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Vulneracion de Los Derechos Humanos
Vulneracion de Los Derechos Humanos
Vulneracion de Los Derechos Humanos
humanos
¿Qué son los derechos humanos?
Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin
distinción alguna de raza, sexo, nacionalidad, origen étnico, lengua, religión o
cualquier otra condición. Entre los derechos humanos se incluyen el derecho a la
vida y a la libertad; a no estar sometido ni a esclavitud ni a torturas; a la libertad de
opinión y de expresión; a la educación y al trabajo, entre otros muchos. Estos
derechos corresponden a todas las personas, sin discriminación alguna.
Uno de los grandes logros de las Naciones Unidas es la creación de una normativa
integral sobre los derechos humanos: un código protegido a nivel universal e
internacional al que todas las naciones pueden adherirse y al que toda persona
aspira. Las Naciones Unidas han definido un amplio abanico de derechos
aceptados internacionalmente, entre los que se encuentran derechos de carácter
civil, cultural, económico, político y social. También han establecido mecanismos
para promover y proteger estos derechos y para ayudar a los Estados a ejercer sus
responsabilidades.
Los gobiernos desplegaron medios técnicos cada vez más sofisticados contra
quienes los criticaban. El Proyecto Pegasus reveló que Hungría, Polonia,
Azerbaiyán y Kazajistán se sirvieron del programa espía Pegasus de la
empresa de vigilancia NSO Group para actuar contra periodistas y personas
defensoras de los derechos humanos, entre otras, y el gobierno alemán
reconoció haber adquirido esa tecnología. Se filtraron miles de archivos que
demostraban la vigilancia generalizada de periodistas, activistas civiles,
figuras políticas, clérigos y personal diplomático por los servicios de
seguridad estatales de Georgia.
Algunas personas tuvieron que rendir cuentas por sus prácticas en el pasado.
En Macedonia del Norte, el exjefe de la policía secreta y varios funcionarios
más fueron declarados culpables de haber realizado escuchas ilegales. El
Tribunal Europeo de Derechos Humanos resolvió que las facultades del
gobierno británico para interceptar datos de comunicaciones de forma
indiscriminada carecían de garantías frente a los abusos. Al mismo tiempo, en
Suiza se aprobó en referéndum una nueva ley antiterrorista que dotaba de
amplios poderes a la policía. La retirada de Afganistán no generó ningún
replanteamiento de las extralimitaciones de los Estados en materia de
vigilancia ni de otros abusos cometidos en la lucha contra el terrorismo.
Libertad de reunión
Muchos países promulgaron o mantuvieron unas restricciones
desproporcionadas sobre las reuniones pacíficas, y la policía recurrió con
frecuencia al uso ilegítimo de la fuerza o a medidas discriminatorias para
controlar a quienes se manifestaban. Grecia siguió utilizando la pandemia
como cortina de humo para restringir indebidamente el derecho a la libertad
de reunión pacífica y, entre otras cosas, aprobó por tercera vez una
prohibición general de las reuniones públicas al aire libre y disolvió varias
manifestaciones pacíficas. Chipre también mantuvo una prohibición general
de todas las manifestaciones. Las autoridades de Turquía continuaron
restringiendo arbitrariamente la libertad de reunión pacífica al detener de
forma arbitraria a cientos de personas, usar ilegalmente la fuerza contra ellas y
procesarlas sólo por ejercer sus derechos.
Libertad de asociación
La libertad de asociación continuó amenazada en toda la región. En Hungría
se revocó una ley que imponía restricciones arbitrarias a las ONG, pero la
legislación adoptada en su lugar suscitó nuevos motivos de preocupación, y la
que penalizaba la prestación de ayuda a las personas migrantes incumplía las
leyes de la UE según una resolución del Tribunal de Justicia de la UE. En
Grecia seguía en vigor una restrictiva normativa sobre la inscripción en
registro de las ONG que trabajaban con personas refugiadas y migrantes. Las
autoridades turcas utilizaron las recomendaciones del Grupo de Acción
Financiera como pantalla de humo para aprobar legislación que facilitaba el
hostigamiento de las ONG.
En el este de la región, las autoridades relacionaban cada vez más las
actividades de la sociedad civil con actividades políticas y dispusieron que
infringir las restrictivas normas sobre la libertad de asociación fuera punible
con la cárcel. Rusia recurrió sistemáticamente a la legislación sobre “agentes
extranjeros” y “organizaciones indeseables” para paralizar o prohibir un gran
número de organizaciones de la sociedad civil y de medios de comunicación,
y disolvió una de las organizaciones de derechos humanos más respetadas,
Memorial, por supuestas infracciones de la ley sobre “agentes extranjeros”.
Al final del año, más de 270 organizaciones de la sociedad civil habían sido
arbitrariamente disueltas o estaban en proceso de cierre forzoso en
Bielorrusia. En una entrevista a la BBC, Alexander Lukashenko vinculó las
ONG a la oposición política y prometió “masacrar toda la escoria a la que
ustedes [Occidente] han estado financiando”. En Uzbekistán, el
incumplimiento de las restrictivas normas sobre “formación ilegítima de una
asociación pública u organización religiosa” seguía siendo punible con la
cárcel.
Discriminación
El racismo contra personas negras, musulmanas, romaníes y judías se hizo
más patente en muchos contextos. En Reino Unido, un informe gubernamental
descartaba los motivos de preocupación sobre el racismo institucional,
mientras que un nuevo proyecto de ley sobre la policía auguraba un aumento
de la discriminación de las comunidades negra, romaní y nómada. Las
autoridades de Dinamarca suprimieron de la legislación toda referencia a los
“guetos” pero siguieron imponiendo limitaciones en materia de vivienda
social a los residentes de “procedencia no occidental”. Austria y Francia
intensificaron la vigilancia de las comunidades musulmanas, irrumpieron en
mezquitas y cerraron organizaciones que vigilaban la islamofobia, justificando
tales medidas como parte de su lucha contra la radicalización y el terrorismo.
En Alemania, a fecha del 5 de noviembre de 2021, se habían registrado 1.850
casos de antisemitismo y otros delitos de odio contra personas judías —la
cifra más alta desde 2018— y se alcanzaron máximos exorbitantes de
incidentes similares declarados también en Austria, Francia, Italia y Reino
Unido.
Romaníes
Las personas romaníes continuaron sufriendo acoso y discriminación, que
incluía su segregación en la educación, la vivienda y el empleo. Las
comunidades romaníes seguían sometidas a un control policial excesivo y
subescolarizadas. Dos casos de gran repercusión de romaníes muertos a
manos de la policía en la República Checa y en Grecia recordaron a la muerte
de George Floyd en Estados Unidos.
Sin embargo, la violencia contra las mujeres seguía siendo una práctica muy
extendida. En Rusia, el Consorcio de ONG de Mujeres concluyó que el 66%
de las mujeres asesinadas de 2011 a 2019 habían sido víctimas de violencia de
género en el ámbito familiar. El Ministerio del Interior de Uzbekistán rechazó
una petición de la ONG NeMolchi en relación con los enjuiciamientos por
violencia contra las mujeres, afirmando que “no servía para nada”. En
Azerbaiyán, activistas de los derechos de las mujeres y periodistas sufrieron
chantajes y campañas de desprestigio basadas expresamente en el género y se
disolvieron con violencia concentraciones de mujeres contra la violencia de
género intrafamiliar. La toma del poder por los talibanes en Afganistán
intensificó los esfuerzos para promover los valores “tradicionales” en Asia
Central. En Ucrania continuaron los ataques homófobos y hubo informes
sobre la falta de servicios para las sobrevivientes de violencia de género
intrafamiliar en las zonas de la región de Dombás no controladas por el
gobierno.
La desigualdad vacunal en la región se acentuó aún más, casi siempre por una
fuerte reticencia a las vacunas. Por ejemplo, mientras que en España, Islandia,
Malta y Portugal se había vacunado más del 80% de la población, en
Armenia, Bielorrusia, Bosnia y Herzegovina, Georgia, Kirguistán, Tayikistán
y Ucrania, lo había hecho menos de un 30% de la población. En algunos
casos, las personas migrantes sin documentación y las pertenecientes a grupos
tradicionalmente discriminados tuvieron dificultades de acceso a la
vacunación. Las muertes por COVID-19 seguían afectando de manera
desproporcionada a las personas de edad avanzada.
Tanto en la tierra como en el mar siguen muriendo personas que huyen del
conflicto y la pobreza tratando de alcanzar la seguridad. Ante esta realidad, los
gobiernos deben proporcionar más vías de migración seguras y regulares —
especialmente para personas que necesitan llegar a Europa—, como la
concesión de visados por razones humanitarias, el reasentamiento, el
patrocinio comunitario y la reagrupación familiar.