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El Aborto

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO

ESCUELA NACIONAL DE TRABAJO SOCIAL

ABORTO
INTERRUPCIÓN LEGAL DEL EMBARAZO

ALUMNA: Lizbeth Jaime de la Cuesta

Grupo: 9911

SUA
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EL ABORTO

La palabra “aborto” proviene del latín “abortare”, que a su vez deriva del término
“aborior”. Este concepto se utilizaba para referir lo contrario a “orior”, que significa nacer.
Según el diccionario de la Real Academia Española (2001), abortar es “interrumpir, de
forma natural o provocada, el desarrollo del feto durante el embarazo”. Los libros de
obstetricia definen aborto como la “interrupción espontánea o provocada del embarazo
antes de que el feto sea viable”. El concepto de viabilidad hace referencia a la
posibilidad de sobrevida fuera del útero materno. Los adelantos biotecnológicos han ido
modificando los plazos de viabilidad. Sin embargo, hoy no tiene posibilidad de sobrevida,
aun con apoyos tecnológicos hasta cumplida la semana 20 de embarazo. La medicina
legal considera aborto toda acción violenta con intento y efecto real de interrupción del
embarazo con muerte del feto en cualquier momento de la gestación. Pero en realidad
¿por qué hay tanto escandalo alrededor de este tema?

Pocos temas hay en la actualidad que despierten tanto debate y crispación como el
aborto. A través de los medios de comunicación, se puede observar un enfrentamiento,
sin diálogo constructivo, entre dos posturas no exentas de condicionamiento ideológico y
que claramente se identifican con la izquierda -a favor de la situación legal del aborto- y
la derecha en contra de la misma (con los matices que se quieran). En este debate,
existe una cierta manipulación del hecho mismo del aborto (que siempre será un drama
para la mujer que lo lleve a cabo), ya que se quiere presentar como un pulso entre los
partidarios del progreso (de los derechos de la mujer, etcétera), y los que se resisten a
tal progreso, enrocados en sus convicciones religiosas o morales.

Desde hace años muchas mujeres viven situaciones de gran conflicto emocional cuando
se enfrentan a un embarazo no deseado, propiciadas por los patrones culturales que
limitan sus posibilidades para tomar decisiones autónomas en torno a la sexualidad y la
reproducción. Una buena parte de las mujeres que deciden abortar lo hacen en
condiciones sumamente difíciles, en tanto son objeto de la estigmatización social y se
perciben a sí mismas como transgresoras de valores morales y religiosos fuertemente
arraigados en la sociedad mexica-na Es importante señalar, sin embargo, que la
interrupción de un embarazo no deseado es una experiencia que las mujeres asumen de
acuerdo con sus condiciones individuales y con el entorno social en el que viven.
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Las mujeres interrumpen sus embarazos por razones muy diversas, y no todas tienen
secuelas emocionales y sentimientos de culpa después de un aborto. Muchas se sienten
aliviadas y gradecidas cuando reciben una atención integral, segura y respetuosa por
parte de médicos(as) que practican abortos apoyándose en una postura ética centrada
en el respeto a la autonomía de las mujeres.

La carga moral que para muchas personas supone el aborto es consecuencia de los
estereotipos culturalmente aceptados para definir la feminidad, así como de la valoración
de la maternidad como el atributo esencial de las mujeres (a mi parecer esto no puede
o debe determinar a la mujer como ser humano o darle un cierto o X valor ). Por otra
parte, si bien en nuestro país se practica una tradición laica, la Iglesia católica ha jugado
siempre un importante papel en el contexto político del país e influido en la actitud de
sectores sociales muy amplios respecto a la sexualidad y la reproducción. La percepción
de la alta jerarquía católica sobre estos aspectos se traduce en normas y principios
morales rígidos que operan como un poderoso dispositivo para mantener las
condiciones de subordinación y de desigualdad social de las mujeres, pero estos han
estado plagados de hipocresía y doble moral pues si bien se ha sabido estos son los
primeros en realizar ese tipo de practicas pues hay datos confiables y evidencias de que
los practicaban o practican en los conventos.

Es un tema demasiado escabroso pues si bien podría parecer algo horroroso, es un


derecho a la vida y cuerpo de la mujer, pues creo que es mejor hacer eso a tiempo que
traer una vida a este mundo actual, en donde pueda tener carencias de todo tipo y para
mi eso es mas cruel e inhumano que el aborto a tiempo, pues nadie más cargaría con
esa enorme responsabilidad de traer una vida, educarla y crecerla.

Por los argumentos que dio en clase, lo visto y sabido durante años, desde adolescente,
mi manera de pensar en cuanto al aborto, nunca lo he visto como algo malo y triste, o
como algo inmoral pero necesario. Prefiero en cambio que el relato se convierta en algo
normal, común y que hace a la vida reproductiva de las mujeres hoy, mañana, ayer y
siempre desde que la mujer es mujer. Legal o ilegal, la mujer apela al aborto cuando no
puede seguir adelante con ese embarazo. Por ello el aborto debe ser considerado como
una parte importante del cuidado de la salud en general y reproductiva en particular.
Tener hijos o tener abortos forma parte de la biografía de las mujeres y no le cabe a la
medicina o a las leyes decidir cuándo darles la espalda.
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El aborto forma parte de la medicina reproductiva y no puede ni debe ser su antítesis. El


aborto es necesario y no es un mal sino un bien social. Aborto y maternidad van de la
mano. La libertad de ser madre implica la libertad de no serlo.

Pienso que la mirada sobre lo malo del aborto debe quedar atrás dando paso a una
mirada relacionada con lo razonable y lo aceptable. Es por ello que el acceso al aborto
legal, seguro y gratuito es un bien social necesario para el desarrollo y el desempeño de
la mujer en la sociedad. Aborto es libertad reproductiva, responsabilidad, tolerancia y
autonomía personal. Así es como pienso que entre todos se pueda sacar al aborto de su
lugar sórdido y escondido de la sociedad, para considerarlo en cambio como un evento
propio del comportamiento sexual y reproductivo.

Si hay derecho a tener hijos, entonces creo que debe existir sin falta el mismo derecho
para no tener hijos. Se debe buscar la armonización moral entre los conceptos de tener
y no tener hijos y no privilegiar a uno sobre el otro. Sobre todo teniendo en cuenta que
tener un aborto no es menos peligroso que tener un hijo, salvo cuando el aborto es
ilegal.

Una sociedad democrática no puede definirse como tal si una mujer no es libre de
decidir su futuro reproductivo y cuándo quiere ser madre. La búsqueda de la igualdad de
género se basa en igualdad de oportunidades. La maternidad forzada y aún la deseada
desequilibran esta ecuación. Para que la mujer pueda desempeñarse en la vida pública
y no sea confinada a los cuidados del hogar y la maternidad es necesario que el aborto
sea legal, seguro y gratuito. Por ello el aborto es un bien social para mí y siempre lo he
pensado y lo pensare.

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