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El Secreto de La Acumulación Originaria
El Secreto de La Acumulación Originaria
El Secreto de La Acumulación Originaria
Repercusión dela revolución agrícola sobrela industria.Creación del mercado interno para el capital industrial
Con la parte liberada de la población rural se liberan también, pues, sus medios alimentarios
anteriores. Éstos ahora se transforman en elemento material del capital variable. El campesino
arrojado a los caminos debe adquirir de su nuevo amo, el capitalista industrial, y bajo la forma del
salario, el valor de esos medios alimentarios. Lo que ocurre con los medios de subsistencia, sucede
también con las materias primas agrícolas locales destinadas a la industria. Se convierten en elemento
del capital constante. Las manufacturas individuales separadas, en su mayor parte ligadas a la
agricultura practicada en pequeña escala, son las únicas libres". La expropiación y desalojo de una
parte de la población rural, no sólo libera y pone a disposición del capital industrial a los trabajadores,
y junto a ellos a sus medios de subsistencia y su material de trabajo, sino que además crea el mercado
interno. El arrendatario vende ahora como mercancía y masivamente medios de subsistencia y
materias primas que antes, en su mayor parte, eran consumidos como medios directos de subsistencia
por sus productores y elaboradores rurales. Las manufacturas le proporcionan el mercado. Por otra
parte, no sólo se concentran, formando un gran mercado para el capital industrial, los
numerosos clientes dispersos a quienes aprovisionaban, localmente y al pormenor, numerosos
productores pequeños, sino que una gran parte de los artículos antes producidos en e l campo mismo
se convierten en artículos manufacturados, y el campo mismo se transforma en un mercado para
la venta de dichos artículos. De esta manera, paralelamente a la expropiación de los campesinos que
antes cultivaban sus propias tierras y que ahora se ven divorciados de sus medios de producción,
progresa la destrucción de la industria rural subsidiaria, el proceso de escisión entre la manufactura y
la agricultura. No obstante, el período manufacturero propiamente dicho no produjo una
transformación radical. Recuérdese que la manufactura sólo se apodera muy fragmentariamente de la
producción nacional y se funda siempre en el artesanado urbano y en la industria subsidiaria
doméstico-rural, que constituyen su amplio trasfondo. Sólo la gran industria proporciona, con
las máquinas, el fundamento constante de la agricultura capitalista, expropia radicalmente a la
inmensa mayoría de la población rural y lleva a término la escisión entre la agricultura y la industria
doméstico rural, cuyas raíces la hilandería y tejeduría arranca .
Génesis del capitalista industrial
La génesis del capitalista industrial no se produjo de una manera tan gradual como la del
arrendatario. Indudablemente, no pocos pequeños maestros gremiales, y aun más pequeños artesanos
independientes, e incluso trabajadores asalariados, se transformaron primero en pequeños capitalistas,
y luego, mediante una explotación paulatinamente creciente de trabajo asalariado y la acumulación
consiguiente, en capitalistas sin más especificación. Durante la infancia de la producción capitalista
solía ocurrir lo que sucedía durante la infancia del sistema urbano medieval, cuando el problema
consistente en saber cuál de los siervos de la gleba huidos se convertiría en amo y cuál en sirviente,
se resolvía de ordinario por la fecha, más temprana o más tardía, de su fuga. Con todo, el paso de
tortuga inherente a este método en modo alguno era compatible con las necesidades comerciales del
nuevo mercado mundial, creado por los grandes descubrimientos de fines del siglo XV. Pero la Edad
Media había legado dos formas diferentes de capital, que maduran en las formaciones económico-
sociales más diferentes y que antes de la era del modo de producción capitalista son consideradas
como: el capital usurario y el capital comercial. El régimen feudal en el campo y la constitución
corporativa en la ciudad, le impedían al capital dinerario formado por medio de la usura y
el comercio transformarse en capital industrial. Esas barreras cayeron al disolverse las mesnadas
feudales y al ser expropiada, y en parte desalojada, la población rural. La nueva manufactura se asentó
en puertos marítimos exportadores o en puntos de la campaña no sujetos alcontrol del viejo régimen
urbano y de su constitución corporativa.
El descubrimiento de las comarcas auríferas y argentíferas en América, el exterminio, esclavización
y soterramiento en las minas de la población aborigen, la conquista y saqueo de las Indias Orientales,
la transformación de Africa en un coto reservado para la caza comercial de pieles-negras, caracterizan
los albores de la era de producción capitalista. Estos procesos idílicos constituyen factores
fundamentales de la acumulación originaria. La colonia aseguraba a las manufacturas en ascenso un
mercado donde colocar sus productos y una acumulación potenciada por el monopolio del mercado.
Los tesoros expoliados fuera de Europa directamente por el saqueo, por la esclavización y las
matanzas con rapiñas, refluían a la metrópoli y se transformaban allí en capital. El sistema colonial
arrojó de un solo golpe todos los viejos ídolos por la borda. Proclamó la producción de plusvalor
como el fin último y único de la humanidad. Aquel sistema fue la cuna de los sistemas modernos de
la deuda pública y del crédito. El sistema proteccionista era un medio artificial de fabricar fabricantes,
de expropiar trabajadores independientes, de capitalizar los medios de produccion y de subsistencia
nacionales, de abreviar por la violencia la transición entre el modo de producción a ntiguo y el
moderno. Los estados europeos se disputaron con furor la patente de este invento, y una vez que
hubieron entrado al servicio de los fabricantes de plusvalor, no sólo esquilmaron al propio pueblo
indirectamente con los aranceles protectores, directamente con primas a la exportación, etcétera para
alcanzar ese objetivo, sino que en los países contiguos dependientes extirparon por la violencia toda
industria, como hizo Inglaterra, por ejemplo, en el caso de la manufactura lanera irlandesa. Sistema
colonial, deudas públicas, impuestos abrumadores, proteccionismo, guerras comerciales, etcétera;
estos vástagos del período manufacturero propiamente dicho experimentaron un crecimiento
gigantesco durante la infancia de la gran industria.
Tendencia histórica de la acumulación capitalista
La propiedad privada del trabajador sobre sus medios de producción es el fundamento de la pequeña
industria, y la pequeña industria es una condición necesaria para el desarrollo de la producción social
y de la libre individualidad del trabajador mismo. Ciertamente, este modo de producción existe
también dentro de la esclavitud, de la servidumbre de la gleba y de otras relaciones de dependencia.
Pero sólo florece, sólo libera toda su energía, sólo conquista la forma clásica adecuada, allí donde el
trabajador es propietario privado libre de sus condiciones de trabajo, manejadas por él mismo: el
campesino, de la tierra que cultiva; el artesano, del instrumento que manipula como un virtuoso.
Este modo de producción supone el parcelamiento del suelo y de los demás medios de producción.
Excluye la concentración de éstos, y también la cooperación, la división del trabajo dentro de los
mismos procesos de producción, el control y la regulación sociales de la naturaleza, el desarrollo libre
de las fuerzas productivas sociales. Su aniquilamiento, la transformación de los medios de producción
individuales y dispersos en socialmente concentrados, y por consiguiente la conversión de la
propiedad raquítica de muchos en propiedad masiva de unos pocos, y por tanto la expropiación que
despoja de la tierra y de los medios de subsistencia e instrumentos de trabajo a la gran masa del
pueblo, esa expropiación terrible y dificultosa de las masas populares, constituye la prehistoria del
capital. Comprende una serie de métodos violentos, de los cuales hemos pasado revista sólo a
aquellos que hicieron época como métodos de la acumulación originaria del capital. La expropiación
de los productores directos se lleva a cabo con el vandalismo más despiadado y bajo el impulso de
las pasiones más infames, sucias y mezquinamente odiosas. La propiedad privada erigida a fuerza de
trabajo propio; fundada, por así decirlo, en la consustanciación entre el individuo laborante
independiente, aislado, y sus condiciones de trabajo, es desplazada por la propiedad privada
capitalista, que reposa en la explotación de trabajo ajeno, aunque formalmente libre. El que debe
ahora ser expropiado no es ya el trabajador que labora por su propia cuenta, sino el capitalista que
explota a muchos trabajadores. Esta expropiación se lleva a cabo por medio de la acción de las propias
leyes inmanentes de la producción capitalista, por medio de la concentración de los capitales. Cada
capitalista liquida a otros muchos. Paralelamente a esta concentración, o a la expropiación de muchos
capitalistas por pocos, se desarrollan en escala cada vez más amplia la forma cooperativa del
proceso laboral, la aplicación tecnológica consciente de la ciencia, la explotación colectiva
planificada de la tierra, la transformación de los medios de trabajo en medios de trabajo que sólo son
utilizables colectivamente, la economización de todos los medios de producción gracias a su uso
como medios de producción colectivos del trabajo social, combinado. Con la disminución constante
en el número de los magnates capitalistas que usurpan y monopolizan todas las ventajas de este
proceso de trastrocamiento, se acrecienta la masa de la miseria, de la opresión, de la servidumbre, de
la degeneración, de la explotación, pero se acrecienta también la rebeldía de la clase obrera, una clase
cuyo número aumenta de manera constante y que es disciplinada, unida y organizada por el
mecanismo mismo del proceso capitalista de producción. El monopolio ejercido por el capital se
convierte en traba del modo de producción que ha florecido con él y bajo él. Suena la hora postrera
de la propiedad privada capitalista. Los expropiadores son expropiados.
El modo capitalista de producción y de apropiación, y por tanto la propiedad privada capitalista, es
la primera negación de la propiedad privada individual, fundada en el trabajo propio. La negación de
la producción capitalista se produce por sí misma, con la necesidad de un proceso natural. Es la
negación de la negación. Ésta restaura la propiedad individual, pero sobre el fundamento de la
conquista alcanzada por la era capitalista: la cooperación de trabajadores libres y su propiedad
colectiva sobre la tierra y sobre los medios de producción producidos por el trabajo mismo.
La transformación de la propiedad privada fragmentaria, fundada sobre el trabajo personal de los
individuos, en propiedad privada capitalista es, naturalmente, un proceso incomparablemente más
prolongado, más duro y dificultoso, que la transformación de la propiedad capitalista, de hecho
fundada ya sobre el manejo social de la producción, en propiedad social. En aquel caso se trataba de
la expropiación de la masa del pueblo por unos pocos usurpadores; aquí se trata de la expropiación
de unos pocos usurpadores por la masa del pueblo.