Consumo Adolescente
Consumo Adolescente
Consumo Adolescente
Departamento de Fisiología
Grado en Farmacia
ALCOHOL Y TABACO
EN ADOLESCENTES:
UN PROBLEMA DE SALUD
Revisión bibliográfica
Aunque en la sociedad estas sustancias estén muy extendidas, nunca se debe incitar a
la población a su consumo ni se debe recomendar el inicio de esta práctica, sobre todo
teniendo en cuenta que la población adolescente está en pleno desarrollo y tendrán
efectos irreversibles sobre ellos.
1. Introducción ......................................................................................................... - 1 -
I. Metabolismo de alcohol................................................................................. - 2 -
3. Metodología ....................................................................................................... - 20 -
5. Conclusiones ....................................................................................................... - 31 -
6. Bibliografía .......................................................................................................... - 32 -
1. Introducción
1. a. Consumo de alcohol y tabaco en la sociedad
El consumo de alcohol en seres humanos se remonta a hace más de 5.000 años. En las
culturas clásicas mediterráneas, las bebidas fermentadas como el vino ó la cerveza
estaban vinculadas a ceremonias religiosas, ya que ponían en contacto con ‘lo divino’. El
ambiente de festividad relacionado a dichas ceremonias hace que el consumo de alcohol
se integre en la sociedad.
En cuanto al consumo de tabaco, fue introducido en Europa por los descubridores del
Nuevo Mundo. La planta del tabaco se utilizaba con fines religiosos, medicinales e
incluso hay referencia de su utilización como alimentos.
Ambas sustancias, estaban relacionadas con actividades propias del rol masculino, sin
embargo, cuando el alcohol o el tabaco han creado adicción y graves problemas de salud
o de relación, la reacción de la sociedad es de rechazo, de considerar a ese hombre débil,
dependiente, que no es capaz de representar lo que su rol le exige.
El alcohol y el tabaco son sustancias psicoactivas, son drogas legales tan asimiladas en
nuestra sociedad, y tan al alcance de todos los individuos que son las más peligrosas, ya
que no se tiene percepción del daño que pueden provocar.
Con estos datos, es evidente que ambas sustancias sean temas de gran relevancia en los
distintos grupos de investigación, para conocer los efectos en el organismo humano ya
sean efectos nocivos, o bien poder desarrollar terapias para reducir la mortalidad.
-1-
1. b. Alcohol durante la adolescencia
Esta revisión bibliográfica trata sobre los adolescentes, por ello tenemos que definir bien
que es la adolescencia, se considera una etapa de desarrollo que abarca desde los 13
hasta los 18 años. En ella ocurren una serie de cambios, desde el punto de vista cognitivo
y biológico como la maduración del sistema nervioso o cambios físicos (desarrollo de los
órganos sexuales, entre otros).
Además, destacamos que casi la mitad de los estudiantes entre 14-18 años (44,5%),
reconocen haber sufrido una intoxicación etílica en el último año, mientras que el 24,3%
se habría emborrachado en el último mes (Rial Boubeta et al., 2018).
I. Metabolismo de alcohol
El alcohol se consume, por vía oral; es una sustancia hidrosoluble y liposoluble, es decir,
que puede difundir a través de los líquidos biológicos produciendo sus efectos a pocos
minutos de haber sido incorporado al organismo. La absorción de etanol se produce
principalmente en el intestino delgado (80%) y en menor parte a través del estómago
(20%), destacaremos que existen distintos factores que afectaran a la biodisponibilidad
del alcohol en el organismo como son (Medranda De Lázaro and Benítez Rubio, 2006):
-2-
- Dosis ingerida.
Figura 1: El alcohol en el organismo. Resumen ilustrado de los distintos órganos que van a
estar implicados en los procesos de absorción y eliminación del alcohol. De esta forma nos
permite tener una idea general del alcohol en el organismo (Imagen modificada de la DGT).
EL etanol será metabolizado principalmente mediante dos rutas: la oxidativa, que tiene
lugar fundamentalmente en el hígado y la no oxidativa que tendrá lugar en tejidos
extrahepáticos (Zakhari, 2013).
-3-
Las células que forman el parénquima del hígado son los hepatocitos. Estas células son
las responsables del metabolismo del etanol ya que en su interior posees tres sistemas
enzimáticos capaces de oxidar el etanol a Acetaldehído (AcH):
Las ADHs tendrán numerosas funciones, entre las que se encuentran el metabolismo
de catecolaminas, eliminación de alcoholes y cetonas generados de forma
endógena, oxidación de ácidos grasos… (Murillo Fuentes, 1999).
En esta revisión, nos interesa como actúa en el hígado, ya que es la principal vía de
oxidación del alcohol. La ADH, se localiza en el citosol, es una enzima que utiliza la
nicotinamida (NAD) como cofactor de la reacción de oxidación de etanol, para poder
obtener el acetaldehído.
-4-
3) Vía de la catalasa
Los hepatocitos expresan unos niveles muy altos de catalasa (CAT), la cual se
encuentra en los peroxisomas, teniendo un papel menos importante en el
metabolismo del alcohol.(Osna et al., 2017)
El producto de la oxidación del etanol, presenta una segunda oxidación hepática cuyo
producto final es el acetato, el cual se incorpora al ciclo de Krebs en forma de acetil-
coenzima A. Dicha reacción, es catalizada por la enzima aldehído- deshidrogenasa
(ALDH), de la cual se conocen dos isoenzimas: una se localiza en el citosol y se activa
cuando la concentración de AcH es elevada (ALDH-1); la otra en las mitocondrias y actúa
en condiciones fisiológicas (ALDH-2) (Sánchez de la Campa Valero, 2017).
-5-
Además de estas vías principales, contamos con otras vías por las cuales se puede
metabolizar el etanol, como, por ejemplo: el etanol puede reaccionar con el ácido
glucurónico para formar etil-glucurónico, pero debido a la poca afinidad que tiene el
etanol con la mayoría de las enzimas que catalizan reacciones de conjugación, esta
reacción está limitada (Cederbaum, 2012)
No todas las vías de metabolismo son enzimáticas, existen vías no enzimáticas por las
que se puede metabolizar el etanol, catalizada por las enzimas ácido graso etil-éster
sintetasas, las cuales se encuentran en la mayoría de los tejidos corporales, pero en
mayor proporción en el hígado y en el páncreas. Cuando se bloquea el metabolismo del
etanol, esta vía se activa transformándolo en productos tóxicos que pueden inhibir la
síntesis del ADN y proteínas (Cederbaum, 2012).
-6-
En los últimos informes del Observatorio Español sobre Drogas 2018, el patrón de
consumo que se recoge es el citado anteriormente como ‘botellón’: consumo
intermitente, en forma de atracones, concentrado en sesiones de pocas horas, asociado
principalmente a las noches de fin de semana. Este patrón iguala el consumo entre
sexos, rejuvenecimiento del perfil de los bebedores abusivos y escasa percepción de
riesgo. Es lo que la literatura anglosajona denomina binge drinking o heavy episodic
drinking (Parada et al., 2011).
-7-
TOTAL 14 AÑOS 15 AÑOS 16 AÑOS 17 AÑOS 18 AÑOS
REALIZADO BOTELLÓN Si NO SI NO SI NO SI NO SI NO SI NO
EMBORRACHADO EN 60.3 14.1 51.3 5.4 53.1 10.4 60.0 16.0 64.9 22.5 66.4 24.1
LOS ULTIMOS 30 DIÁS
BINGE DRINKING EN 72.8 20.4 64.1 9.7 70.4 16.0 72.1 23.6 76.1 29.6 76.1 33.3
LOS ULTIMOS 30 DÍAS
Tabla 1: Prevalencia de consumo de alcohol, extensión del binge drinking y las borracheras en
los últimos 30 días; según hayan realizado o no botellón en los últimos 30 días, según edad (%).
España, 2018. (Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones (OEDA), 2018)
-8-
III. Efectos del alcohol
El consumo de alcohol y sus consecuencias suele estar asociado a los efectos que se
producen a largo plazo, sin embargo estudios recientes revelan que esta sustancia
produce numerosos daños en todos los órganos del cuerpo humano (Gomes de
Figuereido, 2013)
-9-
plasticidad, que indica la capacidad cerebral para acceder al aprendizaje de cosas
nuevas, hace que se creen nuevas conexiones neuronales, que serán cruciales en el
organismo adulto. Por tanto, esto nos lleva a preguntarnos, si los adolescentes son
conscientes de como la ingesta de alcohol afecta en su desarrollo cerebral; la exposición
a niveles tóxicos de alcohol durante la adolescencia produce daños cerebrales
permanentes. El alcohol lesiona específicamente dos áreas del cerebro que durante la
adolescencia presentan cambios importantes (Dillon, 2006).
- 10 -
A corto plazo (efectos agudos) el abuso de alcohol conlleva los siguientes riesgos. Se
puede llegar a la intoxicación etílica, que puede provocar un coma e incluso la muerte.
Favorece conductas de riesgo, ya que el alcohol desinhibe y, además, provoca una falsa
sensación de seguridad. Por ello, está relacionado con accidentes de tráfico y laborales
o con prácticas sexuales de riesgo que pueden llevar a contraer enfermedades de
transmisión sexual y embarazos no deseados.
Teniendo en cuenta que una vez que los adolescentes se inician en la práctica del
consumo de alcohol, a largo plazo (efectos crónicos) el consumo excesivo de alcohol
puede provocar importantes problemas de salud, conflictos familiares y sociales. Estos
efectos pueden presentarse incluso en el caso de personas que no hayan desarrollado
una dependencia y, por tanto, no sean consideradas alcohólicas. Destacan los
siguientes: hipertensión arterial, alteraciones del sueño, gastritis, agresividad, úlcera
gastroduodenal, depresión, cirrosis hepática, disfunciones sexuales, cardiopatías,
deterioro cognitivo, encefalopatías, cáncer… (Ministerio Sanidad y Consumo, 2007).
Consumir tabaco no sólo es un mal hábito, sino que se considera una drogodependencia,
ya que cumple con todos los criterios que definen el consumo de una sustancia como
tal: existencia de una necesidad o compulsión hacia la toma periódica o continuada de
esa sustancia, tolerancia, y síndrome de abstinencia en ausencia de la misma (Pérez Cruz
et al., 2007).
Las distintas sustancias son transportadas hacia los pulmones; principalmente actuarán
sobre el aparato respiratorio, aunque algunas de ellas son absorbidas y pasan a la sangre
desde donde actúan sobre otros tejidos y órganos del cuerpo. Las más destacadas son:
1) Nicotina
La capacidad adictiva de una sustancia depende de lo rápido que pueda producir sus
acciones centrales y lo intensas que éstas sean. En el caso de la nicotina, se distribuye
rápidamente a la sangre y los tejidos, y debido a su alta liposolubilidad podrá atravesar
la barrera hematoencefálica a los pocos segundos de su administración. Cuando se
administra por vía inhalatoria es un modo de administración muy adictivo, ya que, a los
pocos segundos de la administración, aproximadamente de 8 a 10 segundos, llega al
cerebro (Pozuelos Estrada et al., 2000).
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la dopamina, responsables de sensaciones gratas (circuitos de recompensa), el registro
de éstas como agradables, inducirá en el organismo la necesidad de buscar y consumir
la fuente del estímulo; con el paso del tiempo esta necesidad se convierte en adicción
(Sansores et al., 2004).
Figura 5: La nicotina en el organismo. Mecanismo utilizado por esta molécula para causar la
adicción, imagen tomada de NicVAX for Nicotine Addiction.
La nicotina se encuentra entre las sustancias más adictivas conocidas, se conoce que
presenta alta adicción en los modelos animales de administración y que en humanos
puede resultar tan adictiva como la heroína, la cocaína o el alcohol (Pérez Cruz et al.,
2007).
- 13 -
2) Monóxido de carbono
La concentración de este gas en el humo del tabaco es inclusive mayor que en las
emisiones de los automóviles; esto hace que el humo del tabaco sea uno de los
contaminantes más peligrosos que existe (Pérez Cruz et al., 2007).
3) Sustancias irritantes
El humo del tabaco contiene muchas sustancias irritantes como acroleína, fenoles,
peróxido de nitrógeno, ácido cianhídrico, amoníaco… producirán alteraciones en los
mecanismos defensivos del pulmón y favorecerán las infecciones, la aparición de
bronquitis crónica y enfisema pulmonar (Ayuntamiento de Alicante, n.d.)
Estas sustancias, recubrirán los pulmones y alvéolos de los fumadores e impide absorber
oxígeno; dañando además del aparato respiratorio, otros órganos que sufrirán el efecto
de esas sustancias toxicas inductoras de tumores. (Ayuntamiento de Alicante, n.d.)
- 14 -
II) Hábitos de consumo
Gran parte de los adolescentes tienen una tendencia a sentirse inmunes hacia los
problemas que conllevan las adicciones, piensan los problemas que otros experimentan
respecto a las adicciones, no les puede ocurrir. No suelen ver la relación entre la adicción
en el presente y las consecuencias del mañana (AACAP, 2004).
Tabla 3: Prevalencia de los adolescentes andaluces y consumo de tabaco, según año (%).
(Consejería de Igualdad y Políticas Sociales. Junta de Andalucía, 2018)
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A lo largo de 2018, la edad de inicio de los consumidores se retrasó progresivamente un
año, es decir los jóvenes fumadores se inician en esta droga aproximadamente a los 14
años. Pero no todos los datos son positivos, pese a existir campañas anti tabáquicas, dar
a conocer los riesgos que conlleva el consumo de esta sustancia y la subida del precio
por parte del gobierno… en el último año, empezaron a fumar algo más de 205.000
estudiantes de enseñanzas secundarias, siendo mayor la proporción entre las chicas.
(Ministerio de Sanidad, ESTUDES 2018).
Es indiscutible el derecho que tienen las mujeres a participar en todos los órdenes de la
vida en las mismas condiciones que los varones, pero hubiera sido deseable que
respecto al inicio y mantenimiento del consumo de tabaco hubieran permanecido al
margen; ya que como se comentó anteriormente, el consumo de tabaco estaba ligado
a las actividades del rol masculino (De Irala and Martínez, 2001).
Recalcamos, que cuanto menor es la edad de inicio del consumo del tabaco, mayor es la
probabilidad de que se transformen en consumidores habituales y el abandono del
hábito resulta más difícil (Martín Suárez et al., 2015).
En cuanto al número de cigarrillos de tabaco consumidos al día por término medio, los
chicos fuman mayor cantidad (6,5 cigarrillos) que las chicas (5,5 cigarrillos), entre las
mujeres está más extendido el consumo de cigarrillos de cajetilla (40,4% frente 32,4%
de ellos) y entre los hombres, tanto el de cajetilla como el tabaco de liar (53,4% frente a
45,55% de ellas). Por edades es más común fumar cigarrillos de ambos tipos, con
independencia de la edad analizada (Ministerio de Sanidad, ESTUDES 2018).
En los últimos años, ha alcanzado popularidad una vieja forma de consumo de tabaco
entre los jóvenes, la pipa de agua (también conocida como cachimba, shisha o el
narguile). Es un utensilio para fumar que enfría y filtra el humo pasándolo a través de
una cantidad de agua. Se trata de una práctica muy extendida en los países árabes, cuyo
consumo está aumentando en los últimos años en las sociedades occidentales, gracias
a la proliferación de los bares y restaurantes en los que se puede fumar en pipa o
cachimba, muy populares sobre todo entre los jóvenes y adolescentes. Sus
consecuencias son similares a las del consumo de cigarrillos, además de un riesgo
añadido de infección.
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Se tiene la falsa creencia de que es menos nocivo que los pitillos, que es menos irritante
para la garganta y el tracto respiratorio, porque el agua que forma parte de su
mecanismo filtra las sustancias nocivas y el tabaco está aromatizado con esencias
frutales y por ello se piensa que es una opción sana (Fernández and Vivas, 2016)
EDADES SEXO
CIGARRILLOS
TOTAL 14 15 16 17 18 H M
ELECTRONICOS (CE)
CE con Nicotina 11.3 6.7 9.0 11.4 15.3 16.0 9.4 13
CE SIN nicotina 67.1 77.8 71.4 66.3 59.0 58.7 71.5 62.2
Consumo ambos 21.6 15.5 19.7 22.2 25.7 25.3 19.1 24.3
En los efectos del alcohol, comentados durante esta revisión, hacíamos referencia a los
daños que puede sufrir el cerebro del adolescente al exponerse a sustancias
psicoactivas. En el caso del tabaco, los adolescentes fumadores tendrán la falsa
sensación de saber controlar el consumo, es decir, son capaces de ‘dosificarla’ y así
evitar el síndrome de abstinencia que se produce al dejar de consumir esta sustancia.
Esté se caracteriza por: irritabilidad, ansiedad, deseos por la droga (craving), déficit
cognitivo, trastornos del sueño y del apetito, impaciencia e intranquilidad, que
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comienzan pocas horas después de haber dejado de fumar, ocurre porque la nicotina,
actuará como reforzador positivo directo obligando a la persona a volver a consumir la
sustancia (NIDA, 2010).
La mayor parte de los efectos del tabaco en la salud de los fumadores, no son visibles
hasta que transcurre el tiempo, por ello los fumadores tienden a pensar que el tabaco
no les perjudica. Sus manifestaciones principales ‘inmediatas’:
- Tos.
- Mareos y náuseas.
- Irritación de la garganta y los ojos.
- Fatiga, reducción de la capacidad física.
- Mal aliento.
- Pérdida de olfato y gusto.
Fumar provoca obstrucción leve de las vías respiratorias, disminución y desarrollo tardío
de la función pulmonar. La frecuencia cardíaca en reposo de los jóvenes adultos (siendo
fumadores desde adolescentes) es de dos a tres latidos más rápida por minuto que la de
los no fumadores; y se ha demostrado que se pueden detectar los primeros signos de
enfermedad cardíaca y de accidente cerebrovascular en los jóvenes fumadores
(Ministerio Sanidad y Consumo, 2007).
Además, los daños que serán ocasionados por los componentes del tabaco (Figura 4),
destacamos el efecto patológico del monóxido de carbono, al generar en el organismo
condiciones de hipoxia puede dañar órganos como: el corazón, el cerebro (provoca
cansancio, disminución de la agilidad y de la concentración mental) y los pulmones.
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Figura 7: Los daños que se ocasionan en el organismo en función de los componentes de
los cigarrillos. Imagen tomada de Google
El consumo de tabaco a largo plazo, debido a que entre sus componentes se encuentran
sustancias químicas cancerígenas: la cavidad bucal y otros órganos (riñones, la vejiga y
el útero y los ovarios en las mujeres) sufren los efectos de estas toxinas producen;
provoca diversos tipos de cáncer y enfermedades crónicas como cáncer de pulmón,
cáncer gástrico, accidente cerebrovascular y enfermedad coronaria.
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2. Objetivos de la revisión
El consumo de sustancias psicoactivas como el tabaco y alcohol en adolescentes es un
problema que está presente en la actualidad. Estas sustancias están tan incorporadas
en nuestra vida cotidiana que los adolescentes están asumiendo cada vez más riesgos
con respecto al consumo de sustancias, es decir, la drogodependencia juvenil es un
problema real que está en auge. En esta revisión los principales objetivos son:
Principalmente, hay que ratificar que el consumo de alcohol y tabaco por parte de los
adolescentes es un problema de salud, ya que los adolescentes no son conscientes del
daño que producen.
Y finalmente, y creo que puede ser la más universal es: concienciar a los jóvenes que el
uso inadecuado de estas sustancias, es perjudicial, aunque los efectos no sean visibles a
corto plazo, hacerles ver que son drogas y que están socialmente aceptadas, pero es
necesario hacer un uso responsable del consumo de alcohol y en su defecto como es el
caso del tabaco, evitar su consumo tanto de forma activa como pasiva.
3. Metodología
Para la elaboración de esta revisión bibliográfica sobre el alcohol y tabaco en
adolescentes, se han utilizado diferentes fuentes de información en las que se incluyen
bases de datos, libros, artículos científicos, portales de búsqueda en internet, etc.
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mediante el motor de búsqueda Pubmed, además se utilizaron otras bases de datos
como Google Académico.
Además, se extrajo información de páginas complementarias como la página oficial de
la Organización Mundial de la Salud (WHO), o el Instituto Nacional del Abuso del Alcohol
Alcoholismo (NIAAA), en las cuales también se encuentran referencias a artículos de
interés que fueron posteriormente utilizados para la realización de esta revisión.
También fueron utilizados en este estudio varios TFG y artículos publicados por el grupo
de investigación CTS 193 “Implicación del balance oxidativo en la salud: Alcoholismo y
síndrome metabólico”
Se han utilizado documentos bibliográficos tanto en español como en inglés, por lo que
para su mayor entendimiento se han utilizado diccionarios online como WordReference.
En cuanto a las figuras y tablas hay que destacar que la gran mayoría de las tablas son
de elaboración propia, o adaptadas de artículos, y diseñadas basándose en información
contenida en libros y bases de datos anteriormente mencionadas. La mayoría de las
figuras, en cambio, han sido tomadas de Google imágenes o de libros o artículos.
Por último, destacar que todos los artículos, revistas, libros e información utilizada de
páginas web constituyen la bibliografía de este trabajo. Para la elaboración de la
bibliografía, se ha seguido las especificaciones de las normas de Vancouver,
ordenándolas de forma alfabética.
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4. Resultados y discusión
4. a. Estudio del consumo de alcohol y tabaco por parte de los adolescentes durante
el fin de semana y fiestas.
Dentro de este apartado expondremos la información encontrada sobre el consumo de
alcohol y tabaco de forma conjunta en adolescentes durante el fin de semana y fiestas,
ya que anteriormente, hemos explicado cada sustancia de forma individual.
Habiendo analizado los hábitos de consumo de los adolescentes, tenemos que definir
un término: ‘policonsumo’ consiste en el consumo de dos o más tipos de sustancias,
mezcladas o consumidas alternativamente, buscando sus diferentes efectos, o bien
buscando una combinación de estos. Según Encuesta sobre Uso de Drogas en
Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES, 2018); algo más de la mitad (50,2%) de
los estudiantes de 14 a 18 años ha realizado policonsumo alguna vez en su vida, siendo
un 18,3% los estudiantes que jamás han consumido ninguna droga legal o ilegal.
45
40
35
Ninguna sustancia
30
Una sola sustancia
25
Dos sustancias
20
Tres sustancias
15
10 Cuatro o más sustancias
5
0
2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019
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En la figura 8, podemos comparar la evolución del policonsumo por parte de los jóvenes
españoles desde 2014, los jóvenes no consumen únicamente una sustancia, observamos
como tendencia en auge con el consumo de dos o más sustancia.
En relación con el policonsumo de alcohol y tabaco, existe una interacción entre las dos
drogas. El tabaco es un factor de riesgo para el alcoholismo, y el consumo de alcohol
actúa como factor de riesgo para convertirse en fumador (Lajtha and Sershen, 2010) ya
que el consumo de alcohol aumenta la velocidad con la que el cuerpo descompone la
nicotina permaneciendo esta menos tiempo en el organismo, lo que puede ocasionar
que aumente el número de cigarrillos consumidos; esta circunstancia hace que en el
momento de querer dejar de fumar, el consumo de alcohol hará que sea más difícil (Jara-
rizzo et al., 2019)
Existen estudios, los cuales determinan que el alcohol y el tabaco son consideradas por
ciertos adolescentes como vías de escape o necesarias en ciertos aspectos con relación
a su vida, es decir situaciones que pueden traer implícitas estrés, ansiedad o incluso de
elevada incertidumbre ante la mínima complicación. El uso continuado de las drogas
altera numerosos mecanismos de acción del organismo, la repercusión en los jóvenes
se traduciría como un deterioro de su calidad de vida, lentamente van produciendo
- 23 -
daños a sus sistemas psicofisiológicos y conductuales, en distintas áreas de su vida sin
ser conscientes de ello (Salazar et al., 2004).
RIESGO CARDIOVASCULAR
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Consumen Alcohol Consumen Tabaco Consumen ambas
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Observando los datos podemos deducir que los adolescentes que consumen tabaco
diariamente tendrán mayor riesgo cardiovascular que aquellos que no fuman, aunque
se muestra que el riesgo es bajo. En menor medida podemos observar este efecto sobre
los adolescentes que consumen alcohol en forma de binge drinking, aunque existe parte
de la población cuyo riesgo es elevado. Administrando estas sustancias psicoactivas en
los adolescentes, el riesgo cardio vascular aumenta considerablemente.
En esta revisión explicábamos los mecanismos de acción mediante el cual el cerebro del
adolescente podría verse dañado por el consumo de drogas legales, según la
investigación realizada por Ruiz Aranda et al., 2006; las personas que tengan más
desarrolladas la inteligencia emocional (IE), que describe las capacidades y habilidades
psicológicas que implican los sentimientos, entendimiento, control, modificaciones de
las emociones propias y ajenas; no recurrirán al consumo de drogas para regular sus
estados emocionales negativos, mientras que las personas con menos habilidades
emocionales tendrán más dificultades para afrontar sus emociones en su vida cotidiana
y un peor ajuste psicológico.
Esta línea de investigación es bastante interesante los adolescentes con bajos niveles de
IE presentan mayores niveles de impulsividad y un menor manejo emocional, lo cual
aumenta el riesgo de consumo de sustancias adictivas. En el estudio realizado por
Cardila and Mercader, 2015; se han obtenido cifras de impulsividad que resultan más
altas en aquellos estudiantes que declaran fumar o haber fumado y/o son consumidores
de alcohol. Diferentes estudios han mostrado que los consumidores de sustancias
adictivas tienen una menor capacidad para conocer e interpretar el significado de sus
emociones, así como una menor habilidad para expresar sus emociones y para
empatizar con los sentimientos de los demás (Ciarrochi, Forgas y Mayer, 2001).
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PERFILES DE INTELIGENCIA EMOCIONAL
28
27
26 Fumador
25 No fumador
24 Alcohol
23 No consumidor
22
Atención Claridad Reparación
Figura 10: Perfiles de inteligencia emocional en función del consumo de alcohol o tabaco
(Grafico modificado de Ruiz Aranda et al., 2006).
En esta grafica analizamos el perfil de los adolescentes que nunca han fumado presentan
una menor atención a sus emociones con respectos a los fumadores. Asimismo, los
alumnos que nunca han fumado tienen una mayor capacidad percibida para regular sus
emociones que aquellos que fuman actualmente. Del mismo modo, los adolescentes
que nunca han fumado en el último mes tienen una mejor regulación emocional que los
que han fumado diariamente en los últimos treinta días. Con relación al consumo de
alcohol, los alumnos que afirman no consumir alcohol creen prestar atención a sus
emociones en menor medida e informan de una mayor capacidad percibida para
manejar sus estados emocionales que los que consumen. Los adolescentes que afirman
haberse emborrachado alguna vez muestran una menor reparación emocional que los
adolescentes que informan no haberse emborrachado nunca.
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Para cerrar este punto, en España, las drogas más consumidas por los adolescentes
siguen siendo el alcohol y el tabaco con tasas del 81,9% y el 35,3% respectivamente. La
tendencia con respecto a años anteriores se mantiene estable, aunque aumenta la
frecuencia de embriaguez. En el caso del tabaco el consumo experimental ha
aumentado y se mantiene el consumo diario. A estas dos sustancias le sigue en
frecuencia el consumo de cannabis con una tasa del 26,6%.; el uso del resto de
sustancias (cocaína, éxtasis, alucinógenos, anfetaminas, sustancias volátiles, heroína)
tiene una menor prevalencia en este intervalo de edad. Aun así, las prevalencias siguen
siendo preocupantes y nos lleva a plantearnos el siguiente punto de estudio de la
revisión (OEDA, 2018).
Los estudios sobre drogas tendrán en cuenta la respuesta farmacológica de las drogas,
así como las relaciones psicosociales, de los que están involucrados en ellas; es decir, el
consumo de drogas genera unos efectos en el ser humano, ocasionan alteraciones
químicas cerebrales y como consecuencia, alteraran el estilo de vida del consumidor.
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El consumo de drogas no es solo una cuestión de salud, es evidente que afecta a los
ámbitos personales, sociales y económicos. En el campo de las adicciones, uno de los
factores más importantes para tener en cuenta es: el factor económico. Según el
estudio realizado por Díaz Geada et al., 2018 demostró que el consumo de alcohol,
tabaco y cannabis aumentaba con la edad así, como la disponibilidad económica. Pues,
conociendo la disponibilidad económica entre otros, se pueden analizar los patrones de
consumo de los adolescentes, por tanto, esto nos permite identificar a los individuos
más vulnerables de modo que podamos poner en marcha planes preventivos.
El consumo de cannabis se asocia con un aumento del riesgo de padecer trastornos del
comportamiento y psicosis. Este riesgo aumenta cuanta mayor frecuencia de consumo
y mayor potencia del cannabis utilizado. También es mayor cuanto más temprano es el
consumo, de manera que es cuatro veces mayor si se inicia a los 15 años (actual edad
media de inicio en el consumo en España) que si se hace a los 26 años. Se estima que
hasta el 8% de la incidencia de esquizofrenia en la población podría estar relacionada
con el consumo de cannabis en jóvenes (Volkow et al., 2016) . Incluso se ha demostrado
que el consumo de cannabis de manera únicamente puntual puede producir cambios
estructurales y cognitivos en el cerebro de los adolescentes (Orr et al., 2019).
En España, según los datos epidemiológicos recogidos por las encuestas EDADES 2013 Y
ESTUDES 2012, la probabilidad de consumir tabaco, cannabis y alcohol se inicia en la
adolescencia. El consumo de estas sustancias (alcohol, cannabis, tabaco) se incrementa
cuando se consume también alguna de las otras dos. La probabilidad de consumir
cannabis si se fuma tabaco se multiplica por 2,8 entre la población escolar.
En la encuesta ESTUDES 2018, El 87,1% de los consumidores de cannabis han consumido
cannabis mezclado con tabaco, siendo esta cifra mayor que en 2016 (82,4%). Analizando
el consumo de tabaco en función del consumo de cannabis, vemos que tan sólo el 1,4%
de los estudiantes que nunca ha fumado cannabis, dice haber consumido tabaco a
diario, mientras que, aproximadamente 1 de cada 3 estudiantes que sí lo han
consumido, ha fumado a diario durante el último mes.
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Nunca ha fumado cannabis
Figura 11: Consumo de cannabis según el consumo diario de tabaco. Prevalencia del
consumo de tabaco a diario entre los estudiantes de Enseñanzas Secundarias de 14-18 años
según su consumo de cannabis alguna vez en la vida, últimos 12 meses y 30 días (%). España,
ESTUDES, 2018.
Para poder evaluar el consumo de cannabis se utiliza la escala CAST (Cannabis Abuse
Screening Test) es un instrumento de cribado que consiste en 6 preguntas que buscan
identificar patrones o conductas de riesgo asociadas al consumo de cannabis en el
último año. Aquellos con una puntuación de 4 o más se califican como posibles
consumidores problemáticos.
Los consumidores de cannabis clasificados como “problemáticos” registran asimismo
una mayor prevalencia del consumo abusivo de alcohol, ya que 7 de cada 10 han sufrido
una intoxicación etílica aguda en el último mes, proporción notablemente superior que
la obtenida entre la totalidad de estudiantes de enseñanzas secundarias (24,3%). La
prevalencia de las borracheras entre los consumidores con una puntuación en la escala
CAST <4 también es elevada, duplicando la que registran el total de estudiantes (52,6%).
Por otro lado, el 76,7% de los consumidores problemáticos de cannabis ha realizado
binge drinking en el último mes, descendiendo esta cifra hasta un 61,7% en el caso de
los consumidores con una puntuación en la escala CAST <4. Para ambos grupos la
prevalencia de la realización de binge drinking en el último mes es bastante más alta que
para el total de los estudiantes de 14 a 18 años (32,3%).
- 29 -
Clasificación CAST de los consumidores
Total de de cannabis en los últimos 12 meses
estudiantes ESO Consumidores Consumidores con
problemáticos una puntuación
de 14-18 años
(Cast <4)
Se ha emborrachado 24,3 72 52,6
en los últimos 30 días
Ha hecho binge
drinking en los 32,3 76,7 61,7
últimos 30 días
Tabla 5: Prevalencia de borracheras y binge drinking en los últimos 30 días entre el total de los
estudiantes de Enseñanzas Secundarias de 14-18 años y según la clasificación de los estudiantes
en la escala CAST (%) (ESTUDES, 2018).
Con independencia de la sustancia ilegal a la que nos refiramos, vemos que, el consumo
de todas ellas esta más extendido en aquellos alumnos que han hecho binge drinking y
que se han emborrachado en los últimos 30 días.
Consumo de Cannabis
No binge drinking
Emborrachado
No emborrachado
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50
Figura 12: Consumo de cannabis y alcohol. Prevalencia del consumo de drogas (cannabis) en
los últimos 30 días entre los estudiantes de Enseñanza obligatoria de 14-18 años, según hayan
consumido alcohol o no en el mismo periodo (%) (Adaptación tabla 70, ESTUDES 2018)
- 30 -
5. Conclusiones
1. El alcohol y el tabaco son un problema de salud, que producirán en los
adolescentes alteraciones irreversibles y nocivas para su futuro desarrollo en la
vida adulta.
2. Actualmente, nadie pone en duda el efecto negativo que el consumo de tabaco
tiene sobre la salud y, en concreto, sobre el riesgo cardiovascular.
3. Aunque el consumo diario de alcohol es considerado peligroso por la mitad de
los estudiantes, hay que seguir investigando sobre los efectos del binge drinking
a corto plazo.
4. La percepción de riesgo de los adolescentes con respecto al consumo de
Cannabis ha disminuido. Los adolescentes han aumentado el consumo de esta
sustancia, sin tener en cuenta las alteraciones cerebrales que ocasiona el
consumo de esta. Por tanto, sería conveniente promover campañas de
concienciación real, para que los adolescentes sepan cuales son las
consecuencias de sus actos.
5. Finalmente, existe una relación adictiva entre el consumo de estas tres
sustancias (alcohol, tabaco y cannabis) y el daño que producen en los
adolescentes, así como, en el entorno que les rodea.
Conclusión final: Concienciar a la población sobre los efectos nocivos de estas sustancias
sobre los adolescentes, asumir la responsabilidad como farmacéuticos de promover y
promocionar la salud de los adolescentes implicándonos en su educación, así como
ayudarles a que tengan una percepción real sobre los efectos de ambas sustancias.
- 31 -
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