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Cate Compu
Cate Compu
Cate Compu
Exhortación Apostólica
Es una categoría de documento utilizado por el Papa para comunicar a la Iglesia las conclusiones a
las que llegó después de considerar las recomendaciones que le hizo algún sínodo de obispos
(episcopal).
Exhortación apostólica
CATECHESI TRADENDAE
De su santidad
Juan Pablo II
A los Obispos, Sacerdotes y a los fieles de toda la Iglesia sobre la catequesis en nuestro tiempo
INTRODUCCION
Cristo, después de resucitar y antes de regresar al Nuestro Padre Dios, dio a los apóstoles su
último mandato: hagan discípulos a todas las gentes, enseñándoles a cumplir todo lo que Él había
mandado.
Les pide anunciar a los hombres todo lo que ellos mismos habían visto, oído, contemplado y
palpado acerca de su Vida; La vida de Jesús.
Todos los esfuerzos realizados por la Iglesia, guiada por el Espíritu Santo, para ayudar a los
hombres a creer que Jesús es el Hijo de Dios muy pronto se llamó CATEQUESIS.
Al concluir el sínodo los Padres entregaron al Papa muchas proposiciones en las que expresaban el
parecer de muchos aspectos de la catequesis en la actualidad.
El objetivo primordial de la catequesis según el apóstol San Pablo es “el misterio de Cristo”; Toda
la riqueza de Cristo es para los hombres y constituye el bien de cada uno.
Descubrir en la persona de Cristo el designio eterno de Dios que se realiza en El, con el fin
de poner a la persona en INTIMIDAD CON JESUCRISTO; Solo Él puede conducirnos al amor
del Padre en el Espíritu y hacernos participes de la vida de la Santísima Trinidad.
El catequista debe tener muy en cuenta que la doctrina que transmite no es su enseñanza
propia, o la de otro maestro si no la enseñanza de Jesús, la verdad que El es.
Deberá aplicarse a sí mismo la misteriosa frase de Jesús: “mi doctrina no es mía sino del
que me ha enviado” (Jn 7 16), el ejemplo lo pone San Pablo al tratar cuestiones muy
importantes, el responde: “Yo he recibido del Señor lo que les he transmitido” (1 Cor 11,
23).
El catequista debe desprenderse de sí mismo para poder decir: ¡“Mi doctrina no es mía”!
En el evangelio se indica claramente “Jesús hizo y enseño”, “todos los días me sentaba en
el templo a enseñar”, “se fueron reuniendo junto a Él las multitudes y de nuevo según su
costumbre les enseñaba”; “y se asombraban de su enseñanza, pues enseñaba como quien
tiene autoridad” (Mt 26,55; Mc 10,1; Mc 1,22; Mt 5,2; 11,1; 13, 54…etc.)
El único Maestro
El que enseña de este modo merece a titulo único el nombre de Maestro ¡y cuantas veces
se le reconoce como tal a lo largo de todo el nuevo testamento y especialmente en los
evangelios! Jesús mismo se reconoce al decir “ustedes me llaman Maestro y Señor, y
hacen bien, porque de verdad lo soy” (Jn 13,13)
Proclama el carácter Único de su ser maestro al decir: “Uno solo es su Maestro” (Mt 23,8).
Es increíble como a lo largo de más de dos mil años, hombres de toda clase, lengua, raza y
nación, le hayan dado y le sigan dando este mismo título de Maestro.
Vive coherente; Él mismo hace lo que dice y enseña. Su vida, sus acciones y su palabra
revelan a Dios y al mismo tiempo es el ejemplo de la revelación del hombre.
Solamente en intima comunión con Él, ustedes los catequistas encontraran luz y fuerza
para la renovación autentica y deseable de la catequesis.
La imagen de Cristo que enseña junto con el mandato de “id y haced discípulos a todas las
gentes” se había impreso en la mente de los Doce y de los primeros discípulos.
Claramente Jesús les menciona “ya no los llamo siervos si no amigos porque todo lo que oí
de mi Padre se los he dado a conocer”. Ustedes ahora aceptan la tarea pero ustedes no
son los que han elegido a Jesús, es Jesús quien los ha elegido para que den fruto y su fruto
permanezca.
Los evangelios del mismo modo fueron escritos más o menos con una estructura
catequética es por ellos que llamamos:
Los Padres de la iglesia son los que recibieron directamente la enseñanza de Jesús por
medio de los Apóstoles, y ellos Presbíteros y Obispos del siglo III y IV consideraron de
mucha importancia enseñar y escribir tratados catequéticos. Sus escritos son modelos
para nosotros. Destacamos a San Agustín, San Juan Crisóstomo, San Ambrosio, San Cirilo.
Desde hace mas de dos mil años El pueblo de Dios no ha dejado de educarse en la fe
según las formas adaptadas a las distintas situaciones de los creyentes. La Catequesis está
íntimamente unida a la vida de la Iglesia, no solo en territorio o en número de fieles, sino
también en el crecimiento interior de la misma.
La catequesis ha sido un deber y derecho sagrado y duradero, incumbe a los obispos, a los
sacerdotes. Cada bautizado tiene el derecho de recibir de la Iglesia una enseñanza y
formación, que le permitan iniciar su vida verdalmente cristiana, bajo la convicción del
bautizado; pues nadie podrá ni deberá obligar a actuar en contra de su conciencia, o
impedir actuar de acuerdo a su modo de ver.
Tarea prioritaria
La catequesis tiene un importante lugar en los proyectos pastorales de la Iglesia, debe estar por
encima de otras obras e iniciativas, ya que en ella la Iglesia encuentra la consolidación de su vida
interna como comunidad de creyentes y de su actividad misionera.
La catequesis debe consagrar a su servicio los mejores recursos en hombres, mujeres, energías, sin
ahorrar esfuerzos, fatigas, materiales, para organizarla mejor y formar personal capacitado. En ello
no hay cálculo humano, sino actitud de fe dirigida a ser fiel a Dios, que nunca deja de responder.
La Iglesia entera debe sentirse responsable de la catequesis, pero cada miembro tiene
responsabilidad diferente. Los Pastores tienen a distintos niveles la MAS ALTA RESPONSABILIDAD
EN LA PROMOCION, ORIENTACION Y COORDINACION DE LA CATEQUESIS.
El Papa, tiene la responsabilidad primaria, preocupación pastoral de toda la Iglesia, los sacerdotes,
religiosos y religiosas tienen un campo privilegiado de apostolado. A otro nivel, los padres de
familia, los ministros de la Iglesia, los catequistas, etcétera, todos ellos tienen responsabilidades
muy precisas en diferentes grados.
Su finalidad será la formación de la conciencia del creyente, una formación importante para la vida
de la Iglesia que repercute en la sociedad.
La tarea es despertar en toda la Iglesia, en cada uno de sus sectores, una conciencia viva y
operante de esta responsabilidad diferenciada pero común.
La repetición rutinaria que se opone a todo cambio y la improvisación sin reflexión que afronta los
problemas con ligereza, son problemas peligrosos que hay que erradicar ya que llevan al
estancamiento, desconcierta a los catequizados y a sus padres, causa desviaciones de todo tipo,
rupturas, riñas y finalmente termina con la unidad.
Es hora que la Iglesia de pruebas de sabiduría, valentía y fidelidad evangélicas, abriendo caminos y
perspectivas nuevas para la enseñanza catequética.
III
La catequesis se articula con elementos de la misión pastoral de Iglesia sin confundirse con ellos,
va de la mano con el primer anuncio del evangelio “kerigma”, con la celebración de los
sacramentos, integración de la comunidad, testimonio apostólico y misionero.
La evangelización cuya finalidad es anunciar la buena nueva a toda la humanidad para que viva de
ella, tiene momentos esenciales y diferentes que es necesario abarcar en un solo momento. La
catequesis es uno de esos momentos, presente en el proceso total de la evangelización.
Catequesis y primer anuncio del evangelio
Catequesis y sacramentos
La catequesis está totalmente unida a los sacramentos y a toda acción litúrgica, porque es en los
sacramentos y aun más en la Eucaristía donde Jesucristo actúa en plenitud para la transformación
de los hombres.
Una forma de catequesis es la que prepara a los sacramentos y toda catequesis conduce a los
sacramentos de la fe. Otra forma es que toda la practica autentica de los sacramentos tiene
aspecto catequético, no se puede vivir plenamente un sacramento si no tenemos un conocimiento
profundo y serio de su significado, y la catequesis seria puramente intelectual si no se vive en la
práctica sacramental.
La catequesis tiene una intima unión con la acción responsable de la Iglesia, todo aquel que se ha
adherido a Jesucristo por la fe y se esfuerza por consolidar esta fe mediante la catequesis, tiene la
necesidad de vivirla en comunión con aquellos que han dado el mismo paso. Por eso la comunidad
tiene la responsabilidad de atender a la formación de sus miembros y acogerlos en un ambiente
donde puedan vivir con mayor plenitud posible lo que han aprendido.
Los cristianos deberán tener el interés de trasmitir su fe a sus hijos, a la comunidad, dando
testimonio fielmente de Jesús por medio del servicio.
La catequesis es tan necesaria para la madurez de la fe de los cristianos como para su testimonio
en el mundo. Quiere conducir a los cristianos en la unidad de la fe y en el conocimiento del Hijo de
Dios y a formar un hombre perfecto, maduro, que sea otro Cristo, que sepa dar razón de su
esperanza a todos los que le pidan una explicación.
IV
BROTA DE LA FUENTE
La fuente
La catequesis siempre extraerá su contenido de la fuente viva de la Palabra de Dios, transmitida
mediante la Sagrada Tradición y las Sagradas Escrituras. La catequesis tiene que estar impregnada
por el pensamiento, el espíritu, actitudes bíblicas y evangélicas.
Cuanto más se lean los textos con la inteligencia y corazón de la Iglesia y se reflexionen será más
rica y eficaz la catequesis. La enseñanza, la liturgia y la vida de la Iglesia surgen de esta fuente y
conducen hacia ella, bajo la dirección de los Pastores y del Magisterio Doctrinal que el Señor les
ha confiado.
Elementos a no olvidar
La historia de los hombres, con gracia y pecado, con su grandeza y miseria, es tomada por Dios en
Jesucristo su Hijo, y ofrece una vida nueva, un ser o existir en Cristo, una vida en este mundo
según las bienaventuranzas y destinada a prolongarse y transfigurarse en el mas allá.
La catequesis debe poner atención en llevar a obra las exigencias morales personales que
corresponden al evangelio y las actitudes cristianas ante la vida y el mundo, ya sean heroicas o
sencillas. En otras palabras debe de sembrar las virtudes evangélicas o virtudes cristianas en el
interior del hombre, que lo lleven a trabajar por una sociedad solidaria y fraterna, justa y llena de
paz.
Para que la fe sea perfecta; el nuevo discípulo de Jesús tiene el derecho de recibir la palabra de la
fe no mutilada, ni disfrazada, falsificada o DISMINUIDA, SI NO COMPLETA E INTEGRAL. Recortar
la integridad del mensaje es vaciar la catequesis misma y perder los frutos que Cristo y la
comunidad eclesial esperan tener.
Todo hombre que desee descubrir profundamente a Cristo tiene el derecho de recibir instrucción
completa, perfecta y profunda de TODA LA VERDAD QUE HAY EN JESUS.
(30)A NINGUN VERDADERO CATEQUISTA LE ES LICITO HACER POR CUENTA PROPIA UNA
SELECCIÓN DEL DEPOSITO DE LA FE, ENTRE LO QUE ESTIMA IMPORTANTE Y LO QUE ESTIMA
MENOS IMPORTANTE, O PARA ENSAÑAR LO UNO Y RECHAZAR LO OTRO.
También es preferible valorar el lenguaje. Las opciones de metodología son válidas cuando
muestren su objetividad, y que se inspire en el humilde afán de ajustarse mejor en el contenido, el
cual debe permanecer intacto. El método y el lenguaje deben de comunicar la totalidad de las
palabras de vida eterna.
La catequesis debe llevar hacia la unidad de los cristianos, como parte del movimiento de la Iglesia
que en el Concilio Vaticano II recobro importancia de trabajar por la unidad.
La catequesis logra esta dimensión en el grado en que se respete sinceramente de palabra y obra a
las demás comunidades eclesiales que no están en perfecta comunión con esta misma Iglesia.
Es muy importante hacer una presentación correcta y leal de las demás iglesias de las que el
Espíritu de Cristo no rehúsa servirse como medio de salvación. Esta presentación ayudara a los
católicos a profundizar su propia fe y conocer y estimar mejor a nuestros hermanos cristianos,
facilitando de esta forma el camino hacia la unidad en toda la verdad.
La catequesis será ecuménica si se esfuerza en preparar a los niños y a los jóvenes así como a los
adultos a vivir en contacto con los no católicos, viviendo su identidad católica dentro del respeto
de la fe de otros.
Hay lugares donde se les impone a los católicos recibir instrucción de “otra religión cristiana”. Es
importante que la se ponga mayor esmero en asegurar en estos hermanos católicos la catequesis
católica.
Se encuentran en varios países, escuelas públicas que ponen libros a disposición de los alumnos en
los que las religiones son presentadas a titulo cultural histórico, moral y literario. En tal caso se
hará todo lo posible para que la presentación sea verdaderamente objetiva, al resguardo de
sistemas ideológicos, políticos y científicos que deformarían su verdadero sentido. Estos libros no
deben considerarse catequéticos.
El ascenso de los jóvenes constituye un hecho rico en esperanza y de inquietud para buena parte
de este mundo. En muchos países más de la mitad de la población está por debajo de los 25 o 30
años. Ello significa que millones y millones de niños y jóvenes se preparan para su futuro de
adultos.
¿Cómo revelar a tal multitud a Jesucristo, Dios hecho hombre? ¿Cómo revelarlo más allá del
deslumbramiento y del primer encuentro fugaz? Esto es a través del conocimiento cada día más
hondo y más luminoso de su persona, de su mensaje, del plan de Dios que en Jesús quiso revelar,
del llamado que dirige a cada uno, del Reino que quiere instituir en este mundo con el “pequeño
rebaño de quienes creen en Él”. ¿Cómo dar a conocer el sentido, el alcance, las exigencias
fundamentales, la ley del amor, las promesas, las esperanzas de este reino?
Candidatos
Un momento destacado es aquel en que el niño recibe de sus padres los primeros principios de la
catequesis, que representa una semilla de la revelación de Dios Padre, las primeras oraciones que
aprenderá son el principio de un dialogo cariñoso con ese Dios oculto, cuya palabra comenzara a
escuchar después. Nunca será demasiado insistir en los padres cristianos que inculquen esta
iniciación mediante la cual son integradas las facultades del niño en una relación vital con Dios.
Esta obra exige gran amor y profundo respeto al niño, el cual tiene derecho a una presentación
sencilla y verdadera de la fe cristiana.
Niños
Pronto llegaran a la escuela, a la iglesia, a la parroquia y será necesario introducir al niño a una
catequesis que lo integre orgánicamente a la vida de la Iglesia, incluida una preparación inmediata
a los sacramentos, catequesis clara encaminada a dar testimonio de la fe, que comunique al niño
la gracia y la alegría de dar testimonio de Cristo en su ambiente de vida.
Adolescentes
Luego viene la pubertad y la adolescencia con muchas grandezas y con muchos riesgos también. Es
el momento del descubrimiento de sí mismo y de su propio mundo interior, momento en el que
brota el sentimiento del amor, así como los impulsos biológicos de la sexualidad, momento de
alegrías intensas y del embriagador descubrimiento de la vida.
La catequesis no debe ignorar esos aspectos fácilmente cambiantes de un periodo tan delicado de
la vida. Podrá ser decisiva una catequesis capaz de conducir al adolescente a una revisión de su
propia vida y al dialogo, una catequesis que no ignore sus grandes temas “la donación de sí mismo,
la fe, el amor y su mediación que es la sexualidad”.
Jóvenes
Con la juventud llegan las primeras decisiones, ayudado en ocasiones por familiares, o por amigos,
pero sobre todo consigo mismo y su conciencia moral, el joven más a menudo tomara caminos
determinantes que lo llevaran a asumir su destino. Bien y mal, gracia y pecado, vida y muerte, se
enfrentaran cada vez más en su interior, como categorías morales pero también como opciones
fundamentales que habrá de efectuar o rehusar con lucidez y sentido de responsabilidad.
Ellos deben recibir una catequesis que denuncie el egoísmo en nombre de la generosidad, que
exponga sin simplismos el sentido cristiano del trabajo, del bien común, de la justicia y la caridad,
una catequesis sobre la paz entre las naciones, que promueva la dignidad, el desarrollo y la
libertad desde la Iglesia (punto de vista cristiano).
LA CATEQUESIS PREPARA ASI PARA LOS GRANDES COMPROMISOS DE LA EDAD ADULTA. DESDE
EL NACIMIENTO HASTA EL UMBRAL DE LA MADUREZ, LA CATEQUESIS SE CONVIERTE EN UNA
ESCUELA PERMANENTE DE LA FE Y SIGUE DE ESTE MODO LAS GRANDES ETAPAS DE LA VIDA
COMO FARO QUE ILUMINA LA RUTA DEL NIÑO, DEL ADOLESCENTE Y DEL JOVEN.
La juventud emplea un lenguaje al que es preciso saber traducir con paciencia y con buen sentido
el mensaje de Jesucristo, ya que ellos también tienen la inquietud de conocer la persona de Jesús.
Capacidades especiales
Todos tienen derecho a conocer el misterio de la fe, es una alegría que jóvenes católicos dedicados
a la catequesis de personas con capacidades diferentes aporten al sínodo su experiencia en la
materia, sacando el deseo renovado de afrontar mejor este problema.
Adultos
La catequesis su forma principal está dirigida a los adultos, ellos tienen la mayor responsabilidad y
capacidad de vivir el mensaje cristiano, bajo su forma plenamente desarrollada. La comunidad
cristiana no podría hacer una catequesis permanente sin la participación directa y experimentada
de los adultos bien sean ellos los destinatarios o promotores de la actividad catequética. El mundo
en que los jóvenes están llamados a vivir y dar testimonio de la fe está gobernado por los adultos
por lo tanto la fe de los adultos debería ser igualmente iluminada, estimulada y renovada sin cesar
con el fin de penetrar las realidades temporales de las que ellos son responsables.
Cuasi catecúmenos
La catequesis también debe encontrar un espacio para dirigirse a los adultos que no profundizaron
la doctrina cristiana, que recibieron una catequesis pero luego se alejaron de toda práctica
religiosa y su fe permanece aun infantil.
Para cada etapa de la vida la catequesis debe estar presente, en cualquier situación social que se
encuentre el hombre, ya sean migrantes, marginados, metropolitanos, etc. A todos tiene que
llegar la doctrina, su formación cristiana, con métodos, leguajes e instrumentos apropiados.
Es importante que todo tipo de catequesis ya sea para niños, jóvenes, adultos, etc. Este
comunicada entre sí, que no haya ruptura entre ellas, es importante lograr la complementariedad,
los adultos tiene mucho que dar a los jóvenes y a los niños, a su vez que ellos pueden recibir
mucho de ellos.
VI
Desde la tradición oral de los apóstoles, a las cartas que circulaban en la Iglesia y hasta los medios
de comunicación más modernos, la catequesis no ha cesado de buscar los métodos y medios más
apropiados a su misión, bajo la participación activa de las comunidades y el impulso de los
pastores.
Múltiples lugares, momentos o reuniones por valorizar
Homilía
La homilía dentro del cuadro litúrgico debe recorrer el itinerario de fe propuesto por la catequesis,
al mismo tiempo impulsa a los discípulos del Señor a emprender cada día su itinerario espiritual de
la verdad, la adoración y la acción de gracias. La predicación centrada en los textos litúrgicos debe
facilitar que los fieles se familiaricen con los misterios de la fe y las normas de vida cristiana.
La homilía no debe ser ni demasiado larga, ni demasiado corta, debe estar preparada
cuidadosamente y sustanciosa en contenido, además de adecuada.
Publicaciones catequéticas
1. Deben de conectar con la vida concreta de la generación a la que se dirigen, teniendo bien
presente sus inquietudes, interrogantes, luchas y esperanzas.
2. Debe esforzarse por encontrar el lenguaje que entiende esa generación.
3. Debe de decir todo el mensaje de Cristo y de su Iglesia, sin pasar por alto, ni deformar
nada, exponiéndolo todo según un eje y una estructura que haga resaltar lo esencial.
4. Debe tender realmente a producir un conocimiento mayor de los misterios de Cristo en
orden de una verdadera conversión y una vida conforme al querer de Dios.
Catecismos
Todos los que tiene la misión de preparar los catecismos no pueden hacerlo sin la aprobación de
los pastores, y deben inspirarse lo más posible en el Directorio General de la Catequesis.
VII
Diversidad de métodos
La catequesis debe adoptar diversos métodos para alcanzar una excelente educación en la fe,
dependiendo claro de la edad, el desarrollo intelectual, la madurez eclesial y espiritual, además de
muchas otras circunstancias en que se encuentre el cristiano.
Hay que eliminar el riesgo y la tentación de mezclar indebidamente la enseñanza catequética con
ideologías políticas-sociales, o con opciones políticas personales. La catequesis debe mantenerse
muy por encima de las tendencias políticas.
La pauta que ha de seguir será la de la Revelación tal y como la transmite el Magisterio Universal
de la Iglesia. Esta Revelación es la de un Dios creador y redentor, cuyo Hijo, habiendo venido entre
los hombres, hecho carne, entra en la historia personal de cada Hombre y de la historia humana
convirtiéndose en su centro. Es por lo tanto la Revelación de un cambio radical del hombre y del
universo bajo la influencia de la Buena Nueva de Jesucristo. Esta catequesis apunta a alcanzar el
fondo del hombre.
La catequesis debe llevar la fuerza del evangelio al corazón de la cultura y las culturas. Para ello
deberá conocer esas culturas y su esencia, debe aprender sus expresiones y respetara sus valores
y riquezas propias. Solo así se podrá proponer el conocimiento del misterio oculto y convertir su
tradición en una tradición viva, de celebración y pensamiento cristiano.
La verdadera catequesis acaba por enriquecer a esas culturas, ayudándolas a superar los puntos
deficientes o incluso inhumanos que hay en ellas, comunicando valores legítimos de la plenitud de
Cristo.
Encontramos una gran variedad de devociones populares, algunas que deben ser rectificadas,
otras eliminadas por la fe en que se apoyan. Actos de piedad que llevan el deseo sincero de hacer
penitencia y conversión. Hay muchos medios por los cuales se pueda avanzar al conocimiento del
misterio de Cristo o de su mensaje.
Memorización
Conviene que el método escogido se refiera en fin a una ley fundamental: la fidelidad a Dios y al
hombre en una misma actitud de amor.
VIII
LA ALEGRIA DE LA FE
EN UN MUNDO DIFICIL
Vivimos en un mundo difícil donde la angustia de ver que las mayores realizaciones del hombre se
le escapan y se vuelven contra él, crean incertidumbre. Es en este mundo donde los cristianos
deben ser “luz y sal”. Ello exige que la catequesis les de firmeza en su propia identidad y que se
sobreponga a las vacilaciones del ambiente.
Entre otras muchas dificultades desafiantes para la fe resalta el Papa algunas para ayudar a la
catequesis a superarlas:
Se habla mucho de un mundo secularizado (que ha dejado el estado religioso vocacional, de mas
civiles que laicos) de una era pos cristiana. Los cristianos de hoy deben de ser formados para vivir
en un mundo que ampliamente ignora a Dios, que en materia religiosa en lugar de un dialogo
exigente y fraterno, cae en la indiferencia, en el menosprecio y busca más explicaciones
científicas. Aquí es necesaria una catequesis que enseñe a permanecer coherentes a la fe, a
afirmar la identidad cristiana y católica, a ver lo invisible y adherirse a Dios, que se manifiesta Él
mismo, en una civilización materialista que lo niega.
La conquista de nuevas ciencias como la psicología, la pedagogía, biología, sociología aportan gran
riqueza. La ciencia de la educación y el arte de enseñar son objetos de continuos
replanteamientos, con miras a una mejor adaptación y eficacia.
La catequesis también cuenta con su pedagogía y nunca estará de más enriquecerla, por lo que es
bueno adaptar las técnicas perfeccionadas y comprobadas de la educación general.
En la catequesis una técnica tiene valor en medida que se pone al servicio de la fe que se ha de
transmitir y educar.
Actualmente el lenguaje se emplea para reducir al hombre al estado de objeto. La catequesis debe
de encontrar por lo tanto el lenguaje apropiado adaptado para niños y jóvenes de este tiempo,
lenguaje para estudiantes, intelectuales, científicos, analfabetos, indígenas, capacidades
diferentes… La catequesis no puede aceptar cualquier lenguaje bajo ningún pretexto que reduzca
o desvirtué el contenido del Credo, que engañe o seduzca.
El lenguaje debe “decir o comunicar” más fácilmente al niño, joven, etcétera, todo su contenido
doctrinal sin deformaciones.
Búsqueda y certeza de la fe
La fe se da en la relación de las cosas que no se poseen todavía, que se les espera, pero la fe
cristiana debe tener una actitud de caminar hacia adelante como la fe de Abraham, de no
quedarse instalada. Conviene evitar el presentar como verdades cosas que no lo son.
La catequesis debe educar para que el cristiano busque humilde y valiente al Señor, le debe dar
certezas, sencillas pero solidas.
Catequesis y teología
Consientes de la influencia que las investigaciones de los teólogos y sus afirmaciones ejercen una
enseñanza en la catequesis, tienen que estar atentos los teólogos y los exegetas de no pasar por
verdad de fe lo que pertenece a cuestiones discutidas y opinables de los expertos.
Los catequistas tendrán el buen criterio de recoger en teología lo que pueda iluminar su propia
reflexión, acudiendo a la luz del Magisterio de la Iglesia. No deberá turbar el espíritu de los niños o
jóvenes con teorías extrañas, o discusiones estériles.
El don más precioso que la Iglesia puede ofrecer es formar cristianos firmes en lo esencial y
humildemente felices en su fe.
“El hombre que quiere comprenderse hasta el fondo a sí mismo —no solamente según
criterios y medidas del propio ser inmediatos, parciales, a veces superficiales e incluso
aparentes— debe, con su inquietud, incertidumbre e incluso con su debilidad y
pecaminosidad, con su vida y con su muerte, acercarse a Cristo. Debe, por decirlo así,
entrar en Él con todo su ser, debe «apropiarse» y asimilar toda la realidad de la
Encarnación y de la Redención para encontrarse a sí mismo“(redemptor hominis no.10).
IX
LA TAREA NOS CONCIERNE A TODOS
Quisiera que mis palabras, concebidas como una grave y ardiente exhortación de mi ministerio de
Pastor de la Iglesia Universal enardezcan sus corazones a la manera de las cartas del apóstol San
Pablo, a la manera de San Agustín.
Obispos
En el campo de la catequesis ustedes tienen una misión muy particular en su Iglesia, ustedes son
los principales responsables de la catequesis, los catequistas por excelencia. Y llevan junto con el
Papa el peso de la catequesis de la Iglesia entera, permítanme pues hablarles con el corazón en la
mano. Que la solicitud por la promoción de la catequesis no ceda en nada a cualquier otra
preocupación, así llevaran a transmitir a sus fieles la doctrina de la vida.
Sacerdotes
En cuanto a los sacerdotes, tiene un campo en el que son colaboradores inmediatos con el Obispo.
El concilio los ha llamado “educadores de la fe”, dediquen sus esfuerzos en el crecimiento de la fe
en sus comunidades. La Iglesia espera que hagan todo por tener una catequesis bien estructurada
y orientada.
Diáconos, ministros cooperadores: todos los creyentes tienen derecho a la catequesis, y todos los
pastores tienen el deber de impartirla. Que no se pueda decir por la falta de celo: “los pequeños
piden pan y no hay quien se lo parta”.
Religiosos y religiosas
Muchas congregaciones religiosas nacieron para la educación cristina, por lo que deben de seguir
comprometidos en la actividad catequética de la Iglesia, así mismo de prepararse lo mejor posible
para esta tarea, que las comunidades dediquen al máximo sus capacidades y posibilidades a la
obra especifica de la catequesis.
Catequistas laicos
Quiero agradecer a todas las personas catequistas parroquiales, que en todo el mundo se han
consagrado a la educación religiosa de numerosas generaciones de niños. Sin ustedes no se
habrían edificado iglesias, muchos de nosotros hemos recibido de ustedes nuestra preparación
para los sacramentos. Deseo que se acreciente el número a favor de una obra tan necesaria para
la misión.
En la parroquia…
Por ello cada parroquia o conjunto de parroquias tienen el deber de formar responsables
totalmente entregados a la animación catequética, de prever el equipamiento necesario para
una catequesis bajo todos los aspectos, de multiplicar y adaptar lugares de catequesis en la
media que sea posible y útil. La parroquia debe encontrar su vocación de ser una casa de familia,
fraternal y acogedora, donde los bautizados tomen conciencia de ser pueblo de Dios. Ahí el pan de
la Palabra y el Pan Eucarístico se reparten en abundancia en un solo acto de culto y desde ahí son
enviados cada día a su misión apostólica en todas las obras de la vida.
… en familia…