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Factores Sociales A Considerar en El Sector Pesquero: Introducción
Factores Sociales A Considerar en El Sector Pesquero: Introducción
Factores Sociales A Considerar en El Sector Pesquero: Introducción
INTRODUCCIÓN
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2. Sueldo Garantizado.
Será el que establezca la nueva Ordenanza Laboral de Buques de Arrastre al Fresco.
3. Ajustes y descansos.
Se ajustará cada 15 días, tanto las embarcaciones de turno como las de trabajo al día. Por
cada 15 días de trabajo en la mar, en los barcos de turno, se descansará 3 días.
4. Seguridad Social.
El importe de la Seguridad Social del personal embarcado será abonado con cargos al
Monte Mayor.
5. Vacaciones.
Las vacaciones serán las reglamentarias, debiendo ser disfrutadas, fijándose la fecha de
comienzo de las mismas por acuerdo entre el trabajador y el empresario.
8. Usos y costumbres.
Se respetarán los usos y costumbres por los conceptos de tabaco y «refú» o «pobrea» exis-
tente en la actualidad.
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FACTORES SOCIALES A CONSIDERAR EN EL SECTOR PESQUERO
Conviene tener presente los distintos artes de pesca que se utilizan en nuestra provincia,
el tipo de pesquería de cada puerto, así como los puntos de venta son datos necesarios para
entender el comportamiento y los condicionantes sociales de nuestros hombres del mar.
En Almería capital, la mayoría de la pesca y de los barcos son de arrastre, y en segundo
lugar están los de cerco. A su vez, los barcos de arrastre, se dividen entre los que faenan lejos
de la costa, fundamentalmente en Marruecos, y los barcos de la plataforma continental, o bar-
cos del día, que faenan en la Costa de Almería y en la Isla de Alborán. Los primeros, efectúan
sus ventas en Algeciras o Almería, y los segundos lo hacen en el puerto de Almería.
En Adra, nos encontramos con una flota de cerco, que hace unos años faenaba en las Is-
las Chafarinas, con importantes capturas y su venta se producía en el puerto de Adra. La reali-
dad de estos últimos años ha obligado a desplazarse hacia el levante español, en torno a Castellón
de la Plana, vendiendo sus capturas en esa zona.
El puerto de Roquetas de Mar, es el más pequeño de la provincia en cuanto a barcos de
tonelaje, combinando los barcos de palangre, trasmallos y cerco. Tiene gran importancia la venta
de atún.
Carboneras, que fue un pueblo eminentemente pescador, ha carecido hasta hace unos años,
de puerto pesquero propio, si bien, su actividad principal ha sido la pesca con arte de palangre,
seguida de la de cerco.
Por último, en el puerto de Garrucha, la flota mayoritaria es la de arrastre, faenando en su
caladero principalmente, y algo en la Isla de Alborán, pero vendiendo sus capturas en el puer-
to de Garrucha por la tarde, a diferencia del puerto de Almería.
Otro factor a destacar es la distancia a la que se encuentran los caladeros del puerto
pesquero de origen. Mientras que para el puerto de Almería hay tres horas de navegación y otras
tres de regreso, en Garrucha se encuentran sólo a una hora.
Estas características, hacen que cada puerto tenga sus usos y costumbres. Es difícil encon-
trar dos puertos que sean iguales, bien por el tipo de barcos: arrastre, cerco, palangre, trasmallo;
así como por el tipo de capturas: caballa, jurel, sardina, brótola, pescadilla, rape, salmonete,
calamar, cigala, gamba, quisquilla, carabinero, borazo, pez-espada, atún, etc.
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Esto condiciona el que unos barcos trabajen de día y otros de noche. El que unos puedan
vender por la mañana y otros por la tarde. Hay barcos de gran tonelaje y de pequeño, barcos
de la costa fuera y barcos del día. Todos estos aspectos hacen difícil homogeneizar al sector,
de ahí el fuerte peso que tiene los usos y las costumbres de cada uno.
El hombre de la mar, debido a todos los factores indicados anteriormente, es una persona
aislada de la vida social, familiar y política.
Horario-Jornada
Si bien el conflicto pesquero del año 76, supuso un avance importante para combatir ese
aislamiento histórico de los hombres de la mar, al empezar a regular los turnos, los descansos
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y las vacaciones, las propias características derivadas del sistema de trabajo, hacen difícil romper
este aislamiento. Si una persona se levanta a las tres de la madrugada y regresa a su casa a las
nueve de la noche, poco tiempo le queda para la convivencia. Si por el contrario, se trata de una
persona que trabaja en un barco de la costa fuera y viene a puerto a los quince días, habiendo
pasado esos días en medio del mar, más difícil lo tiene.
Si pensamos en los procesos democráticos vividos en este país en estos años, donde se han
ido sucediendo cada año alguna o algunas consultas, su participación ha sido escasa, ya que la
única forma que le quedaba es el voto por correo, con todas las dificultades que conlleva el
mismo, conociendo el bajo nivel cultural de nuestros pescadores.
Esta misma dificultad se observa desde el punto de vista sindical, a la hora de celebrar
Elecciones Sindicales, a pesar de haber promulgado una normativa específica, acomodada a las
condiciones especiales de su trabajo. Debido a los conflictos pesqueros con Marruecos, no se
pudo desarrollar el proceso de Elecciones Sindicales en Almería, quedando automáticamente
prolongados los mandatos de los delegados elegidos en las últimas elecciones del año 91.
Hábitat
Este aislamiento tiene su continuidad a partir del lugar donde se ubica la vivienda; obser-
vando como en la mayoría de los casos se concentran en barrios cercanos a los puertos, residi-
dos por familias que tienen la actividad pesquera como principal forma de trabajo. Esto hace
del hombre del mar una persona muy cerrada al carecer de puntos de referencia.
La gran ausencia del hombre de la mar de su hogar, por causas del trabajo, hace que la
mujer-esposa, juegue un papel capital en la vida familiar y social. Por una parte se encarga de
la educación de sus hijos y por otra administra la economía de la casa.
También hemos visto a las mujeres de los hombres de la mar, jugar un papel importante
en los conflictos laborales de sus maridos, ya que son ellas las primeras en soportar las condi-
ciones laborales de sus maridos.
La dureza de este trabajo, lleva a extremos de no conocer a sus hijos nacidos hasta después
de algunos días.
La Empresa
Las condiciones de vida dentro del barco es otro factor a destacar, teniendo presente el enve-
jecimiento de una parte de la flota. Así el 35% de los barcos tiene más de 20 años, y su carácter
artesanal, más del 50%. Por lo general, la concepción de la construcción del barco se hace pensando
en el pescado que se va a capturar y la forma en que mejor se puede transportar. Muy pocos
armadores han pensado que el trabajo que se va a desarrollar en esa fábrica (el barco), lo realizan
personas que tienen que comer, dormir, lavarse, hacer sus necesidades y convivir durante días. En
este aspecto, hay una gran diferencia entre un barco de pesca y un mercante.
Hay que decir que no existe el derecho a la intimidad personal.
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Si bien todos estos aspectos son características muy especiales que no se da en ninguna otra
actividad, hay un factor que merece destacar por su importancia y peculiaridad, al estar fuera
de las relaciones contractuales del mundo capitalista industrial. Se trata de la forma de configurar
el salario, en lo que se denomina «sistema a la parte».
Hacía referencia a que cuando en el conflicto del año 76, firmamos «Del Monte Menor se
harán tantas partes como hombres vayan embarcados y dos partes más, para repartir estas dos
entre el personal técnico». Me voy a detener en este punto para explicar con detalle en que
consiste el «sistema a la parte» y que en puertas del año 2.000, se sigue utilizando este siste-
ma, de la época feudal.
Supongamos que un pesquero de arrastre sale a la mar en busca de capturas. En primer
lugar, habría que tener en cuenta que van embarcados 10 trabajadores que componen, en su
totalidad, lo que en términos pesqueros se denomina, la tripulación (un técnico de pesca, un
patrón de altura, un motorista primero, un motorista segundo, un contramaestre, un cocinero y
cuatro marineros). Las horas de trabajo en la mar superan las doce al día, durante un turno de
7 a 10 días.
Regresan a puerto con las capturas conseguidas y después de 4 turnos se inicia el proceso
de retribución del personal.
El barco ha conseguido 1.400.000 pesetas x 4= 5.600.000 pesetas por la captura (monte
mayor o venta bruta). De esta cantidad habrá que descontar el 3,25% que se lleva el vendedor,
el 0,60% que se lleva la Junta del Puerto. El resto 5.384.400 es lo que se llama la «venta libre»
y de ella hay que descontar los gastos (seguridad social, comida, agua, aceite y combustible,
mantenimiento del barco, ácido bórico, sal, nieve, papel, etc...), que podemos suponer 2.284.000
ptas. Quedan 3.100.000 ptas, que habrán de repartirse entre el armador y la tripulación, al 50%.
Por ello, el armador se lleva 1.550.000 ptas. y otras tantas, se sobreentiende deberían llevarse
los tripulantes.
Si se hicieran doce partes (que no se hacen, pues se hacen más), rompiendo el Convenio,
tendríamos 129.167 ptas. de sueldo o parte.
Estamos ante un sistema de cooparticipación desigual.
Cabe la pregunta ¿porqué el 50% y no el 80%.
Si se pesca, se gana. Si no se pesca, no se gana, más que el salario mínimo garantizado
(76.680 ptas.), que no se paga y no lo reclama la mayoría de pescadores.
Con este tipo de remuneración, difícilmente se puede hacer una planificación económica.
El riesgo no es sólo empresarial, sino también de los trabajadores.
Mantener este sistema, debería llevar a que los trabajadores gestionasen el 50% de las
capturas, decidiendo donde se vende, a quien se vende y como se vende.
Así se explica porque en el año 76, los pescadores en sus reivindicaciones pedían que fuera
la Cofradía de Pescadores la encargada de la venta, y que, a su vez, la Cofradía estuviera pre-
sidida por un pescador. En aquellos momentos la Cofradía pretendía representar los intereses
de los armadores y los pescadores, dado el sistema de los repartos. La historia había demostra-
do, que hasta ese momento, los máximos beneficiarios habían sido los armadores. Fue a través
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del Decreto Manaute, como la democracia participativa entró en las Cofradías. Los armadores
se representan a través de sus asociaciones empresariales y los pescadores a través de los sindi-
catos. Se establece un mecanismo para que la presidencia de la Cofradía vaya rotando entre los
armadores y los pescadores.
Cuando los armadores se ven controlados por los pescadores, se produce primero un boi-
cot y después un abandono progresivo de los armadores de la Cofradía.
Las Cofradías
Estudiando los datos ofrecidos por la Dirección Provincial de Trabajo, Seguridad Social y
Asuntos Sociales de Almería, correspondientes al año 1995, nos tiene que hacer reflexionar que
ese año se pagaron a través del I.S.M. 682 pensiones de jubilación, 730 de invalidez y 779 de
viudedad. Yo creo que los números son claros por sí mismos, y demuestran el grado de dureza
de la vida de los hombres de la mar, donde en estos momentos hay más invalideces que pen-
siones de jubilación, y más viudedad que en ninguna otra situación.
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Riesgos Laborales
Podríamos hablar mucho de la seguridad de los hombres del mar, para llegar a la conclu-
sión final que es el sector con el índice más alto de siniestrabilidad.
Cuando hablamos de accidentes, nos referimos a traumatismos graves, cuando no de muerte
o desaparición.
CONCLUSIONES
El tiempo no me permite abordar otros factores sociales de gran importancia, que guar-
dan relación con los hombres de la mar, como son la Sanidad a través del Instituto Social de la
Marina, la enseñanza, los niveles culturales, la vivienda, la droga, etc.
El hombre de la mar, proviene de una familia de pescadores, donde aquellos que han sido
Técnicos de Pesca, han terminado, en un % importante, siendo armadores. Es una profesión en
la que los padres, no desean que sus hijos continúen su ejemplo. La dureza, el aislamiento, las
condiciones laborales, los grandes períodos fuera de casa, y los riesgos, no son factores que
animen a realizar este tipo de trabajo.
En la medida en que disminuya el paro en tierra, cada día habrá menos hombres dispues-
tos a embarcarse.
Llegará el día, si no se modifican los factores señalados, que nuestros barcos no serán tra-
bajados por hombres de nuestra tierra.
Partiendo de la situación conflictiva que se produjo en pleno proceso de transición políti-
ca, en el sector de la pesca de Almería Capital, durante el verano del 76, que permitió acordar
entre armadores y pescadores una serie de medidas de carácter socio-laboral, que siguen hoy
pendientes de su cumplimiento, hemos analizado distintos factores socio-laborales de los puertos
de Adra, Almería, Roquetas de Mar, Garrucha y Carboneras.
Hemos visto, los tipos de barcos que operan en cada puerto, así como los lugares en que
desarrollan su trabajo, y el tipo de pesquería que capturan; llegando a observarse una gran va-
riedad de situaciones que hacen muy difícil homogeneizar el sector.
Hemos constatado que el peso de la actividad económica de la pesca en nuestra provincia,
es cada vez menor, viendo con preocupación que está disminuyendo el número de toneladas
capturadas, el número de puestos de trabajo y falta de una renovación adecuada de nuestra flota.
Entrando en los factores socio-laborales, propiamente dichos, el horario-jornada, obliga a
jornadas de más de 12 horas diarias y diez días sin venir a tierra. Esto es un factor de fuerte
aislamiento con la vida social. El hábitat, es casi un ghetto, sin puntos de referencia donde la
mujer-esposa, juega un papel fundamental llevando el peso de la educación de los hijos y de
la economía de la casa.
La empresa, es el barco, donde lo primero es el pescado, al que se mima, despreocupán-
dose el armador de preparar un lugar digno para el hombre de la mar, sabiendo que debe vivir
en ella durante largos períodos.
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