Comprender Los Evangelios - Vicente Balaguer
Comprender Los Evangelios - Vicente Balaguer
Comprender Los Evangelios - Vicente Balaguer
VICENTE BALAGUER
(Coordinador)
COMPRENDER
LOS EVANGELIOS
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lil
Primera edición: Abril 2005 Índice
© 2005. Vicente Balaguer (Coord.)
Ediciones Universidad de Navarra, S.A. (EUNSA)
Plaza de los Sauces, 1 y 2. 31010 Barañáin (Navarra) - España
Teléfono: + 34 948 25 68 50 - Fax: + 34 948 25 68 54
e-mail: eunsa@cin.es
ISBN: 84-313-2279-9
Depósito legal: NA 1.117-2005
1, distribución, co-
,rización escrita
·utiva de deli- 1. INTRODUCCIÓN
L Vicente Balagtter
POR QUÉ ESTOS TEMAS Y NO OTROS . 14
Los TEMAS QUE LO COMPONEN .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. . .. .. . .. .. .. .. .. .. .. . .. 15
2. EL CAMINO CRÍTICO
jttan Chapa
INTRODUCCIÓN 25
Historia y fe ·········································································· 25
Necesidad de la investigación histórica . 26
1. LA INVESTIGACIÓN SOBRE EL CARÁCTER HISTÓRICO DE LOS EVAN-
GELIOS 28
l. l.Los precedentes .. .. .. .. .. .. 29
1.2. El optimismo positivista . 31
1.3. La crítica de la primera mitad del siglo XX . 32
1.4. La reacción de mitad de siglo: la «crítica de las formas» 33
1.5. El giro actual . 34
Tratamiento: 1.5.1. Fuentes judías . 35
PRETEXTO. Estafeta, 60. 31001 Pamplona 1.5.2. Fuentes grecorromanas . 36
Imprime: 1. 5. 3. Literatura apócrifa . 36
IMAGRAF, S.L. Murilva Baja (Navarra) 1.5 .4. Descubrimientos arqueológicos . 37
Printed in Spain - Impreso en España 1.6. Recapitulación . 38
8 Comprender los Evangelios Índice 9
3.1. Primera parte: Ministerio de Jesús en Galilea . 130 8. EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN
3.2. Segunda parte: Ministerio camino de Jerusalén y en Jeru- Juan Chapa
salén . 131
l. AUTOR, FECHA Y LUGAR DE COMPOSICIÓN . 160
4. CONTENIDOS PRINCIPALES . 132
l. l. Fecha de composición . 163
4.1. Jesucristo . 132
1.2. Lugar de composición . 167
4.2. Los discípulos . 134
2. CARACTERÍSTICAS LITERARIAS Y TEOLÓGICAS . 167
2. l. Lengua y estilo . 167
7. EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 2.2. Composición y edición . 168
Juan Luis Caballero 2.3. Finalidad del escrito y comparación con los sinópticos .. 171
2.4. Niveles de comprensión ._. . 174
l. AUTOR, LUGAR Y FECHA DE COMPOSICIÓN . 139
3. ESTRUCTURA . 177
1.1. Autor . 139
3.1. Prólogo . 177
1.2. Lugar . 141
3.2. Primera Parte: Manifestación de Jesús como el Mesías,
1.3. Fecha de composición : . 142
mediante sus signos y palabras . 177
2. CARACTERÍSTICAS LITERARIAS Y TEOLÓGICAS . 142 3.3. Segunda Parte: Manifestación de Jesús como el Mesías,
2 .1. Estilo literario . 142 Hijo de Dios, en su pasión, muerte y resurrección . 178
2. l. l. Fidelidad a las fuentes . 144
4. CONTENIDOS PRINCIPALES . 180
2.1.2. El discípulo de Cristo . 144
4.1. La revelación de Dios . 180
2.2. Características teológicas . 146
4.2. El conocimiento de Dios: la fe y el amor . 182
2.2.1. La historia y la historia de la salvación . 146
4.3. La Iglesia . 184
2.2.2. El lugar de la Ciudad Santa . 147
4.4. La Virgen Santa María . 185
2.2.3. Conclusión . 147
3. ESTRUCTURA DEL EVANGELIO . 148
3. l. Presentación . 148 9. UNOS EJEMPLOS
3.2. Primera Parte: Ministerio de Jesús en Galilea . 149 juan Luis Caballero
3.3. Segunda Parce: Ministerio en la subida a Jerusalén . 149
INTRODUCCIÓN 189
3.4. Tercera Parte: Ministerio en Jerusalén . 150
1. LA VOCACIÓN DE MATEO Y LA COMIDA CON PUBLICANOS . 190
4. CONTENIDOS PRINCIPALES DEL EVANGELIO . 150
l. l. Análisis de las formas . 191
4.1. Jesús, Profeta, Salvador y Señor, modelo del discípulo . 150
1.2. Análisis histórico . 192
4.1.1. Profeta, Salvador y Señor . 150
1.3. Análisis de la redacción . 195
4.1.2. Jesús, el «hombre nuevo», modelo del discípulo .. 152
1.3.1. Marcos . 196
4.2. La universalidad de la salvación . 155
1.3.2. Mateo . 196
4.3. Santa María Virgen . 156
1.3.3. Lucas . 198
2. El BAUTISMO DE JESÚS EN EL JORDÁN 200
2.1. Examen histórico 201
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de los Evangelios, al tiempo que se daba razón de los contenidos mo que tiende a afirmar que los evangelistas no cuentan lo que
expuestos en la Constitución Dogmática Dei Verbum, n. 18, cuando hizo o dijo Jesús sino que muestran la imagen -mitificada, decían
afirma la inspiración de estos textos sagrados, su historicidad y su los ilustrados- que de Él nos trasmitió la primera comunidad cris-
capacidad para ser fundamento de la fe en Cristo: tiana. En otras palabras, los Evangelios, según dicen ellos, no nos
hablan del Jesús de la historia sino del Cristo de la fe. Se puede
«Entre todas las Escrituras, incluso del Nuevo Testamento, los
afirmar que el empeño principal de la investigación católica sobre
Evangelios ocupan, con razón, el lugar preeminente, puesto que son
los Evangelios en el siglo XX se ha dirigido sobre todo a mostrar
el testimonio principal de la vida y doctrina del Verbo Encarnado,
nuestro Salvador. La Iglesia siempre y en todas parces ha defendido y que este binomio no es de opuestos, sino de complementos, y que
defiende que los cuatro Evangelios tienen origen apostólico. Pues lo un estudio atento, racional y metódico, de las circunstancias de la
que los apóstoles predicaron por mandato de Cristo, luego, bajo la primera comunidad cristiana, y de los Evangelios, nos lleva a con-
inspiración del Espíritu Santo, ellos mismos y los varones apostólicos cluir que el Jesús de la historia es el mismo que el Cristo de la fe.
nos lo transmitieron por escrito, como fundamento de la fe, es decir, Además, de esa investigación se ha derivado un mejor conocimien-
el Evangelio en cuatro redacciones, según Mateo, Marcos, Lucas y to para entender y leer los Evangelios. Esto es lo que, paso a paso,
Juan». se intentará mostrar en estas páginas.
Cada capítulo de este libro responde, o ha querido responder, a El primer tema lo hemos titulado «El camino crítico» y lo des-
una pregunta, a lo que nos ha parecido una cuestión de actualidad. arrolla Juan Chapa, profesor de Orígenes del Cristianismo y de
Sin embargo, hay un motivo de fondo común a todos que no es otro Nuevo Testamento en la Facultad de Teología de la Universidad de
que el que intenta contestar a la pregunta: ¿cómo se pueden leer y Navarra. El punto de partida -la razón de actualidad- es el si-
comprender los Evangelios, ahora? Es claro que un cristiano lee los guiente. En los últimos diez o quince años han aparecido en el
Evangelios como testimonios históricos de la vida y obra de Jesús y mercado editorial muchos libros que podrían englobarse bajo el tí-
también que los lee en la Iglesia y en la Tradición de la Iglesia. En tulo de «Vidas de Jesús». En algunas ocasiones nos encontramos
esto coincidimos con la gran Tradición, con la lectura que han he- ante publicaciones que buscan el escándalo o el éxito editorial,
cho por ejemplo San Agustín o Santo Tomás de Aquino. pero también es habitual descubrir obras de prestigiosos investiga-
Sin embargo, aunque confesamos la misma fe que los Padres y dores, católicos -J. Gnilka, J .M. Casciaro, J. Meier, R. Schnacken-
Doctores de la Iglesia -y no sólo eso, sino que nos servimos de sus burg, R. Penna, R. Brown, A. Puig, etc.- o protestantes -G.
lecturas como una clave a la hora de hacer las nuestras-, nosotros Theissen, J. Schlosser, B. Witherington, etc.-, que, con un examen
no estamos en el mismo lugar que ellos. Si Orígenes tuvo que res- sereno de las fuentes, son capaces de componer una vida de Cristo
ponder a Celso, que afirmaba que los milagros eran embustes y los basada en los Evangelios y en los documentos de la época. Es ver-
Evangelios se contradecían entre sí, un lector culto actual debe po- dad que en este trabajo los investigadores deciden a menudo lo que
der responder además a la sospecha introducida con el racionalis- consideran obra de Jesús y lo que consideran que es una explica-
.•.....
ción de la primera comunidad cristiana, y también es verdad que positivos que se han derivado de la investigación crítica realizada
en ocasiones algunos se quedan cortos en sus conclusiones, y dejan sobre los Evangelios en los dos últimos siglos. Esta investigación
de lado aspectos importantes, por considerar que no vienen de Je- ha permitido descubrir con relativa claridad que los Evangelios
sús sino de la primera comunidad. hay que leerlos como lo que son. Y los Evangelios no son solamen-
Una discusión más puntual tendría que analizar detalladamen- te unos relatos sobre Jesús, sino que son una proclamación sobre
te cada uno de estos libros, pero, en su conjunto, la aparición de es- Jesucristo según el testimonio de la predicación apostólica. Es de-
tas obras era bastante impensable en las décadas anteriores, es de- cir, son relatos de las obras y las palabras de Jesús, pero relatos que
cir, entre 1960 y 1990. Las recientes vidas de Jesús en forma de son también enseñanza, catequesis. Los Evangelios tienen inscrita
biografías escritas por especialistas ponen de manifiesto que en la la enseñanza, porque reproducen la predicación apostólica que, ob-
investigación de los Evangelios y de la vida de Jesús estamos en un viamente, con su memoria de Jesucristo y de sus acciones, preten-
momento optimista: la arqueología, el mejor conocimiento del ju- día evangelizar.
daísmo, de la religión y del ambiente de Palestina en el siglo I han La cuestión se puede ver también desde otro punto de vista. A
hecho evidente que es posible verificar históricamente lo que se veces, ante la lectura de un pasaje evangélico, nos podemos pre-
cuenta en los Evangelios. guntar: «Los relatos de los Evangelios, ¿son historia con doctrina,
Sin embargo, para entender estas circunstancias del momento doctrina revestida de historia, historia en bruto?». Veamos un
presente hay que recorrer el camino trazado por la investigación ejemplo. Acudimos al pasaje del ciego de Betsaida, tal como lo re-
sobre Jesús y los Evangelios en los dos últimos siglos: desde los coge San Marcos (Me 8,22-26). Más de una vez habremos oído en
inicios de esta investigación, cuando, a finales del siglo XVIII, se la predicación -y lo habremos leído también en las notas bíblicas
pone en duda la tradición recibida, y se quiere reescribir la historia correspondientes al pasaje- que este episodio, situado inmediata-
de Jesús; pasando por el segundo momento, durante la primera mente antes de la confesión de San Pedro en Cesarea de Filipo (Me
8,27-30), resume el itinerario de la fe del apóstol hasta ese mo-
mitad del siglo XX, cuando se desconfió de la posibilidad de cono-
mento: desde que le presentan al Señor hasta que le confiesa como
cer con certeza a Jesús y, por tanto, se dudó de la capacidad de es-
Mesías. Este itinerario pasa desde no ver nada, a ver algo (Me
cribir una « Vida de Jesús»; hasta el momento presente, donde tal
8,23), hombres como árboles pero que andan (Me 8,24), para, fi-
posibilidad se ve confirmada. Son muchos los contenidos que ha-
nalmente, ver todo perfectamente, apreciando con claridad incluso
bría que convocar en este tema. El capítulo se detendrá, sobre
las cosas que están lejos (Me 8,25). La predicación, o las notas de la
todo, en dos motivos que pueden servir para situar mejor al lector
Biblia, habrá hecho notar asimismo que ése no es sólo el itinerario
de los Evangelios. Son:
de Pedro, sino que es el itinerario de la fe de todo cristiano.
1. Las diversas fases que ha atravesado la investigación sobre
Lo dicho para este episodio vale para casi todos los pasajes de
Jesús en los dos últimos siglos.
los Evangelios sinópticos. Puede pensarse por ejemplo en la narra-
2. Los criterios de investigación que se utilizan para mostrar la ción de la Última Cena en los dos primeros Evangelios: el relato se
historicidad de lo relatado en los Evangelios. parece más a los textos de la consagración recogidos en las Plega-
El segundo tema lo hemos titulado «Los Evangelios: historia y rias Eucarísticas que a una crónica de los acontecimientos quepo-
doctrina» y lo desarrollaré yo mismo. En él se resumen los aspectos dría haber relatado punto por punto alguno de los doce apóstoles.
18 Comprender los Evangelios Introducción 19
Ante fenómenos de este tipo, nos preguntamos, ¿qué son los Evan- veces, especialmente cuando tratan de la vida pública de Cristo, la
gelios: una crónica abreviada, una catequesis? ¿Qué hay que buscar narración se parece más, por usar una imagen gráfica, a una colec-
en ellos: una historia, una enseñanza o las dos cosas? ción de diapositivas que a una breve película. Además, muchas ve-
Algunas de estas preguntas se resolvieron en parte en el capítu- ces las escenas parecen dibujadas según esquemas prefijados. Por
lo anterior. Aquí se tratará únicamente de un aspecto: qué verdad ejemplo, los relatos de llamada por parte de Jesús recogen siempre,
de Jesús y de la predicación de los apóstoles está presente en los re- o casi siempre, las mismas o parecidas acciones y palabras. Recor-
latos de los Evangelios. Este tema presidió la investigación y las demos la llamada de Pedro:
discusiones de los exegetas hasta el Concilio Vaticano II. La Cons-
«Mientras caminaba junto al mar de Galilea vio a dos hermanos,
titución Dogmática Dei Verbunz en su n. 19 resume una instrucción
Simón el llamado Pedro y Andrés su hermano, que echaban la red al
de la Pontificia Comisión Bíblica acerca de la verdad de los Evan-
mar, pues eran pescadores. Y les dijo: "Seguidme y os haré pescado-
gelios, y es un auténtico protocolo de trabajo y una guía para la res de hombres". Ellos, al momento, dejaron las redes y le siguieron»
lectura del Evangelio. Guiados por ese documento, trataremos de (Mt 4,18-20).
mostrar que los Evangelios son historia y doctrina, y que lo son
desde su misma composición. Los Evangelios son fieles a la predi- Jesús pasa, ve a unos hombres, les llama a seguirle, y éstos de-
cación apostólica y la predicación apostólica es fiel a las acciones de jan lo que tienen entre manos y le siguen. De la investigación his-
Cristo. En definitiva, y volviendo al ejemplo del inicio, se trata de tórica que podemos realizar en otros Evangelios, sabemos que este
exponer de qué manera los textos de los Evangelios, por venir de la momento vino precedido de un conocimiento y trato de Jesús con
predicación apostólica, son a la vez históricos y significativos. Pedro (cfr. Jn 1,43). Pero lo que reproduce el relato evangélico es
El capítulo tercero lo hemos titulado «Las metodologías» y lo casi un compendio de lo que «debe ser» el seguimiento de Cristo: ¡1
desarrolla Juan Luis Caballero, profesor de Nuevo Testamento en cuando uno se siente mirado y llamado debe dejar todas las cosas y 1
la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra. El tema seguir a Jesús. Un diseño parecido puede verse en la llamada a Ma- 1,
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complementa a los dos anteriores y, por tanto, cierra esta primera teo (Mt 8,9), al joven rico (Mt 19,16-22), etc.
parte del programa. Lo mismo podría decirse de otros episodios, como las contro-
En la Iglesia, siempre se han estudiado los Evangelios con mi- versias de Jesús con los fariseos, etc. La crítica de las formas estudia
nuciosidad, con atención a lo que el Espíritu Santo ha querido que estos esquemas que estructuran cada uno de los pasajes de los
quedara en esos escritos. Este estudio habitualmente se ha servido Evangelios y después intenta determinar en qué momento y lugar
también de las técnicas de investigación presentes en las ciencias de la predicación apostólica (anterior, por tanto, a la redacción de
humanas. A lo largo del pasado siglo esta atención en el estudio se los Evangelios) pudo haberse forjado el modelo para cada uno de
dirigió, como se ha visto, a la formación de los Evangelios. Sobre los relatos (a título de ejemplo, parece claro que las controversias
todo se utilizaron dos modelos metodológicos: la crítica de las for- sobre el sábado, difícilmente podrían haberse puesto por escrito en
mas y la crítica de la redacción. ambiente helénico o romano, sin contacto con judíos).
Tal vez la metodología más relevante haya sido la crítica de las El estudio de estas unidades menores en relación con la predi-
formas. Al leer los Evangelios nos damos cuenta de que muchas cación apostólica es el que se asigna a la crítica de las formas. La
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crítica de la redacción o el análisis narrativo, por su parte, se encar- tenido que transmite. Queremos señalar cómo hasta el estilo del
gan de estudiar cómo estos breves pasajes se ensamblan en un rela- evangelista puede hacernos comprender mejor la esencia de su
to entero como es el Evangelio; además, se preguntan por el senti- mensa¡e.
do que tiene cada pasaje en el conjunto de la narración.
Proceder de esta manera, aunque pueda presentar algún incon- '¡ I
Pero esto se verá con más detalle en su momento. Vamos a se- veniente, tiene cuando menos dos ventajas: 'I
guir. Los cuatro temas siguientes, que desarrollaremos Juan Luis
1. Por una parte, el oyente podrá encontrar una ayuda en su
Caballero, Juan Chapa y yo, se dedican a cada uno de los «cuatro
lectura del Evangelio. Las características formales de los
Evangelios»: Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
Evangelios una vez conocidas le resultan claramente identi-
Una aproximación elemental a los Evangelios es patrimonio ficables en la lectura. De esta manera es capaz de descubrir
común de una persona medianamente culta. Por tanto, esos conte- más fácilmente y con más aprovechamiento el significado
nidos no se van a repetir en estas páginas. Lo que haremos será ser- del pasaje en el Evangelio concreto que esté leyendo.
virnos de ese esquema tradicional -autor del Evangelio, circuns-
2. Por otra parte, el contenido doctrinal se puede exponer en la
tancias de su composición, características principales, etc.- para
forma que tiene en cada Evangelio. Dicho de otro modo, no
señalar dos cosas:
se trata de proponer una doctrina que se «confirma» o se
a) Cada uno de los evangelistas no cuenta todo lo que sabe, prueba a través de los Evangelios, sino que esa doctrina se ex- 1~
sino aquello que le parece relevante en ese momento. El último pone desde dentro, desde la forma que tiene en cada Evange-
versículo del cuarto Evangelio dice literalmente: lio. Un ejemplo lo podrá aclarar. Los tres sinópticos, con toda
la tradición, muestran que Jesucristo es verdadero Dios y
«Hay, además, otras muchas cosas que hizo Jesús y que, si se es-
cribieran una por una, pienso que ni aun el mundo podría contener
verdadero hombre. Pero lo hacen de manera distinta: en San
los libros que se tendrían que escribir» 0 n 21,2 5 ). Marcos se muestra la verdadera humanidad de Jesús descri-
biendo a lo vivo sus sentimientos humanos: se entristece, se
Esto quiere decir que los evangelistas seleccionan el material alegra, tiene pavor, ama, bendice, etc. En San Mateo, en
del que disponen y lo componen con una orientación determinada. cambio, lo que se subraya en la humanidad de Jesús es su ca-
Esta orientación depende de dos factores: en primer lugar de la rácter de maestro que enseña pacientemente a sus discípulos.
fuerza de los hechos, es decir, de lo que reciben de la tradición; en El siguiente capítulo, el octavo, se titula «Unos ejemplos», y
segundo lugar, de las circunstancias de los destinatarios. Dicho de está redactado por Juan Luis Caballero. Los temas estudiados hasta
otra forma: intentaremos señalar cómo los evangelistas son fieles a el momento habrán proporcionado conocimientos suficientes co-
la tradición que reciben y, al mismo tiempo, actualizan esa tradi- mo para poder enfrentarse a unos textos del Nuevo Testamento y
ción haciendo de ella catequesis para sus destinatarios. reconocer en él las diversas notas que se han apuntado hasta ahora.
b) La segunda característica de la orientación de estos cuatro Se elegirán unos pasajes del Nuevo Testamento, y a partir de ellos
capítulos se refiere al punto de vista elegido. Hemos escogido se intentará:
como motivo orientador el axioma común en la crítica literaria 1. Mostrar los pasos que se siguen para tratar de poner de ma-
moderna que afirma que la forma de un texto es una parte del con- nifiesto la historicidad de lo que se narra.
Introducción 23
22 Comprender los Evangelios
2. Sacar a la luz la enseñanza que transmite el pasaje en el mar- también están documentados, en los que a la oración del elegido
co de la tradición apostólica reflejada por los Evangelios. Dios responde con una curación, Jesús realiza las obras asombrosas
por su propia autoridad. El centurión de Cafarnaum lo captó per-
3. Subrayar además lo que añade o matiza cada uno de los
fectamente, y Jesús alabó su fe:
evangelistas a la vista de sus destinatarios.
Se elegirán pasajes relativamente fáciles de estudiar, de modo «Señor, no soy digno de que entres en mi casa. Pero basta que lo
que estos pasos se puedan identificar con cierta claridad en ele- digas de palabra y mi criado quedará sano. Pues también yo soy un
mentos presentes en el texto en cuestión. hombre que se encuentra bajo disciplina y tengo soldados a mis ór-
denes. Le digo a uno: "Vete", y va; y a otro: "Ven", y viene; y a mi
Desde aquí pasamos ya a los dos últimos temas que versarán
siervo: "Haz esto", y lo hace» (Mt 8,8-9).
sobre dos contenidos de los Evangelios, «Los milagros de Jesús», a.
cargo de Juan Chapa, y «La predicación de Jesús», que desarrollará El centurión no necesita pedirle permiso al César para mandar-
Francisco Varo, profesor de Antiguo Testamento y de Historia del le algo a un soldado y que éste lo haga: tiene esa autoridad conce-
Judaísmo en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra. dida por el César, y de la misma manera Jesús no necesita pedirle a
Se podrían haber elegido otros motivos, pero estos dos tienen un Dios que obre extraordinariamente en el mundo, pues Jesús tiene
punto en común que merece ser analizado: al examinar en los esa autoridad de Dios.
Evangelios estos temas -los milagros y la enseñanza-, y comparar-
b) Manifestación del Reino de Dios. Además, los milagros no
los con las prácticas de la época, enseguida se pone de manifiesto la
tienen como fin la exaltación de Jesús, ni siquiera tienen primera-
personalidad de Jesús, y se percibe también la estrecha unión que
mente una finalidad apologética que autentifique sus palabras. Los
hay entre su ser, sus obras y su misión.
milagros son una manera de manifestar que el Reino de Dios está
El análisis de los textos evangélicos y del contexto de la época ya presente en el mundo. Por eso mismo tienen también un aspec-
descubre a los ojos de los investigadores, no sólo del creyente, que to docente, revelador. En el cuarto Evangelio, que no denomina a
Jesús hizo milagros y que hizo muchos: la investigación invita más los milagros «fuerzas» sino «signos», este aspecto está más claro,
fácilmente a concluir que hizo milagros que a lo contrario. Ahora pero también es perceptible en los sinópticos.
bien, cuando se sigue el examen y se comparan los relatos de los
Con la predicación pasa una cosa semejante. Si se examinan las
milagros con otros relatos del momento, se descubre enseguida
maneras de enseñar del tiempo de Jesús -y también los conteni-
que los milagros de Jesús tienen una impronta propia. Esta im-
dos- al estudioso le ocurre lo mismo que a los habitantes de Cafar-
pronta se puede resumir en dos características: Jesucristo actúa con
naum cuando oyeron por primera vez a Jesús:
autoridad, y sus milagros están al servicio de la obra del Reino de
Dios que ha venido a establecer. « Y se quedaron admirados de su enseñanza, porque les enseñaba . il
a) Autoridad. Todo milagro muestra la acción de Dios en el como quien tiene potestad y no como los escribas[. .. } ¿Qué es esto? i"
mundo, pero los milagros de Jesús muestran que Dios actúa en Él, Una enseñanza nueva con potestad» (Me 1,22.27).
y no sólo a través de Él. Por eso realiza estos hechos asombrosos
con autoridad propia, y por eso los evangelistas los denominan Y esto se ve a cada paso del Evangelio. Si se examinan las pará-
dynameis, fuerzas. Frente a los milagros de algunos rabinos, que bolas en su contexto, se descubre enseguida que Jesús se sirve de
24 Comprender los Evangelios
(Mt 11,25-27). «crítico». La investigación sobre los cuatro primeros libros del
Nuevo Testamento ha sido, y es, crítica en un doble sentido. Es
Y aquí acabarán estas páginas. Espero, es el propósito que guió crítica porque, en su origen, esta investigación rechazaba o ponía
el curso y lo que nos ha llevado a reproducirlo por escrito, que al fi- en entredicho la interpretación de los Evangelios recibida de la
nal todos sepamos comprender mejor el Evangelio, y, obviamente, Tradición, y proponía una nueva descripción de la realidad históri-
podamos comprender también mejor a Jesús. Como dice San Juan ca de Jesús construida con la razón humana y con un método his-
casi al final de su relato: «Muchos otros signos hizo también Jesús tórico de investigación. Es crítica también porque, al recurrir al
en presencia de sus discípulos, que no han sido escritos en este li- método histórico, la investigación, al menos en teoría, se sometía a 1
11
'
bro. Sin embargo, éstos han sido escritos para que creáis que Jesús la crítica, pues usaba procedimientos metódicos idénticos a los de
es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en las otras ciencias humanas.
su nombre» CTn 21,30-31).
Historia y fe
Joseph Ratzinger sobre la relación entre Magisterio y exégesis, Evangelios no sólo ha proporcionado resultados útiles, sino que es
pronunciadas el 10 de mayo de 2003, con motivo del centenario una actividad a la que no se puede renunciar. Por encima de los
de la Pontificia Comisión Bíblica. Tras señalar la necesidad de es- problemas que ha planteado este tipo de investigación, el deseo de
tablecer la naturaleza misma de la verdadera racionalidad ( «pues, conocer el carácter histórico de lo narrado en los cuatro Evangelios
si se presenta una explicación puramente materialista de la reali- es asunto de vital importancia para el cristianismo. Si aparecieran
dad como la única expresión posible de la racionalidad, entonces se nuevos documentos que mostraran irrefutablemente que Jesús ha-
entiende incorrectamente la racionalidad misma»), indica la nece- cía un gesto particular con su mano cuando hablaba en público o
sidad de revisar la relación entre fe e historia: que pronunciaba el arameo con un acento particular, o que llevaba
una túnica de un color determinado, esto debe interesar no sólo al
«La opinión segtin la cual la fe como tal no conoce absolutamente nada
historiador, sino a todo cristiano; porque una religión histórica se i¡
de los hechos históricos y debe dejar todo eso a los historiadores, es gnosticismo.
caracteriza por estar enraizada en lo terrenal y tener una viva per- I!
Esa opinión desencarna la fe y la reduce a pura idea. En cambio, para la fe
que se basa en la Biblia, precisamente el realismo del acontecimiento cepción de las cosas materiales. Si el Cristo de los teólogos se diso-
es una exigencia constitutiva. [: .. } Que Jestis, en todo lo que es esencial, cia del Jesús de la historia caeríamos en un peligroso error.
fue efectivamente el que nos muestran los Evangelios no es una conjetura his- Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado, fue verdadero hombre.
tórica, sino un dato de fe. Las objeciones que quieran convencernos de Fue, por tanto, una persona de la historia humana, y su obra reden-
lo contrario no son expresión de un conocimiento científico efectivo, tora se realizó también con acciones en la historia humana. Si fuera
sino una arbitraria sobrevaloración del método. Por lo demás, lo que de otro modo, como lo afirmaba el cardenal Ratzinger en las pala-
mientras tanto hemos aprendido es que muchas cuestiones en sus de- bras arriba citadas, si sólo fuera una idea o una ideología, nuestra
talles deben quedar abiertas y encomendadas a una interpretación religión sería una gnosis. En consecuencia, el reto continuo que su-
consciente de sus responsabilidades.(. .. } Por tanto, fe y ciencia, Ma-
ponen para la fe cristiana los estudios históricos sobre los Evange-
gisterio y exégesis no se contraponen ya como mundos cerrados en sí
lios, incluso los realizados al margen de la fe, tiene que acabar por
mismos. La fe misma es un modo de conocer. Quererla marginar no pro-
enriquecer los mismos fundamentos en los que nos apoyamos los
duce la pura objetividad, sino que constituye la elección de un ángu-
lo que excluye una perspectiva determinada y ya no quiere tener en
creyentes. Con la investigación histórica sobre lo narrado en los re-
cuenta las condiciones casuales del ángulo elegido. Sin embargo, si latos evangélicos, la fe se hace más sólida, y nosotros acabamos por
aceptamos que las sagradas Escrituras provienen de Dios a través de tener un mejor conocimiento de la Humanidad Santísima del Se-
un sujeto que vive aún -el pueblo de Dios peregrinante-, entonces ñor.
también racionalmente resulta claro que este sujeto tiene algo que Sin embargo, se requiere una cuidadosa atención para que la
decir sobre la comprensión del libro» (los subrayados son míos). investigación histórica no sobrepase los límites de su propio méto-
do. Muchas veces, las conclusiones acerca de los Evangelios a las
que llegan algunos historiadores no podrán ser aceptadas porque
Necesidad de la investigación histórica no hacen sino reflejar la fe (o falta de fe) del historiador y su con-
cepción sobre Dios y sobre cómo Dios actúa en el mundo. Por otra
Ciertamente, el método histórico ha sido empleado con fre- parte, es evidente que -como sucedió en el origen de la investiga-
cuencia de manera sesgada. Aun así, la investigación sobre los ción, y sucede todavía en más de un autor- presuponer que la cien-
28 Comprender los Evangelios El camino crítico 29
cia, y la historia como una rama de ella, puede explicar toda la ex- surgir del método de la «crítica o historia de las formas» (este mé-
periencia de la revelación excede los límites de la misma ciencia. todo se explica con más detalle en el capítulo 4). Se trata de un mé-
todo en buena parte superado hoy en día, pero que originó no poco
No obstante, mostrar científicamente el carácter histórico de lo
desasosiego durante los años anteriores al Concilio, al enfatizar el
que nos trasmiten los Evangelios no sólo es perfectamente legíti-
papel de la comunidad en la composición de los Evangelios y cues-
mo, sino que, hoy en día, cuando fácilmente se cuestionan los fun-
tionar el carácter histórico de lo narrado. De alguna manera, se
damentos de la fe, parece más necesario que nunca.
puede decir que la aparición de este método marca un «antes y un
Obviamente, un asunto de este calibre no puede solventarse en después» en el estudio de los relatos evangélicos.
unas pocas páginas. Además, un tratamiento completo de la cues-
tión tendría que incluir también el tratamiento de los caminos que
siguió la inspiración del Espíritu Santo para entregar estos textos a l. l. Los precedentes
la Iglesia. Son cuestiones que se abordarán en otros capítulos o que
deben tratarse más derenidamence en otro lugar. En las páginas que Ya desde los primeros siglos, los escritores cristianos defendie-
siguen me limitaré a dos aspectos: a la historia de la investigación ron la historicidad de los Evangelios en dos frentes: ante las insi-
sobre los Evangelios (desde la puesta en duda de la historicidad de dias de los enemigos del cristianismo -que rechazaban los mila-
estos textos, hasta la situación actual en la que esta historicidad pa- gros-, apelaron a la garantía de verdad que manifestaban los
rece probada por los métodos de conocimiento histórico); y a inten- textos; ante las divergencias entre los mismos Evangelios, busca-
tar resumir los criterios más importantes de los que se sirve la inves- ron la concordancia. Pero nunca se limitaron a afirmar que la doc-
tigación para probar el carácter histórico de muchos pasajes. trina que se enseñaba en los Evangelios era verdadera, sino que se
esforzaron en defender la historicidad de los acontecimientos que
narraban estos libros.
1. LA INVESTIGACIÓN SOBRE EL CARÁCTER HISTÓRICO La pacífica posesión de la verdad histórica de los relatos evan-
DE LOS EVANGELIOS gélicos entre los cristianos duró dieciocho siglos. Sin embargo, con
la aparición del Iluminismo y la Ilustración, se propuso, especial-
Es bien conocido cómo el Concilio Vaticano II en su Constitu- mente en círculos protestantes, una nueva explicación de lo narra-
ción Dogmática Dei Verbum, n. 19, reafirma la confesión de la Igle- do en los Evangelios, que negaba todo lo sobrenatural presente en
sia en la historicidad de los cuatro Evangelios (la afirmación ha esos textos. Eran soluciones que tenían su raíz en el modo de con-
sido recogida también en el Catecismo de la Iglesia Católica, n. 126). cebir las relaciones entre historia y teología que se habían ido im-
El texto conciliar tiene sus precedentes en la Instrucción Sancta poniendo a partir de la Reforma.
Mater Ecclesia de la Pontificia Comisión Bíblica, del 21 de abril de Antes de la Reforma luterana del siglo XVI, los estudios exe-
1964, dedicada por entero a tratar esta cuestión. géticos se realizaban exclusivamente al servicio de la fe cristiana,
Dicha instrucción no hace una historia del problema, sino que dentro del conjunto del canon, de la autoridad de la Iglesia y del
da unas pautas sobre la historicidad de los Evangelios a partir de credo. Con la obra de Lutero se alteró el panorama. El Reformador
las dudas que se habían planteado en las décadas precedentes con el se negó a aceptar la Tradición como norma para interpretar la Es-
30 Comprender los Evangelios El camino crítico 31
critura, y elevó ésta a la categoría de fuente exclusiva de revela- 1.2. El optimismo positivista
ción (sola Scriptura). Como consecuencia, la clave de lo que debía
ser una vida recta pasó a depender de una correcta lectura de la Con estos presupuestos no sorprende que muchos de los estu-
Biblia. Para ello se requería también recuperar el texto original, dios sobre los Evangelios realizados por exegetas e historiadores
como punto de partida previo para recuperar el cristianismo ori- ilustrados desde la mitad del siglo XIX hayan estado viciados de
ginal. una comprensión historicista. Más que verdadera historia -dije-
En este modo de hacer de Lutero hay implícitos dos impor- ron algunos autores con un afán decididamente anticristiano- los
tantes presupuestos, que se fueron extendiendo paulatinamente Evangelios contendrían el ropaje con el que los apóstoles vistie-
en el mundo protestante y que todavía pesan mucho en los am- ron a Jesús: un ropaje mítico, propio de aquella antigua época
bientes exegéticos. Primero, la recuperación de los orígenes signi- precientífica, con el que se quería exaltar la figura del fundador
fica la recuperación de la esencia: la primigenia realización del del cristianismo. De este planteamiento nacieron las «vidas de Je-
cristianismo es naturalmente la mejor. Este presupuesto lleva apa- sús» de finales del siglo XIX que lo presentan como un preten-
¡,
rejada otra premisa: cualquier «desarrollo» del cristianismo debe diente mesiánico fracasado, un idealista soñador o, en el mejor de
ser considerado un declive. Segundo, la historia puede actuar los casos, como un maestro de religión y moral. Son años en los
como una norma teológica para reformar la Iglesia: la recupera- que domina un positivismo histórico muy optimista, con un mé-
ción del «cristianismo original», que se hace posible a través de la
recuperación de la «Escritura original», debía servir naturalmente
como medida y crítica de todas las formas subsiguientes de cris-
tianismo.
todo basado en la crítica literaria de las fuentes.
Esta crítica racionalista se caracterizaba por un pretendido afán
de encontrar las «fuentes neutrales», que permitieran reconstruir
una vida de Jesús «objetiva» desde el punto de vista histórico, y
'
Lutero no podía imaginarse una forma de exégesis bíblica que por el rechazo de lo sobrenatural o milagroso. El resultado fue un
se situara por encima de la fe, pero inconscientemente introdujo progresivo interés por los Evangelios sinópticos -ya que en este
una grieta que más tarde se convertiría en una sima. El acercamien- ambiente el Evangelio de Juan se consideraba un relato teológico,
to «histórico-crítico» al Nuevo Testamento y a los orígenes cristia- no históricc--, y en especial por el Evangelio de Marcos, que se juz-
nos, que se desarrolló en los siglos XVIII y XIX entre los exegetas gó como el más «neutral». Marcos se convirtió en el primer Evan-
alemanes, ciertamente estuvo muy influido por los críticos ilustra- gelio, el que ofrecía un relato sencillo del ministerio del Maestro.
dos británicos, pero en su manera peculiar de utilizar la historia Pero esta comprensión no hizo sino establecer los presupuestos
como medida de la teología sus autores eran descendientes directos para que los Evangelios, Marcos incluido, quedaran abiertos a toda
de Lutero. Además, la lucha del Reformador por «defender» la fe clase de manipulaciones por parte de cada historiador.
contra la Iglesia se fue traduciendo en una creciente lucha por la li- No obstante, este optimismo no duró mucho. En 1901, la obra
bertad intelectual, por «una fe más elevada», frente a los «sombrí- de Wilhelm Wrede (1859-1906) sobre Marcos y el secreto mesiá-
os» dogmas del cristianismo representados por los estamentos ofi- nico, que puso de relieve que el Evangelio de Marcos tampoco era
ciales. En esta batalla, el método histórico-crítico se convirtió en una simple narración de hechos, sino la obra de un autor que tenía
emblema de la libertad y se puso cada vez más al servicio de una sus propios intereses teológicos, dejó la investigación en vía muer-
oposición radical a las tradiciones recibidas en la Iglesia. ta. La puntilla se la puso Albert Schweitzer (1875-1965) con su
32 Comprender los Evangelios El camino crítico 33
investigación en 1906 sobre las vidas de Jesús, en la que mostró la lo que verdaderamente interesa no es el Jesús que vivió en Palesti-
subjetividad con que los historiadores se enfrentaban a las fuentes, na, sino el Cristo que se nos trasmite en el kérigma, en la proclama-
reflejando en ellas su propio ideal ético. Así pues, la pretendida ción de la fe que hace la primitiva iglesia. En otras palabras, lo que
posibilidad de encontrar en los Evangelios al «auténtico» Jesús importa no es si Jesús hizo esto o dijo aquello, sino lo que Cristo
acabó desembocando en un escepticismo sobre la historicidad de significa para mí. Ese Cristo, el Cristo de la fe, es el Cristo que me
estos relatos. Mientras tanto, la Providentissimus Deus (1893) de salva, y a Él sí tengo acceso porque de Él me hablan los Evangelios.
León XIII daba una pauta serena sobre los estudios bíblicos, po- Con esta comprensión se radicaliza la distinción que ya había
niendo en guardia a los exegetas católicos ante posibles influjos hecho Martin Kahler a finales del siglo XIX entre el Jesús de la
positivistas que consideraban ilusiones o mitos las referencias de historia y el Cristo de la fe. Sin embargo, también es fácil ver que
orden sobrenatural (cfr. n. 21). se introduce una disociación que atenta contra el mismo funda-
mento de la fe cristiana. Si el pecado es una realidad histórica y no 1
¡1
sabemos lo que hizo Jesús, ¿qué pasa con la redención? La fe de la
1.3. La crítica de la primera mitad del siglo XX Iglesia siempre ha sido firme al respecto: el Jesús de la historia es
el mismo que el Cristo de la fe. Se entiende también así que, en es-
Como resultado de las investigaciones de finales del siglo XIX, tos años, Pío XII promulgara su encíclica Divino a/flante Spiritu
la primera mitad del siglo XX se va a caracterizar, en ámbitos ra- (1943), para salir al paso de esas comprensiones, que suponían un
cionalistas, por un pesimismo en relación con el carácter histórico grave peligro para la fe, y asentara los fundamentos de los estudios
de los Evangelios. Rudolf Bultmann (1884-1976) influye notable- de la Biblia en la fe y la Tradición.
mente en ello. El exegeta de Marburgo trató de desenredar la his-
toria de la tradición evangélica en la línea ya iniciada por uno de
los precursores del método de la «historia de las formas», Martin 1.4. La reacción de mitad de siglo: la «crítica de las formas»
Dibelius (1883-1947). En continuidad con Dibelius -para quien
los Evangelios habían sido compuestos a partir de pequeñas unida- La obra de Bultmann tuvo, y sigue teniendo, una enorme in-
des independientes («formas»), siendo los evangelistas los que cre- fluencia. En última instancia es la responsable de la instrucción
aron el marco narrativo-, Bultmann cree descubrir en los relatos Sancta Mater Ecclesia arriba citada. Sin embargo, la reacción al mé-
evangélicos un conjunto de sucesivas «capas» dogmáticas acumu- todo de la «historia de las formas» había comenzado ya en ámbito
ladas por la primitiva comunidad. Mediante estas capas Jesús que- protestante unos años antes. Algunos de los discípulos de Bult-
da revestido de formas gnósticas o helenísticas y se convierte en un mann, como E. Kasernann, J. Jeremías, G. Borkmann, compren-
mito, en el mito del Hijo de Dios. Los Evangelios, por tanto, no dieron el riesgo que implicaba la postura de su maestro y trataron
son fiables históricamente. Los relatos evangélicos -sostiene- sólo de corregir la separación que se había creado entre la historia real
nos presentan un Jesús mitificado que no tiene nada que ver con el del Jesús de la historia y la narrada en los Evangelios.
Jesús que vivió en Palestina. Sin embargo, para Bultmann, y para De la misma manera que Bultmann se sirvió del método de la
los autores que le siguen, la verdad histórica de los Evangelios «crítica de las formas» para descubrir el ambiente en que se había
tampoco importa, porque, desde sus presupuestos exisrencialistas, predicado de Jesús una determinada cualidad, ahora se impone la
34 Comprender los Evangelios El camino crítico 35
«crítica de la redacción», que señala cómo los evangelistas compo- lenista del siglo l. Los ámbitos más importantes de este conoci-
nen el bagaje recibido de la Tradición y lo proponen a sus destinata- miento son:
rios. Al mismo tiempo, en los años finales de la década de los cin-
cuenta y durante la década de los sesenta, se consolida como criterio
para afirmar el carácter histórico de algo contenido en los Evange- l. 5. l. Fuentes judías
lios el criterio de la discontinuidad: aquello que encontramos en los
Evangelios y que no puede derivar sin más de la tradición judía ni Durante las últimas décadas han sido muchos los descubri-
puede atribuirse a una creación de la comunidad primitiva, tiene mientos en lo que a la literatura judía se refiere y en especial a lo
que venir necesariamente de una personalidad extraordinaria, es de- que se encuadra dentro de la literatura intertestamentaria. En
cir, de Jesús. ésta se incluyen los escritos de Qumrán, que testimonian el plu-
Aunque en esta reacción hay cierto retorno a la época en que se ralismo que existía en el judaísmo de los tiempos de Jesús, y los
quería descubrir lo «objetivo» de los relatos, las diferencias con apócrifos del Antiguo Testamento, obras claves para conocer el
aquélla son grandes pues, frente al historicismo antiteológico del judaísmo del que surgieron el cristianismo, por una parte, y el ju-
siglo XIX, la motivación teológica de los años correspondientes a daísmo rabínico, por otra. Estos escritos ponen de relieve la vita-
la etapa bultmanniana sigue en buena medida vigente. Los autores lidad de la religión judía en tiempos de Jesús, mucho más rica de
de este periodo intentan subrayar la significación teológica de los la que se deduce de una lectura de los Evangelios que no tenga
Evangelios, tal como fue proclamada por la primitiva Iglesia. presente este contexto. Al mismo tiempo, muestran también la 1·
riqueza y la originalidad de la doctrina de Jesús expuesta en los
Evangelios.
1.5. El giro actual Dentro de este apartado se puede incluir también la literatura
rabínica -que, aunque fue puesta por escrito más tarde, hacia el si-
Al mismo tiempo que surgía el método de la «crítica de la re- glo III d. C., es imprescindible para el conocimiento del judaísmo
dacción», fueron apareciendo nuevas fuentes históricas -especial- del siglo 1-, y los targumim, traducciones de la Biblia al arameo,
mente por los descubrimientos de Nag-Hammadi y Qumrán- y que permiten entender mejor el modo en que se utilizaban las Es-
nuevos modelos de investigación. La así llamada «escuela escandi- crituras durante esa época. La ampliación y el mejor conocimiento
nava» -con sus estudios de la tradición oral judía y sus formas de de las fuentes judías, en general, ha ofrecido y sigue ofreciendo
transmisión-, las investigaciones sobre la conducta y las condicio- nuevas, aunque muy modestas, contribuciones. Desde el punto de
nes sociológicas que propiciaron la transmisión de los textos, las vista de la historiografía es también novedoso el creciente interés
obras realizadas por investigadores judíos, fueron algunos de los por Flavio Josefo y su revalorización como historiador. Como con-
factores que, en las décadas de los sesenta y setenta, contribuyeron secuencia de estas aportaciones -aunque lógicamente también tie-
a dar un nuevo giro al estudio de los Evangelios y a valorar su his- nen en cuenta las que se han producido en otros campos que se se-
toricidad más positivamente que en años anteriores. El giro se ha ñalan a continuación- han sido numerosas las obras recientes
consolidado a partir de los años ochenta gracias al mayor y mejor sobre los Evangelios que han acentuado el carácter judío de estos
conocimiento de las fuentes evangélicas y del contexto judío y he- relatos.
36 Comprender los Evangelios El camino crítico 37
se puede afirmar que, en general, la investigación sobre el contexto nos ha hecho conscientes de que el contenido de los Evangelios ha
de la vida de Jesús viene a confirmar lo que está ya presente en los resistido, y resiste, los embates de la crítica histórica. En segundo
Evangelios; o dicho de otra forma, la investigación ha mostrado que lugar, nos ha permitido también ver que la investigación sobre los
se puede escribir una vida de Jesús y que los Evangelios son una relatos evangélicos que realizan los diversos autores acaba muchas
fuente fiable para hacerlo. veces en una interpretación del relato que es creación del investi-
gador y que no concuerda con la que viene narrada en los Evange-
lios. En tercer lugar, también es fácil observar que a veces esta in-
1.6. Recapitulación vestigación se queda en aspectos meramente humanos. El Jesús de
los Evangelios que pueden describir es un maestro extraordinario,
La Pontificia Comisión Bíblica, en el documento La interpreta- lleno de cualidades, que, insertadas en su momento histórico, son
ción de la Biblia en la Iglesia (1993), llevó a cabo una evaluación de incluso capaces de traspasarlo. Sin embargo, Jesús es más que un
estos métodos y acercamientos, señalando sus aportaéiones y sus lí- maestro extraordinario. Como confesó San Pedro, Jesús es el Hijo
mites. Concluía abogando por una continuidad en los esfuerzos de Dios (Mt 16,16). Y esto, no es fruto de la investigación históri-
para ahondar en la Palabra de Dios, esfuerzos que no pueden re- ca sino una gracia de Dios.
nunciar a la historia: «La Palabra eterna -señala el documento- se ha
encarnado en una época precisa de la historia, en un medio social y
cultural bien determinados. Quien desea comprenderla, debe bus- 2. Los CRITERIOS DE HISTORICIDAD
consiste en dar una base a la historicidad de lo narrado en el Nuevo tigación sobre la historicidad de los relatos y palabras evangélicas.
Testamento o en las fuentes paganas. En su aplicación rigurosa a El criterio reza genéricamente así: se puede considerar auténtico
los Evangelios, la investigación se ha decantado por lo siguiente. un dato evangélico cuando una tradición, por motivos de cualquier
género, no puede deducirse a las concepciones del judaísmo del
momento y tampoco puede atribuirse a las concepciones de la cris-
2. l. Indicios y criterios tiandad primitiva. Es decir, un material es más probable que sea
históricamente fiable si sus contenidos e ideología difieren de los
Algunos autores señalan que conviene distinguir, en primer que son más importantes para su propia fuente. Si Jesús es presen-
lugar, entre criterios e indicios. La fuerza del criterio es mayor que tado diciendo o haciendo cosas que parecen no encajar ni en el ju-
la del indicio. Los indicios sugieren probabilidades, pero no un daísmo palestinense ni en la primitiva Iglesia, la probabilidad de
juicio cierto de autenticidad histórica. Así, por ejemplo, se entien- que esa información sea fiel parece grande. Es el caso, por ejemplo,
de que es un indicio del carácter histórico de un hecho la presencia del uso de «Abbá» por parte de Jesús, la expresión «Amén» al
de detalles neutros, sin connotación teológica: Jesús durmiendo principio de la frase, el bautismo de Jesús por parte de Juan, los
sobre un cabezal, o que algo ocurrió «cerca de Jericó»; también el defectos de los apóstoles, expresiones como «Reino de Dios», «Hi-
colorido de un Evangelio o la vivacidad de la narración (por ejem- jo del Hombre», etc.
plo, Marcos) son indicios de que aquello viene apoyado por el testi- Este criterio de disimilitud entre los dos polos que determinan
monio de un testigo ocular. Pero los indicios son sólo indicios y la vida de Jesús, el judaísmo y la primitiva Iglesia, fue completado
pueden obedecer a técnicas redaccionales de los evangelistas. Por por otros criterios, que varían según los autores en importancia y
eso, la «impresión de verdad de los Evangelios» goza de poco valor número. No hay acuerdo en el modo de designarlos ni en la priori-
entre los historiadores. En cambio, los «criterios» tienen valor pro- dad de unos sobre otros. A pesar de ello, además del «criterio de
pio, intrínseco, suficiente para conducir a resultados ciertos, fruc- discontinuidad» (también llamado de originalidad o irreductibili-
tuosos, cuando se combinan entre sí. De todas formas debe adver- dad dual), hay cierto consenso en admitir como principales crite-
tirse que los criterios tampoco tienen el carácter de prueba rios de historicidad el de «testimonio múltiple» (también llamado
irrefutable y su valor varía en razón de la precomprensión peculiar de referencias cruzadas: cross references), el de «coherencia» (también
del que los emplea. De ahí que no haya un consenso unánime sobre llamado de congruencia o conformidad) y el de explicación necesa-
cuáles sean. ria.
de Jesús aparece en todas las fuentes y en las más diversas formas toricidad o del lado de quien la afirma?, ¿in dubio pro traditio o
literarias, y por eso se trata de algo históricamente auténtico. Este no?), la «huella aramea», el «ambiente palestino», la «viveza na-
criterio es muy importante para determinar los trazos fundamenta- rrativa», la «tendencia redaccional de cada evangelista», la «inteli-
les de la figura, predicación y actividad de Jesús. La toma de pos- gibilidad interna del relato», la «interpretación diversa y acuerdo
tura de Jesús ante la Ley, los pobres y pecadores, su resistencia a ser de fondo», etc.
tenido como mesías rey con carácter político, su actividad como
U na nota final. Se ha visto que no hay una uniformidad en la
taumaturgo y su predicación en parábolas, son ejemplos de ello.
fijación y uso de los criterios. Sin embargo, muchos investigadores
e) El criterio de «coherencia» o «conformidad». Determina de los Evangelios a menudo operan con otro criterio que no formu-
que el material que no puede establecerse como histórico por otros lan: una visión del mundo post-ilustrada, de modo que para ellos
criterios puede, no obstante, ser juzgado auténtico, si es en general es más probable que un material sea considerado históricamente
coherente con otra información que se considera fided_igna (y en es- fiable, si no requiere la aceptación de postulados que contradigan
pecial con el corazón del mensaje de Jesús, es decir, la venida e ins- las ideas modernas sobre la realidad. En otras palabras, piensan que
tauración del Reino mesiánico). .Asf se justifican la historicidad de en la Biblia algo no ha pasado porque no ha podido pasar, es decir,
las parábolas, de las bienaventuranzas, del Padrenuestro, etc. Com- parten de un a priori sobre lo que es posible, que transciende cual-
plementado por el de «discontinuidad», este criterio permite si- quier consideración sobre el número de fuentes, disimilitud, cohe-
tuar a Jesús en su tiempo, en la cultura y tradiciones de su época. rencia, etc.
En definitiva, la historicidad de lo narrado en los Evangelios se
d) El criterio de «explicación necesaria» es la aplicación del
puede mostrar hoy en día con el uso convergente de los diversos
principio de «razón suficiente», que proviene del derecho, al terre-
criterios. Mediante su aplicación rigurosa, a pesar de algunas voces
no de la historia. La explicación que ilumina y agrupa armónica-
discordantes, una gran parte del material evangélico no se somete
mente todo un conjunto de elementos -de otra forma, enigmáti-
a discusión. Sin embargo, hay algo que debe cambiar en la actitud
cos- sin dar origen a problemas mayores revela un dato auténtico.
del historiador frente a los Textos evangélicos. La actitud de sospe-
Se puede atestiguar así el éxito inicial del ministerio de Jesús, su
cha de algunos historiadores debe ceder ante una actitud más cohe-
actividad en Jerusalén, la enseñanza particular a los discípulos, etc.
rente y racional. Los Evangelios merecen confianza y, mientras que
En general , estos cuatro criterios, de manera explícita o implí- no se demuestre lo contrario, hay que atenerse al hecho de que Je-
cita, son utilizados por la mayor parte de los investigadores. Otros sús está en el origen de las palabras y de las acciones que aparecen
1
criterios presentes en unos como criterios y en otros como indicios recogidas en esos relatos.
1111
son los de «dificultad» (serían auténticos dichos o hechos que ha-
brían desconcertado o creado dificultades a la Iglesia primitiva,
como por ejemplo la afirmación de Me 13,32, en la que se dice que 3. CONCLUSIÓN
Jesús no conoce el día o la hora finales), el de «rechazo y ejecución»
!11
¡
( determina qué palabras y hechos de Jesús pueden explicar su vio- En estos doscientos años de investigación sobre los Evangelios
lenta muerte como «rey de los judíos»), el de «presunción históri- y de innumerables intentos de presentar una figura de Jesús lo más
ca» (el peso de la prueba, ¿está del lado del crítico que niega la his- cercana a la realidad histórica, se observa que sigue existiendo una
44 Comprender los Evangelios
1~
!iili
46 Comprender los Evangelios Los Evangelios: historia y doctrina 47
l!
1
Para comprender esta dimensión de los Evangelios, es muy im- texto determinado, o al leer algunos comentarios al Nuevo Testa- 1
portante darse cuenta de que aquello que nos transmiten no es más mento. Pero no es necesario que tal densidad de significado se atri-
que la predicación apostólica sobre Jesús. Dicho de otro modo, buya a los comentadores. Puede venir del texto mismo. Después de
aunque la expresión parezca un poco paradójica: los Evangelios, todo, se trata de textos inspirados por el Espíritu Santo y que tie-
por ejemplo, no reproducen la predicación de Jesús, sino la predi- nen como sujeto de las acciones y de las palabras a Jesús mismo. Si
cación de los apóstoles sobre las acciones y las palabras de Jesús. Es Jesús o el Espíritu Santo están en el origen de esos gestos o de esas
evidente que al proclamar a Jesús, los apóstoles recogían también palabras, no hay razón alguna para extrañarse de su riqueza. Esto es
la predicación de Jesús. Pero es muy importante tener presente la verdad. Pero no es menos verdad que ante este hecho, algún lector,
mediación apostólica en nuestro acceso a Jesús. La predicación de quizás excesivamente influido por las ideas racionalistas, puede
los apóstoles, guiada por el Espíritu Santo, consistía en proclamar pensar que tal densidad es obra de los autores de esos escritos, y, en
unos hechos de los que eran testigos extrayendo de ellos su signifi- ese caso, tal vez se le ocurra sospechar que a lo mejor las cosas no
cado. Y esto es lo que hacen los Evangelios: al proclamar a Jesús, sucedieron exactamente tal como nos las cuenta el relato. Quizás
exponen las acciones y las enseñanzas del Maestro pero las acompa- los evangelistas han compuesto las cosas de tal manera que, de un
ñan de una explicación -explícita o implícita- del significado de suceso normal, han hecho un tratado doctrinal en forma narrativa.
esos hechos y palabras. Esta sospecha está alimentada por muchos comentarios al Nuevo
Testamento en los que aparecen de continuo expresiones como
ésta: «Aquí, Marcos -o Mateo, o Lucas- compone una historia
1. Los EVANGELIOS COMO UN CONJUNTO DE RELATOS
ejemplar para sus destinatarios: ... ».
Los Evangelios, de modo especial los Evangelios sinópticos, Lo cierto es que en los Evangelios hay una confluencia de todos
son, desde el punto de vista literario, unos escritos singulares. A estos factores: es evidente que Jesús confirió a sus acciones una dig-
primera vista advertimos dos cosas: nidad extraordinaria, es evidente también que el Espíritu Santo
l. Aunque presentan una narración continuada de la activi- provee a la Iglesia de todo lo que necesita para su santificación, y
dad de Jesús, lo hacen normalmente a modo de cuadros. parece claro también que el Espíritu Santo se sirvió de los autores
Podríamos decir que, excepto el relato de la Pasión, sepa- sagrados, de sus facultades y talentos, también de los talentos na-
recen más a una colección de diapositivas bien ordenadas rrativos, para instruir a sus fieles. Todo esto es lo que se va a recor-
que a una película. dar en los próximos capítulos. Ahora, para no entretenernos excesi-
vamente en formulaciones teóricas, será mejor que lo veamos ep.
2. Cada uno de estos cuadros, lo que denominamos perícopas,
algunos textos. Pongamos, por ejemplo, el relato de la curación del
es muy rico en su significado. Estamos ante relatos densos
ciego Bartimeo:
y cortos, en los que da la impresión de que no hay ni una
palabra de más. Además, muchas veces parece como si cada «Llegan a Jericó. Y cuando salía él de Jericó con sus discípulos y
uno de ellos fuera un resumen del Evangelio entero. una gran multitud, un ciego, Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sen-
Es probable que hayamos experimentado esta sensación de tado al lado del camino pidiendo limosna. Y al oír que era Jesús Na-
densidad de los relatos evangélicos al oír la predicación sobre un zareno, comenzó a decir a gritos: "¡Jesús, Hijo de David, ten piedad
111
48 Comprender los Evangelios Los Evangelios: historia y docrrina 49
de mí!". Y muchos le reprendían para que se callara. Pero él grita- 2. Los EVANGELIOS RECOGEN LA PREDICACIÓN APOSTÓLICA
ba mucho más: "[Hijo de David, ten piedad de mí!". Se paró Jesús
y dijo: "Llamadle". Llamaron al ciego diciéndole: "¡Ánimo!, leván- Lo dicho para pasaje de Bartimeo vale para muchos otros luga-
tate, te llama". Él, arrojando su manto, dio un salto y se acercó a res: si leemos el relato de la «Institución de la Eucaristía» (Mt
Jesús. Jesús le preguntó: "¿Qué quieres que te haga?". "Rabboni, 26,26-29; Me 14,22-25; Le 22,19-40), lo que se presenta a nuestra
. que vea", le respondió el ciego. Entonces Jesús le di jo: "Anda, tu fe lectura se parece más a los gestos y las palabras que -siguiendo el
te ha salvado". Y al instante recobró la vista. Y le seguía por el ca- mandato del mismo Jesucristo (1 Co 11,23-26)- se repiten hasta
mino» (Me 10,46-51). hoy en la celebración de la Santa Misa que al conjunto de ritos que
constituían la Cena pascual, que no están recogidos en el relato. Y
Cualquier comentario del Nuevo Testamento dirá aquí que
lo mismo se puede decir de la llamada de Jesús a los apóstoles, y,
San Marcos expone de manera genial el itinerario de la fe. El horn- ·
prácticamente, de todos los pasajes evangélicos.
bre que no tiene fe es un ciego como Bartimeo que está al lado del
En realidad, no podía ser de otro modo. Los relatos de los
camino -del camino de la vida, se entiende-, al albu~ de lo que le
Evangelios sinópticos son como son, sencillos, densos, profundos,
digan los demás, que, por otro fado, no le dejan expresarse. Cuan-
casi sin lugar para la anécdota -«muchas de las cosas respecto a Je-
do se encuentra con Jesús, con su petición insistente consigue la fe,
sús que interesan a la curiosidad humana no figuran en el Evange-
es decir, empieza a ver, y a estar en el camino, siguiendo, como los
lio», recuerda el Catecismo de la Iglesia Católica (n. S 14)-, con un
discípulos, a Jesús. La explicación se puede completar aún más, y
horizonte de enseñanza y de doctrina presente en cada paso, por-
hablar de la perseverancia en la petición, de dejar el manto -es de-
que, en realidad, los Evangelios no son una crónica contemporánea
cir, las propias posesiones, o lo que uno tiene entre manos-, de res- de la vida de Jesús, los Evangelios tienen su origen más próximo
ponder con prontitud a la llamada de Jesús, etc. Es asombroso des- en la predicación, en concreto en la predicación apostólica. Dicho
cubrir la capacidad pedagógica que tiene el texto. Si la narración se de otra forma: «Los Evangelios quieren ser fieles a la predicación
sigue punto por punto en esta dirección, quizás a alguien le asome apostólica que, a su vez, es fiel al significado de las palabras y los
la sospecha de que si el relato es tan rico en matices, tal vez se deba gestos de Jesucristo».
a que recoge una verdadera historia (como son verdaderas historias
Ése es el secreto de la densidad de los relatos. En su origen,
las parábolas narrativas de Le 1 S, por ejemplo) pero no algo histó-
cada relato remite a circunstancias precisas de la vida de Jesús,
ricamente verdadero. O lo que es lo mismo, el lector que mira el pero cada uno de ellos expresa también la enseñanza de la predica-
relato con curiosidad crítica puede sospechar que quizás no esté ción apostólica sobre Jesús. Esta conclusión no se deriva sólo de la
ante una historia realmente ocurrida, sino simplemente ante una investigación moderna sobre los Evangelios -tal como se ha visto
historia ejemplar, que expresa la verdad de lo que es tener fe y lo en la lección anterior, y tal como se ejemplificará en las siguien-
hace de modo narrativo. tes-, sino que es una constante de la enseñanza de los primeros Pa-
Este falso dilema es el que ha tratado de resolver la exégesis ca- dres de la Iglesia. San Justino, por ejemplo, llama a los Evangelios
tólica de los Evangelios en el último medio siglo. Esta exégesis se memorias de los apóstoles, San Ireneo, Clemente de Alejandría, y to-
ha propuesto explicar cómo los Evangelios, siendo muy significati- dos cuantos hablan del nacimiento de los Evangelios, enseñan el
vos, siguen siendo históricamente fiables. origen apostólico de los escritos. En este ámbito, resulta enorme-
Comprender los Evangelios Los Evangelios: historia y doctrina 51
50
mente significativo comprobar que cuando hablan de Marcos o de adaptándolos a la situación de las diversas Iglesias, conservando el
Lucas, los dos evangelistas que no son del grupo de los apóstoles, estilo de la proclamación: así nos transmitieron siempre datos autén-
repitan una y otra vez que reproducen respectivamente la predica- ticos y genuinos acerca de Jesús. Sacándolo de su memoria o del tes-
timonio de los "que asistieron desde el principio y fueron ministros
ción de los apóstoles Pedro y Pablo.
de la palabra", lo escribieron para que conozcamos la "verdad" de lo
El Magisterio de la Iglesia ha atendido a estos dos horizontes que nos enseñaban (cfr. Le 1,2-4)» (Dei Verbum, n. 19).
-la tradición recibida y los resultados de la moderna investigación
histórica y literaria de los Evangelios-, al declarar cómo entiende En el documento conciliar, como es fácil ver, estamos ante un
que se formaron los Evangelios y, por tanto, la manera con que los único párrafo. Aquí lo he dividido en cuatro para facilitar gráfica-
lee y proclama. Lo hizo con cierto detalle la Pontificia Comisión mente la claridad. En estos párrafos se abordan dos cuestiones:
Bíblica, en la Instrucción Sancta Mater Ecclesia. De historica Evange- l. Se afirma la historicidad de los Evangelios, que se confiesa
liorum veritate ( «La verdad histórica de los Evangelios», 21 de· abril sin duda de ningún tipo.
de 1964, en AAS 56 (1964} 712-718). Los contenidos más impor- 2. Se trata de la forma en la que debe fundarse esta historici-
tantes de esta declaración se condensan en el número 19 de la dad. El documento dice que debe tenerse presente lo que
Constitución Dogmática Dei Verbum, publicada el 18 de noviem- dijo Jesús, lo que predicaron los apóstoles y lo que escri-
bre de 196 5. Veamos con un poco de detalle este breve texto. bieron los evangelistas. Hace este recorrido de manera pro-
gresiva, desde Jesús hasta el texto de los Evangelios, pero
también podría elegirse el camino inverso y examinar los
3. TRES MOMENTOS PRESENTES EN EL TEXTO DE LOS EVANGELIOS
Evangelios como composiciones de los evangelistas que,
para redactarlos, escogieron noticias de entre las tradicio-
Las diversas frases del número 19 de Dei Verbum nos pueden nes orales y escritas que recibieron de la predicación apos-
dar una idea de cómo entiende la Iglesia los Evangelios y, en conse- tólica, que a su vez no hizo sino predicar los hechos y di-
cuencia, de cómo tenemos que entenderlos cuando los leemos. El chos de Jesús, entendiéndolos bajo la luz de la resurrección
texto dice así: de Cristo y con la inspiración del Espíritu Santo.
«La santa madre Iglesia ha defendido siempre y en todas partes, Esta explicación sobre la formación de los Evangelios tiene sus
con firmeza y máxima constancia, que los cuatro Evangelios mencio- consecuencias tanto para la investigación como para la lectura de
nados, cuya historicidad afirma sin dudar, los Evangelios. Para hacerlas explícitas, lo mejor será exponer bre-
»narran fielmente lo que Jesús, el Hijo de Dios, viviendo entre vemente las condiciones de cada uno de estos momentos presentes
los hombres, hizo y enseñó realmente para la eterna salvación de los de una u otra manera en los pasajes evangélicos.
mismos hasta el día de la ascensión (cfr. Hch 1,1-2).
»Después de este día, los apóstoles comunicaron a los oyentes
esos dichos y hechos con la mayor comprensión que les daba la resu- 3 .1. Primer momento. Las palabras y las obras de Jesús
rrección gloriosa de Cristo y la enseñanza del Espíritu de verdad.
»Los autores sagrados compusieron los cuatro Evangelios esco- Los Evangelios, dice el texto de Dei Verbum, «narran fielmente
giendo datos de la tradición oral o escrita, reduciéndolos a síntesis, lo que Jesús, el Hijo de Dios, viviendo entre los hombres, hizo y
52 Comprender los Evangelios los Evangelios: historia y doctrina 53
enseñó realmente para la eterna salvación de los mismos hasta el pequeñas y empequeñecedoras como en algunas tradiciones farise-
día de la ascensión». Esto quiere decir que al leer el Evangelio des- as. Algunos autores lo expresan de una forma un tanto provocado-
cubrimos a Jesús, es decir, somos capaces de entender las acciones ra: dicen que Jesús predicó una ética aristocrática (los saduceos son
de Jesús en las condiciones en las que se desarrolló su vida en la la clase aristocrática) pero para todo el pueblo. Aunque no parezca
tierra. Los Evangelios recogen el ambiente en el que Jesucristo vi- excesivamente correcta la expresión, el caso es que expresa con
vió su vida, a saber, en los años 1-30 de nuestra era y en Palestina, claridad la personalidad de Jesús. Por eso es importante ser cons-
por tanto, en un ámbito judío. cientes de que este conocimiento del ambiente en el que vive Je-
Como se ha señalado ya en el capítulo anterior, todos los cono- sús nos enseña que las palabras y las acciones del Señor no se pue-
cimientos de arqueología, de literatura judía del momento, etc., den explicar como una derivación de la doctrina de los fariseos, o
nos deberán ilustrar en un conocimiento mejor de los Evangelios. de los saduceos; sólo se explican desde la singularidad de su ser y
Además de brindarnos el contexto en el que tuvo lugar la actividad su misión.
de Jesús, estos conocimientos nos ayudarán a fundar históricamen- Vayamos a otro ejemplo, también en relación con el ambiente
te lo narrado en ellos. En este aspecto, a la vista de lo que se ha re- religioso, pero ahora sobre la manera de argumentar. Todos recor-
cordado en el capítulo anterior, las conclusiones de la investigación damos el pasaje en el que los saduceos tientan a Jesús sobre la impo-
y de la lectura nos tienen que ayudar a situar las acciones y las pala- sibilidad de la resurrección con el ejemplo de aquella mujer que
bras de Jesús en continuidad y en discontinuidad con el ambiente de la épo- había sobrevivido a los siete hermanos con los que se había casado
ca. En continuidad, porque si no fuera así su mensaje no habría (Mt 22,23-33). Jesús argumenta el hecho de la resurrección, nega-
sido entendido. En discontinuidad, porque Jesús, como lo mues- da por los saduceos, con un pasaje del Pentateuco -los libros acep-
tran los textos abiertamente, tiene conciencia de su singularidad tados por los saduceos- y sin apoyo exegético en la tradición oral,
esencial y la manifiesta. característica propia de la argumentación de los fariseos. En cam-
Unos ejemplos podrán aclarar a qué nos referimos. El primero bio, en la controversia con los fariseos a propósito del pasaje de las
está relacionado con la manera de entender el Antiguo Testamen- espigas arrancadas en sábado se sirve de los esquemas interpretati-
to en lo que se refiere a normas de conducta. Es conocido que en vos de los fariseos. El texto es éste:
tiempos del Señor la manera de vivir estas normas era bastante di-
ferente en diversos grupos del judaísmo: saduceos, fariseos, ese- «En aquel tiempo pasaba Jesús un sábado por entre unos sem-
nios, etc. Parece que, sin llegar a los excesos de algunas corrientes brados; sus discípulos tuvieron hambre y comenzaron a arrancar
111¡
fariseas,Jesús vivió las normas de conducta y de pureza ritual de mane- unas espigas y a comer. Los fariseos, al verlo, le dijeron: "Mira, tus
ra semejante a como las vivían algunos fariseos, que, fundados en discípulos hacen lo que no es lícito hacer el sábado". Pero él les dijo:
"¿No habéis leído lo que hizo David y los que le acompañaban cuan-
la tradición oral, y con afán de santificar todas las acciones de los
do tuvieron hambre? ¿Cómo entró en la Casa de Dios y comió los pa-
hombres, habían reglado el comportamiento diario con muchas
nes de la proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que
normas. Ejemplos hay miles en el Evangelio (cfr. Me 7 ,1-15). Sin
le acompañaban, sino sólo a los sacerdotes' ¿Y no habéis leído en la
embargo, Jesús predica más bien una manera de comportarse que Ley, que los sábados, los sacerdotes en el Templo quebrantan el des-
en muchos casos coincidiría con la saducea, es decir, ateniéndose a canso y no pecan? Os digo que aquí está el que es mayor que el Tem-
lo escrito en la Ley de Dios, sin estar ahogados por miles de leyes plo. Si hubierais entendido qué sentido tiene: Misericordia quiero y no
Los Evangelios: hisroria y doctrina 55
54 Comprender los Evangelios
r
56 Comprender los Evangelios Los Evangelios: hiscoria y doctrina 57
Éste es un caso explícito, pero hay otros muchos implícitos en ejemplo San Justino cuando dialoga con el judío Trifón, pero los
todos los Evangelios. Por ejemplo, en San Lucas muchas veces se Evangelios también lo testimonian. Muchas veces, las controver-
denomina a Jesús, Señor. En tiempo de Jesús, como ahora, se deno- sias de la vida de Jesús, cuando se recogen en el Evangelio, tienen
minaba señor, en público, a una persona con autoridad, pero «Se- presente también la situación de aquellos primeros cristianos en
ñor» es también una manera de denominar a Dios, sin pronunciar convivencia con sus vecinos judíos. Esto se puede percibir con más
su nombre sin necesidad. Y es claro que en San Lucas, las más de claridad en muchos pasos de los Evangelios de San Mateo o de San
las veces, Señor, aplicado a Jesús, se utiliza en esta última acepción. Juan. Quizás el más conocido sea el de la resurrección, cuando el
Para comprender esto con mayor nitidez quizás habría que re- primer evangelista (Mt 28,11-15) recuerda que la calumnia del
mitir al pasaje de la confesión de Pedro en el Evangelio de San Ma- robo del cuerpo muerto de Cristo pervive hasta hoy (Mt 28,15:
teo (Mt 16,13-20). Allí Jesús le dice a Pedro que el haberlo confe- hasta el día que escribe Mateo el relato) y el evangelista, frente a
sado como Hijo de Dios no es algo natural, sino revelación del esa calumnia, presenta el origen de la falacia. Me parece que San
Padre. Por tanto, cabe pensar que todos los pasajes en los que se Agustín interpretó bien la intención de Mateo cuando al comentar
afirma de una u otra manera la divinidad de Jesús son claros desde el pasaje dice: Astucia siniestra ¿Presentáis testigos dormidos?
Verdaderamente dormiste tú inventando tales patrañas (cfr. Ena-
la comprensión posterior a la resurrección.
rraciones sobre los Salmos, 63,15).
Vamos ya al otro aspecto, al cambio de contexto de la predica-
Pero hay muchos otros ejemplos. Así, la expresión «sus sinago-
ción apostólica respecto de la vida de Jesús. Lo primero que cam-
gas», que aparece más de una vez en el primer Evangelio -«Guar-
bia es el espacio cultural. La predicación de los apóstoles comienza
daos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales, os azo-
en Palestina, pero se desarrolla, sobre todo, fuera de Palestina, en el
tarán en sus sinagogas» (Mt 10,17)- puede presuponer que hay
ámbito del Impero Romano. Los Hechos de los Apóstoles son tes-
sinagogas cristianas y sinagogas que no han llegado a serlo.
tigos de que la predicación se dirige a judíos y a paganos. No obs-
tante, judíos y paganos no son objeto de idéntica argumentación, Otro ejemplo puede ser el que se ha apuntado más arriba a pro-
de la misma manera que no es igual el contexto de enseñanza cate- pósito de las espigas arrancadas en sábado. Allí, como en otro lugar
quética dentro de la Iglesia que el de la misión apostólica, etc. (Mt 9,13), aparece la frase: «Si hubierais entendido qué sentido
tiene: Misericordia quiero y no sacrificio, no habríais condenado a los
Enseñar con las teorías es más largo, pero hacerlo con ejemplos
inocentes». Esta frase de Oseas en los documentos judíos de la épo-
es breve y eficaz. Veamos pues algunos en los que el texto del
ca estuvo muy presente en los ámbitos judíos tras la destrucción de
Evangelio refleja también el contexto en el que se ha proclamado
Jerusalén por parte de Tito, el año 70: si no hay Templo para el
una acción o unas palabras de Jesús. culto, la misericordia es el mejor sacrificio. Es, por tanto, muy pro-
bable que, en la enseñanza apostólica, se recordase la enseñanza de
Jesús pero con un tono de actualización, y parece claro que en la re-
3. 2 .1. Las controversias con judíos
dacción de San Mateo la frase tiene un doble horizonte: de la vida
Es claro, a tenor del libro de los Hechos de los Apóstoles y de de Jesús y el de la comunidad en contacto con el judaísmo.
las cartas de San Pablo, que los judíos cristianos entraron en con- También se puede leer así el pasaje del ciego de nacimiento re-
troversia con judíos que no se hicieron cristianos. Lo recoge por latado por San Juan (In 9,1-32). Allí, cuando los padres no quieren
58 Comprender los Evangelios Los Evangelios: historia y doctrina 59
responder en nombre de su hijo, se dice que su silencio se debe a Pasando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo
que los judíos «ya habían acordado que si alguien confesaba que él y Juan su hermano, que estaban en la barca con su padre Zebedeo re-
era el Cristo fuese expulsado de la sinagoga» (In 9, 22). Sabemos mendando sus redes; y los llamó. Ellos, al momento, dejaron la barca
que, tras la destrucción del Templo de Jerusalén, algunos judíos y a su padre, y le siguieron».
decretaron penas de expulsión de la sinagoga para los herejes (pro-
En San Mateo y en San Marcos ésta es la primera vez que se
bablemente, los judíos cristianos). Por tanto, es fácil pensar que el
nombra a los discípulos. Jesús va a Cafarnaum y al entrar, los mira,
episodio relatado por San Juan mira tanto al momento histórico de
les llama y ellos le siguen. La lectura de los Evangelios de San Juan
la vida de Cristo en que se produjo como al posterior momento de
(In 1,35-51) y de San Lucas (Le 4,14.38-39; 5,1-11) nos permite
la evangelización.
ver que, antes de la llamada,Jesús había ya tenido un trato más ha-
Teniendo esto presente, se pueden examinar otras muchas con-
bitual con estos cuatro discípulos que luego fueron apóstoles. Pero
troversias entre Jesús y los fariseos. el relato de Mateo lo que muestra es un esquema sencillo: llamada
de Jesús y respuesta inmediata del discípulo, que deja lo que tiene
entre manos. Un relato fácil de memorizar, al menos en sus pasos
3.2.2. El contexto de la misión apostólica
principales, y eficaz para la misión. Muy parecidos son los relatos
de la llamada a Mateo (Mt 8,9 y par), o al joven rico (Mt 19,16-22
Los libros del Nuevo Testamento muestran que la misión apos-
y par, aunque éste se inicia con una pregunta del joven); el de los
tólica ocupa no pocas energías en la actividad de los discípulos de
que quieren seguir a Jesús (Le 9,57-62), etc.
Cristo. En el libro de los Hechos vemos que en la predicación
apostólica a los judíos se muestra a Jesús como el cumplimiento de Lo importante es señalar que en su brevedad el texto no recoge
las Escrituras. En la que se dirige a los gentiles -como se ve por una mera anécdota, sino que enseña lo que se debe tener en cuenta:
1
ejemplo en el discurso de San Pablo en el Areópago (Hch 17 ,22- la llamada del Señor a una nueva misión que tiene como fin la re- 1/[
!,
31)-, se mostrará el valor de Cristo para todos. novación del mundo -a eso alude la expresión «pescadores de
hombres»-, la respuesta inmediata, el abandono de lo propio, etc. 1
Desde este punto de vista es posible acudir a los Evangelios e
11
Dios el poder de perdonar los pecados. Y también ahora los hom- estilo de la proclamación: así nos transmitieron siempre datos autén-
bres se asombran de ese poder. ticos y genuinos acerca de Jesús. Sacándolo de su memoria o del tes-
El repaso podría seguir con otros contextos, como por ejemplo timonio de los "que asistieron desde el principio y fueron ministros
de la palabra", lo escribieron para que conozcamos la "verdad" de lo
el litúrgico -en los textos en los que se habla de la oración, o de la
que nos enseñaban (cfr. Le 1, 2-4)».
Eucaristía-, pero lo visto pienso que nos puede servir para dos cosas:
l
1
El texto se refiere a un verdadero trabajo de composición por como dije, a Pedro más tarde, el cual impartía sus enseñanzas según las nece-
sidades y no como quien hace una composición de las sentencias del Señor,
parte de los evangelistas, que, como verdaderos autores (cfr. Dei
pero de suerte que Marcos en nada se equivocó al escribir algunas co-
Verbum, n. 11), escribieron una obra personal. A la hora de abordar
sas tal como las recordaba. [. .. } Mateo dispuso los discursos [acerca}
la naturaleza de este trabajo, considero que hay cuatro elementos
del Señor en la lengua de los hebreos, y cada uno los interpretó como
que nos ayudarán a entender este punto. Se refieren al tiempo de la pudo» (Papías de Hierápolis, según Eusebio de Cesarea, Historia
composición de los Evangelios, a los lugares, a las fuentes de las Eclesiástica, 3, 39, 14-15.16).
que dispusieron los evangelistas y al modo de composición. «Mateo publicó entre los hebreos en su propia lengua, una for-
ma escrita de Evangelio, mientras que Pedro y Pablo en Roma anun-
ciaban el Evangelio y fundaban la Iglesia. Fue después de su partida
3.3.l. Tiempo cuando Marcos, el discípulo e intérprete de Pedro, nos transmitió también
. por escrito lo que había sido predicado por Pedro. Lucas, compañero de Pablo,
La composición de los Evangelios se realizó de manera genérica consignó también en un libro lo que había sido predicado por éste. Luego
en los años 60-90 de nuestra era. Esta datación es relativamente Juan, el discípulo del Señor, el mismo que había descansado sobre su
sencilla. Los documentos de los Padres y escritores eclesiásticos pecho publicó también el Evangelio mientras residía en Éfeso» (San
(Papías, San Ireneo, Clemente de Alejandría, etc.) señalan que en Ireneo, Contra las herejías, 3, 1, 1).
el origen de los Evangelios está la necesidad de preservar la predicación «El cuarto Evangelio es de Juan, uno de los discípulos. Cuando
apostólica. Éstos son algunos de los textos más importantes que nos sus co-discípulos y obispos le animaron, dijo Juan "Ayunad conmigo
durante tres días a partir de hoy, y lo que nos fuera revelado comé-
ha conservado la tradición:
rnoslo el uno al otro". Esta misma noche le fue revelado a Andrés,
«El Evangelio según Marcos se empezó a escribir de la siguiente uno de los apóstoles, que Juan debería escribir todo en nombre pro-
manera: en tiempos en los que Pedro publicaba la palabra en Roma y pio y que ellos debían revisárselo» (Canon de Muratori).
exponía el Evangelio bajo la acción del Espíritu, aquellos que en
gran número estaban presentes en aquella ocasión le pidieron a Marcos Estos textos muestran dos cosas: que los Evangelios nacen de
que, puesto que llevaba mucho tiempo acompañando a Pedro y se acordaba de los apóstoles -o de sus discípulos inmediatos, pero la fuente auto-
las cosas que él había dicho, pusiera por escrito sus palabras; así lo hizo y ritativa son los apóstoles-, y que se escribieron en los años en que
les dio el Evangelio a los que se lo habían pedido; cuando se enteró iban desapareciendo los apóstoles. Por tanto, se puede afirmar que
de ello Pedro, no dijo nada ni para impedirlo ni para promoverlo. los Evangelios quieren preservar la memoria apostólica sobre Jesu-
[ ... } Pero el último de todos, Juan, sabiendo que los hechos externos cristo.
ya habían quedado claros en el Evangelio, urgido por sus amigos e
inspirado por el Espíritu Santo, escribió un Evangelio espiritual»
(Clemente de Alejandría, según Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiás- 3.3.2. Lugar
tica, 6, 14, 5- 7).
«Marcos, que fue intérprete de Pedro, puso cuidadosamente por Al hablar de los tres momentos presentes en los Evangelios,
escrito, aunque sin orden, lo que recordaba de lo que el Señor había hemos visto que para el primer momento el lugar en el que había
dicho y hecho. Porque él no había oído al Señor ni lo había seguido, sino, que entenderlo era Palestina, para el segundo, el Impero Romano.
w
11
una comunidad de cristianos procedentes del judaísmo con genti- su generación pusieron por escrito el mensaje de salvación
les para Mateo, una comunidad de cristianos procedentes de la inspirados por el Espíritu Santo» (Dei Verbum, n. 7), «pues ¡' ·
gentilidad para Marcos y una comunidad de cristianos de Asia Me- lo que los apóstoles predicaron por mandato de ,Jesucristo,
nor para Juan. Sin embargo, un examen de los Evangelios dice más después ellos mismos con otros de su generación lo escribie- l:1
sobre los destinatarios. Sobre todo, en la lectura atenta de los ron por inspiración del Espíritu Santo» (Dei Verbum, n. 18)
Evangelios llaman la atención dos cosas: 2. El testimonio de los que «asistieron desde el principio y
l. Los Evangelios se dirigen a cristianos. No son tratados apo- fueron ministros de la palabra». Aquí, citando a Lucas, el
logéticos para personas que no conocen el cristianismo. San · texto de Dei Verbum, n. 18.menciona, si no dos fuentes dis-
Lucas dice explícitamente, y Dei Verbum así lo recoge, que tintas, al menos dos aspectos distintos de las fuentes: quie-
escribe el texto a Teófilo «para que conozcas la indudable nes fueron testigos oculares, y quienes fueron ministros de
certeza de las enseñanzas que has recibido» (Le 1,4). El Evange- la palabra. También dice que además de escuchar a los testi-
lio no es tanto una enseñanza nueva como una verificación o gos y a los ministros de la palabra, contaron con fuentes es-
una justificación de la enseñanza ya recibida. critas, ya que los evangelistas escogieron «datos de la tradi-
2. Aunque cada uno de ellos se dirige a una comunidad bien ción oral o escrita». Es decir, el texto supone que parte de
determinada, todos tienen presente el destino universal del aquella predicación apostólica fue puesta por escrito antes
Evangelio, es decir, están concebidos para ser entendidos de que se compusieran los Evangelios.
por todo el mundo. Incluso el Evangelio sinóptico más par- Se destaca aquí lo mismo que se ha venido subrayando hasta
ticular, San Mateo, tiene presente esta misión universal, ahora: la fuente última de los evangelistas es la predicación apostó-
como se ve en los mandatos apostólicos. lica. De ahí, también, la autoridad que tuvieron los Evangelios
Estas características se percibirán mejor cuando se repase cada desde el inicio. Dei Verbum no teme tampoco repetirse cuando afir-
Evangelio en particular. Vamos ahora a otros aspectos. ma, una y otra vez, que los evangelistas realizaron su obra inspira-
dos por el Espíritu Santo.
Mt 5,15: «Ni se enciende una luz para ponerla debajo de un ce- a) Es muy importante no confundir los tres momentos. Los
lemín, sino sobre un candelero para que alumbre a todos los de la Evangelios son fieles a las acciones de Jesús, pero a través de la pre-
casa». dicación apostólica y teniendo presentes a sus destinatarios. Así,
Le 8,16: «Nadie que ha encendido una lámpara la oculta con por ejemplo: t
una vasija o la pone debajo de la cama, sino que la pone sobre un 1. No es necesario afirmar que el Sermón de la Montaña, tal
candelero para que los que entran vean la luz». · como viene recogido por San Mateo (Mt 5, 1- 7 ,29) en su
Evangelio, fuese predicado así exactamente por Jesucristo.
Es fácil ver que el texto de Mateo piensa en una casa de Palestina
Algunos autores piensan que ambos evangelistas se podrí-
donde una lamparilla puede alumbrar una estancia y dar reflejo en
an referir a dos discursos distintos. Sin embargo, parece
las habitaciones vecinas, mientras que el texto de Lucas piensa en
más fácil pensar que San Mateo, con ocasión de ese discur-
una casa grande, griega o romana, en la que la luz colocada en un si-
so inaugural del ministerio de Jesús -que Lucas (cfr. Le
tio concreto no sirve para iluminarla, aunque sí para orientarse.
6, 1 7-49), por su parte, ha recogido con más brevedad: los
A veces no es fácil distinguir si este trabajo es de los evangelistas
111 versículos de Mateo son 33 en el tercer Evangelio-, ha
o si los textos ya venían así de la predicación de los ministros. Tam-
reunido las enseñanzas de Jesucristo que pueden conside-
bién es claro que el ejemplo seleccionado es elemental, pero, espero
rarse la renovación de la Ley con una justicia mayor que la de es-
que en otro capítulo se vea con más ejemplos, esta adaptación que se
cribas y fariseos (Mt 5,20). Pero esto no debe tomarse como
hace al poner por escrito el mensaje afecta también a otros aspectos
una genialidad de San Mateo. Lo que Mateo expresa de esa
más importantes. Puede pensarse, por ejemplo, en los contenidos
manera es la doctrina que viene del mismo Cristo, predica-
del discurso de la montaña en San Mateo que están repartidos a lo
da por los apóstoles y que él expone así para sus destinata-
largo del Evangelio de San Lucas, etc. En las lecciones que tratarán
rios.
de los evangelistas, se aludirá a este aspecto más de una vez.
La otra característica notable que subraya el texto de Dei Ver- 2. Lo mismo podría decirse a propósito de otros lugares. Por
bum se refiere al estilo de los Evangelios. Los Evangelios, dice, ejemplo, el capítulo 10 de San Mateo -como el capítulo 6
mantienen el estilo de proclamación. Es lo mismo que decir que de San Marcos- recoge una especie de regla de la misión
no pretenden ser una crónica histórica, ni una apología, ni una bio- apostólica. Si se lee el texto despacio, puede verse que mu-
grafía, etc. Lo que hacen es reproducir lo más fielmente posible la chos de los contenidos convendrían mejor al mandato del
proclamación apostólica de Jesucristo como único salvador de la final del Evangelio, o a otros lugares de la actividad de Je-
humanidad. sús con los doce. San Mateo los reúne aquí formando una es-
Comprender los Evangelios
l
68
li
mas, dos tipos de estudios que se ocupan de los estadios literarios que
preceden a la formación final del texto. Se centran en las tradicio- El primer paso para leer un texto es fijar el texto mismo. En el
nes orales y escritas anteriores al texto. caso de textos antiguos no contamos con los originales, si~c,ón
copias. Y las copias no siempre coinciden. La labor que intenta
Ya en el siglo XX, apareció la crítica de la redacción, cuyo objeto
elucidar el texto original se denomina crítica textual.
de estudio es el texto en su forma final.
Por lo que respecta al Nuevo Testamento, contamos con multi-
Una rama diferente de la investigación, anterior a la crítica de
tud de textos manuscritos y de citas en las obras de los Padres de la
las fuentes, es la crítica histórica, que se ocupa no de la historia de
Iglesia; además, en diferentes idiomas, como el griego, el latín, el
los orígenes del texto, sino de la historia que está detrás del texto.
siriaco o el copto. El caso del Nuevo Testamento es especialmente
De lo que se trata es de llegar, partiendo de la forma actual y de los
complicado: hay unos 59 manuscritos que lo contienen entero, y
estadios de desarrollo, a los hechos y acontecimientos de que habla unos 2.000 que transmiten tan sólo los Evangelios. Entre estos,
el texto. ninguno concuerda exactamente en todos los detalles con otro. La
labor de la crítica textual consiste, pues, en determinar cuál es el
b) El estudio sincrónico se refiere al texto como una unidad co-
texto más fiable, seleccionando o valorando las diferentes varian-
herente en un momento determinado del tiempo, prescindiendo de su evo-
tes. Este estudio, además, nos sirve también para verificar el cuida-
lución histórica. Los trabajos que se encuadran en este ámbito tra-
do con que la tradición ha transmitido algo tan central como es el
tan de estudiar las relaciones entre los elementos constitutivos de texto bíblico.
un texto y sus líneas de significado. Los análisis más importantes
De todos modos, en el caso del Nuevo Testamento también
utilizados hoy día en este ámbito son el narrativo, el retórico y el
debe decirse que la mayor parte de las variantes son intrascenden-
semiótico.
Comprender los Evangelios
Las metodologías 73
72
nópticos, pero, en general, cuenta cosas qUé: no están recogidas en na Que/le, que significa «fuente»). Por ejemplo: el discurso
los otros tres Evangelios. Uno podría preguntarse entonces: ¿qué de la montaña.
fuentes han usado estos relatos?; ¿hay una única fuente? 3. También hay un material propio de cada evangelista: el que
Estas preguntas ya fueron planteadas y respondidas en los ini- más tiene es Lucas (unas 50 perícopas, como, por ejemplo,
cios del cristianismo por autores como Orígenes, en el siglo III, las parábolas del buen samaritano y del hijo pródigo); luego
con su Contra Celso, o San Agustín, a inicios del siglo V, con su De Mateo (unas 30 perícopas, como, por ejemplo, el pasaje de
consensu evangelistarum. La crítica de las fuentes recogió, muchos si- la adoración de los magos); y por último Marcos (son muy
glos después, el relevo de estos planteamientos, aunque postulán- pocas, como, por ejemplo, la curación del sordomudo de
dolos de un modo nuevo, con independencia de la tradición recibi- Me 7,2-37).
da. Con estos estudios vino a la luz la primera de las corrientes
Junto a esto, también se ve una diferencia en cuanto a la sucesión
histórico-crítica. y al orden del material y en cuanto a la formulación. Por una parte, en
La crítica de las fuentes lo que plantea es estudiar lis tradiciones ocasiones coincide, a grandes rasgos, el orden de lo narrado en Ma-
escritas que se encuentran en la prehistoria de estos textos, recons- teo, Marcos y Lucas, pero, por ejemplo, cuando el orden cambia,
truyéndolas en la medida de lo posible e investigando sus «acen- entre ellos se da la peculiar característica de que Mateo y Lucas
tos» y la «situación vital» en la que han aparecido. Concretamen- nunca coinciden frente a Marcos. Por otra, Mateo y Lucas suelen te-
te, postula que el Antiguo Testamento hace referencia a una serie ner un mejor estilo frente a Marcos en los pasajes comunes.
de tradiciones y a los ambientes en los que han aparecido y se han
Teniendo en cuenta estos datos, a lo largo de la historia se han
desarrollado. Por ejemplo, las tradiciones que habrían originado el
sostenido diversas teorías que tratan de explicar el tema de las
Pentateuco serían la sacerdotal, la profética, etc. Por lo que respec-
fuentes:
ta al Nuevo Testamento, estos estudios son más abundantes cuan-
do tratan de las fuentes de los sinópticos, estudio éste que ha deri-
a) San Agustín, en su De consensu evangelistarum, resumiendo lo
vado en la llamada «cuestión sinóptica». Nos detendremos en
dicho por otros Padres de la Iglesia, plantea una hipótesis basada
ellos. en el orden canónico de los libros: Mateo fue el primero, Marcos hizo
En líneas generales, los autores que se han dedicado a la crítica un resumen teniendo presente la predicación de Pedro, y Lucas es-
de las fuentes hablan, por lo que respecta a los Evangelios sinópti- cribió el Evangelio para los paganos:
cos, de la existencia de:
l. Un material común a los tres, llamado de triple tradición. «Estos cuatro evangelistas son conocidísimos en todo el orbe de
Por ejemplo: los relatos de la Pasión o el milagro de la tem- la tierra. [ ... } Éste es el orden en que escribieron, según se acepta tra-
dicionalmente: el primero Mateo, luego Marcos, en tercer lugar Lu-
pestad calmada. En general, incluye casi todo el Evangelio
cas, y por último Juan. En consecuencia, fue uno el orden por lo que
de Marcos.
a conocer y anunciar el Evangelio, y otro por lo que a escribirlo se re-
2. Un material común a Mateo y Lucas, ausente de Marcos, fiere. En su conocimiento y anuncio fueron los primeros quienes, si-
llamado de doble tradición, que se denomina en muchos ma- guiendo al Señor, presente corporalmente, le oyeron hablar y le vie-
nuales «Q» (esta letra es la abreviatura de la palabra alerna- ron obrar, y fueron enviados por él en persona a evangelizar. En
Las metodologías 77
Comprender los Evangelios
76
Evangelios escritos, consistente en la predicación de las palabras y los la Buena Nueva; ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en
hechos de Jesús, y llevada a cabo en diferentes contextos: litúrgico, de rníl?»), legales (Mt 5,31-32: «También se dijo: El que repudie a su
predicación a los paganos, de predicación a los judíos, de contro- mujer, que le dé acta de divorcio. Pues yo os digo: Todo el que re-
versia, etc.; la mayor parte se habría dirigido a cristianos. Según pudia a su mujer, excepto el caso de fornicación, la hace ser adúlte-
ellos, la predicación se sirvió de las llamadas formas menores (lite- ra; y el que se case con una repudiada, comete adulterio»), los que
ratura popular), asociadas a unos contextos u ocasiones determinadas empiezan con «yo os digo» y comparaciones (Me 8,35: «Porgue
(Sitz im Leben), las cuales transmitidas oralmente, desarrolladas e quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida
interpretadas, pasaron a formar parte de los Evangelios escritos, ya por mí y por el Evangelio, la salvará»). Los dichos, además, no
separadas de sus contextos originales. Los Evangelios serían, de transmitirían normalmente grandes discursos.
este modo, como antologías o colecciones de pequeñas unidades literarias b) En cuanto a la transmisión de acciones, la categoría principal
-por ejemplo: dichos, parábolas, historias de curaciones, exorcis- sería la de los paradigmas o apotegmas, que son una mezcla de dichos
mos- que podrían ser aisladas unas de otras. La crítica-de las for- y hechos. Dibelius los llama «paradigmas» y Bultmann «apoteg-
mas lo que trataría es de reconstruir la forma original de esas uni- mas». Son narraciones breves y simples, dirigidas a un final, que es
dades y los contextos de uso. el que las redondea. Por ejemplo, el relato del joven rico (Me
Aunque Bultmann y Dibelius denominan y clasifican estas 10,17-31), donde Jesús dice: «¡Qué difícilmente entrarán en el
formas de un modo ligeramente diferente, en general, las podemos Reino de Dios los que tienen riquezas!»; el de Marta y María (Le
dividir en «transmisión de palabras» y «transmisión de acciones». 10,38-42), que concluye con «Pero una sola cosa es necesaria»; el
de los publicanos y pecadores, que acaba con «No he venido a lla-
a) Dentro de la transmisión de palabras tenemos las parábolas
mar a los justos, sino a los pecadores» (Mt 9,13).
(por ejemplo, la de la oveja perdida de Le 15 ), los dichos (por ejem-
plo, la instrucción sobre la reconciliación de Mt 6, 14-15: «Que si En este grupo hay, además, otras categorías menos importan-
vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará tam- tes, como son las historias de milagros, en las que, según Dibelius,
bién a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los el milagro es la enseñanza (como en los casos de ]airo, Bartirneo o
hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas») y las la curación del leproso de Me 1,40-45), y hay que «buscarla» en el
parénesis o exhortaciones (Mt 18,10: «Guardaos de menospreciar a mismo relato, porgue tiene carácter narrativo; las leyendas (las que
uno de estos pequeños; porgue yo os digo que sus ángeles, en los señalarían como actúa Dios a través de la figura de Jesús; por ejem-
cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cie- plo, Jesús a los 12 años en el Templo); los mitos (categoría específi-
los»). Bultmann clasifica los dichos en sapienciales (Me 3,24-26: ca de Dibelius: serían las referencia a Jesús como figura divina; por
«Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede ejemplo, la Transfiguración); etc., cuya denominación concreta de-
subsistir. Si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no po- pende más bien de los prejuicios del que la proponga.
drá subsistir. Y si Satanás se ha alzado contra sí mismo y está divi- Podemos decir que este método funciona con dos presupuestos
dido, no puede subsistir, pues ha llegado su fin»), proféticos (Le centrales, ligados a lo que llaman Sitz im Leben. Por una parte, se
7 ,22-23: «Y les respondió: "Id y contad a Juan lo que habéis visto presupone que estas formas, anónimas, circulaban ya en la primera
y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan lim- comunidad, de tal modo que los evangelistas habrían sido meros
pios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres «recopiladores». Por otra, que estas formas no tendrían como pri-
80 Comprender los Evangelios las metodologías 81
mera finalidad conservar el recuerdo de los acontecimientos ocurri- una consecuencia de lo que sus autores viven en el momento pre-
dos al Jesús histórico, sino la predicación. sente. También es verdad, como se ha visto en el capítulo anterior,
La Pontificia Comisión Bíblica ya hizo explícito, en su docu- y se mostrará a lo largo de este trabajo, que esta crítica ha llamado
mento La interpretación de la Biblia en la Iglesia, de 1993, que la la atención sobre aspectos no desdeñables de los Evangelios, y que,
«historia de las formas», en un primer momento, suscitó fuertes practicada con prudencia, no sólo es útil, sino también necesaria
reservas, ya que estudiaba los textos bajo el prisma de la historia de para una mejor comprensión de los textos sagrados.
las religiones. Según este presupuesto, aquella Iglesia primitiva no
habría tenido miedo a mitologizar a Jesús, y los textos serían un
fruto de ese proceso; los predicadores, personas anónimas, habrían 2.3. La crítica de la redacción o «Redaktionsgeschichte»
funcionado de un modo carismático, construyendo las formas se-
gún sus necesidades. A mediados del siglo XX se contaba ya con un método históri-
A este respecto, hay que señalar que las ideas de la crítica de las co bastante enriquecido por la suma de las aportaciones de la críti-
formas ni siquiera desde un punto de vista sociológico están plan- ca textual, la crítica de las fuentes y la crítica de las formas. Sin
teadas con objetividad. La Iglesia desde el principio fue autocrítica embargo, entre 1950 y 1960, se replanteó de un modo científico la
y autoritativa, aceptando o rechazando sin ningún tipo de arbitra- labor de los redactores en la composición de los Evangelios. La crí-
riedad lo que fuera acorde o disconforme con los hechos que habían tica de las formas subrayaba el proceso de la tradición oral de pe-
sucedido. Bultmann, concretamente, se concentra casi exclusiva- queñas unidades literarias, en su carácter anónimo y popular, consi-
mente en la creatividad «funcional» de estas formas, según la si- derando a los evangelistas unos meros recopiladores. Pero profesores
tuación y las necesidades ambientales (Sitz im Leben) de la evangeli- como Hans Conzelmann, Willi Marxsen o Günther Bornkamm,
zación llevada a cabo por comunidades cristianas más antiguas. Sin quisieron poner de relieve los distintos énfasis que los redactores de
embargo, el origen y el uso de los relatos es «intraeclesial», y se en- los Evangelios concedían a las tradiciones que habían utilizado en
cuentra ya en la liturgia, por ejemplo. sus obras, cosa que hicieron modificando y enlazando su material,
A la crítica de las formas podrían hacérsele otras críticas meno- componiéndolo de un modo significativo, es decir, dándoles un
res, como el hecho de que no se encuentra una completa coherencia sentido particular. Estos énfasis, según ellos, estaban determinados
en la propuesta de las distintas «formas». Además, podríamos plan- por su situación y por la situación particular de su público inme-
tearnos otras dudas razonables: si, como ellos dicen, todo era oral, diato, esto es, sus lectores. De modo general, se puede afirmar que
¿por qué está escrito? Estos ejemplos muestran una de las carencias la crítica de la redacción sigue a la crítica de las formas y la com-
técnicas más importante del método: su poco apoyo en el texto. plementa, y esto en casi todos los aspectos. Para situar al lector, po-
En conclusión: es cierto que la crítica de las formas sigue sien- dría decirse que el nacimiento de la crítica de las formas coincide
do una referencia importante, pero no se puede dejar de tener en cronológicamente con la etapa que en el capítulo primero se ha ca-
cuenta que algunos de sus resultados tal vez estén viciados de par- racterizado por el pesimismo sobre el carácter histórico de los
tida. Esta idea quizá puede ilustrarse viendo cómo la exégesis pro- Evangelios. Las formas en Bultmann, por ejemplo, están al servicio
testante tiene tendencia a ver descrita en el Nuevo Testamento una de exponer cómo los textos del Nuevo Testamento muestran la fe
diversidad de las iglesias, cosa que probablemente no es más que en Jesús de las comunidades donde nacen esos textos. Pero el mé-
Comprender los Evangelios Las metodologías 83
82
todo, bien purificado, puede servir para describir lo que en el capí- Tal y como está planteada, la crítica de la redacción supone los
tulo segundo hemos denominado segundo momento presente en la resultados de la crítica de las fuentes y de las formas. El método se
composición de los Evangelios, el que describe la predicación articula en estos pasos: análisis individual de cada pasaje, análisis
apostólica. De manera semejante, la crítica de la redacción coinci- de los enlaces entre ellos, y análisis de la composición del texto.
de con el cambio de actitud hacia los Evangelios, cuando se confía Esta investigación puede aportar datos muy interesantes, como
en su valor histórico. Además, metodológicamente, tiene aspectos la perspectiva teológica de cada autor o el contexto histórico en
que hacen al método eficaz para descubrir el tercer momento pre- que cada autor escribe su libro, aunque no se deben ignorar sus lí-
sente en la composición de los Evangelios: el de la obra de los mites, tales como una excesiva dependencia de la teoría de las
evangelistas. fuentes, cierto escepticismo histórico, exageraciones, subjetivismo,
,1
Aunque esta orientación redaccional de los estudios ya la pode- etc. A título de ejemplo, habría que recordar que Conzelmann o 1
mos ver en San Agustín, el primer estudio sistemático importante Marxen, influidos por su propia visión teológica, le conceden tanta 1
apareció en 1948, con la publicación por parte de Bornkamm de importancia a la orientación de sus respectivos evangelistas, que en
un artículo en el que hacía ver cómo el relato de la tormenta en Mt ocasiones parecen tenerlos como los fundadores del cristianismo.
8,23-27 era una enseñanza sobre la «fe pequeña» de los discípulos,
mientras que en Me 4,35-41 era un milagro, cosa que en Mateo se
conseguía con ligeras modificaciones en la redacción del aconteci- 3. LA SINCRONÍA O UNIDAD DEL TEXTO
cuenta es más fácil entender el porqué de la palabra sincronía, ex- de «cambio» es central en la narración. Ese cambio lo originan
presión que en griego significa contemporaneidad, como para hacer unos agentes que actúan en unas determinadas circunstancias.
ver que lo que se privilegia es el aspecto significativo del texto en Cuando examinamos los relatos evangélicos, sea de un modo glo-
cuanto tal, por encima del histórico. bal, sea en algunos de los episodios, constatamos, además, otro as-
U na gran virtualidad de estos métodos es que ofrecen un mar- pecto importante para el análisis narrativo: el lector, normalmente,
co adecuado para mostrar la perennidad del texto bíblico. Sin em- ya sabe lo que va a suceder; al narrador lo que le importa no es
bargo, merece la pena recalcar que estos análisis son verdadera- «qué» sucede, sino «cómo» sucede y «por qué». En la respuesta a
mente eficaces en cuanto complementarios al método histórico, el estas preguntas es donde normalmente se encuentra el mensaje del
1
cual debe siempre conservar su primacía, ya que la revelación se ha relato. Pongamos un ejemplo sencillo. El capítulo cuarto del Evan-
gelio de San Juan nos relata el encuentro entre Jesús y una samari-
dado en la historia. I'
tana al borde del pozo de Sicar. La mujer samaritana ha ido simple-
Los análisis de este tipo que más resultados han aportando en
mente a buscar agua al pozo, pero después de la conversación con
los últimos años a la exégesis bíblica han sido el narrativo, el retórico
Jesús no sólo inicia el camino de su conversión, sino que se con-
y el semiótico. De todos modos, hay que tener en cuenta que no hay
vierte además en apóstol que va a anunciar lo que ha visto y oído,
un modelo específico acuñado por la crítica bíblica según los mé-
al «posible» Mesías, a los habitantes de su pueblo. Al final, éstos
todos sincrónicos. Aquí expondremos los principios generales.
también creerán al escuchar a Jesús. El cambio en la samaritana ha
sido originado por ese «encuentro personal» con Jesús, que ha re-
movido su conciencia haciéndole reflexionar sobre su vida pasada,
3. l. El análisis narrativo
la necesidad del agua para una nueva vida, y sobre su condición de
El gran auge que ha experimentado el análisis narrativo en los Mesías: Jesús se ha «autorrevelado» a la samaritana (y, por tanto, al
últimos decenios se entiende si tenemos en cuenta que la investi- lector) al revelarle a ésta cómo es ella misma.
gación nunca vive al margen de la cultura. Es cierto que estos estu- Parece claro que un relato no puede describir todo tal y como
dios sobre la narración son muy antiguos; de hecho, una de las ha sucedido; eso sería más bien una película «a tiempo real», algo
obras claves al respecto es la Poética de Aristóteles, escrita en el si-
glo IV a. C. Pero es precisamente en el contexto contemporáneo,
poco factible en la práctica. Los relatos normalmente individúan y
seleccionan unos hechos y unos personajes, que pasan a ser dispuestos 1
l
cuando la teoría narrativa ha experimentado un gran desarrollo, in- de un modo determinado en el relato. Sin embargo, en esa selec-
fluyendo de modo decisivo también en los estudios bíblicos. No ción, en esa disposición y en ese relatar, el narrador influye de ma- i
podía ser de otra manera, dado el carácter narrativo de gran parte nera determinante, ya que el relato está íntimamente unido a un
de los textos de la Sagrada Escritura. modo de entender la realidad y a un mensaje que se quiere trans- .¡1:
mitir. El análisis que sepa individuar y describir, como en un re- I,!
Elemento clave de este análisis es el concepto de «narración».
En general, podemos definir narración como la descripción de una ac- pertorio sencillo de acciones y de personajes, los elementos que in-
ción. Toda acción supone un antes y un después; es decir: tenemos tervienen en los Evangelios nos ayudará a comprenderlos mejor.
una situación inicial, después una acción determinada (palabras, he- En este análisis, como se podrá comprobar por los siguientes
chos, etc.) y, en consecuencia, una situación final. Así, el concepto ejemplos, será central el estudio de la sucesión de los hechos que se
Las metodologías 87
Comprender los Evangelios
86
cuentro, se convierte en apóstol: va a predicar, aunque no con Je-
relatan, ya que esa dinamicidad es guía del sentido del relato, y el sús, sino a los suyos. El relato nos habla así no sólo del poder de Je-
punto de vista del narrador, a través del cual se influye en la historia sús, sino también de lo que significa ser discípulo suyo: no todos
narrada, al mostrarla según la perspectiva particular desde la que deberán seguir el mismo camino. Dos ideas quedan recalcadas: Je-
se refieren los acontecimientos. sús cura para que los sanados se conviertan en discípulos; Jesús
Veamos unos ejemplos: quiere renovar Israel desde Israel mismo. El endemoniado curado
es pagano, y por eso es enviado a predicar a los paganos.
a) En la parábola de Lázaro y el rico (Le 16,19-31) podemos e) Por último, hagamos una breve referencia a la construcción
individuar dos partes, que guían la comprensión de la narración: narrativa de los personajes de los Evangelios. El Evangelio según
una de ellas describe al rico y a Lázaro en vida; la otra les describe Marcos delinea perfectamente su visión de Pedro. En esta figura se
ya muertos. La muerte marca un punto de inflexión en sus vidas, da una evolución muy significativa: va desde una persona que se
pero es algo más que eso: lo que se dice en la parábola una vez entrega de una forma fundamentalmente voluntariosa e irreflexiva,
muertos es la clave explicativa de lo que sucedió en vida. Cuando hasta una persona que es consciente de su debilidad cuando «re-
ambos mueren, no se sabe muy bien por qué uno es tan severamen- cuerda» su traición. A este proceso contribuye de un modo deter-
te castigado y el otro premiado. Las palabras de Abrahán, vehículo minante cómo trata Jesús al apóstol mientras están juntos: después
de las palabras de Dios, nos guían en la comprensión del relato. El de los errores de Pedro, Jesús vuelve a acogerle, mostrándole su
texto nos hace ver que la muerte no sólo marca el inicio de un jui- misericordia. Al final, después de las tres negaciones, Pedro «re-
cio, relacionado con lo que uno ha hecho en vida, sino que además cordará», y empezará a ser la columna de la Iglesia que Jesús bus-
sella las situaciones humanas: el rico no se queja de su castigo, por- ca: se sabrá débil, pero obrará a través de la fuerza de Jesús.
que admite que es culpable, pero quiere seguir sirviéndose del po-
bre para su utilidad personal. Además, el rico sigue llamando pa- Valgan estos ejemplos que, obviamente, no hemos analizado
dre a Abrahán, pero es evidente que, aunque éste le llama hijo, no en profundidad. El análisis narrativo nos puede ayudar metódica-
ha recibido la herencia: en vida no ha sido pues un verdadero hijo mente a ser buenos lectores: a descubrir los lugares significativos de
de Abrahán. El rico, que conoce a Lázaro por su nombre, no ha los textos, los contrastes, los cambios de dirección, etc.
atendido al pobre en vida. Pero el veredicto se basa en algo que va
más allá: el rico, al igual que sus hermanos, no ha pueso su con-
fianza en la revelación ordinaria que Dios ha querido para todos los
hombres, Moisés y los profetas, sino que ha puesto su confianza en 3.2. El análisis retórico
los bienes terrenos. Además, sólo se muestra dispuesto a creer en
una revelación personal a través de un muerto que cuente lo que ha La retórica es una disciplina muy antigua, y ya en la época clá-
visto en el Sheol y que sea ya conocido para él, como seguramente sica se encontraba entre las más prestigiosas; personajes tan desta-
lo es Lázaro para los hermanos del rico. Sin embargo, para Abrahán cados como Quintiliano, Cicerón, Anaxímenes o Aristóteles se en-
y, por tanto, para Dios, aquel que no ha querido seguir el camino cargaron de sistematizarla. Mucho más moderno es, sin embargo,
ordinario, no podrá seguir el extraordinario. el empleo del análisis retórico por la exégesis bíblica.
b) Con el relato del endemoniado de Gerasa (Me 5,1-20) po- Su ámbito de aplicación se sitúa en el campo de la comunicación;
dríamos hacer un análisis parecido. El hombre poseído con el que de hecho, la retórica hace referencia a una forma de comunicación.
se encuentra Jesús vivía como un animal, pero después de su en-
Comprender los Evangelios Las metodologías 89
88
En términos generales, la retórica se centra en el estudio de los dis- En esta última se hablaba de tres géneros: el judicial, el delibe-
cursos orales y, ya dentro del ámbito bíblico, en el «discurso religio- rativo y el epideíctico. Dentro de cada género, las partes esenciales
so o sagrado». El análisis retórico intenta comprender cómo habla eran la invención, la disposición y el estilo. Concretamente, la disposi-
la Biblia, qué es lo que quiere exponer. No estudia las fuentes del ción era la que daba cuerpo a los discursos: una breve narración de
texto sino su poder, su mensaje, lo que el texto quiere decir tal y los hechos, una proposición, las pruebas que la apoyaban (en el
como lo tenemos: se busca así la intención del autor o editor en su caso de los Evangelios serían las citas de cumplimiento del Anti-
producto final unificado y el efecto que podía tener su recepción en guo Testamento, los milagros, la autoridad del que habla, argu-
los lectores contemporáneos. mentos racionales, etc.) y las refutaciones a las objeciones. Para
Podemos entender mejor estas ideas si recurrimos a la explica- nosotros esto también tiene su importancia, aunque quizá más di-
ción del estudioso George A. Kennedy. Según este autor, la retóri- rectamente para los discursos o argumentaciones tan frecuentes en el
ca general es esa cualidad del discurso gracias a la cual el que habla epistolario paulino. De todos modos, es importante resaltar que, cara
o escribe trata de cumplir sus objetivos. En la retórica-clásica esto al Nuevo Testamento, podemos aplicar los criterios generales, pero
se traducía normalmente en el recurso a argumentaciones persuasi- después es muy importante centrarse en la especificidad propia de
vas. Sin embargo, los autores del Nuevo Testamento no buscan los relatos que tenemos delante.
persuadir sino comunicar, por lo que es mejor hablar de discursos Para ilustrar cómo se puede aplicar el análisis retórico a los
eficaces. La peculiaridad del Nuevo Testamento es que sus autores Evangelios, veamos un ejemplo. Poco antes de iniciar el Sermón de
recurren al lenguaje sagrado, cuya característica fundamental es la la Montaña, Jesús es presentado moviéndose entre la multitud y
proclamación autoritativa, y no una persuasión racional: de hecho, curando enfermos. Esta acción, que es externa al sermón, y a la que
sus recursos fundamentales no son los literarios -aunque también no se refiere en él, se entiende como algo que aumenta su autori-
los usen: el orden y la sucesión de lo narrado, ya sea en unidades dad mientras está hablando. Después del sermón realiza otro mila-
menores ya sea en el conjunto de un libro, las proposiciones que se gro, y así confirma su poder. Este milagro es un «signo», que tiene
sostienen en los discursos y las pruebas que las apoyan, el uso de las carácter de evidencia entre los judíos: es una prueba irrefutable. El
paradojas, de la ironía, etc.-, sino el origen y la autoridad del mis- discurso lo tenemos propiamente de Mt 5,2 a 7,28. En sus pala-
mo mensaje, la percepción de unas determinadas cualidades en el bras Jesús no recurre a pruebas externas, como milagros, citas de
que habla, etc. A esto habría que añadir que, en el caso concreto de cumplimiento, etc. Eso ya ha aparecido antes: es el paso previo de
la Biblia, en muchas ocasiones, se apela también a la racionalidad su misión. Ahora viene el segundo paso: la predicación de un men-
humana, ya que de algún modo se justifica por qué aceptar lo que saje. Los que sí aparecen a su alrededor son los discípulos, sus testi-
se proclama: por ejemplo, al poner de manifiesto una evidencia gos, que se presentan como prueba externa. Jesús cuando habla,
histórica que avala lo que se dice. con sus propias palabras anticipa alguna posible objeción: «No
Ciertamente, los autores de los Evangelios pertenecen al am- penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a
biente cultural en el que viven. Por esto es importante fijarse en abolirlos sino a darles su plenitud» (Mt 5,17).
los aspectos que nos pueden aportar los estudios sobre la retórica Un estudio pormenorizado sacaría a la luz muchos más deta-
de la época, sea la de tradición semítica, más centrada en aspectos lles. Baste decir que aquí Jesús está dando una serie de consejos a
formales y de composición, sea la clásica. propósito de la conducta vital. Todo ello está orientado hacia una
Comprender los Evangelios
90 las metodologías 91
nueva vida, de la que las bienaventuranzas, colocadas en el inicio a) El joven rico (Me 10,17-31). En este pasaje, después de ha-
del discurso, son una cualidad fundamental, especificada como cer un inventario semántico, podemos establecer una serie de opo-
paso previo. Mateo expone todo esto según su retórica particular, siciones, que una vez agrupadas quedarían como sigue:
«creando» un marco específico dirigido a sus destinatarios.
Rico/riqueza/apego a familia se opone a Pobreza: dejarlo todo
Como los demás análisis sincrónicos, el retórico tiene sus ven-
Primero se opone a Divino/Reino de Dios
tajas y sus límites. En algunos casos se limita a describir, y enton-
ces su interés es meramente estilístico. En otros, a menudo la retó- Afligirse/marcharse triste se opone a Tesoro en el cielo/hermanos/as
rica del Nuevo Testamento no se amolda a cánones apriorísticos, y Muchos últimos se opone a Muchos primeros
se puede correr el riesgo de aplicar un traje a la fuerza al texto bí- Analizando estos datos podemos hacer el cuadrado semiótico,
blico, forzando así su sentido. que refleja los contrarios y los contradictorios: son las líneas del
sentido del texto. En nuestro caso:
propia familia, por la acogida que recibe el que era ausente, por el Evangelio según San Mateo
reencuentro con los signos de la propia dignidad, y por el reen- Vicente Balaguer
cuentro tras la separación y la celebración festiva) y lo que es «no-
muerte» (el entrar dentro de uno mismo, la humillación volunta-
ria, el reconocimiento de la propia culpa y la petición de perdón) se
oponen a la «muerte» (representada por el separarse, el apartarse
de lo que es común, el despilfarro egoísta, la reivindicación de uno
mismo basada en el desprecio del otro) y a la' «no-vida» (intentar
únicamente la mera supervivencia y perder la indentidad propia e
incluso la misma dignidad humana en su búsqueda). Junto a estas
oposiciones podemos encontrar unas relaciones: la pérdida del te- INTRODUCCIÓN
ner (derroche) que desemboca enla pérdida del ser (degradación),
frente a la ganancia del ser (perdón concedido, nueva dignidad) Comenzamos ahora el repaso de las obras de los evangelistas.
que desemboca en la ganacia del tener (reintegración en comuni- El esquema será muy semejante en los cuatro capítulos. Como en
dad familiar); la «no-alegría» frente a la «alegría». el resto de los temas, el objetivo no es agotar lo que se dice sobre
La semiótica parte de una idea muy positiva para la exégesis de los evangelistas, sino proporcionar conocimientos que ayuden a il'
1
los Evangelios: la de tomar los textos como un todo coberente. Sin em- una mejor lectura de los Evangelios. En concreto:
bargo, su principal inconveniente es la ausencia de referencialidad a 1. Se tratará primero de las cuestiones relativas al autor, la fe- ·11
realidades exteriores al texto, cosa que en la Biblia cercena el sentido. cha y el lugar de composición. Ya que ésta es una cuestión nor-
Los Evangelios son Sagrada Escritura, hacen referencia a unos he- malmente conocida, aquí se citarán brevemente, sin funda-
chos reales que se han dado en la historia, y están dirigidos al lector mentarlas, las afirmaciones que vienen recogidas en un
de todos los tiempos. Si este acercamiento se queda en aspectos for- sencillo manual, o en las Introducciones de las Biblias. A
males, sus resultados no serán válidos para la exégesis bíblica. continuación se tratarán algunas cuestiones objeto de dis-
cusión científica o de matices.
2. Después se pasará a lo que podría denominarse característi-
cas literarias y teológicas del Evangelio en cuestión. Se unen
las características literarias con las teológicas porque no in-
teresan tanto los aspectos técnicos -si el evangelista tiene
un buen o un mal griego-, sino el modo con que se relacio-
nan estas características literarias con el mensaje expuesto.
En ese sentido, estos temas ofrecen también una manera de
entender a Jesús y al Evangelio.
Comprender los Evangelios Evangelio según San Mateo 95
94
3. En tercer lugar se abordará la estructura del Evangelio. Con aquella idea tan repetida en la primera cristiandad de que el
ello se intenta comprender el lugar de cada pasaje en el Evangelio es sólo uno, el Evangelio de Jesucristo (Me 1,1).
marco de todo el relato, y, en consecuencia, en relación con Al decir «según san Mateo», se quiere decir el Evangelio
el resto de los pasajes del Evangelio. Obviamente, lo ideal testimoniado por San Mateo.
sería tratar cada uno de los pasajes, pero resulta imposible Tras estas notas previas, comenzamos el repaso anunciado.
en el género que hemos elegido. El esquema general de
cada Evangelio puede al menos proporcionar el marco de
lectura. 1.1. Autor
4. Finalmente, se tratará de los contenidos principales del Evan-
gelio. Sobre todo, qué enseña sobre Jesús. Pero, unido a Antiguos testimonios escritos, aseguran que San Mateo fue el
esto, cada evangelista tiene unos motivos que subraya espe- primero que puso por escrito el Evangelio de Jesucristo. Del siglo
cialmente. Tenerlos presentes es también una manera efec- II es el testimonio de Papías, obispo de Hierápolis, que dice:
tiva de entender el mensaje del libro con mayor profundi-
«Mateo dispuso los discursos [acerca} del Señor en la lengua de
dad.
los hebreos, y cada uno los interpretó como pudo» (cfr. Eusebio de
Cesarea, Historia Ecclesiástica, 3, 39,16).
En el texto de San Mateo se descubren muchos rasgos que ha- Todo esto, y muchos más ejemplos que podrían aducirse, ha
cen pensar que sus destinatarios son judíos que han abrazado la fe hecho pensar que los destinatarios primeros del Evangelio son cris-
tianos procedentes del judaísmo, para quienes las enseñanzas de la
cristiana:
Ley sigueln vigentes, aunque entendidas a la luz de la Nueva Ley
1. Abundan, por ejemplo, expresiones de cuño palestinense
de Cristo.
que sólo usa este Evangelio: «reino de los cielos» (Mt 3,2;
4,17; etc.), «Padre celestial» (Mt S,48; 6,14.26; etc.), «ciu-
dad santa» (Mt 4,5; 27 ,S 3 ), «casa de Israel» (Mt 1 S ,24), «la
1.3. Lugar de composición
carne y la sangre» (Mt 16, 1 7), «atar y desatar» (Mt 16, 19;
18,18), etc. Aunque todos los Evangelios tienen un horizonte universal, la
2. Además, el autor alude, mucho más que los otros evangelis- crítica siempre ha pensado que el lugar de composición del primer
tas, a costumbres judías: Ía ofrenda sobre el altar, el com- Evangelio fue Antioquía de Siria, aquella ciudad tan nombrada en
portamiento de los sacerdotes en sábado, el uso de las filac- los Hechos de los Apóstoles, famosa por su vigor evangelizador.
terias, etc. (Mt 5,23; 12,S; 23,S). Apoyaría esta hipótesis el hecho de que tanto la Didaché como las
3. Todo el texto está permeado de citas explícitas del Antiguo cartas de San Ignacio de Antioquía -documentos de finales del si-
Testamento en las que se muestra cómo en Jesús se cum- glo I provenientes de Antioquía- citan las palabras del Señor con
plen las Escrituras, es decir, las promesas de Dios al pueblo las mismas fórmulas que se recogen en Mateo.
de Israel (en su relato se pueden encontrar hasta 1 SO alu-
siones a esos textos, de las que SO -frente a las 23 que reco-
gen cada uno de los otros dos sinópticos- contienen citas 1.4. Fecha de composición. Otras circunstancias
explícitas de los libros sagrados). Además, el autor/de este
Evangelio se sirve de modos de interpretar la Sagrada Es- Cuanto se ha dicho hasta el momento es patrimonio común de
critura propios de los escribas de Israel: la gematria -uso la mayor parte de los estudiosos. Sin embargo, un examen más de-
de los números para significar- en la genealogía, el uso de tenido del texto del Evangelio y de las circunstancias históricas en
la pasiva divina para evitar pronunciar el nombre de Dios, las que nació nos invitan a matizarlo de alguna manera.
etc. Sobre los destinatarios. Los Hechos de los Apóstoles muestran
4. Finalmente, Mateo más que nadie, recoge las palabras del que la iglesia de Antioquía no sólo estaba compuesta por judíos
que habían abrazado la nueva fe, sino por gentiles convertidos al
Señor en las que se explican las relaciones de la Antigua con
cristianismo. El primer Evangelio, por su parte, no supone sólo
la Nueva Ley. Unas frases las resumen: «No penséis que he
una misión a los judíos, sino un destino universal: por ejemplo,
venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolir-
cuando dice que los cristianos son «la sal de la tierra o la luz del
los sino a darles su plenitud. En verdad os digo que mien-
mundo» (cfr. Mt 5,13-14), o cuando recoge el mandato final de
tras no pasen el cielo y la tierra, de la Ley no pasará ni la
1
1
''¡
Comprender los Evangelios
98 Evangelio según San Maceo 99
hacer discípulos a «todos los pueblos» (Mt 28,19). Por eso, es 2. CARACTERÍSTICAS LITERARIAS Y TEOLÓGICAS
más lógico suponer que la comunidad a la que se dirige Mateo es
mixta, formada por cristianos judíos y gentiles. A unos y a otros Todos los Evangelios están dirigidos a creyentes. Todos quieren
se les enseña el valor de la Ley en relación con Cristo: a los que enseñar quién es Jesús y cuál es el alcance de su doctrina. Cada uno
provienen de la gentilidad para que la respeten, y a los que pro- lo hace a su manera. Señalarla, puede ayudar a leer cada Evangelio
vienen de judaísmo para que la cumplan según la vida nueva en con mayor provecho. Quizás el rasgo más significativo de Mateo
Jesucristo. sea el catequético: el Evangelio en muchos aspectos es como un ca-
Sobre la fecha de composición. Se ha dicho antes que Mateo usa tecismo. Es un texto plUY didáctico que responde a las preguntas
expresiones de cuño palestinense, que alude a costumbres de los que los cristianos pueden hacerse.
judíos de la época del Señor, y que Papías dijo que Mateo escribió Una frase de Juan Pablo II nos ayudará a emprender este apar-
su Evangelio en la lengua de los hebreos. Sin embargo, el griego tado:
del Evangelio de Mateo es bueno, evita vulgarismos-y busca una
buena expresión: nada hace pensar, por tanto, que estemos ante «Los Evangelios que, antes de ser escritos, fueron la expresión
una traducción más o menos servil de un texto hebreo. Es más, a la de una enseñanza oral transmitida a las comunidades cristianas,
vista del texto evangélico, la entera afirmación de Papías -«Mateo tienen más o menos una estructura catequética. ¿No ha sido lla-
dispuso los discursos [acerca} del Señor en la lengua de los hebreos, mado el relato de San Mateo Evangelio del catequista, y el de San
y cada uno los interpretó como pudo»- se puede discutir, porque Marcos, Evangelio del catecúmeno?» (juan Pablo II, Catechesi tra-
Mateo, como enseguida se verá, es casi un prodigio de claridad a la dendae, n. 11).
hora de proponer la doctrina, y esta característica no se hace muy
Se llama a San Marcos el Evangelio del catecúmeno porque su
compatible con la afirmación «cada uno los interpretó como
lectura mueve a abrazar la fe cristiana. Se llama a San Mateo el
pudo». Además, parece como si San Mateo conociera el Evangelio
Evangelio del catequista porque es capaz de explicar esa fe en todos
de Marcos, y allí donde un pasaje del segundo evangelista pudiera
sus extremos. Se ha dicho más de una vez que el autor del Evange-
interpretarse mal, él lo explicara con más precisión.
lio es un hombre que se ha aplicado a sí mismo el consejo del Señor
Por esto, los estudiosos suponen que el texto al que se refiere
recogido en Mt 13,52: «Todo escriba instruido en el Reino de los
Papías fue un texto en arameo escrito muy pronto, hacia los años
Cielos es como un hombre, amo de una casa, que saca de su alma-
50 ó 60, del que luego se sirvieron San Lucas y el escritor del Evan-
cén cosas nuevas y cosas antiguas». Es decir, el evangelista parece
gelio canónico de San Mateo, que lo reprodujo sustancialmente,
alguien que teniendo presentes las palabras de Cristo y las palabras
pero escribiendo directamente en griego. Este Evangelio de San
de las Escrituras sabe proponerlas como camino de vida. Veámoslo
Mateo en griego, inspirado y canónico, se debió de escribir entre
con los textos.
los años 80 y 90. Se propone esta fecha también, porque, aunque
no lo hayamos mostrado hasta aquí, el texto parece escrito en polé- Al final del Evangelio, dice el Señor:
mica con la interpretación de la Ley que hacían los judíos que no
«Se me ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra. Id, pues,
habían abrazado el cristianismo, una vez que el Templo había sido y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre
destruido por los romanos en el año 70. del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo
Evangelio según San Mateo 101
Comprender los Evangelios
100
Obviamente, cada aspecto de esta enseñanza se puede enriquecer
cuanto os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días con otros pasajes del Evangelio. Por ejemplo, la enseñanza final del
hasta el fin del mundo» (Mt 28,19-20). perdón de las ofensas se ilustra con la parábola del mayordomo que
debía diez mil talentos a su señor y, tras ser perdonado, es incapaz de
La frase subrayada señala que los apóstoles deben enseñar a
perdonarle una deuda mínima a un compañero suyo (Mt 18,22-29),
guardar las normas mandadas por el Señor. Y eso es lo que hace
etc. Pero parece claro que si Mateo no ha recogido aquí todo lo nece-
Mateo con su escrito: exponer ordenadamente esas normas. Por
sario para saber cómo rezar, sin duda ha recogido mucho. Cualquiera
ejemplo, cuando el Señor enseña el Padrenuestro en el Sermón de
que quiera repasar cómo rezar o que quiera enseñar cómo hacerlo tie-
la Montaña, Mateo lo recoge así:
ne en estas palabras del primer Evangelio un esquema perfecto.
(1) «Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que son amigos Lo que intento expresar aquí es que tener esto presente -que el
de orar puestos de pie en las sinagogas y en las esquinas de Evangelio muchas veces es como un catecismo- nos ayuda a enten-
las plazas, para exhibirse delante de los hombres; en verdad der mejor a San Mateo cuando lo leemos. A este propósito, basta
f
11
1,
os digo que ya recibieron su recompensa. Tú, por el contra- con ir al capítulo 18, que se denomina «discurso eclesiástico», pre-
rio, cuando te pongas aorar, entra en tu aposento y, con la
cisamente porque podemos encontrar en él un elenco de normas
puerta cerrada, ora a tu Padre, que está en lo oculto; y tu Pa-
que rigen la vida de la Iglesia. Por ejemplo:
dre, que ve en lo oculto, te recompensará.
(2) » Y al orar no empleéis muchas palabras como los gentiles, (1) ¿Cómo comportarse en la Iglesia ante los más débiles, los
que piensan que por su locuacidad van a ser escuchados. Así menos instruidos? Y contesta con las sentencias sobre el es-
pues, no seáis como ellos, porgue bien sabe vuestro Padre de cándalo (Mt 18,1-11).
qué tenéis necesidad antes de que se lo pidáis. (2) ¿Cómo comportarse con el hermano que flojea y se puede
(3) » Vosotros, en cambio, orad así: Padre nuestro, que estás en perder? Y contesta con la parábola de la oveja perdida (Mt
los cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase 18,12-14).
tu voluntad, como en el cielo, también en la tierra; danos hoy (3) ¿Cómo comportarse con el que falla de manera reincidente?
nuestro pan cotidiano; y perdónanos nuestras deudas, como Y contesta con la enseñanza de la corrección fraterna (Mt
también nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos 18, 15-17).
pongas en tentación, sino líbranos del mal. (4) Y ¿hasta cuándo hay que perdonar? Y contesta que siempre
(4) »Porque si les perdonáis a los hombres sus ofensas, también porgue tenemos que considerar cuánto nos ha perdonado
os perdonará vuestro Padre Celestial. Pero si no perdonáis a Dios a nosotros (Mt 18,21-35).
los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestros
De este capítulo he dejado voluntariamente de lado una sen-
pecados» (Mt 6,5-15).
tencia del Señor que hace referencia a la potestad de los ministros
¿Cómo es la oración del cristiano? No es ostentosa como la de en la Iglesia:
los fariseos (1), ni está llena de verborrea como la de los gentiles
«Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en
(2). Es filial sencilla y sincera como el Padrenuestro, que es la ora-
el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cie-
ción del Señor (3). Y, además, debe ir acompañada de obras que lo» (Mt 18,18).
manifiesten su autenticidad (4).
102 Comprender los Evangelios
Evangelio según San Mateo 103
Las palabras son muy semejantes a las que Jesús le dirige a Pe- 2 .1. Los discursos
dro tras la confesión en Cesarea de Filipo:
A veces se ha llamado a Mateo El Evangelio de los discursos del Se-
«Todo lo que ates sobre la tierra quedará atado en los cielos, y
todo lo que desates sobre la tierra quedará desatado en los cielos» ñor. Reúne extensos discursos de Jesucristo. Algunos recogen in-
vectivas y controversias con los fariseos y los escribas (Mt 23,13-
(Mt 16,19).
36; 12,25-45), pero cinco de ellos se cierran con una expresión
Parece, pues, claro que la frase explica el poder que el Señor le semejante a ésta: « ... y sucedió que cuando Jesús acabó de dar estas
ha dado a sus ministros en la Iglesia. Ahora bien, cuando el evan- instrucciones ... » (Mt 7,28; 11,1; 13,53; 19,1; 26,1). Si nos fijamos
gelista narra que Jesús perdona los pecados y cura al paralítico de bien, estos discursos tratan de:
Cafarnaum, añade, como se ha visto en un capítulo anterior, un co-
Mt 5, 1- 7 ,29: El sermón de la montaña. Es, como decía San Agus-
mentario al final: tín «perfecte vitae christianae modus», el modo perfecto de vida
cristiana. Describe con precisión cómo debe comportarse el cristia-
«Al ver esto, la gente se atemorizó y glorificó a Dios por haber
dado tal potestad a los hombres» (Mt 9,18). no para que su justicia, su modo de imitar a Dios, sea mayor que la
de escribas y fariseos.
A tenor de lo examinado hasta ahora, este comentario de Ma- Mt 1 O, 1-42: El discurso de la misión dirigido a los doce apóstoles. Si
teo sirve también como explicación de lo expuesto antes. Es posi- nos fijamos en el contenido del discurso no sólo se refiere a aquella
ble que Dios dé a los hombres la potestad de perdonar los pecados. misión de los doce a Israel (habla por ejemplo de que los discípulos
La tenía Jesús y Jesús se la ha dado a sus ministros en la Iglesia. serán llevados ante gobernadores y reyes, etc.), sino que se refiere a
Se podrían aducir otros muchos ejemplos. He señalado algu- la misión apostólica de la Iglesia. Es como un bosquejo de cómo
nos, pero el lector, para aprender, puede hacer la experiencia y leer realizar la proclamación del mensaje de Cristo.
el Evangelio de Mateo descubriendo en la forma de narrar los pasa-
Mt 13,1-52: El discurso de las parábolas. Trata de las parábolas
jes una manera de rezar, de enseñar, de ejercer el ministerio, etc.
que versan sobre el Reino de Dios. Pero indica también cómo res-
San Mateo tiene otras formas de enseñar. Por ejemplo, los estu-
ponder a las diversas situaciones que se van a dar en la vida de la
diosos han hecho notar que en las frases de las Bienaventuranzas, o
Iglesia. Debe tenerse en cuenta que, como señala la parábola del
en el Padrenuestro, etc., las expresiones de San Lucas son más fáci-
sembrador, no todos los que acogen el mensaje del reino perseve-
les de retrotraducir al arameo. En cambio, las de San Mateo, tienen !t
ran hasta el final; sin embargo, cuando se acoge la palabra y se per-
más sonoridad en las palabras, mayor ritmo poético. Es claro que
severa en ella, el fruto es desproporcionado. Invita también a no
de este modo las frases del Señor son tal vez más fáciles de retener 111
desalentarse porque el reino, la Iglesia, crezca despacio, como la se- 1
cambio, San Mateo tiene como propios, cuando menos, los dos tra-
3. ESTRUCTURA DEL EVANGELIO
tar que en el conjunto del libro llama la atención la presencia de cin- 4.1.1. Hijo de Dios
co discursos del Señor escalonando el relato, que se siguen con cinco 1
secciones narrativas en las que se refieren signos mesiánicos de Je- Jesús es, antes que nada, Hijo de Dios. Desde la concepción de Je-
sús. Algunos autores ven en este esquema una evocación de los cinco sús por obra del Espíritu Santo hasta la fórmula trinitaria del Bau-
libros de la Ley, el Pentateuco, pues también esos cinco libros narran tismo al final, San Mateo afirma e insiste en que Jesús es el Hijo de
las acciones singulares de Dios con su pueblo y contienen los man- Dios (Mt 1,20; 28,19): lo declara la voz del cielo en el Bautismo y
damientos que les da. Quizás la imagen sea un poco forzada en al- en la Transfiguración, y el mismo Jesús de manera directa:
gún punto, pero parece claro que esta evocación nos enseña a ver que
las sucesivas acciones d~ Jesús no hay que entenderlas sólo como «Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has
cumplimiento de las promesas de Dios; también deben verse como ocultado estas cosas a los sabios y prudentes y las has revelado a los
el inicio del nuevo pueblo que es la Iglesia y que nace de Jesús. pequeños. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me lo ha
entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, ni nadie
conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo»
(Mt 11,25-27).
4. CONTENIDOS PRINCIPALES
Como Dios estaba con Israel en el desierto y con los guías de su «Al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; expulsó a los
espíritus con su palabra y curó a todos los enfermos, para que se
pueblo (Moisés, Josué, etc.), así estará Jesús con la Iglesia hasta el
cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías: "Él tomó nuestras
fin del mundo. No se puede decir de manera más elocuente que Je-
dolencias y cargó con nuestras enfermedades"» (Mt 8,16-17).
sús es Dios, y que la Iglesia es el Pueblo de Dios.
«Jesús, sabiéndolo, se alejó de allí, y le siguieron muchos y los
curó a todos, y les ordenó que no le descubriesen, para que se cum-
pliera lo dicho por medio del profeta Isaías: "Aquí está mi Siervo, a
4.1.2. Hijo del Hombre y Siervo del Señor
quien elegí, mi amado, en quien se complace mi alma. Pondré mi
Espíritu sobre él y anunciará la justicia a las naciones. No disputará
A la luz de esta verdad esencial, que Jesús es Hijo de Dios, to-
ni gritará, nadie oirá su voz en las plazas. No quebrará la caña casca-
dos los demás títulos mesiánicos, con los que el Antiguo Testa-
da, ni apagará la mecha humeante, hasta que haga triunfar la justicia;
mento preanunció al Salvador, adquieren su más profundo sentido:
y en su nombre pondrán su esperanza las naciones"» (Mt 12,15-21).
Hijo de David, Rey, Hijo del Hombre, Mesías.
112 Comprender los Evangelios Evangelio según San Mateo
113
Pero hablar del Siervo del Señor no es hablar sólo del elegido A este propósito se podrían invocar otros muchos ejemplos,
de Dios, es hablar también del rechazo que sufre por parte de sus porque San Mateo los propone. Tan es así que un conocido investi-
congéneres. San Mateo contiene enseñanzas y hechos que ilumi- gador titulaba su comentario de Mateo de esta forma: «El verdade-
nan, en su profundidad y dramatismo, el misterio de la reprobación ro Israel». Y esto se percibe desde la primera línea del texto hasta
de jesús, el Mesías prometido, por parte de los dirigentes judíos, que la última. La primera: si el pueblo de Israel era la descendencia, la
arrastraron tras de sí a buena parte del pueblo. El evangelista va genealogía, de Jacob, que era el primer Israel, la Iglesia no es sino
respondiendo de diversas maneras a ese misterio: unas veces, al re- la descendencia de Jesús, fundada desde su obra. La última: el
latar los episodios de la repulsa de escribas, fariseos y príncipes de mandamiento misional incluye, como era praxis en Israel, hacer
los sacerdotes hacia Jesús; otras, al narrar los sufrimientos de su Pa- discípulos. Con el mandato de Jesús de hacer discípulos a todos los
sión, hace ver cómo esos acontecimientos de la vida de Cristo no pueblos se cumple el destino de Dios para Israel: ser instrumento
son una frustración del plan divino, sino que estaban previstos y de salvación para todo el mundo: Pero quien cumple ese destino es
anunciados por los Profetas, y son su cumplimiento.(Mt 12,17; la Iglesia, «el verdadero Israel».
13,35; 26,54.56; 27 ,9; etc.). Por_ eso advierte el Señor que la pro-
mesa de Dios se dará a otro pueblo que dé sus frutos (Mt 21,43 ).
Ese nuevo Pueblo es la Iglesia.
4.2. La Iglesia
111
T
6.
Evangelio según San Marcos
Vicente Balaguer
l. l. Autor
Estas dos características nos hacen suponer que los destinata- tienen también una buena explicación si el texto se compuso en
rios del segundo Evangelio no conocen la lengua y las costumbres Roma, poco antes del año 70.
palestinas, pero sí conocen modos romanos. Apoyaría la hipótesis
En lo que sí están de acuerdo la mayor parte de los investiga-
la presencia en el relato de muchos latinismos, y de diversos giros
dores es en la relación entre el segundo Evangelio y Pedro. Algún
que se entienden mejor si sus destinatarios son romanos. Aunque
autor, más bien muy pocos, ha aventurado esta relación en un sen-
es posible que las palabras latinas de Marcos -speculator, denario,
tido contrario al tradicional, al suponer que la actitud de Marcos
centurión, etc.- fueran de uso común en todo el imperio, hay otras
con Pedro y con el grupo de los doce es más bien crítica, pues el
notas del Evangelio que apuntan modos romanos: por ejemplo,
evangelista recuerda muchas veces la incomprensión y la debilidad
Marcos sigue la manera romana de dividir las horas de la noche
de los discípulos. Esta apreciación era notada por la crítica usual,
(Me 6,48; 13,35); dice también que Simón Cireneo (Me 15,21) era
pero la interpretaba como signo de humildad. Y, en el conjunto de
el padre de Alejandro y de Rufo, personajes conocidos de los cris-
la. primera comunidad, bajo el influjo del grupo apostólico, así es
tianos de Roma (cfr. Rm 16,13); etc.
como parece que debe interpretarse.
Parece, pues, bastante claro que Marcos escribió su Evangelio
Probablemente el vínculo con Pedro es la razón por la que el
para los cristianos de Roma. Esta apreciación no ha cambiado mu-
Evangelio de Marcos -cuyo contenido está casi todo recogido en
cho en la investigación moderna. Las novedades que se sugieren
los otros dos sinópticos, del que se conservan muchos menos ma-
van más bien por el estudio interno del Evangelio. Algunos auto-
nuscritos antiguos que de los otros, que apenas es comentado en la
res (W. Marxen y H.C. Kee), fundados sobre todo en el capítulo
catequesis, etc.- está presente en todas las listas canónicas.
13, el discurso escatológico junto al Templo, y en el uso de lapa-
labra Galilea, piensan que el segundo Evangelio se compuso en el
norte de Palestina o al sur de Siria. En su hipótesis, proponen que 2. CARACTERÍSTICAS LITERARIAS Y TEOLÓGICAS
el Evangelio está dirigido a una comunidad que vive en un am-
biente pagano, que es objeto de persecución y que ha sufrido el La crítica suele resumir los rasgos estilísticos de San Marcos di-
desfallecimiento en la fe por parte de algunos de sus miembros. A ciendo que es un escritor de estilo imperfecto, pero un hábil narra-
la vez, aquellos cristianos esperan la abominación de la desola- dor.
ción, el fin inminente. Y todo esto se podría situar hacia el año 67 Estilo literario. Una simple lectura de su obra delata enseguida
en el norte de Palestina donde las tropas romanas habían comen- que el griego no es su lengua materna. Tampoco es un escritor con-
zado ya la conquista que el año 70 culminó con la destrucción de sumado y a veces se embrolla. Su vocabulario no es excesivamente
Jerusalén. Los latinismos de Marcos se explicarían porque, como amplio, y la sintaxis es sencilla: predomina la simple coordinación
atestigua Flavio Josefa, también existían cuarteles romanos por la de las frases -parataxis- unidas por la conjunción «y», por la pre-
zona. posición «pues», o por el adverbio «enseguida». A veces hay un
El general, en la literatura crítica se suele afirmar que las razo- salto, inesperado para nuestro gusto, de unos tiempos verbales a
nes que aducen estos autores no son suficientes para cambiar la hi- otros, dentro del mismo relato.
pótesis de la Tradición por una mejor. Entre otras cosas, porque es- Estilo narrativo. Sin embargo, en su sencillez, su escritura tiene
tas características, presentes sin duda en el segundo Evangelio, una gran vivacidad. Marcos tiene el don de dar vida a lo que cuen-
120 Comprender los Evangelios Evangelio según San Marcos 121
ta. Con mucha frecuencia el evangelista acude al discurso directo otros Evangelios, que Jesús «enseñaba»; pero nos ha dejado pocos
en medio de su relato. Salta enseguida a la vista el uso constante testimonios de la enseñanza de Jesús, al menos en discursos largos.
del presente histórico -«viene», «dice», «salen» ... , empleado más Propiamente hablando, sólo recoge dos grandes discursos de Jesús:
de 150 veces-, y la descripción pormenorizada de detalles y cir- el de las parábolas (Me 4,1-34) y el escatológico (Me 13,1-37).
cunstancias que Mateo y Lucas narran más sobriamente 1. Además, Todos estos rasgos tienen su correspondencia con algunas ca-
para referirse a Jesús y a los discípulos, utiliza muy a menudo la racterísticas del mensaje evangélico que están más presentes en el
tercera persona del plural -«entonces llegaron, vinieron, fueron, relato de Marcos que en cualquiera de los otros dos sinópticos. A
etc.» 2- donde los otros Evangelios utilizan la primera, para referir- mi juicio estos rasgos distintivos son: a) el Evangelio, b) el descu-
se únicamente a Jesús: «entonces llegó con sus discípulos ... ». La brimiento de la identidad de Jesús (a veces se denomina también el
narración se hace tan viva en estos casos que parece oírse la voz de misterio de Jesús, o el secreto mesiánico), y e) la universalidad de
un testigo ocular que cuenta una y otra vez: «llegamos, vimos ... ». fa misión.
Seguramente todos esos pormenores no hacen sirio reflejar el
modo vivo de los relatos de San· Pedro. Pero, en el conjunto del
texto, estas características literarias están en relación con el mensa- 2. l. El Evangelio
je del Evangelio. Con su relato vivo y apasionado, Marcos nos ayu-
da a trasladarnos a las pequeñas ciudades de la ribera del lago de Marcos es el evangelista que más a menudo -hasta ocho ve-
Genesaret, a sentir el bullicio de las gentes que siguen a Jesús, a ces- utiliza la palabra «evangelio» en sentido absoluto. Además,
contemplar los gestos de Cristo; en una palabra, asistir a la historia con la primera frase de su relato -«Comienzo del Evangelio de
evangélica como si participáramos en los episodios. El Evangelio Jesucristo, Hijo de Dios»- parece indicar que ése es el tema que
se hace presente en el lector, que es invitado así a comprometerse, a va a tratar. ¿Qué significa esto? Para entenderlo, hay que recordar
tomar partido ante las acciones de Jesús, como lo hicieron los dis- algunos datos.
cípulos. El relato de Marcos es como el Evangelio en acción, tal vez Donde los otros evangelistas se sirven de expresiones como
por eso es el que tiene mayor densidad de milagros en el texto. En «Evangelio del reino», San Marcos dice simplemente «Evange-
cambio, a diferencia de los otros Evangelios, faltan en San Marcos lio». En esto coincide con San Pablo que también usa muchas ve-
largos discursos. San Marcos repite muchas veces, más que los ces, más de 50, esta palabra en sentido absoluto. En los dos casos,
en San Pablo y en San Marcos, el sentido parece claro: La palabra
Evangelio resume la persona y la obra de jesucristo.
l. Cfr. la curación del paralítico, Me 2,1-12, en comparación con Mt 9,18 y
Le 5,17-26; la del poseso de Gerasa, Me 5,1-20, en comparación con Mt 8,28-
Es sabido que Evangelio, etimológicamente, significa buena
34 y Le 8,26-39; etc. Además, algunos pequeños datos sólo nos los refiere San nueva, buena noticia. Para entender por qué Jesús utiliza esa ex-
Marcos: es el único en decir que, durante la tempestad en el lago, Jesús estaba presión, y por qué San Marcos se sirve de ella para denominar así el
durmiendo sobre un «cabezal» en la popa de la barca (Me 4,38); o que a los hi- contenido de su escrito, es bueno recordar los usos que tenía en la
jos de Zebedeo el Señor les llamó «hijos del trueno» (Me 3,17); o que el ciego
literatura anterior. En Homero y en Plutarco la palabra, en plural,
de Jericó se llamaba Bartimeo (Me 10,46)°; etc.
2. Cfr. Me 1,21.29; 3,20; 5,1.38; 6,53-54; 8,22; 9,14.30.33; 10,32.46; designa la recompensa que se daba al portador de buenas augurios
11,1.12.15.20.27; 14,18.22.26.32. o al sacrificio de acción de gracias que por ellos se ofrecía a los dio-
Evangelio según San Marcos 123
122 Comprender los Evangelios
confiesan como lo que es. Lo recorrieron los discípulos y lo puede portante del segundo Evangelio en el que están mezclados los ras-
gos literarios con la enseñanza contenida en él.
recorrer quien lea ahora el Evangelio. 11
sión del misterio de Jesús. Por eso, el examen del mandato de si- 11
i
1
cuya hija tenía un espíritu impuro, entró y se postró a sus pies. La mu- Jesús («¿Quién es éste?»: cfr. Me 1,27; 2,7.12; 3,32; 4,41; 6,2.14-
jer era griega, sirofenicia de origen. Y le rogaba que expulsara de su hija al 16.40; 8,27-28), sin descubrirlo, hasta que Pedro le confiesa como
demonio. Y le dijo: "Deja que primero se sacien los hijos, porque no Mesías (Me 8,29).
está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perrillos". Ella res-
pondió diciendo: "Es verdad, Señor, pero también los perrillos comen
debajo de la mesa las migajas de los hijos". Y le dijo: "Por esto que has 3.2. Segunda Parte: Ministerio camino de jerusalén y en jerusalén
dicho, vete, el demonio ha salido de tu hija"» (Me 7 ,24-30). (Me 8,31-16,20)
De manera simbólica el episodio muestra que la misión de Je- Jesús se dirige principalmente a sus discípulos con enseñanzas
sús se dirige primero a Israel, a los hijos, y después a todos los sobre su condición de Siervo del Señor que da la vida por los hom-
hombres. Éste es el sentido de los pasajes enmarcados entrelas dos bres. Tras el cumplimento de esas enseñanzas, el relato concluye
multiplicaciones de los panes: la salvación, dirigida en primer lu- con la confesión del centurión como Hijo de Dios (Me 15,39) y
gar a Israel, tiene como destinatarios a todos los pueblos. con la resurrección de Jesús.
Se podrían adjuntar más explicaciones, tanto de esta sección También se puede esbozar una estructura semejante desde el
como del resto del relato, pero me parece que en estos temas -la punto de vista de la trama narrativa. Sería más o menos así: el pri-
presentación de Jesús como Evangelio, su descubrimiento por par- mer versículo condensa el Evangelio. Allí Marcos afirma quién es
te de los hombres y su destino universal- están condensados los Jesús: es el Mesías y el Hijo de Dios. Pero esta realidad tiene dos di-
rasgos de estilo más importantes de Marcos. mensiones: la manifestación de Jesús como tal y el descubrimiento
de esa realidad por parte de los hombres. Desde esta perspectiva, el
Evangelio tiene dos partes claramente diferenciadas por la confesión
3. ESTRUCTURA DEL EVANGELIO de Pedro en Cesarea de Filipo (Me 8,29). Hasta entonces,Jesús con
sus palabras -dirigidas al pueblo, muchas veces a las muchedum-
Cuando se aborda la estructura de un Evangelio, su diseño, se bres-, y con sus obras, manifiesta su condición, pero ni los discípu-
esbozan unos rasgos que permitan situar cada pasaje, en este caso los ni las gentes aciertan a descubrir su identidad (cfr. Me 1,27;
cada episodio, en el conjunto de la obra. Para describirla no nos 2,7.12; 3,32; 4,41; 6,2.14-16, etc.). En Cesarea de Filipo, Pedro le
servimos de la división en capítulos y versículos, que representan confiesa como Mesías, e, inmediatamente después, Jesús comienza a
unidades demasiado elementales, sino que se buscan algunos tra- impartir una enseñanza particular -dirigida sobre todo a los discí-
zos que el autor ha dejado en el texto para guiar al lector. La es- pulos- en la que les instruye en qué sentido deben entenderle como
tructura de San Marcos podría ser más o menos ésta: Mesías: no como liberador político, sino como Hijo del hombre que
debe sufrir las afrentas del Siervo del Señor, hasta morir, y después
resucitar. Casi al final del Evangelio, al pie de la cruz, un gentil, el
3.1. Primera parte: Ministerio de jesús en Galilea (Me 1,14-8,30)
centurión romano, proclama que Jesús es Hijo de Dios. Se cumple
Jesús se dirige a todo el pueblo, y manifiesta con obras y pala- así el reconocimiento por parte de los hombres de los dos títulos que
bras su condición. Las gentes se preguntan sobre la condición de el evangelista había anunciado al comienzo de su escrito.
132 Comprender los Evangelios
Evangelio según San Marcos 133
1
11
11¡¡¡¡
Evangelio según San Marcos 135
134 Comprender los Evangelios
«Sentado Jesús frente al gazofilacio, miraba cómo la gente echa- Hay un pasaje de San Marcos que es casi como el compendio de su
ba en él monedas de cobre, y bastantes ricos echaban mucho» (Me Evangelio. Es el de la condena a Jesús y las negaciones de Pedro.
13,41). Como es largo, reproducimos sólo algunos párrafos:
San Marcos ha recogido la mirada dura y triste al mismo tiem- «Condujeron a jesús al Sumo Sacerdote; y se reunieron todos los
po con la que percibe la estrechez de corazón de los escribas, la mi- príncipes de los sacerdotes, los ancianos y los escribas. Pedro le siguió
rada que se pasea por los circundantes, la mirada afectuosa hacia el desde lejos hasta el interior del palacio del Sumo Sacerdote y se sentó
joven rico, la mirada fija y pausada hacia el gazofilacio del Templo, con los sirvientes para calentarse junto a la lumbre.
etc. Algo de esto han percibido las almas delicadas cuando se han [ ... }
imaginado más de un~ vez cómo sería la mirada del Señor. »Los príncipes de los sacerdotes y todo el Sanedrín buscaban
Para acabar este apartado, no me resisto a convocar el episodio contrajesús un testimonio para darle muerte, y no lo encontraban.
de Jesús con los niños recogido en el capítulo 10: (. .. ) Pero él permanecía en silencio y nada respondió. De nuevo el
Sumo Sacerdote le preguntaba y le decía: "¿Eres tú el Mesías, el Hijo
«Le presentaban unos niños para que los tomara en sus brazos; pero del Bendito?". "Yo soy -respondió Jesús-, y veréis al Hijo del Hombre
los discípulos les reñían. Al verlo Jesús se enfadó y les dijo: "Dejad sentado a la diestra del Poder y venir sobre las nubes del cielo". El Sumo Sa-
que los niños vengan conmigo, y no se lo impidáis, porque de los
cerdote, rasgándose las vestiduras, dijo: "¿Qué necesidad tenemos ya
que son como ellos es el Reino de Dios. En verdad os digo: quien no
de testigos? Acabáis de oír la blasfemia. ¿Qué os parece?". Todos
reciba el Reino de Dios como un niño no entrará en él". Y abrazán-
ellos sentenciaron que era reo de muerte.
dolos, los bendecía imponiéndoles las manos» (Me 1 O, 13-16).
[. .. }
Como los otros evangelistas, Marcos recuerda la doctrina de »Cuando Pedro se encontraba abajo en el atrio, llegó una de las
Jesús sobre la infancia espiritual para acoger el Reino de Dios. criadas del Sumo Sacerdote y, al ver a Pedro que se estaba calentan-
Pero aquí el episodio tiene la espontaneidad y viveza de Marcos do, le miró y le dijo: "Tú también estabas con Jesús, ese Nazareno".
cuando refleja la verdadera humanidad del Señor. Al evangelista Pero él lo negó: "Ni lo conozco, ni sé de qué me hablas". [. .. } Y al
parece que le faltan palabras para describir el aprecio del Señor a momento cantó un gallo por segunda vez. Entonces Pedro se acordó
esos niños. De ahí que recoja también el enfado de Jesús hacia los de las palabras que le había dicho Jesús: "Antes de que cante el ga-
discípulos que no le han comprendido. llo dos veces, me habrás negado tres". Y rompió a llorar» (Me 14,
53-72).
Y con esto se introduce otro tema muy recurrente en el segun-
do Evangelio: quiénes son los discípulos de Jesús y qué comporta
El evangelista en los dos primeros versículos presenta a Jesús y
ser discípulo.
a Pedro. A la imaginación del lector se le ofrece como un escenario
con dos aciones distintas para que las examine en contraste: Jesús
es acusado con falsedades, confiesa la verdad y por ello es condena-
4.2. Los discípulos
do a muerte por el Sumo Sacerdote y escarnecido por los criados; a
Forma parte del Evangelio registrar las actitudes ante Jesús: de Pedro se le imputa un hecho verdadero, pero niega a Jesús con una
las gentes, de las autoridades, de las mujeres, de los discípulos, etc. mentira y sale indemne del juicio de la criada. Sin embargo, al fi-
Evangelio según San Marcos 137
Comprender los Evangelios
136
7.
Evangelio según San Lucas
Juan Luis Caballero
1.1. Autor
«El tercer libro del Evangelio es según Lucas. Este Lucas era
médico. Pablo lo tomó como segundo a causa de sus conocimientos
de derecho, y escribió con su asentimiento lo que juzgó bueno. Sin
embargo, no vio al Señor en carne mortal. En consecuencia, según lo
que se había podido informar, comenzó a hablar desde el nacimiento
de Juan».
En resumen, el autor del tercer Evangelio sería un cristiano de descolgado en Cafarnaum. En Marcos, para hacerlo, los hombres
la segunda generación, de origen pagano, probablemente de An- «levantaron la techumbre» (Me 2,4) de paja y barro, sin más. Lu-
tioquía de Siria, culto, que tiene un interés muy especial por la cas, en cambio, tiene presente una casa griega y dice que el paralí-
historia, y que fue discípulo y lompañero de San Pablo.
tico fue descolgado desde el terrado, «por entre las tejas» (Le « Ya gue muchos han intentado poner en orden la narración de
5, 1 7). Cosas semejantes se podrían decir a propósito de otros luga- las cosas gue se han cumplido entre nosotros, conforme nos las trans-
res (cfr. Le 6,46-49). mitieron quienes desde el principio fueron testigos oculares y minis-
tros de la palabra, me pareció también a mí, después de haberme in-
formado con exactitud de todo desde los comienzos, escribírtelo de
1.3. Fecha de composición forma ordenada, distinguido Teófilo, para gue conozcas la indudable
certeza de las enseñanzas gue has recibido» (Le 1, 1-4).
Para determinar la fecha de redacción del escrito, hay que
acudir al libro de los Hechos, escrito por el mismo autor (cfr. Hch La traducción castellana refleja bastante bien el original grie-
1,1-2). Este libro finaliza su relato en el momento en que San Pa- go. Periodo sintáctico largo, vocabulario culto, uso preciso de las
blo está preso en Roma, en su primera cautividad, a principios de palabras, etc. Es claro que su autor tiene el griego como lengua
los años sesenta. Ya que San Pablo fue liberado posteriormente y materna, y que ha sido un buen lector. Como dice San Jerónimo
Lucas no nos dice nada de esta liberación, el libro debió de escri- (Epístola 19), Lucas es «graeci sermonis eruditissimus».
birse mientras estaba San Pablo preso, es decir, hacia el año 63 Sin embargo, aunque el estilo de estas frases nos muestra quién
como muy tarde. Sin embargo, no es necesario unir el final de es Lucas, lo más importante es el propósito que desvela en esas lí-
Hechos de los Apóstoles a la fecha de su composición. Que He- neas: siguen el modelo griego de un prólogo, indicando, brevemen-
chos de los Apóstoles acabe donde acaba tiene su sentido desde te, argumento, fuentes, método y fin del escrito. El argumento son
un punto de vista teológico, ya que en ese momento se han cum- las «cosas que se han cumplido entre nosotros», o sea, todo lo refe-
plido las palabras del Señor que abren el libro: « ... seréis mis tes- rente a Jesús y al origen y la expansión de la primera Iglesia (hay
tigos hasta los confines de la tierra». Si se acepta esta hipótesis, la que tener en cuenta que Lucas se completa con Hechos); las fuentes
fecha sería acorde con el propósito del libro: a alguien (Teófilo) son testigos oculares y ministros de la palabra, es decir, una Tradi-
que no tiene acceso a lo que enseñaron quienes fueron «testigos ción bien fundada, y otros libros ya escritos (presumiblemente Ma-
oculares y ministros de la palabra», es decir, los apóstoles y los teo y Marcos); su método es histórico y literario, ya que se informa
varones apostólicos, Lucas, que sí los ha conocido, se lo escribe detalladamente de los hechos, pero los expone a su manera; su fin
con orden y exactitud. Eso nos situaría en la segunda generación es hacer conocer la indudable certeza de los hechos y enseñanzas
cristiana, hacia los años 70-80. que fundamentan la fe de los cristianos.
En el prólogo quedan también de relieve muchos datos implí-
citos que ayudan a comprender mejor la composición del Evange-
2. CARACTERÍSTICAS LITERARIAS Y TEOLÓGICAS lio. Lucas hace una «narración», palabra que incluye su escrito
dentro del género histórico. El autor del tercer Evangelio es, en efec-
2. l. Estilo literario to, un historiador, y esto se ve corroborado también por sus refe-
rencias a la historia profana y a los datos cronológicos (Le 1,5; 2, 1;
Cuando se comienza a leer el tercer Evangelio, el lector no pue- 3,1-2.23). Lucas escribe con orden (Le 1,3) ya que juzga que antes
de menos que quedar deslumbrado por el prólogo: otros lo han hecho sin él. Además, habla de cosas que se han cum-
144 Comprender los Evangelios Evangelio según San lucas 145
plido, que han sucedido realmente, de las que ha habido unos «tes- cuero a la cintura y comía langostas y miel silvestre» (Mt 3,4; Me
tigos», y que se han transmitido. Por tanto, Lucas refleja la fe de la 1,6). También, la descripción del endemoniado de Gerasa que en
Tradición anterior, que está basada en unos hechos reales. En Lucas Marcos viene relatada así: «Apenas salir de la barca, vino a su en-
hay una sensibilidad muy grande por la fidelidad a las fuentes. Del cuentro desde los sepulcros un hombre poseído por un espíritu im-
mismo modo, Lucas ha viajado y conocido personalmente personas puro, que vivía en los sepulcros y nadie podía tenerlo sujeto ni si-
y lugares, de manera que ha podido dar más exactitud a su escrito. quiera con cadenas; porque había estado muchas veces atado con
En San Lucas se da una relación muy estrecha entre el orden grilletes y cadenas, y había roto las cadenas y deshecho los grille-
del relato y la perspectiva que quiere dar al mensaje. Lucas es his- tes, y nadie podía dominarlo. Y se pasaba las noches enteras y los
toriador y teólogo: cuando narra, selecciona datos y los compone días por los sepulcros y por los montes, gritando e hiriéndose con
según un mensaje que quiere transmitir. Por eso, también en los piedras» (Me 5,2-5), en Lucas queda reducida a: « ... desde hacía
detalles de estilo se pueden percibir algunas características de su mucho tiempo no llevaba ropa, ni habitaba en casas sino en los se-
mensaje. Nos fijaremos en dos que tienen que ver eón la fidelidad pulcros [ ... ] y aunque le sujetaban con cadenas y le ponían grillos
a las fuentes y con el discípulo de Cristo. para custodiarle, rotas las ataduras, era impulsado por el demonio
1
culto, preocupado por la doxa, la buena opinión, o por el decoro de que más afrentas cuenta que le hicieron a Cristo: es el único que
lo que narra. Así por ejemplo, si lo compararnos con los otros si- narra el ir y venir de Cristo atado entre Pilare y Herodes, o el que
nópticos, no nos dice nada del vestido y la comida de Juan Bautis- describe a lo vivo las afrentas al Señor. El tercer anuncio de la Pa-
ta: «Juan llevaba un vestido de pelo de camello con un ceñidor de sión dice así: « ... será entregado a los gentiles y se burlarán de él,
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Comprender los Evangelios Evangelio según San Lucas 147
146
será insultado y escupido, y, después de azotarlo, lo matarán» (Le 2.2.2. El lugar de la Ciudad Santa
18,32-33), donde sólo Lucas habla de los insultos.
En Lucas el lugar de Jerusalén adquiere un papel central: la
Ante estos matices, la conclusión es casi una paradoja elocuente.
infancia de Jesús empieza y acaba en el Templo de Jerusalén; las
Lucas es amante del orden, del espíritu abierto, de la claridad, pero
tentaciones en el desierto acaban en Jerusalén; Jesús, ya desde el
sabe también que su modelo es Cristo. Recuerda que Jesucristo su-
inicio de su vida pública, empieza a caminar hacia Jerusalén, don-
frió los insultos, los salivazos y todo tipo de afrentas, y, por tanto,
de culminarán los acontecimientos salvadores (Le 9, 51-5 3:
ése será el camino del cristiano que quiera seguir a su Maestro.
«Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido
Esta enseñanza de Lucas se encuentra también en otros deta- arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén. Y envió mensajeros de-
lles, que se tratarán más adelante. Vamos ahora a fijarnos en otros lante de él, los cuales fueron y entraron en una aldea de los sama-
aspectos, formales y conceptuales a la vez. ritanos para hacerle preparativos. Pero no lo recibieron, porque su
intención era ir a Jerusalén»); las apariciones de Jesús resucitado
que se describen no son las de Galilea, sino las de Jerusalén; el
2. 2. Características teológicas Evangelio se cierra con una escena situada en el Templo de Jerusa-
lén (Le 24,5 3: «Y estaban continuamente en el Templo bendi-
2. 2. l. La historia y la historia de la salvación
ciendo a Dios»).
La historia que escribe Lucas tiene un fin muy particular: ense- Jerusalén es el lugar donde se culmina la salvación no sólo por-
ñar la historia de la salvación, contemplada desde la Encarnación de que es allí donde murió el Señor, sino sobre todo porque es el lugar
Cristo hasta la difusión del Evangelio entre los gentiles. Tanto en de su Ascensión, que es el estado final hacia el que camina jesús. La
Lucas como en los Hechos de los Apóstoles se nos narra la realiza- Ascensión es el final de su vida terrestre (Le 24,51-5 3 ), el paso del
ción de la acción salvífica de Dios en la historia. Que el tema de la Resucitado a la gloria (Hch 1,6-11), desde donde envía al Espíritu
salvación es fundamental en Lucas se ve por la cantidad de veces Santo.
que utiliza la palabra (cfr. Le 1,47.69.71.77; Le 2,11.30; 3,6;
19,9). Esta salvación, desde la perspectiva lucana, no se encuentra
sólo en la muerte y resurrección de Cristo, sino también en los 2.2.3. Conclusión
acontecimientos posteriores: en la Ascensión de Cristo a los cielos
y en la evangelización (cfr. Hch 13,47; 28,28). En efecto, en He- Esta conjunción de tiempos y lugares es la que, al final, tradu-
chos se ve cómo esa salvación se completa con la venida del Espíri- ce los motivos que guían la obra de San Lucas y que se podrían re-
tu Santo, cuyo impulso hace que se difunda el Evangelio por el sumir en la frase de Jesús que está precisamente en el centro del
mundo. Evangelio: «La Ley y los Profetas llegan hasta Juan; desde entonces
se evangeliza el Reino de Dios y cada uno se esfuerza por él» (Le
16,16). Dicho de otra forma, si Dios preparó un pueblo fue para
enviar a su Hijo y con su obra hacer que la salvación llegara a todos
los hombres.
148 Comprender los Evangelios
Evangelio según San lucas 149
gular en el tercer Evangelio- en los que se habla de los orígenes de 4,16-30) y se describen los inicios de su ministerio: la predicación
Jesús, de su infancia y de su preparación para la vida pública. En la y la elección, formación y envío de los discípulos y los apóstoles a
subida a Jerusalén (10 capítulos en Lucas, por sólo 2-3 en Mateo y la misión. Lucas habla de los comienzos del ministerio de Jesús (Le
Marcos) se subraya de un modo especial que Jesús dirige su llama- 4,14-6,11). Después pasa a relatar los milagros y la actividad de
da salvífica a todos los hombres. Jesús en Galilea (Le 6,12-8,56). Por último, se centra en el viaje de
Jesús con sus apóstoles (Le 9,1-50). En el centro de su predicación
se sitúan el Sermón del llano (Le 6, 1 7-49) y las parábolas del Reino
3. l. Presentación (Le 1, 1-4, 13) (Le 8,4-18). En estos capítulos se pone también de relieve la efica-
cia y la singularidad de las palabras de Jesús.
El Evangelio se abre con el prólogo (Le 1, 1-4), que presenta la
intención de la obra y que tiene las características que ya hemos
mencionado. 3. 3. Segunda Parte: Ministerio en la subida a Jerusalén
(Le 9,51-19, 27)
El primer gran episodio del tercer Evangelio lo constituye Le
1,5-2,52, donde se habla de la infancia de Jesús. Su función es di-
Esta parte contiene la narración de la larga subida de Jesús a
ferente a la de los capítulos paralelos en Mateo. En Mateo, los epi-
Jerusalén, en la que se recopilan muchas de las enseñanzas de Jesús
sodios de la infancia son un resumen conceptual del Evangelio: di-
que son propias a Lucas y que no aparecen ni en Mateo ni en Mar-
cen quién es Jesús prácticamente desde todos los puntos de vista.
cos. Entre ellas están las parábolas del buen samaritano (Le 10,25-
En Lucas estos ciento once versículos son como un último capítulo
37), de la misericordia (Le 15,1-32), del fariseo y el publicano (Le
del Antiguo Testamento que, a su vez, es un primer capítulo del
18,9-14), etc. No hay un claro criterio unificador, pero en estos ca-
Nuevo. Aquí se describe quién es Jesús: el Salvador prometido, el
pítulos aparecen los rasgos característicos de Lucas: la oración, la
Mesías, el Salvador. Con Jesús niño está su Madre, que tiene tam-
misericordia, la universalidad de la salvación, la riqueza y la pobre-
bién un papel central en el plan salvador. za, etc.
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ma. También era un tratamiento de respeto hacia una persona. San características que están presentes en Jesús y que deben ser imita-
Lucas es, con mucho, el evangelista que hace más uso de este título das por sus discípulos.
en sus escritos: 103 veces en el Evangelio, 107 en Hechos de los l. El discípulo de Jesús, como Él, debe estar desprendido de
Apóstoles. Jesús es el Señor en su sentido más profundo desde su todo, dispuesto a estar allá donde le conduzca la misión (Le
nacimiento, y se manifiesta como tal en la resurrección. Por eso a 9,52-66). Los textos puntuales son muchos: «Bienaventura-
Él le está reservada la gloria que manifestará especialmente en su dos los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios» (Le
segunda venida. En este sentido, Jesús es también el Señor de la 6,20); « ... oyendo esto Jesús, le dijo: "Aún te falta una cosa.
historia. Todo cuanto tienes véndelo y repártelo entre los pobres, y
tendrás un tesoro en los cielos; luego, ven y sígueme"» (Le
18,22); « ... llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le
4.1.2. Jesús, el «hombre nuevo», modelo del discípulo siguieron» (Le 5, 11 ), etc.
2. Este desprendimiento es la raíz de la libertad interior en la
Más arriba se ha dicho que. Lucas presenta su obra como una
alegría. El vocabulario de la alegría está compuesto de mu-
historia de la salvación que encuentra su culmen en Jesucristo.
chos verbos en Lucas: alegría, regocijo, alabanza, etc. «Será
También se ha visto que en esta historia de la salvación el Evange-
para ti gozo y alegría, y muchos se gozarán en su nacimien- i. l
lio de la infancia es como el último capítulo del Antiguo Testa-
to» (Le 1,14); « ... y entrando, le dijo: "Alégrate, llena de
mento y el primero del Nuevo: del Israel fiel a Dios, del pueblo
gracia, el Señor está contigo"» (Le 1,28); « ... alegraos ese
elegido, surge la salvación para todas las naciones. Pero San Lucas
día y saltad de gozo, que vuestra recompensa será grande en
proyecta el plan divino todavía más allá, y en la genealogía de Je-
el cielo» (Le 6,23); « ... os digo que, de igual modo, habrá
sús, se remonta hasta Adán que, dice Lucas, «viene de Dios» (Le
más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta
3,38). El paralelismo, que se apunta también en otros lugares del
que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de
Evangelio, es fácil de establecer: Dios creó a Adán del barro de la
tierra insuflado por el Espíritu, y crea al hombre nuevo, Jesucristo, conversión» (Le 15, 7).
con el descenso del Espíritu sobre Santa María, modelo de los 3. El hombre nuevo es un hombre en continua oración, sobre
hombres que son fieles a Dios. todo ante la prueba: del mismo modo que Jesús reza en el
A esta nota conceptual, San Lucas le añade otra: el comporta- Bautismo, y antes de la elección de los apóstoles, y en la
miento de Jesús es modelo para el de los cristianos. Esto se hace Transfiguración, y en Getsemaní, y en la cruz.
notar en las exhortaciones de Jesucristo contenidas en el Evangelio, 4. El discípulo entra a formar parte de una comunidad nueva, a
pero también en los Hechos de los Apóstoles, donde se percibe la que Jesús guía y transmite su poder salvífica, como se ve·
cómo los primeros cristianos imitaron el comportamiento de su sobre todo en el libro de los Hechos. Asistido por este po-
Maestro. der, y si se es dócil al Espíritu Santo, dará frutos, incluso
Aquí es donde se unen las dos notas que se han presentado en cuando humanamente no son esperados.
el título de este apartado: Jesús, hombre nuevo, modelo del discí- 5. Característica del discípulo es también la misericordia, que
pulo. Por eso, en el resumen de esta parte se harán notar diversas ocupa un puesto central en la vida cristiana. La misericordia
154 Comprender los Evangelios
Evangelio según San Lucas 155
se predica de Dios, porque tiene entrañas de misericordia (Le En este contexto se puede hablar de «seguimiento» de
2,72). Esta cualidad de Dios Padre se manifiesta en su capa- Cristo y, por tanto, de la exhortación a la vida cristiana, cu-
cidad de acogida y perdón (cfr. Le 15). Es, además, la misma yas características más importantes ya se han evocado: la
que manifiesta Cristo cuando se conmueve ante las necesida- misericordia, el desprendimiento, la oración, etc. Pero en el
des de los demás (Le 11, 13; 15 ,2) y la que pide a todos los Evangelio de San Lucas se señala que esas virtudes y actitu-
hombres (Le 10,39). Por eso no es extraño que la frase cen- des hay que vivirlas hoy, ahora. La vida del cristiano es un
tral del Sermón de la Montaña en Mateo ( «Sed perfectos camino como el que recorre Jesús en la larga subida a Jeru-
como vuestro Padre celestial es perfecto»), en Lucas sea: «Sed salén y que culmina en la cruz y en la glorificación de Jesús.
misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso» (Le 6,36). El Por eso, cargar con la cruz cada día es lo primero que debe
cristiano debe imitar a Dios y el modelo es Jesucristo. hacer el que quiera imitar al Maestro: «Decía a todos: "Si
6. Pero también puede examinarse este modelo de vida desde alguno quiere venir detrás de mí, que se niegue a sí mismo,
el punto de vista del discípulo. ¿Quién puedé ser discípulo que tome su cruz cada día, y que me siga"» (Le 9, 23).
de Cristo? Quien se convierte, quien vuelve a Dios, quien es
verdaderamente hombre y sigue a Cristo. Veámoslo con un
ejemplo. En la parábola del sembrador, se habla de las dis- 4.2. La universalidad de la salvación
tintas maneras de recibir la palabra. Hay quienes no resis-
ten a la tentación, otros que la ahogan con las «preocupa- A lo largo de los dos libros de San Lucas se muestra que los
ciones, riquezas y placeres de la vida», y, finalmente, están bienes anunciados por los profetas tienen su cumplimiento en
aquellos que «oyen la palabra con un corazón bueno y gene- Cristo y en su Iglesia, donde Él pervive, y alcanzan no sólo a los ju-
roso, la conservan y dan fruto mediante la perseverancia» díos, sino a todos los pueblos del mundo.
(Le 8,15). Las palabras griegas que hemos traducido por La universalidad de la salvación realizada por Jesucristo está
«bueno y generoso» son kalé kai agathé. Un conocedor de la ampliamente contemplada por San Lucas en los Hechos de los
cultura griega sabe que designan el ideal del hombre grie- Apóstoles. Pero ya en el Evangelio la encontramos incoada, y expre-
go, el caballero, el hombre de virtudes, el que es como debe sa, en muchos lugares. Así, en el Cántico de Simeón, se proclama
ser (Platón, Teeteto). El hombre virtuoso, recibirá con gusto que la salvación se ha preparado «ante la faz de todos los pueblos» y
la semilla del Evangelio y dará fruto. Curiosamente, justo que Jesús es «luz que ilumina a los gentiles» (Le 2,29-32); también
después de este pasaje, San Lucas recoge el episodio en el San Lucas, como los otros sinópticos, aplica a la misión de Juan el
que Jesús dice: «Mi madre y mis hermanos son los que oyen Bautista el texto de Isaías 40, pero Lucas prolonga la cita con un
la palabra de Dios y la cumplen» (Le 8,21). Con esto -no versículo más, precisamente el que dice « ... y todo hombre verá la
hay que olvidar que los otros dos Evangelios sinópticos di- salvación de Dios» (Is 40,5; Le 3,6). Por parte de Jesús, en la sina-
cen «el que hace la voluntad de Dios», sin referirse a lapa- goga de Nazaret anuncia la futura predicación a los no judíos; y más
labra- San Lucas indica con bastante claridad que el modelo tarde explica a sus discípulos que estaba profetizado que Él debía
primero de seguimiento de Cristo es su Madre. Pero sobre padecer y resucitar, y que se iba a predicar en su nombre la conver-
esto volveremos más tarde. sión y el perdón de los pecados a todas las gentes (Le 24,47). Entre
Evangelio según San Lucas 157
156 Comprender los Evangelios
que, como para coronar ese pasaje de las parábolas, San Lucas reco- 8.
ge el episodio en el que proclama a María como la que escucha la
Evangelio según San Juan
palabra de Dios y la guarda. Del mismo tenor son los dos sumarios
en los que se dice que «María guardaba todas estas cosas ponderán- Juan Chapa
dolas en su corazón» (Le 2,19, cfr. 2,51). María aparece así como el
modelo perfecto del discípulo de Cristo. Pero, además, a esta nota
del discípulo se le podrían añadir otras, como la de la imitación del
camino de Cristo señalada, por ejemplo, en la profecía de Simeón.
Añado una para acabar, referida a las Bienaventuranzas. Las
Bienaventuranzas, en la redacción de San Mateo, parece que van
dirigidas a todos los hombres: Bienaventurado será aquel que se
haga pobre, manso, etc. En cambio, en San Lucas parece que van
Con el Evangelio de San Juan se completa y se cierra el núme-
dirigidas a los cristianos: Bienaventurados vosotros que ahora sois
ro de Evangelios tenidos por la Iglesia como sagrados y canónicos.
pobres, que sufrís, etc. Lo curioso es que la mayor parte de las otras
Es, como los sinópticos, un «Evangelio», un anuncio de la Buena
veces en las que se utiliza esta fórmula de bendición en San Lucas o
Noticia; pero supone respecto a aquéllos una profundización en la
se refieren a Santa María explícitamente (Le 1,45 .48; 11,27 .28) o
comprensión de la vida y la enseñanza del Señor. San Juan se ca-
pueden también referirse a ella. Parece pues claro que San Lucas se
racteriza por exponer con particular claridad la preexistencia de
esfuerza para que comprendamos que María es ejemplo de los dis-
Cristo. Jesús es el Logos de Dios que se hace hombre y, con sus pa-
cípulos de Cristo; por eso, cuando el Espíritu Santo desciende so-
labras y signos, revela al Padre. Lo peculiar de la fe en Jesús es ese
bre el grupo apostólico para iniciar la andadura de la Iglesia, los
conocimiento del Padre, la comunión con Él y con el Hijo, y la vi-
discípulos están reunidos en torno a la Madre de Jesús (Hch 1,14).
vencia de esa comunión cumpliendo sus mandamientos.
Si el Evangelio de Marcos presenta sobre todo a Jesucristo
como el siervo de Dios, el de Mateo como el Mesías judío y el de
Lucas como Señor y Salvador, el de Juan revela a Jesús como el
Hijo de Dios, eterno y preexistente, que se hizo hombre para reve-
lar al Padre y traernos la vida eterna mediante su muerte y su resu-
rrección. Esta profunda comprensión del misterio de Cristo es la
que explica que el Evangelio de Juan haya venido a ocupar defini-
tivamente su lugar a continuación de los sinópticos, aunque en al-
gunos antiguos códices occidentales se encuentra después del Evan-
gelio de San Mateo.
160 Comprender los Evangelios Evangelio según San Juan 161
1. AUTOR, FECHA Y LUGAR DE COMPOSICIÓN El Canon de Muratori, escrito en Roma hacia el año 180, tiene
un prólogo contra Marción y sus seguidores, en el que se dice que
Como los otros Evangelios, el de San Juan tampoco refiere el «el Evangelio de Juan ha sido comunicado y manifestado a las
nombre de quien lo escribió. Sin embargo, a diferencia de los si- iglesias por el mismo Juan, mientras vivía, según dice Papías de
nópticos, el cuarto Evangelio identifica a su autor con uno de los Hierápolis». Además en el cuerpo del canon se señala:
personajes que estuvo presente en las escenas que se narran, y en
«El cuarto evangelio es de Juan, uno de los discípulos. Cuando
concreto con un discípulo especialmente amado por Jesús. Así lo
sus co-discípulos y obispos le animaron, dijo Juan: "Ayunad conmi-
afirma expresamente en la conclusión del Evangelio: «Éste es el go durante tres días a partir de hoy y lo que nos fuera revelado conté-
discípulo que da testimonio de estas cosas y las ha escrito, y sabe- moslo el uno al otro". Esta misma noche le fue revelado a Andrés,
mos que su testimonio es verdadero» CTn 21,24). «Este discípulo» uno de los apóstoles, que Juan debería escribir todo en nombre pro-
se refiere al discípulo mencionado en el v. 20 del mismo capítulo, pio, y que ellos deberían revisárselo».
« ... aquel discípulo que Jesús amaba, el que en la cena se había re-
Eusebio, en su Historia Eclesiástica, refiere también el testimo-
costado en su pecho y le había preguntado: "Señor, ¿quién es el que
nio de Clemente de Alejandría, que trasmite una tradición según
te va a entregar?"», y del que se extendió el rumor de «que nomo-
la cual Juan compuso su Evangelio después que los demás evange-
riría» CTn 21,23). Es el mismo que aparece mencionado al pie de la
listas escribieran los suyos:
cruz CTn 19,26) y corre con Pedro a ver el sepulcro vacío CTn 20,2).
Sin duda, se trataba de uno de los discípulos más cercanos, pues se «Habiendo sido ya divulgados los tres evangelios escritos con
halla entre ellos cuando se les aparece el Señor resucitado en las ori- anterioridad, llegando también a sus manos, dicen que los aceptó e
llas del lago de Tiberíades CTn 21,7 ss.). incluso dio testimonio de su veracidad, pero que el relato carecía de
Desde muy antiguo, la Tradición de la Iglesia ha reconocido en los hechos que llevó a cabo Cristo en el principio y también en el co-
mienzo de su predicación» (Historia Eclesiástica, 3,247).
este discípulo amado de Jesús al apóstol Juan, el hijo del Zebedeo.
El primero que así lo afirma es San Ireneo: En otro lugar, Eusebio recoge otra cita de Clemente al respec-
to. En ella, después de referirse a la autoría de los sinópticos, el de
«Juan, el discípulo del Señor, el mismo que reposó en su pecho,
Alejandría dice:
ha publicado el evangelio durante su estancia en Éfeso» (Contra las
herejías, 3, 1,1). «Pero el último de todos, Juan, sabiendo que los hechos externos
(ta somatiká) ya habían quedado claros en el Evangelio, urgido por
San Ireneo fue obispo de Lyon, pero nació hacia el año 130 en sus amigos e inspirado por el Espíritu Santo, compuso un evangelio
Esmirna (Asia Menor), donde conoció a San Policarpo. Su testimo- espiritual (,pneumatikón)» (Historia Eclesiástica, 6, 14,5- 7).
nio tiene gran valor ya que, según Tertuliano 1, San Policarpo había
sido constituido obispo de Esmirna por el mismo San Juan. A partir del siglo IV es tradición común y constante atribuir al
apóstol San Juan el cuarto Evangelio.
Algunos autores consideran, sin embargo, que Ireneo se con-
l. TERTULIANO, Prescripciones contra todas las herejías, 32. fundió al hacer referencia a Juan como autor del Evangelio. El au-
Comprender los Evangelios Evangelio según San Juan 163
162
tor -dicen- no sería Juan el apóstol, sino Juan el presbítero, un estilo tiene una clara huella semítica y conoce muy bien la geogra-
discípulo de Jesús mencionado por Papías de Hierápolis, que vivió fía de Palestina y el mundo judío. Otras propuestas que se han he-
2
en la primera mitad del siglo II y conoció a San Juan . El texto de cho sobre la personalidad del discípulo amado presentan mayores
Papías que cita Eusebio es el siguiente: dificultades que la identificación tradicional con Juan apóstol.
que hacia el año 200 el cuarto Evangelio era bien conocido la expresión general «los judíos» (cerca de 60 veces en el
en el país del Nilo, siendo muy probable que fuera ya leído Evangelio). La expresión responde a la manera que utiliza-
en el Alto Egipto en la primera mitad del siglo II. Para que ban los no judíos para llamar a los hijos de Israel y corres-
un libro se difundiera hasta el Alto Egipto y se le reconocie- ponde al lenguaje de una sociedad pagana en la que los ju-
se su autoridad hacia el año 150, hay que suponer que fue díos eran un grupo reconocible. Dentro de éste estaban los
escrito bastante tiempo antes, probablemente a finales del si- fariseos, que eran los jefes. El judaísmo del Evangelio de
glo I d. C. o muy a principios del siglo II. Juan parece identificarse con el de este grupo, es decir, con
3. Por otra parte, algunas expresiones concretas, el estilo litera- la nueva línea farisea reconstituida. En este marco histórico
rio, el posible conocimiento del Evangelio de Lucas -que se algunos entienden las referencias a la «exclusión de la sina-
sitúa normalmente en la década de los setenta- y la com- goga» por confesar a Jesús como Cristo -expresión que sólo
prensión de las palabras y obras de Jesús no sugieren una fe- se encuentra en Juan 6- como un reflejo de lo que la acade-
cha demasiado temprana para la composición· del Evangelio. mia de Yamnia entre los años 80 y 100 añadió a la oración
de las 18 bendiciones (Shenzoneh Esreh): «No haya esperanza
La posición tradicional y más comúnmente aceptada es que el
para los apóstatas .. ./. .. Perezcan los nazarenos y los minim
cuarto Evangelio fue escrito entre los años 90 y 100. Lo apoyarían
C'sectarios") en un instante .. ./. .. Bendito seas, Señor, que
los siguientes datos:
doblegas a los tiranos». Los «nazarenos» eran los cristianos.
l. El Evangelio de Juan refleja muy probablemente una situa-
3. Por otra parte, la mención de las fiestas judías en el cuarto
ción en que los cristianos se han separado definitivamente
Evangelio, como marco en el que Jesús es presentado esta-
del judaísmo y son expulsados de las sinagogas. El origen
bleciendo una nueva economía salvífica, indica que la co-
de este escenario se remonta a la nueva configuración que
munidad a la que va destinado se identifica como el verda-
toma el judaísmo después de la primera guerra judía ( 66- 7 O
dero y nuevo Israel al margen de las antiguas instituciones
d. C.). Con la destrucción del Templo por parte de los ro- judías. La nueva religión es considerada como sustitutiva
manos en el año 70 y gracias a la actividad de la academia del judaísmo.
de Yamnia (un lugar también llamado Yabneh, cerca de la
Como este enfrentamiento con el judaísmo se producía a fina-
actual Tel-Aviv) a finales del siglo I, la línea farisea se re-
les del siglo I, es lógico pensar, de acuerdo también con la Tradi-
constituye y se impone, dando lugar al judaísmo rábinico.
ción, que el Evangelio fue compuesto en la década de los noventa.
En las comunidades judías diseminadas por las ciudades del
Imperio se siguió esta nueva corriente de judaísmo: sus lí-
deres rechazaron toda la literatura que no cuadrase con su
6. Jn 9,22: «Sus padres dijeron esto porque tenían miedo de los judíos,
pensamiento y expulsaron de sus sinagogas a quienes se pues ya habían acordado que si alguien confesaba que él era el Cristo fuese ex-
desviaban de sus tradiciones particulares, entre éstos a mu- pulsado de la sinagoga»; 12,42: «Sin embargo, creyeron en él incluso muchos
chos judeocristianos. de los judíos principales, pero no le confesaban a causa de los fariseos, para no
ser expulsados de la sinagoga»; cfr. 16,2: «Os expulsarán de las sinagogas; más
2. Esta tensión entre judaísmo y cristianismo queda patente aún: llega la hora en la que todo el que os dé muerte pensará que hace un servi-
en el Evangelio de San Juan. Juan presenta el judaísmo bajo cio a Dios» .
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l
166 Comprender los Evangelios Evangelio según San Juan 167
No han faltado autores que propugnan una fecha anterior al 1.2. Lugar de composición
año 70 y otros que lo retrasan a bien entrado el siglo II.
La tradición común de la Iglesia afirma que, después de su
l. Los que afirman que fue escrito antes del año 70 piensan
papel de líder en la iglesia de Jerusalén, Juan se trasladó a Éfeso.
que los cuatro Evangelios debieron de ser escritos entre los
De allí fue desterrado a la isla de Patmos, en la costa de Asia Me-
años SS y 7 O, o se fijan en algunos aspectos dél Evangelio
nor, pero luego volvió a Éfeso donde vivió hasta su ancianidad en
que son muy judíos. Por ejemplo, Juan utiliza las palabras
tiempos de Trajano (años 98 al 11 7) y murió de muerte natural.
«rabí» y «mesías» con más frecuencia que los otros Evange-
De ello dan testimonio Ireneo (Contra las herejías, 2,22,3; 3,1,2),
lios. Además, el Templo, que fue destruido en el año 70, re-
Justino (Diálogo con Trifón, 81,4) y Clemente de Alejandría
cibe más atención en Juan que en otros libros del Nuevo
(¿ Hay salvación para los ricos?, 42). Eusebio de Cesarea recoge la
Testamento, lo que implicaría que todavía estaba en pie.
misma tradición aludiendo a testimonios de Ireneo, Justino y
Por otra parte, el cuarto Evangelio subraya más que los
Clemente de Alejandría, y añade los de Apolonio y Polícrates
otros la superioridad de Jesús con relación a Juan Bautista.
(Historia Eclesiástica, 3,23,3-4; 3,39,3-4; 4,18,6-8; 5,8,4; 5,18,14;
Esta preocupación respondería a una etapa temprana. Final-
5,20,6). La obra apócrifa Hechos de juan, de la mitad del siglo II,
mente, Juan parece utilizar a menudo el lenguaje de los ma- también testimonia la residencia de Juan en Éfeso. Tertuliano,
nuscritos de Qumrán, comunidad que dejó de existir en el por su parte, cuenta que Juan murió anciano (Sobre el alma, SO).
año 70. Por todo ello, algunos estudiosos piensan que estos Estas razones apuntan a que fue Éfeso el lugar donde se compuso
aspectos judíos del evangelio «encajan» mejor en el periodo el Evangelio.
anterior al año 70 que en los años siguientes. A pesar de
ello, la mayoría de los exégetas no lo aprueban.
2. Los que defienden que fue escrito en el siglo II se apoyan en 2. CARACTERÍSTICAS LITERARIAS Y TEOLÓGICAS
la pretendida falta de testimonios explícitos en los primeros
autores cristianos. Mantienen que los primeros testimonios 2. l. Lengua y estilo
son de finales del siglo II, aproximadamente de los años
160-170, pues no aceptan que autores como Ignacio o Jus- El cuarto Evangelio está escrito en un griego koiné bastante
tino conozcan el cuarto Evangelio. La otra razón principal sencillo, cercano al que podían hablar en el mundo mediterráneo
es la presencia de una teología a su juicio demasiado sofisti- aquellos que no lo tenían como lengua materna. Desde el punto de
cada, que sería fruto de una lenta evolución en el desarrollo vista literario no es especialmente rico. De las 15 .63 S palabras tie-
de la Iglesia. El descubrimiento de los papiros de comienzos ne sólo 1. O 11 diferentes. La frase más larga es la de J n 13, 1: «La
del siglo II ha hecho que en la actualidad sean pocos los que víspera de la fiesta de Pascua, como Jesús sabía que había llegado
defiendan una fecha tardía para el Evangelio. su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los su-
Como consecuencia, no parece que haya objeciones serias para yos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin». La más corta es
no seguir pensando que el cuarto Evangelio fue escrito a finales del la deJn 11,35: «Jesús rompió a llorar». Se trata también del versí-
siglo l. culo más corto de toda la Biblia.
168 Comprender los Evangelios Evangelio según San Juan 169
El estilo es directo y la sintaxis bastante elemental, en la que a) Orden de los capítulos 4- 5-6. La actividad de Jesús en Jerusalén
predomina la parataxis. De todas maneras posee la fuerza de una descrita en el capítulo 5 con ocasión de una fiesta, sin precisar cuál
obra madura, con una gran intensidad literaria en torno a la figura sea, no parece encajar bien entre los capítulos 4 y 6, en los que Je-
de Jesús. sús se encuentra en Galilea. El último versículo del capítulo 4 dice
así: «Este segundo signo lo hizo Jesús cuando vino de Judea a Ga-
El vocabulario, si bien es limitado, es muy unitario: No hay di-
lilea», y el capítulo 5 comienza con estas palabras: «Después de
ferencias entre el que utiliza el narrador y el que emplean los per-
esto se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusa- ¡,
sonajes que intervienen y hablan. En el repertorio de términos
lén». Todo el capítulo 5 se desarrolla en Jerusalén y, seguidamente,
cabe destacar los siguientes: aletheia, aletbés, alethinós (verdad, ver-
el capítulo 6 comienza del siguiente modo: «Después de esto par-
dadero), ginoskein (conocer), zoé (vida), ioudaioi (judíos), eosmos
tió Jesús a la otra orilla del mar de Galilea, el de Tiberíades». Al-
(mundo), nzartyrein, nzartyría (testimoniar, testimonio), pater (refe-
gunos piensan que el capítulo 5 ha sido añadido entre los capítulos
rido a Dios), pempein (enviar, ser enviado), terein (guardar), phane-
4 y 6, o se debe poner en el contexto del capítulo 7.
roun (manifestar),phos (luz). En cambio, se adviertela falta de tér-
minos más típicos de los sinópticos: euaggelion (evangelio), djnanzis b) Ilación de los capítulos 14-15. Más brusca es la reanudación
(fuerza), kalein (llamar), katharein (purificar, limpiar), keryssein del discurso de Jesús en la última cena en el capítulo 15. Después
(proclamar), metanoia (conversión), parabolé (parábola). de indicar al final del capítulo 14 («Levantaos, vámonos de aquí»),
resulta un tanto sorprendente que el siguiente versículo diga: « Yo
Algunos opinan que, tanto a nivel del lenguaje como de las ide-
soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador» (Jn 15,1). En cam-
as, en el Evangelio se perciben dependencias de diversos ámbitos
bio, ese final de capítulo parece conectar mejor con el comienzo del
culturales y religiosos. Así, unos piensan que Juan está fuertemente
capítulo 18: «Dicho esto, salió Jesús con sus discípulos al otro lado
influido por obras del mundo helenístico judío (Filón), otros lo rela-
del torrente Cedrón, donde había un huerto en el que entraron él y
cionan con Qumrán, o consideran que habría que conectarlo con cír-
sus discípulos».
culos gnósticos. Sin embargo, el cuarto Evangelio está firmemente
arraigado en la tradición veterotestamentaria y no hay razones sóli- e) Apéndice (cap. 21). La narración de la aparición de Jesús a ori-
das para hacerlo depender de ámbitos extrabíblicos, aunque parte llas del lago en el capítulo 21 es un añadido posterior. Se habla del
del vocabulario y algunas ideas sean comunes. El estilo deja ver el discípulo amado, y por tanto, del autor del testimonio, como al-
trasfondo semita de un autor, que, como se ha dicho, conoce bien la guien que probablemente ya ha muerto ( «Por eso surgió entre los
geografía de Palestina, y las costumbres y fiestas del mundo judío. hermanos el rumor de que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús
no le dijo que no moriría, sino: "Si yo quiero que él permanezca
hasta que yo vuelva, ¿a ti qué?"»: Jn 21,23). Termina, además, con
2.2. Composición y edición unas palabras conclusivas semejantes a las que ya se encuentran al
final del capítulo anterior. En efecto, el capítulo 20 acaba con unas
Al leer el cuarto Evangelio se aprecian enseguida algunos deta- palabras que tienen el carácter de broche final: «Muchos otros sig-
lles que parecen romper el hilo de la narración y hacen sospechar nos hizo también Jesús en presencia de sus discípulos, que no han
de un proceso de redacción en varias etapas. Los más significativos sido escritos en este libro. Sin embargo, éstos han sido escritos para
son los siguientes: que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que ere-
170 Comprender los Evangelios Evangelio según San Juan 171
yendo tengáis vida en su nombre» (In 20,31). A continuación, el 2.3. Finalidad del escrito y comparación con los sinópticos
capítulo 21 narra la aparición de Jesús en el lago de Tiberíades y
r concluye con otro final: «Éste es el discípulo que da testimonio de El cuarto evangelista escribe su libro, según dice él mismo,
estas cosas y las ha escrito, y sabemos que su testimonio es verda- «para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que
dero. Hay, además, otras muchas cosas que hizo Jesú~ y que, si se creyendo tengáis vida en su nombre» 0n 20,31). Es decir, el escri-
escribieran una por una, pienso que ni aun el mundo podría conte- to se encamina a formar y fortalecer la fe de los lectores. Para alcan-
ner los libros que se tendrían que escribir» (In 21,24-25). zar ese objetivo señalado al final del libro, el autor del cuarto Evan-
Éstos y otros rasgos literarios llevan a suponer que la forma ac- gelio sigue un plan distinto del de los sinópticos.
tual del Evangelio es.obra de un redactor final, que bajo la guía del a) Marco geográfico y cronológico. Juan se fija sobre todo en la ac-
Espíritu ha reelaborado un material, ya existente, dándole el orden tividad de Jesús en Judea y en _el Templo de Jerusalén, adonde el
que actualmente tiene en el Evangelio. Ese redactor final habla, al Señor sube al menos tres veces con ocasión de las fiestas 0 n 2, 13;
terminar el libro, en primera persona del plural -«sabemos que su 7,10; 12,12), y sólo refiere unos pocos detalles de la actividad de
testimonio es verdadero»-, haciéndose eco del sentir de la comuni- Jesús en Galilea. Resalta además su paso por Samaría 0n 4,1-42).
dad, al tiempo que señala al «discípulo que Jesús amaba» como el La mención de la presencia de Jesús en Jerusalén durante tres fies-
que «da testimonio de estas cosas y las ha escrito» 0 n 21,24; cfr. tas de la Pascua implica que su ministerio duró al menos tres años.
21,20). En cambio, los tres primeros Evangelios sólo nos narran una subi-
Se han propuesto diversas hipótesis para reconstruir este proce- da a la Ciudad Santa durante el ministerio público, aquella en la
so de composición del Evangelio y explicar también así los aspec- que morirá durante la fiesta de la Pascua. El ministerio de Jesús
tos más profundos de la cristología joánica. Algunos han vinculado parece transcurrir en un solo año.
el proceso al desarrollo de la comunidad que se formó en torno a la 6) Milagros. De los veintinueve milagros que narran los sinóp-
figura del discípulo amado, entendiéndolo a la luz de las escuelas ticos, San Juan refiere sólo dos (la multiplicación de los panes y el
de la Antigüedad. Estas escuelas eran conocidas tanto en el am- caminar de Jesús sobre las aguas) 7 y habla de otros cinco milagros
biente helenista (Pitágoras, Platón, Aristóteles, Epicuro ... ), como distintos (las bodas de Caná, la curación del hijo del funcionario
en el ambiente judío (Hillel, Shammai, Filón ... ). La escuela se real, la curación del paralítico en la piscina probática, la curación
constituía en torno a su fundador, un personaje o un pensador emi- del ciego de nacimiento en Jerusalén, la resurrección de Lázaro) 8•
nente que reunía a su alrededor a los discípulos. Estos acogían y Pero el rasgo más sobresaliente es que presenta los milagros como
desarrollaban su doctrina y a veces seguían también su manera de «signos», pues le sirven de base para exponer realidades más pro-
vivir. En nuestro caso, en el origen de esta «escuela» habría que co- fundas que las que se veían a simple vista: con las bodas de Caná
locar al apóstol Juan, hijo de Zebedeo, que marchó de Palestina a -el primero de los signos-, se manifiesta la gloria de Jesús, se reve-
Éfeso, pasando quizá por Antioquía de Siria. Su persona y los discí- la el comienzo de la era mesiánica y se vislumbra ya la función de
pulos que le seguían habrían constituido el centro propulsor de las
comunidades cristianas a las que Juan se dirige, que estaban espar-
cidas por las grandes ciudades del Asia Menor, tal como se refleja 7. Jn6,1U9.
en las siete iglesias del Apocalipsis. 8. Jn 2,1-11; 4,46-54; 5,1-9; 9,1-41; 11,33-44.
172 Comprender los Evangelios Evangelio según San Juan 173
su Madre Santa María en la Redención (In 2,1-11); la multiplica- lenguaje directo; en Juan, en cambio, el lenguaje es con frecuencia
ción de los panes y los peces, testificada también por los sinópti- metafórico o simbólico (cfr. los conceptos luz, verdad, agua, espíri-
cos, es el apoyo de las palabras de Cristo, cuando se presenta como tu, testimonio de Dios, etc.), se caracteriza por fórmulas muy signi-
el Pan de Vida (cap. 6); la curación del ciego de nacimiento prece- ficativas («Yo soy», «vosotros en mí y yo en vosotros», «permane-
de la manifestación de Jesús como Luz del mundo (cap. 9); la resu- ced en mí», etc.), gusta de las antítesis (luz-tinieblas, vida-muerte,
rrección de Lázaro, enseña que sólo Jesús es la Resurrección y la ser de aquí abajo-ser de allá arriba, verdad-mentira) y usa a menudo
Vida (cap.11). expresiones con doble significado (exaltar, ver, mirar, en sentido
c) Pasión de Jesús. En la historia de la pasión, muerte y re- material y espiritual al mismo tiempo). 1,
surrección de Jesucristo, el cuarto Evangelio coincide con los si- Estas peculiaridades no significan que no tenga muchos puntos
nópticos, pero también estos acontecimientos se narran desde una comunes con los sinópticos ni que no deba considerarse un verda-
perspectiva propia: a la luz de la glorificación de Cristo. En esos dero evangelio. En efecto: el cuarto evangelista escribe su libro, se-
momentos se manifiesta «la hora» de Jesús 0n 2,4; 7,30; 13,1; gún dice él mismo, «para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo
17 ,1), en la que el Padre glorifica al Hijo, que, al morir, vence al de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre» (In
demonio, al pecado y a la muerte, y es exaltado sobre todas lasco- 20,31). Es decir, el escrito se encamina a fortalecer y formar la fe de
sas 0n 12,32-33). De este modo, en los anuncios que Jesús hace de los lectores. Esta sola frase define la obra en sí y su género literario
su pasión, los sinópticos se fijan en la conveniencia de que el Hijo como género evangélico. Con sus características propias, como las
del Hombre padezca (Mt 16,21 y par.), mientras que SanJuan su- tienen también los otros, Juan proclama lo específico de todo
braya la conveniencia de que el Hijo del Hombre sea exaltado (In evangelio: la mesianidad y filiación divina de Jesús, demostrada me-
3,14-15; 8,28; 12,32-33). diante los milagros por Él realizados. Fomentar la fe en Cristo y la
d) Enseñanza. El cuarto evangelista presenta asimismo la ense- vida sobrenatural por esta fe es la finalidad de Juan. Y los elemen-
ñanza de Jesús con matices propios respecto a los sinópticos. Por tos que el autor utiliza, enseñanzas y milagros de Jesús, pertenecen
ejemplo, habla sólo dos veces del «Reino de los Cielos» (las dos en de lleno a la predicación apostólica, a la proclamación del kérigma
el diálogo con Nicodemo, J n 3 ,3. 5 ), mientras que los sinópticos, es- sobre la persona y obra de Jesús.
pecialmente San Mateo, lo mencionan con mucha frecuencia 9. San La razón de las diferencias con los sinópticos se explica por el
Juan no trata temas recurrentes en los tres primeros Evangelios, distinto acento en la intencionalidad. El propósito del escrito, tal
como la cuestión del sábado, el legalismo farisaico, etc.; en cambio, como se dice al final del libro, es dar un testimonio de lo que el au-
habla de la vida, la verdad, la luz, la gloria, temas que apenas apare- tor ha visto 0n 19,35; 21,24). Esta intención se observa a lo largo
cen en los sinópticos. Además, Juan recoge la predicación de Jesús de todo el Evangelio, en el que más que los términos «evangeli-
en largos discursos que presentan ciertos contrastes en relación a los zar» o «predicar», emplea los verbos «testimoniar», «testificar» y
otros tres Evangelios. En éstos abundan las imágenes y las parábo- «enseñar». El objeto de ese testimonio será siempre Jesucristo. Así
las, tomadas de cosas sencillas y costumbres populares, expuestas en pues, nos presenta la predicación del Bautista como un testimonio
histórico a favor de Cristo (In 1,7.19.32.34; 3,26; 5,33). Pero,
ante todo, insiste en que de Jesús da testimonio el Padre que le ha
9. Jn 3,5; cfr. Mt 3,2; 4,23; 5,3; 11,12; 13,24; etc. enviado (In 5,37). También narra cómo Jesús mismo da testirno-
1
nio de Sí, porque sabe de dónde viene y adónde va (In 8,14) y por- cualquiera, creyente o no, la inteligencia profunda de esa historia
que testifica lo que ha visto (]n 3,11). Además, las Escrituras tam- sólo la alcanza el creyente, a la luz de la fe en Jesús muerto y resu-
bién dan testimonio de Él (]ri 5,39), y asimismo lo hará el Espíritu citado.
Santo que será enviado (]n 15,26). Por último, el Señor dice a los Participando de una práctica corriente en la apocalíptica, Juan
apóstoles: «También vosotros daréis testimonio, porque desde el muestra que los misterios del Reino no pueden manifestarse de an-
principio estáis conmigo» (In 15,27). Así pues, el Evangelio escri- temano a cualquier oyente, sino que necesitan de una especial re-
to es el «testimonio» dado y reconocido por la Iglesia (jn 21,24). velación divina. Esto se observa sobre todo en los diálogos de Jesús
Este carácter de testimonio sigue siendo válido frente a quienes con algunos personajes. Jesús suele comenzar sus enseñanzas con
discuten que el cuarto Evangelio sea la obra de un testigo ocular y una frase enigmática, que suscita la curiosidad del interlocutor
piensan que Juan empleó otras fuentes (así por ejemplo, Bult- ( «El viento sopla donde quiere_», «Lázaro duerme», «el Hijo del
mann, que habla de una fuente de discursos, otra de milagros y Hombre ha de ser levantado»), y da origen a un discurso en el que
otra con el relato de la Pasión). Las propuestas en este sentido se se explica un determinado punto doctrinal. Pensemos, por ejem-
mueven en el terreno de la hipótesis y, si bien podrían explicar al- plo, en el caso de Nicodemo, al hablar de la nueva vida; o en el diá-
gunos puntos oscuros, presentan muchas dificultades. También hi- logo con la samaritana, al tratar del agua viva. Jesús habla de unas
potético es el grado de conocimiento y empleo que tiene el evange- realidades que son más profundas de lo que pueden parecer signifi-
lista de los Evangelios sinópticos. Algunos afirman que no los car en un primer momento: el viento que sopla es el Espíritu, el
conoció en su materialidad. Otros piensan que tuvo presente algu- agua corriente es en realidad la gracia, el don del Espíritu. Las pa-
no de ellos, en especial el de Lucas, si bien también hay quienes labras de Jesús, por tanto, requieren una comprensión más honda
sostienen que conoció el de Marcos. En cualquier caso, no hay que la que sugiere el texto a simple vista. En realidad, sólo cuando
duda que el cuarto Evangelio supone una profundización en la en- llegue el Espíritu Santo los discípulos se darán cuenta plenamente
señanza sinóptica. del sentido que tenían las palabras del Maestro (In 14,26). Así, en
varias ocasiones, dirá el evangelista que no entendieron lo que Je-
sús les quería decir, pero que después de la Resurrección advirtie-
2.4. Niveles de comprensión ron su profundo significado 10• El Maestro, al ver su incapacidad de
comprensión, los consuela con la promesa del Espíritu de Verdad,
La peculiaridad del Evangelio de San Juan se manifiesta tam- que los guiará hacia la verdad completa (]n 16,13).
bién en otro aspecto, que dio lugar a que Clemente de Alejandría De esta manera, Juan narra la enseñanza y actividad de Jesús
dijera que estamos ante un «evangelio espiritual»: se trata de la en un doble nivel. El primer nivel, el del anuncio que hace Jesús,
tendencia del evangelista a exponer el sentido más hondo de las es comprensible para los oyentes mediante su propio bagaje bíbli-
palabras y de los hechos de Jesús, razón por la que se le ha dado a co-religioso judío. Ese bagaje permite reconocer a Jesús como
San Juan el título de «teólogo». aquel en quien Dios realiza sus promesas. El segundo nivel implica
Juan distingue a veces el tiempo de los oyentes contemporá-
neos de Jesús y el tiempo de los lectores situados después de la Pas-
cua. Con ello refleja que, si bien la historia de Jesús fue accesible a 10. Cfr. Jn 2,17 .22; 12,16; 13,7; 16,14.
176 Comprender los Evangelios Evangelio según San Juan 177
que el anuncio sólo es inteligible para los oyentes de Juan después 3. ESTRUCTURA
de la Pascua, por el que se reconoce que Jesús no sólo es el Mesías
prometido por Dios, sino que es el camino para entrar en el miste- En líneas generales, en San Juan, como en los sinópticos, se en-
rio del amor de Dios con los hombres, mediante el misterio del cuentra el mismo esquema que presentaban los apóstoles en su
Hijo. Así por ejemplo, la confesión del Bautista: «É~te es el Hijo predicación oral: Jesús comienza su ministerio público tras ser
de Dios» (In 1,34) no es anacrónica si se lee en el sentido del Anti- bautizado en el Jordán por Juan Bautista, predica y obra milagros
guo Testamento, familiar a los oyentes. En cambio, para los lecto- en Galilea y Jerusalén, y acaba su vida en la tierra con su pasión y
res del Evangelio, es mucho más rica: Jesús es el Hijo de Dios en el resurrección gloriosa (cfr. Hch 10,38-41). Pero dentro de ese cua-
sentido de «Hijo único», tal como aparece en el prólogo. dro general, en San Juan se descubre una estructura peculiar carac-
Es por lo que a veces se habla del carácter simbólico del cuarto terizada por la mención de las distintas fiestas judías y por la pro-
Evangelio. El símbolo pone juntas dos entidades: la que es inme- gresiva manifestación de Jesús como Mesías e Hijo de Dios.
diatamente perceptible por los sentidos y la invisible, a la que se Una estructuración ya clásica es la que divide el Evangelio en
alude; ésta se vislumbra en la primera. En Juan hay relatos enteros dos grandes partes, precedidas por el prólogo. Las dos partes suelen
que son simbólicos (pero no quiere decirse con ello que no sucedie- llamarse, a partir de la división que hizo el exegeta anglicano
ron): dicen algo más de lo que describen inmediatamente. A través Charles H. Dodd, «libro de los Signos» y «libro de la Pasión»,
de las realidades sensibles, manifiestan el sentido profundo de la también llamado por otros «de la Gloria». Dentro de esta división
obra de Jesús. Por eso, así como por ejemplo el episodio de la puri- un posible esquema sería el siguiente:
ficación del Templo tiene cierto carácter simbólico pues concluye
con la enseñanza sobre el Nuevo Templo, que es el propio Jesús,
todo el Evangelio tiene un carácter simbólico: Jesús de Nazaret es 3.1. Prólogo On 1,1-18)
«símbolo» del Resucitado, de aquel que, como enseña el evange-
lista, está glorificado junto al Padre y presente en los creyentes. Se ensalza a Jesucristo como el Verbo eterno de Dios, Creador
De ahí que lo importante es no quedarse en el primer nivel, del mundo junto al Padre, Luz verdadera, que se ha encarnado para
buscando la reconstrucción histórica del acontecimiento pasado, ni comunicar al mundo la luz, la revelación definitiva y salvadora
quedarse sólo con el segundo como si el primero no tuviera impor- para todos los hombres.
tancia. Sucede algo parecido a la relación que existe entre el Anti-
guo Testamento y el Nuevo. El Nuevo Testamento no sustituye al
Antiguo, sino que lo ilumina y lo cumple. El primero presta sus 3.2. Primera Parte: Manifestación dejeszís como el Mesías, mediante
raíces al segundo. Cuando el evangelista remite al lector a Jesús de sus signos y palabras (In 1,19-12,50)
Nazaret, no lo remite simplemente a un individuo rodeado de con-
temporáneos, sino a Jesús, el Lagos hecho carne. Abarca desde el testimonio de Juan el Bautista sobre Jesús has-
ta la Pascua en que sucederá su muerte. Tras una introducción, que
recoge el primer testimonio del Bautista O n 1, 19-34) y la voca-
ción de los primeros discípulos O n 1,3 5- 51 ), presenta la primera
Comprender los Evangelios Evangelio según San Juan 179
178
manifestación de Jesús, como autor de la nueva economía salvífica, Primera Pascua (Jn 2,12-4,54): Jesús purifica el Templo y,
y las primeras adhesiones de fe (Jn 2,1-4,54). Incluye su ministerio atravesando Samaría, marcha a Galilea donde realiza el segundo
en Galilea, un primer viaje por la fiesta de la Pascua a Jerusalén, y signo en Caná.
el retorno a Galilea pasando por Samaría. A continuación Jesús El Sábado (Jn 5,1-47): Jesús cura a un enfermo en la piscina
manifiesta su divinidad (Jn 5,1-47) en una nueva subida a Jerusa- probática. Es el nuevo Moisés, que sustituye el precepto del des-
lén, con motivo de una fiesta. Otra vez en Galilea, se manifiesta canso sabático.
como el Pan de Vida (Jn 6,1-71) y de nuevo en Jerusalén, durante La Pascua del Pan de Vida (Jn 6,1-71): milagro de la multipli-
la fiesta de los Tabernáculos, se revela como la Luz del mundo (Jn cación de los panes. Jesús es el Pan de Vida que sustituye al maná.
7, 1-10,21). Seguidamente, en una nueva confrontación con los ju- La Fiesta de los Tabernáculos (J n 7 ,1-10,21): Jesús es la fuente
díos en Jerusalén en la fiesta de la Dedicación, Jesús se presenta de agua viva y la luz del mundo, que sustituye las ceremonias del
como uno con el Padre (Jn 10,22-42) y, en Betania, cerca de Jeru- agua y de la luz en esa fiesta. Da vista al ciego de nacimiento.
salén, donde Jesús resucita a Lázaro, se revela como Vida del mun-
La Fiesta de la Dedicación del Templo (Jn 10,22-11,54): Jesús
do (Jn 11,1-57). Finalmente, tras la unción por María en Betania,
es consagrado en lugar del altar del Templo. Resurrección de Lá-
Jesús es aclamado Rey mesiánico en Jerusalén (Jn 12,1-50).
zaro.
Semana de la Pascua final (Jn 11,55-19,42): Jesús es glorifica-
3.4. Segunda Parte: Manifestación de jesús como el Mesías, Hijo de do por su muerte y resurrección.
Dios, en su pasión, muerte y resurrección (Jn 13,1-21,25) Semana de las apariciones del Resucitado (Jn 20,1-29): Jesús
infunde el Espíritu a los discípulos.
Comienza con la Última Cena-el momento en que Jesús ma-
Apéndice final (Jn 21,1-25): Aparición en Galilea: Pedro y la
nifiesta su intimidad- (J n 13, 1-1 7 ,26), sigue con su pasión y
Iglesia.
muerte (Jn 18,1-19,42), y finaliza con las apariciones del resucita-
Se han dado otros muchos intentos de estructurar el Evangelio.
do (Jn 20,1-21,25). El sepulcro vacío y las apariciones testimonian
Así, por ejemplo, se ha propuesto que el autor habría seguido un
el realismo de la resurrección. Jesús resucitado infunde a los após-
toles el Espíritu Santo, les da el poder de perdonar los pecados, y plan cronológico-geográfico; o un plan litúrgico; o un plan psico-
lógico-dramático, que se desarrollaría sobre la base de la ceguera
establece a Pedro guía de su Iglesia.
del judaísmo, hasta culminar por etapas sucesivas en el drama de la
Otra posible estructura podría articularse en torno a las fiestas Pasión; o un plan temático, utilizando como soporte las princi-
judías, que sirven de marco para el ministerio de Jesús y muestran pales ideas teológicas; o un plan cíclico, que iría exponiendo en
al mismo tiempo que son reemplazadas con su venida. De esta ma- círculos concéntricos, pero con diferente desarrollo, las mismas
nera algunos dividen el Evangelio del siguiente modo: ideas; o un plan simbólico, cuyo hilo conductor sería o bien el Éxo-
Prólogo (Jn 1,1-18): Jesús es el Verbo de Dios hecho carne. do, para indicar que la segunda Alianza sigue los mismos trazos
Semana inaugural (Jn 1,19-2,11): vocación de los primeros que la primera, o bien el Génesis, como recalcando que a la prime-
discípulos y manifestación de Jesús como Mesías. El signo de las ra creación ha venido a suceder la segunda creación, la sobrenatu-
bodas de Caná. ral, realizada por Cristo; o un plan numérico, sobre la base del nú-
180 Comprender los Evangelios Evangelio según San Juan 181
mero siete. Todos estos intentos de estructuración presentan venta- con el Padre al indicar que estaba junto a Dios. Jesús es el Hijo
jas e inconvenientes sin ser plenamente satisfactorios. Unigénito del Padre. Es más, es el Hijo que no sólo está unido al
Padre, sino que tiene la misma naturaleza que el Padre: « Yo y el
Padre somos uno» 0n 10,30). Enseña además que Dios es Padre
4. CONTENIDOS PRINCIPALES suyo de modo diferente a como lo es de los hombres: «Subo a mi
Padre y a vuestro Padre» (jn 20,17). Junto a esta enseñanza funda-
El cuarto Evangelio se caracteriza por ser un testimonio de la mental, Juan presenta la figura de Jesús con algunos rasgos pro-
revelación de Jesús sobre el Padre. La respuesta a esa revelación se pros:
hace efectiva mediante la fe y el amor. La fe y el amor unen a los
l. Jesús es el Logos (el Verbo). Se trata de un término que
discípulos de Cristo en la Iglesia, donde Cristo vive y se hace pre-
tenía amplia resonancia en el mundo helenístico, pero
sente a través de los dones de salvación, que son los sacramentos.
que sobre todo recoge la tradición sapiencial del Anti-
Además, Jesús ha entregado a su Iglesia a su Madre, la Virgen Ma-
guo Testamento sobre la Sabiduría de Dios personificada
ría, que es también nuestra Madre.
que actúa en el mundo. Juan enseña la asombrosa nove-
dad: el Logos se ha hecho carne (In 1,14).
4.1. La revelación de Dios 2. Jesús es el Enviado por el Padre al mundo para salvar a
los hombres, y es también el Mesías, el Rey de la salva-
El aspecto más importante de carácter religioso doctrinal que ción.
presenta el cuarto Evangelio es mostrar cómo el Dios invisible se 3. Jesús es el Hijo del Hombre, que desciende a la tierra
ha dado a conocer a través de Jesucristo: «A Dios nadie lo ha visto para juzgar al mundo y regresa al Padre. Su ascenso al
jamás, el Dios Unigénito, el que está en el seno del Padre, él mis- cielo es una exaltación-glorificación. Jesús viene del Pa-
mo lo dio a conocer» 0 n 1, 18). Solo Jesús ha podido revelar la in- dre y a Él ha de volver.
timidad de Dios, porque Él es el Logos de Dios, el Hijo eterno, que
4. Jesús es el Profeta prometido en el Antiguo Testamento
conoce verdaderamente al Padre, y porque, por su intercesión y en
semejante a Moisés (Dt 18, 15.18), que vendrá al final de
su nombre, Dios ha enviado su Espíritu que da a conocer toda la
los tiempos para anunciar la salvación definitiva.
verdad.
a) El Padre. En el origen de todo está el Padre y su voluntad de 5. Jesús es el Cordero de Dios, que quita los pecados del
amar. De esta voluntad proviene la creación entera y el deseo de mundo. La muerte de Jesús tiene el efecto de ser sacrifi-
salvación a favor de los hombres 0 n 3, 16), que se realiza a través cio expiatorio en favor de los hombres.
de la misión de Jesús (In 3,17; 12,47). El Padre envía a Jesús para c) El Espíritu. Jesús habla del Espíritu como lo hace del Padre,
que le dé gloria mediante la revelación de su nombre y lleve la sal- como de una Persona. En la Última Cena, y después de la resurrec-
vación a los hombres. ción, Jesús habla a los suyos del Espíritu y de su acción reveladora.
b) Jesucristo. Ya en el prólogo se dice que Jesucristo es el Verbo Les dice que Él mismo rogará al Padre para que les dé otro Conso-
que era Dios; y, al mismo tiempo, se afirma que es consustancial lador, el Espíritu de la Verdad, y que el Padre atenderá ese ruego
Evangelio según San Juan 183
Comprender los Evangelios
182
y el que se adelanta es quien más ama. La grandeza del amor se b) El papel de Pedro. La comunidad posterior de los discípulos,
puede medir por el valor del don entregado, y Dios entrega lo que la Iglesia, es continuidad del grupo de discípulos que estuvieron
para Él vale más, lo que más quiere, a su propio Hijo. Jesús res- con Jesús y dan testimonio de Él (Jn 20,31). Entre los discípulos
ponde con un amor manifestado en el fiel cumplimiento de la vo- destaca el discípulo amado, mediante cuyo testimonio el lector del
luntad del Padre. Nos da ejemplo para que también sus discípulos Evangelio llega al conocimiento de Cristo (J n 21,24). Sin embar-
hagamos como Él ha hecho. go, el discípulo que tiene la preeminencia es Pedro, como se refleja
en que él es el primero que entra al sepulcro y en el hecho de que
es a él a quien Cristo resucitado le concede el pastoreo de todo el
4.3. La Iglesia rebaño de los creyentes (Jn 20,6-8; 21,15-19).
c) Signos y sacramentos. Podría decirse que en el cuarto Evange-
a) La Iglesia. En el cuarto Evangelio la nueva fe en Jesús apa- lio las acciones que Jesús realiza tienen un carácter sacramental,
rece como sustituto de la fe judía. La mención de las fiestas lo su- pues en ellas, mediante signos externos, se comunican dones divi-
braya. Jesús viene a traer un nuevo culto, un culto «en espíritu y nos. Jesús promete a los discípulos que también ellos realizarán
en verdad» (Jn 4,23). Los discípulos de Jesús forman una comuni- obras como las suyas, y, después de resucitar, les da el Espíritu San-
dad distinta del judaísmo. De modo que, si bien en el cuarto to para que perdonen los pecados, es decir, otorguen al hombre la
Evangelio no aparece el término «Iglesia», el autor deja entrever salvación (Jn 14,12; 20,22-23). El Evangelio da a entender de ese
que se siente miembro del grupo formado por los discípulos de modo que los dones de salvación son otorgados al creyente me-
Jesús. Así, por ejemplo, ocurre cuando emplea la primera persona diante acciones realizadas por los discípulos, es decir, mediante ac-
del plural tanto para presentar el testimonio sobre Cristo -«he- ciones sacramentales. En definitiva, a la Iglesia, rebaño de Cristo,
mos visto su gloria» (J n 1, 14)- como para garantizar la verdad de se entra por la adhesión a Él mediante la fe y por un nuevo naci-
lo transmitido por el apóstol -«sabemos que su testimonio es ver- miento del agua y del Espíritu, expresión que alude al rito del
dadero» (Jn 21,24)-. Además, en el Evangelio se recuerdan las Bautismo cristiano, simbolizado también en el relato de la cura-
palabras de Jesús que describen a los que crean en Él como un re- ción del ciego de nacimiento (Jn 3,8; 9,1-41). El rebaño de Cristo
dil, cuya puerta es el mismo Cristo, y aquellas otras en las que, cuenta asimismo con el alimento del Pan de Vida, la carne y la san-
aludiendo a las profecías del Antiguo Testamento sobre la renova- gre de Cristo, que se ofrece a los creyentes en la Eucaristía (Jn
ción del pueblo de Israel, Jesús se presenta como el buen Pastor 6,48-59). Además, como se ha dicho, la Iglesia cuenta con el poder
que viene a formar un solo rebaño en el que quepan todos los de perdonar los pecados que Cristo confirió a los apóstoles después
hombres (Jn 10,11-17). Ese redil y ese rebaño significan a la Igle- de la Resurrección (Jn 20,21-23).
sia. Asimismo, la Iglesia está significada en la vid a la que perma-
necen unidos los sarmientos (J n 15, 1-8). Tanto en ésta como en
las imágenes anteriores, queda expresado que es Jesucristo el que 4.4. La Virgen Santa María
rige y da vitalidad a su Iglesia, y Él mismo pide al Padre que haya
entre los discípulos la misma unidad que Él tiene con el Padre (J n Un rasgo peculiar del cuarto Evangelio es la relevancia que en
17,21-23). él tienen algunas mujeres, como Marta y María, María Magdalena,
!1 1
186 Comprender los Evangelios Evangelio según San Juan 187
y, especialmente, la Madre del Señor, la Virgen Santísima. El hecho ra que se ha identificado con Cristo no vive más para sí, sino que
de que las dos veces que aparece, en las bodas de Caná y en el Cal- Cristo vive en él (cfr. Ga 2,20), y puesto que en él vive Cristo, de él
vario, sean al inicio y al final de la manifestación de Jesús como dice Jesús a María: "He ahí a tu hijo: a Cristo"» 15•
Mesías e Hijo de Dios indica que la presencia de María incluye
toda la manifestación de Jesús. Las dos escenas guardan entre sí un
claro paralelismo: en ambas la Virgen es designada como la «Ma-
dre de Jesús», y en ambas Él se dirige a ella llamándola «mujer».
Por otra parte, tanto en Caná como en el Calvario, se habla de la
«hora» de Jesús, esa hora que marcará toda su vida 13. En el primer
caso, como de algo que no había llegado aún, y en el segundo,
como de una realidad ya presente.
El empleo de la palabra «mujer» por parte de Jésús para diri-
girse a su Madre manifiesta solemnidad y énfasis. Por eso, la mayo-
ría de los comentaristas se inclinan a ver en este título una alusión
a Gn 3,15 donde se habla de la «mujer» y de su linaje como vence-
dor de la serpiente, símbolo del diablo. De ahí que los Santos Pa- 11!
«Nos atrevemos a decir que la flor de las Escrituras son los Evan-
gelios, y la flor de los Evangelios es el de San Juan. Pero nadie sabrá
comprender su sentido si no ha reposado en el pecho de Jesús y reci-
bido a María como Madre. Para ser como Juan es preciso poder,
como él, ser mostrado por Jesús como otro Jesús. En efecto, si María
no ha tenido más hijos que Jesús, y Jesús dice a su Madre: "He ahí a
tu hijo", y no "he ahí otro hijo", entonces es como si Él dijera: "Ahí
tienes a Jesús, a quien tú has dado la vida". Efectivamente, cualquie-
INTRODUCCIÓN
del proceso, señalando y distinguiendo lo probable de lo cierto, lo El texto narra dos cosas: la llamada de Mateo (Leví), y la poste-
seguro de lo menos seguro, etc. rior comida de Jesús con publicanos y pecadores. Desde la perspec-
tiva que estamos analizando ahora, se trata de dos aciones distin-
1. LA VOCACIÓN DE MATEO Y LA COMIDA CON PUBLICANOS
tas, aunque estén conectadas cronológicamente: la llamada a un
discípulo, un relato de vocación, y un hecho común a la vida de Je- I'
Este pasaje, común a los tres Evangelios sinópticos, es muy cla- sús: recibe a los pecadores y come con ellos (cfr. Le 15 ,2). Comen- 1
ro para nuestros propósitos. Sugiero, para empezar, que se lea el re- zamos con el estudio de la crítica de las formas.
lato de San Marcos:
11
Mt 9,9-13 Me 2,14-17 Le 5,27-32
1.1. Análisis de las formas
«9 Al marchar Jesús de allí, « 14 Al pasar, vio a Leví, el de «27 Después de esto, salió y
vio a un hombre sentado al A/feo, sentado al telonio, y vio a un publicano, llamado
telonio, que se llamaba Ma- le dijo: Leví, sentado al telonio, y le El primero de los dos relatos, que en Marcos y Mateo es un solo
teo, y le dijo: dijo: versículo y en Lucas dos, es un relato de vocación. Si leemos los
"Sígueme". Él se levantó y "Sígueme". Él se levantó y "Sígueme". 28 Y, dejadas to- Evangelios, vemos enseguida que la estructura se repite muchas
le siguió. le siguió. das las cosas, se levantó y le veces: en la llamada a Pedro, Andrés, Santiago y Juan, al joven
siguió.
rico, en aquellos discípulos que querían seguir a Jesús (Le 9,52- ;¡
10 15 29 1
Ya en la casa, escando a la Ya en su casa, estando a la Y Leví preparó en su casa 66), etc. El esquema, muy estilizado, siempre muy parecido: Jesús
mesa, vinieron muchos pu- mesa, se sentaron con Jesús un gran banquete para él;
blicanos y pecadores y se y sus discípulos muchos había un gran número de se encuentra con alguien, le mira y le llama a su seguimiento. El
sentaron también con Jesús publicanos y pecadores, por- publicanos y de otros que le que es llamado deja lo que tiene entre manos y sigue a Jesús. Si
y sus discípulos. que eran muchos los que le se- acompañaban a la mesa. miramos el Evangelio de San Juan, podremos comprobar que pro-
guían.
bablemente medió un conocimiento previo entre Jesús y los discí-
11
Los fariseos, al ver esto, 16 Los escribas de los fariseos, 30 Y los fariseos y sus escri-
pulos que eligió, que el conocimiento progresivo favoreció el se-
empezaron a decir a sus dis- al ver que comía con pecadores y bas empezaron a murmurar
cípulos: publicanos, empezaron a de- y a decir a los discípulos de guimiento, etc. En definitiva, que lo que se nos narra en el pasaje
cir a sus discípulos: Jesús: es lo esencial del discipulado, que se vivió en tiempos de Jesús y
"¿Por qué vuestro maestro "¿Por qué come con los pu- "¿Por qué coméis y bebéis con que se repitió en la Iglesia. Lo esencial es: a) encuentro con Cristo,
come con publicanos y pe- blicanos y pecadores!". los publicanos y pecado- b) llamada a seguirle, e) respuesta inmediata, dejando atrás lo que
cadores?", res?",
se está haciendo, d) seguirle efectivamente, es decir, aprender de Él
31
12
Pero él lo oyó y dijo: "No 17 Lo oyó Jesús y les dijo: Y respondiendo Jesús les para imitarlo.
tienen necesidad de médico "No tienen necesidad de dijo: "No tienen necesidad
los fuertes, sino los enfer- médico los fuertes, sino los de médico los sanos, sino los El otro episodio es el de la comida. Se suele afirmar que la for-
mos. enfermos; enfermos.
ma de este pasaje es lo que Dibelius llama paradigmas, y Bultmann,
13 Id y aprended qzté sentido no he venido a llamar a los 32 No he venido a llamar a
apotegmas. Esta forma se parece mucho a otra común en el helenis-
tiene: Misericordia quiero y no justos, sino a los pecado- los justos, sino a los pecado-
sacrificio; porque no he veni- res"». res a la penitencia"».
mo que se llamaba chreia, dichos de maestros. Se trata de una na-
do a llamar a los justos sino rración breve y simple, coloreada religiosamente, con una finalidad
a los pecadores"». didáctica que se concentra en la frase final de Jesús. Otros ejemplos
192 Comprender los Evangelios Unos ejemplos 193
de paradigmas o apotegmas podrían ser la controversia de las espigas se suele afirmar que procede de Marcos. Por tanto, desde
arrancadas en sábado (Me 2,23-28), Marta y María (Le 10,38-42), este punto de vista, no se respeta el testimonio múltiple
la bendición de los niños (Me 10,13 ss.), etc. para esta vocación en particular. Sin embargo, sí cumple
En general, no se pone en duda la historicidad de estas narra- este criterio el hecho de la llamada de Jesús a su segui- :,
1
ciones, como tampoco los relatos de vocación. Sin embargo, Bult- miento, pues se nos presenta de la misma manera en otros 1
mann, cuando analiza este pasaje, dice que los dos episodios han muchos pasajes de los Evangelios, e incluso aparece en sen-
sido unidos por el evangelista, y que no tienen por qué guardar re- tido contrario: a algunos, como el hombre de Gerasa cura-
lación. Al final, el fundamento de esa separación en Bultmann es do de la Legión de demonios, el Señor no les escoge como
simplemente el presupuesto de que las formas funcionaban de ma- discípulos.
nera independiente. En cambio, aquí, la relación entre los dos epi- 2. Criterio de discontinuidad y continuidad con el judaísmo y
sodios parece plausible, y además hay un rasgo de historicidad que la primitiva cristiandad. Los maestros del judaísmo tenían
¡ll apuntaría hacia los recuerdos biográficos en el origen del hecho. discípulos: en esto hay continuidad. Pero estos maestros te-
1
Las excavaciones en Cafarnaurnhan mostrado que la sinagoga está nían su sede en las sinagogas y los alumnos elegían maestro
en un extremo de la población y el mar en el otro. Y los versículos [,,
para aprender a seguir la Ley de Dios. Jesús, en cambio, se
anteriores dicen que salió Jesús de la sinagoga, y «se fue otra vez a comporta como un maestro itinerante, que no es elegido
la orilla del mar. Y toda la muchedumbre iba hacia él y les enseña- por sus discípulos, sino que es Él quien elige, y que llama a
ba. Al pasar, vio a Leví...» (Mt 3,13). Esto es una apreciación anec- que le sigan a Él, no a la Ley. Por otra parte, por la singula-
dótica, si se quiere, pero que puede ayudar a confiar en la verdad ridad de estas acciones, es difícil atribuir alguna de ellas a la
del Evangelio. Obviamente, para una discusión más profunda hay primitiva comunidad cristiana, que lo que hizo es seguir el
que comparar estos relatos con otros de vocación y de comida, etc. proceder del Maestro.
3. Criterio de coherencia con el resto de las palabras y acciones
de Jesús. La singularidad de Jesús, que es capaz de llamar a
l .2. Análisis histórico
que le sigan a él y no a la Ley, que pide dejar las cosas, etc.,
es coherente con otras muchas palabras y acciones suyas:
Con el análisis de la historicidad de lo narrado en un texto del
puede pensarse en la última de las Bienaventuranzas, en la
Evangelio, lo que hacemos es afirmar que lo contado es plausible
herencia prometida -el ciento por uno- a quien lo deje todo
desde el punto de vista histórico, en otras palabras, que es más pro-
por Él, en su invitación a tomar la cruz para seguirle, etc.
bable que lo contrario o que otra cosa distinta. Vayamos por partes.
Se podrían añadir otras consideraciones en cada uno de los
a) El relato de la vocación de Mateo. Si aplicamos los criterios puntos. Pero parece claro que ciertamente, si no se puede mostrar
más importantes de investigación histórica que hemos estudiado que la vocación de Mateo sucedió exactamente así, sí puede mos-
antes, tenemos: trarse que el relato expresa una manera singular de obrar de Jesús,
l. Criterio de testimonio múltiple. El relato sólo viene en los que no puede ser inventada por los evangelistas, y que seguramen-
tres sinópticos, en concreto, de la triple Tradición, la que te es la que correspondió a la llamada de Mateo.
J
194 Comprender los Evangelios Unos ejemplos 195
b) El otro episodio que se transcribe es la comida con publica- nera singular con que Jesús entiende su misión: como cum-
nos y pecadores. Los criterios habría que aplicarlos, probablemen- plimiento de las Escrituras de Israel. Esta comprensión
te, de la siguiente manera: afecta a muchos aspectos: a su posición ante el Templo, a la
1. Criterio de testimonio múltiple. Que Jesús compartió mesa aceptación de la muerte en la cruz, etc. En lo que se refiere a
con publicanos y pecadores se repite a lo largo del Evange- la actitud con publicanos y pecadores, parece claro que Je-
lio. Basta con recordar la acusación que se le dirige al Señor sús se propone la misma actitud de Dios.
antes de que relate la parábola del hijo pródigo (Le 15 ,2). Por tanto, estamos ante extremos semejantes a los del episodio
Coincide, además, con otros lugares, como por ejemplo, el anterior. Ciertamente no se puede mostrar la historicidad de esa
reproche de Jesús que reproduce una difamación a la que se comida con publicanos y pecadores, pero sí la actitud de Jesús que
veía sometido: «Porque ha venido Juan, que no come ni se repitió en muchas ocasiones. Por tanto, en estas condiciones, re-
bebe, y dicen: "Tiene un demonio". Ha venido el Hijo del sulta más razonable creer en la historicidad de lo narrado que no
Hombre, que come y bebe, y dicen: "Mirad un hombre co-
hacerlo.
milón y bebedor, amigo de publicanos y pecadores"» (Mt
Queda finalmente por estudiar junto a la enseñanza de las ac-
11,18-1, cfr. Le 7,33-34).
ciones del Señor, subrayada en la predicación apostólica, los mati-
2. Criterio de continuidad y discontinuidad con el judaísmo y
ces que pueden añadir cada uno de los evangelistas para sus desti-
con las primeras comunidades cristianas. Es claro que co-
natarios. Es de lo que se ocupa la crítica de la redacción.
mer juntos tenía, y tiene, una significación de comunión de
intereses, de prácticas. Comer con pecadores -los publica-
nos eran asimilados a ellos- podía interpretarse como una 1. 3. Análisis de la redacción
aceptación de sus actividades, y en consecuencia, participar
de sus faltas. De ahí el reproche que con frecuencia los fari- La crítica de la redacción se ocupa de dos aspectos:
seos le dirigen al Señor. Pero también está expresada con
1. Estudia las pequeñas diferencias entre los Evangelios, para
claridad en la religión de Israel la voluntad de Dios de sal-
ver así con más claridad la enseñanza que con el pasaje se
var a los descarriados. Ezequiel lo expresa con la imagen de
quiere transmitir.
la oveja descarriada: «Buscaré a la perdida, haré volver a la
descarriada, a la que esté herida la vendaré, y curaré a la en- 2. Estudia también cómo está situado un pasaje en el plan ge-
ferma. Tendré cuidado de la bien nutrida y de la fuerte. Las neral del Evangelio, y qué significación se puede extraer de
pastorearé con rectitud» (Ez 36,16). Jesús, en continuidad y ahí.
discontinuidad con la Tradición que recibe, realiza esta no- Para responder a la primera de las dos cuestiones, bastará con
vedad de compartir la mesa con publicanos y pecadores para mirar sinópticamente los pasajes. En el esquema sinóptico copiado
moverlos a la conversión. más arriba he señalado en cursiva algunos de los cambios para que
3. Coherencia. La llamada a la conversión y la comunión de puedan percibirse en una sola mirada. Elijo para la explicación ir a
mesa con publicanos y pecadores son coherentes con la ma- cada uno de los evangelistas.
196 Comprender los Evangelios Unos ejemplos 197
Desde el punto de vista de la situación del episodio en el ente- sión del Señor: ha venido a llamar a los pecadores «a la peniten-
ro relato de Mateo, el pasaje se sitúa después del Sermón de la cia», a que se conviertan. Esto nos obliga a mirar a los otros dos
Montaña. Si en ese discurso Jesús se presentaba como el supremo evangelistas y a descubrir cierta ironía en las palabras de Jesús tal
legislador, en los episodios de los capítulos 8 y 9 se presenta como como se narran en Mateo y Marcos. Así, el sentido de las palabras
el Mesías que avala su doctrina con los milagros que confirman su de Jesús debería de ser más bien: no he venido a llamar a los que se
autoridad. Este pasaje muestra la autoridad con la que se comporta «saben» justos, a los que se «tienen» ya por justos. O, dicho de
Jesús. otra forma, Jesús les podría decir a aquellos hombres: «si ya sois
justos, ¿por qué molestáis?». Toda esta ironía desaparece en San
Lucas, más alejado de un contexto polémico, y se traduce en una
1.3.3. Lucas exposición clara de la doctrina de Jesús: ha venido a llamar a la
conversión, a la penitencia.
San Lucas es el que ha puntualizado más cosas. Todas con notas En esta exposición, me he saltado la diferencia entre Lucas y los
breves. otros dos relativa al párrafo quinto. En San Lucas, la acusación de
En el segundo párrafo dice que Leví, «dejadas todas las cosas» comer con publicanos y pecadores se dirige no a Jesús, sino a los
-relictis omnibus, traducía la Vulgata-, siguió a Jesús. También en discípulos: «¿Por qué coméis y bebéis ... ?». Y aquí, una sugerencia
11
la llamada a Pedro, Andrés y los hijos de Zebedeo, éstos, «dejadas de la crítica acerca del «contexto vital» (Sitz im Leben) en el que se
todas las cosas» (Le 5,11), siguieron a Jesús. Es evidente, lo hemos produjo la predicación y se escribió el Evangelio puede ayudar a
visto al tratar del «hombre nuevo» enseñado por este Evangelio, comprender este pasaje. Si tenemos en cuenta que San Lucas ha di-
que seguir a Cristo es vivir desprendido, dejar lo que se tiene con cho expresamente que la comida fue en casa de Leví, y que la mi-
decisión, fiado únicamente en Dios. Este rasgo común a todo el sión de Jesús es llevar a los pecadores a la penitencia, quizás es que
tercer Evangelio se recoge también aquí. San Lucas, a través del pasaje, está dando una enseñanza: los discí-
En el tercer párrafo, Lucas dice que la comida fue en casa de pulos, como su Maestro, pueden, y deben, compartir la mesa con
Leví. De esta manera precisa la posible confusión que se podría de- publicanos y pecadores, para conducirlos a la conversión, pero esto
rivar de las expresiones de los otros dos evangelistas que al decir no puede implicar de ninguna manera invitarlos a la «Mesa en la
«en su (la) casa» no precisaban si la casa era la de Jesús (la de Pe- casa del Señor», es decir, hacerles partícipes de la Eucaristía. Para
apoyar esta interpretación baste recordar lo que se dijo con referen-
dro) o la de Mateo. También como Mateo, Lucas ha evitado las re-
cia al lugar de composición de Lucas (Corinto, o cerca de allí, en
peticiones de Marcos presentes en los párrafos tercero y cuarto.
Acaya) y los abusos a propósito de la Eucaristía que denuncia San
Como propio de Lucas está la precisión en el lenguaje, en este
Pablo en la Carta a los Corintios (1 Co 11,18-34).
caso con términos médicos más precisos. Así, en el sexto párrafo ha
En lo que se refiere a su situación en el texto, en Lucas no es
cambiado la forma «fuertes» de Mateo y Marcos, por la de «sanos»:
muy importante. Reproduce el mismo esquema de Marcos, cuan-
«No tienen necesidad de médico los sanos sino los enfermos».
do narra cómo Jesús va formando progresivamente el grupo de los
También ha añadido precisiones de carácter doctrinal. La frase discípulos que culminará en la elección y constitución de los doce
de Jesús recogida en la última frase expresa genuinamente la mi- apóstoles.
200 Comprender los Evangelios Unos ejemplos 201
Me parece que este repaso nos ha enseñado no sólo cuestiones 2. l. Examen histórico
técnicas, también nos ha permitido reconocer el modo con que los
Evangelios reproducen historia y enseñanza al mismo tiempo. Parece una verdad histórica que Jesús acudió al Bautismo de
Pienso también que, sin llegar al extremo de analizar todo punto Juan. Lo narran los cuatro Evangelios (Mt 3, 13-1 7; Me 1,9-11; Le
por punto, el conocimiento de estos rasgos nos ofrece luces para 3,21-22; cfr. Jn 1,32-34), y hay testimonios en otros lugares del
leer con más atención, y con más provecho, el Evangelio. Paso aho- Nuevo Testamento (Hch 4,27; 10,38) y en textos extracanónicos
ra al análisis de otro texto: el Bautismo de Jesús en el Jordán. como el Evangelio de los Ebionitas y el de los Nazarenos.
Sin embargo, también esta misma Tradición evangélica afirma
que Juan predicaba «un bautismo de penitencia para remisión de
2. El BAUTISMO DE JESÚS EN EL JORDÁN los pecados. Y acudía a él toda la región de Judea y todos los habi-
tantes de Jerusalén, y eran bautizados por él en el río Jordán, con-
Comencemos por repasar el texto mismo: fesando sus pecados» (Me 1,4-5 ). ¿Qué sentido tiene entonces el
Mt 3,13-17 Me 1,9-11 Lc3,21-22
Bautismo de Jesús? En efecto, la fe cristiana confiesa que Jesús no
tiene pecado (cfr. Hb 4,15: « ... siendo corno nosotros, ha sido pro-
«13 Entonces vino Jesús al «9 Y sucedió que en ague- «21 Se estaba bautizando
Jordán desde Galilea, para !los días vino Jesús desde todo el pueblo.
bado en todo menos en el pecado») y, por tanto, no necesitaba acu-
ser bautizado por Juan. 14 Nazaret de Galilea, dir al Bautismo de Juan.
Pero éste se resistía diciendo: Esto nos obliga a examinar dos cosas: las acciones históricas de
"Soy yo quien necesita ser bau-
tizado por ti, c'Y vienes tú a
Jesús y el significado que le dan los evangelistas al episodio.
mí?" 15 Jmís le respondió:
"Déjame ahora, así es como de-
bemos cumplir nosotros toda 2.1.1. Acciones históricas
justicia". Entonces Juan se lo
permitió.
U na mirada a los textos del Antiguo Testamento nos enseña
16
Inmediatamente después y fue bautizado por Juan en Y cuando Jesús fue bautiza-
que la confesión de los pecados tal como se describe en la Biblia no
de ser bautizado, Jesús salió el Jordán. 10 Y nada más sa- do, mientras estaba en ora-
del agua; y entonces se le lir del agua vio los cielos ras- ción, se abrió el cielo 22 y indica tanto hacer públicos todos y cada uno de los pecados, sino
abrieron los cielos, y vio al Es- gados y al Espíritu que, en bajó el Espíritu Sanco sobre que tiene dos vertientes:
píritu de Dios que deseen- forma de paloma, descen- él en forma corporal, como
a) Por una parte, tiene un sentido genérico de confesión públi-
día en forma de paloma y día sobre él; 11 y se oyó una una paloma. Y se oyó una
venía sobre él. 17 Y una voz voz desde los cielos: "Tú voz que venía del cielo: "Tü ca de haberse apartado de Dios.
desde los cielos dijo: "Éste es eres mi Hijo, el amado, en ti eres mi Hijo, el amado, en ti b) Por otra, y esto es lo más importante, tiene un sentido soli-
mi Hijo, el amado, en quien me he complacido"». me he complacido"».
dario con los pecados de los demás miembros del pueblo. Por
me he complacido"».
ejemplo, en el Antiguo Testamento se relata esta petición de per-
dón de Esdras, que no ha participado en los pecados de Israel, que
confiesa ante Dios:
20:? Comprender los Evangelios Unos ejemplos 203
«En la ofrenda de la carde me alcé de mi postración y, rasgadas pone claramente que es Juan Bautista quien puede sentirse peca-
mis vestiduras y mi manto, doblé mis rodillas, extendí las palmas de dor y solidario de los pecados de los hombres, y no Jesús. Sin em-
mis manos hacia el Señor, mi Dios, y dije: "Dios mío, me avergüenzo bargo, es Jesús quien decide hacerse solidario de la humanidad pe-
y me sonrojo de levantar mi rostro hacia ti, Dios mío, porque nues- cadora, como cumplimiento de la justicia divina. Entonces, Juan
tras iniquidades se han multiplicado encima de nuestras cabezas y le permite que se bautice.
nuestra culpa es cal que llega hasta el cielo desde la época de nuestros
padres. Nosotros mismos, hasta el día de hoy, por tan gran culpa y La otra acción histórica es la Teofanía, la manifestación de
por nuestras iniquidades, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacer- Dios. Los autores racionalistas suelen despachar el tema diciendo
dotes, hemos sido entregados en manos de los reyes de estos países, a que el relato tiene la forma de mito. Y bajo esta misma categoría
la espada, el cautiverio, el pillaje y la vergüenza, como sucede hoy incluyen también la Transfiguración, la Resurrección o el caminar
mismo. Y ahora, en un instante, cenemos la gracia del Señor, nuestro de Jesús sobre las aguas. Se verá con más detalle al tratar de los mi-
Dios, que nos ha permitido librarnos y nos ha dado un apoyó en su lagros que .esta conclusión, más que una consecuencia, es un presu-
lugar santo. Nuestro Dios ha iluminado nuestros ojos y nos ha per- puesto: la no aceptación de lo sobrenatural en la historia humana.
mitido revivir un poco en nuestra servidumbre. Pues nosotros somos Los testimonios de acciones maravillosas en Jesús no se limitan
siervos, y en nuestra servidumbre no hemos abandonado a nuestro sólo a los Evangelios. La segunda carta de Pedro recuerda, por
Dios, y nos ha dispensado su misericordia delante de los reyes persas, ejemplo, el testimonio del apóstol sobre la Transfiguración.
permitiéndonos revivir para levantar el Templo de nuestro Dios y
poner en pie sus ruinas, y nos ha dado un lugar de refugio en J udá y
en Jerusalén. ¿Qué vamos a decir ahora, Dios nuestro, después de lo 2.1.2. Significado
sucedido? Pues hemos dejado los mandamientos que nos prescribiste
por medio de tus siervos los profetas diciendo: 'La cierra a cuya pose- Por lo demás, la Tradición apostólica no se fijó tanto en el he-
sión accedéis es una tierra inmunda debido a la inmundicia de las cho del Bautismo, cuanto en que con ocasión del Bautismo de Je-
gentes del país y a sus abominaciones que la cubren de un extremo al
sús se produjo la Teofanía que declara la filiación divina de Jesús y
otro con su impureza'.[ ... } Y después de todo lo que ha caído sobre
su misión. Por lo dicho arriba a propósito del sentido que le dio Je-
nosotros por nuestras malas acciones y por nuestra gran culpa, una
sús a su Bautismo, es evidente que conceptualmente los dos temas
vez que Tú, Dios nuestro, has obviado nuestras iniquidades y nos has
permitido librarnos, ¿volveremos a quebrantar tus mandatos y a
están unidos. Para resumir el sentido que tiene el Bautismo, pien-
contraer matrimonio con los pueblos que tienen esas abominaciones' so que algunas frases de los dos puntos del Catecismo de la Iglesia
¿No te enfadarías con nosotros hasta exterminarnos sin dejar a nadie Católica en los que se trata del tema, lo pueden señalar mejor que
que se librara? Señor, Dios de Israel, Tú eres justo, pues algunos he- mis palabras.
mos quedado libres hasta el día de hoy. Aquí estamos en tu presencia a) El punto n. 5 3 5 dice, al final: el Bautismo «es la manifesta-
reconociendo nuestra culpa; y por ella no es posible estar de pie en tu ción ("Epifanía") de Jesús como Mesías de Israel e Hijo de Dios».
presencia"» (Esd 9,6-15).
b) El siguiente punto, el n. 5 36, dice (separo lo que en el Cate-
Además, los primeros cristianos, al menos algunos, ya fueron cismo está unido en un solo párrafo):
conscientes de que se podía malinterpretar el gesto de Jesús. Por 1. «El bautismo de Jesús es, por su parte, la aceptación y la inau-
eso, San Mateo recoge el diálogo entre Jesús y Juan en el que se ex- guración de szt misión de Siervo doliente. Se deja contar entre los
204 Comprender los Evangelios Unos ejemplos 205
pecadores (cfr. Is 53,12); es ya "el Cordero de Dios que qui- es el comienzo del primero de los poemas del Siervo del Se-
ta el pecado del mundo" CT n 1,29); anticipa ya el "bautis- ñor de Isaías (Is 42,1): «Mira mi siervo a quien sostengo, mi
mo" de su muerte sangrienta (cfr. Me 10,38; Le 12,50)». elegido, en quien se complace mi alma. He puesto mi Espí-
2. «Viene ya a "cumplir toda justicia" (Mt 3,15), es decir, se so- ritu sobre Él; llevará el derecho a las naciones». Parece cla-
mete enteramente a la voluntad de su Padre: por amor acepta ro, pues, que la evocación de lsaías señala que con el descen-
el bautismo de muerte para la remisión de nuestros pecados so del Espíritu se le señala a Jesús su misión, y que eso se
(cfr. Mt 26,39)». confirma por la voz que le dice que se «complace» en Él.
3. «A esta aceptación responde la voz del Padre que pone toda su 3. Jesús es «el Hijo, el amado». Como ya se apuntó a propósi-
complacencia en su Hijo (cfr. Le 3,22; Is 42,1). El Espíritu to del Evangelio de San Mateo, en el Nuevo Testamento Je-
sús es llamado Hijo de Dios. Pero este ser Hijo de Dios no
que Jesús posee en plenitud desde su concepción viene a
puede entenderse como la suma de referencias del Antiguo
"posarse" sobre él CTn 1,32-33; cfr. Is 11,2). De él manará
Testamento, como diciendo: si sumamos la misión del Sier-
este Espíritu para toda la humanidad». ·
vo del señor, con la del rey Mesías, con la de Israel, hijo de
4. «En su bautismo, "se abrieron los cielos" (Mt 3,16) que el peca-
Dios que no supo cumplir la misión, erc., lo que nos sale es
do de Adán había cerrado; y las aguas fueron santificadas por
el Hijo de Dios. El proceso es el inverso. Como Jesús es
el descenso de Jesús y del Espíritu como preludio de la nue- Hijo de Dios asume la misión que otros debían haber des-
va creación». empeñado. Jesús es Hijo de Dios, y es el amado. Hay otras
Y esto se descubre mejor si examinamos algunas expresiones ocasiones en las que aparece esta expresión (agapetós), como
comunes a la Tradición de los Evangelios en las que resuenan tex- en la Transfiguración, pero, sobre todo, aparece en la pará-
tos del Antiguo Testamento. bola de los viñadores homicidas, donde Jesús se refiere a
l. «Los cielos abiertos (rasgados)». La expresión remite a Is Dios, a Israel, y obviamente, a sí mismo en la figura del hijo
63,19, donde se recoge el grito de los exiliados en Babilonia amado que es matado fuera de la ciudad.
que esperaban la restauración de Israel: «Ojalá rasgaras los Ahora vamos a detenernos en mostrar con los evangelistas cuál
cielos y bajases». Es decir, pedían la restauración del pueblo de estos aspectos subraya cada uno de ellos y cómo.
de Dios, con Dios habitando en medio de ellos. Eso es lo
que se cumple en Jesús. También es verdad que el abrirse
del cielo evoca la abolición de fronteras entre el cielo y la 2.2. La redacción de los evangelistas
tierra. Y eso se da, como señalaba el sueño de J acob en Betel
(Gn 28,16-19), en el Templo. El camino del hombre hacia 2.2.1. Marcos
el cielo es Jesucristo.
2. «El Espíritu que en forma de paloma descendía sobre él». Marcos señala sobre todo «el punto de vista de Jesús». En efec-
El Espíritu viene siempre en un contexto de misión. Y el to, es Jesús quien «viene» de Galilea, quien «es bautizado», quien
Rey Mesías (Is 11, 1-1 O) tiene los dones del Espíritu. Sin «ve» los cielos abiertos, y a quien se le dirige la voz: «Tú eres mi
embargo, en este lugar parece que el texto más importante Hijo, el amado, en ti me he complacido». Por tanto, en Marcos
206 Comprender los Evangelios Unos ejemplos 207
todo el relato mira hacia Jesús, a lo que hace, ve y oye. Se puede 2.2.3. Lucas
concluir que en el episodio se le declaran su ser y su misión. Que
Marcos subraye esto, y no tanto una Epifanía como Mateo, se po- Como rasgo de Lucas, hay que anotar que no menciona al Bau-
dría apoyar en la frase de la Transfiguración que es ligeramente tista. De esa manera, apunta una idea muy reiterada en su Evange-
distinta «Éste es mi Hijo, el amado: escuchadle» (Me 9,7). lio y en Hechos de los Apóstoles: las fases y los tiempos de la salva-
En el contexto que se ha especificado, la frase «Tú eres mi ción. Los profetas duran hasta Juan; desde entonces, se ha entrado
· Hijo, el amado, en ti me he complacido» se puede entender como en una nueva etapa.
el descubrimiento de su ser íntimo (Hijo de Dios) y de su vocación También en este episodio se reitera una idea muy de su estilo:
por parte de Jesús, como la confirmación de lo que ya sabía, o que Jesús estaba en oración. En los momentos trascendentales, an-
como la señal de Dios para el comienzo de su misión. Algunos exe-. tes de elegir a los apóstoles, en Cesarea de Filipo, en la cruz, etc.,
getas minimalistas han querido deducir de ella que Marcos es San Lucas recuerda siempre, frente a los otros dos sinópticos, que
adopcionista (jesús es adoptado como Hijo de Dios en el Jordán) Jesús estaba en oración.
de la misma manera que Mateo y Lucas son generacionistas 0 esús Finalmente, Lucas habla del Espíritu que bajó sobre Jesús en
es Hijo de Dios por la generación a través del Espíritu Santo en el forma «corporal». No es fácil dar una explicación convincente de
seno de la Virgen), y Juan es trascendente (el Verbo de Dios eterno esta nota. También en la Resurrección, Lucas es quien narra la apa-
se hace carne). Pero no deja de ser una preconcepción ingeniosa y rición de Jesús a los discípulos y les dice: «Mirad mis manos y mis
precipitada. Lo que parece claro en Marcos es que, en respuesta a la pies: soy yo mismo. Palpadme y comprended que un espíritu no
aceptación de Jesús de su misión, desde el cielo se le confirma. tiene carne ni huesos como veis que yo tengo» (Le 24,39). Quizás
lo que San Lucas indica con esta nota es, sin más, la corporalidad
del Espíritu, lejos de toda ilusión.
2.2.2. Mateo
Los cambios presentes en San Mateo sirven para despejar todo 3. CONCLUSIÓN
tipo de dudas posibles, más o menos presentes en Marcos. Ya lo he-
mos visto a propósito del diálogo de Jesús con el Bautista, y tam- Ciertamente, se podrían decir más cosas de cada uno de estos
bién se ve ahora. Se dice: «Se le abrieron los cielos», subrayando la pasajes, y se podrían estudiar otros. La finalidad de estas páginas
majestad de Jesús y sugiriendo su divinidad. Y lo mismo con la era señalar que si leemos el texto del Evangelio con atención, com-
voz del cielo que se dirige ahora a los oyentes: «Éste es mi Hijo, el parando lo que leemos con lo que ya conocemos (de otras lecturas,
amado, en quien me he complacido». de otros pasajes de la Biblia, etc.), podremos sacar el beneficio de
Estos rasgos señalan claramente el carácter de Epifanía del rela- comprender con mayor profundidad lo que la predicación apostóli-
to: Jesús es mostrado como Dios. ca y el Espíritu Santo, con la inspiración, quisieron enseñarnos a
través de los Evangelios.
10.
Los milagros de Jesús
Juan Chapa
INTRODUCCIÓN
ciertos ambientes, una respuesta que se quede a nivel del estudio ge- autores continúan entendiéndolo desde una perspectiva claramente
neral de la ciencia de las religiones» 1• racionalista.
Así pues, frente a lo que ha ocurrido en las últimas décadas, en
Así pues, comenzaré por ocuparme de lo que se ha dicho en los
la actualidad la crítica sostiene que es posible demostrar que Jesús
últimos años sobre los milagros de Jesús y la cuestión de su histo-
hizo milagros, que éstos fueron numerosos y que los hizo con un
ricidad, para pasar luego al significado que tienen en los Evange-
lios. sentido determinado. Esta afirmación no se deriva de que hoy se
acepten argumentos sentimentales, sino de una investigación his-
tórica metódica. Señalemos algunos de los puntos en los que se
1. HISTORICIDAD DE LOS RELATOS DE MILAGROS apoya.
l. l. l. Testimonios de la actividad taumatúrgica de Jesús (Me 8,22). Es decir, la tradición sabe que Jesús realizó más mila-
gros de los que se cuentan en los Evangelios.
Que Jesús hizo milagros y que hizo muchos se deriva en pri- Otro texto semejante, que prueba el poder de Jesús para expul-
mer lugar del examen de los textos evangélicos. Un logion evangé- sar demonios, es la controversia con algunos fariseos sobre el origen
lico en el que se recoge el «fracaso» de Jesús como maestro o profe- de ese poder. La controversia recuerda una acusación contra Jesús:
ta en las ciudades de Corazín, Betsaida y Cafarnaum nos puede
servir para ejemplificarlo. Se trata de un texto que manifiesta cómo «Entonces le trajeron un endemoniado ciego y mudo. Y lo curó,
Jesús no es creído a pesar de los milagros que realizó: de manera que el mudo hablaba y veía. Y toda la multitud se asom-
braba y decía: "¿No será éste el Hijo de David?". Pero los fariseos, al
«¡Ay de ti, Corazín, ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Si- oírlo, dijeron: "Éste no expulsa los demonios sino por Beelzebul, el
dón se hubieran realizado los milagros que se han obrado en voso- príncipe de los demonios". Jesús, que conocía sus pensamientos, les
tras, hace tiempo que habrían hecho penitencia en saco y ceniza. Sin replicó: "Todo reino dividido contra sí mismo queda desolado, y toda
embargo, os digo que en el día del Juicio Tiro y Sidón serán tratadas ciudad o casa dividida contra sí misma no se sostendrá. Si Satanás ex-
con menos rigor que vosotras. Y tú, Cafarnaum, ¿acaso serás exaltada pulsa a Satanás, está dividido contra sí mismo. ¿Cómo entonces se
hasta el cielo? ¡ Hasta los infiernos vas a descender/ Porque si en Sodoma sostendrá su reino? Y si yo expulso los demonios por Beelzebul, vues-
hubieran sido realizados los milagros que se han obrado en ti, perdu- tros hijos ¿por quién los expulsan? Por eso, ellos serán vuestros jueces.
raría hasta hoy. En verdad os digo que en el día del Juicio la tierra de Pero si yo expulso los demonios por el Espíritu de Dios, es que el Rei-
Sodoma será tratada con menos rigor que tú» (Mt 11,21-24; cfr. Le no de Dios ha llegado a vosotros"» (Mt 12,27-28).
10,13-15).
Es inconcebible que este episodio no fuera auténtico, que hu-
Hay varios indicios de la autenticidad de este pasaje: el estilo, biera sido creado por la comunidad cristiana. ¿Cuál habría sido el
la coherencia, el tono de reproche, etc. Pero sobre todo destaca el fin de incluirlo en el Evangelio? Sería tirar piedras contra el propio
que la tradición evangélica recuerde el aparente fracaso de Jesús, tejado. Lo que muestra el pasaje es que no se ponía en duda que Je-
cuando los primeros cristianos tenían una fe muy firme en su po- sús expulsara demonios. Era evidente que lo hacía. En todo caso, se
der (cfr. Hch 2,22; 10,38). ¿Por qué trasmitir unas palabras en las discutía el origen de ese poder. Los primeros cristianos recuerdan
que se dice que Jesús no fue aceptado a pesar de sus milagros? No lo que sucedió y cómo Jesús tenía conciencia de ser el vencedor de
tendrían explicación si no fuera porque se corresponde con la reali- Satanás 2•
dad histórica. Trasmitir unos datos que podían interpretarse como Esta tradición sobre la actividad taumatúrgica de Jesús se pue-
contradictorios con lo que se cree -Jesús es el Mesías y el Hijo de de confirmar también por otras fuentes. En la Antigüedad nunca
Dios- es señal clara de que en realidad sucedieron. Además mues- se discutió que Jesús no existiera. En cambio, se conservan testi-
tran algunas de las características del mensaje prepascual de Jesús: monios que recogen la acusación de que Jesús engañaba a la gente
la llamada a la conversión y sus milagros. Pero el texto nos dice
más, pues se habla de milagros (en plural) de Jesús en estas dos
ciudades, y en los relatos evangélicos no se recoge ningún milagro 2. Hay también otros muchos textos del evangelio que recogen esta activi-
relacionado con Corazín y sólo uno en el que se menciona Betsaida dad de Jesús: especialmente Me 11,5-6; 21-23; Le 13,31.
214 Comprender los Evangelios Los milagros de Jesús 215
haciendo magia, como por ejemplo, se transmite en una baraita bras), es muy posible que hubiera ya relatos de milagros que los
anónima 3, probablemente del sigo II, que relata cómo Jesús fue evangelistas manejaron para componer su obra. Por eso, hoy en día
ajusticiado en la víspera de la Pascua por engañar a Israel practi- se reconoce que muchos de estos relatos de curaciones y exorcismos
cando la brujería. Parecidas acusaciones de magia contra Jesús hizo recogen recuerdos de testigos presenciales. Habrán sido redactados
Celso en el siglo II y fueron refutadas por Orígenes. También alu- con mayor o menor precisión, pero los hechos fundamentales son
den a ellas SanJustino, Arnobio y Lactancio. seguros. Por otra parte, resulta lógico y natural que si Jesús realizó
Todos estos testimonios garantizan, desde un punto de visto curaciones y exorcismos, algunos de ellos se evocaran y transmitie-
histórico, que Jesús fue conocido por obrar milagros. Por otra par- ran a partir de los recuerdos de los testigos. No fueron resultado de
te, sin los milagros no se explicarían ni el entusiasmo de la muche- un deseo de la primitiva Iglesia de mitificar la figura de Jesús:
dumbre y de los discípulos, ni el odio de los enemigos.
«En la predicación de los apóstoles, de la cual principalmente
toman origen los Evangelios, los primeros cristianos oían narrar de
labios de testigos oculares los hechos extraordinarios acontecidos en
1.1.2. Los relatos de milagros· trasmitidos en los Evangelios tiempos recientes y, por tanto, controlables bajo el aspecto que pode-
mos llamar crítico-histórico, de manera que no se sorprendían de su
Las referencias a los milagros que hizo Jesús conservadas en los inserción en los evangelios» 4.
relatos evangélicos son abundantísimas. En Marcos el 31 por cien-
to del texto, o lo que es lo mismo, 209 de los 666 versículos del Para verificar la autenticidad de los relatos evangélicos referen-
Evangelio, está dedicado a narraciones de milagros. En los otros tes a los milagros de Jesús se suele aplicar la criteriología señalada
dos sinópticos no es tan acentuada la proporción, y el Evangelio se- al tratar del carácter histórico de los Evangelios, de la que ya se ha
gún San Juan recoge sólo siete (sólo dos de los veintinueve que re- hablado en páginas precedentes. El criterio de múltiple atestación se
latan los sinópticos y cinco propios). Sin embargo, en el cuarto aplica, por ejemplo, al milagro de la multiplicación de los panes
Evangelio tienen también mucha importancia, hasta el punto que que está atestiguado en los sinópticos y Juan. El criterio de discon-
la primera parte se suele llamar el «Libro de los Signos». tinuidad resalta la actitud original de Jesús al realizar los milagros:
A pesar de que pasaron más de 20 años desde que ocurrieron los hace «en su nombre y en su autoridad», de manera distinta a
los sucesos milagrosos hasta que fueron puestos por escrito (en el los profetas del Antiguo Testamento, a los apóstoles, que los reali-
Evangelio de Marcos) y que hay más unanimidad entre los evange- zan «en nombre de Jesús», y a otros taumaturgos de la época (Apo-
listas a la hora de transmitir las palabras de Jesús que sus obras lonio, Hanina ben Dosa, exorcistas). El criterio de coherencia puede
(dado que es más difícil describir unos hechos que transmitir pala- entenderse en sentido externo e interno. Externo es el que pone de
manifiesto la sintonía perfecta del relato con el ambiente de la épo-
ca, al señalar por ejemplo el nombre o la identidad del enfermo o
3. Las baraitas son tradiciones orales de los rabinos judíos, que no se reco- de quien le representa, como es el caso de la suegra de Pedro, o el
gieron en la Mishna (primera recopilación de tradiciones que se hizo entre los
siglos II-III d. C.) sino en el Talmud (recopilación más amplia que se hizo en el
siglo V). La baraita a la que aquí se alude está en el Talmud de Babilonia, Sane-
drín 43. También hay otra semejante en Sanedrín 1076. 4. Juan Pablo II, Catequesis sobrejesucristo, Madrid 1997, p. 191.
216 Comprender los Evangelios Los milagros de Jesús 217
nombre de lugar donde ocurrió el milagro, como por ejemplo Jeri- El Nuevo Testamento es deudor de esta comprensión. Algunos
có. En sentido interno muestra la conexión íntima de los milagros distinguen en él tres dimensiones del milagro: a) hecho percibido
con el anuncio del Reino, punto fundamental de la doctrina del Je- como prodigio, cosa extraordinaria (térata); 6) expresión de un po-
sús prepascual. der que alguien posee para realizar esa acción (djnamis); c) signo
Se podrían aducir otros criterios pero esta muestra es suficiente- que invita a asumir la existencia de una manera nueva (semeia). En
mente orientativa. Aplicando estos criterios a los relatos de milagros, otras palabras el milagro es lo que suscita o es signo de admiración
se tiene una prueba de solidez histórica difícilmente discutible. y asombro, porque rompe el curso ordinario de las cosas, a la vez
que incita a preguntar por la identidad de quien lo realiza y adhe-
rirse a la causa a la que sirven.
2. SENTIDO DE LOS MILAGROS DE JESÚS San Pedro en el discurso que pronuncia en Pentecostés se refie-
re a lo que había dicho y hecho Jesús aludiendo a los tres términos
El sentido que tiene el milagro en la tradición bíblica vetero- referidos: «Jesús de Nazaret, hombre acreditado por Dios entre
testamentaria es el primer mareo en el que se deben entender los vosotros con milagros, prodigios y señales» (dunánzesi kai térasi kai
milagros que realizó Jesús. semeiois; Hch 2,22). Muestra así que los milagros son fuerza mara-
En el Antiguo Testamento los milagros se designan principal- villosa de Dios y que son signo de otra realidad, de la realidad del
mente como «prodigios» (nzofet), «signos» (ot) u «obras» (nzaaseh). Reino que ha llegado. Son señales de la omnipotencia divina y de
Se traducen al griego respectivamente como térata, semeia yerga (o su poder salvífico que quieren llevar a la fe.
dynanzeis). La concepción hebrea que subyace bajo estas palabras Los sinópticos tienden a llamar al milagro djnanzis, fuerza o po-
presupone que no hay diferencia entre naturaleza y sobrenaturale- der, o se fijan más en el aspecto maravilloso, denominando las
za. El poder de Dios no tiene límites. Nada es imposible para
obras que Jesús hace thaunzasia o térata, «cosas asombrosas». Es de-
Dios. Puede obrar lo mismo de modo ordinario que extraordinario.
cir, se fijan más bien en el poder que tiene Jesús, que le acredita
Sin embargo, el hebreo se deja impresionar menos por lo extraordi-
como Mesías, y en lo extraordinario de esos acontecimientos a los
nario de la intervención divina que por la finalidad a la que tiende ojos de los que lo han visto o han oído hablar de ellos. San Juan, en
y la dignidad de Dios que ella manifiesta. cambio, denomina los milagros senzeia, «señales». Con esta expre-
Para los israelitas el prodigio más grande, el signo más maravi- sión quiere indicar lo que es más esencial a estas obras: ser signo de
lloso, la obra más extraordinaria, era la creación y la providencia de algo más; en concreto, ser la demostración de la acción de Dios: Je-
Dios con su pueblo. Lo asombroso era la creación y la elección de sús es el Cristo, el Hijo de Dios.
Israel, y los portentos con los que Dios condujo a su pueblo a la
tierra tras la liberación de Egipto. Dios interviene en la historia,
corrigiendo su curso mediante los milagros, en ocasiones en res- 2. l. Contexto y originalidad
puesta a la fe de los hombres. Por eso, en ciertos momentos, se pro-
duce una concentración de milagros mayor: se produjeron sobre En tiempos de Jesús existían personajes conocidos por realizar
todo en el momento del Éxodo y se produjeron de nuevo en el ad- prodigios. Sin embargo, en contra de lo que sostiene la explicación
venimiento del Reino de Dios. dada por la historia de las religiones, Jesús realizó milagros en un
Los milagros de Jesús 219
218 Comprender los Evangelios
2.2. Clasificación
número mucho mayor y con un sentido muy distinto de los prodi-
gios que pudieron realizar algunos de sus contemporáneos (si es
Tradicionalmente se clasificaban los milagros del Evangelio
que de verdad los hicieron).
distinguiendo los milagros sobre Jesús (transfiguración y resurrec-
El número de milagros atribuidos a otros personajes es muy re- ción) y los milagros de Jesús. Estos últimos se dividían entre mila-
ducido, mientras que en los Evangelios tenemos 19 relatos de mi- gros sobre las personas y milagros sobre la naturaleza. En la actua-
lagro en Mateo; 18 en Marcos; 20 en Lucas y 8 en Juan; además lidad se suele considerar que esta clasificación añade poco, pues,
hay referencias en los sinópticos y Juan a los muchos otros mila- por una parte, los milagros manifiestan siempre la acción de Dios
gros que Jesús hizo (cfr. Me 1,32-34 y par.; 3,7-12 y par.; 6,53-56; y, por otra, sean milagros sobre las personas, sean sobre la naturale-
Jn 20,30). za, siempre ponen en claro el poder de Jesús. Por ello, se suele acu-
El sentido es también diferente al de cualquier otro taumaturgo: · dir a una primera clasificación que es sobre la forma del milagro.
las curaciones de Asclepio-Esculapio (en la que intervenían sacer- Algunos proponen la siguiente:
dotes que practicaban la medicina y que en muchas ocasiones re-
sultan ciertamente extravagantes) no buscaban un cambio moral 1. Los exorcismos: manifiestan el aspecto interior del Reino de
en la persona; en cambio, Jesús hace milagros que implicaban en Dios, que es liberación del pecado y de Satanás.
los beneficiados un reconocimiento de la bondad de Dios y un 2. Las curaciones: manifiestan el aspecto exterior del Reino de
cambio de vida. Las curaciones de Apolonio se narran para mostrar Dios, que es liberación de la enfermedad y de la muerte; in-
al filósofo como modelo de sabio, merecedor de gloria, mientras cluyen las tres resurrecciones (la de la hija de Jairo, la del
que Jesús manifiesta su resistencia a obrar milagros, porque no hijo de la viuda de Naín y la de Lázaro).
busca su propia gloria. Jesús rechaza el gusto por lo maravilloso y 3. Los milagros de donación: en estos milagros Jesús intervie-
el triunfo fácil que no pase por la cruz (Me 8,11-12; Jn 6,30-31; ne en beneficio de la gente, que experimenta la carencia de
Mt 16,4; Le 23,8). Los portentos de Hanina y de otros galileos su- un elemento material (multiplicación de los panes, bodas
brayan su piedad, de cómo ellos eran objeto de la bendición de de Caná, pesca milagrosa).
Dios, y cómo, mediante la oración, Dios concedía el milagro. En
4. Los milagros de salvamento: en estos milagros Jesús inter-
cambio, en Jesús se observa que es Él, por su autoridad, quien obra
viene para salvar a uno o más hombres en una situación to-
el milagro.
davía más dramática que la de los milagros de donación
Por tanto, característico de la actividad taumatúrgica de Jesús (tempestad calmada).
es el gran número de milagros que Él obró; su resistencia a hacerlos,
5. Los milagros de legitimación: son curaciones que justifican
que muestra que no buscaba su propia exaltación o gloria; y espe-
el comportamiento de Jesús y tienen un carácter de contro-
cialmente el significado que les da. Todo ello, además, trasmitido
versia (por ejemplo, la curación de la mujer encorvada).
en unas narraciones que se caracterizan por su sobriedad y por estar
desprovistas de cualquier afán de adornar la figura de Jesús. 6. Las epifanías: por ejemplo, la transfiguración de Jesús y las
apariciones del Resucitado.
••
220 Comprender los Evangelios
los milagros de Jesús 221
2.3. Significación
invitación a confiar en Cristo en los momentos borrascosos y
difíciles; la resurrección de Lázaro anuncia que Cristo es la
Entre los exegetas existe consenso sobre tres aspectos que dis-
misma resurrección y es figura de la resurrección final.
tinguen la actividad de Jesús como taumaturgo:
4. Los milagros de Jesús son signos que confirmaban su mi-
a) Los milagros de Jesús se entienden en el contexto del Reino
sión mesiánica y la venida del Reino de Dios. Están ordena-
de Dios: «Si yo expulso los demonios por el Espíritu de Dios, es
dos y ligados a la llamada a la fe: bien porque es condición
que el Reino de Dios ha llegado a vosotros» (Mt 12,28). Jesús in-
para que se realice, o bien porque el milagro la provoca en
augura el Reino de Dios y los milagros son una llamada a una res-
quienes lo han recibido o lo han visto. Por ejemplo, Jesús se
pues ta creyente. Esto es fundamental y distintivo de los milagros
niega a hacer milagros cuando choca contra la falta de fe
que obró Jesús. Reino y milagros son inseparables.
(Me 6,1-6; Mt 13,54-58; Mt 16,20; Me 9,29).
b) Los milagros de Jesús no eran fruto de técnicas (como un
Jesús, sobre todo, quería manifestar con ellos que el Reino de
médico) o de la actuación de demonios o ángeles (como un mago),
Dios ya había llegado. Se completa así la visión propia de la apolo-
sino resultado del poder sobrenatural del Espíritu de Dios.
gética tradicional, que ha subrayado sobre todo que los milagros
e) Jesús obró milagros en quienes tenían fe y aceptaban la pro-
de Jesús tenían como principal finalidad mostrar el poder de Cris-
clamación del Reino (especialmente en el caso de las curaciones).
to, es decir, probar la verdad sobre sí mismo y de su doctrina. De
No obstante, en Juan también se encuentran relatos de milagros
hecho, el Concilio Vaticano I los ha incluido, con las profecías y la
en los que la fe es consecuencia del milagro, que es realizado por
Iglesia, entre los motivos de credibilidad del cristianismo: «Son
iniciativa de Jesús.
signos certísimos de la revelación y adaptados a la inteligencia de
Precisando un poco más el carácter significativo de los mila- todos» (De Pide Catholica, cap. 3; DS 3009).
gros, se puede añadir:
De estos presupuestos se desprende que:
1. Los milagros sobre la naturaleza son señales de que el poder
1. El milagro es obra de Dios. Dios es el autor de los milagros.
divino que actúa en Jesucristo se extiende más allá del
Mediante ellos manifiesta su amor y su bondad. Pero Jesús
mundo humano y se manifiesta como poder de dominio
es quien los realiza. De esta manera le acreditan como por-
también sobre las fuerzas de la naturaleza.
tador de la revelación y de la salvación divinas. Los milagros
2. Los milagros de curación y los exorcismos son señales de son signos de la misericordia de Dios para con los afligidos
que Jesucristo ha manifestado su poder de salvar al hombre y doloridos (especialmente en Lucas).
del mal que amenaza al alma.
2. El milagro establece una relación personal con Jesús, que
3. Unos y otros son señales de otras realidades espirituales: las acaba trasformando a la persona en la que obra el milagro.
curaciones del cuerpo -la liberación de la esclavitud de la Ésta participa en el milagro por la fe en Jesús: «Levántate y
enfermedad- significan la curación del alma de la esclavitud vete; tu fe te ha salvado» (Le 17 ,19). Curación viene a iden-
del pecado; el poder de expulsar a lo demonios indica la vic- tificarse con salvación.
toria de Cristo sobre el mal; la multiplicación de los panes
3. El milagro es el momento de una elección: el hombre puede
alude al don de la Eucaristía; la tempestad calmada es una
acoger a Jesús y convertirse o cerrarse a Él. No tiene la fina-
Los milagros de Jesús 223
222 Comprender los Evangelios
lidad de asombrar o asustar al hombre, sino llamarlo, invi- el Reino de Dios ha llegado a vosotros» (Mt 12,28). Por los
milagros de Jesús se anticipa el destino escatológico de la
tarlo a entrar en diálogo con Dios. En el proceso del mila-
humanidad, de plena comunión con Dios. Los milagros son
gro, el final dependerá de su decisión. Así lo manifiesta, por
destellos que permiten sospechar la futura gloria.
ejemplo, en la curación de los dos ciegos, donde Jesús dice:
«¿Creéis que puedo hacer eso?» (Mt 9,28). En resumen, los milagros de Jesús manifiestan el misterio de
su Persona. Si Jesús trae el Reino de Dios, la razón última de ello
4. El milagro es signo de los dones divinos ofrecidos a los
está en su misma Persona.
hombres por la gracia de Cristo. En el Evangelio de Juan los
milagros de Jesús revelan el misterio de la economía sacra-
mental, particularmente del Bautismo (curación del paralí-
3. LA FORMA DE PRESENTAR LOS MILAGROS PROPIA
tico, J n 5, y del ciego de nacimiento, J n 9) y de la Eucaris-
DE CADA EVANGELISTA
tía (multiplicación de los panes).
5. El milagro está destinado a la salvación de todo el hombre, Teniendo en cuenta las circunstancias de cada evangelista a la
en su unidad de cuerpo material y alma espiritual. El hom- hora de escribir su Evangelio y la finalidad que perseguía en sus
bre aprisionado por el poder del mal y por la enfermedad ha oyentes, la narración del mismo milagro podrá tener en cada relato
perdido la libertad y la dignidad. Jesús, al curar a enfermos evangélico una particular enseñanza. Podemos observarlo en el mi-
y poseídos por el diablo, devuelve al hombre la dignidad de lagro de la tempestad calmada (ver cuadro de la página siguiente).
hijo de Dios. El relato de la curación del endemoniado de a) San Mateo: conviene recordar que en el primer Evangelio se
Gerasa lo expresa perfectamente. El hombre recupera su presenta a Jesús como el Mesías que realiza las obras mesiánicas, el
dignidad y se queda «vestido y en su sano juicio», en su Siervo doliente del Señor que tomó sobre sí nuestras enfermedades,
casa, con los suyos (Me 5, 15 .19). el Señor de la comunidad de la Iglesia a quien hace partícipe de su
6. El milagro tiene un carácter eclesial. Jesús otorga a sus dis- poder. En Mateo la fe precede al milagro. La narración suele ser es-
cípulos el poder de hacer milagros: «Id y predicad: "El Rei- quemática y el diálogo constituir la parte central; suele haber una
no de los Cielos está al llegar". Curad a los enfermos, resuci- relación estrecha entre lo que se pide y lo que se concede.
tad a los muertos, sanad a los leprosos, expulsad los
Los rasgos apuntados son evidentes en el milagro de la tempes-
demonios» (Mt 10,7-8). Después de resucitado ese poder es
tad calmada. El contexto del relato es el del seguimiento de Jesús
una realidad en la Iglesia: «Por mano de los apóstoles se
por parte de sus discípulos. Éstos todavía tienen poca fe. Por eso, an-
obraban muchos milagros y prodigios entre el pueblo» tes de efectuar el milagro (y no después como en los otros dos sinóp-
(Hch 5, 12). Es una señal de la salvación universal que en- ticos) conminando a los vientos y al mar, Jesús les reprocha su falta
traña la Nueva Buena (cfr. Me 16,15-18). de fe. El episodio muestra una vez más por qué el Evangelio de Ma-
7. El milagro tiene un sentido escatológico. Jesús une en su teo se suele llamar el «evangelio eclesiástico». El milagro constituye
persona la espera de la salvación final y su realización pre- una enseñanza sobre la acción de Jesús en la Iglesia: la barca en la
sente. Con Jesús el Reino de Dios irrumpe en la historia: que están los discípulos (v. 23) es la Iglesia, que está sometida a los
embates del mundo, y que se encuentra envuelta en dificultades. En
«Si yo expulso los demonios por el Espíritu de Dios, es que
224 Comprender los Evangelios los milagros de Jesús 225
MtB,23-27 Me 4,35-41 LcB,22-25 b) San Marcos: en el segundo Evangelio Jesús hace prodigios
22 como podrían hacerlo otros de la época, pero lo hace por el poder
«
23
Se subió después a una «35 Aquel día, llegada la « Un día, subió él a una
barca, y le siguieron sus dis- tarde, les dice: "Crucemos barca con sus discípulos y que tiene. Subraya aún más que Mateo el papel de la fe, que es la
cípulos. 24 De repente se le- a la otra orilla". 36 Y, despi- les dijo: "Crucemos a la otra que despierta los milagros. Jesús muestra con ellos la llegada del
vantó en el mar una tempes- diendo a la muchedumbre, orilla del lago". Y partieron. Reino y por eso se enmarcan en la lucha de Jesús contra Satanás.
23
tad tan grande que las olas le llevaron en la barca tal Mientras ellos navegaban,
Manifiestan el poder de Jesús. De ahí los abundantes exorcismos.
cubrían la barca; pero él como estaba. Y le acompa- se durmió. Y se desencade-
dormía. 25 Se le acercaron ñaban otras barcas. 37 Y se nó una tempestad de viento
en el lago, de modo que se
El mismo episodio de la tempestad calmada sirve como paradig-
para despertarle diciendo: levantó una gran tempes-
"¡Señor, sálvanos, que pere- tad de viento, y las olas se llenaban de agua y corrían ma de lo que se acaba de señalar. El contexto en Marcos hace referen-
cernos' ". 26 Jesús les respon- echaban encima de la bar- peligro. 24 Se le acercaron cia a la identidad de Jesús y a su poder. El «mar» (v. 39) no sólo indica
dió: "¿Por qué os asustáis, ca, hasta el punto de que la para despertarle diciendo: la realidad del lago, sino que, conforme a la tradición veterotesta-
hombres de poca fe,". En- barca ya se inundaba. 38 Él "[Maesrro, Maestro, que pe- mentaría, representa el lugar de las fuerzas maléficas que sólo Dios
tonces, puesto en pie, incre- estaba en la popa durmien- recemos!". Puesto en pie, puede dominar, la morada de los monstruos marinos, Leviatán y Ra-
pó a los vientos y al mar y do sobre un cabezal. En- increpó al viento y a las olas,
hab (cfr. Sal 65,8; 93,4; 107,23-30). Al doblegar al mar con el impe-
sobrevino una gran calma. 27 tonces le despiertan, y le que cesaron; y sobrevino la
dicen: "Maestro, ¿no te im- calma. 25 Entonces les dijo: rio de su voz: «Calla, enmudece», como quien domina a los demo-
Los hombres se asombraron
y dijeron: "¿Quién es éste, porta que perezcamos?". 39 "¿Dónde está vuestra fe?". nios, Jesús se presenta con el poder de Dios. De ahí la pregunta de
que hasta los vientos y el Y, puesto en pie, increpó al Ellos, llenos de temor, se los discípulos (v. 41). El milagro es, pues, un exorcismo, que confir-
mar le obedecen?"». viento y dijo al mar: "¡Ca- asombraron y se decían unos ma el advenimiento del Reino y el triunfo de Jesús sobre el diablo.
lla, enmudece!". Y se cal- a otros: "¿Quién es éste que
mó el viento y sobrevino manda a los vientos y al c) San Lucas: el tercer Evangelio tiene siete milagros propios y
una gran calma. 40 Enton- agua, y le obedecen??».
se relatan sobre todo para ilustrar la palabra de Jesús Salvador. Le
ces les di jo: "¿ Por qué os
asustáis' ¿Todavía no te- muestran como un gran profeta, al estilo de Elías y Elíseo, que
néis fe?", 41 Y se llenaron también realizaron milagros parecidos (por ejemplo, la resurrec-
de gran temor y se decían ción del hijo de la viuda de Sarepta que hizo Elías y la multiplica-
unos a otros: "¿Quién es
ción de los panes que obró Elíseo: cfr. 1 R 1 7, 76.41-46; 2 R 4,42-
éste, que hasta el viento y
el mar le obedecen?"». 44). Pero sobre todo los milagros son una llamada a la salvación.
La curación es un signo de salvación.
3 7). Se subraya así su poder y su papel como Profeta, como lo corro- plicaron rodo lo que habían hecho y enseña- orilla del mar de Galilea, el de Tibería-
do. 31 Y les dice: "Venid vosotros solos a un des. 1 le seguía una gran muchedumbre
bora el final del episodio de la resurrección del hijo de la viuda de
lugar apartado, y descansad un poco". porque veían los signos que hacía con
N aín. San Lucas señala: « Y se llenaron todos de temor y glorificaban Porque eran muchos los que iban y venían, los enfermos. 3 Jesús subió al monte y
a Dios diciendo: "Un gran profeta ha surgido entre nosotros" y "Dios y ni siquiera tenían tiempo para comer. 32 se sentó allí con sus discípulos. 4 Pronto
ha visitado a su pueblo"» (Le 7,16). Y se marcharon en la barca a un lugar apar- iba a ser la Pascua, la fiesta de los judí-
rado ellos solos. 33 Pero los vieron marchar, os. 5 Jesús, al levantar la mirada y ver que
y muchos los reconocieron. Y desde rodas venía hacia él una gran muchedumbre, le
d) San Juan: habla sobre todo de los milagros como semeia
las ciudades, salieron deprisa hacia allí por dijo a Felipe: "¿Dónde vamos a comprar
(«signos») yerga («obras»). Revelan que Jesús es el Hijo de Dios. tierra y llegaron antes que ellos. 34 Al des- pan para que coman éstos?" 6 -lo decía
La principal diferencia con los sinópticos está en el papel de la fe a . embarcar vio una gran multitud y se llenó para probarle, pues él sabía lo que iba a
la hora del milagro. En Juan, la fe es consecuencia de éste, El mila- de compasión por ella, porque estaban como hacer. 7 Felipe le respondió: "Doscientos
ovejas qtte no tienen pastor, y se puso a enseñar- denarios de pan no bastan ni para que
gro es un medio concedido a los hombres para llegar a la fe. Tienen
les muchas cosas. 35 Y cuando ya se hizo cada uno coma un poco". 8 Uno de sus
un sentido más apologético, en cuanto que confirman la misión de muy tarde, se acercaron sus discípulos y le discípulos, Andrés, el hermano de Simón
Jesús y su condición de ser y obrar en unión con el Padre. Mues- dijeron: "Éste es un lugar apartado y ya es Pedro, le dijo: 9 "Aquí hay un muchacho
tran, además, la gloria divina de Jesús. muy tarde; 36 despídelos para que vayan a que tiene cinco panes de cebada y dos pe-
las aldeas y pueblos de alrededor, y compren ces; pero, ¿qué es esto para tantos?". 10 Je-
El relato de la tempestad calmada no tiene su paralelo en Juan, algo de comer". !7 Y les respondió: "Dadles sús dijo: "Mandad a la gente que se sien-
vosotros de comer". Y le dicen: "¿Es que va- te" -había en aquel lugar hierba
pero en el milagro de la multiplicación de los panes y de los peces se
mos a ir a comprar doscientos ºdenarios de abundante. Y se sentaron un total de
observan algunas de las peculiaridades del cuarto Evangelio (cuadro pan para darles de comer?", 38 Él les dijo: unos cinco mil hombres. 11 Jesús tomó los
página siguiente). "¿Cuántos panes tenéis' Id a verlo". Y des- panes y, después de dar gracias, los repar-
pués de averiguarlo dijeron: "Cinco, y dos tió a los que estaban sentados, e igual-
En concreto, en Juan se destaca: peces". 39 Entonces les mandó que acomo- mente les dio cuantos peces quisieron. 12
daran a rodos por grupos sobre la hierba Cuando quedaron saciados, les dijo a sus
- El papel de Jesús en el milagro: toma la iniciativa, consciente verde. 40 Y se sentaron en grupos de cien y discípulos: "Recoged los trozos que han
de cincuenta. 41 Tomando los cinco panes y sobrado para que no se pierda nada". 13 Y
de lo que iba a pasar (v. 6), invita después al banquete, distribuye los
los dos peces, levantó los ojos al cielo, pro- los recogieron, y llenaron doce cestos con
panes y los peces (vv. 6.11), y ordena recoger los pedazos sobrantes nunció la bendición, partió los panes y se los trozos de los cinco panes de cebada
para que nada se pierda (v. 12). puso a dárselos a sus discípulos para que los que sobraron a los que habían comido. 14
distribuyesen; también repartió los dos pe- Aquellos hombres, viendo el signo que
- La importancia del «pan» (el término aparece cinco veces) y
ces para todos. 42 Comieron codos hasta que Jesús había hecho, decían: "Éste es verda-
la referencia a la fiesta de la Pascua (v. 1), que anuncian el discurso
quedaron satisfechos. 43 Y recogieron doce deramente el Profeta que viene al mun-
sobre el Pan del cielo, la Eucaristía, que se narrará seguidamente. cestos llenos de los trozos de pan y de los do". 15 Jesús, conociendo que estaban dis-
- El intento fallido de las muchedumbres de llevárselo para ha- peces. 44 los que comieron los panes eran puesros a llevárselo para hacerle rey, se
cinco mil hombres». retiró otra vez al monte él solo».
cerlo rey (vv. 14-15), que muestra cómo el milagro no tiene una fi-
nalidad mesiánico-política.
228 Comprender los Evangelios
11.
En el conjunto se acentúa el sentido teológico del milagro (pre-
para el discurso sobre la Eucaristía, como sucede con otros milagros La predicación de Jesús
en el Evangelio, donde el milagro es signo de la enseñanza que se da Francisco Varo
a continuación); y la personalidad de Jesús: «sabe lo que va a hacer»
(v. 6), que recuerda lo dicho enJn 2,25: «y no necesitaba que nadie
le diera testimonio acerca de hombre alguno, porque conocía el inte-
rior de cada hombre»; es decir, Jesús tiene un conocimiento superior,
el que le da su condición de ser uno con el Padre.
l. LAS PARÁBOLAS
En estas palabras tenemos ya el contexto en el que podemos
imaginarnos la predicación de Jesús. A los ojos de la gente sencilla
La costumbre de predicar en las sinagogas durante el shabbat
de su tiempo, Jesús en muchos aspectos debió de parecerles, al me-
era una práctica habitual en tiempos de Jesús (cfr. Le 4,16). En to-
nos en una primera impresión, un maestro itinerante, como tantos
das las comunidades cada semana se leía la Ley de Moisés, por pa-
otros del momento. Jesús predicó en las sinagogas y al aire libre:
sajes consecutivos, según un plan establecido que incluía la lectura
en la puerta de las ciudades, bajo un árbol, en medio del campo, o
completa del Pentateuco en tres años y medio. Después del pasaje
en las orillas del lago de Genesaret. Su conversación era amena. A
de la Torá propio de ese sábado, se añadía la lectura de la haftará,
que era un texto seleccionado de los libros proféticos. nadie le llamaría la atención que el maestro recién llegado al pue-
blo ilustrase su predicación con unas parábolas que contenían ele-
Alguno de los maestros presentes tomaba en ese momento la .
mentos formularios de dicción y temas estereotipados análogos a
palabra para explicar el pasaje que se había leído y proponía algu-
los empleados en las parábolas rabínicas. Con todo, si se disponen
nos modos prácticos de llevar a cabo sus enseñanzas (cfr. Hch
en paralelo las parábolas rabínicas con las de Jesús, se observa ense-
13,15). Los rabinos de aquel tiempo para ilustrar su predicación
guida que el Señor, con sus comparaciones, producía un fuerte im-
recurrían con frecuencia al uso de parábolas, es decir, comparacio-
pacto, y cuando se reflexiona sobre ellas es posible descubrir que
nes o ejemplos, que solían comenzar por una frase como: «¿A qué
están al servicio de una doctrina original.
se parece?», o bien: «¿Con qué lo cornpararé?». E inmediatamente
venía la respuesta: «Se parece a», o «lo compararé con», y seguía el Si examinamos los temas de su predicación nos daremos cuenta
ejemplo concreto. muy pronto de que, como los rabinos de su tiempo, Jesús enseñaba
En una recopilación de dichos rabínicos llamada Abot de Rabí también la Ley de Moisés. Por ejemplo, en el Sermón de la Monta-
Natán se conservan parábolas como ésta (A, 24):
ña, Jesús no plantea ningún conflicto con respecto a la aceptación
de la Ley de Moisés, sino más bien al contrario, ratifica su valor:
«Decía Elisá ben Abuyá: ¿Con quién comparar a un hombre que «No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he ve-
hace buenas acciones y ha estudiado mucho la Torah? Con un hom- nido a abolirlos sino a darles su plenitud. En verdad os digo que
bre que construye primero con piedras y luego con adobes. Aunque mientras no pasen el cielo y la tierra, de la Ley no pasará ni la más
vengan las aguas por todas partes no lo destruirán. Pero, ¿con quién pequeña letra o trazo hasta que todo se cumpla» (Mt 5,17-18).
comparar a un hombre en quien no se hallan buenas acciones aunque
Se verá mejor la peculiaridad de la enseñanza del Señor, en la
haya estudiado la Torah? Con un hombre que construye primero con
adobes y luego con piedras. Aunque las aguas vengan en poca canti- forma y en el fondo, con un ejemplo. Seguro que la parábola rabí-
dad, pronto derribarán todo el edificio». nica copiada más arriba nos ha evocado otra presente en el Evange-
lio de San Mateo (Mt 7, 24-27):
En esta parábola, como en todas las parábolas rabínicas, se pre-
senta un ejemplo llamativo que se retiene fácilmente en la memo- «Por lo tanto, todo el que oye estas palabras mías y las pone en
ria, y que lleva consigo una lección que invita a reconsiderar el práctica, es como un hombre prudente que edificó su casa sobre roca;
y cayó la lluvia y llegaron las riadas y soplaron los vientos: irrumpie-
propio comportamiento. En esta ocasión, la importancia de dedi-
ron contra aquella casa, pero no se cayó porgue estaba cimentada so-
carse al estudio de la Torá y a su cumplimiento en la práctica.
bre roca. Pero todo el que oye estas palabras mías y no las pone en
232 Comprender los Evangelios La predicación de J esus 233
práctica es como un hombre necio que edificó su casa sobre arena; y que cosecho donde no he sembrado y que recojo donde no he esparci-
cayó la lluvia y llegaron las riadas y soplaron los vientos: se precipi- do; por eso mismo debías haber dado tu dinero a los banqueros, y así,
taron contra aquella casa, y se derrumbó y fue tremenda su ruina». al venir yo, hubiera recibido lo mío con los intereses. Por lo tanto,
quitadle el talento y dádselo al que tiene los diez. Porque a todo el
Los cambios son más de los que parecen a primera vista: hasta que tiene se le dará y tendrá en abundancia; pero al que no tiene in-
en el curso de las enumeraciones y los calificativos, las palabras de cluso lo que tiene se le quitará. En cuanto al siervo inútil, arrojadlo a
Jesús tienen un vigor que falta en la otra parábola. Sin embargo, lo las tinieblas de afuera: allí habrá llanto y rechinar de dientes"».
que debe advertirse es que, en la parábola rabínica de Abot de Rabí
Natán, la roca firme era el estudio y el cumplimiento de la Ley, en U na parábola rabínica parecida, sobre la custodia de un tesoro
cambio, en las palabras de Jesús que recoge el Evangelio, la roca dejado en depósito, es la que utiliza rabí Eleazar para consolar a
firme ya no es la Torá, sino la escucha y asimilación de la palabra rabí Yojanán ben Zakkay cuando murió su hijo (Abot de Rabí Na-
.tán A, 14;3):
de Jesús. Es claro que los mismos elementos literarios se utilizan al
servicio de una doctrina original. «Déjame decirte una parábola. ¿A qué se parece? A un hombre a
Un nuevo ejemplo puede ilustrar cómo el mismo tópico sirve quien un rey dejó en depósito un artículo de valor. Todos los días
para sacar consecuencias muy distintas. El tema de la custodia de este hombre estaba preocupado y decía: "¡Ay de mí! ¿Cuándo estaré
un depósito es común a algunas parábolas de Jesús y otras rabíni- libre de la responsabilidad de este depósito?". Tú también, maestro,
cas bien conocidas. Entre los cristianos se conservó vivo el recuerdo has tenido un hijo versado en la Torá, que estudió Torá, Profetas y
Escritos, Mishná, Halakot y Hagadot. Él ha partido ya de este mun-
de una parábola de Jesús, la de los talentos (Mt 25,14-30):
do. ¡Tú deberías estar descansando de haber entregado tu depósito
«Porque es como un hombre que al marcharse de su tierra llamó intacto!».
a sus servidores y les entregó sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a
El tema básico es el mismo. La parábola rabínica alaba el hecho
otro dos y a otro uno sólo: a cada uno según su capacidad; y se mar-
chó. El que había recibido cinco talentos fue inmediatamente y se de haber conservado intacto lo que se había recibido en depósito.
puso a negociar con ellos y llegó a ganar otros cinco. Del mismo Pero la parábola de Jesús es más dinámica: el que se limita aguar-
modo, el que había recibido dos ganó otros dos. Pero el que había re- dar lo que había recibido es reprochado y condenado; en cambio,
cibido uno fue, hizo un agujero en la tierra y escondió el dinero de su recibe alabanzas el que -además de conservar lo recibido- ha sido
señor. Después de mucho tiempo, regresó el amo de dichos servidores capaz de hacerlo producir otro tanto.
e hizo cuentas con ellos. Cuando se presentó el que había recibido los En cuanto al estilo literario, las parábolas de Jesús ofrecen mu-
cinco talentos, entregó otros cinco diciendo: "Señor, cinco talentos cha más variedad y belleza que las demás. En las parábolas rabíni-
me entregaste; mira, he ganado otros cinco talentos". le respondió su
cas los protagonistas son normalmente unos personajes estereoti-
amo: "Muy bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, yo
pados. Los casos más corrientes son: un amo y sus criados; un rey y
te confiaré lo mucho: entra en la alegría de tu señor" [ ... }. Cuando lle-
sus súbditos; un amo o un rey, y sus hijos.
gó por fin el que había recibido un talento, dijo: "Señor, sé que eres
hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no Pero hay otro punto, en apariencia anecdótico pero muy im-
esparciste; por eso tuve miedo, fui y escondí tu talento en tierra: aquí portante, que no quería dejar de mencionar. La predicación de Je-
tienes lo tuyo". Su amo le respondió: "Siervo malo y perezoso, sabías sús se alimenta muchas veces de las incidencias de la actividad or-
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La predicación de J esus 235
234 Comprender los Evangelios
4. CONCLUSIÓN Bibliografía