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Lectura tomada y adaptada de Papalia, D. (2009).

Cómo estudian el comportamiento los


psicólogos. En Papalia, D. (2009), Psicología. Bachillerato (pp. 19-28). Mc Graw Hill.

Cómo estudian el comportamiento los psicólogos

En esta lectura conoceremos las técnicas más importantes de investigación


empleadas por los psicólogos contemporáneos, examinaremos sus ventajas e
inconvenientes y cómo contribuyen a una mejor comprensión del humano.
Hablaremos de los que participan en estas investigaciones y analizaremos las
cuestiones éticas que surgen al llevar a cabo estos estudios.

Antes de que un investigador emprenda un proyecto determinado, deberá plantear


una teoría tentativa para explicar un comportamiento concreto. Basándose en esta
teoría, el investigador generará una o varias hipótesis. Una hipótesis es una
conjetura, un pronóstico sobre los resultados del estudio. El investigador comprueba
estas hipótesis realizando una investigación, recopila sistemática y objetivamente
los datos. Los datos representan la información recopilada, un conjunto de hechos
(como las puntuaciones en las pruebas). Después el investigador los interpreta al
analizarlos, utiliza diversas técnicas estadísticas. A menudo los investigadores
modifican considerablemente sus teorías originales a medida que la investigación
las va refutando. Teorizar es una parte importante de este proceso, ya que las
teorías proporcionan un armazón para organizar los descubrimientos de las
investigaciones y acoplarnos en nuestro estado general de conocimientos.

A medida que te familiarices con el uso de estas técnicas, vas a adquirir un


saludable escepticismo que los científicos cuidadosos mantienen tanto al analizar
los resultados de sus propios estudios como los de los demás. Por ejemplo, serás
capaz de leer un artículo sobre “un impresionante descubrimiento” y preguntarte:
“¿Se realizó este experimento de forma rigurosa? ¿Hubo suficientes pruebas para
atreverse a dar una conclusión general? ¿Son claros o ambiguos los
descubrimientos? ¿Existen otras explicaciones posibles, además de las que
ofrecieron los investigadores?”. Un elemento fundamental en cualquier
investigación es el modo de ser de las personas o animales estudiados.
Muestreo

Ya que generalmente es imposible investigar a todos los miembros de un grupo


(llamado población) que un psicólogo quiere estudiar, como todos los niños de
hogares desfavorecidos o todos los graduados universitarios del año 1989, los
investigadores seleccionan subgrupos o muestras de estas poblaciones. Su objetivo
es conseguir una muestra lo suficientemente grande como para ser representativa
de la población, pero también lo suficientemente pequeña para que sea manejable
en una investigación. La selección de una muestra debe ser estudiada con
detenimiento. Por ejemplo, si el investigador necesita una muestra de todas las
personas de más de setenta años en Estados Unidos, no deberá elegir a todos los
individuos de Florida, sino buscar de diferentes lugares de todo el país. Tal vez
intentará conseguir una mezcla de habitantes de lugares urbanos y rurales de
diferentes orígenes raciales y étnicos, tanto de uno como de otro sexo, así como de
casados y solteros.

Probablemente es preferible una muestra al azar, en la que cada miembro de la


población tiene la misma oportunidad de ser elegido. Esta elección se hace a veces
tomando uno de cada diez nombres del directorio telefónico (en cuyo caso se limita
la población que vive en casas particulares y con teléfono), de la lista de parejas
que acaban de pedir licencia para casarse o de la lista de estudiantes de primer año
de una universidad determinada. Otra manera de conseguir una muestra al azar
sería poner todos los nombres de la población en cuestión en papelitos individuales
para después meter todos los papelitos en un recipiente y, tras agitarlos, elegir una
quinta parte de estos.

La muestra es más fiable si es estratificada, es decir, cuando esté compuesta por


una representación proporcional de las características más importantes
encontradas en la población completa. Por ejemplo, en una investigación sobre las
actitudes y comportamientos sexuales de los ancianos, tal vez prefieras que la
muestra refleje la misma proporción de hombres y mujeres, de habitantes de zonas
urbanas y rurales y de personas casadas y solteras que existe en la población
entera.

Investigación básica y aplicada

Puede que un psicólogo se pregunte: “¿cómo aprende la gente?”, mientras otro


quiera saber: ¿Cómo podemos ayudar a que los niños retrasados aprendan a cuidar
de sí mismos?” “Que aquél desee conocer cuál es la causa de la agresividad,
mientras que éste se pregunte: “¿Cómo podemos disminuir los enfrentamientos
entre pandillas en las calles de nuestras ciudades?” En ambos casos las preguntas
del primer científico se mueven hacia la investigación básica o pura, mientras las
del segundo están relacionadas con la investigación aplicada, o práctica. Las dos
orientaciones se complementan. Los psicólogos que hacen investigación básica
buscan respuestas que aumentan el caudal total de conocimientos humano. Aunque
no se refieran a un problema practico inmediato, los resultados de su trabajo se
utilizarán para diversas cuestiones. Mientras el investigador básico nos dice qué es
lo que les gusta mirar a los bebés, el investigador aplicado utiliza estos
descubrimientos para crear juguetes multicolores que puedan ser colgados sobre
las cunas de los bebés.

Métodos de investigación

Las técnicas sistemáticas y objetivas que utilizan los psicólogos tienen sus ventajas
e inconvenientes. Cada uno de los siguientes métodos ha contribuido a la
comprensión del comportamiento humano. Conforme expongamos brevemente
cada uno de ellos, constataremos el lugar que han ocupado en la ciencia de la
psicología.

Historia de casos

Se pueden estudiar casos particulares, como por ejemplo el de Genie (no es su


nombre real), quien a la edad de trece años no sabía hablar, porque desde los veinte
meses había estado encerrada en una habitación pequeña sin hablar con nadie.
Uno de los psicólogos que trabajo con Genie durante los nueve años posteriores a
su descubrimiento escribió un informe detallado de los progresos que hizo con
respecto al aprendizaje del lenguaje, al modo de relacionarse con el personal del
hospital y otros aspectos de su desarrollo (Curtiss, 1977). El libro sobre Genie, que
fue el resultado de este informe, ha dado luz sobre cómo aprende a hablar la gente.
Éste es un ejemplo de la historia de casos o el estudio de casos, método mediante
el cual se reúne información extensa sobre una persona o unas pocas personas.
Este método es en especial útil en situaciones clínicas, cuando necesitamos
información para decidir qué terapia debemos aplicar a un individuo determinado.

Encuestas

Cuando los psicólogos necesitan información sobre un grupo grande de personas,


no utilizan el método de estudio de casos, pues no es válido generalizar las
experiencias de una persona. Entonces se inclinan por los métodos de encuestas,
como cuestionarios y entrevistas.

Cuestionarios

Los investigadores pueden diseñar un cuestionario en concreto, aplicándolo a una


muestra al azar de la población que quieran estudiar. Al administrar un cuestionario
a una muestra de alumnas de Universidad de Wisconsin, en Madison, nos
podríamos informar sobre sus preferencias religiosas, sus inclinaciones políticas,
experiencias sexuales prematrimoniales, etc.; los datos podrían ser generalizados
a las estudiantes universitarias como grupo.

También podemos encontrar importantes relaciones entre dos o más cuestiones,


por ejemplo, sería posible localizar la existencia de relación entre actitudes políticas
y experiencia sexual, en caso de que las estudiantes con actitudes liberales se
mostraran sexualmente más activas. Ello nos permitiría afirmar la existencia de una
correlación entre la política liberal y la tolerancia sexual.

Una correlación se refiere a la fuerza y dirección de una relación entre dos variables.
La dirección es positiva cuando ambas variables aumentan; es negativa cuando una
variable aumenta mientras la otra disminuye. Por lo tanto, en el ejemplo anterior la
correlación sería positiva respecto a la política liberal y la tolerancia sexual y
negativa respecto a la política conservadora y la tolerancia sexual. La fuerza de la
relación se representa mediante una puntuación entre +1,0 (una correlación
perfecta y positiva) y -1,0 (una correlación perfecta y negativa) aunque el análisis
correlacional muestra una relación entre dos medidas, no nos dice nada sobre su
causa y efecto. No sabemos si una de estas variables fue la causa de la otra o si
las dos variables están relacionadas porque ambas derivan de un tercer factor.
Volveremos a tratar la relación causa-efecto cuando hablemos de los experimentos.

A pesar de que los cuestionarios pueden dar mucha información sobre un gran
número de gente en poco tiempo, tienen inconvenientes. A veces, las respuestas
son dudosas, bien por fallos de memoria, o porque los individuos que se investigan
dan contestaciones que piensan “deberían” dar. Además, no hay manera de
profundizar en una respuesta para explorar su significado o en indagar más
profundamente.

Entrevistas

Los psicólogos o entrevistadores experimentados a menudo hacen las preguntas


personalmente. Las entrevistas están estandarizadas, de manera que se hacen las
mismas preguntas a todo el mundo, aunque a veces se les pide que clarifiquen o
desarrollen más sus contestaciones. Jean Piaget, en sus entrevistas con niños,
estaba más interesado en el razonamiento subyacente de los niños que en las
propias respuestas, de forma que adaptaba cada entrevista al niño en cuestión. De
esta manera consiguió una vía de entrada a la mente de los niños y logró profundos
conocimientos sobre los procesos de su pensamiento.

Las entrevistas están sujetas a los fallos de memoria y a la deformación de las


contestaciones, sea consciente o inconscientemente. Las personas que responden
preguntas sobre un tema delicado como el sexo pueden, por ejemplo, exagerar su
ingenuidad o su experiencia. Por otro lado, las entrevistas resultan caras y
consumen mucho tiempo.
A veces se usan cuestionarios y entrevistas en una misma investigación. En una
encuesta sobre la sexualidad de los adolescentes, 411 chicos y chicas rellenaron
diversos cuestionarios, y además 200 de ellos fueron entrevistados en profundidad
(Sorensen, 1973). Combinando estos dos enfoques se consigue tanto profundidad
como amplitud.

Observación natural

Al igual que los biólogos observan las costumbres alimenticias de los apaches en
su ambiente natural, los psicólogos a menudo observan el comportamiento humano
en jardín de niños, en el metro, en bares o en cualquier otro ambiente natural
adecuado para la población y el comportamiento que se estudia. Los investigadores
realizan un registro meticuloso de sus observaciones, como grabaciones de la
comunicación entre padres y bebés, registro del número de veces que se producen
agresiones entre niños en edad preescolar o concienzudas descripciones de los
usuarios de un ascensor ante un incidente que previamente ha sido preparado.
Todos estos registros pueden ofrecernos una valiosa información sobre la actuación
de la gente en situaciones de la vida real.

Como cualquier otro método de estudio, éste también tiene sus inconvenientes. A
veces la mera presencia de un observador puede influir en el comportamiento de
las personas que se estudian. Si saben que se les observa, se comportan de
manera diferente. Los investigadores intentan solucionar este problema:
permanecen en la situación tanto tiempo como sea necesario para que las personas
se acostumbren, se esconden tras la multitud y se colocan detrás de un espejo a
través del cual pueden ver a los demás sin ser vistos. La observación puede llevar
mucho tiempo y resultar aburrida, en especial si el observador tiene que esperar a
que un comportamiento determinado ocurra para poderlo observar. Además, es
difícil para un investigador independiente verificar sus observaciones, pues es
improbable que los hechos se repitan de forma exactamente igual que en ocasiones
anteriores.
Tal vez, la mayor desventaja de la observación natural sea que el observador no
puede manipular las variables y, por tanto, no puede determinar las relaciones de
causa-efecto. Por ejemplo, si notamos que los niños que ven muchas películas
violentas por televisión manifiestan mayor agresividad, no por ello decimos que la
televisión les hace más agresivos, quizá los niños son más dados a ver este tipo de
películas.

La observación natural nos ayuda a generar hipótesis que luego probamos mediante
la experimentación.

Experimentos formales

Los experimentos formales son útiles para alcanzar los objetivos de la psicología
con respecto a entender e influir en la conducta. Como el método de correlaciones,
los experimentos están diseñados para comunicarnos algo sobre la relación entre
dos o más variables. Sin embargo, a diferencia de otros métodos de investigación,
el experimento conlleva un arreglo deliberado de las variables involucradas. Y a
diferencia del método de correlaciones, un experimento conducido cuidadosamente
le permite al investigador sacar conclusiones acerca de las relaciones causa-efecto
con mayor confiabilidad.

En los experimentos formales, las medidas cuantitativas de conducta son


comparadas en condiciones diferentes, las cuales son creadas por los
investigadores. Por ejemplo, hace aproximadamente 20 años, el psicólogo francés
Jean-Pierre Leyens condujo un experimento formal sobre los efectos de ver
películas violentas en la conducta del adolescente (Leyens y colaboradores, 1975).
Participaron en el estudio muchachos que fueron encarcelados por conducta
criminal en un centro de detención para jóvenes. Durante varios días, se
proyectaron películas violentas a la mitad de los muchachos (películas de vaqueros
y de guerra) y a la otra mitad se les proyectaron películas neutras que no contenían
manifestaciones de agresión verbal o física. Durante las dos semanas siguientes,
los muchachos que vieron películas se involucraron en más conductas agresivas
físicas y verbales que quienes vieron películas neutras.
Posteriormente, la psicóloga Wendy Josephson (1987) condujo un experimento
formal similar sobre los efectos de la violencia en los medios. En este caso, 400
muchachos de segundo y tercer grado participaron. Antes de jugar hockey, vieron
películas. La mitad vio una película muy violenta en la que un policía era asesinado
por un francotirador y los oficiales de policía cobraban venganza del francotirador y
sus colegas criminales. La otra mitad de los muchachos vio una película sin
violencia. Para incrementar el nivel de ira de los muchachos, se les frustró al
prometerles que verían también una caricatura muy ingeniosa, lo cual no fue posible
debido a que el monitor de la televisión no funcionó. Más tarde, cuando los
muchachos jugaron hockey, los observadores quienes no sabían qué películas
habían visto, contaron el número de actos de agresión física y verbal. Al igual que
en el estudio de Layens, los muchachos que habían visto la película violenta fueron
más agresivos que los otros. De este modo, el experimento de Josephson replicó el
de Leyens, incrementando nuestra confianza en sus conclusiones.

Estos dos experimentos formales sustentan la hipótesis de que ver violencia en los
medios causa violencia en la vida real (al menos en el caso de los niños quienes
desafortunadamente han sido más estudiados que las niñas). ¿Te sorprende esto?
Al final de cuentas, la mayoría de los estudiantes universitarios han visto mucha
violencia en los medios, y la mayoría jamás ha cometido un acto violento. Si la
violencia en los medios causa violencia en la vida real, ¿Por qué no te has vuelto
un criminal violento? Los dos experimentos reseñados apuntaron a esta pregunta.
En ambos estudios, los muchachos fueron divididos en dos grupos con base en sus
niveles de agresión previos al estudio, para ver si las películas violentas afectaban
más a los muchachos agresivos que a los muchachos no agresivos. En ambos
estudios, el efecto de las películas violentas fue más fuerte para los muchachos que
eran característicamente agresivos, sugiriendo que la violencia en los medios no
afecta a todo mundo de la misma forma. Es más, la violencia en los medios parece
ejercer su efecto más fuerte en los muchachos que son ya de alguna forma
agresivos.
Con el paso de los años, se han realizado muchos experimentos formales sobre
este tema, casi siempre con resultados que apoyan la hipótesis de que la violencia
en los medios causa violencia en la vida real, al menos entre muchachos con
predisposición a la violencia (Anderson y colaboradores, 2001, 2003; Anderson,
Lindsay y Bushman, 1999; Paik y Comstock, 1994). Si hay evidencia suficiente de
que ver violencia en los medios incrementa la violencia en la vida real, ¿Por qué no
hemos hecho algo para reducir la cantidad de violencia en la televisión, películas y
juegos de vídeo? Como mencioné al principio de la sección sobre métodos de
correlación, el lado científico es solo una parte del asunto. Muchos asuntos políticos,
filosóficos, legales y económicos complican el debate.

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