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Privilegio Dptvo Educación Física Escolar Colombia - 18P

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1

Aportes a una crítica del privilegio deportivo de la

Educación física escolar en Colombia

Néstor Alonso Sánchez C.1

RESUMEN

Se trata de un cuestionamiento al privilegio deportivo en la selección de


contenidos de la educación física escolar en Colombia. Se da a demostrar,
consecuentemente, la existencia de una amplia gama de prácticas corporales
actuales y de tiempos anteriores en la cultura nacional y en otras culturas.
Propende por tratar al cuerpo en términos de condición simbólica y en este
sentido, se corresponde con lo propio del ser humano: el lenguaje. Invita a
fortalecer el saber de la formación del profesional de la educación física con el
propósito de ampliar su condición crítica frente a los embates del mercado y los
medios masivos de comunicación contra la dignidad humana operados en “virtud”
del cuerpo. Finalmente, propone un conjunto de proyectos a realizar a favor del
fortalecimiento del saber del profesional de la educación del cuerpo.

RESUMEN

Se trata de um cuestionamiento ao privilegio deportivo na selección de


contenidos da educación física escolar en Colombia. Se da demostrar,
consecuentemente, a existência de uma amplitude gama de práticas corporais e
atuais de tempos anteriores na cultura nacional e outras culturas. Propender por
tratar todos os aspectos da condição simbólica e en el sentido se corresponde con
propio del ser humano: el lenguaje. Invita a sabre da formação do professor da
educação física com a finalidade de ampliar a sua relação com as empresas do
mercado e os meios de comunicação sobre a dignidade humana operados em
“virtudes” do mundo. Finalmente, proponho de um conjunto de projetos a favor do
fortalecimento do saber do professor da educação do corpo.

1
Profesor del Instituto de Educación y Pedagogía de la Universidad del Valle.
2

ABSTRACT

It is a challenge to sport privilege in selecting content of school physical


education in Colombia. It is given to demonstrate, consequently, the existence of a
wide range of body practices current and previous times in the national culture and
other cultures. It tends to treat the body in terms of symbolic condition and in this
sense; it corresponds to what is proper human being: language. Invite to
strengthen the knowledge of professional training of physical education in order to
expand their critical condition against the attacks of the market and the mass
media against human dignity operated in "virtue" of the body. Finally, it proposes a
set of projects to be undertaken in favor of strengthening the knowledge of
professional education body.

PALABRAS CLAVES

Privilegio deportivo – Contenidos de la educación física escolar – Cultura -


Prácticas corporales.

PALAVRAS CHAVES

Privilégio Esportivo - Conteúdo da educação física escolar - Cultura - Práticas


corporais.

KEYWORDS

Sports privilege - Contents of school physical education - Culture - body practices.


3

La educación física escolar colombiana y el privilegio deportivo

Hay una conjetura aceptada comúnmente en los espacios académicos desde


la que tal vez sea posible partir para acometer una reflexión acerca de la
educación y, particularmente, de la educación física. Consiste ésta en afirmar que
la identidad de los individuos se corresponde con la construcción social, cultural e
histórica que se haga de la misma. Ello no obliga a “ser iguales” pero sí a aceptar
que tal referente obliga un nivel de respuesta individual en el que esta se
constituye y que, en todo caso, tal identidad, afirma una suerte de imagen
corporal, una formación del individuo que se evidencia en el cuerpo de aquel o
aquella que se educa (Giles, 2008: 3).

Podemos decir, en consecuencia, que el cuerpo que le co-responde a cada


persona, es correlato del cuerpo social y cultural que históricamente se ha
construido. Cada individuo, según lo dicho, le responde a su valoración,
significado y sentido. Siendo así, el cuerpo del sujeto es derivado del cuerpo que
se propone en dicho ámbito o lo que tal vez sea, si no lo mismo, una
representación muy cercana (Bourdieu, 1986: 184). Aclaremos – ya que
nombramos la palabra - que la idea de representación más que aspirar a una
apariencia descriptiva, trata de una apuesta didáctica, comunicativa, si se quiere,
puesto que el cuerpo que se arma lo definen múltiples fuerzas existentes en las
relaciones sociales y éstas operan en términos prácticos sobre cada una; al decir
al modo de Foucault “el poder atraviesa los cuerpos” y no solo los atraviesa sino
que el conjunto de estas fuerzas, le definen sus caracteres generales y
particulares (Foucault, 1979: 182). Tal conjetura, podría derivar por lo menos dos
ideas: una, “toda educación implica una educación corporal”, en tanto toda
educación (todas sus fuerzas) “pasa por el cuerpo”, marca al cuerpo, le asigna al
individuo un carácter particular: un cuerpo, de un modo tal, que le permite afirmar
que ese cuerpo marcado de ese modo, es el suyo y no el de otro. Si así se
aceptara, la presencia de otro individuo conseguiría proponer, necesariamente,
una diferencia: el otro, lo otro. El cuerpo otro, el cuerpo del otro.
4

Dice Giles (2008):

“La Educación Corporal admite que si bien son su soporte


material, el organismo vivo y el sistema nervioso no alcanzan para
hacer un cuerpo. El cuerpo se construye en relación a otros y con
otros portadores de lenguaje que inscriben con palabras las
significaciones necesarias que habilitan la construcción del cuerpo.
Es decir, que no reconocemos nuestro cuerpo como propio y
unificado por efecto de la maduración de nuestro sistema nervioso, lo
cual permitiría una percepción cada vez más ajustada del mismo,
sino a partir de la imagen que nos devuelven otros y a partir de la
cual reconocemos nuestro cuerpo como propio, diferente del de los
demás y, al mismo tiempo, semejante” (Pág. 3).

Y, segunda: probablemente “Un razonamiento como el mencionado, sea la


condición de posibilidad de la que se ha proveído la escuela para inventar una
materia de estudios denominada educación física” (Pedraz, 2006: 222). De allí que
la experiencia corporal, permita establecer en cada encuentro con algún otro una
potencia para favorecer la educación, en la medida que el otro propone otra
mirada, otra intelección, otros razonamientos, esto es: una alteridad (Sánchez,
2012: 15)

La ventaja, entonces, de encontrarse con otro, acarrearía descubrir otra


cultura, otros saberes, otras sensaciones, etcétera. (Larrosa, 2002: 81) Y, si a
cambio de aceptar en tal encuentro lo otro del otro, la pretensión consistiera en
encontrar la igualdad con lo mismo que le aporta su identidad, no habría,
consecuentemente, una educación, un crecimiento cultural, sino una reducción de
la diferencia a la igualdad, a la misma identidad, a la misma cultura (Larrosa, 2002:
70)

Esa es la preocupación que - intuimos - ha llevado a los pedagogos


contemporáneos a interrogar la educación masiva y por lo tanto a toda búsqueda
de homogenización (Cosso, M.J.: 24). De tal cuestión o crítica, se propone asir
5

esta reflexión en relación con la educación física que promueve la educación


escolar colombiana.

En virtud de lo mencionado, quizás uno de los asuntos más polémicos de la


educación física en tanto “materia escolar” –según la denominación de John
Dewey (1959)- sea la definición de los “contenidos de enseñanza” (pág. 30), es
decir, de aquel saber que según el criterio del maestro o de un grupo de maestros
constituido o de un grupo de maestro-s y estudiantes (puede ser) a partir de un
acuerdo, se decida departir, impartir o compartir, en la medida que lo consideren
justo y a favor de la potenciación de las capacidades individuales de un estudiante
o de un grupo de ellos y ellas. El asunto es polémico por lo restringido y, sobre
todo, por la dificultad que los mismos profesionales de la educación física, amén
de otros intereses, no necesariamente científicos, también profesionales o
educativos (Vasco, 1990: 3), le han impuesto a la educación física para pensar
una opción más amplia o por lo menos para intentar la cuestión de aquella que
han privilegiado: el deporte.

¿Y de qué trata esta restricción? ¿Acaso la educación física puede tener una
mejor oferta que el deporte? ¿Y si es así, de qué trata entonces la educación
física? ¿Qué es lo que estudia? ¿Cuál es su ámbito de preocupaciones? ¿Habrá
alguna cultura constituida en la tradición del pensamiento de los seres humanos y
todo aquello que ha hecho en su devenir, que promueva una educación del
cuerpo, diferente de aquella que hoy hegemoniza? ¿Por qué la supremacía de la
cultura deportiva y la exclusión de otras? (Pedraz, 2006: 227)

El conjunto de preguntas referido, y quizá de otras tantas que se puedan


hilvanar, apunta a poner en cuestión la opción del deporte. Evidentemente, en la
educación física que se enseña en la escuela colombiana donde se ha generado
un área de estudios Obligatoria y Fundamental (Ley 115, artículo 23) denominada
Educación física, Recreación y Deportes (y muy seguramente en la escuela de
otros países), se ha optado por un privilegio llevado hasta la obsesión de asumir
que la cultura corporal se circunscribe al limitado terreno de una y solo una
práctica corporal y, consecuentemente, ha asumido la exclusión de otras mil – por
6

utilizar una metáfora Borgesiana - que se han generado a través de las culturas
humanas con el ánimo de ritualizar y sobre todo de potenciar aquello que es, por
definición, propio del ser humano: el lenguaje (Sauret, M.J. 1995: 1).

En efecto, si se hace un examen riguroso, es posible observar, gracias a los


estudios (Acuña D., A. 2001: 42), la infinita gama de prácticas corporales que han
inventado los grupos sociales en virtud de sus culturas ligadas, no solo a la ciencia
y la tecnología, también a opciones filosóficas, estéticas y correspondientes a
saberes no clasificados en la perspectiva occidentalista, centro-europea por la que
nos “hemos” definido, en correspondencia con luchas perdidas a través de
diversos holocaustos o como lo diría Foucault (1992) en las guerras de razas
(pág. 192) tales como el denominado descubrimiento de América o la imposición
que hace de sus fuerzas, lo que otros autores llaman hoy, el imperio. (Hardt y
Negri. 2000)

El cuerpo de otras culturas

“Vosotros (los europeos) creéis que la


verdad es siempre solemne, que la alegría
es frívola y que la danza y el canto son
incompatibles con la educación
científica. Errores puritanos que todavía
perduran después de muerto el
puritanismo. Para mí, todos esos aspectos
se ensamblan entre sí, pues cada uno
expresa el ritmo y la alegría de la vida, la
diosa que canta y llora en cada gota de
rocío, en cada brizna de hierba, en cada
pensamiento y acción de nuestra vida. Eso
es lo que puede enseñar la India a vuestra
humanidad: que el primero y el último de
los deberes es la realización consigo
mismo, y eso se traduce en alegría, danza
y éxtasis.”
(Rabindranath Tagore. Encuentro con
Mircea Eliade en Shantiniketan, marzo de
1930
Mircea Eliade. “La India” Ed. Herder.
Barcelona 1997, pág. 218).
7

Ciertamente, es muy poco lo que se conoce en el ámbito de la educación


física acerca de, por ejemplo, el thai-chí, el yoga, el kathakali hindú, aunque en las
ciudades y a través de los mass-media se venga ofertando como un consumo
alternativo a los ideales del cuerpo que los medios masivos de comunicación
promueven en el formato del deporte, no necesariamente referido al antagonismo
de los jugadores pues aquí no se juega, sino a la competencia por tener mejor
salud, mejor cuerpo, más juventud, entre otros argumentos (Fajardo, J.A. 2009:
44). En tal sentido - el sentido consumista - la opción es flexible, le da la
posibilidad a todos de entrar en él, pero opera distinto, ya lo dijimos, atraviesa los
cuerpos de todos, se trata del poder; al respecto, en ese ya clásico libro crítico de
la modernidad llamado La Era del Vacío, (Lipovetsky, G. 1986) muestra como
todas las propuestas de flexibilidad son más que una apertura a la diferencia, una
pretensión del mercado que trata de ajustar los diferentes caracteres del deseo y
satisfacerlos con un producto determinado, uno para cada uno, pero el consumo
para todos (pág. 7); esta pista, posiblemente nos sugiera interrogar las ideas de
flexibilidad o flexibilización que hoy proponen los curricularistas y asesores del
Ministerio de Educación Nacional para diversificar el mercado de la formación
profesional.

Mucho menos, las propuestas alternativas en la educación física escolar,


establecen alguna cercanía a los juegos y rituales corporales que, cotidianamente
se realizan en la casa, en la cuidad, en el trabajo y en los lugares especializados
para hablar (o hacer) del cuerpo o con el cuerpo y, tan alejadas como decir que
se han pasado al olvido aquellas prácticas corporales que otrora realizaron las
culturas precolombinas (Plan de desarrollo 2008-2011.Departamento de Nariño,
Guachucal), puesto que no se trata de una especie de chauvinismo o
nacionalismo - elecciones que desde sus inicios ha asumido el deporte e incluso
resuelto hasta la promoción del asesinato y otros crímenes -, (Tamburrini, 1997)
tampoco se trata de aceptar como definitivo el hecho de la renuncia a lo que
producimos a diario como cultura con el cuerpo y entorno de este, ni a los valores
expoliados, saqueados y colonizados en nombre del “encuentro con otro mundo”
y de la sometida ilusión de haber sido descubiertos.
8

Sería muy importante que los niños y jóvenes se apropiaran de una idea del
cuerpo que los conmine a su cultivo estético, mucho más allá de la sosa idea de la
bonitura, de la apariencia atlética en el sentido de la hipertrofia muscular y del
mercado quirúrgico estético (Elliott, 2011) y mucho más allá también, de una
suerte de regreso al naturalismo aliado a ideologías machistas y paralelo a los
formatos de las gimnasias militares norteamericanas y europeas que hoy se
solazan en la idea o el ideal de Rambo, Robocop o de un transformer policivo, los
hombres y de una Barbie, las mujeres o de cualquier índole que ofrezca el ideal de
consumo y modernidad (Carrasco, R. s/f.: 8-9). (Levin, E. s/f: 1).

Se trataría, quizá, de suscitar una reflexión respecto de la condición


simbólica del cuerpo, no solo porque se constituye en un símbolo de referencia
individual de marca social y cultural (García, 1999: 223), “un significante para otro
significante” (Lacán, J. 1962: 1) sino porque cada una de sus posibles acciones
consiste en una condición expresiva codificable, esto es, constituida de un
acuerdo más o menos explícito por los integrantes de grupos sociales específicos,
elaborada desde la más sencilla y rotunda justificación como cuando se asiente o
se niega con la cabeza, hasta las complejidades que logran concebir las artes
escénicas, danzarías (Sánchez, 2012: 12) o los rituales de sanción que en
Colombia se pueden ilustrar con las prácticas de castigo jurídico que hacen
algunas comunidades indígenas en número de latigazos que merece el infractor
que, siendo actuales, son vistas como primitivas o la plétora de juegos que
despliegan los amigos y los amantes para la entretención, de la risa o de la
seducción, en fin.

¿De qué manera el profesional de la educación física está retomando las


practicas corporales, esto es, culturales de la sociedad en la que vive y de otras
existentes en la historia, para enceguecer tanto la mirada y restringir
cuantiosamente el pensamiento hasta el extremo de llegar a una conjetura
definida axiomáticamente, en la que las culturas corporales, las gimnasias, los
juegos, las fiestas, los carnavales y un extenso mar de rituales corporales, hayan
constreñido su visión a enfocarse en una educación física que cada vez es
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menos educación y de física solo acude a tres leyes newtonianas en función de lo


que hoy una mansa y encauzada ideología, ha dado en llamar deporte escolar?
(Pedraz, 2006: 227 )

He aquí nuestra cuestión ¿Será posible pensar una materia de enseñanza


llamada educación física (Educación física, recreación y deportes), capaz de
asumir la oferta de una amplia opción de prácticas corporales que posiblemente
redunden en la formación de un sujeto autónomo, es decir, capaz de pensar por sí
mismo, de ampliar su horizonte comunicativo y de cuestionar toda opresión en
una época en la que las complejidades biológicas, económicas, políticas,
ecológicas, sociales y culturales están reclamando mayor equipamiento en favor
de una idea de la humanidad para nuestros niños, jóvenes, hombres y mujeres del
siglo XXI de una región determinada? (Morín, 1999.) Es decir, pensando un
proyecto que pueda constituir una comunidad contextualizada social y
culturalmente, capaz de encontrarse con las comunidades que definen otras
regiones del mundo.

Más aún: ¡Somos profesionales! Pero serlo lo define un saber, un conjunto


de conocimientos, no un cargo, ni un empleo, sino el saber implementado en el
lugar que ocupemos en la vida, así sea el lugar de quien no ha sido vinculado a un
empleo en una institución o una empresa. Es un saber respaldado por la
institución universitaria, un saber que, en tanto tiene conceptos sopesados por las
comunidades académicas locales, nacionales e internacionales, adquiere
capacidad de transformación o, lo que es lo mismo, se constituye en criterios
puesto que un criterio es un concepto con capacidad crítica; (Chacón, 2006: 340)
de allí que sea extraño que a un profesional de la educación física no le sea
posible desde su lugar, poner en cuestión el uso que se hace del cuerpo de los
niños desde recién nacidos para vender pañales, cremas, juguetes, lociones,
etcétera (Jean Marie Brohm, en: Revista Partisans “Dossier, Cuerpo contra poder”
s/f) o las invenciones que se hacen de los niños mayores respecto de todo lo que
deben consumir y la característica que desde el cuerpo se le otorga al niño y ni
que decir, del lugar excesivamente manoseador hasta la violación de la dignidad,
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que se hace del cuerpo de la mujer a través de los medios masivos de


comunicación. (Herrera, (s/f).) ¿Cómo es posible que desde nuestra profesión no
haya pronunciamientos al respecto? ¿Por qué razón no es fuerte una crítica, si
supuestamente, somos los críticos porque tenemos concepto y capacidad de
renovación del statu quo asignado al cuerpo de las personas de nuestra región, si
somos aquellos que ostentan una profesión que dispone un saber que se dispone
respecto de la vida? (Foucault, 2002) Capacidad crítica no es, sino, sostén
académico, apertura del pensamiento, búsqueda de renovación. Requerimos,
entonces, pensar la novedad y dejar de castigar la crítica porque ésta ha sido
señalada con letra escarlata, como una postura negativa “no sea crítico” - nos
dicen - en donde ser crítico ha implicado ser negativo, “no sea negativo” - insisten-
y cuando decimos criterio también significamos con ello, renovación; estamos
pensando en asumir la cuestión a cambio de salvarla, es decir, plantear a modo
de intuición, derivada de nuestra reflexión, un conjunto de proyectos; estos son:

Los proyectos

- Una historia de las prácticas corporales (P.P.C.C). Estudio que obligaría


a deconstruir el concepto mismo de práctica corporal con el propósito de
sacarlo del lugar común, de quitarle el rostro neutro que se le pretende
adjudicar, de interrogarle sus apariencias naturales, de cuestionarle su
presencia normal y su apuesta normalizadora que le convierte en
instrumento o medio proveedor de una calidad de vida administradora de la
vida y censuradora de toda vitalidad y erotismo.
- Una descripción (a través de herramientas de la etnografía y de la
literatura como el relato) de las prácticas corporales contemporáneas
en el contexto colombiano. Sería importante considerar, en primera
instancia, unos ámbitos donde se realizan las P.P.C.C:
La casa como lugar de habitación; sitio donde se constituye y refuerza la
moral, lugar de los cuidados y alistamiento para resolver la vida cotidiana -
la morada -. (Barcia, 1967).
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El espacio laboral y las determinaciones que se le infringen al cuerpo. La


ciudad y las maneras como los ciudadanos se apropian o desprecian
corporalmente en el espacio público.
La escuela como aparato cuya complejidad asigna al cuerpo caracteres y
funciones específicas, incluso le prepara los sitios que en la misma ha de
ocupar y hasta el mobiliario y el atuendo de uso diario o especial.
El sitio especializado (gimnasios, salas de aeróbicos, calles o avenidas
institucionalizadas para el cultivo corporal de los ciudadanos, las familias,
los amigos y las mascotas); territorio donde se hace explícitamente un
trabajo sobre el cuerpo.
La clínica. Área en la que se modifican y arreglan a capricho o por
obligación sanitaria los cuerpos.
El circo; terreno donde el cuerpo es objeto del espectáculo.
El anfiteatro; local donde son tratados los cuerpos de los muertos para la
investigación forense o médica y también donde se les prepara para el ritual
funerario.
El mercado y la publicidad; esferas en donde los cuerpos son medio de
seducción al negocio.
El prostíbulo; local donde se ejerce el negocio del cuerpo, su explotación,
en función del disfrute sexual.
La cárcel; recinto, quizás mancha, a donde se priva de la libertad y se
reprime al delincuente.
Las tecnologías digitales y del internet; zona donde se procede en favor del
aislamiento corporal en nombre de la participación en las redes sociales, de
las búsquedas de imágenes corporales ajustadas a modelos determinados
por los consumos de los mercados y en función de comunicaciones sin
sujetos; pero también donde se proponen alternativas a las
institucionalizaciones que del cuerpo de las personas, va definiendo cada
sociedad en el trámite de una pretendida globalización que cada vez más,
es desenmascarada. (Gómez Z y González M, 2007: 259 En: Políticas y
estéticas del cuerpo en América Latina, Compiladora Zandra Pedraza G.)
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- Y un proyecto que indague, a fondo, el saber de la formación


profesional que se agencia a través de los programas académicos
universitarios en el país. Se trataría de un estudio descriptivo del campo
de saber que pondría en evidencia, muy seguramente, las características
de unas verdades y sus modos de operación, esto es, los mecanismos de
saber - poder- del cuerpo que dispone, como quien emplaza un cuerpo o
unos cuerpos o, para mejor decirlo en términos de los conceptos sugeridos
en esta propuesta: una práctica corporal. (Sánchez, S/e)

Las investigaciones referidas a la descripción de las prácticas corporales,


pueden recurrir a herramientas que no han explorado los investigadores de la
educación física; a cambio, éstas, entre las que se encuentran los conceptos, han
sido producidas particularmente por las experiencias artísticas en función de
cualificar las posibilidades expresivas del ser humano. Tenemos, por ejemplo, los
lenguajes gestuales, kinésicos y proxémicos.

Los primeros, consisten en los estudios que demuestran todo el recurso que
la condición humana ha desplegado para ampliar y complementar sus argumentos
verbales (Gallo, 2012: 835)

En efecto, permanentemente hay frente a la exposición hablada verbal u


oralmente, un conjunto de movimientos de las manos y las demás partes del
cuerpo y, sobre todo, de la cara, se trata de los gestos, muchos de ellos
codificados socialmente y otros que ganan sentido y significación en el momento
de ser producidos, esto es, contextualmente (Gallo, 2012: 836 ). El lenguaje
kinésico, trata de aquel cuyo fundamento expresivo es el movimiento del cuerpo
en el espacio y en los distintos niveles que el cuerpo ocupa en éste (alto: de pie,
medio: agachado, bajo: acostado) (Gallo, 2012: 838) En cuanto al lenguaje
proxémico trata de aquel discurso que producimos los humanos (y quizá se pueda
reconocer cierto avance en el estudio de los animales) ocupando con el cuerpo los
distintos espacios, individualmente o en grupo y como en todos los casos del
lenguaje, considerando los matices contextuales; se entenderá de aquí que,
cuando el personaje de una obra teatral está en el centro y en la parte de adelante
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del escenario, la sola ocupación de su cuerpo en el espacio, está diciendo que se


dirige al público si lo ve de frente; si está de espalda, se dirige a lo más hondo del
espacio escénico o lanza una ironía, también, para el público; muy distinto es el
caso en el que el personaje se encuentra en un rincón al fondo del escenario: al
centro, a un lado, etcétera. (París, 2014: 89)

De estos lenguajes que habla el cuerpo, aquello que entendemos con la


apariencia física de cada uno, que aún la educación física no ha explorado y
cuando lo ha hecho ha sido para funciones contrarias a las expresivas, se ha
tratado de demostrar cómo, quien dirige al grupo, tiene capacidad para someter a
cada uno de los dirigidos hasta el extremo de no permitirles hablar sino lo que él
autoriza, tal cual lo vemos en las revistas gimnásticas o en las formaciones
militares, por citar dos ejemplos.

Pero habíamos dicho que se trataba de la exploración expresiva del cuerpo


de los seres humanos desde lugares específicos; esto es, ubicados social,
cultural, políticamente, etcétera. Indagar por esta expresividad, es un imperativo
para aquel que se preocupa por educar el cuerpo.

De otro lado ¿Cómo han educado el cuerpo en otras culturas? ¿Cuáles de


las educaciones del cuerpo son realizadas contemporáneamente y qué posibles
cuestiones les podemos hacer? En conclusión, ¿no les parece extraño que un
profesional de la educación del cuerpo no sepa cuál es la utilización o cuáles son
los usos del cuerpo y las invenciones del cuerpo en la que circunscribe su
quehacer? y volviendo al punto de partida, ¿no les parece extraño que el deporte
sea la única opción digna de pensar en los procesos de educación nacional?
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 http://www.eps-salud.com.ar/Barbies.htm
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