Itu Pronap 2020
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a expertos
Introducción
La actividad del médico pediatra no solo requiere de la continua actualización en
relación a patologías prevalentes, sino también, muchas veces, se necesitan conceptos
y herramientas que hacen a la cultura general del médico especialista en pediatría a la
hora de dar indicaciones claras y precisas a nuestros pacientes y sus familias.
Es por esto que proponemos el desarrollo de los siguientes temas como el Código
internacional de comercialización de sucedáneos de leche materna y detalles de
cómo analizar la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud.
Por otra parte, aquellos que estamos en la primera línea de atención, necesitamos
tener conceptos actualizados sobre nuevos enfoques terapéuticos como es el
caso del pediatra que asiste a un niño con dieta cetogénica, o sobre las nuevas
consideraciones acerca botulismo del lactante.
En relación a infección urinaria, el especialista presentará una mirada diferente en
algunos aspectos que generan controversias, con el aval de la evidencia actual de
cada uno de los puntos desarrollados.
Por último, en el contexto de la pandemia de COVID-19, que genera cuarentenas
prolongadas, el enfoque del desarrollo del lenguaje y uso de pantallas nos ofrece un
desafío.
A continuación, a cargo de expertos en estos temas mencionados, brindamos los
contenidos necesarios para su correcto enfoque.
¿Cuál es la probabilidad que un lactante febril sin foco aparente tenga una
infección urinaria?
Las infecciones del tracto urinario febriles tienen mayor incidencia durante el
1er. año de vida en ambos sexos, y las ITU no febriles predominan en niñas mayores
de 3 años. Después de la infancia, las ITU bajas generalmente se acompañan de
síntomas localizados y se tratan fácilmente.
Bibliografía
Montini G. Febrile Urinary Tract Infections in Children. N Engl J Med 2011; 365:239¬50.
Los lactantes con fiebre mayor o igual a 39 ºC durante más de 48 h, sin otra fuente de
fiebre en el examen físico, tienen muchas probabilidades de tener una ITU.
Algunos estudios han propuesto una regla predictiva para el diagnóstico de ITU
en niñas menores de 2 años según las siguientes características: edad menor de
12 meses, raza blanca, temperatura igual o mayor a 39 ºC, fiebre por más de 48 h, y
ausencia de otra fuente de infección. Cuando hay solo una de estas características,
el riesgo de ITU es menor del 1%.
La Sociedad Canadiense de Pediatría recomienda obtener un análisis de orina y un
urocultivo de niños menores de 3 años con fiebre (mayor a 39.0 ºC rectal) sin foco aparente.
Bibliografía
Robinson JL. Urinary tract infection in infants and children: Diagnosis and management. Paediatr Child Health 2014; 19(6):315-19.
Hoberman A. Prevalence of urinary tract infection in febrile infants. J Pediatr 1993; 123:17-23.
Pruebas rápidas de orina (también conocidas como tiras reactivas): siguen siendo
útiles para el diagnóstico de ITU.
mm La prueba de nitrito mide la conversión de nitrato de la dieta a
nitrito por bacterias Gram-negativas. Una prueba de nitrito positiva
sugiere que la ITU sea muy probable. Pero la prueba puede
ser falsamente negativa si la vejiga se vacía con frecuencia o si
un organismo que no metaboliza el nitrato (organismos Gram-
positivos) es la causa de la infección.
mm La prueba de esterasa leucocitaria (enzima secretada por
neutrófilos) es una medida indirecta de piuria y, por lo tanto, puede
ser falsamente negativa cuando los leucocitos están presentes en
baja concentración.
Análisis de orina (AO) microscópico: es útil para determinar si hay glóbulos blancos en
la orina (piuria), que es un indicador sensible de inflamación asociada con la infección. La
piuria tiene un 73% de sensibilidad y un 81% de especificidad para el diagnóstico de ITU.
Bibliografía
Robinson JL. Urinary tract infection in infants and children: Diagnosis and management. Paediatr Child Health 2014; 19(6):315-19.
Un pequeño número de bebés febriles con ITU verdadera podrían tener un análisis
de orina normal, especialmente si el análisis de orina se realiza demasiado pronto
después del inicio de la fiebre.
Bibliografía
Seong Heon Kim. Can absence of pyuria exclude urinary tract infection in febrile infants? About 2011 AAP guidelines on UTI. Pediatrics
International 2016;(58): 472–475.
Bibliografía
Shaikh N Should We Believe the Urinalysis? (Letter) Pediatrics 2017, 139 (3) e20163814B.
AAP - Subcommittee on Urinary Tract Infection. Reaffirmation of AAP Clinical Practice Guideline: The Diagnosis and Management of the
Initial Urinary Tract Infection in Febrile Infants and Young Children 2–24 Months of Age. Pediatrics. 2016; 138(6):e20163026.
Otros autores mencionan que las ITU de bajo recuento bacteriano afectan
principalmente a bebés y niños pequeños y, a menudo, se deben a bacterias gran
negativas, NO E. coli. Los hallazgos clínicos y de laboratorio, así como la prevalencia
de pielonefritis, la presencia de reflujo y de malformaciones urológicas, son similares
en las ITU con bajo o alto recuento bacteriano.
Bibliografía
Kanellopoulos TA. Low urinary tract infections in infants and young children. Eur J Pediatr 2005; 164: 355–361.
El reflujo vésicoureteral (RVU) de alto grado afecta solo al 10% de los bebés que
presentan una primera ITU febril, el 90% tienen resultados normales o grados I-II
de RVU. Con estos datos, la aplicación universal de recomendaciones de estudios
radiológicos frente a un primera ITU en todos los grupos de edad conduciría a
muchas prácticas innecesarias.
La probabilidad de presentar RVU de alto grado (IV-V) fue del 3% en presencia de
una ITU por E. coli. Sumar una ecografía renal normal en este escenario, disminuyó
esta probabilidad al 1%. Sin embargo, en presencia de ITU a no E. coli, la probabilidad
de RVU de alto grado fue del 26% y agregar un hallazgo anormal en la ecografía
aumentó aún más esta probabilidad al 55%.
Bibliografía
Pauchard JY, et al. Avoidance of voiding cystourethrography in infants younger than 3 months with Escherichia coli urinary tract
infection and normal renal ultrasound. Arch Dis Child 2017; 102:804–808.
Ammenti A. Febrile urinary tract infections in young children: recommendations for the diagnosis, treatment and follow-up. Acta
Pædiatrica 2012; 101:451–457.
Infección
2 o más episodios de ITU con pielonefritis aguda. 1 episodio de ITU con pielonefritis
urinaria
aguda más 1 o más episodios de cistitis. Tres o más episodios de cistitis.
recurrente
Fuente: Friedman S. Clinical and laboratory characteristics of non-E. coli urinary tract infections.
Arch Dis Child 2006; 91:845–846.
¿Cuáles son los conceptos básicos que debe saber el pediatra general sobre
la dieta cetogénica?
TABLA 1.
Efectos adversos más frecuentes de la dieta cetogénica.
Aboga por proteger con una nutrición segura del lactante y niño pequeño basada en
la lactancia natural, el uso correcto de fórmulas artificiales, la información científica y
con el objetivo de la finalizar el marketing agresivo.
Consta de 11 artículos descriptos en la Resolución 54/1997, referidos a todo alimento
comercializado para menores de 36 meses, los biberones, tetinas y chupetes.
El objetivo es la protección, correcto uso e información que debe ser científica,
objetiva, coherente y con los riesgos de no amamantar y que puede vender, pero no
debe promocionar en general y a las madres en puntos de venta o contactos, etc.
Las violaciones del código (no cumplimiento) por parte de las empresas se deben
denunciar ante el Ministerio de Salud Nacional al correo observatoriocodigo@dinami.
gov.ar o en www.ibfan-alc.org con los datos (fecha, ubicación, tipo de producto
y forma de mercadeo). Por ahora no tiene sanciones. https://www.unicef.org/
argentina/temas/responsabilidad-social-empresarial
Para ello, habitualmente se deben realizar enemas seriados para poder obtener la
muestra. En suero se puede detectar en menos del 1% de los casos.
El estudio de la conducción nerviosa y electromiograma puede confirmar
rápidamente el diagnóstico y a descartar otros.
Típicamente los análisis de sangre, punción lumbar y resonancia de cerebro y
médula son normales. Estos estudios complementarios no están indicados para
confirmar el diagnóstico, pero muchas veces se realizan en la práctica para descartar
otras patologías.
¿Cuál es el tratamiento?
Agradecimiento especial a la Lic. Irene Sobol por sus significativos aportes a este trabajo.
Las alteraciones del desarrollo del lenguaje en niños pequeños son motivo de
consulta frecuente y es motivo de estudio su relación con el uso temprano e
inapropiado de tecnología.
El lenguaje no se desarrolla sólo madurativamente; al lenguaje no sólo se accede
en soledad, ni es producto de una enseñanza formal, sino que se construye
progresivamente en múltiples y cotidianas experiencias de comunicación con y para
otros hablantes-escuchantes con quienes el niño puede establecer vínculos afectivos
significativos (Sobol, 2009).
Entonces el lenguaje surge de la interacción desde el nacimiento, los niños adquieren
pautas de complejidad progresiva, siguiendo una secuencia típica predecible que
comienza por vocalizaciones, sílabas, palabras y luego frases de estructura simple.
Algunos niños entre los 18 y los 36 meses, etapa de activo despliegue del proceso
de construcción del lenguaje, presentan un retraso en su adquisición (hablantes de
inicio tardío o retraso del desarrollo del lenguaje). Su prevalencia es de un 15% y es
Otro estudio realizado en Toronto, sobre 893 niños de 18,7 meses de edad promedio,
reveló una asociación significativa entre el tiempo de uso y la percepción de los
padres de retraso en la adquisición del lenguaje expresivo. Se asoció por cada
30 minutos de aumento en el uso de pantallas, un incremento del 49% en el riesgo de
padecer alteraciones del lenguaje.
Esto podría explicarse porque frente a las pantallas, queda capturada la atención del
niño/a por el gran atractivo visual que le produce la intensidad de la luminosidad,
brillantez, colorido de imágenes con movimiento continuo, que parece producirles
un “efecto hipnótico”, en detrimento de la atención que puedan disponer para
recepcionar, “escuchar” las verbalizaciones que el potencial interlocutor/a le dirige.
Para finalizar, el lenguaje oral, verbalizado, se percibe al ser oído/escuchado, como
una sucesión continua de percepciones ordenadas en una secuencia temporal. La
palabra hablada transcurre en el tiempo, es fugaz, se desvanece, desaparece de
modo inmediato al ser dicha en una instancia de tiempo único e irrepetible (Sobol
2009).
El abordaje de esta problemática en las consultas tiene la finalidad de lograr una
exposición saludable a las pantallas, minimizando sus riesgos y maximizando sus
beneficios.
Bibliografía
Collisson B, Graham S, Preston J, et al. Risk and protective factors for late talking: An epidemiologic investigation. JAMA Pediatrics.
2016; 172:168-74.
Madigan S, Mc Arthur B, Anhorn C, Eirich R, Christakis D. Associations Between Screen Use and Child Language Skills. JAMA
Pediatrics.2020; 1-11. [Consulta: 15 de mayo de 2020] Disponible en: https://jamanetwork.com/ journals/ fullarticle/ 2762864.
Gialamas A, Haag D, Mittinty M, Lynch J. Which time investments in the first 5 years of life matter most for children’s language and
behavioural outcomes at school entry? International Journal of Epidemiology.2019; 1-11.
Kremenchuzky J, Manavella N, Sykuler C, Sobol I, Bernztein G, et al. El desarrollo del cachorro humano.1a ed. Buenos Aires: Noveduc;
2009;173.
3.. ¿Cómo deben ser asesoradas las madres cuyos hijos no son amamantados?
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4. Mencione cuáles son las enfermedades crónicas no transmisibles para las cuales el sobrepeso y la obesidad
son un factor de riesgo.
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