencia, a los actores individuales y colectivos procedentes de los diversos puntos del pas, tan solo a los conductores y representantes de las instituciones, generando, confusin y resentimientos difciles de manejar y superar. Construyendo de esta manera una racionalidad basada en supuestos que se pierden en la inmemorialidad de los tiempos. Y reforzando la creencia de los pueblos en torno a su marginacin y negacin en cuanto a su existencia en la construccin de una identidad e historia comn. Esta historia oficial empieza sealando y describiendo que en el Per en dondequiera que se vaya, el pasado esta presente, lo cual configura el diario devenir de la sociedad nacional. Tejidos de vivos colores que el tiempo no a sido capaz de desteir, cntaros fitomrficos decorados con estilizaciones simblicas o con cabezas de felinos mitolgicos, comadrejas con dentadura de plata y ojos de turquezas, mscaras de oro con orejas de jaguar, tazas de arcilla decoradas con animales fantsticos, pecheras caladas con figuras geomtricas, hablan de las misteriosas culturas que florecieron en su suelo. Fortalezas de piedra inexpugnables, prdidas en los picos de los Andes
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y como ellos eternas, dan fe de las ms sorprendentes y avanzadas civilizaciones prehispnicas. Iglesias y conventos, lienzos e imgenes, recuerdan la presencia de la Espaa del siglo de oro. De la fusin de esas culturas naci el Per de hoy, uno de los pocos pases que en Amrica tiene la inspiracin y raigambre de un abolengo milenario y que en l encuentran acicate sus poblaciones, sociedades y culturas para enfrentar los retos del futuro. Establecindose de esta manera, siete etapas de desarrollo histrico, tal cual se describen en el siguiente cuadro: CUADRO N1 LA HISTORIA OFICIAL PRINCIPALES ETAPAS CULTURAS PRE-INCAS INCAS CONQUISTA VIRREINATO EMANCIPACIN INDEPENDENCIA REPUBLICA Sin embargo, lo que no dice es que, entre 1832 y 1930, se da una serie de dispositivos legales, para mejorar la raza y en consecuencia siguiendo el
legado espaol y criollo aborrecer al indio, a quin sin embargo se enaltece entre comillas por el legado incaico, sin embargo, a pesar de estos falsos visionamientos la multiculturalidad, se ve enriquecida y agravada a travs de estos dispositivos por la presencia de extranjeros alemanes, austriacos, prusianos, tiroleses, turcos, croatas, polacos, italianos, chinos y japoneses, cuya finalidad fue la de ocupar el territorio, quienes en su afn de sobrevivir desarrollan estrategias de asimilacin, integracin y aislamiento con los miembros de la sociedad nacional.
Desarrollos Regionales Horizonte Medio d.C) Intermedio Tardo d.C) Imperio de los Incas d.C) Colonial Temprano Colonial Medio Colonial Tardo Repblica Temprana Repblica Media Repblica Tarda
(1 a 600 d.C) (600 a 1,100 (1,100 a 1,400 (1,400 a 1532 (Siglo XVI) (Siglo XVII) (Siglo XVIII) (Siglo XIX) (Siglo XX) (Siglo XXI)
Sin embargo a mediados de la dcada delos aos 1970 y 1980 en los espacios universitarios se inicia un movimiento para replantear la Historia del Per hasta entonces conocida, teniendo una participacin directa la contribucin de arquelogos e historiadores, para entender las caractersticas del pasado remoto y milenario y para entender las caractersticas que an superviven y que patentizan nuestro actual acervo cultural con la participacin de etnohistoriadores, socilogos y antroplogos.
INTRODUCCION El mundo andino, es un universo en constante transformacin y cambio, en donde nada es permanente ni quieto, sino que por el contrario, los elementos aqu se conjugan con una duracin casi incierta. Aproximadamente, en el Perodo conocido como Intermedio Tardo correspondiente al siglo XI de nuestra era, se inician un conjunto de desplazamientos humanos, en busca de nuevas tierras, en las serranas, de lo que comprende el actual departamento de Lima. Estos desplazamientos o avances, han de configurarse con la aparicin de un conjunto de grupos tnicos pertenecientes al grupo lingstico Jaqui, quienes conformados en una gran nacin inician la conquista e invasin de nuevos territorios, los mismos que venan siendo ocupados por otros pueblos, los cuales habrn de ser despojados, aniquilados y expulsados de su antiguo hbitat. No sabemos las causas ni el origen de estos desplazamientos, slo nos imaginamos un proceso de desgaste y deforestacin del suelo, quiz la reduccin del espacio o bien la aparicin de alguna enfermedad endmica que desencaden un descenso poblacional. No importa cual fuera la
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causa, lo cierto es que estos pueblos enmarcaron un avance, en la conquista y desarrollo de ste espacio, estableciendo una complementariedad y una unidad econmica, sustentada en el pastoreo y en la agricultura, elementos de equilibrio y desarrollo necesarios en la transformacin de ste universo.
EL MEDIO GEOGRAFICO ...de las nueve provincias del departamento de Lima cinco ocupan la parte serrana, las cuales son de norte a sur: Cajatambo, Canta, Huarochir, Oyn y Yauyos, ms una parte de Chancay. Esto corresponde a ms de la mitad del territorio del departamento. Ocho ros recorren la zona en sentido NE y SO (Caete, Mala, Lurn, Rmac, Chilln, Chancay, Huaura, Pativilca) que tienen en la regla ms de cien kilmetros cuadrados con un declive del 5% en la sierra. La pendiente por encima de los dos mil metros est en 50 grados en promedio, mientras ms abajo tiene menos de 20 grados.... Este espacio dominante comprende la sierra y se haya ubicada entre los 2,300 y 4,800 ms.n.m., en esta regin, estn establecidas la mayor parte de las comunidades campesinas de la provincia de Yauyos. Presentando un clima variado de acuerdo a las altitudes, la cual permite diversos tipos de explotacin en la actividad agropecuaria entre ellas se tienen las siguientes:
Compartiendo la otra mitad del territorio se ubica la costa o Chala, tal cual serpiente, sta se extiende a lo largo de 2,484 kilmetros, siendo su altitud promedio desde cero metros hasta los 500, sta altitud vara de acuerdo a los valles, para el caso de la cuenca del ro Caete, comprende los distritos de Quilman, Imperial, San Vicente, San Luis y Cerro Azul de la provincia de Caete. Su caracterstica se torna en ser un lugar rido, en donde la ausencia de precipitaciones es notable, siendo la nica manifestacin de vida natural, la presencia de lomas o pequeos oasis, producto de la captacin de humedad en forma de neblina, proveniente del Ocano Pacfico. La yunga o quebrada, es el rea geogrfica comprendida desde los 500 o los 1,000 metros hasta los 2,300 m.s.n.m, En la vertiente occidental, desde los 500 metros se ubica la yunga martima, de relieve accidentado, escarpado y de estrechsimos valles con profundas quebradas, En tanto en los valles interandinos se sita la yunga fluvial, desde los 1,000 metros, con vegetacin mucho ms variada y con precipitaciones estacinales muy por encima de los 400 mm3 anuales. En este espacio se hayan comprendidos los distritos de Lunahuana, Pacarn y Ziga de la provincia de Caete, e incluye tambin las comunidades de Catahuasi, Capillucas, Putinza, Anco y Magdalena, pertenecientes a la provincia de Yauyos.
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Agricultura de pan llevar y huertos frutales Agricultura de Secano y ganadera seminmada Agricultura de riego y ganadera lechera Agricultura de barbecho y ganadera Ganadera extensiva
Por otro lado, los centros de atraccin humana, se encuentran en pueblos los que se ubican muy cerca de los ros, como fuente de subsistencia y abastecimiento, en un espacio como este la actividad agrcola consiste en el cultivo de diversas especies como papa, maz, trigo, etc., en tanto en la altura, la crianza de ganado (camlidos, vacunos, caprinos y ovejunos) sobrepasa por encima de los 3,000 metros.
DE LOS PUEBLOS Y SU UNIDAD Al caer el imperio Wari, las colonias liberadas se reconstituyeron en los antiguos gobiernos locales o seoros con necesidades expansivas de conquistar a los que los rodeaban a fin de poder afincarse. Ideologas, hbitos, as como formas y estilos de vida diferentes se enfrentaban a los ya existentes, producindose en el acercamiento rechazos y sincretismos que a la par otorgaban la aparicin de nuevas manifestaciones culturales. Las que se desarrollaron principalmente en los grandes valles costeos y serranos. Entre las manifestaciones culturales desarrolladas, tenemos a los Chim en la costa norte, Ica-Chinca en la costa sur, Huancas, Chancas y Cusqueos en la sierra sur Collas y Lupacas en el Altiplano, Yauyos, Canta, Atavillos y Taramas en la sierra central y Collis, Guancayo e Ichma en la costa central. Estos desplazamientos o avances, han de configurarse con la aparicin de un conjunto de etnas pertenecientes al grupo de los Yauyos, quienes conformados en una gran nacin, inician la conquista y la invasin de nuevos territorios, territorios ocupados anteriormente por otros pueblos, los cuales habrn de ser asimilados, despojados, aniquilados y expulsados de su antiguo hbitat.
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No sabemos las causales del origen de estos desplazamientos, slo nos imaginamos un proceso de desgaste y deterioro del suelo, quiz la reduccin del espacio producto de una elevada sobrepoblacin, o bien la aparicin de alguna enfermedad endmica, que desencaden un descenso poblacional. Pero lo cierto es, que estos pueblos enmarcaron su avance, en la conquista y desarrollo de un espacio, estableciendo una complementariedad y una unidad econmica, sustentada prioritariamente en el pastoreo y secundariamente en la agricultura. A travs, de la utilizacin y ocupacin espacial de las zonas de costa, yunga, quechua, suni, puna y selva alta. En lo que respecta a los Yauyos, estos se dividan en varias etnas, las que se repartan a lo largo de las nacientes y valles de los ros Chilln, Rmac, Lurn, Mala y Caete, en un rea que se extenda desde la cima de la cordillera occidental hasta llegar casi a la costa. Tampoco sabemos mucho en torno a las caractersticas de estos grupos o etnas que integraron la nacin Yauyos, solo tenemos noticias de su movilidad espacial, pero sabemos que fueron trashumantes, aguerridos y belicosos y que mantuvieron constantes luchas contra los Yungas de la costa, con los Chocorbos del sur, Con los Guancas, Xauxas y Taramas del este; y los Atavillos y Cantas del norte.
Todo esto, nos permite suponer, que el conjunto de desplazamientos o invasiones Yauyos, devinieron en seis grandes grupos: 1. Los Allauca y los Malleuran en la cuenca del ro Caete 2. Los Huarochir, quienes ocuparon las cuencas de los ros Mala, Lurn, Rmac y Chilln. 3. Los Checas, ocupando las cuencas de los ros Mala, Lurn y Rmac. 4. Los Carampoma, ubicndose en las nacientes de la cuenca del ro Santa Eulalia, en la cuenca del ro Rmac 5. Los Casta, en las cuencas medias de los ros Santa Eulalia y Rmac 6. Los Chacalla, con posesiones en las cuencas de los ros Mala, Rmac y subcuenca del Santa Eulalia. Para posteriormente una vez consolidada esta ocupacin, iniciar el avance hacia las serranas y cuenca alta del ro Chilln, pero fueron contenidos en su marcha por los Atavillos y Cantas. Establecido el eje de la invasin, dominacin y ocupacin de este territorio, sabemos hoy en da que los Yauyos invadieron y ocuparon esta regin a travs de oleadas sucesivas y continuas que llevaron muchos aos, mediante las modalidades de la asimilacin voluntaria, a otros pueblos va el matrimonio, como es el descrito por el
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Manuscrito de Huarochir, acerca del matrimonio realizado por los Yauyos con las mujeres de las comunidades de Surco y Huarcancha, a fin de establecerse en las tierras de sus cuados y mantener relaciones armoniosas con stos. Mediante la conquista pacfica, de la persuasin e intimidacin de los pueblos, los cuales eran convertidos en hermanos menores. Oh bien a travs de la invasin violenta, con el exterminio de la poblacin destruccin de sus poblados y expulsin de los sobrevivientes. Esta dominacin serrana de los valles costeos debi atravesar por un proceso difcil, para despus consolidarse, +posteriormente, una vez consolidada la dominacin inca. Los Yauyos estuvieron gobernados por caciques que tenan distintas jerarquas entre s; siendo el principal de ellos el que resida en el pueblo de Huarochir. Tanto en los mitos recogidos por Avila como en las dos visitas del siglo XVIII, tenemos que la etna Yuyos se divida en ayllus (Avila, 1966). La divisin en pueblos dentro de los cuales se agruparon los ayllus fue una imposicin espaola y antes de sta, el ayllu constitua un grupo que dispona de tierra y agua, bsicamente, lo cual le permita el autoabastecimiento en algunos renglones.
A medida que van saliendo a la luz nuevos documentos relacionados a los primeros momentos de la etapa espaola en el Per, los datos con que contamos para tratar ciertos temas se multiplican, permitiendo efectuar comparaciones y bosquejar conclusiones sobre el modo de vida prehispnico. La organizacin social tanto incaica como preincaica, es un tema que an presenta muchos vacos, por lo que resulta sumamente difcil abordar la organizacin social posterior, ya que se trata de un sincretismo de lo indgena y de lo espaol, de lo que parece haber resultado algo distinto de ambos. En lo que respecta a la organizacin de los Yauyos, desde el punto e vista del ayllu, los datos con que contamos son escasos y dispersos. Y esos datos hay que tomarlos con la referencia del contexto del cual provienen, ya que en los documentos espaoles es frecuente la confusin de ciertos trminos. Por ejemplo curaca y principal, que se usan a veces indistintamente, an cuando otras veces est clara una diferente connotacin. En consecuencia, la etna Yauyo se estableci en un territorio caracterizado por una orografa sumamente accidentada que abarca paisajes y
climas que van desde las quebradas clidas hasta los glaciares y lagunas en las cumbres. Su modo de vida, y por ende su economa, se adaptaron a lo que el paisaje ofreca; los microclimas de las quebradas permiten el cultivo del maz, las faldas de los cerros presentan condiciones propicias al cultivo de la papa y los pastos e las alturas sirven de alimento a los camlidos. El agua de las lagunas fue represada y llevada a los cultivos por medio de acequias, algunas de las cuales son usadas en la actualidad. Estas represas evitaron el desperdicio de agua, proveniente del deshielo de los glaciares, las lluvias y, en las quebradas, de las filtraciones subterrneas que afloran en los puquios o manantiales. La escasez de tierra cultivable fue salvada en parte con la construccin de andenes en las laderas escarpadas, a los que se llevaba el agua por medio de canales sacados de las acequias principales. El aumento de la poblacin posiblemente haya hecho sentir a los Yauyos la necesidad de ms tierras de cultivo, por lo que en sus planes de expansin territorial trataron de acceder a los valles de los Yungas, entre ellos el del ro Chilln, donde se encontraban las excelentes chacras de Quibi, ubicadas en la cuenca del ro Chilln hoy
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Rosa
de
Quives-
El dominio y aprovechamiento de una regin como la que ocuparon los Yauyos, no poda ser nunca tarea de un grupo pequeo. Se impona la necesidad de una poblacin numerosa que estuviera organizada e tal manera que todos aportaran trabajo. La distribucin de tareas, la prioridad de ejecucin de unas sobre otras, el conocimiento de los ciclos agrarios y ganaderos, la guerra permanente con sus vecinos para conservar los lmites de su propio territorio, todo esto necesitaba de una organizacin mantenida an a costa de severas sanciones. Pariacaca, el hroe cultural, defini esto de una vez para siempre, antes de la llegada de los incas, quienes en parte no tuvieron ms remedio que aceptar esta organizacin a fin de asegurarse un grupo aliado en medio de un territorio particularmente hostil a los cusqueos; se limitaron a sobreponer el culto al sol, la divisin en Hanan y Hurin, por ejemplo. Adems la organizacin social del Cusco no difera demasiado de la de sus vecinos. Los mitos de Huarochir nos hablan de una divisin en grupos, al parecer basados en parentescos mticos como hermanos mayores y menores (Avila, 1966.
Otra forma de divisin que tendramos adems de la sealada por el parentesco mtico, sera la del trabajo especializado y la del origen; as seran Huaris (agricultores) o Llacuaces (pastores), segn fueran naturales del pueblo del que se trate, sin tener memoria de haber sido nunca forasteros all, o los que an habiendo nacido en ese pueblo, sus antepasados eran forasteros (Duviols, 1973). De esta manera vemos claramente la condicin de agricultores de los huaris y de pastores de los llacuaces, como asimismo la complementariedad de sus respectivas economas. Tendramos como hiptesis de trabajo que los ayllus de los Yauyos han sido nombrados en funcin de parentesco mtico, de trabajo especializado y de origen; ste ltimo caso da lugar, a su vez, a una especializacin en alguna de las dos fuentes de subsistencia (agricultura y pastoreo). Hasta ahora no contamos con ningn documento lo suficientemente temprano que nos seale cules eran los ayllus de Yauyos al momento de la invasin espaola, y menos an cuando se sucedieron las reducciones a pueblos, ello porque las visitas a las que nos referimos en este trabajo son muy tardas ya que datan el siglo XVIII, y seguramente desde el siglo XVI han desaparecido muchos ayllus y otros se han agregado por migracin.
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Los criterios que sealamos ms arriba para denominar los ayllus no sabemos hasta que punto han sido tenidos en cuenta por los espaoles y tampoco sabemos si las reducciones a pueblos se limitaron a tener en cuenta la comodidad de algunos caciques y el clima no muy riguroso. La baja demogrfica y el mestizaje por un lado redujeron los ayllus y por otro lado crearon otras condiciones de complementariedad de economas. Sin embargo, lo que si sabemos es que la palabra ayllu pertenece al runasimi o quechua, lengua impuesta por los cusqueos en todo el Tahuantinsuyo. Segn algunas definiciones: Ayllu es igual a generacin o familia linaje, tribu, genealoga,
locales y sobre el cual estructuraron su sistema de dominacin. En tanto que la denominacin de comn de indios o comunidad, dada por los espaoles al ayllu se refera al hecho de tener ste un gobierno autnomo en lo que haca a la vida interna del grupo, aunque sobre ese grupo se extendiera la autoridad del cacique, de la misma manera que sobre las autoridades de las comunidades castellanas se extenda la autoridad del rey. Esa autonoma en la que haca al gobierno del ayllu no liberaba al cacique ni a los otros integrantes de la intrincada red de relaciones de reciprocidad e intercambio; a esto puede estar asociado o no, un elemento tnico. Tal es el caso de Vilcapoma, el cacique de Chaclla, que debe en cierta forma a Ninavilca el cacique de Huarochir. Si observamos con atencin el trmino vilca denominativo de ayllu en lengua Jaqui, acta como prefijo del nombre del grupo tnico poma o puma para el caso de Vilcapoma o como sufijo del grupo tnico nina para el caso de Ninavilca. Entendemos entonces que el ayllu es un mdulo tnico, una divisin dentro de la etna.
En tanto que su contraparte en lengua Jaqui (Cauqui o Jacaru) es Vilca. En esta y otras referencias al trmino ayllu, encontramos una idea comn que es la de lazo o unin, sustentada en el parentesco. Segn algunos autores el ayllu o vilca es un tipo de organizacin anterior a la dominacin inca. Y es que los incas lo adoptaron para incorporar a las poblaciones que no descendan directamente del inca, ello porque era un modelo prcticamente existente en todo el territorio, con variantes
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BAJO EL DOMINIO DE LOS INCAS Este perodo de desarrollo corresponde al inicio y fin del imperio de los incas, el cual se caracteriz, por la sustentacin de su economa en la produccin agropecuaria, as como por la ocupacin y utilizacin espacial de las zonas de costa, yunga, quechua, suni, puna y ceja de selva, que otros pueblos haban desarrollado y que los incas lo asimilaron, desarrollndose en ellos, los principales centros de produccin, administracin y control de las poblaciones. As como de un marcado proceso de expansin en base al mantenimiento y organizacin de un poderoso aparato militar, cuya misin era incorporar poblaciones al naciente y despus desarrollado imperio. Pero para ello, se requera de caminos que facilitaran la comunicacin entre las ciudades conquistadas y la capital del imperio, por lo que las obras de ingeniera centr su atencin en el trazado y mantenimiento de las vas y redes camineras. Mientras que en el campo de la arquitectura y el urbanismo se mantuvo segn las caractersticas de los pueblos subyugados, los que siguieron levantando sus edificaciones de acuerdo a la manera ancestral, con el nico cambio en el planeamiento y diseo arquitectnico incaico.
En lo que respecta a la relacin con los Yauyos, se da con la llegada de los cusqueos a la regin de Huarochir, otorgando a los Yauyos, la oportunidad de conseguir algunas ventajas sobre sus vecinos a cambio de su adhesin al gobierno inca, ya que al parecer durante el gobierno del dcimo inca Tpac Yupanqui, se inici la rebelin de los Calango, una etna ubicada en la cuenca baja del ro Mala, la cual se mantuvo en rebelda durante doce largos aos, sin que los ejrcitos venidos del Cusco, pudieran dominarlos. Por lo que el inca se vio en la necesidad de convocar a todos los huacas del imperio en el Aucaypata y solicitarles su ayuda. Todos los huacas acudieron, a excepcin de Pariacaca, quien envi a su hijo Macahuisa. All el ica les comunic lo que suceda y sus palabras fueron recibidas en silencio, hasta que habl Pachacamac, quien se disculp diciendo que si se mova no slo destruira a los sublevados sino a todo el mundo. Finalmente habl Macahuisa quien ofreci al inca, vencer sin ayuda de nadie a los sublevados. Se cuenta que el dios luch contra los sublevados Calango en la forma de rayos, truenos, lluvias y torrentes de agua, aniquilndolos. Desde entonces el inca reverenci a Pariacaca y se hizo amigo de los Yauyos, establecindose una alianza que les permiti dominar a los yungas y as repartirse sus tierras.
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Otro caso parecido al de los Calango, es el referido al Ayllu Wanka, el cual ha sido uno de los ms belicosos y rebeldes de la historia precolombina. Este orgullo que llev a contrastar valientemente el podero de un gran Imperio como el de los Incas, se debi no solo al coraje natural del hombre andino, sino a la independencia econmica y poltica, tpica seal de riqueza. Segn nuevos estudios, los Wankas no dependieron jams de otros pueblos y su soberana en el Valle del Mantaro era un hecho inviolable. Entonces, qu le poda interesar a ellos de los Incas, si lo tenan todo? Lo fundamental para entender la soberbia de los Wankas se encuentra en su eminente poder econmico basado en la exuberante produccin agrcola y en los intercambios comerciales con otras culturas. La estrategia de fundacin de pueblos de parte de los Incas, prefiri los climas templados de las zonas bajas de la regin Quechua, zona por excelencia privilegiada en produccin e irrigacin natural. Al llegar los Incas al Valle, quisieron aplicar la estrategia de la conquista pacifica, pero los Wankas no dieron ninguna importancia a las ofertas de buen entendimiento de Cpac Yupanqui. Las Huestes incaicas terminaron imponiendo su poder por la fuerza. Huamn Poma de Ayala cuenta de sacrificios de gentes y animales acompaados de muyu y conopas ofrecidos al APU KON TICSE WIRACOCHA para
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alejar a los invasores. Los Wankas no aceptaron de buen agrado la dominacin incaica pues los 72 aos de gobierno imperial significaron para ellos solo decaimiento organizativo y demogrfico. Los wankasausa haban logrado para la llegada de los Incas concentrar una grande importancia administrativa en sus ciudadelas y es as que viene destruida la Ciudad de Siquillapucara y fundado l tambo y centro administrativo ms importante de la regin: Xauxatambo. El corregidor de La Vega cuenta que un control estricto fue organizado por los Incas, causa de un almacenamiento continuo de odios y rencores. Waldemar Espinosa y el historiador Mallma han escrutado el fenmeno que explicamos mas adelante, concluyendo que entre los mitimaes que pusieron los Incas a los Wankas estuvieron los Yauyos, viejos rivales y enemigos ms crueles que ellos mismos. Los Incas impusieron durante el Tawantinsuyo un sistema creado por Pachacutec, perfeccionado por Tupac Yupanqui y ejecutado en el Valle por Manco Inca. Consista en la colonizacin con un sistema de control tnico. Implic una lenta destruccin de los sistemas sociales pre-incaicos con conflictos frecuentes por la posesin de tierras. Bajo este concepto los yanacunas o "fieles sirvientes" que pertenecan al ltimo estrato social del Tawantinsuyo fueron movilizados masivamente.
Ubicada inicialmente a 7kms al sur de Huancayo la aldea de Huamanmarca fue trasferida a viva fuerza hacia l tambo de Huancayo, en la zona cuya plaza lleva hoy su nombre (Pueblos del Halcn). Este hecho da inicio a un periodo de crueles deportaciones. Desde el rea del valle del Mantaro fueron desplazados por la fuerza al menos una buena parte de los 5000 hombres que habitaron la ciudad de Siquillapampa o Siquillapucara luego de ser abatida totalmente en 1460. Fueron conducidos con destino a Chachapoyas, Wankavilcas (Quito), Copacabana (Bolivia) , Ayacucho y Puno. La nobleza Wanka fue conducida a la nueva ciudad de Xauxatambo, bajo el mando de nobles cuzqueos. A cambio, llegaron los yanaconas Chim y Quito, asentndose en Hatunxauxa. Prueba de este desplazamiento es la cermica de produccin y estilo Chim encontrada en la zona que representa a los wankas escapados del destierro a Chachapoyas, ya selvatizados y con fuertes influencias campa. Otros yanaconas provenientes de la zona cuzquea de Quero se asentaron en Molinos, Jauja. Controlaban la produccin de oro y metales que provena de la selva de Chanchamayo y Satipo. Se diferencia actualmente, segn el pintor jaujino Hugo Orellana, de las 82 comunidades de Jauja en su forma de cultivo en andeneras
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simples. Hoy se observa la capacidad de los Quero de trabajar la madera en original confeccin, herencia cuzquea. Los Mitmaq ms leales a Atahualpa fueron los trados de Cajamarca. Situados en la parte baja del Hatunxauxa habitan la zona de Ataura y Huertas. Tuvieron gran actividad en la cermica. Pero el mas grande y numeroso grupo de yanaconas, los Yauyos, enemigos histricos de los Wankas se dispersaron por todo el valle. Los Chupacos, originales del Valle del Cunas huyeron hacia el Huallaga dejando sus tierras a los nuevos habitantes trados por los cuzqueos. Se asentaron tambien en las zonas que hoy llevan su nombre como Muquiyauyo, Aco, Jaujayauyo, y el barrio Yauyo de Chupaca. De estas migraciones y desplazamientos quedan como huellas las danzas de CHUNCHOS, SHAPIS, WANKA DANZA. En poca de Huayna Cpac, la poblacin final de este proceso de mitmaq en el valle fue de unos 30,000 habitantes. Sobrevivieron a la invasin Imperial los poblados de Patancoto, Cotocoto, Chuctolona, Cocahuasi y Huancayo. Esto finalmente puede servir como prueba para afirmar que la "Nacin Wanka" en verdad estara compuesta de un mosaico de etnas tradas de los 4 suyos que se quedaron en el valle a cambio de los wankas que partieron desterrados.
Tributo y autoridad durante el gobierno de los incas Los pueblos bajo la administracin cusquea tributaban trabajo, que era aplicado a distintos fines, segn convena a sta: trabajo de la tierra, tejido, construcciones civiles, militares o religiosas, fabicacin de armas, etc. La materia prima la provean los cusqueos y durante el perodo de trabajo para el estado los indgenas tenan asegurado su sustento. La planificacin y el control estaban a cargo de una serie de funcionarios que deban rendir cuentas, unos a los otros, de tal manera que resultaba difcil salir de las lneas trazadas. Peridicamente se efectuaban visitas a los territorios dependientes del Cusco, los funcionarios encargados informaban sobre la situacin y recursos de cada grupo tnico de tal manera que no se les exiga un tributo que no pudieran cumplir, tanto en lo que se refiere a la cantidad como a la calidad de la especie tributada , ya que la finalidad no era agotar ciertos recursos (Cieza de Len, 1967). El sistema de turnos o mita no era un trabajo forzado, ya que entraba en el circuito de relaciones de intercambio y reciprocidad, obligando a ambas partes a dar y a recibir, de
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acuerdo a un patrn de equivalencias ms o menos comn. El calendario agrcola era muy importante y el trabajo de las chacras no era descuidado, ya que quienes deban trabajar en las minas, por ejemplo, tenan asegurado el laboreo de sus tierras, de acuerdo al sistema bosquejado ms arriba. En cuanto al tributo que los Yauyos daban al Inca, sabemos que ste los tena en mucho aprecio, por las razones que ya sealamos; eran mitmas en las chacras de Quibi, en Jauja y en los pastos de los Chocorbos; de Quibi se destinabam 150 costales e coca por ao para el Cusco. Adems eran chasquis del Inca y llevaban sus cargas, suponemos que dentro del territorio Yauyo.
BAJO EL DOMINIO DE LOS ESPAOLES En el perodo de 1530-1580, el territorio que una vez fuera controlado por las huestes incaicas, se vio envuelto en un radical reordenamiento poblacional que se fue adecuando a las cambiantes necesidades de la nueva realidad. En 1532, se inicia la destruccin del Imperio de os Incas, y en 1533 es ejecutado el inca Atahualpa, se toma el control del estado sin modificar en nada la organizacin que anteriormente imperaba y se elige un inca adicto a los espaoles. Sin embargo, muy pronto se inicia una cadena de exigencias y la invasin ibrica se torna en una dimensin violenta. Situacin que habr de obligar al estado Neo-inca a dar una respuesta tambin violenta, la que habra de sucederse a lo largo de 1536-1537, que termin con la derrota y muerte de Manco Inca. Esta cadena de exigencias y cambios se manifiestan a travs de la concesin de las encomiendas, las que se dieron desde principios de la conquista hasta 1589. Hacia 1536, sobre una poblacin de 2,000 espaoles en el Per, haba 500 encomenderos. Pero este nmero aumento ya que para 1561 haba 1300 encomenderos. Sin embargo, a partir del gobierno de Toledo (15691581). La Corona Espaola pone bajo su dominio las encomiendas ms importantes. En 1584
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quedaban en el Per 360 encomenderos. Y en 1589, la corona dispuso que fuera el gobierno central, el facultado para conceder tierras, anulando las concedidas anteriormente. Este poder de conceder tierras, fue otorgado a Pizarro y luego se autoriz a los Virreyes y a los Cabildos para otorgarlas a los conquistadores, como aquellos que desearan fundar poblaciones. De esta manera la concesin de encomiendas se legaliza a travs del nuevo aparato estatal, con la caracterstica, que no se conocan los lugares entregados y mucho menos sus delimitaciones y fronteras. Paralelamente a la entrega de encomiendas, a ellas se sumaron las mercedes de tierras, el descubrimiento de riqusimas minas y la evangelizacin (satanizacin de los dioses nativos) desatada al arribo de las primeras ordenes religiosas; de dominicos, franciscanos y mercedarios en 1535. Quienes introdujeron por un lado, una guerra santa contra las religiones nativas y por el otro una visin paternalista, que requera de la comunidad de espaoles el tutelaje cristiano y civilizador sobre la comunidad de indios. Organizndose las dicesis de Lima, Arequipa, Cusco, Guamanga y Trujillo, las que a su vez se dividan y subdividan en repartimientos y
doctrinas. As tenemos; que la dicesis de Lima se divide en 14 Repartimientos: 1. Cajatambo 2. Canta 3. Caete 4. Cercado 5. Conchucos 6. Chancay 7. Huamales 8. Huanuco 9. Huaylas 10. Ica 11. Jauja 12. Santa 13. Tarma 14. Yauyos Las que a su vez se dividan en 69 doctrinas a cargo de tres ordenes religiosas. Tal es el caso del repartimiento de Canta, con 5 doctrinas y a manos de los mercedarios, en tanto que Yauyos contaba con 8 doctrinas a cargo de los dominicos. Como en lo referido a las encomiendas, aqu tampoco se conocan las delimitaciones territoriales de las doctrinas, registrndose muchas veces altercados o enfrentamientos entre los doctrineros de una u otra congregacin que vea invadida su jurisdiccin. Poco despus de instituidas las Encomiendas el gobierno central reconoci a los curacas como lderes de sus comunidades, otorgndoles una posicin legal equivalente a la de los hidalgos de Espaa, y cuya misin era la de vigilar el cumplimiento de las demandas impuestas a los indios por los espaoles, como la de ser
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representantes del grupo tnico en su totalidad, as como guardin de las normas sociales. Sin embargo su autoridad se vio socavada y disminuida. Primero, cuando los espaoles invadieron Huarochir, los Yauyos creyeron poder repetir las alianzas concertadas con los cusqueos. Pero en este caso no tuvieron el xito esperado, porque el sistema de administracin espaol no comprenda el modo de vida andino, basado en el intercambio y la reciprocidad. Las reducciones a pueblos de traza espaola, si bien permitieron la evangelizacin y el acceso a la mano de obra indgena, no correspondan al modo de cultivo de esta regin en particular, que obligaba a la atomizacin de los poblados a lo largo de las quebradas, segn lo permita la conformacin del terreno y la mayor o menor facilidad para conseguir agua. Tambin esta distribucin era la base del ayllu, el cual dispona de tierra y agua, de acuerdo a una estructura adoptada al medio ambiente, que inclua acequias de trazo difcil, cuya construccin y mantenimiento estaba estipulado de antemano, correspondindole a cada ayllu una parte en este trabajo de carcter colectivo. Segundo, el territorio Yauyo fue dividido por los espaoles, a partir de la Visita de Toledo, en cinco repartimientos que, de Sur a Norte, eran:
1. 2. 3. 4. 5.
Y luego la divisin en dos provincias (Yauyos y Huarochir) en el siglo XVII, acab con el poder de los caciques Yauyos. Tercero, porque las ambiciones personales de los caciques, haban trastocado las posesiones comunales en privadas; a travs de maniobras dolosas, basadas las ms de las veces en la confusin que los trminos comprar y vender, creaban dentro del contexto andino, asimismo; por la abusiva utilizacin de la fuerza de trabajo de la gente sujeta a su cargo para satisfacer las demandas del rgimen colonial, como las propias sin otorgar retribuciones. Cuarto, por la presencia de sacerdotes catlicos, quienes en su afn por desplazar el culto a los dioses nativos, deciden crear un cuerpo de auxiliares laicos, con poderes casi ilimitados, conformada por dos alguaciles segn los criterios de 1550, un fiscal coadjutor para vigilar la asistencia a la misa, un sacristn a cargo del cuidado de la iglesia y dos o tres cantores para dirigir el coro. Elegidos entre los indgenas de ms confianza, eran dispensados de pagar tributo, siendo entre otras de sus obligaciones la de tener
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al da el registro de la poblacin indgena, con datos de defunciones, nacimientos y matrimonios, velar por la asistencia obligatoria a misa, incluso recurriendo a la fuerza, obligar a la poblacin a decir las plegarias y supervigilar la vida domstica. Adems de informar, al cura doctrinero en cada momento de aquellos que andan en borrachera o van a mochar guacas; Quinto, la presencia de los Corregidores de Indios, de los que hablaremos ms adelante. En 1542 el Rey Carlos Quinto proclam las llamadas Leyes Nuevas, las cuales disponan la caducidad de las encomiendas a medida que fueran falleciendo los titulares de las mismas. Por los tanto, dio al Per nueva forma poltica, erigindolo en Virreinato y delegando en los virreyes el mando poltico, militar y civil. Crendose de esta manera la Audiencia de Lima y nombrando como Virrey a Blasco Nez de Vela (1544). Con l llegaron las Leyes Nuevas, que no eran otras que refrenar los abusos cometidos por los conquistadores y de modo particular en lo referido a los encomenderos. Sin embargo, los conquistadores se negaron a reconocer la autoridad virreinal y Gonzalo Pizarro acaudill un movimiento de oposicin organizando un ejrcito, con el que march sobre Lima. El virrey se dispuso a recibirlo, pero por su intemperancia y sus numerosos desatinos los miembros de la audiencia ordenaron su prisin y procedan a
despacharlo para Espaa. Mientras Gonzalo Pizarro entraba a la ciudad y se haca nombrar gobernador por la Audiencia de Lima. El virrey entre tanto recobraba su libertad y desembarcaba en Tumbes, organizando un ejrcito para hacer frente a las fuerzas de Pizarro, las que se enfrentaron en Quito. Triunfante y dueo de la situacin Gonzalo Pizarro se hizo dueo del virreinato. Mientras esto suceda, en Espaa se enteraban de las noticias procedentes del Per y se alistaban prestos a evaluar a un pacificador con amplsimos poderes y facultades, recayendo la designacin en el licenciado y clrigo Pedro de la Gasca, el cual una vez arribado al Per se enfrent a Gonzalo Pizarro en los campos de Xaquixaguana, cerca del Cusco en 1548, en un combate en el que no hubo lucha, el que se caracteriz, porque los soldados de Pizarro se pasaban al bando de La Gasca, en busca del perdn que se haba ofrecido. Es as, que Gonzalo Pizarro, Francisco de Carvajal y otros jefes de la rebelin fueron ejecutados. En 1551, arrib al Per el virrey Antonio de Mendoza, quien gobern al Per hasta su muerte acaecida en 1552, en los aos siguientes, habran de sucederse dos virreyes ms, hasta 1564, ao en que el Presidente de la Audiencia de Lima Lope Garca De Castro asume el virreinato del Per, hasta 1569.
En 1565, se inicia la primera crisis del sistema colonial. Por casi todos los Andes Centrales, principalmente en las provincias de Charcas, Cusco, Huamanga, Huancavelica, Huarochir, Yauyos y Arequipa, se organiza un movimiento indgena orientado a la restauracin del culto a las antiguas huacas; conocido como el Taki Onkoy (baile frentico o tembloroso), siendo entre sus principales objetivos la revitalizacin de los elementos religiosos de la cultura aborigen a travs del retorno de los antiguos dioses y del reniego del catolicismo impuesto por los espaoles; as como preparar la nueva venida de los tiempos del inca y la expulsin de los espaoles; Por lo que el movimiento se mantuvo en vigencia durante siete aos, tiempo durante el cual se mantuvo en jaque al clero espaol. Sin embargo, ste fracas y sus integrantes fueron perseguidos y sometidos a represalias sangrientas. En 1566 se crean los pueblos de indios de Santiago Apstol del Cercado y Santa Ana (en lo que hoy conocemos como Barrios Altos en Lima) all son encarcelados los hijos de los caciques de Yauyos para evitar sus levantamientos y de paso someterlos a travs del rgimen de los obrajes, trabajando sin descanso sin conocer el da de la noche confeccionando tejidos, all en estos pueblos an hoy en da en sus catacumbas, descansan los huesos de muchas generaciones de
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indios Yauyinos, a lo largo de ms de 300 aos de historia. Finalmente, en 1569 el virrey Lope Garca de Castro, antes de ceder su cargo a su sucesor, dividi el virreinato en Corregimientos gobernados por Corregidores, quienes ejercan su autoridad en todo el territorio que comprenda cada obispado. Siendo estos los obispados de Lima, Arequipa, Cusco, Guamanga y Trujillo. Para el caso del Obispado de Lima, ste se divida en quince corregimientos, tales como los del Cercado; Arnedo, Cajatambo, Canta, Caete, Conchucos, Huamales, Huanuco, Huarochir, Huaylas, Ica, Jauja, Santa, Tarma y Yauyos. Los que se encontraban a cargo de los llamados Corregidores de indios. Los primeros desplegaban sus funciones teniendo como sede las ciudades fundadas por los espaoles como las de Santa e Ica. En tanto, que Lima, disfrut el privilegio de ser gobernada por sus alcaldes municipales. Entre sus funciones se encontraban la de supervisar a los cabildos que se encontraban en las sedes de su gobierno, as como de administrar justicia en segunda instancia dentro de su jurisdiccin, pues ante ellos se poda recurrir en alzada de las sentencias pronunciadas por los alcaldes municipales.
La Evangelizacin y la Resistencia Indgena durante la Administracin Espaola Cuando los barcos espaoles surcaban las aguas del Atlntico trajeron en su poder el demonio, brujas y los medios peculiares de los hombres del medioevo europeo. No haba el porque de ser diferente, sus mentes servan de depsito a ideas que haca mucho tiempo haban sido propagadas y oficializadas Escritores europeos, como los dominicanos Heinrich Kramer y Jakob Sprenger, deliberaban en el meticuloso trabajo de elaborar tesis, que no dejasen margen a cualquier duda sobre la existencia del mal encarnado en la figura del demonio y de sus fieles seguidoras, las brujas. Si no bastase el miedo a lo desconocido, del mar, de los monstruos marinos y todo un arsenal mtico impresionanante, los marineros que se aventuraban a cruzar el ocano, tambin cargaban la obligacin de propagar la f catlica y en consecuencia, la represin que se aplicaba en Europa contra aquellos que conspirasen contra la cristiandad. . En las apartadas tierras americanas empezara la conquista material y espiritual dos pueblos que aqu se encontraran. Saquearan, mataran y sometieran, ya que segn Seplveda, era mas o menos conveniente lo que les pudiera acontecer a esos brbaros, que de hombres impos y siervos del demonio, pasaran a ser civilizados, cristianos y cultores de la verdadera f. Para que el dominio
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espaol fuese establecido como un suceso, previo al juramento de que procuraran conocer las costumbres y la lengua de los pueblos autctonos, ya que la comunicacin estaba ligada al poder y a la comprensin de los signos del "otro", propiciando en consecuencia el dominio completo. Cronistas espaoles deliberaban en el estudio y descripcin de los pueblos andinos, sus costumbres, sociedad y religin, que en donde encontramos una aproximacin a los modelos demonolgicos propagados en Europa. En el contexto americano, la utilizacin de la demonologia tena por principal objetivo acabar con la Iglesia pagana en el decir de los misioneros - y es exactamente en las crnicas quinientistas que los sacerdotes de esos pueblos son transformados en brujos y feticheros, terminologa que permanece an en los das actuales. Las campaas de extirpacin de idolatras, llevadas a cabo desde la segunda mitad del siglo XVI en la regin andina, tenan por objetivo terminar con todos los dolos y rituales indgenas, ya que estos contradecan al cristianismo, al adorar criaturas en lugar del Creador, o Dios cristiano. Hubo una tentativa de cristianizar el imaginario indgena, en que sus dioses fueron transformados en demonios. Siguiendo los pasos de la Inquisicin europea, persiguiendo tambin a aquellos que practicaban maleficios, siendo
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acusados de brujera. En la Pennsula Ibrica, debido a la excesiva preocupacin en rastrear los delitos de los judaizantes, hubo una menor represin a la brujera. Presuponemos que este sera uno de los motivos, por los cuales la brujera tena una gran atencin en tierras andinas, por parte del cuerpo eclesistico, pues en la ausencia de judos conversos, restaba el tener que perseguir indios idlatras, que fcilmente podran ser acusados de practicar la brujera. Con todo, la conversin de los indios no era una tarea fcil, pues la dificultad de la comunicacin tambin acarreaba serios problemas en la propagacin de los mensajes de los sacerdotes, quienes vean como extraas las tradiciones religiosas indgenas. La utilizacin que esos espaoles hicieron del trabajo indgena fue como que estos se convirtiesen en enemigos de la predicacin pues asociaban la imagen del trabajo con el de la fe. Las fuertes obsesiones econmicas de los sacerdotes instalados desde el principio represento un serio inconveniente a ala evangelizacin. En los momentos posteriores a esa crisis hubo necesidad de importar la cultura europea, comenzando con la destruccin de dolos y el combate a los rituales indgenas. Todo aquello que los doctrineros no comprendan o no quisieran comprender eran interpretados como fetichismo o
arte mgico y en consecuencia por quemar y destruir todo. Ello ocurri a la poca preparacin de los religiosos en su formacin inicial, ya que la iglesia en Amrica tuvo a su servicio a hombres que fueron criados por sus familias en una cultura guerrera, adems de que provenan de un lugar en donde ocurran constantes luchas para la reconquista contra los moros. La persecucin a herejes en el perodo inicial de la cristianizacin andina tena como objetivo combatir a aquellos que se opusiesen al designio divino, del rey de Espaa sobre los territorios encontrados. De esa forma estaban trabando una guerra santa, como en las cruzadas, en que defendan una causa civil cuya meta final sera religiosa. La mala formacin de los primeros clrigos que no conseguan distinguir dioses importantes de los de carcter puramente idoltrico y que colocaban intereses personales encima de los de la iglesia, perjudicara el proceso inicial de la evangelizacin en los andes. La extirpacin de idolatras Despus del fracaso inicial se paso a la erradicacin de las idolatras con el objetivo de preparar el pueblo local para la evangelizacin ambas estrategias tenan por finalidad la cristianizacin de los indgenas. Debido a la
creencia medieval, todo lo que era pagano en Amrica era considerado obra del diablo , pasndose a realizar la caza de brujas generando un verdadero choque ideolgico en donde la cosmologa indgena fue perturbada solo para atender las necesidades de los extirpadores de idolatras. Este dominio cultural signific la desestructuracin del mundo andino, pues la extirpacin de idolatras era lo mismo que una deculturacin. Por lo que la cristianizacin no reestructuro la sociedad indgena, pues debido al choque con las estructuras mentales completamente diferentes con las suyas, vio en el cristianismo una variedad de idolatra en cuanto sus dioses eran considerados demonios por los espaoles. Los pueblos andinos no ofrecieron resistencia a los dioses cristianos, pues conforme a sus propias creencias religiosas si los espaoles haban vencido era porque sus dioses no haban ayudado y nada ms natural era respetarlos. Por eso no signific una conversin al cristianismo ya que despus del fracas de la primera evangelizacin de la persuasin se paso a la represin, dando por inicio a la extirpacin de idolatras propiamente dicha. Ya que esta era diferente al proceso de extirpacin en los primeros momentos de la conquista en que el objetivo era saquear riquezas de los templos de los demonios.
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Obras, como el Manual de los Inquisidores y el Malleus Maleficarum serviran para fundamentar los Concilios de Lima, que eran los reglamentos de combate de las herejas indgenas. El Manual tambin conocido por Directorium inquisitorum, describa las categoras de herejes a ser reconciliados o "relajados al brazo secular", cuando fuese necesario. Los autores de Malleus atribuan a las mujeres las artes malficas, por lo que estas seran marcadas por el pecado original de Eva y adems de las tentaciones del demonio. Esta obra trata en detalles la manera demonaca como las brujas hacan y como era posible identificarlas, sirviendo de gua para los inquisidores y aconsejando para que no aceptasen el arrepentimiento como motivo para no condenarlas a la hoguera, por ser perniciosas a la cristiandad. En los tres Concilios de Lima que datan respectivamente entre 1551, 1567 y 1568, fueron tratados los principales objetivos de la extirpacin de idolatras y la forma como deberan ser castigados aquellos que fuesen acusados de idlatras. Llama la atencin, para que fuesen perseguidos con ms intensidad los dogmatizadores, debiendo estos ser sometidos a los ms severos castigos, inclusive a la pena de muerte. En el inicio de la campaa de extirpacin, hubo disputas entre el clero regular, que tena una
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postura indigenista favorable a una evangelizacin por persuasin y no por la violencia. Y el clero secular, favorable a las extirpaciones. En ese perodo fue creado el cargo de Juez Visitador, con el poder no solo de extirpar la religin andina, sino tambin liquidar a los adoctrinadores regulares, sometindolos a su poder y acusndolos de convencer a la poblacin indgena en el uso de las lenguas vernculas, lo que dificultaba la predicacin. Prueba de eso son las Visitas hechas con el objetivo de inventariar los bienes de las Iglesias de cada poblado y de averiguar si los padres estaban desempeando sus funciones de instruir, castellanizar y evangelizar a los indios. Cuando se llegaba a una aldea, el Juez Visitador interrogaba a los pobladores locales sobre las actividades del cura del poblado. Preguntaba si todos haban sido bautizados por dicho cura, si este les tomaba la confesin, si atenda con esmero a los enfermos y si no exploraba el trabajo indgena, pagando por los servicios prestados por estos. O si dicho padre no poda tener mujer, ni dentro, ni fuera de casa, y que debera tratar a todos como sus hijos, ensendoles la doctrina cristiana y predicndoles y explicando todos los domingos y en das de fiesta o del Santo Evangelio.
De 1610 a 1660, la extirpacin de idolatras tuvo su perodo de mayor actividad, y a pesar de las confrontaciones entre el clero regular y el clero secular, a partir de 1610, la Compaa de Jess consigui emprender su campaa de cristianizacin. Siguiendo una poltica misionera relativa a la zona andina, conforme fue tratada por Jos de Acosta y usando criterios indigenistas y colectivistas, los jesuitas conseguiran alcanzar a la elite indgena a travs del Colegio del Prncipe, en Lima, (hoy Parroquia Santiago Apstol del Cercado) donde los hijos de los curacas eran educados. Pero adems de eso crearon la prisin en la Casa de Santa Cruz, (hoy Parroquia de Santa Ana), con la finalidad de suprimir la elite de sacerdotes de la religin indgena. La Compaa prcticamente domino religiosa y culturalmente el territorio peruano en ese perodo. La Inquisicin inicial quera solamente acabar con las herejas de individuos ya integrados a la cultura hispnica, en cuanto a la Extirpacin, segn algunos autores, era la hija bastarda de la inquisicin, instalada en Lima en 1571 y de la evangelizacin, pues tena por proyecto la destruccin de las religiones andinas. Las campaas de extirpacin de idolatras, conforme Antonio Acosta, tornaronse ms voraces en el siglo XVII, en las regiones prximas a Lima.
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Eso se dio, en virtud del gran nmero de conflictos entre indios y doctrineros, debido a la ganancia econmica de estos ltimos. Este acto puede ser explicado, entre otros motivos, por la llegada a Lima de varios obispos y arzobispos ligados a la Inquisicin europea. Uno de ellos fue Bartolom Lobo Guerrero, que tena larga experiencia inquisitorial y fue quien apres al primer y gran Juez Visitador del Per, y doctrinero Francisco de vila, en la denuncia promovida por este contra los indios de regin de Huarochiri. L extirpacin de idolatras sirvi en casos como ese, para acabar con conflictos judiciales entre indios y religiosos. Fueron muchos los procesos contra religiosos, que eran acusados de cometer excesos y agravios contra los indios, pues les pedan dinero por los muertos y los hacan trabajar en sus chacras sin recibir pago alguno. En un proceso movido por los indios del poblado de Santiago de Carampoma, Francisco de Galarza fue acusado, no solo de las cuestiones arriba relatadas, sino tambin de ser culpable por la muerte de una india, la cual fue obligada por este a mudarse del poblado. Francisco de Galarza se defiende argumentando que tal mujer havia muerto en funcin de una surra que le diera su marido, que estaba embriagado. El estara siendo en consecuencia, vctima de una venganza por haber descubierto "ciertas guacas e idolatras y supersticiones del demonio y de sus antepasados". Esa era una
forma inteligente de escapar a ser condenado por violacin y asesinato. La tentativa de occidentalizacin de Amrica se dio a travs de la evangelizacin y de la extirpacin de idolatras. Cuando los visitadores llegaban a las aldeas, era realizada una fiesta de recepcin en los moldes de los ceremoniales romanos, donde trompetas eran tocadas y el Visitador entraba en la Iglesia en procesin y llegando al altar mayor, apoyabase sobre una almohada y hacia las primeras preces, sindole estas retribuidas por el prroco local. Tal pompa, hacia parte de la teatralizacin necesaria a la represin inquisitorial, que, apenas comenzaba con los interrogatorios, y las pesquisas, las confesiones y la destruccin de los santuarios indgenas. Dentro de tal aparato, no era difcil conseguir confesiones de personas que decan tener relacin con el diablo, pues esa nocin europea acabo por mezclarse con las estructuras simblicas indgenas. Hubo en este perodo un proceso de aculturacin de la poblacin indgena, por parte de los visitadores, y por eso, las "brujas" y "brujos" mas perseguidos eran los dogmatizadores, ya que eran visto de esta manera porque promovan una contra evangelizacin. En la sociedad andina haba conocedores de hierbas, de usos y costumbres, como fue el caso
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de los curanderos, mas, como en Europa se deca que ese tipo de conocimiento solo era concedido a los seguidores del diablo, la idolatra, o curanderismo y la brujera acabaron siendo confundidos, sendo esta ltima, una invencin hispnica. Por medio de la tortura, los visitadores conseguan las evidencias que necesitaban para condenar a los acusados, as un gran nmero de curanderos confesaran haber recibido sus conocimientos de hierbas a travs de pactos demonacos. Los dioses andinos estaban perdiendo la fuerza mediante las adversidades coloniales, estaban s debilitndose, entonces era necesario tener el dominio de los signos para que se pueda mantener el poder. El papel de los brujos y brujas dogmatizadoras en las comunidades, era de suma importancia para la manutencin de la sabidura de los rituales indgenas, pues simbolizaba la resistencia al sistema colonial. Hubo tambin un gran nmero de mujeres acusadas de ser brujas, como podemos comprobar a travs de la Relacin de la visita de extirpacin de idolatras de Cristbal de Albornoz. A pesar de que los espaoles asociasen la figura del jefe local, o curaca, con la del fetichero, por ser el responsable por la manutencin de la tradicin indgena, muchas fueron as mujeres acusadas de fetichismo, siendo la mayora condenada a
servicios perpetuos para Iglesia, pudiendo llevarnos tambin a la suposicin de que esa seria una forma de esclavizar mano de obra indgena. En la obra de Jos de Arriaga, aparece un ejemplo de aculturacin de rituales indgenas extremadamente significativo, que es cuando este describe la accin de feticheros que constituan sociedades secretas y que actuaban cuando los otros dorman, entrando en las casas y sacando u poco de la sangre de la persona a quien queran matar y despus llevaban esa sangre al grupo, que lo cocinaba y coma. Algunos das despus, la persona de quien retiraban la sangre, mora. Adoraban al demonio, que apareca e forma de len o tigre, mantenan relaciones homo y heterosexuales durante las fiestas y despus todos besabanle el trasero. Esa, nada mas es, una descripcin de la comunin diablica del sab, sea, a travs de comportamientos ritualsticos andinos, Arriaga sugiere el sab, lo que lo lleva a creer que los brujos andinos haban sido bastante atormentados por los inquisidores para que estos consiguiesen tales relatos. La explicacin sealada lneas arriba reitera la afirmacin de Irene Silverblatt, sobre si la brujera andina era una invencin espaola. El proceso de aculturacin permiti que as estructuras indgenas fuesen adaptadas a las necesidades inquisitorias, mostrando mas de una vez el papel fundamental de las "brujas" andinas, y para nosotros, tambin
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el de los "brujos", en la manutencin de las creencias indgenas. En la mayora de los casos, la extirpacin de idolatras uso mtodos de tortura, como azotes, arrancada de cabello o tener que andar encima de una llama. El acusado podra tener sus bienes confiscados, y ser condenado a trabajo provisorio o definitivo para la Iglesia, como ya mencionamos, o as mismo, a la pena de muerte. En Espaa, ser condenado a andar sobre el lomo de un animal no era considerado humillante, pero entre los indgenas no tena la misma connotacin, por esa razn eran solidarios contra La Iglesia conquistadora. Ya que el corte de cabello, significaba una perdida inmensurable, ya que para estos tena un valor de distincin entre los diversos ayllus y los extirpadores tenan conciencia de eso. La confiscacin de bienes entre una poblacin que viva comunitariamente era un hecho trgico, pues significaba el empobrecimiento de toda la comunidad. Durante los autos de f, eran quemados dolos y algunas veces, los "mallqui" (momias de los antepasados). Los indios no aceptaban que los cuerpos fuesen enterrados, debido a sus convicciones religiosas de haber vida despus de la muerte, por eso, siempre que podan, rescataban los cuerpos de familiares enterrados en el cementerio de la Iglesia. Los inquisidores, alborotados, mandaban quemar los cadveres,
porque, en la concepcin condenndolos al infierno. Al en la verdad acabando con culto, sea, matando aquella sus muertos.
cristiana, estaban Hacer ello, estaban las races de este cultura a travs de
Demonios, brujos y resistencia Los religiosos necesitaban de la ayuda de indgenas intrpretes en la propagacin de la f cristiana y debido a las dificultades en utilizar las terminologas propias do cristianismo, surgiran las primeras herejas en los Andes, que eran el resultado de una mezcla de la cosmovisin indgena con las nociones religiosas europeas. Las idolatras proseguiran desde el inicio con elementos catlicos, ya que para los espaoles la construccin de sus iglesias se haca con los restos de santuarios indgenas, se colocaban cruces en donde anteriormente los indios llevaban sus ofrendas, haciendo que de esta manera los indios prosiguiesen practicando sus cultos locales, no porque los sacerdotes les ensearan a adorar la casa de Dios y la Cruz, ni a la muerte de su hijo, sino porque aquellas piedras que ahora servan de paredes o bases a templos y smbolos catlicos continuaban siendo sus locales sagrados. La demonizacin de dioses andinos fue la forma que los sacerdotes encontraron de interpretar lo desconocido y hacer que los indgenas se
apartasen de sus creencias, inculcndoles nociones como el pecado. Los sacerdotes actuaron de esta manera para que los indgenas aceptaran que desde siempre fueron idolatras y que ahora vivan en desgracia y sumisos al dominio espaol. De esta manera se ligaba una nocin de culpa por la trasgresin religiosa, para que los indios asociaran el peso de la destruccin de su cultura con la idea de pecado y su angustia no se resolva mediante la confesin. En los documentos de los siglos XVI y XVII, aparecen las representaciones de ese mundo multifactico, en que figuras del bien fueron convertidas en seres diablicos, individuos que conocan el efecto medicinal de las hierbas, eran tenidos por feticheros y sacerdotes eran convertidos en brujos. Cristbal de Molina describi en su crnica como funcionaban las huacas y los templos donde el demonio daba respuestas a los feticheros, mediante sacrificios de animales, plantas, alimentos y otras cosas, que eran realizados a lo largo del ao en festividades diversas. Los grandes extirpadores de idolatras, Francisco de vila, Hernando de Avendao y Jos de Arriaga, fueron los que ms propagaron ese discurso demonolgico en los Andes. Sus discursos influenciaron a cronistas indgenas, como Garcilaso de la Vega, Guaman Poma de Ayala y
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sobretodo a Juan de Santa Cruz Pachacuti, ya que su Relacin puede ser definida como un instrumento de conquista espiritual del pasado, sea, de conquista y colonizacin del pasado andino. Su discurso refiere una visin aculturada, pues refleja su pasado cultural y mental en la trastocacin de otro pasado importado. Esa aparente victoria del cristianismo, se disuelve en las propias idolatras, que nada mas eran, como vemos, de que un conjunto de elementos catlicos mezclados en las caractersticas religiosas indgenas. De la aparicin de movimientos nativistas de resistencia, portadores de idea de transformar la sociedad, amparndose en elementos prehispnicos. Las idolatras, como tales, deberan ser entonces descartadas como el cristianismo, para dar lugar a la verdadera religin de los tiempos incaicos. La idolatra constituy una respuesta del indgena al proceso de evangelizacin llevado a cabo por los espaoles de los siglos XVI y XVII.
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